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    Captulo 2

    LAS POLTICAS DEL MULTICULTURALISMO

    Las sociedades modernas tienen que hacer frente cada vez ms a gruposminoritarios que exigen el reconocimiento de su identidad y la acomodacinde sus diferencias culturales, algo que a menudo se denomina el reto delmulticulturalismo. No obstante, el trmino multiculturalismo abarcaformas muy diferentes de pluralismo cultural, cada una de las cuales planteasus propios retos. Existen diversas formas mediante las cuales las minorasse incorporan a las comunidades polticas, desde la conquista y lacolonizacin de sociedades que anteriormente gozaban de autogobiernohasta la inmigracin voluntaria de individuos y familias. Estas diferenciasen la forma de incorporacin afectan a la naturaleza de los grupos minori-

    tarios y el tipo de relaciones que stos desean con la sociedad de la que for-man parte.De ah que las generalizaciones sobre los objetivos o las consecuencias

    del multiculturalismo pueden ser bastante equvocas. De hecho, gran parItedel debate pblico sobre el multiculturalismo acusa dicho defecto. Porejemplo, quienes se oponen al multiculturalismo suelen afirmar que steencapsula a las minoras en un gueto, impidindoles su integracin en elgrueso de la sociedad; los partidarios del mismo responden, por el contrario,que la preocupacin por la integracin es un reflejo del imperialismocultural. De hecho, ambas acusaciones constituyen generalizaciones excesi-vas que ignoran las diferencias entre los grupos minoritarios y malinter-pretan sus autnticas motivaciones.

    En el presente captulo, me centrar en dos modelos amplios de diver-sidad cultural. En el primer caso, la diversidad cultural surge de la incor- poracin de culturas, que previamente disfrutaban de autogobierno yestaban territorialmente concentradas a un Estado mayor. Una de lascaractersticas distintivas de las culturas incorporadas, a las que denominominoras nacionales, es justamente el deseo de seguir siendo sociedadesdistintas respecto de la cultura mayoritaria de la que forman parte; exigen,por tanto, diversas formas de autonoma o autogobierno para asegurar susupervivencia como sociedades distintas.

    En el segundo caso, la diversidad cultural surge de la inmigracin in-dividual y familiar. Estos emigrantes acostumbran a unirse en asociacionespoco rgidas y evanescentes, que voy a denominar grupos tnicos. A

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    grandes rasgos, dichos grupos desean integrarse en la sociedad de la queforman parte y que se les acepte como miembros de pleno derecho de lamisma. Si bien a menudo pretenden obtener un mayor reconocimiento de suidentidad tnica, su objetivo no es convertirse en una nacin separada yautogobernada paralela a la sociedad de la que forman parte, sino modificarlas instituciones y las leyes de dicha sociedad para que sea ms permeable alas diferencias culturales.

    Se trata, naturalmente, de modelos generales, no de leyes de la naturale-za, por lo que cada categora general requerir mayor refinamiento yprecisin a medida que vayamos avanzando en el anlisis y argumentacin.Sin embargo, no podemos empezar a entender y a evaluar las polticas delmulticulturalismo a menos que comprendamos cmo la incorporacinhistrica de los grupos minoritarios configura sus instituciones colectivas,sus identidades y sus aspiraciones. Por consiguiente, empezar por describirla naturaleza de estas dos categoras amplias (apartado 1) y, a continuacin,abordar las exigencias especficas implcitas en cada una de ellas (apartado2).

    1. ESTADOS MULTINACIONALES Y ESTADOS POLITNICOS

    Una fuente de diversidad cultural es la coexistencia, dentro de un de-terminado Estado, de ms de una nacin, donde nacin significa una co-munidad histrica, ms o menos completa institucionalmente, que ocupa unterritorio o una tierra natal determinada y que comparte una lengua y unacultura diferenciadas. La nocin de nacin, en este sentido sociolgico,est estrechamente relacionada con la idea de pueblo o de cultura; dehecho, ambos conceptos resultan a menudo intercambiables. Un pas quecontiene ms de una nacin no es, por tanto, una nacin-Estado, sino unEstado multinacional, donde las culturas ms pequeas conforman lasminoras nacionales. La incorporacin de diferentes naciones en un soloEstado puede ser involuntaria; ejemplos de ello son la invasin y conquistade una comunidad cultural por otra o la cesin de la comunidad de unapotencia imperial a otra, o el caso en que el suelo patrio es invadido porgentes dispuestas a colonizar dicha comunidad. No obstante, la formacinde un Estado multinacional tambin puede darse voluntariamente, comosucede cuando culturas diferentes convienen en formar una federacin parasu beneficio mutuo.

    Muchas democracias occidentales son multinacionales. Por ejemplo, enlos Estados Unidos existen diversas minoras nacionales, entre las que secuentan los indios americanos, los portorriqueos, los descendientes demexicanos (chicanos) que vivan en el sudoeste cuando los Estados Unidosse anexionaron Texas, Nuevo Mxico y California tras la guerra mexicanade 1846-1848, los nativos hawaianos, los chamorros de Guam y otros isle-

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    os del Pacfico. Todos estos grupos fueron involuntariamente incorporados a losEstados Unidos mediante la conquista o la colonizacin. De haber existido unequilibrio de poder distinto, estos grupos hubieran podido retener o establecer sus

    propios gobiernos soberanos. Ocasionalmente, en Puerto Rico o entre lasprincipales tribus indias emerge la reivindicacin de la independencia, aunque lapreferencia histrica de estos grupos no ha sido dejar los Estados Unidos, sinoalcanzar la autonoma dentro de ellos.

    La mayora de estos grupos fueron adquiriendo un estatus poltico especial amedida que iban siendo incorporados. A las tribus indias se las reconoci comonaciones internas dependientes, con sus propios gobiernos, tribunales y derechosestablecidos mediante tratados; Puerto Rico es una commonwealth y Guam unprotectorado. Cada uno de estos pueblos est federado con la organizacin

    poltica estadounidense y goza de especiales competencias de autogobierno.Asimismo, tales grupos disfrutan de derechos respecto de su lengua y el uso de

    su territorio. En Guam y Hawai, la lengua indgena (chamorro y hawaiano) tiene elmismo estatus que el ingls en las escuelas, los tribunales y todo lo que supongatrato con el gobierno, mientras que en Puerto Rico la nica lengua oficial es elespaol. El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en 1848, garantiz los derechoslingsticos a los chicanos del sudoeste, aunque stos fueron abrogados tan prontocomo los colonos anglfonos constituyeron la mayora de la poblacin. Los nativoshawaianos, los esquimales de Alaska y las tribus indias tambin tienen legalmentereconocidas sus exigencias territoriales, reservndoles determinadas zonas delterritorio para su uso exclusivo y garantizndoles su representacin en determinadosorganismos reguladores. En resumen, en los Estados Unidos las minoras nacionales

    poseen diversos derechos cuyo objetivo es reflejar y proteger su estatus comocomunidades culturales distintas; adems, dichas minoras han luchado paraconservar y aumentar tales derechos.1

    La mayor parte de estos grupos son relativamente pequeos y estn geo-grficamente aislados. Todos juntos nicamente constituyen una fraccin de la

    poblacin total estadounidense. A resultas de ello, estos grupos han sido marginalespara la autoidentidad de los estadounidenses; de ah que, de hecho, muchas veceslos polticos y los tericos estadounidenses hayan

    1. Para un estudio de los derechos de las minoras nacionales en los Estados Unidos,vase O'Brien, 1987. Sobre la invisibilidad de estos grupos en la historia constitucional y

    poltica de los Estados Unidos, vase Ball, 1989; Resnik, 1989; Aleinikoff, 1994. Sobre lacuestin de la secesin de las tribus indias, vase Jensen, 1993. La abrogacin de losderechos lingsticos de los chicanos se asemeja al destino de los mtis en Canad, cuyosderechos nacionales fueron reconocidos cuando Manitoba ingres en la Confederacin, paraser abolidos cuando los colonos ingleses fueron mayoritarios en la provincia. CompreseGlazer, 1983, pg. 277 con Weinstein, 1986, pgs. 46-47; Chartrand, 1991 y 1993, pg. 241.

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    negado o infravalorado la mera existencia de las minoras nacionales y de susderechos de autogobierno.

    En otros pases la existencia de minoras nacionales resulta ms patente. Eldesarrollo histrico de Canad ha implicado la federacin de tres grupos nacionalesdistintos: ingleses, franceses y aborgenes.2 En su origen, la incorporacin de lacomunidad quebequesa y aborigen a la comunidad poltica canadiense fueinvoluntaria. Los territorios indios fueron invadidos por los colonos franceses que, asu vez, fueron conquistados por los ingleses. Mientras que en el caso de Quebec la

    posibilidad de la secesin es muy real, la preferencia histrica de estos grupos-como sucede con las minoras nacionales en los Estados Unidos- no ha sidoabandonar la federacin, sino renegociar los trminos de sta para alcanzar unmayor nivel de autonoma.

    Gran parte de los momentos decisivos de la historia canadiense se han centradoen estos intentos de renegociar los trminos de la federacin entre ingleses,franceses y aborgenes. Los trminos de la federacin se recogen en una serie dedocumentos protegidos por la Constitucin, incluyendo los tratados y lasreivindicaciones territoriales con los aborgenes, as como el acuerdo deconfederacin entre las colonias anglfonas y francfonas de la Norteamrica

    britnica de 1867.La tentativa ms reciente de renegociacin finaliz en octubre de 1992, cuando

    mediante un referndum nacional se rechaz una propuesta para enmendar laConstitucin (el Acuerdo de Charlottetown). Dicho acuerdo hubiera reforzado elderecho intrnseco al autogobierno de los aborge-

    2. Que estos grupos se consideran a s mismos una nacin es evidente a partir de losnombres que han elegido para sus asociaciones e instituciones. Por ejemplo, en Quebec, allegislativo provincial se le denomina Asamblea Nacional; la principal organizacin delestatus indio se denomina Asamblea de las Primeras Naciones. Es importante sealar quelos pueblos aborgenes no constituyen una sola nacin. El trmino aborigen engloba trescategoras de aborgenes (indios, inuit y mtis); el propio trmino indio es una ficcinlegal, tras la cual se encuentran numerosas naciones aborgenes distintas, con sus propias

    historias e identidades comunitarias separadas. En Canad, los aborgenes se dividen en oncegrupos lingsticos, descendientes de varias sociedades diferentes histrica y culturalmente.Se ha estimado que en la poblacin aborigen existen de treinta y cinco a cincuenta pueblosdistintos. Por otra parte, tambin resulta potencialmente equvoco describir a los canadiensesfranceses como una nica nacin. La mayora francfona de la provincia de Quebec seconsidera a s misma una nacin, los quebequeses. Pero tambin hay francfonos fuera deQuebec y la nacin francesa en Canad no siempre se identifica tan estrechamente con la

    provincia de Quebec. Para el cambio de la identidad propia de canadiense a la nacincanadiense-francesa, defranco-quebequs a quebequs, vase McRoberts,1988; Crete y Zylberberg, 1991, pg. 424. Sobre el uso del lenguaje de la nacionalidad porlos aborgenes y los quebequeses ms en general, vase Cairns, 1993, pg. 188; Chartrand,1995; Long, 1992; Jenson, 1993.

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    nes Y hubiese concedido un estatus especial a Quebec, como la nica sociedad conuna mayora lingstica y cultural francesa en Canad y Norteamrica.

    Otras muchas democracias occidentales son tambin multinacionales, ya seaporque incorporaron por la fuerza a las poblaciones indgenas (como, por ejemplo,Finlandia y Nueva Zelanda), o porque se constituyeron mediante la federacin, mso menos voluntaria, de dos o ms culturas europeas (como, por ejemplo, Blgica ySuiza). De hecho, muchos pases del mundo son multinacionales en el sentido deque sus fronteras se trazaron de forma que incluyeran el territorio ocupado porculturas preexistentes que a menudo disponan de autogobierno. Este es el caso dela mayora de pases del antiguo bloque comunista (vase Dreyer, 1979; Connor,1984) y del Tercer Mundo (Rothchild y Olorunsola, 1983; Selassie, 1993; B.Davidson, 1992).

    Afirmar que estos pases son Estados multinacionales no significa negar que,a algunos efectos, los ciudadanos se autoconsideren un nico pueblo. Por ejemplo,los suizos tienen un fuerte sentido de lealtad comn, pese a sus divisiones culturalesy lingsticas. De hecho, los Estados multinacionales no pueden sobrevivir a menosque sus diversos grupos nacionales mantengan su lealtad a la comunidad polticams amplia en la que estn integrados y con la que cohabitan.

    Algunos estudiosos describen dicha lealtad comn como una forma deidentidad nacional y, por tanto, consideran que Suiza es un Estado-nacin, algo enmi opinin errneo. Debemos distinguir el patriotismo, el sentimiento de lealtada un Estado, de la identidad nacional, el sentido de pertenencia a un grupo nacional.En Suiza, como en la mayora de Estados multinacionales, los grupos nacionalessienten lealtad hacia el Estado en su totalidad slo porque ste reconoce y respetasu existencia como nacin diferente. Los suizos son patriotas, pero la Suiza a la queson leales se define como una federacin de distintos pueblos. Por esta razn, es

    preferible considerada un Estado multinacional e interpretar los sentimientos delealtad comn que genera dicho Estado como patriotismo compartido, no como unaIdentidad nacional comn.

    La segunda fuente de pluralismo cultural es la inmigracin. Un pasmanifestar pluralismo cultural si acepta como inmigrantes a un gran nmero deindividuos y familias de otras culturas y les permite mantener algunas de sus

    particularidades tnicas. Esto siempre ha sido un aspecto importantsimo de la vidaen Australia, Canad y los Estados U nidos, que poseen los tres mayores ndices deinmigracin per cPita del mundo. De hecho, ms de la mitad de toda lainmigracin legal mundial se produce en Uno de estos tres pases.

    Antes de 1960, se esperaba que los inmigrantes a estos pases abandonasen suherencia distintiva y se asimilasen totalmente a las pautas cultu-

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    rales existentes, lo que se conoce como modelo inmigratorio de anglocon-formidad. As las cosas, a algunos grupos se les negaba la entrada si no se lesconsideraba asimilables (por ejemplo, las restricciones a la inmigracin china enCanad y los Estados Unidos o la poltica de inmigracin de slo blancos enAustralia). La asimilacin se consideraba esencial para la estabilidad poltica, algoque se racionalizaba posteriormente mediante la denigracin etnocntrica de lasotras culturas.

    Este compromiso compartido con la angloconformidad queda oscurecido por elpopular -pero equvoco- contraste entre el melting-potestadounidense y el mosaicotnico canadiense. Pese a que el mosaico tnico tiene una connotacin derespeto por la integridad de las culturas inmigrantes, en la prctica simplementesignifica que los inmigrantes a Canad pueden escoger entre dos culturas a las queasimilarse. Aunque Canad es binacional, la tensa tolerancia que franceses eingleses se profesan recprocamente no se extendi a los extranjeros que seresistieron a la asimilacin o fueron considerados inasimilables. 3

    Sin embargo, a principios de los aos setenta, y bajo la presin de los gruposinmigrantes, los tres pases abandonaron el modelo asimilacionista y adoptaron una

    poltica ms tolerante y pluralista que permite y, de hecho, estimula que losinmigrantes mantengan diversos aspectos de su herencia tnica. En la actualidad seacepta (aunque no de una manera unnime) que los inmigrantes deberan tenerlibertad para mantener algunas de sus antiguas costumbres respecto de laalimentacin, la indumentaria, la religin, as como derecho a asociarse entre s paramantener tales prcticas. Tal conducta ha dejado de considerarse antipatritica oantiamericana.

    3. Porter, 1987, pg. 154; vase Reitz y Breton, 1994; Palmer, 1976. De ser cierto quelos grupos inmigrantes parecen ms cohesionados en Canad, ello se debe probablemente aque stos contienen una mayor proporcin de inmigrantes recientes que los grupos tnicos enlos Estados Unidos, lo cual, a su vez, se debe al mayor ndice de inmigracin del Canad. En1981, el 16,1 % de los residentes en Canad haban nacido en el extranjero, comparado con el6,2 % de los Estados Unidos (Laczko, 1994, pgs. 28-29). Sin embargo, el proceso de

    integracin de los inmigrantes asentados, as como de sus hijos, es similar en ambos pases.El trmino melting-pot tambin es hasta cierto punto equvoco. Este trmino aludefundamentalmente a la fusin biolgica de diversos grupos tnicos (blancos) a travs de losmatrimonios mixtos, ms que a la fusin de sus prcticas culturales. Segun TheodoreRoosevelt, los representantes de muchas razas antiguas del mundo se estn uniendo en unnuevo tipo, pero el crisol en el que se han fundido todos los nuevos tipos hasta convertirseen uno solo se configur desde 1776 hasta 1789, y nuestra nacionalidad se fijdefinitivamente, con todas sus caractersticas esenciales, en el hombre de la poca deWashington (citado en Gordon, 1964, pg. 122). Esto es particularmente cierto en el caso dela lengua, como se comentar ms adelante en este mismo captulo.

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    Es importante distinguir este tipo de diversidad cultural del propio de lasminoras nacionales. Los grupos inmigrantes ni son naciones ni ocupan tierrasnatales, su especificidad se manifiesta fundamentalmente en su vida familiar y enlas asociaciones voluntarias, algo que no resulta contradictorio con su integracininstitucional. Tales grupos participan en las instituciones pblicas de la(s) cultura(s)dominante(s) y se expresan en la(s) lengua(s) dominante(s). Por ejemplo, enAustralia y los Estados Unidos, los inmigrantes (a excepcin de las personasmayores) deben aprender el ingls para lograr la ciudadana; adems, el ingls esuna de las asignaturas obligatorias en la escolarizacin infantil. En Canad, debenaprender cualquiera de las dos lenguas oficiales, francs o ingls.

    El compromiso para asegurar una lengua comn ha sido una de las ca-ractersticas constantes de la historia de la poltica de inmigracin. De hecho, comoGerald Johnson dijo de los Estados Unidos, una de las pequeas paradojas de lahistoria es que ningn imperio plurilinge del viejo mundo se atrevi a ser tandespiadado como para imponer una nica lengua a todo el conjunto de la poblacin,algo que s hace la repblica liberal, "que defiende el principio de que todos loshombres han sido creados iguales".4 El rechazo de la angloconformidad nosignific el debilitamiento del compromiso de asegurar que todos los inmigrantesacabaran siendo anglfonos, algo que se considera esencial si stos van a tener queincluirse en el grueso de la vida econmica, acadmica y poltica del pas.

    As pues, si bien por una parte los grupos inmigrantes han afirmado cada vezms su derecho a expresar su particularidad tnica, por otra desean hacerla dentrode las instituciones pblicas de la sociedad anglfona (o francfona, en Canad). Alrechazar la asimilacin, dichos grupos no pretender instaurar una sociedad paralela,como sucede de forma caracterstica con las minoras nacionales. A consecuenciade ello, tanto Estados Unidos como Australia cuenta con diversos grupos tnicosa modo de culturas imprecisamente agregadas dentro de la sociedad anglfona

    preponderante; es decir, poseen lo que denominar polietnicidad. De igualmanera, en Canad existen subculturas tnicas tanto en la sociedad anglfona comoen la francfona.

    Es posible, en teora, que los inmigrantes devengan minoras nacionales, a

    condicin de que se establezcan conjuntamente y consigan competencias deautogobierno. Esto es justamente lo que sucedi con los colonizadores anglfonos alo largo del imperio britnico, con los colonizadores hispanos en Puerto Rico y conlos colonizadores franceses en Quebec. Los

    4. Johnson, 1973, pg. 119. Vase tambin Tollefson, 1989, caps. 3-4 y Carlson, 1975.Para un estudio omniabarcador de la historia de los derechos lingsticos en los EstadosUnidos, vase Kloss, 1977.

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    colonizadores no se autoconsideraban inmigrantes, habida cuenta de que notenan expectativa alguna de integrarse en otra cultura, sino que, ms bien,intentaban reproducir su sociedad original en una nueva tierra. El intento de crearuna sociedad institucionalmente completa es una de las caractersticas esenciales dela colonizacin, algo bien distinto de la inmigracin individual. En principio, hoyda se podra permitir o estimular a los inmigrantes para que se autoconsiderarancolonizadores, siempre y cuando gozasen del amplio apoyo del gobierno entrminos de asentamientos, de derechos lingsticos y de capacidad de creacin denuevas unidades polticas. Pero los inmigrantes no han pedido ni han obtenido talapoyo. (Que esto sea justo o no es otro tema, que abordar en el captulo quinto.)

    Existe la percepcin generalizada de que este modelo politnico ya no esaplicable a los inmigrantes hispanos que llegan a los Estados Unidos. Se afirma queestos inmigrantes no tienen inters en aprender el ingls o en integrarse en lasociedad anglfona. Se trata de una percepcin errnea, que hunde sus races en lacreencia de que los hispanos constituyen una categora nica y, por tanto, en laconfusin de las exigencias de las minoras nacionales de habla espaola(portorriqueos y chicanos) con las de los inmigrantes de habla hispana recinllegados de Latinoamrica. Incluso dentro de la categora de los recin llegados, esimportante diferenciar claramente a los inmigrantes procedentes de otros dos gruposhispanos: los refugiados cubanos y los trabajadores mexicanos que han entradoilegalmente en el pas.

    Los refugiados cubanos que viven en Miami se autoconsideran exiliados y noinmigrantes. Cuando llegaron a los Estados Unidos, dieron por supuesto que suregreso a Cuba era inminente, una presuncin que el gobierno estadounidensealent, en parte por razones polticas, durante la guerra fra. A resultas de ello, ni losexiliados cubanos tuvieron el incentivo de integrarse ni la sociedad de acogida lesalent a hacerlo. (Un caso aparte es el de los refugiados de Indochina, muchos delos cuales planeaban quedarse en los Estados Unidos y, por tanto, mostraron su

    preferencia mayoritaria por el mismo modelo de integracin que los inmigrantes;Tollefson, 1989.)

    De igual manera, los inmigrantes mexicanos que trabajan ilegalmente en losEstados Unidos siempre estn a un paso de abandonar el pas. Puesto que no tienen

    posibilidad de pedir la ciudadana, tampoco han tenido el incentivo o el estmulo deintegrarse. Por otro lado, no tienen el acceso a la formacin lingstica que se ofrecea los inmigrantes.

    Si dejamos a un lado estos casos especiales, y nos centramos en los inmigranteshispanos que vienen a los Estados Unidos con la intencin de quedarse y deconvertirse en ciudadanos, la evidencia indica que stos, al

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    igualque

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    participarenelgrueso

    delasociedad.Dehecho,entre

    los inmigrantes latinos, la asimilacin al grupo ingls se produce actualmente conmayor rapidez de lo que se produca cien aos atrs.5

    Esto muestra que la categora de hispano debera usarse con cautela. Desdelos aos sesenta, el censo estadounidense ha tratado a los hispanos como ungrupo u origen tnico comn. No obstante, la mayora de los hispanos consideransu identidad nacional o tnica de manera mucho ms especfica --como los

    portorriqueos, chicanos, cubanos, espaoles o guatemaltecos-, un rasgo querefleja las historias bien diferentes que estos grupos han vivido en los EstadosUnidos. Sera interesante comprobar si los hispanos desarrollan o no una identidady una agenda poltica comn que trascienda estas diferencias. Si lo hacen, y sidicha agenda adopta la forma de una identidad nacional separada, entonces lacuestin de las minoras nacionales dejara de ser marginal para ocupar el centrodel debate poltico estadounidense. Sin embargo, hoy por hoy los hispanos son

    poco ms que una categora estadstica que incluye diversas minoras nacionales,inmigrantes y exiliados, todas ellas con sus propias identidades y exigenciasespecficas.6

    La inmigracin no es slo un fenmeno del Nuevo Mundo. Muchos otrospases aceptan tambin inmigrantes, aunque no en la misma escala y magnitud quelos Estados Unidos, Canad y Australia. Desde la segunda guerra mundial, GranBretaa y Francia han aceptado inmigrantes de sus antiguas colonias. Otros pases,

    pese a aceptar un nmero escaso de inmigrantes, los acogen de cualquier pas del

    mundo (como sucede, por ejemplo, en Suecia). En otros pases, los trabajadoresinvitados, que inicialmente slo fueron considerados residentes temporales, sehan convertido en inmigrantes de jacto. Por ejemplo, los trabajadores turcosllamados a Alemania se han convertido en residentes permanentes, con susfamilias, hasta el pUnto de que a menudo Alemania es el nico hogar que conocensus

    5. M. Combs y 1. Lynch, citado en De la Garza y Trujillo, 1991, pg. 215. John Ogbutambin argumenta la importancia de distinguir a los inmigrantes hispanos de los chicanosno inmigrantes, en trminos de sus actitudes hacia la integracin y el xito en la corriente

    principal de la sociedad (Ogbu, 1988). Los grupos inmigrantes hispanos han mostradointers en la educacin bilinge, pero consideran que su aprendizaje del espaol es algocomplementario, y no sustitutorio, del aprendizaje del ingls. Esto es lo contrario de lo quesucede con el aprendizaje del espaol en Puerto Rico, donde el espaol es la lenguadominante y, de hecho, muchos portorriqueos no aprenden siquiera unas nociones deingls.

    6. Para un intento de construir este tipo de plataforma unificada, vase Chavez, 1991,que insta a todos los grupos hispanos (con la posible excepcin de los portorriqueos) aadoptar el modelo de integracin de los inmigrantes.

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    hijos (y ahora ya sus nietos). En todos estos pases, la polietnicidad es cada vezms patente.7

    Obviamente, un nico pas puede ser a la vez multinacional (como resultado dela colonizacin, la conquista o la confederacin de comunidades nacionales) y

    politnico (como resultado de la inmigracin individual y familiar). De hecho, todasestas posibilidades y modelos se encuentran en Canad: los indios fueron invadidos

    por los colonos franceses y los franceses fueron conquistados por los ingleses, sibien la relacin actual entre ambos se puede considerar una federacin voluntaria;adems, tanto ingleses como franceses han aceptado inmigrantes, a los que se ha

    permitido mantener su identidad tnica. De ah que Canad sea multinacional ypolitnico, como los Estados Unidos.

    Estas etiquetas tienen ciertamente menos popularidad que el trminomulticultural, pero este ltimo trmino puede resultar confuso, precisamente acausa de su ambigedad, que no permite diferenciar entre multinacional y

    politnico. Tal ambigedad hizo que el gobierno canadiense fuera inmerecidamentecriticado por su poltica de multiculturalismo, el trmino elegido por el gobierno

    para describir la poltica que empez a impulsar a partir de 1970, polticaencaminada a fomentar la polietnicidad y no la asimilacin de los inmigrantes.Algunos canadienses francfonos se han opuesto a la poltica delmulticulturalismo por considerar que reduce sus exigencias de nacionalidad alnivel de la etnicidad inmigrante.8 Por el contrario, otras personas consideran que elobjetivo de dicha poltica es tratar a los grupos de inmigrantes como naciones, porlo que apoyan el desarrollo de culturas institucionalmente completas paralelas a lafrancesa y a la inglesa. De hecho, ninguno de los temores est justificado, habidacuenta de que el multiculturalismo es una poltica de apoyo a la polietnicidaddentro de las instituciones nacionales propias de las culturas inglesa y francesa(Burnet, 1975, pg. 36). Puesto que el trmino multicultural invita a talesconfusiones, usaremos los adjetivos multi-

    7. Esto ha desencadenado un creciente debate en Europa sobre la naturaleza de la ciu-dadana y su relacin con la nacionalidad (entendida como pertenencia a la cultura nacional).Sobre Inglaterra, vase Parekh, 1990; 1991; Modood, 1992; sobre Francia, vase Colas yotros, 1991; Leca, 1992. Sobre Europa en general, vase Lenoble y Dewandre, 1992;Brubaker, 1989. Sobre el estatus de los trabajadores invitados, vase Layton-Henry, 1990.

    8. Tal como lo describi Ren Lvesque, antiguo Primer ministro de Quebec, el mul-ticulturalismo es una evasiva. La nocin se acu para difuminar el asunto de Quebeo),

    para dar una impresin de que todos somos tnicos y no tenemos que preocuparnos por unestatus especial para Quebec (citado en Wilson, 1993) pg. 656, nota 33). Los maores de

    Nueva Zelanda han experimentado preocupaciones similares; esto es, que la retrica delmulticulturalismo es una manera de negar sus exigencias nacionales, amontonndolas conlas exigencias politnicas de los inmigrantes no britnicos (Sharp, 1990, pg. 228; Mulgan,1989, pgs. 8-9).

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    nacional y politnico para aludir a las dos formas principales de pluralismo

    cultural.Algunas personas emplean el trmino multicultural de una manera an ms

    amplia, para englobar una extensa gama de grupos sociales no tnicos que, pordiversas razones, han sido excluidos o marginados del ncleo mayoritario de lasociedad. Este uso es particularmente frecuente en los Estados Unidos, donde los

    partidarios de un currculum multicultural estn a menudo aludiendo a losesfuerzos para invertir la exclusin histrica de grupos como los discapacitados, losgays y las lesbianas, las mujeres, la clase obrera, los ateos o los comunistas.9

    Todo ello pone de manifiesto la complejidad del trmino cultura. Muchos deestos grupos tienen una cultura distinta en uno de los sentidos habituales deltrmino; a saber, cuando cultura alude a las distintas costumbres, perspectivas oethos de un grupo o una asociaciacin; por ejemplo, cuando se habla de unacultura gay o incluso de una cultura burocrtica. ste es, quiz, el significadoms preciso de una culrura. En el otro extremo, empleando cultura en susentido ms amplio y comprehensivo, podemos decir que todas las democraciasoccidentales comparten una cultura comn, en el sentido de que todas ellascomparten una civilizacin moderna, urbana, secular e industrializada, en contraste

    con el mundo feudal, agrcola y teocrtico de nuestros ancestros.Estas dos acepciones no tnicas de cultura aparecen en el Oxford EnglishDictionary, que define cultura como las costumbres o la civilizacin de ungrupo o un pueblo. Si cultura alude a las costumbres de un grupo, resulta obvioque los diversos grupos con estilos de vida propios, los movimientos sociales y lasasociaciones voluntarias que podemos encontrar en cualquier sociedad moderna

    poseen sus propias culturas. De acuerdo con esta definicin, incluso el Estadoms homogneo tnicamente, como Islandia, sera pese a todo un Estadomulticultural, puesto que contiene diversas series de asociaciones y grupos

    basados en distinciones de clase, gnero, orientacin sexual, religin, creenciasmorales e ideologa poltica.

    Si cultura alude a la civilizacin)) de un pueblo, entonces prcticamente todas

    las sociedades modernas comparten la misma cultura. Segn esta definicin, inclusoel pas ms multinacional, como Suiza, o el pas ms politnico, como Australia, noson excesivamente multiculrurales,

    9. Estas diversas acepciones de cultura quedan reflejadas en los diferentes significadosatribuidos al trmino multiculturalismo en diferentes pases. En Canad, este trminoalude caractersticamente al derecho de los inmigrantes a expresar su identidad tnica sintemor a los prejuicios o a la discriminacin; en Europa, muchas veces se refiere a los poderescompartidos entre las comunidades nacionales; en los Estados Unidos, se suele usar paraenglobar las demandas de grupos socialmente marginados.

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    en la medida en que los diversos grupos nacionales y tnicos participan de la mismaforma de vida social moderna e industrializada.

    Por mi parte, empleo los trminos cultura (y multicultural) en un sentidodiferente. Me centrar en el tipo de multiculturalismo derivado de las diferenciasnacionales y tnicas. Como dije antes, utilizo cultura como sinnimo de nacino pueblo; es decir, como una comunidad intergeneracional, ms o menoscompleta institucionalmente, que ocupa un territorio o una patria determinada ycomparte un lenguaje y una historia especficas. Por tanto, un Estado esmulticultural bien si sus miembros pertenecen a naciones diferentes (un Estadomultinacional), bien si stos han emigrado de diversas naciones (un Estado

    politnico), siempre y cuando ello suponga un aspecto importante de la identidadpersonal y la vida poltica.

    Se trata pura y simplemente de mi definicin operativa de cultura ymulticultural, aunque estoy convencido de que dicha definicin se correspondecon el uso comn de estos trminos. No incluyo aqu el tipo de estilos de vidagrupal, movimientos sociales y asociaciones voluntarias que otros engloban dentrodel mbito del multiculturalismo. Y no porque piense que las cuestiones que

    plantean estos grupos no sean importantes; antes al contrario, doy por supuesto quela acomodacin de las diferencias tnicas y nacionales es slo uno de los aspectosde una lucha ms amplia para lograr una democracia ms tolerante e inclusiva.

    La marginacin de las mujeres, los gays, las lesbianas y los discapacitadosatraviesa las fronteras tnicas y nacionales: se da en las culturas mayoritarias y enlos Estados-nacin, as como dentro de las minoras nacionales y los grupos tnicos,

    por lo que debe combatirse en todos esos lugares. Por tanto, una teora quecontemple los derechos de las minoras culturales debe ser compatible con las justasreivindicaciones de los grupos sociales que se encuentran en situacin dedesventaja, y, como espero poder demostrar luego, creo que mi teora cumple dichorequisito. Adems, como argumentar despus, existen importantes analogas entrelas exigencias de justicia que plantean tales movimientos sociales y las exigenciasde los grupos tnicos, habida cuenta que unos y otros han sido excluidos y mar-ginados en virtud de su diferencia.

    Dadas estas analogas, algunas personas se sienten tentadas a decir que estosgrupos sociales constituyen distintas culturas o subculturas, por lo que la luchacontra su opresin es una lucha en favor del multiculturalismo. 10 Indudablemente,en cierto sentido los gays y las lesbianas, las

    10. Parte de la motivacin de este enfoque es que muchos planteamientos iliberales delvalor de las diferencias nacionales y tnicas acaban por racionalizar la opresin dentro de losgrupos minoritarios en nombre del respeto a las tradiciones, o de proteger la au-

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    mujeres y los discapacitados constituyen culturas separadas dentro de la sociedadglobal. No obstante, el sentido de la expresin no coincide con el que connota decirque los quebequeses constituyen una cultura separada dentro de Canad. De ah quesea importante tener en mente estos distintos sentidos de cultura (ymulticulturalismo).

    Habida cuenta de los objetivos de este libro, no describir todos estos

    grupos como culturas o subculturas ni tampoco usar multiculturalismocomo un trmino que abarca todas las diferencias de perspectiva moral o identidadpersonal basadas en la pertenencia a uno u otro grupo, aunque acepto que en otroscontextos dicho uso puede ser apropiado. Lo que importa no es la terminologaempleada, sino tener en cuenta ciertas distinciones. Creo, como argumentar a lolargo del libro, que resulta bsico distinguir las minoras nacionales (sociedadesdistintas y potencialmente autogobernadas incorporadas a un Estado ms amplio) delos grupos tnicos (inmigrantes que han abandonado su comunidad nacional paraincorporarse a otra sociedad). Por su parte, minoras nacionales y grupos tnicos sedistinguen de lo que suelen denominarse nuevos movimientos sociales -es decir,asociaciones y movimientos de gays, mujeres, pobres y discapacitados- que han sidomarginados dentro de su propia sociedad nacional o de su grupo tnico. Cada

    agrupacin mencionada plantea sus propias cuestiones especficas, que debenexaminarse en lo que valen. No obstante, en el presente libro me centrar en las dosprimeras, aunque intentar demostrar cmo ambas estn conectadas en diversasformas con la tercera.

    tenticidad o la integridad de las culturas (Yuval-Davis, 1993). Una forma de defensaContra este peligro es insistir en que los gays o las mujeres forman sus propias culturas, y quela integridad de dichas culturas tambin es digna de respeto. (Sobre los gays como subcultura,vase Fitzgerald, 1985, pgs. 25-119; Murray, 1979.) Sin embargo, yo adoptar una lnea deataque ms directa, separando la defensa de los derechos culturales de cualquier santificacinde la tradicin y la autenticidad, y en lugar de ello la conectar con una teora liberal dela justicia comprometida con la autonoma individual y la igualdad social (vanse caps. 3-5).Una cuestin relacionada es que definir el multiculturalismo en trminos de diferencias

    tnicas y nacionales puede llevar a desatender los grupos ms desfavorecidos, cuyasreivindicaciones quedan ensombrecidas por la actual preocupacin por el multiculturalismo.sta es una preocupacin legtima, pero vale la pena sealar que el peligro avanza en ambasdirecciones. Es decir, que algunos partidarios de la poltica de la diferencia, que se centranfundamentalmente en los grupos ms desfavorecidos, dejan en segundo plano lasreivindicaciones caractersticas de los grupos nacionales. Pienso que ste es el caso, porejemplo, del influyente trabajo de Iris Young sobre la poltica de la diferencia. Pese a queostensiblemente incluye las reivindicaciones de los indios americanos y de los maores en

    Nueva Zelanda en su descripcin de la ciudadana diferenciada en funcin del grupo, dehecho malinterpreta las reivindicaciones de los mismos, tratndolas como si fuesen gruposmarginados en lugar de naciones autogobernadas (1. Young, 1990, pgs. 175-183; 1993a). Lamejor manera de asegurar que ningn tipo de grupo acabe siendo invisible es haciendo unaclara distincin de ellos.

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    Sorprendentemente, los especialistas en teora poltica suelen obviar estadistincin. U no de los pocos tericos contemporneos que la tiene en cuenta esMichael Walzer, aunque redescribe la distincin como la diferencia entre ladiversidad tnica del nuevo y del viejo mundo. Segn Walzer, el pluralismocultural en el viejo mundo consta de comunidades intactas y arraigadas denaciones que se establecieron en unas tierras que han ocupado durante muchossiglos (1982, pg. 9). Cuando se intenta privar a estas comunidades nacionales desu lengua y su cultura, surgen llamamientos en favor de la liberacin nacional.

    En el Nuevo Mundo, sin embargo, el pluralismo se origin en la migracinindividual y familiar, implicando a personas proclives al cambio cultural, nosolamente porque estaban desarraigadas, sino porque se haban desarraigado a smismas. Sean las que fueren las presiones que les llevaron al Nuevo Mundo,eligieron irse, mientras que otros iguales que ellos, en sus propias familias, eligieronquedarse. A resultas de ello, el llamamiento del viejo mundo en pro de laautodeterminacin no tiene resonancia en el Nuevo Mundo. Habindosedesarraigado a s mismos, los inmigrantes no tienen razn alguna para la secesin o

    para rechazar el ingls como lengua pblica. Si bien se resistieron a laangloconformidad, su resistencia adopt una nueva forma. No reivindicaban que la

    poltica se adaptase a la nacionalidad, sino ms bien que se separase de sta, al igual

    que se haba separado ya de la religin. No se trataba de una reivindicacin deliberacin nacional, sino de pluralismo tnico (Walzer, 1982, pgs. 6-11; 1983b,

    pg. 224).De forma similar, Nathan Glazer distingue entre los pases del viejo mundo,

    una federacin de pueblos, y los pases del Nuevo Mundo, compuestos porgrupos de inmigrantes dispersos, mezclados, asimilados [e] integrados (Glazer,1983, pg. 227). Puesto que los inmigrantes se desarraigaron a s mismos con lasexpectativas de incorporarse en otra sociedad nacional, raramente planteanreivindicaciones tnicas concretas del tipo que podemos encontrar en aquellasnaciones donde los grupos tnicos constituyen entidades ms compactas, quemantienen su cultura, y conscientes de s mismas, como el derecho a emplear sulengua en el gobierno del Estado, de crear instituciones que reflejan su cultura

    tnica especfica, o bien el derecho a la secesin. A diferencia del viejo mundo,no existen... concentraciones tnicas que puedan reivindicar derechos nacionales

    por haberse establecido en territorios norteamericanos antes de que stos formasenparte de los Estados Unidos (Glazer, 1983, pgs. 276-283).

    Pienso que esta manera de hablar de la diversidad del Nuevo Mundo y delviejo mundo resulta peligrosa merced a su excesiva simplificacin. Es cierto queen el Nuevo Mundo la diversidad cultural se debe a la inmigracin en mayor medidaque en Europa. Pero lo cierto es que en el Nuevo Mundo podemos encontrarminoras nacionales, al igual que en el viejo

    "

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    mundo tambin ha habido inmigracin. (Existe tambin la especial situacin de losafroamericanos que, como comentar ms adelante, no encaja en ninguna de lasdos categoras.) Simplemente no es cierto que en el Nuevo Mundo no existancomunidades intactas y arraigadas... que se establecieron en tierras que ocuparon

    durante muchos siglos (Walzer), o que no existan entidades compactas yconscientes de s que mantengan sus culturasque puedan reivindicar derechosnacionales por haberse establecido en territorios norteamericanos antes de que stosformasen parte de los Estados Unidos (Glazer). Afirmar tal cosa supone ignorar laexistencia de los indios norteamericanos, de los portorriqueos, de los nativoshawaianos o de los chamorros de Guam, entre otros. Como expuso StephenThernstrom, existe un considerable nmero de pueblos cuyos ancestros novinieron a los Estados Unidos voluntaria o involuntariamente. Ms bien, losEstados Unidos vinieron a ellos en el curso de su inexorable expansin por todo elcontinente y por el Caribe y el Pacfico (Thernstrom, 1983, pg. 248).

    De hecho, Walzer y Glazer son conscientes de la existencia de estas minorasnacionales en los Estados Unidos y en otros pases del Nuevo Mundo.

    Probablemente, se limitan a establecer una generalizacin muy burda. Sinembargo, esta excesiva generalizacin no es algo inocuo y restringido a unoscuantos escritos acadmicos. Refleja y perpeta una larga historia de negacin delos derechos, e incluso de la propia existencia, de minoras nacionales en todaAmrica del Norte y del Sur, fundamentada en la consideracin de que se trata depases de inmigrantes.

    Los representantes de los Estados Unidos en la Sociedad de Naciones y en lasNaciones Unidas -as como los representantes de diversos pases sudamericanos, deAustralia y Nueva Zelanda- han aducido una y otra vez que son pases deinmigrantes y que, por tanto, no tienen minoras nacionales. Cuando las NacionesUnidas adoptaron medidas para proteger dichas minoras (artculo 27 del PactoInternacional de Derechos Civiles y Polticos), diversos pases del Nuevo Mundo

    insistieron en que se aadiese una clusula afirmando que el artculo nicamenteera aplicable en aquellos Estados donde existieran minoras, y proclamaron que,

    por consiguiente, el artculo no era aplicable en su caso.11

    11. Sobre este particular, vase O'Brien, 1987, pgs. 276-280; Claude, 1955, pg. 75;Lerner, 1991, pg. 16. En la acrualidad, los delegados americanos en las Naciones Unidashan alternado sus posturas, resaltando o ignorando la diferencia entre grupos inmigrantes yminoras nacionales cuando se oponan a la proteccin internacional de los derechos de lasminoras. Algunas veces resaltaban que el pluralismo tnico es caracterstico de los EstadosUnidos, puesto que es una nacin basada en la afluencia de inmigracin. Sin embargo, enotras ocasiones, aducan que su modelo de integracin tnica debera aplicarse en todos los

    pases, incluso en aquellos con minoras nacionales. Vase Sohn, 1981, pgs. 272, 279;McKean, 1983, pgs. 70-71,142-143.

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    Hasta hace muy poco esta postura ha protegido a los pases del Nuevo Mundodel escrutinio internacional acerca del tratamiento de sus pueblos indgenas. Comoresultado de ello, los derechos de los pueblos indgenas en las Amricas, NuevaZelanda y Australia han sido violados con rotal impunidad. Brasil ha sidoespecialmente insistente a la hora de afirmar que no tiene minoras nacionales; locierto es que el casi total exterminio de sus tribus indias est peligrosamente cercade ratificar dicha afirmacin.

    De hecho, la historia de ignorar las minoras nacionales en el Nuevo Mundoest inextricablemente ligada con las creencias europeas acerca de la inferioridad delos pueblos indgenas que habitaban el territorio antes de la colonizacin europea.Hasta hace poco, eran considerados como pupilos o razas sometidas, carentesdel desarrollo poltico necesario para ser considerados naciones, incapaces deautogobernarse y necesitados por ello de la proteccin paternalista de lossuperiores blancos. El derecho internacional tradicional no consideraba a las

    poblaciones indgenas sujetos de derecho internacional, por lo que los tratadosfirmados con ellas no se consideraban tratados conformes al derecho internacional,sino actos unilaterales vinculados a las leyes internas de cada pas. Estas actitudesracistas se estn desvaneciendo lentamente, aunque a menudo han sido sustituidasno por la aceptacin de los pueblos indgenas como naciones distintas, sino por elsupuesto de que son minoras raciales o grupos tnicos desfavorecidos, cuyo

    progreso exige integrados en el grueso de la sociedad. Si bien la polticagubernamental hacia los indios ha abarcado un amplio espectro que engloba elgenocidio, la expulsin, la segregacin y la asimilacin, la nica constante ha sidoque los gobiernos nunca han reconocido verdaderamente a los pueblos aborgenescomo pueblos distintos, con culturas diferentes, aunque no inferiores, a la propia .12

    Por tanto, resulta errneo decir que en el Nuevo Mundo no hay minorasnacionales, ni siquiera a modo de burda generalizacin. La gnesis histrica de estesupuesto tiene su origen en actitudes racistas hacia los pueblos indgenas, unsupuesto que, adems, contina perpetuando la invisibilidad de su exigencia de

    justicia.La mayora de los pases americanos son multinacionales y politnicos, como

    la mayora de los pases del mundo. Sin embargo, muy pocos pases estnpreparados para admitir esta realidad. En los Estados Unidos, prcticamente todo elmundo admite que el pas es politnico, pero difcilmente

    12. Turpel, 1989-1990, pg. 33. Tanto la primera poltica britnica como la ley nor-teamericana aplicaron a los indios el trmino naciones, algo que nunca estuvo acompaadode un genuino reconocimiento de su soberana. Para el estatus histrico de los pueblosindgenas bajo el derecho internacional, vase Barsh, 1983; Lerner, 1991, cap. 5; Thornberry,1991, parto IV.

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    se acepta que es tambin multinacional y que sus minoras nacionales planteanreivindicaciones concretas de derechos culturales y de autogobierno. Por otra parte,hace tiempo que pases como Blgica y Suiza han reconocido que estn compuestos

    por minoras nacionales cuyos derechos lingsticos y exigencia de autogobiernodeben respetarse. No obstante, les resulta embarazoso admitir que son cada vez ms

    pases politnicos y, como resultado de ello, sus nociones tradicionales de

    ciudadana no pueden acomodar plenamente a los inmigrantes. Canad, con supoltica de multiculturalismo dentro de un marco bilinge y su reconocimientodel derecho de los aborgenes al autogobierno, es uno de los pocos pases que hareconocido y fomentado oficialmente la polietnicidad y la multinacionalidad.

    Es importante sealar que los grupos nacionales, de acuerdo con nuestro usodel trmino, no estn definidos por la raza o los ascendentes. Esto resulta obvio enel caso de la sociedad anglfona mayoritaria en los Estados Unidos y Canad. Enambos pases se han producido altos ndices de inmigracin durante ms de unsiglo. Primero procedente del norte de Europa, despus desde la Europa oriental ymeridional; en la actualidad bsicamente procedente de Asia y frica. Aconsecuencia de ello, los estadounidenses o canadienses anglfonos con ancestrosexclusivamente anglosajones son una (constantemente menguante) minora.

    Pero lo mismo puede decirse tambin de las minoras nacionales. Durantemuchos aos el nivel de inmigracin al Canad francs fue bajo, pero en laactualidad es tan alto como en el Canad ingls o en los Estados Unidos; adems,Quebec busca activamente inmigrantes francfonos en frica occidental y elCaribe. Tambin se ha producido un elevado ndice de matrimonios mixtos entrelos pueblos indgenas de Norteamrica y las poblaciones inglesa, francesa yespaola. Como resultado de ello, todos estos grupos nacionales son racial ytnicamente mixtos. El nmero de canadienses franceses de ascendenciaexclusivamente gala, o de indios norteamericanos con ascendencia exclusivamenteindia, tambin decrece constantemente, por lo que pronto se convertirn enminoras. 13

    Estoy hablando de minoras nacionales, es decir, de grupos culturales y no de

    grupos raciales o ancestrales.14

    Naturalmente, algunos grupos nacionales se definena s mismos en trminos de filiacin sangunea. El caso ms

    13. El caso de los indios es complicado, puesto que la poltica gubernamental, tanto enlos Estados Unidos como en Canad, defini antao a los indios en trminos de sangre ofiliacin sangunea, si bien sta no es la manera en que las comunidades indias se definen a smismas (Barsh y Henderson, 1980, pgs. 241-248; Chartrand, 1995; Resnik, 1989, pg. 715;Mulgan, 1989, pg. 14).

    14. Por esta razn, sera ms preciso hablar de Canad anglfono y francfono, ms quede Canad ingls y Canad francs, puesto que estos ltimos trminos sugieren, err-neamente, que estos grupos quedan definidos por su ascendencia tnica y no por la inte-

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    obvio es Alemania. La pertenencia a la nacin alemana se determina por losancestros y no por la cultura. A consecuencia de ello, las personas tnicamentealemanas que han vivido toda su vida en Rusia, que no hablan una palabra dealemn, tienen derecho automtico a la ciudadana alemana, mientras que personasde etnia turca que han vivido toda su vida en Alemania y que estn completamenteasimilados a la cultura alemana, no pueden obtener la ciudadana.

    La idea de nacin de los afrikaners en Sudfrica tambin se basa en losancestros. Intentaron prohibir los matrimonios entre personas de distinta raza yexcluyeron a los hijos de tales matrimonios (los mestizos) de sus vecindarios yorganizaciones, pese a que la lengua y la cultura de los mestizos son esencialmenteidnticas a la suyas propias. (Estas restricciones a la residencia, que presuntamenteestaban destinadas a proteger la cultura afrikaner, nunca se aplicaron a losanglfonos blancos que no hablaban una palabra de afrikaans.)

    Estos enfoques de pertenencia nacional basados en los ancestros tienenconnotaciones claramente racistas y son manifiestamente injustos. De hecho, una delas pruebas de estar en presencia de una concepcin liberal de los derechos de lasminoras es que sta define la pertenencia nacional en trminos de integracin enuna comunidad cultural y no en los ancestros. En principio, la pertenencia nacional

    debera estar abierta a todos aquellos que, independientemente de su raza o su color,estn dispuestos a aprender la lengua y la historia de la sociedad y a participar en susinstituciones polticas y sociales.

    Algunas personas sugieren que una concepcin verdaderamente liberal de la pertenencia nacional debera basarse exclusivamente en la aceptacin de losprincipios polticos y los derechos democrticos, y no en la integracin en unacultura determinada. Suele decirse que esta concepcin no cultural de la pertenencianacional es lo que distingue el nacionalismo cvico o constitucional de losEstados Unidos del nacionalismo tnico iliberal. Pero, como he sealado antes,esto es errneo. Los inmigrantes a los Esta-

    gracin en una comunidad cultural. Debo sealar que la concepcin original existente en elCanad francs defina la pertenencia en trminos de ascendencia y que una importanteminora en el Quebec se adhiere a una versin modificada de dicha idea. En una encuesta de1985, el 40 % de los encuestados crean que cuanto ms tiempo atrs se hubiesen establecidolos ancestros en Quebec, ms quebequs se era; un 20 % sostenan que los inmigranres no

    podan considerarse quebequeses. Esto indica que el desarrollo de la identidad quebequesa,desde los ancestros a la participacin en la sociedad francfona, es incompleto (Crte yZylberberg, 1991, pgs. 425-430; vase Lamoureux, 1991, pg. 59). Sin embargo, todos losgrandes partidos de Quebec, incluyendo el nacionalista Parti Qubcois, rechazanexplcitamente esta idea de pertenencia nacional basada en los ancestros.

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    dos Unidos no slo deben comprometerse a aceptar los principios democrticos,sino que tambin deben aprender la lengua y la historia de su nueva sociedad. lo quedistingue a las naciones cvicas de las naciones tnicas no es la ausencia detodo componente cultural en la identidad nacional, sino, ms bien, el hecho de quecualquier persona puede integrarse en la cultura comn, sea cual fuere su raza o sucolor. 15

    La inmigracin y la incorporacin de minoras nacionales son las dos fuentesms comunes de diversidad cultural en los Estados modernos. Estas dos categorasamplias son aplicables a otros pases, por lo que la mayora de grupos culturales

    pueden situarse en uno u otro de ambos campos. Pero, naturalmente, no todos losgrupos etnoculturales se adaptan clara y totalmente a ellos. Concretamente, lasituacin de los afroamericanos es bastante distinta. No se ajustan al modelo de losinmigrantes voluntarios, habida cuenta de que fueron a Amrica involuntariamentecomo esclavos, y tambin porque se les impidi integrarse (en lugar de estimularlesa hacerlo) en las instituciones de la cultura mayoritaria (pinsese, por ejemplo, en lasegregacin racial, las leyes contra el entrecruzamiento de razas y la alfabetizacin).Tampoco se ajustan al modelo de minora nacional, puesto que no tienen una tierranatal en Amrica o una lengua histrica comn. Proceden de diversas culturasafricanas, con diferentes lenguas, y, adems, no se hizo ningn intento de mantener

    juntas a las personas que tenan un sustrato tnico comn. Por el contrario, desde elprincipio se dispers a las personas pertenecientes a la misma cultura (e incluso a lamisma familia) por toda Norteamrica. Adems, se les prohibi legalmentecualquier intento de recrear su propia cultura (por ejemplo, todas las formas de aso-ciacin negra, excepto las Iglesias, eran ilegales).

    15. Para ejemplos de este frecuente equvoco sobre el contraste entre el nacionalismocvico y el nacionalismo tnico, vase Habermas, 1992; Ignatieff, 1993; Pfaff, 1993, cap. 7;Walzer, 1992d. Discuto esto en Kymlicka, 1995a. Una de las razones de este malentendidosurge de una lectura errnea de la historia de los estadounidenses. En la poca de laRevolucin, la abrumadora mayora de los habitantes del pas compartan la misma lengua,literatura y religin que los ingleses, la nacin contra la que se acababan de rebelar. A fin dedesarrollar un sentimiento especfico de nacionalidad, los estadounidenses subrayarondeterminados principios polticos -libertad, igualdad, democracia- que haban justificado surebelin. De ah infieren algunas personas que el nacionalismo estadounidense es ideolgicoms que cultural (Gleason, 1982, pg. 59; Pfaff, 1993, pg. 162). Se trata, empero, de unerror. Los estadounidenses, como en gran medida los ingleses, concibieron la pertenencianacional en trminos de participacin en una cultura comn. Naturalmente, el nfasis en los

    principios polticos afect a la naturaleza de esta cultura comn y, por tanto, dio a laidentidad nacional estadounidense un carcter especficamente ideolgico que no seencuentra en Inglaterra o en otras sociedades colonizadas por los ingleses. La ideologaconfigura, pero no sustituye, el componente cultural de la identidad nacional. La idea de unadefinicin puramente no cultural del nacionalismo cvico no es plausi-

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    As pues, la situacin de los afroamericanos es muy inusual.16 No se lespermiti integrarse en la cultura dominante, ni tampoco se les permiti mantener suslenguas o culturas de origen o crear nuevas asociaciones e instituciones culturales.

    No tenan su propia patria o territorio y, con todo, fueron segregados fsicamente.Existen varias tentativas de redefinir a los afroamericanos, bien como un grupo

    inmigrante, bien como una minora nacional. Algunos afroamericanos, escpticosante la posibilidad de integracin, adoptaron el lenguaje del nacionalismo yaspiraron a alguna forma de autogobierno territorial. La idea de crear un Estadonegro en el Sur tuvo cierto arraigo en los aos treinta (fue incluso respaldado por elPartido Comunista estadounidense) y resurgi brevemente en los aos sesenta.

    Nunca fue, empero, una idea realista: negros y blancos estn entremezclados en todoel Sur y, adems, los afroamericanos ya no estn concentrados en el Sur, puesto quese han trasladado a todos los lugares del pas. Por tanto, no existe ningn Estado enel que los afroamericanos constituyan una mayora.

    En cualquier caso, la mayor parte de los negros no tienen ni desean unaidentidad nacional especfica. Consideran que tienen derecho a la plena

    participacin en la nacin estadounidense, aun cuando los blancos les niegueninjustamente ese derecho de nacimiento; por tanto, han luchado por la plena e igual

    participacin en la sociedad global. Para logrado, muchos liberales estadounidenseshan credo que poda adaptarse a los afroamericanos el modelo de integracin de losinmigrantes; de hecho, se era el supuesto esencial del movimiento de los derechosciviles. No obstante, tambin ha quedado demostrada la irrealidad de dichosupuesto, habida cuenta de las profundas diferencias histricas entre los inmigrantesvoluntarios y los afroamericanos. De ah que cada vez sea ms comn aceptar que senecesita un nuevo modelo de integracin.17

    ble, y muchas veces lleva a contradicciones. Vase, por ejemplo, el concepto habermasianode patriotismo constitucional, que parece implicar que la ciudadana debera ser in-dependiente de caractersticas etnoculturales o histricas concretas como la lengua y, almismo tiempo, que una lengua comn es indispensable para la democracia (vase Habermas,1992, pgs. 6-7,16-17; 1993, pgs. 144-148; y la discusin en Bader, 1995).

    16. Por supuesto, en algunos pases de Amrica Central y de Sudamrica los negrostienen una historia de esclavitud similar, aunque no la misma historia de segregacin tras el

    perodo de esclavitud. Un caso vagamente relacionado es el de los trabajadores indios ychinos con contrato de aprendizaje (los coolies) que llevaron los colonos ingleses a di-versas colonias africanas y asiticas. No se prevea (ni se permita) que se integrasen en lasociedad colonial ni tampoco fueron bien recibidos por la mayora indgena. Como resultadode ello, tuvieron un estatus muy precario, que muchas veces empeor con la descolonizacin(por ejemplo en Fidji; vase Carens, 1992).

    17. Sobre el nacionalismo negro, vase Pinkney, 1976; Stone, 1976; Glazer, 1983, pgs.277-278. Para ejemplos sobre el supuesto liberal segn el cual la poltica pblica

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    As pues, no cabe confiar en que las polticas que resultan adecuadas para losinmigrantes voluntarios o las minoras nacionales sean adecuadas para losafroamericanos, o viceversa. Sera, por el contrario, bastante sorprendente que lasmismas medidas fueran apropiadas en todos los contextos. Pese a todo, comoargumentar en el captulo 4, un sorprendente nmero de politlogosestadounidenses de posguerra han partido de este supuesto.

    Existen otros grupos culturales que no se ajustan claramente a las categoras deminoras nacionales o de inmigrantes voluntarios. Por ejemplo, hay refugiados que,al igual que los inmigrantes, vinieron individualmente o con sus familias, pero node forma voluntaria. Existen tambin grupos de inmigrantes que vinieronvoluntariamente, pero slo porque se les prometi que se les permitira recrear su

    propia comunidad, separada y con autogobierno (como, por ejemplo, los hutteritasen Canad). Y; a la inversa, con el transcurso del tiempo algunas minoras se handispersado o han perdido poder y, tambin, la capacidad de autogobernarse. En loscaptulos 5 y 8 abordar stos y otros casos complejos.

    Si se toman en consideracin estos casos complejos y otras reas grises, podraparecer inadecuado intentar desarrollar una teora de los derechos de las minorasque ponga el nfasis en la distincin entre grupos tnicos y minoras nacionales.Quiz deberamos pensar, por el contrario, que todos estos grupos forman uncontinuum.No obstante, menudean los casos ntidos de inmigrantes voluntarios yminoras nacionales. De hecho, un reciente estudio panormico de los conflictosetnonacionales en el mundo concluy que la mayora de grupos involucradosestaban incluidos en los dos modelos bsicos que acabo de comentar.18 Por otrolado, establecer una

    puede ayudar [a los afroamericanos} a entender y a adoptar el modelo de las minoras in-migrantes y, de esta manera, convertirse en el mismo tipo de grupo en el que se hanconvertido los grupos tnicos europeos, vase Ogbu, 1988, pgs, 164-165; Glazer, 1983,

    pg. 184; Walzer, 1982, pg. 27. (Las citas son de Ogbu y Glazer, respectivamente.) Para elreconocimiento de que una integracin con xito debe comprender algunos elementosespecficos de compensacin histrica, accin positiva e instituciones separadas (no terri-toriales), vase Brown-Scott, 1994. Sobre la identidad dividida de los afroamericanos, vaseGutmann, 1993, pgs. 185-187.

    18. Segn Gurr, los grupos minoritarios involucrados en conflictos tnicos pertenecen alas dos categoras principales: grupos regionalmente concentrados que perdieron suautonoma ante Estados expansionistas, pero que an conservan algunas de sus caracters-ticas Culturales y lingsticas y quieren proteger o reestablecer algn grado de existencia

    poltica separada (o sea, minoras nacionales); y grupos que han definido su estatus so-cioeconmico o poltico dentro de una sociedad ms grande -basndose en alguna com-

    binacin de su etnicidad, origen inmigrante, roles econmicos o religin- y que estn in-teresados en proteger o conservar dicho estatus (esto es, grupos tnicos); vase Gurr, 1993,

    pg. 15.

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    teora de los derechos de las minoras tiene tambin un valor aadido: su proyeccinde futuro. Los casos complejos con que hemos de habrnoslas en la actualidadsurgieron a menudo de injusticias e inconsistencias pretritas. Creo que una polticade inmigracin ms equitativa y coherente servira, con el tiempo, para evitar talescasos complejos. Volver a ocuparme de ello en el captulo 5.

    2. TRES FORMAS DE DERECHOS DIFERENCIADOS EN FUNCIN DELGRUPO

    Prcticamente todas las democracias liberales son multinacionales opolitnicas, o bien ambas cosas a la vez. El desafo del multiculturalismo consistepor tanto en acomodar dichas diferencias nacionales y tnicas de una manera establey moralmente defendible (Gurmann, 1993). En este apartado abordar algunos delos procedimientos ms importantes mediante los cuales las democracias hanrespondido a las reivindicaciones de las minoras nacionales y de los grupos tnicos.

    En todas las democracias liberales, uno de los principales mecanismos usadospara acomodar las diferencias culturales es la proteccin de los derechos civiles ypolticos de los individuos. Es imposible exagerar la importancia de la libertad deasociacin, de culto, de expresin, de libre circulacin y de organizacin poltica

    para proteger la diferencia grupal. Estos derechos permiten a los individuos formar ymantener los diversos grupos y asociaciones que constituyen la sociedad civil,adaptar estos grupos a las circunstancias cambiantes y, por ltimo, fomentar sus

    perspectivas e intereses en la totalidad de la poblacin. La proteccin queproporcionan estos derechos comunes de ciudadana es suficiente para muchas delas formas legtimas de diversidad en la sociedad.

    Diversos crticos del liberalismo -incluyendo algunos marxistas, comunitaristasy feministas- han aducido que el nfasis liberal en los derechos individuales reflejauna visin atomista, materialista, instrumental o conflictiva de las relacioneshumanas. Creo que estas crticas son profundamente errneas y que una de lasfunciones caractersticas de los derechos individuales es contribuir al mantenimientode una amplia gama de relaciones sociales. De hecho, el derecho liberal ms bsico-la libertad de conciencia- es valioso fundamentalmente por la proteccin que otorgaa las actividades intrnsecamente sociales (y no instrumentales).19

    Sin embargo, en muchos pases se acepta cada vez ms que algunas formas dediferencia cultural nicamente pueden acomodarse mediante medi-

    19. Sobre la importancia de los derechos individuales para la proteccin de los grupos,vase Buchanan, 1989; Walzer, 1990; Macdonald, 1989, pgs. 122-123; Tomasi, 1991;Kymlicka, 1990, captulos 4-6.

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    das legales o constitucionales especiales, por encima -y ms all de- los derechoscomunes de ciudadana. Algunas formas de diferencia derivadas de la pertenencia aun grupo slo pueden acomodarse si sus miembros poseen algunos derechos

    especficos como grupo; es decir, lo que Iris Young denomina ciudadanadiferenciada (I. Young, 1989, pg. 258). Por ejemplo, una reciente publicacingubernamental canadiense sealaba que:

    En la experiencia canadiense, no ha bastado con proteger nicamente losderechos individuales. Aqu, la Constitucin y las leyes ordinarias protegentambin otros derechos, que se conceden a los individuos en su calidad demiembros de determinadas comunidades. La acomodacin de ambos tipos dederechos hace que nuestra Constitucin sea nica y refleja el valor canadiensede igualdad como forma de acomodar la diferencia. Que los derechoscomunitarios coexistan con los derechos individuales es la verdadera esencia deCanad (Gobierno de Canad, 1991a,pg. 3).

    Resulta bastante engaoso decir que Canad es nico por el hecho de combinarlos derechos individuales y los derechos comunitarios especficos en funcin dela pertenencia grupal. Tal combinacin existe en otros muchos sistemas federalesde Europa, Asia y frica. Como he sealado antes, incluso la Constitucin de losEstados Unidos, que muchas veces se considera un paradigma de individualismo,contempla diversos derechos especficos en funcin del grupo de pertenencia,incluyendo el estatus especial de los indios norteamericanos y de los

    portorriqueos.Me centrar en estas medidas especiales especficas en funcin de la

    pertenencia grupal orientadas a acomodar las diferencias nacionales y tnicas. Almenos existen tres formas de derechos especficos en funcin de la pertenenciagrupal: (1) derechos de autogobierno; (2) derechos politnicos; y (3) derechosespeciales de representacin. Aludir brevemente a cada uno de ellos antes de

    abordar en los captulos siguientes algunas de las cuestiones que plantean a la teorademocrtica liberal.

    1. Los derechos de autogobierno

    En la mayora de los Estados multinacionales, las naciones que los componense muestran proclives a reivindicar algn tipo de autonoma poltica o jurisdiccinterritorial, para asegurarse as el pleno y libre desarrollo de sus culturas y losmejores intereses de sus gentes. En el caso ms extremo, las naciones puedendesear la secesin, si consideran que la autodeterminacin es imposible dentro delEstado al que pertenecen.

    El derecho de los grupos nacionales a la autodeterminacin est reconocido(con ciertos lmites) en el derecho internacional. Segn la Carta de las NacionesUnidas, todos los pueblos tienen el derecho a la autodeter-

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    minacin. Sin embargo, las Naciones Unidas no han definido qu son lospueblos y generalmente han aplicado el principio de autodeterminacin slo a lascolonias de ultramar, no a las minoras nacionales internas, incluso en los casos enque estas ltimas hayan estado sometidas al mismo tipo de colonizacin y conquistaque las primeras. Esta limitacin de la autodeterminacin a las colonias de ultramar(conocida como la tesis del agua salada) se considera, por lo general, una

    limitacin arbitraria y muchas minoras nacionales insisten en que tambin sonpueblos o naciones y que, como tales, tienen derecho a autodeterminarse. Estasminoras nacionales reivindican determinadas competencias de autogobierno, a lasque no han renunciado por su incorporacin (muchas veces involuntaria) a un Es-tado mayor. 20

    Un mecanismo de reconocimiento de las reivindicaciones de autogobierno es elfederalismo, que reparte poderes entre el gobierno central y las subunidadesregionales (provincias/Estados/cantones). All donde las minoras nacionales estnconcentradas territorialmente, se pueden trazar los lmites de las subunidadesfederales de manera que la minora nacional forme una mayora en una de estassubunidades. Bajo estas circunstancias, el federalismo puede ofrecer un amplioautogobierno a una minora nacional, garantizando su capacidad de tomar decisiones

    en determinadas esferas sin sufrir el rechazo de la sociedad global.Por ejemplo, merced a la divisin federal de poderes en Canad, la provincia deQuebec (que es en un 80 % francfona) tiene amplia jurisdiccin sobre temascruciales para la supervivencia de la cultura francesa, incluyendo el control sobre laeducacin, la lengua y la cultura, as como un peso importante en la poltica deinmigracin. Las nueve provincias restantes tambin tienen estas competencias, perola principal fuerza motriz que trasciende la divisin de poderes existente y, de hecho,todo el sistema federal, es la necesidad de acomodar a los quebequeses. En la pocade la Confederacin, la mayora de los dirigentes canadienses ingleses estaban afavor de un Estado unitario, a la manera del Reino Unido, y convinieron en aceptarun sistema federal fundamentalmente para acomodar a los canadienses franceses.

    Una de las dificultades del sistema federal es mantener el equilibrio entre lacentralizacin y la descentralizacin. Aunque la mayora de quebequeses son

    partidarios de una mayor descentralizacin de poderes, la ma-

    20. Algunos pueblos indgenas han defendido ante las Naciones Unidas que, de acuerdocon la Carta de la organizacin, tambin tienen derecho a la autodeterminacin (vaseMikmaq Tribal Society v. Canada (1984), UNDoc. E/CNA/Sub.2/204; Grand Council of theCrees, 1992). Para discusin sobre la tesis del agua salada y el derecho a la auto-determinacin segn el derecho internacional, vase Pomerance, 1982; Thornberry, 1991,

    pgs. 13-21,214-218; Crawford, 1988; Makinson, 1988.

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    yora de los canadienses ingleses prefiere un gobierno central ms fuerte.

    por tanto, uno de los retos ante los que se enfrenta Canad es encontrar una forma

    aceptable de federalismo asimtrico que garantice a Quebec competencias no

    otorgadas a otras provincias. Otros Estados federales se enfrentan a problemas

    similares. 21

    A menudo se recurre al federalismo para acomodar la diversidad nacional, por loque algunos especialistas incluyen los derechos y las competencias inherentes a lasunidades federales entre. los derechos colectivos de las minoras nacionales (porejemplo, F. Morcon, 1985, pg. 77; Van Dyke, 1982, pgs. 24-31). Naturalmente,muchos sistemas federales surgen por razones que bien poco tienen que ver con ladiversidad cultural. En muchos casos el federalismo es simplemente una forma dedescentralizacin administrativa (como en Alemania), o el resultado de accidenteshistricos de colonizacin, como en Australia. No hay una conexin intrnseca entreel federalismo y la diversidad cultural. No obstante, el federalismo constituye unaestrategia comn para acomodar a las minoras nacionales. No es sorprendente que

    pases que son una federacin de pueblos hayan constituido tambin unafederacin poltica.22

    En los Estados Unidos, sin embargo, se tom deliberadamente la decisin de norecurrir al federalismo para acomodar los derechos de autogobierno de las minorasnacionales. En el siglo XIX existan sobradas posibilidades de crear Estadosdominados por los navajas, por ejemplo, o por los chicanos, los portorriqueos o losnativos hawaianos, habida cuenta de que cuando esos grupos fueron incorporados alos Estados Unidos constituan mayoras en sus tierras natales. Sin embargo, sedecidi deliberadamente no aceptar ningn territorio como Estado a menos que esosgrupos nacionales constituyeran minoras. En algunos casos, para lograrlo setrazaron las fronteras de manera que las tribus indias o los grupos hispanos se vieransobrepasados en nmero (Florida). En otros casos, se logr retrasando la esta-

    21. Sobre la oposicin de los canadienses ingleses a las reivindicaciones nacionalistas dedescentralizacin, vase Stark, 1992. Un determinado nivel de asimetra de poderes de lactoha sido uno de los aspectos permanentes del federalismo canadiense. Sin embargo, muchoscanadienses no estn dispuestos a admitir formalmente esta asimetra en la Constitucin(vase Gagnon y Garcea, 1988; Taylor, 1991; Cairns, 1991). sta es una de las razones por lascuales el Acuerdo de Charlottetown fue derrotado en referndum. Algunas personas afirmanque un sistema federal no puede sobrevivir si concede un estatus especial, pero esto quedarefutado por la experiencia en muchos pases. Para un estudio de diversas formas defederalismo asimtrico, vase Elazar, 1987, pgs. 54-57.

    22. En Alemania, el federalismo fue impuesto por los aliados tras la segunda guerramundial para que ayudase a impedir el auge de los movimientos nacionalistas o autoritarios.Para tiles discusiones sobre las relaciones entre federalismo y diversidad cultural, vaseHowse y Knop, 1993; Minow, 1990b; Majone, 1990; Gagnon, 1993; Long, 1991; Duchacek,1977; Elkins, 1992; Norman, 1994.

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    talidad hasta que los colonos anglfonos sobrepasaron a los antiguos habitantes (porejemplo, en Hawai y el sudoeste). En los casos donde era poco probable que laminora nacional fuese superada, se cre un nuevo tipo de unidad poltica no federal,como la asociacin de Puerto Rico o el protectorado de Guam.23

    A resultas de ello, no puede considerarse que ninguno de los quince Estadosasegure el autogobierno de alguna minora nacional, a la manera en que Quebecasegura el autogobierno de los quebequeses. Por el contrario, el autogobierno selogra mediante instituciones polticas dentro de los Estados existentes (por ejemplo,las reservas indias), o bien completamente fuera del sistema federal (como en PuertoRico y Guam). Esto ha acentuado la vulnerabilidad de las minoras en los EstadosUnidos, ya que sus competencias de autogobierno no tienen la misma proteccinconstitucional que los derechos estatales. Por otra parte, ha proporcionado unamayor flexibilidad a la hora de redefinir dichas competencias para que se ajustasen alas necesidades e intereses de cada minora. Es mucho ms fcil negociar nuevasdisposiciones para el autogobierno de los navajos o los portorriqueos que modificarlas competencias de los Estados individuales.

    El federalismo nicamente puede servir como mecanismo para el autogobiernosi la minora nacional constituye una mayora en una de las subunidades federales,como sucede con los quebequeses en Quebec. No es ste el caso de la mayora delos pueblos indgenas de Norteamrica, por lo general minoritarios en nmero y concomunidades a menudo dispersas a lo largo de las fronteras estatales y provinciales.Adems, con escasas excepciones (como los navajos), ningn nuevo trazado de lasfronteras de estas subunidades federales creara un Estado, provincia o territorio conmayora indgena. En el siglo XIX hubiera sido posible crear un Estado o una pro-vincia dominados por una tribu india pero, dada la masiva afluencia de colonosdesde entonces, tal cosa resulta en la actualidad prcticamente inconcebible.

    Una excepcin a ello es el caso de los inuit, en el norte de Canad, que quierendividir los territorios del noroeste en dos, de manera que sern mayora en la mitadoriental (que se denominar Nunavut). Este nuevo trazado de las fronteras seconsidera esencial para que los inuit puedan hacer efectivo su derecho aautogobernarse y ha sido recientemente aprobado por el gobierno federal.

    23. Por consiguiente Nathan Glazer est en un error cuando afirma que la divisin de losEstados Unidos en unidades federales precedi a su diversidad tnica (Glazer, 1983, pgs.276-277). Esto es cierto en el caso de las trece colonias originales, pero las decisiones sobrela admisin y las fronteras de los nuevos Estados se tomaron tras la incorporacin de lasminoras nacionales y con el propsito de impedir la creacin de Estados dominados porminoras nacionales.

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    Sin embargo, para otros pueblos indgenas norteamericanos el autogobierno haestado vinculado en gran medida al sistema de tierras reservadas (conocido comoreservas tribales en los Estados Unidos, y como reservas para las bandas indiasen Canad). El gobierno federal ha transferido importantes competencias a los

    consejos tribales y consejos de las bandas que gobiernan cada reserva. Las tribus ylas bandas indias han ido aumentando su control sobre la sanidad, la educacin, elderecho familiar, la polica, la justicia criminal y el aprovechamiento de recursos.De hecho se han convertido en un tercer orden de gobierno, con una serie decompetencias que ha ido labrndose a partir de la jurisdiccin federal y de las

    jurisdicciones estatales y provinciales.24 Sin embargo, las dificultades administra-tivas son desalentadoras. El tipo de competencias que desean unas y otras tribus y

    bandas difiere enormemente. Adems, estn situadas territorialmente dentro de losEstados y provincias existentes, por lo que deben coordinar su autogobierno con losorganismos estatales y provinciales. Por tanto, el alcance exacto y los mecanismosdel autogobierno indgena en Canad y los Estados Unidos sigue sin estar claro.

    Muchos otros pueblos indgenas tienen sistemas de autogobierno similares o

    pretenden tenerlos. Una reciente declaracin internacional relativa a los derechos delos pueblos indgenas subray la importancia del autogobierno poltico. Sinembargo, en muchas partes del mundo, la esperanza de llegar a tener poderes

    polticos es prcticamente una utopa y el objetivo ms inmediato es simplementeasegurar la base territorial existente para que no sufra mayores deterioros a manosde los colonos o de los explotadores de sus recursos. De hecho, un reciente estudiodemostr que, en la actualidad, la principal causa de los conflictos tnicos en elmundo es la lucha de los pueblos indgenas para proteger sus derechosterritoriales.25

    Por tanto, las reivindicaciones de autogobierno suelen adoptar la forma detransferencias de competencias a una unidad poltica bsicamente controlada por losmiembros de la minora nacional, que fundamentalmente se circunscriben a su

    patria o territorio histrico. Conviene sealar que estas concesiones no seconsideran una medida temporal ni tampoco un remedio para una forma de opresinque algn da podremos (y deberemos) eliminar. Por el contrario, estos derechos amenudo se describen como derechos

    24. Para un estudio comparativo de estos progresos, vase Fleras y Elliot, 1992. Unapropuesta para proteger constitucionalmente el autogobierno aborigen como un tercer ordende gobierno en Canad fue incluida en el Acuerdo de Charlottetown de 1992. ste hubieraabarcado tanto el autogobierno tnico ejercido por los consejos de bandas en las reservasindias, como el autogobierno pblico ejercido por la mayora inuit dentro del nuevoterritorio de Nunavut (vase Asch, 1984, cap. 7). Para la relacin del autogobierno indio conel federalismo, vase Resnik, 1989; Cassidy y Bish, 1989; Long, 1991.

    25. Gurr, 1993, pg. viii; vase Nietschmann, 1987.

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    intrnsecos y, por tanto, permanentes, lo que constituye una de las razonesde que las minoras nacionales aspiren a que sean contemplados en la Constitucin.

    2. Derechos politnicos

    Como he sealado anteriormente, en los ltimos treinta aos los gruposinmigrantes han logrado poner en entredicho la angloconformidad, modelo quedaba por supuesto que los inmigrantes deberan abandonar todos los aspectos de suherencia tnica y asimilarse a las normas y costumbres culturales existentes. Al

    principio, este desafo consisti simplemente en exigir el derecho a expresarlibremente sus particularidades sin temor a prejuicios o a discriminaciones por partede la sociedad global de la que forman parte. Como seala Walzer, se exiga que la

    poltica se separase de la nacionalidad, como ya se haba separado de la religin(Walzer, 1982, pgs. 6-11).

    Pero las exigencias de los grupos tnicos se extendieron a diversos e im-

    portantes mbitos. Qued claro que se necesitaban medidas enrgicas para erradicarlas discriminaciones y los prejuicios, especialmente contra las minoras visibles. Poresta razn, en Canad y en Australia las medidas antirracistas se consideran parte dela poltica multicultural, al igual que los cambios en el currculum educativoencaminados a explicar la historia y la contribucin especfica de cada una de lasminoras. Sin embargo, estas polticas estn bsicamente dirigidas a asegurar elejercicio efectivo de los derechos comunes de ciudadana y, por tanto, no merecenverdaderamente el calificativo de derechos de ciudadana diferenciados en funcindel grupo.

    Algunos grupos tnicos y minoras religiosas tambin han reivindicadodiversas formas de subvencin pblica de sus prcticas culturales, unareivindicacin que incluye la subvencin de asociaciones, revistas y festivales

    tnicos. Habida cuenta de que la mayora de Estados liberales subvencionan lasartes y los museos para preservar la riqueza y la diversidad de nuestros recursosculturales, puede considerarse que financiar estudios y asociaciones tnicas

    pertenece al mismo apartado. De hecho, algunas personas defienden dichassubvenciones como una simple forma de asegurar que la financiacin estatal de lasartes y de la cultura no discrimine a los grupos tnicos. Algunas personas creen quelos organismos que vehiculan las subvenciones pblicas se han inclinadotradicionalmente en favor de las formas de expresin cultural de origen europeo yque los programas dirigidos a los grupos tnicos corrigen esta desviacin. Otrareivindicacin conexa -que abordar in extenso en el captulo 5- exige que lasescuelas impartan docencia en la lengua de los inmigrantes.

    Quiz la reivindicacin ms controvertida de los grupos tnicos es la

    relacionada con la exencin de las leyes y las disposiciones que les perjudi-

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    can, dadas sus prcticas religiosas. Por ejemplo, los judos y los musulmanes hansolicitado en Gran Bretaa que se les exima del cierre dominical o de la legislacinrelativa al sacrificio de los animales; los varones sijs en Canad han solicitado quese les exima de la legislacin que obliga a llevar casco a los motoristas y de lasnormas de indumentaria oficiales de las fuerzas de polica, para poder seguir

    llevando sus turbantes; los judos ortodoxos en los Estados Unidos hanreivindicado el derecho a vestir layarmulka durante el servicio militar; por ltimo,las jvenes musulmanas han solicicado en Francia que se les exima de las normasde indumentaria escolar para poder usar el chador.26

    Estas medidas especficas en funcin del grupo de pertenencia, que denominoderechos politnicos, tienen como objetivo ayudar a los grupos tnicos y a lasminoras religiosas a que expresen su particularidad y su orgullo cultural sin queello obstaculice su xito en las instituciones econmicas y polticas de la sociedaddominante. Al igual que los derechos de autogobierno, los derechos politnicos nose consideran temporales, puesto que las diferencias culturales que protegen no sonalgo que se pretenda eliminar. Pero, como argumentar en los captulos 5 y 9, adiferencia de los derechos de autogobierno, el objetivo de los derechos politnicos

    no es el autogobierno, sino fomentar la integracin en el conjunto de la sociedad.

    3. Derechos especiales de representacin

    Aunque tradicionalmente el inters de las minoras nacionales y los grupostnicos se ha centrado en el autogobierno o en los derechos politnicos, estosgrupos, as como otros grupos sociales no tnicos, se interesan cada vez ms por laidea de los derechos especiales de representacin.

    En las democracias occidentales hay una creciente preocupacin porque elproceso poltico no es representativo, en el sentido de que no consigue reflejar ladiversidad de la poblacin. En la mayora de estos pases, los legislativos estndominadas por hombres blancos, de clase media, que no padecen ninguna

    discapacidad. Se considera que un proceso ms representativo debera incluir amiembros de minoras tnicas y raciales, mujeres, pobres, discapacitados, etctera.La representacin insuficiente de los grupos histricamente desfavorecidos es yaun fenmeno general. En los Estados

    26. Para una discusin de estos derechos en el contexto britnico, vase Parekh,1990, pg. 705; 1991, pgs. 197-204; Modood, 1992; Poulter, 1987. En Canad, vase E.Kallen, 1987, pgs. 325-331. En los Estados Unidos, vase Minow, 1990b; Sandel, 1990.Para el caso de las jvenes musulmanas en Francia, vase Galeotti, 1993. Se suele decir queestas medidas son puramente simblicas". Pero las medidas referentes al empleo son muymateriales y afectan a las oportunidades de vida" de las gentes, no slo a sus estilos devida".

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    Unidos y Canad, las mujeres, las minoras raciales y los pueblos indgenas juntostotalizan menos de un tercio de los escaos que les corresponderan en funcin desu peso demogrfico. Las personas con discapacidades fsicas y laseconmicamente desfavorecidas tampoco cuentan, ni de lejos, con unarepresentacin proporcional. 27

    Una manera de reformar el proceso es hacer que los partidos polticos sean msinclusivos, socavando las bar