CAPITULO II MARCO TEÓRICO 1. Antecedentes de la …virtual.urbe.edu/tesispub/0094671/cap02.pdf1....
Transcript of CAPITULO II MARCO TEÓRICO 1. Antecedentes de la …virtual.urbe.edu/tesispub/0094671/cap02.pdf1....
22
CAPITULO II
MARCO TEÓRICO 1. Antecedentes de la investigación
Como marco de referencia se mencionaran algunos trabajos de
investigación, a partir de los cuales se abordan aspectos relacionados con la
variable cultura de la innovación y las dimensiones e indicadores que
permitan medir el comportamiento de dicha variable. Se consultaron
investigaciones de universidades como URBE, LUZ, UNERS, así como
artículos. Entre las mismas, se pueden citar las siguientes:
Batista y Querales (2012), en su investigacion denominada Cultura
innovativa y liderazgo integrador en las gerencias de procura del sector
petrolero, esta investigacion tuvo como objetivo analizar la relación entre la
cultura innovativa y el liderazgo integrador en las gerencias de procura del
sector petrolero del estado Zulia. La fundamentación teórica se sustentó en
aportes provenientes de Jiménez (2008), Castrillon (2008), entre otros.
El tipo de investigacion, descriptiva–correlacional con un diseño no
experimental, transversal y de campo; la muestra estuvo constituida por
todas las gerencias de procura del sector petrolero venezolano registradas
(trece). Los resultados estadísticos arrojaron para la dimensión elementos,
un nivel alto – moderado para la muestra analistas, y un nivel moderado –
23
bajo para la muestra lideres. Respecto a la dimensión valores, se obtuvo un
nivel moderado para la muestra analistas y un nivel alto para la muestra
lideres, con excepción del indicador clima para la innovación, el resulto con
un nivel alto.
Para la dimensión dilemas del liderazgo, se obtuvo un nivel moderado
para la muestra analistas y para líderes un nivel alto en los indicadores del
individualismo y moderado para los indicadores hemisferio izquierdo y
derecho, control o expresión emocional, reconocimiento al logro o estatus,
supervivencia individual o ecológica, secuencia y sincronicidad, y un nivel
bajo para los indicadores universalismo y particularismo. Finalmente para la
dimensión aspectos del liderazgo se obtuvo un nivel moderado para ambas
muestras, analistas y líderes.
Este antecedente sirvió para fortalecer el marco teórico de la presente
investigacion en lo que respecta a la variable cultura de la innovación, dada
la pertinencia de su análisis en cualquier contexto, asimismo, permitió
sustentar las dimensiones valores y los indicadores liderazgo y clima
innovador.
Del mismo modo Terán (2009), desarrolló la investigacion titulada Cultura
de la innovación como soporte de la competitividad en las pequeñas y
medianas empresas (PYMEs), cuyo objetivo fue determinar la cultura de
innovación como soporte de la competitividad en las pymes del sector
servicios del municipio Maracaibo, soportada bajo los lineamientos teóricos
de García (2002), Porter (1999), Villarreal y Villareal (2003), Morcillo (2007),
24
Banegas (2006), Harvard Business Essentials (2003), Kuczmarski (1997),
entre otros.
El tipo de investigación fue descriptivo de campo con un diseño no
experimental transeccional descriptivo. La población estuvo conformada por
78 pymes del sector servicio cuya unidad de informantes lo conformaron los
cargos de alto nivel gerencial, quedando compuestos por 78 gerentes a los
cuales se les aplicó un instrumento estructurado por 52 ítems validado por
diez expertos (10) en el área gerencial, quienes revisaron la pertinencia de
los ítems con las variables, dimensiones e indicadores, aplicándole la fórmula
del coeficiente confiabilidad dando como resultado 0.867 que indica que es
aceptable.
Los resultados obtenidos indicaron que estamos en presencia de unas
PYMEs que busca promover cambios internos y han identificado la
necesidad de transformar los procesos productivos, sin embargo carecen de
confianza en el personal para innovar, y no estimulan la innovación, cosa que
la coloca en desventaja, ya que esta integración les permitiría difundir y
utilizar nuevos conocimientos que se introduzcan en sus actividades
productivas para alcanzar y mantener su desarrollo. Por otro lado, cabe decir
que las PYMEs objeto de estudio no cuentan con la competitividad para
mantener una ventaja competitiva, aun cuando tienen el potencial para
hacerlo.
El estudio descrito, aún cuando no se realiza en el sector educativo,
además de tratar la variable cultura de innovación, constituye una referencia
25
para la presente investigación, inicialmente como parte del basamento
teórico y seguidamente su contribución a la definición de la dimensión
creatividad, con el cual se pretende alcanzar el segundo objetivo del
presente estudio.
Resulta apropiado referir a Castro (2009), en su investigación titulada:
Cultura de la innovación en Universidades Públicas del Departamento del
Cesar, municipio del Valledupar (Colombia), tuvo como objetivo analizar la
cultura de la innovación existente en las universidades públicas. Esta
investigación se orientó como un estudio exploratorio y descriptivo, con un
diseño no experimental, tipo de campo. La muestra estuvo conformada por 1
vicerrector, 1 decano, 10 jefes de departamento, 10 docentes y 60
estudiantes de la universidad popular del César del municipio de Valledupar.
Para la recolección de información, el investigador utilizó como técnicas el
análisis documental y la asociación libre y como instrumentos la matriz
documental y el cuestionario evocación. El enfoque de la investigación desde
el punto de vista epistemológico es: empirista y fenomenológico. La
investigación estuvo soportada bajo los lineamientos teóricos de: Morcillo
(2007), Elorriaga (2007), Fernández (2006), Ramos (2006), Sevillano (2004),
Gairín (1999), Benavides (1998) entre otros.
En relación a, los resultados obtenidos, Castro señala que los valores
institucionales se manifestaron en la convivencia universitaria, y en las
diferentes dependencias hay un clima organizacional favorable para la
construcción y consolidación de una universidad innovadora, además, la
26
vinculación de la universidad con el entorno socio-productivo está fortalecida
por los convenios de cooperación nacional e internacional. Igualmente, las
representaciones sociales están moldeando las actitudes de la comunidad
universitaria, donde los conceptos de innovación y tecnología se van
asentando en la vivencia académica.
Esta investigación es pertinente para el presente estudio, inicialmente
porque analiza la cultura de la innovación en el sector educativo,
principalmente en las universidades públicas, luego contribuye al desarrollo
del marco teórico y sustenta la conceptualización de la dimensión valores,
logrando así alcanzar el tercer objetivo.
Asimismo Oberto (2007), presentó un artículo titulado Cultura de
Innovación y su abordaje desde las ciencias gerenciales, cuyo objetivo fue el
interés del estudio de la cultura con énfasis en la cultura de la innovación
para las ciencias gerenciales, soportado bajo los lineamientos teóricos de
Robbins (1996), Silíceo (1999), Senge (1998), Ramos (2006), Harvard
Business Essential (2004), entre otros. En el mismo se hace una
aproximación documental, analizando una amplia bibliografía sobre cultura,
cultura organizacional, innovación y cultura de innovación, considerando
también algunos antecedentes sobre este último aspecto.
Cabe destacar que los planteamientos contextuales apuntan hacia la
construcción de un programa de proyectos de investigación con base
empírica local, avocado a los análisis de la cultura de innovación en las
organizaciones en general y en particular en aquellas capaces de aprender.
27
A manera de conclusiones finales, la cultura de innovación como objeto de
estudio académico y empresarial abordada desde las ciencias gerenciales
representan un rico yacimiento en cuanto a la producción de conocimiento
capaz de apoyar la construcción de una cultura social que propicie y valore la
innovación como proceso y resultado.
El estudio en este sentido, aportó significativamente para la construcción
conceptual de la variable cultura de innovación, así como orientaciones en
cuanto a enfoques y autores a revisar para sustentar teóricamente la
consecución de los objetivos propuestos en la investigación.
Otra investigación de singular relevancia fue desarrollada por Ramos
(2006), titulada: Universidades, cultura innovativa y vinculación con el
entorno socio-productivo, cuyo objetivo fue diseñar estrategias para estimular
la cultura innovativa en las universidades de Maracaibo. Para cumplir con
dicho propósito se estructuró un marco teórico apoyado en los
planteamientos de autores como: Shein (2001), Arias y Heredia (2001),
Espinoza (1999), Best (1999), Thamhain (1999) y Paredes (1995).
Se desarrolló como una investigación descriptiva, modalidad de campo,
con un diseño no experimental, transversal y correlacional. La población
estuvo conformada por las universidades públicas del estado Zulia y las
unidades de información fueron las autoridades universitarias. Como técnicas
de recolección de datos, se utilizó la técnica de observación directa,
cuestionarios y encuestas. Fueron evaluados por expertos y la confiabilidad
del instrumento fue evaluado mediante la técnica de Test – Retest.
28
Los resultados del estudio permitieron establecer la existencia de
debilidades, fortalezas asociadas tanto a cultura innovativa como a la
vinculación, entre las que destacan: alta capacidad para asumir riesgos,
valores fundamentales como la autonomía, relevancia científica, estructura
organizacional funcional, baja pertinencia de la investigación, postgrado y el
perfil de las carreras con respecto a las necesidades del entorno; bajo
sentido de pertenencia y de motivación al trabajo en equipo, alto sentido de
responsabilidad y pertinencia social y uso de tecnología moderna. Falta de
enfoque estratégico de largo plazo, debilidad de la función extensión.
El mencionado estudio, tiene significativa importancia en cuanto a la
información suministrada para el análisis de la variable cultura de la
innovación. Asimismo es un referente teórico para identificar los elementos
asociados a la cultura y sus respectivos indicadores dentro del contexto
universitario en el cual se realizó.
Por su parte Mendoza (2006), en su investigación titulada: Un Modelo de
las relaciones entre Creatividad y los Procesos de Investigación cuyo
propósito fue construir un modelo de las relaciones entre creatividad e
investigación. Parte del supuesto de que el investigador para el desarrollo de
su proceso investigativo, requiere de ciertas competencias de tipo lógico-
metodológico que responden a su formación epistemológica, metodológica,
académica y en el área temática sobre el cual investiga, pero además de ello
de la creatividad y de las relaciones que la misma establece con el proceso
investigativo o creador.
29
El presente estudio se corresponde a una investigacion de tipo explicativa,
para el desarrollo de la misma se asumió la perspectiva epistemológica –
racionalista y su método hipotético - deductivo, formulándose las hipótesis
teóricas que permitieron vincular el espacio observacional con las teorías que
sustentan el estudio: enfoques y teoría de la creatividad desde una visión
cognitiva, creación científica e investigación como acción semiótica.
Finalmente a través de la relación inter teórica y mediante razonamiento y
argumentación, se formularon proposiciones teóricas concretadas en un
modelo teórico que persigue explicar las relaciones que acontecen entre
creatividad e investigacion.
Este estudio se constituye en un referente teórico para la presente
investigación dado que aporta una conceptualización de la dimensión
creatividad, asimismo, aporta insumos teóricos para el indicador pensamiento
creativo, su forma de proceder, identificando de esa manera los rasgos
creativos de las personas.
2. Bases Teóricas
A continuación se presenta un marco de referencia al tema objeto de
estudio, donde se muestran las teorías que fundamentan y constituyen el
basamento teórico para la orientación y desarrollo de la presente
investigación en cuanto a la variable cultura de la innovación, indicando
diferentes opiniones y posturas de respetados autores.
30
2.1. Cultura Organizacional
La cultura puede ser admitida como toda manifestación humana; de
acuerdo a Hofstede (2009) comprende los modelos de pensamiento,
sentimiento, actuación, llamados programas mentales, los cuales pueden
cambiar por medio del aprendizaje. En este sentido, la cultura no se observa
a simple vista, sino a partir del comportamiento, resultado de la interacción
de valores, creencias, actitudes; por lo tanto la cultura tiene su raíz en el
interior del individuo y se demuestra a través del comportamiento.
En lo que respecta a la cultura organizacional, Chiavenato (2009) la define
como una forma de vida, un conjunto de creencias y valores, una manera
aceptada de interacción y relaciones típicas de determinada organización.
Para Robbins y Judge (2009, p.551), la “cultura organizacional se refiere a un
sistema de significado compartido entre sus miembros y distingue a una
organización de las demás”. También representa una percepción común que
tienen los miembros de una organización y queda explicito a través del
conjunto de creencias y valores
Según Robbins y Judge (2009), el sistema de significado compartido es un
conjunto de siete características claves valoradas por la organización, es
necesario la integración de estas características para capturar la esencia de
la cultura de una organización: a) innovación y aceptación del riesgo, b)
atención al detalle, c) orientación a los resultados, d) orientación a la gente,
e) orientación a los equipos, f) agresividad, g) estabilidad.
31
Las afirmaciones anteriores permiten comparar los conceptos mostrados
por los diversos autores, todos conciben a la cultura como aquello que
identifica a una organización y la diferencia de las demás logrando que sus
integrantes se sientan parte de ella, resultando una identidad colectiva. A su
vez proporciona un sistema compartido de significados que facilita la
comunicación de las personas: valores, creencias, actitudes, conductas y
normas. En consecuencia es una forma de sentir, pensar y actuar que
distingue los miembros de una organización de los de otra.
2.2. Cultura de la innovación
La innovación es posible proporcionarla en las organizaciones gracias a la
cultura, entendiendo la innovación según Kuczmarski (1997, p.4) "…una
actitud penetrante, un sentimiento, un estado emocional, un compromiso
continuo con lo novedoso, un conjunto de valores que obliga a ver más allá
del presente y convertir esta visión en realidad”. En este sentido, la
innovación puede conceptualizarse como una forma de pensar, una
mentalidad imperante en los miembros de una organización, la cual permite
que ésta se coloque a la cabeza de sus competidores.
Además, Fernández (2005) establece la innovación se puede fomentar en
las organizaciones gracias a la cultura, ésta se debe caracterizar por ser
tolerante hacia los riesgos, abierta a la comunicación y descentralizada.
Asimismo, dentro de las instituciones se debe favorecer el desarrollo de
32
innovaciones y para ello es importante la creación de un entorno propicio
para la generación continua de las mismas; en otras palabras, un contexto
cultural donde exista predisposiciones, voluntades y actitudes favorables a la
innovación, es decir, difundir dentro de las empresas, organizaciones,
instituciones, y en general, a toda la sociedad una cultura de innovación.
Al mismo tiempo Bas y Guilló (2011) señalan, la cultura de la innovación,
entiende la innovación como algo que va mucho más allá de la vigilancia y
asimilación de las novedades producidas en el entorno, tratándola como un
elemento básicamente endógeno y una filosofía que ha de fluir hacia todos
los niveles de la organización; es decir, la organización no sólo ha de
adaptarse a las transformaciones que puedan llegar a tener lugar en su
entorno, sino ha de ser protagonista de las mismas.
En el mismo orden de ideas, Paredes citado por Ramos (2007) acota, la
práctica de la cultura de la innovación se desarrolla estimulada por
escenarios organizacionales que deben tomar en cuenta dos situaciones
extremas: por un lado, las consideraciones relacionadas con la generación
de ideas para innovar desde el interior de la organización, del otro lado, las
influencias del entorno que viabilizan o no las necesidades del mercado.
Por otro lado, Cornejo (2010) define la cultura de innovación como el
conjunto de conocimientos, prácticas, valores tanto individuales como
colectivos, que determinan disposiciones y formas de hacer las cosas
promoviendo en la sociedad la generación de nuevos conocimientos y la
creación de innovaciones.
33
Asimismo para Morcillo (2007), la cultura de la innovación es una manera
de pensar y de actuar que suscita, desarrolla y dispone valores, creencias,
disposiciones, propensos a la generación, apropiación e impulso de ideas y
cambios, que consideren mejoras en el funcionamiento y eficiencia de la
empresa, aún cuando ello implique una ruptura con lo convencional o
tradicional.
Atendiendo a un concepto diferente, Lloveras, Martínez, Piazuelo y Rowan
(2009) refieren a la cultura de la innovación, como una serie de dispositivos,
discursos, instituciones y programas que tienen como objeto generar un
clima de innovación; donde, la innovación no es considerada un bien
tangible, sino un conjunto de estrategias dirigidas a generar disposiciones
innovadoras y de esta manera alcanzar los objetivos.
En este contexto, el discurso de la innovación se convierte en una
herramienta de concienciación social, sirve para fomentar toda una serie de
valores: apertura al cambio, creatividad, imaginación, iniciativa, entre otros.
En consecuencia, la innovación se utiliza de forma estratégica para lograr
cambios de percepción y de actitud.
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, se puede inferir que la cultura de
la innovación es la actitud y el estado mental hacia la innovación, la cual
favorece la apertura a los cambios sociales y culturales, al tiempo que
promueve el crecimiento económico. Asimismo, la innovación dentro de esta
visión, no tiene como finalidad la creación de productos innovadores sino la
construcción de una cultura especifica, valiéndose de diferentes medios para
34
cambiar algunos paradigmas y ciertas formas de pensar por otras basadas
en nuevos principios y valores como la creatividad y la generación de ideas,
proclives a crear una cultura de la innovación.
Asimismo Silíceo (1999), se refiere al cambio como elemento creador de
una cultura de innovación, el cual se da cuando se abren los espacios
a la creatividad, trabajo en equipo y confianza a los empleados mediante
un liderazgo eficiente. De allí la necesidad de involucrar el
compromiso del equipo directivo de las organizaciones para evaluar todos
los posibles cambios que propicien la generación de la cultura de la
innovación.
En el mismo orden de ideas, Ramos (2006) define la cultura innovativa
como la mejora continua y puesta en práctica de ideas innovadoras en todas
las partes de la organización con los siguientes componentes: investigación y
desarrollo, personal innovador, aceptación del riesgo, desarrollo de un
sistema de innovación, cultura de aprendizaje, entre otros.
En adelante, Ramos (2007) establece que la cultura innovativa se
correspondería con aquella conducta desarrollada por algunas
organizaciones orientadas por el impulso de las ideas creativas de sus
miembros, con un ambiente de trabajo, caracterizado por una alta motivación
al logro, asignación de recursos como soporte a los procesos, y estímulos a
las habilidades demostradas por aquellas personas capaces de producir
ideas originales y exitosas, a fin de satisfacer las demandas de conocimiento
en un ambiente competitivo, globalizado.
35
Atendiendo a las definiciones de cultura de la innovación realizadas por el
referido autor, se observa para el desarrollo de la misma, juega un papel
importante el impulso y puesta en práctica de ideas creativas e innovadoras.
Al respecto, Menchén (2009) refiere que dichas ideas suelen ser frágiles, se
destruyen con facilidad; por lo tanto, al aparecer deben cuidarse. Se necesita
un clima acogedor para hacerlas surgir, así como, compromiso y voluntad por
parte de la organización para su valoración, rescatando las mejores
Es evidente que sostener un ambiente adecuado es importante para el
surgimiento de ideas innovadoras, como también lo es la capacidad que
tienen las personas, partiendo que todas son en mayor o menor grado
creativas. Las iniciativas salen con facilidad, la disposición para trabajar en
ellas y desarrollarlas se multiplica cuando las personas sienten que su papel
es relevante y existe pasión por el trabajo que realizan, es decir, están
motivados.
Por todo lo dicho, para propiciar una cultura de la innovación en torno a
cualquier tipo de organización pública o privada, se debe influir en la
mentalidad de las personas para introducir la innovación como un valor
cultural. Estas consideraciones, por inferencia, podrían ser aplicables a los
departamentos de investigacion bajo estudio con el propósito de conseguir
que los miembros de dichos departamentos tengan una orientación más
creativa, innovadora y emprendedora.
Para que esta nueva concepción de la cultura de la innovación, así como
los principios y valores que le sirven de sustento se convierta en realidad,
36
deben ser difundidos y asimilados por todos los miembros; es decir, debe
volverse un estilo de vida que debe permear toda la organización. También
se debe generar un clima innovador, cultivarse el sentido de trabajo en
equipo, creencias, expectativas comunes y compartidas, igualmente, al
hablar de la cultura de la innovación en las organizaciones se debe
considerar el criterio sobre el cual éstas han diseñado su estructura, así
como el estilo de liderazgo que han asumido, la forma de supervisar y la
autonomía de que gozan las personas.
Para efectos de esta investigación se utilizará la teoría propuesta por
Morcillo (2007), el cual hace referencia a la cultura de la innovación como el
cambio cultural que fortifica e interioriza valores, comportamientos y
capacidades tendentes a la innovación, permitiendo así legitimar actuaciones
innovadoras en las personas que conforman los departamentos de
investigacion de los IUT, y a largo plazo se difunda como una cultura de
innovación.
2.2.1. Elementos de la cultura de la innovación
La cultura de la innovación se compone de una serie de elementos o
factores interrelacionados que permiten cultivar el contexto propicio para
generar disposiciones innovadoras. Al respecto, Soria (2005) establece una
serie de elementos incluidos en cuatro aspectos: Liderazgo, Recursos
Humanos, Estructura y Sistemas de Dirección y Tecnología. Ver cuadro 1
37
Cuadro 1 Elementos característicos de la cultura de innovación
Aspectos constitutivos de la
cultura de la innovación Principales elementos que definen los aspectos de la cultura de la innovación
Liderazgo
Definir la visión, misión, estrategia de la empresa
Promover un liderazgo transformador Crear directivos propensos al riesgo No sancionar los fracasos y
recompensar los aciertos Crear capacidades para detectar las
tendencias del entorno
Recursos humanos
Premiar las actitudes de iniciativas Capacitar al personal Crear un clima de libertad, adecuado
para la innovación Fomentar una actitud innovadora,
creadora, imaginativa Lograr un aprendizaje organizativo
Estructura
Potenciar la interculturalidad como creadora de la capacidad distintiva
Lograr una cohesión entre las subculturas
Poseer estructuras organizativas flexibles y adaptables
Sistemas de dirección y tecnología
Mantener la organización actualizada a los cambios científicos y tecnológicos
Identificar las tecnologías de mayor impacto
Indagar sobre nuevas tendencias Evaluar la información del entorno
Fuente: Soria (2005)
Asimismo, Ramos (2007) establece la necesidad de integrar los elementos
más pertinentes que podrían ser expresión de la cultura innovativa, entre los
cuales menciona: estructura organizacional, liderazgo, clima innovador y
capital humano Ver cuadro. 2
38
Cuadro 2 Elementos de la cultura innovativa
Elementos de la cultura de la innovación
Características
Estructura organizacional
Comunicación para generar una cultura de grupo
Descentralizada Organización matricial
Liderazgo
Orientar la visión y misión de la organización
Forma de comunicarse con los integrantes de la organización
Generación de confianza y conocimiento de si mismo
Crear un ambiente organizacional que propicie la cultura innovativa
Clima innovador
Crear sentido de pertenencia y compromiso con la organización
Afrontar riesgos e incertidumbre Trabajo multidisciplinario Resolver conflictos y luchas de poderes
Capital humano
Creatividad Relaciones interpersonales Actitud frente al trabajo Meritocracia, reconocimiento y estimulo a
ideas creativas Fuente: Ramos (2007)
Por su parte, Cano (2006) clasifica los elementos o factores de la
cultura de la innovación en dos grupos: los orientados a las personas y
los orientados a la organización. Igualmente los separa en un nivel básico y
otro avanzado tanto para las personas como para la organización. Los
elementos del nivel básico constituyen la espina dorsal de la capacidad
innovadora y los factores avanzados multiplican la calidad del resultado y
permiten la sostenibilidad del sistema, dichos elementos se visualizan en el
cuadro 3.
39
Cuadro 3 Elementos de la cultura de innovación
Nivel Básico Nivel Avanzado
Factores que actúan sobre las personas
Propiciadores Básicos Tensión creativa Aspiración compartida Fidelidad a la realidad Aprendizaje
Aptitudes y actitudes personales aceleradoras de la innovación Aporte de valor a la
empresa Modelos existentes Pensamiento sistémico Anticiparse al futuro
Factores que actúan sobre la
organización
Condiciones contextuales Básicas Gestión del talento Gestión del fracaso y
el riesgo
Condiciones contextuales que consolidan y aceleran la innovación Generación de
innovaciones Referencia interna Adaptabilidad y flexibilidad Reciprocidad mutua Estructuración Confidencialidad Velocidad Orientación a largo plazo
Fuente: Cano (2006)
De la misma manera, para Morcillo (2007) los aspectos
constitutivos y principales elementos de una cultura de innovación
para la empresa son: el estilo corporativo, la dirección y gestión
de los recursos humanos, el aprendizaje organizativo y la vigilancia
tecnológica. En el cuadro 4 se observa lo expuesto anteriormente por el
citado autor.
40
Cuadro 4 Aspectos y elementos de una cultura de innovación para la empresa
Aspectos constitutivos Principales elementos
Estilo corporativo
Desarrollar una capacidad de liderazgo Adoptar un estilo de dirección participativo Asumir los riesgos inherentes a la innovación No sancionar los fracasos Recompensar los aciertos Identificar los obstáculos a la innovación de manera
anticipada
Dirección y gestión de los recursos humanos
Competencias personales Potenciar las actitudes proactivas Impulsar la motivación Optimizar y enriquecer el capital humano Capacidades personales Fomentar la creatividad Compartir los conocimientos
Aprendizaje organizativo
Incentivar el trabajo en equipo Integrar las subculturas Grupos basados en la interdisciplinariedad Refutar los procesos de innovación de naturaleza
lineal que no contemplen la retroalimentación Diseñar estructuras organizativas flexibles e
integradas
Vigilancia tecnológica
Buscar, detectar, obtener y difundir internamente la información del entorno
Evaluar la información procedente del exterior Identificar las tecnologías de mayor impacto Averiguar la posible aparición de nuevos productos y
competidores Analizar la información para la toma de decisión
Fuente: Morcillo (2007)
En relación con los elementos de la cultura de la innovación, se puede
observar varios enfoques desde el punto de vista de la literatura, donde, la
mayoría de los autores coinciden al momento de caracterizar, clasificar y
delimitar los elementos facilitadores y generadores de la cultura de la
innovación. Al respecto, Soria (2005), Cano (2006), Ramos (2007) y Morcillo
(2007) consideran como elementos determinantes: la estructura
41
organizacional, el liderazgo, la creatividad, clima innovador, el capital
humano entre otros.
Sin embargo, la vigilancia tecnológica, señalado por Morcillo (2007) como
uno de los aspectos constitutivos de una cultura de innovación, sólo es
mencionada de manera indirecta por Soria (2005), cuando el mencionado
autor se refiere a algunos de los elementos del aspecto sistemas de
dirección y tecnología. Con relación al factor aprendizaje, se puede ver su
presencia, en los modelos de Cano (2006) y Morcillo (2007).
De acuerdo a lo planteado por los autores y para el desarrollo de este
trabajo, la investigadora se inclina por la teoría propuesta por Ramos (2007),
el cual integra los elementos más pertinentes que podrían ser expresión de la
cultura innovativa dentro de las universidades, contexto universitario en el
que se lleva a cabo la presente investigacion. Los elementos referidos son:
estructura organizacional, liderazgo, clima innovador y capital humano.
2.2.1.1. Estructura Organizacional
Según Arias y Heredia (2001), la estructura organizacional
debe propender en una organización innovadora al logro de una
estrecha comunicación entre todos sus integrantes y generar una cultura de
grupo como forma de lograr confianza, pertenencia y participación. Asimismo
refieren que la estructura plana, en la cual se centraliza la definición de
políticas y se descentraliza la ejecución, se corresponde con la estructura
42
organizacional más acorde que debería adoptar una organización que desee
desarrollar una cultura innovativa.
Al respecto, Cano (2006) sostiene determinadas estructuras puede
resultar un obstáculo para la implantación de muchas de las condiciones
necesarias para la creación de una cultura de la innovación. El origen, según
experiencias, de muchos de los fracasos en la implantación de una
capacidad de innovación sostenida es porque no se ha podido lograr los
cambios estructurales adecuados. Igualmente señala, no existe una
estructura ideal, ésta responde a un conjunto de factores y contingencias que
modelan para cada caso individual, características estructurales coherentes
con dichos factores.
Atendiendo a estas consideraciones, el mencionado autor recomienda
revisar las principales características de algunas tipologías estructurales
básicas entre las que se encuentran la burocracia maquinal, burocracia
profesional, estructura simple y la estructura adhocratica, evaluando en ellas
los pros y los contras en función de la organización y su entorno competitivo.
Al mismo tiempo, sugiere utilizar una estructura mixta adaptativa,
diseñando una estructura burocrática para las áreas o proyectos que se
desarrollen en entornos estables y sencillos y una estructura adhocrática
para las áreas o proyectos donde se requiera una mayor velocidad de
adaptación y anticipación, es decir, una mayor capacidad de innovación.
Aunado a la situación antes planteada, Chiavenato (2009), establece
dentro de los modelos básicos de organización la estructura matricial,
43
considerada como una estructura hibrida o mixta que combina dos formas de
separación por departamentos: funcional y por productos. Este tipo de
estructura se observa en organizaciones complejas, como laboratorios de
investigación y desarrollo, empresas aeroespaciales, universidades, entre
otras, donde las funciones deben estar sincronizadas con los productos o
servicios que ofrece.
En este sentido, el desarrollo de la estructura matricial
permite la integración de diferentes especialistas, mejora la comunicación,
confianza, participación de los miembros y aumenta la flexibilidad
de la organización para el cambio. De manera complementaria,
Mintzberg (2005) afirma, la estructura debe propender al logro, entre otros
aspectos, la descentralización, funcionamiento por proyectos, formación
de equipos pluridisciplinarios y el establecimiento de una organización
matricial.
Para King y Anderson (2003), las organizaciones que conservan
el énfasis en las estructuras planas, los equipos basados en proyectos, la
comunicación más allá de las limitaciones, así como el uso de redes,
favorecen la innovación. Por su parte Chiavenato (2009), hace referencia a la
estrecha relación que existe entre estructura e innovación y
recalca la influencia positiva de la estructura orgánica en la
innovación, caracterizándose por ser menos vertical, formal y
centralizada, lo que propicia la flexibilidad y la adaptación, facilitando la
innovación.
44
Dentro de las organizaciones innovadoras, la organización no se identifica
poco con una estructura formal, las tareas, compromisos, funciones,
procedimientos y poder se definen constantemente a través de la interacción
entre las personas que colaboran de manera conjunta en la ejecución de
actividades o solución de problemas comunes. Dentro de este tipo de
organización la comunicación se asemeja más al proceso horizontal que al
tradicional vertical.
De estas evidencias se desprende el hecho de que, el tipo de estructura
se podría considerar uno de los principales elementos que inciden en la
capacidad innovadora de las organizaciones, pudiendo tanto estimularla
como inhibirla. En este sentido, Ramos (2007), King y Anderson (2003)
hacen referencia a la estructura plana como la más acorde para desarrollar
cultura de innovación. Asimismo consideran, la comunicación entre los
integrantes, la descentralización, grado de flexibilidad, características
asociadas a las organizaciones innovadoras.
Por su parte Cano (2006) recomienda el uso de la estructura mixta
adaptativa, dependiendo si el entorno es estable o dinámico. En este mismo
orden de ideas, Chiavenato (2009) propone la estructura matricial,
caracterizada por mejorar la comunicación y aumentar la flexibilidad para el
cambio, lo cual es positivo para la innovación.
En la presente investigación se tomará como base lo establecido por
Ramos (2007), dentro de su concepto hace referencia a la estructura plana
como la más adecuada para ser adoptada en una organización que desee
45
desarrollar una cultura innovativa, en este caso, el departamento de
investigacion de los IUT.
2.2.1.2. Funciones del Líder Creativo
Según Morcillo (2007), el grado de aceptación de la cultura depende de
la capacidad de liderazgo practicada por quienes dirigen las instituciones y
las organizaciones. Al mismo tiempo, el referido autor citando a Schein acota,
el liderazgo, tiene dentro de sus funciones la creación, conducción y cuando
sea necesario la destrucción de la cultura. En este sentido, cabe inferir que la
cultura puede ser moldeada, construida y mantenida por las habilidades del
líder; así mismo, se podría decir que el estilo de liderazgo adoptado por la
organización puede impactar significativamente en la cultura de la
innovación.
De igual manera, Ramos (2007) señala en los procesos innovadores los
líderes juegan un papel preponderante, ya que estos son los
responsables de crear un clima organizacional que estimule el desempeño
innovador de los miembros de la organización; el líder ha de impulsar de
manera creativa, ética y prospectiva el cambio y la innovación en la
organización.
Con relación al liderazgo, éste es definido por Koontz y Weihrich (2007)
como la capacidad de influencia sobre las personas de manera tal que se
esfuercen de forma voluntaria y entusiasta para lograr las metas de sus
46
participantes. Sobre el particular, es oportuno comentar que tal influencia
puede provenir de manera formal por la jerarquía, o de manera informal por
características personales, conocimientos y experiencias. Igualmente para
Belloso (2008), el liderazgo es una relación de influencia donde lideres y
colaboradores, juegan un importante papel en el desarrollo organizacional.
En este sentido, en la época de la información y el conocimiento, una
sociedad más educada, con demandas de mayor participación y de menos
autoridad, las personas necesitan líderes más democráticos y conciliadores,
que basen su capacidad de influencia en el poder de convencimiento más
que en el del dominio. Estos líderes serán los responsables de resolver los
problemas, promover el trabajo en equipo, la participación multidisciplinaria,
fomentar y orientar el talento, la creatividad y la corresponsabilidad (Siliceo y
otros, 1999).
Al mismo tiempo, Menchén (2009) acota, liderar es soltar, influenciar y
potenciar el talento de las personas para que den lo mejor de sí mismo,
incluyendo el respeto y la integridad, es decir, está capacitado para tomar
decisiones y orientar a los demás. El trabajo del líder se puede evidenciar al
cumplir entre otras las siguientes características: dirigir, aconsejar, conmover,
estimular, impulsar, oír y colaborar.
Igualmente el referido autor indica, a los trabajadores del futuro hay que
dirigirlos de una forma muy distinta, al respecto Handy (2005), establece que
en todo trabajo se deben realizar tareas, mantener normas y cumplir
objetivos, sin embargo, aunque esto se logre plenamente no es
47
suficiente para lograr el éxito, es necesario en esta época de cambios, se
desarrolle un espacio alrededor de cada persona para sus iniciativas y hacer
fluir la creatividad. Cada individuo, cada grupo quiere un espacio para
hacer las cosas a su manera, mejorar el centro de trabajo y alcanzar el
éxito, esto supone una actitud mental diferente, es decir, un cambio de
cultura.
El cambio cultural se dirige en dos direcciones, la primera, del líder a las
personas, desarrollando habilidades de liderazgo y la segunda, en sentido
contrario, con la participación de las personas en los procesos de cambio,
identificando obstáculos y diseñando soluciones. En las organizaciones del
siglo XXI, los líderes se caracterizaran por ser participativos y motivadores,
líder de líderes; sabrán impulsar a los empleados de los diferentes niveles,
los cuales serán capaces de interpretar y trasladar su visión e instrucciones
al resto de los individuos.
Resulta pertinente señalar que el líder necesario en la constitución de
este tipo de organizaciones, debe estar ganado al cambio, ser creador,
aprendiz y estratega, ha de aprender, para enseñar a aprender y crear, a
objeto de propiciar la creatividad en otros. Asimismo, para desarrollar
organizaciones abiertas a la innovación, lograr liderar grupos creativos y
producir ventajas competitivas en basadas en la innovación, el líder como tal
debe contar con habilidades creativas.
En lo que se refiere al líder creativo, Guerra, Sansevero y Araujo (2003),
consideran que éste debe reunir una serie de características: a) vencer los
48
obstáculos para el cambio, involucrándose de manera espontanea y
comprometida, el cual no puede ser impuesto; b) ser un comunicador
efectivo, adoptando un estilo de líder que escucha con empatía; c) compartir
perspectivas y estimular ideas; d) ser emprendedor y visionario; e) inspirar a
los demás a mejores logros; f) capacidad de convocatoria; g) capacidad
prospectiva; h) capacidad de trabajar con los individuos en el logro de su
visión y alcance de los objetivos.
En la misma dirección, Menchén (2009), define el líder creativo como la
persona que responde con su acción y todo su ser en la ejecución de las
tareas que se le han encomendado, realizándolas con seriedad y rectitud,
sabe delegar, es responsable y se siente comprometido con todo. Al mismo
tiempo, el mencionado autor menciona el surgimiento de una nueva cultura
dentro de las organizaciones, en consecuencia, el líder debe responder a
este nuevo reto, desarrollando no sólo las funciones básicas de dirigir,
orientar, apoyar, delegar, sino también ha de manejar otras funciones
denominadas funciones del líder creativo, las cuales se muestran a
continuación:
a) El líder como coach: el líder debe actuar como el mejor de los
entrenadores, consiguiendo que todo trabajador se capacite para asumir el
máximo de responsabilidad que le permitan sus habilidades. Entrenar es
comunicar estrategias, asesorar, educar en las decisiones, en resumen,
formar un equipo, igualmente, el líder debe ser capaz de motivar, potenciar y
aprovechar las cualidades, a veces, poco exploradas de los miembros de la
49
organización, para lograr eficacia tanto individual como del colectivo de
personas que dirige.
Además, entrenar es un arte que debe dominar el líder, él debe ser
capaz de reunir a personas con formación y cultura diversa y conducirlos a
buscar responsabilidades y logros para la organización; cuando todas las
personas se encuentran dirigidas en la misma dirección se adquiere una
confianza mutua y fluye la comunicación en todas las direcciones. Es misión
del coach crear un ambiente propicio donde las personas puedan expresar
con libertad sus ideas, que luego se transformen en acciones creativas e
innovadoras.
b) El líder como arquitecto: el líder del siglo XXI no sólo tiene que imaginar el
futuro sino construirlo, para ello debe tener disposición de preverlo,
coherencia y predisposición para aceptar riesgos; edificar las competencias
imprescindibles para someter el futuro y transformar el sueño en realidad. El
líder creativo de una organización debe ser un visionario, dominar la
arquitectura estratégica, saber elegir competencias, habilidades y
conectarlas apropiadamente.
A esto se le puede adicionar, la visión del líder permite descubrir nuevos
retos y desafíos, aceptar el riesgo y tener la capacidad de aprender de los
errores; la visión se refiere a un cambio cualitativo conforme a las
necesidades y exigencias del momento, tiene que ser compartida por todos
los implicados en un proyecto común. Finalmente, el líder de una
organización moderna será el que construya, dirija su vida y la de las
50
personas que trabajan con él, de sentido a los propósitos comunes y ayude a
mejorar el trabajo diario.
c) El líder como gestor del conocimiento: el líder debe tener como objetivo
colocar a la disposición de las personas, la experiencia e información que
posee las organizaciones, empresas o instituciones para luego sea
transformado en conocimiento. La generación de conocimiento no debe ser
una actividad especializada de pocos, sino un estilo de trabajo, un modo de
actuar de todos los miembros; lo que supone que deben estar en continua
innovación y autorenovacion.
Con esta nueva función del líder, se pretende sistematizar y compartir los
conocimientos y las experiencias de todas las personas que conforman los
equipos, identificar las habilidades individuales y del grupo, las estrategias de
aprendizaje, recursos disponibles y la forma como estos recursos están
siendo utilizados.
d) El líder como promotor de las nuevas tecnologías: se necesitan líderes
que sepan aplicar de forma imaginativa las mejores tecnologías para crear
nuevos entornos de formación y aprendizaje, la información se utilizará de
forma creativa. El líder, previo conocimiento, que la tecnología es una
dimensión del cambio, promoverá nuevos productos, procesos diferentes y
herramientas novedosas con base tecnológica.
Con respecto, a las tecnologías de la información y comunicación, éstas
son consideradas el factor clave para la sociedad actual, por lo tanto, se
necesitan líderes que promuevan el uso de las nuevas tecnologías y
51
desarrollen organizaciones en aprendizaje permanente. No basta que un
grupo de personas estén formadas, actualizadas; también es necesario, la
capacidad de aprender sea extendida a todos los niveles y redes
establecidas.
e) El líder como responsable de asumir retos: el mayor reto para un líder no
es sólo buscar el propio beneficio, sino ayudar a otros en el proceso para
conseguirlo, el objetivo del líder creativo es ayudar a las personas a diseñar
retos, transformar el trabajo rutinario en atractivo, promover el disfrute en la
realización de las tareas, aún en las más sencillas, y de las experiencias
insignificantes.
Sin embargo, también el líder tiene el compromiso de proponer retos y
ofrecer a las personas experiencias significativas para el trabajo que
desarrollan, de tal manera que disfruten y sientan lo que hacen. Igualmente,
tiene la responsabilidad de sensibilizar a los trabajadores para que
comprendan el valor intrínseco que tiene el desempeño de una tarea
retadora.
La investigadora se identifica con Menchén (2009) en la
caracterización de las nuevas funciones que debe integrar el líder creativo
con miras a liderar las organizaciones del nuevo siglo, en el caso de estudio,
los departamentos de investigacion de los institutos universitarios de
tecnología de la región andina. Los líderes deben trabajar para liberar el
potencial y las habilidades creativas de los docentes, que les permitan dirigir
estos departamentos hacia los objetivos deseados, particularmente hacia un
52
posicionamiento sustentable en base a la innovación y la creación de su
cultura.
2.2.1.3. Talento Innovador
La innovación nace de ideas y proposiciones percibidas y expresadas por
personas, concretándose en planes o proyectos elaborados por personas,
son éstas las que llevan los proyectos innovadores a la práctica. En
todas las circunstancias, serán las personas quienes individualmente o de
manera colectiva plantearan problemas o decidirán sobre la innovación en
cuanto a los elementos que la propician o inhiben. (COTEC, 2007). En
consecuencia, detrás de todo proceso innovador hay personas, por lo tanto
desde el punto de vista organizacional es importante tener en cuenta el papel
central de las mismas para que los procesos de innovación funcionen
eficazmente.
Igualmente, Cano (2006) señala que el origen de las ideas siempre está
en las personas, bien de manera individual o en el seno de los equipos de
trabajo, luego estas ideas son transferidas a la organización, donde son
valoradas y algunas desarrolladas e implementadas culminando en
innovaciones. Además indica, cada persona en la empresa posee un
conocimiento y experiencia valiosos, el talento residente en las personas, es
la única fuente de innovación, por lo que se requiere su explotación tan
amplia y profundamente como sea posible.
53
En la misma dirección Chiavenato (2007) considera, las personas y su
talento constituyen el capital humano, este capital puede valer más o
menos en la medida en que contenga talento capaz de agregar valor a la
organización, además de hacerla innovadora y competitiva. En este
sentido es necesario, el talento se manifieste y crezca, debido, a que
éste reside en los individuos y su manifestación depende
principalmente de la voluntad de éstos, se hace apremiante cultivarlo
activamente.
Con respecto al talento innovador, la COTEC (2007) lo define, como la
capacidad que permite a las personas poder hacer cosas de una forma
nueva, exitosa, aportando valor. Cano (2006), sugiere para cultivar el
talento innovador una serie de acciones, entre las que se mencionan: la
conveniencia de allanar el camino que sigue una idea desde su autor
hasta la persona capacitada para valorarla, gestionar la tensión creativa,
incluir activamente a las personas clave de todos los niveles de la empresa,
cultivar y garantizar la diversidad, evitar clima de castigo a las ideas
fracasadas, reconocimiento de éxitos grandes y pequeños, delegar
inteligentemente, atraer el talento y una estructuración que facilite el cambio
de talento.
Asimismo Menchén (2009), diseña un perfil de trabajador que podría
estimular su talento innovador y el cual presenta los siguientes rasgos:
a) Constructor de realidades: eliminar todos los condicionamientos, tanto
culturales, sociales como personales, excluir supuestos rígidos, revisar
54
hábitos y actitudes anteriores y lograr que la persona descubra su propia
realidad y sea constructor de ella.
b) Creador de sistemas: el cual estará formado por los valores que asume,
normas, principios, creencias, gustos, saberes utilizados y los sueños que
vive.
c) Imagen del trabajador creativo: la persona creativa será un descubridor
intentando complacer su curiosidad; también será portador de preguntas
como motor de conocimiento; las preguntas tienen el poder de provocar
ideas.
Por todo lo dicho, se puede inferir que las organizaciones no innovan, lo
hacen las personas; por lo tanto, es importante conservar el talento en
aquellas personas que poseen una mayor capacidad de influir a favor o en
contra del establecimiento de una cultura de la innovación. En el
caso particular de estudio, los departamentos de investigación, se debe dar
rienda suelta al talento innovador contenido en cada uno de sus
miembros.
2.2.1.4. Clima innovador
El contexto o clima innovador en las organizaciones es de vital
importancia, tanto para estimular el proceso innovador como para que
la propia organización adopte las innovaciones. Las organizaciones
modernas han de crear entornos altamente innovadores que
55
incrementen la habilidad tanto individual como del equipo, para
transformar la percepción actual de la realidad y convertirla en la que
todos desean. Se trata de instalar una cultura donde el cambio se
crea colectivamente, con un espíritu de reto y entusiasmo, (Menchén,
2009).
El clima para la cultura de la innovación en una organización está
orientado a lograr un ambiente ideal de trabajo en el que se fomente la
actividad creativa y la implantación de nuevas ideas. En este sentido,
Menchén (2009) señala, un clima innovador es el que predispone y da
oportunidad para poder estimular cualquier tipo de capacidad, sea física,
intelectual o cultural.
De la misma manera, COTEC (2007) sostiene, un clima empresarial que
potencie la generación de ideas puede estimular y aprovechar la capacidad
innovadora de sus empleados. Igualmente, Escorsa y Valls (2003)
señalan que las personas creativas sólo pueden desarrollar su potencial
dentro de organizaciones creativas, donde encuentren un clima que los
estimule.
En torno al lugar de trabajo se debe crear un clima que propicie la
disposición a indagar, descubrir, reflexionar, criticar. Así mismo, este entorno
innovador debe apoyar la flexibilidad, diversidad de las personas y estimular
a las personas a desarrollar capacidades creativas, se hace alusión a un
contexto que favorezca la iniciativa, tolere el error, acepte riesgos y genere
un sentido de pertenencia y compromiso.
56
2.2.2. Creatividad
Según Koontz y Weihrich (2007), la creatividad es la capacidad y el poder
de desarrollar nuevas ideas. Asimismo la COTEC (2005), menciona el trabajo
de Parkhurst, quien la define como la capacidad que se manifiesta al resolver
un problema hasta el momento no resuelto, también al desarrollar soluciones
ingeniosas a problemas resueltos de manera diferente por otros individuos, o
cuando se crean productos originales.
De la misma manera para Mendoza (2006), la creatividad es la capacidad
y disposición del individuo para relacionar o reestructurar elementos de la
realidad, logrando así crear ideas o soluciones para resolver los problemas
en forma original, novedosa y divergente. El citado autor menciona que dicha
capacidad y disposición se debe a la existencia de ciertos procesos del
pensamiento creativo (fluidez, flexibilidad y originalidad) y actitudes
(tenacidad, tolerancia, motivación intrínseca). Por su parte, para Escorsa y
Valls (2003) quienes citan a Díaz, es la capacidad de generar ideas, y se
mide por la fluidez, flexibilidad y originalidad de estas ideas, la creatividad es
sinónimo de inteligencia divergente.
Por otro lado Morcillo (2007) cita la definición de Matussek, para quien la
creatividad es la conexión nueva, original y explosiva de asociaciones
diferentes, asimismo refiere a Kraft quien define la creatividad como la
capacidad de pensar más allá de las ideas admitidas, combinando de forma
inédita conocimientos ya adquiridos, en ambas definiciones se hace énfasis
57
en la originalidad de asociaciones de ideas y conocimientos que
posiblemente culminen en el logro de innovaciones. Al mismo tiempo, el
mencionado autor sostiene que la creatividad es un proceso cognitivo,
reflexivo y estructurado basado en la observación y en la experiencia.
Como puede verse en las definiciones expuestas anteriormente, existe
coincidencia entre los diferentes autores al señalar que la creatividad es la
capacidad de crear, generar, combinar y asociar ideas nuevas y eficaces
para resolver problemas o desarrollar un producto original o nuevo. Sin
embargo, según la opinión de Morcillo (2007) la creatividad permite asociar
no solo ideas, sino también de manera original el conocimiento disponible.
Por estas razones, la creatividad puede enfocarse desde dos maneras, una
reactiva, dirigida a la resolución de problemas y otra proactiva orientada a
usar el conocimiento disponible con la finalidad de lograr innovaciones.
En lo que respecta a la definición de creatividad y ante la complejidad que
ha caracterizado el estudio de la misma, autores como Fernández (2005),
Menchén (2009), King y Anderson (2003), COTEC (2005), Mendoza (2006)
coinciden en decir que resulta difícil concebir una definición única y sostienen
que es necesario profundizar algo más en la realidad conceptual de la
creatividad.
En este sentido Menchén (2009) afirma, que la creatividad es multifacética
y se puede estudiar desde diversos enfoques. Con tal aseveración coincide
COTEC (2005), refiriéndose a la misma como un fenómeno multifacético que
agrupa cuatro elementos básicos como aspectos definitorios que parten del
58
modelo enunciado por Mel Rhodes en la década de los años cincuenta, los
cuales se enuncian a continuación: a) el producto creativo, b) el proceso
creativo o proceso mental, c) la persona creativa y d) la situación o contexto
adecuado para hacer florecer la creatividad.
Igualmente Menchén (2009) refiere a Mooney, el cual propone cuatro
categorías que forman parte del abanico conceptual de la creatividad: a) la
persona creativa, b) proceso creativo, c) producto creativo y d) el ambiente
Esta clasificación contribuyó al incremento de los aspectos teóricos que
emergían en los años cincuenta con el modelo tridimensional de la
inteligencia de Guilford.
Como resultado de los planteamientos de los autores anteriormente
mencionados, la construcción teórica de la creatividad se puede desarrollar a
partir de la integración de una serie de elementos asociados a la persona, al
proceso, al producto y al ambiente. Al mismo tiempo se puede señalar que
la creatividad involucra la persona a través de las aptitudes y actitudes, al
proceso, en la manera de proceder el pensamiento creativo para la
asociación de ideas. Asimismo implica al producto creado, donde su
característica fundamental es la novedad y originalidad y también a las
influencias del ambiente, referido al clima sociocultural que estimula la
creatividad.
Del mismo modo, Amabile (1983) señala pensar imaginativamente es sólo
una parte de la creatividad, pues para que ella tenga lugar se necesita
además experiencia y motivación. La referida fuente estableció el modelo de
59
los tres componentes de la creatividad, el cual considera dentro de cada
individuo la creatividad es función de tres componentes: experiencia,
capacidad de pensamiento creativo y motivación. En este sentido, la
creatividad depende del valor que tomen estos elementos, mientras más
elevado sea el nivel alcanzado por estos componentes, mayor será la
creatividad.
Igualmente Morcillo (2007), menciona tres elementos que define como las
fuerzas de la creatividad: conocimiento, acción y motivación, además
considera que la perfecta integración de las aptitudes, capacidades y
actitudes constituyen el caldo de cultivo para obtener resultados óptimos en
la creatividad.
Por tanto, para efectos de esta investigación se seguirá la teoría propuesta
por Morcillo (2007), el cual señala que la creatividad, como capacidad de
pensar, permite usar de manera original las ideas y el conocimiento
disponible con el propósito de obtener innovaciones. De allí, la importancia
de incluir la creatividad en la cultura de las organizaciones de investigación
para estimular la innovación dentro de dichas organizaciones, y así lograr
diferenciarse.
2.2.2.1. Pensamiento Creativo
Según Amabile (1983), el pensamiento creativo como elemento de la
creatividad determina el grado de flexibilidad e imaginación con que las
60
personas enfrentan los problemas, sus soluciones y su capacidad para reunir
las ideas existentes conformando nuevas combinaciones. Igualmente afirma
que la capacidad para pensar creativamente depende de la personalidad, así
como, de la manera de pensar y trabajar de la persona.
El pensamiento creativo implica un cambio del patrón normal de
pensamiento, esto conlleva a romper con la manera lógica de pensar y
permite a la persona establecer espacios para poder pensar sobre alguna
oportunidad o problema a resolver desde otra perspectiva, creando brillantes,
nuevas y originales soluciones a los problemas.
Con relación a los componentes del pensamiento creativo, Torrance citado
por King y Anderson (2003), elaboró una serie de test de habilidad creativa,
el cual incluye test verbales y no verbales. Para evaluar las respuestas de
dichos test establece cuatro modos diferentes, lo que a su vez refleja los
componentes del pensamiento creativo: fluidez, flexibilidad, originalidad y
elaboración. Además el citado autor refiriendo a Guilford señala que el
pensamiento divergente es un aspecto del pensamiento creativo.
En la misma dirección, Morcillo (2007) menciona que las ideas surgen
del cerebro y que la creatividad es una parte natural y necesaria
del pensamiento, la cual se relaciona con el pensamiento divergente.
Este tipo de pensamiento engloba criterios de originalidad,
inventiva, flexibilidad y asunción de riesgos. El pensamiento creativo está
formado por el pensamiento holístico, divergente, lateral, paralelo e
irradiante.
61
2.2.2.2. Experiencia
Para Amabile (1983), la experiencia comprende todo lo que una
persona sabe y puede hacer en el campo más amplio de su trabajo,
significa conocimientos técnicos, de procedimiento e intelectuales. La
experiencia en la persona incluye su talento básico para
pensar científicamente, además de todos los conocimientos y
habilidades propias que tiene en el campo y puede ser adquirida a través de
la educación formal, experiencia práctica o interacción con otros
profesionales.
Al respecto Robbins y Judge (2009), hace referencia a la experiencia
como el fundamento de todo el trabajo creativo, igualmente señala que el
potencial para la creatividad mejora cuando los individuos tienen aptitudes,
conocimiento, talento, eficiencia y experiencias similares en su campo de
trabajo.
Según Morcillo (2007), la creatividad y por extensión la innovación, se
originan a través de las principales leyes de las ciencias sociales como son la
observación y la experiencia. Los individuos prestan atención a lo que
sucede a su alrededor, escuchan lo que se dice y conversan e interactúan
con otras personas que participan en los proyectos; de esta manera el
conocimiento se va absorbiendo consciente o inconscientemente y la
experiencia se acumula a través de los procesos de aprendizaje. De lo
anterior se puede inferir que la experiencia es una de las mayores fuentes de
62
saber, por lo que las personas deben prepararse para adquirir de las
experiencias vividas las enseñanzas que nos dejan.
2.2.2.3. Motivación
Para Robbins y Judge (2009), la motivación es el proceso que involucra la
intensidad, dirección y persistencia del esfuerzo de un individuo hacia el
logro de un objetivo. Asimismo, definen la motivación intrínseca como el
deseo de trabajar en algo porque en lo personal resulta interesante,
absorbente, emocionante; este tipo de motivación determina el grado en que
los individuos unifican su experiencia con las actitudes creativas, convirtiendo
la creatividad potencial en ideas creativas reales.
Según Amabile (1983), la motivación determina lo que hace realmente la
gente, todas las formas de motivación no ejercen el mismo esfuerzo en la
creatividad, la misma puede ser extrínseca o intrínseca, siendo la última la
más importante para la creatividad. La pasión, el interés y el deseo interno de
una persona por hacer algo, son los principales componentes de la
motivación intrínseca, lo cual se refleja en el compromiso de las personas
con su trabajo por el reto que supone y el disfrute que les proporciona.
Asimismo la motivación extrínseca procede del exterior traducida en forma de
incentivos y premios.
La motivación intrínseca en las personas puede aumentarse a través de
cinco palancas: cantidad de retos que se les plantean, el grado de libertad
63
otorgada en el proceso, la manera como se designan los grupos de trabajo,
el nivel de estimulo que se les aporta y la naturaleza del apoyo de la
organización.
2.2.3. Valores
Las organizaciones tienen la capacidad de funcionar eficazmente sólo
cuando existen valores compartidos entre sus miembros. Con respecto a los
valores Gibson, Ivancevich y Donnelly (2003), los definen como deseos o
anhelos conscientes y afectivos que guían el comportamiento de las
personas, dentro y fuera del ámbito laboral, asimismo para estos autores, la
cultura organizacional comprende expectativas, valores y actitudes
compartidas que ejercen su influencia en individuos, grupos y procesos
organizacionales. Mientras más empleados compartan los valores centrales
en una organización, más fuerte e influyente en su comportamiento será la
cultura.
Para Robbins y Judge (2009), los valores representan convicciones
esenciales en el ámbito personal y social, algunas formas de comportamiento
son preferibles a otras opuestas o inversas, contienen elementos de juicio
incluyendo ideas personales sobre lo correcto, virtuoso. Para los autores, los
valores son importantes para el estudio del comportamiento organizacional
debido a que dan el soporte para la interpretación de las actitudes y
motivación de las personas, también influyen en el comportamiento y
64
percepción de los individuos, de allí, la importancia de conocer el sistema de
valores de estas personas para conocer lo que los hace obrar.
De la misma manera Garcia y Dolan (2003), los valores son aprendizajes
parcialmente estables en el tiempo que conciben una manera de actuar para
lograr los fines mejor que su opuesta, lo que es lo mismo, para conseguir que
nos salgan bien las cosas. Asimismo, los valores, pueden tener significados
operativos muy distintos, según se formulen en una cultura organizativa
clásica orientada al control o en una cultura innovadora orientada al
aprendizaje y desarrollo.
Cabe mencionar que los valores no pueden ser simples reglas de
comportamiento que se aplican, sino que deben surgir de manera
espontánea desde dentro de cada persona, es decir, deben estar definidos
por ellas. Esta respuesta individual socialmente aceptada, es un referente
que puede servir como guia para el comportamiento colectivo.
Además, señalan los citados autores que toda empresa culturalmente bien
estructurada ha de tener explícitamente definidos dos grandes grupos de
valores o principios compartidos que orienten sus objetivos de acción
cotidianos: a) valores finales asociados con su Visión (su sueño) y su
Misión (su "razón de ser" con respecto a sus diferentes grupos de interés),
b) valores instrumentales u operativos relacionados con la manera de pensar
y hacer las cosas dentro de una organización dirigidas a enfrentar los
requerimientos de su entorno e integrar sus fuerzas internas, logrando así
alcanzar la visión y misión.
65
Respecto a los valores que caracterizan una organización innovadora
Garcia y Dolan (2003), establecen entre otros los siguientes: apertura al
cambio, asunción de riesgos, trabajo en equipo, iniciativa, autonomía,
confianza, desaprender, creatividad, compromiso, flexibilidad, imaginación,
lógica, pensamiento positivo.
En la misma forma, Araujo (2010) sostiene cuando se trata de modificar la
cultura de un departamento, es necesario acompañar el nuevo
comportamiento con novedosos valores que fortalezcan la conducta
esperada y permitan comprender la necesidad del cambio. Por consiguiente,
continua la citada autora, si el interés de una institución es estimular la
innovación, ésta deberá comenzar por sembrar y desarrollar en sus
empleados y en la organización, nuevos y más valores afines con la cultura
de la innovación.
Igualmente, para la citada autora (2010) la cultura de la innovación
descansa sobre una serie de valores que deben existir dentro de las
organizaciones. Si el interés de una institución es estimular la innovación, se
debe comenzar por sembrar y desarrollar en los empleados nuevos y más
valores afines con la cultura de la innovación.
La investigadora comparte con los autores Robbins y Judge (2009),
García y Dolan (2003), Gibson y otros (2003) la idea de que los valores
generan una manera de actuar, guían el comportamiento individual y de la
organización, decidiendo lo que es importante o no. Igualmente señalan que
las organizaciones deben identificar, expresar y ser consecuentes con los
66
valores esenciales que inspiran su vida institucional y deben ser tomados en
cuenta en cada decisión que vayan a tomar, creando de esta manera cultura.
2.2.3.1. Apertura al cambio
Para Chiavenato (2010), el cambio representa transformación, alteración,
modificación, perturbación, fractura o ruptura; implica nuevos caminos,
estrategias, soluciones; puede ser gradual y constante. Todo cambio supone
una crisis para la organización al convertir lo cierto en incierto, lo adecuado
en superado y lo actual en obsoleto.
El citado autor acota, las verdaderas transformaciones suceden sólo
con la participación efectiva de su personal, se debe cambiar
inicialmente la mente de los empleados y prepararlos para el futuro. Las
personas no sólo deben adaptarse a los cambios, sino crearlos y
promoverlos dentro de sus organizaciones si es que aspiran a sobrevivir en
un mundo cada vez más diferente y competitivo. Es preciso estar
preparado hacia el significado del cambio que se promueve, las
consecuencias del mismo y las ventajas que se esperan obtener; no vale
cambiar por cambiar.
Según Innobasque, (2010). en el espíritu innovador debe existir una
disposición personal, estructural y colectiva al cambio. Es importante
mencionar que no todo cambio es un valor, de allí, no toda innovación será
automáticamente positiva. Asimismo, la innovación es un proceso que las
67
organizaciones, departamentos, empresas asumen, soportado en una actitud
de apertura al cambio.
El cambio debe verse como una oportunidad de mejora, de una
manera proactiva y no reactiva; la mayoría de las personas carecen de
dinamismo para movilizarse ante lo nuevo y tienen poca capacidad para
diseñar y crear nuevos escenarios. Ante la posibilidad del cambio, es preciso
fomentar los valores y comportamientos que lo faciliten, así como, las
actitudes que lo favorecen. De todo esto se desprende, el elemento clave
para afrontar el cambio es la transformación de la cultura, en este caso hacia
la innovación.
2.2.3.2. Desaprender
Según Menchén (2009), desaprender es tomar conciencia de que somos
movimiento, creación, permanente descubrimiento y metamorfosis, es un
proceso continuo de hacerse, deshacerse y rehacerse. El principio de
desaprender responde a la necesidad que tiene el ser humano de borrar de
la memoria todos los condicionamientos culturales, bloqueos, costumbres,
supuestos y miedos que le impiden su renacimiento personal, se desaprende
para realizar un nuevo aprendizaje. También señala, que la persona es un
ser activo capaz de abordar un desaprendizaje consciente, flexible, y está
apto para desaprender en un contexto de incertidumbre y complejidad
creciente.
68
Es necesario aprender a desaprender si queremos adaptarnos, cambiar,
crecer y abrirnos adecuadamente a la realidad. Como se dijo anteriormente,
desaprender no es solamente dejar de lado u olvidar, es cambiar por algo
nuevo, es decir, emprender con iniciativa y decisión acciones originales y
valiosas. En este sentido, se hace mención por ejemplo a una serie de
hábitos y actitudes que debemos desaprender si queremos crear cultura de
innovación en los departamentos de investigación: individualismo,
intolerancia al error, miedo al fracaso, no asumir riesgos, no
comprometerse en la toma de decisiones, creencia que la creatividad es solo
para los genios.
2.2.3.3. Autonomía
Según Fernández (2005), la autonomía consiste en darle a los
trabajadores más libertad en el desempeño de la tarea, al compartir
información relevante con ellos y darles control sobre los factores que
afectan al rendimiento en el trabajo. Frecuentemente los
trabajadores conocen mejor que los directivos cómo mejorar un
proceso de trabajo o resolver un problema; si estas personas,
además de tener habilidades y conocimientos, se les da poder
podrán mejorar las tareas, lo que trae como consecuencia un mayor
compromiso con la puesta en práctica de las sugerencias
presentadas.
69
En este sentido, si la autonomía consiste en darle a las personas más
libertad en la manera de enfocar su trabajo, fortaleciendo su motivación
intrínseca y su sentido de pertenencia en cuanto a la labor realizada y sus
resultados, se puede inferir que la autonomía estimula la creatividad
promoviendo la innovación.
Por otro lado, Fernández (2005) señala, un ambiente innovador requiere
individuos a los que se les ha concedido poder, existen pruebas que
corroboran que el nivel de innovación mejora si los gerentes no dedican una
atención constante a los empleados y les permiten actuar libremente en la
identificación y resolución de los problemas. El grado de autonomía permitida
a los miembros de la organización posibilita crear cultura, igualmente, los
niveles y grados de centralización o descentralización en un departamento
generan contextos culturales diferentes (Serna, 2008).
2.1.3.4. Iniciativa
La iniciativa para Frese citado por King y Anderson (2003), es un síndrome
del comportamiento que permite al individuo asumir una postura activa y con
iniciativa respecto a su trabajo, la persona no se limita a cumplir los requisitos
formales de un empleo determinado, sino va más allá de lo solicitado.
Además, se considera útil para la innovación individual, sobre todo si se
aplica en campos como la selección y la asesoría. La iniciativa depende del
modo en que el contexto social de la organización actué sobre la persona.
70
Por otro lado para Frese y Fay citados por Gamboa y Gracia (2007), la
iniciativa personal es una característica individual en el proceso, asimismo
permite que las personas sean agentes activos del mejoramiento de sus
situaciones laborales en un mundo cambiante como el actual. Las
transformaciones del entorno laboral han propiciado transferencia de la
responsabilidad de la gestión y el desarrollo de carrera de los empleadores a
los empleados. Las personas con iniciativa están orientadas al logro de
objetivos a largo plazo, pero también a las acciones que llevan a ello, son
persistentes en orden a superar las barreras y hacen las cosas sin que se las
pidan
En este sentido, la iniciativa entendida como una actitud proactiva, se
refiere a la capacidad de anticiparse a los demás, realizar actividades por
uno mismo, por el simple hecho de querer hacerlo. También permite concebir
las soluciones más imaginativas e innovadoras para dar inicio a algo nuevo.
Las personas deben asumir por voluntad propia el compromiso de contribuir
a la innovación.
2.2.4. Competencias Innovadoras de las Personas
Se considera de interés antes de conceptualizar las competencias
innovadoras, definir competencias, al respecto, para Lévy-Leboyer (2003),
son un conjunto de comportamientos que algunas personas controlan mejor
que otras, haciéndolas eficaces en una determinada situación. En la realidad
71
habitual del trabajo, estos comportamientos son observables y a la vez
puestos en práctica de forma integrada las aptitudes, rasgos de personalidad
y los conocimientos adquiridos. Igualmente la autora señala, las
competencias además de necesitar de la experiencia, requieren de la
práctica y del trabajo real para ser desarrolladas.
Asimismo, para Tobon (2006) las competencias son procesos complejos
que las personas llevan a cabo para resolver problemas y hacer actividades
de la vida diaria y del entorno laboral, contribuyendo a la construcción y
cambio de la realidad, integrando el saber ser, saber conocer y saber hacer.
En este sentido, Morcillo (2007) señala que las competencias constituyen
una colección de saberes (hacer, estar, actuar, ser, aprender, pensar) y
haceres (deber hacer, querer hacer, saber hacer, poder hacer) que reúnen
todas las personas en su interior y pueden dar lugar a la creación de
conocimiento.
Además Morcillo (2007), hace referencia a las competencias personales
como un compendio de aptitudes, actitudes, conocimiento, habilidades
prácticas. Considera que el enfoque de competencias constituye una nueva
filosofía de dirección y gestión empresarial centrado en la persona y no en la
actividad a realizar, capaz de promover, canalizar las actitudes y aptitudes de
las personas hacia la innovación.
Otro aspecto al cual hacer referencia es el grupo de características
fundamentales que subyacen al concepto de competencia señaladas por
Tejada citado por Martínez (2009):
72
a) Conjunto de conocimientos, disposiciones y métodos combinados,
coordinados e integrados; que le proporcionan a la persona el “saber hacer”
y “saber estar”, en definitiva, capacidad para “saber actuar” dentro del
desempeño profesional.
b) Las competencias sólo son definibles en la acción, no se es competente
por sólo poseer un conjunto de capacidades, sino que es necesario ponerlas
en práctica. Para que una persona sea competente debe poner en acción los
conocimientos, actitudes, es decir, saber actuar.
c) La experiencia: representa el carácter dinámico de las competencias, es
una de las características más importantes ya que para el desarrollo de las
mismas se requiere de la experiencia. Al respecto, Lévy-Leboyer (2003, p.43)
señala, “las competencias pueden ser educadas, desarrolladas y por lo tanto
adquiridas a lo largo de toda la vida de los sujetos”. La capacidad de
aprendizaje y de desarrollo de las competencias puede considerarse una
ventaja competitiva al permitir la flexibilidad y adaptabilidad a los cambios
que puedan producirse en las actividades a realizar producto de los cambios
sociales y económicos del entorno.
d) Contexto: constituye todo el campo disciplinar, social y cultural que
rodean, significan e influyen una determinada situación Las competencias se
conciben dentro de un contexto concreto, es allí, donde se ponen en práctica.
El análisis del contexto permite a los individuos movilizar todos los recursos
de que disponen para solucionar problemas o identificar oportunidades de la
mejor manera posible.
73
De manera general, las competencias según diversos autores pueden
clasificarse de diferentes formas; Lévy-Leboyer (2003) y Tobon (2006) lo
hacen en genéricas y especificas. Las primeras hacen referencia a aquellas
competencias y comportamientos que pueden estar presentes en todos los
trabajos de una organización comunes a un conjunto de profesiones,
formadas por los conocimientos, las aptitudes y el carácter personal. Por el
contrario, las competencias específicas dentro de una organización son
propias de una ocupación puntual o de unos niveles de desempeño
particulares. Por su parte Benavides (2002), define tres tipos de
competencias: genéricas, laborales y básicas.
Como se observa, ninguno de los anteriores autores, hace referencia
específica a las competencias innovadoras de las personas, sin embargo
para Nagles (2005) las competencias conforman el motor que genera la
capacidad y la habilidad para innovar, utilizar el conocimiento en forma
creativa e ingeniosa en la resolución de problemas y desarrollo de soluciones
alternativas.
No obstante, Menchén (2009), refiere a las competencias innovadoras
como aquellos comportamientos observables y habituales que posibilitan la
innovación en el trabajo. El dominio de dichas competencias consiste
básicamente en la capacidad de una persona de comenzar con una hoja de
papel en blanco y concebir los elementos necesarios para satisfacer las
exigencias de un determinado proceso, programa o proyecto, es crear algo
que no existía.
74
Igualmente el referido autor señala la necesidad de incorporar en las
organizaciones modernas el conjunto de competencias innovadoras para
conseguir en el futuro mejores resultados y dar respuestas a las necesidades
de los usuarios. Dichas competencias son: trabajo en equipo, capacidad para
asumir riesgos, motivación intrínseca por el trabajo, comunicación, uso de las
nuevas tecnologías, retos, estrategias creativas, organización en redes,
autoevaluación, tomar decisiones y nivel de sinergias.
De igual manera Higuita, Molano y Rodríguez (2011) identifican para los
grupos de investigación que deseen generar innovación un conjunto de
competencias que, desde el deber ser, requieren estos equipos, vinculando
la categoría competencias con innovación y proceso investigativo. Dicho
conjunto denominado nuclear, entre otras, está conformado por: apertura al
cambio, planeación del trabajo, gestión y administración de recursos,
iniciativa, trabajo en equipo, liderazgo, creatividad, comunicación, manejo de
tecnologías, toma de decisiones. Los autores estiman que el desarrollo de
estas competencias en los grupos de investigacion contribuyen al logro de
los objetivos y la innovación.
Considerando los aportes de Lévy-Leboyer (2003), Tobon (2004), Morcillo
(2007) en cuanto a la definición de competencias y la contribución a la
relación competencias - innovación planteada por Morcillo (2007) y Nagles
(2005) se puede construir un concepto de competencias innovadoras, las
cuales hacen referencia a las características de la persona en cuanto a
actitudes, aptitudes, conocimiento, habilidades que puestas en práctica y
75
aprovechadas debidamente potencien la creatividad y la iniciativa para la
innovación y así generar una cultura de la innovación.
Para la presente investigación se tomará en consideración lo establecido
por Menchén (2009), el cual define las competencias innovadoras como
aquellos comportamientos observables y habituales que posibilitan la
innovación en el trabajo, así mismo destaca la necesidad de incorporar
dichas competencias en las organizaciones. Se puede inferir de lo anterior,
que el fomento y desarrollo de las competencias innovadoras en los
departamentos de investigación de los IUT facilitaran las innovaciones
fortaleciendo los grupos de investigación, aprovechando así las
oportunidades para generar soluciones eficientes a los problemas de la
sociedad.
2.2.4.1. Trabajo en Equipo
Para Fernández (2005), un equipo es un conjunto de personas con
capacidades complementarias, comprometidas con un mismo proceso, con
objetivos comunes en cuanto a resultados y con un enfoque determinado, de
todo lo cual se consideran conjuntamente responsables. El trabajo en equipo,
se considera inicialmente como una competencia innovadora, es la
capacidad de integrarse y de colaborar de forma activa en la consecución de
objetivos comunes con otras personas. Además implica, voluntad para
compartir libremente ideas e información, afrontar diferencias y alinear los
76
intereses personales con los del grupo, dominio en la resolución de
problemas y comunicación interpersonal.
Al respecto Chiavenato (2010), el trabajo en equipo conlleva grandes
ventajas a las organizaciones y las personas; para las primeras, se rompen
las barreras interdepartamentales, facilitando la comunicación, coordinación
e integración. En el caso de las personas, se genera un mayor compromiso
general, social y emocional y alta participación en las decisiones. El trabajo
en equipo genera sinergia positiva a través del esfuerzo coordinado, los
esfuerzos individuales dan como resultado un nivel de desempeño superior
al total de sus aportaciones individuales.
Las consideraciones anteriores son pertinentes con la presente
investigación, dado que en los departamentos de investigación se debe
cultivar el sentido del trabajo en equipo, para promover en torno a estos
departamentos una cultura hacia la innovación, cumpliendo así con los
aspectos relativos a la función investigacion que se realiza en los IUT, como
son la generación de conocimiento y la necesidad de ofrecer respuestas al
entorno.
2.2.4.2. Toma de Decisiones
La toma de decisiones influye en el futuro de las organizaciones, estas
crecen, prosperan o fracasan según las decisiones que tomen sus miembros.
Para Robbins y Judge (2009), es la actitud de la persona para ser capaz de
77
generar y evaluar alternativas, haciendo elecciones competentes. Igualmente
Daft (2004), define la toma de decisiones como un proceso en el que se
identifican los problemas y oportunidades para después resolverlos;
asimismo señala que este proceso no es fácil, generalmente la mayoría de
decisiones se toma con riesgo e incertidumbre.
De igual manera para Chiavenato (2009), la toma de decisiones es un
proceso que consiste en hacer un análisis y elegir entre varias opciones un
curso de acción. Este proceso consta de siete etapas: la percepción de la
situación, el análisis y la definición del problema, la definición de los
objetivos, la búsqueda de opciones de solución, la evaluación y comparación
de las opciones, la elección y aplicación de la opción escogida.
Atendiendo a lo expuesto por los diferentes autores, se observa la visión
común en cuanto a la conceptualización de la toma de decisiones, como la
evaluación de alternativas para seleccionar un curso de acción. Es
importante señalar que la presencia dentro de las organizaciones de la
innovación y la asunción de riesgos influyen en la toma de decisiones.
2.2.4.3. Comunicación
Para Barañano (2005), el éxito de la innovación depende en gran
medida, tanto de la creación como del mantenimiento de canales de
comunicación fluidos, tanto internos como externos, permitiendo el
intercambio de datos, información, y conocimientos oportunos entre las
78
diferentes unidades organizacionales. En consecuencia, es necesaria como
unidad de medida básica la creación de canales múltiples de comunicación,
no solo verticales, sino horizontales que conecten individuos localizados en
diferentes unidades departamentales.
Al respecto, Fernández (2005) coincide con Barañano (2005) al señalar
el fomento de la innovación depende de la existencia de canales de
comunicación abiertos, tanto horizontales como verticales y de un
contacto permanente con el exterior, ya que esto estimula el aprendizaje
interactivo. Igualmente acota, la comunicación debe fluir en todas las
direcciones, gozando de los mayores niveles posibles de liberad y
legitimidad.
En el mismo orden de ideas, Carballo (2008) concibe la comunicación
como intercomunicación, ya que la misma contempla, tanto la relación con
otros, como la calidad de esas relaciones. Por lo tanto, se debe buscar la
calidad de la comunicación, entendida como la capacidad para intercambio
mutuo de información con el apoyo y colaboración de los integrantes del
equipo involucrado en el proceso. De acuerdo con lo expuesto, es evidente
que la comunicación y su calidad es función del grupo de trabajo; asimismo
para el citado autor, la comunicación representa un indicador de la
potencialidad innovadora y competitiva de cualquier organización.
Por otro lado, Fernández (2005) indica dependiendo del modo que la
información se comunica, se tiene la comunicación formal e informal. La
primera, se refiere a la comunicación escrita, utilizando para ello los
79
memorándum, informes técnicos, correspondencia y las reuniones con
agenda; la informal alude a la comunicación oral, surge de forma espontanea
entre las personas permitiendo la interacción social entre los miembros de las
organizaciones.
De lo expuesto anteriormente, se puede inferir que las organizaciones
que deseen solucionar sus problemas de una manera eficaz, deben darle
prioridad a las comunicaciones horizontales del personal y favorecer entre
los trabajadores el intercambio de información, permitiendo compartir ideas,
saberes, conocimientos, experiencias lo cual promueve la creatividad
facilitando la innovación.
2.2.4.4. Capacidad para asumir riesgos
La innovación por definición implica riesgo, éste proviene de la
incertidumbre y su presencia permite innovar, un ambiente tolerante del
fracaso es indispensable para la innovación. Existen organizaciones que
limitan y generan en su personal el temor frente al riesgo, otras estimulan la
agresividad, la innovación y el riesgo calculado; una y otra actitud crea
contextos culturales diferentes, así mismo, originan conductas diversas e
influyen en el sistema de toma de decisiones. (Serna, 2008). Al respecto
Robbins y Judge (2009) sostiene que la aceptación o rechazo del riesgo
tiene consecuencias en el tiempo y en la cantidad de información que se
requiere para la toma de decisiones.
80
Atendiendo estas consideraciones, Kuczmarski (1997) sugiere las
organizaciones que deseen convertirse en innovadoras deben cambiar la
mentalidad y comenzar por establecer una cultura que fortalece a las
personas que asumen riesgos y piensan con creatividad. De acuerdo con
Daft (2004), el riesgo es una decisión basada en metas claras e información
confiable, pero los resultados futuros relacionados con las alternativas
dependen de la suerte; asimismo señala, asumir riesgos conlleva el deseo de
exponerse a la posibilidad de perder ante la oportunidad de ganar más.
Sin embargo Cano (2006) sostiene el riesgo proviene de la incertidumbre,
por lo cual hay que detectarla activamente y procurar resolverla, dejando
claro, hay un nivel mínimo de ella que no es posible evitar. Lo importante es
que el nivel de incertidumbre que permanezca no genere desequilibrios
dentro de la organización ni en las personas, es decir, el riesgo asociado sea
asumible. Además, el reconocer y aceptar los riesgos conscientemente
supone que la asunción de éstos se haga de manera inteligente.
Finalmente, los departamentos de investigación, caso de estudio, afronten
el cambio cultural para admitir la innovación como parte de su cultura es
necesario que asuman ciertos riesgos. En este contexto de cultura
innovadora se supone que el fracaso no sólo se tolera, sino se celebra; las
equivocaciones, los errores también forman parte del éxito. Se debe
fomentar en las personas correr riesgos de manera inteligente, aprender del
fracaso; igualmente promover un clima de libertad y experimentación sin
temor a equivocarse.
81
3. Sistema de Variables
3.1 Definición Nominal
Cultura de la Innovación
3.2 Definición Conceptual
Morcillo (2007, p.67), define la cultura de la innovación como una forma
de pensar y de actuar que genera, desarrolla y establece valores,
convicciones y actitudes, propensos a suscitar, asumir e impulsar ideas y
cambios que suponen mejoras en el funcionamiento y eficiencia de la
empresa, aún cuando ello implique una ruptura con lo convencional o
tradicional.
3.3 Definición Operacional
La variable Cultura de la Innovación se puede definir operacionalmente
como un estado mental, una forma de pensar y hacer las cosas en los
departamentos de investigación de los IUT, tendiente a la generación de
ideas y nuevos conocimientos que culminen en innovaciones que repercutan
en la mejora de las organizaciones universitarias haciéndolas más
competitivas.
82
Para los fines de esta investigación la variable cultura de la innovación se
desarrolla en cuatro dimensiones: elementos de la cultura de la innovación,
creatividad, valores y competencias innovadoras de las personas. Se medirá
a través de un instrumento de recolección de datos, donde se incluyen los
siguientes indicadores: estructura organizacional, funciones del líder creativo,
talento innovador, clima innovador, pensamiento creativo, experiencia,
motivación, apertura al cambio, desaprender, autonomía, iniciativa, trabajo
en equipo, toma de decisiones, comunicación y capacidad para asumir
riesgos.
Cuadro 5 Operacionalización de la variable: Cultura de la innovación
Objetivo general: Analizar la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos universitarios de la Región Andina
Objetivo Específico Variable Dimensión Indicador
Describir los elementos de la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos Universitarios de Tecnología de la Región Andina
Cul
tura
de
la In
nova
ción
Elementos de la cultura
Estructura Organizacional Funciones del líder creativo Talento Innovador Clima Innovador
Caracterizar la creatividad que propicia la formación de la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos Universitarios de Tecnología de la Región Andina
Creatividad Pensamiento Creativo Experiencia Motivación
Identificar los valores que soportan la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos Universitarios de Tecnología de la Región Andina
Valores
Apertura al cambio Desaprender Autonomía Iniciativa
Determinar las competencias innovadoras de las personas que fomentan la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos Universitarios de Tecnología de la Región Andina
Competencias innovadoras de las
personas
Trabajo en equipo Toma de decisiones Comunicación Capacidad para asumir
riesgos
Formular lineamientos estratégicos para impulsar la cultura de la innovación en los departamentos de investigación de los Institutos Universitarios de tecnología de la Región Andina
Fuente: Elaboración propia (2012)