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    El perdn: El camino a la reconciliacinDescubriendo el perdn en 40 das

    Por Arnoldo AranaPublicado por Cooperativa La Cosecha 8 R.L.

    RIF: J-31270600-7

    Copyright 2014 por Arnoldo AranaTodos los derechos reservados.

    Diseo y Portada: Miguel Angel Colmenares

    No se autoriza la reproduccin de este libro ni de partes del mismo enforma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o transmitida demanera alguna ni por ningn medio electrnico, mecnico, fotocopia, gra-bacin u otro sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepcin

    de los previsto por las leyes de derechos de autor en Venezuela.

    IV

  • A la luz de las Escrituras, qu es el perdn? El perdn es un sentimiento, es unacto de la voluntad? Es un acto puntual o es un proceso? Qu valor tiene elperdn en la economa de Dios?Desarrollar la virtud del perdn es inherente al llamado de ser discpulos de Cristo. Elperdn es un rasgo del carcter de Dios. Y Dios espera que sus hijos reproduzcan sucarcter. De modo que al perdonar el creyente se identifica con Cristo.

    Adems el perdn es indispensable en la dinmica de las relaciones interpersonales, siqueremos disfrutar de relaciones sanas y funcionales. Somos seres humanos, y comotales imperfectos; cometemos errores. Cada vez que nos abrimos a las personas noshacemos vulnerables y creamos la posibilidad de lastimar a alguien o ser lastimados. Porello es necesario cultivar la disposicin de perdonar a otros y pedir perdn por nuestrasfaltas. Las palabras del apstol Pablo son muy atinadas en este sentido. Soportndoosunos a otros, y perdonndoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro (Colosenses 3:13).

    En esta semana compartiremos siete nuevas meditaciones acerca de aspectos prcticossobre el perdn, presentados en la forma de interrogantes que nos plantean la decisinde perdonar, comenzado por el requisito que nos impone Cristo para ser perdonadospor Dios, que es el perdonar a otros. En este sentido el perdn se nos presenta comoun mandato de Dios, que no admite excusas, y que no tiene lmite en relacin al nmerode veces que requerimos perdonar.

    Otro aspecto importante relacionado con la prctica del perdn es el diferenciar per-donar de olvidar. Perdonar no borra el pasado ni la ofensa recibida, ni el olvidar es unrequisito para perdonar. Perdonar tampoco requiere confiar automticamente en lapersona que me ofendi. Perdonar no es un voto de confianza. La confianza est aso-ciada al fruto de arrepentimiento que produce el ofensor que ha sido perdonado.

    As mismo perdonar no implica renunciar a la justicia. Puedo perdonar y al mismotiempo querer justicia, siempre que esta no se traduzca en deseos de venganza o revancha.

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    3 Perdn prcticosemana

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    ACCIN REQUERIDA RESULTADO

    Perdonar para ser perdonado?

    Cuntas veces debo perdonar?

    Debo olvidar la ofensa - agravio recibido?

    Debo confiar automticamente en mi ofensor una vez que he perdonado?

    Al perdonar debo renunciar a la justicia?

    Cul es el caminopara perdonar y restaurar a mi hermano en la fe?

    Qu papel juega elamor en el perdn?

    El perdn es un mandato de Dios, quien demanda obediencia.El perdn es inherente a la vocacin cristiana. No existe un lmite en el nmero de veces que debo perdonar.

    El cristiano debe regirse por el estndar de perdn de Dios.

    Perdonar no es olvidar, ni el olvidar es necesario para perdonar.

    Ms que olvidar, lo importante es no recordar (mendonar). El perdn no es un voto de confianza. Confiar no slo depende de quien perdona, sino tambin cuentan los frutos de arrepentimiento del ofensor.

    Perdonar no es lo mismo que reconciliarse.

    Perdonar no implica olvidar la justicia. Renunciar a la justicia no es necesario para perdonar.

    Perdonar y restaurar es una vocacin en el contexto del cuerpo de Cristo.

    Somos llamados no solo a perdonar, sino tambin a restaurar.

    La restauracin implica correccin fraternal

    Sin amor es difcil perdonar. El amor habilita para el perdn. Necesitamos experimentar el amor en la dimensin vertical y horizontal.

    En forma prctica el perdn es el primer escaln en la escalera de la restauracin de lapersona ofendida y del ofendido, a la vez que abre el camino para una posible reconci-liacin.

    Finalmente debemos concluir como resumen de estasemana, que el perdn est ligado al amor. El perdnes expresin del amor. La base para perdonar esel amor; primero a Dios en forma vertical, yluego a los dems en mi relacin horizontal.

    El perdn prctico requiere responder las siguientes preguntas:

  • A la luz de las Escrituras, qu es el perdn? Es un acto que depende entera-mente de la persona que decide perdonar o requiere la colaboracin del des-tinatario del perdn? Existen algunas condiciones que deben cumplirse parapoder perdonar? Qu objetivo busca la accin de perdonar? Qu piensa Dios acercadel perdn?

    El perdn es un mandato de Dios

    Dice John MacArthur que el perdn es tan importante para el andar cristiano, quenunca se alej del foco de las enseanzas de Jess. Sus sermones, sus parbolas, susenseanzas en privado, e incluso sus oraciones, todos estaban llenos de las eleccionesdel perdn. El tema del perdn es vital en la palabra de Dios. La Biblia est llena deexhortaciones acerca del perdn. No se puede ser un practicante de la palabra de Dios,y obviar el tema del perdn. El perdn entrelaza toda la trama, historia y doctrinas b-blicas.

    Al leer Marcos 11:25-26 no queda duda que perdonar es un imperativo o mandato deDios, que no deja posibilidad para escabullirse de l. Esta es una declaracin muy en-ftica y confrontadora de parte del Seor Jess. En ella no hay ambigedad ni mediastintas. No hay posibilidad de dobles interpretaciones. Esta regla no est condicionadabajo ningn trmino. Somos llamados a perdonar sin anteponer ninguna excusa. Por

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    Perdonar para ser perdonados?

    Perdn prctico

    Y cuando estis orando, perdonad, si tenis algo contra alguno, para que tam-bin vuestro Padre que est en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.Porque si vosotros no perdonis, tampoco vuestro Padre que est en los cielos os

    perdonar vuestras ofensas.

    Marcos 11:25-26

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    otra parte, este pasaje expresa que Dios condiciona Su perdn a nosotros, al perdnque expresamos a otros.

    En este pasaje Jess expresa la necesidad de un perdn incondicional y aun unidirec-cional: una decisin de la voluntad del agraviado, que no est condicionada por la actitudo mrito del agraviador u ofensor, tal como ocurre con Dios, quien nos perdon enCristo, a pesar de ser pecadores (Romanos 5:8). El mandato de Jess es perdonar laofensa o el agravio sufrido, sin admitir excepciones, ni dar excusas, ni construir justifi-caciones. An sin evaluar la gravedad de la ofensa, y sin la consideracin de los mritosde la persona objeto del perdn. Esto para el estndar del mundo puede lucir descabe-llado. Pero la dimensin espiritual de Dios no se rige por los preceptos humanos.

    La Biblia nos exhorta a amar y perdonar a los que nos ofenden y daan, inclusive anuestros enemigos, siendo que lo natural es odiar a los que nos hacen mal. Pero Jessinsisti en que necesitamos, como parte de la vocacin cristiana, amar y perdonar anuestros enemigos, lo cual resulta antinatural. La pregunta es: por qu Dios hara unaexigencia tan alta y tan antinatural, que se opone a nuestros instintos y tendencias msbsicas? La respuesta no es compleja. Es porque la naturaleza de Dios se expresa enamor. Dios es amor (1 Juan 4:7-8). l tiene un espritu perdonador. El perdn es cn-sono con el carcter de Dios. Y su meta es que seamos como l es (Efesios 4:13). Alleer el versculo 5:45 de San Mateo queda claro el propsito de perdonar: Amad avuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por losque os ultrajan y os persiguen; para que seis hijos de vuestro Padre que est en los cielos,que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos(Mateo 5:43-45). Dios quiere que seamos como es l en todo, incluyendo la actitudperdonadora. Por otra parte, la falta de perdn rompe la comunin con Dios, puesDios es infinitamente misericordioso y benigno. Y la falta de perdn es contraria a sunaturaleza.

    Oh Dios!, capactame para perdonar

    Ahora dado que existen niveles de perdn, asociados a faltas muy graves, que excedenlos lmites psicolgicos y las competencias emocionales, tales como: abusos sexuales,homicidios de seres queridos, abandono paterno o materno, experiencias de rechazode los padres, violencia contra nuestra integridad, etc., de dnde sacamos los recursosemocionales y espirituales, para cumplir con el estndar de Dios? Esos recursos slolo podemos obtener del propio Dios, de quien viene la exigencia. Para perdonar a esenivel necesitamos ser asistidos por el amor y la gracia de Dios. Y esa es una realidadque est presente en el creyente cristiano. La Biblia declara que el amor de Dios hasido derramado en nuestros corazones por el Espritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:5).

  • La falta de perdn es pecado

    Como lo expone la palabra de Dios, el perdn no es un tema opcional en la agendade Dios. Es un valor central en la economa del reino de Dios. Es el eje central de lagracia de Dios, la salvacin del hombre, el funcionamiento de la iglesia, y la regulacinde las relaciones entre los seres humanos.

    Esta frase de Marcos 11:26:Porque si vosotros no perdonis, tampoco vuestro Padre que est enlos cielos os perdonar vuestras ofensas, no est referida al perdn jurdico legal de la jus-tificacin que Dios otorga. Se refiere ms bien al perdn cotidiano que necesitamosbuscar cuando ofendemos a Dios. As como Dios muestra disposicin a perdonar, re-quiere que nosotros mostremos esa misma actitud. Al perdonar el creyente se identificacon Cristo. Negarnos a perdonar nos pone bajo la disciplina de Dios.

    En este pasaje Jess tambin pone de manifiesto que la falta de perdn es un pecado;es un acto de desobediencia a un mandato expreso de Dios. As pues todos tenemosla obligacin de no ofender; pero tambin de no sentirnos ofendidos. Este mandatobusca establecer el perdn mutuo entre los creyentes.

    Para reflexionar:1. Tu amor se expresa en actitudes perdonadoras?2. Cundo alguien te agravia u ofende, tu amor se expresa en conductas amatorias?3. Permaneces ofendido y resentido con alguien en este momento de tu vida?

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    Jess demanda una incansable vocacin para perdonar ofensas y agravios. Pero qupasa cuando la persona que nos ofende, maltrata o agravia es reincidente? Deboperdonar a pesar de que la persona no da muestra de arrepentimiento? Debo con-dicionar el perdn al acto de constriccin de la persona ofensora? Debo perdonarsiempre?

    Cuntas veces debo perdonar?

    Perdonar es ms difcil cuando la persona ha cometido reiteradas faltas contra nosotros. Cuntas veces perdonar a mi hermano que peque contra m? Hasta siete? Esa fuela pregunta calculadora del apstol Pedro, a lo que Jess le respondi: No te digo hastasiete, sino aun hasta setenta veces siete (Mateo 18:21-22). Esta debi ser una respuesta des-concertante. Esta expresin oriental setenta veces siete significa un nmero ilimitadode veces. Jess, pes, nos habla de una disposicin o actitud incansable a la hora deperdonar.

    Esto lo recalca Jess en la parbola de los dos deudores que les narra a continuacina sus discpulos (Mateo 18:23-35). Esta parbola condena la accin de un siervo alque se le perdona una inmensa e impagable deuda, pero que se niega a perdonar unadeuda insignificante que tena un consiervo con l, llegando incluso a meterle en lacrcel. En ese personaje estamos representados todos aquellos que nos negamos aperdonar. Esta es una severa amonestacin a no olvidar la gracia con que Dios nos hatratado en Cristo Jess, al perdonar nuestros pecados, a pesar de no merecerlo. MasDios muestra su amor para con nosotros, en que siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros(Romanos 5:8).

    Cuntas veces deboperdonar?

    Perdn prctico

    Entonces se le acerc Pedro y le dijo: Seor, cuntas veces perdonar a mi hermano que peque contra m? Hasta siete? Jess le dijo: No te digo hasta

    siete, sino aun hasta setenta veces siete.

    Mateo 18:21-22

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  • El perdn segn el sistema religioso vs el perdnprescrito por Dios

    El sistema rabnico judo planteaba el llevar cuentas detalladas del nmero de vecesque el agraviado haba perdonado al ofensor, y que dejara de perdonar despus de latercera vez. Pedro con su pregunta eleva el nivel a siete veces, pensando que estabaelevando la norma. Pero Jess responde diciendo que no hay lmites. La Biblia diceque el amor no guarda rencor (1 Corintios 3:5), y llevar cuentas es una forma deguardar resentimiento. Jess no est estableciendo un sistema de conteo (sera imprc-tico) basado el nmero siete (7 x 70=490). Jess lo que est es cuestionando la formade definir el perdn de Pedro o del sistema rabnico. Si fuera necesario, segn el m-todo de Pedro o rabnico, contar las veces que perdonamos a una persona reincidentepara saber hasta cundo perdonar, no habra forma de soltar el dolor y el resentimientoque produce la agresin y ofensa de quien nos agravia y, por lo tanto, sera imposibleperdonar genuinamente. Se imagina usted con una libreta en la que ordena por per-sona y fecha, la ofensas recibidas por su cnyuge, padre / madre, hijos, compaerosde trabajo, etc.? Esta sera una contabilidad que terminara por agobiar nuestra alma.

    La norma establecida por Jess (Marcos 11.25-26, Mateo 18:21-25) es muy alta, exi-gente, humanamente inalcanzable, e inclusive luce en apariencia injusta. Cmo per-donar reiterada e incasablemente a quien nos ofende? Luce injusto e impositivo Porqu Dios condiciona el perdn suyo a nosotros, a nuestra disposicin de personar aotras personas? Al fin y al cabo quien cometi la falta y el agravio es quien pec. Conrazn los discpulos le dijeron a Jess, sintindose impotentes de alcanzar la elevadanorma de Jess sobre el perdn: Aumntanos la fe (Lucas 17:5).

    Lo cierto es que el estndar de Dios es diferente y superior al del mundo. Acaso Diosno nos perdona constantemente? Dios nos ha dado un modelo de perdn a seguir, almostrar siempre un espritu perdonador hacia nosotros, de esta forma establece lanorma de cmo debemos perdonar: Dios perdona nuestras ofensas, as como nosotros perdo-namos a los que nos ofenden (Mateo 6:12). Por eso la palabra de Dios nos exhorta a ser benignos unos con otros, misericordiosos, perdonndonos unos a otros, como Dios tambin nos per-don a nosotros en Cristo (Efesios 4:32).

    Para reflexionar:Cuntas veces te sientes capaz de perdonar a la misma persona? Cmo reaccionas cuando una persona falla en contra de ti en forma reiterada?Puedes contar cuntas veces Dios te ha perdonado?

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    C reo que hay un clich dentro del mbito cristiano eclesistico, as como enotros contextos institucionales: Olvida la afrenta recibida y pasa la pgina.En muchos contextos perdonar puede ser equivalente a olvidar o borrar eldolor y las experiencias traumticas. Pero esto no es posible. No podemos olvidar losucedido, como darle delete a nuestra mente, o resetearla como si fuera una compu-tadora, y borrar un archivo con una sola tecla.

    Yo perdon sinceramente, pero no olvido ese agravio, yo perdon y renunci a lavenganza, pero no he podido olvidar la experiencia que viv, por lo tanto no he per-donado. Estas son algunas de las expresiones que he escuchado en mi rol de pastor consejero y psicoterapeuta. Mucha gente se frustra con respecto al perdn, porqueequivalen perdonar a olvidar; pero perdonar no hace que se borre el pasado ni lo mo-difica, aunque si cambia el presente aqu y ahora. Ni el olvidar se requiere para perdonar.

    Hay una expresin del psiquiatra Boris Cyrulnik que ilustra esta realidad: La heridasana, pero la cicatriz no es perfecta. La herida puede sanar y ya no doler, pero quedala cicatriz que recuerda la experiencia dolorosa vivida. Sera ms apropiado, entonces,equivaler perdonar con sanar los recuerdos: recordar sin dolor. Y no hay duda que elperdn es la base para sanar los recuerdos, y liberarse del dolor de la experiencia de laofensa y agravio.

    Debo olvidar la ofensa - agravio recibido?

    Perdn prctico

    Doy gracias al que me fortalece, Cristo Jess nuestro Seor, pues me considerdigno de confianza al ponerme a su servicio. Anteriormente, yo era un blasfemo,

    un perseguidor y un insolente; pero Dios tuvo misericordia de m porque yo era unincrdulo y actuaba con ignorancia. Pero la gracia de nuestro Seor se derram

    sobre m con abundancia, junto con la fe y el amor que hay en Cristo Jess.

    1 Timoteo 1:12-14

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  • Perdonar no es lo mismo que borrar u olvidar

    El perdonar no borra el mal recibido, ni quita la responsabilidad al ofensor por el daohecho. El perdn no borra el pasado, ni la experiencia traumtica vivida, simplementetoma la decisin de no tomarlo en cuenta; de renunciar a permanecer en el pasado.Perdonar tampoco es negar o ignorar la experiencia dolorosa vivida. El perdn norequiere que la persona minimice la validez de su dolor, la cantidad de dolor que sufrio la importancia de la experiencia dolorosa. Perdonar no es olvidar de la memoria elincidente. Perdonar es aprender, comprender, amar y seguir adelante (Don Colbert).

    La palabra griega que se traduce en el Nuevo Testamento por perdonar es soltarse.Esa es la idea central, no es olvidar sino soltarse de la situacin dolorosa y del ofensor.Soltarse de la situacin que nos mantiene atados al pasado.

    Borra Dios nuestros pecados?

    Dios que es nuestra norma sobre el perdn, no borra de su memoria nuestros pecados,ya que como Dios y Juez Supremo un da traer a cuenta todo acto o palabra nuestrasea buena o sea mala (2 Corintios 5:10). Pero esta no es una cuenta para condenacin.Lo que s es claro que ya Dios, por nuestra fe en la obra de Cristo, no nos imputa esospecados, ya que hemos sido limpiados con la sangre preciosa de Jesucristo (Romanos3:23-25; Efesios 1:7). Tal como lo expresa Isaas 43:25, Dios no trae a memoria esospecados: Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de m mismo, y no me acordar de tus pe-cados. La imagen descrita por el profeta Isaas es de un libro de cuentas, en el quecuando se paga la deuda, esta es cancelada, porque cuando Dios perdona, l olvida;es decir, trata al pecador como si hubiera olvidado sus pecados. En esta metfora ladeuda es cancelada, pero el registro histrico queda en el libro.

    En la palabra de Dios se usa el trmino no recordar con el significado de no mendonaro traer a la memoria. Por ejemplo, el rey David le pidi a Dios que no se acordara (li-teralmente, no mendonara) los pecados anteriores de su juventud: De los pecados de mijuventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; conforme a tu misericordia acurdate de m, por tubondad, oh Jehov (Salmos 25:7). En la Biblia se usa la palabra olvidar en el sentido depasar por alto o no tomar en cuenta; pero no como borrar.

    El apstol Pablo, por ejemplo, recordaba (traa a su memoria) sus pecados anteriores,cuando era fariseo (1Timoteo 1:12-15); sin embargo, manifest confiadamente haberolvidado (no tomado en cuenta) aquellas cosas que quedaron atrs, para as poder ex-tenderse hacia lo que estaba delante y proseguir a la meta, al premio del supremo llamamiento deDios en Cristo Jess (Filipenses 3:13-14). Dios tambin puede fortalecernos a nosotros,

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    que hemos decidido perdonar, para no recordar con dolor las ofensas y agravios quehemos perdonado.

    La palabra de Dios no nos exige que no tengamos memoria de nuestros propios erro-res y pecados o de los errores y pecados cometidos en nuestra contra. Lo que Dios sinos manda es que perdonemos a los dems como Dios en Cristo Jess nos ha perdo-nado (Efesios 4:32), incluso cuando claramente recordemos ofensas, agravios, vitu-perios cometidos en nuestra contra, los cuales ahora no tienen poder sobre nosotros.

    Hay una diferencia entre recordar una experiencia de la que se toma un aprendizaje,o se saca una leccin aprendida, como una experiencia procesada y sanada en sus efec-tos; y recordar con dolor o rencor. La diferencia en ambos casos est en la formacomo se actualiza la experiencia: cmo nos afecta en el presente, cmo la recordamos.Al respecto dice el maestro Hugo Garca: En muchos contextos se entiende muchasveces el perdonar como olvidar totalmente el agravio - borrar de la memoria el inci-dente -, y eso trae a colacin otro problema: si olvidamos de manera total, toda la ex-periencia implcita y el aprendizaje se desvanecen y tendemos a recaer en lo mismocon otras personas y otras situaciones. Por tanto, el perdn es una intencin cuya ener-ga es liberadora, porque logra limpiar el dolor del dao ocasionado, para que luegodel proceso, nada fcil, ni agradable, se nos muestre la experiencia tal cual y podamosver luz de la propia oscuridad que el dao nos dej. Olvidar priva del aprendizaje dela experiencia vivida.

    El olvido puede ser un recurso de nuestra mente para protegernos del dolor emocio-nal, pero olvidar reprimiendo, como mecanismo de defensa del yo (Sigmund Freud),sin haber procesado (metabolizado) la experiencia, no contribuye al proceso de sanidadde la herida generada por el agravio, ofensa o dao recibido. Olvidar una situacin oexperiencia dolorosa, sin una profunda comprensin de lo sucedido, es un intentoestril por evadir y no confrontar el dolor de la herida. Olvidar no es reprimir, ni in-genuamente bloquear el dolor de la memoria. El olvido sin procesamiento de la heridano proporciona paz, ni libertad, ni sanidad.

    La autentica reparacin emocional, segn la psicoanalista Melanie Klein se basa en elreconocimiento de la realidad psicolgica, en la vivencia del dolor que esta realidadcausa y en la adopcin de una accin adecuada para remediarla. Desde la negacin,sin vivir la frustracin, la culpa y el dolor, del dao recibido o inflingido, no se puedecurar la herida emocional y experimentar sanidad.

    Perdonar no es un simple dejar a un lado la ofensa, o adoptar indiferencia hacia lapersona o accin daina de ste, u olvidar el agravio sufrido, tal vez porque resulteamenazante o incomodo lidiar con esa situacin. Este olvido selectivo est muy lejos

  • del perdn autntico, y contribuye a mantener vivo (en estado latente) el dolor y larabia derivados de la ofensa o dao recibido. Este olvido, que yo llamara irresponsable,no deja solucionado el conflicto entre las partes involucradas, y slo provee una apa-rente paz.

    El perdn no es un simple olvidar. El perdn no va con el olvido, pues perdonamosla ofensa que nos han hecho, no lo que no nos han hecho, o hemos olvidado. El per-dn es un proceso profundo e ntimo que incluye la afectividad, la cognicin y la con-ducta. No es en lo absoluto borrar la ofensa, condonar, o excusar.

    El perdn implica una renuncia a los deseos de venganza, al rencor y al odio; pero noimplica olvidar. Perdonar implica dejar atrs no traer a memoria -, pero luego dehaber procesado la experiencia que produjo el dolor y haber cerrado las situacionesabiertas asociadas a la ofensa o agravio recibido. En este sentido, bien aplica la frase:Comprender es perdonar (Madame Stael).

    Para reflexionar:1. Requieres justificar o minimizar las faltas de tu ofensor para poder perdonar? 2. Cmo acostumbras a manejar los agravios, ofensas y oprobios recibidos? 3. Almacenas dolor reprimido por algn agravio recibido, a pesar de que olvidaste y perdonasteel dao y ofensa recibidos?

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    E n Marcos 11:25-26 Jess nos insta a mostrar una disposicin permanente aperdonar como una decisin personal. Pero esta decisin, a veces, entra enconflicto con algunos mapas que equivalen el perdn a un voto de confianza.Lo que ocurre en realidad es que la confianza no corre tan rpido como la decisin deperdonar, y la persona puede entrar en conflicto al pensar que no ha perdonado, por-que no puede confiar tan rpidamente en la persona, sobre todo si el agresor no hamostrado frutos de arrepentimiento. Por eso es bueno aclarar que perdonar y confiaren la persona ofensora son dos procesos diferentes. Dios nos exhorta a perdonar sinningn tipo de condicionamiento; pero no nos amonesta por no confiar automtica-mente en la persona que nos ha agraviado.

    Perdonar no es lo mismo que confiar en la persona

    La confianza se basa en el comportamiento de una persona con base a unas expecta-tivas, por un periodo prudencial de tiempo, para que la persona se haga confiable ypredecible nuevamente. La confianza se forja con las acciones y comportamientosmanifestados; se instala a travs del comportamiento congruente a lo largo del tiempo.Podemos decidir perdonar unilateralmente, y as nos los exige el Seor Jess; pero res-tablecer la confianza requiere del fruto de la persona que es perdonada. El perdn seotorga, pero la confianza se recupera. Perdonar no significa exponerse nuevamenteante el agraviador u ofensor, lo cual finalmente puede acarrear ms dao y dolor alagraviado. El perdn es la respuesta moral de una persona a la injusticia que otra hacometido contra ella; no es un voto de confianza.

    Perdn prctico

    Y cuando estis orando, perdonad, si tenis algo contra alguno, para que tambinvuestro Padre que est en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

    Porque si vosotros no perdonis, tampoco vuestro Padre que est en los cielos os perdonar vuestras ofensas.

    Marcos 11:25-26

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    18Da Debo confiar automticamenteen mi ofensor una vez que heperdonado?

  • Perdonar puede iniciarse con una accin especfica (aunque conlleva un proceso), perogenerar confianza no est restringido a una accin puntual. Perdonar y confiar, comoya hemos dicho, son dos procesos diferentes. Para perdonar necesitamos desligar elperdn de la confianza, y no condicionar el primero al ltimo. Confiar un proceso queconlleva tiempo y ocurre posterior al perdn. La confianza tarda mucho en generarseen las relaciones. Hay un dicho que dice que la confianza sube por las escaleras, perobaja por un ascensor.

    Para hacerse confiable la persona que ha generado el agravio y la ofensa, y que ha sidoperdonada, necesita generar actitudes y conductas correctas, que evidencien su arre-pentimiento, y que haga que la persona agraviada que ha perdonado, vuelva a recuperarla confianza.

    El restablecimiento de la confianza en un ejercicio de dos vas

    Por un lado la persona que ha producido el agravio u ofensa se responsabiliza por susacciones, y genera comportamientos opuestos a sus acciones incorrectas, para ganarsela confianza del agraviado. Y por el otro lado, la persona que ha sido objeto del agraviou ofensa, y que ha decidido perdonar, comienza progresivamente a realizar depsitosde confianza a favor del ofensor. Si la confianza se otorga indiscriminadamente, carecedel mrito para estimular el cambio en la persona ofensora; de esta forma se priva ala persona de la oportunidad de crecer y madurar.

    La confianza no se decreta, ni se exige, ni se impone. Por el contrario, se gana. Sepuede estimular y tomar el riesgo de concederla y tomarla, pero no se genera en formaautomtica. La confianza es un producto de la confiabilidad. Las personas necesitanhacerse confiables a travs de sus actitudes y conductas. Por lo tanto, no confiar au-tomticamente no significa que no se ha perdonado. Significa ms bien, si verdadera-mente se ha perdonado, que se est procediendo con prudencia.

    Perdonar no es lo mismo que reconciliarse

    El mandato de perdonar no implica reconciliacin. Perdonar no implica restablecer larelacin. La reconciliacin demanda que dos personas que se respetan y valoran mu-tuamente, se renen de nuevo y acuerdan, por decisin mutua, restablecer la relacin.La reconciliacin es un proceso de dos personas, a diferencia del perdn que es unproceso personal.

    La reconciliacin es un proceso que tiene como objetivo facilitar la coexistencia y lacooperacin entre las partes involucradas. Esto no se puede hacer aparte del perdn,

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    la recuperacin de la confianza, el cambio de conducta del ofensor, y la negociacinde los trminos de la reconexin. Esta negociacin puede demandar cambios en ambaspartes. Este puede ser un punto crtico para el restablecimiento de la relacin, pues enocasiones el que perdona siente que no necesita cambiar nada. Al respecto comentanJacqui Bishop y Mary Grunte: En la mayora de los casos en que no hay voluntad deperdonar se produce un lucha de poder en la que la vctima pide a la otra persona quecambie, mientras que la vctima no lo hace. El argumento utilizado por ella es que laotra persona cometi el acto injusto, y que por lo tanto no es culpable y no tiene porqu cambiar.

    La reconciliacin requiere un acuerdo y un compromiso de mantener una relacin.En este sentido, la reconciliacin implica avanzar de la sanidad de quien perdona a lasanidad de la relacin.

    La reconciliacin entraa reciprocidad, e incluso consenso sobre algunas reas espe-cficas. As por ejemplo un cnyuge puede perdonar la infidelidad cometida por elotro; pero se requiere del arrepentimiento del que ha actuado con infidelidad para quemedie una sana reconciliacin, as como el acuerdo y la negociacin con respecto aciertos trminos y condiciones que hagan que la relacin tenga viabilidad futura.

    As ocurre en nuestra relacin con Dios. Nuestro Dios ofrece perdn gratuito, comoun acto de gracia, pero el hombre decide si acepta el don o regalo de Dios que repre-senta Cristo. Si el hombre acepta a Cristo y su sacrificio en la cruz, ste no slo expe-rimenta la realidad del perdn y, en consecuencia, la salvacin; sino tambin esreconciliado con Dios (Colosenses 1:20-21; Romanos 5:8-10). Pero la persona necesitaconsentir en algunos trminos bsicos, como el arrepentimiento y confesin de peca-dos; as como la aceptacin de Cristo como Seor y Salvador personal. Sin la acepta-cin de esos trminos establecidos por Dios, no hay posibilidad de reconciliacin conl, a pesar de que Dios ha provisto gratuitamente en Cristo Jess, perdn y salvacin.

    Una vez que haya mediado el perdn, y se haya solucionado el conflicto, se necesitaestablecer procedimientos, prcticas, lmites y acuerdos, que regulen la relacin y queimpidan que se vuelvan a generar las ofensas y agravios, y se repitan los conflictos. Senecesita de una estructura psicolgica y cultural que le de viabilidad a la relacin, unavez que se ha dado lugar al perdn.

    Por otra parte, podemos perdonar, pero eso no indica que el ofensor est dispuesto ala reconciliacin, o que la reconciliacin (reanudacin de la relacin) sea conveniente,como cuando ha habido violencia, o experiencias de abuso sexual, o la vida de la per-sona pueda peligrar.

  • Perdonar no significa que todo deba volver a la situacin original antes del agravio,como si nada hubiera pasado. Por lo menos no se debe hacer una regla general deesto, pues hay muchos factores que pueden pesar para que la relacin no pueda volvera ser como era antes, entre ellas: por falta de disposicin del ofensor, por falta defrutos de arrepentimiento del agraviador que lo haga merecedor de la confianza comoera antes, por tratarse de una situacin en la que la persona agraviada perciba su vidaen riesgo, o porque la valoracin que se haga de la relacin no sea favorable.

    En todo caso el perdn va dirigido a cumplir con la exhortacin de que en cuanto de-penda de nosotros estemos en paz con todos (Romanos 12:18).

    Para reflexionar:1. Distingues entre perdn y confianza? 2. Condicionas el perdn a los mritos que haga el ofensor?3. Buscas estar en paz con todos, en cuanto dependa de ti?

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    Perdonar no implica olvidar la justicia

    Perdonar no implica el abandono de la bsqueda de la justicia ni la renuncia a ladefensa de los derechos. La persona puede exigir justicia, sobre todo si la faltaviola las leyes, y eso no anula el perdn. No hay que confundir misericordia conjusticia. Creo que muchos cristianos se meten en problemas por no tener diferenciadola misericordia de la justicia, lo cual puede generar perjuicio tanto a ellos mismos comoa otras personas. Sin embargo, la justicia que Dios prescribe que debemos seguir noes una mera justicia retributiva (aplicacin de castigo, restitucin, etc.), sino funda-mentalmente una justicia restaurativa (resolucin del problema o conflicto, sanidadde la relacin, reconciliacin, etc.). El perdn no es necesario en la justicia retributiva,pero juega un papel medular en la justicia restaurativa.

    El perdn no se rie con la justicia. Dios nos perdon porque nos amaba, pero noobvio la justicia. La muerte de Cristo en la cruz del calvario es la mayor evidencia deque Dios nos perdon, pero cumpliendo completamente con las demandas de la jus-ticia. El perdn divino tiene su base en la justicia de Dios: Al que no conoci pecado, pornosotros lo hizo pecado, para que nosotros fusemos hechos justicia de Dios en l(2 Corintios 5:21).

    Perdn prctico

    No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.

    No tomen venganza, hermanos mos, sino dejen el castigo en las manos de Dios,porque est escrito: Ma es la venganza; yo pagar, dice el Seor. Antes bien, si tuenemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Actuando as,

    hars que se avergence de su conducta. No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.

    Romanos 12:17-21 (NVI)

    SEMANA 3

    19Da Al perdonar debo renunciar a la justicia?

  • La cruz del calvario representa el encuentro perfecto del amor (incluye el perdn) y lajusticia de Dios. Esa es una teologa al alcance de todos, y que todos pueden entender.Al observar el horror de la cruz, podemos darnos cuenta del inmenso amor de Diospor el hombre, que lo llev a dar la vida de Su Unignito Hijo (Juan 3:16). Pero almismo tiempo podemos apreciar el increble precio que Dios tuvo que pagar por nues-tra salvacin, para as cumplir las demandas de Su justicia. Sabiendo que fuisteis rescatadosde vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, comooro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminacin(1 Pedro 1:18-19).

    Como juez justo, Dios cumpli en la cruz la justicia de la ley que dice que la paga delpecado es la muerte (Romanos 6:23); pero como Padre amoroso, provey el medio parael arrepentimiento y el perdn de los pecados. El perdn no se poda otorgar sin sa-crificio expiatorio, porque la justicia quedara insatisfecha. Sin justicia el universo moralsera un caos.

    Al perdonar la persona renuncia al resentimiento, a los deseos de venganza, al pagarmal por mal; pero no implica que tenga que renunciar a la justicia.

    El perdn es diferente al indulto, la condonacin de la falta, la excusa y justificacindel agravio, o la liberacin de responsabilidad del ofensor. El perdn no implica pres-cindir ni obviar la justicia, ni eximir de responsabilidad al ofensor. Suspender la justiciaaumenta la maldad, las injusticias y la impunidad. Por otra parte, el perdn no borralas consecuencias naturales ni legales de las faltas cometidas. Tampoco elimina la leyde causa efecto que gobierna el universo natural y espiritual. Al respecto la Bibliadice: No se engaen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, secosecha (Glatas 6:7 DHH).

    Qu lugar ocupa la justicia en este principio del perdn?

    Romanos 12:17-21 nos da una interpretacin. Al perdonar a los dems, y decidir con-fiar en Dios como juez justo, renuncio a mi deseos de venganza, y entrego mi causa aDios, confiando en que l es mejor juez que yo. No tomen venganza, hermanos mos, sinodejen el castigo en las manos de Dios, porque est escrito: Ma es la venganza; yo pagar, dice elSeor. Esta accin no est en contradiccin con hacer uso del sistema de justicia queDios ha instituido en el mundo. En todo caso al entregar a Dios mi causa le cedo a lel control, para que l aplique justicia segn su sabidura y soberana.

    Al entregar a Dios mis agravios y mi dolor y la responsabilidad de que se haga justicia,

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    no slo lo hago a l juez de mi causa, sino que me deshago de mi propio derecho avengarme, junto con mis sentimientos de resentimiento y odio, y dejo todos los pro-blemas de justicia en manos de l, sabiendo que l es ms competente y justo que yo. Mientras retenga para m, la prerrogativa de hacer justicia y de que mi ofensor paguepor el mal que me ha hecho, permanezco atado a l, porque en el fondo no he per-donado. Perdonar implica soltar mis agravios y dolores en las manos de Dios, y confiaren su justicia. Si no concretamos esa accin de entrega a Dios, a la larga ambos - ofen-sor y agraviado - permanecemos prisioneros del pasado. El que no recibe el perdn,preso en una celda, y (yo) quien se rehsa a perdonar, atado a la celda como carcelero,asegurndose de que la persona permanezca encarcelada. Necesitamos, pues, llegar alpunto de entregar el reo en las manos de Dios, y encomendarnos a su justicia, de estamanera nos libramos de toda la carga emocional de tener que hacer justicia, al des-cansar en la perfecta justicia del Juez Supremo, quien no falla en aplicar justicia.

    Es importante recordar que al perdonar no se est dispensando o justificando un actomalo. Aunque la falta del ofensor no desaparece cuando perdono, se libera de m yDios se hace cargo porque El sabe qu hacer.

    Si el perdn condona y amnista, obviando a ultranza la justicia, entonces el ordenlegal y la memoria histrica de una familia, comunidad o nacin donde ocurri laofensa y el agravio, estaran en peligro y condenadas a repetir los mismos errores e in-justicias relacionales.

    El perdn y la justicia no se rien con la misericordia

    Dios no slo nos exhorta a que encomendemos nuestra causa a Su justicia, sino queadems nos insta a realizar acciones amatorias a favor de nuestro ofensor: si tuenemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; porque el amor se hace realidada travs de la accin. Esta accin es teraputica y, segn el pastor Rony Madrid, cumplelos siguientes objetivos:

    Verificar si nuestro corazn est limpio y que no guarda ningn rencor. Comprobar que hemos entregado ese sentimiento en las manos de Dios.Hacer reflexionar a nuestros ofensores: Actuando as, hars que se avergence de su conducta.

    Ancdota aleccionadoraRecuerdo una ocasin en que un hermano de una congregacin abuso sexualmentede una de sus hijastras menores de edad. Este hermano al ser descubierto, manifest

  • supuestamente arrepentimiento. Yo suger que el caso fuera denunciado a la las au-toridades competentes, independientemente de que su esposa y miembros de la iglesiamanifestaran perdn (como yo), y aun se le brindara asistencia jurdica y acompaa-miento en el proceso.

    En esa ocasin fui etiquetado de falto de misericordia. Yo sostuve que no se debaconfundir la misericordia y el perdn con la justicia, y que la iglesia no deba extenderleun voto de confianza automtico. En todo caso la congregacin estaba promoviendoque se quedara impune un delito. Al correr de un ao, este hermano viol a la otra hi-jastra tambin menor, y huyo de la casa.

    He aprendido que cuanto la iglesia se abroga el derecho de administrar - intercambiarmisericordia por justicia, obviando las instancias judiciales delegadas por Dios, lascosas no terminan bien. La respuesta es que esto supone la violacin de un principio.

    Para reflexionar:1. Has renunciado a tus deseos de venganza, encomendando t causa al Juez Supremo?2. Dejas lugar a la justicia de Dios?3. Confas en la justicia de Dios?

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    Cmo perdonar a mi hermano?

    La palabra de Dios nos exhorta a ser proactivos y diligentes para resolver los con-flictos y desavenencias que ocurren en el seno de la iglesia. Esto obra a favor deevitar que se generen races de amargura, resentimientos y enemistades, tantoen el ofendido como en el ofensor. Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia deDios; de que ninguna raz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean conta-minados (Hebreos 12:15 - LBLA).

    Si un hermano en la fe comete una ofensa o agravio contra m, mi responsabilidad enCristo, es actuar con diligencia, caridad, tolerancia y espritu conciliador. Para tal finla Biblia prescribe un protocolo o procedimiento a seguir, que indica una progresinen funcin de la receptividad del que ha fallado, cuyo objetivo es la restauracin delos involucrados y, de ser posible, la reconciliacin. Esa es una vocacin que es inhe-rente al llamado de ser cristiano: Dios por medio de Cristo nos reconcili consigo mismo ynos dio el ministerio de la reconciliacin (2 Corintios 5:18 NVI).

    El primer lugar la Biblia prescribe de debo hablar personalmente con el ofensor:si tu hermano peca (te ofende, obra mal deliberadamente) contra ti, ve y reprndele (convncele)estando t y l solos; si te oyere, has ganado a tu hermano; exhortndole con amor y

    Perdn prctico

    Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y reprndele estando t y l solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Ms si no te oyere, toma an contigo

    a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia,

    tenle por gentil y publicano.

    Mateo 18:15-20

    SEMANA 3

    20Da Cul es el camino para perdonar y restaurar a mi hermano en la fe?

  • mansedumbre (fuerza con ternura y amabilidad), tal como lo expresa 1 Timoteo5:1-2: No reprendas al anciano (con dureza), sino exhrtale (aconsjale) como a padre; alos ms jvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como ahermanas, con toda pureza. As mismo Glatas 6:1 prescribe como amonestar aquienes cometen error o falta: Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta(transgresin), vosotros que sois espirituales, restauradle con espritu de mansedumbre, conside-rndote a ti mismo, no sea que t tambin seas tentado.

    El tiempo de este verbo restaurar est en presente continuo, indicando que serequiere paciencia y perseverancia en el proceso. La restauracin no se logra consimples palabras o frases alentadoras o sermoneadoras: debes corregir tu con-ducta, te hemos extraado en la iglesia, sino que requiere amor, constancia,paciencia, tiempo y esfuerzo.

    Esta no es una ocasin para desahogar nuestra rabia o dolor contra el hermanoofensor, pues su objetivo no es el desquite ni la venganza, sino la restauracin.Esta entrevista debe transcurrir en el marco de una correccin fraternal. El hechode acudir al ofensor a solas, busca proteger su reputacin. No es una simple re-accin a la ofensa o agravio recibido, sino que es motivada por el inters y amorfraternal de hermano. San Agustn agudamente expresa el espritu de este proce-dimiento: "Quien te ha ofendido, ofendindote, ha inflingido a s mismo unagrave herida, y t no te preocupas de la herida de tu hermano? ... T debes ol-vidar la ofensa recibida, no la herida de tu hermano".

    Y si el hermano no me escucha? Vuelve a confrontarlo en presencia de dos otres personas, para facilitarle mejor el darse cuenta de la falta cometida: Mas sino te oyere, toma an contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste todapalabra. La Biblia dice que en la multitud de consejeros hay sabidura. Donde nohay direccin sabia, caer el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad (Prover-bios 11:14). Esta accin busca tambin proteger a ambos de malos entendidos.

    Si, despus de agotar estas instancias, l rechaza la correccin, es necesario de-cirlo a la comunidad eclesistica: Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia. Solo despusde agotar las instancias anteriores y no haber ningn cambio, entonces, debescontar lo que ocurri a la iglesia.

    Y si tampoco escucha a la iglesia, es preciso hacerle notar el distanciamientoque l mismo ha provocado, separndose de la comunin de la iglesia: y si nooyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano (repulsivo y abominable). El excluir de la co-munin espiritual, no excluye el manifestar actos de bondad hacia esa persona.

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    Todo este procedimiento fraternal indica que existe una corresponsabilidad en el ca-mino de la vida cristiana, tal como expresa Glatas 6:2: Sobrellevad los unos las cargas delos otros, y cumplid as la ley de Cristo. En el cuerpo de Cristo somos llamados a soportarnosunos a otros, y perdonarnos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro (Colosenses 3:13).Esta es una vocacin y un llamado ineludible.

    Es as como cada creyente consciente de sus propios lmites, carencias y defectos, estllamado a la restauracin y la reconciliacin, considerndose a s mismo, no sea que ltambin sea tentado; pero tambin est llamado a recibir con humildad la correccin(amonestacin, exhortacin) fraterna, pues reconoce que l /ella tambin puede fallar.

    Este procedimiento descrito en Mateo 18:15-20, que tiene como mtodo el perdn ycomo meta la restauracin y, por ende, la reconciliacin, crea una espacio y una opor-tunidad para la comunin restaurada. Negar el perdn, por el contrario, rompe la co-munin no solo con nuestro hermano ofensor, sino tambin con nuestro PadreCelestial (Marcos 11:25).

    Para reflexionar:1. Has renunciado a tus deseos de venganza, encomendando t causa al Juez Supremo?2. Cundo reprendes a un hermano por una falta contra ti, tu motivacin es la restauracin del ofensor?3. Cmo te sientes exhortando a aquellos que comenten falta contra ti?

  • El amor no se irrita, no guarda rencor (no toma en cuenta el mal recibido", BAS). Nolleva las cuentas de las ofensas para poder recordarlas, con el fin de vengarseo tomar revancha. El que ama se niega a guardar rencor y vivir enemistado, yest dispuesto a perdonar las ofensas y agravios recibidos. El que ama manifiesta unespritu perdonador. Quien es movido por el amor no se dejar llevar por las provo-caciones y las ofensas, y la ira no le dominar. No puede estar enojado por muchotiempo ni vivir con amarguras y resentimientos, porque practica el perdn como unestilo de vida.

    Dice tambin 1 Corintios 13, que el que ama todo lo sufre (disculpa, perdona), todo lo cree,todo lo espera, todo lo soporta. Si amamos estamos dispuestos a perdonar las ofensas yagravios recibidos, y a restaurar al ofensor, porque esa es la naturaleza del amor.

    Por eso cuando a Jess le pregunto un maestro de la Ley, cul era el mandamientoms importante de la Ley. El contest: Ama al Seor tu Dios con todo tu corazn, con todotu ser y con toda tu mente. ste es el primero y el ms importante de los mandamientos. El segundose parece a ste: Ama a tu prjimo como a ti mismo (Mateo 22:36-39 NVI). Si amar esnuestra prioridad, entonces seremos capaces de perdonar a los que nos ofenden.

    Amor vertical y amor horizontal

    Este amor debe manifestarse tanto en sentido vertical como horizontal. En sentidovertical recibo el perdn de Dios y me apropio de su amor, a su vez le expreso mi gra-

    97

    Perdn prctico

    El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egosta, no se enoja fcilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con

    la verdad. Todo lo disculpa (perdona), todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

    1 Corintios 13:4-7.

    SEMANA 3

    21Da Qu papel juega elamor en el perdn?

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    titud en amor a Dios, reconociendo su inmensa gracia sobre m. En sentido horizontalme extiendo en amor hacia mi prjimo y elijo perdonar como Dios me perdon a m.Sin la prctica de la dimensin vertical, la dimensin horizontal carece del poder y laconviccin para perdonar, puesto que el perdn, en muchas de las relaciones humanas,resulta ilgico, injusto y antinatural. La experiencia del amor en la dimensin verticales la que habilita y empodera para perdonar, conquistando a nuestros instintos msprimitivos que claman por venganza y revancha, en medio del dolor y la rabia que in-vaden nuestra alma, cuando hemos sido ofendidos, agraviados y lastimados.

    Como la vida se resume en aprender a amar, Dios quiere que valoremos las relacionesy nos esforcemos por mantenerlas, en lugar de descartarlas siempre que se produzcauna divisin, un disgusto o conflicto (Rick Warren). Aqu es donde el amor que esel vnculo perfecto (Colosenses 3:14), capacita para perdonar y preservar la relacin.

    Por eso 1 Pedro 4:8 nos exhorta dicindonos: Y ante todo, tened entre vosotros fervienteamor; porque el amor cubrir multitud de pecados. Similar idea plantea Proverbios 10:12:El odio es motivo de disensiones, pero el amor cubre todas las faltas. Esto habla de perdn yrestauracin del que se ha extraviado. El que tiene verdadero amor (gape) ensea,instruye, exhorta, amonesta y corrige el mal. Practica adems la disciplina, no comoun castigo, sino como un acto de amor que perdona y busca la restauracin. El queama perdona como va para propiciar la restauracin.

    Dios espera que procedamos como l procedi con nosotros

    Dios nos am y por eso no perdon en Cristo Jess. Por eso tambin la Biblia nos ex-horta a perdonarnos los unos a los otros, como Dios tambin nos perdon en Cristo y dela manera que Cristo nos perdon (Efesios 4:32; Colosenses 3:13), como una expresinde nuestro amor hacia Dios y hacia nuestro prjimo. Esto es posible gracias a que elamor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones (Romanos 5:8).

    El amor de Jesucristo quita tu pecado, y tambin te da el poder de permitirles a otraspersonas liberarse. Has sido perdonado, y puedes perdonar a otros, como lo hizo Diosen Cristo Jess. Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida conCristo, aun cuando estbamos muertos en pecados. Por gracia ustedes han sido salvados! (incluye elperdn) (Efesios 2:4-5 - NVI). De igual manera nos instruye la palabra de Dios a per-donar obrando en ese mismo espritu de amor: Con toda humildad y mansedumbre, sopor-tndoos con paciencia los unos a los otros en amor sed benignos unos con otros, misericordiosos,perdonndoos unos a otros, como Dios tambin os perdon a vosotros en Cristo (Efesios 4:2,32);Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con

  • una actitud humilde (Glatas 6:1); Y un siervo del Seor no debe andar peleando; ms bien,debe ser amable con todos, capaz de ensear y no propenso a irritarse. As, humildemente, debecorregir a los adversarios, con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocerla verdad (2 Timoteo 2:24-25).

    El verdadero perdn incluye la consolacin como expresin de nuestro amor

    El proceso del perdn incluye la consolacin. El perdonar no se limita a decirle a lapersona ofensora: te perdono. Sino que el perdn genuino necesita traducirse en actosamatorios que comprueben o evidencien la realidad del perdn; por eso el apstolPablo exhorta a los miembros de la iglesia a confirmar el amor para con l (ofensor) (2 Co-rintios 2:8), a travs de la consolacin (2 Corintios 2:7). La palabra griega para consolacin(Strong 3870) es parakalo que traduce llamar cerca, alentar, animar, confortar; orar.Pablo le estaba diciendo a la iglesia que deba animar, alentar y acercarse a la personaarrepentida para consolarla, adems de orar por ella. El amor, entonces, se moviliza afavor de quien hemos perdonado; hace que busquemos conectarnos: dar, comprender,afirmar, alentar, edificar, restaurar y perdonar.

    Si amamos nos esforzaremos por mantener la unidad del Espritu mediante el vnculo de la paz(Efesios 4:3 - NVI). Esto nos es posible sin manifestar disposicin a perdonar.

    Para reflexionar:1. Depende tu amor de los mritos, reciprocidad o afectos que otros te prodigan, o acta como unaresolucin de tu voluntad?2. Practicas la consolacin como parte de la demostracin de haber perdonado? 3. Eres capaz de amar a personas difciles?

    99

  • Test para evaluar el perdn en forma prctica

    100

    Asumes el perdn como un mandato de Dios que requiere obediencia?

    Perdonar y serperdonado 1 2 3 4 5

    Buscas imitar a Dios en su actitud perdonadora? Perdonar y serperdonado 1 2 3 4 5

    Evitas sacar cuentas del nmero de veces que has perdonado auna misma persona?

    Cuntas vecesperdonar 1 2 3 4 5

    Cultivas la prctica de la benignidad y la misericordia, como lo hizo Cristo?

    Cuntas vecesperdonar 1 2 3 4 5

    Evitas tirar al olvido irresponsable las ofensas y agravios recibidos? Olvidar la ofensa 1 2 3 4 5

    Evitas reprimir las emociones de dolor al ser herido? Olvidar la ofensa 1 2 3 4 5

    Cundo eres herido y perdonas, tomas las previsiones para protegerte de ser nuevamente daado?

    Perdn y confianza 1 2 3 4 5

    Eres diligente en observar los frutos de arrepentimiento de tusofensores a los cuales has perdonado, como va para la recupe-racin de la confianza?

    Perdn yconfianza 1 2 3 4 5

    Eres consciente de que perdn y reconciliacin no son la misma cosa?

    Perdn yconfianza 1 2 3 4 5

    Buscas diligentemente la reconciliacin con tus ofensores perdonados, cuando estn dadas las condiciones?

    Perdn y confianza 1 2 3 4 5

    Entregas a tus ofensores a la justicia divina, renunciando a tus deseos de revancha?

    Perdn y justicia 1 2 3 4 5

    Mantienes separados la misericordia y la justicia al perdonar a tus ofensores? Perdn y justicia 1 2 3 4 5

    Has aceptado la justicia de la cruz como tu justificacin, para apropiarte del perdn de Dios? Perdn y justicia 1 2 3 4 5

    Eres diligente en resolver los conflictos y diferencias con tus hermanos en la fe?

    Perdn y restauracin 1 2 3 4 5

    Al ser ofendido y agraviado por un hermano en la fe, buscas diligentemente ponerte a cuenta con l, para provocar la restauracin y reconciliacin?

    Perdn y restauracin 1 2 3 4 5

    Sigues el protocolo establecido por Jess en Mateo 18:15-20, para la restauracin y reconciliacin?

    Perdn y restauracin 1 2 3 4 5

    Imitas a Dios en la prctica del amor gape? Amor y perdn 1 2 3 4 5

    Tu amor se expresa en la dimensin vertical y horizontal? Amor y perdn 1 2 3 4 5

    Perdonas a tus deudores de la misma forma que Dios te perdon a ti? Amor y perdn 1 2 3 4 5

    Perdonas a tu prjimo como consecuencia de amar a Dios primero? Amor y perdn 1 2 3 4 5

    Indicador rea Escala

    Conteste todas las 20 preguntas. 1 representa la puntuacin ms baja (desacuerdo) y 5la puntuacin ms alta (total acuerdo). Marque el nmero que mejor lo represente.Cada nmero representa su propio valor. Sume las puntuaciones.

    Si tu puntuacin es menor a 40 puntos necesitas urgentemente revisar si en formareal y prctica ests perdonando. Si tu puntuacin es mayor a 41 puntos y menor a70 puntos tu forma de perdonar puede mejorar. Si tu puntuacin es mayor a 71 puntos entonces ests perdonando en forma real.

  • Principios para perdonar en forma prctica:

    101

    SEMANA 3: Perdn Prctico

    El perdn es un mandato de Dios,que no admite excepciones. Somosllamados a perdonar sin anteponerexcusas.

    Dios nos dejo ejemplo a seguir al per-donarnos en Cristo Jess, para queigualmente nosotros perdonemos.

    Perdonar no es equivalente a olvidar.

    Perdonar no hace que se borre el pa-sado. Ms que olvidar, el perdonarnos lleva a recordar sin dolor, asanar los recuerdos.

    El olvido irresponsable, sin sanar laherida, no deja solucionado el con-flicto.

    Perdonar no es lo mismo que confiaren la persona que nos ofendi oagravi. El perdn no es un voto deconfianza.

    Dios nos exhorta a perdonar sin nin-gn tipo de condicionamiento; perono nos amonesta por no confiar au-tomticamente en la persona quenos ha agraviado.

    Perdonar no es lo mismo que recon-ciliarse. La reconciliacin demandaque dos personas que se respetan yvaloran mutuamente, se renen denuevo y acuerdan, por decisinmutua, restablecer la relacin.

    Perdonar no implica el abandono dela bsqueda de la justicia ni la re-nuncia a la defensa de los derechos.

    La palabra de Dios nos exhorta aser proactivos y diligentes para re-solver los conflictos y desavenen-cias que ocurren en el seno de laiglesia.

    El que ama se niega a guardar ren-cor y vivir enemistado, y est dis-puesto a perdonar las ofensas yagravios recibidos.

    El amor debe manifestarse tanto ensentido vertical como horizontal:hacia Dios y hacia el prjimo.

    La experiencia del amor en la di-mensin vertical es la que habilitay empodera para perdonar, con-quistando nuestros instintos msprimitivos que claman por ven-ganza y revancha.

    El verdadero amor se moviliza afavor de quien hemos perdonado;hace que busquemos conectarnos:dar, comprender, afirmar, alentar,edificar, restaurar y perdonar.

  • 102

    Historias inspiradoras del perdn

    Esas palabras fueron expresadas por Jess, mientras mora en agona en la cruzdel calvario, despus de haber sido cruelmente azotado y vilmente crucificado. Sneca nos dice que los crucificados maldecan el da en que nacieron, a los verdugos,a sus madres, a todo y a todos, incluso terminaban escupiendo a los que les miraban.Cicern nos cuenta que a veces era necesario cortar las lenguas a los que iban a sercrucificados para impedir que blasfemaran de una manera terrible en contra de losdioses. Es seguro que los verdugos de Cristo esperaban or voces y maldiciones deaquel que por las rdenes recibidas de poner su cruz en medio, consideraban, sin duda,como un jefe de malhechores; los fariseos y escribas, que conocan mejor al Maestrode Galilea, esperaban or por lo menos quejidos de dolor, pero cun sorprendentefue lo que oyeron! De los labios de Cristo sali no un grito, sino una plegaria, unadulce y suave oracin de perdn. El verbo griego no est en pasado, sino en gerundio;legein no es "dijo", sino "iba diciendo". Lo que nos hace suponer que esta admirablefrase fue repetida varias veces, durante el cruel proceso, cuando los clavos entrabanen la carne, cuando la cruz fue levantada y el dolor se haca ms agudo. Jess iba re-pitiendo la plegaria de perdn: perdnalos porque no saben lo que hacenperd-nalos porque no saben lo que hacen (Misioneros Oblatos o.cc.ss).

    Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen. Estas palabras resultan in-auditas para un hombre que est muriendo crucificado en una cruz de oprobio, en lascondiciones en que Jess muri. Previo a la crucifixin, Jess fue cruelmente azotado.El azotamiento era una prctica del imperio romano que se aplicaba a la vctima con-denado a la pena capital. Se efectuaba este castigo con un ltigo hecho de varias correas

    SEMANA 3: Perdn Prctico

    SEMANA 3:

    Padre, perdnalosporque no saben loque hacen

    Padre, perdnalos porque no saben lo que hacen (Lucas 23:34).

  • (3 correas) a cuyos extremos haba atados speros pedazos de metal o hueso afiliado.Se estima por la prctica romana, que Jess debi de recibir ms de 120 golpes ter-narios, administrados por dos fuertes verdugos, uno ms alto que el otro, diestros ensu oficio, los cuales puestos uno a cada lado del reo, le cubrieron metdicamente consus golpes toda la superficie del cuerpo (trax, abdomen, brazos y piernas, a excepcinde la parte del pecho correspondiente al corazn), sin dejar espacios (Dr. TelmoSalas). Al punto que la persona se converta en una llaga completa. Esto coincide conla expresin de Isaas 52:14:Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fuedesfigurado de los hombres su parecer

    Con frecuencia los hondos desgarrones que se producan en la carne por el ltigo lle-gaban al hueso mismo. El Obispo Eusebio de Cesrea, historiador de la iglesia delIII siglo, dijo refirindose a los azotes infligidos por los romanos a aquellos que ibanhacer ejecutados: Las venas de la vctima quedaban al descubierto y los msculos,tendones, e intestinos quedaban totalmente expuestos.

    Pero luego tuvo que padecer la muerte ms dolorosa e ignominiosa que una era decrueldad puedo disear. Con las manos y pies atravesados con clavos, se dejaba a lavctima colgando en agona, hambre, sed intolerable y continuas convulsiones dolo-rosas, hasta que sobrevena la muerte. La crucifixin parece incluir todo los que lamuerte y el dolor pueden tener de horrible y espantoso: vrtigos, calambres, sed, ham-bruna, insomnio, fiebre traumtica, ttano, vergenza, publicidad de la vergenza, largaduracin del tormento, horror de anticipacin, mortificacin por causa de las heridasdesatendidas- todo intensificado hasta el punto en que la vctima podra tener el aliviode la inconsciencia.

    La posicin incmoda hara que todo movimiento resultara doloroso, las venas lace-radas y los tendones aplastados palpitaban con angustia incesante; las heridas, infla-madas por causa de estar al aire, se gangrenaban gradualmente; las arteriasespecialmente en la cabeza y en el estomago- se hinchaban y opriman con la sobre-carga de sangre; y mientras que cada variedad de miseria iba en gradual aumento, seaada a ellas el intolerable tormento de una sed quemante y rabiosa; y todas estascomplicaciones fsicas causaban una excitacin y ansiedad internas, que hacan que lasperspectivas de la muerte misma-la muerte, el enemigo desconocido, ante cuya proxi-midad el hombre tiembla - tuviera el aspecto de una liberacin exquisita.

    El peso del pecado de la humanidad

    La actitud de Jess tiene ms mrito an si consideramos que en la cruz Jess estabaredimiendo (liberando) a toda la humanidad del pecado. No fue el dolor del cruelltigo con el que le laceraron horriblemente el cuerpo, ni siquiera la agona y el sufri-

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    miento que produca la crucifixin, lo que ms sufrimiento le acarreo a Jess. El mayorsufrimiento de Jess no era de orden fsico, sino espiritual y moral. En la cruz Jessestaba soportando el peso del pecado de toda la humanidad. En ese momento el pe-cado de todos los hombres estaba siendo expiado (limpiado) en l. En ese momentol fue hecho maldicin y pecado por la humanidad. An el mismo Padre Celestial sealej momentneamente de l, a causa del pecado del mundo que estaba siendo cru-cificado juntamente con Cristo. Por lo que Jess, por primera vez, sinti el desamparoy la falta de comunin con el Padre. Jams podremos comprender en toda su profun-didad lo angustioso de aquel grito: Dios mo, Dios mo, por qu me has desampa-rado?. Aquel clamor no arrancaba primordialmente del sufrimiento fsico, sino delhecho de que por cierto perodo, Jess fue hecho pecado por el hombre (2 Corintios5:21); y al pagar la pena como sustituto del pecador, fue maldito por Dios (Glatas 3:13).

    Una actitud que refleja amor incondicional

    Cmo es posible que un moribundo, en frente de sus enemigos burlndose de l,considerndose inocente, pudiera pronunciar en medio de su agona (fsica, emocionaly espiritual), semejantes palabras? Eso slo es posible porque Jess, el Hijo de Dios,era todo amor y misericordia. El corazn de Cristo estuvo lleno de amor, misericordiay compasin, a travs de todo su ministerio pblico. Se compadeca de los enfermosy los sanaba, de las personas hambrientas y les daba de comer, de los atormentadosde espritus demonacos y los liberaba, de los inocentes nios a los que bendeca, yan se compadeca de sus enemigos, que lo insultaban, maldecan y vejaban.

    Al leer los evangelios, se llega a la conclusin de que la historia de Jess es, sin dudaalguna, la ms grande historia de amor y perdn jams antes contada.

  • Una herida fsica en la piel no sana instantneamente sino a travs de un pro-ceso. Este proceso incluye algunas fases: inflamatoria (se detiene la hemorragiay aparecen los agentes defensivos), proliferativa (formacin del tejido de re-lleno) y remodelacin y maduracin (revestimiento de nuevo tejido). La cicatrizacinde la herida es un fenmeno que comienza con la coagulacin sangunea para despuscontinuar con la activacin de los procesos catablicos de limpieza y seguir con la re-generacin del nuevo tejido de relleno (fase anablica) y finalizar con estructuracinde un nuevo tejido cicatricial. En este proceso el dolor es un mecanismo de informa-cin que prende un alerta sobre la herida aparecida, un sistema de advertencia queavisa de la presencia de una herida que requiereatencin. El dolor acta como un mecanismode proteccin, que hace que nos avoquemos aalgunos cuidados de la herida. El dolor impidelastimarnos. El dolor indica tambin que la he-rida todava no ha sanado. En este sentido, eldolor aporta grandes beneficios al organismoen lo fsico y en lo emocional.

    Sanar las heridas emocionales tambin requierede un proceso, pero a diferencia de la herida f-sica, cuyo proceso de sanacin es involuntarioe inconsciente, la sanidad emocional requiereintencionalidad y elaboracin. Sanar una heridaemocional es un proceso que comienza con la decisin de perdonar. En este sentidoes importante distinguir que perdonar es lo mismo que sanar. Pero no es posible sanarde heridas emocionales sin perdonar. El perdn es el comienzo de la sanidad emocio-nal. De esta premisa necesitamos estar plenamente convencidos.

    Puede que no nos sintamos preparados para perdonar, sobre todo si la herida es re-ciente o muy profunda; pero no sanamos para luego perdonar, sino al revs, perdo-namos para luego sanar. El perdn precede a la sanidad de la herida emocional. Ahoracuando permanecemos renuentes a perdonar, aferrndonos a la ofensa y agravio, re-tardamos la curacin de la herida emocional.

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    Metforas ilustradoras del perdn

    SEMANA 3:

    Cmo sana una herida en la piel?

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    Es slo cuestin de tiempo!

    En condiciones normales sanar las heridas fsicas es cuestin de tiempo, ya que elcuerpo tiene mecanismos intrnsecos de sanacin que se activan ante la aparicin deuna herida, sin tomar en cuenta nuestra voluntad; pero el tiempo por s slo no curalas heridas emocionales, pues se requiere ms que tiempo para sanar. Se requiere tomarconciencia de la herida, de hacer contacto con el dolor que produce la herida y de dis-ponernos a perdonar. El tiempo como variable aislada no cura las heridas emocionales.Por el contrario, si la herida permanece abierta por tiempo indefinido, por la negativade perdonar, sta se vuelva crnica, y el proceso de sanidad se torna ms largo y complejo.

    La herida fsica se puede volver crnica, y generar retraso en el tiempo de curacin yla ausencia de crecimiento de los tejidos, como cuando la gente padece de diabetes ose infecta la herida. Igualmente las heridas emocionales pueden volverse crnicas,cuando acumulamos enojo y dolor, al negarnos a perdonar, dando paso as el resenti-miento, el rencor y el sufrimiento, que representan estados emocionales txicos.

    Es fcil ver las heridas y las cicatrices fsicas: la sangre, la piel rasgada. Se puede ob-servar si son recientes o viejas, superficiales o profundas. Sin embargo, las heridas ylas cicatrices emocionales, que resultan de agravios, ofensas, abusos, discriminaciones,etc. no son tan fciles de detectar o apreciar su magnitud. Algunas de ellas necesitanpoca atencin, pero otras, las de alto impacto, como abusos de todo tipo (sexuales,violencia), rechazo y abandono de los padres, entre otras, requieren tratamiento ur-gente, pero, muchas veces, han sido ignoradas durante aos, como si nada hubiera pa-sado, o como si el tiempo trajera sanidad a ellas. Si estos tipos de heridas y cicatricesson ignoradas, pueden resultar en serios daos psicolgicos: disfuncionalidades, ge-neracin de estados emocionales txicos, etc.

    Es muy doloroso para reconocerlo

    Para muchas personas confrontarse con el dolor que produce la herida emocional esmuy amenazante, y prefieren minimizarlas, negarlas o ignorarlas. Pero sanar se requiereaceptar que fuimos heridos, experimentar y concienciar el dolor que nos dej la herida,metabolizar ese dolor y perdonar, para as iniciar el viaje hacia la sanidad; pero si de-cidimos vivir anestesiados, o resentidos, la herida seguir abierta. Soy capaz de sentirel dolor que las heridas por ofensas y agravios recibidos me han generado? Cuntaanestesia hay en mi vida? Puedo detenerme y sentir? Puede habilitarme para perdo-nar? Puedo acudir a Dios y confiar que l puede ayudarme a perdonar y sanar?

  • La herida sanar desde la parte interior hacia la parte exterior

    Tanto las heridas fsicas como las heridas emocionales sanan de adentro hacia afuera.Cuando ocurre una herida en el cuerpo, se activan desde el interior del cuerpo los re-cursos para tratar con la herida y traer cicatrizacin. El cuerpo tiene una sabidura in-terna innata para lidiar con las heridas, trayendo sanidad desde adentro hacia afuera.Igual ocurre con las heridas emocionales. Al ser lastimados por ofensas y agravios,necesitamos tomar contacto que lo que nos paso, con lo que sentimos - reconocer eldolor emocional-, procesar la herida, y elegir internamente perdonar. El perdn esuna decisin personal. Si por el contrario, buscamos la justificacin y argumentos enel exterior, como que el ofensor se arrepinti e hizo mritos, o nos pidi perdn, parapoder perdonar, entonces, estamos poniendo a depender nuestra decisin de perdonaren alguien distinto a nosotros y, en consecuencia, bajo la responsabilidad de otro, yno de nosotros. Por lo que sanaremos si el otro lo permite o quiere.

    La herida no atendida se hace crnica

    Una herida en el cuerpo que no se atiende adecuadamente en el momento de su ocu-rrencia (lavar herida, aplicar desinfectantes, aplicar sutura, vendar, etc.), se puede in-fectar y volverse crnica; y luego tardar un tiempo mayor para sanarse, adems derequerir tratamientos de ms envergadura como antibiticos, o drenajes, etc. Igualocurre con las heridas emocionales que no se atienden adecuadamente. La herida emo-cional no cicatrizada se infecta con amargura y rencor. Ofensas y agravios que no per-donamos, se pueden volver crnicos en nuestra vida. As el dolor puede dar paso alsufrimiento, y el enojo puede derivar en resentimiento y rencor. Si no se perdona alcomienzo desde el enojo y el dolor, entre ms tiempo pase se hace ms difcil per-donar. Perdonar desde el sufrimiento y el resentimiento es un asunto complejo y difcil.

    Heridas existenciales

    Todos tenemos heridas emocionales: unas leves, otras ms grandes y, a veces, unasque parecen incurables. Mi experiencia como psicoterapeuta, me dice que hay heridasde altsimo impacto como los abusos sexuales por parte de progenitores, el maltratoinfantil agravado, asesinato de seres queridos, el rechazo y el abandono de los padres,que pudieran considerarse existenciales. Y a menos que medie ayuda especializada escasi imposible traer sanidad a esas heridas, y an con apoyo teraputico los resultadossiguen siendo desalentadores. Creo que hay tipos de heridas a las que slo Dios puedetraer sanidad.

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    E ste libro est diseado para guiarle en la comprensin del perdn desde dosdimensiones: la teolgica (bblica) y la psicoteraputica. En l se exponen al-gunos valiosos principios de la palabra de Dios, acerca del perdn, tanto desdela perspectiva vertical, que afecta nuestra relacin con Dios; como desde la perspectivahorizontal, que toca nuestra relacin con nuestro prjimo.

    En este libro descubrir cmo: Cultivar un corazn sano. Llevar a cabo la decisin de perdonar. Perdonar desde la perspectiva bblica. Aceptar y experimentar el perdn de Dios (el Padre Celestial). Experimentar los beneficios del perdn. Reconciliarse con el prjimo.

    Acerca del autorArnoldo A. Arana: Tiene un Doctorado en Teologa y Con-sejera de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida USA. As mismo posee una Maestra en Gerencia deEmpresa y una Licenciatura en Contadura Pblica de la Uni-versidad del Zulia. Es certificado como Facilitador en Pro-cesos Personales Psicoterapeuta Gestalt - por el Centro deAprendizaje e Investigacin en Facilitacin Gestltica (CE-NAIF). Tiene un diplomado en Facilitacin en Terapia Psi-cocorporal de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho. EsCoach de Liderazgo certificado por Lifeforming LeadershipCoaching. Tiene una formacin en sexualidad del CENAIF.Se ha desempeado como profesor universitario en instituciones tales como la Universidad delZulia (LUZ), la Universidad de Carabobo (UC), la Universidad Rhema, La Universidad LOGOSy la Universidad de la Tercera Edad (UTE). A la fecha se desempea como docente en la Uni-versidad de Carabobo. As mismo ha ocupado posiciones gerenciales en importantes empresasde Venezuela. Ha sido conferencista y facilitador/consultor en temas relacionados al Liderazgoy la Gerencia, y la vida matrimonial y familiar, para diversas empresas e instituciones en el pasy en el exterior. Es coautor de los libros El Carcter: Factor clave en el Liderazgo, y LiderazgoVisionario: El arte de alcanzar la visin. Es Director/Consultor de Global Leadership Consulting.Funge como pastor asociado en la Iglesia Restauracin a las Naciones en Venezuela.

    El Perdn: El camino a la ReconciliacinDescubriendo el perdn en 40 das

    Arnoldo A. Arana

    RIF: J-31270600-7