Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema · válido para todo amor, para los grandes y los...

Comunidad Pasionista • Santuario de Santa GemaAbril 2009 - Nº 946 - Año XCIII - 28002 Madrid

“Y tú, Señor,por quien todos vemos,y que ves las almas,dinos si todos un díahemos de verte la cara”

Antonio Machado

“Y tú, Señor,por quien todos vemos,y que ves las almas,dinos si todos un díahemos de verte la cara”

Antonio Machado

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Preimpresión: Francisco Antón

Abril 2009 - AÑO XCIII - N.º 946

Punto de VistaMiguel González, C.P.

La Gloria de Dios en el rostrodel Crucificado

José Luis Quintero Sánchez, C.P.

La Palabra del PapaP. N. González, C.P.

Palabra y VidaAntonio San Juan

Familia y VidaJulia Merodio

Santa Gema, su vidaPablo García, C.P.

Con la ayuda de RembrandtLide Martín

En el Año PaulinoJ. L. Quintero

La tumba de AdánP. Roberto Martín, C.P.

Tiempo de PascuaSor Cati de la Trinidad, C.P.

Tarde de Jueves SantoJesús Prieto, C.P.

Sacramento y VidaMons. José Luis Larrabe

Otra JuventudAlberto Busto

Bolivia en su encrucijada (I)Alberto Zuazo Nathes

Por los caminos del mundoPepe Fernández del Cacho

Santuarios de EspañaP. Eutiquio López, C. P.

No más silencio ante los insultosÁngel Andrés Jiménez Bonillo

El amor todo lo puede. El amor, como el huracán, es capaz de derribarcualquier valla que se le oponga. “A donde quiera que se encaminen

mis pasos, es el amor quien los lleva”, proclamó San Agustín. El dicho, esválido para todo amor, para los grandes y los pequeños amores. Para losamores humanos, y, sobre todo, para el amor inconmensurable del Dios quees Amor, el Dios que nos amó el primero, y con el amor más grande.

La Semana Santa, ya cercana, y en ellaCristo entregando la vida por amor, de-biera ser ocasión única, bien que reitera-

da, para pensar, todo creyente, en la fuerza y el valor único del amor divi-no, al par que en el poder destructor, grande y terrible, del rencor y del en-cono humanos.

Cristo, Maestro y Señor, murió en la cruz amando y perdonando. Aquelamor apasionado, amor inabarcable, es elque llevó a Pablo el Apóstol a exclamar,anonadado: “¡Me amó, y se entregó a lamuerte por mí!”. Y a dedicar su vida a di-fundir la buena noticia del amor entraña-ble de Dios, en Cristo. El mismo Cristoque dijera también un día: “Cuando yosea elevado en la cruz, atraeré a todoshacia mí”. A todos, hombres y mujeres,de cualquier raza, país y condición.

Pensándolo bien, todos debiéramossentirnos atraídos, elevados hacia Él,hacia su cruz, como el niño, todo bon-dad y entrega, de la portada de estenúmero de la “Revisa Pasionario”.

En España, país proclamado casi acoro “cristiano”, y ahora ya “poscris-tiano”, se han dado dos campañasque nunca debieran de dejarnos indi-ferentes:

Primera, la retirada de Crucifijosde algunas escuelas y otros lugarespúblicos. Segunda, la campaña enautobuses del “probablemente Dios no existe, dis-fruta la vida...”. Con campañas así, con la Ley de la “memoria his-tórica” por medio, y con otras campañas que van surgiendo, resultará másdifícil la reconciliación entre “las dos Españas”.

Deberemos reconciliarnos con el Dios-Amor-Apasionado primero, para re-conciliarnos luego hermanos con hermanos.

La Semana Santa 2009 es una oportunidad nueva, un camino hacia esameta.

¡Sigamos caminando...!

✒ Miguel González, C.P.

PUNTO DE VISTA

Revista Pasionario/111

AMOR APASIONADO


Cuando ya amaneció, estaba Jesús enla orilla; pero los discípulos no sabían queera Jesús. Les dice Jesús, ¿tenéis pesca-do? Le contestaron: No. Él les dijo: Echadla red a la derecha de la barca y encon-traréis. La echaron y no podían arras-trarla por la abundancia de peces. El dis-cípulo a quien Jesús amaba dice entoncesa Pedro: ‘Es el Señor’” (cf. Jn.21,7).

Los primeros cristianos pronto señala-ron la realidad de Cristo en el presentecon la noción genérica de exaltación y en-tronización junto a Dios: Le ha concedidoel “nombre sobre todonombre” (Filp.2,9-11).A lo largo del NuevoTestamento, especial-mente en los Evange-lios, lo expresaron deforma más radical alotorgarle el título deSeñor (Kyrios), que ex-presa su exaltacióncon poder, su soberaníaen el presente, mos-trando que ésta habíatomado el rostro delabajamiento en suexistencia histórica. Suseñorío estaba transi-do de crucifixión y en-trega y ahora de inter-cesión y salvación.

Mejor que cualquierotro, el título “Señor”expresa el hecho deque Cristo ha sidoexaltado a la derechade Dios y que, en sucondición de glorifica-do, intercede actual-mente por los hombres, prolonga su pro-existencia. Los primeros cristianos, aldarle a Jesús el título de Kyrios, procla-maban que no es sólo alguien del pasadode la historia de la salvación, ni simple-mente objeto de esperanza futura, sinoque es también una realidad viva en elpresente: Jesús se encuentra de tal formavivo en el momento actual que puede en-trar en contacto con nosotros. Los prime-ros cristianos expresaron esta profunda

certeza en su profesión de fe: Kyrios Ie-sous (¡Jesús es el Señor!).

Los relatos evangélicos compuestos conla convicción de la presencia y del seño-río de Jesús han colocado este título deJesús en muchos lugares evocando ya enlos lectores y oyentes el nuevo significa-do que ha brotado con la Pascua. Se pre-senta como el “Señor del Sábado” (cf.Lc,6,6); es intimado a revelar su señoríoante el Sanedrín, “te conjuro a que me di-gas si eres el Kyrios..” (cf. Mt.26,63). Elcontenido de este título cuando es usado

en los evangelios es yasumamente denso,pues recoge significa-dos provenientes deljudaísmo, del helenis-mo y, posiblemente delas religiones orienta-les; y lo es, sobre todo,porque con él, paulati-namente, se llegó aexpresar dimensionesmuy diversas de la re-alidad de Cristo. Así,con el título de “Se-ñor” se afirma su ac-tual presencia en lacomunidad y en el cos-mos, la íntima rela-ción de los creyentescon él y la íntima re-lación de Cristo conDios, sobre todo al ni-vel funcional del ejer-cicio de su Señorío, lle-gando en último tér-mino a la confesión desu divinidad. Con elpaso del tiempo el tí-

tulo tomó un significado polémico y exis-tencial, pues al proclamar Kyrios (Señor)a Cristo los creyentes tenían que renegarde otras divinidades, y en ello les fue lavida, como atestiguan ya el libro del Apo-calipsis y las Actas de los mártires.

Deseamos descubrir la realidad pro-funda que se designa con la invocación yconfesión de fe, “Es el Señor”, queriendoir más allá de su mera cualidad de tér-mino designante.

¡ES EL SEÑOR! RECONOCERLE ES PARTICIPAR DE LA SALVACIÓNQUE DIOS OFRECE EN SU CONDESCENDIENTE HUMANIDAD

LA GLORIA DE DIOS EN EL ROSTRO DEL CRUCIFICADO


ALGUNOS DATOSDE LA TRADICIÓN BÍBLICA

En el Antiguo Testamento hay variostérminos para expresar la realidad delseñorío. En concreto Adon significa el se-ñor que tiene soberanía sobre personas, yAdonai significa “mi señor”, expresiónque no se usaba en conversaciones nor-males, y que era la forma de mencionar aDios para evitar pronunciar el nombre deYahvé. En arameo existe el término mar,que fue usado por los discípulos, aunqueen el Antiguo Testamento no aparezcacomo título aplicado a la divinidad. En elhelenismo, el término para designar aquien detenta el señorío es Kyrios, títuloque fue adquiriendo significado religiosopor el influjo de las religiones orientalesy del culto al emperador, de modo que alKyrios se le adjudicaba poder incondicio-nal y divino. La traducción griega de laBiblia, llamada de los Setenta, tradujeronal griego el hebreo Adonai con el términokyrios, designando con él a Dios. Por es-to en tiempo de las primeras comunida-des cristianas ya tenía un significado re-ligioso y cuando se lo aplicaron a Jesús,lo relacionaron de alguna forma con la di-vinidad, haciéndole partícipe de su sobe-ranía.

JESÚS NOMBRADO E INVOCADOCOMO SEÑOR EN EL NUEVOTESTAMENTO

En los evangelios a Jesús se le llama“Señor” (Kyrios) varias veces, seguramen-te no designando simplemente un térmi-no de pura cortesía. Se le puede poner enrelación con el título de “maestro” o “Elmaestro”. En este caso se pretende seña-lar su autoridad y, sobre todo, algún tipoespecial de vinculación con su persona enla línea del seguimiento. Reconocerle co-mo “maestro” expresaría una relación es-pecífica, personal y vinculante, que es loque también se recogería al llamarle “se-ñor”. Por esta razón la expresión “Señor”(Kyrios) aparece frecuentemente en losevangelios en el contexto del seguimientode los discípulos y connota dos aspectos:La autoridad de Jesús para llamar a quele sigan y la capacidad de Jesús de confi-gurar de una manera específica las per-sonas y las vidas de sus seguidores. Unrasgo unido al titulo de Señor aplicado a

Jesús es el reconocimiento de su capaci-dad de convocar y configurar a su segui-miento, suscitando con su misma invita-ción la capacidad de la disponibilidad pa-ra responder: “Señor, ¿a quien vamos aacudir?” (Jn.6,67).

Los discípulos que, durante la vida deJesús, habían expresado sencillamente sureverencia por el maestro con las pala-bras ‘mi Señor’ siguieron utilizando elmismo término después de su resurrec-ción para designar al Cristo glorificado,presente en su culto, y ejerciendo su mis-terio salvador. En este sentido se da unacontinuidad ahora ratificada e iluminadapor la pascua.

Es difícil precisar si Jesús se llamó a simismo “Señor”. Los textos recogidos en elevangelio, con alguna referencia al salmo110, son escasos y es claro que este títu-lo aplicado a Jesús no recibe su plenosentido sino después de su muerte y glo-rificación. En Jn 13,13 Jesús afirma: “Vo-sotros me llamáis Maestro y Señor...”.Con estos términos y tantas otras refe-rencias, en el momento en que el rabí(maestro) Jesús llega a ser objeto de cul-to, el maestro y señor que habla y obracon autoridad debe necesariamente con-vertirse en el Único Señor. Sin embargoen el mismo texto se expresa el sentidoservicial y preexistente del señorío (cf.Jn.13,14-15; Mc.10,45).


¡JESÚS ES SEÑOR!ACLAMACIÓN SALVADORA

Es una cuestión importante el plantear-se cómo se establece la preeminencia y enqué contexto sucede la aplicación de estetítulo a Jesús. La opinión más extendida esla que afirma que el origen del título hayque buscarlo en el culto de la naciente co-munidad cristiana. Para ésta su mismaexistencia era ya un signo de que Cristo es-taba presente en ella como Señor, hacién-dola ser tanto como la había hecho surgir.Cristo es el Señor exaltado y como tal estáya presente en ella, el mismo Señor queconvocó a los discípulos y expresó su sobe-ranía en la entrega, “nadie me quita la vi-da sino que yo la entregó”(Jn.10,18).

En estas primeras comunidades existíauna expresión maranatha (1ª Cort. 16, 22)que es recogida en arameo en la carta grie-ga del apóstol Pablo. Mar, como componentedel maranatha, tiene un sentido muy cerca-no al Kyrios (Señor) Jesús y significa “Señordel cielo”, “soberano Señor”. Esta expresiónpuede ser comprendida o como confesión defe, “Nuestro Señor viene”, o como oración,“Señor, ven”. Esta confesión-invocación utili-zada en el contexto de la celebración euca-rística unía estas dos dimensiones: en elpartir el pan Jesús ya sería experimentadocomo presente en la comunidad y la venida

se habría ya realizado de alguna manera ypor otra se le invocaba a una presencia másintensa, similar a la que estaba detrás de ladesignación de Jesús como el Hijo del Hom-bre, Profeta del final de los tiempos. Así lacomunidad estaba unificando el anhelo de lavenida futura de Jesús con su actual pre-sencia; no sólo espera la venida, sino que lavivía en la eucaristía. Probablemente las co-munidades palestinenses invocaban a Jesúscomo el Señor, aunque fue en la griegas don-de se profundizó y radicalizó el contenidodel título. Y de aquí pasaría a la actual re-dacción de los evangelios.

El apóstol Pablo recoge y aplica a Jesúseste título expresando varias dimensiones:Realidad viviente del Señor que actúa en lacomunidad (Filp.2,11; 1ª Cort.12,3; Rm.10,9),capacidad de configurar la vida de la comu-nidad por el poder que dimana de su exal-tación, los cristianos mantienen una relacióncon él, como aquél a quien se dirigen en laoración; configura la historia de salvación. Yel apóstol Pablo utilizará la expresión “en elSeñor” para normar la existencia cristianapersonal y comunitaria.

En el Libro de los Hechos se afirma: “Aeste Jesús que vosotros habéis crucifica-do, Dios lo ha constituido Señor y Cristo”(2,36). El apóstol Pablo afirma: “Si con-fiesas con tu boca que Jesús es el Señory crees en tu corazón que Dios lo resuci-tó de entre los muertos, te salvarás”; en1ª Cort.13,3: Nadie puede decir ‘Jesús esSeñor’ si no es por el Espíritu Santo. Es-ta concentración en el título de Señorabre la puerta a la confesión de Jesús co-mo perteneciente a la divinidad de Dios:“El hecho de que a Jesús se le atribuya elnombre kyrios tiene como consecuencia:Todos los títulos que se atribuían a Dios–a excepción del de Padre– pueden apli-carse en adelante a Jesús. Si, conforme ala fe primitiva, se le ha concedido a Jesúsel nombre ‘sobre todo nombre’, es decir, elnombre mismo de Dios (Señor, Adonai,Kyrios), eso significa que se le puedenaplicar, sin límite alguno, los restantesatributos divinos” (O. Cullmann).

La afirmación, ¡Es el Señor! y las nu-merosas referencias a Jesús con este tí-tulo en los relatos evangélicos son paranosotros un indicativo que nos permitereconocer en su singular humanidad con-descendiente la gloria de Dios.

✒ José Luis Quintero Sánchez, C.P.


LA ORACIÓN,ESCUELADE ESPERANZA

LA PALABRA DEL PAPA

Siempre estamos apren-diendo a orar. Lo bueno es es-tar como los Apóstoles desean-do hacerlo. Ellos le pidieron aJesús que les enseñara, y lesrespondió: Así habéis deorar...”. Y les enseñó el Padre-nuestro.

En la Iglesia ha habidosiempre grandes maestros quehan enseñado a orar. Santa Teresa es-cribe sobre la oración en respuesta ala petición de sus Monjas: “Habeismepedido principio de oración” dice ella.

El Papa Benedicto, en la encíclica“Salvados en la esperanza”, dedica al-gunos números a “la oración como es-cuela de esperanza”. Dice cosas muyimportantes y esenciales para poderorar debidamente. Citamos algunosfrases: “Cuando ya nadie me escucha,Dios todavía me escucha”; “Cuando yano puedo hablar con ninguno, ni invo-car a nadie, siempre puedo hablar conDios”; “Si ya no hay nadie que puedaayudarme... Él puede ayudarme”; “Elque reza nunca está completamentesolo”.

Con estas ideas pretende crear con-fianza y fe en nosotros, y quitar lasideas falsas que tenemos de Dios y dela oración misma. Nos introduce en loque es esencial: una relación confiaday vital con nuestro Dios.

Nos recuerda luego el Papa otrasideas fundamentales en la oración. Ynos habla del “ensanchamiento y pre-paración del corazón”. Y esa prepara-ción la ve él en la liberación de todo lonegativo. Por eso nos dice que hayque “hacerse libre para Dios y tam-bién para los demás”. Y lo ve en posi-tivo: “Sólo convirtiéndonos en hijos de

Dios podemos estar con nuestro Pa-dre común”. Es una frase que noshace recordar lo que decimos en elPadrenuestro: “Perdónanos como no-sotros perdonamos”. Y el Papa ve todoel orar como “un proceso de purifica-ción interior que nos hace capacespara Dios, y, por eso, capaces para losdemás”.

Y ahondando en esta purificaciónespiritual añade: “el orante ha de pu-rificar aún deseos y esperanzas. Debeliberarse de las mentiras ocultas conlas que se engaña a sí mismo”. Y tra-tando de hacer ver claro lo que signi-fica este proceso espiritual, nos diceque “supone una confrontación de miyo con Dios, con el Dios vivo”. Los ma-estros de oración enseñan esto mis-mo, pero con otro lenguaje, tal vezmenos exigente y psicológico, puesnos hablan de actos de fe, de humil-dad y petición al comenzar a orar.

Añade el Papa que nuestra oración“ha de estar guiada e iluminada porlas grandes oraciones de la Iglesia yde los Santos, por la oración litúrgicaen la cual el Señor nos enseña a rezarcorrectamente”. Es una llamada muyoportuna a estas fuentes inspiradorasy modelo de nuestra oración personal.

✒ P. N. González, C.P.

PALABRA Y VIDA


Domingo de Ramosy de PasiónMc 14, 1-15-47 - (5/4/09)

Qué bien sabemos, los cris-tianos tocados por Cristo, porqué se llama Santa esta se-mana. Desde siempre es lasemana del año dedicada a lasolemne celebración del mis-terio central de nuestra fe: alCristo que me amó y se en-tregó por mí, y venció lamuerte, radiante de vidapara todos. Entramos en estasemana con ramos en lamano: para acompañar aCristo y aclamarlo Señor ven-cedor del pecado y de lamuerte. Con qué elocuenciaeste Domingo nos habla ya detodo el misterio pascual. Le-vantado sobre todo, CristoResucitado recibirá el nom-bre sobre todo nombre deSEÑOR. Pero, tras el pórticotriunfal de los ramos, Jesús aparece en-seguida como el Siervo de Dios humilla-do, recorriendo el camino de la Cruz. Poreso, éste se llama Domingo de Ramos enla Pasión del Señor. Y por su resurrec-ción, al nombre de Jesús toda rodilla sedoble, en el cielo, en la tierra y en el abis-mo.

Jueves Santo de la comunión Jn 13, 1-15 - (9/4/09)

El Domingo de Ramos nos convocaba aentrar con Jesús en el misterio pascual.El Jueves y el Viernes Santo, a seguirleen su entrega de amor hasta el extremo,y el Domingo de Pascua, a compartir eltriunfo de esa entrega. Jueves Santo. Díapara el amor y la comunión con el Señor;para entrar con los apóstoles en el Cená-culo y vivir con ellos la despedida de Je-sús: Sabiendo que había llegado la ahorade pasar al Padre, habiendo amado a lossuyos, los amó hasta el extremo del amor.Pan-Eucaristía que nos alimenta para

servir con El. No dejes de mirarle lavan-do los pies a sus discípulos, para apren-der a hacer otro tanto: Os he dado ejem-plo para que lo que yo he hecho con voso-tros, vosotros también lo hagáis. Eso es loque hay que aprender en esta tarde delAmor: a amar con El, a dejarnos moldearpor su Espíritu y dar la vida como El. Esla común-unión para el servicio.

Viernes Santo para mirar a Jesús en la CruzJn 18, 1-19-42 – (10/4/09)

Jueves Santo para el servicio y la co-munión. Y Viernes Santo para el silencioy la contemplación… para no cansarse demirar a Jesús muerto en la Cruz poramor: Cuando yo sea elevado sobre la tie-rra, atraeré a todos hacia mí. Una pere-grina española del siglo V asiste en Jeru-salén a la celebración del Viernes Santo.Y en su Diario de viaje anota cómo aquelpueblo pasaba la noche en vela en el

Pascua2009

Monte de los Olivos, reuniéndose durantetres horas, a mediodía de nuevo, para ve-nerar la Cruz en el Calvario, y visitandoel Santo Sepulcro al caer la tarde. ElViernes Santo, Jerusalén no se cansabade mirar a su Señor. La Pasión según sanJuan nos invita a hacer otro tanto: a mi-rar a Jesús coronado de espinas y que sedeclara Rey a punto de cargar con lacruz, y que reina perdonando a sus ene-migos y dándonos a su Madre. En el Vier-nes Santo hay que mirar a Cristo muertoesperando su Resurrección.

Domingo de Pascua ¡ALELUYA!Jn 20, 1-9 – (12/4/09)

Recuerda que muy pronto, para celebrarla muerte de Jesús, en Jerusalén pasaban

ya la noche del Jueves en oración. Peromucho antes, la Iglesia empieza a celebrarsu Resurrección en la noche del SábadoSanto, hasta la mañana del Domingo dePascua, cuando venció la muerte el Señor.Esta es la gran Vigilia y la Misa más im-portante del año. Noche de vela, de oracióny escucha de lo mejor que Dios ha hechopor nosotros… esperando a Cristo resuci-tado. Es la noticia más esperanzadora.Dios ha culminado su amor de la maneramás humana y sorprendente. ¡Aleluya! MªMagdalena, la de Santiago y Salomé, quetanto aman a Jesús, saben ya que su “se-ñor” es el SEÑOR, y que no siguen a unmuerto sino al Señor de la vida. Y nosotrossabemos con ellas que más allá de nuestracruz y nuestra muerte –cruz y muerte deJesús- ha alboreado para el mundo la vidanueva y feliz de la Resurrección. Demosgracias a Dios.

II Domingo de Pascua (12/4/09)El Resucitado trae la PAZ – Jn 20,19-31

Claro que el culmen del Año Litúrgicoes la fiesta de la Pascua. Pero no quedatan claro que la fiesta dure 50 días, has-ta Pentecostés. Como una “exageración”que habla del misterio más desbordantede gracia y de vida. En efecto, al ano-checer de aquel primer día de la sema-na, el Señor en persona anuncia su Re-surrección a los discípulos que estabanmuertos de miedo. El Viviente venció ala muerte y les da su paz, y los discípu-los se llenaron de alegría. Vive su Señory les da su aliento, su misma vida. Elque no estaba allí era Tomás, que se re-siste a creer. A los ocho días, con inmen-so cariño le regañará Jesús, y el apóstolincrédulo podrá tocar sus llagas y meterla mano en su costado abierto. Y se haráfamosa su confesión, la más nítida detodo el Evangelio: Señor mío y Dios mío.Dichoso él. Y más aún nosotros, por cre-er sin haber visto y por descubrir al Re-sucitado en las palabras de los que deverdad creen en El.

✒ Antonio San Juan


Sé que esta revista llegaráa vuestras manos en plenaSemana Santa. Sé que vues-tro corazón estará siguiendoa Jesús en el camino de laCruz y quiero compartir estaexperiencia, acercándonos ala pasión de tantas familiasque, como Jesús, caminan consu pesada cruz de cada día.

Vivimos en un mundodonde no todo es claro, dondehay muchos lados oscuros,donde el bien y el mal coha-bitan juntos en nuestro inte-rior.

Todo eso nos hace sufrir, nos hace es-tar a la expectativa, nos hace personasdesconfiadas y recelosas, replegadashacía nosotros mismos, sin importarnosel sufrimiento de los que están a nues-tro lado.

Por eso, hoy, vamos a revisar las si-tuaciones de dolor en las que Cristo, re-vive su pasión en cada persona, en cadafamilia que sufre; sabiendo que noso-tros, también, tenemos mucho que veren ese sufrimiento.

Pero vamos a hacerlo de forma posi-tiva, sabiendo que aunque, a veces, nosparezca que no hay salida, lo definitivosiempre es la Vida.

JUNTO A LA PASIÓN DE CRISTO

Sé bien que vivimos en un mundodonde intentamos prescindir de Dios.Sé bien que la Semana Santa ha pasa-do a ser unos días de vacaciones; peroyo os pediría que, al menos nosotros, losque nos decimos cristianos, nos acercá-semos a Jesús, como personajes de supasión, para poder, así, aproximarnuestros sufrimientos a los suyos.

Para ello vamos a recordar ese díaque nos llegó un dolor con más fuerza de

lo normal; ese día en que nos pregunta-mos ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?

Os invitaría a que, en adelante, cam-biásemos ese “por qué” para preguntar-nos: ¿Para qué a mí? ¿Para qué Dios per-mitió que ese sufrimiento llegue ahora?Quizá esté ahí el secreto donde hallarásentido nuestra pasión de cada momento.

Para ello sería bueno recorrer nues-tra pasión junto a la de Jesús:

V Jesús camina solo a su pasión.Nadie ha vivido sus momentosduros y de tanta soledad comoÉl.

V Aquella noche, en el huerto, to-dos lo dejaron. Y no es que nolo entendiesen, es que les ate-rraba entenderlo.

Me sitúo ante mis soledades• Esa palabra que comparto y nadie

quiere escuchar.• Esa indiferencia que me trago con

tanta amargura.• Esa falta de entendimiento en la

familia.• Esos hijos que van por caminos

que no me gustan.• Esa falta de compromiso.– Me doy cuenta de que todos siguen

durmiendo mientras yo sufro.

LA FAMILIA: La Pasión, del hombre

y de la mujer de hoy

FAMILIA Y VIDA


El dolor de María la MADRE.El dolor de María la MADRE.

V A Jesús no le gustaba morir,pero tomó la condición huma-na y caminó hacia la muertecomo nosotros.

V Tuvo: hambre y sed... y frío ycansancio...

Me sitúo ante la necesidad que ten-go de calmar mi hambre y mi sedde ser justo

• ¿De qué tengo hambre? ¿De paz,de esperanza, de comprensión, detolerancia... de amor... de sentirmeválido-a?

• ¿Tengo hambre de Dios? ¿Tengohambre de oración, de sosiego, deescucha...?

• ¿Tengo sed de que me aceptencomo soy, con mis realidades, mismiserias, mis limitaciones, mis po-brezas...?

V Jesús en los momentos de laPasión conoció el miedo.

Me sitúo ante mis miedos• Miedo a no ser tenido en cuenta.• Miedo a no ver cumplidos mis sue-

ños.

• Miedo al dolor, al sufrimiento, a laenfermedad...

• Miedo a los maltratos, a los latiga-zos, a las espinas...

• Miedo a subir al Calvario.• Miedo a la muerte.V Jesús tiene una confianza sin

límites y camina con corajehacia la muerte para devol-vernos a nosotros la vida.

Me sitúo ante mi fe• ¿Cómo va la vida, de piedad, en mi

familia?• ¿Nos dirigimos juntos a Dios en al-

gún momento del día?• ¿Hacemos oración juntos?• ¿Buscamos la voluntad del Padre,

como esposos comprometidos?

Me sitúo ante mi perdón• ¿Pido perdón por el mal que hago,

aunque sea sin querer hacerlo?• ¿Pido perdón cuando llegan las cri-

sis matrimoniales, familiares, conlos hijos...?

• ¿Pido perdón por esas heridas malcicatrizadas, que no fui capaz desanar?

Desde mi realidad familiar• ¿Soy consciente de que los que es-

tán a mi lado pueden estar pasan-do las mismas situaciones que yo?

• ¿Qué hago para remediarlo?• ¿Les he preguntado qué les pasa? • ¿He escuchado sus sentimientos, o

quizá me aterraba el compromisoque adquiría al compartirlos?

• ¿Qué podré decirle al Señor, hoy,de todo esto?

Después de todo esto, sólo me quedadecirle: Tú lo puedes todo, Señor. Túeres grande de verdad; Tú te compade-ces de nosotros.

Quiero aprender de Ti, viviendo mipasión con alegría; regalando, a todos,mi esfuerzo para que ellos sean felices.

✒ Julia [email protected]


Soledades, Miedos... Con Jesús,aún los ciegos caminan seguros,

con coraje.


SANTA GEMA, SU VIDA (I)ESCRITA POR ELLA MISMA, POR MANDATO DE SU DIRECTOR ESPIRITUAL,

PADRE GERMÁN. COMENTARIO POR PABLO GARCÍA, C.P.

“Papá mío, escúcheme:“Yo tenía precisamente la idea de ha-

cer la confesión general de mis pecadossin añadir nada más, pero su ángel dela guarda me ha reñido, diciéndme queobedezca y haga como un compendio detodo lo que me ha sucedido en la vida,bueno y malo.

“¡Cuánto me cuesta, papá mío, obede-cer! Pero tenga buen cuidado, lo lea y lorelea usted cuantas veces quiera; peroque no lo veo ningún otro fuera de us-ted. Y luego lo queme inmediatamente,¿de acuerdo?

“El ángel ha prometido ayudarme yhacerme recordarlo todo, porque –se lodigo así de claro– he llorado; no lo que-ría hacer. Me desanimaba el tener que

traerlo otra vez a la memoria; pero elángel me ha prometido ayudarme.

“Y luego, papá mío, pienso que, cuan-do lea este escrito y conozca mis peca-dos, se enfadará y no querrá ya ser mipapá. Entonces sí que... Pero usted que-rrá serlo siempre; así lo espero. Prepá-rese, pues, a escuchar pecados de todogénero y especie.

“Y usted, papá mío, ¿aprueba lo queme ha dicho el ángel, esto es, que lecuente toda mi vida? Es una ordensuya, pero bien sé que lo que me dice elángel es algo que mi papá tiene ya en lamente y en el corazón. Escribiéndolotodo, lo bueno y lo malo, podrá usted en-tender mejor lo mala que he sido, sien-do todos tan buenos conmigo, y lo ingra-ta que me he mostrado con Jesús y al nohaber querido escuchar los buenos con-sejos de mis padres y de las maestras.

“Pues manos a la obra, papá mío.¡Viva Jesús!”.

COMENTARIO

El título de este escrito de Gema,como puede leerse todavía en la cubier-ta del cuaderno en que se conserva, eraéste: “A mi papá para que lo queme in-mediatamente”.

“A mi papá”. Y “para que lo quemeinmediatamente”. ¡Pero si su “papá” ha-bía fallecido ya hacía tiempo! ¿Cómo loiba, pues, a leer? ¿Y a quemar?

Ese “papá mío”, “mi papá”, como ellase expresa en éste y en otros escritossuyos, era un religioso pasionista italia-no, muy santo y muy docto en los cami-nos de Dios. Se llamaba Germán Ruop-polo (o “de San Estanislao”). Nacido en1850, hizo su primera comunión a loscinco años, profesó en la Congregación

Padre Germán,

director espiritual de Gema.


Pasionista en 1870, fue ordenado sacer-dote en Bélgica en 1892, tuvo su resi-dencia en Roma.

Después de la visión que se narra alfinal de esta autobiografía (año 1900) ypor un designio especial de Dios, el pa-dre Germán sería el director espiritualde santa Gema hasta la muerte de éstaen 1903.

A lo largo de todo este escrito, ade-más de cosas muy sencillas y ordina-rias de la vida, aparecerán también he-chos y fenómenos verdaderamente ex-traordinarios: visiones, apariciones, lo-cuciones con personajes que no son deeste mundo, éxtasis, impresión miste-riosa de llagas, etc., etc.

A la mentalidad crítica y positivistade nuestros días, todo esto le pareceráincreíble, obra únicamente de una cabe-za calenturienta y alucinada, y de unapersonalidad exaltada y enfermiza. No

es de extrañar. Algo parecido debió te-mer también monseñor Volpi, el confe-sor y entonces todavía director espiri-tual de Gema, cuando acudió a un mé-dico especialista para examinar y valo-rar las evidentes llagas que él mismopudo ver todavía sangrantes en las ma-nos de esa joven santa.

No deja de extrañar que el que riñó aGema y le mandó que obedeciera y es-cribiera lo que se le había ordenado nofue, precisamente, su ángel de la guar-da, sino el ángel de la guarda de su di-rector espiritual. A Gema le costó mu-cho obedecer y cumplir dicha orden.Ella misma lo dice: ¡Cuánto me costó,papá mío, obedecer!

Animada por ese ángel y con su ayu-da, la joven puso manos a la obra y co-menzó a escribir su trabajo el 17 de fe-brero de 1901. El 15 de mayo de esemismo año lo tenía ya terminado, guar-dándolo inmediatamente con llave enun cajón de su escritorio, donde estuvohasta que, en el mes de julio, tuvo lugarla sustracción diabólica del mismo.

¿Por qué Gema pide al padre Ger-mán que lo queme inmediatamente des-pués de leerlo? Por la misma razón porla que le pide que no lo vea ningún otrofuera de usted, por la que le dice que hellorado, no lo quería hacer, y que me de-sanimaba el tener que traerlo otra vez ala memoria.

A la memoria, ¿qué? Yo pienso que loque no quería traer a la memoria eranlo que ella consideraba sus pecados, sus“muchos y grandes pecados”.

Pero Gema obedeció a su director es-piritual y este maravilloso escrito haayudado y continúa todavía hoy ayu-dando a muchas almas en su caminohacia Dios.

Del destinatario, esto es, del padreGermán, se hablará más ampliamenteen el Apéndice 4.º, “Los directores espi-rituales de Gema”.

✒ Pablo García, C.P.

Santa Gema en su altar Santuario

del Villar Corella, Navarra.


CONTEMPLAR AL CRISTO MUERTOCON LA LUZ DE LA FE

CON LA AYUDA DE REMBRANDT

En 1632, el pintor holandés Rembrandt (1606-1669) ini-ció una serie de pinturas con la Pasión de Jesucristo comotema central. Este cuadro titulado “El entierro de Cristo”forma parte de esa serie. Para realizar su obra el autor uti-liza lo mejor de su arte. Su obra es claramente barroca, congran teatralidad y dramatismo. La pintura holandesa, acuya tradición pertenece el autor, es tremendamente sim-bolista y todos sus elementos están llenos de evocaciones ymensajes. Descifrarlos nos introduce en su dinamismo in-terno, nos hace participar de lo representado en la escena.

La luz es el símbolo principal sobre el que se articulatodo el significado de la obra.

Comenzamos observando el cuadro en su conjunto. Laescena se articula sobre tres vértices que son tres focos deluz: El cielo, el farol y la vela.

La luz del cielo en la parte superior recibida a través deuna oquedad puede ser tanto crepuscular como de un ama-necer. Nos permite ver el calvario en el que se dibujan contrazos muy débiles las tres cruces ahora vacías. Sugiereque se anuncia la llegada del Día. Este primer vértice lu-minoso nos sitúa ante la orden primera del Dios Creador:“Que se haga la luz” (Gn. 1,3), tras la oscuridad que tam-bién inundó todo en el momento de la muerte de Cristo.

El farol situado a la derecha del cuadro tiene una luzmortecina. Su forma es común y su emplomado o estruc-tura tiene forma de cruz. El pueblo que caminaba en ti-nieblas “verá una gran luz” (Is 9,1). La fe del Viejo Israelha sido linterna para el camino hasta el que ahora es laLuz. Por ello queda desechado, en segundo plano, tras ha-ber cumplido su misión.

La luz de la vela es paradójicamente la más potente detodas. Es la que ilumina la escena primera. Es la másfuerte pero su foco no está a la vista del espectador sinoprotegida. O escondida, tras la mno del que la sostiene. Ladébil llama de la vela reverbera en el cuerpo muerto lle-nándolo de vida o señalando la vida en él contenida.

¿Quién es el personaje que sostiene la vela que da luz ynos permite ver al Cristo muerto deslumbrante? El Evangelista Juan narra que José de Arima-tea y Nicodemo fueron a retirar el cuerpo de Jesús para darle sepultura (cf. Jn 38-39). Al seña-lar a Nicodemo el evangelista apunta “aquel que anteriormente había ido a verle de noche”. Eldiálogo de Jesús con Nicodemo recogido en el capítulo tercero del Evangelio de Juan está salpi-cado de referencia al sentido de la muerte de Jesús, “tanto amó Dios al mundo que envió a suHijo”, y a la luz que es Cristo. Por ello podemos pensar que el personaje que sostiene la vela de-fendiendo su llama y mira el cuerpo iluminado de Cristo es Nicodemo. Porta en su mano la dé-bil lámpara de su fe, que ocultó ante los judíos, pero que le permite, sin embargo, comprender yentender el sentido y la vida que brota de aquel cuerpo muerto.

En las tinieblas brilla una luz que permite adorar y comprender. Y suscita un nuevo ver. Es el fonde la fe que con la debilidad de una pequeña llama permite reconocer la amorosa y luminosa acciónde Dios en Aquel Cuerpo entregado: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo” (Jn 3).

Supliquemos la luz de la fe que nos permita descubrir la Vida en el Cristo Muerto.

✒ Lide Martín

El apóstol Pablo se presenta a sí mismo como testigo del Se-ñor Resucitado, agraciado con esta revelación de Dios. Con suresurrección Dios ha inaugurado los últimos tiempos, haabierto un horizonte de esperanza insospechado y ha comen-zado una existencia nueva. Se reconoce agraciado con el donde la “aparición del Señor Resucitado” (1ª Cort.15,8) que lo hahecho criatura nueva, más allá de su fe judía y le ha otorga-do la vocación de apóstol.

Pablo anunciará que el acontecimiento de la resurrecciónde Cristo lo hace Señor y Juez y es garantía y primicia denuestra propia resurrección: “Cristo resucitó de entre losmuertos como primicia de los que durmieron” (1ª Cort.15,20).Gran parte del capítulo 15 de la primera carta a los Corintioses un intento de hacer razonable el cómo de nuestra resu-rrección. Para ello utiliza la imagen de la siembra: “se siem-bra corrupción, se resucita incorrupción; todos seremos trans-formados”. Y todo esto que va más allá de lo esperado es fru-to de la acción de Dios en Cristo. Por ello concluye en una ala-banza: ¡Gracias sean dadas a Dios que nos ha dado la victoriapor nuestro Señor Jesucristo! (1ª Cort.15,56).

La resurrección del Señor inaugura los tiempos nuevos ycon ellos una existencia nueva pues hace habitar en nosotrosel Espíritu vivificante de Dios: “ Si el Espíritu de aquel que re-sucitó a Jesucristo de entre los muertos habita en vosotros,Aquel que resucitó a Cristo de entre los muertos dará tam-

bién la vida a vuestros cuerpos mortales, por su Espíritu que habita en vosotros” ( Rm.8,11).Esta nueva existencia se nos participa en el bautismo, sacramento pascual: “Fuimos con él se-pultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entrelos muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva”(Rm.6,4). El creyente se encuentra situado entre dos polos: por un lado, la resurrección, que dealgún modo está presente y operante en nosotros (cf. Col.3,1-4; Ef.2,6); por otro, la urgencia deinsertarnos en el proceso que conduce a todos y a todo a la plenitud, descrita en la carta a losRomanos con una imagen audaz: como toda la creación gime y sufre casi dolores de parto, asítambién nosotros gemimos en espera de la redención de nuestro cuerpo, de nuestra redención yresurrección (cf. Rm.8,18-23). Así el cristiano se inserta en el proceso gracias al cual el primerAdán, terrestre y sujeto a la corrupción y a la muerte, se va transformando en el último Adán,celestial e incorruptible. El verdadero creyente, según el apóstol Pablo, obtiene la salvación pro-fesando con su boca que Jesús es el Señor y creyendo con el corazón que Dios lo resucitó de en-tre los muertos (cf. Rm.10,9). Es importante ante todo el corazón que cree en Cristo y que por lafe ‘toca’ al Resucitado. Brota así la existencia pascual en nosotros.

Toda esta novedad proviene de “Aquel que ha sido constituido Hijo de Dios con poder según el Es-píritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro” (cf. Rm.1,4).

✒ J. L. Quintero

Del apóstol Pablo y sus cartas

CRISTO, EL SEÑOR RESUCITADO

Y RESUCITADOR POR EL DON DEL ESPÍRITU

“Si por Adán todos mueren, por Cristo todos vuelven a lavida” (1ª Cort 15-22).

“Cristo, una vez resucitado ya no muere más” (Rm 6,9).

“Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí, que Cris-to murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultadoy que resucitó al tercer día, según las Escrituras” (1ª Cort 15,3-4).

EN EL AÑO PAULINO



La tumba de una persona es el lugar pri-vilegiado para la memoria. En Tierra San-ta se encuentra la Tumba de María en eltorrente Cedrón, del rey David en el monteSión, del profeta Samuel en Ramot, de losPatriarcas en Hebrón, de Raquel en Belén,de Moisés frente a Jericó según la tradiciónmusulmana, de Maimónides y varios Rabi-nos en Tiberíades, de San Lázaro en Beta-nia, y de otros personajes que han dejadohuella en la historia de las religiones.

Para los cristianos, sin duda, el lugarmás santo es el Sepulcro de Jesucristo, enJerusalén. Allí fue colocado el cuerpo deJesús, una vez bajado de la cruz, y en élreposó durante tres días.

LA TUMBA DE ADÁNY LA DE CRISTO

El Santo Sepulcro es una parte de lagran Basílica de la Resurrección. Ortodo-xos griegos, armenios coptos, sirios y etí-opes y católicos latinos custodian los dis-tintos espacios dentro del recinto, que noshablan de este misterio de la Pasión,Muerte y Resurrección de Jesús.

Entre todos estos espacios llama laatención uno, no por su belleza, sino porel sentido teológico que tiene: La Capillade Adán. Construida en el s. VII, justo de-bajo de lo que queda del monte Calvario,no hay nada que ver en ella; ni imágenes,ni decorados. Un altar, y al fondo unaventana desde donde se ve la roca delCalvario. Para darle un poco de interéslos guías hacen ver a los peregrinos lagrieta que se produjo con el terremototras la muerte de Cristo.

Pero el nombre de la capilla y el lugardonde está es realmente la condensaciónde la Palabra de Dios para la situación decada persona y de este pueblo.

La tradición cristiana, ya desde Oríge-nes, sitúa la muerte de Cristo sobre latumba de Adán. ¿La tumba de Adán?

CURIOSAS LEYENDAS

Por ser un lugar teológico, no histórico,cada tradición religiosa sitúa la tumba deAdán en el sitio más apropiado, adornán-dolo de curiosas leyendas.

Así los judíos creen que se encuentraen Hebrón, 30 km. al sur de Jerusalén.Abrahán compró allí la cueva de Macpelápara ser enterrado él y su esposa Sara. Yentorno a la cueva surgió esta antiquísi-ma ciudad, llamada en un principio Kir-yat Arbá (la ciudad de los cuatro), en re-ferencia a los patriarcas enterrados:Adán y Eva, Abrahán y Sara, Isaac y Re-beca, Jacob y Lia.

“Como el delito de uno atrajo sobre todos los hombres la condenación, así también la obra dejusticia de uno provoca a todos la justificación que da la vida. En efecto, así como por la deso-bediencia de un hombre, todos fueron constituídos pecadores, así también por la obediencia deuno todos serán constituidos justos.” Rm 5,18-19.


Los musulmanes veneran el recuerdode Adán en la propia Meca, para ellos elcentro del mundo, donde se refugió unavez expulsado del Paraíso, llevando consi-go una piedra blanca del jardín de Dios(Ka’aba). Con ella construyó su santuario.Con el tiempo, a cada beso de los peregri-nos, la piedra se fue oscureciendo hastavolverse totalmente negra, a causa de lospecados de los hombres. En la Meca, Agar,esclava de Abrahán, a punto de morir desed, fue milagrosamente salvada juntocon su hijo Ismael, por intervención delarcángel san Gabriel. Ismael es conside-rado “padre” de todos los árabes.

En el siglo XII surgió la Leyenda Aureacristiana que refiere el viaje de Set al Pa-raíso. Cuando Adán alcanzó la edad de932 años, se sintió cansado de trabajar yde vivir. Llamó a su hijo Set y lo mandó alparaíso para obtener de Dios el óleo de lamisericordia. El ángel que guardaba lapuerta le permitió asomarse, y vio en elcentro de jardín el árbol de la vida, com-pletamente seco, y junto a él la serpiente.El ángel tomó tres semillas del árbol y selas dio a Set para que las colocara debajode la lengua de Adán. A los tres días mu-rió, y lo enterraron, pero de su tumba bro-tó un árbol de ramas de cedro, de cipres yde palmera (el cedro, por su altura, repre-senta al Padre eterno, el ciprés por su fra-gancia recuerda a Jesucristo y la palmera,por su abundante fruto, es símbolo del Es-píritu Santo). Con la madera de este árbolse hizo la Cruz de Jesucristo.

LA MUERTE DE JESUCRISTO

“Adám” es una palabra hebrea que signi-fica “hombre”, estrechamente unida a

“Adama” (tierra) Jesucristo muere en elCalvario. A diferencia de tantos inocentesasesinados, a Jesús no le matan (podía per-fectamente haberlo evitado), sino que élentrega la vida. Siendo inocente, como loscorderos sacrificados a pocos metros, en elTemplo, en aquellos días de Pascua, ofrecela vida para destruir el poder de la Ser-piente que tiene esclava a la criatura másquerida por Dios: el ser humano. Su sangrese desliza silenciosamente por el maderode la cruz, hasta empapar la tierra.

Si te colocas en el centro de la Capillade Adán, mirando hacia arriba puedessentir esa sangre que entra en la tierra yllega hasta ti. Yo soy Adán; esta es mi ca-pilla, en el interior de la tierra. Adán esel hombre que no acierta a encontrar elParaíso, que encuentra cerrada la entra-da al árbol de la vida. Adán son los dese-os universales de paz, justicia y felicidad,contrastados con tantas realidades deguerra, injusticia y sufrimiento. Lo esta-mos viendo cada día en la calle, en casa yen nosotros mismos. Lo hemos visto enTierra Santa cuando la Serpiente ha de-satado su furia en Gaza. Pero la sangrede Cristo ha purificado la frente de estehombre que ha perdido a Dios: hay espe-ranza, merece la pena creer en el poderdel Cordero de Dios, y por eso merece lapena trabajar por reconstruir el paraíso.Bienventurados los que trabajan por lapaz y la justicia.

Este pensamiento fue ya expresado porOrígenes, y posteriormente por la icono-grafía cristiana, que colocaba a los piesde la Cruz una calavera. La tradición ju-deo cristiana narra que Noé recogió elcráneo de Adán, se lo entregó a su hijoSem y éste a Melquisedek, rey de Salém(es decir, Jerusalén), quien lo enterró enel monte que pasó a llamarse “la Calave-ra”, en hebreo Gólgota. En la capilla deAdán hay un pequeño altar dedicado aMelquisedek.

La tumba de Adán existe, porque estáen cada uno de nosotros. Y sobre nuestracabeza fue trazado el signo de la cruz eldía de nuestro bautismo. Los peregrinosque se acercan al calvario meten la manoen el agujero donde fue clavada la cruz deJesús: están acariciando su propia salva-ción.

✒ P. Roberto Martínez, C.P.Betania - Jerusalén


Las Secuencias son piezas deritmo libre. Se cantan, en la cele-bración eucarística, antes del ale-luya. Tomaron gran auge hacia els. XII porque, al estar compues-tas con melodías gregorianassimples, permitían, fácilmente, laparticipación del pueblo.

Después de la reforma litúrgicadel Vaticano II, el canto de las se-cuencias es facultativo, excepto el“Victimae paschali” (en el día dePascua y su octava) y el “VeniSancte Spiritus” (en Pentecostés).

En las fiestas en que la litur-gia las precribe, en los Monas-terios las continuamos cantan-do, siguiendo esta tradición desiglos.

Vamos a ocuparnos, brevemen-te, de la Secuencia de Pascua de-nominada Victimae paschali(Víctima Pascual).

VICTIMAE PASCHALI

1.ª Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanzaa gloria de la Víctima propicia de la Pascua.

2.ª Cordero sin pecado, que a las ovejas salva:a Dios y a los culpables unió con nueva alianza.Lucharon vida y muerte en singular batallay, muerto el que es la vida, triunfante se le-vanta.

3.ª ¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?–A mi Señor glorioso, la tumba abandonada,los ángeles testigos, sudarios y mortaja.¡Resucitó de veras mi amor y mi esperanza!

4.ªa Venid a Galilea, allí el Señor aguarda;allí veréis los suyos la gloria de la Pascua.

4.ªb Primicia de los muertos, sabemos por tu graciaque estás resucitado, la muerte en ti no man-da.

5.ª Rey vencedor, apiádate de la miseria humanay da a tus fieles parte en tu victoria santa.Amén. Aleluya.

ESTROFA 1.ª En una primera lectura nos pre-guntamos quién dice a quién estas palabras¿Quién habla y exhorta a los cristianos a ofrecerofrendas de alabanza? La respuesta es: nos hablala Iglesia, la Madre -Iglesia. Ella es la que dice:“Hijos míos, cristianos, ofreced en este DÍA ofren-das de alabanza.

“Así puede desarrollarse entrelos cristianos un verdadero espí-ritu filial con respecto a la Igle-sia. Es el desarrollo normal de lagracia bautismal, que nos engen-dró en el seno de la Iglesia y noshizo miembros de Cristo. En susolicitud materna, la Iglesia nosconcede la misericordia de Diosque va más allá del simple per-dón de los pecados y actúa espe-cialmente en el Sacramento de laReconciliación. Como Madre pre-visora, nos prodiga también en suliturgia, día tras día, el alimentode la Palabra y de la Eucaristíadel Señor” (C.I.C.,2040).

Pero también nos importa saberqué son esas ofrendas de alaban-za, qué hemos de ofrecer en honory a la gloria de Cristo –la verda-

dera Víctima de la Pascua–. A esto nos ayuda S. Pa-blo cuando escribe a los cristianos de Roma “ofrecedvuestro cuerpo como hostia viva, santa, agradable aDios. Este es vuestro culto” (Rm 12,1). De este modo,comprendemos que, la ofrenda, no es propiamentellevar cosas, objetos, frutos, obsequios, sacrificios, alaltar del Señor, sino ser nosotros mismos –con todonuestro ser y nuestra vida– la ofrenda, el sacrificioofrecido. La ofrenda, si es sincera y con amor, es feliz.Hoy estamos felices porque Cristo ha resucitado.

¡Bendito seas, Cristo, en este DÍAde tu santa Resurrección!

“Todas sus obras, oraciones, obras apostólicas,la vida conyugal y familiar, el trabajo diario, eldescanso espiritual y corporal, si se realizan enel Espíritu, incluso las molestias de la vida, si sellevan con paciencia, todo ello se convierte ensacrificios espirituales agradables a Dios por Je-sucristo” (L.G.34; C.I.C. 901).

ESTROFA 2.ª Una vez que, nuestra Madre laIglesia, nos ha invitado a ser de Cristo, ofreciéndo-nos a Él y buscando las cosas de arriba (Col.3,1).Ella es, también la primera que confiesa la fe.

“La Iglesia es la primera que cree, y así con-duce, alimenta y sostiene mi fe. La Iglesia es laprimera que, en todas partes, confiesa al Se-ñor..., y con ella y en ella somos impulsados yllevados a confesar también: creo, creemos”(C.I.C. 168).Y ¿qué es lo que cree y confiesa la Iglesia? Queel Cordero es Cristo. Él, siendo inocente, pues

LA SECUENCIA PASCUAL

TIEMPO DE PASCUA

Jerusalén: Santo Sepulcro.

Lugar de la Resurrección.

no tenía pecado, nos ha salvado a nosotros, susovejas pecadores. Él, Dios y hombre verdadero,une en sí mismo el cielo y la tierra, a Dios y alos hombres. Es la alianza que nunca jamás seromperá. Él ha sido crucificado, muerto y sepul-tado, pero al tercer día resucitó.

ESTROFA 3.ª Avanzando un poco más, vemosque, en la 3.ª estrofa, la Iglesia se dirige a una desus hijas, a María Magdalena, y, en nombre de todosnosotros, le pregunta:

Dinos María. ¿Qué has visto?Con esta estrofa y, en concreto, en los versos

donde habla Mª Magdalena estamos en el centrode toda la Secuencia cuando se dice:RESUCITÓ DE VERAS MI AMORY MI ESPERANZA.

Este amor y esta esperanza es Cristo resucitado.Nadie ha sido testigo ocular de su Resurrección por-que sobrepasa la historia (C.I.C. 647). Pero Mª Mag-dalena nos transmite la experiencia de su encuen-tro con el Señor y unos signos que atestiguan cómoel cuerpo de Cristo ha escapado por el poder de Diosde la muerte y la corrupción (C.I.C. 657). Estos sig-nos son el sepulcro vacío y las vendas en el suelo.

“La Resurrección de Jesús es la verdad cul-minante de nuestra fe en Cristo, creída y vividapor la primera comunidad cristiana como ver-dad central, transmitida como fundamental porla Tradición, establecida en los documentos delNuevo Testamento, predicada como parte esen-cial del Misterio Pascual al mismo tiempo que laCruz” (C.I.C. 638).

ESTROFA 4.ªa De nuevo, la Iglesia toma la pa-labra y nos llama a nosotros, sus hijos:

Venid a Galilea. Salid de vosotros hacia Dios yhacia los demás; no quedéis encerrados en vuestrossufrimientos, soledades, fracasos, en vuestras triste-zas, y muerte. Porque en todos los rincones de la viday del mundo aguarda el Señor resucitado. Él va convosotros, os da fuerza y ayuda. Él es la única espe-ranza y la verdadera alegría.

ESTROFA 4.ªb y 5.ª Por último, la Iglesia-Ma-dre que, también, es Esposa de Cristo se dirige a suEsposo:

• Primero –en nombre de todos nosotros, sus hi-jos– declarándole su fe: Tù, Oh Cristo eres laPrimicia de los muertos. Sabemos que vivespara siempre y la muerte ya no tiene dominiosobre Ti.

• Y, seguidamente, intercediendo por nosotros ypor todos los hombres: Te ruego que te apiadesde las miserias de los hombres, de sus sufri-mientos, de sus lágrimas, de sus guerras, de susenfermedades, de sus caminos tortuosos, de susmuertes... Y da a los que te son fieles parte entu Victoria santa.

Como conclusión, en la Secuencia pascual descu-brimos:

1. Nuestra fe es la fe de la Iglesia. Ella es nues-tra Madre y Maestra (Cf. C.I.C. 169). Es la quenos propone, interpreta, custodia la Palabra(D.V.10), la que nos perdona y nos alimenta, laque está presente cuando comenzamos la vida–Bautismo– la que jalona con su amor, su Pre-sencia y sus Sacramentos todo nuestro caminoy acontecimientos y la que nos dará la manoen el momento de la muerte (Viático) (Cf C.I.C.1683).

2. Ella, la Iglesia, también intercede por noso-tros. Gracias a la oración de la Iglesia nosotrossomos cristianos y seremos mejores cristianossi la amamos y obedecemos, fieles al EspírituSanto.

3. La Iglesia nos enseña a orar. Por eso hemos derecibir sus palabras de fe con fe. Hemos de re-petirlas, como los niños repiten –y aprenden–de sus padres las primeras palabras humanas(Cf. C.I.C. 171). Repetir sus palabras para me-ditarlas, meditarlas para orarlas y así partici-par en la verdadera fe contemplando su ado-rable misterio.

Que, por la lectura y la oración de esta Secuencia,también nosotros confesemos con el corazón y los la-bios:

RESUCITÓ DE VERAS MI AMORY MI ESPERANZA

✒ Sor Cati de la Trinidad, C.P.


12

1. El Crucificado, resucitó y vive.

2. La Pascua, es luz, LUZ de Resurrección

¡Aleluya!

LA ÚLTIMA CENA JUNTOS

CONFIDENCIAS DE JESÚS.EL CASO DE PEDRO

Amigos: ¡Cuánto he deseado celebraresta cena con vosotros! Hemos tenido tan-tas... pero ésta es muy especial. Es decisiva,sabéis. Es la última. Y sin que yo os lo hayamandado, la vais a llamar “la última cena”para siempre, por los siglos de los siglos.

–Señor, sobra un cojín.–No, Pedro. Que Judas volverá pronto.

ha ido a realizar unas compras, o tal veza dar algo a los pobres.

El ambiente está cargado y tenso. Losdiscípulos saben que la cena pascual paraun judío es la razón de ser de su pueblo,de su historia, de su libertad. Pero es que,además, hoy el Maestro está solemne,profundo, como definitivo.

Ya están todos a la mesa. Y Jesús, ha-ciéndose cargo de todo lo que está pasan-do en el corazón de cada uno de sus após-toles, sabiendo que el Padre Dios lo hapuesto todo en sus manos; que de Diosviene y a Él va, habiendo amado a los su-yos, lo está haciendo hasta el colmo.

Y demostrando que su amor, ademásde divino es humano, se levanta de lamesa, se ciñe una toalla, toma una jofai-na con agua y comienza a lavarles lospies a sus discípulos arrodillándose de-lante de cada uno.

–Cuidado con la sandalia, Felipe, quees de estreno.

–Fue un regalito que me hizo Tomáspara la Pascua, sabes.

Todos intentan disimular su emoción;pero cuando se miran se ven los ojos comoplatos. Y Jesús sigue adelante con su ges-to. Concentrado como quien está institu-yendo el lado más fraterno de la Eucaris-tía, pero a la vez atento a todos y a cadauno. Los conoce hasta los tuétanos.

–¡Señor! ¿Tú a mí? Eso sí que no –diceel delegado del grupo, cuando Jesús searrodilla a sus pies.

–No fanfarronees, Pedro. Que nos cono-cemos. Cuando la humildad no es verda-dera se convierte en soberbia refinada. Si

no dejas que te lave los pies, es que quie-res romper conmigo.

–Oh, Maestro: entonces ducha comple-ta y con detergente.

–No es el caso, Pedro. Aunque lo sufi-ciente pero sin señalar con el dedo. Con lobrutos que son estos chicos, despedazarí-an delante de él al traidor (aunque ellosignoran que no son mucho mejores).

Jesús se puso la capa y volvió a ocuparsu puesto en la mesa. Terminado el gesto,comienza la catequesis:

–¿Comprendéis bien lo que he hecho?–No del todo, Maestro –apunta Andrés

espontáneo––Os lo explico: Vosotros me llamáis

“maestro” y “señor”, ¿verdad?–Pues claro.–Y hacéis bien, porque lo soy. Si, pues,

yo, siendo Señor y Maestro, os he lavadolos pies, lo mismo debéis hacer unos conotros. Os doy ejemplo. Seréis felices si loseguís.

AMBIENTE TENSO

Aparentemente el ambiente se va dis-tendiendo. Pero es sólo apariencia.

TARDE DE JUEVES SANTO



El Maestro acaba de decirles que eltraidor está entre ellos. Esto les pone ahervir: mirar, no mirar; dirigirse a Jesús,preguntar al de al lado. ¿Y si está codocon codo? ¡Yavhé Sebahot, que lo mato!

Juan, por especialmente amado y Pedro,por representante de la pandilla, parecentener información privilegiada. Lo ciertoes que Judas, recibido de Jesús un bocadoescogido, salió de estampida de la sala. Yfue como si acabara de descargar una tor-menta que estuvo amenazando y ahoradeja el cielo limpio y la tierra fresca. Tan-to que Jesús, cercano siempre pero ahoramás, dice acomodándose sobre el cojín:

–Ahora ha sido glorificado el Hijo delhombre y Dios es glorificado en él. Hijosmíos, esto toca a su fin. Me queda pocotiempo de estar con vosotros. Ahí os que-da el encargo que concentra toda mi en-señanza: Quereos de verdad, como Yoos quiero. Ahí está todo. Ésta es laseñal. No hace falta ninguna otra. Yporque sois débiles, perdonaos cuantasveces haga falta.

LA CENA, LA SOBREMESAY EL LARGO VIAJE

Prosigue la cena. Larga. Y abundante,que es Pascua. Buen pan, mejor vino. Y elcordero con el acompañante clásico dehierbas.

La sobremesa está poblada de senti-mientos aparentemente encontrados. Alos discípulos les sobrecoge la serenidadde Jesús que vive todo esto como quiencorona un proceso de entrega y amor in-finitos. Y en un momento de esta largasobremesa, toma el pan y exclama mi-rándolo y mirándoles: Ésto es mi cuer-po que se entrega por vosotros. Y lomismo la copa de vino: Ésta es mi san-gre que va a ser derramada por vo-sotros y por todos los hombres, aun-que muchos no lo sepan. Lo sabrán sólosi vosotros se lo decís y lo sabéis celebrar.Hacedlo, por favor, para no olvidarmenunca.

–Nos vamos.–¿A dónde, Señor? –pregunta el Pedro

de siempre.–A cumplir la voluntad del Padre.–¿Y eso?–Tú ahora no lo comprendes. Lo com-

prenderás más tarde. Porque ésta es mihora, pero todos tendréis la vuestra.

No se os encoja el corazón. Creed enDios y creed en Mí. La casa de mi Padrees grande y tiene muchas habitaciones.Yo voy por delante a prepararos sitio. Yosoy el camino y la verdad y la vida.

–Señor, ¿y cuándo...?–Venga, vámonos.

✒ Jesús Prieto, C.P.

Jerusalén, Capilla adjunta al Cenáculo,lugar en el que Jesús instituyó la Eucaristía.

Jerusalén, Capilla adjunta al Cenáculo,lugar en el que Jesús instituyó la Eucaristía.


La Confirmación es parte integrante“y momento central de la entera inicia-ción cristiana” ha dicho con énfasis re-cientemente, repetidamente, un granespecialista al respecto (Arturo RO-BERT, en “Gregorianum” v.72 pp. 491-513). Y prosigue: “como obra del Espíri-tu, no puede ser vista como apéndicedel bautismo, así como Pentecostés nofue de hecho apéndice del misterio pas-cual de Cristo, sino plenitud y cumpli-miento de su obra salvífica en medio delos hombres” (ib. p. 491).

Aquí la primera afirmación es refe-rente al sentido y valor de la misión(en-vío) del Espíritu Santo. Y, como hemosapuntado ya, pertenece al orden delgran momento de la iniciación cristia-na, ojalá que bien realizada. Así comoel bautismo radica en el misterio de lamuerte y resurrección de Cristo (Rom6, y Col 2,12), la confirmación tiene co-mo fundamento Pentecostés, inaugu-rando así el tiempo de la Iglesia con elenvío de los apóstoles y de los creyen-tes al mundo a través de ellos (Hch19,1 ss. y Hch 8,14 ss.).

Así, hombres y mujeres elegidos porel Señor son enviados al mundo paracumplir “la misión que Cristo dejó co-menzada” (dice S. Tomás), misión parala cual han sido constituidos con pode-res proféticos, sacerdotales y reales delpropio Señor, como elegidos, consagra-dos y enviados suyos al mundo. O seaque han llegado los tiempos de Cristo yde los cristianos. A este respecto, SantoTomás dice que “el carácter que impri-me el sacramento de la confirmación esuna potestad espiritual ordenada a

BASE Y FUNDAMENTO

unas acciones espirituales... que pro-mueve al hombre [y mujer] a la perfec-ta edad espiritual” (III, 72,5). E insiste:para llevar a cabo unas acciones másallá de las que se dan por el bautismo;y no sólo en favor suyo propio, sinotambién para difusión y defensa de lafe en el mundo y en el ambiente social.Santo Tomás habla de “ens inquietum”refiriéndose a este don de Dios. El con-firmado es un ser inquieto.

Aquí aparecen en acción las tresPersonas divinas: Jesús habla del en-vío del Espíritu desde el padre (Jn 14,16 y 26), un envío de Jesucristo (Jn15,26; 16,17; Lc 24,49), textos que, con-frontándolos con Hechos 1,4, tratan delcumplimiento de la promesa del Padre

LAS TRES PERSONAS DIVINAS EN ACCIÓN

CONFIRMAR A LOS JÓVENES:TAMBIÉN HOY

SACRAMENTO Y VIDA

El joven creyente, se asienta firme,

sobre la roca de la fe.


que Cristo ha renovado primero y cum-plido después. Es un cumplimiento quecomienza en Pentecostés, pero que se

extenderá a todos los tiempos venide-ros, también los nuestros, aunque pa-rezcan arduos y difíciles...

Es tiempo de Iglesia, también elnuestro, por ser tiempo del EspírituSanto. Y a eso viene la Confirmación:“para construcción de la Iglesia e im-plantar el Reino de Dios” (ib. p. 492).En la confirmación en efecto el Espíri-tu viene a nosotros por las mismas ra-zones, para los mismos fines que a Je-sucristo: es una misma y única teofaníaen diversos tiempos. Una única misiónde salvación de todos.

Es un Pentecostés continuado, mis-mo acontecimiento, no un apéndice, si-no la proclamación constitutiva y efec-tiva, la razón última de la entera his-toria de salvación, síntesis de las pro-mesas y premisas de su puesta en prác-tica a través de estos jóvenes que aho-ra se confirman y que llevan a cumpli-miento la obra de salvación inauguradapor Cristo y dejada en nuestras manos,Ojalá que buenas manos.

✒ Mons. José Luis Larrabe(Especial para REVISTA PASIONARIO)

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Adoración Márquez, de Tomelloso, al tiempo que pide aSanta Gema la pronta solución de un problema judicial quele preocupa mucho, le da gracias por el feliz éxito de la in-tervención a que debió someterse su marido, diabético, de uncáncer colo-rectal. El informe médico de alta de la hospitali-zación, que nos remite, es aleccionador. ¡Gracias, Santa Ge-ma, una vez más!

“Gracias, Santa Gema, por la vida y por la salud, por mishijos, por mi trabajo. Guíalos tú siempre. Intercede por la sa-lud de mi marido. Ángeles Hernández,

Carbonero el Mayor (Segovia)

“A raíz de mi operación, eternamente agradecida a SantaGema”. Encarna (Madrid)

CONFIRMACIÓN. La Trinidad en acción.

Sta. Gema, en la iglesia de San Miguel, en Mula, Murcia.

(Archivo iconográfico de D. Francisco Sakkeras.)


La tumba no, la cuna

OTRA JUVENTUD

Lo señalaba el calendario con preci-sión: día 25 de febrero, Miércoles de

Ceniza. Y explicaba el Calendario Li-túrgico-Pastoral que los fieles cristianosinician con la imposición de la ceniza eltiempo establecido para la purificacióndel espíritu.

En mi Colegio de Alcalá de Henaresimpuse la ceniza aquel día a un mon-tón de alumnos entre 3 y 18 años. Re-cuerdo que ninguno de ellos se acercóal altar con el rostro serio. Venían todoscon cara de pascua.

Entonces me vino a la memoria loque había leído unos días antes: “Esaceremonia me recuerda que de la ceni-za salta una chispa de vida. La sutil ca-pa de polvo ya no puede ocultar el es-plendor del rostro de un hijo de Dios.

Todo comienza de nuevo. Todo puedeser ahora nuevo si acepto no el fin, si-no el principio. No el montoncito de ce-niza de la tumba. Sino el puñado de tie-rra en las manos del artífice, del alfa-rero divino. El poco de tierra dispuestaa recibir el “aliento” y convertirse así enun viviente.

La ceniza me recuerda la cuna, no latumba”.

Durante la ceremonia de la imposi-ción de la ceniza a los alumnos, algunos(más bien algunas) trataban de sacudircon la mano la leve mancha de cenizaque les había dibujado yo en el pelocuando les recordaba que debían con-vertirse y creer en el Evangelio, o queeran polvo y al polvo iban a regresar.

Todo lo aguantaron sin perder la son-risa ni la devoción.

Como algunos de ellos iban a tenerclase de Religión conmigo al día si-guiente, aproveché ese día la ocasiónpara pedirles que me contaran su ex-periencia sobre la imposición de la ce-niza.

María Ángeles me dijo: Cuando meecharon la ceniza sentí que Dios entrabaen mi corazón y me purificaba por dentro.Que me quitaba los pecados. Por eso aho-ra me siento mejor, como si fuera nuevapor dentro. Días así te sientes genial. Es-pero volver a repetir la experiencia el año


que viene y todoslos años de mi vi-da.

Irene escribió:Durante la cere-monia de la impo-sición de la cenizayo veía a ciertasamigas que se laquitaban o brome-aban, sin pensaren lo que estabanhaciendo. Sincera-mente, no me pa-reció bien, pero yono puedo hacernada por los de-más. Sólo rezarpara que hagan las cosas bien.

Andrea lo vivió así: Fue un acto muybonito porque estabas viendo a todoslos alumnos de tu Curso y a los mayo-res que, por un momento, creían en lasmismas cosas que crees tú. Uno poruno todos íbamos manchándonos el pe-lo para limpiar el alma e intentar enlo sucesivo ser mejores personas. Al sa-lir de la capilla, todos nos sacudíamosel pelo como si quisiéramos quitar almismo tiempo las manchas del alma.

Ignacio fue más original: Para mí laceniza es un símbolo de espiritualidad.Me gusta porque, cuando me echan laceniza en la cabeza, me siento más cer-ca de Dios. Nos la imponen todos losaños para recordarnos que Jesús estácerca de nosotros y para que seamosmejores personas. Para mí, la ceniza escomo un regalo de Dios, porque me lim-pia por dentro y me siento mejor con-migo mismo.

Víctor profundizaba aún más: Es po-sible que cierta gente piense que lo de laimposición de la ceniza es un simple ac-to en el que se deposita un pellizco deceniza en la cabeza del que se acerca alaltar. Pero para los que creemos de ver-dad, esta ceremonia no sólo sirve paradetener nuestras actividades rutinarias,

sino que es unmomento para lapurga del espírituy la reflexión. Mu-chas veces no to-mamos en seriociertos actos quecelebramos en lacapilla, y nos que-damos sólo con laceremonia exter-na. Hay que meterestos misterios enel fondo de nues-tras almas y dar-nos cuenta de quesomos hijos deDios y que él nos

quiere como verdaderos hijos suyos.

Nunca olvidaré –comentaba Rocío–lo que aquel Miércoles de Ceniza noscontó el padre Miguel Ángel, comentan-do un cuento muy bonito sobre la gentede duro corazón. En aquel momentopensé en mis padres, en las veces que noles he dado amor, y me entraron ganasde llorar. Cuando después me acerqué arecibir la ceniza sentí un dolor en el co-razón al pensar en lo que los hombresmalos hicieron con Jesús, clavándolo enuna cruz. Después recé y me empecé asentir mejor.

Está visto que lo más importante, ala hora de hacer el bien a nuestros se-mejantes, es sembrar. Fue precisamen-te lo que hizo Jesús. Muchos esperabanque el Mesías, cuando apareció entrenosotros, se impondría por la fuerza opor lo asombroso de sus milagros. Sen-cillamente, salió a sembrar.

Hay una juventud siempre dispuestaa recibir la semilla del que siembra, yes cierto. Llegará el día de la cosecha. Ylos que sembraban con lágrimas cose-charán entre cantares. Por ahora, comoJesús en el comienzo de su vida públi-ca, salgamos sencillamente a sembrar.

✒ Alberto Busto


La Iglesia Católica en Bolivia está re-cibiendo duros ataques del presidenteEvo Morales, ante su suposición de queestá alineada con la oposición política. Labeligerancia del mandatario, de origenindígena, de 49 años de edad, se desatócontra el propio cardenal Julio Terrazas,por haber expresado en su homilía de lamisa dominical, del 30 de noviembre del2008, en la catedral de la ciudad de San-ta Cruz, que el país “se va convirtiendoen el espacio donde están dominando losnarcotraficantes”.

En una clara tergiversación de talestérminos, Morales se quejó ante el nuevoNuncio Apostólico, monseñor Giambattis-ta Diquattro, diciendo que el cardenal Te-rrazas había dicho que “Bolivia está go-bernada por el narcotráfico”. En acto queestuvo fuera de protocolo, el mandatariolanzó la insidia contra el prelado en oca-sión en que el cuerpo diplomático, enca-bezado por el Nuncio, le presentó sus sa-ludos por el Nuevo Año, en ceremoniacumplida en el Palacio de Gobierno, el 14de enero último.

Añadió que “decir que Bolivia está go-bernada por el narcotráfico me duele mu-cho”, por lo que le pidió al Nuncio “conmucho respeto... reparar ese daño quehace (el Cardenal) a una persona, a unpueblo, a un Gobierno”. Concluyó expre-sando que su administración está dis-puesta a “ofrecer la otra mejilla”, tal

como lo hicieron sus antepasados, frentea las humillaciones y ofensas”.

El presidente Morales fue más allá, ensu afán de confrontar a la Iglesia Católi-ca. En el Foro Social Mundial, realizadoen la ciudad de Belén, Brasil, dirigido acontraponerse al Foro Económico de Da-vos, Suiza, propuso que “Como se gritaque ‘Otro Mundo es Posible’ (lema del en-cuentro), “yo quiero decir: otra fe, otra re-ligión, otra Iglesia también es posible”.

A manera de explicar la causa de supropuesta, sostuvo que “En Bolivia apa-recieron nuevos enemigos, ya no son sólola prensa de la derecha, sino grupos de laIglesia Católica, los jerarcas de la Iglesia,enemigos de las transformaciones políti-cas”.

LA IGLESIA RESPONDE Y ACLARA

En respuesta a estos ataques, el secre-tario de la Comisión de Comunicación So-cial de la Conferencia Episcopal de Boli-via (CEP), José Rivera, declaró, por elSistema de Difusión “Iglesia Viva”, que“Se pueden realizar muchos discursos,muchas referencias y alusiones, pero loque no se puede desconocer es que laIglesia sigue siendo una institución im-portante en Bolivia y su base de credibi-lidad está precisamente en la fe que pro-fesa un importante “porcentaje de los bo-

BOLIVIA EN SU ENCRUCIJADA (I)

ATAQUES A LA IGLESIA EN BOLIVIA

Bolivia, altas cumbres, altiplano áspero.

Más allá, los valles fértiles, la esperanza...


livianos” (las encuestas que se efectúanen Bolivia establecen, casi periódicamen-te, que alrededor del 80 por ciento de losbolivianos son católicos).

Rivera dijo también que la Iglesia Ca-tólica en Bolivia “No es solamente una re-ligión o una institución, sino que es parteintegral de la cultura, de la historia, de laidentidad del país y que, por eso mismo,la Iglesia permanecerá y seguirá fiel a sumisión, cumpliendo esa función tan im-portante de valorar aquello que va ade-cuado y en función del Reino de Dios, ytambién condenando y denunciando todoaquello que no va con relación al proyec-to del Reino de Dios”.

En sectores cívicos y políticos hubo,igualmente, reacciones por los ataques deMorales contra la Iglesia Católica. El pre-sidente del Comité Cívico de Santa Cruz(el principal departamento de Bolivia),Branco Marinkovic, dijo a la prensa que“Los que no tienen fe piensan que cam-biar la fe se hace con un decreto o con ley;la fe no la pueden cambiar ni con decreto,ni con ley, ni con referéndum”.

En círculos del propio oficialismo hubocoincidencias con lo expresado por el in-dicado dirigente cívico. Así, por ejemplo,el delegado presidencial en la ciudad deCochabamba, Marco Carrillo, expuso que“La fe es una creencia que uno tiene ha-cia algo, yo creo en Dios, en Jesucristo, y,por lo tanto, nadie puede cambiar mi fepor decreto, ni por ley”.

Por otra parte, el senador opositor LuisVásquez (del partido Podemos), pidió alCardenal, a los obispos y al pueblo boli-viano que es católico, que sepan entender“estas palabras como de quien viene... yrecordar las enseñanzas de que cuandoquerían crucificar a Jesús, él respondió:Perdónales, porque no saben lo que ha-cen”.

HACIA UNA IGLESIASIN PRIVILEGIOS

En cambio, el diputado César Navarro,jefe del bloque parlamentario del Movi-miento al Socialismo (MAS), partido go-bernante, del que Morales es su dirigentemáximo, declaró el diario La Razón quecon la nueva Constitución Política del Es-tado, propuesta por el oficialismo y queganó en el referéndum nacional del 25 deenero (60%-40%), terminarán los privile-gios políticos e impositivos que la IglesiaCatólica tenía en el Estado. Aclaró, asi-mismo, que “Nosotros no tenemos una pe-lea y un divorcio con la Iglesia Católica,porque la Iglesia Católica es el pueblo deDios, tenemos discrepancias políticas conalgunas autoridades políticas de la Igle-sia Católica”.

Navarro siguió diciendo que la nuevaConstitución reconoce los servicios socia-les de la Iglesia Católica, como son escue-las y otros trabajos que cumple, pero losque lucran, como la Universidad Católica,van a tener que ser gravadas con im-puestos.

La nueva Constitución, en su artículo 4,dice: “El Estado respeta y garantiza la li-bertad de religión y de creencias espiri-tuales, de acuerdo con sus cosmovisiones.El Estado es independiente de la religión”.

La anterior Constitución, en su artícu-lo 3, disponía: “El Estado reconoce y sos-tiene la religión Católica, apostólica y ro-mana. Garantiza el ejercicio público detodo otro culto. Las relaciones con la Igle-sia Católica se regirán mediante concor-datos y acuerdos entre el estado Bolivia-no y la Santa Sede”

✒ Alberto Zuazo NathesDesde La Paz, Bolivia

(Continuará)

El pueblo, todo el pueblo de Bolivia tiene derecho

y espera un porvenir mejor.

Lo difícil está siendo encontrar el camino.

El pueblo, todo el pueblo de Bolivia tiene derecho

y espera un porvenir mejor.

Lo difícil está siendo encontrar el camino.

CIUDAD INCA DE MACHU PICCHUCIUDAD INCA DE MACHU PICCHU

En1874, por encargo del go-bierno peruano, el cartó-grafo alemán German

Göhring, ya registra los nombres deMachu Picchu y Wayna Picchu. Conanterioridad a Hiram Bingham, elcampesino Agustín Lizárraga, en1900, se estableció en la zona bus-cando tierras agrícolas.

A comienzos del siglo XX, el pro-fesor norteamericano Hiram Bing-ham, estudioso del camino y rutaslibertarias de Simón Bolívar, tomóinterés por la cultura inca y em-prendió su sueño junto al sargentode policía Carrasco, que le hacía detraductor. Salió de Cuzco y atravesóel hoy llamado Valle Sagrado de losIncas yendo en la misma direcciónque el río Urubamba, llegando al si-tio de Mandorpampa en la hacienda

Cutija, donde conocieron al campe-sino Melchor Arteaga, a quien lepagan un dólar y este les indica queen las alturas de la cima existen“ruinas” de una ciudad. Comenza-ron el ascenso con suma dificultad,y después de una penosa caminatacerro arriba, encuentran a dos fa-milias campesinas, la de AnacletaÁlvarez y Toribio Richarte, ellos vi-vían y trabajaban la tierra de laparte baja de la ciudad, pero es unniño, hijo de estas familias, quienles guía hasta los restos arqueológi-cos. Fue el 24 de julio de 1911.

A esta montaña los campesinosquéchuas la llamaban Machu Pic-chu, “Montaña vieja”, y Binghamla llamó “La ciudad perdida de losincas”. Al año siguiente realizauna nueva expedición acompañado


POR LOS CAMINOS DEL MUNDO

Machu Picchu, santuario inca, perdido

durante tres siglos, es uno de los lugares

más bellos de la Tierra.

por especialistas en excavaciones,topografía y asistentes para explo-rar, deforestar y realizar investiga-ciones arqueológicas, trabajos quefueron auspiciados por la Universi-dad de Yale y la National Geograp-hic. Posteriormente el estado pe-ruano se hizo cargo de su conser-vación.

Machu Picchu es un tesoro ar-queológico de más de 20 hectáreassalpicado de plazas, templos, depó-sitos, talleres, escalinatas y fuentes

de agua que dividen a los dos secto-res llamados “agrícola” y “urbano”.Frente a la ciudadela se levanta elHuayna Picchu (en quechua “Mon-taña Joven”), a la que se puede ac-ceder por un empinado camino depiedra.

En 1983, Machu Picchu fue de-clarada por la UNESCO como Pa-trimonio Cultural y Natural de laHumanidad.

✒ Pepe Fernández del Cacho


CARTAS QUE VAN LLEGANDO

✒ He leído la revista de este mes de Febrero, me encantan losrelatos de todos los que participan porque están llenos de vida.A todos los colaboradores que mes a mes escriben sus artículos lesfelicito. Julia Merodio en su artículo “Familia y Vida” ha desta-cado y me ha gustado lo de la “cera y la mecha”, que no puedenlucir por separado. También el de “Santa Gema y San Gabriel”, ensu autobiografía. En este relato viene a evidenciar que el mundotemporal y el mundo transcendente están relacionados. Santa Gema:eres patronia mía, me dirijo a ti todos los días.

Ana Mulet desde Gata de Gorgos (Alicante)

Panorámica de Machu Picchu.

La ciudad perdida de los Incas.

Revista Pasionario/138ReRevista Pasionario/138

Nuestra SeñoNuestra Seño

SANTUARIOS DE ESPAÑA

PATRONA DEL MUNICIPIODE MIENGO

A poca distancia de Miengo y dentro delos límites de la Parroquia de Mogro, enla misma cumbre del monte que le da sunombre, y como escondido al abrigo delrobledal, se asienta apaci-ble y evocador, el multise-cular Santuario de Nues-tra Señora del Monte, do-minando un paisaje de en-sueño donde se entrecru-zan los montes con los va-lles y los poblados, y dondelos ríos Pas y Besaya bajana besar las dunas, las ma-rismas y las playas.

Los pueblos de Miengo,Mogro , Cudón, Bárcena deCudón, Gormazo y Cuchíaque integran el extenso ycada día más poblado Mu-nicipio de Miengo se miranen Ella, y la quieren y hon-ran como Patrona, porquepara todos es su amor y sucorona, y constituye la ma-yor gloria de su historia.

También los pescadores y gentes demar se acogen a Ella, la visitan y vienena celebrar sus fiestas, y cuando pasan cer-ca de su templo, la saludan con sus rezosy con el clamor señorial de sus sirenas.

Son muchas las parejas que quieren se-llar su amor eterno, bajo el calor de sudulce mirada, y muchas también las fa-milias y agrupaciones que celebran sobresu altar misas frecuentes de petición y deacción de gracias.

Los muchos y variados exvotos quependían de sus paredes, antes de la gue-rra del 36, eran un testimonio vivo decuanto la Virgen del Monte está haciendoa favor de cuantos la invocan, y cómo,cuantos se sienten favorecidos, se lo agra-decen. Ahora solo nos queda “El Bergan-tín”, y es todo un signo.

Su Romería y fiesta anual se celebrancon gran esplendor y mucha concurren-cia, el día 24 de agosto y dura hasta el do-

mingo siguiente, manteniéndose el tonode fiesta con múltiples celebraciones reli-giosas, culturales, deportivas y folklóricasa las que se acude con embeleso, y setoma parte en ellas, con el más vivo inte-rés, porque, como todos comentan, parahonrar a la Virgen del Monte, todo es

poco.Merece una atención es-

pecial la celebración portodo lo alto, de los 300años de la construcción deltemplo, que contó con lapresencia del Presidentede Cantabria.

LA IMAGENDE LA VIRGENDEL MONTEY SU APARICIÓNMILAGROSA

La tradición nos diceque estando unos pastorescuidando sus ovejas en lacumbre del monte Mogro,vieron sobre una “Cagiga”a una Señora, radiante deluz y de hermosura. Se

acercaron al lugar y vieron que era unaImagen de la Madre de Dios con el Niñoen sus brazos que parecía sonreírles coninusitadas promesas; pero no nos dice enqué fecha.

Los pastores la llevaron con devoción yrespeto a la Iglesia del pueblo, y la noticiallenó de alegría a sus vecinos que corrie-ron a la Iglesia para verla y besarla concariño.

Llegó también la noticia al Alcalde deMiengo, y éste, al parecer, quiso hacer va-ler sus derechos, como cabeza del Muni-cio, para traerla a la Iglesia de Miengo;pero fue la misma Imagen la que resolvióel litigio, marchándose aquella misma no-che al lugar de su aparición en el monte.

Allí la encontraron, sobre la “Cagiga”,al día siguiente, y todos llegaron a la con-clusión de que ése era el lugar donde laVirgen quería ser honrada por todos,como Protectora y Madre.

Nuestra Señora

del monte Mogro Miengo.


o ra del Montera del Monte

Revista Pasionario/139Revista Pasionario/139

Le construyeron, al parecer, un sencillo“Humilladero”, y allí comenzaron a su-bir, para rezarle y para darle gracias, loscampesinos del campo y los pescadores dela mar, al igual que los pastores y losviandantes.

En el Santuario actual, nos encontra-mos con dos Imágenes de la misma Vir-gen del Monte: una, más pequeña que seencuentra en su Camarín, y otra mayorque es la que se saca del templo para pre-sidir las Procesiones, las Rogativas y lasFiestas.

Es fácil pensar que la Imagen de Ori-gen, es la que se encuentra sobre su altar,y que esta otra mayor, sea una “réplica”de la anterior esculpida para mayor de-fensa y seguridad de la primera.

A las dos sin embargo, se las da el mis-mo trato y a las dos se las invoca y se lasquiere como Patrona, de idéntica manera.

Las dos aparecen vestidas con largastúnicas y amplios mantos que las cubrenhasta los pies, y apenas nos permiten con-templar sus rostros y con dificultad susmanos que sostienen y nos presentan unrosario. Madre e Hijo miran de frente, conmirada penetrante y tierna, y los dos es-tán coronados con coronas regias. La Ma-dre luce además una lujosa corona de 12estrellas. Fue proclamada Patrona deMiengo, en el año 1949.

LA BELLEZA Y EL ENCANTODE SU SANTUARIO

Nos consta que ya en el año 1658, laVirgen del Monte tenía su Ermita y su al-tar, y que fue la popularidad que habíaido adquiriendo entre los pueblos y entrelos hombres del mar, la que obligó 50 añosmás tarde, a pensar en la construcción deun templo nuevo, más amplio y mejor do-tado, como se realizó en el año 1708, a sa-tisfacción de todos.

Es una magnífica construcción de plan-ta rectangular y única nave con techo deargamasa enyesada que descansa sobrearcos de medio punto lisos. Sus muros sonde mampostería encalados, construidossobre zócalos de piedra y con contrafuer-

tes que llegan hasta el tejado que tienedoble vertiente. Al frente, sobrealzada yocupando el presbiterio, está la Capilla dela Virgen, separada del cuerpo de la Igle-sia, por un arco de medio punto, con su te-cho e iluminación aparte. Sobre su valio-sísimo retablo de estilo churrigueresco ysu precioso camarín que data del sigloXVII, está entronizada la Imagen de laPatrona, Nuestra Señora del Monte. Allado opuesto y sobre la entrada al templo,está el Coro, que descansa sobre tres am-plios arcos de medio punto, con un largoantepecho de madera consistente y la es-calera de idéntica materia.

La portada es una joya, llena de gran-diosidad y belleza. Toda ella está cons-truida en piedra de sillería, y tanto supuerta de entrada que está en el centro, yes monumental, como el óculo que da luzal interior del templo y el remate finalcon una elegante y armoniosa torre de es-padaña, son dignas de todo encomio.

Últimamente, en el año 1999, se reali-zaron mejoras de suma importancia, en elpiso, los tejados y el interior de templo, acargo de la Escuela Taller de la Zona, y secompraron dos ángeles con los que se lle-naron los nichos vacíos, y todo con la ayu-da voluntaria de sus incontables devotos.

✒ P. Eutiquio López, C.P.

Santuario de Nuestra Señora

del Monte Mogro Miengo.


Me llamo ÁngelAndrés Jiménez Bo-nillo y soy árbitro defútbol (DelegaciónCosta del Sol, Mála-ga, España). En lospartidos que dirijo nopermito faltas de res-peto por parte de losespectadores, pues laeducación es consus-tancial al deporte. Eneste sentido, desdehace algunas jorna-das, entro en los te-rrenos de juego con una camiseta en laque se lee "¿Insultarías a tu hijo?". Estainiciativa pretende hacernos reflexionarsobre por qué tratamos a otros en loscampos de fútbol como jamás los trata-ríamos fuera o como no nos gustaría quefuesen tratados nuestros hijos.

A partir de mi partido de este fin desemana (ya celebrado), dicho mensaje seve acompañado por el de una pancarta:"NO MÁS SILENCIO ANTE LOS IN-SULTOS". Se trata de una llamada, noya a la reflexión, sino a la acción, aban-donando el silencio y optando por unadenuncia clara y firme, primer e indis-pensable paso para que se produzcacualquier cambio.

Dicha condena nos incumbe a todos.Organismos como el Consejo Superior deDeportes, la Real Federación Españolade Fútbol, la Liga de Fútbol Profesionaly el Comité Técnico de Árbitros debenmovilizar todos sus recursos para sensi-bilizar a la sociedad acerca de que el de-porte no es tal si no es ejemplo de res-peto y convivencia.

Si dichos organismos iniciasen unacampaña firme, clubes y árbitros segui-rían (al menos, creo que deberían) esesendero de reivindicación de la concor-dia. Es inadmisible, por ejemplo, que seafirme que el comportamiento de los afi-cionados ha sido correcto en partidos enlos que se han escuchado numerosos in-sultos a personas, clubes e incluso ciu-dades o comunidades. Los clubes, a mi

juicio, deberían con-denar tales hechos, yno sólo cuando se tra-ta de insultos racis-tas. Y lo mismo debeexigirse a los mediosde comunicación, loscuales tienen la bellí-sima posibilidad dedenunciar la deca-dencia moral de lassociedades y ayudarasí a construir unmundo mejor. Esto,sin duda, es más im-

portante que hablar sobre goles o juga-dores.

¿Y qué decir de los aficionados? ¿Porqué algunos se creen con el derecho deinsultar sólo por haber pagado una en-trada? Al que insulta hemos de hacerlever que está atentando contra la digni-dad de un ser humano, y nunca perma-necer pasivos ante lo inaceptable.

¿Condenaríamos a los que insultasenal Presidente del Gobierno o al Reymientras ofrecen un discurso? Sin duda.Entonces, ¿cómo pueden los medios decomunicación y la sociedad en generalpasar por alto que cientos o miles de per-sonas insulten a otra en un campo defútbol? ¿Cómo podemos soportarlo sema-na tras semana, año tras año?

El fútbol supone un gran negocio pa-ra muchos, quienes desearán que semantenga como está (faltas de respetoincluidas y no denunciadas). Sin embar-go, los valores son, para una sociedad,más importantes que el dinero. Las ge-neraciones futuras agradecerían infini-tamente más la gran conquista del res-peto en el fútbol que la última Euroco-pa.

✒ Ángel Andrés Jiménez Bonillo

(Árbitro de fútbol y uno de los responsa-bles de www.deportesininsultos.com)[email protected]@gmail.com

NO MÁS SILENCIO ANTE LOS INSULTOS“Nuestra generación no se lamentará tanto de los crímenes de los perversos

como del estremecedor silencio de los bondadosos”, Martin Luther King

DEPORTE Y VIDA


Beca a Santa Gema Galgani(En memoria del Padre Leandro G. Monge, Pasionista)

Agradecen y piden Favores a Santa Gema

Descansan para siempre en el Señor

Isabel Bravo Barrio (Madrid) 08 €Natalio Gómez (León) 20 €Faustino Rodríguez (León) 08 €María Ángeles González 10 €Juana Sánchez (Ávila) 20 €Hijos de Gabina Andreo 95 €Dolores Morales Urallo (Badajoz) 20 €Gema Ribera López (Valencia) 03 €Suni Monzo Bataller (Valencia) 05 €Carmen Canet (Valencia) 05 €Gloria Signes (Valencia) 07 €Rosario Gema Juan (Valencia) 08 €Consuelo Ribera (Valencia) 10 €Consuelo Catala Escriva (Valencia) 13 €Ana Salvador (Valencia) 50 €Ángela Padorno (Madrid) 20 €Una Devota (Madrid) 25 €

Esta Beca se destina a la formación de jóvenes aspirantes al sacerdocio y a la vidapasionista, en España y América. Colaboradores y amigos de nuestras Misiones, ¡mu-chas gracias!

Eva Campanero (Madrid), Isabel Aliaga Rochina (Mislata,Valencia), Faustina Rodríguez Fernández (León), Natalio Gó-mez (León), Milagros Segobiano, Lucía Rodríguez (Orense),Germana Ondina (Asturias), Lidia Paya (Alicante).

Cuantos agradecen y piden favores a Santa Gema,si desean salir en esta página, deben dirigirse a

REVISTA PASIONARIO, C/ Leizarán, 24. 28002. Madrid.

Ángeles Valle Burgos (Alcuéscar, Cáceres), AdalbertoHuerga Morán (Matilla de Arzón, Zamora), José MaríaMontarelo Lozano (Segovia), Julia Pallero Rey (Cáceres),José Jiménez Vázquez (Madrid), Manoli Méndez (Gijón,Asturias), Encarnación Padilla (Málaga), Amelia Clavero(Madrid), Germana Ondina Iglesias (Asturias), AngelitaLópez (Orense), Laurentina Sáncho (Zaragoza), RosalíaEtreros (Madrid), Elías Gómez (Madrigalejo, Cáceres), Ma-nuel Antón (Madrid), Emerenciana Pozo (Segovia), Matil-de García (Badajos), Emiliano Martín (Segovia), Margari-ta Cebolla Prat (Zaragoza), Venancia Ortiz (Cuenca), Pru-dencia Monge (Burgos), Visita de la Cruz y Clemencia(Albacete).

Por su eterno descanso celebramos la Santa Misaen el santuario el último sábado de mes a las seis de la tarde.


BUENA RESPUESTA

Unos gamberros ven a una viejecita cuidan-do de una porción de gansos.

¡Adiós, mamá de los gansos!¡Adiós, adiós, hijos míos!

CUANTOS MENOS, MEJOR

La suegra.–Todavía soy joven... ¿Cuántosaños me echa usted?

El yerno.–Lo más, lo más...La suegra.–No; lo menos, lo menos.

REBELDE

Mi hijo es incorregible. No me obedece nun-ca. Sólo hace caso a los tontos.

¿Quieres que le hable yo?

¡SI LLEGA A SABERLO!...

–Toma los cincuenta duros que me dejaste elaño pasado.

–¡Es cierto! Ya no me acordaba.–¡Atiza! ¿Por qué no me lo has dicho antes?

UN TRABAJADOR

–Esté seguro, patrón; yo soy un hombre quetrabajando nunca se cansa.

–Eso me conviene.Al cabo de un rato:–¡Pero, hombre! ¡Apenas hace media hora

que trabaja y ya está tumbado!–Naturalmente. Por eso no me canso, porque

me tumbo de cuando en cuando.

INCULTURA

–¿Qué has hecho, idiota? ¡Rompiste el jarrodel siglo XVI!

El criado.–No se preocupe el señor. Ya eramuy viejo.

ANTE EL JUEZ

–¿Qué mal instinto le obligó a usted a guar-darse la cartera en lugar de devolverla?

–El instinto de conservación.

BUENA RAZÓN

–¿No te da vergüenza estar más atrasadoque tu hermano el pequeño?

–Papa, es que él es bizco.–¿Y eso qué tiene que ver?–Pues que él estudia dos páginas a un tiempo.

DIFERENCIAS

–¿En qué se diferencian un torero con muchomiedo y un señor con los zapatos estrechos?

–En que el torero no puede dar un pase y elseñor no puede dar un paso.

EN LA ESCUELA

–Ahora cada alumno dirá una frase y despuésla pondrá en imperativo. Empieza tú, Miguelito.

–El caballo tira del carro.–Muy bien, Ponla en imperativo.¡Arre!

EN UN TRIBUNAL

–¿Y qué hizo usted después de matar a susuegra y a su mujer?

–Ponerme de luto.

ANGELITOS

–¡Qué hija tiene usted! Es un ángel...; un án-gel, ¡No es para la tierra!

–¿Y qué quiere usted? ¿Que la dedique a laMarina?

LÓGICO

–Me dijo burro...–¿Y tú que hiciste?–Pues le di una coz.

–Abelardo, tienes la boca abierta.–Sí, ya lo sé; la he abierto yo.

Una sonrisa,por favor

COLEGIO

“SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA”

40 Años en Alcalá de HenaresEl día 25 de Febrero de 2009 el Colegio San

Gabriel de la Dolorosa (Pasionistas) en Alcalá de Henares,recibió la medalla de Plata de la ciudad de Alcalá de Henares.

Lo recibió en el salón de Plenos del Ayuntamiento el P. José MaríaSaez Martín, C.P., Director del Colegio.

El alcalde de la ciudad señaló que esta medalla era un reconocimiento ala labor realizada durante cuarenta años por esta comunidad educativaPasionista. Valoraba especialmente la entrega de la Congregación que hahecho de la educación una tarea de humanización y transmisión de valoresque permiten formar hombres y mujeres capaces de construir una sociedadmás próspera, solidaria y pacificadora. Señaló el valioso aporte cívico quetiene la educación en los valores evangélicos, vividos y alimentados desde elcarisma pasionista.

“Deseo que la ciudad de Alcalá siga contando con la labor de este Colegioanimada por todos los miembros de la Comunidad Educativa: Religiosos,claustro de Profesores, asociación de padres y madres de alumnos”.

¡Enhorabuena! Niño pequeño,Resucitado con Cristo,el día de tu Bautismo.

Tu risa grande y blancaes un aleluya eternoy su LUZ, es luz en ti.

Todo en ti es luz, RESURRECCIÓN, vida,desde ayer, tu día más luminoso.Desde ayer, y para siempre;Desde aquel día... de tu Bautismo

M.G.

Comunidad Pasionista • Santuario de Santa Gema · válido para todo amor, para los grandes y los...

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