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Universidad de la República Oriental del Uruguay.
Facultad de Medicina
Cátedra de Neuropediatría.
Diplomatura de Neurodesarrollo.
Características del juego en niños menores de un año del
Cerro de Montevideo. Estudio descriptivo
Lic. en psicomotricidad Paula Gallicchio
Lic. en fonoaudiología Lorena Picallo
Dr. Federico Baltar, Pg neuropediatría
Montevideo, noviembre de 2013
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INDICE
Próposito. Objetivo general. Objetivos específicos --------------------3
Fundamentación teórica-------------------------------------------------------4
Introducción-------------------------------------------------------------4
Definición de juego----------------------------------------------------5
El juego en el primer año de vida----------------------------------6
Juego y desarrollo de 0 a 4 meses-------------------------------10
Juego y desarrollo de 4 a 8 meses-------------------------------19
Juego y desarrollo de 8 a 12 meses-----------------------------26
Metodología----------------------------------------------------------------------32
Resultados------------------------------------------------------------------------34
Discusión y conclusiones-----------------------------------------------------50
Anexos-----------------------------------------------------------------------------56
Anexo I ------------------------------------------------------------------ 56
Anexo II ----------------------------------------------------------------- 59
Biblografía------------------------------------------------------------------------64
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PROPÓSITO
Conocer las características del juego en los niños menores de un año.
OBJETIVO GENERAL
Describir las características del juego del grupo de niños menores de un año que asisten
a la consulta pediátrica en el Centro de Salud Coordinado del Cerro de Montevideo en el
período de agosto a noviembre de 2013.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Relacionar las características del juego del niño con la cantidad de horas que pasa
separado de su madre.
2. Relacionar las características del juego de los niños, con el nivel de instrucción
materna.
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FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA
“El desarrollo humano supone convertir a un recién nacido, que es todo potencialidades y posibilidades,
en un miembro activo e integrado de la compleja sociedad que nuestra especie ha construido”.
Vygosky, 1978
INTRODUCCIÓN
En el primer año de vida ocurren los cambios más intensos y significativos del desarrollo
humano. La rápida maduración neurológica, permite al niño el dominio progresivo de sus
posturas, la manipulación de objetos y la marcha bípeda; instrumentos que lo habilitan a
aprehender el mundo que lo rodea.
También durante este año recorre un camino de madurez emocional, que va desde la
dependencia absoluta hacia la independencia relativa y desde la fusión con el otro a la
diferenciación de sí mismo y el ambiente.
Desde el punto de vista de la inteligencia, existe una “verdadera revolución copernicana
en miniatura” (Piaget, 1995): mientras que el recién nacido todo lo refiere a su propio
cuerpo, el niño de un año se sitúa como un elemento entre los demás, en un universo
que él ha construido paulatinamente y que es independiente de la propia acción.
Desde el saber popular y la experiencia, reconocemos un fenómeno universal que
acompaña y estructura el desarrollo del niño desde el nacimiento: EL JUEGO. En este
trabajo nos hemos propuesto identificar las características del mismo en el primer año de
vida, analizando su estrecha relación con el desarrollo de las demás funciones.
Secadas (2009), relaciona estos aspectos concluyendo: “El juego es forjador de las
habilidades, y el desarrollo es interpretable como acumulación integrada de estructuras de
habilidad.”
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DEFINICIÓN DE JUEGO
El jugar como acción, es un estatuto paradigmático de lo humano desde sus inicios. La
imperiosa necesidad del hombre de simbolizar va de la mano con la evolución y
civilización. En este marco, el juego es articulador entre lo singular y lo colectivo, es un
complejo instrumento y herramienta humana que contiene componentes inherentes a lo
afectivo, lo cognitivo y lo socio-cultural. (Amorin,2009).
Para el niño, el juego es un producto natural del proceso de desarrollo y corresponde al
campo de la salud. Significa una experiencia creadora, libre, espontánea, gratificante,
placentera, y sin una finalidad aparente o extrínseca (Amorin, 2009; Winnicott, 2008;
Garvey, 1978). Wallon (1979), dice que el juego “se confunde bastante bien con la
actividad entera del niño, mientras ésta sigue siendo espontánea”. También dice que es
“una finalidad sin fin, una realización que sólo tiende a realizarse a sí misma.” Afirma que
cuando entra el utilitarismo, se subordina como medio a un fin, o recibe sus objetivos de
las disciplinas educativas, pierde la atracción y las características de juego.
Según varios autores (Winnicott, 2008, 1942; Freud, 1920; Chavez Torres, 2003, Wallon
1979), el jugar facilita el crecimiento, el aprendizaje, el desarrollo de la atención y la
memoria, la comunicación, la construcción de la personalidad, y las relaciones gregarias.
Gracias al juego, facilitado por un ambiente favorecedor, es que el niño puede
experimentar sus habilidades, adquirir experiencias nuevas, puede dominar situaciones
que lo angustien, controlar la ansiedad, expresar amor, odio y agresión sin ser censurado.
Secadas (2009), afirma que el juego es evolutivo, cambiando sus características con la
edad y el nivel de inteligencia. Luego de muchos años de investigaciones con cerca de
40.000 niños, su equipo ha establecido la sucesión de los juegos más frecuentes en
España, logrando utilizar estos “estadios lúdicos” como indicios observables del desarrollo
en una escala evolutiva.
Entonces, observando al niño jugar, podemos inferir su pensamiento, su forma de
entender el mundo, sus sentimientos. A través del juego el niño nos permite ingresar a su
mundo interno.
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EL JUEGO EN EL PRIMER AÑO DE VIDA
Los niños pueden en efecto preguntar: “¿tú quieres jugar conmigo?” o “¿yo puedo jugar contigo?”.
Los bebés no nos preguntan nada, exigen de nosotros que juguemos con ellos y,
cuando todo transcurre bien, nos dan verdaderamente ganas de hacerlo.
Bernard Golse
El interés de la ciencia por el juego del niño pequeño, se remonta a principios del siglo
XX. Los aportes Freudianos cambian la mirada hacia el niño y su desarrollo, y diversos
autores como Spencer, Chateau, Hall, Gross, Vigotsky, Winnicott, comienzan a
preguntarse por qué y para qué juegan los niños. (Amorin, 2009).
No ha sido así de exhaustivo el estudio del juego en el primer año de vida, siendo más
difícil encontrar literatura que lo analice. Según Golse (2007), es a partir del final de la
segunda guerra mundial, donde se empieza a prestar atención sobre las consecuencias
devastadoras del abandono e institucionalización de los bebes, y así surge el interés de
estudiar su desarrollo en función del ambiente. En esta época, se establece un cambio
profundo en la mirada hacia el bebe, no ya como un “adulto en desarrollo”, sino como un
ser activo, buscador de estímulos, y pre constituido para la interacción con otros desde el
nacimiento. (Schejtman, 2010)
Dice Emde (1987) “el bebe es fundamentalmente activo en su avance hacia una
complejidad psicológica creciente. Llega al mundo pre adaptado por la evolución: trae un
considerable repertorio de conductas que se activan dentro del contexto del vínculo de
cuidados”. Este autor plantea que existen tendencias universales innatas (motivos
básicos desde la infancia) que operan durante toda la vida:
La tendencia a la actividad, como motivo rector de la conducta y el desarrollo. Esta
tendencia trae consigo una cada vez mayor organización y comprensión del
mundo. Se crean así conexiones funcionales nuevas y sobrevienen nuevas
integraciones, en los niveles de organización neurofisiológico como conductual.
Define la acción, como un movimiento con un fin adaptativo que permite al niño
descubrir su cuerpo, el tiempo, y el espacio a través del movimiento y las
sensaciones que este provoca.
La autorregulación fisiológica y conductual.
La adecuación social. También definida como “apego”. El bebe llega al mundo pre
adaptado para participar en interacciones humanas (iniciarlas, mantenerlas,
terminarlas o evitarlas). Propensión a sostener la mirada, sensibilidad al “baby talk”,
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al contacto corporal, al sostén y acunamiento. Predisposición de la díada para
enlazar sus conductas en sincronía.
Regulación afectiva. Propensión a regular la experiencia según lo placentero y lo
displacentero.
Asimilación cognitiva. Tendencia a buscar lo correcto en el entorno. Integrar lo
nuevo a lo viejo (asimilar) y acomodar lo viejo a lo nuevo.
En el inicio de la vida, el mantenimiento de una homeostasis fisiológica y emocional es de
carácter diádico. El adulto forma parte del sistema regulador del infante (Stern, 1985,
Emde, 1987), ayudándolo a metabolizar los estímulos novedosos, controlar y modular los
afectos. Que esta interacción sea la adecuada, es clave para la estructuración psíquica
del niño, y es en este marco que aparece el juego como vehículo y andamiaje.
Muchos autores han referido que en esta primera etapa el juego está muy ligado a lo
corporal, y en especial al cuerpo del adulto. Según la teoría de Erikson (Amorin, 2009),
esta primera etapa del juego se desarrolla en “la autoesfera”: juegos sensoriomotores,
egocéntricos, que refieren a las sensaciones del cuerpo propio y de la madre, y
construyen el Yo.
Wallon (1979), describe que en los preludios de la comunicación, es el cuerpo el único
instrumento que dispone el niño para establecer intercambios con el ambiente, y con su
tono muscular va a decir sus emociones y recibir las de los otros. El tono muscular, lo
define como lugar de encuentro entre lo que viene de su interior (interoceptivo), de las
diferentes posturas que va tomando (propioceptivo), y del exterior (exteroceptivo). Sin ser
consciente de ello, el bebe irá estableciendo un diálogo con su madre a partir de
modulaciones tónicas. Ajuriaguerra lo conceptualizó como Diálogo Tónico a este juego de
tensión-displacer / relajación – placer, que va permitiendo construir un ritmo. (Ravera,
1998)
Calmels (2004), define los “juegos de crianza”, como aquellos que comparten el adulto y
el niño y que constituyen una fuente infinita de aprendizaje y estimulación. Los mismos
implican “la presencia del cuerpo y sus manifestaciones, como son los gestos, la mirada la
voz, el contacto, la actitud corporal, etc.”, y los objetos tienen poco protagonismo o
ninguno. Afirma que para el bebe el mejor juguete es otro ser humano, que juega con él
tocándolo, mimándolo, haciendo ruidos con la boca, las palmas, los objetos.
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Estos juegos entre padres e hijos son generadores de una modalidad vincular, una matriz
lúdica para sus posteriores relaciones; actualizan los miedos básicos, y a su vez las
herramientas para elaborarlos.
La disponibilidad lúdica del adulto, y el placer que a éste le genere este intercambio, son
fundamentales. Dice Emde “la disponibilidad emocional de la persona encargada de la
crianza parece ser el rasgo decisivo para la promoción del crecimiento en la temprana
experiencia de crianza.” Siendo un importante indicador clínico de esta disponibilidad la
sintonía afectiva (demostrada por el placer y el interés del adulto en cuidar e interactuar
con ese bebe).
Cada tipo de juego de crianza supone actividades y exploración de emociones. No son
etapas sucesivas ni excluyentes, sino que comienzan en el nacimiento y se van
complejizando y transformando a lo largo de la vida. Mencionaremos aquí las
generalidades de la clasificación, para describirlos en cada etapa correspondiente:
- Juegos de sostén: en ellos el bebe es sostenido en el cuerpo envolvente del adulto,
donde se producen modificaciones tónicas, así como la disminución, variación, y /o
perdida de la referencia táctil. Si el movimiento es impredecible por el niño, siente
la angustia de caer al vacío. En ellos se construye el sentimiento de confianza.
Ejemplos de estos juegos: mecer, girar, elevar y descender, trepar, colgar, hamaca,
caballito, llevar a babucha, avioncito, etc.
- Juegos de ocultamiento: crea una distancia entre los cuerpos y nos introduce en la
oscuridad. Se extrema la capacidad de atención. Descubrimiento y exploración del
tiempo y el espacio. Juegos de presencia – ausencia, en los que hay pérdida de
referencia visual, favoreciendo el proceso de separación- individuación. Ej: está –
no está, tapar – destapar.
- Juegos de persecución: en los que se pone a prueba la capacidad del cuerpo en
movimiento y la confiabilidad en el refugio. Ej.; cosquillas, atrapadas, “te agarro”,
“te como".
Estos juegos de gran compromiso corporal, donde interactúan la motricidad, la
sensorialidad, la afectividad y la inteligencia, también se denominan juegos
sensoriomotores, definidos por Piaget como típicos de los primeros 2 años, que se
corresponden con el desarrollo de la inteligencia sensoriomotora. Este tipo de inteligencia,
se caracteriza por estructurar el pensamiento en función de las percepciones y
movimientos, lo que le permite al niño conquistar el universo práctico que lo rodea. En
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este periodo, el sujeto desarrollará las nociones de objeto, espacio, tiempo y causalidad.
Dice este autor, que el bebe antes de tener palabras, ya tiene conceptos.
Adentrando en el mundo de las palabras, son muchos los autores que definen el juego
como un proceso que permite al bebe acceder a la intersubjetividad, al funcionamiento
triádico, al lenguaje y a la simbolización.
Según Bruner (1983) “una gran parte de la actividad del niño durante el primer año y
medio de vida es extremadamente social y comunicativa”. Es a través del juego que los
niños aprenden las habilidades necesarias para establecer la comunicación. Los padres
traducen la intención comunicativa del bebé al poner en palabras los actos que realiza el
niño. Este andamiaje que proporcionan los padres es clave para los aprendizajes
posteriores. Por ello, en esta descripción del desarrollo del juego iremos también
mencionando algunos aspectos básicos del desarrollo del lenguaje que acompaña este
proceso.
Guerra, (2009), afirma que la intersubjetividad se construye en los 2 primeros años de
vida. La define como la experiencia de compartir estados emocionales con otro, y se
expresa a través de los códigos de comunicación no verbal, que incluyen no solo el
contenido verbal del mensaje, sino sus envolturas, la prosodia, el ritmo, el tono de la voz,
el rostro y la mirada como espejo, la imitación y la empatía. Este autor plantea una serie
de indicadores de intersubjetividad, que al estar relacionados con la actividad lúdica del
bebe, los desarrollaremos en cada etapa correspondiente.
En síntesis, el juego en el primer año de vida está ligado a las posibilidades motrices cada
vez más complejas que el niño va adquiriendo, al desarrollo de la inteligencia
sensoriomotora y a la construcción de su identidad. Para el bebé, el juego es un medio
para reconocer el mundo exterior y adquirir experiencias nuevas; así como también tiene
que ver con su mundo interno, sus sentimientos e ideas (el mundo de los deseos, de los
temores y de la imaginación). (Miller, 1996)
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JUEGO Y DESARROLLO DE 0 A 4 MESES
“Todo lo que nosotros somos en la edad adulta tiene directa relación con lo que hemos vivido
en nuestra primera infancia, con cómo hemos sido mirados, cómo hemos sido tocados, cómo nos han hablado, cómo hemos sido considerados…”
Noemi Beneito
Desde el punto de vista del desarrollo psicomotriz, en estos primeros meses de vida, se
espera que el niño logre el control cefálico, pueda sostener la mirada en el interlocutor,
pueda seguir con la mirada un objeto en movimiento y aparezca la sonrisa social.
El juego de esta etapa es principalmente vincular (con la figura materna) y autosubjetivo:
actividades autosensoriales, que realiza el bebe y le permiten sentirse existir (Golse,
2007). Por esto analizaremos el rol del adulto, el comportamiento parental, las
características diádicas, y por último los aspectos cognitivos del juego autosensorial.
Winnicott en 1958 definió por qué la madre es la más capacitada para cuidar de su bebé.
Describió un particular estado psicológico en las semanas previas y posteriores al parto,
al que denominó Preocupación Materna Primaria. Se caracteriza por el repliegue y la
introversión materna, con una extrema identificación y sensibilidad hacia el recién nacido,
que le permite adaptarse a sus necesidades físicas y psicológicas y satisfacerlas
adecuadamente. Esta actitud habilita el apego y permite al niño vivir la experiencia de la
“omnipotencia mágica”, tan necesaria en esta etapa de la vida. “Cuando su adaptación a
las necesidades del bebe es lo bastante buena, produce en éste la ilusión de que existe
una realidad exterior que corresponde a su propia capacidad de crear”.
Por otro lado afirma, que la madre debe de ser “suficientemente buena” para ayudar al
bebe a salir de esta omnipotencia a través de las frustraciones adecuadas, que le
permitan pasar del principio de placer al de realidad. Para ello describe una función
materna que contempla la calidad del sostén, la manipulación del niño y la mostración de
objetos. A través de estas funciones, la madre lleva a cabo la adaptación activa a las
necesidades del niño y la disminuye gradualmente (introduciendo pequeñas fallas) según
la creciente capacidad del bebe para hacer frente al fracaso y tolerar la frustración.
De esta forma, cuando el bebe llora o se encuentra incómodo, o en otras situaciones
donde la madre no puede descifrar con exactitud el deseo o las necesidades del bebe es
que se generan los primeros aprendizajes hacia la tolerancia de la frustración y le
permiten al niño desarrollar su pensamiento y creatividad, y así generar un espacio mental
para jugar.
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Nos adentraremos ahora en el análisis de esta comunicación tan particular entre el bebe y
la madre, que hemos considerado en su esencia lúdica, ya que es generadora de placer y
aprendizaje. Tomaremos para esto los aportes de Daniel Stern (1983) definiendo el
“repertorio materno y del bebe”, de José Luis Diaz Roselló (1991) en el “comportamiento
materno”, y los indicadores de intersubjetividad de Víctor Guerra (2009). Todos ellos nos
ayudan a desmenuzar los conocidos “juegos cara a cara” entre el bebé y su madre.
El bebe genera una predilección especial por parte del adulto, que se entiende desde el
punto de vista etológico “como desencadenante innato del comportamiento de cuidar a la
prole por parte de los padres” (Stern, 1983). Todos los neonatos comparten ciertas
características que los hacen especialmente atractivos para los adultos de su especie:
“una cabeza grande en comparación con el tamaño del cuerpo, frente amplia y saliente en
relación con el resto de la cara, ojos grandes en comparación con el tamaño del rostro,
situación de los ojos debajo de la línea media horizontal de la cara, y mejillas redondas y
prominentes”. (Stern 1983)
Según este autor, en los primeros 6 meses de vida, el bebe va emergiendo como ser
humano social; ha desarrollado esquemas del rostro, la voz y el tacto humano. También
de los diversos cambios que experimenta su madre para formar diferentes expresiones y
señales emocionales. Ha captado las pautas temporales del comportamiento humano y el
significado de las variaciones del tiempo y el ritmo. Ha aprendido las claves y
convencionalismos sociales efectivos en cuanto a iniciar, mantener, terminar y evitar
interacciones. Parecen tener una capacidad comunicativa y social innata que hacen del
otro una “herramienta” que utilizan los bebes para lograr sus fines.
La madre, presenta un repertorio de conductas, que son provocadas por el bebe,
naturales y espontáneas:
Magnificación: es una respuesta materna exagerada a comportamientos
neonatales, que para otros pueden pasar desapercibidos. Pequeños gestos u
acciones los amplía, responde con verbalizaciones aprobatorias y movimientos de
aproximación. Al reflejar y ampliar (como una caja de resonancia) los
comportamientos del bebe, los llena de contenido.
Expresiones faciales: exageradas en tiempo y espacio (“teatrales”). Seleccionadas
y efectuadas con mucha frecuencia.
Vocalizaciones: sintaxis simples, párrafos breves, tono de voz alto, agudo, en
falsete, aniñado. Diaz Roselló (1991) describe este “baby talk” de la siguiente
manera: las madres aumentan la entonación al final de la frase (sobre las vocales),
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acentuando ciertas palabras. Su ritmo es lento con pausas bien netas entre los
enunciados. El vocabulario es restringido, redundante. Se refiere en general a temas
de la realidad concreta e inmediata. Es reiterativo, abundan los diminutivos,
nominación de partes del cuerpo y su funcionamiento. Más del 60% de los
enunciados son preguntas. Palabras solas, sonidos onomatopéyicos, interjecciones,
y ruidos con la boca. Hutt en 1973, comprobó que el bebe gira la cabeza más veces
hacia la voz de mujer que a la del hombre.
Mirada: sostenida, acompañada por vocalizaciones. Se caracteriza por la
fascinación que expresa. Primera señal de encuentro afectivo entre las personas. El
rostro de la madre es el espejo de las emociones del niño. Diaz Roselló (1991)
destaca sus funciones: de control vital, de comprobar la separación, para que
reconozca su rostro, de vínculo, de espejo de sentimientos, de aproximación.
Movimientos de la cabeza: apariciones y desapariciones del rostro. Inclinaciones,
oscilaciones. Buscan llamar la atención del bebe.
Aproximación; el espacio interpersonal es mucho menor que entre adultos. La
mirada en general se mantiene a 20 cm de distancia.
El contacto: la piel del bebe también resulta atractiva para el adulto. Diaz Roselló
define que el adulto deposita en esto fantasías de pureza y de lo imperecedero. El
acariciarlo y generar respuestas en el bebe, también tiene como función el control de
la vitalidad.
Diálogo vocal imaginario. Monólogo de la madre convertido en diálogo ya que
respeta turnos, y momentos de silencio. Este intercambio es mantenido por el placer
que genera a ambos, tiene aspectos de juego en la comunicación y en el
reconocimiento mutuo. Se repite varias veces al día. También es llamado
“protoconversaciones”. Narbona (1997) describe a este acto como el primer paso
hacia la construcción de un formato de comunicación, ya que a través de las mismas
se propone un modelo de la realidad.
Guerra (2009), profundiza en las “protoconversaciones” (lo utiliza como sinónimo de
juegos cara a cara), definiéndolas como los momentos de encuentro placentero a partir
de los 2 meses en los que la madre, colocando al bebe frente a su cara, comienza a
hablarle y jugar con él a través de los movimientos de su rostro y las variaciones de su
voz. Las principales características de lo que denomina etapas lúdicas del bebe con su
madre son:
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Inicio con mirada mutua.
Mantenimiento de la mirada como señal de interacción. La madre cambia la
expresión facial.
El bebe responde en el mismo sentido y sonríe. (Este principio de reciprocidad es
una respuesta innata que el niño aprende a anticipar y que sirve como base para el
aprendizaje de una atención mutua y el comienzo de la intersubjetividad.)
Se mantiene y reafirma la posición cara a cara.
En un ritmo propio la madre proporciona descargas definidas de comportamiento
humano que surgen a intervalos regulares.
Poseen una variabilidad limitada para lograr mantener el interés y fijar la atención.
Alterna con episodios de pausa, señal de regulación (silencio comportamental
relativo, en el que hay tanto silencio vocal como cese relativo de comportamientos).
Retoma el intercambio con cambios de ritmo en la interacción (mirada, movimientos
de cabeza, vocalizaciones especiales, etc.).
También el bebe posee un conjunto de conductas para la interacción, agrupadas por
Stern (1983) en el “repertorio del lactante” en donde incluye:
Mirada: El rostro de la madre es el punto de partida para sus relaciones humanas.
Prefiere el rostro humano ante cualquier otra cosa. Prefiere las caras de frente. Al
mes y medio mira de frente a la madre, convirtiéndolo en un auténtico participante.
Sobre este punto hace especialmente referencia Narbona (1997) donde indica que
la atención del bebé en las primeras semanas de vida es hacia objetos brillantes,
de color, con contraste y sonido; y qué mejor ejemplo que el rostro humano ya que
con el contraste entre la piel, las cejas, los ojos y los dientes le está
proporcionando el estímulo perfecto.
Comportamientos de la cabeza: posición central, visión foveal (percepción de diez
formas y contornos); posición periférica (percepción de movimiento, velocidad y
dirección); Lateralizar la cabeza o bajarla (evitación visual); avanzar la cabeza y
levantar la cara (pauta de acercamiento).
Expresiones faciales: de interés, de astucia, alerta, malhumor, disgusto, rechazo,
enojo. La sonrisa.
Interés por los objetos: lo permite la coordinación visuo -manual progresiva,
cambiando el centro de atención en la madre.
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Otra visión de las mismas conductas madre – bebe es la de Altmann (1998), que las toma
como modalidades que apuntan a consolidar el apego seguro, definiendo seis
indicadores:
El intercambio de miradas y el mantenimiento del mismo.
La realización de sonidos vocales de mutuo beneficio para la diada.
El contacto físico.
El sostén, como la mutua y reciproca postura del pequeño y su madre.
El afecto, a través de expresiones faciales.
La proximidad y la distancia.
Todas estas conductas que devienen en acercamiento e interacción, se dan en repetidas
ocasiones durante el día y producen impresiones profundas en el mundo afectivo del
bebe. Estos encuentros corporales y de lenguaje, libidinizan y narcisizan el cuerpo del
bebe, promoviendo el apego mediante el cual el niño se sentirá seguro y le permitirá
separarse en el futuro de su madre y explorar el entorno. (Altmann 1998)
“Mientras las madres tocan suavemente la piel a sus bebes, con frecuencia les hablan y
los hamacan. Así el bebe experimenta con su madre una sensación simultánea de
estímulos concordantes.” (Díaz Roselló, 1991). De este modo se facilitaría el “acople”
entre dos sistemas de comunicación: el preverbal o corporal (proximal) y el verbal (distal).
También estos estímulos maternos concordantes a través de varios canales de
comunicación diferentes, emiten mensajes corporales cualitativamente tan semejantes en
cuanto a intensidad y tiempo, que darían una sensación de coherencia y unidad. A través
del diálogo tónico, el cuerpo del niño y de la madre se ajustan, coinciden en ritmos, se
complementan, logrando la sincronía en el movimiento, las miradas y las vocalizaciones.
Se hace evidente la importancia de esta concordancia cuando no la hay, y los mensajes
multisensoriales son contradictorios. Desde Freud en 1895, se define que la adecuada
interacción progenitor – lactante es fundamental en la estructuración psíquica del niño.
Esta interacción pasa por modalidades perceptivas y motoras: la mirada, la audición, el
contacto y las sensaciones cinestésicas; caracterizadas por las variables temporales de
duración y ritmo. Esas interacciones suponen mutua regulación.
Desarrollaremos ahora estos conceptos de sincronías y ritmos, vitales en la construcción
del sujeto.
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La sincronía se relaciona con la capacidad de los padres de adaptar su conducta a los
ritmos propios del bebe, respetando sus umbrales y ayudándolo a mantener la atención.
Los adultos intentarán a través del juego, mantener al bebe vigilante durante un intervalo
óptimo, donde él pueda manifestar conductas de afecto positivo, como gestos, sonrisas y
vocalizaciones a los que los adultos responden (Stern, 1985, Schejtman 2010). A partir
del éxito o fracaso de la respuesta, ambos aprenden un repertorio de conductas que dan
resultado, marcando parámetros que constituyen patrones recurrentes de intercambio.
Cada miembro de la díada, puede prever la respuesta del otro gracias al ritmo regular que
se ha establecido, y así inducirla. Cada uno guarda una expectativa respecto del otro que
moldea sus propias respuestas. Se logra asi una interacción con ciclos de participación y
no participación, donde ambos se influyen mutuamente. Dentro de cada secuencia de
juego, se establecen rápidamente reglas reconocidas por ambos, a la vez que cada uno
aprende a ajustarse a la intensidad del otro (tiempos, tonos, duración, modos). De a poco
el bebe comienza a darse cuenta de que él puede también controlar la interacción,
manejando los encuentros y desencuentros con el rostro del otro. (Schejtman 2010)
En cuanto a los ritmos observables en una díada, Diaz Roselló (1991), plantea que
tienen diversas funciones: mantener al niño alerta y activo, permitirle discriminar el cuerpo
del niño y de la madre, obtener calma y gratificación, aprendizaje y anticipación.
Se pueden definir dos tipos de ritmos de la diada: el básico y el interactivo. El ritmo básico
mantiene un nivel y una estimulación estable. Lo sostiene globalmente, evitando otros
estímulos. Frecuentemente utilizado para tranquilizar al bebe o inducir el sueño. El ritmo
interactivo, es de estimulación variable, donde la madre va introduciendo otros elementos.
Apunta a mantenerlo alerta, y ser protagonista de la interacción.
El balanceo, es la primera actividad rítmica musical y el primer juego corporal, que
semejante al ritmo cardíaco binario, permite al bebe experimentar la continuidad del
sentimiento de existir (Calmels, 2004). También se puede clasificar con el mismo criterio
que el ritmo en mecimiento calmante y lúdico. “De los juegos de sostén, el mecimiento es
el que tiene mayor cantidad de contactos corporales. Los cambios de posición que tiene el
niño están protegidos por el cuerpo envolvente del adulto, y es en esta envoltura
protectora donde el niño puede contactarse con sensaciones de riesgo y placer sin que el
temor a caer lo angustie y lo paralice.”
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Los arrullos y canciones de cuna que acompañan estos mecimientos, son las
instancias más tempranas del proceso de adquisición de la propia cultura. Caracterizados
por ser de transmisión oral, transgeneracionales, repetitivos, con una particular línea
melódica simple y ritmo pendular, que pueden ser reconocidos rápidamente por el bebe.
Se acompañan por comportamiento proxémico, gestos, miradas, balanceos y caricias.
Tienen en general como objetivo favorecer el sueño o calmar al niño (Altmann, 1998).
Esta autora plantea que la canción de cuna, con su juego de sonidos y silencios es el
primer juego de “está – no está”, revelando la presencia que envuelve la ausencia,
haciendo tolerable la separación. La define como “un fenómeno vincular, una zona de
encuentro entre la madre y el bebe, intima, secreta, serena, donde se abre un tiempo de
espera y esperanza, que pone en juego las sincronías y ritmos entre estos”.
Volviendo a centrar la atención en el niño, y ahora en su desarrollo cognitivo,
mencionaremos las etapas sugeridas por Piaget (1985) en este período de la inteligencia
sensoriomotora. Como dijimos en la introducción, saber cómo piensa el niño, nos ayuda a
entender cómo actúa, y en el marco de este trabajo, cómo juega.
Según este autor, para el niño el universo consiste al principio, en cuadros perceptivos
móviles y plásticos, centrados en la propia actividad. El recién nacido, no conoce los
límites entre su cuerpo y el de su madre o los objetos: el mundo exterior comienza
confundiéndose con las sensaciones de un yo que se ignora a sí mismo. El mundo que el
niño es capaz de construir en ese momento, es un mundo sin objetos sustanciales, sin
espacio estructurado, sin tiempo. Para él el mundo es, esencialmente una realidad que
puede ser mirada o escuchada y, cuando se lo permitan sus propios movimientos,
zarandeada.
La primera etapa del periodo sensoriomotor, de 0 a 1 mes, se caracteriza por el uso de los
reflejos (conductas innatas) para conocer el mundo. Utiliza los esquemas de visión,
prensión, succión y audición, pero éstos no están aún coordinados entre sí. Estos
ejercicios reflejos se afinan con la práctica y se generalizan.
El espacio más significativo para el niño de esta edad es el bucal (Stern, 1985), donde se
suceden tres hechos importantes: búsqueda del pezón, succión del pulgar y ajuste de
objetos para succionar. También desde el punto de vista psicoanalítico, describen que el
centro del placer en esta primera etapa es lo oral, donde se encuentra concentrada la
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libido. Por esto el niño busca satisfacerse llevando a la boca, chupando y mordiendo todo
elemento al que pueda acceder. (Aberastury, 1987)
La segunda etapa del período sensoriomotor, de 1 a 4 meses, se caracteriza por las
primeras adaptaciones adquiridas y la reacción circular primaria (ante una respuesta
casual del entorno o de su cuerpo a un movimiento, el niño tiende a repetirlo para reforzar
la nueva experiencia y generar un esquema nuevo). Comienza la coordinación
rudimentaria de los espacios bucal, táctil, visual y auditivo, asi como la imitación vocal. El
bebe está concentrado en su funcionamiento y predomina el juego con su propio cuerpo:
mira sus manos, las mueve, se las lleva a la boca, comienza a realizar sonidos, juega con
la saliva, agarra, toca, mira, escucha. Piaget considera que estas etapas son pre-lúdicas,
porque si bien cualquiera de las reacciones circulares primarias pueden generar
satisfacción y se repiten por mero “placer funcional”, no es realmente intencional.
Tampoco considera que haya imitación propiamente dicha, ya que esta sólo se produce si
el modelo ha imitado antes al niño (no intenta imitar un sonido o un movimiento que sea
nuevo para él).
Sin embargo, muchos son los autores que definen que la imitación como herramienta
primordial de aprendizaje, así como claro indicador de intersubjetividad, comienza en el
inicio de la vida. Algunos explican como base biológica de la imitación la existencia de las
neuronas en espejo. Estas entrarían en resonancia con el gesto de un otro significativo.
Guerra 2009, citando a Nadel (2002) plantea que la imitación desde el nacimiento se
limita a los movimientos faciales y se puede observar cuatro formas:1) abrir y cerrar la
boca, 2) protrusión de la lengua, 3) cerrar los ojos, 4) expresiones faciales primarias.
La madre imita a su bebe desde el primer día: los sonidos, las expresiones faciales,
particularmente aquellos que puedan sostener una emoción. La imitación materna de los
gestos espontáneos del bebe puede además considerarse como un espejo biológico. El
bebe vería reproducido sus propios gestos, y más adelante iniciaría un juego consistente
en repetir esos gestos para obtener la respuesta imitativa materna. (Diaz Rosello, 1991).
En cuanto al desarrollo del lenguaje que acompaña y estructura los juegos del bebe con
su entorno podemos destacar:
Las primeras vocalizaciones, como los sonidos guturales se suelen dar antes del
mes de vida como un acto reflejo. Poco a poco este reflejo irá desapareciendo para
dar paso a la intencionalidad.
18
Hacia los dos meses de vida ya pueden ser capaces de producir sonidos vocálicos
como la /a/, /o/ /u/; pero ¿cómo aprende el niño a utilizar este lenguaje? El
significado comunicativo de las emisiones del niño como ya dijimos será
interpretado por los interactuantes con el niño que darán significado y función a las
conductas desplegadas del bebe. La madre actúa sobre un supuesto entender y
repite estas conductas, de esta forma le brinda sistematicidad a sus actos lo que le
permite al niño elaborar rutinas en su mente, asociar acciones.
Los bebes a los dos meses pueden memorizar una acción por pocos días, por
ejemplo, si se mueve determinado objeto porque lo pateó con su pie, esto puede
ser retenido hasta por tres días.
Hacia el tercer mes de vida ya presentan sonrisa social y pueden emitir sonidos
silábicos del tipo ba, pa, ma. Según Vygotsky la madre interpreta estas expresiones
y como consecuencia pone en marcha una serie de conductas en lo que él llama
la “zona de desarrollo próximo” que es el “escenario educativo en el que tendrá
lugar el potencial de desarrollo” (Del Río, 1990). La madre propone en esta “zona”
gestos, sonrisas, vocalizaciones que el niño irá asimilando e incorporando en su
“zona de desarrollo actual” dando paso a nuevos aprendizajes.
Hacia el cuarto mes son capaces de imitar algunos movimientos durante la
presencia del estímulo.
Hacia el final de esta primera etapa el niño logra la incorporación de una “tercera
persona”, el objeto. Esto significa que el bebe es capaz de mirar más allá del rostro
de la madre para observar el mundo que lo rodea. Todavía no es capaz de señalar,
solo puede mirar hacia el objeto deseado, llorar, y vocalizar. La madre tratará de
inferir su petición mirando lo que mira el bebé.
Como hemos visto hasta aquí, el juego de esta primera etapa es principalmente vincular,
con gran compromiso corporal, donde es necesaria la sincronía, y predominan los juegos
cara a cara, los balanceos, y la exploración autosensorial. Todos estos elementos
establecen las bases del psiquismo y las relaciones futuras.
19
JUEGO Y DESARROLLO 4 A 8 MESES
Al ir ganando movimiento y nuevas posturas en el espacio, el niño aumenta sus
posibilidades de juego y acceso; ahora puede rolar, mirarse al espejo, tomar objetos algo
más lejanos. Al lograr la posición sedente, la libertad de sus manos le permitirá la
manipulación de uno o más objetos, pasarlo de una mano a la otra. Ahora los toca, los
muerde, los rompe, los golpea, los tira, etc.
También cambia la calidad de la comunicación, que ya no es exclusiva del cuerpo a
cuerpo, sino que puede ser a distancia. Cuando el bebé comienza a interesarse por
objetos físicos en tanto los logros motrices posturales, visuales y de prensión así lo
permiten, las relaciones con las personas se van mediatizando progresivamente a través
de dichos objetos.
Son varios los autores que definen el comienzo del juego propiamente dicho a partir de
esta edad. Veremos los aportes de Aberastury, Piaget y Winnicott.
Ségun Aberastury (1987), hay dos juegos básicos del primer año de vida que
fundamentan todos los desarrollos posteriores de la actividad lúdica y sublimatoria son:
“las escondidas” a partir de los 4 meses, y en la segunda mitad del año el “Fort Da” (que
desarrollaremos más adelante). También Stern ubica la aparición de las escondidas a los
4 meses, considerándolo el juego infantil más divulgado internacionalmente.
Dice Aberastury: “Jugar a las escondidas es su primera actividad lúdica y en ella elabora
la angustia del desprendimiento, el duelo por un objeto que debe perder. (...)También
juega con sus ojos: al cerrarlos y abrirlos tiene el mundo o lo pierde”. También con los
sonidos: puede hacer aparecer y desaparecer sonidos con su sonajero.
Calmels (2004) habla de juegos de ocultamiento, siendo la primera acción significada por
el adulto como juego, cuando el bebe se tapa fortuitamente con la sabanita. Esta acción
ocasional es estimulada por los padres: “¿dónde está el nene? ¡Acá está!”.
Entonces, en este juego el bebe juega placenteramente a aquello que más teme: la
desaparición del contacto con su madre. Este juego posibilita una forma de elaborarlo, de
una manera rítmica que le da seguridad y placer. Según Guerra. 2009, este juego implica:
Anclaje intersubjetivo para que pueda darse la permanencia del objeto (Piaget)
Formulación lingüística en la que le otorga al bebe una participación.
Pregunta con espacio en blanco como respuesta imaginaria del bebe.
20
Tolerancia al silencio y valor del SUSPENSO.
Importancia del NO como elemento de separación y corte.
Placer compartido en el reencuentro y expresión transmodal.
También este juego cobra plena validez en la medida de que haya una sintonía
afectiva con su madre.
Continuando con Aberastury, al describir el juego y la relación con los objetos a esta
edad, nos dice: “los objetos funcionan como símbolos y al mismo tiempo se producen en
su cuerpo cambios que le facilitan su examen del mundo”. “El sonajero que sacude, chupa
y muerde, su dedo, el barrote de la cama, cada objeto cerca y lejos de él cobra vida y lo
estimula a nuevas experiencias”. Los sonidos de su cuerpo también los considera una
actividad lúdica: “su repetición es un juego verbal, puede hacer con los sonidos lo que ya
experimentó con los objetos”. Luego descubre que al golpear un objeto contra otro
también puede producirlos.
Desde otra perspectiva, Piaget (1995) considera que el juego comienza a los 4 meses,
junto con los esbozos de la intencionalidad. Los denomina “juegos de ejercicios” hasta
los 2 años. El estadío de la inteligencia sensoriomotora correspondiente a esta edad, es el
tercero, siendo sus características principales la reacción circular secundaria (el bebe se
interesa por las consecuencias ambientales de sus actos, es más alocéntrica que la
primaria) y los procedimientos para prolongar espectáculos interesantes.
Esta es una etapa con semi-intencionalidad, donde aparece la coordinación de la prensión
y la visión, así como la permanencia del objeto. El autor define conductas características
del niño en esta etapa:
- Acomodación visual a los movimientos rápidos: permite una anticipación sobre las
posiciones futuras del objeto y le confiere cierta permanencia (desplazamiento de
la cabeza lateral, reacción a los movimientos de caída). El objeto existe en su unión
con la acción propia.
- Prehensión interrumpida: el niño atribuye permanencia táctil a los objetos que ha
tomado. Sigue creyendo que el objeto está “a disposición” del acto esbozado.
- Reacciones circulares diferidas: si la reacción circular es interrumpida por las
circunstancias puede reanudarse sin ninguna incitación exterior. Todo ocurre como
21
si hubiera conservado el recuerdo del objeto y volviera a él después de una pausa,
creyendo en su permanencia.
- Reconstituciones de un todo no visible a partir de una fracción visible.
- Supresión de los obstáculos que impiden la percepción (en relación al sujeto) Ej: se
quita el pañuelo de la cara para aparecer.
- No tiene en cuenta la sucesión de desplazamientos visibles del objeto: Ej: escondo
objeto en A y el niño lo encuentra. Luego lo escondo en B y el niño sigue buscando
en A (aunque haya visto cuando lo escondía).
- Imitación sistemática de sonidos y movimientos hechos por otros. Limitadas a lo
que pueda ver en su propio cuerpo u oir (ej: abrir y cerrar manos).
Winnicott (2008), define que entre los 4 y los 6 meses comienza a aparecer la zona
mental donde se desarrollan los juegos. Esta zona intermedia de experiencia que no
forma parte del cuerpo del niño pero tampoco la reconoce como perteneciente a la
realidad exterior la denomina “espacio transicional”, donde existen los “objetos y
fenómenos transicionales”. Ésta se constituye junto a la capacidad del bebe de poder
diferenciar su cuerpo del entorno y los otros. Así aparece un espacio potencial entre el
bebe y la madre, sagrado para el individuo, “en el sentido de que allí experimenta el vivir
creador”.
Sostiene que el niño en esta edad pasa del dominio mágico del recién nacido al dominio
de manipulación, porque “para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no solo
pensar o desear. Jugar es hacer”.
Es entonces que aparecen objetos preferidos y pautas de conductas específicas (rituales),
que acompañan al niño a donde va y le aseguran la continuidad de su existencia. El
“objeto transicional” es la primera posesión no-yo, que lo apuntala en la progresiva
separación con la madre que está viviendo, y le permite mantener la omnipotencia para ir
perdiéndola gradualmente según sus posibilidades.
Según la teoría de juego de este autor, luego de incorporar los objetos como parte del
mundo exterior diferenciado de su cuerpo, el niño pasa por dos etapas: la capacidad de
jugar solo en presencia de otros (cuando el ser amado esta introyectado, y no es
necesaria la participación directa) y luego la superposición de dos zonas de juego (donde
el niño acepta o rechaza las variaciones que introduce el otro en el juego, y así lo
enriquece).
22
Winnicott sostiene que en esta zona intermedia, “está la raíz del simbolismo en el tiempo,
la base de iniciación de la experiencia, lugar de adquisición de las diferencias y
semejanzas, viaje desde los subjetivo puro hasta la objetividad.”
En la vida adulta, este espacio transicional continúa estando en las artes, la religión y las
experiencias culturales. La utilización de este espacio por cada persona es distinta, y está
determinada por las experiencias vitales de sus primeras etapas.
Entonces, al instalarse este espacio transicional donde se desarrolla el juego, ahora
pueden describirse tres elementos que lo componen: el juego, el sujeto que juega y el
acompañante; así como ciertas características: va a transcurrir en un área delimitada, por
un tiempo determinado, con un ritmo especial, y supone una transformación (va a suceder
algo). (Schejtman, 2010)
Ahora pasamos a analizar sucesos que ocurren en la vida del bebe en esta etapa y
modifican las características del juego.
Jacques Lacan escribió en 1936 “el estadio del espejo como formador de la función del
yo”. En este texto, se refiere a un proceso que se da entre los 6 y 18 meses, donde el niño
reconoce su imagen corporal en el espejo, y comienza a establecer una relación entre el
organismo y su realidad. Lo describe como un hecho universal y esencialmente humano.
El niño experimenta lúdicamente y con mucho júbilo, la relación de los movimientos por él
producidos y la imagen que se refleja. Así descubre su unidad corporal, reúne
sensaciones hasta ahora escindidas, reconoce sus límites corporales, y sus posibilidades
de movimiento y transformación del ambiente. El niño podrá, a partir de este momento,
comparar el cuerpo vivido a nivel sensoriomotor, con el que ve en el espejo; sólo tras esta
experiencia podrá apropiarse realmente de su cuerpo, descubriendo su rostro y su
pertenencia a una determinada especie, la humana.
Cordella (2012), propone la siguiente evolución del juego del espejo, en base a una
investigación realizada:
Estadio Uno: el cuerpo y la imagen del cuerpo en el espejo se comienzan a
integrar. El niño se mueve y ve ese movimiento en el espejo. Es un juego gozoso
que le captura toda la atención.
Estadio Dos: la imagen del cuerpo vivenciado es reconocida por otro. La madre le
presenta a su hijo la imagen de sí mismo, cargándola positivamente de afecto y
bautizándola con su nombre.
23
Estadio tres: la imagen y el cuerpo son intercambiables por el otro (homologación).
La madre trata a la imagen como si fuera el propio hijo.
Estadio cuatro: ambos pueden realizar las operaciones de intercambio entre cuerpo
e imagen haciendo de esto un juego conjunto.
Guerra (2009), destaca 4 indicadores de intersubjetividad que comienzan entre los 4 y los
8 meses, que refieren a la nueva capacidad atencional del bebe:
Mirada referencial (referencia social) (5 a 12 m). Proceso por el cual una persona
de cualquier edad, cuando encuentra una situación de inseguridad mira a otra
persona para ver qué expresión emocional muestra, para que la ayude a resolver
esa inseguridad y actuar en consecuencia.
Vocativos atencionales (5 -7m). Las madres comienzan a utilizarlos para conseguir
que el bebe mire hacia la madre o busque un objetivo atencional; a través de su
uso, las madres le dicen al niño que “hay algo en algún lugar del ambiente a lo que
hay que atender”. Experiencia que abre el campo para la aparición de la Atención
Conjunta.
Atención conjunta objeto-tutor (5-7 meses). Este indicador representaría la
capacidad de orientar su mirada hacia un mismo objeto junto a otra persona con la
que está interactuando. Busca captar la atención del otro (generalmente la madre)
con el objetivo de obtener un objeto ansiado, o de compartir un centro de interés.
También la atención conjunta inaugura las primeras representaciones triádicas, o
sea los primeros encuentros con un tercer objeto que no sea la madre y el bebe, en
la que hay una detección de dirección y de intencionalidad con la mirada. Así la
madre trata muchas veces de jugar con el bebe o calmarlo distrayéndole la
atención con actividades o con objetos, e incluyendo la narrativa a través de
pequeñas historias que rodean al objeto.
Bruner (1986) sostiene que atraer la atención de los otros a un foco común es un hecho
muy difundido en el orden de los primates. Agrega que el hombre es el único que maneja
la atención conjunta simplemente solicitando y ofreciendo por medio de índices, íconos y
símbolos. Describe este hecho como un formato1 de juego muy significativo para el
1 �
El formato es un concepto introducido por Bruner en 1983 y hace referencia a
“pautas de interacción estandarizadas e inicialmente microcósmicas, ente un adulto y un niño, que contiene roles demarcados que finalmente se convierten reversibles”. Estos formatos cumplen funciones que serán luego parte del lenguaje.
24
desarrollo del lenguaje, que comienza a los 4 meses, cuando el niño también inicia la
construcción sistemática de su cuerpo por medio de una oposición similar: lo que está
afuera y puede ser manipulado (ajeno a mi cuerpo).
En los juegos de atención conjunta, la madre va a introducir entre ella y su bebe, un
objeto que va a nombrar (en una atmósfera de complicidad contextualizada). En este
punto se relaciona con la presentación de objetos de Winnicott. Desde el punto de vista
del desarrollo del lenguaje, cuando el bebe sea más grande y llegue a la denominación
de estos objetos, va a ser consecuencia de los procesos comunicativos que utiliza la
madre cuando incorpora los nuevos objetos.
Más adelante, aparece un segundo formato de juego descripto por Bruner como “acción
conjunta”. Es la actividad de la madre con el niño sobre un objeto externo a ambos: armar
y tirar, sacar y poner, dar y tomar pertenecen a estos formatos. Comienza alrededor de
los seis meses y el proceso se va lexicalizando a medida que los niños pueden reconocer
partes del habla adulta como más eficaces para cumplir las funciones.
Juegos de cosquillas (microrritmos) (3 a 5 meses). Comúnmente realizado en
momentos de higienización, a partir de los 4 meses el bebe comienza a disfrutar de
este juego. En el juego de cosquillas, si bien hay al inicio una repetición previsible,
en un momento la madre introduce un cambio. Con esto emerge el asombro y la
sorpresa en la vida psíquica del bebe, experiencia que D. Marcelli (2001) llamó de
“Microrritmos”, como opuesto y complementario a los “Macrorritmos”, o sea las
actividades de cuidado y juego que son repetitivas, previsibles y que forman parte
de la base de continuidad, de seguridad del bebe. La madre introduciría la sorpresa
en los juegos y a través de los microrritmos aleatorios e inciertos, el bebe puede
empezar a investir la incertidumbre de manera que la espera pase a ser excitante.
Esta teoría también tiene consecuencias en el plano cognitivo, porque esta
experiencia sería una de las primeras en las que el bebe debe cotejar hipótesis
temporales y adaptarse mental y corporalmente al suspenso creciente, a lo
inesperado, a lo que irrumpe sorpresivamente. Sería un prólogo del “juego como
si”.
25
Calmels (2004), dentro de los juegos de crianza distingue a partir de esta etapa el juego
del “avioncito” (juego de sostén), evolucionado a partir del mecimiento. El adulto, hace
girar al niño en sus brazos, tomándolo desde el tronco. Juega con la elevación y el
descenso, el acercamiento y el alejamiento, introduciendo caídas sostenidas. También en
esta línea, aparecen las hamacas de las plazas (cuando el niño ha logrado la
sedestación) y el Saltarín en las casas (o ding dong). En estos juegos, como en las
cosquillas, se introduce la espera, permitiendo al niño anticipar la acción del adulto.
Aparecen las palabras (“topa, topa”), los números (a la 1, a las 2 y aaaa laaaaas 3), o
simplemente el gesto.
Volviendo la atención al desarrollo del lenguaje, en esta etapa donde el juego es más
partícipe del desarrollo, se propone a éste como mediador, como intermediario para la
adquisición del lenguaje. Noam Chomsky propuso el concepto de “Mecanismo para la
adquisición del lenguaje” el cual plantea que nacemos con un dispositivo o mecanismo
innato predispuestos a identificar la gramática universal de las lenguas. Bruner lo toma y
le añade el concepto de “Sistema de Apoyo de la Adquisición del Lenguaje” en donde
plantea y queda implícito el rol fundamental de la madre para este desarrollo, que sin el
papel materno y el pasaje de los niños por los diferentes formatos y escenario lúdicos no
se daría una apropiada adquisición del lenguaje.
Hacia el quinto mes comienza la etapa del balbuceo indiferenciado (reduplicación de una
estructura conformada por consonante- vocal del tipo ba-ba).
Sobre el sexto y séptimo mes son capaces de comprender distintos tonos de la voz.
Pueden diferenciar las voces de la madre y el padre. Reconoce a los adultos del círculo
familiar más allá de los papás.
La memoria en este período también continúa desarrollándose donde son capaces de
conservar información hasta por 14 días.
En definitiva, en esta etapa, gracias a las nuevas posibilidades motrices, cognitivas y
atencionales, se amplía el mundo del bebe, se incorporan los objetos, se construye la
identidad de cuerpo propio, se establece un espacio mental de juego, y aparecen nuevas
formas de comunicación. Así aparecen los primeros juegos propiamente dichos, con los
inicios de la intencionalidad.
26
JUEGO Y DESARROLLO 8 A 12 MESES
A partir de ahora,
el bebe ya sabe cómo invitar al adulto a jugar.
Daniel Stern
En esta etapa, su madurez neurológica le comienza a permitir desplazarse y explorar
espacios hasta ahora inaccesibles. Su movilidad es cada vez más desbordante y favorece
el relacionamiento con el mundo exterior. Comienza a descubrir la continuidad a través de
sus propios desplazamientos por un espacio de percepción cada vez más amplio. Su
exploración no se limita a lo que está al alcance de su mano, no depende ya de las
posibilidades de movimiento que el otro (el adulto) le ofrezca, sino que puede comenzar a
tomar decisiones a partir de sus deseos.
Junto al aumento del movimiento voluntario, se observa un crecimiento exponencial del
interés del niño por los objetos y sus características, lo que permite descentrarlo cada vez
más de su propio cuerpo e interesarse y aprender del entorno.
Dice Guerra (2009): “El inicio de la marcha es un paso máximo en la individuación
humana, que posee un gran significado simbólico tanto para la madre como para el
deambulador que ya puede incorporarse con derecho al mundo de seres humanos
independientes.” Ravera (Guerra, 2009), describe las consecuencias para el bebe del hito
de lograr la bipedestación:
Nueva posición estratégica desde donde cambia el plano de la visión (nuevas
perspectivas espaciales), las manos quedan libres (aumento de la creatividad
práxica).
El cambio físico de perspectiva es esencial para imaginar el estado mental de otro
comparado con el propio.
La capacidad de cambiar de punto de vista geográfico mediante el movimiento
ayudará a cambiar su punto de vista psicológico por imaginación empática.
El niño descubre placeres y frustraciones inesperadas y cambiantes.
El niño parece embriagado por sus propias facultades y por la magnitud de su
propio mundo.
Por lo dicho hasta aquí, el niño de estas edades, necesita libertad para moverse y para
manipular objetos inocuos, así como variedad de estímulos para descubrir sus distintas
características: forma, color, tamaño, sabor, olor, peso, volumen, etc. (Chaves, 2003)
27
Pasando a otro tema, es interesante destacar como las diferentes formas de atención
del bebe juegan un rol importante en la organización de su actividad y juego. Guerra
(2009) define las características de la atención del bebe entre 7 y 12 meses, en situación
de juego libre con los siguientes parámetros:
1. Atención flotante, dispersa, compartida. Se observa durante los momentos de
espera, cuando por ejemplo él bebe espera su alimento. Él bebe está activo, mira a
su alrededor, se ocupa de los objetos, de los juguetes cerca de él. Está abierto y
disponible a lo que proviene del exterior y a sus propias sensaciones corporales.
2. Atención sostenida. Él bebe se ocupa de un objeto, de un juguete, durante al
menos 30 segundos y puede llegar a 4 o 5 minutos. Puede también atender a otros
elementos y volver a su punto de interés. Los desvíos de atención son una parte
integrante del proceso atencional. Él bebe que juega con una atención sostenida es
en general apacible, contento, interesado.
3. La concentración. Es un momento excepcional de la atención. Por ejemplo un bebe
de 8 meses que juega con un cubo de plástico, lo pone en el piso y lo arrastra.
Percibe otro cubo parecido, lo mira detenidamente y luego mira al primero y vuelve
a atender alternativamente uno y otro. Se percibe su interés por el descubrimiento
de los objetos, ya que cesa toda actividad, todo movimiento, solo cuenta lo que fue
descubierto. Está concentrado. La concentración dura al menos 15 segundos y
generalmente no dura más de 1 minuto. En esos momentos el bebe se implica
enteramente con lo que atiende. Su trabajo mental es evidente.
Desde el punto de vista del desarrollo cognitivo (Piaget, 1995), estamos en el cuarto
subestadío de la inteligencia sensoriomotriz, siendo sus características principales: la
aplicación de los medios conocidos a situaciones nuevas, la intencionalidad y la
permanencia del objeto oculto.
Hasta ahora el objeto interesaba sobre todo por su utilización (ej.: posibilidad de ser
chupado). A partir de esta etapa el objeto interesa como novedad, mirándolos durante
más tiempo antes de ejecutar un acto y realizando un conjunto de movimientos
exploratorios relativos al objeto en sí mismo: siente, explora la superficie, los bordes, lo da
vuelta y lo desplaza lentamente, etc. El niño de esta etapa trata de “comprender” al objeto.
Esto se corresponde que a nivel motriz en esta etapa hay una gran riqueza en todo lo que
son las posturas intermedias, rolado, gateo, traslado en posición de pie lateral y hacia
delante, etc.
28
Piaget define la intencionalidad como “la búsqueda deliberada de una meta por medio de
comportamientos instrumentales subordinados a ella”, y la considera una de las
características distintivas de la inteligencia. Recién en esta etapa se hace evidente, dónde
se coordinan las reacciones circulares secundarias para definir metas e instrumentos para
alcanzarlas, donde se subordinan los medios a los fines. Ejemplos clásicos:
- Apartar un obstáculo para alcanzar el objeto deseado (sabe que detrás del
obstáculo el objeto tiene una existencia sustancial aunque no lo esté viendo).
- El niño trata de usar los obstáculos como instrumentos que le permiten alcanzar la
meta. En lugar de jugar con el almohadón lo utiliza para arrastrar, o atraer un
objeto lejano. Sabe que entre los objetos hay relaciones de causa-efecto. Esto es
fundamental para el futuro desarrollo de la función simbólica, donde sustituye un
objeto por otro. Acá sustituye una acción que puede hacer con un objeto por otra
acción.
- Si se le esconde el objeto en A busca en A. Luego si se le esconde en B lo busca
en B.
- Hay un gran progreso en el uso de señales y signos (ej.: un adulto empieza a
levantarse de una silla y el niño anticipa la próxima partida llorando).
Narbona (1997) define que la comunicación intencional comienza claramente alrededor de
los nueve meses. Si bien no es aún lingüística, ya está sustentada en la posibilidad del
niño en reconocer a los otros como personas capaces de procurar activamente diversas
formas de contacto interpersonal. La interrelación social se basa en la intersubjetividad.
Con respecto a la imitación, la creciente flexibilidad y movilidad de los esquemas y la
coordinación cada vez mayor entre los modos: visual, auditivo, táctil y cinestésico,
permiten al bebe de esta etapa, superar las limitaciones de las etapas anteriores. Antes
que nada, el niño comienza por imitar modelos nuevos. Empieza a manifestarse una
perceptible oposición entre el pasado, lo que ya puede hacer, y el futuro, los espectáculos
y sonidos a los que puede acomodarse y así imitar. El niño también comienza a imitar
acciones de otros que corresponden a acciones propias que no puede ver ni oír. Por
ejemplo puede imitar los movimientos de sacar la lengua, abrir y cerrar la boca, etc.
29
Aquí aparecen los rituales sociales en los que se incluye al niño muy tempranamente:
saludos, gestos graciosos, despedidas.
En esta etapa es más evidente el juego del niño, y hemos encontrado varios autores que
describen algunos típicos de la edad.
Freud en 1920, observando a su nieto en lo que denominó juego del carretel (o Fort Da),
conceptualiza el juego como vehículo de las fantasías inconscientes. Afirma que el niño
no solo juega para repetir situaciones placenteras sino también para elaborar las que le
resultaron dolorosas o traumáticas.
El juego consiste en que el niño aleja el objeto y luego lo trae hacia sí nuevamente, o
espera que se lo alcancen. Freud lo interpreta como una forma de elaborar la separación
con la madre. Un acontecimiento vivido en forma pasiva, es recreado lúdicamente
transformando en activo el papel del niño.
También desde la lectura psicoanalítica, según Aberastury (1987), el niño en esta edad,
comienza a tener un paulatino interés en su genitalidad, que los desplaza y sublima en
meter y sacar contenidos de continentes, introducir elementos en agujeros, y hurgar con
el índice los huecos. También comienza el interés por los contenidos de su cuerpo (orina
y heces), apareciendo los juegos con agua, tierra y arena.
Al final de esta etapa (12 meses), según la autora, aparecen la pelota, el globo y el
tambor como juguetes simbólicos del vientre materno y como objetos de descarga motriz.
Según Calmels (2004), el control muscular de la postura a esta edad, permite que los
juegos corporales de sostén, aumenten en complejidad y disminuyan en contacto. Así van
a aparecer los caballitos (sobre la falda, el empeine del pie, o en la espalda), que pueden
acompañarse de canciones típicas (..... se fue a Paris, en un caballito gris, al paso, al
trote, al galope, galope, galope), donde se introduce la variación de velocidad y la caída
sostenida.
Los primeros juegos de persecución, también aparecen en esta época, haciéndose muy
frecuentes con la adquisición de la marcha. Al mismo tiempo que se produce un
distanciamiento del cuerpo “amenazador” (el que persigue), hay un acercamiento al
refugio (el que protege). Stern (1985), relata este juego: “Te voy a agarrar...que te
agarro...! que te agarro!” El niño iba estando cada vez más alerta y la creciente excitación
30
de ambos contenía elementos tanto de regocijo como de susto”. El seguimiento de la
madre y la huida de ella, con la expectativa de ser perseguido y arrebatado por los brazos
de la madre, indican tanto el deseo de reencuentro con el objeto de amor, como el temor
del niño de que ese objeto lo reabsorba, formando parte de lo que Mahler (1990) llama
“ambitendencia” (Guerra, 2009).
Otro tipo de juegos muy frecuentes en esta edad, es lo que algunos autores definen como
juegos pre-simbólicos. Son aquellos en donde se esboza una separación significante –
significado. Tienen como base la dialéctica de la presencia-ausencia de la madre, y se
desarrollan como juegos de: acercarse – alejarse, aparecer – desaparecer, lanzar –
recoger, vaciar – llenar, perseguir – ser perseguido, tensionarse – relajarse. Estos juegos
permitirán al niño ir descubriendo y diferenciando las invariantes y las transformaciones
de sus acciones. El cuerpo propio, el del otro, el espacio y los objetos permanecen
constantes, y las leyes de causalidad explican las transformaciones observables (Ravera,
1998).
En esta etapa, junto con la intencionalidad y el juego, la intersubjetividad y la sintonía
afectiva se hacen más evidentes. Entendemos ésta como la experiencia de compartir un
estado afectivo. Es una actividad que se realiza a partir de la iniciativa del bebe que, al
explorar un objeto e intentar jugar con él, muestra a través de un gesto o de una
vocalización, la intensidad emocional con que vive el evento. Con gran avidez social, el
bebe imita gestos de los adultos que produce enorme placer a ambos.
Para los psicoanalistas, es evidencia de intersubjetividad, el juego conocido como “tercer
tiempo del circuito de la pulsión”, y es cuando el bebé ya pudo satisfacer su deseo
primero en la succión externa, segundo en la autosucción (dedo), y ahora puede ofrecerse
él mismo como objeto de la pulsión de otro. El bebe pone los dedos en la boca de su
madre, ésta hace como que lo va a comer y de allí surgen las risas de ambos. Este juego
ha tomado importancia como indicador temprano de autismo, cuando está ausente.
Otro indicador claro de intersubjetividad (Guerra, 2009) es el señalamiento
protodeclarativo, que se da cerca de los 12 meses. El señalamiento protoimperativo es
cuando el niño señala en dirección a un objeto (generalmente fuera de su alcance) con
el objetivo de obtenerlo. El protodeclarativo hace referencia al momento en el que ”el niño
31
señala en dirección de un objeto buscando captar la atención de otra persona sobre ese
objeto, con el solo fin de que el otro comparta junto con él su interés” Bruner (Guerra,
2009).
Relacionado con esto, ahondamos en el desarrollo del lenguaje. En esta etapa es donde
se comienzan los esbozos de los usos y funciones de lenguaje.
En este último cuatrimestre los bebes se encuentran en la etapa del balbuceo imitativo o
canónico. Es el comienzo de la etapa verbal propiamente dicha, ya que comienzan a
haber expresiones significativas. Llaman a sus padres “mamá” y “papá” y son capaces de
elaborar alguna otra palabra
En este período para Narbona (1997) existe una consolidación de los formatos donde ya
hacia los 8 meses el niño es capaz de monitorizar la mirada de la madre. Las rutinas y los
objetos que forman parte de la actividad lúdica del niño se han ido ampliando. El niño
comienza a querer objetos que están fuera de su alcance y la madre estirando su brazo le
satisface la demanda del niño. Así es que el niño comienza a comprender y a utilizar el
señalamiento como una herramienta.
También a partir de los 8 meses los bebes comprenden que la relación de algunas formas
de expresión con ciertos contenidos responde a determinados usos del lenguaje. A través
de la interacción con los objetos y los avances en la interacción social es que van
adquiriendo cierta estabilidad en el mundo de los objetos que le va a permitir la
construcción de los significados.
En esta etapa también se desarrolla la función instrumental que son las conductas que
muestra el niño para indicar su demanda. La madre intenta satisfacer a su hijo,
brindándole así al niño un modelo regulador en donde éste aprende que a través de sus
conductas puede obtener lo que desea.
Paralelamente se va desarrollando la función interactiva donde va concientizándose que
sus vocalizaciones las puede usar para comunicarse. A partir de la función interactiva se
desarrolla la función personal donde según Narbona “el protolenguaje es una expresión
primitiva de la propia individualidad”. Cuando el niño se desplaza y se aleja físicamente
del objeto se produce el modelo heurístico para conocer y realizar una exploración social
de la realidad externa.
32
METODOLOGÍA
Se trata de un estudio descriptivo de corte transversal.
La población a estudiar son los niños de ambos sexos, menores de un año, que se
encuentren acompañados por su madre en la sala de espera de la consulta pediátrica del
Centro de Salud Coordinado del Cerro de Montevideo.
Los criterios de exclusión son:
- Niños con patología neurológica diagnosticada.
- Niños con edad gestacional menor a 36 semanas (pretérmino)
- Madres con patología psiquiátrica diagnosticada.
- Niños que no estén al cuidado de su madre en la crianza.
La información se obtiene mediante un cuestionario elaborado por los investigadores (ver
anexo 2). El mismo está subdividido en tres grandes partes:
- Una ficha patronímica.
- Una serie de preguntas abiertas.
- Una serie de preguntas dirigidas, la cual a su vez está subdividida en
tres grupos etarios (0 a 3 meses, 4 a 7 meses y 8 a 11 meses).
En la ficha patronímica obtenemos datos importantes para tres fines: conocer la edad del
niño, las características del niño y la madre que fueron consideradas por el grupo de
trabajo como criterios de exclusión. Obtener información sobre las horas que pasan
separados madre e hijo y el nivel instructivo de la madre.
En el sector de las preguntas abiertas se busca obtener un relato espontáneo sobre las
conductas del niño que la madre considera juegos y las características del mismo.
Luego se realizarán preguntas dirigidas específicas para cada franja de edad donde la
madre debe responder si el niño realiza o no determinada acción.
33
El cuestionario es aplicado a las madres por parte de uno de los investigadores. Los datos
que se obtienen son anónimos.
Los pacientes a los que se aplican los cuestionarios son elegidos al azar, yendo el equipo
de investigación distintos días al azar a la sala de espera y aplicando el mismo a las
madres con hijos menores de un año que se encuentren en ese momento. La duración de
la aplicación es de aproximadamente 10 minutos.
Los cuestionarios son identificados, manteniendo el anonimato, para no aplicar el mismo
dos veces a un mismo niño.
Para el analisis de las variables cualitativas utilizamos herramientas de estadísttica
descriptiva y el test exacto de Fisher.
34
RESULTADOS
La muestra obtenida fue un total de 70 niños, (48,6% de niñas y 51,4 % de varones) en
edades comprendidas entre los 7 días de vida y los 11 meses (tabla 1). Dividimos la
población en tres franjas etarias, siendo la última significativamente menor (entendemos
que por la menor frecuencia de los controles pediátricos).
Tabla 1
0-3 m 4-7 m 8-11 m total
Femenino 13 17 4 34
Masculino 17 12 7 36
30 29 11 70
De los niños de la muestra, ninguno concurre a guardería y el 11,4% concurre a un centro
CAIF (Talleres de Experiencias Oportunas).
El 74% toma pecho al momento de la encuesta, siendo mayor la proporción cuanto más
pequeños (93% de 0 a 3m, 62% de 4 a 7m y 54,5 de 8 a 12m).
En el 31,4% son el primer hijo de sus madres.
De las madres de la muestra, el rango etario es de 16 a 42 años (siendo el 28,6% madres
adolescentes). En cuanto al nivel educativo, el 30% tiene primaria completa y el 54,2%
ciclo básico incompleto (tabla 2).
Tabla 2
Con respecto a las horas fuera del hogar, 1 de las madres (1,4%) estudia y 11 trabajan
(15,7%) aumentando gradualmente con la edad del bebe. El rango de horas fuera del
hogar es entre 4 y 11 horas. 3 de las que trabajan lo hacen junto a sus hijos, y en los otros
Primaria inc. % Primaria comp. % Ciclo Básico inc. % Ciclo Básico comp. % Total %
0-3m 1 25 9 43 19 56 1 9 30 43
4-7m 2 50 8 38 10 29 9 82 29 41
8-11m 1 25 4 19 5 15 1 9 11 16
4 6 21 30 34 48 11 16 70
35
8 casos los cuidan familiares cercanos.
En el relato espontáneo de las madres, pudimos identificar los siguientes patrones
(los resultados están expresados en porcentajes).
Actualmente ¿a qué juega tu niño cuando está solo?
0-3m 4-7m 8-12m
Observar 43,3 0 0
Emitir sonidos 23,3 24,1 45,4
Reirse 20 0 0
Moverse 20 0 0
No juegan 20 3,4 0
Chuparse las manos 13,3 0 0
Escuchar sonidos 10 0 0
Tomar objetos 6,6 0 0
Con juguetes 0 62 72,7
Con partes de su cuerpo 0 27,5 0
Mirar la TV 0 6,8 0
Andar en andador 0 0 27,2
¿A qué jugás con él o ella?
0-3m 4-7m 8-12m
Hablarle 70 34,4 63,6
Cosquillas/caricias 26,6 24,1 0
Cantarles 23,3 31 63,6
Hacerle gestos 20 13,8 0
Interactúan con objetos 13,3 27,5 45,4
No juego 3,3 0 0
Escondidas (está / no está) 0 10,3 0
Bailar 0 6,8 0
36
¿Con qué objetos juegan?
0-3m 4-7m 8-12m
Ninguno 50 3,4 0
Con muñecos y peluches 36,6 72,4 63,6
Con objetos sonoros 20 34,4 45,4
Con móviles 10 0 0
Con pelotas 0 0 36,3
Con mordillos 0 0 18,1
Puzzles y encastres 0 0 9
Objeto no juguete 6,6 27,5 27,2
¿De qué forma juegan con esos objetos?
0-3m 4-7m 8-12m
Solo lo miran 20 0 0
Lo miran y lo agarran 6,6 0 0
Lo lleva a la boca (Chupa, muerde) 20 48,2 72,7
Sacudir, golpear, tirar 0 62 81,8
Interactuar con terceros 0 0 27,2
A esconderlos 0 10,3 0
¿Qué actividad sentís que es la que más disfruta tu niño?
0-3m 4-7m 8-12m
Alimentarse 36,6 3,4 27,2
Que le hablen 33,3 0 0
Estar en brazos 16,6 0 0
Observar los objetos 10 0 0
Dormir 10 0 0
Que le cambien el pañal 10 0 0
37
Que lo bañen 6,6 3,4 9
Moverse 0 3,4 0
Jugar con otros 0 48,2 54,5
Jugar solo con juguetes 0 6,8 36,3
Desplazarse 0 6,8 0
Emitir sonidos 0 10,3 0
Escuchar música 0 3,4 9
¿Cómo manifiesta que está disfrutando de algo?
0-3m 4-7m 8-12m
Se ríe 56,6 62 81,8
Se quedan más tranquilos 30 0 9
Se mueven mucho 10 27,5 9
Gritan y hablan 0 20,6 27,2
No sabe 0 0 9
¿En qué posición juega?
0-3m 4-7m 8-12m
Decúbito dorsal 76,6 65,5 27,2
Decúbito ventral 3,3 20,6 0
Decúbito lateral 6,6 0 0
En brazos 40 10,3 18,1
Semisentados 16,6 0 0
Sentado 0 58,6 81,8
En andador 0 0 27,2
De pie con ayuda 0 0 18,1
Gateando 0 0 9
En las preguntas dirigidas obtuvimos los siguientes porcentajes de juegos
realizados:
0 a 3 meses
38
%
Chuparse las manos 93,33
Mirarse las manos fijamente 56,67
Juegos con la boca (succión al vacío) 83,33
Juegos cara a cara: mirada sostenida, protoconversaciones, vocalizaciones,
gestualizaciones, imitaciones, movimientos del rostro. 90,00
Cantarle canciones 73,33
Mecerlo para que se duerma/calme 96,67
Hamacarlo para mantenerlo atento 40,00
Seguir objetos con la mirada 90,00
Buscar la fuente de sonido 76,67
¿Tiende a tomar objetos cuando se los muestras? 36,67
Chupar los objetos 43,33
Sacudir objetos 16,67
Golpear los objetos 6,67
Usar mordillo 3,33
4 a 7 meses
%
Juegos cara a cara (R) 100,00
Cantarle canciones. Que tipo? (R) 93,10
Mecerlo / Hamacarlo (R) 82,76
Tomarse los pies 75,86
Chuparse los pies 44,83
Juega con su imagen en el espejo 75,86
Jerga (juega con su voz) 96,55
Cambiar de posición 75,86
Chapotear en el agua 68,97
Juegos de sostén (avioncito) 75,86
Imitar vocalizaciones y sonrisas. 93,10
39
Imita gestos simples (Ej: canción de manitos) 62,07
Juegos de anticipación (topa-topa). 44,83
Cosquillas 96,55
Juegos de ocultamiento: Está/no está 79,31
Mirar lo que le señalan 65,52
Explorar objetos: chupar, sacudir, golpear (R) 89,66
Lanzar objetos y observar su trayectoria. 75,86
Llevar objetos de una mano a la otra. 79,31
Destapar objetos. 20,69
Golpear objetos entre sí. 79,31
Destruir torres y después esperar que las vuelvan a construir. 3,45
8 a 11 meses
%
Cantarle canciones. Que tipo? (R) 100,00
Mecerlo / Hamacarlo (R) 90,91
Juega con su imagen en el espejo (R) 81,82
Chapotear en el agua (R) 90,91
Desplazarse 72,73
Bailar con música. 81,82
Tararea canciones sencillas. 45,45
Juegos de anticipación (dedo puso un huevito) 45,45
Juegos de sostén (avioncito) (R) 81,82
Juegos de sostén ( parís en caballito gris ) 54,55
Juegos de persecución ( “te como” “te agarro') 72,73
Juegos corporales de sostén (túnel, trampolín, hamaca, rebotes). 63,64
Juegos de acción conjunta (dame / toma, armar /destruir) 81,82
Cosquillas (R) 100,00
Jerga (juega con su voz) (R) 100,00
Imitar gestos que causen gracia a otros. 90,91
40
Imitar sonidos y palabras. 72,73
Imita acciones sencillas (llevarse vaso/cuchara a la boca, peine al pelo,
teléfono al oído, etc.) 54,55
Señalar lo que quiere. (protoimperativo) 27,27
Señalar lo que le gusta (protodeclarativo) 18,18
Esconder cosas 27,27
Esconderse a propósito. 54,55
Juegos causa – efecto (apretar para que suene). 81,82
Empujar sillas. 27,27
Lanzar objetos para que se los alcancen. 90,91
Manipular objetos pequeños. 63,64
Hurgar con el dedo índice. 45,45
Meter y sacar objetos de recipientes. 54,55
Tapar y destapar objetos. 36,36
Trasvasar sólidos. 27,27
Jugar con pelotas y globos 81,82
Golpear un tambor. 72,73
Ensartar anillas. 36,36
Juega con arena / tierra / barro 18,18
Juegos de medios-fines (tirar de algo para alcanzar un objeto, apartar
obstáculos). 27,27
Mirar imágenes en un libro. 72,73
Mirar fotos y reconocer caras familiares. 54,55
Arrastrar objetos. 81,82
Le gusta ir a la placita (hamacarse y mirar otros niños) 81,82
41
En función del primer objetivo específico, separamos la población total
(0 a 12 meses) en las madres que trabajan (15%) y no trabajan (85%),
obteniendo las siguientes gráficas descriptivas en relación al juego que
realizan:
42
Observar
Emitir sonidos
Reirse
Moverse
No juegan
Chuparse las manos
Escuchar sonidos
Tomar objetos
Con juguetes
Con partes de su cuerpo
Mirar la TV
Andar en andador
0
10
20
30
40
¿A qué juegan sus hijos cuando están solos?
Trabajan % no trabajan %
Ninguno
Con juguetes (peluches, autos, )
Con objetos sonoros
Con móviles
Con pelotas
Con mordillos
Puzzles y encastres
Objeto no juguete
0
20
40
60
80
¿A qué jugás con él o ella?
Trabajan % no trabajan %
Ninguno
Con juguetes (peluches, autos, )
Con objetos sonoros
Con móviles
Con pelotas
Con mordillos
Puzzles y encastres
Objeto no juguete
0
10
20
30
40
50
60
70
80
¿Con qué objetos juegan?
Trabajan % no trabajan %
43
Solo lo miran
Lo miran y lo agarran
Lo lleva a la boca. Chupa, muerde
Sacudir, golpear, tirar
Interactuar con terceros
A esconderlos
0
10
20
30
40
50
¿De qué forma juegan con esos objetos?
Trabajan % no trabajan %
Se ríe
Se quedan más tranquilos
Se muev en mucho
Gritan y hablan
No sabe
0
10
20
30
40
50
60
70
¿Cómo manifiesta que está disfrutando de algo?
Trabajan % no trabajan %
Alimentarse
Que le hablen
Estar en brazos
Observar los objetos
Dormir
Que le cambien el pañal
Que lo bañen
Moverse
Jugar con otros
Jugar solo con juguetes
Desplazarse
Emitir sonidos
Escuchar música
0
10
20
30
40
50
¿Qué actividad sentís que es la que más disfruta tu niño?
Trabajan % no trabajan %
Decúbito dorsal
Decúbito v entral
Decúbito lateral
En brazos
Semisentados
Sentado
En andador
De pie con ay uda
Gateando
0
10
20
30
40
50
60
70
En que posición juega?
Trabajan % no trabajan %
44
Mecerlo para que se duerma/calme
Chuparse las manos
Juegos cara a cara:
Seguir objetos con la mirada
Juegos con la boca (succión al vacío)
Buscar la f uente de sonido
Cantarle canciones
Mirarse las manos f ijamente
Chupar los objetos
Hamacarlo para mantenerlo atento
¿Tiende a tomar objetos cuando se los muestras?
Sacudir objetos
Golpear los objetos
Usar mordillo
0,00 10,00 20,00 30,00 40,00 50,00 60,00 70,00 80,00 90,00 100,00
Preguntas dirigidas 0 a 3 meses
Total % trabajan% no trabajan%
45
Juegos cara a cara (R)
Jerga (juega con su voz)
Cosquillas
Cantarle canciones. Que tipo? (R)
Imitar vocalizaciones y sonrisas.
Explorar objetos: chupar, sacudir, golpear (R)
Mecerlo / Hamacarlo (R)
Juegos de ocultamiento: Está/no está
Llevar objetos de una mano a la otra.
Golpear objetos entre sí.
Tomarse los pies
Juega con su imagen en el espejo
Cambiar de posición
Juegos de sostén (avioncito)
Lanzar objetos y observar su trayectoria.
Chapotear en el agua
Mirar lo que le señalan
Imita gestos simples (Ej: canción de manitos)
Chuparse los pies
Juegos de anticipación (topa-topa).
Destapar objetos.
Destruir torres y después esperar que las vuelvan a construir.
0,00 20,00 40,00 60,00 80,00 100,00
Preguntas dirigidas 4 a 7 meses
Total % trabajan% no trabajan%
46
Cantarle canciones. Que tipo? (R)
Cosquillas (R)
Jerga (juega con su voz) (R)
Mecerlo / Hamacarlo (R)
Chapotear en el agua (R)
Imitar gestos que causen gracia a otros.
Lanzar objetos para que se los alcancen.
Juega con su imagen en el espejo (R)
Bailar con música.
Juegos de sostén (avioncito) (R)
Juegos de acción conjunta
Juegos causa – efecto (apretar para que suene).
Jugar con pelotas y globos
Arrastrar objetos.
Le gusta ir a la placita (hamacarse y mirar otros niños)
Desplazarse
Juegos de persecución ( “te como” “te agarro')
Imitar sonidos y palabras.
Golpear un tambor.
Mirar imágenes en un libro.
Juegos corporales de sostén
Manipular objetos pequeños.
Juegos de sostén ( parís en caballito gris )
Imita acciones sencillas
Esconderse a propósito.
Meter y sacar objetos de recipientes.
Mirar fotos y reconocer caras familiares.
Tararea canciones sencillas.
Juegos de anticipación (dedo puso un huevito)
Hurgar con el dedo índice.
Tapar y destapar objetos.
Ensartar anillas.
Señalar lo que quiere. (protoimperativo)
Esconder cosas
Empujar sillas.
Trasvasar sólidos.
Juegos de medios-f ines
Señalar lo que le gusta (protodeclarativo)
Juega con arena / tierra / barro
0,00 20,00 40,00 60,00 80,00 100,00
Preguntas dirigidas 8 a 11 meses
Total % trabajan% no trabajan%
47
En función del segundo objetivo específico, separamos la población total (0 a 12
meses) según el nivel de instrucción de las madres en 2 grupos (primaria completa
e incompleta y secundaria completa e incompleta) obteniendo los siguientes
resultados:
Preguntas Abiertas
Actualmente a que juega tu niño cuando está
solo?
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Observar 4 16,0 9 20,0 0,236
Emitir sonidos 4 16,0 19 42,2 0,017
Reirse 1 4,0 5 11,1 0,232
Moverse 1 4,0 5 11,1 0,232
No juegan 3 12,0 4 8,9 0,285
Chuparse las manos 3 12,0 1 2,2 0,122
Escuchar sonidos 1 4,0 2 4,4 0,452
Tomar objetos 2 8,0 0 0,0 0,124
Con juguetes 10 40,0 16 35,6 0,189
Con partes de su cuerpo 8 32,0 6 13,3 0,045
Mirar la TV 0 0,0 2 4,4 0,409
Andar en andador 2 8,0 1 2,2 0,246
A que jugas con él o ella?
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Hablarle 14 56,0 24 53,3 0,193
Cosquillas/caricias 3 12,0 12 26,7 0,091
Cantarles 8 32,0 15 33,3 0,208
Hacerle gestos 3 12,0 7 15,6 0,263
Interactúan con objetos 7 28,0 10 22,2 0,194
No juego 0 0,0 1 2,2 0,642
Escondidas (está / no está) 1 4,0 2 4,4 0,452
Bailar 1 4,0 1 2,2 0,465
48
Con que objetos juegan? Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Ninguno 5 20,0 11 24,4 0,217
Con juguetes (peluches, autos, ) 13 52,0 26 57,8 0,177
Con objetos sonoros 6 24,0 15 33,3 0,158
Con móviles 0 0,0 3 6,7 0,259
Con pelotas 1 4,0 3 6,7 0,386
Con mordillos 0 0,0 2 4,4 0,409
Puzzles y encastres 0 0,0 1 2,2 0,642
Objeto no juguete 4 16,0 9 20,0 0,236
De que forma juegan con esos objetos?
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Solo lo miran 1 4,0 5 11,1 0,232
Lo miran y lo agarran 1 4,0 1 2,2 0,465
Lo lleva a la boca. Chupa, muerde 10 40,0 18 40,0 0,2
Sacudir, golpear, tirar 7 28,0 20 44,4 0,083
Interactuar con terceros 1 4,0 2 4,4 0,452
A esconderlos 1 4,0 2 4,4 0,452
Que actividad sentís que es la que más disfruta
tu niño?
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Alimentarse 6 24,0 9 20,0 0,217
Que le hablen 4 16,0 6 13,3 0,259
Estar en brazos 2 8,0 3 6,7 0,351
Observar los objetos 0 0,0 3 6,7 0,259
Dormir 1 4,0 2 4,4 0,452
Que le cambien el pañal 1 4,0 2 4,4 0,452
Que lo bañen 1 4,0 3 6,7 0,386
Moverse 1 4,0 0 0,0 0,357
Jugar con otros 6 24,0 14 31,1 0,182
Jugar solo con juguetes 3 12,0 3 6,7 0,248
Desplazarse 0 0,0 2 4,4 0,409
Emitir sonidos 0 0,0 3 6,7 0,259
Escuchar música 0 0,0 2 4,4 0,409
49
Como manifiesta que está disfrutando de algo? Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Se ríe 16 64,0 28 62,2 0,201
Se quedan más tranquilos 2 8,0 8 17,8 0,163
Se mueven mucho 2 8,0 10 22,2 0,089
Gritan y hablan 3 12,0 6 13,3 0,288
No sabe 1 4,0 0 0,0 0,357
En que posición juega?
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
Decúbito dorsal 14 56,0 31 68,9 0,115
Decúbito ventral 1 4,0 6 13,3 0,169
Decúbito lateral 1 4,0 1 2,2 0,465
En brazos 4 16,0 13 28,9 0,117
Semisentados 0 0,0 5 11,1 0,1
Sentado 10 40,0 16 35,6 0,189
En andador 3 12,0 0 0,0 0,042
De pie con ayuda 1 4,0 1 2,2 0,465
Gateando 1 4,0 0 0,0 0,357
Preguntas dirigidas
0 a 3 meses p
Primaria % Secundaria %
Chuparse las manos 10 100,0 18 90,0 0,436
Mirarse las manos fijamente 5 50,0 12 60,0 0,265
Juegos con la boca (succión al vacío) 10 100,0 15 75,0 0,108
Juegos cara a cara 9 90,0 18 90,0 0,467
Cantarle canciones 8 80,0 14 70,0 0,298
Mecerlo para que se duerma/calme 10 100,0 19 95,0 0,666
Hamacarlo para mantenerlo atento 4 40,0 8 40,0 0,305
Seguir objetos con la mirada 9 90,0 18 90,0 0,467
Buscar la fuente de sonido 7 70,0 16 80,0 0,285
¿Tiende a tomar objetos cuando se los muestras? 7 70,0 4 20,0 0,010
Chupar los objetos 5 50,0 8 40,0 0,265
Sacudir objetos 2 20,0 3 15,0 0,359
Golpear los objetos 1 10,0 1 5,0 0,459
Usar mordillo 1 10,0 0 0,0 0,333
50
4 a 7 meses
p
Primaria % Secundaria %
Juegos cara a cara (R) 10 100,0 19 100,0 1,000
Cantarle canciones. Que tipo? (R) 9 90,0 18 94,7 0,467
Mecerlo / Hamacarlo (R) 8 80,0 16 84,2 0,367
Tomarse los pies 7 70,0 15 78,9 0,298
Chuparse los pies 5 50,0 8 42,1 0,280
Juega con su imagen en el espejo 5 50,0 17 89,5 0,027
Jerga (juega con su voz) 9 90,0 19 100,0 0,344
Cambiar de posición 7 70,0 15 78,9 0,317
Chapotear en el agua 7 70,0 13 68,4 0,309
Juegos de sostén (avioncito) 5 50,0 17 89,5 0,027
Imitar vocalizaciones y sonrisas. 8 80,0 19 100,0 0,110
Imita gestos simples (Ej: canción de manitos) 3 30,0 15 78,9 0,013
Juegos de anticipación (topa-topa). 5 50,0 8 42,1 0,280
Cosquillas 9 90,0 19 100,0 0,344
Juegos de ocultamiento: Está/no está 7 70,0 16 84,2 0,244
Mirar lo que le señalan 7 70,0 12 63,2 0,301
Explorar objetos: chupar, sacudir, golpear (R) 7 70,0 19 100,0 0,032
Lanzar objetos y observar su trayectoria. 6 60,0 16 84,2 0,130
Llevar objetos de una mano a la otra. 6 60,0 17 89,5 0,075
Destapar objetos. 1 10,0 5 26,3 0,244
Golpear objetos entre sí. 8 80,0 15 78,9 0,367
Destruir torres y después esperar que las vuelvan a construir. 1 10,0 0 0,0 0,344
8 a 11 meses
p
Primaria % Secundaria %
Cantarle canciones. Que tipo? (R) 5 100,0 6 100,0 1,000
Mecerlo / Hamacarlo (R) 4 80,0 6 100,0 0,454
Juega con su imagen en el espejo (R) 4 80,0 5 83,3 0,545
Chapotear en el agua (R) 4 80,0 6 100,0 0,454
Desplazarse 3 60,0 5 83,3 0,363
Bailar con música. 3 60,0 6 100,0 0,181
Tararea canciones sencillas. 2 40,0 3 50,0 0,432
Juegos de anticipación (dedo puso un huevito) 1 20,0 4 66,7 0,162
Juegos de sostén (avioncito) (R) 4 80,0 5 83,3 0,545
Juegos de sostén ( parís en caballito gris ) 2 40,0 4 66,7 0,324
Juegos de persecución ( “te como” “te agarro') 3 60,0 5 83,3 0,363
Juegos corporales de sostén (túnel, trampolín, hamaca,
rebotes). 1 20,0 6 100,0 0,015
Juegos de acción conjunta (dame / toma, armar /destruir) 3 60,0 6 100,0 0,181
Cosquillas (R) 5 100,0 6 100,0 1,000
Jerga (juega con su voz) (R) 5 100,0 6 100,0 1,000
Imitar gestos que causen gracia a otros. 4 80,0 6 100,0 0,454
51
Imitar sonidos y palabras. 3 60,0 5 83,3 0,363
Imita acciones sencillas (llevarse vaso/cuchara a la boca,
peine al pelo, teléfono al oído, etc.) 2 40,0 4 66,7 0,324
Señalar lo que quiere. (protoimperativo) 2 40,0 1 16,7 0,363
Señalar lo que le gusta (protodeclarativo) 2 40,0 0 0,0 0,181
Esconder cosas 1 20,0 2 33,3 0,454
Esconderse a propósito. 3 60,0 3 50,0 0,432
Juegos causa – efecto (apretar para que suene). 4 80,0 5 83,3 0,545
Empujar sillas. 2 40,0 1 16,7 0,363
Lanzar objetos para que se los alcancen. 5 100,0 5 83,3 0,545
Manipular objetos pequeños. 4 80,0 3 50,0 0,303
Hurgar con el dedo índice. 2 40,0 3 50,0 0,432
Meter y sacar objetos de recipientes. 2 40,0 4 66,7 0,324
Tapar y destapar objetos. 2 40,0 2 33,3 0,454
Trasvasar sólidos. 1 20,0 2 33,3 0,454
Jugar con pelotas y globos 4 80,0 5 83,3 0,545
Golpear un tambor. 3 60,0 5 83,3 0,363
Ensartar anillas. 1 20,0 3 50,0 0,303
Juega con arena / tierra / barro 1 20,0 1 16,7 0,545
Juegos de medios-fines (tirar de algo para alcanzar un objeto,
apartar obstáculos). 0 0,0 3 50,0 0,121
Mirar imágenes en un libro. 3 60,0 5 83,3 0,363
Mirar fotos y reconocer caras familiares. 4 80,0 2 33,3 0,162
Arrastrar objetos. 4 80,0 5 83,3 0,545
Le gusta ir a la placita (hamacarse y mirar otros niños) 3 60,0 6 100,0 0,363
52
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Ante la pregunta “¿a qué juega su hijo cuando está solo?”, el hecho de “emitir sonidos” de
diversa índole comunicativa persiste en la respuesta de las madres de niños de las tres
franjas etarias.
Un hecho destacable es que sólo en los más pequeños, una parte de la población (20%)
refiere que no juegan a nada, siendo los juegos autosensoriales (principalmente la
observación del entorno) lo más mencionado por las madres de esta edad.
Consideramos que al principio de la vida, el juego está más asociado a las conductas
arcaicas y reflejas. En la medida que se introducen objetos e interacción voluntaria con los
otros (referido desde los 4 meses por nuestra población), estas conductas arcaicas dejan
de ser consideradas juegos, aunque suponemos sigan estando presentes.
Destacamos que, el “juego con el propio cuerpo”, sólo fue referido por las madres de los
grupos entre los 4 y 7 meses.
A través de preguntar a que juegan las madres con los niños, se ve claramente la gradual
incorporación de los objetos por parte del adulto a la interacción a lo largo del primer año
de vida. De todas formas, el principal juego que el adulto describió que realiza con el bebe
en todas las etapas es “hablarle” y “cantarle”. Corroboramos asi con la biblografía el valor
del juego como factor comunicacional y constructor del lenguaje y el pensamiento.
Las expresiones gestuales como forma de juego, están más presente en las respuestas
de la primera etapa (0 a 3 m), y aunque suponemos que se mantienen en las etapas
posteriores, deja de considerarse juego o no fue mencionado por predominar otros tipos
de juegos más complejos.
Vemos que en los niños más grandes (7-11m) es más fácil definir el juego, siendo más
concretas y agrupables las respuestas.
En cuanto al uso de los objetos, se ve el aumento de la variabilidad y de las formas de
exploración de los mismos, en relación a la edad de los niños.
Se destaca que el 50% de las madres de la primera franja etaria mencionan que no
juegan con ningún objeto. Esto coincide con la biblografía, que menciona que en esta
etapa no se reconoce al objeto como externo, siendo prioritario el juego con las personas.
53
El principal objeto que mencionaron las madres que utilizan estos, son los muñecos y los
peluches, que consideramos no sea exactamente el principal interés del niño sino una
tendencia cultural. También hay una importante presencia de los objetos sonoros que se
incrementan con la edad.
El uso de objetos domésticos (tuppers, tapitas, ollas, cucharones, etc.), aumenta a partir
de los 4 meses y se mantiene constante. Los que utilizan estos objetos son un 27% de los
niños entrevistados.
La forma de juego con los objetos, está claramente relacionada al desarrollo psicomotor
de los niños y sus posibilidades de exploración (motriz y cognitiva). Sin embargo la
exploración oral es la predominante en este primer año de la vida, como expuso Freud en
las teorías de la sexualidad infantil.
Con la adquisición de la prensión (4 meses aprox), aparecen nuevas posibilidades de
relacionarse con los objetos aumentando la calidad de la exploración del mismo.
Recordamos en este apartado las reacciones circulares propuestas por Piaget.
El uso del objeto por parte del niño como mediador de la comunicación (tal como refiere
Bruner), lo refieren las madres en la tercer grupo etario.
Al preguntar sobre las actividades que más disfrutan sus hijos, vemos que la interacción
social como fuente de placer es la más destacada durante todo el primer año de vida.
Consideramos que las madres reconocen en el bebe a un ser social, buscador activo de
estimulos y reciprocidad. En la primera etapa, esta interacción está muy relacionada a la
satisfacción de necesidades.
Entre las actividades que también disfrutan sus hijos, el juego en solitario y con objetos,
viene en segundo lugar, apareciendo en el segundo grupo etario, y siendo significativo en
el tercero.
La alimentación se valora como fuente de placer desde el inicio de la vida.
La forma de expresión de ese disfrute más identificado por las madres es la risa en todas
las etapas (incrementando con la edad). En la primera etapa la quietud está asociada al
disfrute, apareciendo el movimiento y las vocalizaciones como manifestaciones de placer
en los más grandes.
En el 99% de los casos, las madres supieron responder rápidamente cómo manifiestan
placer sus hijos. Dato alentador sobre la función materna y la salud vincular.
54
La principal posición del cuerpo en que los niños juegan hasta los 8 meses, es la decúbito
dorsal. Siendo muy poco frecuente el juego en decúbito ventral (si bien aumenta en el
segundo grupo etario). Consideramos que no está suficientemente difundido el valor de
los cambios de posición para el normal desarrollo postural.
Tampoco es frecuente en el relato espontáneo de las madres el uso del piso, como
espacio seguro y estimulador para el juego. Los espacios físicos más referidos fueron el
coche, la cama, la sillita o el andador.
El juego en brazos se observó mayoritariamente en los más pequeños, y la posición
sedente a partir de los 4 meses. La bipedestación y el desplazamiento, como es de
esperar, aparecen en la última etapa como posición elegida para el juego.
Vemos de esta manera la estrecha relación entre las formas del juego y las posibilidades
motrices.
En cuanto a las respuestas a las preguntas dirigidas sobre determinados juegos,
concluimos lo siguiente:
En el primer grupo etario, las actividades más frecuentes son los juegos vinculares
(juegos cara a cara, cantarle y mecerlo) y los autosensoriales (chuparse las manos, seguir
objetos con la mirada, succión al vacío, buscar fuente de sonido). Siendo menos frecuente
(<40%) el uso de objetos.
En el segundo grupo etario, en más de 3/4 de la población, sigue siendo principal el juego
vincular con alto compromiso corporal, cobrando preponderancia los juegos con su voz, la
imitación y la exploración simple de objetos.
Si bien en la bibliografía, el juego cara a cara es característico del primer grupo etario, en
nuestra muestra el 100% de las madres lo identifican como un fenómeno del segundo.
En cuanto a la atención conjunta descripta por Bruner, en nuestra muestra las madres lo
identifican en un 65% en este grupo.
Los juegos de ocultamiento, también descriptos como característicos de esta etapa,
aparecen en el 80% de los casos.
Algunos juegos que preguntamos como típicos de esta etapa, no eran conocidos por la
población, lo que nos lleva a considerar el carácter histórico-cultural de los mismos.
55
En el tercer grupo etario, las madres siguen mencionando principalemte los juegos
corporales y rítmicos: cantar, mecer, hacer cosquillas, juegos con la voz. Aparecen con
más frecuencia los juegos con objetos de forma más compleja (con intencionalidad y
signos lingüísticos), siendo todavía poco frecuente los que requieren de mayor destreza
motriz y cognitiva.
En cuanto a la comparación entre características del juego del grupo de madres que
trabajan y que no trabajan, no ha sido posible aplicar test estadísticos ni sacar datos
concluyentes ya que la muestra de madres que trabaja era muy pequeña con muchos
grupos con valor 0. Además el 100% de los niños de madres trabajadoras está bajo el
cuidado de sus propias madres durante el trabajo o familiares cercanos, no siendo posible
analizar según “las horas que pasan separados”.
Con respecto al nivel de instrucción materna y las características del juego, obtuvimos los
siguientes datos significativos (p < 0,05):
Primaria % Secundaria % p
0-3m ¿Tiende a tomar objetos cuando se los muestras? 7 70,0 4 20,0 0,010
4-7m Juega con su imagen en el espejo 5 50,0 17 89,5 0,027
4-7m Juegos de sostén (avioncito) 5 50,0 17 89,5 0,027
4-7m Imita gestos simples (Ej: canción de manitos) 3 30,0 15 78,9 0,013
4-7m Explorar objetos: chupar, sacudir, golpear (R) 7 70,0 19 100,0 0,032
8-11m Juegos corporales de sostén (túnel, trampolín, hamaca,
rebotes). 1 20,0 6 100,0 0,015
Primaria Secundaria p
Absoluto % Absoluto %
PA 1 Emitir sonidos 4 16,0 19 42,2 0,017
PA 1 Con partes de su cuerpo 8 32,0 6 13,3 0,045
PA 8 En andador 3 12,0 0 0,0 0,042
Encontramos una relación entre el mayor nivel de instrucción materna y que los niños
“emitan sonidos” como actividad preferida en solitario (lo que podemos asociar a mayor
estimulación del lenguaje). También en las preguntas dirigidas, es significativa la relación
entre estudios secundarios y jugar con su imagen en el espejo, juegos de sostén corporal,
imitar gestos simples en canciones y explorar objetos.
56
Con respecto al menor nivel de instrucción, encontramos relación con “el juego con su
propio cuerpo” cuando está solo y con el mayor uso de andador. En las preguntas
dirigidas, se observa una relación de este grupo con la afirmación de que tienden a tomar
objetos cuando se les alcanza entre 0 y 3 meses. Este ultimo item, nos había llamado la
atención antes de separar el grupo por nivel de instrucción, ya que es poco frecuente en
niños tan pequeños por la inmadurez del desarrollo.
Luego de analizado el trabajo, nos detendremos a exponer aquellas dificultades y
aspectos a mejorar que hemos percibido durante el proceso del mismo.
Consideramos que para un próximo estudio similar sería interesante ahondar
teóricamente en los aspectos neurobiológicos del desarrollo que acompañan el juego, y
son la base de la intervención temprana.
Si bien traspasa los objetivos de este trabajo, nos resultaría interesante relacionar en
posteriores experiencias las características del juego en poblaciones distintas (Ej: sala de
espera de mutualista), en niños prematuros y en niños con patología orgánica (donde está
comprometida el intercambio de estímulos).
Dado la enorme cantidad de variables y datos, la heterogeneidad de la población, asi
como el carácter cualitativo de nuestro objeto de estudio, nos ha resultado difícil el
análisis estadístico, para el cual nos hemos sentido con escasas herramientas para
obtener más resultados y de mejor calidad. Sería bueno formarnos en esta área, o tener
en el equipo un especialista en el tema.
Detectamos los siguientes errores metodológicos a mejorar en próximas investigaciones:
En este primer año de vida, donde existen cambios vertiginosos, cuatro meses de
diferencia en un mismo grupo es mucho tiempo para analizarlos en su conjunto.
Deberíamos haber aplicado el mismo cuestionario a los 3 grupos etarios, a los
efectos de hacer un análisis evolutivo del juego.
Todos los grupos etarios deberían tener la misma cantidad de niños en la muestra.
Necesitamos una muestra mayor para poder relacionar significativamente los
resultados en función de los objetivos específicos. Recurrimos a agrupar el total de
los niños (excluyendo los 3 grupos etarios), lo que no sería estrictamente correcto.
57
Creemos pertinente finalizar con una reflexión sobre el valor social de este trabajo, que
consideramos se encuentra más en el proceso que en los datos obtenidos (los que son
principalmente una confirmación del marco teórico).
Un primer aspecto a destacar es la riqueza del equipo multidisciplinario, que con sus
diversos aportes desde las distintas experiencias ha hecho de este trabajo una real
integración de saberes.
Por otro lado, el hecho de tomar el juego del bebe como objeto de estudio científico es
poner énfasis en su valor esencial en el desarrollo del niño, tanto para los profesionales
que nos relacionamos a este trabajo desde distintas perspectivas, como de las madres
que han estado disponibles para pensar y pensarse sobre el juego con sus bebes.
Destacamos nuestro método de recolección de datos (la realización del cuestionario en
sala de espera), de gran valor como herramienta de prevención en salud. El encuadre
propuesto donde el “técnico” y el “paciente” se encuentran en un marco distinto al
habitual, donde se habilita a hablar de otra forma sobre el juego, pautas de estimulación,
acceso a servicios sociales, programas de salud y centros educativos.
Agradecemos la buena disposición de las madres y esperamos haber aportado en algo ya
sea desde la reflexión sobre su vínculo con sus hijos, el empoderamiento como madres o
la orientación específica.
Desde otra perspectiva, esperamos haber contribuido para futuras comparaciones con
otros trabajos similares, ya que no hemos encontrado hasta ahora en la bibliografía
consultada.
58
ANEXOS
ANEXO I
Se realiza el siguiente cuadro a modo de resumen de los juegos realizados por padres y bebes durante el primer año de vida, encontrados en la literatura:
Con su cuerpo Con la madre Con los objetos
0 a 4 Movimientos espont. de miembros.
Juega con sus manos, las chupa, mueve y observa.
Juega con la saliva.
Succiona al vacío
JUEGOS CARA A CARA: Sostiene la mirada. Protoconversaciones Vocalizaciones. Madre imita y amplia sonidos y acciones del bebe. Gestualizaciones exageradas. Movimientos del rostro: aparición – desaparición, acercamiento – alejamiento
Mostración de objetos.
Mecimiento.
Balanceos.
Arrullos.
Canciones de cuna.
Cambios de postura.
Juegos en momentos de higiene y alimentación.
Sigue con la mirada objetos sonoros, luminosos y constrastados.
Prensión palmar: toma de objetos que se presentan de frente.
Los chupa, sacude, golpea.
Usa mordillos.
Le atraen los collares, caravanas y llaveros.
Observa los móviles en la cuna y el coche.
4 a 8 Se toma los pies y los chupa.
Juega con su imagen en el espejo: gesticula y se mueve.
Juega con su voz
Avioncito (juego de sostén).
Sonrisas, risas y vocalizaciones mutuas.
Juegos de Imitación de sonidos y movimientos
Explora objetos; los observa, los chupa, los hace sonar, los lanza.
Destapa objetos.
Transfiere objetos de una mano a la otra.
59
(jerga).
Rolado y cambios de posición: explora el espacio.
Chapotea en el agua.
Juega a parpadear.
Imita gestos simples de canciones gestuales (“saco una manito....”).
“Topa – topa” (juegos de anticipación).
Juego de cosquillas.
Juegos de ocultamiento (está / no está).
Juegos de atención y acción conjunta.
Tiene un objeto preferido (transicional).
Se saca una sábana para descubrirse (esta/no esta)
Golpea objetos entre si.
Observa la trayectoria de los objetos.
Acción conjunta: Destruye torres con entusiasmo y espera que se la vuelvan a construir. Saltarín (ding - dong)
8 a 12 Desplazamientos.
Baila con la música.
Sopla.
Tararea canciones sencillas
Fort -da (lanza objetos para recogerlos o que se lo alcancen y así repetir el juego).
Juegos de anticipación: “este dedo puso un huevito...” ,
Juego de sostén “....se fue a Paris, en un caballito gris”.
Juegos de persecución (te agarro, te cómo, etc.).
Imita gestos simples que causan gracia a otros (aplauso, saludos).
Imita sonidos y palabras.
Juega a “dame y toma”.
Mira lo que mira el adulto.
Aprieta objetos para que suenen (causa -efecto).
Empuja una silla.
Pinza digital: manipula objetos pequeños.
Hurga con el dedo índice en ranuras y agujeros
Tapa y destapa objetos.
Mete y saca objetos de recipientes.
Transvasa sólidos.
Hace rodar una pelota.
Imita acciones sencillas: Se lleva a la boca taza, cuchara, al pelo el peine, al oído un teléfono.
Golpea un piano o un tambor.
Ensarta anillas en un
60
Señala lo que quiere
Señala para compartir interés
Juego de ocultamiento intencional.
Juegos corporales de sostén: túnel, hamaca, rebotes, trampolín.
Se interesa por lo que hacen otros niños
Pone los dedos en la boca de la madre esperando que “lo coma”
vástago.
Mira las imágenes de un libro.
Tira una cuerda para atraer otro objeto (medios – fines).
Aparta un obstáculo para obtener lo deseado (, medios – fines).
Juegos de arrastre.
Mira fotos y reconoce las caras familiares.
Le atraen los globos
Hamacas de jardín o plazas
Juega con arena o tierra
61
ANEXO II
Cuestionario aplicado a las madres para la investigación.
Elaborado por Gallicchio, P; Baltar, F; Picallo, L. Mayo 2013
FICHA PATRONIMICA: NOMBRE: FECHA: NUMERO:
Fecha de nacimiento: Edad del niño (meses): Edad gest. (sem):
Sexo: Amamanta: Patologías del niño:
Edad actual de la madre: Número de hijo: Patologías de la madre:
Trabajo materno: Estudia actualmente: Nivel educativo materno:
Cantidad de horas de la madre fuera de la casa:
Quien cuida al niño mientras?: Integrantes del hogar:
El niño concurre a guardería: Cantidad de horas del niño fuera de la casa:
Concurre a CAIF:
CUESTIONARIO DE JUEGO
A. Preguntas abiertas
1 -¿Actualmente a que juega tu niño cuando está solo?
2- ¿Actualmente a que jugas con él?
3- ¿En qué momentos juegan?
4- ¿Con que objetos juegan?
5 - ¿De qué forma juegan con esos objetos?
6 - ¿Qué actividad sentís que es la que más disfruta tu hijo?
7 - ¿Cómo manifiesta que está disfrutando de algo?
8 - ¿En qué posición/es juega?
9 - ¿Que otros integrantes del hogar participan en los juegos
62
B. Preguntas dirigidas por edad
"Le voy a preguntar si su hijo/a hace o no hace determinadas actividades. Le solicitamos nos notifique si alguno no le parece que es un juego, asi como su frecuencia".
0 a 4 meses:
LO HACE (si/no) OBSERVACIONES
Chuparse las manos
Mirarse las manos fijamente
Juegos con la boca (succión al vacío)
Juegos cara a cara: mirada sostenida, protoconversaciones, vocalizaciones, gestualizaciones, imitaciones, movimientos del rostro.
Cantarle canciones
**¿Qué tipo de canciones?
Mecerlo para que se duerma/calme
Hamacarlo para mantenerlo atento
Seguir objetos con la mirada
¿Qué objetos le llaman más la atención para mirar?
Buscar la fuente de sonido
¿Qué instrumentos sonoros utilizan?
¿Tiende a tomar objetos cuando se los muestras?
Chupar los objetos
Sacudir objetos
Golpear los objetos
Usar mordillo
63
4 a 8 meses
"Le voy a preguntar si su hijo/a hace o no hace determinadas actividades. Le solicitamos nos notifique si alguno no le parece que es un juego, así como su frecuencia".
LO HACE (si/no) OBSERVACIONES
Juegos cara a cara (R)
Cantarle canciones. Que tipo? (R)
Mecerlo / Hamacarlo (R)
Tomarse los pies
Chuparse los pies
Juega con su imagen en el espejo
Jerga (juega con su voz)
Cambiar de posición
Chapotear en el agua
Juegos de sostén (avioncito)
Imitar vocalizaciones y sonrisas.
Imita gestos simples (Ej: canción de manitos)
Juegos de anticipación (topa-topa).
Cosquillas
Juegos de ocultamiento: Está/no está
Mirar lo que le señalan
Explorar objetos: chupar, sacudir, golpear (R)
Lanzar objetos y observar su trayectoria.
Llevar objetos de una mano a la otra.
Destapar objetos.
64
Golpear objetos entre sí.
Destruir torres y después esperar que las vuelvan a construir.
8 a 12 meses
LO HACE (si/no) OBSERVACIONES
Cantarle canciones. Que tipo? (R)
Mecerlo / Hamacarlo (R)
Juega con su imagen en el espejo (R)
Chapotear en el agua (R)
Desplazarse
¿Cómo se desplaza?
Bailar con música.
Tararea canciones sencillas.
Juegos de anticipación (dedo puso un huevito)
Juegos de sostén (avioncito) (R)
Juegos de sostén ( parís en caballito gris )
Juegos de persecución ( “te como” “te agarro')
Juegos corporales de sostén (túnel, trampolín, hamaca, rebotes).
Juegos de acción conjunta (dame / toma, armar /destruir)
Cosquillas (R)
Jerga (juega con su voz) (R)
Imitar gestos que causen gracia a otros.
Imitar sonidos y palabras.
65
Imita acciones sencillas (llevarse vaso/cuchara a la boca, peine al pelo, teléfono al oído, etc.)
Señalar lo que quiere. (protoimperativo)
Señalar lo que le gusta (protodeclarativo)
Esconder cosas
Esconderse a propósito.
Juegos causa – efecto (apretar para que suene).
Empujar sillas.
Lanzar objetos para que se los alcancen.
Manipular objetos pequeños.
Hurgar con el dedo índice.
Meter y sacar objetos de recipientes.
Tapar y destapar objetos.
Trasvasar sólidos.
Jugar con pelotas y globos
Golpear un tambor.
Ensartar anillas.
Juega con arena / tierra / barro
Juegos de medios-fines (tirar de algo para alcanzar un objeto, apartar obstáculos).
Mirar imágenes en un libro.
Mirar fotos y reconocer caras familiares.
Arrastrar objetos.
Le gusta ir a la placita (hamacarse y mirar otros niños)
66
BIBLOGRAFÍA
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2 -Amorin, David. Introducción a los métodos y técnicas para la investigación en Psicología Evolutiva. Ed. Psicolibros Waslala, Uruguay. 2009.
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5 – Brunet , O. Lezine, I. Test del desarrollo de la primera infancia. Madrid. Ed Pablo Del Rio. 1980.
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11 - Emde, R. Desarrollo terminable e interminable. Revista de Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Argentina. Congreso IPAC N° 35, Montreal, Canadá, T.
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12 - Freud, S. Más allá del principio del placer. Caps. I, II, III, Obras Completas, T. XVIII, Amorrortu, Buenos Aires, 1988.
13- Garvey, C. El juego infantil. Ed. Morata. Madrid. 1978
14 - Guerra, V. Indicadores de intersubjetividad (0 a 2 años) en el desarrollo de la autonomía del bebe. Educación en la primera infancia. Aportes para la elaboración de propuestas de políticas educativas. Mara, S. compiladora. 2009.
15 - Guerra, V. La imitación en la regulación de los afectos. De las neuronas en espejo a la intersubjetividad. Educación en la primera infancia. Aportes para la elaboración de propuestas de políticas educativas. Mara, S. compiladora. 2009.
16 - Golse, B. Los bebes saben jugar. La psychiatrie de l'enfant” vol 47. I.S.B.N. 2130549918. 2004.
17 - Lacan J. Escritos 1.Siglo XXI, Buenos Aires. 1971
18 - Miller, L. Comprendiendo a tu bebe. Clínica Tavistock. Ed Paidós, Barcelona. 1996
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