COLICO EN EL LACTANTE

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Por la Dra. Sara Bertha Rodríguez Islas Médico pediatra miembro de la Sociedad Médica de Pediatría y de la Sociedad Médica de Neonatología EL CóLICO DEL LACTANTE Aparece en las primeras semanas de vida, en 10 a 40% de los bebés, acompañado de irritabilidad, llanto intenso y vigoroso, durante al menos tres horas  al día, tres días a la semana y tres semanas. E n el 95 % de los casos no hay lesión de ningún órgano, 5% es subsecuente a alguna alteración orgánica. Se caracteriza por llanto continuo de mayor intensidad, movimiento de extre- midades, espalda arqueada, pataleo, ruidos a nivel de estómago fácilmente audibles, que se pueden desencadenar sin causa aparente o bien, tras los primeros tragos del biberón, que induce el rechazo inmediato. La etiología es desconocida; se debe a contracciones espasmódicas del músculo liso del intestino, favorecidas por la inmadurez. También puede influir la dificultad para expulsar gases y alteraciones de la flora intestinal. Son factores asociados los psicológicos y sociales, excesiva estimulación (ruidos en el dormitorio del lactante, cambios de luz, incomodidad, mal ambiente, etc). Es más frecuente en lactantes prematuros de menos de 2.5 kg al nacer, con retraso en el crecimiento intrauterino y en hijos de madres fumadoras. En niños de término, como consecuencia de falta de maduración del sistema simpático y parasimpático que ocasiona espasmos a nivel intestinal, conforme va madurando, se fortalecen las fibras colinérgicas del intestino y desaparece la sintomatología en la mayoría de los casos. Los factores que lo propician incluyen mala técnica en la alimentación (tanto biberones como pezón embrocan sólo en la parte central de la boca y el aire entra por las comisuras), al no eructar en forma adecuada se causa el cólico; también los niños aerófagos que tragan mucho aire cuando lloran. El cólico es más frecuente por la tarde noche, interpretado por algunos investigadores como la relación de un mayor cansancio de los padres al final del día, con menos capacidad de respuesta para atención del lactante. El diagnóstico es clínico mediante una revisión integral y gastrointestinal, considerando la sintomatología que repor- tan los padres. Se observa si hay deposiciones normales (de 2 hasta 8 veces/día) o si en éstas hay presencia de sangre o acidez, descartando una enfermedad secundaria, como alergia a la proteína de la leche de vaca (intolerancia a la lactosa), reflujo gastroesofágico o estreñimiento, condi- ciones que ameritan tratamiento específico. La base del manejo es buscando mejorar la respuesta de los padres para tranquilizar a su hijo. Resulta funda- mental que la familia comprenda la naturaleza benigna de los cólicos y reaccione con tranquilidad para poder trasmitírsela a su hijo. Se enseñan formas de acompañar al bebé con contacto físico (masajes en espalda, sobre la zona de la columna vertebral, abdomen en forma circular, caricias suaves, contacto piel con piel); otra manera es con música, canciones de cuna, movimientos rítmicos, suaves, paseándolos o incluso viajando en automóvil. Administrar por vía oral sacarosa al 12% de 2 ml cada 6 horas y en cuanto al manejo farmacológico antiespasmódicos, como dimeticona pediátrica (frasco gotero) en dosis de 5 gotas cada 8 horas. También hay que corregir las técnicas de alimentación, sobre todo orientar a los papás primerizos, mostrando la forma adecuada de dar el biberón o amaman- tar, para evitar la entrada de aire en cada succión por las comisuras y es muy importante que después de cada toma de leche se le debe ayudar al bebé a eructar adecuadamen- te, porque es la forma en que disminuye la sintomatología. Además, hay restricción de dieta en las madres, deben evitar leche de vaca, huevo, pescado, chocolate, fresas, nueces, almendras. Si a la cuarta semana persisten los cólicos, entonces se piensa en una enfermedad secundaria y se canaliza con un gastroenterólogo pediatra. El Periódico de los Médicos México, D.F. año 36 número 432 Noviembre 2013 Para consultar las referencias bibliográficas de este artículo, remítase a: www.percano.com.mx/PMreferencias_1113.html Prescripción Médica

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Por la Dra. sara Bertha Rodríguez islas Médico pediatra miembro de la Sociedad Médica de Pediatría y de la Sociedad Médica de Neonatología

EL CóLICo DEL LACTANTEAparece en las primeras semanas de vida, en 10 a 40% de los bebés, acompañado de irritabilidad, llanto intenso y vigoroso, durante al menos tres horas  al día,  tres días a la semana y tres semanas.

En el 95 % de los casos no hay lesión de ningún órgano, 5% es subsecuente a alguna alteración orgánica. Se caracteriza por llanto continuo de mayor intensidad, movimiento de extre-midades, espalda arqueada, pataleo, ruidos

a nivel de estómago fácilmente audibles, que se pueden desencadenar sin causa aparente o bien, tras los primeros tragos del biberón, que induce el rechazo inmediato.

La etiología es desconocida; se debe a contracciones espasmódicas del músculo liso del intestino, favorecidas por la inmadurez. También puede influir la dificultad para expulsar gases y alteraciones de la flora intestinal. Son factores asociados los psicológicos y sociales, excesiva estimulación (ruidos en el dormitorio del lactante, cambios de luz, incomodidad, mal ambiente, etc).

Es más frecuente en lactantes prematuros de menos de 2.5 kg al nacer, con retraso en el crecimiento intrauterino y en hijos de madres fumadoras. En niños de término, como consecuencia de falta de maduración del sistema simpático y parasimpático que ocasiona espasmos a nivel intestinal, conforme va madurando, se fortalecen las fibras colinérgicas del intestino y desaparece la sintomatología en la mayoría de los casos.

Los factores que lo propician incluyen mala técnica en la alimentación (tanto biberones como pezón embrocan

sólo en la parte central de la boca y el aire entra por las comisuras), al no eructar en forma adecuada se causa el cólico; también los niños aerófagos que tragan mucho aire cuando lloran. El cólico es más frecuente por la tarde noche, interpretado por algunos investigadores como la relación de un mayor cansancio de los padres al final del día, con menos capacidad de respuesta para atención del lactante.

El diagnóstico es clínico mediante una revisión integral y gastrointestinal, considerando la sintomatología que repor-tan los padres. Se observa si hay deposiciones normales (de 2 hasta 8 veces/día) o si en éstas hay presencia de sangre o acidez, descartando una enfermedad secundaria, como alergia a la proteína de la leche de vaca (intolerancia a la lactosa), reflujo gastroesofágico o estreñimiento, condi-ciones que ameritan tratamiento específico.

La base del manejo es buscando mejorar la respuesta de los padres para tranquilizar a su hijo. Resulta funda-mental que la familia comprenda la naturaleza benigna de los cólicos y reaccione con tranquilidad para poder trasmitírsela a su hijo. Se enseñan formas de acompañar al bebé con contacto físico (masajes en espalda, sobre la zona de la columna vertebral, abdomen en forma circular, caricias suaves, contacto piel con piel); otra manera es con música, canciones de cuna, movimientos rítmicos, suaves, paseándolos o incluso viajando en automóvil. Administrar por vía oral sacarosa al 12% de 2 ml cada 6 horas y en cuanto al manejo farmacológico antiespasmódicos, como dimeticona pediátrica (frasco gotero) en dosis de 5 gotas cada 8 horas. También hay que corregir las técnicas de alimentación, sobre todo orientar a los papás primerizos, mostrando la forma adecuada de dar el biberón o amaman-tar, para evitar la entrada de aire en cada succión por las comisuras y es muy importante que después de cada toma de leche se le debe ayudar al bebé a eructar adecuadamen-te, porque es la forma en que disminuye la sintomatología. Además, hay restricción de dieta en las madres, deben evitar leche de vaca, huevo, pescado, chocolate, fresas, nueces, almendras. Si a la cuarta semana persisten los cólicos, entonces se piensa en una enfermedad secundaria y se canaliza con un gastroenterólogo pediatra.

El Periódico de los MédicosMéxico, D.F. año 36 número 432 Noviembre 2013

Para consultar las referencias bibliográficas de este artículo, remítase a:

www.percano.com.mx/PMreferencias_1113.html

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