Claroscuro. Un palpitar en el silencio de la noche. Poesía (2015). Shirley Ruiz Monge

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H E B E L CLAROSCURO un palpitar en el silencio de la noche POESÍA Shirley Ruiz Monge

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Segundo poemario de la escritora y artista visual costarricense, Shirley Ruiz Monge. Segundo libro de la Colección Micro-Bio | poesía, de Hebel Ediciones.

Transcript of Claroscuro. Un palpitar en el silencio de la noche. Poesía (2015). Shirley Ruiz Monge

H E B E L

CLAROSCURO un palpitar en el silencio de la noche

POESÍA

Shirley Ruiz Monge

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H E B E L ediciones Micro-Bio | Poesía

CLAROSCURO un palpitar en el silencio de la noche

POESÍA

Shirley Ruiz Monge

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CLAROSCURO. UN PALPITAR EN EL SILENCIO DE LA NOCHE | POESÍA

© Shirley Ruiz Monge, 2015.

Todas las imágenes de la obra pertenecen a: Shirley Ruiz Monge.

© HEBEL Ediciones

Colección Micro-Bio | Poesía

Santiago de Chile, 2015.

www.benditapoesia.webs.com

Qué es HEBEL. Es un sello editorial sin fines de lucro. Término hebreo que denota lo

efímero, lo vano, lo pasajero, soplo leve que parte veloz. Así, este sello quiere ser un

gesto de frágil permanencia de las palabras, en ediciones siempre preliminares, que

se lanzan por el espacio y tiempo para hacer bien o simplemente para inquietar la

vida, que siempre está en permanente devenir, en especial la de este "humus que

mira el cielo".

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INTRODUCCIÓN

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El arte desafía, la piel se eriza y los sentires

se mezclan con los sonidos de lo que el

interior del ser batalla, vive y calla, se

fusionan las manos, el corazón, el alma, las

ideas, la mente y con la tinta que corre por

las venas hacen que la vida mirada por los

cinco sentidos palpite en una explosión

donde existe un antes y un después, el arte

se desnuda en quien lo hace y se desnuda

en quien lo mira, seduce al diálogo y se

apasiona en la mirada silenciosa.

Claroscuro nace de un sueño imposible y es que si

debo definir mi camino, podría decir que de los

imposibles he creado lo que nunca imaginé poder

crear, y entre colores, pinceles, letras, pasiones,

imaginación, tormentas y sentimientos transformé

mis trasnoches en arte y allí, en ese silencio, en

donde solo el reloj me marca las horas, mis manos

se unen con mi alma y expresan lo que muchas

veces no puedo gritar o hacer.

He plasmado en ellos muchas historias las cuales no

pretendo sean interpretadas en su forma original,

sino que estas inviten al otro a mirar, mirar y mirar y

de alguna forma encontrarme en su mirada y morir

en ellas y juntos dejar volar sentimientos, que si bien

todos tenemos, muchas veces no sabemos lo

profundo de su intensidad.

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Hoy, les dejo a su imaginación las texturas, los

relieves, los colores, los sentimientos que ellas

producen y ya sea llanto, nostalgia, alegría,

incertidumbre, pasión, dolor, etcétera, para mí, el

solo hecho de que provoque algo ya es un placer y

un honor el compartir una pequeña parte de mi

vida con la inmensidad de esta existencia.

Shirley Ruiz Monje

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CLAROSCURO

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Claroscuro

Surge la vida como un poema

Poemas que bailan sin extremidades y se amparan

en el socorro de la vida.

¡Auxilio!

Proclama el cielo que llora alegre rompiendo su

cráneo

donde mira a la tierra y se hace lejana

Las calles como siluetas de hermosas

curvas adornan los horizontes

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donde la libertad termina en prisiones

¡Te necesito!

Exclama silenciado el firmamento lleno de

lobreguez

donde se posan los arcoíris sin color e iluminan la

noche

y hace que broten los lirios del campo

¡Y reír!

Como forastera que vaga con la luna y

Abraza los cielos que lloran el albor

Esperanzados de emprender un nuevo viaje

¡Y llorar!

Riendo en tus brazos llenos de matices

Pintados con falacias que desmienten tus labios

Allí, me ciego fingiendo debilidad

Mirando el rojo en el crepúsculo

Seducida por el blanco y el negro

que me estrujan, que me miran,

que me elogian, que me hacen una estrofa

¡Y me miento!

¡Me engaño!

¡Me apasiono!

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Resurgir con alas en el alma

¡Renacer! pensaba ella mientras miraba las hojas

marchitas pintadas en el lienzo

donde en sus ramas llevan un pasado no muy

distante, ni muy cercano.

Saber que sus memorias son como las cenizas que

levanta el viento y en ellas los recuerdos

de alegrías y tristezas.

Caminar no es olvidar, y eso ella lo sabía, caminar

es volver a atreverse a dar un paso en firme sin

saber su destino.

Ella amaba resurgir en el viento que acaricia sus

"colochos", poder admirar el horizonte lleno de

destellos, oler la tierra mojada cuando llueve,

ver en los escondites olvidados una vida

plena.

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Era saber que su corazón aún seguía latiendo,

aunque con menor fuerza, pero si callaba

escuchaba cada palpitación tan fuerte como

el grito en una montaña llena de ecos.

Cada día, cada noche ella era consciente de lo

que podía sentir; del amor, de la pasión, de los

sueños, de los colores, de la música, de los

bailes, de los dolores, de los libros, de las

palabras, de las letras, de las nostalgias, de los

vacíos, de los silencios.

Resucitar no era para ella bajar la luna con sus

estrellas, más sabía que la noche no brilla si no

hay una luna que la acompañe.

En sus manos rebrotaba la imaginación, hacía de la

quietud un agridulce pintado en un pedazo

de madera que sin anhelos de nada se

dejaba ir trágicamente en el infinito de su

naturaleza.

Una tela, unas hojas, unas ramas, unas tintas sin

destellos y allí resurgía en sus verdades

pintadas con esperanza.

Ella y la vida llena de contradicciones

Ella y el lienzo que la acompaña

Ella y sus únicos colores

Con todo lo vibrante de su alma, Ella y su cuerpo

con una llama flamante, sabía que vivir en la

espera es resurgir en la vida incierta y

silenciosa expectante del mañana

apasionante y pintar un canto con los trozos

de tragedia abrazando las sombras

escondidas en la neblina.

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Ambivalencia

No quiero buscar y aún así te encuentro en cada hoja

No quiero encontrarte y aún así no dejo de mirarte

No quiero reflejos y una sombra me persigue

No quiero salidas y mil caminos se dibujan frente a mí

No quiero palabras y el silencio me perturba

No quiero miradas y los ojos se desbordan como un

grito manso

No quiero firmamentos y el alba se pinta coqueta

No quiero correr y mis pies no se detienen

No quiero respuestas y no dejo de preguntar

No quiero la muerte y la vida obstinada me acerca

a ella

No quiero llorar y en cada sonrisa se dibuja una

lágrima

No quiero la espera y aún así vivo en ella

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No quiero tristezas y aún así el desconcierto me

seduce

No quiero tus ojos y aún así pinto miles de ellos

No quiero tus besos y aún así mis labios quieren

sangrar en el deseo

No quiero los recuerdos y los ayeres tocan a mi puerta

No quiero esta alma y aún así apasionante habita

mis nostalgias

No quiero la fe y esta se maquilla de esperanza con

alas de mariposas

No quiero el tiempo y este baila con mis

incertidumbres

No quiero vivir de sueños y aún así cada

palpitación desnuda mis anhelos

No quiero secretos y la vida me esconde el

mañana

No quiero instantes y aún así en ellos soy una

pintura libre

No quiero la oscuridad y esta afable se difumina en

la niebla

No quiero la noche y el día adelanta las horas

Mis manos no quieren dibujar y aún así pintan sobre

los lienzos que

ascienden a los horizontes llenos de miradas

abstractas donde abrazan las

huellas del peregrinaje esforzado que se deja sentir

vivo y despliegan sus alas

blancas, libres hacia los firmamentos oscuros

donde los deseos se

maquilan de rojo.

¡No quiero nada y aún así quiero todo!

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Una musa en el limbo del arte

Hoy te miré al espejo ¡Sí! te hablo a vos

A esa que habita un todo y que ya no es una niña

Ahora estás llena de canas,

de recuerdos, de deseos, de memorias

que te abrazan todos los días

Parece que te perdiste en laberintos del tiempo

pero no fue así, el tiempo lo hiciste tuyo

te encontraste con lo que no querías

olvidar y te arriesgas

aventurarte a lo desconocido.

Ya no eres una adolescente sin rumbo,

pero la rebeldía no sale

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de tu cuerpo, o así lo deja ver lo

entrelazado de tus caminos

En tu cuerpo hay historias,

huellas invisibles,

palabras silenciosas que son

las maestras de tus pasos.

Tus ojos evocan lágrimas y tus mejillas

sonríen al ser mojadas con ellas.

Palpitas con el viento y el viento

abre paso a tus torbellinos

Respiras sentimientos que duermen

en las hojas de tus poesías

Y el grito dibujado en lo abstracto

de tus lienzos arrebatan la lógica de

de tus temores y te dejas llevar en las

noches que creas con el arte.

Tienes muchas musas, más solo una te

impulsa silente y con su magia

se posa en tus manos y se deja llevar por su

sabiduría ciega.

Hoy soy parte de ti y dibujada me encuentro

en lo abstracto de tus líneas

y sonrojada de miradas acaricio el

destino que nos une en el limbo

de la hermosa existencia.

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La noche: frenesí de mis silencios

Tengo mil voces en mi cabeza y quieren fugarse

Una mirada y un suspiro las hacen prisioneras de las

horas

El alma florece en el gris de la tormenta y allí los

ecos entonan su luto

Este cuerpo se decae

Yo misma en si misma

Un algo que se oculta

Un algo que palpita

Una sed en los ojos secos

Se asoma la Incertidumbre y abraza

los desvelos sin sentido del amor

del odio, de la vida, de la muerte, de las risas,

de los llantos y de los miedos.

Toca a la puerta la Melancolía y se expresa

desgarradora

que carcome las ansias de mis caminos.

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Me posee una Nostalgia y con ella una búsqueda

infinita que indaga mi alma.

Algo me impulsa y es la Angustia, ese mi

pequeño gran motor existencial

Y no importa ese "algo" que busco porque

hasta una piedra termina siendo una obra de arte

!Aquí, una noche, no importa donde!

Miles y una historia, mías, de todos, de nadie y

todos se

ven reflejados en ellas y yo me miro

y no me encuentro en ninguna, más soy todas

ellas al mismo tiempo.

Pinto las historias porque están destrozadas más no

puedo borrarlas porque ya hay

tinta manchada en las hojas.

Miro el cielo y soy yo

Miro la luna y soy su frío

Miro el mar y lo ahogo con mis lágrimas

Miro el infinito y me pierdo con las palabras

Me encuentro en lo insignificante y lo insignificante

se hace grande al contenerme

Se abrió una puerta y yo no autoricé su entrada,

más este portal abierto me da vida

y ya no quiero, no puedo y me niego a cerrarlo.

Entonces escribo y lloro sobre las letras porque

ellas son los pañuelos que visten mis lágrimas y

pinto,

porque en lo oscuro un rojo golpea y apasiona mis

latidos.

Envidio a El Ciego, porque no ve el negro

y mi alma en busca de encontrarlo se ciega

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en mirarlo y detrás de estos ojos hay un jardín

de insomnios que se acurrucan en los párpados

cansados y se escucha un grito y su eco es una

canción

y las aves bailan en las llanuras y el grito ya no se

escucha

y hay una niña grande dibujada y la lluvia tiembla

en la montaña de sus memorias

Tengo un ropaje vestido de una búsqueda

incesante

que nunca será saciada, un Dios que es mi poesía

porque no le interesa encontrar lógica en mis

pensamientos

y se apasiona en los colores y en lo oculto de lo

creado

Y llega la noche, me mira, me seduce, me pinta

y yo la pinto a ella y tiene un encanto

y en sus ojos guarda todos mis secretos

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Camina lento

Camina lento,

En su andar triste se fue alejando

sin saber si volvería,

quizás solo era una infancia inconclusa

llena de caprichos que no podía controlar

La acera asfaltada apenas veía su mirada

y el sol se ocultaba poco a poco para no

abandonar

su cuerpo que bailaba desaforadamente en la

explosión de su alma joven.

Una música que anda y abraza

Un recuerdo que queda en el vacío

Una parte de su alma que lo entrega todo

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Y el tiempo que desea las sábanas

llenas de lágrimas.

Una ciudad que acoge las calles

Un ruido en su mirada que habla a

los vidrios abiertos en la media noche.

Y camina lento

Se fue, pero la noche escucha su historia

y ama la luz que sale de sus manos.

Una lluvia insolente en la oscuridad roja

que moja las almas fusionadas en el arte

del lienzo

Ella corre a prisa, pero camina lento

Tanta vitalidad atormenta sus miedos

y tema ahuyentar la mirada deseada

que se empaña en el vaho del cristal

Besa las madrugadas y sus preguntas

descansan en el cansancio del café

Sus rizos tienen vida y

desconciertan a la muerte

Sostiene a la vida que no se va,

que se apega al amor

soñando la aventura sincera del camino

sabio que la acompaña en silencio

y en su desesperación hay belleza

porque la belleza es el arte dibujado

en la explosión de los colores

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La noche es Ella

La noche es una mujer

Donde se pierde la cordura

Donde a ciegas se desafía a la luna

Y en la belleza de ambas se zarpa a

lugares desconocidos donde

los hábitos seden a la fascinación

de sus sombras

La noche es una mujer inocente

con sus vestidos de puntos y

lienzos vulnerables

donde sus ojos descansan en los

regazos de los recuerdos

La noche es ella

La que oscurece en la niebla

Con su aroma a niña juega a

perderse y encontrarse en otra noche

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Nunca termina de eclipsarse porque el

alba se hace visible en el humo de sus manos

y en la brisa nocturna se adentra en

los pensamientos del silencio.

La noche es ella

Tan palpable que no se olvida

Los astros la admiran

La tocan

La piensan

Su alma imborrable e indestructible

Irradia nostalgias cubiertas de pasión.

La noche es ella y

la vida en ella se hace placentera

Una mirada

Un poema

Una pintura

Y su presencia es la

fuerza que emana la vida.

¡La noche es ella,

Y ella devora la noche!

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La esperanza se anida en la mirada

Para mis ojos basta la esperanza

cubierta de pensamientos libres que puedan volar

y toquen los vientos llenos de alas refugiadas

en los cielos somnolientos que

abrazan mi alma desvelada

Reposar en una ilusión cada día

Donde en el paisaje palpiten las entrañas

llenas de rocíos perfumados con la brisa

de los horizontes y fugadas de sintonías

entonen melodiosas los cantos de las aves

Abrazar los caminos nostálgicos donde

las risas reposen en los gritos que emigran

buscando corazones absortos de sueños

y las luces rojas del crepúsculo hereden

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los fuegos llenos de raíces que alimentan

la vida de los inocentes

Y es ella, con su rostro de ecos transparentes

donde anida las ansias pintadas de certidumbres

que viven, respiran y vibran en los tiempos

profundos de labios difuminados

en la boca de los vientos.

28

Hay un abismo

Hay un abismo

entre el silencio y el grito

Entre mi alma y mi pecho

Entre la palabra no dicha

y mi garganta ahogada

Hay un abismo,

Entre la belleza y lo escondido

Entre su mirada y la ceguera

Entre sus huellas y sus dedos

Hay un abismo que vuela alto

que roba los recuerdos

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llenos de sentimientos

vapuleados por desdichas

que fustigan mis lomos.

Hay un abismo donde caminar es pintar,

donde el morir revive en el lienzo y se llena

de grietas marcadas de fuerzas en mis manos

y renacen con el alba

Hay un abismo que se escapa

en lo no hecho y en lo creado

en aferrarme a esa diminuta

luz que brilla en el vacío

y que abraza mis ansiedades

y silencia mis tormentos con paz.

Hay un abismo que se pierde

en los ecos plasmados y

la mentira no es y la verdad tampoco

y ambas son, sin dejar de ser.

Hay un abismo y esa es mi realidad;

Un invierno que me abraza

Una lluvia que me arrulla

Un semblante frente al espejo

Unos sueños ilusionados

Un horizonte lejano

Una canción que besa mis oídos

Una pintura que me acompaña

Una luz que habita en mi alma.

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Un día donde vuelan las hojas

Ese día las hojas volaban sin rumbos,

el viento era tan fuerte que, ellas, sin oponerse

se dejaban acariciar por las

brisas que acariciaban sus pieles.

Una hoja tocó sus manos,

ella la tomó y recordó aquella tarde de verano.

Ese día había llovido,

en su tierra un verano era hermoso,

el horizonte se pintaba de matices

deslumbrantes abrazando el ocaso

tímido que esperaba la anhelada

noche y la lluvia suave y delicada

mojaba sus cabellos.

Sentada en una grada con la hoja

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en sus manos y con el paisaje

deslumbrante frente a sus ojos,

su corazón palpitaba de ilusiones,

era joven y su cabello estaba lleno de canas,

sus ojos eran fuertes y su piel delicada

como plumas de águilas, sus pies

cansados seguían corriendo

y sus manos con quemaduras

pintaban recuerdos.

Miró a la hoja, sus pigmentos

entre verdes y amarillos gritaban no morir,

ella le dio otra vida, la llenó de otros colores,

y la hoja agradecida la acompañó

en su camino lleno de historias.

Allí se encontraron y la vida siendo

un segundo de nada,

hizo de una compañía

una eternidad abrazada

de esperanzas y sueños.

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Dama de negro y blanco

Hay una vida llena de sonrisas

que se pierden en tu mirada

Mis pétalos marchitos,

ingenuos de amor,

besan tu alma.

Y coexisto en pasos rasgados y lentos

donde el devenir se hace hogar

y el hogar huele a ternura,

a arropo,

a esperanza.

No me voy,

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porque la vida vivida

resumida en un segundo,

hace de las memorias

una felicidad y me aferro a ellas

y a lo nuevo que palpita.

Hay una hora cero

Y en ella vuelvo a nacer

Tengo un nuevo aroma

Y placenteros matices que

Lloran

Gritan

Se estremecen

Y en medio de voces ausentes

una nueva vida empieza

abrazada de fantasmas que tocan

a las puertas del alma

y paciente respiro

como la dama de negro y blanco

donde mis labios rojos

como suaves plumas

borran las espinas de los recuerdos

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Abstracto

No sé si puedo describir con fidelidad

lo que se perfila en el fulgor

sobre el lienzo que abraza los sueños.

No sé si puedo llegar y tomarlos de las manos

y en mis delirios volar con ellos

hacia horizontes desconocidos.

No sé si puedo esclarecer sus matices

llenos de sombras que se empeñan

en cautivar mi mirada y hacen que mi

piel se erice blanda ante su historia.

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No sé si puedo contar lo que brotan mis manos

cuando los pinceles cubiertos de

cosméticos quieren gritar la tristeza y la alegría

que se asoma en el amanecer del paisaje distante.

No sé si puedo beber las copas que

lamen los cielos y se llenan de amores

al sabor de sus paisajes llenos de

pigmentos detallados en las

fisonomías de las palabras que

hoy se pintan abstractas en la

belleza de la noche.

No sé si mi alma pueda sumergirse

en los misterios confusos que caen

en la atmósfera de una pintura

y con unas plumas retratan

mi apasionada irrealidad.

Me acuesto en mi existencia indefinida

y voy creando en medio de mi ambigüedad,

formulando deseos subjetivos

que adoptan a mi alma llena

de negruras puras y luces espeluznantes

plasmadas en cuadros abstractos.

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La vida es bella

El cielo canta,

y su canto llora,

y sus lágrimas me abrazan,

y la vida me acoge,

y el corazón palpita en el vaho de un cristal.

Al otro lado me espera la lluvia y yo a ella.

Cada gota que me toca es vida a mis venas

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y mis venas suspiran y no se ahogan.

No entiendo la vida.

Pero ella no pide ser entendida.

Pero parece que la vida es bella

porque se pinta de blanco y negro y es atrevida.

Pocos entienden mi música,

pero mi música baila

y brilla en la oscuridad

y sonríe.

La vida es bella

porque tiene música

y encierra mil ideas

y en una de ellas me encuentro yo

tratando de descifrarla y

eso hace que no muera en esta vida bella.

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Nací desnuda

Nací desnuda, entre risas y llantos

Donde la nostalgia del amor borraba los huesos del

cansancio

Donde el Sol abrazó a la Luna para acompañar

los gritos guardados de las voces silentes de quejas

y tristezas.

Llevo hermosos ropajes en blanco y negro

que cubren mi alma desnuda

la cual no puedo esconder y sin timidez

alguna

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no teme caminar libre por las calles de las

miradas que la señalan.

Mi alma se pierde en los humos grises

Me toma de su mano y no abandona mi cuerpo

Caminan juntas y jubilosas no pierden las ganas de

vivir

Mi alma desnuda mira a mi cuerpo,

agotado por la existencia

Pero con sus ojos color miel y su pelo esponjado

fusionadas brillan con el viento y arrullan las

angustias

Bailan en el aire y el tiempo se borra en el sonar de

los árboles

Mi alma desnuda llena de vilezas ilumina los sueños

limpios de inocencias que persiguen las esperanzas

y la lluvia los moja.

Mi alma desnuda corre con mi cuerpo.

Y se pinta en un cuadro

Huyen, y se encuentran,

Juegan y ríen,

Y se hacen amantes de la vida que las vio nacer

Desnudas se acogen y caminan por los senderos de

los paraísos

Donde la soledad las abraza y en cada letra

vuelven a vivir con la fuerza

De ayer,

De hoy,

De siempre

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Entre la puerta y el cristal

Y brillas,

Como ese resplandor en las pequeñas cosas

Como sin nombrarte,

no busco tus respuestas

La belleza me guía a tu interior.

No tengo estilo

No tengo gemelas

Mis ropas se hacen invisibles

Y lejos de todo,

amo todo a donde quiero llegar

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Horas frente a un cristal

Y soy,

Y no sé si seré suficiente,

Pero soy feliz.

Una canción arde dentro de mí

Y me gusta saberme y sentirme.

Que la llama interna capricho del amor

no se apague.

Y no sé si es suficiente

Y entonces invento,

Y te invento dentro de mí.

Un alma habita entre la puerta y el cristal

Y me fastidio de hermosas lozas

Y los tejados pierden algunas tejas

Y me encuentro,

Ávida de senderos rojos,

Y te pinto, y allí te miro

Y ciega de miradas mis ojos esculcan

la belleza de la vida

Y te pienso

Dibujado en mis letras

Y pensarte,

Pensarte, sana mi alma obstinada.

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Que nada me contenga

¿Qué puede contenerme?

Si ni la tierra misma puede contenerse en sí misma

Si cuando siente que no puede explota y arrasa

con todo lo que la habita

Entonces,

¿Qué puede contenerme?

Una alas no pueden contenerme porque si tengo

alas y vuelo

me quedaré en el camino porque un día ellas se

cansarán

y caeré al vacío por no poder

moverlas más y ya no habrán alas que me

sostengan

en la gravedad del infinito.

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Una mirada no puede contenerme

porque al mirarme me atrapa

pero al cerrar sus ojos por un segundo me suelta

y me pierdo en su ceguera

y cuando los ojos sean abiertos ya no estaré para

ser vista

Un beso no puede contenerme

solo existirá un segundo en donde nuestros

labios se unan y fusionados exploten

pero al separarse quedará un sin sabor

de humedad sediento por un desierto de espacios

limitados

y mis besos se fugarán en búsqueda de lo ilimitado

de otros besos sin querer encontrarlos.

¿Y si no quiero que nada me contenga?

¿De qué sirve ser libre si las reglas nos patean todos

los días la no libertad buscada?

Entonces,

¡La libertad no existe!

Aún así la busco, la persigo, la dibujo, y es tan

abstracta que ni

mis ojos la pueden descifrar, pero,

¿Para qué quiero descifrarla?

Eso sería encerrar a la libertad dentro de mi libertad

no encontrada

y terminaríamos siendo prisioneras de lo que no

queremos

y buscamos más no encontramos.

Me levanto, me acuesto, me siento, me paro

y no encuentro un lugar para mi reposo,

llega la noche y se hace efímera,

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destroza las horas de sueños perdidos y poderosa

juega

con las almas que duermen

más no juega con la mía

porque mi alma no duerme y llega el día

y sus destellos opacan las ojeras de los sentimientos

convulsionados que luchan

por la no costumbre de que un Lunes sea un Lunes.

¿Quién puso nombre a las cosas?

¿Quién dijo que un Lunes se quería llamar así?

¿Quién dijo que se duerme en la noche y en el día se

vive como gentes pasajeras buscando sentido a las

cosas?

¿Quién dijo que lo normal es lo correcto y lo

anormal necesita terapia?

¿Quién?

Muchos, son muchos los que analizan todo,

lo que a todo le tienen que encontrar una

respuesta

y no ven que las respuestas se cansan de ellas

mismas

por ser encajonadas en prejuicios que no

pertenecen para todos por igual.

Y yo busco respuestas

y luego yo misma las borro porque no me son

suficientes,

porque no las quiero, porque una respuesta no me

produce

nada en mi tormentoso interior.

Brinco, de aquí a allá,

Me muevo todo el tiempo porque todo me aburre

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y todo se aburre por estar siempre en un solo lugar,

Una persona muere porque nunca ha sentido un

temblor

y mi cuerpo acostumbrado a ellos los extraña

porque dejó de sentirlos,

Entonces,

vuelvo a brincar tratando de pisar lugares que

me saquen de la rutina y la rutina llora, porque ella

no quiere perder su estabilidad

Miro al teléfono y es seco, frío, silencioso y quisiera

tirarlo, que no suene más,

¡Lo odio! odio a los que están del otro lado del

teléfono porque no

los puedo ver y yo quiero verlos y a los que puedo

ver parece que ya no me quieren ver a mí

Entonces,

Sigo, sigo buscando saciarme y me obstino de mi

misma

De esta sed que me tiene ahogada

De estas letras que quieren tener vida y yo quiero

matarlas y que

sean olvidadas para nunca ser recordadas

Y lloro hasta el cansancio

tratando de ahogar al mar con mis lágrimas

Y río para liberar lo que aprieta mi pecho

Y bailo aunque no tenga compañero de baile y la

música no suene

Pero amo la música silenciosa

la que escucho en las noches solitarias porque son

las únicas

que se atreven a acompañarme

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Ellas no me temen y se muestran desnudas para

que yo me vista de ellas y las haga mías

Y vienen miles de pensamientos y no puedo estar

despierta tanto tiempo

Porque pensar tanto no hace bien a mi cuerpo

Pero no puedo dejar de pensar

Estoy atrapada en la imaginación de mis

pensamientos

Soy prisionera de ellos y ellos me llevan a excitarme,

a odiarme a amarme

No tengo falta de nada, pero nada me contiene

Entonces,

Sigo buscando y no sé si un día encuentre lo que

quiero encontrar

Y mientras: busco, deseo, amo, odio, lloro, sonrío y

me apasiono

Y el día que encuentre lo que busco, ese día moriré

Porque ya nada tendrá sentido

Porque si pierdo lo picante y pecaminoso del

camino estaré en la rutina que

Tanto odio y a la que huyo todos los días.

Entonces,

Que nada me contenga y que esta existencia

sea ciega frente a mí, que me ignore y me deje vivir

Ilusa de mi libertad y me deje entregarme a lo que

quiero y deseo

Y no me aprisione a lo correcto de la vida

Porque la vida misma no sabe ser correcta con

nadie

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Vértigo de hojas

Hojas hermosas de un recuerdo de estación

Secas, rojas, con aroma a silencios

Una a una caen de mi cabeza

Hojas de historias que navegan en mi corazón

Me curan, me cuidan, llenan la sed de mi alma

Tienen un llanto seco, una pena en una canción

Canciones que entonan y bailan sin música

Hojas que vuelven desde algún lugar sin nombre

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Que viajan apasionadas con un fuego fugitivo que

no se calma

Hojas de cristales donde soy su espejo

Más yo no soy el reflejo de ellas

Hojas que quieren beberme, más mi sangre de día

es secreta

Y en la noche oscura la sangre es mía, sangre de mi

reflejo

Hojas que se ocultan en mis manos

Mis manos brillan

Manos que bailan

Una mano rebelde

Una mano que palpita

Una hoja en mis manos

Hojas que persiguen mis pasos

Que huelen mis huellas

Que buscan mis silencios

Hojas con rostros que aturden

Vértigos amargos y aburridos

Hojas que reposan en busca de mi corazón sereno

Hojas que gritan mi nombre, más mi nombre nadie

lo pronuncia

Hojas que traen alegría, perfumes delirantes en sus

cuerpos

Hojas que ya no lloran, que besan mi alma

Y las hojas caen y yo caigo con ellas

No temo caer

No me asusto

Me levanto

Me apasiono

Me asombro en el milagro y las hojas se van conmigo

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Un alma, un cuerpo, un sentir

Hay un lugar sombrío,

lleno de destellos que caen de la tierra

Muchos sueños que vagan en el limbo de la vida

Ellos quieren partir, más yo los aferro a mí y los

escribo

Podría escribir cartas todos los días

Aún sabiendo que nunca llegarán a su destino

Porque los destinos los cambia el tiempo

Y yo no creo en los destinos

Más ellos se aferran a existir

Miro los pasos y tienen una fría calma

y revelan la ausencia de mis miradas

Aún así, sigo escribiendo

Puedo escribir en mi cuerpo

envolverme en una hoja

y meterme en una botella

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lanzarme al mar y llegar a Praga

ciudad soñada por mi alma

ver sus luces y volar con ellas

Deshojarme en sus calles

Oler sus vientos otoñales

Y pintar frente a un cristal mi sonrisa

de placer provocada por la lluvia

de una tarde humedecida

Un instante, solo un segundo extasiado

Y volver a la botella y de nuevo lanzarme al mar

llegar a una Isla secreta, donde no haya frío ni calor

donde la calma abrace mi alma y el silencio

sea el canto para mi paz y despertar

volver a mi realidad, correr entre la vida

apresurada, llena de incertidumbres y egoísmos

pasearme entre las gentes con cuello blanco y

oler sus perfumes costosos

Y de nuevo quiero ser la hoja dentro de la botella

No salir de ella, sonreír en un sueño no encontrado

Y navegar sin rumbo hasta llegar al lugar soñado

Ver de nuevo las hojas de otoño

Y pintar sobre ellas mis versos

Acariciar el dolor de ellas, arrullar

el miedo que les produce el viento incierto

y cubrir sus lágrimas pintadas por la lluvia

Unas letras, unas hojas,

un cuerpo, una botella

un destino, un sueño, una realidad,

Y sigo divagando, en el sentir apasionante

de las horas que galopean en el reloj y achican

mis tormentos.

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IMPRESIONES

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Nicolás Panotto:

“Claroscuro” no puede ser mejor nombre para

esta nueva obra de Shirley Ruiz. Una metáfora

que brota de un texto con profundidad

existencial, que no se reserva en (casi) nada al

describir con lujo de detalles –aunque ello suene

paradójico- las ambivalencias, contradicciones,

dolores y angustias que producen el enfrentarse a

esos interrogantes que distan de sentido o

respuesta, pero que nos llevan a los escondites

más recónditos de la frontera entre la vida y la

muerte que nos constituye. Contamos con el

acompañamiento de una serie de imágenes, que

añoran el mismo misterioso y sinuoso camino,

aunque desde otra sensibilidad estética: cuadros

plagados de grises y negros, con formas que

distan de una dirección dada; por el contrario, se

encuentran plagadas de atajos y de tonos

serenos (blancos) y violentos (rojos), como

destellos que irrumpen e interrumpen un fondo

que ambiciona imponerse en su lúgubre

homogeneidad. “Claroscuros” del lienzo,

impresiones del alma, fuentes de trazos que

dibujan infinitas explicaciones que lo que menos

hacen es esclarecer, sino abrir más grietas, y con

ellas espiar hacia otros universos escondidos del

cuerpo. Esto es lo que nos propone la obra de

Shirley: la valentía de adentrarse en el laberinto

del sentimiento, con sus condenas y esperanzas,

plasmándolas en tímidas aunque sinceras

palabras, y enriqueciéndolas con retratos que

brotan de las danzas del trazo que, frente al

silencio del verbo, evocan los más insondables

surcos de la piel para dar un sentido destellante y

pasajero al vacío.

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Gusmar Sosa:

Claroscuro, de Shirley, más que un poemario es

un espejo que refleja la totalidad del ser. Cada

poema es un rasgo fundamental de una

transustanciación cíclica y no una contraposición.

La claridad no compite con la oscuridad,

tampoco se turnan para dar una tonalidad

especial a un contexto singular; no, Claroscuro no

es una obra de dualidades, aunque así pudiese

parecer, le toca al lector ir más allá de sus

presupuestos, desafiarse a sí mismo para

encontrarse entre las corrientes turbias de un

torrente de emociones voraces y volátiles. Le

toca al lector formar parte del fenómeno que

ocurre mientras lee y ocurrirse a sí mismo, tener el

valor de leer en voz alta para encarnar los

lamentos y deseos, la melancolía y la tristeza, sin

miedo a la inevitable pérdida en el tiempo y

espacio donde la claridad y la oscuridad se

devoran entre sí.

Eso es Claroscuro: un ritual continuo donde ocurre

la alimentación de uno con el otro y la digestión

se vuelca en la forma del texto. Un ritual que

invita a participar, a alimentarse y digerir junto a

la autora y terminar devorado e impregnado en

un ciclo eterno que existe antes del texto, donde

el lector existe antes del texto, solo que allí

adentro hay la posibilidad de ser consciente de la

existencia y la participación.

Dayan Didier Castillo Silva:

Las letras se esparcen como tinta sobre el papel

más allá de su partícula atómica, las palabras

dan forma a semi-figurativas ideas, emociones,

con trazos de preludio celular, metamorfosis de

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un poema de óleo sobre tela. El dialogo de las

imágenes expresa un mundo lleno de grises y

escaso de color, tratando de otorgar sentido a

través de la pasión de una vida de sacrificios,

llantos, risas y penas, donde el rojo fluye como

sangre entre la tensión de la contradicción de

blanco y negro. Cuando la vida parece perder su

color y lo único vivo pareces ser tú, entrega tu

vida para dar sentido a este mundo, o

enloquecerás de su cordura. Después que has

logrado sobrevivir a un dilema existencial que ha

trastocado tus paradigmas, el mundo de

claroscuro intenta mostrar que lo

verdaderamente importante es aquello por lo

que estarías dispuesto a entregar tu cabeza, lo

que sientes luego de que todas las cargas

morales ya se han difuminado en la anarquía de

tu libertad dentro de un universo vapuleado.

Silvia Chaves:

La serie claroscuro me remite a Eclesiastés y al

texto de Withman:

¿Qué me contradigo?

Y si me contradigo!

(Yo soy inmenso contengo multitudes)

Todo tiene su tiempo...

No voy a recordarte a través de tú obra,

primeramente, sino a través de tú persona, En tus

últimos escritos y obras observo una mirada más

introspectiva sobre ella misma y sus propios

pesares y preguntas más evidentes.

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Mostrando una búsqueda inquieta en su camino.

Acuerdo que son caminos de sanidad, dejar que

sus voces "silentes" hablen!

Luis Cruz-Villalobos:

Cuando cantas

Te duele

Y te salvas

Cuando callas sobre el papel

No aguantas

La savia igual brota

Y vence

Y rescata

No puedes contener

Los claroscuros

Los oscuroclaros

Del alma

Del día

De la memoria

Y del mañana que apronta

Pintas el poema

Escribes sobre telas

Y paras de llorar llorando

Y respiras

Y sigues

Qué más pedirle

A un salto al abismo

Tan alto.

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