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33 CAPÍTULO 2 LOS SERES HUMANOS ANTE LA COMPLEJIDAD Podríamos decir que la «paz» es una respuesta de los humanos a los desafíos del medio ambiente —naturaleza— en el que habita, ya que la satisfacción de necesidades será mayor en la medida en que se gestionen más óptimamente los recursos (bienes y satisfactores) disponibles. Es una respuesta que busca mayor grado de organización dentro de la especie humana y la mayor armonía con su medio. La paz significa alcanzar el máximo de equilibrio interno y, en esa medida, el menor grado de entropía externa, ya que un mayor desorden interior sólo podría ser compensado con el uso de mayores recursos energéticos del exterior. Su eficacia dependerá directamente, por tanto, de que sean tenidas en cuenta las variadas circunstancias en las que ella actúa y en las que lo hace su entorno. Además, muchas de estas circunstancias son comparti- das entre ambos —seres humanos y naturaleza— estableciéndose entre ellos relaciones de variado alcance. En esa medida la paz es una respues- ta a la complejidad en la que están involucrados los seres humanos. 2.1. LA MARAVILLOSA HISTORIA DE LA VIDA EN UN UNIVERSO COMPLEJO Recientemente se ha incrementado significativamente la literatura científica que describe y divulga cuál ha sido la larga historia de la humanidad. Que esta historia haya sido larga o corta depende de dónde y cómo se sitúen sus orígenes. Una de las posibilidades que nosotros vamos a descartar en este libro es interpretarlos desde una perspectiva «creacionista» —no científica en la medida en que no explica las

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CAPÍTULO 2LOS SERES HUMANOS ANTE LA COMPLEJIDAD

Podríamos decir que la «paz» es una respuesta de los humanos a losdesafíos del medio ambiente —naturaleza— en el que habita, ya que lasatisfacción de necesidades será mayor en la medida en que se gestionenmás óptimamente los recursos (bienes y satisfactores) disponibles. Esuna respuesta que busca mayor grado de organización dentro de laespecie humana y la mayor armonía con su medio. La paz significaalcanzar el máximo de equilibrio interno y, en esa medida, el menorgrado de entropía externa, ya que un mayor desorden interior sólo podríaser compensado con el uso de mayores recursos energéticos del exterior.Su eficacia dependerá directamente, por tanto, de que sean tenidas encuenta las variadas circunstancias en las que ella actúa y en las que lohace su entorno. Además, muchas de estas circunstancias son comparti-das entre ambos —seres humanos y naturaleza— estableciéndose entreellos relaciones de variado alcance. En esa medida la paz es una respues-ta a la complejidad en la que están involucrados los seres humanos.

2.1. LA MARAVILLOSA HISTORIA DE LA VIDA EN UN UNIVERSOCOMPLEJO

Recientemente se ha incrementado significativamente la literaturacientífica que describe y divulga cuál ha sido la larga historia de lahumanidad. Que esta historia haya sido larga o corta depende de dóndey cómo se sitúen sus orígenes. Una de las posibilidades que nosotrosvamos a descartar en este libro es interpretarlos desde una perspectiva«creacionista» —no científica en la medida en que no explica las

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relaciones con el resto de los seres vivos y el universo en general—, laotra es pensarlos desde una óptica evolucionista que necesariamente setendrá que remontar a los orígenes del universo para poder argumentaralgunos de los tópicos. Aun tomando opción por esta segunda posibi-lidad, no estamos exentos de tener problemas para relacionar bien losacontecimientos físicos, químicos y biológicos y, sobre todo, de dar unavisión «antropocéntrica», que coloca a los humano en el epicentro deluniverso. Este es el segundo escollo que tenemos que salvar.

Hasta cierto punto el antropocentrismo está relacionado y contami-nado por el creacionismo ya que está basado en un premisa común: lapreeminencia de los humanos sobre el resto de las especies y la natu-raleza. Y nos preguntaríamos si otro tipo de «centrismos» no están asu vez en la misma línea conceptual y paradigmática al afirmar quealgún grupo particular de humanos es preeminente sobre los demás.Razones de carácter biológico, étnico o cultural son argüídas en estesentido. Es por esto que este apartado «multiverso» y «holocéntrico»,que se apoya en la idea de que la evolución sigue sin curso y sin unametas definidas de antemano, tiene importancia.

El universo nace con el big bang hace 15.000 millones años, traseste primer gran estallido se formaron los componentes del mismo,galaxias, estrellas, planetas, etc. El universo pasó paulatinamente deser denso y caliente a estar casi vacío y frío como en los tiemposactuales. En este mismo sentido, la «flecha del tiempo» nos indica elcarácter direccional, lineal y unidimensional de esta expansión. Loque a su vez nos indica que los fenómenos se suceden según un ordenque va del pasado al futuro, de acuerdo con la constatación de que enlos sistemas cerrados observamos una creciente entropía.

El sistema solar y la tierra son consecuencia de esta gran explosióny su expansión. El Sol es una de las cien mil millones de estrellas dela Vía Láctea —una de las miles de millones de galaxias— y que noes ni de las más grandes ni especialmente distinta de otros muchosmillones de estrellas similares a ella. En el mismo proceso se formó elplaneta tierra hace aproximadamente 4.600 millones de años. Ésterecibe del sol la energía que hace posible la existencia de la vida ensu superficie. Así la tierra sólo dispone de la energía acumulada en sumasa y la que recibe por las radiaciones solares.1

1. En esta circunstancia reside el problema del «desarrollo sostenible» sobre alque haremos mención en varios momentos.

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Los investigadores se esfuerzan por encontrar las leyes de la evo-lución que le den sentido a la variedad de formas de vida en la tierray a los propios seres humanos, ya que en muchas de sus solucionesse hallan las explicaciones de nuestras características. Por lo tanto, enuna evolución no teleológica —sin objetivos definidos— encontra-mos la explicación de gran parte de nuestras conductas y de nuestrascapacidades y, en consecuencia, de los márgenes de nuestra «liber-tad». Esta teoría naturalista —frente al creacionismo— nos liga indi-sociablemente al resto de los seres vivos, al planeta tierra y al univer-so. Este es el verdadero sentido de nuestra hominización y humani-zación.

De la misma manera, la evolución nos indica los caminos paragarantizar nuestra subsistencia, para asegurarnos los mecanismos paraobtener los recursos para vivir. Posteriormente la cultura, la socializa-ción y las diversas formas de organización social optimizarán el acce-so a todos los bienes y satisfactores —materiales, mentales y socia-les— para que esta subsistencia quede asegurada. Las características,condiciones y conductas propiamente biológicas y las humanas seinteraccionan para permitir que este «éxito» sea posible. Lo hacen detal forma que la cultura se superpone, imbrica e integra sobre lascondiciones biológicas, hasta el punto de llegar a modificarlas. Pero,contrariamente, pensar que la cultura, nacida del proceso de la homi-nización, se impone por completo sobre la naturaleza no solamente esabsolutamente incierto —porque no es demostrable científicamente—sino que además es uno de los pecados mayores que podemos cometer:el antropocentrismo ya citado. Un error que puede además causardaños irreparables en nuestro medio y en nosotros mismos.

Por estas razones nos vamos a detener en algunas de la caracterís-ticas que nos llaman la atención especialmente para enmarcar nuestra«propia» historia. Hace aproximadamente unos 3.800 millones de añosapareció la vida que se basa en complejas redes de reacciones, de lasque participan, en los organismos más simples, por encima de cincomil sustancias orgánicas diferentes, que permiten el ciclo vital de lacélula. Carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre sonlos componentes de las moléculas de los glúcidos, hidratos de carbo-no, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Estos últimos, el ADN, ARN,portan la información para los procesos de construcción de los seresvivos . Sea de un supuesto Luca o de una comunidad de organismosgenéticos, el ancestro común más lejano vivía en una laguna marina,

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algún estanque cálido o en una grieta de rocas ígneas.2 A partir deentonces existe lo que podríamos llamar una «continuidad ontológi-ca», sin sobresaltos, sólo un proceso en el que las formas de vidacambian por «azar» para adaptarse a algunas de las posibilidades deles ofrece el medio ambiente.

La selección natural a través de la mutaciones, que se producencontinuamente en procesos azarosos de réplica del ADN, añaden va-riaciones en los fenotipos, algunos de los cuales se fijan como adaptacionesprobablemente porque añaden plasticidad a los individuos de la espe-cie correspondiente. Obviamente, siempre que sean posibles dentro delas leyes de física y de la química. De otro lado, está la filogenia a laque aludiremos en el capítulo siguiente al hablar de los conflictos, yaque ésta es la que nos ayuda a entender que otro organismo puede serel antecesor de cualquier especie y a identificar, clasificar y explicarel desarrollo de algunas adaptaciones. Igualmente se podría deducir elpor qué de determinados comportamientos o rasgos morfológicos. Eneste sentido se puede explicar como muchas de las características denuestros fenotipo y genotipo están en la semejanza con otros seresvivos más o menos cercanos.

Muchos científicos afirman que la clave principal de la vida es laexistencia de una información que tiene capacidad de autogenerarsey de crear orden, frente al desorden y la entropía. Dicho de otramanera, este orden se consigue con un mayor grado de organización,con un mayor grado de complejidad. Y una característica importantede estos procesos es que los seres vivos absorben la energía quenecesitan y, por extensión el orden, de su medio ambiente. Esta es unaconstante que, como veremos más adelante, se desarrolla con unasdimensiones aún mayores en las soluciones que los seres humanosaportan a la historia de la vida.

La información, es necesaria para ordenar todos los componente deun ser vivo y el ADN, antes citado, es el encargado de transmitir lainformación. Curiosamente gran parte de este proceso tan complejo se

2. Último ancestro común universal (Last Universal Common Ancestor). Estapropia historia del universo deja abierta la posibilidad de que situaciones pareci-das a las ocurridas en la tierra hayan podido tener lugar en otros planetas o enotros universos. ¿Hay vida fuera de este planeta? Cf. KAUFFMAN, Stuart (2003)Investigaciones. Complejidad, autoorganización y nuevas leyes para una biologíageneral, Barcelona.

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produce gracias, solamente, a las combinaciones de la moléculas de lospocos elementos químicos que hemos citado y en particular el hidró-geno, el carbono y el oxigeno que llegan al constituir el 98% de losátomos de los seres vivos.3

Después de la aparición de la vida durante miles de millones deaños sólo microorganismos vivieron en los mares, hasta que se produjolo que se ha llamado «explosión cámbrica», se cree que hace unos 580millones de años, en la que aparecieron los organismos multicelularesy de estructura más compleja que dieron posteriormente lugar a todoslos seres vivos de la tierra.

Como hemos afirmado, cualquier ser vivo, incluidos los humanos,necesita energía para mantener los procesos metabólicos básicos yactivos, mantener su crecimiento, desarrollo y posibilitar su reproduc-ción, y por lo tanto debe de adquirir nutrientes específicos a través desu dieta. Las condiciones medioambientales afectan directamente a laconsecución de esta energía, y esto es lo que sucedió a partir delMioceno (aprox. 23 millones de años) cuando la mayoría de las regio-nes tropicales del planeta eran cálidas y húmedas y se produjo unenfriamiento global del planeta, lo que hizo que los seres vivos, y enparticular los primates, tuvieran que adaptarse ante este nuevo desafíoclimático y ecológico. Quizás esto fuera lo que provocó un lentocambio hacia el hábitat de las sabanas y los bosques, que puede que,a su vez, condicionara la formación de grandes grupos.

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Los primates, que son nuestros parientes más cercanos, evoluciona-ron adquiriendo adaptaciones ante los retos de encontrar comida, evitara los depredadores o conseguir reproducirse en estas nuevas circuns-tancias. Entre su adaptaciones significativas, podemos resaltar sus in-teracciones sociales dentro de las que se realizan comportamientos

3. Por eso se crea una interdependencia —que esta en la base de los razona-mientos de los ecologistas y sus propuestas de desarrollo sostenible— entre laenergía que se absorbe del medio y el orden que se consigue. En consecuenciacualquier propuesta de Paz o Derechos Humanos debería de tener presente la bajaentropía y el desarrollo sostenible.

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altruistas complejos y la inteligencia como una habilidad para resolverproblemas ecológicos o sociales.4

Además, como parece obvio, la evolución de nuestra especie haestado relacionada con las condiciones geológicas, climáticas y bio-lógicas, ya que éstas han cambiado significativamente en las últimosmillones de años. Los primates aparecieron entre 55 y 34 millones deaños; los hominoides (proconsul) hace 27 millones; y entre 2 y 4millones de años está fechada la antigüedad del genero homo, elesqueleto de un individuo —Lucy—, de las especie australopithecusafarensis.5

Entre sus nuevas características resaltemos: estaban dotados degrandes cerebros, más grandes que sus parientes cercanos; sus dienteseran más pequeños; eran bípedos y, a pesar de que pasaban bastantetiempo en los árboles, la liberación de las manos pudo jugar un papelimportante en la modificación de sus antiguas tareas y la realizaciónde algunas nuevas; mayor tamaño, en comparación con la mayoría delresto de los primates, lo que cabe interpretar como una adaptación ala vida terrestre; y fabricaban herramientas de piedra.

Sigamos con la historia de los homínidos. El homo erectus existióen la tierra al menos desde hace 500.000 años —algunos datos podríanremontar su existencia a más de un millón de años—. Entre sus rasgosfigura la difusión a lo largo de toda Eurasia, África y quizás Europa,en un periodo que debió de ser más frío, lo que le obligó a cambiaralgunos de sus modos de subsistencia. Algo más tarde, en el Pleisto-ceno medio, hace aproximadamente 400.000 años se encuentran losrestos de unos individuos, a los que se les ha llamado Homo sapiensarcaico, con un cerebro apreciablemente más grande que sus predece-sores, entre 1.200 y 1.300 centímetros cúbicos. En algún momento deperíodo interglaciar con los neandertales se confirman las tendenciasevolutivas, especialmente en el crecimiento de cerebro. Y hace cerca

4. Los humanos somos filogenéticamente primates antropoides (suborden),catarrinos (infraorden) y homoideos (superfamilia). Cf. MORIN, Edgar (2001) Laidentidad humana. El método V. La humanidad de la humanidad, Barcelona.

5. Otros homínidos como el Austrolopithecus anamensis y el ramidus pudieronser anteriores a este último, a ellos pudieron seguirle el africanus, robustus y otrasespecies. Cf. BOYD, Robert y SILK, Joan B. (2001) Cómo evolucionaron loshumanos, Barcelona, pp. 290 ss.

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de 100.000 años aparecieron los restos del Homo sapiens anatómica-mente moderno que fueron hallados en el Próximo Oriente, aunquealgunos piensan que puede que existieran en África. Esta nueva espe-cie coexistió con los neandertales durante miles de años.

Finalmente, hace entre 35.000 y 45.000 años se produjeron unoscambios culturales muy significativos en los homo sapiens como puedenser: una industria mas variada y elaborada en diversos materiales,construcción de refugios y expresión simbólica apreciable en orna-mentos y expresiones artísticas, o enterramientos rituales. Su avancestecnológicos y culturales les permitieron relacionarse con el medioambiente en mejores condiciones que sus contemporáneos neanderta-les. Su organización social, basada en relaciones de parentesco debandas igualitarias, les facilitaba todas sus tareas fundamentales talescomo la defensa del grupo, o conseguir alimentos. Hay que resaltar queparece clara la permanencia de la especialización en el trabajo entremujeres y hombres, un rasgo que ya se podría apreciar en sus prede-cesores. Cooperar, compartir y la reciprocidad son rasgos que se pue-den identificar claramente con la regulación pacífica de conflictos.6

La aparición del lenguaje como una estructura compleja interaccio-nada con la selección natural con el propósito de facilitar la comuni-cación es objeto de debate. Hasta cierto punto forma parte de lasincógnitas e interrogaciones sobre la relación biología-cultura, mente-cerebro. Aunque parece lógico pensar que el lenguaje esté basado enla características morfológicas (forma de la garganta, capacidadesauditivas, ...) y mentales (memoria, interpretación, ...) disponibles enlos seres que lo propiciaron. Por estas razones tampoco está clarocuándo podemos hablar propiamente de lenguajes, entre las muchasfechas propuestas de datación que podrían ir desde los 2 millones,basándose en las características anatómicas, a los 40.000 años.

Quizás merezca la pena incidir, tras esta breve exposición de lafilogenia humana, en que todos los rasgos que presentan los sereshumanos, genotípicos, fenotípicos o conductuales, son el resultado dela interacción entre las bases de nuestra información codificada —el

6. MARTÍNEZ FERNÁNDEZ, Gabriel y JIMENEZ ARENAS, Juan Manuel(2005) «Los humanos ni violento ni pacíficos por naturaleza, sino todo lo contra-rio.», en PÉREZ BELTRÁN, Carmelo y MUÑOZ, Francisco A., Experiencias dePaz en el Mediterráneo, Granada, pp. 59-126.

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genoma— y el medio ambiente, en el que hay que incluir el universo,el planeta tierra, el resto de los seres vivos y a la propia especiehumana, siendo la energía química uno de los enlaces transversalesbásicos entre todos ellos.

El ser humano tiene aproximadamente cien billones de células,dentro del núcleo de la mayoría de ellas (si exceptuamos óvulos yespermatozoides) se encuentran veintitrés cromosomas en los que sehalla el genoma humano, probablemente hay entre treinta y ochentamil genes. Cada cromosoma está compuesto de una larguísima cadenade moléculas de ADN, donde están codificados los genomas usandotres letras de las cuatro de las que dispone A (adenina), C (citosina),G (guanina) y T (tinina), éstas forman largas cadenas de azúcar yfosfato. Los cromosomas de una célula puestos en línea podrían abar-car alrededor de dos metros y todos los de un ser humano cientosesenta mil millones de kilómetros. Estas son las bases de nuestraorganización y reproducción.

El genoma humano puede replicarse y traducirse y en este procesose pueden producir algunos errores, por omisión, pérdida o duplica-ción de alguna de las cadenas de información, lo que se conoce comomutación. Se ha llegado a calcular que los seres humanos acumulamoscien mutaciones por generación, lo que en la mayoría de los casos notiene ningún alcance, ya que no afecta a la transmisión fidedigna dela información, pero que en otros casos puede ser trágico o simplemen-te contribuir a fijar algún cambio evolutivo. Es decir, todo el largoproceso evolutivo que hemos visto anteriormente nos confirma que losseres humanos —Homo sapiens sapiens— somos la especie más com-pleja conocida en el universo, lo que supone un éxito de adaptaciónecológica que se ha sobrepuesto a otras muchas líneas de evoluciónextinguidas.7 Quizás por ello sea el más abundante entre los seresvivos de ciertas dimensiones corporales. Nuestra evolución, las muta-ciones y adaptaciones, continúa desde los primeros individuos de laespecie a lo largo de todas las generaciones. Los procesos adaptativosgenotípicos, fenotípicos, mentales y culturales se ejecutan y ponen enpráctica en cada uno de los 106.000.000.000 individuos que, según

7. Muchos de nuestros antecesores, tales como cordados, peces, reptiles, mamí-feros, primates, simios, se extinguieron, hace decenas de millones de años, ante lasdificultades de adaptación.

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algunas estimaciones, han existido de nuestra especie. Se ensayan yvalidan individualmente, grupalmente, en las familias, en las institu-ciones, en las naciones, ... y en la propia especie.

Como venimos observando, en nuestro objeto de estudio concurrenmuchas circunstancias diversas que a su vez establecen entre ellasrelaciones e interacciones de diverso alcance y consideración. No esde extrañar, los seres humanos representan el grado más alto de com-plejidad del universo ya que por un lado son resultado de todos loscambios, tensiones y convulsiones del propio universo y por otroacumulan en sí mismos organización y diseño para poder subsistir enel medio en el que habitan: universo, sistema solar, planeta tierra.8 Lalibertad, el libre albedrío, comprendida dentro de este proceso evolu-tivo, representa la capacidad cultural para elegir entre las posibilida-des dadas por los genes, por la selección natural.

La complejidad a la que nos enfrentamos es una de la caracterís-ticas resultantes de todo este proceso que estamos recontando. Aun-que, bien visto, tiene un doble significado: de un lado nos advierte deaquellas realidades que encierran una trama de circunstancias y rela-ciones, difíciles de comprender; y por otro nos recuerda nuestras limi-taciones como humanos, por muy «sapiens» que seamos, para podercomprender y explicarlo todo. En su primer significado se definen loslazos entre entes heterogéneos, en cuanto sus aspectos cualitativos ycuantitativos, que podrían incluir acontecimientos, acciones, relacio-nes, interacciones, retroalimentaciones, necesidades, azares, orden ydesorden. Por ello, la complejidad nos relaciona con la imperfección,porque nos pone en contacto con lo irreductible y la incertidumbre.

2.3. COOPERACIÓN FRENTE A LA COMPLEJIDAD

Decimos que algo es complejo cuando simplemente no lo compren-demos. Por ello, por un lado produce turbación, inquietud e inmovi-lización, y por otro se convierte en refugio del desconocimiento. Enambos sentidos se relaciona con los problemas de la paz y la violencia.Y una vez dotados de la humildad necesaria para reconocer que no loabarcamos todo, es aconsejable revigorizar el pensamiento para, a

8. Algunos de estos aspectos los hemos visto en el capitulo precedente.

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pesar de reconocer las limitaciones del mismo, aproximarnos al máxi-mo a la aprehensión de la realidad, para poder potenciar la paz y frenarlos fenómenos de la violencia.

Vemos, pues, que nuestros campos de estudio son complicados,complejos, y estamos comprometidos y convencidos de la necesidadde investigar la Paz y lo Derechos Humanos, para poder abordar, enlas mejores condiciones posibles, los desafíos que tenemos al respecto.Evidentemente el abordar un objeto de estudio sujeto a tantas varia-bles y relaciones como hemos descrito hasta el momento exige dotar-nos de un «pensamiento complejo», un pensamiento que sea capaz dearticular las variables de la especie humana (biología, organización,emociones, inteligencia, ...), de potenciar los valores que estimemosoportunos y las metodologías y epistemologías más idóneas posiblespara estos fines. Algo complicado sin duda, pero absolutamente realen la medida en que todas nuestras prácticas llevan una «carga teóri-ca» que incluyen todos estos presupuestos.

Además, tal como hemos señalado, estos campos de estudio serelacionan con otros cercanos (estudios de mujeres, desarrollo sosteni-ble, postcoloniales, ...) que aportan, asimismo, perspectivas teóricasdignas de ser tenidas en cuenta. Existe una retroalimentación entre losdiversos campos transdisciplinares que abordan la complejidad del serhumano. Igualmente en todos aquellos que proponen y trabajan pormundos más justos.

Las formas de la cultura, por ejemplo, de las que los derechos huma-nos son una parte inescindible en estos inicios de siglo, son siemprehíbridas, mezcladas, impuras. No hay formas culturales puras, aunqueésta pueda ser la tendencia ideológica de gran parte de la investigaciónsocial. Nuestras producciones culturales y, en consecuencia, aquellascon trascendencia jurídica y política, son ficciones que aplicamos alproceso de construcción social de la realidad. Reconocer que nuestrascategorías e instituciones se basan en ficciones, no implica degradar sunaturaleza de instrumentos, de técnicas adecuadas para llevar a la prác-tica nuestra concepción de la sociedad. Pero hacerlo así nos pone enevidencia algo muy importante para el diálogo y la capacidad de trans-formación de lo real: todas estas construcciones están determinadas porla historia y por la labor interpretativa de la humanidad. Por algo en laraíz etimológica del término ficción está el verbo «hacer».

Así pues, la Paz y los Derechos Humanos son un tema de altacomplejidad por hacer referencia a asuntos humanos y por los objeti-

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vos que persigue. Por un lado, en ellos se da una confluencia estrechaentre elementos ideológicos y culturales. Por otro, su naturaleza nor-mativa está estrechamente imbricada en la vida concreta de las perso-nas. Por su propios contenidos éticos y científicos se enfrenta con unosobjetivos normativos que apelan a unas condiciones sociales de jus-ticia y equidad y al estudio de todas aquellas variables individuales,grupales y de especie que de una u otra forma las han posibilitado enel pasado, el presente o sus proyecciones hacia el futuro, y la concu-rrencia de todas las ciencias y disciplinas que ayudaran a poder com-prender estos objetivos. No podremos comprender de qué estamoshablando sin un análisis que no parta de dicha complejidad teórica ydicho compromiso humano. Es necesario entonces volver al viejocanon humano de la cooperación para poder afrontar con alguna po-sibilidad de éxito este nuevo desafío.

Queremos asumir la tarea de investigar sobre el «bienestar» indi-vidual y social desde todas sus ventajas y dificultades y desde todoel compromiso que nos exigen. La Paz y los Derechos Humanos, comopor lo general todo fenómeno político y jurídico, están penetrados porintereses ideológicos y no pueden ser entendidos al margen de sutrasfondo cultural. Sin embargo, como ocurre cuando un fenómeno sereconoce jurídicamente, se comienza a negar su carácter ideológico, suestrecha vinculación con intereses concretos, y su carácter cultural; esdecir, se le saca del contexto, se universaliza y, por ello, se le sustraesu capacidad y su posibilidad de transformarse y transformar el mundo.Esta tendencia es la que permite que el derecho pueda ser objetoexclusivamente de análisis lógico-formales y sometido a cierres epis-temológicos que lo separan de los contextos y los intereses que nece-sariamente subyacen al mismo.

Lo puro, lo perfecto, es lo intrínsecamente simple, lo únicamenteél mismo; sólo admite la contemplación inmediata de la mística. Porel contrario, lo impuro es siempre y únicamente con respecto a otros,ofreciendo posibilidades infinitas a la reflexión y al discurso. Por ello,sólo lo impuro está sometido a la relación con otros fenómenos: esdeterminable su posición en un espacio; su dis-posición, con respectoa lo otro que no es él mismo; y su posibilidad de narración, dada suestrecha conexión con el devenir temporal.

A lo puro sólo puede llegarse por vía negativa, es decir, despojan-do al pretendido objeto de conocimiento de todas sus impurezas ynegándole sucesivamente los atributos de una existencia en sí y por

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sí. Hacia lo puro sólo puede marcharse remontando desde lo impuro(lo plural, lo relacionable, lo narrable) hacia lo que, en última instan-cia, no puede (ni quizá, deba) ser descrito ni analizado. Estamos anteel método dialéctico (parmenídeo-platónico) de aproximaciones suce-sivas e «infinitas» hacia algo que nunca llegaremos a conocer.9 Perolo peor para una investigación crítica y compleja de los derechosconsiste en que al encerrarnos en la búsqueda de lo absoluto, el mismométodo nos va a impedir en el futuro volver a tomar contacto con elcontexto (con lo plural, lo relacionable, lo narrable).

Lo impuro, imperfecto, exige, por el contrario, una vía positiva deacercamiento. Lo único que podemos conocer es aquello que estásituado, lo que tiene una posición en un espacio concreto. El cono-cimiento de lo impuro exige reconocer los vínculos que se dan entrelos fenómenos que componen el objeto de nuestra investigación.Asimismo, tomar conciencia de la esencial pluralidad de todo objetode conocimiento, o, lo que es lo mismo, su dis-posición, nos inducea reconocer los contenidos y las diferencias que hacen del mismo elobjeto de nuestro afán de conocer. Al ser narrable, a causa de suinserción en la historia, necesitamos entender las razones de su movi-lidad, de sus transformaciones, de sus cambios. Aquiles salta. La tor-tuga mira sorprendida la sombra de Zenón que se aleja confuso. Unafilosofía de lo impuro nos pondría delante de las siguientes categoríaso instrumentos de trabajo: Espacio, contexto, posición, vínculos; Plu-ralidad, diferencia, dis-posición, contenidos; y Relato, historia, narra-ción, temporalidad, movilidad.

Como veremos más adelante, analizar un derecho humano o unapolítica de los mismos desde la perspectiva de lo impuro nos obligaríaa estudiarlos y ponerlos en práctica teniendo en cuenta la posición ylos vínculos que se dan en un espacio concreto y determinado. Nosconduciría necesariamente a conocer la disposición que dicho derechotiene con respecto a otros, con lo que tendríamos que conocer suscontenidos y sus diferencias relativas. Y, finalmente, reconocer lasnarraciones que sobre él se han vertido, teniendo presente la continuamovilidad de lo real.

9. Sobre las dialécticas sutiles y abiertas nos extenderemos más en el capítulocinco.

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Como afirma Steiner, «...la actividad humana no progresaría muchomientras continuemos considerando lo ‘falso’ —leamos, lo ‘impuro’—como algo primordialmente negativo, mientras sigamos considerandola antiobjetividad, la contradicción y todos los matices de la condi-ción como modos especializados y a menudo engendrados por unalógica bastarda»10. Lo puro es aquello que abomina de esos «maticesde la condición» que son la acción, la pluralidad y el tiempo, loscuales constituyen las tres fobias de toda filosofía purista: fobia a laacción, fobia a la pluralidad y fobia al tiempo. Construyendo toda unaapariencia de movilidad, el único movimiento, la única acción quepermite es la que continuamente se va deteniendo en los grados inter-medios. Va aplazando continuamente la llegada. Así quedamos atra-pados en un juego socrático de palabras. Sofística de la peor especie.Sabemos desde el principio que nunca llegaremos a la contemplaciónde la idea pura o a la realización terrenal del bien. ¡Cuántos diálogosplatónicos tienen un final abierto, no por actitudes democráticas opluralistas, sino por la imposibilidad de alcanzar la meta deseada! Enrealidad no nos movemos, sólo aplazamos indefinidamente el saltofinal hacia el conocimiento, puesto que lo que se niega es precisamen-te el espacio donde los términos de la discusión hallarían su contexto.Al hurtar la categoría de espacio, nos quedamos sin la posibilidad deactuar sobre la realidad. Sólo tenemos una apariencia de acción.Apariencia de movimiento.

Y, por otro lado, sufrimos también de una apariencia de pluralidad.Instituyendo la dualidad, el purismo reniega de la pluralidad al esta-bilizar en dos la multiplicidad de conexiones de lo real. La dualidades algo ajeno a la experiencia: supone una esquematización de larealidad, el predominio de un polo sobre otro, una lógica de orden quedesplaza la importancia del conflicto. Verdad relativa v(ersus) verdadabsoluta; libertad v universalidad; teoría v práctica; forma v conteni-do. Todos estos falsos dilemas esquematizan nuestra forma de ver elmundo. Nos colocan ante pretendidas oposiciones irresolubles, cuandono son más que diferentes aspectos del proceso de investigación enciencias sociales. En definitiva, la dualidad es disyunción, desgarra-miento, elección entre polos ficticios y reductores de toda compleji-dad.

10. STEINER, G., Op. cit., p. 534

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Y, por último, el purismo abomina del tiempo. Lo perfecto y purose sitúa en el origen de todo. Está excluido del devenir. Idealiza unpasado (edad de oro) que estuvo y ya no está y nunca volverá a estar.Postula (escatología) un futuro al que nunca se llegará. De un modou otro, niega el presente y las posibilidades de transformación. Eldevenir purista no es más que la repetición mediante la cual lo mismose convierte en lo mismo. Rechazando lo otro, se exorciza la relación.Abominando del tiempo, se exorciza la historia. Postulando una caídaoriginal, se desprecia la conciencia del cuerpo y del espacio. Adán yEva aprehenden su cuerpo (desde la vergüenza), el espacio dondeestán (la pérdida irreparable del Paraíso), la realidad de lo otro (mujer-hombre) y asumen el tiempo, su tiempo como castigo (la vejez, lainevitabilidad de la muerte). Una filosofía de lo impuro reivindicarásiempre aquellos «matices de la condición» que son la acción, lapluralidad y el tiempo, bajo la forma de una aceptación explícita delespacio, del tiempo y la historia, de lo otro y de lo corporal como basede todo su afán de conocimiento. Consecuentemente, una filosofía delo impuro entenderá la paz y los derechos humanos desde la realidadde lo corporal, asumiéndolo sin vergüenza; del tiempo, visto como laposibilidad de cambio y transformación; de la alteridad, o, lo que eslo mismo, de la diferencia y de la pluralidad; y del espacio, el contextofísico y simbólico al que hemos sido «arrojados» sin compasión.

Obviamente, un aspecto de la crisis actual, relacionada de una uotra forma con la globalización, viene motivado por la aceleración delos cambios y por la complejidad de las interrelaciones existentes, loque da lugar a la escasa capacidad de comprensión de lo que acontece.Esta dificultad para comprender la realidad compleja está fomentada,entre otros factores, por la excesiva tendencia a fragmentar el conoci-miento y por una mala orientación de los esfuerzos en investigación.Frente a ello es necesario, por un lado, buscar nuevas estrategias depensamiento, epistemológicas, que superen la fragmentación referiday, por otro, establecer nuevas prioridades en la asignación de recursospara investigación y desarrollo. Sobre estas cuestiones volveremos enel último apartado del presente trabajo.11

Como estamos viendo, son tantas las preocupaciones asociadas ala paz, tantas las escalas, las variables culturales, las propuestas teó-

11. Nos relacionaremos también con estas temáticas en el capítulo siete.

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ricas, que a veces podríamos sentirnos turbados e incluso desanimadosante tan inmenso campo. Pero hay otra manera de enfocarlo: en primerlugar comprender que esto ocurre por la propia complejidad de laespecie humana, en cualquiera de sus manifestaciones; en segundolugar esto es fruto de la propia riqueza cultural humana en la que lasnormas y comportamientos propiciatorios de la paz son mayoría; y entercer lugar estas situaciones sólo pueden ser abordadas desde métodoscooperativos que sean capaces de confluir en espacios culturales ycientíficos donde cada aportación particular adquiera mayor sentido.12

También es preciso resaltar cómo en estos debates repercuten lospropios modelos que sobre el ser humano tengamos, ya que las cir-cunstancias de sus horizontes, objetivos, intereses, necesidades, per-cepciones, sentimientos o derechos nos fuerzan a reconstruir los mo-delos ontológicos o antropológicos que poseamos. La especie humanaes única pero a lo largo de su historia, en sus relaciones con eluniverso, la tierra, la naturaleza y su propia especie, ha tenido expe-riencias múltiples que hacen que el presente, y el futuro, esté lleno detal diversidad vivencial y cultural que obliga a dotarse de la suficientesensibilidad intelectual y epistémica para comprender y potenciar lamejor «humanidad» posible.

La complejidad no puede ser una varita mágica que todo lo resuel-va pero es, por el momento, uno de los caminos que pueden daralgunas claves, ya que asume el estudio de la trama de relaciones entreentes heterogéneos en cuanto sus aspectos cualitativos y cuantitativosque incluye acontecimientos, acciones, relaciones, interacciones, re-troalimentaciones, necesidades, azares, orden y desorden. Por ello,—como decíamos anteriormente— la complejidad nos relaciona con laimperfección, porque se relaciona con lo irreductible y la incertidum-bre. Así pues, por un lado produce turbación, inquietud e inmoviliza-ción, por otro se convierte en refugio del desconocimiento. En ambossentidos se relaciona con los problemas de la paz y la violencia. Muyal contrario, es necesario revigorizar el pensamiento para, a pesar de

12. Algunos de estos aspectos los hemos desarrollado en MUÑOZ, FranciscoA. y MOLINA RUEDA, Beatriz (2003) «Estudio e investigación de la paz», enMUÑOZ, Francisco A., MOLINA RUEDA, Beatriz y JIMÉNEZ BAUTISTA, Fran-cisco, Actas del I Congreso Hispanoamericano de Educación y Cultura de la Paz,Granada, pp. 35-54.

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reconocer las limitaciones del mismo, aproximarnos al máximo a laaprehensión de la realidad.13

El pensamiento generado en torno a la paz adquiere, por las carac-terísticas que hemos definido hasta ahora, la calidad de instrumentopara afrontar la complejidad en sus diversas escalas. Efectivamente, losconflictos tienen un potencial enorme de comprensión —al menos delos fenómenos humanos—, y la paz —como regulación justa y equi-tativa de los mismos— participa de esta potencialidad y proponesalidas deseables de los mismos. La conflictividad tiene que ser nece-sariamente abordada desde unas epistemologías abiertas inter y trans-disciplinares que son condiciones sine qua non para abordar la com-plejidad. Las relaciones entre la paz imperfecta, las mediaciones y laviolencia estructural sólo pueden ser, finalmente, comprendidas porlos presupuestos de la complejidad.

Las distintas disciplinas, que por sí solas se encuentran limitadase inoperantes ante la evidencia de sus dependencias de fenomenolo-gías más amplias y paralelamente de unas dimensiones mayores de lacomplejidad —particularmente de los cambios que se producen y lasrelaciones entre las partes y el todo—, necesitan de estrategias epis-temológicas —si queremos también axiológicas y ontológicas— parapoder ubicarse en la aventura de comprender el universo y a estosanimalitos recientes llamados humanos.14

Desde esta perspectiva de la complejidad pueden ser comprendidosalgunos de los cambios que se producen, que parecen desafiar a laflecha del tiempo —las tendencias marcadas por las leyes de la termo-dinámica— y que confieren alguna esperanza al futuro de la humani-dad, relacionada con la capacidad de autoorganización. No en vano,

13. MORIN, Edgar (1995) Introducción al pensamiento complejo, Barcelona.El autor nos presenta tres principios que pueden ayudarnos a pensar la compleji-dad: principio dialógico (que permite asociar términos a la vez complementarios yantagonistas —permítannos que salvando las distancias lo asimilemos a la relaciónde paz imperfecta y violencia estructural—); principio de la recursividad organi-zacional («los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productoresde aquello que se produce»); principio hologramático («el menor punto... contie-ne la la casi totoalidad de la información...»).

14. Cf. WAGENSBERG, Jorge (1994) Ideas sobre la complejidad del mundo,Barcelona.

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Mayor Zaragoza ha utilizado estas teorías como marco de algunas desus propuestas de paz.15

Las propias acciones pacifistas se interaccionan con el conjunto deactividades y realidades sociales. Y las consecuencias de estas relacio-nes son a veces incontroladas por los propios sujetos de la acción. Estoquiere decir que pasan a formar parte «inmediatamente» del entramadocomplejo de la realidad circundante y, lógicamente, no serían lo su-ficientemente eficaces si no se sitúan en estrategias que tengan enconsideración estas condiciones y a la vez sean evaluadas desde susimplicaciones complejas.

Los seres vivientes, como entes organizados, toleran mejor el des-orden en la medida en que sea más compleja la organización, comocomplemento la solidaridad entre sus miembros también permite unosmayores niveles de tolerancia.

15. MAYOR ZARAGOZA, Federico (1997) Una nueva página, México.

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