CARTAGENA HISTÓRICA · en Cartagena, pero comenzaba otra “guerra” todavía peor: la del...

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H ISTÓRICA CARTAGENA 2,50 CUADERNO MONOGRÁFICO N.º 34 CARTAGENA 1939-1944 Falangistas, republicanos y espías, en medio del hambre, la represión y la II Guerra Mundial CARTAGENA 1939-1944 Falangistas, republicanos y espías, en medio del hambre, la represión y la II Guerra Mundial

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HISTÓRICACARTAGENA

2,50 €

CUADERNO MONOGRÁFICO N.º 34

CARTAGENA 1939-1944FFaallaannggiissttaass,, rreeppuubblliiccaannoossyy eessppííaass,, eenn mmeeddiioo ddeell hhaammbbrree,, llaa rreepprreessiióónnyy llaa IIII GGuueerrrraa MMuunnddiiaall

CARTAGENA 1939-1944FFaallaannggiissttaass,, rreeppuubblliiccaannoossyy eessppííaass,, eenn mmeeddiioo ddeell hhaammbbrree,, llaa rreepprreessiióónnyy llaa IIII GGuueerrrraa MMuunnddiiaall

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Editorial Áglaya

José Cervera Pery

La historiografíade la guerra españolaen el mar (1936-1939)

Una paciente labor de

selección, clasifica-

ción y ajuste de los

textos y unas orien-

taciones sobre fuentes biográficas y

documentales de la guerra en el

mar, constituye el sólido bagaje de

este estudio, en el que el autor,

buen conocedor de la temática a la

que ha dedicado gran parte de su

obra, ha realizado un excelente

ejercicio de honestidad, que por su

contenido y su originalidad, a buen

seguro despertará el interés de un

buen número de lectores.

HISTORIA

Un abanico muestrario que permite conocer los diferentes puntos devista de los distintos autores reseñados que no entorpece la visuali-dad del panorama histórico sino que por el contrario la enriquece.

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CUADERNO MONOGRÁFICO 1

Editorial

Afinales de marzo de 1939 la Guerra Civil había acabadoen Cartagena, pero comenzaba otra “guerra” todavíapeor: la del hambre, la miseria, la represión y el miedo.Una “guerra” que se cebaría de forma manifiesta connuestra ciudad y su comarca, por el mero hecho de

haber sido durante la contienda la principal base naval de la República yuno de los núcleos más destacados del republicanismo y la democraciadesde comienzos del siglo XX.

Los primeros años del franquismo ofrecen un campo de investiga-ción inagotable, en el que desde Cartagena Histórica ya se han llevado acabo algunas aproximaciones exploratorias, con los trabajos de los profe-sores Pedro M. Egea Bruno (“los años del estraperlo”, nº 14) y JuanaMaría Mercader (“Cartagena y la Segunda Guerra Mundial”, nº 20), aun-que el monográfico que hoy presentamos acota aún más este período,reduciéndolo a los cinco años siguientes a la finalización del conflicto, esdecir, a los primeros momentos de la posguerra, reconocidos por todoscomo los más duros y difíciles.

El autor de este artículo monográfico, Antonio Martínez Ovejero,a quien damos la bienvenida a nuestra revista, traza un esquema bastantesombrío de este “lustro negro”, cuyas notas dominantes fueron el ham-bre, la miseria de las masas, la represión sin piedad, el desempleo y eldominio absoluto de la vida política, social y económica por parte de lasautoridades militares vencedoras. A estas pautas de comportamiento, quese repitieron también en otros lugares de la España vencida, añade unanálisis bastante acertado de la tímida oposición al régimen surgida enCartagena en estos primeros años, así como la labor de espionaje contraella por parte de la policía política del franquismo, que se cebaría princi-palmente con los componentes de las logias masónicas.

Resulta también significativo el férreo control llevado a cabo por lasautoridades militares, encabezadas por el todopoderoso almiranteBastarreche, de todos los aspectos de la vida diaria de nuestra ciudad ycómo va cambiando su comportamiento político y diplomático a medi-da que los aliados comienzan a inclinar hacia su lado el desenlace de laSegunda Guerra Mundial.

Es, en definitiva, un estudio riguroso e interesantísimo sobre unode los lustros más difíciles y penosos a los que han tenido que enfrentar-se los cartageneros en su dilatada historia.

CARTAGENA HISTÓRICACUADERNO MONOGRÁFICO N.º 34

Marzo 2008

EDITORIAL ÁGLAYACalle Zagreb, 22

30353 CARTAGENAPol. Ind. Cabezo Beaza

Tel. 968 320 680www.editorialaglaya.com

e-mail: [email protected]

EDITORÁngel Márquez Delgado

DIRECTORFrancisco Velasco Hernández

AUTORAntonio Martínez Ovejero

CONSEJO EDITORIALFrancisco J. Franco Fernández

Luis Miguel Pérez AdánMiguel Puchol Franco

Ricardo Hernández ConesaAntonio González VelázquezJosé Luis Sánchez López

Manuel Rolandi Sánchez-SolísFederico Santaella Pascual

PRODUCCIÓN EDITORIALEva Márquez Zayas

José Antonio Mínguez Saura

EQUIPO TÉCNICOVanessa Martín

ARCHIVO FOTOGRÁFICOEditorial Áglaya

MAQUETACIÓNMONTAJE

FOTOMECÁNICAIMPRESIÓN

EDITORIAL ÁGLAYA

Depósito LegalMU-2045-2005

I.S.S.N. 1696-991X

Francisco Velasco HernándezDIRECTOR

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CARTAGENA 1939-1944Falangistas, republicanosy espías, en medio del hambre,la represión y la II Guerra Mundial

ANTONIO MARTÍNEZ OVEJERO

2 CARTAGENA HISTÓRICA

Las páginas que siguen intentan mostrarnos la realidadpolítica y social de Cartagena en la primera mitad de los añoscuarenta. La investigación realizada ha revelado una visiónde la realidad cartagenera mucho más rica y compleja que launiformidad, la opacidad, y el silencio a que nos condenabala versión oficial del franquismo. A tal fin, se nos muestra elmicrocosmos cartagenero, relacionado con el devenir de la IIGuerra Mundial, la política internacional del Régimen, loscambios que se van produciendo en el entorno del Medite-rráneo más próximo, Italia, África del Norte, etc.

El núcleo central del relato, que se somete a juicio dellector, pretende explicar las repercusiones y consecuenciasque estos hechos tuvieron para la ciudad y sobre todo parasus habitantes, en el ámbito social, económico y sobre todopolítico. Desde las dificultades para el abastecimiento y lasupervivencia diaria, al empleo y la represión, pasando por laversión cartagenera de la compleja situación política nacidadel cambio de tendencia, a favor de los aliados, que se pro-duce a finales de 1942, en la II Guerra Mundial.

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Podremos ver, entre otrasmuchas cuestiones, elpredominante papelpolítico jugado por laCapitanía General del

Departamento marítimo y los man-dos del Arsenal militar; la germano-filia que acompañó sus actuaciones,llegando al encubrimiento del sabo-taje; su alianza con el falangismolocal; su función en las tareas repre-sivas; etc. También se mostrará laaparición de una oposición al Régi-men compuesta por destacadosnúcleos económicos, profesionales,diplomáticos y políticos, compues-tos por notables personalidades queabarcan todo el espectro social ypolítico cartagenero, incluyendo arelevantes miembros del propioRégimen.

En el convencimiento de que nose pueden entender los cuarentaaños de franquismo en Cartagenasin conocer los hechos que determi-naron la situación de los cartagene-ros durante la posguerra, el autor haintentado proyectar nuevas luces ynuevos enfoques a esta realidad. Lasfuentes utilizadas han sido: la heme-roteca del Archivo Municipal deCartagena, así como documentosinternos del propio Régimen, pro-cedentes de la Fundación FranciscoFranco, del Archivo General de laAdministración, del Archivo Histó-rico Nacional y del Archivo Regio-nal de Murcia. A todos ellos, gra-cias.

LA II REPÚBLICA Y LA MARINA.LA LARGA SOMBRA DE LA MEMO-RIA DE LOS JEFES Y OFICIALESREBELDES MUERTOS EN CARTAGE-NA. LA REPRESIÓN FRANQUISTA,EL PODER DEL ALMIRANTAZGOEntre 1931 y 1936, la situación dela Marina de guerra fue bastantetensa debido al enfrentamiento y alas disputas entre los miembros delos distintos Cuerpos de la Armada,especialmente, entre el CuerpoGeneral, de una parte, y de otra, elresto de los llamados CuerposPatentados y los Cuerpos Auxilia-

res. Los primeros tenían un fuertesentimiento elitista y corporativo,así como una orientación políticamayoritariamente conservadora ymonárquica. En enero de 1932,durante la visita a Cartagena deNiceto Alcalá Zamora, muchos ofi-ciales del Cuerpo General se nega-ron a asistir a un acto público, en elque iba a intervenir el Presidente dela República. Otros permanecieronsentados mientras sonaba el himnode Riego o dando la espalda al Jefedel Estado de la República1.

Por el contrario, unos pocosjefes y oficiales de los otros CuerposPatentados (máquinas, infantería demarina, intendencia, etc.), y sobre

todo, los oficiales y suboficiales delos Cuerpos Auxiliares (artilleríanaval, torpedos, electricidad, admi-nistración, etc.) vieron en la Repú-blica la ocasión para satisfacer susreivindicaciones corporativas y reci-bieron con gran entusiasmo suadvenimiento. La masonería estabarelativamente bien introducidaentre sus miembros.

De acuerdo con los datos resu-midos en la Tabla nº 1, existían untotal de 315 masones en los diferen-tes cuerpos de la Armada. Su pre-sencia, aunque cuantitativamenteminoritaria y casi testimonial entrelos Cuerpos Patentados, 63 miem-

bros, 3,15%, era significativa y cua-litativamente muy importante. Losjefes y oficiales del Cuerpo Generaly del resto de los Cuerpos Patenta-dos ejercían el mando directo sobrelos buques y las instalaciones de laArmada. Situados en el lugar y en elmomento oportuno podrían jugarun papel determinante. Unos pocosasí lo hicieron el 18 de julio, pagan-do un enorme precio por ello.

Sin embargo, el núcleo esencialde la masonería en la Marina se ubi-caba entre los oficiales, suboficialesy cabos de los Cuerpos Auxiliares,con especial incidencia entre losmaquinistas. En la marinería pesarámás la tradición obrerista e incluso

sindical. No en vano, como apuntaSueiro: «[…] El buque de guerra sehabía convertido en una fábricamecanizada. Su dotación estaba cons-tituida por especialistas, obreros cuali-ficados y otros, con conciencia de clasey a veces, experiencia sindical […]»2.

Los almirantes Moreno Fernán-dez, animadores y promotores muydestacados de la sublevación militarde la Marina contra la República,en Galicia y fuera de ella, debierontener una idea bastante aproximadadel grado de extensión de las simpa-tías masónicas de sus compañerosde armas. Además, después de laguerra, ocuparon las Capitanías

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Tabla 1: Nº de miembros de la masonería en los distintosCuerpos de la Marina, en 1936.

FUENTE: Elaboración propia a partir de los datos suministrados por los Almirantes Salvadory Francisco Moreno Fernández y el Estado General de la Armada 1963.

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Generales de El Ferrol y Cartagena.Salvador Moreno fue ademásMinistro de Marina entre 1937-45.Ambos tuvieron acceso e intervinie-ron activamente en expedientes dedepuración, investigaciones suma-riales y sentencias de los tribunalesde Marina, que les permitieron eva-luar cuantitativamente la influenciamasónica en la Marina de Guerra.

Los datos que nos proporcionaJosé Antonio Anaya, en su estudiosobre la Masonería en la Región deMurcia3, corroboran las cifras ante-riores en el ámbito cartagenero. Elnúcleo principal de la masoneríamurciana fue sin duda Cartagena.Allí estuvo ubicada, desde 1924, laGran Logia Regional del Sudeste.Durante la dictadura de Primo deRivera y la II República, los mari-nos jugaron un papel esencial en laorganización y la extensión de lasideas masónicas en la región.

La figura más destacada de lamasonería murciana, durante la IIRepública, fue el capitán de corbetaAngel Rizo Bayona, Bondareff:Venerable Maestro y fundador de lalogia Tolstoi (1924); fundador de lalogia de marinos Atlántida (1929);Gran Maestro de la Gran Logia Sim-bólica Regional del Sudeste de España(1925) y Gran Maestre del GranConsejo Simbólico Federal (1936).

Republicano convencido, perte-neció inicialmente al Partido Radi-cal de Lerroux. Después se unió aMartínez Barrio en Unión Republi-cana y finalmente formó parte deIzquierda Republicana. Desde laépoca de Primo de Rivera, AngelRizo imprimió a la masonería carta-

genera y murciana, una orientaciónclaramente republicana y anti-monárquica. Fue Diputado a Cor-tes por Cartagena, en las Constitu-yentes de 1931. Durante el bienio1931-33, fue nombrado Delegadodel Gobierno en Transmediterráneay Director General de la MarinaMercante, por el gobierno de laRepública.

De acuerdo con José AntonioAnaya4, hubo militares y marinosen todas las logias cartageneras:Aurora; Paz, Justicia y Trabajo; Leal-tad; Aries; etc. Sin embargo, en lalogia Tolstoi eran claramente mayo-ría. Además, la llamada logia flotan-te, Atlántida, con templo ubicado,en la calle Sambazar de Cartagena,estaba constituida sólo por marinos,con “triángulos” organizados enbuena parte de los buques de laArmada. Sus miembros contribuye-ron notablemente tanto a la exten-sión de la masonería en la Marinade Guerra, a bordo de sus barcos,como a nivel territorial, especial-mente en las bases de Ferrol yMarín. Podemos decir que, en1933, el momento más álgido de lamasonería cartagenera, con 184miembros, el 50%, cerca de un cen-tenar, eran marinos de guerra perte-necientes, en un 87%, a los Cuer-pos auxiliares y a los maquinistas dela Armada. No debe extrañarnos elpapel esencial, aunque no exclusivo,que algunos miembros de la maso-nería jugaron en la decantaciónrepublicana de la flota, durante lasublevación de julio de 1936,

Las moderadas reformas repu-blicanas, que Giral y Casares Qui-

roga promovieron en la Marina, nomodificaron el status del CuerpoGeneral. Sin embargo, estas medi-das mejoraron las condiciones eco-nómicas y disciplinarias de la mari-nería e hicieron ocupar a losCuerpos Subalternos, un papel másrelevante en la organización de laArmada. Por primera vez, los sub-oficiales de estos cuerpos, ahora lla-mados Auxiliares, pudieron accederal grado de oficial. Aunque a dife-rencia del ejército, estos oficialesserían distintos a los del CuerpoGeneral.

Hasta el propio Franco se mos-traba crítico con el excesivo distan-ciamiento del Cuerpo General de laArmada, respecto a los otros Cuer-pos de la Marina: […] Aquel (elCuerpo General) se consideraba supe-rior y miraba a los demás por encimadel hombro […] Fue injusto habertenido postergado durante muchosaños al cuerpo de maquinistas de laArmada y a otros auxiliares que reali-zaron siempre una función técnicamuy valiosa. Los maquinistas poseenelevados conocimientos científicos yhan sido en todo tiempo la garantíadel comandante del barco para labuena marcha de éste…5.

A pesar de su moderación, lasnuevas disposiciones republicanasprovocaron numerosos conflictosen la Armada. Según Benjamín Bal-boa, más de 300 cabos y sargentosserían expulsados de la Marina,entre 1933 y 1935, el bienioLerroux-cedista. Benjamín BalboaLópez, Savonarola, era oficial de ter-cera radiotelegrafista, masón,miembro de la logia Atlántida y

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Tabla 2: Muertes violentas en la Provincia de Murcia, y en los municipios de Murcia y Cartagena,entre el 18 de julio de 1936 y el 30 de marzo de 1939.

FUENTE: Elaboración propia a partir de tablas de Carmen González Martínez.

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amigo de Martínez Barrio. Duranteese período, fue condenado a seismeses de prisión por su actividadpro-republicana dentro de la flota.Rehabilitado tras la victoria delFrente Popular, fue un hombreclave en las comunicaciones delMinisterio de Marina, con los bar-cos de la flota, en julio de 1936.Desde allí, animó a las tripulacionesa la rebelión y al amotinamientocontra los jefes y oficiales deslealescon el gobierno de la República6.

Este enfrentamiento corporativotuvo una importancia decisiva en elresultado de la sublevación militardel 18 de julio, así como en el deve-nir de la Guerra Civil y la posgue-rra, tanto en el interior de la Mari-na, como en la ciudad de Cartage-na. Una de estas consecuencias fueel resultado y las características de larepresión republicana y franquista.

La Tabla nº 2 nos muestra lascaracterísticas diferenciadoras de lasvíctimas mortales de la represiónrepublicana en Cartagena y en elresto de la provincia de Murciadurante toda la guerra civil. Espe-cialmente en cuanto al número devíctimas y su condición militar ocivil, sea ésta laica o religiosa.

En primer lugar, debemos seña-lar que más de la mitad de las vícti-mas, 362 (52%), se produjeron sóloen Cartagena, mientras que en lacapital, Murcia, fueron 96 (13%).En Cartagena con la sexta parte dela población provincial, se produje-ron más de la mitad de las víctimaspor muerte violenta. La despropor-ción parece evidente.

En segundo lugar, en el conjun-to de la provincia de Murcia, el62% de estas 740 muertes, fueronciviles laicos o religiosos. Las Fuer-zas de Seguridad y Orden Públicomencionadas, 77 guardias civiles,casi en su totalidad, corresponden auna compañía de la Benemérita,sublevada en Albacete, y trasladadaa Cartagena, donde estaban deteni-dos en el buque-prisión Rio Sil. El28% restante, 206, serían militares.En Cartagena, los militares consti-tuyeron más de la mitad de todas las

víctimas mortales violentas, 197. Siincluyéramos a las Fuerzas de Segu-ridad, la cifra alcanzaría 268, esdecir el 75%. Fuera de Cartagena,en el conjunto de la provincia, fue-ron sólo nueve los militares ejecuta-dos, tres de ellos en Murcia capital.Entre los militares muertos en Car-tagena destacan, sobre todo, losmarinos profesionales, en su inmen-sa mayoría, jefes y oficiales de laArmada, pertenecientes al CuerpoGeneral. Por último, señalar el esca-so número de religiosos muertos enCartagena con respecto a la capitaly al total provincial.

De las tres Capitanías Generalesde la Marina de Guerra, El Ferrol,

Cádiz y Cartagena, ésta última fuela única que se mantuvo fiel algobierno republicano. El balanceglobal de las víctimas mortales de larepresión en la Marina de Guerra,en el conjunto de la zona republica-na, durante la guerra civil, fue de319 jefes y oficiales (255 pertene-cientes al Cuerpo General y 64 a losotros Cuerpos Patentados). Algomenos de la mitad de estas muertes,143, se producen en Cartagena7.

Los jefes y oficiales del CuerpoGeneral que secundaron la subleva-ción contra la República fueronduramente reprimidos. En sumayor parte, estas muertes violentasse produjeron, a manos de gruposextremistas incontrolados. Los ase-

sinatos cometidos en las aguas y elpuerto de Cartagena, en los buquesprisión España nº 3 y Rio Sil, el 15de agosto de 1936, son una muestraevidente de ello8.

La represión republicana enCartagena causó un notable impac-to directo entre la oficialidad de laArmada. Ni su número, ni su pro-yección social y política fue compa-rable, a la del resto de la provinciade Murcia. Esta peculiaridad carta-genera aconseja un tratamientodiferenciado. Para la mejor com-prensión de este fenómeno de“represión marinera” hemos optadopor intentar una breve aproxima-ción a hechos similares, producidos

en entornos sociales, laborales ymilitares más cercanos a Cartagena,que el resto de la provincia de Mur-cia. Para ello, afortunadamentecontamos con el riguroso estudiorealizado por Xosé Manuel SuárezMartínez9, en la Comarca de ElFerrol, sobre 65 sumarios de los tri-bunales del Ejército (23) y la Mari-na (46), entre julio de 1936 ydiciembre de 1939. No se tratatanto de efectuar comparacionescuantitativas, sino de aproximarnosal carácter cualitativo de la repre-sión, en un contexto social y tem-poral similar al de Cartagena, aun-que situado en la zona franquista,en la que ganaron los sublevados, enjulio de 1936.

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Tabla 3: Víctimas mortales de la represión franquista,Comarca de El Ferrol, 1936-39.

FUENTE: Estudio Xosé Manuel Suárez Martínez.

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Estos 65 sumarios constituyenlas tres cuartas partes de los suma-rios que supusieron ejecuciones yque produjeron el 87 % de lasmuertes por Consejos de Guerra. Elnúmero de muertes violentas realessería aún mayor. En el conjunto deestos sumarios, se recogen 715 eje-cuciones en la Comarca del Ferrol,un 90 % más que en Cartagena.Aproximadamente las dos terceraspartes, 461 (64 %), sin sentenciajudicial, es decir ejecuciones suma-rias, al margen de la legalidad. Laotra tercera parte, 254 (36 %), consentencia judicial procedente de losConsejos de Guerra (Tabla nº 3).

Al igual que en Cartagena, losmeses de agosto y septiembre de1936 son los de mayor durezarepresiva, con un total de 384 eje-cuciones, casi el 90 %, extra-legales.En septiembre de 1936, la media deajusticiamientos es de siete diarios.Los “paseos” durante este períodono respetaron ni a los que estabanprocesados.

Como muestra la Tabla nº 3, adiferencia de Cartagena, donde lamayoría de las víctimas eran Jefes yOficiales del Cuerpo General; en ElFerrol, más del 95 % de los 136marinos profesionales fusilados, trasser condenados a muerte en Conse-jos de Guerra, eran suboficiales ymarineros que pertenecían a losCuerpos Auxiliares. Entre ellos, se

incluyen 14 cartageneros destinadoso prestando servicio, en la basenaval gallega.

El segundo grupo de ejecutadosestá constituido por los trabajado-res. Muchos de ellos procedentes delos astilleros ferrolanos. El Almiran-te Cervera Valderrama admite ensus memorias que: «[…] hubo quehacer un buen cribado entre el perso-nal obrero […]»10. Aunque CerveraPery es más explícito y concreto: «[…] Se produce el fusilamiento masi-vo de obreros que pintan leyendasrepublicanas en el costado de un barcoen construcción, el Canarias y se diez-ma a las tripulaciones del España, elCervera, el Contramaestre Casado,etc. […]».11

Terminada la Guerra Civil, losfusilados por los franquistas en Car-tagena, entre abril de 1939 y enerode 1945, fueron 176. Dos terceraspartes fueron marinos, oficiales ysuboficiales de los Cuerpos Patenta-dos y Auxiliares y marineros; la otratercera parte, civiles, trabajadores ensu inmensa mayoría y algunos pro-fesionales y funcionarios12.

El 20 de abril de 1939, habíantranscurrido menos de tres semanasde la entrada de las tropas franquis-tas en la ciudad, la Auditoría Mili-tar de Cartagena informaba del tra-bajo realizado en ese breve períodode tiempo. Se habían elevado asumarios 150 procesos. Habían sido

informados más de 450 sumarios ajefes, oficiales, suboficiales y auxilia-res de la Armada. Además, se habíaconstituido un Consejo Sumarísi-mo de Guerra de forma permanen-te, es decir, el procedimiento habi-tual pasaba a ser el Consejo deGuerra Sumarísimo. Con unamedia de treinta sumarios por día,incluyendo sábados, domingos ySemana Santa13, parece evidenteque tal diligencia policial y judicialno ofreció muchos derechos ygarantías a los acusados.

Las primeras peticiones de penade muerte de estos Consejos deGuerra se repartieron entre miem-bros de los distintos cuerpos de laArmada que habían permanecidofieles al gobierno republicano: elContralmirante Camilo MolinsCarreras, Comandante-General delArsenal Militar durante el 18 dejulio (Cuerpo General); BenitoSacaluga Rodríguez, Comandantede Máquinas del Jaime I (Cuerpo deMáquinas); y Juan Escobar Rodrí-guez, cabo fogonero (Auxiliares).

No obstante ello, al igual que enEl Ferrol en 1936, la mayoría de losfusilados en Cartagena en 1939eran marineros, oficiales, suboficia-les y cabos de los Cuerpos Auxilia-res. Sólo cinco miembros del Cuer-po General fueron pasados por lasarmas, ya que la inmensa mayoríade los 55 miembros de este Cuerpo,así como más de la mitad de los4.200 marinos que habían huidocon la flota a Bizerta, en marzo de1939, no regresaron a España, que-dándose en el exilio. Por tanto lascifras de la represión relativas a fusi-lamientos y cárcel deben contar coneste hecho.

En cualquier caso, de acuerdocon los datos proporcionados por elMinisterio de Economía y Hacien-da en Cartagena, no menos de1.733 jefes, oficiales y suboficialesdel Ejército y la Marina y las Fuer-zas de Seguridad, profesionales(616) y no profesionales (1.117)fueron expulsados de las FuerzasArmadas después de la guerra14.Esta es una cifra mínima, ya que

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Tabla 4: Categoría profesional de los marinos ejecutados por lostribunales franquistas en la Comarca de El Ferrol (1936-39).

FUENTE: Xose Manuel Suárez Martínez.

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refleja aquellos militares republica-nos que pudieron reclamar las pen-siones correspondientes, a través desí mismos, o de sus derechos-habientes. Podemos afirmar, sintemor a equivocarnos que: Son todoslos que están, aunque no están todoslos que son.

Sacaluga y Escobar, fusilados el29 de abril de 1939 (Ilustraciónnº1), inauguraron la larga lista de112 jefes, oficiales, suboficiales ymarineros ejecutados en Cartagenaen los meses posteriores a la guerra.El Contralmirante Molins seríafusilado el 23 de junio. Los marinosvictoriosos del Cuerpo General, noperdonaron a sus compañeros dearmas, el hecho de haber permane-cido por acción u omisión fieles a laRepública.

No obstante la cruda realidad deestas cifras, las consecuencias fueronmás allá. No sólo en el tiempo, sino

también en la actitud del régimenante la ciudadanía y, especialmente,ante la clase obrera cartagenera. Lasupremacía militar sobre el podercivil no fue precisamente un hechoaislado en el régimen franquista. Eneste sentido, como tendremos oca-sión de demostrar en las páginasposteriores, hay que constatar quedesde de la Capitanía General de laZona Marítima del Mediterráneo,con sede en Cartagena, se configuróun férreo control, de iure y de facto,sobre la ciudad departamental, queva a condicionar notoriamente laactividad reivindicativa de los traba-jadores cartageneros y de sus líderes

naturales a lo largo de toda la dicta-dura. Como hemos visto, los líderesdel Cuerpo General de la Marinaeran conscientes que no sólo debíanponer en orden su propia casa, sinoque la “limpieza ideológica” debíaextenderse a los trabajadores de losastilleros y de la Maestranza. Másen Cartagena, donde habían triun-fado las fuerzas republicanas ypopulares. Este hecho no podíarepetirse nunca más.

La República suprimió las Capi-tanías Generales, convirtiéndolas enBases Marítimas, en las que elmando perdió buena parte de lasatribuciones de orden público, limi-tándose su autoridad al puerto,arsenal e instalaciones navales. Sinembargo, según Benavides15, estapráctica de invasión e injerencia enel poder civil habría sido ampliada ycontinuada, en la práctica, por elAlmirante Juan Cervera y Valderra-

ma, a quien la República habíanombrado Jefe de la Base Naval deCartagena. Cervera despachaba dia-riamente con los jefes de la Policía yla Guardia Civil. Su poder no teníaprecedentes en Cartagena. El Cuer-po General que había ejercido suautoridad fundamentalmente sobrela Marina, vino a ejercerla tambiénsobre el pueblo. Cervera fue desti-tuido.

A partir de abril de 1939, ade-más de los Consejos de Guerra, estefirme control castrense tendrá suprimera manifestación en la milita-rización de la plantilla de la Socie-dad Española de Construcción Naval:

la “Constructora”16. La militariza-ción no quedó en una cuestión gra-tuita. En 1945, seis años después definalizada la guerra, un grupo decinco trabajadores del Consejo fue-ron condenados a tres penas demuerte, reclusión perpetua, ymuchos años de prisión, por reunir-se, escuchar radios extranjeras,difundir propaganda, y captarmiembros para la Unión Nacional.

En tanto que trabajadores mili-tarizados, se les juzgó como a losmilitares profesionales. No sólo seles sometió a un Consejo de GuerraSumarísimo, sino que se les aplicóel Código Penal de la Marina. ElAlmirante-Capitán General delDepartamento Marítimo de Carta-gena, Bastarreche, ratificó las sen-tencias del Consejo de Guerra. Alfinal el ministro de Marina, Salva-dor Moreno, indultó a dos de ellosde la pena de muerte, siendo ejecu-

tado uno, Alfonso Martínez Peña, elBuzo, de 30 años, ordenanza en elConsejo. Fue el último fusilado porlos tribunales militares franquistasen la provincia de Murcia. Era mili-tante del PCE y propagandista de laUnión Nacional. Fue ejecutado, enel patio del Arsenal, el 13 de enerode 194517.

Hasta los primeros años setenta,cada vez que los trabajadores de losastilleros empren-dían algún tipo deiniciativa o acción sindical, quepodía desembocar en un conflictolaboral, el fantasma de la militariza-ción y el fusilamiento de MartínezPeña, planeaban sobre las gradas,

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Tabla 5: Oficiales de la Armada juzgados en Consejo de Guerra en Cartagena, 1939-41.FUENTE: Salas Larrazábal y Alpert16.

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los talleres de la empresa y la memo-ria de los trabajadores de la Bazán.Y es que, además de la Policía y laGuardia Civil, se ocupaba de ellos elServicio de Información Militar dela Marina (SIM), que con tal pro-pósito tuvo establecida, durantetodo el franquismo, una oficinapermanente camuflada dentro delrecinto de la Bazán, bajo el expresi-vo y eufemístico rótulo de Seguri-dad Industrial. Este grupo del SIMtenía por objeto informar a la Capi-tanía General sobre la actividad sin-dical y política de los trabajadoresde los astilleros.

El ejercicio de la autoridad de laCapitanía General sobre la ciudadse puso de manifiesto en otrosaspectos aparentemente menos rele-vantes, pero no por ello menos sig-nificativos. Entre ellos, cabe men-cionar la organización y laseguridad de las escasas visitas queFranco hizo a Cartagena. Estaimportante función en la ciudaddepartamental estuvo siempre acargo del Capitán General, autori-dad militar, y no del GobernadorCivil de la provincia como primerala autoridad civil y teóricamentemáximo responsable del orden

público.Franco visitó Cartagena cuatro

veces en los casi cuarenta años dedictadura: 29-30 de abril de 1946;6-7 de octubre de 1957; 29 de abrilde 1960 y 6 de Junio de 1963.Excepto la segunda, que tenía porobjeto inaugurar la Central Térmi-ca de Escombreras y visitar las insta-laciones de la nueva Refinería queno había podido o querido inaugu-rar siete años antes, las otras tresvisitas, se hicieron, casi por sorpre-sa. Sobre todo la de 1946, en la queFranco vino a comprobar los dañosproducidos en la Vega Media delSegura con motivo de las riadas. Nose hizo pública su visita a Cartagenahasta la mañana de ese mismo día.

El pasado político, y la fidelidadrepublicana de Cartagena, siempreinspiró la prevención y el recelo delJefe del Estado y de las autoridadesdel Régimen. Véase como ejemplola presuntamente improvisada visitade abril 1946, siete años después definalizada la guerra civil, que breve-mente describimos a continua-ción18. A raíz de las característicasde la visita, podemos deducir que sumotivo fundamental fue capitalizaren la figura de Franco la consecu-ción del suministro permanente deagua a la ciudad procedente del ríoTaibilla; iniciar una “distante y cal-culada aproximación multitudina-ria” a los cartageneros, especialmen-te a los militarizados trabajadoresdel Consejo, vestidos de chaqueta ycorbata, como muestran las fotos dela época; y venerar y mantener elrecuerdo de los marinos mártires delas “hordas rojas”. Las cuestiones deseguridad eran muy importantes ydebían ser confiadas a quién deten-taba el poder real en la ciudad, elAlmirante Bastarreche.

A pesar de no estar oficialmenteprevista esta visita, en menos de doshoras, se levantó un gran arco en ellímite del municipio con la inscrip-ción ¡Viva Franco! El alcalde,Miguel Hernández Gómez, lanzóun bando a medio día invitando alos cartageneros a recibir al invictoCaudillo por la tarde-noche. Según

8 CARTAGENA HISTÓRICA

Nota oficial sobre la ejecución del Comandante de Máquinas del Jaime I,Benito Sacaluga y el cabo fogonero Juan Escobar. Los primeros marinos

condenados a muerte y fusilados en Cartagena.Publicado en Cartagena Nueva, 29 de abril de 1939.

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la prensa, llegó a la ciudad a las 10de la noche, siendo recibido apote-ósicamente por una enfervorizadamultitud. Cubrían la carrera fuerzasde Artillería, Infantería y Marina.Al día siguiente, visitó el Consejo,donde fue vitoreado por los obre-ros. Después visitó el destructorLiniers, que sería botado ese mismodía. Ofreció unas flores a los “már-tires” del Castillo Olite y del Españanúmero 3. Visitó a la patrona deCartagena, la Virgen de la Caridad.Inauguró el Instituto de Bachillera-to Isaac Peral. Visitó los depósitos ylas instalaciones de Aguas del Taibi-lla. Y entregó cinco mil pesetascomo donativo a los “pobres enfer-mos” del Santo Hospital de Caridad.El despliegue de actividades de esta“visita improvisada”, anunciadaescasas horas antes de producirse,fue tan amplio y variado, que razo-nablemente hay que dudar de suimprovisación.

Igualmente, la autoridad políti-ca del Capitán General, AlmiranteBastarreche, quedó patente en elacta municipal que daba cuenta alAyuntamiento de la visita de Fran-co en 1950: «[…] el Pleno munici-pal del Ayuntamiento de Cartage-

na, de 23 de junio de 1950, dabacuenta de sendas comunicaciones delCapitán General del Departamento.En la primera se comunicaba el plande la visita del Jefe del Estado a laciudad, informándose de su llegada,el día 25, a las 20 horas; y en lasegunda se remitía el programa de lainauguración de la Refinería dePetróleos, y de la botadura de los dosbuques construidos en la EN Bazán[…]»19.

Este documento revela, dondeestaba el poder real. En una cues-tión tan esencial para el Régimen,como era la seguridad del Jefe delEstado, es el Capitán General, y noel Gobernador Civil, quien comu-nicó oficialmente al Pleno delAyuntamiento el programa y lasincidencias de la visita de Franco.La máxima autoridad militar fuesiempre la responsable de la seguri-dad del “generalísimo” en sus esca-sos periplos cartageneros.

LA SITUACIÓN EN LA CARTAGENADE LA PRIMERA MITAD DE LOSAÑOS CUARENTAPara la inmensa mayoría de lapoblación, la postguerra fue aúnpeor que la guerra. Durante los

años cuarenta, la vida para las carta-generas y los cartageneros no fuenada fácil. La política autárquicadel régimen franquista y las dificul-tades de abastecimiento de alimen-tos y de materias primas trajeronconsigo el hambre, las enfermeda-des, especialmente la tuberculosis,el paro, la miseria y la indigenciapara una buena parte de la pobla-ción cartagenera.

El Nuevo Régimen intentóarrancar y borrar el pasado liberal,republicano y democrático de losespañoles, imponiendo sus estruc-turas sociales, políticas, culturales yreligiosas, mediante una “limpiezaideológica” que necesitó de un fuer-te aparato represivo, que hastamediados los sesenta, tuvo a lasfuerzas armadas como principal ins-trumento y brazo ejecutor. En elcaso de Cartagena, dado su pesoespecífico en la vida económica,política y social de la ciudad, laMarina de Guerra fue la protagonis-ta destacada en esta función represi-va.

En las páginas anteriores noshemos ocupado de la represiónrepublicana y franquista. No obs-tante ello, con demasiada frecuencia

CUADERNO MONOGRÁFICO 9

Los trabajadores del Consejo con chaqueta y corbata aplauden a Franco,en su visita a Cartagena el 30 de Abril de 1946.

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la divulgación de los estudios einvestigaciones de la represión fran-quista o republicana se percibecomo una guerra de cifras en la quelos fusilados, asesinados o encarce-lados, de uno u otro lado, resumenel alcance y las consecuencias de lainsurrección militar, la guerra civil yla implantación y consolidación delNuevo Régimen franquista. No hasido propósito del autor quitar aestas trágicas cuestiones ni un ápicede la importancia y la trascendenciadebidas.

Sin embargo, también hay queseñalar que durante los primerosaños del franquismo en Cartagenael impacto y las consecuencias de lainstauración y asentamiento delNuevo Régimen se hicieron desdi-chadamente patentes, no sólo porlos muertos, los asesinados o losencarcelados, sino también en elámbito laboral, profesional, cultu-ral, civil, religioso y político, de unabuena parte de la población cartage-nera que, con un enorme costesocial y personal, mantuvo unadurísima batalla para conseguir supropia supervivencia física.

El exilio no fue precisamente uncamino de rosas, pero, para los queno se exiliaron, el ámbito de lasconsecuencias de la sublevaciónmilitar de 1936 fue bastante másallá de los fusilamientos, los paseos,los años de cárcel o trabajos forza-dos de sus víctimas.

LAS CONDICIONESDE VIDA:HAMBRE, REPRESIÓNY CRECIMIENTO NEGATIVOA lo largo de 1942, tres años des-pués de terminar la guerra, deacuerdo con las cifras del RegistroCivil y la Tabla nº 6, el crecimientovegetativo en el municipio de Car-tagena sigue siendo negativo. Enuna población de 113.160 habitan-tes, se producen el crecimientovegetativo

Las cifras hablan por sí solas. Enel período 1939-42, el crecimientovegetativo negativo había sido lanota estadísticamente dominante.

Todo ello nos da unaidea de las consecuen-cias del hambre y latuberculosis principalescausas de este fenóme-no. A finales del año1939, las notas delRegistro Civil que sepublicaban en la prensa,ya no hacían mención ala edad de los fallecidos.La censura franquistallegó hasta el propioRegistro Civil. El ham-bre y las enfermedades,dentro y fuera de lascárceles, causaron másvíctimas que la repre-sión política. Sobretodo entre la poblacióninfantil como muestrala Ilustración nº 3.

VIUDAS Y HUÉRFANOSSi las condiciones devida fueron adversas yangustiosas para lamayoría de los cartage-neros, los vencidos de laguerra civil se llevaronsin duda la peor parte.Según el censo de 1940,los efectos de la guerra yla represión produjeronen Cartagena, entre lasmujeres casadas de 20 a39 años, 1.247 viudas20,que suponían el 6% delas mujeres jóvenes casa-das. Entre tres y cuatromil niñas y niños carta-generos se criaron sinpadre. En la medida quela mayoría de los carta-generos sirvieron en laMarina y en el Ejércitode la República, estasviudas y huérfanos care-cían de recursos. Nohabía pensiones de viu-dedad, ni de orfandadpara los vencidos. Laúnica atención prestadaera realizada por la ObraNacional de Protección a

10 CARTAGENA HISTÓRICA

Parte del Registro Civil de Cartagena, con losnombres y las edades de los fallecidos

Publicado en Cartagena Nueva, 29/9/1939.

Tabla 6: Crecimiento Vegetativo,Cartagena, 1939-42.

FUENTE: INE.

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los Huérfanos de la Revolucióny de la Guerra, creada endiciembre de 1940. El primerpadrón de niños que se aco-gieron a dicha institución serealiza, en julio de 1941, eincluye a 742 huérfanos21.Todo ello significa que duran-te esos años, un conjunto deunas ocho mil personas estu-vieron obligatoriamenteenganchadas y subordinadas ala falangista obra asistencialde Auxilio Social, para comery poder sobrevivir.

A esta colectividad de viu-das y huérfanos de guerrahabría que añadir las mujeresy los niños que definitiva otemporalmente perdieron a sumarido o a su padre, produc-to de la cárcel o las detencio-nes realizadas por las miliciasde Falange, las Fuerzas deSeguridad y Orden Público,la Marina o el Ejército.

Aunque su número no searelevante, debemos señalartambién el caso de las viudas,los huérfanos, o los padres delos trabajadores de la Cons-tructora Naval que perecieron en elaccidente o sabotaje del Jaime I, enjunio de 1937. Este hecho es repre-sentativo de una realidad que reflejala dureza y la penetración social delcastigo a los vencidos. Antonio Saa-vedra Patiño, titular de la Magistra-tura de Trabajo de Murcia, en 1940,anuló la concesión de las pensioneslegítimas por accidente de trabajo,que les había concedido el TribunalIndustrial de Cartagena, en 1938.Este magistrado, siguiendo los inte-reses de las compañías aseguradorasy las directrices políticas dominan-tes, extendió aún más la aplicacióndel ya suficientemente amplio,Decreto de 15/6/193922.

REPRESIÓN LABORAL Y POLÍTICAEn términos absolutos, cerca de4.000 hombres, fueron detenidos,encarcelados o procesados, en Car-tagena, durante los primeros mesesde postguerra. Como nos muestra

el Gráfico nº 1, en términos relati-vos, uno de cada ocho hombres,entre 15 y 60 años, sufrió esta situa-ción. Los datos que poseemos acer-ca del número de mujeres no nospermiten evaluar y hacer proyeccio-nes fiables.

Todas las medidas de inserciónlaboral de los excombatientes esta-ban dirigidas a proporcionar unpuesto de trabajo a los vencedores ya sus familiares más directos. Paralos vencidos, el primer problemapara sobrevivir era encontrar un tra-bajo. La depuración política no sóloafectó a los funcionarios civiles ymilitares, sino también a los traba-jadores de las industrias ligadas a laDefensa, participadas por el Estado,o a las empresas públicas o privadasde servicios públicos: La SociedadEspañola de Construcción Naval(3.000 trabajadores); la Maestranzay el Arsenal Militar (940); La Fábri-ca de Cartuchería del Parque de Arti-

llería (1.200, de ellos 800mujeres); la Telefónica CTNE;los ferrocarriles, MZA y laslíneas regionales y locales; GasLevante; Aguas Inglesas de Car-tagena; Unión Eléctrica; elBanco de España; etc.

En Cartagena, 6.178 fun-cionarios fueron sometidos aprocesos de depuración políti-ca. Este grupo compren-día,tanto a funcionarios civiles ymilitares, como a profesiona-les liberales: médicos, aboga-dos, enseñantes, ingenieros,etc. Asimismo, 6.667 trabaja-dores ligados a las empresas deDefensa y a los ServiciosPúblicos también fueron obli-gados a someterse a un proce-so de depuración. En total,12.845 cartageneros, el33,35% de la población acti-va, tuvieron que pasar porprocesos de depuración políti-ca y profesional23.

Más de la tercera parteserían despedidos o se lesimpediría ejercer su actividadcomo profesionales liberales.A ello hay que añadir que

entre un 15 y un 20 % más, fueronsancionados con despidos tempora-les, traslados, congelación o men-gua de su categoría profesional.

Los despidos no sólo afectaron alos funcionarios y trabajadores delsector público, también los del sec-tor privado eran expulsados delmercado de trabajo, por razonespolíticas o por mero ajuste econó-mico. Un informe del Jefe Provin-cial de Falange de Murcia, SantiagoGuillén Moreno, de octubre de1939, manifestaba: «[…] el proble-ma del paro puede incrementarse deno intervenir la primera autoridadcivil impidiendo de manera absolu-ta que los patronos dejándose llevarde un mezquino deseo de revanchaprocedan por decisión propia aexpulsar a sus obreros, sin esperar alacuerdo de las autoridades judicia-les […]»24.

Miles de obreros habían sidodespedidos de las empresas cartage-

CUADERNO MONOGRÁFICO 11

Normas de despido para desafectos alrégimen, en las empresas privadas.

Según la OM de 5/5/1938.Publicado en Cartagena Nueva, 17/4/1939

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neras. Las minas de Cartagena y LaUnión no empezaron a trabajarhasta julio de 193925. En la Cons-tructora habían sido despedidostodos los trabajadores, según se des-prende de las declaraciones de Luisde Vial y Diestro, al hacerse cargode la gerencia de la empresa en Car-tagena: «[…] he encontrado la fac-toría en un deplorable estado, coneste motivo he dado orden para quevuelvan al trabajo un buen númerode obreros para empezar la organi-zación de los talleres. Una vez que-den reorganizados se irán readmi-tiendo más obreros […]»26.

Otras empresas como la Socie-dad Minero-Metalúrgica de Peñarro-ya, SA, el 4 de abril de 1939, sólotres días después de entrar las tropasfranquistas en la ciudad, despidió a13 trabajadores de su Fábrica de des-platación de Santa Lucía, sin alegarninguna causa política o laboral.Todos llevaban trabajando, unmínimo de quince años en la fábri-ca. Alguno había que pertenecía a laplantilla desde hacía más de mediosiglo, pues había entrado a trabajarcuando tenía 11 años. La causa realera simplemente su edad y su estadofísico. Tenían entre 61 y 74 años yestaban “emplomados”27.

La veda del despido se abrióhasta tal punto que las propias auto-ridades falangistas tomaron nota deesta realidad que empeoraba lasituación existente en la provincia.El problema del desempleo iba másallá del Puerto de la Cadena: « […]23.000 parados, 16.000 hombres y7.000 mujeres; 34.000 niños reco-gidos por el Auxilio Social, supo-niendo fundadamente que queda-ban otros tantos por atender[…]»28.

En cualquier caso, la colectivi-dad cartagenera afectada era bastan-te significativa, ya que estamoshablando de un 25 % de la pobla-ción, sin recursos, en su mayoría sinempleo y dependiendo de la caridadfalangista (Auxilio Social), quien enseptiembre de 1939 ha-bía reparti-do 215.111 raciones de comida, esdecir 7.170 diarias29.

UNA ALIMENTACIÓN MUY ESCASA.CONFLICTO COLECTIVOEN LA MINERÍAAquellos que tenían empleo, inclu-so de los mejores remunerados de laépoca, como eran los trabajadoresde la antigua Constructora Naval,ahora convertida en el ConsejoOrdenador de Construcciones Nava-les Militares (en adelanteCOCNM), popularmente conoci-do por el Consejo, tampoco anda-ban muy bien alimentados. El Ser-vicio de Información de la Falangecartagenera, señalaba: « […] la situa-ción en Cartagena, Mazarrón, LaUnión […] es insostenible. En Car-tagena, inspeccionadas las bolsas de289 obreros de la ConstructoraNaval, en donde llevan su comida,se encontró: que 70 iban sin nadaabsolutamente que comer; 49 lleva-ban exclusivamente naranjas; 32 lle-vaban torta, en su mayoría de ceba-da, por proceder de los campos deltérmino sólo 3 con guiso de patatasy pescado; 4 con pescado solo; y elresto hasta el total de aquella planti-lla con dos-tres productos a lo sumo(verduras, hortalizas, o frutas fres-cas, como boniatos, acelgas, coliflo-res, zanahorias, nabos, naranjas,bellotas, higos secos, etc.). Y en suinmensa mayoría cantidades muyreducidas. Esto sucede teniendo encuenta que son obreros de los queobtienen mayor remuneración porsu trabajo […]»30.

En lugares cercanos a Cartagenacomo Mazarrón, los 900 trabajado-res de la Comunidad de mineros de

12 CARTAGENA HISTÓRICA

Requisitoria a maestros yprofesionales para que se

presenten ante los JuzgadosMilitares. Publicado en Cartagena

Nueva, 31/07/1939.

Gráfico 1. Porcentaje de hombres detenidos o encarcelados, enCartagena, entre abril y octubre de 1939, sobre el total de la población

masculina, distribuido por tramo de edades.

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Mazarrón, provocaron el primerconflicto colectivo de la Provinciade Murcia durante el franquismo,en abril de 1941, negándose a asis-tir al trabajo, debido a la rebaja desalarios que se les pretendía impo-ner a causa del incremento de loscostes de producción y de las res-tricciones energéticas, que agravabala situación de absoluta indigenciapor la que atravesaban, ya quecobraban menos de 5 pesetas/día ycarecían prácticamente de todo31.Hay que recordar que, en aquellaépoca, de acuerdo con el Fuero delTrabajo: «[…] Los actos individua-les o colectivos que de algún modoturben la normalidad de la produc-ción o atenten contra ella, seránconsiderados como delitos de lesaPatria […]» y por tanto sometidos ala jurisdicción militar.

Las condiciones de los mineroseran tan precarias que el goberna-dor civil de Murcia, Iglesias-Ussel,en enero de 194132, tuvo que apro-bar un racionamiento especial devíveres para los trabajadores de lasminas y sus familiares, con objetode mantener a los mineros en con-diciones de mínima supervivencia

para asegurar la producción. Enagosto de ese mismo año, el gobier-no de la Nación, con carácter gene-ral, hizo lo propio33.

LA AUTARQUÍA CARTAGENERALa innovación industrial y tecnoló-gica que debería acompañar a laautarquía no ayudó, o lo hizo míni-mamente, a disminuir el paro oincrementar la diversidad del tejidoindustrial. Las únicas aportacionescartageneras a la autarquía, pública-mente conocidas, fueron: la fabrica-ción de gasógenos para los automó-viles, por parte del Garage Huertas yla reconstrucción y fabricación delocomotoras por parte delCOCNM34. La prensa local los cali-ficó como el paradigma autárquicode la industria cartagenera.

La minería de plomo de la Sierrade Cartagena y Mazarrón estabasumida en una crisis estructural,desde la década de los años veinte.La guerra civil y la autarquía nohicieron sino empeorar la situación.Las menas eran de baja ley y lasgalenas se encontraban siempre aso-ciadas al zinc en el estado de sulfu-ro y al hierro en forma de magneti-

ta y pirita. Eran minerales relativa-mente pobres y muy complejos detratar. Su rentabilidad era escasa.Sin embargo, según Egea Bruno yJuan B. Vilar35, durante la décadade los cuarenta, con muchísimosproblemas, fueron capaces de poneren marcha una solución tecnológicaal tratamiento de estos mineralescomplejos, mediante los lavaderosde flotación diferencial.

Este proyecto ya se intento poneren marcha durante la República,con subvención estatal, pero la gue-rra civil malogró el intento. El éxitodel primer lavadero de flotacióndiferencial que se instaló en la minaRegente por la Sociedad Minero yMetalúrgica Zapata Portman, en1940, animó a extender la experien-cia. Este hecho supuso la posibilidadde la minería cartagenera de “aguan-ta”, dentro de la crisis. Sumado aotro tipo de iniciativas, como laexplotación a cielo abierto y la insta-lación del Lavadero Roberto permitióun nuevo y último resurgimiento delas explotaciones mineras cartagene-ras, a partir de la década de los 50.

CUADERNO MONOGRÁFICO 13

Trabajadores saliendo de la “Constructora Naval”.

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LA TUBERCULOSISJunto a la represión, al desempleo, alos bajos salarios, a la inflación y a laalimentación escasa, el otro elemen-to letal consecuencia de la situaciónde necesidad, era la tuberculosis. LaDelegación Nacional de Informa-ción e Investigación de Falangeseñalaba, en noviembre de 1948,nueve años después de terminada laguerra: «[…] El número de tuber-culosos es aterrador […]»36. Hastael punto que el Ministerio de Edu-cación Nacional tuvo que librar cré-ditos extraordinarios para pagan lassustituciones del elevado número demaestros que debían ser apartadosde su función víctimas de la enfer-medad, dado el efecto multiplica-dor del contagio en las escuelas.

Antonia Sáez López, nacida enel Barrio de Santa Lucía de Cartage-na, en 1.924, era la tercera de cincohermanos, vio morir a tres miem-bros de su familia: a su padre con48 años, trabajador de la Fábrica deDesplatación de una pulmonía, enenero de 1941; y a dos de sus her-manos de 19 y 9 años respectiva-mente de tuberculosis: «[…] Nohabía comida, no había medicinas,no había nada más que hambre yenfermedades […] Yo también cogíla tuberculosis. Estuve mucho tiem-po en reposo. Tuve suerte y mecuré. Desgraciadamente dos de mishermanos no tuvieron tanta suerte[…] Con mi madre viuda y con

cuatro bocas que alimen-tar, tuve que ponerme aservir, entonces no habíapensiones […]. En Carta-gena durante la guerra,pasamos muchas necesi-dades, pero la postguerrafue infinitamente peor[…]»37.

En cualquier caso, losrecursos hospitalarios delsistema sanitario eranmuy escasos y dependíanen su mayor parte de lacaridad pública. Tal era elcaso del Hospital de Cari-

dad de Cartagena, cuya situacióneconómica era tan deficiente que elgobernador Cristóbal Graciá, el díahabilitado para la cuestación enbeneficio de dicho hospital, llegó arecorrer las calles y los estableci-mientos importantes de Cartagena,en calidad de “postulante ilustre”con objeto de recaudar fondos38.

Con este desolador panorama, elcrecimiento demográfico negativoes bastante creíble y explicable, con-centrándose en los más débiles: losniños y los ancianos.

EL ABASTECIMIENTO,EL ESTRAPERLO Y SU REPRESIÓNEl problema del abastecimiento dela población estaba muy lejos de serresuelto. Julio Iglesias-Ussel Lizana,cartagenero, gobernador civil de laprovincia, desde octubre de 1940,así lo reconocía en un artículo,

publicado por el Boletín Provincialdel Movimiento y reproducido portoda la prensa provincial, cuyo títu-lo era altamente significativo:ANTE EL PROBLEMA DEABASTOS, REPARTIR EL HAM-BRE.39

El joven gobernador comenzabadicho artículo, reconociendo la gra-vedad del problema del abasteci-miento, que se ponía de manifiestocon mayor crudeza en Cartagena,pero era común y generalizable atoda la provincia de Murcia: «Es unhecho cierto que la Falange no tratade silenciar la escasez de artículos

alimenticios que origina el hambreen algunos hogares […]». La solu-ción en la perspectiva teórica falan-gista era clara y rotunda desde lamás estricta justicia social: «[…] lopoco o mucho que haya, deberepartirse entre todos […]».

En la misma línea populista,Iglesias-Ussel pasaba más adelante acriticar sin contemplaciones elfenómeno del estraperlo: «[…] Elestraperlo es el medio para comersin privaciones los ricos, los quepueden pagar precios fabulosos. Esla causa del hambre en los hogaresmás modestos […]». Concluíanuestro paisano: «[…] Esta labor deperseguir el estraperlo ha de sernuestra actitud falangista. Persi-guiendo al estraperlo conseguire-mos que el hambre se sufra porigual […] Persigámosle para que elhambre esté repartida […]».

Cualquier miembro de la resis-tencia antifranquista lo podía haber

14 CARTAGENA HISTÓRICA

Gasógeno de Casa Huertas.Publicado en El Noticiero, 14/11/1940.

Créditos extraordinarios para pagar las sustitucionesde maestros tuberculosos. Publicado en LINEA, 11/9/1948.

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dicho más fuerte, pero no másclaro. Cabe pues destacar lasinceridad del gobernador Igle-sias-Ussel, así como la claridadde su mensaje, de inequívocaigualdad social. Sin embargo,veleidades de la revoluciónnacional-sindicalista aparte,como señala Egea Bruno en sutrabajo sobre el estraperlo enCartagena40, todos los intentosde acabar con este fenómenofueron estériles. El estado denecesidad de la población eratan grande y los beneficios aconseguir tan cuantiosos, que apesar del endurecimiento pro-gresivo de las penas que pasa-ron de las multas y la cárcel, alenjuiciamiento por un Consejode Guerra, con posible condena amuerte, el estraperlo formó parteintrínseca de la realidad social carta-genera hasta principios de la décadade los cincuenta. El hambre nuncase repartió equitativamente,

Los gobernadores civiles de laprovincia de Murcia que precedie-ron al cartagenero, falangista y mili-tar Iglesias-Ussel: el tradicionalistaCarmelo Monzón y el falangistamallorquín Sergio Orbaneja; asícomo el que le sustituyó, el guipuz-coano Elías Querejeta, emplearonsin éxito las multas, la clausura delos establecimientos, el interna-miento en campos de trabajo y lacárcel como elementos de disuasiónpara combatir el estraperlo.

Prueba de este ineficaz celo conel que los gobernadores civiles de laépoca se ocupaban de este proble-ma, en Murcia, es que la Memoriade Actuaciones de la Fiscalía de Tasas

de 194041, se recogía que en la “cla-sificación nacional” del número de

estraperlistas condenados a Camposde Trabajo, la provincia de Murciaocupaba, nada menos que el segun-do lugar, detrás de Valencia. Uno decada nueve estraperlistas internadosen Campos de Trabajo, en todaEspaña, procedía de la provincia deMurcia.

Todos los gobernadores mencio-nados, en mayor o menor medida,habían utilizado el poder cuasi

omnímodo que les otorgaba lalegislación vigente para comba-tir a los enemigos del Régimen.En su afán de hacer la revolu-ción nacional sindicalista, fue-ron el azote de marxistas; maso-nes; estraperlistas, sobre todode los pequeños; prostitutas;adúlteros y adúlteras; blasfe-mos; irrespetuosos con símbo-los sagrados de la religión cató-lica, la bandera, o elMovimiento Nacional, etc. Nofaltó tampoco alguna sanción aalgún que otro empresarioexplotador42, aunque éstas secuentan con los dedos de unamano y aún sobran la mitad43.

Creyentes del valor ejempli-ficador del castigo, al menosdos o tres veces por semana, los

diarios provinciales y locales dabancumplida cuenta de las sanciones

CUADERNO MONOGRÁFICO 15

Anuncio de la pena de muertepara los estraperlistas.

Publicado en El Noticiero, 31/10/1941.

Asentadores de pescado de la Lonja de Cartagena, multados y paseadospor las calles principales de la ciudad, antes de ser ingresados en prisión.

Publicado en El Noticiero de 20 de marzo de 1942.

Titular del artículo del gobernador civil Julio Iglesias-Ussel LizanaPublicado en El Noticiero y el Boletín Provincial del Movimiento de

Murcia, 28 de abril de 1941.

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impuestas por la máxima auto-ridad de la provincia. Unamedia de cuarenta o cincuentapersonas, comerciantes de laalimentación, el textil, trans-portistas, molineros, panade-ros, etc. eran sancionadas conmultas que oscilaban entre lasmil y las diez mil pesetas de laépoca, con la cárcel, o con elinternamiento en Campos deTrabajo44.

EL GOBERNADOR QUEREJETA:LA CÓLERA DE DIOSParticular interés tiene el casode Elías Querejeta. Vasco,donostiarra por más señas,requeté, autoritario, católicoultraconservador, actuaba con unnotorio estilo inquisitorial, tridenti-no e intransigente. Su llegada coin-cidió con la entrada en vigor de laenésima reforma de las leyes sancio-nadoras contra el estraperlo. ElCódigo de Justicia Militar podíaaplicarse a los procesados por estosdelitos, con todas sus consecuen-cias. Tal como señala la Ilustraciónnº 10, se podía llegar a castigar conla pena de muerte la comisión deestos delitos. En España fueronmenos de media docena los conde-nados a muerte por estraperlistas.En la provincia de Murcia, ningu-no.

Bajo la autoridad del goberna-dor Querejeta, el mes de mayo de1942, la Fiscalía Provincial de Tasasimpuso multas por valor total de824.500 pesetas, cantidad verdade-ramente desorbitada para la época.Las multas oscilaban entre 50.000 y1.000 pesetas; clausuró 31 estable-cimientos comerciales o industria-les; y envió a Batallones y Camposde Trabajo a 13 personas45.

Otras veces, Querejeta en la máspura tradición inquisitorial de laEdad Media, a los blasfemos y aalgún que otro estraperlista, trassalir de prisión o antes de la entradaen la cárcel, les colgaba al cuello elmedieval “sambenito”, un cartel

con el letrero: «SANCIONADOPOR BLASFEMO», con el que laGuardia Civil les paseaba por loslugares más concurridos del puebloo la ciudad46.

El afán inquisidor del goberna-dor Querejeta llegó a prohibir a losvendedores de iguales de Cartagena:«aplicar adjetivos a los números quevenden, bajo pena de 1.000 pesetasde multa y ocho días de cárcel»47.Probablemente la sensibilidad cató-lica y patriótica de nuestro Gober-nador Civil encontraba de malgusto o indecente la costumbrepopular de ponerle adjetivos a losnúmeros del sorteo: las mameyas al88, los cabrones al 99, la figa al 72,o quizás consideraba irreverente quese llamara España, al número 20, elescapulario al 44, o la edad de Cristoal 33.

Como muestra la Ilustración nº11, los asentadores de la Lonja dePescado de Cartagena también fue-ron objeto de la justicia gubernati-va, su obstrucción al normal desen-volvimiento de la venta de pescadoen la ciudad, les ocasionó ser:disueltos como agrupación empre-sarial, multados con 10.000 pesetas,enviados a la cárcel y paseados porlas principales calles del núcleourbano.

Significados comerciantes eindustriales cartageneros, como José

García Pagán, Ramón GarcíaPedreño o José Casaú Abellán,entre otros, también fueronmultados con 10.000 pesetas.Alguno de ellos, como eldueño de la Fábrica de Hari-nas, José Magro, fue adicional-mente enviado a la cárcel por«pretender crear dificultades enel reparto de cupos de trigo,realizando gestiones cerca dedeterminados organismos ofi-ciales»48. Magro para hacerseperdonar sus pecados regaló ala Cofradía de los Marrajos unanueva imagen del Cristo de laAgonía49, que sería conocidopopularmente por el “Cristodel estraperlo”50.

Pero el gobernador Quere-jeta no paró ahí. Consciente y

convencido de la complicidad poracción u omisión de parte de laadministración del Nuevo Estado,en el normal abastecimiento de lapoblación y en el negocio del estra-perlo, entró incluso en la depura-ción pública del aparato y los cargosdel partido único, FET y de lasJONS.

Así, en el ámbito provincial,entre otros muchos, cesó al Delega-do Provincial de Sindicatos51 y alDelegado Provincial de Abasteci-mientos y Jefe del Sindicato deElectricidad52. También fue cesadopor irregularidades, el Jefe del Sin-dicato Provincial de Ganadería, asícomo el Delegado Provincial deInformación e Investigación deFalange53. En cuanto a los alcaldes,amonestó al alcalde de Mula y cesóa los de Fuente Álamo y Villanuevadel Segura. Asimismo, envió a lacárcel y destituyó al alcalde de Aba-nilla, expulsándole de FET y de lasJONS54.

En Cartagena, las medidas fue-ron también radicales. Cesó fulmi-nantemente al alcalde de la ciudad,el Marqués de Fuente El Sol55. Enconsideración a que era “hijo decaído por Dios y por España”, le diola oportunidad de dimitir formal-mente. A los dos días, fue apartadoigualmente de su cargo el Delegado

16 CARTAGENA HISTÓRICA

Elías Querejeta Insausti. Gobernador Civilde Murcia. Octubre 1941-Abril 1943.

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de Abastos de Cartagena56. ElDelegado de FET y de lasJONS en el Albujón tambiénfue condenado a 30 días dearresto por denuncia falsa con-tra un vecino de dicha diputa-ción cartagenera.

Especial significación tuvoel cese de Adrián Viudes comoJefe Provincial de la Rama deAgrios del Sindicato de Frutosy Productos Hortícolas: «Porno haber cumplido sus órdenesrespecto al embalaje de lanaranja en el puerto de Carta-gena»57. Viudes era el segundohijo del Marqués de Río Flori-do, presidente de varias socie-dades anónimas, uno de loshombres económicamente máspoderosos de Murcia, ademásde Delegado Provincial de laHermandad de Excautivos, porhaber estado detenido en el Campode Trabajo de Totana durante todala guerra, al ser diputado y un des-tacado miembro de Acción Populardurante la República.

Este particular y decidido empe-ño de Querejeta, en hacer pública,la ineficacia o complicidad de deter-minadas “jerarquías sindicales opolíticas” con el estraperlo y la dis-tribución de víveres, le costó elpuesto. El Nuevo Estado no podíatolerar que los métodos expeditivosde Querejeta se dirigieran haciaaquellas capas sociales que habíanapoyado la sublevación. Y muchomenos podía consentir que las per-sonalidades de FET y de las JONSfueran destituidas, encarceladas ypuestas en cuestión públicamente.

Serias advertencias tuvo querecibir porque en los tres últimosmeses de su mandato, su lucha con-tra el estraperlo bajó muchísimo,como lo demuestra el nivel depublicidad de las sanciones. Sólo sepublicaba en los periódicos, algunaque otra sanción de la fiscalía detasas de poca cuantía. Esto no quie-re decir que se hubiera resuelto elproblema de abastecimiento de lapoblación, pero sí cambió su trata-miento político restringiendo enor-

memente su conocimiento para elpúblico. Aparentemente el proble-ma se resolvió porque oficialmentese dejó de hablar de él.

No obstante ello, dentro de suparticular concepción del ordenpúblico, Querejeta siguió mante-niendo alta y enhiesta la bandera dela moralidad nacional-católica.Emprendió una campaña especialcontra la blasfemia, el público con-cubinato y la prostitución fuera delas casas de lenocinio, que fueron elsustrato público de su actuaciónpolítica hasta que lo cesaron unosmeses más tarde.

El nuevo Gobernador Civil de laprovincia, el albacetense y antiguocedista Cristóbal Graciá Martínez,fue la antítesis de Querejeta, tantoen lo relativo a la política de sancio-nes, como a la depuración de res-ponsabilidades en FET y de lasJONS. El oscurantismo más abso-luto pasó a ser la norma en la ges-tión de estos asuntos. Los comuni-cados del gobierno civil, sobre éstasy otras cuestiones, pasaron a ser laexcepción. Las cosas y las personasvolvieron a su “estado y posiciónnatural” en un régimen dictartorialy conservador como el franquista.Por ejemplo, transcurridos menos

de dos años de haber sidopúblicamente sancionado, elfabricante de Harinas JoséMagro pasaría a ocupar elpuesto de Jefe Provincial delSindicato de Cereales58. Ya nose le podría sancionar por hacer“oscuras gestiones” acerca delabastecimiento de harina antelas autoridades. Él era la máxi-ma autoridad, en ese ámbito.El gobernador que le nombró,Cristóbal Graciá, había sidoPresidente Provincial en Alba-cete de Acción Popular Agraria.Al parecer, debía tener muyclaro quién tenía que mandaren estos asuntos.

Los informes que la Direc-ción General de Seguridad(DGS) emitía decenalmentepara el Jefe del Estado, a menu-do, hacen referencia a los pro-

blemas de abastecimiento de víveresen Murcia y Cartagena, así como alestraperlo. En mayo de 1942, infor-ma la DGS de lo sucedido en elPuerto de Cartagena: «[…] Recien-temente y por la Policía Armadafueron intervenidos unos bultos,que personal de Aduanas y para susjefes retiraban de un buque, no sien-do esta sola empresa la que realizaestas operaciones, sino también elComandante de Marina, etc. Estosbultos contienen mantequilla, azú-car, cigarrillos y otros artículos quelos marinos mercantes traen deAmérica […]»59.

El gobernador Querejeta encar-celó al gerente y a dos empleados dela Agencia Marítima Blázquez,implicados en la “desaparición” de12.148 kgs. de víveres y mercancíasde los muelles cartageneros. Pero lanota del Gobierno Civil no noshabla para nada del ComandanteMilitar de Marina del Puerto deCartagena, en aquellas fechas,Augusto Cheriguini, cuyo cargo símenciona la nota de la DGS60. Másde doce toneladas de mercancías nose mueven sólo con tres empleadosde una agencia. Parece evidente lanecesaria complicidad de las autori-dades militares portuarias. Sin

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Cristóbal Graciá Martínez. GobernadorCivil de Murcia: Abril 1943-1951.

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embargo, ni siquiera Querejeta seatrevía con la Marina. No hay noti-cias de incriminación o procesa-miento a personal alguno de laArmada por este hecho.

En octubre de ese año, la DGSvolvía a informar sobre Cartagena,en los siguientes términos, consta-tando la percepción de la desigual-dad en el suministro de aquellosque no podían acceder a los econo-matos militares: «[…] Existe enCartagena un malestar general porla escasez de suministros, acrecenta-do porque el economato de Marinadistribuye respetables cantidades deartículos […]»61. En febrero de1943, según la DGS, continuabanlos problemas de abastecimiento:«[…] el racionamiento es escaso ypoco regular en la provincia deMurcia […]»62.

Pero la prueba irrefutable delamplio alcance de la corrupción enlas instituciones murcianas delRégimen es que, en diciembre de1943, a pesar de las depuracionespolíticas y las sanciones impuestaspor el gobernador Querejeta, ape-nas seis meses después de su cese, laDGS informaba: «[…] Con motivode ciertas irregularidades cometidasen Murcia en la administración de lostickes (sic) de pan de las cartillas deracionamiento, han sido puestos a dis-posición de las Autoridades correspon-dientes 35 detenidos, de ellos cincofuncionarios de la Delegación deAbastecimientos de Murcia y deCieza; 18 comerciantes y 12 inter-mediarios, que eran los que efectua-ban a estos comerciantes la venta delos cupones sustraídos, de los que sehan recuperado e intervenido más de60.000 […]»63.

Para aproximarnos a la evalua-ción de este fraude debemos teneren consideración que las cartillas,en diciembre de 1943, no eran indi-viduales sino familiares. En la pro-vincia de Murcia, con algo más de700.000 habitantes, habría unas180.000 familias. Si, como señala laDGS, se intervinieron unos 60.000cupones de racionamiento, quieredecirse que el tráfico ilegal de cupo-

nes podía estar afectando hasta a latercera parte de la población mur-ciana del momento. Probablemen-te, por su volumen y extensión, estehecho constituye uno de los casosde mayor fraude de la época a nivelnacional.

El tiempo de difundir algunasde las irregularidades de la adminis-tración franquista y de castigarpúblicamente a los funcionarioscorruptos e ineficaces se acabó conQuerejeta. Fiel al hermetismo quetuvo por norma los nueve años quefue gobernador, Cristóbal Graciá nohizo pública la noticia. La censura-da prensa de la época no se hizo ecodel evento, ni en el ámbito provin-cial, ni en el nacional. Y es que, unfraude tan masivo sólo puede sersostenido con la complicidad depersonajes más poderosos e influ-yentes que cinco funcionarios de laDelegación de Abastos de segundoy tercer nivel, acompañados detreinta comerciantes e intermedia-rios corruptos.

CARTAGENA Y LA II GUERRAMUNDIAL: FALANGISTAS,REPUBLICANOS, ESPÍAS,GERMANÓFILOS Y ALIADÓFILOSDurante los primeros años de laposguerra las autoridades del régi-men no sólo estaban preocupadaspor los problemas de abastecimien-to. El curso de la II Guerra Mundial(en adelante, II GM) y su posibleinfluencia en la vida política espa-ñola, también estaba “presente ensu afán”. Tras casi tres años de victo-rias continuas de los ejércitos ale-manes y del Eje, en todos los fren-tes, excepción hecha de la invasiónde Inglaterra, las cosas empezaron acambiar. En el otoño–invierno de1942, los aliados lanzaron la opera-ción Torch. Ingleses y norteamerica-nos desembarcaron en el Norte deÁfrica, el 8 de noviembre de194264. Asimismo, en enero de1943, el Cuartel General del Führerreconocía oficialmente la derrota delos ejércitos alemanes en Stalingra-do.

Ambos acontecimientos supu-

sieron un punto de inflexión y unnotable cambio de tendencia en elcurso de la II GM. En principio, eldesembarco en el Norte de Áfricahizo saltar todas las alarmas a lasautoridades españolas, a pesar de lasgarantías dadas por Roosvelt a Fran-co de que las tropas aliadas no ibana invadir territorio español.

El nuevo escenario de la II GMpasaba a desarrollarse en las mismaspuertas de casa: el Mediterráneo y elNorte de África. Consecuentemen-te la Base Naval de Cartagena, elmás importante núcleo militarespañol del Mediterráneo, cobró unconsiderable protagonismo y unpapel muy significativo, tanto en elámbito militar como en el político.Esta situación tuvo importantesrepercusiones en la vida política car-tagenera: franquistas y anti-fran-quistas, aliadófilos y germanófilos,empezaron a pensar firmementeque las cosas podían cambiar, enuno u otro sentido. E inmediata-mente, en la medida que pudieron,todos ellos empezaron a jugar susrespectivas bazas.

La desclasificación de los archi-vos de la Administración norteame-ricana ha permitido conocer laintensidad, el alcance y la naturale-za de la cooperación entre la Alema-nia nazi y la Italia fascista con elrégimen de Franco, durante la Gue-rra Civil y la II GM. Estos docu-mentos han desvelado que en Espa-ña, durante la II GM, operaba laKriegsorganitation Spanien (en ade-lante KOSp), la Organización deGuerra Alemana en España, quetuvo una importante delegación yuna significativa actuación en Car-tagena, por los motivos anterior-mente mencionados65. La neutrali-dad oficial española no impidió, niel comercio con las potencias deleje, ni el desembarco tolerado yprotegido de una tupida e intensared de militares y espías alemanes.La KOSp estuvo ampliamente pro-tegida por las autoridades civiles ymilitares del régimen franquista.Esta protección y cobertura tam-bién se tuvo en Cartagena, como

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más tarde demostraremos. Un ele-mento fundamental de acicate a lacolaboración entre nazis y franquis-tas fue la estrecha relación que sehabía establecido entre militaresalemanes y españoles durante laGuerra Civil española.

GERMANÓFILOS EN CARTAGENALa política oficial cartagenera habíasido profundamente afecta a losintereses del III Reich, al menoshasta 1942. Después de esa fecha, sibien la tendencia mayoritaria nocambia, empiezan a detectarse algu-nas disidencias. Los buenos oficiosy los negocios del cónsul alemánEnrique Fricke, puestos de mani-fiesto por Francisco José Franco66

habían conseguido construir unatupida red de colaboradores y sim-patizantes con el régimen nazi. Elembajador Von Stoherer, así comootros altos funcionarios de la emba-jada alemana en España, reforzabanestas complicidades militares, eco-nómicas, e ideológicas, en sus perió-dicas visitas a Cartagena67. Pruebade ello, es que no fueron pocas lasautoridades civiles y militares con-decoradas por el III Reich, en Car-tagena. Desde el gobernador civilde Murcia, Sergio Orbaneja68, hastael General del Arsenal de Cartage-na, Cristóbal González-Aller,pasando por el Comandante Militarde Marina, Augusto Cheriguini, oel periodista de El Noticiero y Cón-sul de Perú en Cartagena, JoséMoncada Moreno69, entre otrosmuchos. Todos ellos recibieron delgobierno alemán condecoraciones yreconocimientos, como las Crucesde 1ª clase de la Orden del Águilaalemana; e incluso la valiosa Cruzdel Merito con la Espada y la Estre-lla del Águila alemana (González-Aller)70. Probablemente en corres-pondencia a la interesada generosi-dad apologética alemana con estosmilitares y civiles cartageneros, alcónsul alemán en Cartagena, Enri-que Fricke también le fue impuestanada menos que la Orden del Yugoy las Flechas, una de las más precia-

das condecoraciones políticas delrégimen71. El consulado alemán enCartagena estaba dotado además,nada menos que con un Secretario-Canciller, Carlos Muller, de nacio-nalidad alemana72.

Los lazos que ayudaban a refor-zar las buenas relaciones entre laélite político-administrativa carta-genera y el Tercer Reich, no sólohacían referencia al ámbito militar,sino también al cultural y laboral: laasistencia de los hijos de los másrepresentativos dirigentes falangis-tas cartageneros al Colegio Alemánde Cartagena; el sesgo pro-alemánde la información sobre la evolu-ción de la II GM, omnipresente enla prensa, la radio, y en el cine a tra-vés de los Noticiarios de la UFA(Universum Film AG), la producto-ra cinematográfica oficial alemana;la promoción del estudio del ale-mán como lengua de futuro; la ger-manofilia y la exaltación del régi-men nacional-socialista; etc. Todoello formaba parte sustancial de lavida cultural y la propaganda políti-ca oficial de Cartagena durante laprimera mitad de la década de loscuarenta. Asimismo, 170 trabajado-

res cartageneros fueronvoluntariamente a prestarsus servicios en las fábricasdel Reich73. La coopera-ción hispano-alemana lle-gaba hasta la mesa de loscartageneros: las simientesde patatas que se sembra-ban en la Huerta de Mur-cia y en el Campo de Car-tagena procedían deAlemania.

En este sentido, pue-den resultar útiles unasbreves reseñas biográficasque nos ayuden a com-prender el grado de com-promiso con el régimen dealgunos de estos militares yciviles, que tuvieron unainfluencia determinante enla política cartagenera:

- Francisco Bastarrechey Díez de Bulnes, sin dudael más importante, era bas-

tante más que un Jefe de la Marinay un profesional de la Armada. Sutrayectoria personal, familiar y polí-tica así lo ponen de manifiesto.Siendo Capitán de navío, junto conel Capitán de corbeta Pedro NietoAntúnez, declaró el estado de gue-rra en la Base de Marín encabezan-do la sublevación en Galicia de juliode 1936. Los hidroaviones de estabase bombardearon el Cervera y elEspaña, fondeados en El Ferrol,hasta que sus dotaciones que defen-dían la legalidad republicana se rin-dieron a los rebeldes.

Formó parte del tribunal dediversos Consejos de Guerra suma-rísimos que tuvieron lugar en ElFerrol, en 1936, contra altos oficia-les de la Marina que habían perma-necido fieles a La República, entreellos: Juan Sánchez Ferragut,comandante del Almirante Cerveray otros miembros de la tripulación(Causa nº 39/36), en total nuevepenas de muerte; así como a los ofi-ciales y la dotación del Torpedero T-2 (causa 65/36), cuatro condenadosa muerte y cinco a reclusión perpe-tua74.

En febrero de 1937, Bastarreche

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Curso de alemán publicadoen El Noticiero, 2/8/1940.

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participó en uno de los episo-dios más sanguinarios y trágicosde la guerra civil. SiendoComandante del crucero Cana-rias, en colaboración con el Cer-vera y con la aviación italiana yalemana, bombardeó y ametra-lló a los más de 60.000 civiles,ancianos, mujeres y niños, quehuían por la carretera de lacosta de Málaga a Almería, trasla toma de Málaga por las tro-pas rebeldes. Los cálculos másoptimistas hablan de más 5.000muertos, casi todos mujeres yniños. Tras ser Jefe de la Base deCádiz, en 1941, es nombradoCapitán General-Almirante delDepartamento Marítimo delMediterráneo, en Cartagena.Entre 1941-44, firma y confir-ma más de cincuenta sentenciasde pena de muerte dictadas porlos tribunales de la Armada enCartagena.

Fue designado por Franco,Consejero Nacional del Movi-miento (2/1/1943), era la únicapersona que ostentaba estanominación en la provincia deMurcia, por lo tanto detentabala máxima autoridad política enla provincia. Asimismo, era Pre-sidente de la “Hermandad deMártires de la Cruzada”. Ya quesu hermano Fernando Bastarre-che, Comandante del SánchezBarcáiztegui, fue sometido aConsejo de Guerra, condenadoa muerte y fusilado en Málaga(21/8/1936) por haberse unidoa la sublevación del 18 de julio,desobedeciendo las órdenes delgobierno republicano75.

Estaba casado con ConcepciónMoreno, hermana de Francisco ySalvador Moreno, jefes de la suble-vación en Ferrol y Galicia, en juliode 1936. Salvador Moreno fuenombrado Jefe de la Flota, desde laconstitución de la Junta de Defensa,en Burgos (24/7/1936) y confirma-do luego como Ministro de Marina.Francisco Moreno, nada más termi-nar la guerra, fue nombrado Capi-tán General del Departamento

Marítimo del Mediterráneo, prime-ro en Cartagena y después enFerrol, donde murió en 1945.

Hijo adoptivo y predilecto deCartagena, estaba en posesión de laGran Cruz del Mérito Agrícola.Durante su mandato, 1946, se ter-minaron las obras de canalizaciónde las aguas de río Taibilla, quedeberían suministrar de agua pota-ble a la Base Naval y de paso al pue-blo de Cartagena.

Manuel López Andújar, falan-

gista de primera hora, ingenie-ro-director de Unión Eléctrica,en Cartagena. Además comoalcalde de una ciudad, mayorde 50.000 habitantes, era Pro-curador en Cortes por el terciomunicipal.

Vicente Sergio Orbaneja yCastro, capitán de SanidadMilitar, pediatra, camisa vieja,uno de los promotores de laFalange en Mallorca, primolejano del fundador de Falan-ge, Jose Antº Primo de Rivera,protagonizó la sublevación ybrutal represión en Mallorca,junto al Conde Rossi y Ladis-lao López Bassa. Asimismoparticipó en las negociacionesprevias del Decreto de Unifica-ción.

Es nombrado GobernadorCivil de Murcia, en mayo de1940. Anteriormente habíasido Gobernador Civil de lasprovincias de León y de Teneri-fe76. En esta última provincia,tuvo serios enfrentamientoscon el Capitán General deCanarias, el general monárqui-co y héroe de la Cruzada Ricar-do Serrador Santés, quién ter-minó provocando su cese yposterior traslado a Murcia77.

Este “camisa vieja” consti-tuye junto a Querejeta el para-digma de la actuación populis-ta y nacional-católica, contraestraperlistas, blasfemos, ymujeres incontroladas de vidaairada. Su mandato fue el másbreve de todos los gobernado-res civiles que tuvo la provincia

durante el franquismo, no llegósiquiera a siete meses. A propuestadel Gobierno del Reich, Orbanejafue condecorado con la Cruz delMérito de Primera Clase de laOrden del Águila Alemana por «susrelevantes méritos en la pasada Cru-zada»78.

A su salida del Gobierno Civilde Murcia, fue nombrado JefeSuperior de Policía de Madrid79.Tampoco duró mucho tiempo enese cargo. Siete meses más tarde fue

20 CARTAGENA HISTÓRICA

Noticiario UFA proyectado en el CineCentral. Publicado en El Noticiero,

2/8/1940.

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cesado80 y nombrado en un puestorelacionado con las prisiones milita-res. Nueve meses más tarde, conmotivo de haber cesado de este últi-mo puesto, la propia Secreta-ríaGeneral de Falange en un Informefechado en septiembre de 1941,acusa a Sergio Orbaneja de colabo-rar con una agencia pro-británica,con objeto de conspirar contraSerrano Suñer, a quién hacía res-ponsable de su personal infortunioy ocaso político. Al parecer su fervorfalangista se atenuó bastante. Elotrora germanófilo condecorado ymartillo de herejes, blasfemos yprostitutas, regresó a las Islas Balea-res tildado de conspirador anti-falangista y anglófilo, por sus pro-pios compañeros81.

- Elías Querejeta Insausti, naci-do en San Sebastián, militante delprimer requeté guipuzcoano, heridode guerra en Eibar, miembro de laComisión Gestora nombrada por elGobierno Civil para regir la Dipu-tación provincial de Guipúzcoa, enmayo de 1938. Jefe Provincial deFET y de las JONS de Guipúzcoa,en mayo de 1939; elegido Presiden-te de la Diputación, en septiembrede 1939. Fue nombrado Goberna-dor Civil, el 20 de octubre de 1941y Procurador en las Cortes Orgáni-cas de Franco por el tercio sindical,en el grupo de técnicos del Sindica-to del Papel y Artes gráficas82.

- Cristóbal Graciá Martínez,abogado albaceteño nacido en Cau-dete. En 1934, era el Jefe Provincialde Acción Popular Agraria, en Alba-cete. En enero de 1936, fue nom-brado Delegado Provincial de Tra-bajo y se presentó a las eleccionespor la CEDA, por dicha provincia.Al término de la Guerra Civil, Cris-tóbal Graciá se incorporó a la vidapolítica albacetense. El 3 de juniode 1942 se le nombró presidente dela Diputación, ocupando este cargohasta el 21 de junio de 1943.Durante este último año era secreta-rio provincial del Movimiento y fuenombrado Gobernador Civil deMurcia, cargo que posteriormentepasó a ocupar en Salamanca.

Durante 1958 fue Director Generalde Previsión del Mº de Trabajo.Murió en Caudete en 198883.

- Julio Iglesias-Ussel Lizana, car-tagenero, tenía 28 años cuando fuenombrado gobernador, Comandan-te de Infantería, falangista, era hijode Julio Iglesias Abelaira, Coman-dante del acorazado Jaime I, fusila-do por los republicanos, en Madrid,en 1936, donde se encontraba encomisión de servicio; y de AdelaLizana Ussel de Guimbarda, proce-dente de una familia de rancio abo-lengo cartagenero. La sublevación lepilló como Teniente, en Cartagena,desde donde fue trasladado a Cór-doba, donde se pasó al ejércitorebelde. Fue ascendido y condeco-rado varias veces. Después de laguerra, antes de ser nombradoGobernador Civil de Murcia, enoctubre de 1940, era Jefe de lasMilicias de FET y de las JONS deCataluña84.

- José de la Figuera Calín, Mar-qués de Fuente El Sol, fue nombra-do por Iglesias-Ussel alcalde de Car-tagena, el 6 de junio de 1941.Sustituyó a Luis de Vial y precedióa López Andújar. Era hijo de José dela Figuera y de la Cerda, sacado dela cárcel de San Antón, con otros 48presos políticos, y asesinado en Car-tagena el 18 de Octubre de 1936.

Casi todos ellos tienen un nom-bramiento de carácter político delmás alto nivel dentro del régimen,más allá de sus responsabilidadeslocales o provinciales. Participaronpersonalmente en la conspiraciónmilitar que desembocó en la suble-vación contra la República. Algunoscomo Bastarreche, Ussel-Lizana o elMarqués de Fuente El Sol tienenalgún familiar directo, padre o her-mano, asesinado o ejecutado duran-te la guerra civil. Todo ello, lesmerece la confianza de Franco queles integra en el núcleo duro delrégimen. No obstante ello, tambiénexisten excepciones como el casoOrbaneja de distanciamiento pormotivos, al parecer más personalesque políticos. La lista podría exten-derse mucho más.

SABOTAJE ALEMÁNEN EL ARSENAL DE CARTAGENAPodríamos continuar con los con-decorados expresamente por el IIIReich, como el Contra-almiranteGonzález-Aller, Comandante-Jefedel Arsenal o Augusto Cheriguini,Comandante del Puerto de Carta-gena, cuya complicidad con laKriegsmarine, la Marina de guerraalemana o los Servicios Secretos delIII Reich fueron puestos en eviden-cia por el Informe elaborado por elServicio de Inteligencia del ReinoUnido, cuyo embajador en Madrid,el conservador Samuel John GurneyHoare, primer Vizconde de Temple-wood, el 25 de febrero de 1944,entregó al ministro de AsuntosExteriores de Franco, José Félix deLequerica, sobre el sabotaje a que seveían sometidos los barcos aliadosque recalaban en puertos españo-les85.

Desde el inicio de la II GM, en1939, hasta la fecha de elaboracióndel Informe, febrero de 1944, veintebuques aliados, más de 56.000 Tm,habían sido atacados en España porsaboteadores al servicio del III Reich,que operaban en nuestro país. En loque respecta a Cartagena, dichoinforme hace referencia al intento desabotaje del buque cisterna italianoLavoro, el 31 de Octubre de 1943,en el Arsenal de Cartagena, despuésque Italia, caído Mussolini, hubieracapitulado, y el General Badogliohubiera declarado la guerra a Alema-nia (13/10/1943), formando ahoraparte del bando aliado.

Uno de los saboteadores proce-dente del buque alemán Lipari,murió por la explosión prematurade una de las bombas. Este ataquecontra el Lavoro fue seguido y pre-cedido por otros sabotajes, que sítuvieron éxito. Así se expresaba elinforme británico que denunciabaque en una visita a nuestro país, rea-lizada por el Almirante WilhemCanaris, Jefe de los Servicios Secre-tos alemanes, se acordó con sushomólogos españoles intensificarlos ataques contra barcos aliados en:Sevilla, Huelva, CARTAGENA,

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Bahía de Gibraltar y otros puertosespañoles: «[…] Aunque el gobier-no español profese ignorancia de lasactividades de sabotaje del enemigo,ni ignorancia o impotencia puedenexplicar la attitud (sic) de un núme-ro de súbditos españoles y funcio-narios que viven cerca de las basesenemigas […] quienes no sólo handeliberadamente ignorado las acti-vidades de sabotaje del enemigo lle-vadas a cabo a pocos metros deellos, sino que también han facilita-do ayuda activa a los agentes enemi-gos interesados […]»

En la prensa local, no se hizoreferencia alguna a este atentado o acualquier otro atentado o incidentede esta naturaleza, ocurrido en elArsenal de Cartagena. Sin embargo,

poco más de una semana después dela entrega oficial del Informe britá-nico a las autoridades diplomáticasespañolas y cuatro meses despuésdel intento de sabotaje, en el Noti-ciero de Cartagena, aparece unaRequisitoria del Juez Instructor dela Comandancia Militar de Marinade Cartagena, (Ilustración nº 16),con el siguiente texto: «[…] Por lapresente se llama y emplaza a los ofi-ciales del buque alemán Lipari, Wal-ter Schroeder y Hans Richter comoposibles responsables de un frustradosabotaje […] para que en el plazo de30 días, si se encuentran en España,o 90 si se encuentran en el extranje-ro, comparezcan en este Juzgado, delo contrario serán declarados rebel-des […]»86.

Esta rápida reacción de la Mari-na, a instancia de la diplomaciafranquista, es una muestra delimpacto que la denuncia del ReinoUnido hizo en el gobierno español.Como analizaremos detenidamentemás adelante, en marzo de 1944,una vez derrotada Italia, Francomostraba mucho más cuidado enescenificar ante los aliados, su pre-sunta neutralidad.

No obstante ello, es necesarioseñalar que esta requisitoria es unamera formalidad jurídica. Los sabo-teadores estaban perfectamenteidentificados por las autoridadescartageneras de la Marina. A pesarde la gravedad del delito, cuando seprodujo el intento de sabotaje se lesdejó marchar sin cargos. Hechosparecidos llevaron ante el pelotónde fusilamiento a centenares deresistentes anti-franquistas. Por bas-tante menos, pocos meses después,en enero de 1945, con la firma deBastarreche, serían ejecutados en elpatio del Arsenal de Cartagena,Alfonso Martínez Peña y TomásRubio Martínez.

Cuatro meses más tarde delintento de sabotaje, los últimos res-ponsables de la ocultación del deli-to y el debido castigo a los respon-sables, Bastarreche, González-Allery Chereguini, ordenaron al Capitánde Infantería de Marina, SamuelGómez Novel, en calidad de juezmilitar, retomar la instrucciónsumarial del caso y proceder a labúsqueda y captura de los autoresde un “frustrado sabotaje”, sin indi-car siquiera en la requisitoria, nidonde, ni cuando se produjo el deli-to. Siguiendo las instrucciones desus superiores, los germanófilosmarinos hicieron también cumpli-do honor a la confianza depositadaen ellos por el ya declinante IIIReich.

Los oficiales alemanes autoresdel sabotaje, nunca se presentaronal juez militar, tampoco fuerondetenidos y consecuentementejamás fueron juzgados, pero elintento de “guardar las formas” nosindica que algo estaba cambiando.

22 CARTAGENA HISTÓRICA

Requisitoria judicial de oficiales alemanes embarcados en el buque Lipari.Publicado en El Noticiero, 3/3/1944.

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De hecho, en el ámbito cartagene-ro, el cónsul inglés GuillermoLeverkus, en tanto que miembrodel Cuerpo Consular residente enCartagena, empezó a ser invitado aalgunos de los actos oficiales delRégimen a los que, hasta esemomento, había sido permanente-mente excluido. Así, junto al cónsulalemán Fricke, y al resto de las auto-ridades cartageneras, entre las quese encontraba González-Aller, enrepresentación de Bastarreche, fueinvitado, el 2 de marzo de 1944, ala fiesta que con motivo del día desu patrón, celebraba el Cuerpo dePolicía87. Cuya Brigada Político-Social era la encargada de vigilarestrechamente sus movimientos,como demuestran algunos de lospartes policiales que veremos másadelante. Asimismo también fueinvitado y asistió al acto de entregadel Diploma como hijo adoptivo ypredilecto de la ciudad de Cartage-na del Almirante Bastarreche, enmayo de 194488, presenciando laceremonia desde un lugar destacadopor la prensa local.

En cualquier caso, en el micro-cosmos cartagenero, el caso delLavoro es una muestra clara y evi-dente de la colaboración activa y lacomplicidad manifiesta entre lasautoridades cartageneras de la Mari-na española y la Kriegsmarine, nosólo durante la época de la No Beli-gerancia, hasta el 3 de octubre de1943; sino también, a partir de esafecha, una vez declarada formal-mente la Neutralidad de España,ante la II GM.

EL CONSEJO ORDENADORDE CONSTRUCCIONES NAVALESMILITARES, EMPRESA CLAVE ENLA ESTRATEGIA DEL RÉGIMEN Y DELA OPOSICIÓN ANTI-FRANQUISTAEspecial atención merece la situa-ción de: «[…] los militares que des-pués de condenados por un TribunalMilitar y expulsados del Ejército hansido colocados con buenos sueldos enaquella factoría […]»89, refiriéndoseal Consejo Ordenador de CNM que

dirigía Luis de Vial, quien compati-bilizó su cargo en los astilleros car-tageneros con la alcaldía de Carta-gena, entre diciembre de 1939 yjunio de 1941. En general, en losinformes de la policía y del SIM,respecto a la situación de Cartage-na, se advierte una poco disimuladacrítica a la actitud del Director de lafactoría de Cartagena del CO deCNM, por el amparo que, a juiciode los falangistas y personalidadesmás ortodoxas del régimen residen-tes en Cartagena, ofrecía a obrerosizquierdistas y exmilitares con sim-patías republicanas, a los que ade-más ofrecía “buenos sueldos”.

En este sentido, independiente-mente de la conciliadora actitud y lamás objetiva y profesional políticade reclutamiento de personal delDirector del Consejo, Luis de Vial,hay que señalar que, recién termina-da la guerra civil, el estado operati-vo de la práctica totalidad de lasunidades de la flota era desastroso.El concurso de técnicos y de manode obra especializada y cualificadapara la reparación de navíos de gue-rra, era necesario y urgente.

En agosto de 1940, se encontra-ban en “gran reparación”, en la fac-toría de Cartagena: cinco destructo-res (José Luis Díez, Lepanto,Churruca, Alcalá Galiano y SánchezBarcáiztegui), todos los que poseíala flota; dos submarinos, el C-2 y elC-4; el cañonero Dato y el torpede-ro T-1490. Además se encontraba enconstrucción el submarino D-1.Esta enorme carga de trabajo reque-ría el concurso de personal técnico yobrero. Los controles políticos, paratrabajadores presuntamente izquier-distas y exmilitares de supuestassimpatías republicanas o masónicasexpulsados de la Marina, fueronnecesariamente más livianos.

Así, un año más tarde, en mayode 1943, un Informe sobre la situa-ción de Cartagena, presentado aFranco señalaba: «[…] Todos losmandos de dicho Consejo, del quees Director Don LUIS VIAL yDIESTRO están en manos de per-sonas peligrosas para nuestro Régi-

men, […] constituyendo un gravepeligro, ya que a su alcance y dispo-sición, están los secretos, planos,materiales, y toda la importantísimagama de actividades de la Construc-tora, comprobándose así mismo sercierto el amparo y protección atodos los elementos rojos y maso-nes, desafectos a la Causa Nacional,y los que en el momento quedemuestran haber sido expulsados yprocesados por sus actividades encontra del Régimen, son inmediata-mente admitidos ocupando cargosde importancia y responsabilidad[…]»91.

El control político, sindical ymilitar del Consejo Ordenador noera un tema baladí. La cuestión delespionaje militar en la Constructorapreocupaba no sólo a los militaresespañoles, sino también a ingleses yalemanes. De un lado, hasta 1940,los astilleros cartageneros fueronuna empresa hispano-británica, cre-ada en 1908, cuya tecnología navalera básicamente inglesa, procedentede empresas y socios tecnológicosbritánicos como Vickers, Armstrong,etc. Con esta tecnología se habíanconstruidos la mayoría de losbuques de la flota de guerra españo-la, que en aquellos momentos seencontraba en fase de profundareparación y modernización.

De otro lado, la tecnología utili-zada en la construcción de los futu-ros submarinos españoles era alema-na. Hitler, a través del AlmiranteRaeder, jefe de la Marina de Guerra,la Kriegsmarine, accedió a que fuerautilizada su tecnología en la cons-trucción de submarinos españoles, acambio de materias primas (wolfra-mio, estaño, etc.).

El almirantazgo alemán y losastilleros alemanes Germania Werfnegociaron con una Comisión espa-ñola, encabezada por Juan AntºSuances, las condiciones económi-cas de utilización de planos, paten-tes, materiales especiales, etc. paraconstruir en España estos submari-nos, más tarde conocidos como tipo“G”, que sería aprobada por el Con-sejo de Ministros en septiembre de

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194192. Si bien, durante la II GM,no se llegó a terminar de construirningún submarino con esta tecno-logía en Cartagena, el Consejo Orde-nador dispuso de información tec-nológica potencialmente muyapetecible para los servicios secretosaliados, dada la importancia de laguerra submarina en la contienda.

Por otra parte, no hay que olvi-dar el componente obrero del Con-sejo, permanente presente en losanálisis políticos de las autoridadescartageneras, cuya expresión másclara es el texto de la Sentencia93

que condenó a muerte a AlfonsoMartínez Peña, (a) el buzo, trabaja-dor del Consejo, por un delito deasociación y propaganda ilícita de laUnión Nacional. Dicha Sentenciaconsideraba un elemento agravante,que los encartados fueran trabajado-res militarizados de los astilleros car-tageneros y del pernicioso efecto dela propaganda de Unión Nacionalsobre dicho colectivo laboral que: «

[…] para mayor peligrosidad seefectuaba principalmente en unafactoría militarizada con muy abun-dante personal obrero […] ». Lamemoria de la tradición obrera ysindical de la antigua ConstructoraNaval, de orientación mayoritaria-mente libertaria, aunque tambiénsocialista pesaba en el imaginario delas autoridades de la Marina carta-genera.

Asimismo, en Cartagena, tam-bién era objeto de atención para laDGS, la llamada “propagandaanglófila”: «[…] los ingleses de estaPlaza, […] que hacen muchos viajesa Alicante y Valencia, donde reco-gen la valija diplomática, y tambiénvan mucho a Denia, donde pareceser existe una vasta red de espionaje[…]»94.

El cónsul del Reino Unido enCartagena era Guillermo Leverkus.El consulado inglés, situado en lacalle de San Francisco, nº 10-2º, aligual que el consulado alemán, tam-

bién estaba dotado de personaldiplomático. William Louis Cassarocupaba «oficialmente el cargo debibliotecario»95. Todo el mundo yespecialmente la policía y el SIM sepreguntaban qué hacía un bibliote-cario en el Consulado del ReinoUnido en Cartagena. La representa-ción consular cartagenera velabapor los intereses económicos britá-nicos en la ciudad y en la provincia(Mazarrón y Águilas): la explota-ción de determinadas minas, comola del Águila, por la SociedadBarrington & Holt; o The CartagenaMining and Water Co. Ltd. propie-dad de la familia Leverkus, queexplotaba el manantial de agua de lapedanía de Perin, entre otrasempresas.

Por otra parte, el puerto de Car-tagena y la Base de Submarinos eranlugar habitual de fondeo y repara-ción de la flota alemana del Medite-rráneo, información muy valiosa enaquellos días. Además, el consulado

24 CARTAGENA HISTÓRICA

El Almirante Bastarreche, a la izquierda, junto a otros altos Jefes de la Kriegsmarine, saludando al estilo nazi-fascista, presididos por un retrato de Hitler. Plublicado en Cartagena: Imagen y Memoria93.

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inglés tenía la función de contactarcon la oposición al régimen paraproveerle de información, entreotras cuestiones de la evolución dela II GM y la situación internacio-nal, cuyo objeto era intentar neu-tralizar el sesgo germanófilo y pro-nazi de la propaganda política delRégimen en aquellas fechas.

En resumen, la defensa en todasu extensión de los intereses británi-cos en la zona, llevaban al consula-do a intervenir en actividades deespionaje y contraespionaje. De ahíel especial interés policial, político ymilitar por las actividades del cón-sul Leverkus, su empresa y susempleados. Algunos de los cuales,como José Cegarra Martín fue dete-nido por la policía política cartage-nera por: «[…] hacer propagandacontra el Estado Nacional Sindica-lista y sostener correspondencia decarácter subversivo […]»96.

Por último, con respecto a loscomunistas, no existían evidenciasexternas de actividades del PCE, nien Cartagena, ni en Murcia. Así loafirmaba el Informe de la DGS, de26 de mayo de 1942: «[…] conreferencia a supuestos movimientoscomunistas, hechas gestiones acercade ello con elementos que estaríanenterados, dicen que en Cartagena,no hay indicios de tal cosa […]».

De acuerdo con los datos apor-tados, a mediados de 1942, la vigi-lancia policial y militar se centrabasobre la masonería republicana y lossupuestos anglófilos. También lainformación oficial del GobiernoCivil, a lo largo de los meses demayo y junio de 1942, en más deuna ocasión, hizo referencia directaa supuestas campañas masónicas,así como a sanciones impuestas adeterminados ciudadanos, acusadosde propaganda contra el Régimen97:«[…] a través de campañas de difa-mación que las sociedades secretasde tipo masónico han ordenado rea-lizar en Murcia […] dado quedichas campañas han encontradoambiente propicio en casinos, cafésy centros de recreo, he ordenado alservicio secreto y a todos los servi-

cios de Información e Investigacióna mis órdenes, la vigilancia másestrecha para averiguar la identidadde quienes, consciente o incons-cientemente, actúen de vehículos detales noticias […]»98.

Meses más tarde, una vez cons-tatada la derrota de Hitler en Stalin-grado y culminado con éxito el des-embarco aliado en África del Norte,así como la expulsión de las tropasalemanas de dicho territorio, lasituación política en Cartagena sehizo mucho más complicada.

LA SITUACIÓN DE CARTAGENA EN1943, SEGÚN LA POLICÍA POLÍTICALa progresiva decantación de la IIGM a favor de los aliados fue cam-biando progresivamente la situaciónpolítica, tanto para los primeros ini-

cios de la oposición antifranquista,como para algunas de las fuerzas ypersonalidades que habían apoyadoal régimen. Así lo demuestran losInformes de la DGS que periódica-mente se presentaban ante “SuExcelencia”, sobre la situación polí-tica en Cartagena. El informecorrespondiente a mayo de 1942señala: el incremento de la disiden-cia, no sólo en el ámbito civil, sinotambién en el militar; el descaro deestos desafectos al régimen; asícomo el acercamiento a los “maso-nes” de personas que pasan por seradictas al Régimen:

«[…] Es asimismo muy de teneren cuenta las reuniones que existen depersonal que ha pertenecido a lamasonería, pues se da el caso anor-mal que por haber regresado varios

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Índice del Informe de la DGS de 26/5/1942.Análisis de la situación cartagenera.

FUENTE: Fundación Francisco Franco.

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masones de Madrid, donde fueronllamados para ser juzgados, hantenido cambios de impresiones conlos masones de otras provincias,[…] incluso uno de los más destaca-dos en esta plaza, llamado José Bon-matí (o Casimiro ¿?), ha sido visita-do a su regreso por todos los masones yabrazado, en plena calle, por algunosque figuran en filas nacionalistas […]Existe igualmente un Teniente

Coronel de Marina llamado D. Car-los Navarro, hombre de ideas izquier-distas y del partido azañista, y al cualsorprendió el Movimiento en nuestrazona, y sigue prestando servicio en laEscuadra, el cual no se recata poco nomucho, en sus conversaciones particu-lares, dando noticias escandalosassobre la situación actual […]»99.

La investigación acerca de laactividad de los militares y exmilita-res de la Base Naval constituye puesuna fijación permanente para laBrigada Político-Social y el Serviciode Información Militar (SIM) enCartagena.

En mayo de 1943, el Comisario

de Policía, Matías Caballero Párra-ga, envía al Director de la Seguridaddel Estado, un Resumen del Informeacerca de la situación de Cartagena.Dado el alcance de su contenido ylas personas implicadas, el Directorde la Seguridad decide ponerlo enmanos del Jefe del Estado, fuera delcircuito oficial habitual de las infor-maciones decenales de la DGS. Elgeneral Franco no sólo lo leyó sinoque, de su puño y letra, hizo sobreel texto anotaciones y comentarios,con instrucciones muy precisas, quese conservan en el documento origi-nal, en los fondos de la Fundación

Francisco Franco100.El comisario Caballero Párraga

comienza su informe señalando:«[…] el lamentable estado político-social de la población de Cartagena,y de la existencia de una organizaciónformada por masones y rojos paraderrotar al actual régimen […] Esevidente la peligrosidad de tales ele-mentos, por actuar principalmenteen la Base Naval, y dentro del Con-sejo Ordenador de Construcciones

Navales Militares, donde sujetosexpulsados del Ejército, Marina, yde otros Cuerpos del Estado, tienenen su poder secretos de interésNacional, armamento, y en generallos resortes para saciar su odio a laEspaña Nacional […] con ayuda dealgún diplomático y con frecuentesreuniones de las Logias, como ya sehace constar en informes anteriores[…]»101.

La trama conspiratoria, según elsusodicho Comisario, estaba dirigi-da, entre otros, por Eduardo EspínVázquez, Decano del Colegio deAbogados de Cartagena, desde1921 y cinco veces Diputado a Cor-tes por la circunscripción de Carta-gena, entre 1916 y 1923102, repre-sentando a la “facción ciervista” delpartido conservador. Los dos hijosde Eduardo Espín, Francisco yDiego Espín Cánovas, éste tambiénabogado, según el Informe, colabo-raban con su padre en el intento dederribo del Régimen.

En la dirección de la supuestaconspiración, también participabanlos cuatros hermanos SerratAndreu: Vicente, Pedro Juan, Ángely José. Durante los últimos años dela Restauración, antes de la Dicta-dura de Primo de Rivera, la familiaSerrat Andreu representaba uno delos principales soportes del partidoliberal en Cartagena. VicenteSerrat, consignatario de buques, fueuno de los líderes del partido liberalcartagenero, varias veces concejaldel ayuntamiento cartagenero yalcalde liberal de Cartagena, en1913103. Pedro Juan Serrat habíasido nombrado Consejero delBanco de España, en Cartagena104.(Al margen manuscrito por el pro-pio Franco: «Confinamiento previainterrogación»)

Entre los lugares habituales dereunión se citan: algunos de losdomicilios o despachos de los ante-riormente mencionados; determi-nados cafés tradicionales de la calleMayor o alrededores del centro deCartagena, como el Mastia, elColumbus, el Bar San Miguel, o elRestaurante Cartagena, «desde

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Informe secreto sobre la situación de Cartagena presentadoa Franco el 25/5/1943.

FUENTE: Fundación Francisco Franco.

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donde suelen encargan comidascuando están reunidos en el despa-cho del abogado Eduardo Espín ».También hace mención el informe auna finca situada en el barrio de LosDolores, denominada Casablanca,propiedad del súbdito inglés Fran-cisco Holt, quién a su vez era co-propietario, entre otras, de la minaEl Águila, en la sierra cartagenera.La casa de Holt es calificada en elinforme como «el centro principaldel Socorro Rojo». (Al margenmanuscrito: «Expulsión de Holt»).

Según dicho informe tambiénestaba implicado en la red ManuelCánovas Hernández, propietario deuna Fábrica de Bicicletas en la Ala-meda de San Antón: «[…] donde sesospecha se pueden estar fabricandoarmas, habiendo estado funcionan-do, hasta el día primero del actual,en que se han paralizado sus traba-jos […]». Manuel Cánovas fuediputado provincial por el partidoconservador en Cartagena, en juniode 1921105.

La banca cartagenera tambiénparecía estar en el asunto, porque eldirector del Banco de España,Eduardo Cuadrons Martínez; eldirector del Banco de Industria yComercio, Pedro Roig López; y eldirector del Banco Español de Cré-dito, Salvador de Lamo Gómez, yaque: «[…] son íntimos e incondi-cionales de EDUARDO ESPÍNVÁZQUEZ y de los hermanosSERRAT ANDREU, los que se ase-gura, guardan divisas pertenecientesa la organización, que utilizan parasus fines […]». (Al margen manus-crito: «Indagación»). Pedro Roig

López fue falangista de primerahora, Delegado de Administraciónde FE en Cartagena, cuando TomásCerezo era Jefe Local, a principiosde 1940106. Salvador de LamoGómez fue concejal en el Ayunta-miento de Cartagena por el partidoliberal, en 1917 y 1922.

Referente a los militares profe-sionales y a sus servicios de infor-mación había numerosos implica-dos, entre ellos, el jefe del SIM enCartagena, Jesús Zapata: «[…] losplanos de las defensas de Cartagena,emplazamientos de fortines, polvo-rines, etc, son confeccionados porFRANCISCO ESPÍN CÁNOVASy BLAS CÁNOVAS HERNAN-DEZ, y se sospecha que también loefectúa y toma parte en los trabajos,Don RAFAEL SÁNCHEZ LEÓN,hijo político del último, y Capitánde Artillería, con destino en laFábrica de La Ñora (Murcia) […]Comprobado que el Jefe del S.I. mili-tar de Cartagena, Teniente de Inten-dencia Don JESÚS ZAPATA ALBA-LADEJO, perteneció a la masonería,Logia “Aurora”, nombre simbólico deMarat, donde ingresó en el año 1923[…]» (Al margen manuscrito.«¿Quién es?»)107.

Asimismo, el comisario Caballe-ro Párraga añade una informaciónde la que debía estar muy seguropara incluirla, dados los apellidos delas personas implicadas: «[…] queesta organización cuenta con elCapitán de Artillería de guarniciónen Cartagena Don JOSÉ LÓPEZPINTO, hijo del General fallecido,el que también tiene una hermanallamada Lolita, que no se recata de

hablar en contra de nuestro Glorio-so Movimiento, y de nuestro invic-to Caudillo […]».

El General de División de Arti-llería, José López Pinto, muertosúbitamente hacía poco más de un

año108, mientras ostentaba el cargode Capitán General de la VI RegiónMilitar (Burgos), estaba considera-do como uno de los adalides y pro-motores de la sublevación militardel 18 de julio, siendo GobernadorMilitar de Cádiz. Además de unhéroe de la Cruzada era un “cartage-nero de pro”, marrajo, HermanoMayor de la Cofradía de JesúsNazareno, Presidente del Patronatode la “Gota de leche” de la Casa delNiño, etc. Todo un personaje delRégimen en Cartagena y fuera deella. Además, su esposa fue conde-corada con la “Gran Cruz de laBeneficiencia”, por «su caritativaobra durante la contienda»109. Queel hijo y la hermana del ilustreCapitán General, aparecieran comoelementos contrarios al Movimien-to nacido del 18 de julio, era unescándalo y un golpe difícilmentesoportable por el régimen, que nopasaba precisamente por su mejormomento.

La colaboración del CuerpoDiplomático consular representadoen Cartagena en la conspiración, seconcretaba en: «[…] Comprobadoque DIEGO SEGURA APARI-CIO, masón con el grado de apren-diz, perteneciente a la Logia “Auro-ra”, y condenado, actúa activamentey sigue de Vice-cónsul de Portugal,suponiéndose que es con el quecuentan, para por medio de la vali-

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Fragmento del Informe policial que hace alusión a la desafección al régimen de dos hijos del Generalde División cartagenero José López Pinto. FUENTE: Fundación Francisco Franco.

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ja diplomática, transmitir y recibirconsignas del Extranjero […]» (Almargen manuscrito: «Ojo, compro-barlo. A Portugal una vez comproba-do y expulsado»).

Curiosamente no se hace refe-rencia a Leverkus, ni al consuladoinglés, que es mencionado en otrosinformes. Aunque sí se hace a signi-ficativos elementos de esta coloniacomo Holt. Al otro gran núcleo deinvestigación, el Consejo Ordenadorde Construcciones Navales Militares,y a su director Luis Vial y Diestro,ya no hemos referido anteriormen-te, en la página XX, nota nº XX.

Por último, el Informe intentademostrar la componente comunis-ta de la supuesta conspiración quesitúa en El Algar, en Murcia y en elPuerto de Mazarrón. Al frente deesta facción sitúa a «los hermanosJOSÉ y FRANCISCO LUENGO[…] y a un tal PATERNA, dueñode los coches de Línea Cartagena -La Unión - El Algar […]». Estaparte es mucho más genérica y estámás desdibujada e imprecisa que laanterior. Parece como si se quisieraforzar la implicación comunista enla trama que, en el esquema propa-gandístico del Régimen, debía serno sólo masónica, sino tambiénmarxista.

En resumen, el susodicho Infor-me implica en la supuesta conspira-ción masónica, a una parte cualita-tivamente significativa de la bur-guesía y los profesionales cartagene-ros, así como a militares y persona-lidades importantes del régimenfranquista. Al frente de la mismasitúa a Eduardo Espín Vázquez,quien junto a José Maestre, lideró elpartido conservador, en Cartagena,en los años previos a la Dictadurade Primo de Rivera. En su órbitahace girar como cómplices a sushijos y a los tres directores de lasentidades bancarias representadasen Cartagena. Uno de estos directo-res, Roig, era falangista, otro deellos, Salvador de Lamo había sidoun destacado miembro del partidoliberal cartagenero. Por otra parte,señala también como conspiradores

a la familia Serrat Andreu, cuyasinclinaciones liberales habían sidomanifiestas. Vicente Andreu, juntoa Payá, dirigió los destinos del par-tido liberal cartagenero, en los últi-mos años de la Restauración. Con-secuentemente, el Informe poníacomo máximos dirigentes de laconspiración a los dos principaleslíderes de los partidos dinásticoscartageneros, el conservador Eduar-do Espín, y el liberal, VicenteSerrat. Asimismo son encartados enla conspiración

determinados empresarios carta-generos e ingleses, a quienes acusade fabricar armas o ser el soporte delSocorro Rojo. En el ámbito militarhay que destacar la alusión a lamanifiesta deslealtad del Jefe delSIM, en Cartagena, y en el diplo-mático, a la actuación del Consula-do de Portugal.

Resulta relevante la presuntaimplicación en esta trama de reco-nocidos y expresos de personas afec-tas al Régimen, como el hijo y lahermana de López Pinto; el Direc-tor del Consejo Ordenador y exalcal-de franquista de Cartagena Luis deVial y Diestro; o el Director delBanco Mercantil, el falangista PedroRoig.

El comisario informante datodos estos hechos como probados.Aunque como hemos visto, en algu-nos aspectos, sólo existen “sospe-chas” más o menos fundadas. Vistaslas consecuencias posteriores que,en la medida de lo posible, más ade-lante detallaremos, todo pareceapuntar a que, este Informe másque poner al descubierto una cons-piración política, sólidamenteestructurada y articulada, expresa ladisconformidad con el Régimen dedeterminadas capas de la burguesíaempresarial, profesional y militarcartagenera, que sociológicamentesiempre se habían ubicado política-mente en la derecha conservadora,el centro liberal, o el republicanis-mo moderado.

El devenir de la II GM y la posi-ble caída del Régimen, al pairo delcambio de escenario internacional,

provoca la reacción de múltiplespersonalidades y grupos de la políti-ca tradicional cartagenera queempiezan a moverse. Son estos pri-meros movimientos los que empie-za a detectar la policía y el SIM y losque constituyen la base del Infor-me.

Asimismo nos revela la profundadesconfianza de la facción másdura, germanófila, autoritaria ymilitar del régimen, en Cartagena,hacia determinados estamentos ypersonas que por su anglofilia, supasado con el ancien regime liberal-monárquico, su tibieza anti-repu-blicana, su comportamiento religio-so o social, su fortuna o éxitoprofesional, o su posición expectan-te ante el futuro, estaban bajo per-manente sospecha de desafección,dada la situación política interna-cional.

Durante la guerra civil, la orga-nización del Socorro Rojo era muypoderosa en la provincia de Murcia.En febrero de 1937, tenía 24.036afiliados y 49 comités110. A pesar dela tremenda represión, algunaestructura, contactos internos yredes de recolección y distribucióndebieron sobrevivir o reconstruirse.Sobre todo cuando la ayuda a losdetenidos y represaliados constituíala principal actividad de las organi-zaciones antifranquistas. En cual-quier caso, no parece de recibo que,un empresario minero como elinglés Francisco Holt, que huyó asu país durante la guerra civil, ycuyas minas fueron intervenidaspor la UGT y la CNT, hasta 1939,fuera el sostén y el responsable delSocorro Rojo en Cartagena. Proba-blemente su único problema antelas germanófilas autoridades carta-generas, fueran su nacionalidad, sulógica y natural anglofilia, así comosu profesión de fe protestante, difí-cilmente asumible por el nacionalcatolicismo dominante.

En cualquier caso, con el controlsocial y la vigilancia policial que seejercía en aquellos tiempos, unosconspiradores que se precien deello, no pueden elegir como “cen-

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tros de operaciones y discusiones”,los bares y cafés más céntricos yconcurridos de Cartagena. Aunqueverse se veían y hablar tambiénhablaban.

El informe pone sobre todo demanifiesto una profunda divisiónen determinados nú-cleos económi-cos, militares y profesionales de lasélites dirigentes cartageneras. Lasfuentes policiales son útiles y muyinteresantes, pero como todas lasfuentes históricas, hay que utilizar-las críticamente, situándolas en sucontexto, y siendo conscientes desus limitaciones. Su versión de loshechos, ni es objetiva, ni neutral.Responde también a intereses polí-ticos y sociales específicos que, eneste caso, parecen coincidir con lafacción militar y falangista, hege-mónica en la política cartagenera.

No hay que descartar, ni losajustes de cuentas internos pormotivos cuyos componentes esen-ciales no fueran políticos sino deotra naturaleza, ni tampoco la ins-trumentalización política de lainvestigación policial, para denun-ciar ante el propio Franco la actitudde determinadas personas, difícil-mente tipificables por su origensocial o status económico, comodesafectas al Régimen, al menos enprimera instancia.

Por otra parte, no sólo a travésde los informes policiales constata-

mos esta fractura entre las élites car-tageneras. Esta división también serevela en el análisis de otros aspec-tos aparentemente baladíes de lavida social cartagenera, divulgadapor la prensa de la época. Un mesantes de redactarse el informe y pro-bablemente mientras se estaban rea-lizando las investigaciones previas,tuvo lugar la boda de la hija de Luisde Vial, Elena, con un Capitánmédico del Ejército del Aire. Recor-demos que Luis de Vial era Direc-tor-Gerente de la empresa másimportante de la provincia y habíasido, durante año y medio, alcaldefranquista de Cartagena (13/12/39-06/06/41). Todo un personaje de laciudad. Pues bien, resulta significa-tivo que en la referencia que ElNoticiero111 hace de la ceremonia,no se haga mención alguna, comoera habitual en la época, a la asisten-cia a la boda de ninguna personali-dad relevante del Régimen en Car-tagena, ni militar, ni política, nireligiosa.

La boda se celebró en la iglesiaparroquial del barrio de Los Dolo-res, no en Santo Domingo, ni en laCaridad, como era habitual en lasbodas cartageneras de “tronío”. Laceremonia fue oficiada por el párro-co del barrio, no por el Arciprestede Cartagena, o algún otro destaca-do eclesiástico, no en vano el Vica-rio General de la Diócesis formaba

parte del Consejo Asesor de FET yde las JONS112. No firmaron comotestigos notables del acto, ningunajerarquía política civil o mando des-tacado de la Marina, a pesar de laposición social presente de Luis deVial, tan ligado a la Marina. Sinembargo, entre las firmas como tes-tigos de la novia, aparecen los nom-bres de Francisco Holt y Pedro JuanSerrat Andreu, dos de los “desafec-tos” mencionados reiteradamenteen el Informe del Comisario Párra-ga. Las señales de “boicot oficioso”y de fractura y disidencia dentro deeste núcleo social, por supuestas oreales razones políticas de mayor omenor desafección al Régimen, nopueden ser más evidentes.

La ortodoxia de la facción mili-tar y falangista que dominó el pano-rama político cartagenero en losaños cuarenta, no es ajena a la his-toria personal, familiar y al papelpolítico que ocupaban en el Régi-men algunos de sus componentes, ala que hemos hecho breve referenciaen páginas anteriores. Lideradaindiscutiblemente por el AlmiranteBasterreche, acompañado deManuel López Andújar, Alcalde deCartagena y Enrique RodríguezCasaú, Jefe de Falange, estuvo apo-yada desde Murcia por los Gober-nadores Civiles y Jefes Provincialesde Falange: Monzón, Sergio Orba-neja, Iglesias-Ussel, Querejeta oCristóbal Graciá, según el momen-to.

Esta alianza entre los mandospolítico-militares de Marina y losjefes de la Falange, se puso clara ypúblicamente de manifiesto duran-te la visita simultánea de tres minis-tros, en abril de 1944, en los díaspróximos al XIII aniversario de pro-clamación de la II República. Enaquellas fechas, visitaron Murcia yCartagena los ministros de: Educa-ción, Ibáñez Martín; Marina, Salva-dor Moreno; y el Secretario Generaldel Movimiento, Arrese. Un artícu-lo publicado en el diario ARRIBA, araíz de esta visita, se titulaba “LAFALANGE Y LA MARINAESTÁN UNIDAS”. Su contenido,

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Informe del Comisario Jefe de Cartagena al Gobernador Civil sobreincidentes ocurridos en la Plaza de Toros, el 9/4/1944.

FUENTE: AGMU.

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con la retórica usual de la propagan-da falangista, manifestaba: « […] LaFalange y la Marina están unidas enlazos de comprensión y de sangre[…] Hoy marinos y falangistas fra-ternizaron en alegre hermandad deservicio e ideales ante las jerarquíasdel Estado y del Movimiento […]La visita a los centros militares eindustriales nos ha demostrado queCartagena está curada de las gravesheridas materiales y morales que laRevolución y la Horda Roja lehicieron sufrir durante los 32 mesesde dominación[…] A través de lascalles cartageneras Ministros yAlmirantes recibieron muestrasinequívocas de un pueblo que sesiente bien dirigido y cree ciega-mente que está en el buen caminoque le conducirá a la prosperidad[…]»113.

El despliegue político-institucio-nal que supone la visita simultáneade tres ministros tenía por objeto:resaltar las escasas realizaciones delrégimen en Murcia y Cartagena; ysobre todo, poner de manifiesto launidad «con lazos de sangre» de laMarina y la Falange como líderes,protagonistas y responsables con-juntos de la conducción, consolida-ción y mantenimiento del Régimenen Cartagena. Por si había algunaduda, era necesario dejar claro antetodo el mundo, quienes mandabany la unidad de las fuerzas que cons-tituían el soporte del régimen en laciudad departamental.

No obstante ello, hasta dondesabemos, una parte de las personasmencionadas en el Informe delComisario Párraga, aunque fuerandetenidas, perseguidas, interrogadaso discretamente advertidas, siguie-ron ejerciendo su vida y su actividadprofesional, al menos aparentemen-te: Eduardo Espín Vázquez conti-nuó siendo elegido Decano delColegio de Abogados de Cartagena,hasta 1968, lo que dice mucho desu prestigio profesional.

Su hijo Diego Espín Cánovas,también licenciado en Derecho,Doctor en Jurisprudencia por laUniversidad de Bolonia, en 1935,

obtuvo la cátedra de Derecho Civilen 1946, en la Universidad deOviedo, más tarde formó parte delos claustros de Murcia, Salamancay de la Complutense de Madrid.Con la llegada de la democracia fueAcadémico de la Real Academia deJurisprudencia, Vocal de la Comi-sión General de Codificación,Magistrado del Tribunal Supremo,y un larguísimo etc. Recientementefallecido, a los 93 años, su reseñabiográfica daba cuenta de sus apor-taciones para adaptar el CódigoCivil a la Constitución de 1978,entre otros muchos trabajos. Esteilustre jurista cartagenero, proba-blemente uno de los más importan-te, en la segunda mitad del sigloXX, aparentemente tampoco vioperturbada su carrera por este infor-me, que no cercenó: «[…] unaejemplar dedicación a la defensa delpapel del Derecho en una sociedaddemocrática […]»114.

Luis de Vial y Diestro permane-ció al frente de la gerencia de la fac-toría de Cartagena del Consejo, casiun par de años más, hasta su jubila-ción, más o menos forzada. Francis-co Holt continuó dirigiendo suempresa minera y viviendo en Car-tagena hasta su muerte, a finales delos cincuenta. Vicente Serrat siguióejerciendo su actividad como con-signatario. Pedro Juan SerratAndreu, impulsor y promotor delTenis en la ciudad, contribuyó enlos años siguientes, a fundar el Clubde Tenis, que no era precisamenteun club proletario, etc. Por las razo-nes que fueren y a pesar del Infor-me, en un tiempo donde la disiden-cia política todavía hacía correr lasangre, para algunos de los relacio-nados en el mismo, la sangre nollegó al mar, ya que en Cartagenano hay más río que la Rambla deBenipila, y eso cuando trae agua.

Otro hecho que evidencia elgrado de nerviosismo y tensión delas autoridades civiles y militarescartageneras fueron las sancionescontra algunos funcionarios de laDelegación de Hacienda, expedien-tados, detenidos, multados, encar-

celados y trasladados por «celebrarla ocupación de Túnez por losanglosajones»115. La culpabilidad delos funcionarios no debía estar tanclara porque, de acuerdo con loreseñado por la policía, el Ministrode Hacienda, Joaquín BenjumeaBurín: «[…] envió un alto funcio-nario para instruir el expedienteadministrativo, el que se decía lleva-ba instrucciones para proteger debida-mente a los detenidos, en contra de laopinión del Excmo. Gobernador Civil(Cristóbal Graciá) […]»116. Rodrí-guez Casaú se hizo cargo de los inte-rrogatorios. Fue una operaciónpolítica de los Servicios de Informa-ción de Falange encabezados por elJefe Provincial (Graciá) y el JefeLocal (Casaú).

La coincidencia en la celebra-ción de esta comida, en el Restau-rante Cartagena, con la toma deTúnez, según Egea Bruno117, fueuna pura casualidad. En realidadestos funcionarios estaban celebran-do el cobro de unos ingresosextraordinarios. No obstante ello,las autoridades falangistas y la poli-cía franquista lo interpretaron deforma muy distinta: «Este hecho hatenido gran trascendencia y ha ser-vido para que los desafectos al régi-men lo empleen contra la Autori-dad Gubernativa»118. Esta situacióny la respuesta gubernativa nos reve-lan el ambiente de tensión e insegu-ridad al que estaban sometidas lasautoridades de la ciudad. Sancionara varios funcionarios simplementepor asistir a una comida que coinci-día, en las fechas, con la toma deTúnez, e interpretarlo como un des-afío de los desafectos al régimen, nodeja de ser revelador de los miedos yde la percepción de inestabilidadque los propios afectos al Movi-miento tenían acerca del futuro delRégimen.

A tenor de las informaciones dela policía parece evidente que estadesproporcionada acción gubernati-va despertó la solidaridad condichos funcionarios, entre distintascapas de la población cartagenera.Según la propia DGS: «[…] gran

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número de industriales y algunosmiembros de “ConstruccionesNavales” se ofrecieron a los familia-res para abonar la sanción que lesfuera impuesta, al mismo tiempoque les facilitaban paquetes de ali-mentos para el envío a los internados[…]»119. Una vez más la policía dejaconstancia de una estructura inter-clasista de ayuda y solidaridad fren-te a la represión del Régimen, loque demuestra una voluntad expre-sa y una forma activa de resistenciademocrática a la que, según laDGS, se habían adherido no sólo laizquierda tradicional, sino: «grannúmero de industriales y algunosmiembros de “Construcciones Nava-les”». Un hecho históricamenteinédito en el panorama político car-tagenero.

Otro hecho, ocurrido unosmeses más tarde, en la Plaza deToros de Cartagena, también nos dauna idea del extremo cuidado y lasensibilidad “a flor de piel” de lasautoridades y la policía cartagenera,frente a todo aquello que pudieraevocar la simbología republicana. El8 de abril de 1944, seis días antesdel 13º aniversario de la llegada dela II República, la tradicional corri-da de toros del Sábado de Gloria, enel coso cartagenero, fue interrumpi-da al detectarse: «durante la lidia delsegundo toro una banderilla forradade papel con los colores morado,amarillo y rojo».

El proveedor de las banderillas,el obrero de la Maestranza, VíctorManuel Cánovas Salinas, tuvo mássuerte que los funcionarios deHacienda, ya que según reza elinforme policial, era: «[…] personade intachable conducta moralpública y privada, y en cuanto a lapolítica-social, está depurado sinsanción, por la Comisión Depura-dora del Arsenal Militar de estaPlaza, careciendo de antecedentes[…]»120, por lo que presumible-mente salió indemne del hecho.

En resumen, para la policía y lasautoridades falangistas y militarescartageneras, a mediados de 1943,los ejes de la disidencia activa al

Régimen serían: “algunos industria-les”, cuyos nombres ya hemos men-cionado. A ellos habría que añadir:algunos miembros de la Constructo-ra Naval, encabezados por su Direc-tor Gerente Luis de Vial; algunosprofesionales del derecho y lasfinanzas; los líderes y destacadosmiembros de los partidos dinásti-cos, de la última década de la Res-tauración, el exdiputado conserva-dor Espín Vázquez y el exalcaldeliberal Vicente Serrat Andreu; algu-nos miembros de las Fuerzas Arma-das y de sus Servicios de Informa-ción; algunas personalidades enotro tiempo fieles al régimen; asícomo los Consulados de Portugal yel Reino Unido.

Todo ello nos revela que la opo-sición al régimen de Franco, enaquellos años, no sólo pasó por lospartidos y organizaciones tradicio-nales de la izquierda socialista,comunista o anarquista. En Carta-gena, una parte minoritaria perosignificativa, de la burguesía indus-trial y agraria, de los profesionales,los republicanos moderados, losaliadófilos y los franquistas descon-tentos por los derroteros que elRégimen iba tomando, también for-maron parte de la resistencia anti-franquista, contribuyendo a alarmary obsesionar a las autoridades civilesy militares cartageneras, que vieronen ellos un peligro para el NuevoEstado Nacional-sindicalista.

EL RÉGIMEN REACCIONAEN EL ÁMBITO MILITARAnte el triunfo aliado en África delNorte y la progresiva retirada ale-mana en la URSS, el Régimen, conobjeto de afirmarse, no sólo respon-dió con un incremento de su políti-ca represiva. En el ámbito militarpuso en marcha algunas medidas decarácter preventivo. Asimismo en elterreno político tomó algunas ini-ciativas dignas de mención, que acontinuación señalamos.

Las medidas de carácter militarprovocaron la dimisión del Minis-tro de Marina. En carta personaldirigida a Franco, el 24 de mayo de1943, Salvador Moreno manifesta-ba: «[…] Es tradición tristísima ennuestra Patria el olvido y despegohacia las cosas del mar […] Hechosactuales vienen a confirmar mi des-aliento y a corroborar en forma ter-minante y en sumo grado dolorosa,ese bajo aprecio y peligroso olvido aque antes hube de referirme. A midespacho oficial llega desde ayer elasombro de las Autoridades Jurisdic-cionales de Marina ante una ocupa-ción militar de la costa por fuerzas delEjército sin previa noticia y aviso, ydentro del más absoluto desconoci-miento por mi parte de las razonesque pueden justificar tal medida […]Las autoridades subalternas de laMarina reciben órdenes de las delEjército ocupante […] Resumien-

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El rey Victor Manuel III y el mariscal Badoglio asumen el poder en Italia.Publicado en El Noticiero, 25/7/1943.

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do, Excelencia: me considero sin fuer-zas y sin aliento para continuar alfrente de la Marina y respetuosamen-te le suplico ser relevado en mi puesto[…]»121.

La dimisión no fue aceptada. Elalmirante Salvador Moreno Fernán-dez permaneció como Ministro deMarina hasta julio de 1945,muriendo como Capitán Generalde El Ferrol, en septiembre de eseaño. En su carta de renuncia, More-no nos confirma que se había pro-ducido una apresurada y rápidaocupación militar de la costa porparte del Ejército, de la que nisiquiera él mismo, Ministro deMarina, estaba enterado.

Asimismo, por Decreto de 22 dejulio de 1943, se pretende que laspoblaciones, mayores de 20.000habitantes, que dada su importan-cia estratégica, puedan ser objeto deataques aéreos, se doten de refugiosanti-aéreos. En este sentido, laOrden de Presidencia de 19 deoctubre de ese año, señala a Murcia,Cartagena, Lorca, Cieza, Caravaca,Jumilla, y Yecla, como las ciudadesde la provincia de Murcia, dondedeben construirse refugios122. Res-pecto a obras de carácter militar,también cabe destacar el proyectopara la construcción de tres túnelesen las faldas del monte Roldán deCartagena123.

También hubo un proyecto decarácter esencialmente militar, elsuministro de agua a la Base Navaldesde el río Taibilla. El proyectoempieza redactándose en los últi-mos tiempos de la Dictadura dePrimo de Rivera. Las primeras obrasse inician durante la República, en1932, con Indalecio Prieto, comoMinistro de Fomento. Interrumpi-das durante la guerra. Fueron reto-madas por el Régimen franquista,que declaró “Obra Preferente en elPlan de Defensa Nacional, el abaste-cimiento de agua para la Base Navalde Cartagena”124. Las obras se acele-ran a partir de 1943125, por motivosmilitares, pero también políticos ysociales. Al mismo tiempo que elagua llegaba a las instalaciones mili-

tares, también podría llegar a loshogares de los cartageneros. Lasaguas del Taibilla llegaron a la BaseNaval y al pueblo de Cartagena ycon ellas, la primera visita de Fran-co a la ciudad, en la primavera de1946.

En cualquier caso, las preguntasson obvias: ¿Por qué se ocupa mili-tarmente la costa mediterránea deforma tan precipitada? ¿Por qué ypara qué construir refugios anti-aéreos si no había una confronta-ción militar en el horizonte? ¿Quéobjeto tiene que el CO de CNMconstruya tres túneles frente a la Islade las Palomas en la costa cartagene-ra bajo las baterías del monte Rol-dán? Al parecer la hipótesis de inva-sión estuvo presente durantemucho tiempo en los planes políti-co-militares del Régimen. Sobretodo, cuando en los meses siguien-tes se produjeron: el desembarcoaliado en Sicilia (10/7/1943); dossemanas después, la caída de Mus-solini (25/7/1943); y la rendiciónincondicional de la Italia del Maris-cal Badoglio y del rey VíctorManuel a las ejércitos aliados, enpoco más de seis semanas(9/9/1943).

Estos hechos tuvieron una noto-ria repercusión en las autoridadesfranquistas y en el propio Franco.Mussolini había sido el líder extran-jero que política y personalmenteestuvo más cerca del Jefe del Estadoespañol, tal como nos han reveladolos archivos desclasificados nortea-mericanos126. Pues bien, su amigoMussolini había caído víctima deuna conspiración monárquica, conel rey Víctor Manuel a la cabeza,apoyada por una facción del partidofascista y cuyo brazo armado habíasido el general Badoglio.

Una situación similar podía ocu-rrir en España. Los generalesmonárquicos Varela y Galarzahabían sido cesados de los ministe-rios del Ejército y de Gobernaciónrespectivamente, en el cambio degobierno de septiembre de 1942, enel que también había caído SerranoSuñer. En marzo de 1943, Don

Juan solicita a Franco la restaura-ción de la Monarquía. En el veranode 1943, coincidiendo con la ofen-siva de los aliados en Italia y la caídade Mussolini, un grupo de Procura-dores en Cortes monárquicos, ysiete de los doce generales al frentede las Capitanes Generales le hacena Franco la misma petición. No erapues nada descabellado el triunfo deuna operación monárquica, enEspaña, similar a la italiana, conDon Juan al frente, una buena partede los mandos supremos del Ejérci-to moviéndose en esa dirección, ylos aliados alentando el cambio ymoviendo los muebles y los inquili-nos “en la casa de al lado”.

A este esquemático contextonacional e internacional hay queañadir que, en las costas de Almería,Granada, Murcia y Alicante, desdefinales de 1943, se venían introdu-ciendo grupos guerrilleros com-puestos por exilados españoles pro-cedentes de África del Norte. Estosgrupos entrenados y organizadospor oficiales del ejército norteame-ricano, venían bien pertrechados dearmas y equipo. Su misión consistíaen suministrar información militara los aliados sobre los efectivos y lasinstalaciones militares españolas.

Al parecer, la búsqueda y deten-ción de estos comandos en las cos-tas murcianas y alicantinas fueinfructuosa. La Guardia Civil,siguiendo las instrucciones de laCapitanía General de la III RegiónMilitar, informaba así al Goberna-dor Civil de Murcia del resultadonegativo de su vigilancia de costas: «[…] de los reconocimientos y averi-guaciones practicadas por estaComandancia no se ha podidoobtener el menor recelo, ni conse-guido adquirir noticia alguna deque hayan llegado a la costa de estaprovincia y la de Alicante barcazasprocedentes del Norte de África,trayendo a bordo extremistas, quese hallaban huidos de España, nique hayan llevado al extranjero per-sonas en situación atenuada, asícomo, verificando tampoco desembar-co de arma alguna, para su distribu-

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ción entre los elementos dela Unión Nacional[…]»127.

Al parecer, el ejércitonorteamericano inte-rrumpió el envío de estoscomandos, a finales delverano de 1944, tras larecepción por parte de sugobierno, de una enérgicanota de protesta delgobierno español128. Encualquier caso, parececlaro que hubo desembar-co de comandos y que lasfuerzas de seguridad y elejército anduvieron bus-cándoles.

La caída del régimenfascista italiano y la rendi-ción de Italia a las tropasaliadas fue el signo públi-co e inequívoco de que elEje Berlín-Roma-Tokiopodía perder la guerra y los regíme-nes fascistas o nacional socialistasborrados del mapa político euro-peo. Si a ello se une el riesgo inter-no real de conspiración monárqui-ca, ayudada por la presión aliada, elpanorama no podía ser más inquie-tante para el futuro del régimenfranquista.

EL RÉGIMEN REACCIONA EN ELÁMBITO POLÍTICO: “PRIETAS LASFILAS”, RECUERDO A LOS“CAMISAS VIEJAS” Y PREMIOA LOS REPRESORESEn el ámbito político, el régimen sevio obligado a tomar algunas inicia-tivas importantes con objeto deneutralizar la disidencia interna yafirmar su autoridad; mostrar a losaliados una cierta toma de distanciarespecto a Hitler; y ensayar algunosaspectos de cambio político queayudaran a dar una visión menostotalitaria del régimen. Las iniciati-vas políticas de alcance general fue-ron las siguientes:

- En política internacional, elcambio de status internacional deEspaña, respecto a la II GM, de NO

BELIGERANCIA a NEUTRALI-DAD (3/10/43); y el comienzo de laretirada de la División Azul(12/12/1943);

- En política interior, una deci-dida campaña de afirmación políti-ca, así como algunos cambios insti-tucionales que mostraran haciaadentro y hacia afuera, una ciertaevolución del régimen: apertura delas Cortes Orgánicas franquistas(17/3/1943); convocatoria de lasprimeras elecciones sindicales(17/7/1943) de la Central NacionalSindicalista, CNS; resoluciónsimultánea de 6.665 expedientes depuesta en libertad vigilada de presospolíticos de las cárceles franquistas(30/9/1943)129, en conmemoracióndel “la onomástica del Caudillo”.

- En política social, aunqueforma parte de la política interior,además de la convocatoria de lasprimeras elecciones sindicales,podemos señalar: el incremento delSubsidio Familiar (4/8/1943)130; asícomo un papel propagandística yformalmente más activo de la orga-nización sindical fascista, la CNS,en la defensa de los derechos y pres-taciones sociales de los trabajadores.

El cambio de status internacio-

nal fue más formal quereal. La retirada de laDivisión Azul fue el pri-mer signo de la nuevapolítica de neutralidad ysupuso el fin de la inter-vención militar directadel Ejército español juntoa la Alemania nazi, en elfrente ruso. No obstanteello, la supuesta neutrali-dad fue permanentemen-te transgredida y vulnera-da por el régimenfranquista, como ante-riormente hemos demos-trado, en el intento desabotaje del buque cister-na Lavoro.

Además de esas medi-das de carácter general elrégimen cerró filas, conobjeto de reafirmarse,incrementar su cohesión

interna y mostrar públicamente queafrontaban la situación política conentereza y sin falsos temores. Así,por ejemplo, la falange cartageneraordenó a sus afiliados y afiliadas laobligación de vestir diariamente lacamisa azul131, como acto de afir-mación falangista. El gobierno con-decoró a personajes como el Briga-da Vidal, tristemente conocido enCartagena por su especial crueldaden la represión de “rojos y masones:«como premio a sus relevantes servi-cios en el desempeño de su cometi-do»132. El Gobernador Civil Cristó-bal Graciá fue también distinguidocon el “Aspa Verde”133. Queipo deLlano fue también condecoradocon la Laureada de San Fernando.

A nivel local, fueron agraciadoscon el título de “Hijo adoptivo ypredilecto de Cartagena”, el Almi-rante Basterreche y el Alcalde LópezAndújar. «DIOS SALVE A CAR-TAGENA, EN MANOS DE BAS-TARRECHE Y LÓPEZ ANDÚ-JAR CON LA PROTECCIÓNDE NUESTRO CAUDILLO»134,así rezaba el titular del Noticiero,que daba cuenta del acto de entregade los respectivos títulos, recibidossegún el periódico en medio de una

CUADERNO MONOGRÁFICO 33

Condecoración concedida a Manuel Vidal Alvariño,(a) Brigada Vidal, destacado miembro del SIM,tristemente conocido por su crueldad con los

disidentes políticos, en Cartagena.Publicado en El Noticiero 10 de mayo de 1943

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manifestación de entusiasta apoyopopular.

Hasta el punto que el autor delartículo se permitía tildar de des-afectos al Régimen y arrebatar lacondición de cartageneros, a todosaquellos que no se habían sumadoal acto de forma entusiasta: «[…]Las minorías abúlicas que a esashoras estaban sentadas a las puertasde los cafés, casinos, etc. son los quemerecen figurar en las listas de ene-migos del Régimen y borrarse elnombre de cartageneros […]». Eltexto no necesita comentarios. Unavez más, el mensaje de la unidadMarina-Falange, está presente en laimagen que el Régimen quiere pro-yectar de sí mismo, en Cartagena.Eso sí, ahora se amplía a Dios-Bas-tarreche-López Andújar-Caudillo,el paraguas protector para la ciudady sus habitantes.

Asimismo, el Capitán Generalde la III Región Militar, MiguelAbriat Cantó, fue inu-sualmenterecibido en “olor de multitudes” enCartagena, el 9 de septiembre de1943, con bando expreso y previode la alcaldía ordenando engalanarbalcones, cerrar establecimientoscomerciales y empresas industriales,y salir a la calle para recibir a tanilustre personaje135. Nunca el titularde la Capitanía General de Valenciahabía sido recibido en Cartagenacon tales honores.

Como también había que califi-car de insólita y excepcional a lasimultánea visita a Cartagena yMurcia de tres ministros, Ibáñez

Martín (Educación), SalvadorMoreno (Marina) y Arrese (Secreta-ría General del Movimiento), enabril de 1944, a la que anteriormen-te hemos hecho referencia. Tambiénla Jefa Nacional de la Sección Feme-nina, Pilar Primo de Rivera136 y elDelegado Nacional de Sindicatos,Fermín Sanz Orrio137: «honraron ala provincia y a la ciudad departa-mental con su visita». Ni antes, nidespués, fueron los murcianos y los

cartageneros “de la presencia deautoridades franquistas tan bienservidos”. Esta masiva presenciapolítico-institucional y militardemuestra la intensidad de la movi-lización política del régimen, eneste período crítico.

Otro de los elementos utilizadoen este cierre de filas del régimenfue el recuerdo y el homenaje a susviejos militantes y a sus caídos, por

otra parte siempre presente en suactuación política. Como habíahecho en otras provincias donde ladesafección al régimen era másacentuada, Arrese vino a presidir laceremonia de imposición de 576medallas como reconocimiento atodos los falangistas murcianos ycartageneros de la “Vieja Guardia”,así como a los familiares de aquellos“camisas viejas”, caídos por Dios ypor España. No sabemos de dondesalieron tantos falangistas veteranospues de la breve historia de la falan-ge murciana y cartagenera, antes dela guerra civil, se deduce que sunúmero era inferior a la cuarta partede los condecorados.

En resumen, el uso obligatoriode la camisa falangista contribuyó ateñir levemente de azul, el tono gri-sáceo del paisaje ciudadano de lapostguerra. La irrupción de las másaltas autoridades civiles y militaresocupó las calles y saturó las tribunaspúblicas y los teatros en respuestadefensiva por el aislamiento inter-

nacional del régimen ante el avancede las tropas aliadas. Las dos máxi-mas autoridades de la Marina y elEjército, el brazo militar del Régi-men en la región, Bastarreche yAbriat, recibían la aclamación delpueblo, en prevención de que lascosas cambiaran y tuvieran queliderar militarmente una hipotéticareacción. El refuerzo propagandísti-co del binomio “Marina-Falange

34 CARTAGENA HISTÓRICA

Tabla 7: Relación de procesados por delitos políticos 1946-1950, a nivel nacional.FUENTE: Comisaría General Político-Social. Archivo Histórico Nacional.

Gráfico 2. Número de fusilados en 1939-45 en Cartagena.FUENTE: Elaboración propia a partir de los datos de Egea Bruno.

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por la Gracia de Dios”, en ese críti-co período, resucitó al eje Dios-Bas-tarreche-López Andújar-Franco,que vino a sustituir, en Cartagena,al progresivamente agónico Berlin-Roma-Tokio. Se recordó y honró alos numerosos “camisas viejas” quesurgieron por doquier. Los represo-res quedaran públicamente enalte-cidos y distinguidos, en la personade uno de sus más conspicuosrepresentantes, Manuel Vidal Alva-riño.

Otro de elementos esenciales dela política interior en su vertientesindical y social fue la convocatoriade elecciones sindicales. Esta convo-catoria constituyó algo más que unproceso electoral en el ámbito labo-ral. No sólo fueron sólo las primeraselecciones en el marco de la legali-dad sindical del nuevo régimen,sino el primer proceso electoral delfranquismo; su primera experienciade representación corporativa elec-toral. El inicio fáctico de lo que losteóricos del régimen llamarían la“democracia orgánica”. El objeto deesta medida fue demostrar a laspotencias aliadas la posibilidad deuna cierta evolución del régimentotalitario franquista138.

PRESOS EN LIBERTAD VIGILADA EINCREMENTO DE LA REPRESIÓNLa liberación de casi siete mil pre-sos, en una sola remesa, quiso man-dar un mensaje a los aliados de lamagnificiencia, generosidad y capa-cidad de reconciliación del régimenrespecto a los presos políticos de laguerra civil. Esta puesta en “libertadvigilada” vino precedida de nume-rosos editoriales en la prensa ala-bando el nuevo sistema penitencia-rio del régimen, con la redención depenas por el trabajo. El titular dealgunos de ellos resulta harto signi-ficativo: LIBRES SÍ, PERO VIGI-LADOS La doctrina subyacente enesta medida de gracia se pone demanifiesto en este artículo: «[…] Sele vigila para ver si en realidad seredime de su culpa anterior por eltrabajo y la fe en sí mismo y en la

Patria, pero si no agradece la graciade esta justicia del Estado, y siemplea su libertad para reincidir ensu delito, aunque sea de modo sub-terráneo, agazapado, hipócrita,entonces el Estado le retira su graciay lo integra a prisión, pero no yacomo reo de delito político, sino dedelito común para el que no hayclemencia alguna […]»139.

La liberación de presos políticosno constituía ninguna novedad,según un artículo ensalzando lapolítica penitenciaria de Franco fir-mado por Pedro Bernal. La magni-tud de las cifras habla por sí sola:«[…] Hasta 1942, el sistema deredención de penas por el trabajohabía puesto en libertad 87.000presos políticos. Si a ello añadimoslos liberados en los nueve primerosmeses de 1943, el número se acercaa los 100.000. Para ello ha sidonecesario que por esos liberados serediman seis millones de días de tra-bajo útil […]»140.

Aunque parezca paradójico lapuesta en libertad vigilada de lospresos no fue incompatible con unincremento de la represión, sinotodo lo contrario. El aumento de laactividad de la oposición al fran-quismo, en toda España, a partir de1943, produce un incrementonotorio de la represión hasta 1947.No tenemos datos acerca del núme-ro exacto de detenidos y procesa-dos, ni en Cartagena, ni en la pro-vincia de Murcia por delitospolíticos, ni al grupo político al quepresuntamente pertenecen.

No obstante ello, conocemos losdatos suministrados por la Comisa-ría General de la Brigada PolíticoSocial de la Dirección General de laPolicía, a nivel nacional141. Comopodemos ver en la Tabla nº 7, exis-te un incremento progresivo hasta1947, con 3.877 procesados pues-tos a disposición de la autoridadmilitar que, en 1950, tres años mástarde, cae a 174.

Según la Brigada Político Socialde la policía, aproximadamente lamitad de esos detenidos pertenecíanal PCE. En esta tabla sólo están

incluidos parcialmente los deteni-dos por actividades guerrilleras en elmonte o en la ciudad. El apartadode bandoleros y atracadores recogelos detenidos por la Policía, no porla Guardia Civil, que era la encarga-da de estos menesteres, por suámbito de actuación rural.

A pesar de la falta de datos cuan-titativos, en los niveles locales y pro-vinciales, en la prensa diaria local yprovincial, a veces, se daba cuentaesporádicamente de algunas de lasdetenciones realizadas por la Poli-cía, la Guardia Civil o la Falange. Apartir de 1942, coincidiendo con elavance aliado, las detencionesaumentan en número, según se des-prende de las escasas informacionesde la prensa. En los párrafos ante-riores hemos hecho referencia aalgunas de ellas, pero tenemossobrada constancia que existenmuchísimas más. Por ejemplo,sabemos que en 1944 y 1945 hubodesarticulaciones parciales del PCE,hasta que, en 1946, se produjo sudesarticulación prácticamente total.Hubo más de cien detenidos y no sehizo la más mínima referencia en laprensa.

El motivo de las detenciones,siempre según la Policía, iba desdeguardar 25 kg. de dinamita142, reali-zar actividades anti-nacionales143, aproferir públicamente gritos sub-versivos en locales públicos como elCafé Mastia o el Casino de LosDolores144. No se hace referenciaalguna a los grupos políticos impli-cados todo se pone bajo el paraguasmarxista o masón. En cualquiercaso, ya hemos demostrado que elprotagonismo antifranquista, ibadesde grupos y personas que habíanapoyado la sublevación del ejércitoen julio de 1936, hasta los miem-bros del maquis.

En Cartagena, si tenemos encuenta la evolución del número defusilados entre 1939-45, podemosver en el Gráfico nº 2, que trasalcanzar cotas mínimas en 1943, seproduce un repunte en 1944, hastallegar a 1945, año en el que se pro-ducen los dos últimos fusilamientos

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en la ciudad. Parece lógico suponerque si se incrementa el número defusilados, la máxima pena, tambiénse incremente el número de deteni-dos y procesados. Todo ello indicaun incremento notorio de la repre-sión a partir de 1943, hasta media-dos de 1946, año que se produce lacaída masiva del PCE, en Cartage-na y en la provincia. En 1947 y1948 no hay detenciones políticassignificativas en la provincia.

LA POLÍTICA SOCIAL DEL RÉGIMEN:EL SUBSIDIO FAMILIAR Y LASELECCIONES SINDICALESEN CARTAGENAPor otra parte, además de símbolosy personas el régimen sacó de suprolongado letargo su brazo sindi-cal y volvió recordar su políticasocial, cuyo elemento más significa-tivo era el Subsidio Familiar.

Como se puede apreciar en lailustración nº 24, el importe delsubsidio sufrió un incremento teó-ricamente importante para el tama-ño medio de las familias de laépoca: 10 pesetas/mes para las fami-lias de dos hijos; 20 para las de tres;y 30 para las de cuatro, teniendo encuenta los salarios de miseria, enrelación al coste real de la vida. Paradarnos una idea, el monto mensualde los salarios oficiales oscilabaentre 40 pesetas para una empleadade hogar, interna a tiempo comple-to; 180-200 pesetas (0,90 €) paraun peón de la construcción145; 250pesetas para un oficial peluquero; y416 pesetas (2,50 €) para un maes-tro nacional146. En el sector privadolos salarios solían ser inferiores a losregulados.

Para percibir el subsidio familiarhabía que estar censado oficialmen-te en la empresa, condición que nocumplía una buena parte de lapoblación laboral. Otros como lastrabajadoras del servicio domésticosimplemente no tenían derecho.Además, de acuerdo con los infor-mes de la DGS, la gestión del subsi-dio no era precisamente ejemplar,

«el subsidio se cobra con más de seismeses de retraso»147. «[…] La orga-nización del subsidio familiar, siguesiendo deficientísima. Hay grancantidad de empleados en estos ser-vicios, tanto en la regional de Mur-cia, como en la comercial de Carta-gena. No obstante se les informa demala manera sobre cualquier con-sulta y a veces por no molestarse enmirar, comentándose muy desfavo-rablemente entre los trabajadoresesta actitud, que de ser otra benefi-ciaría la situación precaria demuchos de ellos. […]»148.

Por último en lo que a la políti-ca social se refiere, durante esteperíodo la CNS parece salir de suletargo. Siguiendo la prensa y con-sultando las escasas fuentes docu-mentales de carácter sindical de esa

época, se advierte un intento demayor protagonismo del SindicatoVertical.

La convocatoria de las eleccionessindicales puso en marcha el apara-to organizativo de la CNS, a nivelprofesional y geográfico. El discursoinicial de la Falange y del Movi-miento, abiertamente totalitario,abominaba de los procesos electora-les. Las urnas eran sinónimo e ima-gen de la caduca democracia liberal,de la división de los españoles, de lalucha de clases, de la ruptura de laPatria, etc. Las autoridades políticasy sindicales de Falange se vieronobligadas a embarcarse en una cam-paña política, convocando actoselectorales masivos, visitando a lasempresas y los tajos, escribiendoartículos y editoriales en los periódi-

36 CARTAGENA HISTÓRICA

Importe del incremento del Subsidio Familiar.Publicado en El Noticiero, 10 de agosto de 1943.

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cos, ocupando espacios radiofóni-cos, etc. El objeto de este importan-te esfuerzo propagandístico eraexplicar a los españoles y especial-mente a los trabajadores que notodas las urnas eran iguales, ni nece-sariamente llevaban al mismo sitio.

El acto celebrado el 12 de octu-bre de 1944, en el Teatro Circo deCartagena, abrió la campaña electo-ral de las elecciones sindicales en laciudad. Fue presidido por las máxi-mas autoridades sindicales y delMovimiento en Cartagena, acom-pañados incluso de algún “intelec-tual orgánico”, como Muñoz Alon-so, catedrático de Filosofía de laUniversidad de Murcia. Todo elloindica una decidida voluntad ycompromiso político por sacar ade-lante este proceso, que iba muchomás allá de los responsables sindica-les149.

Según la prensa asistieron másde dos mil personas. IntervinieronArtal, Navarro Corominas, yMuñoz Alonso. Artal abrió el acto yen su alocución: « […] marcó losprofundos abismos que separan laselecciones anteriores al 36, sembra-doras de odio, asesinatos y vengan-zas, de estas otras que se van a cele-brar para traer mayor gloria aNuestra España […] Habló de lanecesidad del voto diciendo que essuicida aquel que por comodidad omala fe, se abstenga de emitir sus

derechos […]»150.El mismo día, unas horas más

tarde, con los mismos oradores tuvolugar un acto similar en el SalónModerno de La Unión. Algunossindicatos locales también celebra-ron asambleas para proclamar a loscandidatos, y animar a la participa-ción. Así lo hicieron los trabajado-res del Sindicato Textil y del Vesti-do, que se reunieron en el TeatroMaiquez, el 16 de octubre, sábado,

día laborable, a las 11 de la mañana:«[…] el local quedó totalmenteocupado por productores de todaslas categorías del ramo, destacandoel elemento femenino que puso unanota simpática […]»151.

Según los datos parciales sumi-nistrados por la CNS, la participa-ción en el proceso electoral, fuemasiva. En Cartagena, habían vota-do 12.738 productores (91 %) y3.070 empresas (94,37 %). En total

CUADERNO MONOGRÁFICO 37

Propaganda lectoral de las elecciones sindicales recordando el voto obligatorio.Publicado en El Noticiero, 17 de octubre de 1944.

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habían votado 15.808 personas. Losdatos finales locales nunca se publi-caron. Las fuentes consultadas y loscálculos realizados, nos permitenasegurar que la participación estuvobastante por debajo de esas cifras,en torno al 40 %. En el sector agra-rio la participación fue aún menor,el 23,8 %. No hubo una abstenciónmasiva, pero en ningún caso se llegóal 50 % del censo. La naturalezaobligatoria del voto; la amenaza desanciones económicas y administra-tivas si no se acudía a las urnas; elcontrol de las votaciones en lasempresas por parte de la patronal; laimposibilidad de realizar una cam-paña de oposición activa por partede las organizaciones sindicales tra-dicionales UGT y CNT, o de lospartidos de izquierda; el clima demiedo y terror que se vivía, etc.coadyuvaron a que los trabajadoresse vieran obligados a participar.

De los 55 puestos de las JuntaSociales elegidos en Cartagena, sólocinco de ellos ha-bían sido elegidosen candidaturas distintas a las pro-pugnadas “oficialmente” por losmandos de la CNS, cuatro trabaja-dores y un empresario. Pedro Gar-cía Sanz administrativo del Metal,obtuvo 141 votos, el 36 % delcenso electoral de su categoría; JoseAndrés García, peón del comerciode alimentación, obtuvo 118 votos,el 38 % del censo; Valentín Rodrí-guez, técnico de la Construcción,12 votos, el 67 % del censo; JuanGómez Martínez, mano de obra delTransporte, 421 votos, 49 % delcenso; José Díaz Quiles, por lapatronal de la Guarnicionería, 3votos, 20 % del censo152. Sólo unamujer, fue elegida representante sin-dical, en este caso por la patronal,en el grupo de Modistería del Sindi-cato Textil. Todo estaba bajo con-trol.

Por último señalar que, en esteafán de iniciativas sindicales, Fer-mín Sanz Orrio, Delegado Nacio-nal de Sindicatos, vino a inaugurarel II Congreso de OrdenaciónSocial de la CNS murciana. VisitóCartagena el 28 de abril de 1944.

38 CARTAGENA HISTÓRICA

El municipio de Cartagena teníaentre 114.000 y 120.000 habit.

Año 1939, según el Registro Civil hubo 1784 nacimientosy 3170 defunciones (-1385)

Crecimiento vegetativo negativo hasta 1942.Año 1940, había 1.247 viudas, entre 20 y 39 años:

El 6% de las mujeres casadas. Entre 3.000 y 4.000 niñasy niños cartageneros se criaron sin padre. El 90 % carecíande recursos porque sus maridos habían servido en el Ejército

o la Marina republicana y no tenían derecho a pensión.Año 1939, casi cuatro mil hombres, uno de cada ocho hom-bres entre 15 y 60 años, fueron detenidos, encarcelados oprocesados en Cartagena, entre abril y octubre de 1939.El número de fusilados en Cartagena, entre 1939 y 1945,

fue de 176. Militares: 116 y civiles 60.Entre 1939 y 1943, 12.845 cartageneros,

funcionarios civiles o militares, profesionales liberales,abogados, médicos, etc. y trabajadores de las empresasde Defensa o de los Servicios Públicos fueron sometidos

a procesos de depuración política:Cuatro mil fueron despedidos y unos dos mil sancionados

con suspensiones temporales de empleo y sueldo, traslados,

congelación vitalicia o temporal de categorías, etc.Al menos 1.733 jefes, oficiales y suboficiales del Ejército,la Marina y las Fuerzas de Seguridad fueron expulsados

de las fuerzas o institutos armados despuésde la guerra en Cartagena.

En los años 1939-1941, una cuarta parte de la poblacióncartagenera carecía de recursos o empleo para sobrevivir:Auxilio Social repartía en 1939, unas 7.170 raciones

diarias en septiembre de 1939.La Memoria de la Fiscalía de Tasas de 1940 señalaba que,a nivel nacional, la provincia de Murcia ocupaba el segundolugar en estraperlistas condenados a campos de trabajo.

Salarios mensuales 1940-42:Una empleada de hogar, interna a tiempo completo, 40 pesetas.

Un peón de la construcción: 180-200 pesetas.

Un oficial peluquero: 250 pesetas.

Un maestro nacional: 416 pesetas.

Un conserje de la Central Nacional Sindicalista (CNS): 458 pesetas.

Algunos datos de la postguerra cartageneraentre 1939 y 1944

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Era la primera vez, después de laguerra civil, que el Sindicato Verti-cal en la provincia de Murcia se reu-nía en asamblea para estudiar losproblemas de los trabajadores. Losactos tuvieron una importanterepercusión en la prensa local y pro-vincial, pero los debates y las con-clusiones no se hicieron públicos.Fuera de la retórica social del Régi-men, los trabajadores siguieron sinenterarse de la posición y las posi-bles actuaciones del sindicato falan-gista, único y obligatorio, la CNS,ante sus problemas. Tendrán quepasar veinte años para que militan-tes católicos pertenecientes a laHOAC y la JOC, junto a los comu-nistas del PCE, infiltrados utilizan-do el sindicato vertical en Cartage-na, planteen una alternativadistinta. Pero esa es otra historia.

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2 SUEIRO, Daniel, La flota es roja, Argos-Vergara, Barcelona, 1983, p.153 ANAYA, Jose Antonio, La masonería en la Región de Murcia, Ediciones

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pp.110-111.7 CEREZO, Ricardo, Armada española siglo XX, citado por MARTÍNEZ

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8 HERNÁNDEZ CONESA, Ricardo, “Cartagena, 15 de agosto de 1936,Muerte en la Marina”. Cartagena Histórica, Octubre, 2002, Cuadernomonográfico, nº 1.

9 SUÁREZ MARTÍNEZ, Xose Manuel “Guerra Civil e represión en Ferrol ecomarca”. Concello de Ferrol. El Ferrol, 2002.

10 CERVERA VALDERRAMA, Juan, Memorias de guerra (1936-39),Madrid, 1968, pp. 8-9.

11 CERVERA PERY, José, Alzamiento y revolución en la Marina, Madrid,1978, p. 22. Citado por SUEIRO, La flota es roja, p. 210, nota nº 74.

12 EGEA BRUNO, Pedro Mª, La represión franquista en Cartagena (1939-45). Edita PCPE, Murcia, 1987, pp. 41-72.

13 Cartagena Nueva, 20 de abril de 1939. Hemeroteca, AMC.14 Informe sobre pensiones a militares profesionales y No profesionales del

Ejército y la Marina republicanos que no resultaron mutilados, ni falle-

cidos, ni desaparecidos, concedidas en virtud de la Ley de Amnistía, elRDL 6/1978, y las Leyes 10/1980 y 37/1984. Habilitación de Carta-gena, Dirección General de Costes de Personal y Pensiones Públicasdel MEH. Datos actualizados al 16/11/2007.

15 DOMINGUEZ BENAVIDES, Manuel, “La escuadra la mandan los cabos”.Ediciós do Castro. A Cruña, 2002, p. 314.

16 La Sociedad Española de Construcción Naval, más conocida por la“Constructora”, se convertiría, en 1940, en el Consejo Ordenador deConstrucciones Navales Militares, popularmente conocida por el “Con-sejo”, que por último se transformaría en Empresa Nacional Bazán deConstrucciones Navales Militares, SA.

17 Sentencia de 9/12/1944 citada en EGEA BRUNO, Pedro Mª, La repre-sión franquista en Cartagena opus cit, pp. 93-102.

18 GONZÁLEZ VELÁZQUEZ, Antonio, “Las visitas de Franco a Cartagena”.Cartagena Histórica, Cuaderno monográfico nº 5. Cartagena, mayo2003, pp. 2-25. La cursiva es mía.

19 Acta Capitular del Pleno de Ayuntamiento de Cartagena, de 23 de juniode 1950, fol. 1020r. AMC. La cursiva es mía.

20 Censo de población de 1940 de la Provincia de Murcia, según la ins-cripción de 31/12/1940, municipio de Cartagena, pp. 59-76.

21 EGEA BRUNO, Pedro Mª, “Los huérfanos de la Revolución y de la Gue-rra. Una institución franquista en la Cartagena postbélica”. Cuadernosde Historia Contemporánea, nº 18. Universidad Complutense. Madrid,1996.

22 Decreto de 15/6/1939, sobre invalidez de las actuaciones practicadascon posterioridad al 18 de julio de 1936, en la zona no sometida alGobierno Nacional, por la jurisdicción contenciosa del trabajo. Archivo

NOTAS

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23ANDRES SARASA, Jose Luis, CARTAGENA. Crecimiento demográfico …opus cit, pp. 82-83. La población activa cartagenera, en 1940, ascen-día a 38.513 personas.

24 GONZÁLEZ MARTÍNEZ, Carmen. “Viejo y nuevo antifranquismo”. Comu-nicación al II Congreso Internacional “De la Dictadura a la Democra-cia”. Historia del Presente. Madrid-Melilla, mayo, 2005.

25 Cartagena Nueva, 23 de junio de 1939. Hemeroteca AMC.26 Cartagena Nueva, 3 de abril de 1939. Hemeroteca AMC.27 Demanda interpuesta por 13 trabajadores de la SMM de Peñarroya, el

27/9/1939 y Acta de Conciliación de 16/11/1939. Archivo General deMurcia, AGMU, Trabajo, Caja, nº 7.

28 GONZALEZ MARTÍNEZ, Carmen, “Viejo y Nuevo antifranquismo”, opuscit.

29 Cartagena Nueva, 2 de octubre de 1939. Hemeroteca AMC.30 Informe de Falange de Cartagena, 13 de marzo de 1941, Delegación

Nacional de Provincias, AGA, SIG 51/20503, citado por ESCUDERO,FUENSANTA, en “Memorias y Vida cotidiana en los grupos de oposi-ción al franquismo en Murcia”. Tesis Doctoral, leída en la Universidadde Murcia el 27/10/2005.

31 MARTINEZ OVEJERO, Antonio, “Los trabajadores de la Región de Mur-cia, 1939-1950, represión, autarquía y nacional sindicalismo. Unaaproximación a la memoria de la noche”. Trabajo de Investigación dedoctorado, inédito, pp. 100-103. Universidad Autónoma de Madrid.Julio, 2006.

32 El Noticiero, 29 de enero de 1941. Hemeroteca AMC.33 El Noticiero, 21 de agosto de 1941. Hemeroteca AMC.34 El Noticiero, 14 de noviembre de 1940 (Huertas-gasógeno) y 18 de

marzo de 1943 (COCNM-locomotoras). Hemeroteca AMC.35 VILAR, Juan Bautista; EGEA BRUNO, Pedro Mª y FERNÁNDEZ GUTIÉ-

RREZ, Juan Carlos, La minería murciana contemporánea (1930-1985). Instituto Geominero de España. Madrid, 1991, pp. 9, 79,113-118.

36 Delegación Nacional de Información e Investigación de FET y de lasJONS. Informe nº 305, de 15/11/1948. Sig. 7715. Fundación Fran-cisco Franco. Madrid.

37 Testimonio de ANTONIA SÁEZ LÓPEZ, el 22/03/2006. Actualmente tie-ne 83 años, es viuda y vive en Cartagena. Nunca tuvo responsabilida-des políticas o sindicales. Trabajó en el servicio doméstico hasta quese casó con Antonio Montesinos, trabajador de las Obras del Puerto deCartagena.

38 El Noticiero, 24 de febrero de 1944. Hemeroteca AMC.39 El Noticiero, 30 de abril de 1941. Hemeroteca AMC.40 EGEA BRUNO, Pedro Mª, “Los años del estraperlo”, CARTAGENA HIS-

TÓRICA, nº 14, enero-marzo 2006, Cartagena.41 El Noticiero, de 29 de diciembre de 1940, publicaba una referencia de

la agencia MENCHETA, con los nombres de los estraperlistas murcia-nos condenados a campos de trabajo. Hemeroteca AMC.

42 El Noticiero, 18 de mayo de 1941. Hemeroteca AMC.43 Orbaneja sancionó con 10.000 pesetas de multa y 30 días de arresto,

a Domingo Meseguer, gerente de la empresa Sucesores de Meseguer,por tener trabajando a sus obreras catorce horas diarias, y no pagarleslas horas extraordinarias. GALIANA, Ismael. Historia de la Región Mur-ciana, Volumen IX, opus cit, pp. 115-116.

44 Ver LINEA o El Noticiero correspondiente por ejemplo a los días: 1, 2,3, 4, 8 y 11 de julio de 1941; mes de agosto, días: 11, 12, 22, 23,25, 26, 27, 28; mes de septiembre, días: 2, 4, 6, 9, 10, 11, 12, 13etc. Biblioteca Regional de Murcia y Hemeroteca AMC.

45 El Noticiero, 5 de junio de 1942. Hemeroteca AMC.46 El Noticiero, 27 de junio de 1942 y 29 de mayo de 1942. Hemeroteca

AMC.47 El Noticiero, 14 de marzo de 1942. Hemeroteca AMC.48 El Noticiero, 16 de marzo de 1942. Hemeroteca AMC.49 El Noticiero, 1 de mayo de 1942. Hemeroteca AMC.50 EGEA BRUNO, Pedro Mª, Cartagena Histórica, nº 14, enero-marzo,

2006.51 El Noticiero, 20 de enero de 1942. Hemeroteca AMC.52 El Noticiero, 12 de marzo de 1942. Hemeroteca AMC.53 El Noticiero, cinco de marzo de 1943. Hemeroteca AMC.54 El Noticiero, 18 de febrero de 1942. Hemeroteca AMC.55 El Noticiero, 14 de marzo de 1942. Hemeroteca AMC.56 El Noticiero, 16 de marzo de 1942. Hemeroteca AMC.57 El Noticiero, 9 de enero de 1943. Hemeroteca AMC.58 Línea, 29 de abril de 1944, en el I Consejo de Ordenación Social de la

CNS, en Murcia, inaugurado por el Delegado Nacional de Sindicatos,Fermín Sanz Orrio, José Magro aparece como Jefe Provincial de Mur-cia del Sindicato de Cereales. Hemeroteca Biblioteca Reg. Murcia.

59 DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMOFRANCO. Tomo III. Fundación Francisco Franco, Madrid, 1993, Infor-me DGS 26/5/1942, p. 508. La cursiva es mía.

60 El Noticiero, 6 de junio de 1942. Hemeroteca AMC.

61 DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMOFRANCO. Tomo III. Fundación Francisco Franco, Madrid, 1993, Infor-me DGS, 30/10/1942, p. 643.

62 DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMOFRANCO. Tomo IV. Fundación Francisco Franco, Madrid, 1994, Infor-me DGS, 10/02/1943, p. 123.

63 DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMOFRANCO. Tomo IV. Fundación Francisco Franco, Madrid, 1994, Infor-me DGS, 20/12/1943, pp. 695-696. La cursiva es mía.

64 MÁRQUEZ DELGADO, Angel, “Operación Torch. El desembarco aliadoen el Norte de África”. CARTAGENA HISTÓRICA, nº 3, abril-junio2003.

65 MARTÍN DE POZUELO, EDUARDO, Los secretos del franquismo, LaVanguardia Ediciones, Barcelona, 2007, pp. 107-110; y p. 137.

66 FRANCO, Francisco José, “El cónsul Fricke y los intereses del III Reichen Cartagena”. CARTAGENA HISTÓRICA, Cuaderno Monográfico, nº16, marzo, 2005.

67 El Noticiero, 21 de abril de 1942. Hemeroteca AMC. Hemeroteca AMC.68 El Noticiero, 9 de septiembre de 1940. Hemeroteca AMC.69 El Noticiero, 15 de mayo de 1942. Hemeroteca AMC.70 El Noticiero, 5 de noviembre de 1941. Hemeroteca AMC.71 El Noticiero, 22 de noviembre de 1941. Hemeroteca AMC.72 “Informe del Comisario Jefe Accidental de la Policía de Cartagena,

Manuel Martínez, al Gobernador Civil, de 7 de agosto de 1942, sobrelos cónsules extranjeros acreditados en esta ciudad”. Archivo Generalde Murcia (AGMU), Secretaría General del Gobierno Civil, escrito nº6168.

73 El Noticiero, 5 de agosto de 1942. Hemeroteca AMC.74 Suárez Martínez, XOSE MANUEL. “Guerra Civil e represión en Ferrol e

comarca”. Concello de Ferrol. El Ferrol, 2002.75 SUEIRO, Daniel, La Flota es roja, Argos-Vergara, Barcelona, 1983, pp.

47-53.76 Su padre era primo de Miguel Primo de Rivera Orbaneja, padre de José

Antonio. Cesa como GC de León en 17 de febrero de 1938 (Decreto,Mº Interior, BOE nº 484) y como GC de Tenerife, el 10 de abril de 1940(Decreto Mº Gobernación, BOE nº 101).

77 GUERRA PALMERO, Ricardo, “Informe sobre la conducta y actitud delComandante General de Canarias”, firmado por Orbaneja y dirigido aSerrano Suñer, el 13 de marzo de 1940, en La Falange en Canarias1936-50, Edita el Centro de Cultura Popular de Canarias, Santa Cruzde Tenerife, 2007, pp. 100-111.

78 El Noticiero, 9 de septiembre de 1940.79 Decreto de 2 de diciembre de 1940, Orbaneja es nombrado Jefe Supe-

rior de la Policía Gubernativa de Madrid. BOE, nº 346.80 Decreto de 13 de julio de 1941, Orbaneja es cesado como Jefe Sup.

Policía de Madrid. BOE, nº 194.81 DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMO

FRANCO, Tomo II-2, Fundación Nacional Francisco Franco, Madrid,1992, pp. 363-378.

82 LINEA, 3 de noviembre de 1942. Hemeroteca Biblioteca Reg. de Mur-cia.

83 http://www.dipualba.es/Archivo/Presidentes/Presidentes2.htm84 El Noticiero, 21 de octubre de 1940. Hemeroteca AMC.85 MARTIN DE POZUELO, EDUARDO, Opus cit. Los secretos de Franco,

pp. 134 y ss. Colaboración con los Servicios Secretos III Reich86 El Noticiero, 3 de marzo de 1944, Hemeroteca, AMC. La cursiva es mía.87 El Noticiero, 2 de marzo de 1944, Hemeroteca, AMC.88 El Noticiero, 10 de mayo de 1944, Hemeroteca, AMC.89 Ibidem90 “Informe del Almirante Indalecio Núñez de 16 de agosto de 1940, sobre

la situación de la flota”, DOCUMENTOS INÉDITOS para la Historia delGENERALÍSIMO FRANCO, Tomo II-1, Fundación Nacional FranciscoFranco, Madrid, 1992, pp. 288-304.

91“Resumen de la Información practicada en Madrid y Cartagena por elComisario del Cuerpo General de Policía Don MATÍAS CABALLEROPÁRRAGA”, 25 de mayo de 1943, Fundación Francisco Franco,Madrid, SIG 27334.

92 CURTO SALVADÓ, Pedro Francisco;http://perso.wanadoo.es/pcursal/index.html, “Historia del Arma Sub-marina española”.

93 Sentencia de 9 de diciembre de 1944 del Consejo Ordinario Permanen-te del Departamento Marítimo de Cartagena contra Alfonso MartínezPeña, Antonio Mercader Cañabate, Sergio Moya Sevilla y otros, conte-nida en EGEA BRUNO, Pedro Mª, La represión franquista en Cartage-na, opus cit, pp. 93-102.

94 Opus cit, “Informe secreto de la DGS, Boletín …”, 26/5/42.95 Opus cit, “Informe del Comisario de Policía de Cartagena …”,

7/8/1942.96 Nota de la Comisaría de Policía de Cartagena El Noticiero de 22 de junio

de 1943. Hemeroteca AMC.97 Nota del Gobierno Civil El Noticiero de ocho de junio de 1942. Heme-

roteca AMC.98 Nota del Gobierno Civil, El Noticiero de seis de mayo de 1942. Heme-

roteca AMC.99 “Informe secreto de la DGS, Boletín nº 93. Madrid, 26 de mayo de

1942”. Fundación Nacional Francisco Franco, Madrid. SIG. 27160,

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42 CARTAGENA HISTÓRICA

pp. 20-27. La cursiva es mía100 “Resumen de la Información practicada en Madrid y Cartagena por el

Comisario del Cuerpo General de Policía Don MATÍAS CABALLEROPÁRRAGA”, 25 de mayo de 1943, Fundación Francisco Franco,Madrid, SIG 27334.

101 Ibidem. La cursiva es mía.102 El Porvenir, 23 de abril de 1923. Hemeroteca AMC.103 EGEA BRUNO, Pedro Mª, La política y los políticos en la Cartagena de

Alfonso XIII. Ayuntamiento de Cartagena-CAM, Cartagena,1990, pp.118-136.

104 El Noticiero, 9 de julio de 1940. Hemeroteca, AMC.105 BRUNO EGEA, Pedro Mª, La política y los políticos … …, opus cit, p.

236.106 El Noticiero, 1 de abril de 1944. Hemeroteca, AMC.107 Opus cit, “Resumen de la Información practicada en Madrid y Carta-

gena…”. La cursiva es mía108 El Noticiero, 12 de febrero de 1942. Hemeroteca AMC.109 Referencia en El Noticiero del BOE, 1 de julio de 1939. Hemeroteca,

AMC.110 Informe de la DGS de 1 de octubre de 1941, nº 4, Socorro Rojo Inter-

nacional, pp. 26 a 30, SIG H53139, Archivo Histórico Nacional.Madrid.

111 Sección de “Información Local” de El Noticiero de 29 de abril de1943. Hemeroteca AMC.

112 Composición del Consejo Asesor de FET y de las JONS, El Noticiero de12/1/1943. Hemeroteca AMC.

113 RIVAS, Carlos, “La Falange y la Marina están unidas”, ARRIBA, 14 deabril de 1944, reproducido en los diarios LINEA, LA VERDAD y ELNOTICIERO.

114 LASARTE, Carlos, EL PAÍS, 9 de septiembre de 2007.115 Boletín de Información decenal nº 18 del Servicio de Información de

la DGS, destinado a S.E. Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejérci-tos Nacionales, 30 de junio de 1943, p. 67-68.

116 Ibidem.117 EGEA BRUNO, Pedro Mª, La represión franquista en Cartagena 1939-

1945. PCPE, Cartagena, 1987, pp. 59-60118 Opus cit, “Boletín de Información decenal nº 18…”.119 Ibidem. La cursiva es mía120 “Informe de 9 de Abril de 1944 del Comisario Jefe de Policía de Car-

tagena, al Gobernador Civil”. AGMU, Fondo Secretaría General delGobierno Civil de Murcia.

121DOCUMENTOS INÉDITOS PARA LA HISTORIA DEL GENERALÍSIMOFRANCO, “Carta de dimisión del ministro de Marina Salvador Moreno,de 24 de mayo de 1943”. Tomo IV, Fundación Nacional FranciscoFranco, Madrid, 1994, pp. 251-253.

122 El Noticiero, 19 de octubre de 1943. Hemeroteca AMC.123 Anuncio del Consejo Ordenador de CNM solicitando ofertas para la

construcción de tres túneles en las faldas del Monte Roldán, LINEA, 3de mayo de 1944. Hemeroteca, Biblioteca Regional de Murcia.

124 BOE de 30 de noviembre de 1940. Referencia en El Noticiero. Heme-roteca, AMC.

125 Créditos extraordinarios por valor de 20 y 30 millones de pesetas(BOE, 5/9/1943 y Dictamen Cortes Generales de 14/7/1944)

126 Opus cit, MARTÍN POZUELO, Eduardo. “Los secretos del franquis-mo… …”, pp. 85-103.

127 Partes de fechas 22/2/1944 y 9/3/1944 de las Comandancias 232 y215 de la Guardia Civil. Registros de entradas nº 1.187 y 1.639.AGMU, Fondo Secretaría General del Gobierno Civil de Murcia

128 Nota de protesta del MAE, de 5 de junio de 1944, al embajador de losEEUU en Madrid y Notas complementarias enviadas al Embajador enWashington por telegrama el día 7. Archivo MAE, R-1966,6. Citado porRUBIO, Javier. La emigración de la Guerra Civil 1936-39. Vol. I y II.Editorial San Martín, Madrid, 1977, pp. 530-533.

129 Reseña del Consejo de Ministros, El Noticiero de 30 de septiembre de1943. Hemeroteca AMC.

130 Resumen del Decreto por el que se modifican las prestaciones del Sub-sidio Familiar, publicado en el BOE de 4 de agosto de 1943 y en ElNoticiero. Hemeroteca AMC.

131 El Noticiero, 6 de agosto de 1943. Hemeroteca AMC.132 El Noticiero, 10 de mayo de 1943. Hemeroteca AMC.133 El Noticiero, 19 de abril de 1944. Hemeroteca AMC.134 El Noticiero, 10 de mayo de 1944. Hemeroteca AMC.135 El Noticiero, 8 de septiembre de 1943. Hemeroteca AMC.136 El Noticiero, 24 de abril de 1944. Hemeroteca AMC.137 El Noticiero, 30 de abril de 1944. Hemeroteca AMC.138MARTÍNEZ OVEJERO, Antonio, ¡La Falange convoca elecciones! Las

elecciones sindicales de 1944, significación política general del primerproceso electoral del franquismo, desde la realidad de una ciudadindustrial y minera como Cartagena”. Comunicación al I CongresoInternacional de Historia de Nuestro Tiempo, Logroño 2-4 de noviem-bre de 2006.

139 Editorial publicado por El Noticiero el 18 de junio de 1943. Hemero-teca AMC.

140 BERNAL, Pedro. “Como ha resuelto Franco, el problema penitencia-rio”. El Noticiero, 1/10/1943. Hemeroteca AMC.

141 Dirección General de la Policía. Comisaría General de la Brigada Polí-tico-Social. Sig. H53081. Archivo Histórico Nacional. Madrid.

142 LINEA, 18 de mayo de 1944, da cuenta de la detención de Juan Gar-cía Bernal, en la pedanía de Cuesta Blanca (Cartagena)

143 LINEA (noviembre de 1947) y El Noticiero, 27 de julio de 1943.144 El Noticiero, 16 de julio de 1942 y 1 de febrero de 1944.145 LINEA de 18 de septiembre de 1942. Hemeroteca Biblioteca Reg.

Murcia.146 Acuerdo del Consejo de Ministros El Noticiero de 6 de mayo de 1942.

Hemeroteca AMC.147 Informe DGS de 31 de enero de 1943, p.77. Fundación Francisco

Franco. p.77148 Opus cit, Informe DGS de 26/5/1942.149 Los oradores fueron: «[…] el Delegado Comarcal de Sindicatos, cama-

rada Artal; el Delegado de Investigación de Falange, Cantó; el Jefe Pro-vincial de Ordenación Social, Pascual de Riquelme; el SecretarioComarcal de Sindicatos, Antonio García Ruiz; el catedrático de Filoso-fía de la Universidad de Murcia, Muñoz Alonso; y el Jefe Provincial delSEU, Enrique del Castillo […]». “MAGNA ASAMBLEA EN EL TEATROCIRCO DE CARTAGENA”, El Noticiero, nº 2.211, de 13 de octubre de1944. Primera página. Hemeroteca. AMC.

150 Ibidem151 El Noticiero, 18 de octubre de 1944, primera página, Hemeroteca,

AMC.152El Noticiero, de 24 y 26 de octubre de 1944. Hemeroteca, AMC.

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Editorial Áglaya

Iván Negueruela Martínez

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historia

Este trabajo nos

pone ante un reto

nuevo para la his-

toria de al-Anda-

lus: devolver a Cartagena los

quinientos años de su vida

islámica que habían permane-

cido en el olvido. El libro

desarrolla brillantemente las

hipótesis que el autor expuso

en verano del año 2000 sobre

la existencia de una importan-

te alcazaba musulmana en el

castillo de la Concepción de

Cartagena, y propone por pri-

mera vez una historia islámica

de la ciudad siglo a siglo. Se

analizan también los esquivos

datos sobre la población

mozárabe, sus obispos y sus

templos, durante la domina-

ción islámica.

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EL DOCTOR LUIS CALANDRE Y LA ACTIVIDAD SANITARIA Y CIENTIFICA EN LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES DE MADRID (1937-39)Cristina Calandre Hoenigsfeld

UNA NUEVA VISIÓN SOBRE ISAAC PERALJavier Sanmateo Isaac Peral

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EL CUARTEL DE PRESIDIARIOS Y MOROS EN LOS SIGLOS XVIII Y XIXMaría José Arévalo Díaz del Río y José Manuel Valdés Pedauyé

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CUADERNOS MONOGRÁFICOS DE CARTAGENA HISTÓRICA

Nº 35: La sociedad cartagenera ante el boom de la minería (siglo XIX). Federico Maestre de San Juan.

Nº 36: Muerte en la Marina, 2: Ricardo Hernández Conesa.