Capitulo 1 El Destino No Perdona

8/2/2019 Capitulo 1 El Destino No Perdona

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CAPITULO 1 EL DESTINO NO PERDONA

"La muerte os espera en todas partes; pero, s sois prudentes, en todas partes laesperis vosotros."

Mayo, 2002

Aunque apenas eran las tres de la tarde el cielo estaba completamente negro, lasnubes que cubran el cielo le daban un aspecto lgubre a la ciudad. Una grantormenta se haba desatado sumiendo las calles en la oscuridad como si la nochehubiese cado antes del crepsculo.

La familia Dickens sala de su domicilio para ir a ver a la madre del cabeza defamilia. Una pareja relativamente joven con sus dos hijos, Susanne y Mario, los

dos de apenas catorce aos.

El trfico en la ciudad era terriblemente denso, y sino fuese por la delicada saludde la abuela no habran salido del confort de su casa. Los limpia parabrisas nodaba abasto para el aguacero que caa y el padre de familia estaba tenso tratandode mantener el vehculo lo ms estable posible.

El camino ms rpido para llegar al otro lado de la ciudad donde resida lamatriarca era salir y tomar la nacional. El trfico all era ms pesado pero podranavanzar con menos contratiempos.

Eva tom la mano de su esposo en un intento de infundirle algo de tranquilidad,era un gesto muy comn entre la pareja pues el simple roce de sus pieles bastabapara ahuyentar todos los temores, pero tambin fue el gesto que desencaden latragedia.

Andrew se distrajo dos segundos para clavar sus ojos en los de la hermosa mujerque haba prometido compartir el resto de su vida con l. Tan solo dos segundosen los que sus cinco sentidos dejaron de estar enfocados en la carretera losuficiente para que cuando oyese el sonido del claxon de aquel camin ya nopudiese reaccionar.

El estruendo de los metales al chocar, los cristales estallando en pedazos todosumado a los gritos de terror de los cuatro ocupantes del vehiculo quedarongrabados a fuego en las mentes de aquellos que con horror presenciaron elfatdico accidente.


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La parte frontal del coche choc contra la del gran camin trasformndose en unacorden en el que no se reconoca ni tan siquiera la marca del fabricante. Loscuerpos del matrimonio quedaron atrapados entre el amasijo de hierros mientrasel de Susanne sali disparado atravesando una de las ventanas.

No haba nada que hacer ya por ellos, en aquellos cuerpos no quedaba ningnaliento de vida.

Mario no corri la misma suerte, aunque qued atrapado su corazn se resisti adejar de latir. En ningn momento recuper la consciencia, su mente haba viajadoa aos luz del lugar, perdindose para siempre.

Forks, 2009

Todos mis miedos y terrores se vieron reunidos en aquella explanada cuandoaquella vampira hizo acto de presencia con su cabello rojo fuego sacudido por lasuave y glida brisa de aquel da tan atpico.

La conversacin y el enfrentamiento estaban teniendo lugar ante mis narices sinque yo pudiese realmente saber que pasaba. Nos habamos recluido en aquelrecndito lugar para huir precisamente de ella, para que no pudiese llegar a mi ni al y todo haba sido para nada.

Todas las medidas que se haban tomado para alejarlos de nosotros haban sido

un completo fracaso, pues estbamos all los tres solos para enfrentarnos a unenemigo peligroso que no parara hasta obtener su trofeo a m.

El panorama no era muy alentador, puesto que el nico que realmente sabaluchar era Edward. Seth se haba visto obligado a quedarse por ser el miembroms joven de la manada y ahora se tendra que enfrentar solo a un nefito. Y yobueno, yo simplemente era una mera espectadora de la pelcula ms terrorficaque mis ojos contemplaran.

Arrinconada contra la pared de piedra vea como vampiros y lobo luchaban entresi, como el chocar de los cuerpos de mi ngel y aquel demonio hacia un ecoinsoportable, como se oan los chasquidos de los huesos del lobo cada vez que elnefito lograba asestarle algn golpe.

Por dentro cre morir de angustia, cada alarido abra una brecha en mi cuerpocreando cicatrices que difcilmente podran desaparecer algn da.


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Si lograba distraer a Victoria, Edward acabara con ella enseguida, l era buenluchador y podra controlarla a tiempo. Y si lograba mantener toda la atencin deRiley en m, Seth tendra algo ms de tiempo para recuperarse.

No saldra de all con vida, eso ya lo tena asumido. Rpidamente gir mi rostro

buscando aquellos ojos dorados que tanto amaba, quera observarlos por ltimavez, perderme en ellos y verme reflejada. Con aquella mirada tena que contarletodo lo que senta por l, todo el amor que viva en mi corazn humano y queclamaba su nombre incesantemente. Deba demostrarle que era l a quien elegapor sobre cualquier otra persona que era con l con quien haba decidido pasarel resto de mis das, o mi eternidad, aunque ya no fusemos a disfrutarla.

Quera ser capaz de abrirle mi mente, gritarle con fuerza cuanto lo amaba quese le grabase a fuego en la cabeza que para m l era un ngel, mi ngel.

Pero una vez ms el destino no dejaba que las cosas ocurriesen como nosotrosdesebamos. Habra sido incapaz de diferenciar cual de los dos borrones que semovan a una velocidad inverosmil si no fuese por la mancha naranja que dejabauno de ellos.

Poda ver cual era cual, pero no como iba la pelea. Me angustiaba no saberrealmente si Edward estaba en peligro o si saldra airoso del enfrentamiento.

No vi sus ojos, ni tan siquiera su hermoso rostro de dios griego. No vi nada de

nada, pero no por eso iba a detenerme, tena que darles la oportunidad de salir deall ilesos o al menos vivos. Seth mereca volver con su madre y su hermana, yono tena derecho alguno a poner su vida en riesgo cuando apenas habansuperado la muerte de Harry.

Tom aire con fuerza y clav mis ojos en el vampiro que segua acechndome. Mepreguntaba que era lo que le detena para haberme atacado ya yo era la presams fcil en ese momento. La respuesta era sencilla yo era de Victoria.

Otra bocanada de aire me hizo arder los pulmones, cerr los ojos tratando deasimilar lo que estaba a punto de hacer. Mi corazn desbocado haca que medoliese terriblemente el pecho y sintiese como mi sangre era bombeada frenticapor mis venas. Mis manos estaban heladas y entumecidas.

- Edward, te amo- susurr.

Supuse que an en las condiciones en las que nos encontrbamos sera capaz de


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orme. l no dejara de estar pendiente de ninguno de mis movimientos, ese eraEdward Cullen, el perfecto protector.

Tom con fuerza la manga de mi suter y lo alc para dejar a la vista la cicatriz delao anterior. Ya apenas era una lnea rosada, que con mi plida piel se disimulaba

muy bien.

Empu con fuerza aquella arma improvisada y lo acerqu lentamente hacia mipiel. Un jadeo proveniente del lobo me eriz la piel.

No quise mirarle, pues algo me deca que l saba cuales eran mis intencionesl tambin conoca la leyenda de la tercera esposa de Taha Aki.

No me dio tiempo a rozar mi propia piel cuando el enorme lobo se puso en pie de

un salto, gil y completamente recuperado mostraba feroz sus grandes dientes alvampiro que ahora pareca desconcertado.

Al mismo tiempo un grito furioso logr detener mi pequea incursin en el mundode las heronas.

- Detente Bella- no caba duda de que aquella era la voz de un ngel.

Volv a buscarle con la mirada, y all estaba, parado con los ojos abiertos conterror. Un brazo extendido hacia mi direccin y un gesto de suplica en el rostro.

Que estpida fui! Que ignorante e irresponsable! Que egosta al tratar de tenertambin mi momento de gloria!

No hizo falta ms que aquella pequea distraccin para que se desatase latragedia.

De un veloz movimiento Victoria pas por su lado y de un golpe seco seccionaquel brazo que se extenda hacia m, separndolo del cuerpo con un chasquidoseguido del peor sonido que jams cre or.

- No!- grit con todas mis fuerzas logrando posiblemente desgarrarme lagarganta.

Pero que ms daba mi garganta cuando estaba sintiendo como mi propia almaestaba siendo acribillada a navajazos. El grito agnico de Edward me hizo perderel equilibrio cayendo al suelo de rodillas al mismo tiempo que l.


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Ni dos segundos pasaron cuando el borrn naranja apareci a su otro costadotomando el otro brazo para desencajarlo y arrancarlo tambin.

Las palabras, ni los gritos salan de mi boca. Tan solo era capaz de mover una y

otra vez la cabeza negando efusivamente. No, no, no eso era lo que mi mentegritaba. l no poda estar sufriendo tal salvajismo.

Rugidos furiosos resonaban entre los rboles rebotando en las paredes de aquellamontaa.

En un momento Victoria se situ detrs de l y acerc su boca a su odo. Meherva la sangre al mismo tiempo que crea que se haba detenido en su recorridopor mi cuerpo. Le susurr algo y la mandbula de mi amor se tens.

Sus ojos se cerraron con fuerza durante lo que a mi me pareci una eternidad.

Cuando los volvi a abrir mi mundo se vino abajo. El oro lquido de su miradaestaba clavada en mi. No hacan falta palabras para saber que aquello era unadespedida, no era necesario que hablase para que yo leyese que me amaba, queal igual que para m l lo era todo yo para l era tambin su mundo. ramos unalma viviendo en dos cuerpos, la compensacin del otro.

- Bella, mi amor- vea el esfuerzo que haca para que sus palabras no sonaran

rotas y aquello solo lograba hundirme ms en el abismo que se abra centmetro acentmetro ante mis ojos- por favor, no llores mi vida esto no es el final te lo juro.

La risa sdica de Victoria le hizo apretar los dientes con furia.

- No me hagas esto Edward, por favor tu no- supliqu.

- Tranquila mi nia, no es un adis solo un hasta luego- Victoria tirone de suscabellos- Nada ni nadie, yeme podr separarme de ti. Encontrar la manera devolver a tu lado mi vida. Aqu no exhalar mi ltimo aliento- sus ojos se clavaronen su captora y verdugo.

- Te amo Edward- grit.

Volvi a mirarme y aquella sonrisa torcida que me robaba el aire se dibuj en susperfectos labios. La felicidad no llegaba a sus ojos, pero estos me gritabansilenciosos que l a m tambin me amaba.


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- Te encontrar mi nia te volver a tararear hasta que te duermas entre misbrazos te lo juro.

No tuve opcin a decirle que le esperara la eternidad entera si era necesario,

cuando Victoria de un movimiento rpido separ la cabeza de su cuerpo.

Me encontraba en condiciones de decir que la transformacin, an durando cienaos no poda ser tan dolorosa como aquello. Nada poda hacerte sentir aquello,no haba tortura en el mundo que llegase a igualar la sensacin de que tearrancaban tu vida sin tocar tu cuerpo.

Ante mis ojos una enorme pira tom forma. Ante m y con una gran sonrisa aquellabestia fue lanzando pedazo a pedazo lo que haba sido el hombre de mi vida.

Un tirn tras de m y un gruido tendran que haberme sacado de aquellapesadilla, pero todo era tan real como que un lobo estaba mordiendo mi ropa parasacarme de all.

Las lgrimas silenciosas empaaban mi visin, y las imgenes grabadas a fuegoen mi mente empaaban mi raciocinio. Estaba a lomos de un enorme loboalejndome de mi mitad.

No llegamos muy lejos cuando seis figuras humanas y varios lobos se

materializaron ante nosotros.

Unos fuertes brazos me tomaron con fuerza y me acunaron contra un glido ycorpulento pecho.

En aquellos momentos no era capaz de asimilar prcticamente nada aunque cadaescena se reproduce constantemente al cerrar los ojos.

Fui testigo mudo de la siguiente batalla, sin remordimiento alguno vi como seisvampiros acecharon a su presa hasta acorralarla. Miembros fueron seccionadossin piedad, con rabia y dolor, sin lgrimas fsicas todos los Cullen se cobraron suvenganza.

En pocos minutos haba un montculo de restos esperando para ser llevados a lahoguera.

Jasper sin expresin alguna en su rostro tom por la cabellera rojiza la cabeza


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decapitada del Victoria y se dirigi a la pira que ella misma haba encendido. Veacomo se mova lentamente hacia all, y en mi mente se dibujaba con horror laescena que vera a continuacin.

- No!- grit como pude y not un lquido inconfundible en mi paladar.

Pasando los dedos por la comisura de mis labios vi que se tean de rojo.Definitivamente me haba desgarrado la garganta, pero segua sin importarme.-No se os ocurra mezclar esa escoria con los restos de Edward- le amenacfuriosa.

Los ojos negros de Jasper se desviaron hacia la pira de fuego y su rostro se tens.Sin lugar a dudas l era el que ms consciente estaba siendo del dolor de todos,pero en mi corazn no era capaz de sentir tan siquiera lstima por l.

Una nueva llama prendi en un lugar bastante alejado de la primera y all fueronlanzados los restos de los dos vampiros que haban hundido mi vida en el msarduo infierno.

Camin como pude, tambaleante y sin firmeza hasta estar todo lo cerca que podade las brasas que se haban llevado lo ms preciado de este mundo. Me sentante ellas y respir profundamente. Una leve sonrisa se form en mi rostro al notarque ni las llamas eran capaces de arruinar su aroma varonil y fresco.

No poda apartar la vista de las ascuas que poco a poco iban reducindose a unpequeo montn de cenizas. Un polvo blanquecino eso era lo nico quequedaba de l.

Una mano con una temperatura realmente alta acarici mi mejilla. Una sensacinde vrtigo se hizo hueco en mi cuerpo, sumando otro dolor a mi ya mortificadocuerpo. Saba perfectamente quien era el que estaba a mi lado, pero no era capazni de mirarle a la cara. No quera ver sus ojos, ni su rostro no quera que mimirada cayese en aquellos labios que hacia apenas un par de horas habanestado pegados a lo mos.

La rabia se apoder de mi cuerpo, compensada entre la que senta hacia l y laque senta hacia mi misma.

- Aljate de m Jacob- dije todo lo mordaz que pude con la voz ronca por laslaceraciones de mi garganta.


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- Bella por favor, vmonos de aqu- dijo suplicante.

- He dicho que te alejes de m, no te quiero cerca, no quiero volver a verte jamsme has odo?

El siguiente capitulo lo publico maana XD dejen respuestas, con una meconformo SON GRATIS!! hahah XD -el otro cap te haze llorar como loca-

La lucha justa te vuelve valioso, la muerte en la lucha te vuelve eterno"

Todo a mi alrededor era confuso en cierta manera, Jacob no quera entender mirepentino cambio y porque no quera saber nada de l. Para l todo aquello debaresultar muy sencillo, l no haba perdido al amor de su vida, a su otra mitad lno haba malgastado su tiempo juntos por otra persona a la que realmente noamaba, ni se haba visto engaado para conseguir un beso. l no habatraicionado su propia alma por un embuste.

Tena ganas de arrancarle la piel a tiras, hacerle sufrir y ensearle una milsimaparte de lo que yo estaba sintiendo. Pero tampoco me poda engaar a mimisma yo era la traidora, yo era la que haba llevado todo a aquel punto.

Yo con mi egosmo, con mi absurda necesidad de estar cerca de Jake yo era laque haba daado a aquel ngel de pelo broncneo que ahora haba abandonadoeste mundo solo para protegerme.

No era merecedora de tal sacrificio, yo era la que tena que estar all ardiendo,consumindome en cenizas no l no mi vida.

Segua all sentada, muriendo lentamente por dentro pero sin lograr derramar ni

una sola lgrima. No me estaban permitidas, no tena derecho alguno a esa va deescape para mi dolor, y l me haba pedido que no llorase.

Esper all hasta que las brasas se extinguieron, hasta que solo quedaran lascenizas y las pudiese recoger. Si de algo estaba segura era de Edward tendra unfuneral como se mereca, todo aquel que quisiese tendra la oportunidad de darleel ltimo adis.


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Como si la hubiese llamado, como si le hubiese dicho lo que necesitaba, apareci

Alice a mi lado con un hermoso jarrn de fina porcelana. Tan solo me lo entregsin decir absolutamente nada. Era en momentos como esos en los que agradecasu don, momentos en los que me ahorraba la tortura de tener que hablar.

Pero me tuve que forzar a decir lo que quera, tena que hablar aunque con cadapalabra que emitiese me hundiese ms.

- Alice- mi voz sonaba rota y ronca- coged el Volvo y simular un accidente.

Mis palabras fueron escuetas, y su contestacin un simple asentimiento decabeza. No era necesario decir ms, ella era experta en arreglar escenarios comobien lo demostr ante mi encuentro con James.

Se alej de nosotros, de m y de las cenizas de Edward sin decir nada.

Todo haba empezado al amanecer, toda la pesadilla comenz al despertar, y yaestaba anocheciendo.

Sent su presencia a unos metros tras de m, no la habra odo si ella no hubiesequerido pero pareca querer avisarme de que estaba ah. No me gir a mirarla,poda intuir que haba llegado el momento en el que me dijese lo mucho que meodiaba, lo poco que mereca haber disfrutado del amor de su hermano Si tena

que sufrir su ira lo hara sin oponer resistencia, si ella deseaba matarme all mismole entregara mi vida gustosamente, total ya no me quedaba nada por lo queluchar.

- Bella- su voz son como un susurro, nada a lo que esperaba.

Avanz los pasos que la separaban de m y se sent a mi lado. La mir de reojo,su hermoso e idlico rostro estaba descompuesto, su larga y siempre perfectamelena estaba atada en una cola y con varios mechones fuera del sitio. Losperfectos y rojizos labios le temblaban ligeramente.

Nunca la haba visto tan hermosa a la par de vulnerable. Aquella no era la imagenque esperaba encontrarme cuando ella decidiese enfrentarme.

Estaba devastada, y no la culpaba, acababa de perder a un hermano su primerhermano, aunque ella no poda comparar su dolor con el mo.


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- Vamos a recoger las cenizas Bella- me dijo mirndome- le haremos el funeralms hermoso, como l mereca.

Sus ojos brillaban de una manera extraa, era como si estuviesen acumulndoselas lgrimas que su naturaleza le impeda derramar. En un acto involuntario mi

mano roz su mejilla y ella cerr los ojos con fuerza.

- Cambia esa cara Rose, l no quera que llorsemos.

Definitivamente ella no escuch mis palabras porque de un momento a otro latena aovillada con su cabeza sobre mis piernas sollozando desconsolada.

Aquello no era lo que yo necesitaba, ya tena bastante con mi propio dolor, con miagona y la falta de fuerzas para vivir en un mundo sin mi ngel, pero verla all tan

destrozada pudo conmigo.

Con calma pas mi mano por su espalda, fijando la vista de nuevo en aquellascenizas y gritndole mentalmente como haba sido capaz de irse y dejarnos atodos as.

No le odiaba, no poda todo aquello haba sido mi culpa, pero la parte infantil ycaprichosa de mi le llamaba egosta por irse as. l no tena que lidiar con la culpa,ni con el dolor de saber que nunca ms despertara entre sus brazos, que suaterciopelada voz no me tarareara mi nana cada noche para llevarme a los ms

bellos sueos.

Si cuando me abandon tras mi cumpleaos cre morir era porque no saba elverdadero significado de perderle. Saber que l poda estar en cualquier parte delmundo, divirtindose y distrayndose con alguna humana que cayese en susmanos no era lo ms duro que vivira.

Con casi diecinueve aos segua siendo una cra sin conocimiento, que pasa porla vida pensando que todo puede pasar, que cupido ha lanzado su flechaunindome a un ngel sin alas.

Maldito destino, maldito corazn que se enamor de un imposible. l estabamuerto por mi culpa, l seguira vivo si yo le hubiese dejado en paz.

Pero de todo se aprende, y yo haba aprendido algo muy valioso. No dar nuncanada por obvio, no dejar las cosas para otro momento no malgastar el tiempocon banalidades. En aquellos momentos tampoco es que me importase mucho


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aquella leccin, no haba tomado ninguna decisin, pero no tena claro lo quehara una vez terminase de darle su digno final a Edward.

Me era imposible pensar en una vida donde el no estuviese a mi lado, un mundosin Edward Anthony Masen Cullen era un mundo vaco para m.

La felicidad en mi diccionario privado iba ligado a aquel nombre, sin el tampocohaba definicin para aquella palabra.

El tiempo segua corriendo, y poco a poco Rosalie se fue calmando. Ya casi habaterminado de oscurecer y me ayud a levantarme. Con cuidado fuimos recogiendolas cenizas e introducindolas en aquel hermoso jarrn.

- Bella- la voz de Carlisle son a nuestra espalda, careca completamente de

emocin alguna, pareca muerto- he hablado con Charlie y le he contado lo delaccidente, le he dicho que te haba sedado y que esta noche era mejor dejartedescansar supuse que no te apetecera enfrentarte aun a tu padre y hablar deltema.

Mas emociones se arremolinaban en mi interior, hasta el momento ninguno habadicho lo que pensaba realmente, nadie me haba gritado y acusado del crimen quehaba cometido y aquello solo haca el dolor ms insoportable.

- No se si sea buena idea que me quede con vosotros- murmur

- Bella- Rosalie me cogi con fuerza del brazo- no nos hagas eso, no nosabandones tu tambin con perder a un hermano hemos tenido bastante.

La mir incrdula, Dnde estaba la furia por mis imprudencias? Dnde estabanlos reproches? No entenda nada, ellos no tendran que quererme a su lado, yo noera digna de estar con ellos.

- Yo yo no puedo- balbuce.

- Claro que puedes hija- Carlisle puso su mano sobre mi hombro y forz unasonrisa que no lleg a mostrar felicidad alguna- ahora nosotros te necesitamos ati.

Tragu en seco y asent sin estar muy segura de lo que estaba haciendo. Una vezaceptado ir a aquella casa lo dems pas sin que yo prestase mayor atencin. Nose en que coche fuimos, ni quien me llev en brazos hasta el. No recuerdo


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absolutamente nada, no miraba quien se sentaba a mi lado, no oa lasconversaciones si es que las mantenan.

Mi mente entr en una especie de letargo, un lugar seguro en el que pensar o msbien no hacerlo. Ese rincn en mi cabeza en el cual nada haba pasado, yo no

haba dormido en una tienda de campaa abrazada a Jacob, no haba habladocon l a solas ni le haba besado para que no cometiese ninguna barbaridad. Nohaba llorado en brazos de mi ngel y l no se haba enfrentado a un monstruosediento de venganza.

Nada de todo eso haba pasado, al menos no en ese rinconcito de mi mente. Perotampoco poda permanecer all eternamente de hecho ya no pensaba enninguna eternidad.

El coche se detuvo y mis ojos captaron la imagen de aquella hermosa casa.

No necesitaba que nadie me guiase a partir de ah, no quera que nadie me tocaseni me llevase en brazos. Si andaba y me caa no quera ser socorrida.

Abr la puerta del coche y anduve con lentitud hacia la puerta principal. Entr y nome detuve, simplemente segu caminando mecnicamente hacia las escaleras ylas sub escaln a escaln.

El objetivo era claro, saba a donde quera ir, y los dems tambin.

Abr aquella puerta con firmeza, entr, cerr y respir profundamente. Toda suesencia estaba all, toda su vida estaba entre aquellas paredes.

Mir la habitacin como si nunca la hubiese visto antes, quise pasear los dedospor los discos y en ese momento me d cuenta que entre los brazos, apretndolocon fuerza se encontraba el jarrn que haca las veces de urna fnebre.

Me tumb en la cama mirando por el gran ventanal la oscuridad de la noche. Entremis brazos segua la urna, a la cual me abrac como si mi vida dependiese deello.

No hubiese sido capaz de describir lo que senta al pensar que tras ciento sieteaos aquella iba a ser la primera noche que el no estara en el mundo, que trascasi noventa aos aquella noche sera la primera que el no vera en su insomniopermanente.


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Las horas corran lentas y yo no era capaz de cerrar lo ojos. Podra decir que no lohaca para evitar que las imgenes pasasen como una pelcula pero realmente noera necesario, an con la vista perdida en el negro horizonte segua viendo comosus ojos se apagaban en el momento en que su cabeza fue separada de sumarmreo cuerpo.

Mi rostro estaba sereno, seguramente mis ojos carecan de vida, pero era lo nicoque fsicamente poda delatar mi estado. Otra cosa era mi interior, donde la batallase desataba feroz entre mi deseo de morir y la lucha de mi cuerpo por continuarrespirando.

Con los primeros rayos de luz la puerta se abri. Haba aprendido a reconocer a lafamilia Cullen por sus aromas, por los perfumes que usaban y en ese momentoquien entraba en la habitacin era una vez la persona que menos esperaba.

Se tumb a mi lado en la cama y envolvi mi cuerpo entre sus fuertes pero finosbrazos.

Lejos de lo que habra apostado no me resultaba incmodo, con ella no senta lanecesidad de abrirme, ni de mostrar un lado comprensivo solo era yo, o lacscara vaca de lo que llegu a ser.

- No has dormido nada- dijo mientras acariciaba mi enmaraada melena-necesitas descansar un poco hermanita.

Una punzada ms cruz todo mi pecho, yo no era parte de esa familia y muchomenos su hermana.

- No me llames as Rose, yo no soy ni ser nunca tu hermana- dije con vozspera.

- Si lo eres, desde hace ya mucho tiempo lo ocurrido no cambia ese hecho.

Decid que no era necesario discutir, no tena fuerzas ni mucho menos nimo paratener esa conversacin. No quera plantearme lo que significaban las palabras deninguno de ellos, porque decan que ahora ellos me necesitaban a m. Hacerlosolo abrira mas brechas en mi cuerpo y me imposibilitara tomar una decisin trasel funeral.

A las diez tocaron al timbre de la casa, Rosalie me avis que era Charlie quevena a ver en que estado me encontraba.


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Mi padre era otro ms al que no quera enfrentarme. Qu le iba a decir? Qu yomisma haba matado al amor de mi vida? Porque esa era la realidad.

Tom prestada una mochila de Emett para esconder la urna, pues l aun no poda

estar metido en una, y baj lentamente las escaleras.

Charlie me miraba con mucho dolor y estuve tentada de escupirle en la cara, meresultaba cnico por su parte lamentarse cuando l no toleraba nuestra relacin.Pero hacer aquello era mostrar algn tipo de emocin y estas tambin estabanvetadas para m.

Despedirme de los Cullen para irme con mi padre no fue tan duro como el pensarsi volvera a pisar esa casa, si volvera a entrar en aquel cuarto, o tumbarme en

aquella cama.

El camino de vuelta a casa fue en completo silencio, yo miraba por la ventanilla sinver nada mientras me aferraba a la mochila.

Al entrar corr escaleras arriba para meterme en mi cuarto y tirarme sobre la cama.

El da iba pasando y yo segua all tirada como una mueca rota mientras lamochila con sus restos descansaba junto a m. Miraba la ventana abierta, pordonde ya nunca ms se colara un ngel.

El cansancio me acab venciendo pasadas las tres de la tarde y entr en unduerme vela incmodo e inquieto.

Bella, mi amor por favor, no llores mi vida esto no es el final te lo juro.

Tranquila mi nia, no es un adis solo un hasta luego

Nada ni nadie, yeme podr separarme de ti. Encontrar la manera de volver atu lado mi vida. Aqu no exhalar mi ltimo aliento.

Te encontrar mi nia te volver a tararear hasta que te duermas entre misbrazos te lo juro.

Termin de despertar con el rostro empapado, y con sus palabras resonando sindescanso en mi cabeza.


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- Bella, cario- me sobresalt al or la voz de Charlie tan cerca- ya pas mi vida, yaest.

Sus torpes manos recorrieron mi espalda en un intento de consolarme y relajarme.

- Esto solo acaba de empezar- murmur.

- Lo superars mi reina, todo se acaba superando- dijo y en su voz se notaba queni el mismo estaba seguro.

Me abstuve de contestarle, tampoco era necesario hacerle participe de lo que param supona todo aquello, no poda explicarle que yo tena la culpa de todo, nopoda meter a mi padre en aquel mundo.

El da termin, el crepsculo cay y con el la noche.

No tuve fuerzas para levantarme de aquella cama, por ms que Charlie trat deconvencerme de que comiese algo yo me negu rotundamente.

Y del mismo modo que pas la segunda noche tambin lleg el segundo da. Eltelfono son tantas veces que mi padre lo desconect para que no memolestasen. Ya todos en Forks se haban enterado del "accidente" de trfico quehaba sufrido Edward.

El pueblo pareca conmocionado con la noticia, pero an as sus vidascontinuaban y cada uno sigui con sus quehaceres cotidianos.

Era doloroso darte cuenta de que la vida continuaba, que lo que para ti supona unhecho lo suficientemente importante como para que el mundo se paralizase,realmente no lo era para el resto. La gente se olvidara de aquel chico plido ymisterioso de belleza arrogante, se convertira en un nombre ms, mientras quepara m se convertira en mi lpida.

Yo haba muerto aquel mismo da, all a su lado en la misma pira donde fuelanzado.

No sal de la habitacin en todo el da, no tena intencin de bajar y comportarmecomo una persona normal, yo no era normal, no perteneca al mundo normalnada ms volvera a ser como antes.

Calculo que seran aproximadamente las siete de la tarde cuando Carlisle se


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present en mi casa. Les o hablar abajo durante un buen rato y luego comosuban las escaleras.

Nadie toc a la puerta, esta simplemente se abri para dar paso al atractivovampiro.

- Bella hija Cmo te encuentras?- su voz segua sonando suave, acompasaday dulce pero poda notar la tristeza en ella- Ya lo hemos arreglado todo, maana alas doce se celebrar la misa en su honor y se incinerar el fretro.

Aquellas palabras tendran que haber terminado con todo mi dique de contencin,pero no lo hicieron. Quera darle una sepultura digna, pero todo aquello sera merotrmite, pues mientras caminsemos tras aquel atad l estara entre mis brazos.

Asent como respuesta y l acarici con ternura mi cabello.

- Descansa, maana ser un da duro y largo- me bes en la coronilla ydesapareci por donde haba venido.

Me gir sobre mi misma y enfoqu la vista en el despertador digital de mi mesita,vi pasar los minutos, lentos y agonizantes pero irrefrenables. El tiempo no sedetena, eso era un hecho y a la que quisiera darme cuenta estaba entrando en eltercer da.

A las nueve en punto Alice apareci tambin por all y le dijo a Charlie que vena aayudarme para arreglarme.

No opuse resistencia, me dej guiar hasta la ducha sin separarme de la mochilaque contena el jarrn. Me lav instintivamente, me sequ, volv al dormitoriotodo eran movimientos guiados por el subconsciente.

Haba llegado el momento de salir de aquella casa y enfrentarme a la verdad, a lasmiradas de lstima y a los psames que recibira a lo largo del acto.

Nadie saba que en realidad estbamos comprometidos, pero en aquel pueblo yome haba convertido en la viuda de Edward Cullen, y as me senta como suviuda.

Antes de salir fij la vista en el tabln de fotos, all dispersas estaban casi todaslas que nos habamos tomado juntos. Deslic los dedos sobre la primera, la quenos tom Charlie el da de mi cumpleaos.


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De algn modo, l y yo estaramos presentes en aquel funeral. De algn modo l yyo seramos incinerados juntos.

La tom con mano firme y la guard en mi chaqueta junto a mi corazn.

- Es la hora hija- la voz angustiada de Charlie son desde la puerta de midormitorio.

Respir profundamente, no estaba preparada para aquello pero era lo que tenaque pagar por mis actos. [u]

CAPITULO 3: SI QUE ES UN ADIS

"A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo atad"

En la puerta de la casa haban dos coches estacionados, uno era el clsicoMercedes de Carlisle, en el que tantas veces haba subido, pero el otro era unostentoso y flamante Aston Martin. Saba perfectamente de quien era ese vehiculoy fue una punzada ms en mi pecho verlo all estacionado sabiendo que elconductor no era el dueo.

Alice me gui hasta aquel vehculo mientras Charlie iba en el Mercedes con

Carlisle, Esme y Emmett.

Rosalie nos acompaara a los dems.

Su cambio de actitud conmigo empezaba a ponerme nerviosa, en cualquier otracircunstancia habra bailado un tango para celebrarlo, pero ni para alegrarmeestaba en condiciones. Asum que el dolor la tena temporalmente descolocadapero no tardara mucho en querer cobrarse la perdida con mi propia vida. En partedeseaba que todos ellos quisieran aquello, pues me facilitaran enormemente la

transicin de mi muerte en vida a mi muerte real.

La mano de Rosalie trat de sujetar la ma pero la apart con rapidez. No queraherirla, aunque tampoco le vendra mal unos cuantos desplantes, era simplementeque quera evitar aquellos contactos glidos que tanto me recordaban a l.

Si cerraba los ojos y me centraba le ola, todo el coche tena impregnada su


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fragancia y en esos momentos mi mente me jugaba malas pasadas al notar comounos dedos helados queran tomar mi mano.

Recorrimos Forks direccin a la iglesia.

Como todo el pueblo, esta era pequea y con un aire familiar. Frondosos rbolesde aquel verde exasperante la bordeaban hasta llegar a un pequeo sendero queconduca directamente al cementerio municipal.

Jasper aparc justo a la entrada y en unos segundos ya haba alguien abrindomela puerta para que pudiese bajar. Me tendieron una mano que tom por inerciapara notar un calor sofocante. Mi mirada se alz buscando al dueo de aquelgesto.

Unos ojos negros hinchados y enrojecidos me dieron una triste bienvenida. Suslabios trataron de estirarse en una sonrisa pero solo lograron una mueca de dolor.

Apret un poco ms su mano, en un intento intil de agradecerle que estuviese alla mi lado. Para l tampoco deba ser fcil, aquel da tambin haba sido muy duropara aquel nio.

- Vamos dentro Seth- le susurr y l asinti.

Su brazo rodeo mis hombros y me atrajo hasta su cuerpo. Tanto calor tampoco me

resultaba agradable, era como si inconscientemente estuviese repeliendo todo loque aquellos seres eran. An as fui bastante ms amable con el joven Quilleute yno me apart de su abrazo.

Poda or todo el gento alrededor nuestro, baj la vista al suelo y dej que mi peloformase una barrera entre ellos y yo.

- Bella- la voz estridente de Jessica sobresala entre todas las dems, lo que measeguraba que posiblemente la tena justo enfrente.

- Ahora no Stanley- dijo con calma Alice.

- Pero

- Te hemos dicho que ahora no Stanley!- sise Jasper.

Aquella actitud me tom por sorpresa y levant la vista para mirarle, l no sola


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perder los estribos con nadie y menos se permita hacerlo con humanos.

Su rostro estaba contrado y sus ojos negros como el carbn. Poda notar unacierta aura de furia envolvernos y eso solo poda significar problemas.

Me deshice del abrazo de Seth y tom el puo del vampiro. Su cuerpo se tensvisiblemente ms ante mi tacto pero pronto se relaj y abri la mano para acunarla ma.

-Vamos dentro, Edward nos est esperando- murmur.

Camin delante de todos arropada por los vampiros y seguida de cerca del lobo.No prest atencin a nadie ms.

Al entrar el olor a fresias me golpe con fuerza y no pude reprimir una gransonrisa.

- El adoraba tu aroma que mejor que las fresias para acompaarle hoy- dijoentrecortadamente Alice.

- Gracias.

Continuamos avanzando, yo trataba de mirar hacia cualquier sitio menos al frente.Observaba todos y cada uno de los detalles que seguramente Alice haba

organizado. Estaba realmente satisfecha con el resultado. Pareca un funeral deverdad.

Cuando no pude retrasarlo ms mis ojos fueron a dar con el altar donde un curanos esperaba. Junto al hombre haba un hermoso fretro de un color extrao paraun funeral.

- Sus ojos permanecieron dorados durante todo este tiempo aun y cuando tusangre cantaba para l- me explic de nuevo Alice antes de que llegara apreguntarle porque el atad era dorado- Es una especie de homenaje que querahacerle a mi hermano ante su fuerza de voluntad y coraje.

No lo pude evitar y una lgrima hizo camino desde mi ojo hasta mis labios.

Grandes coronas invadan aquella zona, ramos de rosas blancas y rojaspredominaban en la estancia.


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Una gran fotografa apoyada en un caballete mostraba el rostro sereno de unadolescente de diecisiete aos tocando el piano. Un nudo se form en mi gargantay el sollozo no tard en acompaarlo.

Su cabeza inclinada hacia delante, los ojos cerrados y una sonrisa torcida

resaltaban ante el hermoso piano de cola y sus manos plidas sobre lasblanquecinas teclas.

Ante aquella fotografa todo mi dique se vino abajo, las piernas me fallaron y lavisin se me nubl a causa de las lgrimas.

Aquella escena era algo que jams volvera a contemplar, nunca volvera aescuchar aquel piano sonar con las emociones desbordantes que solo lconsegua trasmitir.

Dos brazos enormes me abrazaron por la espalda aprisionndome contra supecho duro y fro mientras sus manos tambin se posaban sobre la mochila. Elcuerpo de Emett vibraba contra el mo en secos sollozos mientras yo ya no podacumplir su pedido de no llorar.

No fui la nica que claudic all mismo, Emett no fue el nico en no poder controlarlos sollozos.

Aun no habamos empezado y ya estbamos todos abrazados a alguien tratando

de permanecer en pie.

Por qu me pediste que no llorara? Por qu me dejaste? Por qu no puedo

seguirte?

Apret con fuerza los dientes para no largarme a gritar delante de todos, para norecriminarle a aquel fretro vaco, para no chillar con furia que le quera de nuevoall a mi lado. l tena que abrazarme, l deba consolarme yo le necesitaba a milado.

Llegamos a los bancos de las primeras filas y Emmett me solt para abrazar a unadescompuesta Rosalie. Yo me encamin hasta el atad con paso lento mientrasen susurros le deca cuanto le amaba.

Aquella caja no contena nada, posiblemente algn tipo de peso para que cuandolo cargaran no lo notaran tan liviano, pero nada ms. Met mi mano entre michaqueta y saqu la foto que haba cogido de mi dormitorio.


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Aquel era su funeral, el ltimo adis y para m era importante que de verasestuviese ah. Coloqu la foto sobre la tapa, no sin antes besarla y mojarla con misamargas lgrimas.

- Hoy, aqu mi amor, yo me uno a ti. Ojala estuvisemos aqu para recitar nuestrosvotos, pero me has abandonado y eso jams pasar. Hoy aqu mi ngel, yo meuno a ti yo me voy contigo a donde quieras que hayas ido. Te amo Edward.

Saba que mis palabras iban a ser captadas por algunos de los presentes, perome era indiferente. Ya no haba nada en mi interior que no fuese dolor, no podaavergonzarme y mucho menos ruborizarme. Podan escucharme todo lo quequisieran, a mi no me importaba.

Me gir y pas suavemente los dedos sobre la fotografa que estaba enmarcadapara todos all. Recorr y deline el contorno de sus ojos, de su nariz, su mentn ysus labios.

Apret lo ms fuerte que pude la mochila contra m, tratando de encontrar lasensacin de abrazarlo a l.

Tom asiento junto a Esme. No me atreva a mirarla a la cara la cara de unamadre que acaba de perder a su primer hijo. Su cabeza estaba recostada sobre elhombro de su esposo y al igual que el resto sus cuerpos vibraban silenciosos.

- Queridos hermanos, hoy nos reunimos aqu para darle nuestro ltimo adis a unbrillante joven. Dios reclam su alma a su lado dejndonos un gran vaco en elcorazn

Las palabras del prroco fueron perdiendo intensidad en mi cabeza, aquel hombreestaba hablando de alguien a quien no conoca y sus palabras carecan designificado en casi todos los sentidos.

Tras nosotros se oan los gemidos de dolor de los asistentes mientras yosimplemente dejaba desbordar todas y cada una de las lgrimas que mi cuerpoera capaz de producir.

El tiempo iba pasando, entre elogios estupidos que aquel hombre le dedicaba aladolescente que haba perdido la vida demasiado pronto.

Gracias a dios el cura termin su discurso de turno y dio paso a que algn familiar


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tomase el relevo.

Por el rabillo del ojo pude percibir como Carlisle se levantaba dejando a la pobreEsme all sola. Tom una gran bocanada de aire, que para l era innecesaria ysubi al atril.

- Gracias padre por sus palabras- comenz con firmeza fingida- hoy es el da msdifcil de toda mi vida. En los aos que he vivido nunca pens llegar a encontrarmeaqu- sus ojos se posaron en la fotografa de su hijo.- a todos aquellos quellegasteis a conocer a mi hijo, todos aquellos que conocisteis al verdadero Edwardpodis entender lo que para m hoy supone hablar

Sus manos se cerraron con fuerza sobre la madera que sostena la Biblia. Desdemi posicin poda ver como pequeas astillas caan sobre el suelo de mrmol. Su

cara comenz a descomponerse, y las palabras parecan haberse atascado en sugarganta.

- l era- trat de continuar pero un sollozo acab rompindole por completo.

En un segundo Emmett se encontraba a su lado sujetndolo con la ayuda deJasper.

Carlisle fue acompaado por este ltimo hasta el banco a nuestro lado de nuevoante la conmocin de todos los asistentes. Los sollozos de la gente se hacan

cada vez ms audibles y yo me encontraba petrificada.

- Nunca imagin que hoy estara aqu de pie, yo soy el hombre pocas palabras dela familia pero hoy necesito hablar. Necesito decir adis a un hermano, a un amigoa una bellsima persona. Que siempre estaba dispuesto a dar su vida por aquellaspersonas que amaba. l era Edward, el chico solitario que todos vean el chicoque todo lo saba, a veces no haca falta hablarle, l ya saba lo que le ibas adecir.

Pocos le conocan de verdad, pocos saben lo que lleg a hacer por su familialas veces que me ayud a salir de problemas sin reprocharme absolutamentenada ante mi debilidad. Todos conocan al chico guapo que se encerraba en simismo, pero casi nadie conoca al hombre enamorado, al hombre capaz decualquier cosa por el amor de su vida.

Todos guardaremos en lo ms profundo de nuestro corazn su recuerdo, jamsolvidaremos su misterio ni su terquedad, la pureza de su alma que l crea haber


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perdido y encontrado junto a la chica de ojos chocolate. Su risa fresca quedartatuada en nuestra memoria- se gir hacia la foto, mirndola directamentequeriendo hablarle a l- nos dejaste hermano, te fuiste ahora has dejado unhueco que nunca podr ser llenado en nuestras vidas.

>Quin me molestar con su msica todas las noches? Con quin me meterahora? Quin ser cmplice en mis bromas contra Jasper?- su voz fueapagndose a medida que continuaba preguntndole- Te echaremos de menoshermano, y no te preocupes, cuidaremos de ella de nuestra hermana.

Esas fueron las palabras que terminaron conmigo, ver al oso que no era capaz demantener una conversacin sin mofarse hablar as fue la gota que colm el vaso.Mis lgrimas silenciosas se convirtieron en un llanto desgarrador quera ser yola que estuviese all dentro, en aquella caja.

Haba destrozado su vida, la ma y la de seis personas ms. Logr desmembraruna familia.

Me fui escurriendo por el banco, apartando a todos aquellos que trataban deretenerme, hasta que qued de rodillas apresando con todas mis fuerzas lamochila.

- Edward!- grit con todas mis fuerzas- Edward!... Vuelve! No me abandonesas!

- Bella, hija, por favor clmate- la voz y las manos de Charlie me sacaron dequicio.

El vaco en mi interior se fue convirtiendo en un abismo. De pronto tena ante munas llaves y supe que tena que salir de all como fuese.

Mir a Alice y ella simplemente me sonri con la poca fuerza que le quedaba.

- Tmate tu tiempo, pero regresa por favor- me suplic.

Me levant como pude, tom las llaves y sal corriendo.

No me gir en ningn momento, no importaban los gritos de mi padre, ni lassuplicas de la gente en que me detuviese yo solo necesitaba salir de all.

Abr la puerta y entr, coloqu la maleta en el asiento del copiloto y la sujet con el


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cinturn de seguridad. Ajust todo lo que necesit en un tiempo record.

Al arrancar el coche ronroneo como dndome la bienvenida.

Met primera y de un gran acelern tom rumbo a ninguna parte.

Que les parecio?? Es uno de los fics mas tristes que he leido en toda mi vida. Lachica que lo escribio no se en que se habra inspirado, pero logro llegarme hasta elcorazon... Edward muerto.... Que Horrible, cuando termine de leerlo, sali corriendode mi habitacion y me puse a leer eclipse para asegurarme de que eso no fue loque paso :S

CAPITULO 4: DECISIONES

Aprend que no se puede dar marcha atrs, que la esencia de la vida es ir haciaadelante. La vida, en realidad, es una calle de sentido nico.

_Agatha Christie_

[Despirtame] despirtame all dentro

[no puedo despertarme] despirtame all dentro[Slvame] llama mi nombre y slvame de esta oscuridad[despirtame] ofrezco mi sangre para correr[no puedo despertarme] antes de que este desecho[slvame] slvame de la nada en la que me he vuelto

[Despertarme] antes de que este desecho[slvame] slvame de la nada en la que me he vuelto.

Evanescence- Bring me to life.

Me concentr en conducir, tratando de apartar las lgrimas que opacaban misojos. Tampoco es que me importase mucho tener un accidente en ese mismomomento, posiblemente sera un final rpido, doloroso tal vez pero con suerte tansolo gritara de miedo antes del impacto.


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Recorra las calles sin prestar atencin al velocmetro, por una vez el lmite develocidad no iba a cohibirme, hara lo que quisiese y me pondra en peligro tantocomo fuese posible.

Hacia donde conduca no lo se, si en algn momento fui consciente de la direccin

que haba tomado no lo recuerdo. Solo se que el coche acab estacionado anteaquel restaurante.

- Te segu a Port ngeles- admiti hablando muy deprisa- Nunca antes habaintentado mantener con vida a alguien en concreto, y es mucho ms problemticode lo que crea, pero eso tal vez se deba a que se trata de ti. La gente normalparece ser capaz de pasar el da sin tantas catstrofes.

Como si estuviese a mi lado recitndome las palabras un da dichas en aquel lugar

o su voz. Poda recordar cada una de sus palabras.

- Ojala me hubieses dejado all sola, ojala no me hubieses salvado ahora tuestaras vivo- solloc amargamente.

Me mov por inercia, arrancando el vehiculo para acabar en aquel callejn dondeme salv por segunda vez.

Nunca tendra que haber interferido en mi destino.

Las horas fueron pasando, y yo iba quemando gasolina y neumticos a la par quesueos y anhelos.

Creo que en el fondo fui recorriendo todos los lugares que me recordaban a l enun intento de retrasar el lugar que ms dolor sin duda me causara. Pero el tiempopasa, los minutos siguen corriendo al igual que las horas, hacindote seguir elcurso de la vida. No hay tiempo para lamentaciones, el reloj no se detiene paraque puedas regodearte en tu miseria.

Y as fue como sin darme cuenta estaba caminando bajo el crepsculo por elbosque. Haba acabado conociendo el camino lo suficiente como para noperderme, aunque siempre lo recorra con l.

Nuestro prado estaba inusualmente apagado, pareca como si las mismas floresllorasen la prdida cerrando sus ptalos en un duelo agonizante. Las ramas de losrboles parecan decadas, como si no fuesen capaces de aguantar su propiopeso, como quien en su pena mantiene sus hombros cados.


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La naturaleza que haba sido testigo de nuestro amor ahora lloraba hacindoseeco de mi propio dolor.

Camin hacia el centro dejando que todas mis lgrimas siguiesen un recorrido por

mi cara. Notaba la piel tensa de tanto llanto, los ojos escocan y ardan.

Me sent y puse ante mi la mochila. La estuve contemplando largo rato antes detener el valor suficiente para abrirla y sacar aquella urna que contena los restosde su cuerpo.

La mir con el nudo en mi garganta y otra vez como delante del restaurante su vozretumb desde el fondo de mi alma.

-Lamento que se haya producido algn tipo de malentendido, pero Bella no estdisponible esta noche -el tono de su voz cambi, y la amenaza de repente se hizoms evidente mientras segua hablando-. Para serte totalmente sincero, ella no vaa estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo.

Y ahora era l el que no estaba disponible para mi nunca ms.

Recordar todos aquellos momentos solo haca ms grande el vaco de mi alma,pero tampoco quera negarme a recordar su aterciopelada voz, no quera llegar aolvidar nada que tuviese que ver con l. Aquello sera lo nico que quedara

conmigo hasta que mi corazn dejase de latir.

-Entonces estuviste a punto de morir ante mis propios ojos. (...) En ese momento,todo lo que pens fue "Ella no"

- "Ella no"?- grit- Y porque tu si? Contstame maldita sea, Por qu te fuistet? Yo te necesito aqu a mi lado- clav las manos en la hierba, queriendohundirlas y enterrarme a mi misma- Qu va a ser ahora de mi sin ti? No puedeshacerme esto yo no soy nada sin ti.

-''Si pudiramos embotellar tu mala fortuna tendramos entre manos un arma dedestruccin masiva"

- Maldito seas Edward Anthony Masen Cullen! Porque no te alejaste de m?Tendras que haberlo hecho Maldito da en el que decidiste quedarte a mi lado.

Segua escuchndole, ms ntidamente que cuando me dej tras mi cumpleaos.


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Aquello no tena nada que ver con ponerme en peligro, el no me adverta sobrenada, solo recordaba nuestros momentos.

Me remov en el sitio, con la presin en el pecho ahogndome sin piedad. Mi manose apoy en una piedra algo filosa. No not dolor, el dolor fsico era una nimiedad

en comparacin con todo lo dems. Cuando la alc vi un pequeo punto rojo,apenas una gota de sangre.

Aquel lquido que me haba unido y separado tanto de l, el fluido que corra pormis venas ahora sin motivacin alguna.

Ojala no se hubiese contenido en biologa. Se habra odiado a si mismo peroseguira adelante y tal vez algn da llegase alguien digno de estar a su lado ypodra curar todas las heridas que tan estpidamente l se haba hecho.

Maldeca y aborreca mi sangre, pues ella haba interpuesto un muro entrenosotros durante aquellos escasos dos aos, pero no la poda odiar en el fondopues era algo que el adoraba. El rubor de mis mejillas, el desenfrenado trote de micorazn bombendola vertiginosamente ante una sola mirada suya su olor.Todo aquello formaba parte de lo que l amaba en m.

No pens realmente lo que haca, solo actuaba movida por la extraa necesidadde darle aquello que l siempre se haba negado a tomar.

Deslic con fuerza el filo de la piedra por mi palma, clav la punta en el centro ydesgarr sin remilgos. Increblemente no era consciente ni tan siquiera del olor aoxido y sal que se filtraba por mi nariz.

La determinacin mova mi cuerpo y no haba cavidad para la flaqueza.

Aquel tinte rojo brot con facilidad a travs de la laceracin que yo misma mehaba causado. Vea absorta como las gotas caan sin control en la hierba. Merecrimin por estar desperdicindola de esa manera.

Abr la urna tras ponerla sobre mi regazo y observ su interior. Vi aquel polvoblanquecino e inhal fuertemente. Su aroma tan exquisito segua presente aunquecada vez ms dbil.

Sub la mano herida y la coloqu justo encima de la urna dejando que mi sangrese colase en su interior mezclndose con sus cenizas.


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Le entregaba mi esencia, mi vida

- Toma mi sangre mi amor, es toda tuya... a mi ya no me hace falta. Te entrego loque te pertenece, lo que tendras que haber tomado hace tanto tiempo...qudatela, sin ti ya no la quiero.

Y aquella voz volvi a resonar en mi interior.

- Eres exactamente mi marca de herona.

- Lo se mi amor, lo se era tu droga, esa que logr engancharte y llevarte alabismo, esa de la que no fuiste capaz separarte- murmur con pesadez- Te lleval lmite de tu adiccin y logr que no pudieses salir de ah...- mi voz se elev alviento y no pude contener mi grito- Yo te mat!

Y con esa idea tom mi decisin. l haba prometido volver, encontrarme algnda pero eso no sera posible mientras yo estuviese viva.

No era necesario que l me buscase, que l volviese a mi lado yo meencargara de encontrarle primero. Ese era mi nico propsito, volver a su ladoaunque para ello tuviese que acabar con mi propia vida.

Dejara atrs mucho dolor, hara aun ms dao del que ya haba causado pero enmi propio egosmo me daba exactamente igual. Nada era ms importante que l,

que tenerle entre mis brazos de nuevo y poder suplicar un perdn que no mereca.

- No tardar mi amor, te lo prometo pronto estaremos de nuevo juntos y ahorasi, para toda la eternidad- dije con firmeza.

- Eso no es lo que l querra hija.

Mi sangre se hel al or su tierna y dolorosa voz. Su tono maternal que tanto daome causaba en esos momentos al saberme no merecedora de ese trato.

- No puedes ni tan siquiera plantearte eso mi nia, no puedes destrozarnos de esamanera- sus brazos me envolvieron por la espalda estrechndome contra ella.

- Y que debo hacer Esme? Esperar a que mi vida humana pase lenta ydolorosamente sin l?- dije con amargura- saber que por mi culpa l no est, quela persona a la que ms amo est muerta por que yo lo mat no podis pedirmeeso no podis yo no puedo hacerlo.


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Sus brazos me soltaron y o como la ropa era rasgada. En un abrir y cerrar de ojosla tena frente a mi con la mandbula tensa y vendndome la mano con un jirn desu propia camisa.

- No te voy a decir que es lo que debes hacer Bella porque no puedo, pero si loque l querra que hicieses- me mir a los ojos y vi la ternura de una madremezclada con el dolor de haber perdido a un hijo. En esos momentos record queaquella no era la primera vez que ella pasaba por algo as y me odi an ms porello- l no querra que el dolor te guiase, l no podra verte mientras te dejas moriry mucho menos aceptara que tu misma atentases contra tu propia vida.

En eso tena razn, la vida de aquel ngel durante los dos ltimos aos se hababasado en mantenerme a salvo y con vida, pero ahora nada tena sentido. l

mismo quiso hacerlo tambin cuando me crey muerta Por qu yo no podahacerlo tambin?

Y ahora la diferencia era abismal, yo si estaba segura que l estaba muerto, queno volvera jams yo misma v como mora ante mis propios ojos.

Por qu no lo entendan?

- No es tan fcil Esme- dije con un hilo de voz- y tu bien lo sabes, no puedesdecirme que no lo piense no puedes decirme que no lo intente

- Tienes razn, soy la menos indicada para hablar sobre ello cuando yo misma mearroj por un acantilado pero yo no tena nada ms en este mundo cario, yoestaba sola- acarici con todo su amor mi melena enmaraada.

Me mord la lengua tratando de no escupir las palabras que saba la daarancruelmente "yo tampoco tena a nadie", pero en realidad saba que no eracierto yo tena unos padres, amigos y una familia postiza que me amaba sinrazn aparente cuando tendran que odiarme. Pero eso era suficiente? Podaalguien vivir sin amor?

Cual es el verdadero sentido de la vida? Toda persona tiene que tener una metaen esta vida. Pero en mi vida todo est relacionado con el amor. Y el amor solotiene un dueo... el que posee la otra mitad de tu alma, la parte de ti que te faltapara sentirte completo.

Ansiaba dejar este mundo, lo anhelaba de veras. Pele por obtener mi no-vida,


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discut las ventajas y mis deseos hasta el punto en el que casi la logr pero ahoratodo haba cambiado. En pocos minutos todos esos planes se haban desvanecido

junto a mi meta.

Mi amor haba desaparecido.

Pero desear la muerte tambin causaba dolor, no a mi, sino a los que merodeaban y eso tampoco era justo.

Me plante que tal vez ese era mi destino, vivir mi vida humana hasta el final conel dolor de la perdida y la culpa persiguindome. Seguramente ese era micastigo y si as era entonces tendra que acatarlo.

Era una forma cobarde de darme por vencida ante las palabras de Esme, por

mucho que dijese le tena miedo a la muerte y me aferraba a sus ltimaspalabras l me vendra a buscar.

Una nueva determinacin, una nueva decisin fue tomando forma de manerarpida y concisa en mi mente.

Pasara el resto de mi vida regodendome en mi dolor, no dejara ni un solosegundo que su imagen abandonase mi mente, el sera mi pensamiento a todashoras.

Acababa de encontrar la meta de mi vida, l era mi meta y por una vez hara todocuanto l deseaba para m. Una vida humana, experiencias humanas todos susplanes, todos sus deseos seran lo que movera mi mundo de sombras, al menostodo lo que excluyese el amor ese camino estara vetado para m, nadieaccedera a mi corazn, este estara sellado para siempre.

Las discusiones sobre mi mortalidad y mis estudios pasaban a gran velocidad pormi mente.

- Dartmouth- murmur

- Cmo?- pregunt Esme desconcertada.

- Ah es donde l quera que yo estudiase, que viviese mis experienciashumanas y as ser.

Poda notar la determinacin bailar en mis ojos al tiempo que una sonrisa de alivio


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y tristeza se dibujaba en el rostro de la mujer que me acunaba entre sus brazos.

Aun sostena en mi mano sana el jarrn con sus restos y mi sangrepor mi mentepasaban dos posibilidadesuna dejarlo en aquel prado, en su prado en nuestroprado, que en definitiva era su lugar preferido en el mundoOtra posibilidad talvesla mas egosta llevarlo conmigo para tener su presenciatener algo que merecordara que el existi que me mostrara lo que yo fui capas de destruirperolo que mas me dola es que dejarlo en ese lugar seria tener que despedirme deelpara dejarlo y seguir adelante

Pasaron no se cuanto tiempo tal ves segundosminutos u horas y locomprendno lo dejara solo porque una parte ma estaba con elmi sangreestaba unida a sus cenizasy en definitiva yo me quedara aqu con el Miesenciami coraznmi vidaquedaran en este prado junto a mi nico amorconmigo me llevara solo la carne de este cuerpo desgarrado por el dolor

CAPITULO 5: UN ADIS AL PASADO

"El pasado es un prlogo" _ William Shakespeare_

Una vez tomada la decisin tan solo deba comunicarla.Tena que hablar con mi padre y mi madre pues los planes

haban cambiado ligeramente.

Ellos no estaban al corriente de todos los hilos movidos porEdward para lograr que me admitiesen en Dartmouth. Paramis padres yo iba a ir a la Universidad de Alaska, y ahoratendra que comunicarles que estaba matriculada en unabien diferente.

Pero en parte aquello era lo fcil, lo difcil resida en queaceptasen que me iba de inmediato. Fue muy duroconvencerles de que estara en perfectas condiciones. Lasreuniones con Esme y Carlisle lograron apaciguar algo losnimos aunque mi padre segua sin entender porqueprefera estar con aquella familia antes que con ellos.


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Ciertamente yo tampoco era capaz de explicarle el porque,solo era consciente de que necesitaba salir de aquel puebloy emprender mi nueva vida, en la cual aquellos seisvampiros estaban incluidos aunque yo no quisiese.

No los quera lejos de m, de hecho los necesitaba perotampoco se me haca justo que ellos abandonasen todo porseguirme, por cuidarme.

Los preparativos para el viaje no calmaban el dolor nialejaban mi mente de mi realidad, pero mantenan mi cuerpoen movimiento. Eso era todo cuanto pensaba hacer el resto

de mi vida moverme.

Haba tenido una seria conversacin con mi nueva familia,les haba explicado mi punto de vista y lo que deseaba param en un futuro. Se escucharon quejas de todo tipo pero mideterminacin ante que era eso o acabar con mi existenciatodos aceptaron.

No quera una vida de universitaria, no quera una vida"humana" tan solo les peda que me dejasen existir con midolor y mis deseos de cumplir los de mi ngel. Estudiara enla universidad que l mismo haba elegido, me graduara yencontrara un trabajo.

Madrugara, me vestira, me alimentara, trabajara y volveraa casa esa era la rutina que haba escogido. Seguiraadelante si, pero no pensaba disfrutar una vida que no me

corresponda.

Pude ver el dolor que mis decisiones causaba en ellos, peroel alivio de saber que no me dejara morir brillaba en susojos. Soy consciente de que tenan la esperanza de que unda se cruzara alguien en mi camino que me devolvera la


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luz al rostro, se que deseaban que fuese capaz de abrir micorazn a alguien ms pero eso no pasara nunca.

Oculto por la piel mi cuerpo estaba tatuado en su interior. Mi

ser al completo estaba marcado a fuego con un nombre, porun amor Edward Cullen.

l era, es y ser siempre el nico hombre para m.

An sabiendo lo que le afectara mi decisin creconveniente comunicarle a Charlie que no esperase mi visitapara Accin de Gracias, ni para Navidad, ni para ninguna

otra festividad, pues durante una larga temporada yo nopondra un pie en aquel pueblo que tanto me haba dado ytanto me haba arrebatado.

Todos los trmites fueron sencillos, bsicamente porque nohice ninguno. Los Cullen se ocuparon de todo aquello quecreyeron conveniente dejndome solo mis objetospersonales para embalar.

Hacer una maleta tendra que ser una tarea inofensiva,aunque en mi estado cualquier cosa poda alterarme hasta elpunto de dejarme aovillada en el suelo sollozando.

Recoger mi ropa, mis libros, mi msica todo aquello merecordaba a cuando hice la misma accin pero paraemprender una etapa diferente. Recordar como odi aquelpueblo nada ms entrar en el resultaba irnico.

Vivir rodeada de sol y calor era todo cuanto anhelabamientras bajaba de aquel avin que me trajo hasta aquelrecndito lugar. Jams pens que pudiese cambiar tanto,que llegase a amar con tanto fervor el fro la lluvia y lafalta de sol que eran tan necesarios para l.


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Y en ese momento estaba recogiendo todo para abandonarel que durante dos aos fue mi hogar.

Guardar todas las fotos en las que aparecamos juntos, loslibros que tantas veces l me lea antes de tararearme minana para hacerme dormir. Los pequeos detalles que mefue regalando aunque yo le dijese que odiaba que gastasedinero en m todo eso haca an ms doloroso el hecho deguardarlo todo en cajas y moverlo del lugar al quepertenecan.

Ese pensamiento era completamente estpido, lo se, puestoque si l siguiese aqu conmigo hara lo mismo para irnosjuntos a Alaska, pero l no estaba y en el fondo de micorazn me senta abandonado todo lo que me ataba an asu presencia.

Respir hondo, con la vaga esperanza de que ese actoreflejo no doliese, pero el hueco en mi pecho tena planesdistintos para m.

El timbre de la casa son. Charlie no estaba y me tocaba ir ami a atender. Baj las escaleras sin prestar mucha atencina mi coordinacin si me habra la crisma tampoco pasaranada.

Cuando llegu a la puerta y vi la silueta que se dibujaba atravs de la ventana supe quien esperaba fuera. Mis puos

se cerraron con fuerza, no era buena idea hablar con l enese momento, de hecho esperaba no tener que hablar nuncams con l.

- Bella se que ests ah, te huelo y te oigo breme- dijo suvoz cada da ms profunda y grave.


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- Vete Jacob- escup.

- No me voy a ir hasta que no hables conmigo Bells

necesito que me digas porque no quieres verme Qu hehecho?- reconoca perfectamente ese tono, estabahacindole dao pero as era yo no? Siempre daaba aquienes eran importantes para m- Te necesito a mi ladoBella no me abandones por favor.

Abr la puerta de un tirn, seguramente con mi rostrodesencajado por la ira.

- Tu no tienes idea alguna de lo que es ser abandonadoBlack, no sabes lo que significa de verdad necesitar aalguien a tu lado y saber que nunca volver as quedesaparece, ya te dije que no quiero verte.

- Por qu?

- Por qu?- exclam- Simple, porque no te puedo mirar a lacara sin recordar como traicion a mi verdadero amor, aldueo de mi corazn por creerme que de veras te dejarasmorir Te parece poco?

- Bella, entiendo tu dolor pero no por eso puedes negarte a timisma rehacer tu vida- dijo en tono bajo.

- Rehacer mi vida? De que ests hablando? Yo no voy a

rehacer mi vida Jacob, nunca me oyes? Nunca tratar devolver a vivir y mucho menos pienses que lo har a tulado- mis palabras estaban siendo demasiado crueles, losaba pero as me senta.

- Me amas Bella, lo sabes igual que yo y no lo puedes negar-


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dijo con un toque de ira en la voz mientras su rostro secontraa.

- Ests realmente equivocado, yo no te amo puede que

estuviese confundida antes pero ahora se muy bien lo quesiento por ti y te aseguro que est muy lejos de ser amor.Solo amo y amar a una persona en toda mi vida y ese esEdward Cullen, el hombre con el que me iba a casar.

Sus ojos se cerraron con fuerza y una lgrima recorri sumejilla. Otra punzada ms en mi desarmado corazn perotampoco le poda permitir estar cerca de m. Estaba dolida

con l por como me haba manipulado para que lo besase,pero segua dolindome verle hundido.

No poda ni deba dejar salir esos sentimientos a flote, tenaque mantenerle alejado de m para siempre. l merecaencontrar a alguien que le amase de verdad, que pudieseentregarse a l sin estar rota y yo no era esa persona, nipara l ni para nadie.

- Por favor Bells- estir su mano para acariciar mi mejilla yen un acto reflejo me alej de su contacto.

- Vete

- Por favor no hagas eso- suplic an con la mano alzada.

- Vete- repet.

- Bella- susurr

- Que te vayas!- grit.

Hundido y derrotado, con el corazn hecho pedazos, aquel


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chico alegre que tanto me ayud un ao atrs desaparecientre los rboles del espeso bosque. Un aullido desgarradorno tard en hacer eco logrando que los pjaros alzasen elvuelo.

- Lo siento Jake- susurr mientras cerraba la puerta de lacasa.

El resto de das hasta mi partida definitiva de Forks pascon suma lentitud. Alice vena a verme todos los das y medeca que en la casa todos queran verme. Me peda que laacompaase pero la verdad es que no me senta con fuerzas

de pisar aquella mansin de nuevo.

Ver el piano donde sus manos no bailaran nunca ms, versu dormitorio donde nunca ms se encerrara a disfrutar desu msica. Volver a ver la cama donde tan pocas vecespudimos dormir juntos era an peor que acostarme sobre lama.

No podra evitar sumergirme en su armario y aspirar elaroma que en su ropa segua impregnado.

Volver a la mansin sera una tortura y no estaba segura delograr mantenerme en pie y seguir con mis planes si lohaca. Mentira si dijese que los planes de acabar con todohaban desaparecido de mi mente. Trataba de mantenerlos aralla en honor a su memoria y sus deseos pero los das sehacan cada da peor.

- Bella?- la voz de Carlisle me sobresalt.

Yo como casi a todas horas me encontraba en la mecedoraque tantas veces haba ocupado Edward enfocada hacia laventana completamente abierta mirando hacia la nada.


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- Bella, querida Cmo ests?- pregunt mientras seacercaba con sigilo hacia m.

- Bien- fue lo nico que pude contestar, la mayor mentiraque mis labios pronunciaban casi a diario, pero que ya salacon fluidez y casi podran hasta creerla.

- Ya veo- mir l tambin por la ventana- vena a comentarteun cambio de planes si no te molesta.

Asent con la cabeza, con aquello sera suficiente para que

continuase haca tiempo que las largas conversaciones noeran nada que se pudiese vincular a m.

- Vers, hoy me han llamado de un hospital que est muycerca de la que ser nuestra nueva residencia, resulta quehay un joven en coma desde hace ms de siete aos. Estnpensando en desconectarlo, no tiene familiares ni a nadie yno parece que vaya a reaccionar nunca. Quieren que estudieel caso- me mir esperando una respuesta que nuncaobtuvo- Habra algn inconveniente en trasladarnos unosdas antes?

Trasladarnos unos das antes esas palabras resonaban enmi mente. Abandonar mi hogar antes de lo previsto. Decirleadis al lugar que abraz nuestro amor.

Una parte de m me empujaba a irme de all, correr haca el

que sera mi nuevo hogar. Pero la otra se aferraba a losrecuerdos de aquel paraje verde.

Estaba segura que nadie se ira hasta que yo no fuese conellos, y no tena derecho a privar a un ser humano de lasatenciones de un gran medico como lo era Carlisle Cullen.


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- Ningn problema Cundo nos vamos?- pregunt sinentusiasmo.

- Si ests de acuerdo maana mismo se que es algoapresurado, pero parece ser que el caso de ese chico esalgo urgente. Iban a desconectarlo, pero cambiaron deopinin y decidieron llamarme antes.

Algo en mi interior se removi ante la mencin dedesconectar a aquel chico del que me hablaba. Supuse quela simple idea de que alguien muriese era algo que en esos

momentos me descompona por completo y no le di mayorimportancia.

- Maana lo tendr todo preparado.

- Muy bien hija descansa- dicho esto beso mi pelo y sefue. La ltima noche. Mis ltimas horas.

Adis mi amor.

Capitulo 1 El Destino No Perdona

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