VENEZUELA PERDONA SEMANA 2.pdf

36

Transcript of VENEZUELA PERDONA SEMANA 2.pdf

  • 1

  • 4

    El perdn: El camino a la reconciliacinDescubriendo el perdn en 40 das

    Por Arnoldo AranaPublicado por Cooperativa La Cosecha 8 R.L.

    RIF: J-31270600-7

    Copyright 2014 por Arnoldo AranaTodos los derechos reservados.

    Diseo y Portada: Miguel Angel Colmenares

    No se autoriza la reproduccin de este libro ni de partes del mismo enforma alguna, ni tampoco que sea archivado en un sistema o transmitida demanera alguna ni por ningn medio electrnico, mecnico, fotocopia, gra-bacin u otro sin permiso previo escrito de la casa editora, con excepcin

    de los previsto por las leyes de derechos de autor en Venezuela.

    IV

  • 42

    M ucha gente habla del perdn e inclusive parece practicarlo en apariencia,pero en muchos casos tienen una definicin muy simplista, retrica, proto-colar, descontextualizada y alejada de la experiencia personal. Perdonar esun producto que exige mucho de nosotros.

    Perdonar en un proceso

    El perdn no ocurre accidentalmente. Uno no se tropieza con el perdn, sino que de-liberadamente sale a buscarlo. El perdn es una decisin que requiere mucha inten-cionalidad. Ahora la decisin de perdonar es ms compleja que pensar que deboperdonar, o sentir que debo perdonar, o decir yo perdono. Cuando digo: te per-dono, en realidad lo que estoy diciendo es voy a trabajar en el perdn, por cuantotengo la voluntad de perdonar; pero el perdn no ocurre en forma automtica. Unavez que decido perdonar, necesito vivir varias etapas, hasta transformar la resolucinen perdn efectivo.

    El perdn es tanto una resolucin como un proceso. Y para que ese proceso se com-plete la persona necesita perseverar en la decisin de perdonar. En este caso la guano son los sentimientos (si siente o no perdonar), sino su resolucin (voluntad) y laconviccin de que el perdn es la mejor opcin. Necesita insistir en la decisin puestoque el dolor, el enojo y otras emociones no desaparecen automticamente con la de-cisin de perdonar.

    Perdonar implica emprender un proceso. Ese proceso, en muchos casos, nos confrontacon el dilema de construir odio o amor. En ese viaje necesitamos arreglar las cuentascon nuestro enojo, lidiar con nuestro dolor, aprender a manejar las ofensas y sanarlos recuerdos. Este proceso requiere tomar la decisin de soltar la ofensa y al ofensor.La palabra perdonar (griego afiemi) significa, entre otras cosas, dejar ir o abandonar.

    2 Mi decisin de perdonar semana

  • Perdonar es un producto costoso

    Pero el perdn no es una decisin fcil ni un producto barato. Por el contrario, es unproceso muy demandante, confrontador y retador para quien decide perdonar. La de-cisin de perdonar nos confronta con nuestro ofensor, y con el dolor, el enojo y otrasemociones asociadas a la situacin vinculada al agravio u ofensa.

    Perdonar es un viaje por caminos dificultosos

    Perdonar es un viaje hacia adentro de nosotros mismos, que nos confronta con nues-tras ms ntimas emociones, valores y creencias espirituales. No es un paseo por unjardn tranquilo y apacible en un da soleado de verano, tampoco est exento de con-tratiempos e incomodidades. Es ms bien un viaje de aventura hacia las entraas deparajes escarpados, ridos desiertos y selvas tupidas donde la supervivencia es labo-riosa. Con frecuencia emprendemos este viaje cargados con exceso de equipaje: re-sentimiento, odio, amargura, culpa, vergenza y/o dolor; argumentos, prejuicios,justificaciones y/o razones, lo que nos impide tomar la decisin de perdonar.

    Perdonar en el contexto cristiano

    En el contexto cristiano, a la luz de las enseanzas de la Biblia, el perdn genuino estms all de la clebre frase clich te perdono. En la dimensin espiritual resuenanlas palabras restauracin, consolacin, reconciliacin, comunin y amor fraternal, vin-culadas a la accin de perdonar. El escritor Thomas Watson expresa en forma muyelocuente el espritu detrs del perdn cristiano: Perdonamos cuando luchamos con-tra todo pensamiento de venganza; cuando no pensamos hacer ninguna mala jugadaa nuestros enemigos, sino que les deseamos lo mejor, nos afligimos por sus calamida-des, oramos por ellos, buscamos la reconciliacin con ellos, y nos mostramos listostodo el tiempo para aliviarlos.

    El perdn es tal vez la doctrina ms medular de la Biblia. El Evangelio es poder deDios para salvacin, restauracin y transformacin; pero un evangelio sin perdn esuna filosofa sin poder.

    El patriarca Jos es un personaje que encarna el espritu del perdn en la Biblia. Y porsupuesto, Jesucristo representa el modelo a seguir y del cual aprender.

    Perdonar de esta manera requiere de una agresiva benignidad; supone accionar enamor y misericordia, a travs de una actitud diligente y proactiva a favor del adversariou ofensor. Perdonar en estos trminos es diferente a decir te perdono, como un

    43

  • 44

    formalismo, y luego adoptar una actitud de retraimiento, indiferencia y apata. Perdonaren estos trminos es un desafo que requiere la asistencia de Dios.

    Mi decisinde perdonarrequiere:

    ACCIN REQUERIDA RESULTADO

    Avanzar con resolucin en el proceso de perdn

    Resolver la disyuntiva amor vs odio

    Arreglar las cuentas con mi enojo

    Practicar la receta del rey David

    Aprender a manejar las ofensas

    Evitar disfrazar mi dolor con mi enojo

    Lidiar con el dolor de la ofensa

    Perdonar en forma real. Sanar de las heridas emocionales. Propiciar la reconciliacin.

    Elegir amar y perdonar. Desarrollar el amor. Reparar relaciones.

    Gestionar constructivamente el enojo. Evitar el resentimiento y la amargura.

    Evitar el odio y la venganza. Desarrollar cordura. Desarrollar la capacidadde reflexin e introspeccin.

    Evitar la construccin de muros de proteccin. Derribar las fortalezas espirituales. Cultivar la disciplina de vivir sin ofensas.

    Evitar la construccin de historias.de ofensa y agravios.

    Superar la amargura.

    Aceptar el dolor que hay en el mundo. Sanar los recuerdos de dolor por la ofensa recibida.

  • El perdn es un proceso. Este proceso comienza con la motivacin y la decisinde perdonar. Esta resolucin requiere la conviccin de que el perdn es unamejor alternativa que el dolor o el enojo. No es un simple asunto de pensarloo decretarlo; no es slo una decisin y un acto nico de la voluntad en un momentodado, sino que involucra un proceso en el que se profundiza: un camino que recorrer.

    No se perdona nicamente por pensar que debemos perdonar o por pronunciar lapalabra perdn; o por obligacin o deber, o por conveniencia. Perdonar es un procesomuy personal que se requiere vivir. Finalmente se perdona cuando se est listo paraperdonar.

    Cmo transitar el camino del perdn?

    La vida del patriarca Jos sirve para ilustrar como ocurre este proceso. Jos fue vendidocomo esclavo por sus hermanos, motivado por la envidia y los celos de stos. Esa ac-cin conllev consecuencia negativas en la vida de Jos: esclavitud y servidumbre, des-tierro de su tierra y familia y crcel, lo cual acarreo mucha pena y dolor. Luego Josasciende a la cima del poder del imperio egipcio, quien era la nacin dominante de la poca.

    En un momento de la historia, los hermanos de Jos, a causa del hambre que haba

    45

    8 Avanzar con resolucin en el proceso de perdnDaMi decisin de perdonar

    Al reflexionar sobre la muerte de su padre, los hermanos de Jos concluyeron: Tal vez Jos nos guarde rencor, y ahora quiera vengarse de todo el mal que le hicimos.

    Por eso le mandaron a decir: Antes de morir tu padre, dej estas instrucciones: Dganle aJos que perdone, por favor, la terrible maldad que sus hermanos cometieron contra l.

    As que, por favor, perdona la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Cuando Jos escuch estas palabras, se ech a llorar.

    Gnesis 50:15-17 NVI.

    SEMANA 2

  • 46

    en la tierra, visitaron al prospero Egipto. Haban pasado ms de 20 aos entre queJos fue vendido como esclavo a los mercaderes y su encuentro con sus hermanos.Pero esa visita revivi las viejas heridas de Jos, quien los trato speramente y con des-confianza al primer encuentro (Gnesis 42:7), acusndolos de espas (este delito sepagaba con la muerte) y encarcelndolos por tres das (Gnesis 42:17). FinalmenteJos concibi un plan, con manipulacin, para probar a sus hermanos, al exigirles quetrajeran ante l a su hermano menor, como prueba de que no eran espas.

    Despus de cerca de 20 aos de su experiencia traumtica con sus hermanos, se puedeobservar que las heridas emocionales de Jos todava estaban abiertas: Y se apart Josde su lado y llor. Y cuando volvi a ellos y les habl, tom de entre ellos a Simen, y lo at (encarcel)a la vista de sus hermanos (Gnesis 42:24).

    Posteriormente Jos contino con su plan para probar a sus hermanos, incomodn-dolos, colocando el dinero recibido de ellos por la compra de granos en sus alforjas,para luego cuestionarlos. Igual estrategia realiz con su copa plata (Gnesis 43 y 44).Es muy probable que Jos se debatiera entre los deseos de hacer justicia y el recono-cimiento feliz (ternura, amor) por el encuentro.

    Jos en su proceso de perdn y reconciliacin con sus hermanos necesitaba tiempopara probarlos (la confianza no es automtica), y tambin necesitaba reconciliar suspropias emociones antes de darse a conocer y poder reconciliarse con ellos. En todocaso este proceso result, dado que el objetivo final de Jos no era la venganza, enuna confesin (reconocimiento de la culpa) y toma de conciencia del mal cometidocontra Jos por parte de sus hermanos. Este proceso produjo un despertar de la con-ciencia y un quebrantamiento de sus corazones. Esto ayudo a la sanidad y rehabilita-cin necesaria para la reconciliacin. Por ms de 20 aos sus hermanos haban cargadocon la culpa de un pecado que haban, en complicidad, cuidadosamente ocultado. Elefecto de este sentimiento de culpa acompa a los hermanos de Jos aun despus dela muerte de Jacob, varios aos despus del encuentro (Gnesis 50:15-18), a pesar delas muestras de perdn de Jos. Despus de la muerte de Jacob, su padre, Jos tuvoque reiterarles el perdn y consolarlos.

    El camino del perdnEl perdn es un proceso. La sanidad de las heridas recibidas no ocurre instantnea-mente. El perdn no se traduce en forma automtica en confianza y reconciliacin.El perdn es un proceso muy personal que recorre cada persona que ha experimentadoofensas y agravios, hasta estar preparada para perdonar, y en el cual no hay un lmitede tiempo. No se puede forzar el perdn.

    En el camino hacia el perdn es necesario que se cumplan ciertos pasos, para que elperdn se experimente en forma genuina y sana.

  • 1.-Disposicin para perdonar. Se requiere la resolucin de perdonar. El perdncomienza con la decisin de perdonar. El perdn no ocurre accidentalmente.Esto lo observamos en la vida de Jos.2.- Aceptacin y reconocimiento de haber sido ofendido y herido. Reconocer laofensa y admitir que lo sucedido nos ha causado dolor, rabia, etc. El perdn noes simple asunto de verbalizar las palabras te perdono. Se requiere procesar eldolor, la rabia y los sentimientos asociados a la ofensa y el agravio. Es precisoreconocer que hemos sido lastimados y aceptar ese dolor. Tampoco se trata deun simple desahogo emocional. Se requiere asumir la responsabilidad por lossentimientos experimentados, y el reconocimiento del dao recibido. Jos nece-sit conciliar sus propias emociones ante de expresar perdn a sus hermanos.3.- Perdonar tambin implica un cambio de percepcin (distanciamiento emo-cional). Otra manera de considerar a las personas y a las circunstancias que cre-emos que nos han causado dolor y problemas. Este proceso nos forza aabandonar la victimizacin, la culpa y la autocompasin. Para esto Jos se per-miti probar el corazn de sus hermanos.4. Ayuda en el proceso compartir con alguien la situacin. Puede ser con elmismo ofensor (cuando es posible), o un confidente o un especialista (psic-logo, psicoterapeuta, etc.). En este caso Jos uso a sus propios hermanos. 5.- En el contexto cristiano, es fundamental, entregar la ofensa y el ofensor enlas manos de Dios. Esto permite soltar la ofensa, el resentimiento y los deseos devenganza, para confiar en la justicia y sabidura de Dios. No hay duda que Josencomend este proceso en las manos de Dios, quin lo gui en el proceso.6.- Otro elemento til es crear una historia diferente. Esto tiene que ver concmo se habla de la situacin. Se requiere evitar contar una historia de resenti-miento, culpabilizacin o victimizacin. Eso fue lo que hizo Jos: Es verdad queustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transform ese mal en bien para lograr lo que hoyestamos viendo: salvar la vida de mucha gente (Gnesis 50:20).Contar una historia de victoria en vez de una historia de agravio, supone rede-finir el significado de nuestras experiencias vividas, nuestro enojo/dolor y nues-tras heridas emocionales experimentadas. Implica colocar los hechos en uncontexto ms amplio que nos brinde una nueva perspectiva acerca de la ofensay agravio recibidos y de las situaciones vividas.

    En el contexto cristiano, implicacolocar los hechos en el cuadrogeneral de Dios. Observar la si-tuacin con los lentes de Diosy a la luz de sus propsitos.

    47

    Para reflexionar:1. Cmo est tu corazn? Hay resentimiento en l?2. Ests convencido que el perdn en una mejor opcin que el dolor y el enojo?3. Sientes la necesidad de perdonar?

    La decisin de perdonar no es fcil. El perdn requiere de comprensin y concienciaemocional, conviccin y determinacin.

  • 48

    En el pecho humano hay una gran decisin que todo hombre necesita resolver:construyo odio o construyo amor. Puedo elegir odiar y aborrecer a mis ofensores o puedo elegir expresarles amor. Jess en el pasaje citado nos confronta con esas dos grandes decisiones del corazn humano, y nos exhorta a optar por el amar.

    Amor vs odio: constructos humanos generados a partir de emociones primarias

    En lo natural construimos amor u odio, a partir de emociones bsicas como el placero el dolor. Segn el Dr. Alexander Lowen, las personas se movilizan tratando de evitarel dolor o buscando el placer. Si una persona nos ha causado dolor o tiene la expec-tativa de producrnoslo, tendemos a generar temor o ira, o construir odio. Por el con-trario, si nos ha ocasionado placer - bienestar o tenemos como expectativa que no lospueda generar, tenderemos a construir amor.

    En todo caso tanto el odio como el amor son constructos elecciones que las perso-nas hacen. An cuando el amor o el odio tengan una base emocional, son una eleccin,una decisin personal que emana del carcter y la voluntad de la persona.

    Amor vs odio: construir vs destruir

    Odiar es optar por la destruccin, propia y del otro. El odio es una elaboracin emo-cional destructiva, que si no se gestiona oportuna y decididamente, puede promover

    9 Resolver la disyuntivaamor vs odioDaMi decisin de perdonar

    Osteis que fue dicho: Amars a tu prjimo y aborrecers a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen,

    haced bien a los que os aborrecen, y orad porlos que os ultrajan y os persiguen.

    Mateo 5:43-44

    SEMANA 2

  • actitudes y conductas perjudiciales y txicas, que incluyen la intolerancia, la hostilidad,la exclusin, la discriminacin, la violencia, entre otros.

    Cuando odiamos degradamos nuestro mundo interno. Esto lo comprenda muy bienBooker T. Washington, quien por asuntos raciales fue objeto de discriminacin, into-lerancia, hostilidad, violencia y abusos. El saba que si no se determinaba a no odiar,a pesar las justificaciones que pudiera percibir tener, terminara intoxicando su vidaemocional. l dijo acertadamente:No permitir que ningn hombre reduzca y de-grade mi alma haciendo que lo odie.

    Quien opta por odiar termina por corroerse a s mismo y por volcar sobre s toda laagresividad que no logra articular y expresar sobre el objeto del odio. Quien est llenode odio, no cuenta con el espacio y ni con la flexibilidad para abrigar y gestionar sen-timientos creativos como el amor, la ternura y la compasin.

    El amor, por el contrario, est orientado hacia la construccin, propia y del otro. Elamor edifica, crea vnculos, y repara puentes en las relaciones. El amor se expresa encompasin y benignidad. El amor opta por perdonar.

    El odio: una construccin compleja, laboriosa y demandante

    El odio es una construccin compleja y laboriosa que precisa de tiempo, dedicaciny un importante consumo energtico. Al respecto comentan Jaume Scoler y M.Merc:El odio no es un sentimiento que aparezca de repente. Uno tiene que dedicarmucho tiempo a su elaboracin. Casi podemos decir que pide dedicacin a tiempocompleto.

    Construir odio exige dedicacin y tenacidad al propsito de odiar. El odio es deman-dante: reclama espacio y atencin. Es un amo exigente y tenaz, que no se conformacon poco. Dice el doctor Don Colbert:El odio exige cada vez ms espacio emocionalhasta que lo llena todo y hecha fuera toda emocin positiva.

    Esta dedicacin exige que la persona rumie con frecuencia pensamientos que justifi-quen su eleccin de odiar. En muchos casos se intenta racionalizar el odio a travs dela bsqueda de justificaciones y argumentos que avalen la actitud de odio. Pero el odioracionalizado y justificado con argumentos convincentes no deja de ser odio. Si la per-sona no le cierra los espacios al odio y, por el contrario, da rienda suelta a sus pensa-mientos de odio, rumiando las ofensas recibidas, o los tratos injustos de que fue objeto,el odio se incrementar. Dicen Jaume Scoler y M. Merc: El odio se acumula porque

    49

  • 50

    existe el trabajo del odio. Y Mahatma Gandhi dijo: Ms odio no slo incrementasino que intensifica la cualidad del odio existente.

    El amor: la cura contra el odio

    El amor, por el contrario al odio, est orientado hacia la construccin. Deca Gandhi:El odio puede ser vencido nicamente por el amor. El contra-odioslo incrementa la superficie y la profundidad del odio. Y Jess dijo: Amad a vuestros enemigos.

    Ahora amar es una decisin. No se trata de un mero sentimiento que surge espont-neamente. El amor es un producto costoso, que requiere decisin, coraje y aprendizaje.El amor tampoco es una actitud contemplativa, requiere compromiso y accin. Elamor no surge pensando en que debo amar. Es en la accin que el amor se forja.Cuando elegimos amar y, en consecuencia, actuamos, las emociones se alinean a esadecisin. El amor surge cuando accionamos, por eso no basta con no pagar (no res-ponder) mal por mal. Se requiere actuar con determinacin y agresiva benignidad. Elamor para que se d necesita de actitudes y comportamientos especficos a favor deotros (enemigos), para que pueda forjarse. Por eso Jess junto con el mandamientosde amar a nuestros enemigos, nos exhorta a realizar acciones (ser proactivos) a favorde ellos, tales como bendecir a los que nos maldicen, hacer bien a los que nos aborrecen y orarpor los que nos ultrajan y nos persiguen (Mateo 5:44).

    Por otra parte, optar por amar en lugar de odiar, pasa por la decisin de perdonar. Elamor sin el perdn no funciona como antdoto del odio. Ms an no existe verdaderoamor sin perdn. El perdn abre caminos al amor.

    Para reflexionar:1. En tu corazn hay amor u odio?2. El amor es una norma de actuacin en ti?3. Tienes la tendencia a rumiar las ofensas y agravios recibidos? Si la respuesta es afirmativa,revisa, porque esa es la ruta hacia el odio.

  • El enojo es una de las emociones ms di-fciles de administrar. La Biblia nosalerta acerca del inadecuado manejo dela ira y sus consecuencias. El manejo inade-cuado de la ira puede ser causa de muchos pe-cados. Tal como lo podemos observar en ellibro de Proverbios: El de grande ira llevar la pena (literalmente, sufrir castigo); y si usa deviolencias, aadir nuevos males (Proverbios 19:19). El hombre iracundo levanta contiendas, yel furioso muchas veces peca (literalmente, abunda en transgresiones) (Proverbios 29:22).

    El apstol Pablo nos amonesta en Efesios 4:26 a no permanecer por largo tiempo enel enojo, vale decir, no dejar que el sol se ponga sobre nuestro enojo. Cuando nodejamos atrs las situaciones que nos han producido enojo, porque permanecemosrumiando ste, entonces el enojo da lugar a manifestaciones txicas como el resenti-miento, el odio y la amargura, que ms que emociones, son estados de nimo.

    Pablo distingue entre emociones y estados de nimo, como lo distinguen los expertosen inteligencia emocional, como Daniel Goleman. El enojo es una emocin natural einnata en el ser humano, pero cuando sta se convierte en un estado de nimo, ste sedegrada y da lugar a manifestaciones insanas, que generan actitudes y comportamientosdainos. La ira en su expresin sana debera tener una aparicin corta.

    El resentimiento mantiene a la persona esclava de la ofensa o agravio

    Cuesta despedirse del enojo. En ocasiones el enojo es utilizado como un caparaznde proteccin, como un sistema de defensa. Es como si la persona se dijera: Necesitoconservarme enojado para sentirme protegido, si perdono y renuncio al enojo servulnerable y estar desprotegido. Entonces la persona prefiere vivir enojada que asu-mir el riesgo de vivir sin ese supuesto sistema de proteccin.

    51

    Arreglar cuentas con mi enojo

    Mi decisin de perdonar

    Airaos, pero no pequis,no se ponga el sol sobre

    vuestro enojo.

    Efesios 4:26

    SEMANA 2

    10Da

  • 52

    Pero el precio que se paga por vivir enojado es muy alto. Por otra parte, el enojo pro-longado no se queda inmutable en su naturaleza, sino que muta en resentimiento, yde esta forma mantiene a la persona asida a la ofensa o agravio recibido o percibido.El resentimiento no permite desmontar la ofensa o agravio, pues el resentimiento escomo una raz que se aferra en el alma de la persona, y se alimenta de los propios pen-samientos y argumentos del resentido, quien tiende a adoptar un estilo de pensa-miento rgido e impenetrable a los datos que no coincidan con su valoracin de lasituacin (Jaume Soler y Merc Conangla). Esa actitud de ensimismamiento en elagravio recibido, no permite que la ofensa pueda ser drenada (ventilada) y, como con-secuencia, perdonada; de esta forma termina por acumularse como basura emocional:sentimientos txicos.

    En todo caso la idea no es renunciar al enojo como mecanismo de defensa propiaante una agresin. La ira o enojo usados adecuadamente pueden ser una herramientatil para poder defenderme, poner lmites o corregir situaciones injustas.

    El resentido tiende a secarse emocional, fsica y espiritualmente

    La raz del resentimiento crece y absorbe la energa vital de la persona, la cual deja deser direccionada para la gestin, el desarrollo y la construccin de la propia vida, paraser destinada, en forma txica e impotente, a atender la ofensa recibida. Para ello laraz del resentimiento termina por hacer otras ramificaciones que alimenten el rencor.Entonces asociados al resentimiento aparecen la desconfianza, el malhumor, los celos,la intolerancia, la envidia y la amargura.

    El resentido tiende a amargarse. La amargura, como subproducto del resentimiento,es una enfermedad del alma que conlleva a la infelicidad y le roba a la persona el gozoy la alegra de vivir; le priva del enamoramiento y la alegra por la vida. Le resta entu-siasmo para los emprendimientos en la vida. La amargura empobrece espiritualmente;le impide a la persona crecer a travs del contacto nutritivo con el otro. La amarguratambin termina por envenenar a otras personas y causas mucho dao en las relacionesinterpersonales, no slo a la persona ofensora, como lo expresa el autor de Hebreos:Asegrense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raz amarga brote ycause dificultades y corrompa a muchos (NVI-Hebreos 12:15).

    El resentido vive con rencor como un mecanismo para no olvidar las heridas y caeren la tentacin de perdonar o confiar nuevamente. Pero cargar con las ofensas y losagravios es una tarea que desgasta; las ofensas y agravios son un pesado equipaje difcilde llevar. Cargar por largo tiempo esa mochila de oprobios e injusticias desgata yagobia el alma. Produce sequedad emocional y daa la salud fsica. En este estado de

  • nimo la persona se llena de frustracin, sentimientos de culpa, sentimientos de infe-rioridad, baja autoestima, incapacidad para sentirse amado, adems de daar las rela-ciones.

    El perdn: la cura contra el resentimiento

    El perdn es la cura contra el resentimiento. Pero para llegar al perdn, la persona ne-cesita arreglar cuentas con su enojo aejado, vale decir, necesita admitir su resenti-miento. Dice el Dr. Don Colbert "El perdn permite a la persona dejar ir la irareprimida, el resentimiento, la amargura, la vergenza, el dolor, la culpa, el odio y todaotra emocin que se oculte en lo profundo del alma y enferme a la persona emocionaly fsicamente. Y agregan Jaume Soler y Merc Conangla: El perdn como estrategiapara tratar con el resentimiento rompe con la cadena de elaboracin que autoabastecey alimenta el resentimiento. Por eso la Biblia nos insta a hacer a un lado el enojo ysus manifestaciones agravadas y adoptar la actitud de perdn: Qutense de vosotros todaamargura, enojo, ira, gritera y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, mi-sericordiosos, perdonndoos unos a otros, como Dios tambin os perdon a vosotros en Cristo(Efesios 4:31,32).

    El nfasis esta puesto en expresar una actitud benigna y misericordiosa, como basepara perdonar, en contraposicin con la amargura, la irritacin, la hostilidad y la griteraque mantienen activa la ofensa, y retienen el perdn. Esto supone un accionar. La mi-sericordia y la benignidad, como manifestaciones del amor, no son meras contempla-ciones y reflexiones, sino que se perfeccionan a travs de actitudes y comportamientosamatorios a favor de la persona objeto del resentimiento.

    Para reflexionar:1. Acostumbras a rumiar tu enojo?2. Sientes la necesidad de arreglar cuentas con tu enojo?3. Tienes la conviccin de que el perdn es la llave para romper con el resentimiento?

    53

  • La receta del Rey David para el manejo sanode la ira: introspeccin y reflexinTemblad (del hebreo ragz) literalmente significaestar lleno de una violenta emocin (ya sea ira o temor). Estar en estado de conmocinque hace caer muy bajo el umbral que dispara la ira.

    Estas palabras fueron dichas por David cuando estaba huyendo de su hijo Absaln yestaba en grave peligro de muerte. David estaba muy indignado a causa de la injusticiade que estaba siendo objeto por su propio hijo, quien quera matarlo y quitarle el reino.Sin embargo, l acta con dominio propio, y se responde a s mismo: temblad, y no pe-quis; meditad (reflexionad) en vuestro corazn estando en cama, y callad (literalmente, cesad,detened y reposad). Esta frase se podra traducir: Permanece callado en vuestro co-razn, conversando contigo mismo y refrenando tu lengua, abandonando la queja yel resquemor (el rumiar el enojo).

    David estaba muy familiarizado con la emocin de la ira por sus rasgos temperamen-tales, y saba que en el estado de conmocin en que se encontraba, necesitaba serenarsepara evitar una espiral ascendente de la ira, que puede ser desatada como furia o vio-lencia, ante cualquier detonador.

    No le eche ms lea al fuego

    David saba lo que expresa el experto en inteligencia emocional Daniel Goleman:Laira se construye sobre la ira. Cuando el organismo est cargado de estrs y ansiedadacumulada, como en el caso de David, dado lo experimentado en los das previos acausa de la rebelin de su propio hijo Absaln, la ira puede expresarse con una inten-sidad muy marcada. De ah la importancia de callar o detener (dejar de rumiar la si-

    Practicar la receta del reyDavid para manejar el enojo

    Mi decisin de perdonar

    Temblad, y no pequis; meditad en vuestro corazn

    estando en vuestra cama, y callad.

    Salmos 4:4

    SEMANA 2

    11Da

    54

  • tuacin o problema) el flujo de pensamientos que alimentan en forma incremental laira, evitando as que sta se intensifique y estalle en forma impulsiva y violenta. Unafrase ilustrativa de esta estrategia es no echarle ms lea al fuego. Un fuego que nose alimenta y atiza termina por apagarse.

    Se requiere, entonces, poner en parntesis ese monlogo interno que alimenta y cons-truye las razones y justificaciones en forma de argumentos, que refuerzan y mantienenactivo (alargan) el estado de conmocin emocional. Esto no es equivalente a negar oreprimir la ira, sino a canalizarla en forma constructiva.

    David tambin sabe que una vez que la ira se desata a altos niveles de intensidad, lapersona pierde la cordura o la capacidad de discernimiento. Pierde la capacidad depensar con claridad y sentido comn. Entonces, la persona es capaz de hacer locuras,y volverse cruel, implacable, siendo imposible razonar o negociar con ella. En tal es-tado los pensamientos y elecciones de la persona se encaminan por el sendero de lavenganza, la retaliacin y la violencia, sin ponderar las consecuencias de sus actos.

    Hay sabidura en la exhortacin del Rey David. La idea es de enfriar la situacin, parano actuar impulsivamente, bajo el estado de conmocin, porque el que fcilmente seenoja har locuras (Proverbios 14:17). Por el contrario, el que tarda en airarse es grande deentendimiento; mas el que es impaciente de espritu enaltece la necedad (Proverbios 14:29). Elllamado de David es un llamado a la cordura, tal como lo expresa Proverbios 19:11:La cordura (el discernimiento) del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la ofensa.

    El mtodo de David para manejar la ira e indignacin era la reflexin para evitar per-der la cabeza, y poder hacer una valoracin diferente de la situacin, pero evitandoporfiar en los pensamientos alimentadores de la ira, porque como dice Daniel Gole-man, un periodo de reflexin no servir si ese tiempo se utiliza para continuar la seriede pensamientos provocadores de ira (rumiar), ya que cada pensamiento de ese tipoes en s mismo un disparador menor de nuevas cascadas de ira.

    Arreglar las cuentas con el enojo allana el camino para el perdn

    El manejo adecuado de la ira, prepar a David para manifestar una actitud perdona-dora, porque no permiti que el sol se pusiera sobre su enojo. De esta forma Davidpoda mantener su corazn desintoxicado de estados emocionales dainos, y libre derencores, al evitar que el enojo hiciera morada en l, y diera lugar al enquistamientode sus manifestaciones txicas como lo son el resentimiento, el odio y la amargura.

    55

  • 56

    Tener las cuentas cortas con el enojo, trae como ganancia mantener el corazn librede resentimientos, que es el ambiente adecuado para lidiar con las ofensas y los agra-vios, sin que stos desarrollen rencores y races de amargura.

    La falta de perdn y el resentimiento se retroalimentan mutuamente. Al dar lugar alresentimiento, me incapacito para perdonar. Luego hasta que no me dispongo a per-donar, no puedo librarme del rencor. Este es un ciclo txico y muy daino.

    Esta disposicin a perdonar, como consecuencia de tener corta las cuentas con elenojo, caracterizo la vida de David. Por eso ante los celos, envidias, odio y violenciaexperimentado de parte del rey Sal, David pudo actuar con una actitud conciliadoray perdonadora (1 Samuel 18:6-11; 24:1-12; 26:1-25). Esta actitud tambin fue mostradapor David para con su hijo Absaln y el resto de sus conspiradores, que se levantaronen rebelin contra de l y queran matarlo para usurpar el trono (2 Samuel captulo15 y 16).

    Esa actitud conciliadora y perdonadora mantuvo en David un corazn sano, alejadodel odio y la venganza. Lo libr as mismo de la rebelin. No en balde se dijo de lque tena un corazn conforme al corazn de Dios (Hechos 13:22).

    Para reflexionar:

    1. Tienes tus cuentas cortas con el enojo?2. Permites que el sol se ponga sobre tu enojo?3. Practicas el arte de serenarte y de la introspeccin?

  • La ofensa est asociada a una accin realo percibida que otra (s) persona (s) ha(n) realizado en perjuicio nuestro. Estasofensas pueden ser catalogadas como agra-vios, daos, lesin de nuestra integridad fsica,emocional o moral; o perjuicio de nuestros de-rechos e intereses. Estas ofensas tienen elpoder de producir en nosotros heridas, trau-mas, estrs y desilusiones; y afectar nuestravida emocional, generando dolor, enojo, miedo, vergenza, culpa, entre otras emocio-nes. Cuando las heridas emocionales derivadas de las ofensas no son atendidas ade-cuadamente, stas pueden degenerar en resentimiento, odio, venganza, amargura, entreotras manifestaciones emocionales txicas.

    Las ofensas van desde heridas fsicas, injusticias, dao a nuestros derechos y bienes;hasta engaos, desaires, desprecios, descortesas y menosprecios. Estas ofensas puedenser experimentadas como traicin, deslealtad, agresin, violencia o injusticia.

    Las ofensas tienen el poder de hacer que nos estanquemos en el desarrollo de nuestropotencial y de nuestra vida espiritual. Pueden provocar que nos amarguemos, victimi-cemos, retraigamos, frustremos; nos volvamos personas escpticas, incrdulas, sarcs-ticas, pesimistas, desconfiadas y/o malhumoradas.

    Cmo respondemos a las ofensas?

    La forma como respondemos a las ofensas afecta nuestro desempeo, relacionamientocon otros y el clima emocional con que vivimos. Algunos responden guardndola (es-condindola), tal vez por falta de recursos de afrontamiento, o por orgullo. La formade guardarla es construyendo muros para evitar ser nuevamente lastimados. Esosmuros estn hechos, en muchos casos, de resentimiento, odio y amargura. El ofendidoes un resentido crnico.

    57

    Aprender a manejar las ofensas

    Mi decisin de perdonar

    El hermano ofendido es mstenaz que una ciudad fuerte,

    y las contiendas de los hermanos como cerrojo

    de alczar.

    Proverbios 18:19

    SEMANA 2

    12Da

  • 58

    Erigiendo muros protectores

    La expresin el hermano ofendido es ms tenaz que una ciudad fuerte, y las contiendas de los her-manos como cerrojo de alczar, es una metfora que hace referencia a una ciudad fortifi-cada con muros alrededor, cuyo objetivo era proteger de los invasores.

    As las personas cuando experimentan las ofensas y se sienten heridas, construyenmuros a su alrededor para protegerse, para evitar ser heridos nuevamente. Es comosi construyera una crcel de la ofensa para protegerse. Las piedras con que se cons-truyen esos muros, en muchos casos, son el malhumor, la indignacin, la irascibilidad,la desconfianza, el pesimismo, el retraimiento, la victimizacin. Lo cierto es que todaesta proteccin oculta resentimiento y una baja disposicin para perdonar.Los muros son reforzados con una estructura mental rgida

    Para apoyar su postura de ofendido, este tipo de personas desarrolla un marco cogni-tivo que refuerza, justifica y da argumentos para su retraimiento, victimizacin, des-confianza e indignacin. De modo que la ofensa se alimenta de los propiospensamientos y argumentos del resentido, quien tiende a adoptar un estilo de pensa-miento rgido, inflexible e impenetrable a los datos que no coincidan con su valoracinde la situacin.

    En tal estado la persona se vuelve hipersensible, y desarrolla la tendencia a ver, inclusivea imaginar, en las circunstancias, actitudes y gestos de la persona que ha producido laofensa, la confirmacin de la injusticia y maltrato de que, real o en forma percibida,fue objeto. En tal condicin de ofendido, su mente se vuelve extremamente suspicazy es capaz de asociar cualquier opinin, sea o expresin de otras personas como undesprecio u ofensa. Tiene adems una gran habilidad para percibir supuestas malascaras, gestos de desaire, ceos fruncidos, o caras largas para con ella.

    El apstol Pablo tena un nombre para a estos muros: los llamaba fortalezas.

    Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destruccin defortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y lle-vando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. 2 Corintios 10:4-5

    Esta forma o perspectiva de ver la vida, crea patrones de pensamiento rgidos for-talezas - que filtran la realidad a travs de las experiencias negativas, rechazos, desairese injusticias recibidos. La persona puede desarrollar una forma de pensar muy tenazen concebir y ver agravios y ofensas en las conductas y actitudes de otras personas. El

  • ofendido puede encontrar muchas piedras en las que tropezar, porque quien buscaencuentra. Como busca con tenacidad las ofensas y agravios, termina encontrndolos;tambin termina herido ms veces y sufre ms, lo que refuerza su mentalidad de ofendido.

    Por eso el creyente necesita aprender a llevar cautivo todo pensamiento a la obedienciaa Cristo, como medio de quebrantar esos muros: forma de pensar.

    La decisin de perdonar requiere aprender a manejar las ofensas y agravios recibidoso percibidos, as como a deponer el orgullo; a actuar con amor gape que expresa queel amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta (1 Corintios 13:7).

    El apstol Pablo deca que l se esforzaba y entrenaba con la disciplina de vivir sinofensas. Y por eso procuro tener siempre una conciencia sin ofensa ante Dios y ante los hombres(Hechos 24:16). Una conciencia libre de ofensas, es capaz de perdonar, y no resguar-darse en muros de proteccin.

    Necesitamos, pues, recordar las exhortaciones de la palabra de Dios: Por qu no sufrsms bien el agravio? Por qu no sufrs ms bien el ser defraudados? (1 Corintios 6:7); no hagannada por egosmo o vanidad; ms bien, con humildad consideren a los dems como superiores a ustedesmismos (Filipenses 2:3 NVI). As que, ya nos juzguemos ms los unos a los otros, sino msbien decidid no poner tropiezo u ocasin de caer al hermano (Romanos 14:13).

    Para reflexionar:1. Cmo manejas las ofensas?2. Tienes el hbito de construir muros de proteccin alrededor de ti?3. Te sientes constantemente desairado, incomprendido, menospreciado, agraviado u ofendido por lavida o las personas que te rodean?

    59

  • 60

    Noem: una historia de redencin escrita por Dios

    E sta es una historia de hambre, muerte y desconsuelo. Noem habiendo per-dido a su esposo e hijos, quienes adems eran la fuente de su sustento, ex-perimenta un profundo dolor, expresado en forma de amargura. La forma

    Evitar disfrazar mi dolorcon mi enojo

    Mi decisin de perdonar

    Aconteci en los das que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Yun varn de Beln de Jud fue a morar en los campos de Moab, l y su mujer, y dos hijos suyos. El nombre de aquel varn era Elimelec, y el de su mujer, Noem; y los nombres desus hijos eran Mahln y Quelin, efrateos de Beln de Jud. Llegaron, pues, a loscampos de Moab, y se quedaron all. Y muri Elimelec, marido de Noem, y qued ella con sus dos hijos, los cuales toma-ron para s mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra,Rut; y habitaron all unos diez aos. Y murieron tambin los dos, Mahln y Quelin,quedando as la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido. Entonces se levant con sus nueras, y regres de los campos de Moab; porque oyen el campo de Moab que Jehov haba visitado a su pueblo para darles panAnduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Beln; y aconteci que habiendoentrado en Beln, toda la ciudad se conmovi por causa de ellas, y decan: No essta Noem? Y ella les responda: No me llamis Noem (dulce), sino llamadme Mara(amarga); porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fuillena, pero Jehov me ha vuelto con las manos vacas. Por qu me llamaris Noem,ya que Jehov ha dado testimonio contra m, y el Todopoderoso me ha afligido?.

    Rut 1:1-21

    SEMANA 2

    13Da

  • de manejar su dolor es responsabilizando a Dios por su desventura: el Todopoderosome ha afligido. Noem est amargada y resentida con Dios. Esta actitud no permiteque el dolor sea tratado y sanado.

    Pero cuando permitimos que Dios reescriba nuestra historia, y nos entregamos asu amoroso y fiel cuidado, se opera una transformacin en nuestras vidas: climaemocional y espiritual, entorno, relaciones, etc. (Rut 4:13-17).

    Anclado en la amargura y el resentimiento

    En el griego del Nuevo Testamento, la palabra amargura proviene de una palabraque significa punzar. Su raz hebrea agrega la idea de algo que es fuerte y pesado. Laamargura es algo fuerte y pesado que punza hasta lo ms profundo del alma. El amargado esun ofendido crnico, que culpa a otro (s) de su desdicha e infortunio, y se colocaen la posicin de vctima. La amargura, como lo expresa la Biblia en Efesios 4:31-32, viene acompaada de enojo, resentimiento y malicia. La amargura es una de lasformas ms ineficaces de manejar el dolor. La amargura que es una forma de re-sentimiento, no es ms que dolor guardado en la forma de enojo y resentimiento.

    El agravio y las ofensas recibidas generan mucho dolor, pues lastiman la autoestimay la dignidad de la persona. Cuando este dolor resulta muy amenazante, se hacems fcil de sobrellevar, escondindolo en un manto de enojo y resentimiento. Eldolor es ms amenazante y ms desgarrador y pesado de sobrellevar.

    El resentimiento est asociado a heridas emocionales recibidas. El resentimientoes un producto de la represin del dolor producido por esas heridas, que guardamosen forma de rabia y resentimiento. Mi experiencia como psicoterapeuta me permiteafirmar que, en muchos casos, detrs de un resentido y amargado hay un nio herido.

    La amargura y el resentimiento como forma de guardar y manejar el dolor, va acom-paado de estados de impotencia, ante la incapacidad de poner lmites ante el ofen-sor. Cuando alguien ha traspasado nuestros lmites se produce una herida muydolorosa, y cuando no contamos con los recursos de afrontamiento para poner l-mites, experimentamos impotencia, reprimimos el dolor y los guardamos en laforma de enojo o resentimiento, porque el resentimiento es ms fcil de sobrellevar.

    Segn Sigrid Lange, en el estado de impotencia propio del resentido y amargado,la persona desarrolla una estrategia negativa y estril, condenada al fracaso, de ma-

    61

  • 62

    nejar su dolor, que busca uno o varios de los siguientes tres objetivos (como pro-yecciones negativas):

    Quiero asegurarme que esa situacin no ocurra otra vez. Quiero ser recompensado (resarcido) por el ofensor (traspasador de mis lmites). Quiero un ajuste de cuentas (venganza).

    Como las estrategias del resentido amargado son ineficaces, ste sigue guardandodolor en la forma de resentimiento, en un ciclo interminable, por lo que la personase vuelve deprimible, ensimismada y desesperanzada.

    El perdn: la cura contra la amargura y el resentimiento

    La forma ms efectiva de romper ese ciclo es soltando el dolor y perdonando. Miexperiencia como pastor - consejero y psicoterapeuta, me dice que cuando la per-sona se hace consciente (responsabiliza) del dolor y decide afrontarlo, y opta porel perdn, comienza el proceso de sanar sus heridas; y la amargura, el enojo y elresentimiento abandonan a la persona, sin necesidad de abordarlos directamente.Pero la persona necesita disponerse a encarar su dolor, y abandonar su resenti-miento y amargura. Para ello necesita perdonar. Por eso acertadamente dice la Bi-blia: Qutense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritera y maledicencia, y toda malicia.Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonndoos unos a otros, como Dios tambinos perdon a vosotros en Cristo (Efesios 4:31-32).

    Dice Sigrid Lange que si hemos cado en la posicin de amargura y resentimiento,necesitamos permitirnos sentir la herida emocional y aceptar la dimensin del re-sentimiento, concientizando que es una estrategia impotente. Para disolverla hayque intentar perdonar y, desde nuestra autodeterminacin, poner en el lugar de laproyeccin negativa algo que si queremos lograr con esa persona. Por supuesto,si hacemos uso de la asistencia divina, este proceso ser sanador y restaurador.

    Tomar los pasos para resolver el resentimiento y la amargura nos conduce al perdngenuino y, por ende, a la sanidad de la herida emocional. De nada vale cuestionar-nos y juzgarnos moralmente por el sentimiento de resentimiento y el estado deamargura, y forzarnos a perdonar, porque es moral y espiritualmente incorrectosentir resentimiento, si no damos los pasos para disolver el resentimiento.

    Noem era una mujer piadosa, aunque estaba haciendo un manejo inapropiado dedolor, guardndolo en forma de amargura y resentimiento solapado contra Dios.

  • Pero en la medida que ella refirm su confianza en Dios, y retorn a l, lo que seevidencia con el regreso a sus races, Dios comenz a realizar un proceso de res-tauracin en ella. Noem es smbolo de la redencin que Dios trae a todo aquelque deposita su confianza en l.

    Para reflexionar:1. Hay resentimiento y amargura en tu corazn?2. Percibes o eres consciente de la presencia de heridas emocionales en tu vida?3. Reconoces la necesidad de perdonar como la estrategia ms efectiva para disolver el resenti-miento y sanar las heridas emocionales?

    63

  • 64

    La escuela del carcter

    Cada hombre desde que nace es inscritoen la escuela del carcter. Esto es unarealidad ms firme an para los creyen-tes cristianos, porque Dios gua la historia de sushijos, con miras a forjar el carcter de Cristo enellos (Efesios 4:13). Esta es una escuela exigenteque constantemente va a estar provocando querindamos peridicamente exmenes para probarcomo marcha la formacin de nuestro carcter.

    El diseo del pensum de estudio de esta escuelaincluye vicisitudes, ofensas y agravios, experiencias traumticas, aflicciones, prdidasde todo tipo e injusticias que se encuentran disponibles en el variado men que elmundo ofrece; y ninguna de estas situaciones y experiencias estn exentas de dolor.Jess dijo: Yo les he dicho estas cosas para que en m hallen paz. En este mundo afrontarn aflic-ciones, pero anmense! Yo he vencido al mundo (Juan 16:33 - NVI).

    El dolor es inherente al funcionamiento de un mundo cado, bajo el poder del pecado.Tambin es intrnseco a la vocacin y llamado como cristianos. Siendo as necesitamosno desaprovechar el inevitable dolor que este mundo nos ofrece.

    Somos ms probados en el rea de las relaciones

    Estas pruebas son particularmente fuertes en el rea de las relaciones; es en esta reatambin donde ms somos probados (lastimados, decepcionados, traicionados, etc.).Dice Proverbios 27:17: El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con el hombre.As como el hierro le saca filo a otro hierro, as un hombre se afina solo sacando li-maduras y asperezas con otro.

    Lidiar con el dolor de la ofensa

    Mi decisin de perdonar

    Hermanos mos, considrensemuy dichosos cuando tenganque enfrentarse con diversas

    pruebas, pues ya saben que laprueba de su fe produce cons-

    tancia. Y la constancia debe lle-var a feliz trmino la obra, para

    que sean perfectos e ntegros,sin que les falte nada.

    Santiago 1:2-4 - NVI.

    SEMANA 2

    14Da

  • Por un lado no podemos evitar que el dolor nos toque, o que seamos lastimados porotra persona en algn momento de nuestra vida, no en balde la Biblia dice: imposiblees que no vengan tropiezos (orig.: ofensas) (Lucas 17:1). Pero por el otro lado no podemosobviar la responsabilidad delante de Dios de perdonar (Marcos 11:25-26). Cmo con-ciliar esas dos dimensiones: dolor y perdn? Necesitamos confrontarnos con nuestrodolor, para poder verdaderamente sanar y perdonar.

    El perdn autentico supone tratar con el dolor que produce la ofensa o agravio

    As como no podemos evitar ser lastimados por la accin de otra persona o experi-mentar dolor, en algn momento de nuestra vida, tampoco podemos olvidar la expe-riencia de dolor vivida. Esa premisa es valiosa comprenderla a la hora de perdonar,pues perdonar no es equivalente a borrar la experiencia traumtica o dolorosa. Cuandosomos lastimados, podemos sanar, pero eso no hace que desaparezcan las cicatricesemocionales, al igual que ocurre con las heridas fsicas. La herida al sanar de algunamanera ya no duele, ya no sangra, est curada; pero queda la marca del proceso vivido:la cicatriz. As sucede en lo fsico y en lo emocional. Perdonar, pues, no es olvidar elpasado o eliminar de nuestra memoria los registros de la experiencia o situacin do-lorosa, porque eso es imposible. Ni olvidar es indispensable para perdonar. Perdonarms que olvidar es sanar lo recuerdos, por cuanto no es real el olvidar; pero si podemosrecordar sin dolor como consecuencia de haber perdonado autnticamente.

    Sanando mis recuerdos

    Perdonar no es olvidar, perdonar est ms relacionado con sanar las heridas. El merohecho de no recordar conscientemente, no significa que hayamos dejado atrs la si-tuacin. Si la herida emocional no ha sido sanada, los recuerdos, an cuando no lostengamos presente conscientemente, permanecen agazapados debajo de la superficie,preparndonos una emboscada, esperando una situacin en el presente que los detoney los traiga con su carga de dolor; sin lograr comprender porque vuelven a nuestramemoria con tanta fuerza e intensidad, despus de tanto tiempo trascurrido. Esoprueba tambin que el tiempo no cura las heridas emocionales; el perdonar si las sana.Necesitamos, entonces, tomar la decisin de sanar nuestros recuerdos, y mientras estono ocurra la situacin de dolor vivida seguir afectndonos en el presente.

    Es como si esas heridas clamaran por sanidad, irrumpiendo de cuando en cuando ennuestra conciencia, pero como no son atendidas adecuadamente a travs del perdn,siguen abiertas, como un volcn activo, que cuando menos se piensa entra en erupcin. La herida emocional no se sana lanzndola al olvido, sino encarndola. El tiempo no

    65

  • 66

    cura viejas heridas emocionales. La nica forma de salir del dolor es entrando en l,asumindolo, y responsabilizndonos por lo que sentimos. Manuel Barroso lo expresade la siguiente manera: Metindome en mi dolor, llegar a mi centro, a mi energa, ami fuerza y congruencia y paz interna.

    Sera ms acertado, entonces, equivaler perdonar con sanar los recuerdos: recordar sindolor. Pero esto supone encarar y procesar el dolor. Muchas personas hacen vanos in-tentos de auto-protegerse o vacunarse contra el dolor. Tienen miedo de experimentarel dolor, pensando que el dolor les va a producir dao, pero el dolor no nos va a des-truir; el dolor, por el contrario, es teraputico.

    Lo cierto es que mientras ms evitamos hacer contacto con el dolor, ms se alarga lapermanencia de dicha emocin en nuestras vidas; y no slo se extiende su permanen-cia, sino que al tratar de reprimir el dolor, se violenta un mecanismo biolgico adap-tativo, lo que da lugar a una metamorfosis negativa del dolor, transformando stanatural y muy humana emocin en una emocin txica como lo es el sufrimiento.

    No es sano, pues, tratar de evitar experimentar el dolor, pues ste cumple con la fun-cin de retroalimentarnos acerca de la aparicin de una herida emocional, dndonosde esta manera una referencia y gua sumamente efectiva para organizar nuestra con-ducta y orientar nuestras acciones. Necesitamos, entonces, darnos permiso para sentiry expresar el dolor. El psicoterapeuta Jorge Bucay llama este proceso, el camino de laslgrimas. La otra opcin es reprimir el dolor, pero el dolor negado y no expresado seconvierte en sufrimiento y resentimiento.

    Hay diferencias importantes entre el dolor y el sufrimiento

    El dolor como mecanismo humano de respuesta ante las agresiones y ofensas que re-cibimos, est diseado para tener una vida corta. El dolor emocional es la concienciaque me genera estar herido por dentro. Esta aceptacin del dolor en si es saludable yteraputica si consideramos que nos permite comprender algo dentro nosotros quenos est causando dao o lastimando, para as poder atenderlo. De esta forma puedotransformar el dao asociado al dolor, para sanarme. El dolor es una llamada de aten-cin o alarma a la que necesitamos escuchar para poder sanar, perdonar y continuarla marcha. De esta forma el dolor nos desactiva (pone en pausa) para dar lugar a la in-trospeccin y a la reflexin, con miras a hacer los ajustes psicolgicos que necesitamospara manejar la ofensa o agravio. Mientras que el sufrimiento es quedarse anclado enese lugar de dolor y no poder salir de l. En este sentido el sufrimiento siempre es patolgico y disfuncional.

  • Por otra parte, el dolor nos conecta con la tristeza (es diferente a la depresin). Latristeza es una emocin aunque normal y saludable, displacentera e incmoda, quenos permite tomar contacto con el valor de lo perdido, mientras nos ayuda a organi-zarnos para el necesario proceso de duelo, y prepararnos as para la despedida.

    El dolor puede trabajar a favor, trayendo centracin, reflexin o inclusive arrepenti-miento; o en contra, dando lugar a la victimizacin, la resignacin, la auto-conmisera-cin y la desesperanza, dependiendo del manejo que hagamos de l.

    Para perdonar en forma autentica necesitamos sanar los recuerdos, y eso no es posiblesin vernos las caras con nuestro dolor. Esa es la va para liberarse del dolor de la ex-periencia de la ofensa o agravio recibido. Este proceso se hace ms efectivo si lo vivi-mos de la mano de nuestro amoroso, consolador y restaurador Dios, quien nos asistecon todos los recursos de la gracia. Dios sana (restaura) a los abatidos (a los que tienen rotoel corazn) y cubre con vendas sus heridas (Salmos 147:3). Jess dijo de s mismo que l fue enviadopara sanar a los quebrantados de corazn (Lucas 4:18).

    Para reflexionar:

    1. Eres consciente de seales de dolor emocional en este momento de tu vida?2. Eres consciente que no hay forma de huir del dolor con que el mundo nos afrenta y lastima?3. Qu haces cuando aparece el dolor en tu vida, producto de una ofensa o agravio recibido?

    67

  • 68

    Test para evaluar mi decisin de perdonar

    Mantienes una disposicin a perdonar a tus ofensores por las faltas cometidas contra ti?

    Proceso del perdn 1 2 3 4 5

    Evitas mantener alguna situacin (ofensa) guardada en tu corazn (que no hayas perdonado)?

    Proceso del perdn 1 2 3 4 5

    Has entregado en las manos de Dios las ofensas y agravios recibidos, as como al ofensor?

    Proceso del perdn 1 2 3 4 5

    Cundo eres ofendido o lastimado optas por construir amor en vez de odio?

    Resolucin amorvs odio 1 2 3 4 5

    Evitas alimentar tu resentimiento / odio con pensamientos que justifican esos estados emocionales?

    Resolucin amorvs odio 1 2 3 4 5

    Respondes a las ofensas de tus enemigos con actos de amor (Mateo 5:44)?

    Resolucin amorvs odio 1 2 3 4 5

    Mantienes las cuentas cortas con tu enojo? Cuentas con elenojo 1 2 3 4 5

    Combates el mal humor, la indignacin, la hostilidad y la amargura en tu vida?

    Cuentas con elenojo 1 2 3 4 5

    Evitas rumiar las ofensas recibidas, al no echarle ms lea (pensamientos) al fuego? Receta rey David 1 2 3 4 5

    Practicas la introspeccin y la reflexin cuando eres ofendido y agraviado? Receta rey David 1 2 3 4 5

    Evitas dar rienda suelta a los deseos de venganza y revancha? Receta rey David 1 2 3 4 5

    Evitas caer en las posturas de ofendido, vctima, pobrecito de m?

    Manejo de ofensas 1 2 3 4 5

    Evitas construir muros alrededor de tus heridas emocionales para protegerte?

    Manejo de ofensas 1 2 3 4 5

    Te esfuerzas por no convertirte en un coleccionista de agravios cuando eres ofendido?

    Manejo de ofensas 1 2 3 4 5

    Evitas guardar dolor bajo la forma de enojo? Disfrazar dolor con enojo 1 2 3 4 5

    Combates la amargura que pueda traer las ofensas y agravios recibidos?

    Disfrazar dolor con enojo 1 2 3 4 5

    Aceptas y confrontas el dolor producido por los agravios, en vezde esconderlo u olvidarlo? Gestin del dolor 1 2 3 4 5

    Eres flexible para manejar los conflictos que resultan de losroces con otras personas? Gestin del dolor 1 2 3 4 5

    Buscas intencionalmente sanar tus recuerdos producidos por heridas emocionales? Gestin del dolor 1 2 3 4 5

    Evitas persistir por largo tiempo en la emocin de la tristeza? Gestin del dolor 1 2 3 4 5

    Indicador rea Escala

    Si tu puntuacin es menor a 40 puntos necesitas urgentemente mejorar tu decisinde perdonar. Si tu puntuacin es mayor a 41 puntos y menor a 70 puntos tu decisinde perdonar puede mejorar. Si tu puntuacin es mayor a 71 puntos entonces tu de-cisin de perdonar es firme.

    Conteste todas las 20 preguntas. 1 representa la puntuacin ms baja (desacuerdo) y 5la puntuacin ms alta (total acuerdo). Marque el nmero que mejor lo represente.Cada nmero representa su propio valor. Sume las puntuaciones.

  • Principios para fortalecer tu decisin de perdonar:

    69

    SEMANA 2: Mi decisin de perdonar

    El perdn es un proceso que co-mienza con la decisin de perdonar.

    El perdn no se traduce automtica-mente en confianza y reconciliacin.

    El perdn ocurre sobre la base de laaceptacin de haber sido ofendido yherido. Se requiere asumir responsa-bilidad por los sentimientos experi-mentados.

    En el proceso de perdonar se re-quiere evitar contar una historia deresentimiento, culpabilizacin o victi-mizacin.

    Perdonar se alinea con la decisin deconstruir amor en vez de odio.

    Rumiar la ofensa nos hace menospropensos a perdonar.

    El amor que es lo opuesto al odio, seforja a travs de acciones amatorias.

    Se requiere actuar con determina-cin y agresiva benignidad parapoder perdonar a nuestros enemigos.

    Cuando no dejamos atrs las situa-ciones que nos han producido enojo,porque permanecemos rumiandoste, entonces el enojo da lugar amanifestaciones txicas como el re-sentimiento, el odio y la amargura.

    La introspeccin y la reflexin des-pus de la ofensa o agravio recibidoes una herramienta eficaz para ma-nejar el enojo.

    Al evitar que el sol se ponga sobrenuestro enojo, mantenemos sanonuestro corazn.

    Las actitudes victimizantes, de re-traimiento y auto-conmiseracin nopermiten que sanemos las heridasemocionales y, en consecuencia,perdonemos.

    Uno de los manejos ms inefectivosdel dolor experimentado por ofen-sas o agravios recibidos, es guar-dar este en la forma de enojo; esaaccin da lugar al resentimiento.

    Necesitamos entregar nuestro dolory enojo a Dios, como la mejor vapara sanar, perdonar y seguir ade-lante con nuestra vida.

    Puesto que no podemos evitar eldolor que nos ocasiona el roce conotras personas, podemos aprove-char dicho dolor para sacar algnaprendizaje de esas situaciones.

    La herida emocional no se sanalanzndola al olvido, sino encarn-dola.

    Sentir y expresar el dolor de heri-das emocionales generadas porofensas y agravios recibidos, es unpaso previo para sanar y perdonar.

  • L a operacin Auca fue una tenta-tiva de contacto de cinco misio-neros cristianos estadounidensescon los indgenas huaorani de la selvadel Ecuador. Los huaorani o waorani (aquienes los quechuas llamaban peyora-tivamente aawqa o auka: salvajes o ene-migos) eran una tribu aislada conocidapor su violencia contra su propia gentey contra los extranjeros que ingresabanen su territorio.

    Con la intencin de ser los primeros protestantes en evangelizar a los huaorani, losmisioneros Jim Elliot, Nate Saint, Ed McCully, Roger Youderian y Pete Fleming em-pezaron a hacer vuelos regulares sobre sus asentamientos en septiembre de 1955, sol-tando pequeos regalos, como cazuelas y botones, desde el aire. Tras varios mesesdurante los cuales intercambiaron regalos, el 2 de enero de 1956 los misioneros cons-truyeron un campamento en Palm Beach, una barra junto al ro Curaray, a unas pocasmillas de los asentamientos huaorani. Sin embargo, su obra evangelizadora terminbruscamente el 8 de enero de 1956, cuando los cinco misioneros fueron atacados yasesinados por un grupo de guerreros huaorani.

    Pareca que todo se haba terminado, y que la muerte de esos jvenes misioneros habasido un desperdicio. Esta tragedia dej un gran vaci entre las familias de estos misio-neros Qu pensamientos pudieron pasar por la mente de esas cinco viudas? Por qupaso esto? Dnde estaba Dios cuando les clavaron las lanzas y los tiraron al ro? Sinembargo, en ellas se impuso la fe y la confianza en un Dios de amor. Ese no fue el finde la historia. Dios tiene el poder para reescribir nuestras historias si se lo permitimos,y convertir una historia de agravio y dolor en una historia de triunfo. La sangre deesos mrtires, sera la semilla que germinara en medio de los Aucas, trayendo salvacina sus vidas.

    Historias inspiradoras del perdn

    70

    SEMANA 2:

    Operacin Auca

  • El 3 de septiembre de 1958, tres aos y ocho meses despus del martirio de los mi-sioneros, tres mujeres aucas, ahora cristianas, gracias al trabajo evangelstico de ElisabetElliot esposa de uno de los misioneros - y Raquel Saint hermana del misioneromrtir Nate volvieron a su aldea, donde permanecieron tres semanas hablando delamor de Dios, manifestado a travs de las misioneras.

    Unos das despus, Elisabet Elliot y Raquel Saint, que haban decidido continuar laobra de los misioneros muertos, entraron ellas mismas en esa aldea, como respuestaa una invitacin. All fueron recibidas como hermanas. Finalmente terminaron con-virtiendo a muchos Aucas, incluyendo a los asesinos de sus seres queridos.

    Elisabet Elliot y Raquel Saint convivieron con la tribu, ensearon a leer a los nativosy les transmitieron las enseanzas de la palabra de Dios. Como resultado, algunos delos Aucas, despus conocidos como Waodani, se convirtieron al Seor, e inclusivetrabajaron como siervos de Dios.

    La muerte de cinco hombres misioneros entregados a ganar almas, haba logrado rom-per la desconfianza ancestral. El camino para la palabra de Dios se haba abierto: losaucas podran ser alcanzados con el evangelio de Jesucristo.

    La fe y el poder del perdn de las viudas de esos mrtires y la hermana de uno deellos, que eligieron perdonar y continuar con la obra de sus esposos y hermano, envez de sumirse en la autocompasin, la victimizacin, el resentimiento o la venganza,dio como resultado la conversin de muchos indgenas, incluyendo los asesinos desus esposos.

    Estas viudas transmitieron un legado de amor y perdn, que impacto la vida de suscontextos familiares y del mundo misionero de su poca. Especialmente la vida deSteve Saint, hijo de uno de los mrtires, que a los cinco aos tuvo que ser confrontadocon la noticia de que su padre haba muerto. Steve Saint, hijo de Nate Saint, fue unade las personas impactadas por el testimonio de perdn practicado por esas viudas delos mrtires. En una entrevista realizada a Steve, acerca de si haba luchado con laamargura hacia los asesinos de su padre, l respondi: Segn el ejemplo de mi mamy otras cuatro viudas. Nunca, jams escuche a una de ellas insinuar siquiera que Dioshaba cometido un error o que ellos se haban equivocado. La actitud de fe y perdnde su madre, ta y las otras cuatro viudas, represent para este hombre, una herenciafamiliar de amor y perdn, que le permiti perdonar y an reconciliarse con los ase-sinos de su padre, e incluso adoptar a uno de ellos (Mincaye) como el abuelo de sushijos.

    Fue as como el hijo de Nate Saint, Steve, se cri entre los Waodani. Steve pasabaparte del tiempo en la escuela en los Estados Unidos, y el resto del ao viva en la

    71

  • 72

    aldea de la jungla, conviviendo con los asesinos de su padre, ahora hombres reconci-liados con Dios.

    Qu tanto el testimonio de fe, amor y perdn de estas viudas impact la vida deSteve? En una conferencia en medio de un concierto Steve Saint coment: Cuandopienso en aquella noche cuando yo era nio y mi madre me llev a su habitacin paradecirme que mi papa haba muerto y que no regresara a casa a vivir con nosotros. Yeso pudo haber sido una tragedia, pero mi madre era una mujer de fe y me explicque estaba segura que aun esta cosa tan terrible que nos estaba sucediendo era partedel plan de Dios, y que algn da lo comprobaramos. Desde entonces, he comprobadoque Dios nunca desperdicia un dolor, si le permitimos escribir Su historia en nuestrasvidas. Hoy afirmo que ambas cosas son ciertas, porque las mismas personas que ma-taron a mi papa, a Roger, a Pete, a Ed y a Jim ahora son para m como mi familia. Yuno de los hombres que mat con su lanza a mi papa y luego ech su cuerpo al ropara que se lo comieran los peces y las tortugas, slo dos aos despus cuando fui avivir con el pueblo y mi ta Rachael, ese hombre me hizo saber que quera que yo fuesecomo su propio hijo. Es difcil comprender la profundidad de la restauracin queDios puede operar en las vidas de las personas, cuando, como dice Steve Saint, per-mitimos que l escriba Su historia en nuestras vidas. Entonces, ocurren cosas ex-traordinarias e increbles: el asesino de mi padre me adopta como su hijo, y yo adoptoal asesino de mi padre como el abuelo de mis hijos. Eso slo lo puede hacer Dios.

    Fuente:Wikipedia, video youtube Operacin Aucas.

  • Metforas ilustradoras del perdn

    E n un reino encantado donde los hombresnunca pueden llegar, o quizs donde loshombres transitan eternamente sin darsecuenta En un reino mgico, donde las cosasno tangibles se vuelven concretas.

    Haba una vez un estanque maravilloso. Erauna laguna de agua cristalina y pura donde na-daban peces de todos los colores existentes, y donde todas las tonalidades del verdese reflejaban permanentementeHasta ese estanque mgico y transparente se acer-caron a baarse, hacindose mutua compaa, la tristeza y la furia.

    Las dos se quitaron sus vestimentas y, desnudas las dos, entraron al estanque. La furia,apurada (como siempre est la furia), urgida (sin saber por qu) se bao rpidamentey ms rpidamente an, sali del aguaPero la furia es ciega, o por lo menos no dis-tingue claramente la realidad, as que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primeraropa que encontrY sucedi que esa ropa no era la suya, sino la de la tristezaYas, vestida de tristeza, la furia se fue.

    Muy calma y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde est,la tristeza termin su bao, sin prisa y sin conciencia del paso del tiempo, con perezay lentamente, sali del estanque. En la orilla se encontr con que su ropa ya no estaba.Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo,as que se puso la nica ropa que haba junto al estanque, la ropa de la furia.

    Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia: ciega, cruel,terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien encontramos que estafuria que vemos es slo un disfraz (un caparazn), y que, detrs del disfraz de la furia,en realidad Est escondida la tristeza!

    73

    SEMANA 2:

    La furia: el disfrazde la tristeza

  • 74

    El agravio y las ofensas recibidas generan mucho dolor, pues lastiman la autoestima yla dignidad de la persona. Cuando este dolor resulta muy amenazante, se hace msfcil de sobrellevar, escondindolo en un manto de enojo y resentimiento. El dolor esms amenazante y ms desgarrador y pesado de sobrellevar.

    Muchas veces detrs del enojo hay una dramtica historia de dolor; detrs del resentidoy rencoroso hay un nio herido. Cuando reprimimos el dolor tendemos a guardarloen la forma de enojo, y con el tiempo se transforma en resentimiento.

    Muchas veces observamos el mal humor, la indignacin o la irritabilidad en personas,y pensamos: qu le molesta; pero en algunos casos, deberamos decir: qu le duele, oqu lo tiene triste.

    Algunas personas se ponen mscaras de furia y enojo, para ocultar el dolor o la tristezaque les acompaa. Pareciera que el enojo me brinda una armadura que me protege.

    Detrs de la rabia y el enojo puede haber mucha frustracin, ansias de dominacin,prepotencia, discriminacin, racismo, o necesidad de controlar; pero tambin puedeestar agazapada la tristeza o el dolor.

  • 205

    E ste libro est diseado para guiarle en la comprensin del perdn desde dosdimensiones: la teolgica (bblica) y la psicoteraputica. En l se exponen al-gunos valiosos principios de la palabra de Dios, acerca del perdn, tanto desdela perspectiva vertical, que afecta nuestra relacin con Dios; como desde la perspectivahorizontal, que toca nuestra relacin con nuestro prjimo.

    En este libro descubrir cmo: Cultivar un corazn sano. Llevar a cabo la decisin de perdonar. Perdonar desde la perspectiva bblica. Aceptar y experimentar el perdn de Dios (el Padre Celestial). Experimentar los beneficios del perdn. Reconciliarse con el prjimo.

    Acerca del autorArnoldo A. Arana: Tiene un Doctorado en Teologa y Con-sejera de la Universidad Rhema en Jacksonville, Florida USA. As mismo posee una Maestra en Gerencia deEmpresa y una Licenciatura en Contadura Pblica de la Uni-versidad del Zulia. Es certificado como Facilitador en Pro-cesos Personales Psicoterapeuta Gestalt - por el Centro deAprendizaje e Investigacin en Facilitacin Gestltica (CE-NAIF). Tiene un diplomado en Facilitacin en Terapia Psi-cocorporal de la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho. EsCoach de Liderazgo certificado por Lifeforming LeadershipCoaching. Tiene una formacin en sexualidad del CENAIF.Se ha desempeado como profesor universitario en instituciones tales como la Universidad delZulia (LUZ), la Universidad de Carabobo (UC), la Universidad Rhema, La Universidad LOGOSy la Universidad de la Tercera Edad (UTE). A la fecha se desempea como docente en la Uni-versidad de Carabobo. As mismo ha ocupado posiciones gerenciales en importantes empresasde Venezuela. Ha sido conferencista y facilitador/consultor en temas relacionados al Liderazgoy la Gerencia, y la vida matrimonial y familiar, para diversas empresas e instituciones en el pasy en el exterior. Es coautor de los libros El Carcter: Factor clave en el Liderazgo, y LiderazgoVisionario: El arte de alcanzar la visin. Es Director/Consultor de Global Leadership Consulting.Funge como pastor asociado en la Iglesia Restauracin a las Naciones en Venezuela.

    El Perdn: El camino a la ReconciliacinDescubriendo el perdn en 40 das

    Arnoldo A. Arana

    RIF: J-31270600-7