CIENCIA Y TERRITORIO 60 años - INTA...

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Año XIV # 169. Diciembre 2016. ISSN: 2362-5287 La calidad institucional y el trabajo en los territorios consolidan el reconocimiento del INTA en la Argentina y en el mundo. 60º ANIVERSARIO “El INTA promueve la participación para fortalecer los territorios” A lo largo de los años, la calidad institucional marcó la trayectoria del INTA y, sumado al trabajo en los territorios, hoy cimienta su reconocimiento en la comunidad argentina e internacional. En esa línea, su estructura cuenta con consejos asesores a escala local, regional y nacional, donde más de 2.000 representantes del sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial participan en el diseño de políticas de investigación y extensión. “Los consejos son parte del gobierno del INTA y permiten que más de 2.000 referentes agropecua- rios y científico-académicos tengan poder real en la definición de la política institucional”, señaló Héctor Espina, director nacional del organismo, quien agregó: “Esto distingue al instituto y es una fortaleza que apreció el presidente de la Nación en su visita a Castelar cuando afirmó que el secreto del INTA es la participación”. Con el objetivo de profundizar el desarrollo nacio- nal, Espina sostuvo que “el INTA promueve la participación para fortalecer los territorios”. Se trata de “llevar adelante estrategias diferenciadas que aborden las realidades productivas, siempre basadas en marcos de articulación que aprovechen capacidades y recursos”, planteó. CALIDAD INSTITUCIONAL Para Pablo Paillole, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Federación Agraria Argentina, la existencia de los consejos “es un atributo que hace particular al INTA y lo destaca entre las institucio- nes del Estado”. Con relación a su tarea, describió: “El consejero recorre las distintas unidades del INTA para conocer las inquietudes de técnicos y productores, que son evaluadas en las entidades y trasladadas a las reuniones de consejo directivo”. De acuerdo con Paillole, “los desafíos actuales del INTA están vinculados con los fundacionales: desa- rrollo tecnológico que contribuyan a sistemas agropecuarios competitivos, sustentables y con inclusión social”. No obstante, remarcó la impor- tancia de “elaborar políticas públicas que brinden apoyo a los agricultores familiares, impulsen procesos de agregado de valor en origen y eviten la concentración productiva”. Por su parte, Bruno Quintana, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Sociedad Rural Argentina, señaló que “el control social en las instituciones es una necesidad del país”. “Todas las miradas que participan del consejo configuran un abanico de distintas ideas que convergen en el futuro”, acentuó. En materia de innovación, Quintana explicó que “el INTA debe acompañar el hoy, pero estar un paso adelante e investigar áreas estratégicas para el futuro”. Asimismo, valoró el compromiso para llevar a cabo procesos de desarrollo en las comuni- dades: “El sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, muy presentes en el instituto, consolidan una capacidad de reacción que permite intervenir en diferentes problemáticas y escalas productivas”. Lo aseguró Héctor Espina, director nacional del organismo, en referencia a los más de 2.000 representantes públicos y privados que inter- vienen en la política institucional. Además, destacó el vínculo con actores locales y regionales para impulsar estrategias de desarrollo. CIENCIA Y TERRITORIO 60 años de liderazgo Desde 1956, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA– trabaja en líneas tecnológicas que brindan soluciones a problemáticas regionales, marcan el futuro en investigación y tienen llegada directa a más de tres millones de personas. Pionero en articulación públi- co-privada y con presencia en más de 400 puntos de la Argentina, el instituto genera innovaciones que motorizan el sistema agroindustrial, mejoran la calidad de vida y logran posicionamiento internacional.

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Gerencia de Comunicación e Imagen Institucional, INTA. Chile 460 2º piso, CABA. (011) 4339-0600.Directora: Camila Pía Gandía - Editora responsable: Daniela Novelli - Imprenta: Erre Gé & Asoc. C. Muzilli 5420 (1440) CABA.

Año XIV # 169. Diciembre 2016. ISSN: 2362-5287

La calidad institucional y el trabajo en los territorios consolidan el reconocimiento del INTA en la Argentina y en el mundo.

CUYO“La historia del INTA en San Juan es bastante larga y prolífica. Se destaca el trabajo en producción de semillas hortícolas y en vitivinicultura, área para la que no sólo desarrolla propuestas tecnológicas, sino que además integra las mesas regionales que inter-vienen en la definición de políticas públicas para la cadena. La EEA tiene una presencia auditiva en el pueblo y le marca el ritmo con la sirena que suena a las 8 de mañana, al mediodía y al finalizar la tarde”.Maximiliano Battistella, 41, ingeniero agrónomo, director de la EEA San Juan, ubicada en Villa Aberas-tain, departamento de Pocito.

“Ingresé a la institución a los 18, luego de egresar del colegio secundario, cuando me presenté a un concurso de auxiliar administrativo en la EEA La Consulta, mi pueblo natal. Sé que la realidad de nuestro país será mucho mejor si el INTA prosigue con su labor: los aportes que hace por la conserva-ción del ambiente, la seguridad alimentaria y la inversión en investigación y extensión son funda-mentales para que tengamos un futuro más prometedor”.Silvia Alejandra Neila, 44, jefa de Apoyo Administrati-vo, Centro Regional Mendoza-San Juan.

“Le tengo un gran respeto a este instituto, me dio la posibilidad de crecer intelectual y espiritualmente, como así también de formar una hermosa familia. Ingresé en 1972 y, a futuro, lo veo con mucha expectativa, sobre todo con la llegada de esos jóvenes, profesionales, técnicos y de apoyo que son el engranaje fundamental para continuar engran-deciendo a nuestro querido INTA”.Juan Carlos Fuentes, 67, técnico agrario y enólogo, ayudante del laboratorio de Protección Vegetal de la EEA Rama Caída, Mendoza.

60º ANIVERSARIO

“El INTA promueve la participación para fortalecer los territorios”

A lo largo de los años, la calidad institucional marcó la trayectoria del INTA y, sumado al trabajo en los territorios, hoy cimienta su reconocimiento en la comunidad argentina e internacional. En esa línea, su estructura cuenta con consejos asesores a escala local, regional y nacional, donde más de 2.000 representantes del sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial participan en el diseño de políticas de investigación y extensión.

“Los consejos son parte del gobierno del INTA y permiten que más de 2.000 referentes agropecua-rios y científico-académicos tengan poder real en la definición de la política institucional”, señaló Héctor Espina, director nacional del organismo, quien agregó: “Esto distingue al instituto y es una fortaleza que apreció el presidente de la Nación en su visita a Castelar cuando afirmó que el secreto del INTA es la participación”.

Con el objetivo de profundizar el desarrollo nacio-nal, Espina sostuvo que “el INTA promueve la participación para fortalecer los territorios”. Se trata de “llevar adelante estrategias diferenciadas que aborden las realidades productivas, siempre basadas en marcos de articulación que aprovechen capacidades y recursos”, planteó.

CALIDAD INSTITUCIONAL

Para Pablo Paillole, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Federación Agraria Argentina, la existencia de los consejos “es un atributo que hace particular al INTA y lo destaca entre las institucio-nes del Estado”. Con relación a su tarea, describió: “El consejero recorre las distintas unidades del INTA para conocer las inquietudes de técnicos y productores, que son evaluadas en las entidades y trasladadas a las reuniones de consejo directivo”.

De acuerdo con Paillole, “los desafíos actuales del INTA están vinculados con los fundacionales: desa-rrollo tecnológico que contribuyan a sistemas agropecuarios competitivos, sustentables y con inclusión social”. No obstante, remarcó la impor-tancia de “elaborar políticas públicas que brinden apoyo a los agricultores familiares, impulsen procesos de agregado de valor en origen y eviten la concentración productiva”.

Por su parte, Bruno Quintana, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Sociedad Rural Argentina, señaló que “el control social en las instituciones es una necesidad del país”. “Todas las miradas que participan del consejo configuran un abanico de distintas ideas que convergen en el futuro”, acentuó. En materia de innovación, Quintana explicó que “el INTA debe acompañar el hoy, pero estar un paso adelante e investigar áreas estratégicas para el futuro”. Asimismo, valoró el compromiso para llevar a cabo procesos de desarrollo en las comuni-dades: “El sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, muy presentes en el instituto, consolidan una capacidad de reacción que permite intervenir en diferentes problemáticas y escalas productivas”.

Lo aseguró Héctor Espina, director nacional del organismo, en referencia a los más de 2.000 representantes públicos y privados que inter-vienen en la política institucional. Además, destacó el vínculo con actores locales y regionales para impulsar estrategias de desarrollo.

CIENCIA Y TERRITORIO

60 añosde liderazgoDesde 1956, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA– trabaja en líneas tecnológicas que brindan soluciones a problemáticas regionales, marcan el futuro en investigación y tienen llegada directa a más de tres millones de personas. Pionero en articulación públi-co-privada y con presencia en más de 400 puntos de la Argentina, el instituto genera innovaciones que motorizan el sistema agroindustrial, mejoran la calidad de vida y logran posicionamiento internacional.

PRESENTE Y FUTURO

Voces intianas

NEA“En mi vida, el INTA es un desafío permanente y un orgullo inmenso. Es el equipo de directores de unidades, los compañeros del Centro Regional, los consejeros y, sobre todo, cada una de las casi 500 personas que diariamente hacen su aporte a las familias de los productores de Chaco y de Formo-sa. Por eso, uno de los mejores valores del INTA es el alto grado de compromiso, evidenciado a lo largo de 60 años, con el desarrollo de nuestro sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial”.Diana Piedra, 46, ingeniera agrónoma, directora del Centro Regional Chaco-Formosa.

PATAGONIA“Hace casi 30 años que soy extensionista y, desde ese rol, considero que es fundamental estar cerca de los productores, acompañarlos, asesorarlos, compartir sus experiencias y trabajar junto con ellos, siempre destacando el saber local y contribu-yendo a resolver sus problemáticas. A futuro, veo a un INTA con el potencial necesario para adecuarse a los cambios de escenario y posicionarse como un actor relevante en el desarrollo del sector producti-vo agropecuario de cada región”.Roberto Álvarez, 58, especialista en Desarrollo Rural, jefe de la AER Puerto San Julián, Santa Cruz.

“El INTA es el resguardo tecnológico que tiene todo productor, cuando se le presentan dudas sobre manejo productivo. Es el lugar donde es posible acceder a un técnico que tiene una respuesta y que si no la tiene, la buscará en la estructura funcional para resolver el problema tecnológico que se le plantea”.Raúl Horacio Oñate, 51, ingeniero agrónomo, produc-tor agropecuario, asesor de dos grupos Cambio Rural en General Conesa, Río Negro.

PAMPEANA“El crédito de estas seis décadas es suficiente argu-mento para que, a futuro, la visión del INTA se fortalezca con la gestión e incorporación de líneas de trabajo estratégicas para las demandas del país. Con relación a la profesión, el instituto me permi-tió desarrollar capacidades que quizás en ningún otro espacio hubiera tenido tal multiplicidad, y justo en años donde la revolución de las tecnolo-gías de comunicación pone a prueba permanente-mente nuestro trabajo para hacerlo más eficiente”.Andrés del Pino, 54, periodista, comunicador en la EEA Marcos Juárez, Córdoba.

“El equipo interdisciplinario de la agencia no sólo aborda cuestiones técnicas en producciones de diferente escala, sino que también trabaja con emprendedores de la economía social en temas de género, producción familiar, entre muchos otros. También promovemos el vínculo con los munici-pios de la región y logramos que la articulación sea cada vez más estrecha”.Carlos Barreto, 44, ingeniero agrónomo, jefe de la AER Concordia, Entre Ríos.

“Rosita está en un sector especial de la EEA. Duran-te el día, le abro para que esté en un espacio más grande y le limpio la cabaña. Antes de irme, la encie-rro de nuevo y enciendo el sistema de alarma para que esté protegida. Cuando nació, fue muy rápido, porque había dos vacas a punto de dar a luz: una preñada de mellizas que estaban muertas al momento del parto y la mamá de Rosita, a la que inmediatamente los técnicos le hicieron una cesárea para que nazca. Hoy tiene 5 años y 7 meses”.Carlos Alberto Lobato, 69, ayudante de campo en el Grupo de Reproducción Animal de la EEA Balcarce, Buenos Aires, y responsable de cuidar a Rosita Isa, el primer bovino doble transgénico del mundo que produce leche con proteínas humanas.

“El INTA brinda oportunidades para que los inves-tigadores se capaciten, crezcan y logren presencia internacional. A futuro, el instituto seguirá ofreciendo mejoras tecnológicas y apostará a crear un parque tecnológico donde pueda haber empre-sas público-privadas, que desarrollen innovacio-nes. Lo veo, como siempre, muy comprometido con el sector productivo y con la sociedad”.Viviana Parreño, 47, viróloga, investigadora Instituto de Virología del INTA y del Conicet.

Bien conocido entre quienes integran el INTA, este gentilicio logra consolidarse gracias al sentido de pertenencia que más de 7.600 trabajadores comparten día a día en todas las regiones del país, muchas veces sin conocerse entre sí y divididos por largas distancias. Desde una multiplicidad de roles, el aporte de cada uno contribuye a mejorar las realidades territoriales.

NOA“Los libros se queman a medida que uno sube a la Puna. Allí, es muy complicado hacer investiga-ción, porque las inclemencias climáticas perjudi-can el desarrollo de los cultivos y los suelos tienen muy bajo nivel de materia orgánica. Aun así, logramos seleccionar cuatro genotipos de quinua, que se multiplican a través de una red nacional, y llevar adelante ensayos de pasturas con buenos resultados productivos”.Darío Castro, 54, ingeniero agrónomo, investigador en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Abra Pampa, Jujuy.

“La agencia de Seclantás está en un pueblito de no más de dos calles y es la única presencia del Estado en muchas de las comunidades. Para noso-tros, es muy importante sostenerla, porque es la posibilidad de transformar al INTA en un instituto de desarrollo: el desarrollo implica una integrali-dad que incluye y trasciende el acceso a la tecnolo-gía. En este trabajo, los Proyectos Regionales con Enfoque Territorial (PRET) permiten generar innovación donde nacen las necesidades reales”.Paula Olaizola, 40, veterinaria, coordinadora del PRET Valles Áridos, Agencia de Extensión Rural (AER) Seclantás, Salta.

El INTA trabaja por el futuro

El INTA está cerca de la comunidad

El INTA mejora la calidad de vida

añosde innovación

tecnológica

para la

competitividad

y el desarrollo

rural sustentable

Protagonista del desarrollo argentino

Con el objetivo de multiplicar

el desarrollo equitativo de las

regiones, el INTA lleva ade-

lante programas y proyectos

que promueven el asociati-

vismo y el agregado de valor

en emprendimientos de dife-

rente escala.

El vínculo entre investigación y extensión per-

mite obtener desarrollos, cuya aplicación tiene

impacto en la salud humana. Se destacan el di-

seño de alimentos funcionales; la creación de

un bioinsecticida para controlar el dengue y el

aporte en un tratamiento contra el HIV-Sida.

Calidad de los avances en investigación

Cobertura territorial en las 5 regiones

Tecnologías que trascienden el agro

Vinculación yarticulación público-privada

Llegada a productores ycomunidades

Desarrollos en salud y alimentación

Posicionamiento de la tecnología INTA en el mundo

Aportes a laseconomíasregionales

Investigación en alimentos funcionales

Competitividadagrícola

Trigo mejorado con germoplasma mexicano.Registro de los primeros híbridos de maíz.Arroz Puitá INTA, resistencia y alto rinde.Híbridos de girasol con amplia difusión.Ensayos de rotaciones y tipos de labranza.Estudios de calidad de cereales y oleaginosas.Evaluación de cultivares a campo.

Cultivos industriales y forestales

Primeras variedades de algodón inscriptas.Desarrollo y adaptación de cultivares de yerba mate.Acuerdos de vinculación para mejoramiento de maní.Clones de té: puesta a punto de la técnica.Buenas prácticas que conservan el bosque nativo.Manejo silvícola para producir madera de alto valor.Mapeos de zonas con aptitud forestal.

Producciónanimal

Creación de la vacuna contra aftosa.Técnicas para controlar tuberculosis bovina.Desarrollo de sistemas silvopastoriles.Tecnologías para aumentar la producción porcina.Mejoramiento de razas ovinas y avícolas.Análisis de .Pruebas experimentales en tambo robotizado.

Tecnologíasagropecuarias

Desarrollo de la siembra directa.poscosecha.

Agricultura y ganadería de precisión.Evaluación de tecnologías de riego.Maquinarias adaptadas a la pequeña escala.Maquinarias para producciones regionales.Plataformas con información agroclimática.

Agroindustria

Apoyo a productores que agregan valor en origen.Clústeres en las cadenas agroalimentarias.Análisis de los circuitos de comercialización.Asociativismo para generar empleo local.Aprovechamiento de subproductos.Manejo de efluentes para bioenergía. Capacitación del personal tambero.

Recursos genéticosy biotecnología

Ternera clonada que produce leche maternizada.Secuenciación de genomas de cultivos.Desarrollo de eventos transgénicos.Banco de germoplasma.Recuperación de especies ancestrales.

de variedades de cítricos.Obtención de bioinsumos.

Territorios y agricultura familiar

Clubes 4 A y Clubes Hogar Rural.Transferencia de tecnologías.Cambio Rural: pequeños y medianos productores.ProHuerta: autoproducción de alimentos.Desarrollo de innovación en agricultura familiar.Tecnologías para agricultura urbana y periurbana.Espacios alternativos de comercialización.

Recursos naturales y gestión ambiental

Desarrollos tecnológicos en energías renovables.Cartografía de suelos de las regiones del país.Gestión de sistemas agroecológicos extensivos.Manejo sustentable de campos erosionados.Recuperación de zonas degradadas por petróleo.Monitoreo de áreas con .Conservación de la biodiversidad autóctona.

PASADO, PRESENTE Y FUTURO

EN NÚMEROS

Más de

personas son beneficiadas en forma directa por proyectos del instituto.

3.000.000Más de

unidades aseguran la presencia del INTA en todo el país.

400Más de

empleados integran los equipos de apoyo, técnicos y profesionales.

7.600Más de

artículos científicos se publicaron entre 2013 y 2016.

5.600Más de

gestiones de patentes multiplican el desarrollo tecnológico.

150

personas trabajandoSede CentralCentros RegionalesCentros de InvestigaciónEstac. ExperimentalesInstitutosUnidades de Extensión

Creado en 1956, el INTA genera tecnologías que potencian la competitividad de las cadenas productivas, funda-mentales para las economías regionales del país, y garantizan la sustentabilidad de territorios urbanos y rurales.

Leche con mayor nivel de CLA natural

Aditivo en polvo basado en probióticos

Queso enriquecido con

antioxidantes naturales

Huevos con omega 3

Por Amadeo NicoraPresidente del INTA

Recuerdo el momento que marcó mi interés profesional en el INTA. Fue en los 70, mientras estudiaba ciencias veterinarias en Corrientes, cuando un periodista que escribía editoriales en el diario La Mañana de Formosa me hizo llegar un trabajo sobre un campo de La Rioja. Ahí empecé a saber de la potencia del INTA en el territorio.

En 1990, al asumir como director provincial de Ganadería, integré el consejo local asesor de la Estación Experimental Agropecuaria El Colorado para trabajar junto con especialistas y técnicos locales. Esa experiencia selló mi ingreso al sistema intiano. Me permitió entender el significado de un instituto que motoriza dos misiones bien defini-das y sumamente entrelazadas: investigación y extensión.

Después de participar en el consejo, ejercí como ministro de la Pro-ducción de mi provincia con la absoluta comprensión del rol que tiene el INTA en las comunidades. A través de esto, ocupé la repre-sentación en el consejo asesor del Centro Regional Chaco - Formosa, donde comprendí la importancia de construir una articulación estra-tégica entre la provincia y el INTA en pos de orientar el desarrollo de conocimiento alineado a la gestión territorial.

Sobre estas experiencias y desde el rol que me toca en el presente, estoy convencido de que, en estos 60 años de historia, hemos logra-do darle continuidad al trabajo institucional. Supimos enfocarlo en la necesidad de ofrecer, a través del liderazgo en el conocimiento, las herramientas para transformar las economías regionales.

Tan vasto como distribuido en todos los rincones de la Argentina y con el apoyo constante del Ministerio de Agroindustria de la Nación, nuestro instituto se vincula con una diversidad de productores: des-de establecimientos altamente competitivos hasta emprendedores familiares, arraigados al territorio y responsables de la seguridad ali-mentaria de los pueblos.

En esta línea, el convencimiento de que el INTA es un actor indiscu-tido en la construcción de los sistemas agropecuarios, nos coloca en el desafío de consolidar una institución que, hacia el futuro, tenga la inteligencia organizacional capaz de sintetizar en su accionar la exce-lencia en la generación del conocimiento y en la extensión.

Estamos viviendo momentos fascinantes en los cuales el cono-cimiento tiene un rol ineludible y, como INTA, tenemos que es-tar en la frontera de ese movimiento. Pero al mismo tiempo, por mandato institucional de origen, debemos estar en la gestión de ese conocimiento para transformarlo en el motor del desarrollo de nuestros territorios.

Para transitar este camino, debemos ser conscientes de que es in-dispensable trabajar conjuntamente con todo el sistema de Ciencia y Tecnología, del sector público y del sector privado, a escala nacional y a través de la cooperación internacional. Los desafíos son inmensos, así también las oportunidades.

Debemos estar allí donde contribuyamos a que el conocimiento lle-gue a la mayoría del sistema agropecuario, agroalimentario y agroin-dustrial. Tuvimos la fortaleza de hacerlo en estos 60 años, tengamos la sabiduría de hacerlo en los años por venir. Brindemos por lo lo-grado y redoblemos el compromiso por el que somos reconocidos en el mundo, como una institución de vanguardia en investigación, transferencia de conocimiento y desarrollo territorial.

Los 60 años del INTA en el desarrollo agroindustrial

7.6741

156

5222

+400

Mejoramiento vegetal, com-

petitividad agrícola, biotec-

nología animal, tecnologías

apropiadas y empresas

de base tecnológica, entre

otros ejes, marcan la direc-

ción de la pro-

ducción de co-

nocimiento.

inta.gob.arintainforma.inta.gob.ar | ria.inta.gob.ar

Gerencia de Comunicación e Imagen Institucional, INTA. Chile 460 2º piso, CABA. (011) 4339-0600.Directora: Camila Pía Gandía - Editora responsable: Daniela Novelli - Imprenta: Erre Gé & Asoc. C. Muzilli 5420 (1440) CABA.

Año XIV # 169. Diciembre 2016. ISSN: 2362-5287

La calidad institucional y el trabajo en los territorios consolidan el reconocimiento del INTA en la Argentina y en el mundo.

CUYO“La historia del INTA en San Juan es bastante larga y prolífica. Se destaca el trabajo en producción de semillas hortícolas y en vitivinicultura, área para la que no sólo desarrolla propuestas tecnológicas, sino que además integra las mesas regionales que inter-vienen en la definición de políticas públicas para la cadena. La EEA tiene una presencia auditiva en el pueblo y le marca el ritmo con la sirena que suena a las 8 de mañana, al mediodía y al finalizar la tarde”.Maximiliano Battistella, 41, ingeniero agrónomo, director de la EEA San Juan, ubicada en Villa Aberas-tain, departamento de Pocito.

“Ingresé a la institución a los 18, luego de egresar del colegio secundario, cuando me presenté a un concurso de auxiliar administrativo en la EEA La Consulta, mi pueblo natal. Sé que la realidad de nuestro país será mucho mejor si el INTA prosigue con su labor: los aportes que hace por la conserva-ción del ambiente, la seguridad alimentaria y la inversión en investigación y extensión son funda-mentales para que tengamos un futuro más prometedor”.Silvia Alejandra Neila, 44, jefa de Apoyo Administrati-vo, Centro Regional Mendoza-San Juan.

“Le tengo un gran respeto a este instituto, me dio la posibilidad de crecer intelectual y espiritualmente, como así también de formar una hermosa familia. Ingresé en 1972 y, a futuro, lo veo con mucha expectativa, sobre todo con la llegada de esos jóvenes, profesionales, técnicos y de apoyo que son el engranaje fundamental para continuar engran-deciendo a nuestro querido INTA”.Juan Carlos Fuentes, 67, técnico agrario y enólogo, ayudante del laboratorio de Protección Vegetal de la EEA Rama Caída, Mendoza.

60º ANIVERSARIO

“El INTA promueve la participación para fortalecer los territorios”

A lo largo de los años, la calidad institucional marcó la trayectoria del INTA y, sumado al trabajo en los territorios, hoy cimienta su reconocimiento en la comunidad argentina e internacional. En esa línea, su estructura cuenta con consejos asesores a escala local, regional y nacional, donde más de 2.000 representantes del sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial participan en el diseño de políticas de investigación y extensión.

“Los consejos son parte del gobierno del INTA y permiten que más de 2.000 referentes agropecua-rios y científico-académicos tengan poder real en la definición de la política institucional”, señaló Héctor Espina, director nacional del organismo, quien agregó: “Esto distingue al instituto y es una fortaleza que apreció el presidente de la Nación en su visita a Castelar cuando afirmó que el secreto del INTA es la participación”.

Con el objetivo de profundizar el desarrollo nacio-nal, Espina sostuvo que “el INTA promueve la participación para fortalecer los territorios”. Se trata de “llevar adelante estrategias diferenciadas que aborden las realidades productivas, siempre basadas en marcos de articulación que aprovechen capacidades y recursos”, planteó.

CALIDAD INSTITUCIONAL

Para Pablo Paillole, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Federación Agraria Argentina, la existencia de los consejos “es un atributo que hace particular al INTA y lo destaca entre las institucio-nes del Estado”. Con relación a su tarea, describió: “El consejero recorre las distintas unidades del INTA para conocer las inquietudes de técnicos y productores, que son evaluadas en las entidades y trasladadas a las reuniones de consejo directivo”.

De acuerdo con Paillole, “los desafíos actuales del INTA están vinculados con los fundacionales: desa-rrollo tecnológico que contribuyan a sistemas agropecuarios competitivos, sustentables y con inclusión social”. No obstante, remarcó la impor-tancia de “elaborar políticas públicas que brinden apoyo a los agricultores familiares, impulsen procesos de agregado de valor en origen y eviten la concentración productiva”.

Por su parte, Bruno Quintana, miembro del Consejo Directivo del INTA por la Sociedad Rural Argentina, señaló que “el control social en las instituciones es una necesidad del país”. “Todas las miradas que participan del consejo configuran un abanico de distintas ideas que convergen en el futuro”, acentuó. En materia de innovación, Quintana explicó que “el INTA debe acompañar el hoy, pero estar un paso adelante e investigar áreas estratégicas para el futuro”. Asimismo, valoró el compromiso para llevar a cabo procesos de desarrollo en las comuni-dades: “El sentido de pertenencia y el trabajo en equipo, muy presentes en el instituto, consolidan una capacidad de reacción que permite intervenir en diferentes problemáticas y escalas productivas”.

Lo aseguró Héctor Espina, director nacional del organismo, en referencia a los más de 2.000 representantes públicos y privados que inter-vienen en la política institucional. Además, destacó el vínculo con actores locales y regionales para impulsar estrategias de desarrollo.

CIENCIA Y TERRITORIO

60 añosde liderazgoDesde 1956, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria –INTA– trabaja en líneas tecnológicas que brindan soluciones a problemáticas regionales, marcan el futuro en investigación y tienen llegada directa a más de tres millones de personas. Pionero en articulación públi-co-privada y con presencia en más de 400 puntos de la Argentina, el instituto genera innovaciones que motorizan el sistema agroindustrial, mejoran la calidad de vida y logran posicionamiento internacional.

PRESENTE Y FUTURO

Voces intianas

NEA“En mi vida, el INTA es un desafío permanente y un orgullo inmenso. Es el equipo de directores de unidades, los compañeros del Centro Regional, los consejeros y, sobre todo, cada una de las casi 500 personas que diariamente hacen su aporte a las familias de los productores de Chaco y de Formo-sa. Por eso, uno de los mejores valores del INTA es el alto grado de compromiso, evidenciado a lo largo de 60 años, con el desarrollo de nuestro sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial”.Diana Piedra, 46, ingeniera agrónoma, directora del Centro Regional Chaco-Formosa.

PATAGONIA“Hace casi 30 años que soy extensionista y, desde ese rol, considero que es fundamental estar cerca de los productores, acompañarlos, asesorarlos, compartir sus experiencias y trabajar junto con ellos, siempre destacando el saber local y contribu-yendo a resolver sus problemáticas. A futuro, veo a un INTA con el potencial necesario para adecuarse a los cambios de escenario y posicionarse como un actor relevante en el desarrollo del sector producti-vo agropecuario de cada región”.Roberto Álvarez, 58, especialista en Desarrollo Rural, jefe de la AER Puerto San Julián, Santa Cruz.

“El INTA es el resguardo tecnológico que tiene todo productor, cuando se le presentan dudas sobre manejo productivo. Es el lugar donde es posible acceder a un técnico que tiene una respuesta y que si no la tiene, la buscará en la estructura funcional para resolver el problema tecnológico que se le plantea”.Raúl Horacio Oñate, 51, ingeniero agrónomo, produc-tor agropecuario, asesor de dos grupos Cambio Rural en General Conesa, Río Negro.

PAMPEANA“El crédito de estas seis décadas es suficiente argu-mento para que, a futuro, la visión del INTA se fortalezca con la gestión e incorporación de líneas de trabajo estratégicas para las demandas del país. Con relación a la profesión, el instituto me permi-tió desarrollar capacidades que quizás en ningún otro espacio hubiera tenido tal multiplicidad, y justo en años donde la revolución de las tecnolo-gías de comunicación pone a prueba permanente-mente nuestro trabajo para hacerlo más eficiente”.Andrés del Pino, 54, periodista, comunicador en la EEA Marcos Juárez, Córdoba.

“El equipo interdisciplinario de la agencia no sólo aborda cuestiones técnicas en producciones de diferente escala, sino que también trabaja con emprendedores de la economía social en temas de género, producción familiar, entre muchos otros. También promovemos el vínculo con los munici-pios de la región y logramos que la articulación sea cada vez más estrecha”.Carlos Barreto, 44, ingeniero agrónomo, jefe de la AER Concordia, Entre Ríos.

“Rosita está en un sector especial de la EEA. Duran-te el día, le abro para que esté en un espacio más grande y le limpio la cabaña. Antes de irme, la encie-rro de nuevo y enciendo el sistema de alarma para que esté protegida. Cuando nació, fue muy rápido, porque había dos vacas a punto de dar a luz: una preñada de mellizas que estaban muertas al momento del parto y la mamá de Rosita, a la que inmediatamente los técnicos le hicieron una cesárea para que nazca. Hoy tiene 5 años y 7 meses”.Carlos Alberto Lobato, 69, ayudante de campo en el Grupo de Reproducción Animal de la EEA Balcarce, Buenos Aires, y responsable de cuidar a Rosita Isa, el primer bovino doble transgénico del mundo que produce leche con proteínas humanas.

“El INTA brinda oportunidades para que los inves-tigadores se capaciten, crezcan y logren presencia internacional. A futuro, el instituto seguirá ofreciendo mejoras tecnológicas y apostará a crear un parque tecnológico donde pueda haber empre-sas público-privadas, que desarrollen innovacio-nes. Lo veo, como siempre, muy comprometido con el sector productivo y con la sociedad”.Viviana Parreño, 47, viróloga, investigadora Instituto de Virología del INTA y del Conicet.

Bien conocido entre quienes integran el INTA, este gentilicio logra consolidarse gracias al sentido de pertenencia que más de 7.600 trabajadores comparten día a día en todas las regiones del país, muchas veces sin conocerse entre sí y divididos por largas distancias. Desde una multiplicidad de roles, el aporte de cada uno contribuye a mejorar las realidades territoriales.

NOA“Los libros se queman a medida que uno sube a la Puna. Allí, es muy complicado hacer investiga-ción, porque las inclemencias climáticas perjudi-can el desarrollo de los cultivos y los suelos tienen muy bajo nivel de materia orgánica. Aun así, logramos seleccionar cuatro genotipos de quinua, que se multiplican a través de una red nacional, y llevar adelante ensayos de pasturas con buenos resultados productivos”.Darío Castro, 54, ingeniero agrónomo, investigador en la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Abra Pampa, Jujuy.

“La agencia de Seclantás está en un pueblito de no más de dos calles y es la única presencia del Estado en muchas de las comunidades. Para noso-tros, es muy importante sostenerla, porque es la posibilidad de transformar al INTA en un instituto de desarrollo: el desarrollo implica una integrali-dad que incluye y trasciende el acceso a la tecnolo-gía. En este trabajo, los Proyectos Regionales con Enfoque Territorial (PRET) permiten generar innovación donde nacen las necesidades reales”.Paula Olaizola, 40, veterinaria, coordinadora del PRET Valles Áridos, Agencia de Extensión Rural (AER) Seclantás, Salta.