Kymlicka Ciudadania Multicultural[1]

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PAIDÓS ESTADO YSOCIEDAD Títulos publicados: 1. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 1. Europa meridional 2. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 2. América Latina 3. G. O'Donnel1 y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 3. Perspectivas comparadas 4. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 4. Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas 5. S. P. Huntington, El orden político en las sociedades en cambio 6. J. J. Donahue, La decisión de privatizar 7. N. Tenzer, La sociedad despolitizada 8. R. A. Dahl, La democracia y sus críticos 9. J. R. Jorrat y R. Sauti (comps.), Después de Germani lO. M. Wieviorka, El espacio del racismo 11. M. Albert, Capitalismo contra capitalismo 12. J. Lacouture, Jesuitas, 1. Los conquistadores 13. K. Boulding, Las tres caras del poder 14. H. Arendt, La condición humana 15. G. Delannoi y P. A. Taguieff (comps.), Teorías del nacionalismo 16. C. Smith, La. teología de la liberación 17. L. Emmerij, El enfrentamiento norte-sur. Un polvorín en el mundo moderno 18. J. Lacouture, Jesuitas, 2. Los continuadores 19. J. L. Gordillo, La objeción de conciencia 20. S. P. Huntington, La tercera ola 21. K. R. Popper, En busca de un mundo mejor 22. D. Osbome y T. Gaebler, La reinvención del gobierno 23. J. Riechmann y F Femández Buey, Redes que dan libertad 24. F Calderón y M. R. dos Santos, Sociedades sin atajos 25. J. M. Guéhenno, El fin de la democracia 26. S. G. Payne, La primera democracia española 27. E. Resta, La certeza y la esperanza 28. M. Howard Ross, La cultura del conflicto 30. G. Kepel, Al oeste de Alá 31. K. R. Popper, La responsabilidad de vivir 32. R. Bergalli y E. Resta (comps.), Soberanía: un principio que se derrumba 33. E. Gellner, Condiciones de la libertad 34. G. Bosetti (comp.), Izquierda punto cero 35. C. iasch, La rebelión de las élites 36. F-P:'.Fitoussi, El debate prohibido 37. R. Heilbroner, Visiones del futuro 41. W. Kymlicka, Ciudadanía multicultural Will Kymlicka I/-- « ... ( ...... '0\\0 -, <;¡-, \ /) ....,. /"o'woo Ciudadanía - multicultural Una teoría liberal de los derechos de las minorías .I?ue2 §es. México

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Multiculturalismo, liberalismo, filosofia.

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  • PAIDS ESTADO YSOCIEDAD Ttulos publicados:

    1. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 1. Europa meridional

    2. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 2. Amrica Latina

    3. G. O'Donnel1 y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 3. Perspectivas comparadas

    4. G. O'Donnell y otros (comps.), Transiciones desde un gobierno autoritario, 4. Conclusiones tentativas sobre las democracias inciertas

    5. S. P. Huntington, El orden poltico en las sociedades en cambio

    6. J. J. Donahue, La decisin de privatizar 7. N. Tenzer, La sociedad despolitizada 8. R. A. Dahl, La democracia y sus crticos 9. J. R. Jorrat y R. Sauti (comps.), Despus de Germani

    lO. M. Wieviorka, El espacio del racismo 11. M. Albert, Capitalismo contra capitalismo 12. J. Lacouture, Jesuitas, 1. Los conquistadores 13. K. Boulding, Las tres caras del poder 14. H. Arendt, La condicin humana 15. G. Delannoi y P. A. Taguieff (comps.), Teoras del nacionalismo 16. C. Smith, La. teologa de la liberacin 17. L. Emmerij, El enfrentamiento norte-sur. Un polvorn en el

    mundo moderno 18. J. Lacouture, Jesuitas, 2. Los continuadores 19. J. L. Gordillo, La objecin de conciencia 20. S. P. Huntington, La tercera ola 21. K. R. Popper, En busca de un mundo mejor 22. D. Osbome y T. Gaebler, La reinvencin del gobierno 23. J. Riechmann y F Femndez Buey, Redes que dan libertad 24. F Caldern y M. R. dos Santos, Sociedades sin atajos 25. J. M. Guhenno, El fin de la democracia 26. S. G. Payne, La primera democracia espaola 27. E. Resta, La certeza y la esperanza 28. M. Howard Ross, La cultura del conflicto 30. G. Kepel, Al oeste de Al 31. K. R. Popper, La responsabilidad de vivir 32. R. Bergalli y E. Resta (comps.), Soberana: un principio que

    se derrumba 33. E. Gellner, Condiciones de la libertad 34. G. Bosetti (comp.), Izquierda punto cero 35. C. iasch, La rebelin de las lites 36. F-P:'.Fitoussi, El debate prohibido 37. R. Heilbroner, Visiones del futuro 41. W. Kymlicka, Ciudadana multicultural

    Will Kymlicka I/-

    ~:::) ...ec~ ( ...... '0\\0 -,

  • Captulo 2

    LAS POLTICAS DEL MULTICULTURALISMO

    Las sociedades modernas tienen que hacer frente cada vez ms a grupos minoritarios que exigen el reconocimiento de su identIdad y la acomodacin de sus dife~~nci~ culturales, algo que a menudo se denomina el reto deCmclticulturalismo. No obstante:el trmino ~ti~lismoabarca formas muy-diferentes de pluralismo cultural, cada una de las cuales plantea sus propios retos. Existen diversas formas mediante las cuales las minoras se incorporan a las comunidades polticas, desde la co~ista y la colonizacin de socied-;des que anteriome;:;:te" gozaban de autogobierno has_ta la in'7nigracin voluntaria deindividuos y iamilia5.""Estas dIlerenClas en la forma de incorporacin afectan a la naturaleza de los grupos minoritarios y el tipo de relaciones que stos desean con la sociedad de la que forman parte.

    De ah que las generalizaciones sobre los objetivos o las consecuencias del multiculturalismo pueden ser bastante equvocas. De hecho, granEEte del de.bate pblico sobre el multicult:.l!ralism2 acusa dicho defecto. Por ~emplo, quienes se oponen al multiculturalismo suelen afirmar que ste encapsula a las minoras en~n gueto, imj>idindoles su integracin en el grueso de la sociedad; los partidarios del mismo responden, por el contrario, que la preocupacn por la integracin es un reflejo del im~ria!is..!!!-o culturar De hecho, ambas acusaciones constituyen generalizaciones excesiva; que ignoran las diferencias entre los grupos minoritarios y malinterpretan sus autnticas motivaciones.

    En el presente captulo, me centrar en dos modelos amplios de diversidad cultural. En el primer caso, la diversidad cultural surge de la incorporacin de culruras, que previamente disfrutaban de autogobierno y estaban territorialmente concentradas a uEsrado mayor. Una de lascaracrerst=' casCfistintivas de las culturas Incorporadas, a las que denommo {

  • 26 Ciudadana multicultural

    grandes rasgos, dichos grupos desean integrarse en la soci~e-ta-.q]le forman paree y ue se les ace te como miembros de pleno derecho de la ffiiSrrla":" SI ien a menudo pretenden obtener un mayor reconocimiento de su identidad tnica, su objetivo no es convertirse en una nacin separada y autogobetnada paralela a la sociedad de la que que forman parte, sino modificar las instituciones y las leyes de dicha sociedad para que sea ms permeable a las diferencias culturales.

    Se trata, naruralmente, de modelos generales, no de leyes de la naturaleza, por lo que cada categora general requerir mayor refinamiento y preCisin a medida que vayamos avanzando en el anlisis y argumentacin. Sin embargo, no podemos empezar a entender y a evaluar las polticas del multiculturalismo a menos que comprendamos cmo la A'Q'PQ;a~st.r~a de los grupos minoritarios confi ura suUn~titu.ones~lectiva~-,sus idenn a es y sus aseiracio~. Por consiguiente, empezar por describir la naturaleza de estas dos categoras amplias (aparrado 1) y, a continuacin, abordar las exigencias especficas implcitas en cada, una de ellas (apartado 2).

    1. ESTADOS MULTINACIONALES Y ESTADOS POLITNICOS

    Una fuente de diversidad cultural es la coexistencia, dentro de un determinado Estado, de ms de una nacin, donde nacin" significa una comunidad histri~,.J!l

  • L~ L.1Udadanla mUltlCultural

    negado o infravalorado la mera existencia de las minadas nacio.nl~s v de sus derechos de autogobierno.

    ----En otrosJ?asesJa_ex.ist.eneia..de-rninoras-naciooales resulta ms pateg.~. El desarrollo histrico de Canad ha implicado la federacin de tres gru

    pos nacionales distintos: ingleses, franceses y aborgenes. 2 En su origen, la incorporacin de la comunidad quebequesa y aborigen a la comunidad poltica canadiense fue involuntaria. Los territorios indios fueron invadidos por los colonos franceses que, a su vez, fueron conquistados por los ingleses. Mientras que en el caso de Quebec la posibilidad de la secesin es muy real, la preferencia histrica de estos grupos -como sucede con las minoras nacionales en los Estados Unidos- no ha sido abandonar la federacin, sino renegociar los trminos de sta para alcanzar un mayor nivel de autonoma.

    Gran parte de los momentos decisivos de la historia canadiense se han centrado en estos intentos de renegociar los trminos de la federacin entre ingleses, franceses y aborgenes. Los trminos de la federacin se recogen en una serie de documentos protegidos por la Constirucin, incluyendo los tratados y las reivindicaciones territoriales con los aborgenes, as como el acuerdo de confederacin entre las colonias anglfonas y francfonas de la N orteamrica bri tnica de 1867.

    La tentativa ms reciente de renegociacin finaliz en octubre de 1992, cuando mediante un referndum nacional se rechaz una propuesta para enmendar la Constitucin (el Acuerdo de Charlottetown). Dicho acuerdo hubiera reforzado el derecho intrnseco al autogobierno de los aborge

    2. Que estOs grupos se consideran a s mismos una nacin es evidente a partir de los nombres que han elegido para sus asociaciones e instituciones. Por ejemplo, en Quebec, al legislativo provincial se le denomina Asamblea Nacional; la principal organizacin del estatus indio se denomina Asamblea de las Primeras Naciones". Es importante sealar que los pueblos aborgenes no constituyen una sola nacin. El trmino aborigen engloba tres categoras de aborgenes (indios, inuit y mtis); el propio trmino indio es una ficcin legal, tras la cual se encuentran numerosas naciones aborgenes distintas, con sus propias histotias e identidades comunitarias separadas. En Canad, los aborgenes se dividen en once gtupOS lingsticos, descendientes de varias sociedades difetentes histrica y culturalmente. Se ha estimado que en la poblacin aborigen existen de treinta y cinco a . cincuenta pueblos distintos. Por oua parte, tambin resulta potencialmente equvoco'" describir a los canadienses franceses como una nica nacin. La mayora francfona de la provincia de Quebec se considera a s misma una nacin, los quebequeses. Pero tambin hay francfonos fuera de Quebec y la nacin francesa en Canad no siempre se identifica tan estrechamente con la provincia de Quebec. Para el cambio de la identidad propia de canadiense a la nacin canadiense-francesa, de franco-quebequs a quebequs, vase McRoberts, 1988; Crete y Zylberberg, 1991, pg. 424. Sobre el uso del lenguaje de la nacionalidad por los aborgenes y los quebequeses ms en general, vase Cairns, 1993, pg. 188; Chartrand, 1995; Long, 1992; Jenson, 1993.

    Las polticas del multiculturalismo 29

    nes y hubiese concedido un estatus especial a Quebec, como

  • 30 Ciudadana multicultural

    rales existentes, lo que se conoce como modelo inmigratorio de anglocon~) formidad. As las cosas, a algunos grupos se les negaba la entrada si no se les consideraba asimilables (por ejemplo, las restricciones a la inmigracin china en Canad y los Estados Unidos o la poltica de inmigracin de slo blancos en Australia). La asimilacin se consideraba esencial para la estabilidad poltica, algo que se racionalizaba posteriormente mediante la denigracin etnocntrica de las otras culturas.

    E(~~ Este compromiso compartido con la angloconformidad queda oscurecido por el popular -pero equvoco- contraste entre el melting-pot estadounidense y el mosaico tnico canadiense. Pese a que el mosaico tnico tiene una connotacin de respeto por la integridad de las culturas inmigrantes, en la prctica simplemente significa que los inmigrantes a Canad pueden escoger entre dos culturas a las que asimilarse. Aunque Canad es binacional, la tensa tolerancia que franceses e ingleses se profesan recprocamente no se extendi a los extranjeros que se resistieron a la asimilacin o fueron considerados inasimilables. 3

    ',-, Sin embargo, a principios de los aos setenta, y bajo la presin de los 11 grupos inmigrantes, los tres pases abandonaron el modelo asimilacionis

    ta y adoptaron una poltica ms tolerante y pluralista que permite y, de hecho, estimula que los inmigrantes mantengan diversos aspectos de su herencia tnica. En la actualidad se acepta (aunque no de una manera unnime) que los inmigrantes deberan tener libertad para mantener algunas de sus antiguas costumbres respecto de la alimentacin, la indumentaria, la religin, as como derecho a asociarse entre s para mantener tales prcticas. Tal conducta ha dejado de considerarse antipatritica o antiameflcana.

    3. Porter, 1987, pg. 154; vase Reitz y Breton, 1994; Palmer, 1976. De ser cierto que los grupos inmigrantes parecen ms cohesionados en Canad, ello se debe probablemente a que stos contienen una mayor proporcin de inmigrantes recientes que los grupos tnicos en los Estados Unidos, lo cual, a su vez, se debe al mayor ndice de inmigracin del Canad. En 1981, el 16,1 % de los residentes en Canad haban nacido en e! extranjero, comparado con e! 6,2 % de los Estados Unidos (Laczko, 1994, pgs. 28-29). Sin embargo, e! proceso de integracin de los inmigranres asentados, as como de sus hijos, es similar en ambos pases. El trmino mefting-pot tambin es hasta cierto punto equvoco. Este trmino alude fundamenralmente a la fusin biolgica de diversos grupos tnicos (blancos) a travs de los matrimonios mixtos, ms que a la fusin de sus prcticas culturales. Segun Theodore Rooseve!t, los representantes de muchas razas antiguas del mundo se estn uniendo en un nuevo tipo, pero el crisol en e! que se han fundido todos los nuevos tipos hasta convertirse en uno solo se configur desde 1776 hasta 1789, y nuestra nacionalidad se fij definitivamente, con todas sus caractersticas esenciales, en el hombre de la poca de Washington (citado en Gordon, 1964, pg. 122). Esto es particularmente cierto en el caso de la lengua, como se comentar ms adelanre en este mismo captulo.

    Las polticas de! multiculturalismo 31

    Es importante distinguir este tipo de diversidad cultural del propio de las minoras nacionales. Los grupos inmigrantes ni son naciones ni ocupan tierras natales, su especificidad se manjfiesta fundamentalmente en su vida familiar y en las asociaciones voluntarias, algo que no resulta COntradictorio con su integracin institucional. Tales grupos participan en las instituciones pblicas de la(s) cultura(s) dominante(s) y se expresan en la(s) lengua(s) dominante(s). Por ejemplo, en Australia y los Estados U nidos, los inmigrantes (a excepcin de las personas mayores) deben aprender el ingls para lograr la ciudadana; adems, el ingls es una de las asignaturas obligatorias en la escolarizacin infantil. En Canad, deben aprender cualquiera de las dos lenguas oficiales, francs o ingls.

    El compromiso para asegurar una lengua comn ha sido una de las caractersticas constantes de la historia de la poltica de inmigracin. De hecho, como Gerald Johnson dijo de los Estados Unidos, una de las pequeas paradojas de la historia es que ningn im....eerio plurilinge del vi~o mundo se atrevi a ser tan despiadado como para imponer una nica lengua a todo el conjunto de la poblacin, algo que s hace la repblica liberal, "que defieI1de el principio de que todos los hombres han sido creados iguales.. ..t~rrechazo de la angloconformidad no sigrufic el debilit~ miento del compromiso de asegurar que todos los inmigrantes acabaran siendo anglfonos, algo que se considera esencial si stos van a tener que incluirse en el grueso de la vida econmica, acadmica y poltica del pas.

    As pues, si bien por una parte los grupos inmigrantes han af~do cada vez ms ~u der~cho a expresar su,Particularidad tnic, por~otra desean hace.rlo dentro de las instituciones pblicas de la sociedad anglfona (o francfona, en Canad). Al rechazar la asimilacin, dichos grupos no pretender instaurar una sociedad paralela, como sucede de forma caracterstica con las minoras nacionales_ A consecuencia de ello, tanto Estados Unidos como Australia cuenta con diversos grupos tnicos a modo de culturas imprecisamente agregadas dentro de la sociedad ang16fona preponderante; es decir, poseen lo que denominar~eti~;. De igual manera, en Canad existen subculturas tnicas tanto en lasC'e"'dad anglfona como en la francfona.

    Es posible, en teora, que los inmigrantes devengan minoras nacionales, a condicin de que se establezcan conjuntamente y consigan competencias de autogobierno. Esto es Justamente 10 que sucedi con los colonlzaoores anglfonos a lo IargOdelffiperio britnico, con los colonizadores hispanos en Puerto Rico y con los colonizadores franceses en Quebec. Los

    4. ]ohnson, 1973, pg. 119. Vase tambin Tollefson, 1989, caps. 3-4 y Carlson, 1975. Para un estudio omniabarcador de la historia de los derechos lingsticos en los Estados Unidos, vase Kloss, 1977.

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    colonizadores no se autoconsideraban inmigrantes, habida cuenta de que no tenan expectativa alguna de integrarse en otra cultura, sino que, ms bien, intentaban reproducir su sociedad original en una nueva tierra. El intento de crear una sociedad institucionalmente completa es una de las caractersticas esenciales de la colonizacin, algo bien distinto de la inmigracin individual. En principio, hoy da se podra permiti.r o estimular a los inmigrantes para que se autoconsideraran colonizadores, siempre y cuando gozasen del amplio apoyo del gobierno en trminos de asentamientos, de derechos lingsticos y de capacidad de creacin de nuevas unidades polticas. Pero los inmigrantes no han pedido ni han obtenido tal apoyo. (Que esto sea justo o no es OtrO tema, que abordar en el captulo quinto.)

    Existe la percepcin generalizada de que este modelo politnico ya no es aplicable a los inmigrantes hispanos que llegan a los Estados Unidos. Se afirma que estos inmigrantes no tienen inters en aprender el ingls o en integrarse en la sociedad anglfona. Se trata de una percepcin errnea, que hunde sus races en la creencia de que los hispanos constituyen una categora nica y, por tanto, en la confusin de las exigencias de las minoras nacionales de habla espaola (portorriqueos y chicanos) con las de los inmigrantes de habla hispana recin llegados de Latinoamrica. Incluso dentro de la categora de los recin llegados, es importante diferenciar claramente a los inmigrantes procedentes de otros dos grupos hispanos: los refugiados cubanos y los trabajadores mexicanos que han entrado ilegalmente en el pas. .

    Los refugiados cubanos que viven en Miami se autoconsideran exiliados y no inmigrantes. Cuando llegaron a los Estados U nidos, dieron por supuesto que su regreso a Cuba era inminente, una presuncin que el gobierno estadounidense alent, en parte por razones polticas, durante la guerra fra. A resultas de ello, ni los exiliados cubanos tuvieron el incentivo de integrarse ni la sociedad de acogida les alent a hacerlo. (Un caso aparte es el de los refugiados de Indochina, muchos de los cuales planeaban quedarse en los Estados Unidos y, por tanto, mostraron su preferencia mayoritaria por el mismo modelo de integracin que los inmigrantes; Tollefson, 1989.)

    De igual manera, los inmigrantes mexicanos que trabajan ilegalmente en los Estados Unidos siempre estn a un paso de abandonar el pas. Puesto que no tienen posibilidad de pedir la ciudadana, tampoco han tenido el incentivo o el estmulo de integrarse. Por otro lado, no tienen el acceso a la formacin lingstica que se ofrece a los inmigrantes.

    Si dejamos a un lado estos casos especiales, y nos centramos en los inmigrantes hispanos que vienen a los Estados U nidos con la intencin de quedarse y de convertirse en ciudadanos, la evidencia indica que stos, al

    Las polticas del muhiculturalismo 33

    igual que muchos otros inmigrantes, estn dispuestos a aprender el ingls ya participar en el grueso de la sociedad. De hecho, entre los inmigrantes latinos, la asimilacin al grupo ingls se produce actualmente con mayor rapidez de lo que se produca cien aos atrs.5

    Esto muestra que la categora de hispano debera usarse con cautela. Desde los aos sesenta, el censo estadounidense ha tratado a los hispanos como un grupo u origen tnico comn. No obstante, la mayora de los hispanos consideran su identidad nacional o tnica de manera mucho ms especfica --como los portorriqueos, chicanos, cubanos, espaoles o guatemaltecos-, un rasgo que refleja las historias bien diferentes que estos grupos han vivido en los Estados Unidos. Sera interesante comprobar si los hispanos desarrollan o no una identidad y una agenda poltica comn que trascienda estas diferencias. Si lo hacen, y si dicha agenda adopta la forma de una identidad nacional separada, ,entonces la cuestin de las minoras nacionales dejara de ser marginal para ocupar el centro del debate poltico estadounidense. Sin embargo, hoy por hoy los hispanos son poco ms que una categora estadstica que incluye diversas minoras nacionales, inmigrantes y exiliados, todas ellas con sus propias identidades y exigenciasespeCl'filCas.6

    La inmigracin no es slo un fenmeno del Nuevo Mundo. Muchos otros pases aceptan tambin inmigrantes, aunque no en la misma escala y magnitud que los Estados Unidos, Canad y Australia. Desde la segunda guerra mundial, Gran Bretaa y Francia han aceptado inmigrantes de sus antiguas colonias. Otros pases, pese a aceptar un nmero escaso de inmigrantes, los acogen de cualquier pas del mundo (como sucede, por ejemplo, en Suecia). En otros pases, los trabajadores invitados, que inicialmente slo fueron considerados residentes temporales, se han convertido en inmigrantes de jacto. Por ejemplo, los trabajadores turcos llamados a Alemania se han convertido en residentes permanentes, con sus familias, hasta el punto de que a menudo Alemania es el nico hogar que conocen sus

    5. M. Combs y 1. Lynch, ci tado en De la Garza y Truj illo, 1991, pg. 215. John Ogbu tambin argumenta la importancia de distinguir a los inmigrantes hispanos de los chicanos no inmigrantes, en trminos de sus actitudes hacia la integracin y el xito en la corriente principal de la sociedad (Ogbu, 1988). Los grupos inmigrantes hispanos han mostrado inters en la educacin bilinge, pero consideran que su aprendizaje del espa.ol es algo complementario, y no sustitutorio, del aprendizaje de! ingls. Esto es lo contrario de lo que sucede con el aprendizaje del espaol en Puerto Rico, donde e! espaol es la lengua dominante y, de hecho, muchos portorriqueos no aprenden siquiera unas nociones de ingls.

    6. Para un intento de construir este tipo de plataforma unificada, vase Chavez, 1991, que insta a todos los grupos hispanos (con la posible excepcin de los portorriqueos) a adoptar e! modelo de integracin de los inmigranres.

  • l

    ~4 Ciudadana multicultural

    ~ijos (y ahora ya sus nietos). En todos estos pases, la polietnicidad es ' 7.ada vez mas patente.

    Obviamente, un ni~--p-uede ser 2 12 v.ez....mul.t.i.nacioo.al(corQQ.!~;ultado de la ~olonizacin, la conquista o la confederacin de comunidades ~acion;les) y politnico (como resultado de la inmigraci.nindividual y f,biliar). D.$-becho..-todas_e5tas..p.osihilidades-y modelos..se encuentran en Ca~a~: 'lo~ indios fueron invadidos por los colonos franceses y los franceses ueron conquistados por los ingleses, si bien la relacin actual entre ambos re puede considerar una federacin voluntaria; adems, tanto ingleses como ranceses han aceptado inmigrantes, a los que se',ha permitido mantener su dentidad tnica. De ah que Canad sea multinacional y politnico, como os Estados Unidos.

    Estas etiquetas tienen ciertamente menos popularidad que el trmino KmulticulturaI, pero este ltimo t~mil'lo pue~k.xesultarconfuso,precisan~n~JQ:aUS3.-de$Uaihigedacl,

  • 36 Ciudadana multicultural

    en la medida en que los diversos grupos nacionales y tnicos participan de la misma forma de vida social modetna e industrializada.

    Por mi parte, empleo los trminos cultura (y multicultural) en un 5eotido diferente. Me centrar en el tipo de multiculturalismo derivado de las diferencias nacionales y tnicas. Como dije antes, utili;;Q cul~ como sin_nimo d~ruKin~.JLpueblo; es decir, como una comunidad intergeneraciona,Lm~-me_D.9~. CQmpk1nstitucionalmente, que ocupa un territorio o una patria determinada y comparte un lenguaj~y una historia espedficas-.Eor tanto.,.-lm-Estado- es-mul-t-iGttur.al bien_si .SJJS miembrospertenecen a nacian'es diferentes ~un Estado multinacional), bien si stos han emigrado de diversas naciones (un Estado politnico), siempre y C!l!i~do ello suponga un aspecto importante de la identidad personal y la vida poltica.

    Se trara pura y simplemente de mi definicin operativa de culrura y multicultural, aunque estoy convencido de que dicha definicin se corresponde con el uso comn de estos trminos. No incluyo aqu el tipo de estilos de vida grupal, movimientos sociales y asociaciones voluntarias que orros engloban dentro del mbito del multiculturalismo. Y no porque piense que las cuestiones que plantean estos grupos no sean importantes; antes al contrario, doy por supuesto que la acomodacin de las diferencias tnicas y nacionales es slo uno de los aspectos de una lucha ms amplia para lograr una democracia ms tolerante e ~nclusiva.

    La marginacin de las mujeres, los gays, las lesbianas y los discapacitados atraviesa las fronteras tnicas y nacionales: se da en las culturas mayoitarias y en los Estados-nacin, as como dentro de las minoras nacionales

    y los grupos tnicos, por lo que debe combatirse en todos esos lugares. Por tanto, una teora que contemple los derechos de las minoras culturales debe ser compatible con las justas reivindicaciones de los grupos sociales que se encuentran en situacin de desventaja, y, como espero poder demostrar luego, creo que mi teora cumple dicho requisito. Adems, como argumentar despus, existen importantes analogas entre las exigencias de justicia que plantean tales movimientos sociales y las exigencias de los grupos tnicos, habida cuenta que unos y otros han sido excluidos y marginados en virtud de su diferencia.

    Dadas estas analogas, algunas personas se sienten tentadas a decir que estos grupos sociales constituyen distintas culturas o subculturas, por lo que la lucha contra su opresin es una lucha en favor del multiculturalisIDO.1O Indudablemente, en cierto sentido los gays y las lesbianas, las

    10. Patte de la motivacin de este enfoque es que muchos planteamientos ilibetales del valor de las diferencias nacionales y tnicas acaban por racionalizar la opresin dentro de los grupos minoritarios en nombre del respeto a las tradiciones, o de proteger la au-

    Las polticas del multiculturalismo 37

    mujeres y los discapacitados constituyen culturas separadas dentro de la sociedad global. No obstante, el sentido de la expresin no coincide con el

    ue connora decir que los quebequeses constituyen una cultura separada dentro de Canad. De ah que sea importante tener en mente estos distintOS sentidos de cultura (y multiculturalismo).

    Habida cuenta de los objetivos de este libro, no describir todos estos grupos como culturas o subculturas ni tampoco usar multiculturalismo como un trmino que abarca todas las diferencias de perspectiva moral o identidad personal basadas en la pertenencia a uno u otro grupo, aunque acepto que en otros contextos dicho uso puede ser apropiado. Lo que importa no es la terminologa empleada, sino tener en cuenta ciertas distinciones. Creo, como argumentar a lo largo del libro, que resulta bsico e..:tdistingui~las minoras n~cionales (sociedades distintas y potencialmente autogobernadas incorporadas ~ un Estado ms amplio) de los grupos tnicos (inmigrantes que han abandonado su comunidad nacional para i:ncorporarse a otra sociedad). Por s~ p,:rte, mi-;oras nacionalesy grupOS'ti~ distinguen de lo que suelen denominarse nuevo~ m-9vi~~ntos s9ciales --es decir, asociaciones y movimientos de gays, mujeres, pobres y discapacitados- que han sido marginados dentro de su propia sociedad naci0!23l

    de su-.S!UPO tnico~a agrupacin mencionada plantea sus propias cuestiones especficas, que deben examinarse en lo que valen. No obstante, en el presente libro me centrar en las dos primeras, aunque intentar demostrar cmo ambas estn conectadas en diversas formas con la tercera.

    tenticidad o la integridad de las culturas (Yuval-Davis, 1993). Una forma de defensa conrta este peligro es insistir en que los gays o las mujeres forman sus propias culturas, y que la integridad de dichas culturas tambin es digna de respeto. (Sobre los gays como subcultura, vase Fitzgerald, 1985, pgs. 25-119; Murray, 1979.) Sin embargo, yo adoptar una lnea de ataque ms directa, separando la defensa de los derechos culturales de cualquier santificacin de la tradicin y la autenticidad, y en lugar de ello la conectar con una teora liberal de la justicia comprometida con la autonoma individual y la igualdad social (vanse caps. 3-5). Una cuestin relacionada es que definir el multiculturalismo en trminos de diferencias tnicas y nacionales puede llevar a desatender los grupos ms desfavorecidos, cuyas reivindicaciones quedan ensombrecidas por la aerual preocupacin por el mulriculturalismo. sta es una preocupacin legtima, pero vale la pena sealar que el peligro avanza en ambas direcciones. Es decir, que algunos partidarios de la poltica de la diferencia, que se centran fundamentalmente en los gtupos ms desfavorecidos, dejan en segundo plano las reivindicaciones caractersticas de los grupos nacionales. Pienso que ste es el caso, por ejemplo, del influyente trabajo de Iris Young sobre la poltica de la diferencia. Pese a que ostensiblemente incluye las reivindicaciones de los indios americanos y de los maores en Nueva Zelanda en su descripcin de la ciudadana diferenciada en funcin del grupo, de hecho malinterpreta las reivindicaciones de los mismos, tratndolas como si fuesen grupos marginados en lugar de naciones autogobernadas (1. Young, 1990, pgs. 175-183; 1993a). La mejor manera de asegurar que ningn tipo de grupo acabe siendo Invisible es haciendo una clara distincin de ellos.

  • 38 Ciudadana mulciculcural

    Sorprendentemente, los especialistas en teora poltica suelen obviar esta distincin. U no de los pocos tericos contemporneos que la tiene en cuenta es Michael Walzer, aunque redescribe la 9istinciD ~omo la diferencia entre la diversidad tnica del nuevo y del viejo mundo. Segn Waizer, el pluralismo cultural en el viejo mundo consta de comunidades intactas y arraigadas" de naciones que se establecieron en unas tierras que han ocupado durante muchos siglos (1982, pg. 9). Cuando se intenta privar a estas comunidades nacionales de su lengua y su cultura, surgen llamamientos en favor de la liberacin nacional.

    En el Nuevo Mundo, sin embargo, el pluralismo se origin en la migracin individual y familiar", implicando a personas proclives al cambio cultural, no solamente porque estaban desarraigadas, sino porque se haban desarraigado a s mismas. Sean las que fueren las presiones que les llevaron al Nuevo Mundo, eligieron irse, mientras que otros iguales que ellos, en sus propias familias, eligieron quedarse. A resultas de ello, el llamamiento del viejo mundo en pro de la autodeterminacin no tiene resonancia en el Nuevo Mundo. Habindose desarraigado a s mismos, los inmigrantes no tienen razn alguna para la secesin o para rechazar el ingls como lengua pblica. Si bien se resistieron a la angloconformidad, su resistencia adopt una nueva forma. No reivindicaban que la poltica se adaptase a la nacionalidad, sino ms bien que se separase de sta, al igual que se haba separado ya de la religin. No se trataba de una reivindicacin de liberacin nacional, sino de pluralismo tnico (Walzer, 1982, pgs. 6-11; 1983b, pg. 224).

    De forma similar, Nathan Glazer distingue entre los pases del viejo mundo, una federacin de pueblos, y los pases del Nuevo Mundo, compuestos por grupos de inmigrantes dispersos, mezclados, asimilados [e} inregrados (Glazer, 1983, pg. 227). Puesto que los inmigrantes se desarraigaron a s mismos con las expectativas de incorporarse en otra sociedad nacional, raramente plantean reivindicaciones tnicas concretas del tipo que podemos encontrar en aquellas naciones donde los grupos tnicos constituyen entidades ms compactas, que mantienen su cultura, y conscientes de s mismas, como el derecho a emplear su lengua en el gobierno del Estado, de crear instituciones que reflejan su cultura tnica especfica, o bien el derecho a la secesin. A diferencia del viejo mundo, no existen... concentraciones tnicas que puedan reivindicar derechos nacionales por haberse establecido en territorios norteamericanos antes de que stos formasen parte de los Estados Unidos (Glazer, 1983, pgs. 276-283).

    Pienso que esta manera de hablar de la diversidad del Nuevo Mundo y del viejo mundo resulta peligrosa merced a su excesiva simplificacin. Es cierto que en el Nuevo Mundo la diversidad cultural se debe a la inmigracin en mayor medida que en Europa. Pero lo cierto es que en el Nuevo Mundo podemos encontrar minoras nacionales, al igual que en el viejo

    Las polcicas del mulciculcuralismo 39

    mundo tambin ha habido inmigracin. (Existe tambin la especial situacin de los afroamericanos que, como comentar ms adelante, no encaja en ninguna de las dos categoras.) Simplemente no es cierto que en el Nuevo Mundo no existan comunidades intactas y arraigadas... que se establecieron en tierras que ocuparon durante muchos siglos (Walzer), o que no existan entidades compactas y conscientes de s que mantengan sus culturas que puedan reivindicar derechos nacionales por haberse establecido en territorios norteamericanos antes de que stos formasen parte de los Estados Unidos (Glazer). Afirmar tal cosa supone ignorar la existencia de los indios norteamericanos, de los portorriqueos, de los nativos hawaianos o de los chamorros de Guam, entre otros. Como expuso Stephen Thernstrom, existe un considerable nmero de pueblos cuyos ancestros no vinieron a los Estados Unidos voluntaria o involuntariamente. Ms bien, los Estados Unidos vinieron a ellos en el curso de su inexorable expansin por todo el continente y por el Caribe y el Pacfico (Thernstrom, 1983, pg. 248).

    De hecho, Walzer y Glazer son conscientes de la existencia de estas minoras nacionales en los Estados Unidos y en otros pases del Nuevo Mundo. Probablemente, se limitan a establecer una generalizacin muy burda. Sin embargo, esta excesiva generalizacin no es algo inocuo y restringido a unos cuantos escritos acadmicos. Refleja y perpeta una larga historia de negacin de los derechos, e incluso de la propia existencia, de minoras nacionales en toda Amrica del Norte y del Sur, fundamentada en la consideracin de que se trata de pases de inmigrantes.

    Los representantes de los Estados Unidos en la Sociedad de Naciones y en las Naciones Unidas -as como los respresentantes de diversos pases sudamericanos, de Australia y Nueva Zelanda- han aducido una y otra vez que son pases de inmigrantes y que, por tanto, no tienen minoras nacionales. Cuando las Naciones Unidas adoptaron medidas para proteger dichas minoras (artculo 27 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos), diversos pases del Nuevo Mundo insistieron en que se aadiese una clusula afirmando que el artculo nicamente era aplicable en aquellos Estados donde existieran minoras, y proclamaron que, por consiguiente, el artculo no era aplicable en su caso. 11

    11. Sobre me panicular, vase O'Brien, 1987, pgs. 276-280; Claude, 1955, pg. 75; Lernec, 1991, pg. 16. En la actualidad, los delegados americanos en las Naciones Unidas han alcernada sus poscuras, cesalcando o ignorando la diferencia entre grupos inmigrantes y minoras nacionales cuando se oponan a la proceccin internacional de los derechos de las minocas. Algunas veces resaltaban que el pluralismo cnico es caracterscico de los Escados Unidos, puesco que es una nacin basada en la afluencia de inmigracin. Sin em'bargo, en otras ocasiones, aducan que su modelo de incegracin cnica debeca aplicarse en codos los pases, incluso en aquellos con minoras nacionales. Vase Sohn, 1981, pgs. 272, 279; McKean, 1983, pgs. 70-71, 142-143.

  • 40 Ciudadana mulciculmral

    Hasta hace muy poco esta postura ha protegido a los pases del Nuevo Mundo de! escrutinio internacional acerca del tratamiento de sus pueblos indgenas. Como resultado de ello, los derechos de los pueblos indgenas en las Amricas, Nueva Zelanda y Australia han sido violados con total impunidad. Brasil ha sido especialmente insistente a la hora de afirmar que no tiene minoras nacionales; lo cierto es que el casi total exterminio de sus tribus indias est peligrosamente cerca de ratificar dicha afirmacin.

    De hecho, la historia de ignorar las minoras nacionales en e! Nuevo Mundo est inextricablemente ligada con las creencias europeas acerca de la inferioridad de los pueblos indgenas que habitaban el territorio antes de la colonizacin europea. Hasta hace poco, eran considerados como pupilos o razas sometidas, carentes del desarrollo poltico necesario para ser considerados naciones, incapaces de autogobernarse y necesitados por ello de la proteccin paternalista de los superiores blancos. El derecho internacional tradicional no consideraba a las poblaciones indgenas sujetos de derecho internacional, por lo que los tratados firmados con ellas no se consideraban tratados conformes al derecho internacional, sino actos unilaterales vinculados a las leyes internas de cada pas. Estas actitudes racistas se estn desvaneciendo lentamente, aunque a menudo han sido sustituidas no por la aceptacin de los pueblos indgenas como naciones distintas, sino por e! supuesto de que son minoras raciales o grupos tnicos desfavorecidos, cuyo progreso exige integrarlos en el grueso de la sociedad. Si bien la poltica gubernamental hacia los indios ha abarcado un amplio espectro que engloba el genocidio, la expulsin, la segregacin y la asimilacin, la nica constante ha sido que los gobiernos nunca han reconocido verdaderamente a los pueblos aborgenes como pueblos distintos, con culturas diferentes, aunque no inferiores, a la propia .12

    Por tanto, resulta errneo decir que en e! Nuevo Mundo no hay minoras nacionales, ni siquiera a modo de burda generalizacin. La gnesis histrica de este supuesto tiene su origen en actitudes racistas hacia los pueblos indgenas, un supuesto que, adems, contina perpetuando la invisibilidad de su exigencia de justicia.

    La mayora de los pases americanos son multinacionales y politnicos, como la mayora de los pase"5dcl"mundo. Sin embargo, muy pocos pases estn preparados para admitir esta reaI1dad. En los Estados anidas, prctlcamente tode! mundo aCImite..sue el -e.as es poftnico, perodflcilmente

    12. Turpel, 1989-1990, pg. 33. Tamo la primera polcica bricnica como la ley norceamericana aplicaron a los indios el crmino naciones, algo que nunca escuvo acompaado de un genuino reconocimiemo de su soberana. Para el escams hiscrico de los pueblos indIgenas bajo el derecho imernacional, vase Barsh, 1983; Lerner, 1991, cap. 5; Thornberry, 1991, parto IV.

    Las polricas del m ulciculmralismo 41

    se acepta que es tambin multinacional y que sus minoras nacionales planteanw.vindicaciones 'concretas de derechos culturales y de aurogobierno. Por otra 'parte, hac~ tiempo que pases como Blgica y Suiza han reconociao que estn compuc:.stos por minoras acionales cuyos oeredios llOgisricos y exigencia de ~urogobierno ~eben respetarse. No obstantel.es resUlta embarazoso admitir que son cada vez ms pases politnicos y, como resultado de ello, sus nociones tradicionales de ciudadana no pueden acomodar plenamente a10s inmigrantes. Canad, con su poltica de multiculturalfsmo dentro de..unJIla;-o blinghe y su reconocimiento del derecho d~ los aborgenes al autog

  • 42 Ciudadana mulriculrural

    obvio es Alemania. La pertenencia a la nacin alemana se determina por los ancestros y no por la cultura. A consecuencia de ello, las personas tnicamente alemanas que han vivido toda su vida en Rusia, que no hablan una palabra de alemn, tienen derecho automtico a la ciudadania alemana, mientras que personas de etnia turca que han vivido toda su vida en Alemania y que estn completamente asimilados a la cultura alemana, no pueden obtener la ciudadana.

    La idea de nacin de los afrikaners en Sudfrica tambin se basa en los ancestros. Intentaron prohibir los matrimonios entre personas de distinta raza y excluyeron a los hijos de tales matrimonios (los mestizos) de sus vecindarios y organizaciones, pese a que la lengua y la cultura de los mestizos son esencialmente idnticas a la suyas propias. (Estas restricciones a la residencia, que presuntamente estaban destinadas a proteger la cultura afrikaner, nunca se aplicaron a los anglfonos blancos que no hablaban una palabra de afrikaa1'lJ.)

    Estos enEa ues de enenencia nacional basados en los ancestros tienen O notaciones d~aITlenK.cacisms y sonmanifi~tamente.lnjustos. De he

    cho, M de las pruebas de estar en presencia de una concepcin liberal de los derechos de las minoras es que sta define la pertenencia nacional en ttminos de integracin en una comunidad cultural y no en los ancestros.

    r-En principio, la p~ncia..nacionaldeberla estar abierta a todos aqueUQs que, independientem~n_t~ci~ S4 ta~a o su color, estI1 dis,Questos a aprender la lengua y a historia de la sociedad ya participar en sus instituciones 00lticas y sociales.

    - Algunas personas sugieren que una concepcin verdaderamente liberal de la pertenencia nacional debera basarse exclusivamente en la aceptacin de los principios polticos y los derechos democrticos, y no en la integracin en una cultura determinada. Suele decirse que esta concepcin no cultural de la pertenencia nacional es lo que distingue el nacionalismo cvico o constitucional de los Estados Unidos del nacionalismo tnico iliberal. Pero, como he sealado antes, esto es errneo. Los inmigrantes a los Esta

    grncin en una comunidad culruraL Debo sealar que la concepcin original exisrenre en el Canad francs defina la pertenencia en rrminos de ascendencia y que una importanre minora en el Quebec se adhiere a una versin modificada de dicha idea. En una encuesta de 1. 985, el 40 % de los encuesrados crean que cuanro ms tiempo arrs se hubiesen establecido los ancesrros en Quebec, ms quebequs se era; un 20 % sosrenan que los inmigranres no podan considerarse quebequeses. Esro indica que el desarrollo de la identidad quebequesa, desde los ancestros a la participacin en la sociedad francfona, es incompleco (Crere y Zylberberg, 1.991, pgs. 425-430; vase Lamoureux, 1991, pg. 59). Sin embargo, rodas los grandes partidos de Quebec, incluyendo el nacionalista Parti Qubcois, rechazan explciramente esra idea de perrenencia nacional basada en los ancestros.

    Las polricas del mulriculruralismo 43

    dos Unidos no slo deben comprometerse a aceptar los principios democrticos, sino que tambin deben aprender la lengua y la historia de su nueva sociedad. Lo que distingue a las naciones cvicas>, de las naciones tnicas no es la ausencia de todo componente cultural en la identidad nacional, sino, ms bien, el hecho de que cualquier persona puede integrarse en la cul tura comn, sea cual fuere su raza o su color. 15

    La inmigracin y la incorporacin de minoras nacionales son las dos .- - - .....----;;---;--;;---;::--......----;---=-----;:;-

    fuentes ms comunes de diversidad culrural en los Estados mod~os. Estas dos caeg-ras amplias son aplicables a otros pases, por lo que la mayo

    ra de grupos culturales pueden situarse en uno u otro de ambos campos. Pero, naturalmente, no todos los grupos etnoculturales se adaptan clara y totalmente a ellos. Concretamente, la situacin de los afroamericanos es bastante distinta. No se ajustan al modelo de los inmigrantes voluntarios,

    0})habida cuenta de que fueron a Amrica involuntariamente como esclavos, y tambin porque se les impidi integrarse (en lugar de estimularles a hacer Clo) en las instituciones de la-cultura mayoritaria (pinsese, por ejemplo, en la segregacin racial, las leyes contra el entrecruzamiento de razas y la alfabetizacin). Tampoco se ajustan al modelo de minora nacional, puestO que no tienen una tierra natal en Amrica o una lengua histrica comn. Proceden de diversas culturas africanas, con diferentes lenguas, y, adems, no se hizo ningn intento de mantener juntas a las personas que tenan un sustrato tnico comn. Por el contrario, desde el principio se dispers a las personas pertenecientes a la misma cultura (e incluso a la misma familia) por toda Norteamrica. Adems, se les prohibi legalmente cualquier intento de recrear su propia cultura (por ejemplo, todas las formas de asociacin negra, excepto las Iglesias, eran ilegales).

    15. Para ejemplos de esre frecuenre equvoco sobre el conrraste enrre el nacionalismo cvico y el nacionalismo rnico, vase Habermas, 1992; Ignarieff, 1993; Pfaff, 1993, cap. 7; Walzer, 1992d. Discuro esto en Kymlicka, 1995a. Una de las razones de esre malemendido surge de una lectura errnea de la historia de los estadounidenses. En la poca de la Revolucin, la abrumadora mayora de los habiranres del pas compartan la misma lengua, lireratura y religin que los ingleses, la nacin conrra la que se acababan de rebelar. A fin de desarrollar un senrimienro especfico de nacionalidad, los esradounidenses subrayaron dererminados principios polfticos -libertad, igualdad, democracia- que haban jusrificado su rebelin. De ah infieren algunas personas que el nacionalismo estadounidense es ideolgico ms que culrural (Gleason, 1982, pg. 59; Pfaff, 1993, pg. 162). Se rata, empero, de un error. Los esradounidenses, como en gran medida los ingleses, conci

    bieron la pertenencia nacional en trminos de participacin en una culrura comn. Natural.menre, el nfasis en los principios polricos afect a la naturaleza de esta cultura comn y, por ranro, dio a la idenridad nacional estadounidense un carcrer especficamente ideolgico que no se encuentra en Inglarerra o en otras sociedades colonizadas por los ingleses. La ideologa configura, pero no susticuye, el componenre cultural de la idemidad nacional. La idea de una definicin puramente no cultural dd nacionalismo cvico no es plausi

  • 44 Ciudadana multicultural

    As pues, la situacin de los afroamericanos es muy inusual. 16 No se les permiti integrarse en la cultura dominante, ni tampoco se les permiti mantener sus lenguas o culturas de origen o crear nuevas asociaciones e instituciones culturales. No tenan su propia patria O territorio y, con todo, fueron segregados fsicamente.

    Existen varias tentativas de redefinir a los afroamericanos, bien como un gtupO inmigrante, bien como una minora nacional. Algunos afroamericanos, escpticos ante la posibilidad de integracin, adoptaron el lenguaje del nacionalismo y aspiraron a alguna forma de autogobierno territorial. La idea de crear un Estado negro en el Sur tuvo cierto arraigo en los aos treinta (fue incluso respaldado por el Partido Comunista estadounidense) y resurgi brevemente en los aos sesenta. Nunca fue, empero, una idea realista: negros y blancos estn entremezclados en todo el Sur y, adems, los afroamericanos ya no estn concentrados en el Sur, puesto que se han trasladado a todos los lugares del pas. Por tanto, no existe ningn Estado en el que los afroamericanos constituyan una mayora.

    En cualquier caso, la mayor parte de los negros no tienen ni desean una identidad nacional especfica. Consideran que tienen derecho a la plena participacin en la nacin estadounidense, aun cuando los blancos les nieguen injustamente ese derecho de nacimiento; por tanto, han luchado por la plena e igual participacin en la sociedad global. Para lograrlo, muchos liberales estadounidenses han credo que poda adaptarse a los afroamericanos el modelo de integracin de los inmigrantes; de hecho, se era el supuesto esencial del movimiento de los derechos civiles. No obstante, tambin ha quedado demostrada la irrealidad de dicho supuesto, habida cuenta de las profundas diferencias histricas entre los inmigrantes voluntarios y los afroamericanos. De ah que cada vez sea ms comn aceptar que se necesita un nuevo modelo de integracin. l7

    ble, y muchas veces lleva a contradicciones. Vase, por ejemplo, el concepto habermasiano de patriotismo constituciona]", que parece implicar que la ciudadana debera ser independiente de caractersticas etnoculturales o histricas concretas como la lengua y, al mismo tiempo, que una lengua comn es indispensable para la democracia (vase Habermas, 1992, pgs. 6-7, 16-17; 1993, pgs. 144-148; y la discusin en Bader, 1995).

    16. Por supuesto, en algunos pases de Amrica Central y de Sudamrica los negros tienen una historia de esclavitud similar, aunque no la misma historia de segregacin tras el perodo de esclavitud. Un caso vagamente relacionado es el de los trabajadores indios y chinos con contrato de aprendizaje (los coolies) que llevaron los colonos ingleses a diversas colonias africanas y asiticas. No se prevea (ni se permita) que se integrasen en la sociedad colonial ni tampoco fueron bien recibidos por la mayora indgena. Como resultado de ello, tuvieron un estatus muy precario, que muchas veces empeor con la descolonizacin (por ej,emplo en Fidj.i; vase Carens, 1992).

    17. Sobre el nacionalismo negro, vase Pinkney, 1976; Stone, 1976; Glazer, 1983, pgs. 277-278. Para ejemplos sobre el supuesto liberal segn el cual la poltica pblica

    Las polticas del multiculturalismo 45

    As pues, no cabe confiar en que las polticas que resultan adecuadas para los inmigrantes voluntarios o las minoras nacionales sean adecuadas para los afroamericanos, o viceversa. Sera, por el contrario, bastante sorprendente que las mismas medidas fueran apropiadas en todos los contextos. Pese a todo, como argumentar en el captulo 4, un sorprendente nmero de po!itlogos estadounidenses de posguerra han partido de este supuesto.

    Existen otros grupos culturales que no se ajustan claramente a las categoras de minoras nacionales o de inmigrantes voluntarios. Por ejemplo, hay refugiados que, al igual que los inmigrantes, vinieron individualmente o con sus familias, pero no de forma voluntaria. Existen tambin grupos de inmigrantes que vinieron voluntariamente, pero slo porque se les prometi que se les permitira recrear su propia comunidad, separada y con autogobierno (como, por ejemplo, los hutteritas en Canad). Y, a la inversa, con el transcurso del tiempo algunas minoras se han dispersado o han perdido poder y, tambin, la capacidad de autogobernarse. En los captulos 5 y 8 abordar stos y otros casos complejos.

    Si se toman en consideracin estos casos complejos y otras reas grises, podra parecer inadecuado intentar desarrollar una teora de los derechos de las minoras que ponga el nfasis en la distincin entre grupos tnicos y minoras nacionales. Quiz deberamos pensar, por el contrario, que todos estos grupos forman un continuum. No obstante, menudean los casos ntidos de inmigrantes voluntarios y minoras nacionales. De hecho, un reciente estudio panormico de los conflictos emonacionales en el mundo concluy que la mayora de grupos involucrados estaban incluidos en los dos modelos bsicos que acabo de comentar. 18 Por otro lado, establecer una

    puede ayudar [a los afroamericanosJ a entender y a adoptar el modelo de las minoras inmigrames y, de esta manera, convertirse en el mismo tipo de grupo en el que se han convertido los grupos tnicos europeos, vase Ogbu, 1988, pgs. 164-165; Glazer, 1983, pg. 184; Walzer, 1982, pg. 27. (Las citas son de Ogbu y Glazer, respectivamente.) Para el reconocimiento de que una integracin con xito debe comprender algunos elementos especficos de compensacin histrica, accin positiva e instituciones separadas (no territoriales), vase Brown-Scott, 1994. Sobre la identidad dividida de los afroamericanos, vase Gutmann, 1993, pgs. 185-187.

    18. Segn Gurr, los grupos minoritarios involucrados en conflictos tnicos pertenecen a las dos categoras principales: grupos regionalmente concentrados que perdieron su autonoma ante Estados expansionistas, pero que an conservan algunas de sus caractersticas culturales y lingsticas y quieren proteger o reestablecer algn grado de existencia poltica separada (o sea, minoras nacionales); y grupos que han definido su estatus socioeconmico o poltico dentro de una sociedad ms grande -basndose en alguna combinacin de su etnicidad, origen inmigrante, roles econmicos o religin- y que estn interesados en proteger o conservar dicho estatus (esto es, grupos tnicos); vase Gurr, 1993, pg. 15.

  • 46 Ciudadana multicultural

    teora de los derechos de las minoras tiene tambin un valor aadido: su proyeccin de futuro. Los casos complejos con que hemos de habrnoslas en la actualidad surgieron a menudo de injusticias e inconsistencias pretritas. Creo que una poltica de inmigracin ms equitativa y coherente servira, con el tiempo, para evitar tales casos complejos. Volver a ocuparme de ello en el captulo 5.

    2. TRES FORMAS DE DERECHOS DIFERENCIADOS EN FUNCIN DEL GRUPO

    Prcticame~todas l~d~~ciP.Lliberales son multinacionales o poTier:'iCas, o bi~ ambas cosas a la vez. El