Cómo Imprimir Caseramente Un Libro Con Ms Word

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Los Otros Cuentos - Cuentos definitivos Versión 60 (Ramal Chiapas) 1 INDICE SUEÑA EL VIEJO ANTONIO ...................................................................... ..............................2 LA HISTORIA DE LOS OTROS ...................................................................... ..........................3 PRESENTACIÓN DE DURITO ...................................................................... ............................5 LA HISTORIA DEL LEÓN Y EL ESPEJO................................................................ .................8 LA HISTORIA DEL RUIDO Y EL SILENCIO ...................................................................... ....10 SIEMPRE Y NUNCA CONTRA A VECES ...................................................................... ........12 L A H I S T O R I A D E L A S M I R A D A S ...................................................................... ...................................................................... .......13 EL LEÓN MATA MIRANDO............................................................... ......................................15 LA HISTORIA DEL AIRE DE LA NOCHE................................................................. ..............18 L A H I S T O R I A D EL R A T ON C IT O Y EL G A T I T O ................................................................ .....20 L A H I S T O R I A D E L A ES P A D A , EL Á R BO L , L A P I E D R A Y EL A G U A ................................22

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INDICE

SUEA EL VIEJO ANTONIO ....................................................................................................2

LA HISTORIA DE LOS OTROS ................................................................................................3

PRESENTACIN DE DURITO ..................................................................................................5

LA HISTORIA DEL LEN Y EL ESPEJO.................................................................................8

LA HISTORIA DEL RUIDO Y EL SILENCIO ..........................................................................10

SIEMPRE Y NUNCA CONTRA A VECES ..............................................................................12

LA HISTORIA DE LAS MIRADAS...................................................................................................................................................13

EL LEN MATA MIRANDO.....................................................................................................15

LA HISTORIA DEL AIRE DE LA NOCHE...............................................................................18

LA HISTORIA DEL RATONCITO Y EL GATITO.....................................................................20

LA HISTORIA DE LA ESPADA, EL RBOL, LA PIEDRA Y EL AGUA................................22

Los Otros Cuentos - Cuentos definitivosVersin 60 (Ramal Chiapas)

LOS DE DESPUS S ENTENDIMOS ....................................................................................2511

SUEA EL VIEJO ANTONIO

Suea Antonio con que la tierra que trabaja le pertenece, suea que su sudor es pagado con justicia y verdad,suea que hay escuela para curar la ignorancia y medicina para espantar la muerte, suea que su casa se ilumina y su mesa se llena,suea que su tierra es libre y que es razn de su gente gobernar y gobernarse, suea que est en paz consigo mismo y con el mundo.Suea que debe luchar para tener ese sueo, suea que debe haber muerte para que haya vida. Suea Antonio y despierta...Ahora sabe qu hacer y ve a su mujer en cuclillas atizar el fogn, oye a su hijo llorar, mira el sol saludando al oriente, y afila su machete mientras sonre.Un viento se levanta y todo lo revuelve, l se levanta y camina a encontrarse con otros. Algo le ha dicho que su deseo es deseo de muchos y va a buscarlos.Suea el virrey con que su tierra se agita por un viento terrible que todo lo levanta, suea con que lo que rob le es quitado, suea que su casa es destruda y que el reino que gobern se derrumba. Suea y no duerme.El virrey va donde los seores feudales y stos le dicen que suean lo mismo.

El virrey no descansa, va con sus mdicos y entre todos deciden que es brujera india y entre todos deciden que slo con sangre se liberar de ese hechizo y el virrey manda a matar y encarcelar y construye ms crceles y cuarteles y el sueo sigue desvelndolo.En este pas todos suean. Ya llega la hora de despertar...

LA HISTORIA DE LOS OTROS

"Contaron los ms viejos de los viejos que poblaron estas tierras que los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, no se pensaban parejo todos.O sea que no tenan el mismo pensamiento, sino que cada quien tena su propio pensamiento y entre ellos se respetaban y escuchaban.Dicen los ms viejos de los viejos que de por s as era, porque si no hubiera sido as, el mundo nunca se hubiera nacido porque en la pura peleadera se hubieran pasado el tiempo los dioses primeros, porque distinto era su pensamiento que sentan.Dicen los ms viejos de los viejos que por eso el mundo sali con muchos colores y formas, tantos como pensamientos haba en los ms grandes dioses, los ms primeros.Siete eran los dioses ms grandes, y siete los pensamientos que cada uno se tena, y siete veces siete son las formas y colores con los que vistieron el mundo. Me dice el viejo Antonio que le pregunt a los viejos ms viejos que cmo le hicieron los dioses primeros para ponerse de acuerdo y hablarse si es que eran tan distintos sus pensamientos que sentan.Los viejos ms viejos le respondieron, me dice el Viejo Antonio, que hubo una asamblea de los siete dioses junto con sus siete pensamientos distintos de cada uno, y que en esa asamblea sacaron el acuerdo.Dice el Viejo Antonio que dijeron los viejos ms viejos que esa asamblea de los dioses primeros, los que nacieron el mundo, fue mucho tiempo antes del ayer, que mero fue en el tiempo en que no haba todava tiempo. Y dijeron que en esa asamblea cada uno de los dioses primeros dijo su palabra y todos dijeron: "Mi pensamiento que siento es diferente al de los otros". Y entonces quedaron callados los dioses porque se dieron cuenta que, cuando cada uno deca "los otros", estaba hablando de "otros" diferentes.Despus de que un rato se estuvieron callados, los dioses primeros se dieron cuenta que ya tenan un primer acuerdo y era que haba "otros" y que esos "otros" eran diferentes del uno que era. As que el primer acuerdo que tuvieron los dioses ms primeros fue reconocer la diferencia y aceptar la existencia del otro. Y qu remedio les quedaba si de por s eran dioses todos, primeros todos, y se tenan que aceptar porque no haba uno que fuera ms o menos que los otros, sino que eran diferentes y as tenan que caminar.Despus de ese primer acuerdo sigui la discusin, porque una cosa es reconocer que hay otros diferentes y otra muy distinta es respetarlos. As que un buen rato pasaron hablando y discutiendo de cmo cada uno era diferente de los otros, y no les import que tardaran en esta discusin porque de por

s no haba tiempo todava.

Despus se callaron todos y cada uno habl de su diferencia y cada otro de los dioses que escuchaba se dio cuenta que, escuchando y conociendo las diferencias del otro, ms y mejor se conoca a s mismo en lo que tena de diferente. Entonces todos se pusieron muy contentos y se dieron a la bailadera y tardaron mucho pero no les import porque en ese tiempo todava no haba tiempo.Despus de la bailadera que se echaron los dioses sacaron el acuerdo de que es bueno que haya otros que sean diferentes y que hay que escucharlos para sabernos a nosotros mismos.Y ya despus de este acuerdo se fueron a dormir porque muy cansados estaban de haberse bailado tanto. De hablar no estaban cansados porque de por s muy buenos eran para la habladera estos primeros dioses, los que nacieron el mundo, y que apenas estaban aprendiendo a escuchar.No me di cuenta a qu hora se fue el Viejo Antonio. La mar duerme ya y del cabito de vela slo queda una mancha deforme de parafina. Arriba el cielo empieza a diluir su negro en la luz del maana...

PRESENTACIN DE DURITO

Te voy a platicar una historia que me pas el otro da. Es la historia de un pequeo escarabajo que usa lentes y fuma pipa. Lo conoc un da que estaba buscando el tabaco para fumar y no lo encontraba. De pronto, a un lado de mi hamaca vi que estaba cado un poco de tabaco y que se formaba una hilerita. La fui siguiendo para ver dnde estaba mi tabaco y averiguar quin carajos lo haba agarrado y lo estaba tirando. A unos cuantos metros y detrs de una piedra me encontr a un escarabajo sentado en un pequeo escritorio, leyendo unos papeles y fumando una pipa diminuta.-Ejem, ejem -dije yo para que el escarabajo se percatara de mi presencia, pero no me hizo caso. Entonces le dije:-Oiga, ese tabaco es mo.

El escarabajo se quit los lentes, me mir de arriba a abajo y me dijo muy enojado:

-Por favor, capitn, le suplico que no me interrumpa. Qu no se da cuenta de que estoy estudiando? Yo me sorprend un poco y le iba a dar una patada, pero me calm y me sent a un lado para esperar a que terminara de estudiar. Al poco rato recogi sus papeles, los guard en el escritorio y, mordisqueando su pipa, me dijo:-Bueno, ahora s. En qu puedo servirle, capitn?

-Mi tabaco -le respond.

-Su tabaco? -me dijo-. Quiere que le d un poco?

Yo me empec a encabronar, pero el pequeo escarabajo me alcanz con su patita la bolsa de tabaco y agreg:-No se enoje, capitn. Comprenda que aqu no se puede conseguir tabaco y tuve que tomar un poco del suyo.Yo me tranquilic. El escarabajo me caa bien y le dije:

-No se preocupe. Por ah tengo ms.

-Mmh -contest.

-Y usted, Cmo se llama? -le pregunt.

-Nabucodonosor -dijo, y continu- pero mis amigos me dicen Durito. Usted puede decirme Durito, capitn.Yo le agradec la atencin y le pregunt qu era lo que estaba estudiando.

-Estudio sobre el neoliberalismo y su estrategia de dominacin para Amrica Latina -me contest.

-Y eso de qu le sirve a un escarabajo? -le pregunt.

Y l me respondi muy enojado: "Cmo que de qu? Tengo que saber cunto tiempo va a durar la lucha de ustedes y si van a ganar o no. Adems, un escarabajo debe preocuparse por estudiar la situacin del mundo en el que vive, No le parece capitn?"-No s -le dije-. Pero Para qu quiere saber usted cunto tiempo va a durar nuestra lucha y si vamos a ganar o no?-Bueno, no se ha entendido nada -me dijo ponindose las gafas y encendiendo su pipa. Despus de echar una bocanada de humo continu:-Para saber cunto tiempo nos vamos a estar cuidando los escarabajos de que no nos vayan a aplastar con sus bototas.-Ah! -dije

-Mmh -dijo l

-Y a qu conclusin ha llegado usted en su estudio? -le pregunt. l sac sus papeles del escritorio y los empez a hojear.-Mmh... mmh -deca a cada rato mientras los revisaba. Despus que acab de hacerlo, me mir a los ojos y me dijo:-Van a ganar.

-Eso ya lo saba -le dije. Y agregu: -Pero Cunto tiempo va a tardar?

-Mucho -me dijo suspirando con resignacin.

-Eso tambin ya lo saba... No sabe cunto tiempo exactamente? -pregunt.

-No se puede saber con exactitud. Hay que tomar en cuenta muchas cosas: las condiciones objetivas, la madurez de las condiciones subjetivas, la correlacin de fuerzas, la crisis del imperialismo, la crisis del socialismo, etctera, etctera.-Mmh -dije yo.

-En qu piensa, capitn?

-En nada -le contest-. Bueno seor Durito, tengo que retirarme. Tuve mucho gusto en conocerle. Sepa usted que puede tomar todo el tabaco que guste cuando quiera.-Gracias capitn. Puedes tutearme si quieres -me dijo.

-Gracias Durito. Ahora voy a dar orden a mis compaeros de que est prohibido pisar a los escarabajos. Espero que eso ayude.-Gracias, capitn, nos ser de mucha utilidad tu orden.

-Como quiera que sea, cudese mucho porque mis muchachos son muy distrados y no siempre se fijan dnde ponen el pie.-As lo har, capitn.

-Hasta luego.

-Hasta luego. Ven cuando quieras y platicaremos.

Los Otros Cuentos - Cuentos definitivosVersin 60 (Ramal Chiapas)

-As lo har -dije, y me retir hacia la intendencia.

LA HISTORIA DEL LEN Y EL ESPEJO

El len primero descuartiza a su vctima, despus bebe la sangre comiendo el corazn y deja los restos para los zopilotes1. Nada hay que pueda contra la fuerza del len. No hay animal que se le enfrente ni hombre que no le huya. Al len slo lo puede derrotar una fuerza igualmente brutal, sanguinaria y poderosa. Slo el propio len poda derrotar al len.Cuando entendimos que slo el len poda derrotar al len empezamos a pensar en cmo hacer para que el len se enfrentara consigo mismo. Los viejos ms viejos de la comunidad dijeron que haba que conocer al len y nombraron a un joven para que lo conociera.Subieron al joven a lo alto de una ceiba2 y al pie de sta dejaron una ternera amarrada. Se fueron. El

joven deba observar lo que el len haca con la ternera, esperar a que se fuera y regresar a la comunidad a contar lo que haba visto. As se hizo, el len lleg y mat y descuartiz a la ternera, despus se bebi su sangre comiendo el corazn y se fue cuando ya los zopilotes rondaban esperando su turno.El joven fue a la comunidad y cont lo que vi, los viejos ms viejos pensaron un rato y dijeron: 'Que la muerte que da el matador sea su muerte', y le entregaron al joven un espejo, unos clavos para herraje y una ternera."Maana es la noche de la justicia", dijeron los viejos y se regresaron a sus pensamientos.

El joven no entendi. Se fue a su champa3 y all estuvo un buen rato mirando el juego. All estaba y lleg su padre de l y le pregunt qu le pasaba; el joven le cont todo. Su padre del joven qued en silencio junto a l y, despus de un rato, habl. El joven sonrea mientras escuchaba a su padre.Al otro da, cuando la tarde ya se doraba y el gris de la noche se dejaba caer sobre las copas de los rboles, el joven sali de la comunidad y se fue al pie de la ceiba llevando a la ternera. Cuando lleg al pie del rbol madre, mat a la ternera y le sac el corazn. Despus rompi el espejo en muchos pedacitos y los peg en el corazn con la misma sangre, despus abri el corazn y le meti los clavos de herraje. Devolvi el corazn al pecho de la ternera y con estacas hizo una armazn para mantenerla en pie, como si estuviera viva. Subi el joven a lo alto de la ceiba y all esper. Arriba, mientras la noche se dejaba caer de los rboles al suelo, record las palabras de su padre: La misma muerte con la queel matador lo morir.

Ya la noche era toda en el tiempo de abajo cuando lleg el len. Se acerc el animal y, de un salto, atac a la ternera y la descuartiz. Cuando lami el corazn, el len desconfi de que la sangre

1 zopilote: Ave que se alimenta de carroa, tambin llamada buitre Americano.2 ceiba: rbol de tronco muy alto y recto, sagrado para los pueblos mayas.3 champa: Rancho / tienda de campaa.

estuviera seca, pero los espejos rotos le lastimaron la lengua al len y la hicieron sangrar. As que el len pens que la sangre de su boca era la del corazn de la ternera y, excitado, mordi el corazn entero. Los clavos de herraje lo hicieron sangrar ms, pero el len sigui pensando que la sangre que tena en la boca era la de la ternera. Masticando y masticando, el len ms y ms se hera a s mismo y ms sangraba y ms y ms masticaba.As estuvo el len hasta que muri desangrado.

El joven regres con las garras del len como collar y lo mostr a los viejos ms viejos de la comunidad. Ellos se sonrieron y le dijeron: 'No son las garras las que debes guardar como trofeo de la victoria, sino el espejo'.

LA HISTORIA DEL RUIDO Y EL SILENCIO

Hubo un tiempo en los tiempos en que el tiempo no se contaba. En ese tiempo los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, se estaban caminando como de por s se caminan los dioses primeros, o sea bailando. En ese tiempo mucho ruido haba, por todos lados se escuchaban voces y gritos. Mucho ruido y nada se entenda. Y es que el ruido se que se haba no era para entender nada, sino que era ruido para no entender nada. Creyeron primero los dioses primeros que el ruido era msica y baile y rpido tomaron sus parejas y se empezaron a bailarse as, -y el Viejo Antonio se pone de pie e intenta un paso de baile que consiste en balancearse sobre un pie primero y luego sobre el otro. Pero resulta que el ruido no era msica ni era baile, era ruido pues, y no se poda bailarse y estarse alegre. Y entonces los dioses ms grandes se pararon a escuchar con atencin para saber qu quera decir ese ruido que se oa, pero nada que se entenda nada, porque era ruido el ruido, pues.Y como el ruido no se poda bailar, pues entonces los dioses primeros, los que nacieron el mundo, ya no pudieron caminar porque los dioses primeros caminaban bailando y entonces se detuvieron y muy tristes se estaban sin caminar porque muy caminadores eran estos dioses, los ms grandes, los primeros.Y unos de los dioses trataron de caminarse, o sea bailarse con el ruido se, pero no se poda y perdan el paso y el camino y se chocaban unos con otros y se caan y se tropezaban con rboles y piedras y mucho se lastimaban estos dioses, -se detiene el Viejo Antonio para volver a encender el cigarro que la lluvia y el ruido le apagaron. Despus del fuego sigue el humo, despus del humo sigue la palabra: Entonces los dioses se buscaron un silencio para orientarse otra vez, pero no lo encontraban porningn lado al silencio, a saber dnde se haba ido el silencio y con razn porque mucho era el ruido que haba. Y desesperados se pusieron los dioses ms grandes porque no encontraban el silencio para encontrarse el camino y entonces se pusieron de acuerdo en una asamblea de dioses y mucho batallaron para la asamblea que se hicieron porque mucho era el ruidero que se haba y por fin acordaron que cada uno buscara un silencio para encontrar el camino y entonces se pusieron contentos por el acuerdo que tomaron pero no muy se not porque haba mucho ruido. Y entonces cada dios comenz a buscarse un silencio para encontrarse y empezaron a buscar a los lados y nada, y arriba y nada, y abajo y nada, y como ya no haba por dnde buscar un silencio pues empezaron a buscarse dentro de ellos mismos y empezaron a mirarse adentro y ah buscaron un silencio y ah lo encontraron y ah se encontraron y ah encontraron otra vez su camino los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros.

Se call el Viejo Antonio, la lluvia tambin. Poco dur el silencio, rpido llegaron los grillos a terminar de romper los ltimos trozos de esa noche de febrero hace diez aos. Ya amaneca la montaa cuando el Viejo Antonio se despidi con un Ya vine. Yo me qued fumando unos pedacitos de silencio que la madrugada olvid en las montaas del sureste mexicano.

SIEMPRE Y NUNCA CONTRA A VECES

Haba una vez dos veces. Una se llamaba una vez y la otra se llamaba otra vez.

Una y otra vez formaban la familia A veces, que viva y coma de vez en vez. Los grandes imperios dominantes eran siempre y nunca que, como es evidente, odiaban a muerte a la familia A veces. Ni siempre ni nunca toleraban que los A veces existieran. Siempre no poda permitir que una vez viviera en su reino porque entonces siempre dejaba de serlo porque si ya hay una vez entonces ya no hay siempre. Nunca tampoco poda permitir que otra vez apareciera otra vez en su reino porque nunca no puede vivir con una vez ni menos si esa vez es otra vez. Pero una vez y otra vez se la pasaban molestando una y otra vez a siempre y a nunca. Y as fue hasta que siempre las dej en paz parasiempre y nunca nunca las volvi a molestar. Y una vez y otra vez se la pasaron jugando una y otra vez. "Qu me ves?" preguntaba una vez, y otra vez contestaba: "Pues qu no ves?"Y as se la pasan felices de vez en vez, ya ves. Y siempre fueron una y otra vez y nunca dejaron de ser

A veces. Tan, tan.

Moraleja 1: A veces es muy difcil distinguir entre una vez y otra vez. Moraleja 2: Nunca hay que decir siempre (bueno, a veces s).Moraleja 3: Los "siempres" y los "nuncas" los imponen los de arriba, pero abajo aparecen "los molestos" una y otra vez que, a veces, es otra forma de decir "los diferentes" o de vez en vez, "los rebeldes". Moraleja 4: Nunca vuelvo a escribir un cuento como ste, y yo siempre cumplo lo que digo (bueno, a veces no).

LA HISTORIA DE LAS MIRADAS

Mira Capitn (porque debo aclararles que en el tiempo en que yo conoc al Viejo Antonio tena yo el grado de Capitn Segundo de Infantera Insurgente, lo que no dejaba de ser un tpico sarcasmo zapatista porque slo ramos cuatro desde entonces el Viejo Antonio me llama "Capitn"), mira Capitn, hubo un tiempo, hace mucho tiempo, en que nadie miraba...No es que no tuvieran ojos los hombres y mujeres que se caminaban estas tierras.

Tenan de por s, pero no miraban. Los dioses ms grandes, los que nacieron el mundo, los ms primeros, de por s haban nacido muchas cosas sin dejar mero clarito para qu o por qu o sea larazn o el trabajo que cada cosa deba de hacer o de tratar de hacer. Porque de que cada cosa tena su por qu, pues s, porque los dioses que nacieron el mundo, los ms primeros, de por s eran los ms grandes y ellos s se saban bien para qu o por qu cada cosa, eran dioses pues.Pero resulta que estos dioses primeros no muy se preocupaban de lo que hacan, todo lo hacan como fiesta, como juego, como baile. De por s cuentan los ms viejos de los viejos que, cuando los primeros dioses se reunan, seguro tena que haber una su marimba4, porque seguro que al final de sus asambleas se venan la cantadera y la bailadera. Es ms, dicen que si la marimba no estaba a la mano, pues noms no haba asamblea y ah se estaban los dioses, rascndose noms la barriga, contando chistes y hacindose travesuras.Bueno, el caso es que los dioses primeros, los ms grandes, nacieron el mundo, pero no dejaron claro el para qu o el por qu de cada cosa. Y una de estas cosas eran los ojos.Acaso haban dejado dicho los dioses que los ojos eran para mirar? No pues.

Y entonces ah se andaban los primeros hombres y mujeres que ac se caminaron, a los tumbos, dndose golpes y cadas, chocndose entre ellos y agarrando cosas que no queran y dejando de tomar cosas que s queran. As como de por s hace mucha gente ahora, que toma lo que no quiere y le hace dao, y deja de agarrar lo que necesita y la hace mejor, que anda tropezndose y chocando unos con otros.O sea que los hombres y mujeres primeros s tenan unos sus ojos, s pues, pero no miraban. Y muchos y muy variados eran los tipos de ojos que tenan los ms primeros hombres y mujeres. Los haba de todos los colores y de todos los tamaos, los haba de diferentes formas. Haba ojos redondos, rasgados, ovalados, chicos, grandes, medianos, negros, azules, amarillos, verdes, marrones, rojos y blancos. S, muchos ojos, dos en cada hombre y mujer primeros, pero nada que miraban.

4 marimba: instrumento musical, similar al xilofn.

Y as se hubiera seguido todo hasta nuestros das si no es porque una vez pas algo. Resulta que estaban los dioses primeros, los que nacieron el mundo, los ms grandes, haciendo una su bailadera porque agosto era, pues, mes de memoria y de maana, cuando unos hombres y mujeres que no miraban se fueron a dar a donde estaban los dioses en su fiestadero y ah noms se chocaron con los dioses y unos fueron a dar contra la marimba y la tumbaron y entonces la fiesta se hizo puro borlote y se par la msica y se par la cantaderay pues tambin la bailadera se detuvo y gran relajo se hizo y los dioses primeros de un lado a otro tratando de ver por qu se detuvo la fiesta y los hombres y mujeres que no miraban se seguan tropezando y chocando entre ellos y con los dioses. Y as se pasaron un buen rato, entre choques, cadas, mentadas y maldiciones.Ya por fin al rato como que se dieron cuenta los dioses ms grandes que todo el desbarajuste se haba hecho cuando llegaron esos hombres y mujeres. Y entonces los juntaron y les hablaron y les preguntaron si acaso no miraban por dnde caminaban. Y entonces los hombres y mujeres ms primeros no se miraron porque de por s no miraban, pero preguntaron qu cosa es "mirar". Y entonces los dioses que nacieron el mundo se dieron cuenta de que no les haban dejado claro para qu servan los ojos, o sea cul era su razn de ser, su por qu y su para qu de los ojos. Y ya les explicaron los dioses ms grandes a los hombres y mujeres primeros qu cosa era mirar, y los ensearon a mirar.As aprendieron estos hombres y mujeres que se puede mirar al otro, saber que es y que est y que es otro y as no chocar con l, ni pegarlo, ni pasarle encima, ni tropezarlo.Supieron tambin que se puede mirar adentro del otro y ver lo que siente su corazn. Porque no siempre el corazn se habla con las palabras que nacen los labios. Muchas veces habla el corazn con la piel, con la mirada o con pasos se habla.Tambin aprendieron a mirar a quien mira mirndose, que son aquellos que se buscan a s mismos en las miradas de otros.Y supieron mirar a los otros que los miran mirar.

Y todas las miradas aprendieron los primeros hombres y mujeres. Y la ms importante que aprendieron es la mirada que se mira a s misma y se sabe y se conoce, la mirada que se mira a s misma mirando y mirndose, que mira caminos y mira maanas que no se han nacido todava, caminos an por andarsey madrugadas por parirse.

EL LEN MATA MIRANDO

El viejo Antonio caz un len de montaa5 con su vieja chimba6. Yo me haba burlado de su arma das antes:-De estas armas usaban cuando Hernn Corts conquist Mxico -le dije. l se defendi: -S, pero ahora mira en manos de quin est.Ahora estaba sacando los ltimos tirones de carne de la piel, para curtirla. Me muestra orgulloso la piel. No tiene ningn agujero.-En el mero ojo -me presume- es la nica forma de que la piel no tenga seales de maltrato, -agrega.

-Y qu va hacer con la piel? -pregunto.

El viejo Antonio no me contesta, sigue raspando la piel del len con su machete, en silencio. Me siento a su lado y despus de llenar la pipa, trato de prepararle un cigarrillo con doblador. Se lo tiendo sin palabras, l lo examina y lo deshace.-Te falta -me dice mientras lo vuelve a forjar.

Nos sentamos a participar juntos en esa ceremonia del fumar. Entre chupada y chupada, el viejo Antonio va hilando la historia:El len es fuerte porque los otros animales son dbiles. El len come la carne de otros porque los otros se dejan comer. El len no mata con las garras o con los colmillos.El len mata mirando. Primero se acerca despacio... en silencio, porque tiene nubes en las patas y le matan el ruido. Despus salta y le da un revolcn a la vctima, un manotazo que tira, ms que por fuerza, por sorpresa.Despus la queda viendo. La mira a su presa. As... (el viejo Antonio arruga el entrecejo y me clava los ojos negros). El pobre animalito que va a morir se queda viendo noms, mira el len que lo mira. El animalito ya no se ve l mismo, mira lo que el len mira, mira la imagen del animalito en la mirada de len, mira que, en su mirarlo del len, es pequeo y dbil.El animalito ni se pensaba si es pequeo y dbil, era pues un animalito, ni grande ni pequeo, ni fuerte ni dbil. Pero ahora mira en el mirarlo del len, mira el miedo. Y, mirando que lo miran, el animalito se convence, l solo, de que es pequeo y dbil. Y, en el miedo que mira que lo mira el len, tiene miedo.Y entonces el animalito ya no mira nada, se le entumen los huesos as como cuando nos agarra el agua en la montaa, en la noche, en el fro. Y entonces el animalito se rinde as noms, se deja, y el len selo zampa7 sin pena.

5 len de montaa: felino muy parecido al puma americano.6 chimba: escopeta de chispa.7 zampar: comer o beber apresuradamente.

As mata el len. Mata mirando. Pero hay un animalito que no hace as, que cuando lo topa el len no le hace caso y se sigue como si nada, y si el len lo manotea, l contesta con un zarpazo de sus manitas, que son chiquitas pero duele la sangre que sacan. Y este animalito no se deja del len porque no mira que lo miran... es ciego. Topos, le dicen a esos animalitos.Parece que el viejo Antonio acab de hablar.

Yo aventuro un: "s, pero...". El viejo Antonio no me deja continuar, sigue contando la historia mientras se forja otro cigarrillo. Lo hace lentamente, volteando a verme cada tanto para ver si estoy poniendo atencin.El topo se qued ciego porque, en lugar de ver hacia fuera, se puso a mirarse el corazn, se trinc en mirar para dentro. Y nadie sabe por qu lleg en su cabeza del topo ese mirarse para dentro. Y ah est de necio el topo en mirarse el corazn y entonces no se preocupa de fuertes o dbiles, de grandes o pequeos, porque el corazn es el corazn y no se mide como se miden las cosas y los animales. Yeso de mirarse para dentro slo lo podan hacer los dioses y entonces los dioses lo castigaron al topo y ya no lo dejaron mirar pa fuera y adems lo condenaron a vivir y caminar bajo la tierra. Y por eso el topo vive abajo de la tierra, porque lo castigaron los dioses. Y el topo ni pena tuvo porque sigui mirndose por dentro. Y por eso el topo no lo tiene miedo al len. Y tampoco lo tiene miedo al len el hombre que sabe mirarse el corazn.Porque el hombre que sabe mirarse el corazn no ve la fuerza del len, ve la fuerza de su corazn y entonces lo mira al len y el len lo mira que lo mira el hombre y el len mira, en el mirarlo del hombre, que es slo un len y el len se mira que lo miran y tiene miedo y se corre.-"Y usted se mir el corazn para matar a este len?" interrumpo. l contesta:

-"Yo? Nhombre, yo mire la puntera de la chimba y el ojo del len y ah noms dispar.... del corazn ni me acord...".Yo me rasco la cabeza como, segn aprend, hacen aqu cada vez que no entienden algo.

El viejo Antonio se incorpora lentamente, toma la piel y la examina con detenimiento. Despus la enrolla y me la entrega.-"Toma" - me dice - te la regalo para que nunca olvides que al len y al miedo se les mata sabiendo a dnde mirar..."El viejo Antonio da media vuelta y se mete a su champa. En el lenguaje del viejo Antonio eso quiere decir: -"Ya acab. Adis". - Yo met en una bolsa de nylon la piel del len y me fui...

LA HISTORIA DEL AIRE DE LA NOCHE

Cuando los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, los ms primeros, se pensaron en cmo y para qu iban a hacer lo que iban a hacer, hicieron una su asamblea donde cada cual sac su palabra para saberla y que los otros la conocieran. As cada uno de los ms primeros dioses iba sacndose una palabra y la aventaba al centro de la asamblea y ah rebotaba y llegaba a otro dios que la agarraba y la aventaba de nuevo y as como pelota iba la palabra de un lado a otro hasta que ya todos la entendan y entonces hacan en su acuerdo los dioses ms grandes que fueron los que nacieron todas las cosasque llamamos mundos.

Uno de los acuerdos que encontraron cuando sacaron sus palabras fue el que cada camino tuviera su caminante y cada caminante su camino. Y entonces iban naciendo las cosas completas o sea que cada quien con su cada cual.As fue como nacieron el aire y los pjaros. O sea que no hubo primero aire y luego pjaros para que lo caminaran, ni tampoco hicieron los pjaros primero y despus el aire para que lo volaran. Igual hicieron con el agua y los peces que la nadan, la tierra y los animales que la andan, el camino y los pies que lo caminan.Pero hablando de los pjaros, hubo uno que mucho protestaba contra el aire.

Deca este pjaro que mejor y ms rpido volara si el aire no se le opusiera. Mucho rezongaba este pjaro porque, aunque su vuelo era gil y veloz, siempre quera que fuera ms y mejor, y si no poda serlo era porque, deca l, el aire se converta en un obstculo. Los dioses se fastidiaron de que mucho mal hablaba este pjaro que en el aire volaba y del aire se quejaba. As que, de castigo, los dioses primeros le quitaron las plumas y la luz de los ojos. Desnudo lo mandaron al fro de la noche y ciego deba volar. Entonces su vuelo, antes gracioso y ligero, se volvi desordenado y torpe.Pero ya hallado y despus de muchos golpes y tropiezos, el pjaro ste se dio la maa de ver con los odos. Hablndole a las cosas, este pjaro, o sea el Tzotz, orienta su camino y conoce el mundo que le responde en lengua que slo l sabe escuchar. Sin plumas que lo vistan, ciego y con un vuelo nervioso y atropellado, el murcilago reina la noche de la montaa y ningn animal camina mejor que l los oscuros aires.De este pjaro, el Tzotz, el murcilago, aprendieron los hombres y mujeres verdaderos a darle valor grande y poderoso a la palabra hablada, al sonido del pensamiento.Aprendieron tambin que la noche encierra muchos mundos y que hay que saber escucharlos para irlos sacando y floreciendo. Con palabras nacen los mundos que la noche tiene. Sonando se hacen luces, y tantos son que no caben en la tierra y muchos terminan por acomodarse en el cielo. Por eso dicen que

las estrellas se nacen en el suelo.

Los ms grandes dioses nacieron tambin a los hombres y mujeres, no para que uno fuera camino del otro, sino para que fueran al mismo tiempo camino y caminante del otro. Diferentes los hicieron para estarse juntos. Para que se amaran hicieron los ms grandes dioses a los hombres y mujeres. Por eso el aire de la noche es el ms mejor para volarse, para pensarse, para hablarse y para amarse.

LA HISTORIA DEL RATONCITO Y EL GATITO

Haba una vez un ratoncito que tena mucha hambre y quera comer un quesito que estaba en la cocinita de la casita. Y entonces el ratoncito se fue muy decidido a la cocinita para agarrar el quesito, pero resulta que se le atraves un gatito y el ratoncito se espant mucho y se corri y ya no pudo ir por el quesito a la cocinita. Entonces estaba el ratoncito pensando en cmo hacer para ir por el quesito a la cocinita y pens y dijo:- Ya s, voy a poner un platito con lechita y entonces el gatito se va a poner a tomar la lechita porque a los gatitos les gusta mucho la lechita. Y entonces, cuando el gatito est tomando su lechita y no se d cuenta, yo voy a ir a la cocinita para agarrar el quesito y me lo voy a comer. - Muuuy buena idea -dijo el mismo ratoncito.Y entonces se fue para buscar la lechita pero resulta que la lechita estaba en la cocinita y, cuando el ratoncito quiso ir a la cocinita, se le atraves el gatito y el ratoncito se espant mucho y se corri y ya no pudo ir por la lechita. Entonces estaba el ratoncito pensando en cmo hacer para ir por la lechita a la cocinita y pens y dijo:- Ya s, voy a aventar un pescadito muy lejos y entonces el gatito se va a correr para ir a comer el pescadito, porque a los gatitos les gusta mucho el pescadito. Y entonces, cuando el gatito est comiendo su pescadito y no se d cuenta, yo voy a ir a la cocinita para agarrar la lechita para poner en un platito y entonces, cuando el gatito est tomando su lechita y no se d cuenta, yo voy a ir a la cocinita para agarrar el quesito y me lo voy a comer. - Muuuy buena idea -dijo el mismo ratoncito.Y entonces se fue a buscar el pescadito pero resulta que el pescadito estaba en la cocinita y, cuando el ratoncito quiso ir a la cocinita, se le atraves el gatito y el ratoncito se espant mucho y se corri y ya no pudo ir por el pescadito. Y entonces el ratoncito vio que el quesito que quera, la lechita y el pescadito, todo estaba en la cocinita y no poda llegar porque el gatito se lo impeda. Y entonces el ratoncito dijo-"Ya basta!"- y agarr una ametralladora y acribill al gatito y fue a la cocinita y vio que el pescadito, la lechita y el quesito ya se haban echado a perder y ya no se podan comer y entonces regres a donde estaba el gatito y lo destaz y luego hizo un gran asado y luego invit a todos sus amiguitos y amiguitas y entonces hicieron una fiesta y se comieron al gatito asado y cantaron y bailaron y vivieron muy felices. Y la historia comenz...ste es el final del relato y el trmino de esta misiva. Os recuerdo que las divisiones entre pases slo sirven para tipificar el delito de "contrabando" y para darle sentido a las guerras.Es claro que existen, al menos, dos cosas que estn por encima de las fronteras: la una es el crimen que, disfrazado de modernidad, distribuye la miseria a escala mundial; la otra es la esperanza de que la

vergenza slo exista cuando uno se equivoca de paso en el baile y no cada vez que nos vemos en un espejo. Para acabar con el primero y para hacer florecer la segunda, slo hace falta luchar y ser mejores. Lo dems se sigue solo y es lo que suele llenar bibliotecas y museos.No es necesario conquistar el mundo, basta con hacerlo de nuevo... Salud y sabed que, para el amor, una cama es slo un pretexto; para el baile, una tonada es slo un adorno; y para luchar, la nacionalidad es slo un accidente meramente circunstancial.

LA HISTORIA DE LA ESPADA, EL RBOL, LA PIEDRA Y EL AGUA

Mordisquea la pipa el Viejo Antonio. Mordisquea las palabras y les da forma y sentido. Habla el Viejo

Antonio, la lluvia se detiene a escuchar y el agua y la oscuridad dan un reposo.

``Nuestros ms grandes abuelos tuvieron que enfrentar al extranjero que vino a conquistar estas tierras. Vino el extranjero a ponernos otro modo, otra palabra, otra creencia, otro dios y otra justicia. Era su justicia slo para tener l y despojarnos a nosotros. Era su dios el oro.Era su creencia su superioridad. Era su palabra la mentira. Era su modo la crueldad. Los nuestros, los ms grandes guerreros, se enfrentaron a ellos, grandes peleas hubo entre los naturales de estas tierras para defender la tierra de la mano del extranjero. Pero grande era tambin la fuerza que traa la mano extraa. Grandes y buenos guerreros cayeron peleando y murieron. Las batallas seguan, pocos eranya los guerreros y las mujeres y los nios tomaban las armas de los que caan.

Se reunieron entonces los ms sabios de los abuelos y se contaron la historia de la espada, del rbol, de la piedra y el agua. Se contaron que en los tiempos ms viejos y all en las montaas se reunieron las cosas que los hombres tenan para trabajarse y defenderse.Andaban los dioses como era su modo de por s, o sea que dormidos se estaban porque muy haraganes eran entonces los dioses que no eran los dioses ms grandes, los que nacieron el mundo, los primeros. Estaban el hombre y la mujer gastndose en el cuerpo y creciendo en el corazn en un rincn de la madrugada. Silencio se estaba la noche. Callada se estaba porque ya saba que muy poco le quedaba. Entonces habl la espada.- Una espada as se interrumpe el Viejo Antonio y empua un gran machete de dos filos. La luz del fuego arranca algunos destellos, un instante apenas, a la sombra luego.Sigue el Viejo Antonio:

``Entonces habl la espada y dijo:

Yo soy la ms fuerte y puedo destruirlos a todos. Mi filo corta y doy poder al que me toma y muerte al que me enfrenta .Mentira! -dijo el rbol- Yo soy el ms fuerte, he resistido el viento y la ms feroz tormenta. Se pelearon la espada y el rbol. Fuerte y duro se puso el rbol y enfrent a la espada.La espada golpe y golpe hasta que fue cortando el tronco y derrib al rbol. Yo soy la ms fuerte - volvi a decir la espada.Mentira! - dijo la piedra - Yo soy la ms fuerte porque soy dura y antigua, soy pesada y llena. Y se pelearon la espada y la piedra. Dura y firme se puso la piedra y enfrent a la espada.

La espada golpe y golpe y no pudo destruir a la piedra pero la parti en muchos pedazos. La espada qued sin filo y la piedra muy pedaceada.Es un empate! - dijeron la espada y la piedra y se lloraron las dos de lo intil de su pelea. Mientras, estaba el agua del arroyo noms mirando la pelea y nada deca. La mir la espada y dijo:- T eres la ms dbil de todos! Nada puedes hacer a nadie. Yo soy ms fuerte que t! - y se lanz la espada con grande fuerza contra el agua del arroyo. Un gran escndalo y un ruidero se hizo, se espantaron los peces y el agua no resisti el golpe de la espada.Poco a poco, sin decir nada, el agua volvi a tomar su forma, a envolver la espada, y a seguir su camino al ro que la llevara al agua grande que hicieron los dioses para curarse la sed que les daba. Pas el tiempo y la espada en el agua se empez a hacer vieja y oxidada, perdi el filo y los pescados se le acercaban sin miedo y se burlaban de ella. Con pena se retir la espada del agua del arroyo. Sin filo ya y derrotada se quej: Soy ms fuerte que ella, pero no le puedo hacer dao y ella a m, sin pelear, Me ha vencido! Se pas la madrugada y vino el sol a levantar al hombre y a la mujer que sehaban cansado juntos para hacerse nuevos. Encontraron el hombre y la mujer a la espada en un rincn oscuro, a la piedra hecha pedacera, al rbol cado y al agua del arroyo cantando...Acabaron losabuelos de contarse la historia de la espada, el rbol, la piedra y el agua y se dijeron:

'Hay veces que debemos pelear como si furamos espada frente al animal, hay veces que tenemos que pelear como rbol frente a la tormenta, hay veces que tenemos que pelear como piedras frente al tiempo. Pero hay veces que tenemos que pelear como el agua frente a la espada, al rbol y la piedra. Esta es la hora de hacernos agua y seguir nuestro camino hasta el ro que nos lleve al agua grande donde curan su sed los grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros'.- As hicieron nuestros abuelos dice el viejo Antonio. Resistieron como el agua resiste los golpes ms fieros.Lleg el extranjero con su fuerza, espant a los dbiles, crey que gan y al tiempo se fue haciendo viejo y oxidado. Termin el extrao en un rincn lleno de pena y sin entender por qu, si gan, estaba perdido.El viejo Antonio vuelve a encender la pipa y la lea del fogn y agrega:

As fue como nuestros ms grandes y sabios abuelos ganaron la gran guerra al extranjero.

El extrao se fue. Nosotros aqu estamos, como el agua del arroyo seguimos caminando al ro que habr de llevarnos al agua grande donde se curan la sed los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros...Se fue la madrugada y con ella el viejo Antonio. Yo segu el camino del sol, a occidente, bordeando un arroyo que serpenteaba hasta el ro. Frente al espejo, entre el sol del amanecer y el sol del atardecer

est la tierna caricia del sol de medianoche. Un alivio que es herida. Un agua que es sed. Un encuentro que sigue siendo bsqueda...Como la espada del cuento del viejo Antonio, la ofensiva gubernamental de un febrero entr sin ninguna dificultad en tierras zapatistas. Poderosa, deslumbrante, con hermosa empuadura la espada del Poder golpe el territorio zapatista.Como la espada del cuento del viejo Antonio, hizo gran ruido y escndalo, como ella, espant a algunos peces. Como en el cuento del viejo Antonio, su golpe fue grande, fuerte... e intil.Los Otros Cuentos - Cuentos definitivosVersin 60 (Ramal Chiapas)

Como la espada del cuento del viejo Antonio, sigue en el agua, se oxida y envejece. El agua? Sigue su camino, envuelve a la espada y, sin hacerle caso, se llega hasta el ro que habr de llevarla hasta el agua grande donde se curan la sed los ms grandes dioses, los que nacieron el mundo, los primeros...

LOS DE DESPUS S ENTENDIMOS

Cuenta la historia que, en un pueblo, se afanaban hombres y mujeres en trabajar para vivirse. Todos los das salan hombres y mujeres a sus respectivos trabajos: ellos a la milpa8 y al frijolar9; ellas a la lea yal acarreo del agua. En veces haba trabajos que los congregaban por igual. Por ejemplo, hombres y mujeres se juntaban para el corte del caf, cuando era llegado su tiempo. As pasaba. Pero haba un hombre que no eso haca. S trabajaba pues, pero no haciendo milpa ni frijolar, ni se acercaba a los cafetales cuando el grano enrojeca en las ramas. No, este hombre trabajaba sembrando rboles en la montaa.Los rboles que este hombre plantaba no eran de rpido crecimiento, todos tardaran dcadas enteras en crecer y hacerse de todas sus ramas y hojas. Los dems hombres mucho lo rean y criticaban a este hombre.-"Para qu trabajas en cosas que no vas a ver nunca terminadas. Mejor trabaja la milpa, que a los meses ya te da los frutos, y no en sembrar rboles que sern grandes cuando t ya hayas muerto".-"Sos tonto o loco, porque trabajas intilmente". El hombre se defenda y deca:-"S, es cierto, yo no voy a ver estos rboles ya grandes, llenos de ramas, hojas y pjaros, ni vern mis ojos a los nios jugando bajo su sombra. Pero si todos trabajamos slo para el presente y para apenas la maana siguiente Quin sembrar los rboles que nuestros descendientes habrn de necesitar para tener cobijo, consuelo y alegra?"Nadie lo entenda. Sigui el hombre loco o tonto sembrando rboles que no vera, y siguieron hombres

y mujeres cuerdos sembrando y trabajando para su presente. Pas el tiempo y todos ellos murieron, les siguieron sus hijos en el trabajo, y a stos les siguieron los hijos de sus hijos. Una maana, un grupo de nios y nias sali a pasear y encontraron un lugar lleno de grandes rboles, mil pjaros los poblaban y sus grandes copas daban alivio en el calor y proteccin en la lluvia. S, toda una ladera encontraron llena de rboles. Regresaron los nios y nias a su pueblo y contaron de este lugar maravilloso. Se juntaron los hombres y mujeres y muy asombrados se quedaron del lugar.-"Quin sembr esto?", se preguntaban.

Nadie saba. Fueron a hablar con sus mayores y tampoco saban. Slo un viejo, el ms viejo de la comunidad, les supo dar razn y les cont la historia del hombre loco y tonto.Los hombres y mujeres se reunieron en asamblea y discutieron. Vieron y entendieron al hombre que sus antepasados trataron y mucho admiraron a ese hombre y lo quisieron.

8milpa: maizal.9frijolar: tierra sembrada de frijoles.

Sabedores de que la memoria puede viajar muy lejos y llegar donde nadie piensa o imagina, fueron los hombres y mujeres de ese hoy al lugar de los rboles grandes.Rodearon uno que en el centro se estaba y, con letras de colores, le hicieron un letrero. Hicieron fiesta despus, y ya estaba avanzada la madrugada cuando los ltimos bailadores se fueron a dormir. Qued el bosque grande solo y en silencio. Llovi y dej de llover. Sali la Luna y la Va Lctea acomod de nuevo su retorcido cuerpo. De pronto, un rayo de luna acab por colarse por entre las grandes ramas y hojas del rbol del centro y, con su luz bajita, pudo leer el letrero de colores ah dejado. As deca:"A los primeros: Los de despus s entendimos. Salud.

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