Chile: La Generación Dispersa

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Chile: La Generación Dispersa Es necesario que dejemos dc pensar en cualquier poeta como si fuera un ego autónomo, por más solipsistas que sean los poetas fuene~ Todo poeta es un ser atrapado en una relación dialéctica (transferencia, repetición, error comunicación) con otro u otros poetas (Harold Bloom)’ Al abordar el análisis de la joven poesía chilena nos encontramos ante una característica común que estigmatiza toda su andadura: el peso de una de las tradiciones poéticas más poderosas en nuestra lengua. Es sabi- do que la poesía chilena inicia su historia en nuestro siglo con los grandes patriarcas de todos conocidos —Huidobro, Mistral. Neruda. de Rokha— mientras en su itinerario anterior, que podemos denominar prehistoria o protohistoria, hay un caso patente de atraso con respecto a la poesía de los restantes países de América Latina. Quizá sea cierta esa formulación nietzscheana según la cual los grandes hombres y las grandes épocas exi- gen como condición histórica para su nacimiento la existencia de un am- plio periodo de aridez en que se gesta y almacena la tremenda fuerza creadora que dotará su genio. Sin embargo, un segundo fenómeno pecu- liar sigue a esa explosión creadora: la saturación. No en vano ha nacido el tópico de Chile como tierra de poetas, tan utilizado para refutar la ofensi- va opinión de Menéndez Pelayo sobre la esterilidad lírica de este país. Grandes figuran siguen a los patriarcas, y los nombres de Nicanor Parra, Gonzalo Rojas. Enrique Lihn, Jorge Teillier, Oscar Hahn. entre otros mu- chos, resuenan con voz propia aclamados por la crítica. El fenómeno de la saturación comienza a afectar cada vez con más fuerza a la nueva poe- sía, que inicia su personal proceso de parricidio, instituido en realidad co- mo continuación del que realizaron sus padres poéticos dentro de esa ley de la historia literaria que tan bien sistematizara Bloom en La angustia de las influencias. Efectivamente, su manWesto de la crítica antitética nos pro- porcionará un instrumento teórico capaz de abordar la complejidad que ca- racteriza la historia de la poesía chilena, especialmente la que nutre su úl- 1. Harold Bioom. La angustia de las influencias Una Icaria de la poesía (Caracas: Monte Avila, 1973): 106. Anales de literaru,a hispanoamericana, núm. 2.?. Editorial Complutense, Madrid, ¡992

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Es necesarioquedejemosdc pensaren cualquierpoetacomo si fuera un ego autónomo, por mássolipsistasquesean los poetas fuene~ Todo poeta es un ser atrapado enuna relación dialéctica (transferencia, repetición, errorcomunicación) con otro u otros poetas

(Harold Bloom)’

Al abordarel análisisde lajoven poesíachilenanosencontramosanteunacaracterísticacomúnque estigmatizatoda su andadura:el peso deunade lastradicionespoéticasmáspoderosasen nuestralengua.Es sabi-do quela poesíachilenainicia suhistoriaen nuestrosiglo conlos grandespatriarcasde todos conocidos—Huidobro,Mistral. Neruda.de Rokha—mientrasen suitinerario anterior,quepodemosdenominarprehistoriaoprotohistoria, hayun casopatentede atrasocon respectoa lapoesíade losrestantespaísesde América Latina. Quizá sea cierta esa formulaciónnietzscheanasegúnla cual los grandeshombresy las grandesépocasexi-gen comocondiciónhistóricaparasu nacimientola existenciadeun am-plio periodode aridez en que se gesta y almacenala tremendafuerzacreadoraquedotarásu genio. Sinembargo,un segundofenómenopecu-liar sigue aesaexplosión creadora:la saturación.No envanoha nacidoeltópicode Chile como tierrade poetas,tan utilizadopararefutar la ofensi-va opinión de Menéndez Pelayosobrela esterilidad líricade estepaís.Grandesfiguransiguen a los patriarcas,y los nombresde NicanorParra,GonzaloRojas.EnriqueLihn, JorgeTeillier, Oscar Hahn.entreotros mu-chos,resuenancon voz propia aclamadospor la crítica. El fenómenodela saturacióncomienzaa afectarcadavez con másfuerzaa la nuevapoe-sía,queinicia supersonalprocesode parricidio, instituidoen realidadco-mo continuacióndel que realizaronsuspadrespoéticosdentrode esaleyde lahistoria literariaque tanbien sistematizaraBloom enLa angustia delas influencias. Efectivamente,su manWestode la crítica antitética nos pro-porcionaráun instrumentoteórico capazde abordarla complejidadqueca-racterizala historia de la poesíachilena,especialmentela quenutresuúl-

1. Harold Bioom.Laangustiade las influenciasUna Icaria de la poesía (Caracas:Monte

Avila, 1973): 106.

Anales deliteraru,a hispanoamericana,núm.2.?. Editorial Complutense,Madrid, ¡992

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timo período,y queconviertea la crítica en «el arte deconocerlos cami-nos secretosquevan de poemaa poema»2.

En términosde Bloom, lahistoria de la poesíaes la historia de la in-fluencia poética, puestoquelos poetasfuertes lacreana partir de malasinterpretacionesmutuasconel objetode despejarun espacioimaginativoparasí mismos.Así, las influencias3poéticasconstituyenunavariedaddelamelancolíao un principio deangustia,a pesardequeno tienenpor quehacerquelos poetasse vuelvanmenosoriginales;másbienles confierenmayor originalidad.Las influenciaspoéticasson errores—intenciona-les— de interpretacióny el poeta modernose convierteen herederodeuna melancoliaengendradaen la mentedela Ilustración por su escepti-cIsmocon respectoa supropiacapacidadimaginativa,causante,a suvez.de la obsesiónromántica porla originalidad.La historia literariase con-vierte de este modoen la repeticióndel enfrentamientoentreLayo y Edi-po en laencrucijada,originada por«la melancolíade la desesperadain-sistenciade la mentecreadoraen la prioridad»4. Elintento de compren-der cualquierpoemaindividual comoentidaden sí misma es unaempre-sa fracasadade antemano:cadanuevo poetase instituyeen nuevo Edipoquequiereasesinara supadrepoéticoe instalarsupoemadondeestabaelde suprecedente:«La imaginaciónfuertellega a sudolorosonacimientoatravés de laferocidady de la malainterpretación»~.Así, puededecirsequela historia de la poesíaestáregidapor la agoníaen términosunarnunia-nos, por la luchade contrarioshacia un podercatárticoque libera deesesentidoprimigeniode culpapor la imposibilidad de la génesisdemiúrgi-ca.Ya Aristótelesentronabaa Homero comoprimeroy último de lospoe-tas.perolos clásicosjamásse avergonzarondel magisteriopoéticode susprecursores, antesbien, basaronsu quehaceren el reconocimientode esaauctoritas comobasede larecreatio queles otorgabaunanuevay paradóji-ca originalidad. y los renacentistasescribenfieles a la metáfora queImaginaa cadaescritorcomo un serínfimo pero situadoen loshombrosde un gigante:el gigantede la tradición.Ahí se funda el equilibrio de losclásicos,un equilibrio roto por los románticoslideradospor el SatanásdeMilton: Dios es el poeta precursor,embarazosamentepresentey podero-so, hacia el que se rebelaen unalucha titánica entreorgullos contrapues-tos. Recordemosque Eliot establecíaque los malospoetas imitany losbuenosroban: laamarguraanteestosespectros fantasmalesdel pasadoes-tígmatizala obra del poeta moderno, obligadoa un continuo y vergon-zanterevisionismode esasescriturasa lasqueafirmaal intentarnegarlas.

2. Ibid: 112.3. Se utiliza estetérminoen su sentido etimológicode «fluir hacia»con connotaciones

astralessobreel magnetismode lasestrellasen el ser humano:serechazala versión histori-cista dela crítica queno tieneporobjetoel texto sino la vertientebiográfica.

4. Ibid.: 225. Ibid.: ¡00.

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La creativemisreadingqueorigina la obra del poetamodernose basa,portanto,no enla imitatio clásica,sino en unprocesode negaciónqueBloomha sistematizadocerteramenteen seis categoríasdiferentesen función desunaturaleza:clinameno mala interpretaciónintencionada,teserao com-pletamiento.kenosiso ruptura,demonizacióno creaciónde un Contrasu-blime personalizado,ascesiso autopurgaciónen la soledady apofrades oretornode losmuertos.Teseray kenosisserán,en elcasoquenosocupa,losgrandesparadigmasdel movimiento dialógico que inunda la escriturachilenaactual.

Así, la naturalezadel poeta comodemiurgoque preconizarael crea-cionismode Huidobrono puedesustraersea lavorágineenvolventede lospoetasqueprecedeny simultaneanal creadorEl propio Neruda.que seenorgulleceen susprosasde susgrandesacreedorespoéticosy reniegadela originalidadcomovalor inherenteal arte.comentariaen Fin de mundoquelos escritoresde nuestrosiglo sufrenel peso de losgigantesmuertos;«hemos subidola escalera/conun sacosobrelos hombros./ conla pesadaprecedencia!de loshuesos máseminentes»~.Balzac.Victor Hugo.Tolstoy.Zola. Mallarméy tantos otrosse confabulan«y todosjuntosaplastándonos/no nos dejabanrespirar.! no nos dejabanescribir»...7.NicanorParray elresto de lageneracióndel 38. a su vez, se enfrentaríana latradición tantonerudianacomovanguardista;de ahí quehicierande la espontaneidadyla naturalidadsu banderapoética. Pero elenfrentamiento consus padrespoéticosno deja de serduro, gestándose comokenosis,movimiento deruptura,de discontinuidadrespectoal precursor,al quedesafia a muerte.Su «Manifiesto»condenapor igual a la poesía depequeñosdiog vacosa-grado y soro furioso, en clarasalusionesa Huidobro. Neruday De Rokharespectivamente.En declaraciones más conciliadoraspero nunca claudi-cantescomentarlaque hay muchos monstruosde lapoesíay es necesarioeludirlos a todos pero tambiénintegrarlos porque es imposible escribirpoesía enqueno resuenensusecos8.Se continúaasí lahistoria edípicadeun atormentadoy necesarioparricidio quese perpetúa indefectiblementeen eltiempohastaconvertirseen la notacaracterizadorasin la cual nosepuedecomprenderla másreciente poesíachilena,de la llamadagenera-ción post-golpe,tambiéndenominadaN.N., del 73. deseptiembre,poesíanue-va hornadao generacióndispersoen que se funden los continuadoresde lageneración emergente(del 6<)) con los másjóvenescreadores.No es yanala referenciahistóricade la mayoríade estasnominaciones,dadoquecár-cel. destierroy censurason factoresquesignaninexorablemente todalaproducción quesigue a ese ya lejanoseptiembredel 73.

6. Pablo Neruda: Fin de mundo (BuenosAires: Losada.1976): 74.7. Ibid.8. Mario Benedetti. «Nicanor Parrao eí artefactocon laureles».Los poetas comunicantes

(México: Marcha, 1981): 46.

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La autorreflexividadde la nueva poesíapotenciaal máximo el dialo-gismotextual conesatradiciónviva e innegable,en una actitud quetam-bién viene practicadapor los propios maestros.Quisiéramosllamar laatención aquí,en concreto,sobrelos textos de dos de ellos.GonzaloRo-jas,en «Escritocon L», realiza la siguientereflexión:

Mucha lecturaenvejecela imaginacióndel ojo, suelta todas las abejasperomata el zumbidode lo invisible, corre,crecetentacular,se arrastra,subeal vacíodel vacio, en nombredel conocimiento,pulpode tinta. paralizala figura del solquehay en nosotros,nosviciosamente mancha9.

Parece que elgranmaestroquisieraalertardel graveestigmade laes-criturade su época.En el otro ladode la balanza,OscarHahn,brillante au-tor quebasasu originalidad precisamenteen la recreatio de los clásicos,formulaen el soneto«¿Porquéescribe usted?»una significativa respuesta:

Porquegóngoraporquela tierra porqueel sol:porquesanjuan porquela luna porquerimbaudporqueeí claro porquela sangreporqueel papel:porque la carneporquela tinta porquela piel’0

Esta actitud dialógica de Hahnpreludia la ya aludida autorrefiexivi-dad y heteroglosiade la escrituramás reciente,en la que la tradicióninundala escenade laescrituray sóloquedandos salidas: elcontinuismoo la ruptura;en síntesis, larevisión constantede lospadrespoéticos.Así,por ejemplo,en la «Declaraciónde Rotterdam»de agosto de1961 se pue-de leer:«Nosotrosy nosotras,otros y otras, poetasmarxistas,neomarxis-tas.grouchomarxistas,chilenos reciclados,náufragosreunidos,hijos deVioleta y John Lennon,Huidobro y Liv human(..¿jldecretamoslválidas,legítimasy necesarias todaslas tendenciasy escuelasartísticas,inclusoaquéllas,surrealistasy románticas,clásicasy antepoéticas¡sic! (...) neo-rnahlerianasy retronerudianas, quilapayúnicase intiUimánicas. ociosasycomprometidas,vodka y coca-cola,de horno, fritas, pasadasy con pe-bre»’’. La causade esa irreverencia haciala tradicióny eseespíritulúdicoa lavez queensalzadorde lo grotesco orupturistase justifica conel cam-

9. Erwin Días (cd.).Poesia chilena de hoy. DeParra a nuestros días (Santiagode Chile:Do-cumentas,1991): 76.

lO. Ibid.: 179.II. SoledadBianchí.«Ya queestamosaqui aprendamosalgo», en RicardoYamal(edj,

La poesía chilenaactual (1960-1984)y la crítica (Chile: EdicionesLAR. 1988): 200.

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bio dehorizontesde) contextoquelo enmarca:la idea deRimbaudsobrela entradaal amaneceren lasespléndidasciudadesya no es un nortereal.el optimismo deja paso alescepticismocomo notade época.

Los comentariosde críticosy poetasquedanpolarizadossiempreen lamisma dirección.Así, el poeta BrunoMontanéopina que«en poesía.loschilenosno dejaremosde seridealistassi no sabemosleer la enormeava-lanchadiscursivade aquelen quien insistensea nuestropadre:el granNeftalí Reyes.En nuestropaís siemprese ha comenzadoa escribirbajolasombrade loscuatrograndespilares,pero todoslos próximosdíasserádeseablequeesasmanosescribancondistinto pulso,con otrocalordirec-to y sin sombra»’2.La melancolíade lasinfluenciasse transparentaaquícon toda su fuerza. Lospropios críticosformulan sus análisis siempreapartir de lasgrandespresencias;Agosiny Franzense refierenaJuanCa-meroncomo autorque«seescapade losgrandes monstruosde la poesíachilena, Neruday Parra»’3,mientras Hugo Montes anotaacerca de laobrade otrojoven poeta:«Es inevitablepensaren Nerudacuandose lee aMemet...»’4.La jocosaformulaciónparrianaqueen determinadomomen-to histórico considerarala división de los poetas en tres grupos—¡zerudófilos, nerudiantes y nerudópatas5— no parecetan desenfocada.Sin embargo,la relaciónheteroglósica,el movimiento constantede afir-macióny ruptura. no se detieneni se centraen un soloautor. El propioParrahacequeGregoryCohen,poetade la nuevahornada,se autodefinacomo «pulidopor la candorosalentede Goethe.innovadoy astillado porel asmáticode rostro sureño —Parray su ángulo familiar»’6, mientrasHuidobroes objeto tantode consideracionespositivas(recuérdeseel her-mosopoemade EduardoAnguita «Mesterde Clerecíaen memoriade Vi-cente Huidobro»,de 1971) como carnavalizantes:es el casode RodrigoLira:

oh. poetas!No cantáisa las rosas, oh. dejadíasmadurary hacedíasmermeladade mosquetaen el poema’7.

En «Composiciónescolar»,Mauricio Redolésformulade mododirec-to y sin ambagesesaangustiosa cargaquela tradición inmediatadepositasobrecadanuevocreador:

12. SoledadEianchi,Entre la lluvia y el arcoiris (Rotterdam:Edicionesdel Instituto parael NuevoChile, 1983>: 251,

13. Yamal: 299.14. Ibid: 327,15. Entrevista personal.agosto de1989.16. Bianchi, 1983: 149.¡7. Días:233.

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Paralos jóveneschilenosquenosdedicamosa estode la poesiamistral, huidobro.neruda.de rokha,pezoavéliz. parrapor mencionarsólo algunasestrellaslocalesson la cordillera de los andesy nosotroslos de hoy en la mañanano alcanzamosni a esosmontoncitosde arenaque hacenlos enamoradosen las playas...18.

A la vista detodoslos datos aportados,podemosestablecercomo unade las notasmás claramentedefinitorias de la poesíachilena aclual sudialogismopermanente—ya sea con fines recreadoreso distorsionado-res—conla palabramágicay demiúrgicadeHuidobro,la hipnosisverbalde Neruda,el imaginario antipoéticode Parra,y también los máscerca-nos, laluz envolventede GonzaloRojas,el tedio urbanodc Lihn y el pa-raisoperdidode Teiller. a los que hay queañadirautoresextranjeros,en-tre losquedestacanel genioimperecederodeDarlo y la llaneza emotivaycomprometidaa un tiempodeErnestoCardenal,referenteliteralmentere-conocidopor muchosde esosjóvenescreadores.Sc confirína por tanto lagran paradojaformulada por Bloom: «Los precursoresnos inundan,ynuestraimaginaciónpuede morirahogadaallí: perono puedehabernin-gún tipo devida imaginativasi esa inundaciónes evitadacompletamen-te»’9. Los paragramasde referenciahierencl orgullo delcreadoral tiempoquele retan a unanuevaconquistapoética.

Una vez establecidaesavisión de conjuntodc la escena de laescriturachilena en los momentosactuales,abordaremosla tarea de analizarsunaturaleza,en lamedidaen quela falta de perspectivahistóricaJo posibilite.Destacaremosaquíel análisisrealizadopor Iván Carrasco,quien consI-derala existenciade cuatrovertientesen esta nueva poesía:neovanguar-dista20, apocalíptica,testimonialy etnocultural.Consideramosbastanteacertadala división aunquees objetahlesu fusión deelementosformalesy temáticos,de modoquepreferiremossustituiret primer factorpor el te-ma «urbano»y referirnos,por otra parte,a la polarizaciónde formasendos vertientesantitéticas: La llaneza expresivay el experimentalismoformal.

Veremos,por tanto,queel espacio ciudadano dominay contextualizala nueva poesíay condicionaelementostalescomoel pesimismo.el tedio

18. Soledad Bianchi,«La joven poesíachilena».Aneycultura (Rotterdam:Instituto pa-ra el NuevoChile. 1982): 17,

19. Bloom: 178.20. Retornamosaquí al intertexto:cf, el comentariode Alberto Madrid. ~<tapoesíaneo-

vanguardista cuestionael discursomimético,y se proponeunabúsquedamásexperimentalque enlazacon el trabajo de lasvanguardias decomienzodesiglo. Huidobroenespecial>’.en «Poesíachilena (actual): fragmentosde una arqucologia>’. Foro Iberoamericano,Sala-manca. 1991 (inédito).

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y el nihilismo antela despersonalización,mecanizacióny soledadde lavida en lagran urbe. EnriqueLihn es seguramenteel hermanomayordeestacorriente,de la que es claro ejemplosu libro A partir de Manhattan.Los problemasde identidady la alienaciónse desprendende estalineate-mática y provocanla ruptura del significante,la ambigtledad.el escepti-cismohacia la transparenciao utilidad de lapalabra,y la escrituraseha-ce búsqueda,juegoo destrucción.Estaactitudformal condicionaráresul-tadosduramentecriticadospor FedericoSchopf: «En nuestromedio ac-tual, veo ciertoneoexperimentalismoo neo-vanguardismoa la fuerza, nomotivadoen ningunaexperienciaauténtica,un voluntarismotan peligro-so como el que (des)animóa la desprestigiadaliteraturacomprometidaode servicio.Hay demasiado pseudoexperimentalismo—manejo torpe, demaestrochasquilla.de losmedios,de la lenguay otros códigos—,dema-siado sentimentalismobarato,cursi»2t. Efectivamente,es riesgosa laem-presade destruccióniniciada por gran parte de losjóvenespoetas. quecentranel discursoen la autorreflexividadconel peligro deincurrir en undiálogo solipsistaentrepoetasy críticosy condenarse.de estemodo.a unsuicidio colectivo. Ese es el motor de la autocríticaqueen «Verdadero-lalsotestimonio»22realiza EduardoLlanos,otro de losnovísimos:se tratade unpoemaimpecable,a modo depoética,en queel autorrevisa suque-hacery critica los malesquesignanla poesíade sutiempo con humil-dady humor: las maquinacionesentrela Torre de Babel y la Torre deMarfil, la confusión del análisis semiológicocon el análisissemilógico yla construcciónde poemascomopuzzlespara profesores,esencialmente.Schopfes másduro y directo cuandoafirma queciertos «notablestextos—Purgatorio y Anteparaiso,de Zurita,La Tirana de Maquieira,por ejem-plo— sedestacan sobreunamasa,en verdad anónima,de pseudoliteraturaex-perimental.pretenciosa,increiblementepoco imaginativa. voluntarista.sobrecargadade desinformacióny penosamentemarcadapor las defor-macionesquele ha infligido supretdnsiónde adecuarse ventajosamenteala oferta y demandade un supuestomercadolibre del arte»23.

En cuanto a lo religioso apocalíptico que anotabaCarrascohay queañadirla existenciade diversasvariantes,y tambiénla frecuenciade estarecurrenciaen Parra(Cristo de Elqui): la obra de Raúl Zurita es un claroexponentede estamodalidad,a la quese añadenen ciertosmomentoslasnotas antipoéticas:

Los curastambiénson viudosperode una mujerque en verdadnuncahan tenido y queigualmentesalia con otros24.

21. Días: 19.22. Ibid.: 310-li.23. Ibid.: 24.24. Hianchi, 1983: 125.

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Pero lomásrelevantede la vertienteanotadaes que«esta poesía estácentradaen la figura de un sujetolírico que adopta una actitudprofética.es decir, deintérpretede larealidadde su puebloy su épocade acuerdoalavoluntaddivina, conel fin dedenunciarlos pecadospersonalesy socia-les y anunciarun futuro de paz&5.

Finalmentehay quedestacarla poesíatestimonial,comprometida,delaque sonexponenteimportantelas CanasdeprisionerodeFloridor Pérez,y la poesíaetnoculíural,que incluye lenguasindígenas.,dialectosdel espa-ñol deChile. el discursode la crónicay la historia y otros ingredientessi-milares que coadyuvana la creaciónde poemas-denunciasobrela margi-nación y explotaciónde losgruposétnicosy culturasautóctonas.De estaúltima vertientees seguramente ClementeRiedemannel autormásdesta-cado.

Tampocodespreciaremoslas puntualizacionesde Luis Bocaz2 sobrelas vertientes temáticasquenacendesde elquiebrehistóricodel 73. Seña-la esteautorla ciudadaníacultural chilenade la nueva poesía que.comotal, ofrecesu fidelidad haciala peculiaridaddel hablade su país. Por otraparte,el patrimoniode la imaginacióncolectivaconstituidopor lo nacio-nal destierrala temáticafundadaen ámbitosajenos.A ello se une la flui-dez semiótica,quemezcla una pluralidadde códigos:«encontramostex-tos enque se insertanfragmentosde historietacómica,alusionesa las ar-tes plásticas.recuperacionesdel lenguajey tono de la historiao deotrasciencias»27.La devaluacióndel yo lírico, rasgo de los poetas de losaños50, elimina la figura dclGranPedagogo,y cl texto y la lecturason objetode la desacralización:«Se trata, en elfondo, de una interrogaciónacercade lascondicionesdel consumodc la producción culturalen que el poe-ma desparececomo soporteprivilegiado para ser reemplazadopor unasuerte deespaciopoético»28.Se recurreal humory a la cabriolacircensepara retratarla cotidianidadesperpéntica,y eí espaciopoéticosufreunprocesode carnavalización.

Las notasde Luis Bocaz, si no totalizadoras.sí certeras,no dejanquepaseinadvertidaunacaracterlsticacomúna casi todasellas: la vincula-ción con la antipoesía.Efectivamente,es un hecho cierto quedentro deesamareade influenciasy contagiosquesignala nuevaescritura,haydosnotascasigeneralizadas:la reaccióncontrael magisteriopoético deNeru-da, presentepor oposición(salvo en algunoscasos. cotno losde JoséMa-ria Memety EduardoLlanos)y la admiracióny reconocimiento haciaNi-canorParra,gran maestrode lasgeneracionesmás jóvenescomoartifex de

25. Iván Carrasco.«Poesiachilena de la última década(1977-1987)”.Rcvista Chilena deLiteratura. 33,(1989):37.

26, Luis Bocaz. «Reflexionesacercade la poesíachilena contemporánea: notasparaunalectura ideológica».Lar. 4-5 (1984):34-42.

27. Ibid: 40.28. lbid:41.

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las grandesmutacionesde la poesíadesde loscincuenta:antipoesíay arte-factosse sucedenen unacamalcónicaproducción aúnen cursoy que noha perdidovigencia en lomásmínimo.

Esaes la clavequecanalizael nuevoestatutodel poetaquereaccionacontra la voz oracular.su desajustecon el caosdel mundomoderno,lafragmentaciónde su lenguaje, la incorporaciónde elementosespúreosen la poesía(colla ge,artes plásticas), lapresenciade lanarratividady el ha-bla autóctona,la desmitificaciónde losgrandes dogmas,el humormor-daz ehiriente, la transgresiónde códigosquepuedeincorporaral poemainclusoel lenguaje publicitario,etc. No envanorecordamosaquíesosele-mentosparrianos.pues losencontraremos,reelaborados,en losdistintospoetasquehoy protagonizanla escenade la escritura,tantoen lalíneadela sencillez formalcomo la del experimentalismo.ambaspresentes.

Destacaremossin embargocomo másfrecuenteeseneovanguardismoqueexasperahastael límite las posibilidadesexpresivasdel signo lingílís-tico e incluye los elementosmás disparesen la obra poética.Así, porejemplo,vemosqueEduardoParrase dedicaa foto-poemas. objetospoéti-cos. libros que traenflores y perfumeso poemastáctiles~.JavierCampos,por su parte.presentala fotografíacomotemapoético,aunadocon lo po-lítico y lo urbano,como en«Santiago75», dondeencontramosuna ciu-dadatenazada porel fantasmasilentedel miedo:

Hace añosqueestamosrecorriendolas callesEn ataúdesherméticos

unos se hacenlos (lormidos otros los que mirandespreocupadoseí paisaje calcinadoperoes igual

todos estamosperfectamenteviajando2&>.

El mundomodernointerfiere a la poesíay la estigmatiza;la ciudadseconvierteen símbolodel terror y adquiereunaconnotaciónhistóricapre-cisa. dentro del lenguajeen clave delsilencio,como se observaen elsi-guientetexto de Roberto Bolaño:

La velocidadsedetiene,mira haciatodaspartes.enloquecea las fechas.Un anar-quistoide muertobajo las ramasplateadasde un sauce.Encimade él la primaveraviolenta. Fuera de ese cuadrouna muchachasueñarenacimientosatrocesMí.

El signolingílístico se distorsiona,sufre tambiénun procesode cama-valizaciónen que se inviste demáscarasdiversas,se transformaen cali-gramas,en palabrasinventadasy extranjeras,o incurreen elcampode lo

29. Bianchi. 1983: 82-3.30. Ibid: 178.

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vulgarantipoético.Todo es posibleen elnuevoespaciode laescritura.Ob-sérvenselos neologismosen el siguientepoemadeJorgeMontealegre.

«Ville Lumiére»Oscuraparael extrañofónmonóglotaperdido en susarterias

para el rarilingúeajenoy la piel Oscura..>’

O el siguientecaligramade EduardoLlanos:

H O

E RL E

TC P

OC P

delaL muerte E

E zumbay zumba RH dejándonosel cráneo o

y el esqueleto temblorosos.¿Cómo olvidar ci tableteo de aquellas metralletastartamudasarrasandoconfuria a los francotiradoresapostadosenlas azoteasy los tejados deesosedificioscercanosaLa Moneda? Memoria,basuraldeimágenes.

¿paraquéenibellecerteescribiendoversos

encl aire?

Un humor de ecosantipoéticosresuenaen un gran porcentajede laproducciónde laúltima generación,a modo decarcajadacinica y escépti-caquedesmitifica todoslos valores,a vecesno sin ciertaternura,como enel siguientetexto deFloridor Pérez:

Bajoel efectode la marihuanaCaperucitase ha comidoal lobo.en lamismacamade la abuelitaAhora tendránqueabrirle laguatita32.

31. Ibid: 230.32. JaimeQuezada(ed)..Pesia/ovendeChile, México.Siglo >0(1. 1973: 72.

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Uno de losautores más osadosen el terrenodel experimentalismoesJuanLuis Martínez.quejuegacon máscarasy espejosy se transmutaenJuan de Dios Martínez(o un Swande Dios proustiano conreminiscenciasproféticas),al igual quesu poesíaproteicase expandeen lapáginaviolan-do todaslas leyes delagramáticay la tipografía formalmenteestablecida.Lo metalinguisticose transforma sorprendentementeen objeto poetizablee interpretasupropio papeldibujandoacaprichosu versiónde la poesíasobrela páginablanca,y dialogandotambiénconlos maestros,como en«El cisnetroquelado»,queofreceunaglosainesperadade Darío:

(¿Y el signo interrogantede su cuello (2)?:reflejado enel discursodel agua: (¿): esunaerrata)’3.

Además inventael autorel lenguajepajarístico o confabulaciónfonéti-ca. enque pájarosy escritoresse expresan irracionalmentea travésdel si-lencio, aunque«los pájaros másjóvenescomotambiénasí algunosescri-tores y músicossufrenhoy por exceso delibertad y estána la búsquedadel padreperdido»34,en clara alusiónal confusionismoy desorientaciónque caracterizaa la producciónactual.

El pastichese convierteen unmodode concebirla poesíaperfectamen-te lícito y productivo.Lo lúdico. a suvez, se incluye en esa cosmovisiónpoéticacomo reflejo implícito en suprincipio motor. La desintegracióndel sentidodel poemalleva a formulaciones surrealizantesen que se re-torna al absurdoonírico de las introspeccioneslíricas, como en los si-guientesversosdeSoledad Fariña:

entreliquenesnegrosalgasveoflotarmi rostrocarcomidopor lenguasAhi va eseojo comobocasedientaQuébusca35.

Sin embargo,esjustoanotartambiénquefrentea esaspoéticasexperi-mentalístasnos sorprendetambiéna menudouna poesíasin pretensio-nes.desnudade ornamentos,de lenguajeasépticoy cotidiano: GonzaloMillán. por ejemplo, destacapor su hondurahumanay la sutil ironía, al-go amarga,queembargasu escritura;es el casode «La ciudad»,dondeuna inversión temporaldeshacela tragediade septiembreen unaquimé-rica recreacióndel deseo:

RenaceNeruda.Vuelveenunaambulanciaala Isla Negra.Le duelela próstata.Escribe.VictorJaratoca la guitarra.Canta.

33. Diaz: 203.34. Ihid: 207.35. Ihid: 215.

Page 12: Chile: La Generación Dispersa

276 SelenaMillares

Los discursosentranen las bocas.El tirano abrazaa Prat.Desaparece...36

En síntesis, nosencontramosanteun panoramaconflictivo de aguasrevueltasen quela poesía vaga casi a laderiva,debatiéndose entrelas exi-genciasde la torre de Babel y la torre de marfil—en términosde Llanos—,entrela angustiade lasinfluenciasy la pasión porla originalidad,entrela devociónhaciala palabradesnuday la exasperaciónde las posibilida-deslinguisticasdel signo. entreel esplendory la crisis.La historia dirá laúltima palabra.

SELENA MILLARESUniversidad ComplutensedeMadrid (España)

36. Ibíd: 224-5.