Ciencia, universidad e innovación en la Argentina que viene

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BOLETÍN DEL CENTRO DE ESTUDIOS PERSPECTIVA SUR 23 de mayo de 2012 / Año 2 / Nro. 9 Ciencia, universidad e innovación en la Argentina que viene Las políticas de ciencia, tecnología e innovación y la estrategia de desarrollo por Ariel Gordon Las Políticas Públicas de Educación Superior para la Integración Regional Sudamericana por Clara Martínez Lucca Así como se jerarquizó la figura del científico, ahora debemos jerarquizar la figura del tecnólogoentrevista con Fernando Peirano Ventanas políticas, nuevas agendas y desafíos pendientes para la educación superior por Laura Rovelli Universidad pública y procesos de cambio: Reflexiones desde el CEDeT de la UNSAM por María Pía Vallarino

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Número 9 del Boletín "Perspectiva", del Centro de Estudios Perspectiva Sur (CEPS)

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BOLETÍN DEL CENTRO DE ESTUDIOS PERSPECTIVA SUR 23 de mayo de 2012 / Año 2 / Nro. 9

Ciencia, universidad e innovación en laArgentina que vieneLas políticas de ciencia, tecnología einnovación y la estrategia de desarrollopor Ariel Gordon

Las Políticas Públicas de EducaciónSuperior para la Integración RegionalSudamericanapor Clara Martínez Lucca

“Así como se jerarquizó la figura delcientífico, ahora debemos jerarquizar la figura del tecnólogo”entrevista con Fernando Peirano

Ventanas políticas, nuevas agendas y desafíos pendientes para la educaciónsuperiorpor Laura Rovelli

Universidad pública y procesos decambio: Reflexiones desde el CEDeT dela UNSAMpor María Pía Vallarino

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EditorialEmpezamos el año con un debate que atraviesatodos los aspectos del campo de las políticaspúblicas: la generación de innovación y laimportancia de la Universidad en este proceso.Para tratar de complejizar la mirada sobre estaproblemática, en el dossier central se presenta laentrevista a Fernando Peirano, a quiénagradecemos especialmente su participación.También, se ha convocado a un conjunto diversode colegas que han tratado la cuestión desdedistintas aristas. Así, Clara Martínez trabaja sobrelas experiencias y desafíos de lainternacionalización de la educación superior;Ariel Gordon, sobre las características de laspolíticas de innovación productiva y lasestrategias de desarrollo; María Pía Villarinoacerca de la potencialidad de la Universidad en elproceso de transformación; y Laura Rovelli nosaproxima las problemáticas en la agenda de laeducación superior. Como siempre, esperamoscontribuir a la expansión del debate y a lageneración de más y mejores preguntas.

por Ariel Gordón *

Las políticas de ciencia, tecnología e innovación y laestrategia de desarrolloLas políticas de ciencia y tecnología en Argentina, y enAmérica Latina, han sido analizadas en diferentes períodoshistóricos en el contexto de la reflexión sobre la problemá-tica del desarrollo. Las Ciencias Sociales latinoamericanas,desde el estructuralismo cepalino, hasta la teoría de la de-pendencia, pasando por las reflexiones específicas sobrela política científica que aportaron autores como Jorge Sá-bato, Amilcar Herrera y Oscar Varsavsky contribuyeron aeste debate. Luego del repliegue del período neoliberal,esta discusión sobre el papel de la ciencia, la tecnología yla innovación en el desarrollo del país ha sido recuperadaen la Argentina de hoy.

El período político que se inició en 2003 reinstaló el papeldel Estado como agente coordinador de la economía argen-tina. Desde entonces su crecimiento fue inédito, en un perí-odo de auge de las materias primas, la política económicapermitió que la industria manufacturera fuera un eje de laexpansión de la producción y la generación de empleo. Eneste contexto, se instaló la discusión por el modelo de des-arrollo en la agenda política, entendiendo a la ciencia, la tec-nología y la innovación como herramientas necesarias parael logro del mismo. En tanto la brecha entre países ricos ypobres no es sólo una brecha de riqueza, dotación de recur-sos y productividad, sino también de conocimiento, las po-líticas que apuntan a fortalecer estas herramientas (laspolíticas de ciencia, tecnología e innovación) son fundamen-tales en la recuperación del Estado como agente coordinadorde un sendero de desarrollo inclusivo.

El próximo año se cumple una década de importantes y sos-tenidos avances en este sector, los cuales han sido acompa-ñados por la creación de un Ministerio específico para elárea. El hecho reviste gran importancia, ya que es la primeravez en la historia que se crea un Ministerio que englobe eldesarrollo de Ciencia, Tecnología e Innovaciones. El eje delas políticas de los gobiernos kirchneristas en esta materiaha sido la formación de recursos humanos altamente califi-cados. Esto ha sido un acierto en la medida que la ausenciade estos es un cuello de botella mucho más grave, y más di-fícil de revertir, que la falta de financiamiento. Formar un doc-tor lleva 12 años aproximadamente, en tiempos ideales, entreestudios de licenciatura, maestría y doctorado. De 2003 a2010, el número de investigadores del CONICET aumentóun 67%, mientras que los becarios lo hicieron en un 242%.Estos datos muestran no sólo el crecimiento de la base derecursos humanos, sino también el rejuvenecimiento de lapoblación científica. Asimismo, las mejoras en las condicio-

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nes de trabajo a partir del aumento de la inversión en I+D ylos incrementos salariales permitieron el regreso de investi-gadores argentinos residentes en el exterior a través del pro-grama RAICES. Actualmente Argentina cuenta con la mayorcantidad de investigadores de América Latina entre la pobla-ción económicamente activa1.

Este positivo escenario nos permite reflexionar acerca delpapel que le caben a las políticas en ciencia, tecnología e in-novación en la profundización de la transformación produc-tiva. La reconversión profunda de la matriz distributiva en elmediano plazo, más allá de la importante contribución delas políticas sociales y laborales, requiere de la configuraciónde una matriz productiva basada en productos de alto valory conocimiento agregado. El período de políticas de apoyo ala ciencia permitió recuperar las capacidades en I+D sin lascuales sería imposible planificar una política en ciencia, tec-nología e innovación. En este sentido es necesario articularestas políticas con otras en diferentes áreas de intervenciónpública. La investigación, el desarrollo tecnológico y la inno-vación (tecnológica, pero también social y política) constitu-yen herramientas para el aumento de la competitividad y elempleo de calidad, para la resolución de problemas sociales,como así también para la mejora de la gestión estatal.

Hoy en día contamos con una base de nuevos doctores.La formación doctoral es el máximo estadio de formaciónuniversitaria, que prepara para la producción de conoci-miento nuevo a partir de un enfoque científico de los pro-blemas en las distintas áreas del conocimiento. Aquellosque sigan la carrera de investigador pasarán a fortalecer lainvestigación pública en organismos de investigación y enlas Universidades Nacionales (donde sería bueno promo-

ver la ampliación de los concursos docentes), pero es ne-cesario pensar también su inserción en otros ámbitosdesde los cuales contribuir al desarrollo del país. En estesentido es necesario fomentar, por un lado, su inserciónen empresas para la mejora de la competitividad a partirde la incorporación de conocimiento agregado a nuestraproducción, impulsando el aumento de la aún escasa in-versión privada en I+D y por otro lado, la administraciónpública, para dotar al Estado de mejor capacidad de ges-tión en sus distintos ámbitos de intervención. Las CienciasSociales históricamente habían estado relegadas dentrodel CONICET, sin embargo desde 2003 han sido el áreadisciplinar que mayor crecimiento relativo tuvieron dentrodel Consejo. Estas Ciencias pueden y deben jugar un papelimportante en el desarrollo socioeconómico, y la investi-gación aplicada de ellas al servicio de la gestión estatal esun ejemplo de transferencia en este sentido.

La búsqueda de una respuesta propia a la pregunta por elmodelo de desarrollo cuenta con un importante legado his-tórico, pero sólo la construcción colectiva podrá formularnuevas respuestas para los nuevos desafíos. En este sentido,la ciencia, la tecnología y la innovación son elementos fun-damentales en la construcción de un estilo de desarrollo ba-sado en el empleo de calidad y la ciudadanía como vectoresde la cohesión social.

1 Investigadores equivalentes a jornadas completa (EJC) / 1000 PEA.

Fuente: RICYT URL: www.ricyt.org

* AG es Docente Investigador UNQ-REDES-UBA. Politólogo de GPS y

AEDA.

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por Clara Martínez Lucca *

Las Políticas Públicas de Educación Superior para la Integración RegionalSudamericana

Las políticas públicas diseñadas con el objetivo de contribuiral proceso de integración sudamericano se insertan en elmarco de una retórica política que privilegia y entiende los be-neficios que las mismas suponen. En este contexto, donde lasestrategias para la conformación de un bloque regional conidentidad propia resultan prioritarias, intentaré desarrollar losprincipales ejes de esas políticas focalizando en el sector uni-versitario y los desafíos que estas iniciativas proponen.

La construcción de un bloque regional educativo común enmateria de educación superior se produce fundamental-mente a través de dos espacios regionales1: El MERCOSURy la UNASUR. La misión del “Sector Educativo del MERCO-SUR” (SEM) es la conformación de un espacio educativocomún concertando políticas articuladoras entre la educa-ción y el proceso de integración del MERCOSUR2. Las direc-trices y acciones del sector se condensan en planesestratégicos. Las acciones del plan 2011-2015 se concentranen 5 ejes a destacar: acreditación regional, reconocimiento

de títulos, movilidad académica regional, asociación de pos-grados y cooperación interinstitucional.

Vinculado a la acreditación regional se desarrolló el “Sistemade Acreditación Regional de Carreras Universitarias del Sur”(ARCU SUR). Con el objetivo de fomentar la calidad acadé-mica regional y la reducción de las asimetrías entre las ca-rreras, esta iniciativa produjo avances sustanciales en ladefinición de normas y procedimientos comunes para laacreditación de las carreras. Asimismo los debates en tornoa los términos y alcances de esta acreditación sentaron lasbases de una discusión actual que es clave: la habilitacióndel ejercicio profesional para los graduados de carreras acre-ditadas y, en consecuencia, la libre circulación de profesio-nales a nivel regional.

En relación al reconocimiento de títulos, los acuerdos cen-trales existentes son: el “Protocolo de integración educativapara la prosecución de estudios de post-grado en las univer-sidades de los países miembros del MERCOSUR” y el“Acuerdo de admisión de títulos de grados universitariospara el ejercicio de actividades académicas en los estadosparte del MERCOSUR”3. El primero establece el reconoci-miento de los títulos de grado al solo efecto de la prosecu-ción de estudios de posgrado. Este no habilita el ejercicioprofesional. El segundo de ellos autoriza el reconocimientode los títulos de grado y posgrado solo para actividades dedocencia e investigación.

En cuanto a la movilidad académica regional, concebida en unsentido amplio, comprende a estudiantes, docentes e investi-

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gadores que son los destinatarios de los programas creados.Estos suman para Argentina aproximadamente 270 movilida-des anuales, y la intensión es que ese número aumente.

Respecto a institucionalizar la temática de posgrados focali-zando en la calidad, se impulsaron iniciativas como: el “Pro-grama de Proyectos Conjuntos de Investigación”, el“Programa de Asociación para el Fortalecimiento de Posgra-dos” y el “Programa de Formación de Recursos Humanos”. Por último, en la cooperación interinstitucional -que seorienta a proponer iniciativas y acciones que contribuyan afortalecer el proceso de formulación de políticas públicas yla toma de decisiones en el ámbito de la educación superiordel MERCOSUR- confluyen iniciativas tendientes a fomentarla cooperación de los diferentes actores del sistema univer-sitario, crear un banco común de información sobre educa-ción superior e incentivar investigaciones en esas áreas.

Los resultados de las acciones ejecutadas en el marco de estoscinco lineamientos estratégicos son actualmente analizados ycapitalizados como experiencia de trabajo del “Subgrupo deEducación Superior” del “Consejo Suramericano de Educación,Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación” de UNASUR (CO-SECCTI). Este grupo se encuentra iniciando su trabajo, para locual se planteó una hoja de ruta en donde la calidad académicay acreditación regional son directrices de las acciones a des-arrollar. La intención es que estas acciones sean convergentesy complementarias con las ejecutadas por el SEM.

Finalizando la revisión de estas estrategias, me interesaprecisar algunas cuestiones relativas a la formulación de

las políticas y su gestión que deben garantizarse para queel actual proceso de integración se profundice. En primerainstancia resulta necesario aumentar el trabajo interinstitu-cional a nivel nacional para lograr acuerdos que permitanremover los obstáculos a la integración regional, como porejemplo las trabas migratorias. Asimismo debe garantizarsela apertura de canales de participación para la pluralidad deactores no estatales involucrados en estas políticas, con elobjetivo de consensuar y dinamizar el proceso de integra-ción. Desde el plano institucional resultan esenciales doscuestiones: la primera vinculada a la necesidad de financia-miento adecuado y sostenido, que garantice la ejecuciónde las actividades pautadas y genere confianza en el pro-ceso, y la segunda es que, dado el volumen cada vez mayorde acciones a implementar, resulta ineludible encontrar unasolución para la multiplicación de actos administrativosque estas acciones suponen y que reducen el tiempo dis-ponible tanto para formular nuevas políticas como paragestionarlas.

1 La Secretaria de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de

la Nación, a través del Programa de Internacionalización de la

Educación Superior y Cooperación Internacional diseña y ejecuta las

estrategias de integración regional.2 Para mayor información consultar en www.mercosur.int 3 Disponibles en www.mercosur.int

* CML es Polítóloga (UBA), Maestrando en Estudios Internacionales

(UTDT). Se desempeña en la Secretaria de Políticas Universitarias

(Ministerio de Educación de la Nación). 

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Entrevista conFernando Peirano *

“Así como se jerarquizó la figura del científico, ahoradebemos jerarquizar la figura del tecnólogo”

Perspectiva: ¿Cuáles son las principales líneas de acción dela Subsecretaría de Políticas en Ciencia, Tecnología e Inno-vación Productiva?

Fernando Peirano: Esta es la segunda gestión de un equipoque comenzó a trabajar en 2007. El objetivo era proyectar elMinisterio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva yesta área, en particular, hacia la invocación productiva. Estose traduce en una relación más fluida y en una agenda másnutrida con otros Ministerios y áreas del Estado que no for-man parte del “circuito” habitual de los temas de ciencia ytecnología, pero que, desde el aspecto de la innovación pro-ductiva, también tiene un papel fundamental. Por otro lado,también es un objetivo el diálogo con el sector empresario.Uno de los grandes déficits de la actualidad es que, si bienel Estado ha hecho una recuperación formidable de la in-fraestructura científica y tecnológica, y se ha jerarquizado alinvestigador, el compromiso del sector privado con estacuestión todavía es muy bajo por distintas razones: por elnivel de extranjerización de nuestra economía, ya que le daa las filiales un rol periférico dentro del modelo de negocio;por su estructura misma, que tiene un fuerte perfil en com-modities, y también por las deficiencias en el plano energéticoque hemos empezado a revertir en el entramado productivo. Entonces, una de las principales líneas de acción es mejorarel compromiso y el trabajo con el sector productivo en tér-minos de innovación productiva. Hay una convicción muyfuerte por parte del ministro y de la Secretaría (de Planea-miento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Pro-ductiva): el camino es transformar el esfuerzo que estáhaciendo el Estado en soluciones concretas para la produc-ción y los temas sociales. Actualmente, estamos elaborandoun Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Es elprimer plan que ubica en una igualdad jerárquica el objetivode federalizar el impacto de la innovación productiva, y estose ha hecho a partir de la identificación de 33 temas en losque se ha encontrado, en mesas de especialistas, que existeun subaprovechamiento de las capacidades que brindan laciencia y la tecnología en términos de respuestas. Al mismotiempo, estos 33 temas se han elegido buscando que su des-arrollo implique un impacto muy nítido en algunas zonasmarginales del país, que están fuera del núcleo productivo ycientífico. En esta idea misma está la vocación. Así como enuna primera etapa se jerarquizó la figura del científico, ahoradebemos jerarquizar la figura del tecnólogo. Pueden pen-sarse estrategias simbólicas, como, por ejemplo, no solo pre-

miar al investigador de la nación, sino también reconocer altecnólogo de la nación. También podrían revisarse los esque-mas de evaluación e incentivo para el personal de las insti-tuciones científicas y tecnológicas. Tenemos una carreraestructurada en el ámbito del CONICET, pero, en otras ins-tituciones, esto está construido como se pudo, no desde unplan rector.

Esto lleva a examinar cómo vinculamos la investigación conlos temas de gestión. En el último tiempo, se está analizandocómo insertar más doctores en el ámbito municipal, en dis-tintas áreas del Estado. La limitación principal está dada to-davía porque se sigue pensando en la formación dedoctorado y en la carrera de investigador desde la lógica delas ciencias duras, tal vez con poco reconocimiento de lo quepuedan aportar las ciencias sociales. Hay que dar un saltoentre la oportunidad y el proyecto; en ese punto, las cienciassociales tienen todo para hacer. Porque ¿quién posee la ca-pacidad de armar un proyecto o administrarlo?, ¿qué es es-tructurar un plan de acción con las tareas que realizará cadauno, y cómo se van a repartir esfuerzos y beneficios? Digoesto desde la administración, la economía, la sociología y lasciencias políticas.

Perspectiva: Sobre todo, porque la innovación no ocurre soloen el ámbito productivo, sea manufacturero, de servicios,

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agropecuario, etcétera, sino que, en los últimos ocho años,el Gobierno demostró que hay un fuerte empuje para la in-novación en el campo de las políticas públicas. La lista es ex-tensa: desde “Conectar Igualdad” hasta la “AsignaciónUniversal por Hijo”, el Gobierno ha sido muy innovador. Estoque planteás como una posibilidad, ¿cómo podría articu-larse? ¿Y qué rol desempeñan las universidades en la políticadel área a tu cargo y del Ministerio?

FP: Sin duda, vivimos un proceso político que se distinguiráen la historia por su voluntad transformadora. Además, aesta voluntad, sumamos una recuperación del ejercicio de laplanificación: ya existen cuatro ministerios con planes decara a 2020, y esto implica recuperar las capacidades del Es-tado para las cuestiones que planteabas.

Aparte de optimizar y retomar este ejercicio de la planifica-ción, tendremos mejores condiciones para articular un sis-tema complejo como en cualquier país de una densidad máso menos importante como la nuestra. ¿De qué manera po-demos hacerlo? El Ministerio confía en el trabajo a partir deproyectos que intenten ser cada vez más complejos estruc-turantes; se apuesta por los consorcios público-privadoscomo espacio, pero esto no agota las formas de intervenciónexistentes y que debemos construir. Necesitamos desplegarherramientas, que la inversión pública sea un elemento quetraccione las capacidades científicas y tecnológicas. El Estadoes un gran demandante de tecnología y se plantea desafíosmuy fuertes.

En este punto, estamos pensando en algunos instrumentosque apuntarán hacia esto y que incluyen temas de formación.Vuelvo a lo que decía: discutir cuáles son los incentivos, losmétodos de evaluación impacta, y esto, desde luego, primerose está trabajando sobre el sistema científico, sobre los in-vestigadores de estas instituciones, pero luego tendrá queser un debate abierto al ámbito de las universidades, queson, sin duda, otro pilar del que generamos capacidades yen el que trabajamos la transferencia. Esta es la agenda quetenemos por delante, y es positivo que haya un diagnósticoy un reconocimiento.

Se acerca un desafío complejo: construir las herramientasdestinadas a la intervención para que sean eficaces y eficien-tes, para moldear un tipo de sistema que queremos, peroque hoy no tenemos.

Perspectiva: La nueva dinámica en las políticas públicasobliga a la convergencia entre ministerios sobre un mismotema para logar una respuesta eficiente sobre un problema.En este sentido, el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Inno-vación Productiva es un claro ejemplo. Trabaja tanto con laparte “productiva” del Estado, esto es, ministerios de Indus-tria y de Economía, con el Banco Central, etcétera, y tambiéncon la parte “social”, es decir, ministerios de Trabajo, de Edu-cación, de Desarrollo Social. Ahora bien, ¿existen ejerciciosde planificación sobre este tipo de intervenciones que el mi-nisterio puede desarrollar? ¿Hay experiencias previas?

FP: Hoy en día, el sentido común es que debemos trabajaren articular, llevar la innovación en términos productivos ypara dar respuestas sociales. También se reconoce que eldesarrollo tecnológico y de aparatos de intervención es unejercicio y un recurso tan valorable como una investigaciónbásica. Actualmente, discutimos cuáles son los modelos degestión más adecuados para atender las problemáticas so-ciales. Este debate, de hecho, se plantea como un desafío enel ámbito latinoamericano.

¿Cómo hacemos para subir otro escalón en los temas deeconomía social? Trabajamos en estrecha vinculación conel Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. En estosaños, se han multiplicado las experiencias en esa línea.Este es el momento de consolidar y transformar la expe-riencia en modelización, de analizar cuáles son las cues-tiones más efectivas.

Hay que destacar cómo el sentido común constituido a tra-vés de la experiencia es necesario para mejorar esta lecturapor medio del ejercicio de la planificación. Recién estamoscomenzando, y se requiere estructurar un Estado en torno aesto. Las debilidades del Estado son muchísimas, por em-pezar, los temas de información. Todavía no contamos conuna buena capacidad de generar datos y lectura de esa infor-mación, para hacer esta sintonía fina que nos han puesto

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como desafío. Pero hemos vuelto a tener un proyecto políticoque nos encauza en una dirección y nos pone objetivos co-munes. La apuesta, ahora, es cómo complementarlo.

Perspectiva: Ante un panorama de estabilidad en este im-pulso del Estado, ¿observás una tendencia al equilibrio entreeste esfuerzo y los que deberían hacer actores como las em-presas, incluso todos los beneficiarios directos de la innova-ción tecnológica y en cualquier ámbito de implementación?

FP: Cuando se comienza a volcar recursos efectivos apareceun cuello de botella, que es la capacidad de crear proyectosy llevarlos adelante. En este sentido, hay una lectura realizadahace unos años y una apuesta fuerte por generar egresadosen maestrías en Ciencia, Tecnología e Innovación. Se realizaun gran trabajo a través de los programas de los gestorestecnológicos, cosas que, para nosotros, son novedosas, peroque, en otros países, existen desde hace veinte o treintaaños.

Hoy, cuando se miran las estadísticas, se ve que el Estado ar-gentino tiene un compromiso con la ciencia y con la innova-ción que no es tan distinto al que se observa en Brasil y otrospaíses en desarrollo e incluso tampoco con lo que ocurre enEuropa y Estados Unidos. La inversión pública en este terrenoha mejorado mucho. No hubo un cambio de conducta similaren el sector productivo. Si bien estos años de crecimiento sehan basado en pilares de la competitividad que no son losmás virtuosos, sabemos que estamos insertos en un contextodonde las empresas tienen que ganar plata, pero también queno todas las formas de la rentabilidad tienen los mismos efec-tos sociales. El nudo es cómo empezamos a generar condi-ciones para que a los que construyen su rentabilidad sobre labase de la innovación, el conocimiento y el trabajo calificadoles vaya un poco mejor que al resto. Y también, cómo des-arrollamos instrumentos de intervención que permitan volcarexcedentes que se generan en un área con un perfil de em-presa hacia otro. En este sentido, no me parece para nada tri-vial la decisión de recuperar YPF. Si Petrobras cumple un roldistinto en Brasil, es porque, además de los objetivos de laproductividad, tiene impuestas metas de transformación y dedesarrollo económico. En la Argentina, debemos avanzarhacia eso. YPF, lo que fue Gas del Estado en su momento, elactual INVAP son empresas estructurantes en ese sentido yson los espacios donde se forma gente en tecnología, dondelos puentes entre la ciencia y su transformación en aplicacio-nes son más directos.

El proyecto político ha marcado la visión, y es compartida.Estamos recuperando herramientas de intervención, comola planificación o el trabajo entre los ministerios. Todavía nosfalta avanzar y profundizar para tener modelos de gestiónmás micro, mejores métodos de evaluación y elementospara relevar una realidad muy heterogénea que nos ha dadola Argentina.

Perspectiva: ¿El sistema universitario es condición necesariay suficiente para colaborar con este proyecto o hace falta otra

agencia por fuera del sistema, o que se incorpore al sistema,para dar respuesta a estas problemáticas?

FP: Más que crear nuevas instituciones, el tema es qué ha-cemos con lo que tenemos. También la Universidad se re-cuperó, pero creo que todavía, en ella, se imponereconocer que hay tareas que deben ser especializadas, yque hay que dejar que algunos investiguen y brinden do-cencia, y que otros hagan transferencia con todas sus es-tructuras administrativas y todos los recursos para llevaradelante esa tarea. A veces, se piensa que el empresariova a la Universidad y no encuentra respuesta, pero tam-poco en la universidad se está cruzado de brazos espe-rando que se acerque un empresario. La gente estáocupada, tiene sus sistemas, sus planes de trabajo, su in-centivo, y me parece que la universidad todavía no logróaceptar esta necesaria división de tareas. Sin embargo,hace ocho años faltaban universidades, y ya se han creadodiez de carácter nacional. En la universidad, también debedarse este debate, y ver cómo se transforma y se insertaen un proceso bastante más amplio.

* FP es Economista (UBA). Vicepresidente de AEDA. Subsecretario de

Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, del

MINCYTeIP.

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por Laura Rovelli *

Ventanas políticas, nuevas agendas y desafíospendientes para la educaciónsuperior

En la última década, las sociedades latinoamericanas gene-raron una ventana política para promover cambios y avanzarsobre compromisos clave en materia de educación superior.La “Conferencia Regional” de 2008 reafirmó su carácter debien público y social, derecho humano y responsabilidad delEstado. En contraposición a la reforma neoliberal, que se fo-calizó en el gerenciamiento universitario en base a esquemasy calificaciones estandarizadas a escala global, esta declara-ción recuperó la calidad, la pertinencia, la inclusión, el inter-culturalismo y el compromiso social como lineamientosineludibles a la hora de definir acciones públicas y así con-formar el ideario de políticas de muchos de los llamados go-biernos progresistas de la región.

En la Argentina, un balance panorámico de las principalesacciones impulsadas en el área durante los últimos nueveaños destaca el aumento sostenido del presupuesto uni-versitario1, la apertura de las paritarias nacionales, la re-composición salarial de los docentes universitarios ypreuniversitarios, la promulgación de la ley de jubilacióndel 82% móvil, la creación del Ministerio de Ciencia, Tec-nología e Innovación y el consiguiente aumento de la in-versión en investigación y desarrollo (I+D), que impactaen la actividad de las distintas agencias científico-tecnoló-gicas, en la formación de recursos humanos calificados yen la mejora de oportunidades para los investigadores uni-versitarios. Paralelamente, se desarrolla una decena deprogramas especiales y numerosos proyectos orientadosprincipalmente al apoyo y mejoramiento de distintas ca-rreras de grado y posgrado, a la articulación con el nivelmedio y a favorecer la inclusión de los jóvenes de sectorespopulares en el sistema mediante apoyo económico y di-versos dispositivos de tutorías.

A pesar de estos esfuerzos mencionados, y aún en el marcode una tasa bruta de escolarización de la educación superiordel 49,2% en 2009, persiste una fuerte desigualdad en lasoportunidades de acceso y egreso de los distintos sectoressociales al sistema. A modo de ejemplo, en 2010, el quintilmás bajo de ingresos per cápita representa el 15% de la ma-trícula y el 6% de los graduados, mientras que el quintil másalto alcanza el 21% de la matrícula y el 41% de los gradua-dos2. En tanto, se observa una creciente heterogeneidad y di-ferenciación en el complejo de instituciones y niveles quecomponen al sector, lo que redunda en condiciones laboralesy profesionales disímiles para docentes e investigadores uni-

versitarios, como también en circuitos con calidades diferen-ciadas para los estudiantes.

En este nuevo tiempo histórico, las instituciones de educaciónsuperior en general y las universidades nacionales en particular,son convocadas a cumplir un papel destacado en las accionesy agendas públicas que procuren consolidar un proyecto inclu-sivo de país. Con el propósito de profundizar el rumbo esco-gido, algunos de los desafíos más urgentes son los siguientes:

• Avanzar en la democratización del acceso, la permanenciay la graduación de estudiantes provenientes de distintossectores sociales;

• fortalecer la actividad docente mediante la implementa-ción y/o consolidación de una carrera académica que pro-vea estabilidad, adecuadas condiciones de ingreso yascenso y criterios de evaluación consensuados para sudesempeño;

• planificar y orientar la oferta y la matrícula universitaria,al igual que la expansión institucional, en consonanciacon las necesidades de un proyecto de desarrollo a largoplazo;

• mejorar la oferta y los circuitos de educación superior,igualando de manera superadora su calidad e incluyendoa estudiantes provenientes de distintas trayectorias so-cioeducativas;

• favorecer la articulación entre las universidades y las agen-cias de I+D en los criterios, estrategias y políticas del áreade ciencia y tecnología;

• fijar una política de posgrado que oriente y financie la ex-pansión del nivel de manera más descentralizada y diver-sificada, a lo largo de las distintas instituciones del país,y que contribuya a asegurar una mayor terminalidad enlos estudios.

Para llevar a cabo estas transformaciones resulta imprescin-dible contar con el compromiso del conjunto de los actoresdel sistema, quienes en el marco de una autonomía respon-sable, cuentan con una oportunidad inmejorable para discu-tir sus problemas colectivos y lograr su tratamiento público.

1 Entre 2005 y 2009, el presupuesto transferido a las universidades

nacionales se incrementó un 242%, mientras que su participación

porcentual en el Producto Bruto Interno (PBI) ascendió en esos años

desde un 0,54% a un 0,86%. Actualmente, se destina más de un 6% del

PBI al conjunto del sector educativo y casi un 1,1% a Educación

Superior. 2 Los datos son parte de una investigación en curso desarrollada en el

marco del Observatorio Sindical de Políticas Universitarias de

CONADU. La información fue elaborada a partir de la Encuesta

Permanente de Hogares (EPH) y refiere a estudiantes entre 18 y 30 años

que asisten y se graduaron de un establecimiento de Educación Superior

por quintil de ingreso per cápita familiar.

* LR es Politóloga y Doctora en Ciencias Sociales (UBA). Actualmente se

desempeña como Profesora Adjunta en la Universidad Nacional de la

Plata.

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PorMaría Pía Vallarino *

Universidad pública y procesos de cambio:Reflexiones desde el CEDeTde la UNSAM

Mucho se ha discutido y se debate acerca del lugar que lecabe a los intelectuales en la sociedad y a las instituciones“‘del conocimiento’“. Es un debate que vuelve a la escena demodo recurrente cuando se hacen visibles ciertos problemassociales y se cuestiona el rol que cada institución tiene frentea ellos. Pero es una reflexión que las universidades recreanen su interior en forma permanente, pues no dejan de serorganizaciones que –desde sus comienzos- interpretan, apli-can y ensayan aspectos vinculados al pasado, al presente yal futuro de la vida social que se encuentra en constante cam-bio y con la cual se sienten comprometidas.

Especialmente en la diversidad y fragmentación del mundoactual, la Universidad se encuentra exigida por cumplir con

diversas funciones sociales que ha acumulado a lo largo deltiempo: proveer los profesionales que las organizaciones ne-cesitan a través de sus actividades de formación; desarrollarinvestigaciones para la generación de conocimiento que elmundo complejo e hiperinformado de hoy exige; y promoveractividades de vinculación con las problemáticas sociales quela rodean, atendiendo la pluralidad de centros de poder y deactores en juego de cada caso. Estas últimas actividades seconcentran en áreas de extensión y/o transferencia, sumán-dose a la ya multifacética división del trabajo universitario.Las universidades públicas creadas en las últimas décadasen Argentina, en particular las del área metropolitana, nacie-ron con la exigencia de afincarse en sus territorios, encontrarespacios de conocimiento en los cuales posicionarse y dife-renciarse de las universidades con más trayectoria, y agudi-zar su creatividad para concretar una oferta original alsistema de educación nacional. Dicha exigencia pone en ten-sión el concepto mismo de Universidad, el cual supone quelos conocimientos que brinda deben ser integrales y genera-les, trascendiendo las fronteras de aquellos particulares y ex-tremadamente específicos, e incluso –cada vez más- inter omultidisciplinares.

La Universidad Nacional de San Martín en 2012 cumple 20años y hace 10 que desarrolla programas de formación yasistencia técnica en el campo del desarrollo local/territorial.

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El “Centro de Estudios Desarrollo y Territorio” (CEDeT) dela Escuela de Política y Gobierno lleva adelante dichas acti-vidades, buscando fortalecer acciones que realicen sus alum-nos, egresados y profesores fuera de la Universidad, ya quese desempeñan en otras instituciones en las que cumplenun rol aún más activo: instituciones políticas, asociacionesciviles, organizaciones de la administración pública, institu-ciones de tecnología, conocimiento e innovación. El CEDeTpromueve y cataliza las relaciones que se tejen entre las per-sonas involucradas en su Maestría en Desarrollo Local y susdiplomaturas, al tiempo que busca -en otros espacios- nue-vos socios para aportar, en los territorios, una mirada inte-gral de los procesos de cambio y herramientas para resolversus problemas inherentes.

Desarrollo no es sinónimo de crecimiento económico, aun-que no puede dejar de lado los procesos de generación deriqueza. Desarrollo, fundamentalmente, significa correr elhorizonte social y político de un territorio que es historia ymemoria, además de geografía y relaciones productivas.Historia y trayectoria de personas, comunidades, pueblos,gentes. El desarrollo local, más bien territorial y endógeno,es entonces aquel que promueven los pueblos desde susentrañas. Dónde se encuentran, localizan, dichos pueblosy comunidades, hasta dónde llegan sus brazos, es lo quehay que preguntarse para trazar los límites y alcances del

conjunto de voluntades que deben movilizarse para inter-venir en los procesos de transformación en las que aquellosestán inmersos.

En este mar de compromisos y tareas casi militantes, elCEDeT constituye un proyecto que articula interpretación yreflexión, formación e intervención; tal como lo constatan lasacciones llevadas a cabo con diversos municipios, gobiernosprovinciales o áreas de la administración pública nacional,organismos de financiamiento externo, fundaciones, asocia-ciones civiles y empresas.

La Universidad pública posee potencialmente una vocaciónde transformación, es -si quiere- agente de cambio, de des-arrollo. Por este rol proactivo, no puede, sin embargo, perdersu voz crítica e incisiva. No es gobierno, ni justicia, ni debeser tribuna de mera opinión. Debe ejercer, con responsabili-dad, el estatus jerárquico que le confiere la sociedad. Con-grega el conocimiento sistemático y debe reconocer lapluralidad de perspectivas. Es por esto que debe comprome-terse desde su lugar e intervenir a través de sus quehacerescotidianos.

* MPV es Coordinadora Ejecutiva Centro de Estudios Desarrollo y

Territorio Escuela de Política y Gobierno UNSAM.

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El Centro de EstudiosPerspectiva Sur (CEPS) es elcentro de estudios de GeneraciónPolítica Sur (GPS). Su objetivo esproducir conocimiento paraprofundizar la democracia.

PERSPECTIVA es la publicaciónperiódica del CEPS para pensar losprincipales desafíos que nospresenta la realidad política,económica y social. En cadanúmero colaboran jóvenesinvestigadores con breves textosque expresan su punto de vista.

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