COJOS Y CIEGOS SANADOS...COJOS Y CIEGOS SANADOS En el templo venían ciegos y cojos para ser...

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¿Por qué vendían palomas? Ofrecían palomas en los sacrificios. Los viajeros no habían traído palomas. ¡Pero no debían convertir el templo en un mercado! COJOS Y CIEGOS SANADOS En el templo venían ciegos y cojos para ser sanados. ¡Jesús los sanó a todos! Los niños seguían gritando alabanzas: «¡Hosanna al Hijo de David!» Pero no todos estaban felices. Los líderes religiosos se quejaron de las alabanzas. –¿Oyes lo que éstos están diciendo? –le preguntaron a Jesús. –Claro que sí –respondió Jesús–. ¿No han leído que en los labios de los peque- ños Dios ha puesto la perfecta alabanza? Además, si la gente no me alababa, lo harán las piedras. ¡Qué bueno que los niños alabaron a Jesús en la casa de oración! Si no, lo hu- bieran hecho las piedras. CONDENADO A MUERTE Esa Pascua en Jerusalén fue la más dra- mática y asombrosa de la historia humana. Un día la gente tendió mantos y ramas de palma en el camino para que pasara el rey Jesús, y le cantaron alabanzas y hosan- nas. Unos días más tarde, la misma gente gritaba ante el gobernador Pilato: –¡Crucifícale! ¡Crucifica a Jesús! Los jefes religiosos habían condenado de muerte a Jesús; pero ellos tenían que reci- bir la aprobación de Pilato, el gobernador romano. Pilato no encontró culpa en Jesús; sin embargo, hizo lo que la gente reclamó, que mande crucificar a Jesús. JESÚS MURIÓ POR TI ¿Era Jesús un criminal? ¡No! Pero fue crucificado como un criminal. Jesús nunca había hecho nada malo. Él es el único hombre que nunca ha pecado. Su muerte en la cruz fue el sacrificio que Dios aceptó para perdonar los pecados de cualquiera que reciba a Jesús como su Salvador. Así como los niños en Jerusalén alabaron a Jesús, alábale tú. Jesús es digno de toda alabanza, no sólo en la iglesia sino en todo lugar, y en todo momento. Lo más hermoso es ver a los niños en la casa de oración. ¡Alaba a Jesús con Hosannas! uando Jesús anduvo en la tierra era así como ahora; unos lo amaban y otros lo odiaban. Un día, cerca de la Pascua, Jesús iba camino a Jerusalén. Pidió a dos de sus dis- cípulos que fueran a la aldea de enfrente y le trajeran un burrito que estaba atado allí. –Si alguien les pregunta por qué lo desa- tan, díganle que el Señor lo necesita. Los discípulos trajeron al burrito y Jesús lo montó. La gente que seguía a Jesús estaba emocionada. Tendieron mantos y ramas de palma por el camino para que Jesús pasara. Al llegar cerca de la bajada del monte de los Olivos comenzaron a ala- bar a Jesús. Chicos y grandes gritaban: –¡Hosanna al Hijo de David! –¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas! EL PROFETA DE NAZARET Toda la ciudad estaba conmovida. Asom- brados de ver a Jesús montado en un burri- to, se preguntaban: «¿Quién es éste?» –Es el profeta Jesús de Nazaret de Gali- lea –respondieron los discípulos. ¿Adónde crees que fue Jesús? Jesús fue directamente al templo, la casa de oración. El templo era un lugar sagrado para honrar y alabar a Dios. Pero había mucho desorden. En el templo había mesas de cambistas de dinero y venta de palomas para los sacrificios. Jesús, que recién había estado alegre y sonriente, se enojó y empezó a volcar las mesas de los cambistas. Las monedas volaban y caían sonando por todo lado. Jesús también volcó los puestos de los que vendían palomas. ¡Y volaron las palomas! –¡Ésta es la casa de mi Padre! –dijo Jesús, indignado, con voz como de trueno–. Está escrito que el templo debe ser casa de oración. ¡Ustedes lo han convertido en cueva de ladrones! LOS CAMBISTAS ¿Por qué había cambistas de dinero en el templo? Era la Pascua y venían judíos de diferentes lugares, con distintas mone- das. Necesitaban cambiar su dinero para las monedas que se usaban en el templo. Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones. Marcos 11:17 «La Perlita» con Tía Margarita 316 3/2016 | Semana Santa misperlitas.wordpress.com | ©2016 hermanamargarita.com «El Señor lo necesita.» Jesús montado en un burrito La gente alaba a Jesús Jesús purifica el templo Ciegos y cojos sanados

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¿Por qué vendían palomas? Ofrecían palomas en los sacrificios. Los viajeros no habían traído palomas. ¡Pero no debían convertir el templo en un mercado!

COJOS Y CIEGOS SANADOSEn el templo venían ciegos y cojos para

ser sanados. ¡Jesús los sanó a todos! Los niños seguían gritando alabanzas:

«¡Hosanna al Hijo de David!»Pero no todos estaban felices. Los líderes

religiosos se quejaron de las alabanzas.–¿Oyes lo que éstos están diciendo? –le

preguntaron a Jesús.–Claro que sí –respondió Jesús–. ¿No

han leído que en los labios de los peque-ños Dios ha puesto la perfecta alabanza? Además, si la gente no me alababa, lo harán las piedras.

¡Qué bueno que los niños alabaron a Jesús en la casa de oración! Si no, lo hu-bieran hecho las piedras.

CONDENADO A MUERTEEsa Pascua en Jerusalén fue la más dra-

mática y asombrosa de la historia humana. Un día la gente tendió mantos y ramas de palma en el camino para que pasara el rey Jesús, y le cantaron alabanzas y hosan-nas. Unos días más tarde, la misma gente gritaba ante el gobernador Pilato:

–¡Crucifícale! ¡Crucifica a Jesús!Los jefes religiosos habían condenado de

muerte a Jesús; pero ellos tenían que reci-bir la aprobación de Pilato, el gobernador romano. Pilato no encontró culpa en Jesús; sin embargo, hizo lo que la gente reclamó, que mande crucificar a Jesús.

JESÚS MURIÓ POR TI¿Era Jesús un criminal? ¡No! Pero fue

crucificado como un criminal. Jesús nunca había hecho nada malo. Él es el único hombre que nunca ha pecado. Su muerte en la cruz fue el sacrificio que Dios aceptó para perdonar los pecados de cualquiera que reciba a Jesús como su Salvador.

Así como los niños en Jerusalén alabaron a Jesús, alábale tú. Jesús es digno de toda alabanza, no sólo en la iglesia sino en todo lugar, y en todo momento. Lo más hermoso es ver a los niños en la casa de oración.

¡Alaba a Jesús con Hosannas!

uando Jesús anduvo en la tierra era así como ahora; unos lo amaban y otros lo odiaban.

Un día, cerca de la Pascua, Jesús iba camino a Jerusalén. Pidió a dos de sus dis-cípulos que fueran a la aldea de enfrente y le trajeran un burrito que estaba atado allí.

–Si alguien les pregunta por qué lo desa-tan, díganle que el Señor lo necesita.

Los discípulos trajeron al burrito y Jesús lo montó. La gente que seguía a Jesús estaba emocionada. Tendieron mantos y ramas de palma por el camino para que Jesús pasara. Al llegar cerca de la bajada del monte de los Olivos comenzaron a ala-bar a Jesús. Chicos y grandes gritaban:

–¡Hosanna al Hijo de David!–¡Bendito el que viene en el nombre del

Señor! ¡Hosanna en las alturas!

EL PROFETA DE NAZARETToda la ciudad estaba conmovida. Asom-

brados de ver a Jesús montado en un burri-to, se preguntaban: «¿Quién es éste?»

–Es el profeta Jesús de Nazaret de Gali-lea –respondieron los discípulos.

¿Adónde crees que fue Jesús?Jesús fue directamente al templo, la casa

de oración. El templo era un lugar sagrado para honrar y alabar a Dios. Pero había mucho desorden.

En el templo había mesas de cambistas de dinero y venta de palomas para los sacrificios. Jesús, que recién había estado alegre y sonriente, se enojó y empezó a volcar las mesas de los cambistas.

Las monedas volaban y caían sonando por todo lado. Jesús también volcó los puestos de los que vendían palomas. ¡Y volaron las palomas!

–¡Ésta es la casa de mi Padre! –dijo Jesús, indignado, con voz como de trueno–. Está escrito que el templo debe ser casa de oración. ¡Ustedes lo han convertido en cueva de ladrones!

LOS CAMBISTAS ¿Por qué había cambistas de dinero en

el templo? Era la Pascua y venían judíos de diferentes lugares, con distintas mone-das. Necesitaban cambiar su dinero para las monedas que se usaban en el templo.

Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones. Marcos 11:17

«La Perlita» con Tía Margarita 316 3/2016 | Semana Santa misperlitas.wordpress.com | ©2016 hermanamargarita.com

«El Señor lo necesita.»

Jesús montado en un burrito

La gente alaba a Jesús

Jesús purifica el templo

Ciegos y cojos sanados