Cartografías de Imaginarios de Consumos Culturales La Negra Ester

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UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA Magister en Arte, mención Patrimonio Cartografía de Imaginarios de Consumos Culturales Elizabeth Andrea Aguilar Martínez - Paula Andrea Domínguez Correa Carola Andrea Maturana Aguayo

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Investigación sobre la historia y organización de la Compañía Gran Circo Teatro y específicamente la puesta en escena de la obra "La Negra Ester".

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UNIVERSIDAD DE PLAYA ANCHA

Magister en Arte, mención Patrimonio

Cartografía de Imaginarios de Consumos Culturales

Elizabeth Andrea Aguilar Martínez - Paula Andrea Domínguez CorreaCarola Andrea Maturana Aguayo

Profesor: Víctor Silva EchetoMódulo: Metodología de la Investigación

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Introducción

El presente trabajo tiene por objeto analizar el montaje histórico “La Negra Ester”,

como fenómeno identitario chileno en cuanto representación de una vivencia real:

aventura del artista Roberto Parra, escritor y cantante popular, personaje típico de

nuestro folklor, característico de la idiosincrasia nacional.

Basada en las décimas del mismo nombre de Parra y adaptada por el desaparecido

Andrés Pérez, “La Negra Ester”, se constituye en una obra que marca un hito en la

manera de hacer teatro en Chile, interpretada por un elenco de lujo y musicalizada por

una orquesta de idéntico protagonismo que la propia historia. Esta pieza teatral

recorre el país y el extranjero con impresionante aceptación por parte del público y de

la crítica y va, a través de los años, patentándose a sí misma como un material

testimonial de una parte muy característica de nuestra esencia criolla. La obra se

transforma en el primer montaje de éxito masivo del teatro chileno.

El desafío será definir qué elementos la erigen como la obra más exitosa del teatro

chileno y, a través de esta investigación, revelarla y relevarla como fragmento

fundamental de nuestro patrimonio cultural.

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Cartografías

** Se ruega revisar mapa adjunto con cartografía de recorridos para el desarrollo de la investigación y cuadro de recorridos de la obra a través del tiempo (giras), en carpeta anexa.

Reporte de Cartografía

A. Objetivos

Objetivo GeneralRevelar carácter patrimonial de del montaje “La Negra Ester”.

Objetivos Específicos- Determinar qué elementos y cómo estos constituyeron a la obra en un montaje

de carácter patrimonial (factores identitarios).- Definir cómo la itinerancia y trascendencia de la obra impactó a los intérpretes

de la misma.- Evidenciar el impacto en los espectadores de distintas generaciones, a partir

de las distintas apreciaciones e y significaciones.

B. Marco Referencial

Para establecer un marco referencial sobre La Negra Ester es preciso considerar numerosos factores propios de la obra. Tenemos un fenómeno que ha sido catalogado como propio de la cultura popular chilena y representativo de nuestra identidad nacional, adjetivos proporcionados mayormente por la crítica especializada del resto del mundo. Con todo, La Negra Ester es un fenómeno mucho más complejo que, revisando su historia, es más fácil de descifrar.

En diciembre de 1988, fecha de estreno de La Negra Ester, la contingencia nacional está cruzada por el reciente plebiscito que dio el primer golpe a la dictadura pinochetista. Es un momento en que el tema político, la preparación al retorno de la democracia, se presenta transversalmente en nuestra cotidianeidad y, por supuesto, la política no ha estado ajena al arte. En este álgido escenario, la compañía Gran Circo Teatro lleva a las tablas la historia de amor entre una prostituta y el músico de un burdel del bajo fondo del puerto de San Antonio, creando un antes y un después en la historia del teatro chileno.

La Negra Ester se configura como acontecimiento, por cuanto provoca una ruptura con el teatro conocido y practicado hasta esa fecha, marcando un antes y un después. Intentando descentralizar la cultura y acercar el arte a la gente, la compañía

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Gran Circo Teatro presenta su obra en espacios públicos de comunas periféricas, cobrando una entrada más que accesible, con el fin de que todos quienes se interesan por la obra puedan disfrutarla. A la configuración de este acontecimiento se suman creaciones culturales dentro de la obra, como lo son la música, el maquillaje y el vestuario que se utilizan, los que son manipulados a la manea del circo, del teatro callejero. La Negra Ester no obedece a los cánones del teatro tradicional, y es la convergencia de las creaciones culturales participantes la que la posiciona como única en su especie y que la mantiene vigente hasta la actualidad; la obra deja de ser acontecimiento, por cuanto en su proceso la ruptura inicial es sustituida por la durabilidad, concepto que, a casi veinte años del acontecimiento, la mantiene vigente y por sí misma.

Anteriormente, señalamos que La Negra Ester es considerada como fenómeno propio de la cultura popular chilena y representativo de nuestra identidad nacional. Roger Chartier, en su texto “’Cultura popular’: retorno a un concepto historiográfico” plantea la cultura popular como “un concepto culto”: “un concepto que delimitaba, caracterizaba, nombraba, unas prácticas que jamás fueron reconocidas por quien las ejecutaba como pertenecientes a la ‘cultura popular’” (Chartier, 1994). En resumen, la cultura popular es designada y reconocida como tal por su contraparte, la cultura letrada, perteneciente a la élite; es cultura popular lo que no es cultura de élite. Y es cultura popular chilena porque presenta una historia ambientada en el estrato social bajo de nuestro país, más aún, una historia real y empírica que su protagonista, el poeta y cantante Roberto Parra Sandoval, convirtió en décimas en las cuales narra el romance de dulce y agraz que sostuvo con Ester; romance que la compañía Gran Circo Teatro, al presentarla en escenarios nacionales y extranjeros, sería catalogada como “una robusta y colorida pieza de teatro popular”, en palabras del diario británico The Guardian. Ante esta afirmación, formulada por crítica especializada, cabe preguntarse: ¿Qué es lo popular? ¿Por qué The Guardian habla de “teatro popular” y no de “teatro” a secas? El concepto de “lo popular” presupone un conjunto de tradiciones, costumbres y aspectos propios de un determinado sector social: específicamente, del estrato económicamente bajo. Si bien una historia de amor y desamor, como lo es La Negra Ester, puede ocurrir y ocurre transversalmente en todas las sociedades y en todas las clases sociales, el carácter popular de la obra radica, más que en su guión, en la trama de elementos conjugados en la producción que consiguen llevar a La Negra Ester a su puesta en escena. “Lo ‘popular’ no puede ser inmediatamente hallado en un conjunto de textos o costumbres, que principalmente necesitan ser identificados, listados y descritos. Sobre todo, lo ‘popular’ puede indicar una especie de relación, una manera de utilizar productos o códigos culturales compartidos, en mayor o menor grado, por todos los miembros de la sociedad, pero, comprendidos, definidos y usados en estilos de forma variable” (Chartier, ídem).

Asimismo, ¿podemos considerar como propio de la identidad chilena un fenómeno que, hemos señalado, puede darse en todas las sociedades, no sólo la nuestra? Néstor García Canclini, en su texto “Diferentes, desiguales y desconectados: mapas de la interculturalidad” menciona que la cultura es “la instancia en la que el grupo organiza su identidad (…) las culturas se organizaban para dar identidad, para afirmarla y renovarla en las sociedades” (Pág. 35). Nuevamente es la manipulación de los códigos culturales presentes en La Negra Ester lo que permite reconocer esta vertiente como válida. A la música, el maquillaje y el vestuario, de cuyas orientaciones

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para la conformación de un fenómeno único ya hemos hablado, se suma otra creación social: la comunicación, a través del lenguaje. Más que lenguaje, cierto tipo de habla: no es español, sino que chileno, con todo lo que ello implica: modismos, connotaciones y pronunciaciones que nos son propios, como sociedad y como población, y que no compartimos con otro pueblo. La diferencia es una herramienta importantísima al momento de crear y reconocer identidades, y es posible reconocer la propia al examinar las ajenas. Quienes definieron la obra como “propia de la identidad chilena” lo hicieron desde fuera del país; el ajeno reconoce en La Negra Ester elementos que en su propia cultura, en su propia sociedad, son distintos o inexistentes.

C. Metodología

El tipo de investigación será cualitativo, por cuanto se desea obtener información fidedigna de relatos, percepciones e historias de vida que den cuenta del fenómeno analizado y que contribuirán al logro del objetivo general de investigación.Se utilizará la entrevista como principal recurso a la hora de intentar recoger o sistematizar el relato oral que alimenta la puesta en valor del referente, en el entendido de revelar el carácter patrimonial de la obra, en tanto patrimonio intangible chileno.La entrevista es de tipo abierta, tanto abierta-breve como abierta en profundidad atendiendo al sujeto entrevistado, en este caso espectadores o integrantes del elenco/producción de la obra, respectivamente.

C.1. Presentación de Datos entrevistas

Entrevistas realizadas a espectadores:

1. A qué edad, en qué año y dónde vio la obra La Negra Ester?Tenía 19, el 2001, estaba en primero de la U y creo que la vi en la carpa de Vicuña Mackenna .2. Porqué fue a verla y en qué circunstancias?Fui con un amigo que me gustaba mucho y a cumplir por fin el sueño de verla, porque ya había oído mucho hablar de ella, incluso ya había visto Popolvuh de la misma compañía.3. Qué le llamó más la atención de ésta, como primera impresión?La vivacidad de sus personajes, el roto chileno, las putas, una sensación de estar paseando borracho por Valpo, embriagado. Y lejos lo que más me gusta es la música y el maquillaje.

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4. Percepción final?Hermosa, Muy chilena. La música me acompaña todavía.5. Qué valores (o antivalores) le transmitió este montaje?Mmm…, un zapatero celoso, fíjate que le pegaba a su mujer…, o las enseñanzas del fundo de oro, donde todos culiaban menos el toro…6. Qué le pareció la puesta en escena total? (aspectos destacables)Te logra sumergir en la historia, uno pasa a ser un curado mas mirando desde adentro, muchos colores, muchos maquillajes y personajes distintos, entrañables. 7. Cómo la definirías hoy?Imprescindible.8. Tuvo algún impacto a corto o largo plazo en su vida, el haberla presenciado?Salí muy muy contenta de la obra. Aporta a mis momentos de felicidad, sobretodo en la música que va conmigo de vacaciones.9. Considera que forma parte de nuestro patrimonio cultural? Por qué?La obra es todo lo que es el roto chileno, el hombre de puerto, el puterío, la pobreza, es sabrosa en ese sentido.10. La vería nuevamente si la repusieran?De todas maneras, sí.11. La apreciación que hizo de ella ha cambiado a lo largo de los años?No creo.12. Sabía que es un montaje a partir de una historia real y que muchos de los

elementos utilizados en la puesta en escena correspondían a fragmentos de los lugares originales donde transcurrió la historia?

Si? Creo que historia contada por Lalo Parra.13. De qué modo crees que interpreta o identifica al chileno? En qué aspectos?En lo vivaracho, la picardía, las mujeres sumisas y las que se atreven, el curao tan presente en toda familia chilena. Encuentro que representa más al chileno de regiones, de campo, porque de hecho es mucho más alegre que en Santiago, el oficinista cualquiera…

1. A qué edad, en qué año y dónde vio la obra La Negra Ester?En 1989 a los 35 años en el Gimnasio de la Confederación deportiva de Magallanes en la ciudad de Punta Arenas.2. Porqué fue a verla y en qué circunstancias?La vi por su fama nacional e internacional y en la traída a Punta Arenas participamos como auspiciadores con el Colegio Médico de Magallanes.3. Qué le llamó más la atención de ésta, como primera impresión?El hecho que haya sido en forma de rima y prosa muy especial y mantenida durante toda la obra. (heptasílabas ). El vestuario y maquillaje era muy impresionante y adecuado y lo que más me impresionó fue la orquesta.

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4. Percepción final?Gran obra popular que ha trascendido generaciones de chilenos, sobre la juventud de un destacado poeta popular y que se hizo famosa fuera del país.5. Qué valores (o antivalores) le transmitió este montaje?Que la cultura popular es tan cultura como la más tradicional y de la cual pueden nacer obras de gran belleza .6. Qué le pareció la puesta en escena total? (aspectos destacables)Puesta en escena fue perfecta y los aspectos más destacados son sin duda el vestuario, maquillaje y la versatilidad de la orquesta.7. Cómo la definirías hoy?Obra musical única en su género y una de las más importantes y famosas realizadas en la historia de Chile.8. Tuvo algún impacto a corto o largo plazo en su vida, el haberla presenciado?Hubiese sido imperdonable no haberla visto habiendo llegado hasta Punta Arenas. Haber tenido mayor interés por las manifestaciones artísticas chilenas ya que pueden ser de gran calidad.9. Considera que forma parte de nuestro patrimonio cultural? Por qué?Debe ser una de las más importantes del patrimonio cultural del país por representar una expresión cultural popular de gran calidad en todo sentido.10. La vería nuevamente si la repusieran?Sí11. La apreciación que hizo de ella ha cambiado a lo largo de los años?Creo que no.12. Sabía que es un montaje a partir de una historia real y que muchos de los

elementos utilizados en la puesta en escena correspondían a fragmentos de los lugares originales donde transcurrió la historia?

Sabía que correspondió a parte de la vida del autor en el Puerto de San Antonio y su relación con una La Negra Ester. Ignoraba lo segundo.13. De qué modo crees que interpreta o identifica al chileno? En qué aspectos?Interpreta al chileno de la época en ambiente portuario y además de la bohemia de esos años.

1. A qué edad, en qué año y dónde vio la obra La Negra Ester?17 años, 1996, estación Mapocho, Santiago.2. Porqué fue a verla y en qué circunstancias?Me invitó una amiga, y en ese entonces comenzaba a interesarme por distintos eventos culturales que se realizaban en la ciudad.3. Qué le llamó más la atención de ésta, como primera impresión?Grafica una realidad chilena de la época, muy pintoresca y capta la atención del público, te metes en la obra.4. Percepción final?

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Una muy buena obra, recomendable 100%. 5. Qué valores (o antivalores) le transmitió este montaje?

6. Qué le pareció la puesta en escena total? (aspectos destacables)Increíble actuación y el gran toque lo da la música en vivo.7. Cómo la definirías hoy?Destacada obra nacional, que rescata la historia e idiosincrasia chilena8. Tuvo algún impacto a corto o largo plazo en su vida, el haberla presenciado?

9. Considera que forma parte de nuestro patrimonio cultural? Por qué?Si, ya que mediante esta obra se mantiene vigente características y costumbres chilenas. Es destacable también que la música sea al mas puro estilo chileno.10. La vería nuevamente si la repusieran?Sin duda.11. La apreciación que hizo de ella ha cambiado a lo largo de los años?No, se mantiene.12. Sabía que es un montaje a partir de una historia real y que muchos de los

elementos utilizados en la puesta en escena correspondían a fragmentos de los lugares originales donde transcurrió la historia?

Algo de eso supe algunos años después de haberla visto.13. De qué modo crees que interpreta o identifica al chileno? En qué aspectos?En que interpreta el cotidiano, costumbres, música, jerga y vestuario de la época.

1. A qué edad, en qué año y dónde vio la obra La Negra Ester?Aproximadamente 35 años, en Punta Arenas.2. Porqué fue a verla y en qué circunstancias?Porque nos enteramos que se presentaba acá y ya había tenido éxito en el resto del país.3. Qué le llamó más la atención de ésta, como primera impresión?Ver una obra que habla de los chilenos.4. Percepción final?Idem.5. Qué valores (o antivalores) le transmitió este montaje?La no discriminación y valorar lo nuestro.6. Qué le pareció la puesta en escena total? (aspectos destacables)Me pareció adecuada y creíble.7. Cómo la definirías hoy?Un clásico chileno.8. Tuvo algún impacto a corto o largo plazo en su vida, el haberla presenciado?Bueno, hablar de nosotros ya que siempre hablamos de los otros.9. Considera que forma parte de nuestro patrimonio cultural? Por qué?Por supuesto, porque retrata una realidad nuestra en forma muy atemporal.10. La vería nuevamente si la repusieran?Sí.11. La apreciación que hizo de ella ha cambiado a lo largo de los años?No.

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12. Sabía que es un montaje a partir de una historia real y que muchos de los elementos utilizados en la puesta en escena correspondían a fragmentos de los lugares originales donde transcurrió la historia?

Sí.13. De qué modo crees que interpreta o identifica al chileno? En qué aspectos?Bueno, muestra una parte de nuestra “sociedad” de forma bastante real, el lenguaje, vestuario, códigos, dichos, etc.

1. A qué edad, en qué año y dónde vio la obra La Negra Ester?A los 17 años, en la Estación Mapocho, 1996.2. Porqué fue a verla y en qué circunstancias?Fui a verla porque mi mamá me la recomendó mucho y me invitó junto a una amiga.3. Qué le llamó más la atención de ésta, como primera impresión?La puesta en escena, el vestuario, la cantidad de actores el modo de hablar, el maquillaje, la destreza de los actores, la música.4. Percepción final?Me encantó, quedé bastante impresionada, era muy distinto a todo lo que había visto hasta ese momento.5. Qué valores (o antivalores) le transmitió este montaje?En ese minuto, sin haber visto muchas cosas, tal vez me mostró otra forma de ver el arte, un paradigma nuevo.6. Qué le pareció la puesta en escena total? (aspectos destacables)Me pareció fantástica, como adolescente quedé pasmada ante tanto estímulo visual y auditivo. Destacaría la escenografía, vestuario, maquillaje muy llamativo, la música en vivo, los actores que cantan y bailan, el hecho de hablar en décimas.7. Cómo la definirías hoy?Como un hito en la historia del teatro chileno, una propuesta creativa en extremo, muy completa, que refleja esa parte picarona del “ser chileno” y que identifica a mucha gente.8. Tuvo algún impacto a corto o largo plazo en su vida, el haberla presenciado?Si. Bueno en el minuto de elegir un tema de investigación pensé en “La negra Ester”, siempre me ha llamado mucho la atención, forma parte del imaginario chileno, todo el mundo conoce la obra pero no muchos la han visto, me siento afortunada de haberla visto, y comprometida con las propuestas chilenas. En mi opinión es material obligado, tan importante como aprenderse el himno nacional.9. Considera que forma parte de nuestro patrimonio cultural? Por qué?Sin duda. Creo que además de una propuesta muy interesante desde el punto de vista estético y musical, da a conocer otra forma de ser chileno, y eso me parece muy relevante para apropiarse de alguna manifestación artística.10. La vería nuevamente si la repusieran?Claro!11. La apreciación que hizo de ella ha cambiado a lo largo de los años?Sí, con el pasar del tiempo considero que es una tremenda puesta en escena, como dije antes, marca un hito en el teatro chileno, y en la interacción de las artes, incorpora préstamos culturales como el maquillaje chino, elementos circenses,

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música en vivo, y da a conocer aspectos característicos de nuestra cultura, como la picardía del chileno.12. Sabía que es un montaje a partir de una historia real y que muchos de los

elementos utilizados en la puesta en escena correspondían a fragmentos de los lugares originales donde transcurrió la historia?

Sí.13. De qué modo crees que interpreta o identifica al chileno? En qué aspectos?En que da a conocer una forma de “ser chileno” que antes no había sido abordada, Dentro de la historia hay descripciones con las que probablemente muchas personas se identifican, o al menos se sienten cercanas. No es difícil ver la obra y encontrarse con una situación que le pudo pasar a cualquier chileno.

Entrevista a Guillermo “Cuti” Aste, músico y director de La Regia Orquesta.

¿Cómo llegaste a ser parte y a dirigir La Regia Orquesta?

Yo estaba estudiando Licenciatura en Música en la Universidad de Chile y en la Facultad de Artes había solamente un casino, donde acudía la gente de Danza, de Sonido y la gente de Teatro, que estaba allá en Morandé, también venía a este mismo recinto. Entonces ahí me hice amigo de la María José Núñez, del Boris Quercia, del René Rossel y de un montón de otra gente que más adelante iría trabajando conmigo. La pareja de la María José Núñez era Horacio Videla, que estudiaba en la Católica, él estudiaba Teatro y empezamos a hacer teatro callejero con él. Al año siguiente hicimos teatro para plazas, con la Corporación Cultural de Las Condes, después hicimos un infantil que se llama “La historia sin fin2 en el Teatro de la Universidad Católica y entre medio apareció Willy Semler con la María Izquierdo, ellos querían montar La Negra Ester, el poema original, y hubo unos ensayos en que yo no participé. Finalmente, me llamó el Willy porque estaba trabajando con los De Kiruza, con Mario Rojas, pero necesitaba a alguien que coordinara la parte teatral con la parte de la música, un director musical. Entonces ahí entré yo, pero alcancé a estar dos o tres ensayos con ellos en los cuales alcancé a conocer al tío Roberto Parra y al tío Lalo (Parra) también, los conocí, tocaron delante de mí allí en el Cultural Mapocho. Sin embargo, se abortó el proyecto porque faltaba presupuesto. Entonces Willy consiguió en el Teatro Cariola, con el señor Miguel Estuardo creo que se llamaba, montar Don Juan de Moliére, ahí en el Cariola. Y mientras tanto nosotros estábamos dando La historia sin fin en el teatro de la Universidad Católica, un espectáculo infantil, en las mañanas, entonces en la tarde dábamos Don Juan de Moliére en el Cariola y en eso llega Andrés Pérez a Chile, el año 88. Y va a ver las dos obras y se dirige a mí al final del ensayo de la función de Don Juan de Moliére, que era para estudiantes, para colegios, y me dice que le gustaba mi trabajo, que había visto las dos obras y que le gustaría trabajar conmigo, porque él estaba acostumbrado a trabajar con música en vivo, en su pasado de teatro callejero y en lo que había hecho con la Arianne Mnouchkine en el Theatre du Soleil allá en Francia. Y me aprovechó de preguntar si yo le podía recomendar alguna obra, me dijo que quería montar la historia de Chile. O algo relacionado con la historia de Chile. Yo le dije: “mira, historia de Chile no te tengo, pero La Negra Ester es un poema que quería

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montar Willy Semler, habla con él”. Y yo le dije al Andrés Pérez que hablara con Willy Semler. Willy Semler le mostró el poema, le encantó al Andrés e inmediatamente se puso en contacto con el tío Roberto para reescribirlo porque el poema estaba en pasado y en primera persona, todo había que llevarlo al presente y a las voces de los diferentes personajes, ya no era un solo narrador omnisciente, sino que distintos personajes, cada uno con su propio texto y su propio presente. Entonces hubo que reescribir el poema de nuevo y por supuesto que también se amplió mucho, el poema al original tenía dos o tres páginas y al final la obra no sé, como cuarenta. Entonces entre los dos empezaron a escribir la cosa y Andrés me confió a mí la dirección orquestal del asunto. Yo en un comienzo quería hacer una banda más completa, con bajo, batería, mi amigo Jorge Lobos que tocaba la trompeta lo quería meter ahí también y yo con el acordeón, eventualmente. En una compañía que yo participaba, Teatro Provisorio, habíamos hecho cinco montajes, uno para el Chileno Norteamericano que se llamaba “Y Warhol”, así tal cual, y ahí participó el grupo Los Tres, que habían llegado a Santiago a mostrarse por primera vez, y los alojamos en mi casa. Yo estaba ensayando la obra de Warhol con la música de Velvet Underground en vinilo y cuando llegan Los Tres se me ocurre la brillante idea de que ellos toquen la música en vivo, total eran cuatro funciones y se multiplicaron en ocho. Sin embargo, el Titae, que era el bajista, se iba para Salzburgo a estudiar contrabajo y el Pancho Molina no sé que otra cosa hizo pero tampoco quisieron participar, al final el único que enganchó fue Álvaro Henríquez. Y así fue como quedamos Álvaro Henríquez, Jorge Lobos y yo, bajo la dirección mía. Esa es la historia de cómo llegué a La Negra Ester.

¿Ésa es también la historia del porqué de la música en vivo en La Negra Ester?

Claro, Andrés Pérez necesitaba música en vivo porque él trabaja con un método que nada es rígido, el actor tiene que re-descubrir la situación todas las funciones. Esto viene de la Arianne Mnouchkine. El otro día vi un reportaje de Peter Brug que decía ¿Por qué el público de hoy no se merece una función mejor que la de ayer? ¿Por qué el público de hoy no merece lo óptimo?, dice. El teatro acá es arte de la re- presentación, los actores repiten. El Andrés, más que re-presentar hacía re-vivenciar, él trabajaba con la verdad escénica y no le gustaba que los actores repitieran movimientos, gestos, tonos de voz, sino que más bien el personaje se encontrara frente a la situación y reaccionara en forma natural. Por supuesto que las funciones no eran totalmente distintas unas de otras, pero sí cambiaban los tiempos, más lento, más rápido, más intenso, buscaban por otro lado, así que la música no podía estar fija, muerta, estable, congelada, tenía que ir siguiendo al actor; un contrapunto, donde lo que hace el actor y lo que toca la música va totalmente entretejido, como un telar. Es así que la música en vivo es la única que puede cumplir esa función. La Negra Ester marcó un cambio en lo que era el espectáculo teatral.

¿Cuánto tiempo formaste parte de La Regia Orquesta?

Desde su inicio, hasta el día de hoy. La última función, fue el 10 de diciembre de 2006, el día que murió Pinochet, fue una coincidencia, escuchábamos los

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helicópteros y los gritos, nosotros estábamos en Vicuña Mackenna, a una cuadra de Plaza Italia. Ese día me propuse a mí mismo dejar de hacer La Negra Ester pero, sobre todo si querían hacer temporadas, yo creo que es la hora de que cabros más jóvenes se la aprendan y la hagan. Igual he tenido reemplazos pero con interrupciones y todo yo he sido el músico de La Negra Ester por veinte años.

En un principio, ¿cuál era el público objetivo?

Recuerdo una entrevista que nos hicieron en Concepción, en la primera gira, la obra ya tenía éxito y un periodista nos preguntó: ¿y cómo han recibido ustedes este éxito para una obra que no tenía pretensiones? Yo al tiro levanté la mano y dije: Perdón, nosotros teníamos todas las pretensiones del mundo, teníamos la pretensión de hacer la mejor obra en la historia del teatro del mundo o que nos fuera pésimo. Pero nunca dijimos que no teníamos pretensiones, todo lo contrario, estábamos llenos de entusiasmo, nos sentíamos una especie de selección nacional de teatro: habían seis directores de teatro actuando en la obra, Andrés venía en su mejor momento, estaba Roberto Parra con esta obra maravillosa, estaban todas las condiciones para hacer un montaje precioso. Y las pretensiones eran las máximas, de todas maneras nosotros partimos de forma muy humilde, estrenando en Puente Alto, en un ruedo, ni siquiera en una carpa, una huincha separaba el interior del exterior y permitía que la gente tirara piedras al escenario durante la función y era bastante sacrificado porque por 500 pesos entraba una familia entera, con tal de que hubiera público Andrés dejaba entrar gente. Una vez se puso a llover y algunos valientes partieron a tapar todas las cosas con plástico; recuerdo una vez que con Álvaro Henríquez volvimos llorando, llevábamos dos semanas de funciones y no ganábamos nada de plata, apenas teníamos para el colectivo de vuelta, una cosa bastante dramática… Sin embargo, apenas llegamos al Santa Lucía, la cola daba la vuelta; de la terraza hasta abajo y la gente tenía que comprar entradas para dos o tres funciones después. Fue súper bonito y partimos al tiro de gira, en San Antonio y a San Antonio llegaba gente de Santiago, entonces en primera fila tú veías travestis, pescadores de San Antonio con su buen olor a pescado, con su tajo en la cara, gente de pueblo, y caballeros con bastón enchapado en oro y su Mercedes Benz estacionado al lado que habían venido de Santiago a ver la obra, porque no habían alcanzado entradas. Entonces, público objetivo era el universo entero y siempre fue así. Estábamos abiertos a que todo el que pudiera pagar la entrada llegara, siempre y cuando llegara a la hora porque después se cerraba la puerta y nadie podía entrar.

Entonces, ¿podríamos decir que el fin era dar un espectáculo de calidad al que quisiera verlo? ¿No hubo una intención como de llegar al “bajo fondo”?

Sí hubo una intención de descentralizar el teatro porque apenas pudimos nosotros empezamos a llevar el teatro a la gente, no a esperar que la gente viniera a nosotros. Y por eso, apenas nosotros podíamos alargar dos, tres, cuatro meses en el cerro Santa Lucía, pues nada; nos fuimos a San Antonio invitados por el alcalde y de San Antonio nos fuimos a Punta Arenas. La gira al sur fue maravillosa en términos personales y culturales y para la obra como experiencia, pero un desastre en términos

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económicos. Nos fuimos en tren a Puerto Montt, de ahí en barco cuatro días a Punta Arenas, pasamos el Golfo de Penas con tormenta, una experiencia impresionante. Hicimos Punta Arenas, Puerto Montt, si no me equivoco Valdivia, Temuco, Concepción y llegamos a Santiago, en ese tiempo, con un millón o dos millones de pesos de deuda que ahora no es tanta plata pero en ese tiempo para nosotros era bastante. Estuvimos como quince días aquí y nos fuimos por cuatro meses a Europa, al tiro. En mayo del 89 estábamos partiendo a Europa, hasta septiembre. Llegamos a Francia, donde la Arianne Mnouchkine, alojamos en casas de amigos y después fuimos a festivales, donde teníamos alojamiento en hoteles y todo perfecto. Estuvimos en Londres, Inglaterra, después en Escocia, en Glasgow, después fuimos a Irlanda, a un pueblo maravilloso, Galway. Y de Irlanda nos pegamos el medio pique, había que tomar un barco para Liverpool, donde tomábamos un tren a Francia y transbordábamos a otro tren a Italia, fuimos a un pueblito pequeño que se llama Dro, en el Lago di Garda, y a la isla de Cerdeña. De ahí nos fuimos un festival maravilloso en Zurich, Suiza, y después de eso recién pudimos volver a Chile, en septiembre del 89. De ahí hicimos temporadas creo que en la estación Mapocho, que estaba totalmente abandonada. Luego, siempre tratando de hacer itinerancia, de llevar el teatro a la gente, adonde no hay teatro, eso era lo más bonito. Después hicimos una gira al norte, otro desastre económico… Toda la gente piensa que con La Negra Ester nos hicimos millonarios y la verdad es que si algo hicimos fue perder plata. En el mejor momento el sueldo eran doscientos mil pesos mensuales. Creo que vinimos a ganar con La Negra Ester hace poco, en las últimas funciones, a diez o quince años del estreno empezamos a vender las funciones caras y tampoco tanto, ganábamos más pero no lo que gana un empresario. El éxito comercial de La Negra Ester fue un mito, hubo desorden en las platas. Igual pudimos darnos el lujo de vivir sólo del teatro, sin hacer nada más.

Tú que participaste de las giras dentro y fuera de Chile… mi percepción: 1989, exiliados, retorno a la democracia… ¿cómo era el cambio de público, del de aquí al de afuera? ¿Quiénes eran los que iban a ver La Negra Ester en el exterior?

Nosotros íbamos a festivales internacionales y la verdad es que no nos topábamos mucho con los chilenos, salvo alguna vez en Estocolmo que hay una población chilena muy grande y en Berlín, que alguna vez fuimos a almorzar con la comunidad chilena. Cuando fuimos a Australia, que fue hartos años después, también tuvimos una suerte de esquinazo. Yo tenía más ganas de conocer Australia que de ir a conocer la comunidad chilena allá, para serte honesto, pero la Rosa Ramírez y todos los demás estaban muy contentos de ir a visitar a los chilenos y ellos estaban muy emocionados también, de tal forma que llevé el acordeón, estuvimos cantando cuecas con la gente de allá… pero yo diría que el noventa y ocho por ciento del público que nos veía afuera era gente de los lugares donde íbamos y no entendían el idioma… se entregaban pequeños resúmenes, dos o tres líneas por escena, para que no estuvieran todo el rato leyendo. La obra era muy sencilla en cuanto a lo que comunicaba, una historia de amor, encuentro y desencuentro. Nunca tuvimos problema con el idioma, la gente entendía perfecto la obra, de una u otra forma. Quizá en los países latinos era más fácil pero de todas formas la obra ni siquiera está en español, está en chileno, tiene muchos modismos, mucha coa, mucha terminología del bajo fondo o del pasado sureño, tiene hartos términos que ni los chilenos actuales entienden. Pero la obra se

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entiende fácil. Con sólo verla talvez uno la entiende. El lenguaje emocional era tan evidente, se trabajó tanto en torno a las emociones que lo que se decía se decía de muchas formas, con el texto, con la actuación, con la música, se decía con todos los elementos que se manejaban ahí. El maquillaje, el vestuario, servían como elementos narrativos. Se podía presentar en cualquier parte, eso era lo bonito.

¿El elenco sufrió muchos cambios en esos dieciocho años?

No en los primeros años, pero después hubo que reemplazar. Cuando la Ximena Rivas se quebró una pata o cuando la María Izquierdo tuvo guagua las reemplazó la Mabel Guzmán. Sí hay un elenco completo de reemplazo que ha hecho la obra, al principio eran re malos, luego entraron en la mecánica y la obra vive. De una u otra forma, renació como el ave fénix, de sus cenizas, y el público se ríe, llora y aplaude igual que antes. Lo de los reemplazos tenía sus pros y sus contras pero la obra se mantenía en pie sola.

¿Y la escenografía? Tengo entendido que en ella había mucho del “Luces del Puerto”.

Sí, la escenografía se mantuvo intacta. Los elementos eran unos catres y la puerta de la cocina, una perta azul con un hoyo redondo, esas cosas se mantiene hasta el día de hoy. Lo que se reemplazó pero al comienzo fue el piso, eran baldosas de demolición sobre cemento, en una armadura de madera, por linóleo en un escenario de madera que lo hizo Andrés Palma, el escenógrafo original. Armábamos el escenario y nuestras propias graderías, que las mandamos a hacer. La escenografía original, las baldosas, eran maravillosas, pero pesaban demasiado.

¿La Negra Ester tuvo algún periodo de sedentarismo, en un lugar fijo, por ejemplo, en la carpa del Gran Circo Teatro?

No, nunca estuvimos mucho rato instalados en alguna parte. Siempre incinerando, en la Estación Mapocho, en la explanada del Museo de Arte Contemporáneo… lo que pasa es que no quisimos quedarnos “profitando” de esa obra, y estrenamos otros montajes paralelamente, como “Época 70 Allende”, en el año noventa, noventa y uno, pero no eran tan populares como La Negra Ester y para poder ganar plata hacíamos una en la semana y la otra sábado y domingo. El noventa y tres hicimos una gira con la Digeder al norte, con La Negra Ester, y ensayando otra obra, Popol Vuh, basada en el libro de los mayas guixé. Esa gira fue espantosa para nosotros, alguien al interior de la Digeder se quedó con gran parte de la plata del proyecto y los viajes y el alojamiento fueron horribles. Con Popol Vuh sí ganamos plata, estuvimos un mes y veinte días mostrándola en Berlín. También tuvimos dos obras de Shakespeare y estuvimos mucho tiempo sin hacer La Negra Ester. De hecho, volvimos a hacerla poco antes que Andrés muriera, estábamos haciéndola cuando murió y fue velado en la escenografía de La Negra Ester, en el teatro Providencia.

¿Entonces hubo un periodo en que La Negra Ester coexistía con estas tres o cuatro obras que presentaban?

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Sí, al principio por una estrategia económica, porque salvo Popol Vuh las otras no rendían lo mismo. En eso fuimos a un festival en Cuba, donde le dieron el premio a la mejor obra extranjera presentada en la década (noventas). Después a Australia… allá se utilizaron subtítulos, como en el cine, la gente leía lo que pasaba.

¿A qué crees que se debe la trascendencia de La Negra Ester a través del tiempo, como parte de la memoria colectiva chilena? Es indudable que La Negra Ester es chilena.

Claro. Bueno, el chilenismo está. Por suerte, no está caricaturizado, no hicimos una obra totalmente costumbrista con la rueda de carreta y el vaso de vino, pero indudable que la escritura en décimas, que no es chilena, viene de España, pero se arraigó mucho en Chile y los payadores la usan hasta hoy, pero La Negra Ester… primero, que era una historia de amor, y eso no tiene que ver con Chile, tiene que ver con la humanidad, todo ser humano tiene relación con el amor, por que lo ha vivido, no lo ha vivido o por que lo perdió. Cuando se trata de amor se va a la segura, pero no en esta obra, porque no era moderna, cuando el teatro quería ser moderno, estábamos haciendo una especie de contra vanguardia, con música folclórica e incidental que ésta era más cercana al cine italiano de los años setenta. Yo creo que la mezcla correcta es que era una obra que hablaba de una historia de amor cuando el teatro, en esos tiempos, era de entretención o era teatro político, había mucho teatro político en contra de la dictadura y nosotros elegimos hacer una historia de amor que de una forma u otra también era político, pero nosotros nunca quisimos que fuera política. Mucho tiempo después, conversando con otras personas, nos dimos cuenta que habíamos hecho un gesto político al hacer una historia de amor entre una prostituta y un cantante del más bajo fondo, porque Roberto Parra, por muy hermano de Nicanor y la Violeta que fuera, tocaba en los prostíbulos, en los circos, de chico vendía flores a la salida del cementerio y lustraba zapatos. Entonces, estábamos hablando del pueblo, y por el sólo hecho de hablar del pueblo estábamos haciendo política. Pero no era la intención. Estábamos tomando una especie de fotografía de una situación cultural, que también es social y económica. La prostitución, el músico alcohólico, que no tiene trabajo fijo, que cae preso, que tiene que agarrarse a cuchillazos con los otros para lograr su objetivo… estábamos representando al pueblo que había quedado bastante olvidado o excesivamente manoseado en nombre de los intereses políticos. Estábamos hablando de una historia de amor entre gente del pueblo y esa cuestión pegó mucho. La obra tenía tres patas muy fuertes: una era Roberto Parra, por su obra, el texto que escribió era tan maravilloso ya como poema y su adaptación quedó increíblemente bella, muy sintética y bien estructurada. Otra, el elenco, la “selección nacional” de teatro en ese momento, y Andrés Pérez que venía con este método de la Arianne Mnouchkine, que tampoco es de ella, lo recogió mezclando elementos del teatro oriental y tradicional, una forma de hacer teatro novedosa y acertada. Entonces, ¡paf! Se formó una molécula. Y también el momento país, cuando el teatro está, con justa razón, abocado al teatro político y no se había hecho quizás una historia de amor de esa envergadura. Entonces marca un hito muy importante.

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¿Y de toda esta molécula que tú me dices, hay algo que nos haga decir que esta obra es chilena, es muy chilena?

Bueno, porque la obra refleja la esencia profunda del pueblo chileno, que es la carencia y la dificultad, la dificultad para vivir, imagínate que es una obra que trata de una prostituta con un cantante de prostíbulo. A la prostitución nadie llega por elección. Ha existido siempre, hoy hay prostitución sofisticada, hay chiquillas que salen adelante acostándose con futbolistas o gente famosa, músicos, más que nada futbolistas. Entonces, si tú intercambias sexo por un beneficio que a la larga es económico estás en la prostitución. La violencia intrafamiliar, la droga, la prostitución, se dan más en las clases altas que en los barrios bajos, nunca han estado ajenos a los males de la naturaleza humana. Pero traducir esto a una obra de teatro donde la belleza ensalza, eleva esta actividad a un nivel estético, que logra emocionar y hacer llorar a la gente con la historia, cuando normalmente esa gente dice “esta maraca no sé cuánto” o “este roto de mierda, que importa que se lo coman los perros” y ven entonces a un roto de mierda con esa maraca enamorados de esa forma y el caballero con su bastón enchapado en oro se emociona con esto, yo creo que esa fue la clave de La Negra Ester, que supo traducir en un lenguaje artístico y teatral una realidad del bajo fondo chileno, lo tradujo en una obra de arte. Se transformó en algo prístino una historia miserable.

¿A partir de qué parámetros tú desarrollaste la musicalización de la obra?

Yo venía trabajando desde antes en teatro, así que ya había aprendido a relacionar algunos parámetros musicales con las emociones, a que ciertas notas, ciertos tempos y ciertos instrumentos pueden condicionar la emoción. Eso le llamó la atención al Andrés, pero había que llevarlo más allá. El me enseñó que la música no se tocaba independiente de la escena, que la música esté al servicio del texto. Eso me ha ayudado mucho para musicalizar cine. Por un lado hicimos un trabajo de instrumentación, el tío Roberto tocaba con guitarra de palo, española, buscamos una. Willy trajo un acordeón de su abuelo. Andrés quería un clarinete, por la época, años cincuenta, pero no encontramos. Yo aprendí a tocar saxo soprano, un ex carabinero me vendió uno. Y la trompeta de Jorge Lobos, muy apropiado para la época. Un set de percusión mínimo, no había baterista. Los músicos hacíamos enroques de instrumentos. Para suplir la carencia del bajo, aprendimos a tocar a la manera del jazz guachaca. Hacíamos algo sencillo, al servicio de la escena. La música tiene que ser un elemento más, no sobrepasar. La simpleza y la pobreza eran claves, llegamos a la gran fórmula de que menos es más, un poco intencionados y un poco obligados. Había una belleza en la pobreza de la obra entera. Los primeros vestuarios eran diseños hechos con ropa vieja de los mismos actores. Parte del financiamiento venía de las fiestas Spandex que hicimos para juntar plata.

¿Qué fue para ti formar parte de La Negra Ester?

Bueno, para mí fue una iniciación, yo aprendí trabajando con el Andrés lo que no habría aprendido haciendo tres magísteres o sacando cuatro carreras en la universidad. Aprendí en la práctica, el rigor en el trabajo, la puntualidad, la actitud

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correcta, el delirio en el buen sentido de la palabra. El Andrés era un mago, hacía materializar las ideas. Todos los disparates podían ser realidad. Yo quedé formateado para trabajar con la verdad y tratar de hacer siempre lo mejor en mi trabajo, hasta el día de hoy.

Última pregunta: ¿Por qué La Regia Orquesta?

Por que en esa época se usaba mucho lo de los adjetivos, como “gran circo gran”, por ejemplo. En los carteles de ese entonces, todos los bailes eran musicalizados por una “regia” orquesta. Ocupamos el genérico para no ser menos.

C.2. Análisis

** Se ruega revisar cuadro de análisis por categorías en carpeta anexos.

C.3. Interpretación de datos

A partir del siguiente estudio cultural cualitativo, de la obra de teatro chilena “La negra Ester”, estableciendo como límite de estudio, espectadores chilenos de distintas generaciones, que hayan visto la obra en nuestro país. Se presentan como variables tiempo y lugar, debido a que se encuentran en dos puntos del país, Santiago y Punta Arenas respectivamente.

Luego de la realización de entrevistas abiertas a espectadores, y de un relato de historia de vida de un integrante del elenco, donde nos hemos conformado como observadores participantes, y presentándose como categorías: generación, consumo, lugar, puesta en escena, elenco, musicalización, proceso, identidad, patrimonio, definidos desde un punto de vista etnográfico, se han obtenido los siguientes datos :

El fenómeno de La Negra Ester estuvo marcado desde su inicio por la premisa del Gran Circo Teatro de presentar un espectáculo de calidad dirigido a todos quienes quisieran verlo, por lo tanto, el público objetivo fue un grupo heterogéneo donde no existen diferencias dadas, por ejemplo, por el género, la edad o el sector social al que pertenecían sus participantes. La única condición para el consumo de la obra fue el entusiasmo del observador, condición que se mantuvo dentro del país y en las numerosas giras al extranjero que se realizaron. La generación asistente a la obra opera como categoría troncal, por cuanto establece interacciones con aspectos de producción y percepción de la obra que servirán, entre otras, como piso para el establecimiento de La Negra Ester como elemento patrimonial e identitario de la chilenidad, a la vez que la transmisión oral del fenómeno aumenta las expectativas de su consumo, con el espaldarazo que brindan los medios de comunicación y los mismos espectadores, configurando la itinerancia como elemento clave que permite aumentar el consumo cultural al no restringirse a un determinado lugar; a esto se suma la puesta

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en escena, ya un clásico del teatro, en la que los elementos patrimoniales e identitarios se hacen visibles y tangibles. Y lo “intangible”, la labor del elenco completo, actores y músicos, reafirman el carácter patrimonial desde la oralidad y el revivenciar la historia, haciéndose parte de nuestra historia.

En la interacción de la categoría musicalización con el elenco de la obra se produce la interacción de la orquesta en vivo como participante activo del montaje, hecho que provoca gran impacto en la audiencia. Dentro del proceso de la musicalización, existen cambios en cuanto a su conformación a lo largo de los años, sin embargo la banda se configura como un elemento de carácter patrimonial por ende identitario. El proceso de la obra en todas sus categorías denota su trascendencia a través del tiempo, a partir de la apropiación transversal por parte del público, hecho que repercute en su conformación como ícono identitario y patrimonio chileno, por tanto el patrimonio opera como parte y como reafirmación de la identidad.

C.4. Conclusiones del estudio metodológico

La obra fue concebida y materializada como un espectáculo cultural dirigido a

todo público, sin distinción alguna.

En su trayectoria se configura como objeto de consumo cultural, tanto dentro

como fuera de Chile.

El lugar no influye en el desarrollo de la obra, se ofrece íntegra en sus distintos

puntos de presentación.

La puesta en escena, como composición, está revestida de carácter patrimonial

por los elementos presentes en ella.

Del mismo modo, hay una “reconceptualización” del elenco, en el que se

incluyen los músicos en vivo.

La musicalización cobra especial protagonismo en el desarrollo y a lo largo de la

obra. En la aplicación de entrevistas es un aspecto que los espectadores

destacan constantemente. Se materializa su éxito debido al lanzamiento de un

disco exclusivo con música de la obra.

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El proceso de las categorías denota la trascendencia de la obra, y su

conformación como imaginario dentro del espacio cultural chileno.

La obra es reconocida como eje identitario y como patrimonio nacional chileno

por parte de todos los entrevistados.

La totalidad de los espectadores volverían a ver la obra.

Dentro de las irregularidades se detectó que a pesar de que la totalidad de los

espectadores volverían a ver la obra, no se encuentra en cartelera.

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Conclusiones

Dentro del conjunto de imaginarios de nuestro país se encuentran aspectos tangibles e intangibles que nos caracterizan. A pesar de la diversidad presente en nuestro territorio, existen rasgos en común que nos identifican y de los cuales nos apropiamos. “La Negra Ester”, historia del amor y desamor de Roberto Parra con una prostituta en el puerto de San Antonio, forma parte de estos imaginarios, que se expande al conformarse como consumo cultural a través de su adaptación como puesta en escena de arte dramático.

A través del proceso de búsqueda de material bibliográfico de la obra, se detectó que en numerosas oportunidades se le denomina con el término popular, tanto en su inspiración, conformación como obra, destinatarios, lenguaje, personajes, etc. Al indagar en el significado del término desde el punto de vista de dos autores -García Canclini y Chartier, respectivamente-, se ha detectado que por acierto o coincidencia, la obra se ha llegado a conformar como tal. En ambos casos se tiende a categorizar el término, con el objetivo de comprenderlo en profundidad desde distintas disciplinas, para señalar a lo que se contrapone, a aspectos que en parte la conforman, y a puntos de vista que al integrarlos sintetizan lo que el término supone.

Para comenzar con el análisis de la aplicación del término a la obra, ahondaremos en dos aspectos fundamentales que interactúan y se fortalecen entre sí. Uno de ellos es la historia que representa y su apropiación. El hecho de poner en escena la historia de un chileno perteneciente a un estrato social más bien bajo, quien se enamora de una prostituta, nos encontramos ante la recreación de un modo de vida identificable y para muchos conocido. Tomando en cuenta que es imposible valorar lo desconocido, el hecho de que un número significativo de espectadores comprenda lo que acontece, en un contexto artístico, muchas veces entendido como exclusivo de elites, genera un sentido de apropiación de lo que es testigo, y se transforma en acontecimiento. Lo popular entendido como grupo al que pertenecen las culturas subalternas heterogéneas, no informadas, ni menos educadas, es aplicable a este punto de vista, por tanto, se da a conocer otra forma de “ser chileno”, de un modo no tradicional, y este hecho satisface necesidades de consumidores de este producto cultural.

El contexto donde se sitúa la obra es un factor determinante para su comprensión como fenómeno popular, tanto en el momento y lugar en que surge, como en su proyección a través del tiempo. La negra Ester fue estrenada el 9 de diciembre de 1988 en la comuna de Puente Alto. En aquel momento nuestro país atravesaba por el momento más oscuro de su historia: la dictadura. Cuyas consecuencias propias, afectaron naturalmente al desarrollo de las artes en nuestro país. Bajo el alero de la represión, persecución y censura, surge este hito en la historia del teatro chileno, cuyo éxito y extenso conocimiento se lo debemos inicialmente a la oralidad, producto de la apropiación masiva de una vivencia particular de la cultura popular.

El segundo de los aspectos es su difusión. Debido a las características antes citadas, determinadas por lo que se recrea y su contexto, genera un fenómeno de masificación

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de esta manifestación artística que aborda una vivencia particular de la cultura popular. Dicho fenómeno tiene sus orígenes en la oralidad, a partir de la cual la obra comienza a circular. Al generar impacto y apropiación por parte de los espectadores, el fenómeno es transmitido y por tanto un gran número de personas desempeña el rol de espectador-difusor. Así el fenómeno se expande, y comienza el recorrido del imaginario, que trasciende al grupo representado en la obra, dando a conocer un modo de “ser chileno”. De este modo se produce la interacción entre lo popular y lo masivo, recorriendo distintos espacios sociales, donde “La negra Ester” no es sólo admirada y reconocida sino también apropiada.

Por tanto “La negra Ester” se conforma como manifestación de arte popular, de acuerdo al análisis y definiciones extraídas de los textos de Néstor García Canclini y Roger Chartier (Ni folclórico ni masivo ¿qué es lo popular? y “Cultura popular”: Retorno a un concepto historiográfico, respectivamente), abordando el termino a partir del relato que representa, recreación, contexto en que se sitúa, y del modo en que se difunde masivamente. La interacción de los factores antes mencionados, sin dejar de mencionar la puesta en escena, definida como producto cultural hibrido, en su modalidad circense, la utilización de máscaras chinas, y la interacción de músicos y actores durante su desarrollo, aspectos que justifican su riqueza en la utilización de recursos que en su totalidad da a conocer fielmente, incluso utilizando elementos extraídos de la vida real, aquella forma de “ser chileno”, sin ocultar los “sinsabores” y la “picardía” de un modo de vida, utilizando un lenguaje provocativo, para muchos, y una modalidad de verso, atribuida a una rama literaria popular chilena, reafirman el lugar de “La negra Ester” en la memoria colectiva y el espacio cultural chileno.

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Anexos

Décimas de La Negra Ester

de Roberto Parra (extracto)

Al puerto de San Antonio

me fui con mucho placer

conocí a la Negra Ester

en casa de Celedonio

era hija del demonio

donde ella se divertía

su cuerpo al mundo vendía

le quitaban su trabajo

pior que un escarabajo

donde el jilucho caía

la negra muy cosquillosa

no aguantaba la barreta

güen chancho bonitah tetah

su carita como rosa

como espiga de orgullosa

pero no le valió nada

porque estaba deshojada

como parra en el otoño

pero hay que bajarle el moño

a esta carta marcada

yo miraba de reojo

sin decir media palabra

si era tan linda la cabra

le hacía la pata al cojo

y saldré de mih antojoh

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pensaba pa mih adentroh

no voy a contar el cuento

cuando llegue el lindo día

lah nocheh voy a hacer diah

juro por el firmamento

llegaba todah lah noche

con la guitarra en la mano

en invierno y en verano

altiro me armaba boche.

Aguantaba loh reprocheh

Como estaba enamorao

me encontraba desgraciao

porque no me daba bola

y me rascaba la cola

porque no estaba a su lao

Un día por la mañana

anteh que rayara el sol

mah linda que un arrebol

fresquita como manzana

muy alegre muy ufana

venía la Negra Ester.

Hasta cuando padecer

no aguantaba loh tormentoh

me muero de sentimiento

si pierdo a la Negra Ester

Por fin cayó la paloma

borracha como tetera

sin saber lo que me espera

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cuando el sol recién asoma

chillaba como lah monah

enrollá como cabestro

“Vamoh a acostarnoh maestro

por fin vai a hacer tu gusto”

cuidado no te dé susto

¿qué te parece Roberto?

Me pellisqué lah orejah

creí que estaba soñando

lah piernah me están temblando

miro a la linda vieja

“Se van a acabar tuh quejah

y también loh alborotoh

la suertecita del roto

ya te encuentro máh bonitoh”

¡a tu jaula pajarito!

Y empecé a hacerle cototo

Yo estaba medio saltón

porque era muy re pelienta

sacaba todah lah cuentah

qué irá a ser deste encontrón

perdería la ocasión

si me la dan en bandeja

ni aunque zumben lah abejah

me tiro loh carrilazoh

y me la pesqué de un brazo

por fin le cayó la teja

Page 25: Cartografías de Imaginarios de Consumos Culturales La Negra Ester

No dije niuna cosa

noh juimoh para la pieza

le miraba su belleza

a mi linda mariposa

se portaba cariñosa

quizáh por la borrachera

bramaba como ternera

se tiró sobre la cama

y me pegué como escama

como polvo en la pradera

Al otro día señoreh

muy tapao de cabeza

la negra se puso tiesa

se acabaron loh amoreh

“voy a descubrir lah floreh

con quién estoy acostá”

y tirando la frazá

me dejó al descubierto

“levántate boquiabierto

me aprovechaste curá”

“La noche quien la pagó”

tocaba el pito la negra

“te corriste viejo ‘e mierda”

“Y si usté me convidó...”

La guitarra no aflojó

que tenía en el rincón

y se la entregó al cabrón

por la noche que debía

“¿Con qué me gano la vía?”

le dije a mi linda flor.

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Iba llegando a la puerta

un poco desesperao

“Quién te quita lo bailao...”

me dijo la mosca muerta

“...me pasa por boquiabierta

de pasar tan maloh ratoh

venga pa’ca mi Torcuato

y no muestre lah hilachah

me diste la pera huacha

te salvai como Pilato”

Me acosté para la orilla

la besaba con ternura

era toda una hermosura

olorcito a maravilla

corcoviaba como ardilla

al ponerse la montura

la potranca muy madura

le gustó la monta en pelo

me apretaba sobre seno

doblaba la coyontura

Me quedé el fin de semana

estaba muy colocao

bien comío, bien tomao

y en el bolso mucha lana

lah arrugah y lah canah

se jueron como un encanto

sólo al baño me levanto

pero cuando está nublao

a su lao acurrucao

yo me quedo suspirando

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Me despertaba a las doce:

"vaya a comprar la cerveza

que me duele la cabeza

mi viejo no se me enoje

de pasá donde On Jose

se trae unoh mejoraleh

pa’ que me pasen loh maleh

voy a quedar muy re picha

vamoh a tomar chicha

adonde el güaso Morales"

Yo partía a metrochenta

me pasaba el güen billete

alegre este ramillete

pedía pronto la cuenta

mi negra estaba despierta

con la garganta seca

ya me voy doña Rebeca

le da saludo a la Ester

esta regüena mujer

mejor que gallina clueca

Comillas y signos de

exclamación de Mario

Rojas quien transcribió

estos textos de la

Primera edición de

Décimas de la Negra

Ester

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Bibliografía

Chartier, Roger: “‘Cultura popular’: Retorno a un concepto

historiográfico”

Texto en formato pdf, en http://magistercomunicacionaustral.blogspot.com/

García Canclini, Néstor: “La globalización imaginada”

Paidós Estado y Sociedad, Buenos Aires, 2005.

“Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la

interculturalidad”

Editorial Gedisa, Barcelona, 2005.

“Ni folclórico ni masivo ¿qué es lo popular?”

Texto en formato pdf, en http://magistercomunicacionaustral.blogspot.com/

Garretón, Manuel Antonio: “El Espacio Cultural Latinoamericano”

Fondo de Cultura Económica, Santiago, 2003.

Sarlo, Beatriz: “La máquina cultural. Maestras, traductores y

vanguardistas”

Ariel Planeta, Buenos Aires, 1998.

Parra, Roberto: “La Negra Ester, Décimas / El Desquite”

Pehuén Editores, Santiago, 2006.

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