La gran pregunta:¿Quién soy yo?

Introducción: ¿Quién no se ha preguntado alguna vez esa pregunta? Cuando éramos pequeños, la gente de la calle nos preguntaba ¿quién eres

tú?, nosotros muy contentos y decisivos respondíamos nuestro nombre completo, claro, ¿quién íbamos a ser sino?

Pero ahora que hemos llegado a la parte de la vida en que nos paramos a pensar y no somos tan impulsivos, nos damos cuenta que esa pregunta esconde mucho más de lo que nosotros pensábamos porque, ¿quién soy yo realmente?, ¿para qué he venido a este mundo? Pues a continuación, explicaré algunas pausas para saberlo.

La psicología en el proyecto de una sociedad justa. Primero empezaremos con la psicología (ciencia que estudia la actividad

mental y el comportamiento de las personas), parece mucha teoría pero la psicología nos ayuda en muchos aspectos de nuestra vida para conocernos a nosotros mismos, qué nos gusta, como nos vemos, e incluso lo que podemos elegir en nuestro futuro, puesto que, la adolescencia es ese período, en el que elegimos qué ser de mayores y seguramente que nadie se quiere equivocar, y esa es la función de la psicología y nos conozcamos y elijamos en camino correcto.

La psicología en el proyecto de una sociedad justa. A continuación, está la personalidad (modo estable de una persona de

pensar, sentir y comportarse), muchas de las cualidades que nos definen a nosotros y a nuestros compañeros está ligado a esto, como el optimismo y el pesimismo.

Pero ¿realmente elegimos nuestra personalidad?, pues sinceramente no, puesto que hay tres tipos: Personalidad recibida, es aquella que poseemos desde pequeños porque

forma parte de la genética, aunque se puede modificar con el tiempo Personalidad aprendida, es la que vamos aprendiendo y adoptando a lo

largo de la vida, primero padres y más tarde en el trabajo y también está relacionada con nuestras experiencias.

Personalidad elegida, también podemos elegirla como he dicho en la pregunta, pero como vemos esta es una de las menos relevantes. Esta personalidad se refiere a que somos libres para elegir lo que queramos hacer en cada momento o qué queremos elegir.

La propia identidad

Todos, necesitamos desde pequeños ser queridos y aceptados en grupos, porque los seres humanos somos muy sociales y nos sentiríamos extraños sin gente alrededor. Por eso, existen diferentes identidades, muy ligadas a la personalidad, que nos incluyen en diferentes grupos: La identidad sexual: es aquella que obtenemos desde pequeños, porque

nacemos hombres o mujeres. Pero la igualdad a lo largo de los años, prioritariamente las mujeres estaban por debajo del hombre, pero actualmente , afortunadamente, se consideran igual a los hombres y a las mujeres, puesto que ambos son personas, aunque esto todavía no es aceptado por todo el mundo. También una cosa que no es aceptada en muchas personas, es la homosexualidad, yo creo que no podemos juzgar a nadie por quién quiere, porque al fin y al cabo es una persona y es libre de querer a quien el crea conveniente.

La propia identidad La identidad religiosa, la religión es unos de los grandes grupos a los

que decidimos si pertenecer o no, y debido a su importancia los derechos humanos defienden, que cada persona puede tener la religión que desee y los miembros de cada religión deben respetarse.

La identidad nacional, nos sentimos relacionados con una determinada lengua, cultura tradición y todo esto hace que pertenezcamos de una comunidad nacional. Esto provoca en nosotros que tengamos una cierta responsabilidad con nuestro país porque pertenecemos a él y queremos que sea lo mejor posible.

La identidad humana, como seres humanos pertenecemos a ella, lo que permite que tengamos unos derechos y deberes como tales que no se pueden pasar por alto así como así.

La afirmación de uno mismo Para ello debemos conocernos a nosotros mismos, ya que nos permite

saber como actuar ante la realidad, lo más adecuadamente posible según la experiencia y sobre todo nos permite crear nuevas posibilidades, es decir, que cuando hagamos algo en lo que no nos sentimos bien, no tenemos que estar todo el rato repitiéndolo, sino actuar y corregir los posibles errores, y aprender de ello, al igual; que si haces algo bien debes aplaudirte por ello, Para conocernos mejor sobre nuestras cualidades y posibilidades deberíamos preguntarnos y reflexionar sobre estas preguntas: ¿Cuáles son mis mejores cualidades? Y ¿cómo podría amentarlas? ¿Cuáles son mis peores defectos? Y ¿cómo podría disminuirlos?

La afirmación de uno mismo La asertividad es otra capacidad muy importante que consiste en exponer

nuestras ideas y opiniones de una manera justa, nada violenta, y confiando en que eso está bien, puesto que es lo que nosotros pensamos y no podemos dejarnos llevar por los demás, aunque también hay que estar abierto a otras opiniones. Para conseguir esto hay una serie de pasos: Dejar que los demás sepan cómo nos sentimos y lo que pensamos,

para poder exponer nuestro punto de vista. Saber decir no, es decir, saber imponerse a algo que tú no quieres hacer

y los demás deben respetarlo porque es tu opinión. Saber defender nuestros propios derechos, y de los demás que es a lo

que se le llama: la conciencia de nuestra propia dignidad y de las otras personas. Esto es a lo que nos lleva a las verdaderas personas del futuro, aquellas que defienden y respetan a las demás personas como se hacen respetar ellas mismas de una forma pacífica.

El mejor proyecto Para alcanzar la felicidad debemos elegir como hemos comentado

anteriormente el proyecto más correcto, el cual es una creación personal, porque tenemos nuestros propios sueños. A su vez podemos distinguir diferentes proyectos: Un proyecto político: ya que las constituciones reconocen el “derecho a

la felicidad” y por ello intentan facilitarlo. Un proyecto de vida: cada uno de nosotros tenemos la felicidad

eligiendo diferentes cosas a lo largo de la vida como son la profesión o formar una familia.

Unos valores éticos: este proyecto que hemos creado deben respetar los derechos de los demás y, por supuesto, humanos.

La felicidad está compuesta por dos componentes: El bienestar, sentirnos bien con los demás y con nosotros mismos a la

vez que protegidos. Experimentar que progresamos, es decir, que veamos que somos

capaces de hacer muchas cosas, porque cada uno de nosotros es importante e insustituible.

El mejor proyecto Ya hemos conocido que nuestra felicidad la podemos conseguir mediante

un diseño y un trabajo por un proyecto `personal, aunque esto no nos asegura que lo consigamos o incluso que no cambiemos de opinión en un futuro aunque nos sintamos bien actualmente, pero también en nuestra felicidad hay que tener en cuenta a los demás: Ser compatible con la felicidad de los demás. Nuestra felicidad no puede

basarse en aprovecharse de otros, puesto que le estamos haciendo la vida imposible y ellos también tienen derecho de conseguir su felicidad.

Ser cooperador con la felicidad de los demás, es decir, que nosotros también ayudemos a los de nuestro alrededor a conseguir su felicidad como nosotros queremos conseguirla.

El miedo y la valentía El miedo es uno de los sentimientos que más nos condicionan en nuestra

vida, pero, sin embargo, debemos a aprender a convivir con él aunque no sea fácil, porque la vida son unos segundos y no podemos vivir condicionados.

Podemos distinguir dos tipos de miedo: el lógico, que es aquel que nos advierte de un peligro real para librarnos de él; y el otro es el irracional, los cuales son muy persistentes porque no responden a un peligro real, sino uno inventado por nuestra mente. Para enfrentarse a este último debemos seguir una serie de pasos: Enfrentarse al miedo. No somos nuestro miedo. Cuando identificamos un

tipo de miedo así no debemos guardarlo que es lo que hacemos, sino contarlo y pedir ayuda a la gente de alrededor.

Ser realistas. Saber que es una invención de nuestra mente y reconocerlo. Reconocer la situación. No dejar que nos invada nuestra conciencia. Fortalecerse, con ejercicio para aprender a aguantar el cansancio o el

malestar. Hablar con nosotros mismos. Para darnos animos y decidnos que nosotros

podemos contra eso. Buscar apoyos. Es difícil combatir el miedo solos, por lo que debemos

buscar ayuda en las personas de nuestro alrededor.

El miedo y la valentía Mientras que el miedo es un sentimiento, la cobardía y la valentía es una

forma de actuar. Como hemos visto el miedo muchas veces no podemos evitarlo, sin embargo, si podemos elegir entre si actuar como valientes o como cobardes. Para ello deberíamos tener en cuenta que la cobardía es la gran aliada del miedo, es decir, la falta de ánimo o de valor, mientras que la valentía es el gran enemigo del miedo y, por lo tanto, todo lo contrario a la cobardía.

Finalmente:Mi trabajo ha terminado, espero que os haya ayudado a

conoceros algo más y con el último apartado, a saber que no debemos ser cobardes frente al miedo sino combatirlo. Espero que os haya gustado.