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124 Resumen En un contexto de aumento de la demanda turística ligada al patrimonio cultural, los conjuntos monu- mentales en general se enfrentan al reto de la ges- tión responsable y sostenible de las actividades rela- cionadas con el ocio y el turismo. De hecho, en los denominados destinos "maduros", como es el caso de la Alhambra, la alta afluencia de visitantes empie- za a plantear problemas puntuales de saturación tu- rística concentrados espacial y temporalmente. Los estudios sobre la capacidad de acogida turística del espacio constituyen en este sentido un instrumento útil de cara a la planificación y gestión de la visita pú- blica. Se trata de minimizar los impactos que la afluencia masiva de visitantes pueda tener sobre el patrimonio y sobre la calidad de la "experiencia es- tética" del visitante. Palabras clave Turismo Cultural / Conjuntos Monumentales / Capa- cidad de Acogida Turística / Gestión de Flujos de Vi- sitantes 1. Introducción La relación que se establece entre turismo y conjun- tos monumentales, es decir entre turismo, patrimo- nio cultural y ciudades históricas, se estructura a partir de un complejo sistema de interconexiones en el que intervienen múltiples actores. Las relacio- nes existentes entre ellos varían en función de la es- cala espacial de análisis (local, regional, nacional) y tienen implicaciones a muy diferentes niveles: social, medioambiental, económico, funcional, etc. En todo caso, se trata de una relación no exenta de problemas que plantea demandas específicas de co- nocimiento. Entre ellas figura la necesidad de anali- zar en profundidad el funcionamiento turístico de los conjuntos monumentales en relación con los pa- rámetros vinculados con su capacidad de acogida y la gestión de los flujos de visitantes. Ambos aspectos resultan decisivos en un contexto general de creci- miento de la demanda turística en el cual los espa- cios de dominante patrimonial se enfrentan al reto de la gestión responsable y sostenible de la activida- des relacionadas con el ocio y el turismo. Desde estos planteamientos, el Conjunto Monu- mental de la Alhambra y el Generalife de Granada se presenta como un interesante caso de estudio. Pieza clave del funcionamiento turístico del casco histórico de la ciudad, constituye un laboratorio ex- cepcional donde analizar los problemas que se deri- van del crecimiento virulento de la llegada de visi- tantes y las implicaciones de un modelo específico de gestión de los flujos turísticos, así como ámbito en el que ensayar una metodología específica de evaluación de la capacidad de acogida turística. En líneas generales, el conjunto de la Alhambra y Generalife, además de cumplir una importante fun- ción social como equipamiento cultural de la ciudad de Granada, es uno de los hitos turísticos más im- portantes de España. Desde su redescubrimiento por los viajeros románticos, el interés que despierta el conjunto monumental en turistas, curiosos y estu- diosos no ha hecho más que aumentar de tal mane- ra que hoy en día la función turística se configura como un aspecto fundamental de su perfil funcional. No obstante, el conjunto monumental se ve someti- do ya a una fuerte presión turística, concentrada tanto en el tiempo como en el espacio, con todo lo que ello lleva aparejado en relación con la conserva- Capacidad de acogida turística y gestión de flujos de visitantes en conjuntos monumentales: el caso de La Alhambra María García Hernández Departamento de Geografía Humana Universidad Complutense de Madrid DOSSIER: Turismo en Ciuddes Históricas

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Resumen

En un contexto de aumento de la demanda turísticaligada al patrimonio cultural, los conjuntos monu-mentales en general se enfrentan al reto de la ges-tión responsable y sostenible de las actividades rela-cionadas con el ocio y el turismo. De hecho, en losdenominados destinos "maduros", como es el casode la Alhambra, la alta afluencia de visitantes empie-za a plantear problemas puntuales de saturación tu-rística concentrados espacial y temporalmente. Losestudios sobre la capacidad de acogida turística delespacio constituyen en este sentido un instrumentoútil de cara a la planificación y gestión de la visita pú-bl ica. Se trata de minimizar los impactos que laafluencia masiva de visitantes pueda tener sobre elpatrimonio y sobre la calidad de la "experiencia es-tética" del visitante.

Palabras clave

Turismo Cultural / Conjuntos Monumentales / Capa-cidad de Acogida Turística / Gestión de Flujos de Vi-sitantes

1. Introducción

La relación que se establece entre turismo y conjun-tos monumentales, es decir entre turismo, patrimo-nio cultural y ciudades históricas, se estructura apar tir de un complejo sistema de interconexionesen el que intervienen múltiples actores. Las relacio-nes existentes entre ellos varían en función de la es-

cala espacial de análisis (local, regional, nacional) ytienen implicaciones a muy diferentes niveles: social,medioambiental, económico, funcional, etc.

En todo caso, se trata de una relación no exenta deproblemas que plantea demandas específicas de co-nocimiento. Entre ellas figura la necesidad de anali-zar en profundidad el funcionamiento turístico delos conjuntos monumentales en relación con los pa-rámetros vinculados con su capacidad de acogida yla gestión de los flujos de visitantes. Ambos aspectosresultan decisivos en un contexto general de creci-miento de la demanda turística en el cual los espa-cios de dominante patrimonial se enfrentan al retode la gestión responsable y sostenible de la activida-des relacionadas con el ocio y el turismo.

Desde estos planteamientos, el Conjunto Monu-mental de la Alhambra y el Generalife de Granadase presenta como un interesante caso de estudio.Pieza clave del funcionamiento turístico del cascohistórico de la ciudad, constituye un laboratorio ex-cepcional donde analizar los problemas que se deri-van del crecimiento virulento de la llegada de visi-tantes y las implicaciones de un modelo específicode gestión de los flujos turísticos, así como ámbitoen el que ensayar una metodología específica deevaluación de la capacidad de acogida turística.

En líneas generales, el conjunto de la Alhambra yGeneralife, además de cumplir una importante fun-ción social como equipamiento cultural de la ciudadde Granada, es uno de los hitos turísticos más im-por tantes de España. Desde su redescubrimientopor los viajeros románticos, el interés que despier tael conjunto monumental en turistas, curiosos y estu-diosos no ha hecho más que aumentar de tal mane-ra que hoy en día la función turística se configuracomo un aspecto fundamental de su perfil funcional.

No obstante, el conjunto monumental se ve someti-do ya a una fuer te presión turística, concentradatanto en el tiempo como en el espacio, con todo loque ello lleva aparejado en relación con la conserva-

Capacidad de acogida turística ygestión de flujos de visitantes enconjuntos monumentales: el caso de La Alhambra

María García Hernández

Departamento de Geografía HumanaUniversidad Complutense de Madrid

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ción física del monumento, la pérdida de calidad dela experiencia estética del visitante o incomodidadespara la realización de la visita. En las épocas de ma-yor afluencia de visitantes son muchos los problemasque se plantean relacionados con la saturación delespacio, lo que ha llevado a cuestionar la necesidadde establecer unos parámetros claros de gestión dela visita pública basados en el análisis de la capacidadde acogida turística del monumento. En este sentidoes primordial no sobrecargar "turísticamente" el con-junto ya que la Alhambra constituye, ante todo, unlegado patrimonial de inmenso valor que es precisoconservar de cara al futuro. Por todo ello su uso tu-rístico, tan importante desde el punto de vista cuan-titativo, ha de estar sometido a las exigencias queimpone la conservación y transmisión del legado his-tórico.

2. La capacidad de acogida turística: uninstrumento útil para la gestión sostenible delos recursos patrimoniales.

Dentro del marco de creciente expansión del turis-mo cultural, la afluencia masiva de visitantes planteaen determinados elementos del patrimonio históri-co-cultural la necesidad de gestionar el turismo des-de los parámetros de la sostenibilidad, es decir des-de el punto de vista del uso responsable de losrecursos que se explotan turísticamente, entendien-do por uso sostenible aquel uso que garantice suconservación y transmisión a las generaciones futu-ras. Desde esta óptica resulta absolutamente nece-sario conocer los límites de un recurso para su ex-plotación turística, es decir conocer su capacidad deacogida. Es así que la capacidad de carga o acogidade un espacio respecto a su utilización turística esuno de los conceptos centrales de la gestión de lapropia actividad y de los impactos que ésta puedegenerar. No es un fin en sí mismo, sino un medio útilpara mejorar las condiciones de la experiencia delvisitante y para orientar las decisiones que se han detomar al respecto.

La capacidad de carga o acogida es un conceptoque surgió a partir de necesidades operativas funda-mentalmente relacionadas con la gestión de los flu-jos de visitantes en espacios naturales protegidos.Los primeros estudios sobre la capacidad de cargase llevaron a cabo hacia los años sesenta en EE.UU.por geógrafos que trabajaban en el US Forest Servi-ce. Fueron intentos de dar respuesta al aumento dela afluencia de visitantes en las áreas recreativas deespacios naturales protegidos. Esta línea de investi-gación (que prosiguió durante la década siguiente)se centraba exclusivamente en las características físi-cas del área estudiada y buscaba proponer en fun-ción de esas características un número específicoque fijara el máximo de afluencia permitido.

Años más tarde se empezaron a incorporar otrosaspectos a la hora de delimitar la capacidad de aco-gida del espacio. Estos aspectos, que estaban rela-cionados con el uso del espacio por parte de los vi-s i tantes y con la act iv idad de los gestores , seconsideran modificadores de la capacidad de cargaque imponen inicialmente las características físicasdel espacio. En este sentido se introdujeron dos pa-rámetros básicos: la identificación de niveles de uso

La capacidad de carga de un conjunto monumental como la

Alhambra y el Generalife viene determinada fundamentalmente

por dos aspectos clave: las exigencias de la conservación del

conjunto monumental y la calidad de la experiencia estética y

el confort del visitante, relacionada con factores como la

ausencia de ruido, la ausencia de congestión visual, la

atenuación de los tiempos de espera y la correcta interpretación

del monumento, entre otros

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aceptables e inaceptables y la búsqueda de la calidadde la experiencia del visitante.

En esencia, el concepto de capacidad de acogida lle-va implícito la idea de restricción o límite más alládel cual la explotación turística de un recurso es in-sostenible por perjudicial. Existen varias definicionesde capacidad de acogida en función de la naturalezade ese límite: límite físico, límite percibido social-mente o limitación de naturaleza económica. A par-tir de esas definiciones se puede hablar de distintasdimensiones de la capacidad de carga: la capacidadde carga "física", la capacidad de carga "social" y lacapacidad de carga "económica" del espacio.

La capacidad de acogida física de un espacio se rela-ciona con dos elementos; por una par te con la ca-pacidad del sistema para ofrecer servicios turísticos,es decir con la capacidad de acogida máxima de lasinfraestructuras de servicios, y por otro con la capa-cidad del espacio para absorber visitantes en rela-ción a su fragilidad física o medioambiental. Esta di-mensión v iene determinada en el caso de laAlhambra por una par te por la extensión y el nivelde adecuación de los espacios visitables "alternati-vos" orientados a la acogida del visitante y a la ate-nuación de los tiempos de espera para visitar los Pa-lacios Nazaríes y , por otra par te, por las exigenciasde conservación de los espacios más frágiles.

La capacidad de acogida social o perceptual está de-terminada por el nivel de tolerancia de la poblaciónresidente frente a los visitantes (no es el caso de unespacio como del de la Alhambra) y por la propiaexperiencia de los visitantes. Es decir, desde estepunto de vista, la capacidad de acogida de un terri-torio es el número máximo de visitantes que éstepuede recibir sin que decline irreversiblemente lacalidad de la experiencia del visitante medida a par-

tir de la congestión y saturación (fuentes del dete-rioro de la experiencia turística). Este enfoque plan-tea problemas operativos ya que la medición de lacapacidad de acogida en función de la experienciaturística depende de la actitud de los visitantes, pa-rámetro en suma variable que puede verse modifi-cado a partir de simples mejoras en la gestión de losflujos turísticos, por las expectativas generadas encampañas de promoción, por la información recibidasobre las condiciones de la visita y también por elgrado de conocimiento acerca del monumento. Enconjunto, variar los umbrales de capacidad de acogi-da social de un espacio resulta más fácil que modifi-car los límites que vienen determinados por las ca-racterísticas físicas del propio espacio.

Por último la dimensión económica de la capacidadde acogida está relacionada con el límite más allá delcual la función turística perturba otras actividades lo-cales. En monumentos sin otras funciones que las liga-das con la cultura, ya sea en su dimensión investiga-dora o de difusión, es dif íc i l contemplar estadimensión, pues la visita pública se configura en símisma como una forma de hacer accesible el monu-mento a los ciudadanos, en última instancia, una ma-nera de difundir sus valores, y por tanto función bási-ca en la gestión del patrimonio histórico-cultural.

Desde el punto de vista metodológico el conceptode capacidad de acogida tiene dos componentesfundamentales: un componente descr iptivo y uncomponente evaluativo. El primero describe el siste-ma turístico (la realización de la visita): niveles deuso, número de personas que visitan cada elemento,ritmos temporales, lógicas de desplazamiento y dis-tr ibución en el espacio y en el tiempo. Son datosque hablan de las características objetivas de los sis-temas de recreo y especifican las diferentes situacio-nes producidas por diferentes alternativas de la ad-ministración (decisiones de la política de gestión delos flujos de visitantes). El componente evaluativo,por el contrario, da cuenta de cómo debería funcio-nar el sistema a partir de la evaluación de los impac-tos que produce las condiciones actuales de la visita.Esta evaluación implica un juicio de valor que pon-dera los grados de "indeseabilidad" de los impactosnegativos y de "aceptabilidad" de las consecuenciasde la masificación de la visita pública.

En resumen, la capacidad de acogida está estrecha-mente ligada con las densidades de uso del espacioe implica restricciones de utilización o explotaciónde los recursos basadas en unos límites que vienendeterminados ya sea por las características físicas delpropio espacio, ya sea por las exigencias de mante-ner la calidad en la experiencia del visitante. Opera-tivamente son, por tanto, varios los factores que de-ben considerarse para determinar el límite o umbralmáximo de "explotación turística":

• Factores medioambientales o físicos relacionadoscon la dimensión del conjunto y el espacio utiliza-ble, así como la fragilidad y exigencias de conser-vación de los recursos patrimoniales.

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• Factores sociales relacionados con las pautas decomportamiento de los visitantes, su opinión y lanaturaleza de su experiencia estética.

• Los procedimientos de gestión que tienen que vercon el diseño de itinerarios que canalicen y distri-buyan el uso del espacio, la facilitación de serviciosde información e interpretación, el incremento dela resistencia de los recursos utilizados y la ade-cuación de espacios e instalaciones "alternativos" yde servicio al visitante.

Desde este punto de vista, la capacidad de carga deun conjunto monumental como la Alhambra y elGeneralife viene determinada fundamentalmentepor dos aspectos clave: las exigencias de la conser-vación del conjunto monumental y la calidad de laexperiencia estética y el confor t del visitante, rela-cionada con factores como la ausencia de ruido, laausencia de congestión visual, la atenuación de lostiempos de espera y la correcta interpretación delmonumento, entre otros.

En todo caso es preciso tener siempre en cuentaque la capacidad de carga o acogida de un espaciorespecto a su utilización turística no es un fin en simismo, sino un medio para conocer el recur so,orientar las decisiones que se han de tomar en lagestión diaria y mejorar, por tanto, las condicionesde la experiencia del visitante.

3. En busca de una metodología para elestudio de la capacidad de acogida turística dela Alhambra.

En la Alhambra, como conjunto monumental sujeto auna creciente presión turística, el concepto de capaci-dad de acogida se configura como el parámetro bási-co de cara a la regulación de la gestión de los flujosde visitantes. A este respecto, además, la Alhambra senos presenta como un laboratorio excepcional dondela experiencia acumulada en la gestión de un gran nú-mero de visitantes (se trata de uno de los conjuntosmás visitados de España) puede servir de modelo,tanto en sus aspectos positivos como negativos, paraotros espacios patrimoniales que han de hacer frenteigualmente a una afluencia masiva de visitantes –gene-ralmente concentrada en el tiempo–.

No obstante, tanto la ausencia de estudios similaresen monumentos de características parecidas, como lassingularidades del conjunto de la Alhambra y el Gene-ralife ponen de manifiesto la necesidad de desarrollary aplicar una metodología ad hoc válida para el análisisy evaluación de su capacidad de acogida turística. Estametodología, que se apoya en toda la batería de pre-supuestos teóricos ya mencionados, se adapta, sin em-bargo, a una serie de peculiaridades que vienen deter-minadas por las características especiales del conjunto.

En primer lugar la Alhambra es un espacio de fun-cionamiento complejo, una entidad urbana diferen-

ciada respecto de la ciudad de Granada que presen-ta múltiples peculiaridades en relación con la organi-zación de la visita pública:

• No es un espacio de características homogéneas:hay espacios abier tos y espacios cerrados; tam-bién hay zonas en de acceso restringido en las quesólo se puede circular si se tiene entrada y zonasde libre circulación de ciudadanos (espacios urba-nos públicos).

• Es un espacio en el que no se controlan algunosde los parámetros claves que sirven para regularel movimiento de los visitantes en su inter ior :agentes exteriores de comercialización (guías yagencias) que controlan la llegada de visitantes engrupo, las condiciones del acceso al conjunto, quees libre si se accede al interior del recinto amura-llado por las puertas de la Justicia o de los Carrosy otros factores exógenos como pueden ser lascondiciones climáticas.

Por otra parte, en el análisis de los flujos de visitantesy la capacidad interna del conjunto de la Alhambra in-teractúan dos grupos de factores que es preciso to-mar en consideración: por una parte las característi-cas del propio espacio y por otra los vis itantes(ritmos de afluencia y uso interno del espacio).

Dadas las características propias del monumento esnecesario realizar el análisis de su capacidad de acogi-da turística a dos escalas: a escala general para cono-cer y evaluar el funcionamiento global del conjunto ya escala de los Palacios Nazaríes, en relación al uso yfuncionamiento de los espacios más frágiles, deman-dados y, en consecuencia, conflictivos; punto clave,además, del sistema de gestión de la visita pública.

Teniendo en cuenta el segundo factor, los visitantes,se hace necesario que el análisis de los flujos de visi-tantes que recibe el monumento tenga en cuentacomo par tida dos situaciones hipotéticas: el funcio-namiento en días de saturación y el funcionamientodel sistema en temporada baja. Dada la existenciade límites de acceso a los Palacios Nazaríes, la Al-hambra constituye un espacio con un modelo de"funcionamiento restringido" que se opone a los es-pacios de "funcionamiento libre" donde no existenrestricciones a la afluencia y movimiento de los visi-tantes, caso de un espacio urbano cualquiera o delas ciudades en conjunto como destinos turísticos.Es decir, la organización de la visita al conjunto mo-numental no está determinada por la demanda po-tencial sino por los límites en la oferta de plazas quese impone desde el propio monumento. Es por elloque en el análisis de su funcionamiento turístico ca-be diferenciar dos situaciones tipo:

• Momentos de "funcionamiento saturado", díascompletos o determinados pases horarios para losque se agotan las entradas y está el aforo cubier-to. Entonces el funcionamiento de todo el conjun-to deriva del tope impuesto para visitar los pala-c ios . Este hecho condic iona la v is i ta en su

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componente espacio-temporal. Dado que existeuna hora concreta de entrada en los palacios, sefavorece que los visitantes tengan que permanecerbastante tiempo dentro del recinto, mucho másdel que tienen planeado en principio, y tiendan avisitar todos los elementos del conjunto e inclusoa repetir la visita.

• Momentos de "funcionamiento libre", aquellos díaso pases horarios en los que no se agotan las en-tradas y los visitantes no están tan condicionadospor la hora de la visita de los Palacios. Son mo-mentos en los que la demanda de entradas es in-ferior a las restricciones que impone la regulaciónde los flujos de la visita.

El siguiente aspecto que es preciso tomar en conside-ración es el modelo vigente de gestión de los flujosde visitantes, un modelo basado en la limitación ycontrol del número de visitantes que acceden a losPalacios Nazaríes. El número máximo permitido depersonas que puede acceder a los Palacios cada me-dia hora es el que determina los aforos máximos deafluencia para todo el conjunto de la Alhambra y esteaforo se utiliza por lo tanto en el análisis con dos ob-jetivos: en primer lugar, como punto de referencia pa-ra evaluar el grado de ocupación del monumento conrespecto a ese tope máximo y, en segundo lugar, co-mo objeto de revisión y evaluación a la luz del análisisde la situación de los Palacios Nazaríes.

Por otra par te, la gestión diaria de los cupos de ca-da tipo de entrada vendidas para cada pase horariose configura también como factor clave de la capaci-dad de acogida del monumento. Así pues, la gestiónde los flujos de visitantes en el interior del recintoen función de las horas a las que se les asignan laentrada a los Palacios Nazaríes determina sobrema-nera los ritmos generales de utilización del espacio.

A nivel operativo, el análisis de los flujos de visitan-tes y la capacidad de acogida de la Alhambra y elGeneralife recoge todas estas premisas y las incardi-na dentro de un esquema metodológico que, des-

cendiendo de los aspectos más generales a los nive-les de detalle más específicos aborda el estudio de lacapacidad de acogida en dos grandes bloques. En elprimer bloque se estudian los aspectos relacionadoscon el funcionamiento de la visita turística a nivel ge-neral (todo el conjunto monumental) y en el segun-do se analizan los aspectos relacionados con losproblemas que plantea el uso turístico en los Pala-cios Nazaríes, punto clave del sistema de gestión dela visita pública.

El primer gran bloque, el análisis de los flujos de visi-tantes y el funcionamiento de la visita a nivel de todoel conjunto, se divide a su vez en dos grandes sub-bloques: uno primero en el que se estudia la afluen-cia de visitantes al conjunto y otro, posterior, en elque se tratan los temas relacionados con la movili-dad y el uso del interior del conjunto. El estudio dela afluencia de visitantes tiene por objetivo identifi-car las dos situaciones de funcionamiento diferencia-do del conjunto: situaciones de "saturación" con mo-vilidad condicionada y situaciones de "no saturación"o libre circulación. Las primeras (días y pases de afo-ro completo en relación al número máximo posibleestablecido de visitantes) son las que generan laimagen conflictiva de la Alhambra.

En relación con este objetivo se plantean dos nivelesde análisis: un análisis de la afluencia en sí misma yotro en el que se analiza la afluencia de visitantesrespecto al aforo establecido. En el primero se estu-dia el r itmo temporal de la demanda anual con elobjetivo de conocer la evolución de la afluenciaanual de visitantes y detectar las tendencias quemarcan su distribución temporal (picos máximos ymínimos), así como extraer información sobre elcomportamiento de las dos tipologías básicas de vi-sitantes: visitantes individuales y visitantes en grupo.Por otra par te, el análisis de la afluencia respecto alaforo establecido permite conocer el grado de ocu-pación del monumento en general y en qué medidalas restricciones afectan y determinan la distribucióntemporal de la afluencia a lo largo del año.

El análisis de la movilidad y el uso del interior delconjunto se realiza a partir de los resultados del pa-so anterior. Tras la identificación de las situacioneshipotéticamente problemáticas, situaciones de "satu-ración", se analiza para estas situaciones tipo el fun-cionamiento del conjunto partiendo de una caracte-r ización previa del espacio objeto de estudio (suestructura, accesos, señalización) como elementocondicionante de la movilidad turística. El objetivo esextraer datos sobre el uso de elementos diferencia-dos del conjunto (Alcazaba, Palacios, Generalife), elacceso al recinto y la movilidad interior (orden de lavisita y tiempos de permanencia en el interior delconjunto).

El segundo gran bloque del trabajo, el análisis delfuncionamiento de la visita en los Palacios Nazaríes,aborda el estudio de la situación actual de los distin-tos espacios que componen este conjunto. Su obje-tivo es evaluar la presión a la que están sometidos

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los Palacios Nazaríes con el sistema de cupos vigen-te y el funcionamiento real de la visita pública. A ni-vel de detalle se caracterizan dos aspectos: en pri-mer lugar, la movi l idad y e l uso inter ior de lospalacios a par tir de su configuración espacial comoelemento condicionante de la misma, y, en segundolugar, el grado de saturación del espacio a par tir dela distribución temporal de la afluencia y su ritmo deentrada en los Palacios. Se caracteriza así el uso quelos visitantes hacen de estas dependencias (movili-dad y ritmos de marcha) y se contabilizan los saldosde personas que dan idea de la ocupación del espa-cio en cada momento respecto a una situación defuncionamiento saturado (cálculo del espacio dispo-nible por persona).

Posteriormente se establecen, a través de la obser-vación directa del comportamiento de los visitantes,unos umbrales de saturación que sir ven para eva-luar el funcionamiento de cada una de las estanciasen relación con la presión que pueden ejercer losvisitantes individuales y los visitantes en grupo. Elobjetivo final es encontrar criterios que permitanestablecer un umbral óptimo de utilización del espa-cio, número total de visitantes que deben entrardiariamente en la Alhambra, capaz de asegurar lacalidad de la experiencia estética de la visita y laconservación del monumento a par tir de criteriosmuseográficos, de percepción visual y de proteccióndel patrimonio.

4. La capacidad de acogida turística general delconjunto monumental de la Alhambra yGeneralife

A nivel general, la capacidad de acogida del conjun-to monumental de la Alhambra y el Generalife vie-ne determinada, como se ha señalado anteriormen-

te, por los dos elementos que en interacción condi-cionan el funcionamiento del conjunto en relacióncon la visita pública: las características del espacio ylos flujos de visitantes. La características de los flujosde visitantes (tipología, volumen total, distribucióntemporal, modo de acceso) condicionan sobrema-nera el funcionamiento diario del conjunto. Así porejemplo, el número global de visitantes determina eldesfase temporal que pueda haber entre la hora deentrada al recinto monumental y la hora asignadapara visitar los Palacios. En días de máxima afluenciaese desfase temporal es mayor "obligando" a granparte de los visitantes, fundamentalmente individua-les, a permanecer en el recinto mucho más tiempodel que inicialmente tenían pensado y, haciendo au-mentar, por tanto, la presión "turística" sobre el con-junto monumental.

4.1. Las características de la afluencia de visitantes:el ritmo temporal de la demanda anual.

El conjunto de la Alhambra y el Generalife recibeanualmente algo más de dos millones de visitantescon una tendencia actual de crecimiento medioanual de un 6%. En 1999 fueron 2.207.658 los visi-tantes que accedieron al conjunto, lo que supuso uncrecimiento con respecto al año anterior de casi un7%. La serie estadística completa que recoge el nú-mero de visitas de la Alhambra desde 1988 muestracómo en estos últimos 12 años, el número de visi-tantes se ha incrementado en algo más de mediomillón de personas (528.789), en total un 31% conrelac ión a l número de v is i tantes de 1988(1.678.869). Sin embargo, dado que se observa unainflexión muy fuerte en 1993, año en que se registróel menor número de visitantes de todo el periodo(1.580.062), el crecimiento desde esa fecha hasta1999 ha sido mucho más acusado, un 40%, en total627.596 personas.

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Gráfico 1. Evolución del número de vistitantes de la Alhambra

Fuente: Patronato de la Alhambra y Generalife. Elaboración propia.

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La distribución mensual de esta afluencia divide elaño en dos temporadas claramente diferenciadas:una temporada baja y una temporada alta. La tem-porada baja comprende los meses de noviembre, di-ciembre, enero y febrero y aglutina al 20% de laafluencia anual. La temporada alta se divide su vezen dos periodos: meses de máxima afluencia (dospicos que comprenden los meses de abril-mayo yagosto-septiembre) con el 44% de la afluencia globaly meses de afluencia media (marzo, junio, julio y oc-tubre) que en total representan el 36% de la afluen-cia anual.

Desde 1993 los meses que más han crecido en nú-mero de visitantes (términos absolutos) han sidomarzo y octubre, seguidos de junio, julio y septiem-bre. Sin embargo en términos relativos los mesesque han experimentado un crecimiento más espec-tacular han sido marzo, noviembre, febrero y octu-bre por ese orden. Se observa así una marcada ten-dencia expansiva del número de visitantes durantelos meses de afluencia media de la temporada alta(sobre todo marzo y octubre) que se expande in-cluso hacia los meses colindantes (febrero y no-viembre) tendiendo así a recor tar la duración de latemporada baja. En resumen, crecen pues los mesesde primavera y otoño y, secundariamente los de ve-rano (junio-julio), ya de por sí con bastante afluen-cia, excepto agosto que se estabiliza debido a quetradicionalmente ha sido el mes con mayor númerode visitantes y el que más cubier to tenía su aforomensual.

En cuanto a la tipología de visitantes cabe señalarque de los cerca de dos millones de visitantes querecibe la Alhambra anualmente, hoy en día cerca del40% son personas que realizan la visita al conjuntoen grupo organizado y guiados por un profesional yel 60% restante son visitantes individuales. En 1998,los visitantes en grupo supusieron un 38% del total

(783.373) y los individuales un 62% (1.284.552).Aunque, como se puede apreciar los visitantes indi-viduales son numéricamente más impor tantes, losgrupos han crecido de forma espectacular durantelos últimos años pasando de suponer el 12% del vo-lumen total de visitantes en 1993 y en 1994 a repre-sentar el 38% en 1998. Mientras los visitantes indivi-duales han crecido a un ritmo medio anual del 2,5%desde 1993, en total un 10% con respecto a eseaño (habiendo disminuido un 16% en 1998 con res-pecto a 1997), los grupos en cambio, lo han hecho aun r itmo medio del 35% anual, en total un 319%respecto a la cifra inicial de 1993.

Dentro de los visitantes en grupo hay que tener encuenta además que las visitas de grupos de turismocolectivo crecen de forma más acusada que las visi-tas culturales o de grupos escolares. En 1997 (añocon un 23% de visitantes en grupo respecto al total)hubo un 18% de visitantes de grupos de agencia(350.947) y sólo un 5% de v is i tas cultura les(98.999). Los primeros habían crecido respecto a alaño anterior un 32% y los segundos sólo un 5%.

Los visitantes en grupo se aglutinan en los meses deabril, mayo, junio, septiembre y octubre; meses enlos que en 1998 el porcentaje de este tipo de visi-tantes superó el 40% de la media anual llegándose aalcanzar un 54% en mayo. Los escolares se concen-tran sobre todo de marzo a junio. Las visitas en gru-po han crecido espectacularmente en marzo, abril,agosto, septiembre y octubre, con lo cual se puedehablar de dos picos máximos de afluencia de grupos(abril-mayo y septiembre-octubre) y de una tempo-rada media representada por marzo, junio y agosto.Se observa además cómo los meses que a lo largode los últimos años tenían una mayor afluencia devisitantes individuales (abril, agosto y septiembre)han visto disminuir su número de total al aumentarel turismo de grupo durante esos meses.

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Gráfico 2. Distribución mensual de la afluencia de visitantes de la Alhambra

Fuente: Patronato de la Alhambra y Generalife. Elaboración propia.

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La concentración de los visitas de grupo es aún másevidente si se toman en cuenta los datos de afluen-cia diarios ya que por ejemplo, en 1998, el 76% delos visitantes en grupo (596.457 personas) se con-centró en 181 días (la mitad del tiempo que perma-neció abier to el conjunto al público) y el 46% en 90días. En general, crecen pues las visitas de grupo quetienden a desplazar a los visitantes individuales enmeses como agosto, abril y septiembre que tradicio-nalmente habían sido meses de predominio de visi-tantes individuales. Este es un dato muy significativoya que no es sólo indicativo del predominio de unadeterminada tipología de visitantes, sino también dela repercusión que esos visitantes tienen sobre elresto de la ciudad (por la especial forma de organi-zación de los viajes organizados) y de la presión tu-rística sobre el monumento (son los grupos los quegeneran los mayores problemas de congestión enlos espacios más reducidos del conjunto).

4.2. La afluencia de visitantes y la capacidad deacogida establecida del monumento.

Como se ha señalado, el conjunto de la Alhambra yel Generalife recibe cada año alrededor de dos mi-llones de visitantes y, aunque esta cifra no sobrepasala capacidad de acogida máxima anual establecidadel conjunto (2.900.000 visitantes aproximadamen-te), el aumento de la presión turística (concentradatemporal y espacialmente) empieza a plantear pro-blemas puntuales de "saturación".

Según el modelo actual de gestión de la afluencia devisitante, la capacidad de acogida máxima del con-junto de la Alhambra y Generalife viene determina-da por la capacidad de acogida del espacio más frágily demandado por los visitantes: los Palacios Nazarí-es, objetivo prioritario de contemplación de todoaquel que se acerca a visitar el conjunto. La capaci-dad máxima de acogida de los Palacios se estipuló aprincipios de los años noventa en 444 –número má-ximo de personas que puede haber a la vez en suinterior–. Por esta razón se fijó en 400 el número depersonas que podían acceder cada media hora a es-ta zona del conjunto (350 a partir de septiembre de1999).

El análisis de la afluencia anual de visitantes del con-junto respecto a su capacidad de acogida muestradistintos problemas en función de dos factores: laescala espacial sobre la que se focalice la atención–el conjunto en general o el espacio más frágil, losPalacios Nazaríes– y el nivel de desagregación tem-poral de los datos. Así para el conjunto en general,el volumen anual de visitantes respecto al aforo es-tablecido muestra, conforme aumenta el nivel dedesagregación temporal del análisis (año, meses, dí-as, pases horarios), unos niveles de ocupación másaltos de lo que en un primer momento se despren-den de las cifras de afluencia medias globales.

El nivel anual de ocupación del conjunto de la Alham-bra y Generalife respecto a su capacidad máxima de

acogida de visitantes ronda el 753%. En 1998 visita-ron la Alhambra 2.088.251 personas y la capacidaddel aforo anual era de unos 2.900.000 visitantes. A ni-vel mensual, sin embargo el nivel de ocupación varíanotablemente superando marzo, abril, mayo, agosto,septiembre y octubre el 80%. Estos niveles son aúnmás altos si no tomamos en cuenta los datos referen-tes a la visita nocturna (ya que cuenta con niveles deocupación muy bajos, en torno al 23%). Así pues, en1998 además de superarse el 80% en el nivel de ocu-pación de los pases de la visita diurna respecto al afo-ro mensual, en los meses de abril, mayo y agosto sellegaron a alcanzar niveles próximos al 95%.

Este hecho modifica substancialmente la división quese podía hacer en función de la afluencia mensual. Deesta forma, meses como marzo y octubre, considera-dos en cuanto a su número total de visitantes mesesde temporada alta, pero de afluencia media, presen-tan niveles de ocupación que superan el 80% con locual las "condiciones reales" de la visita diurna se ase-mejan a las de los meses de afluencia masiva. Asípues, desde el punto de vista del nivel de ocupaciónrespecto al aforo establecido se puede hablar de unatemporada baja que queda reducida a los meses deenero y diciembre y una temporada alta que se ex-tiende a lo largo del resto del año. Ésta última conseis meses de altísimos niveles de ocupación del aforo(casi todos ellos por encima del 90%) que son marzo,abril, mayo, agosto, septiembre y octubre, y por otracuatro meses de ocupación media (del 50 al 90% delaforo) que son febrero, junio, julio y noviembre.

Con mayor nivel de detalle, el análisis de la afluenciarespecto al aforo establecido a nivel diario muestracómo los momentos de saturación del espacio sonpuntuales aunque numerosos y, sobre todo, no serepar ten de forma homogénea. En 1998 los días enque el nivel de ocupación del aforo 90% representa-ron alrededor del 30% de los días visitables del mo-numento, repar tidos mensualmente entre marzo,abril, mayor, agosto y septiembre.

No obstante, el nivel de ocupación medio es aúnmás alto si tomamos en cuenta los pases horarios.En 1998 hubo 3.480 pases de los 6.784 pases tota-les que superaron el umbral del 95% de ocupación,lo que muestra que el conjunto de la Alhambra yGeneralife funcionó el 51% del tiempo que perma-neció abier to al público con su aforo prácticamentecompleto. Del resto del tiempo de apertura pública,durante el 40%, los niveles de ocupación superaronel 60% con una media cercana al 80-85%. Queda,pues, así demostrado que aunque las cifras relativasa la afluencia global y a la capacidad de acogida totaldel conjunto muestran que éste está aún lejos de lasaturación (73-75% de su capacidad), en la prácticase constata que exceptuando los pases de la visitanocturna, los últimos pases del día y los dos mesesde temporada baja, el conjunto presentaba ya en1998 unos niveles medios de ocupación muy altos,aspectos que determinan sobremanera las políticasfuturas de gestión de venta de entradas, promocióny comercialización del monumento.

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4.3. Movilidad y uso interior del conjunto de laAlhambra.

Junto con las características de la afluencia, la confi-guración del conjunto de la Alhambra y Generalifecomo espacio visitable es el otro aspecto clave quedetermina su funcionamiento respecto a la visita pú-blica y, por ende, su capacidad de acogida turística.La Alhambra y el Generalife se ar ticulan como unconjunto de piezas que se imbrican espacialmentede manera compleja lo que posibilita que los visitan-tes se muevan hasta cierto punto libremente dentrodel recinto y utilicen el espacio, desde el punto devista turístico, de forma variada.

Dentro del recinto amurallado de lo que fue antiguaciudad musulmana existen, además de la Alcazaba ylos Palacios Nazaríes, jardines, restos arqueológicos,varios hoteles, edificios administrativos, una iglesia,comercios, residencias par ticulares, tres museos yotros espacios expositivos (englobados dentro delPalacio de Carlos V). Todo este conjunto, que se ar-ticula a par tir de dos ejes de dirección Este-Oeste(las antiguas calles Real Baja y Real Alta), se organizade cara a la visita pública en dos zonas: una primerade libre circulación y otra de circulación restringidaque sólo es accesible con billete de entrada a travésde var ios controles. En ésta última están los tresgrandes espacios visitables: la Alcazaba y los PalaciosNazaríes (dentro del recinto amurallado de la Al-hambra) y los jardines y palacios del Generalife (enla finca colindante del mismo nombre). Todos ellospueden ser visitados en el orden que se desee, exis-tiendo sólo un límite horario para la visita de los Pa-lacios.

Básicamente los itinerarios posibles de la visita sontres. Todos ellos son complementarios entre sí y

corren l inealmente paralelos en dirección Este-Oeste. El primero es un itinerario de bajada quediscurre (en sentido de Este a Oeste) por el flancosur del recinto paralelo a la muralla por su exterior.El segundo es de subida y bajada (dirección Este-Oeste y sentido indistinto) que va desde el pabe-llón de entrada por el Paseo de los Cipreses, el Se-cano y la Calle Real hasta la Puer ta del Vino y laexplanada del Palacio de Carlos V y viceversa. Y eltercero discurre por el flanco norte de la Alhambradesde los Palacios Nazaríes hasta el Puente Nuevopor los Jardines del Par tal y el Paseo de las Torres.Toda una zona, cuyo r itmo de circulación vienemarcado por las restricciones de entrada a los Pala-cios, única vía a través de la que se puede accedera este espacio.

Cuantitativamente se trata de un recorrido de 3.750metros, en el cual el sentido general de la visita(marcado por la señalización) canaliza los flujos devisitantes de forma lineal por "pasillos de espacios vi-sitables" desde los que se contempla el resto del es-pacio "no visitable" o "no apto para ser recorrido".Estas restricciones a la movilidad, necesarias desdeel punto de vista de la conservación del monumen-to y la seguridad de los propios visitantes tienen, sinembargo efectos negativos. El primero de ellos tieneque ver con la imagen del monumento percibidapor los visitantes, pues hay un gran número de per-sonas que se van con la impresión de que se ve muypoco o de que hay muchas cosas que no se puedenver (las pequeñas barreras que canalizan los itinera-rios crean una sensación negativa de eterno "prohi-bido el paso"). El segundo efecto está relacionadocon la presión turística; al utilizarse para la visita sólouna proporción pequeña del espacio (en relación ala superficie total disponible) se concentra la presiónsobre zonas muy concretas, auténticos polos deacumulación de visitantes.

Todos estos elementos inciden en el uso que los tu-ristas realizan del interior del conjunto. En épocasde afluencia masiva de visitantes la visita pública sue-le ser, en la mayoría de los casos y para los visitantesindividuales, una visita larga y desarticulada. En líneasgenerales, excepto los Palacios Nazaríes, el Par tal yel Palacio de Carlos V, que son visitados de formacasi constante por más del 80% de los visitantes delconjunto, el resto de las zonas visitables registranuna menor afluencia en épocas de aforo completoen que predominan los visitantes en grupo ya queéstos no visitan mas que unos pocos elementos (Pa-lacios Nazaríes, Palacio de Carlos V y Generalife). LaAlcazaba en época de aforo completo con predomi-nio de visitantes en grupo sólo es visitada por el50% de los visitantes diar ios de la Alhambra, encambio en época de aforo completo con porcenta-jes más bajos de visitantes en grupo recibe al 75%de los visitantes diarios. Lo mismo ocurre con losJardines y Palacios del Generalife que pasan del 70 y66% de afluencia respectivamente en épocas de mu-chos grupos al 80 y 70% cuando el número de visi-tantes en grupo es menor y predominan los visitan-tes individuales.

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No obstante, en principio, en épocas de aforo com-pleto se tiende a visitar casi todos los elementosdel conjunto. Este hecho deriva no tanto de la im-por tancia que tienen los elementos en sí mismos,sino del tiempo que los visitantes tienen que per-manecer en el interior del recinto en función de lahora asignada para ver los Palacios Nazaríes. Asípues, el funcionamiento general del conjunto estádeterminado por el hecho de que hay un espaciocon una hora de entrada determinada. La visita gra-vita así en función de la visita a los Palacios Nazarí-es. El resto de los espacios visitables funcionan co-mo espacios complementarios y alternativos cuyafunción en los per iodos de máxima afluencia esprocurar un espacio en el que "hacer tiempo" hastaque llegue la hora de entrada en los Palacios. Si nohay problemas para entrar en los Palacios esos es-pacios "complementarios" no se visitan o son obje-to de una visita corta y poco motivada y se configu-ran en la mayor par te de los casos como espaciosde paso.

El tiempo medio de permanencia en el interior delconjunto es de aproximadamente tres horas y me-dia y ese tiempo suele cabalgar entre la mañana y latarde con lo cual la mayor aglomeración de visitan-tes se produce en las horas centrales del día (de12:00 a 15:00 horas). Los grupos tardan menostiempo en realizar la visita, entre 2h 48 m y 2 h 55m y los individuales entre 2 y 5 horas en función deldesfase que haya entre la hora de entrada al conjun-to y la asignada para ver los Palacios. Los visitantesindividuales permanecen más tiempo en la Alham-bra ya que los grupos, que suponen entre el 20 y40% en épocas de máxima afluencia de visitantesajustan sus llegadas a la hora que tienen asignada pa-ra ver los Palacios.

Los grupos, que representan entre un 20 y un 40%del total de visitantes diarios, llegan al aparcamientoy de ahí bordeando la muralla por su flanco sur ac-ceden al recinto amurallado de la Alhambra por lasPuerta de la Justicia o de los Carros. Realizan la visi-ta a los Palacios Nazaríes y al Palacio de Carlos V ysuben de nuevo hacia el Puente Nuevo por los Jar-dines del Par tal o por el Secano. Realizan despuésuna visita somera por el Generalife , de ellos sólouna tercera par te llega hasta los Palacios del Gene-ralife para salir después por la puer ta del pabellónde entrada (Plaza de la Alhambra).

Por el contrario la movilidad de los visitantes indivi-duales responde a unas pautas menos homogéneasy cabe, pues, la posibilidad de establecer varios itine-rarios tipo. En principio hay un 9% de visitantes indi-viduales que acceden al recinto por las puertas de laJusticia o de los Carros (bien porque compraban laentrada en Granada o porque habiéndola adquiridopor la mañana han visitado el conjunto por la tarde).Estos visitantes visitan primero el Palacio de CarlosV, después los Palacios Nazaríes, la Alcazaba y porúltimo el Generalife.

El resto de los visitantes individuales (entre el 60 yel 70% del total) entran por la parte alta (Plaza de laAlhambra) y realizan básicamente dos recorridos ti-po en función del desfase horario entre las horas deentrada al recinto y a los Palacios. Aquellos cuyodesfase es menor de una hora lo primero que visi-tan son los Palacios Nazaríes, seguidamente el Pala-cio de Carlos V y la Alcazaba y por último el Gene-ralife. Los que en cambio tienen un desfase horariosuperior a una hora empiezan su visita por el Gene-ralife para pasar después a ver la Alcazaba el Palaciode Carlos V y los Palacios Nazaríes por último.

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Gráfico 3. La afluencia de visitantes a los distintos elementos del conjunto. Día tipo de aforo completo

Fuente: Recuento de visitantes. Elaboración propia. Estudio Previo para la Revisión del Plan Especial de la Alhambra y los Alijares.

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El uso del conjunto monumental varía, pues, en fun-ción del número de visitantes y de su tipología (pro-porción de visitantes individuales y visitantes de gru-po), pero también presenta variaciones horarias a lolargo del día. El volumen de visitantes acumulado enel interior del recinto monumental alcanza sus cotasmás altas hacia el medio día de, 13:00 a 15:00 horas,hora en la que ya se han agotado las entradas paraese día y por tanto han podido entrar la mayoría delos visitantes individuales. Así se puede estimar quelos días de máxima afluencia de visitantes, en las ho-ras centrales del día (de las 11:00 de la mañana a las16:00 horas) puede haber en el interior del recintomás de 4.000 personas y si a esa cifra se le resta losvisitantes que están en cada uno de los elementosvisitables, el volumen de personas que deambulapor el Secano, los Jardines del Partal o por el Palaciode Carlos V y sus inmediaciones puede superar lacifra de 2.000 visitantes.

Esta cifra tan alta viene determinada por el efectode acumulación que supone la restricción de entra-da en los Palacios Nazaríes. De hecho, un recorridode 3.5 Km. que a par tir de los tiempos medios quedura la visita a cada uno de los elementos (20 minu-tos para la Alcazaba, 30 minutos para el Generalife y50 minutos para los Palacios) podría realizarse sinningún condicionante o interposición en 2 h. 30 m.,se realiza como media en 3 h. y 30 m. Por tanto,tanto el tiempo medio de permanencia en el con-junto como los saldos medios de visitantes que pue-den llegar a acumularse en su interior son datos es-pecialmente indicativos de la presión a la que se vensometidos no sólo elementos como la Alcazaba olos Palacios Nazaríes, sino también las zonas de librepaso del Secano, los Jardines del Generalife y la ex-planada del Palacios de Carlos V, que funcionan co-mo puntos de acumulación de visitantes.

5. La capacidad de acogida turística de losPalacios Nazaríes

Es a nivel de los Palacios Nazaríes donde los pro-blemas relacionado con la capacidad de acogida delmonumento se muestran de forma más virulenta.En un espacio tan reducido y multifragmentado lasaturación tiene efectos muchos más graves y yano sólo sobre la conser vación del propio monu-mento, sino también sobre la calidad de la expe-riencia turística.

De acuerdo con el modelo de gestión de la visitapública de la Alhambra y el Generalife, el númeromáximo de visitantes que puede recibir diariamenteel conjunto, viene determinado por el aforo máximoestablecido para los Palacios Nazaríes. En función deeste aforo, que según la normativa vigente era hasta1999 de 444, (número máximo de personas que te-óricamente podían permanecer a la vez en su inte-rior), se realiza la distribución temporal de las entra-das de visitantes a los Palacios, hasta 1999, 400 cadamedia hora.

Para que se respetaran estos aforos era necesarioque la visita a los Palacios Nazaríes durase sólo 30minutos como media. De esta forma, sabiendo queentraban 400 personas por cada pase horario, esdecir cada media hora (factor fijo) y suponiendoque: primero, los visitantes accedían al recinto deforma homogénea y repartida a lo largo de esa me-dia hora y, segundo, su visita sólo duraba 30 minutos(factores ambos aleatorios), entonces el númeromáximo de personas que habría a la vez en el inte-rior de los palacios sería siempre más o menos fijo ynunca excedería de 400 personas.

Sin embargo, la duración real de la visita a los Palacioses superior a los 30 minutos. Como resultado, la dis-tribución de los flujos de visitantes resultante altera losparámetros óptimos sobre la presión máxima a que sepuede someter este espacio. En el día a día, en los Pa-lacios Nazaríes entraban 400 visitantes cada media ho-ra. Estos visitantes, de acuerdo con los recuentos devisitantes efectuados los días 7 de agosto de 1998 y 7de mayo de 1999, realizaban su visita bajo situacionesde aforo completo en un tiempo medio que oscilabaentre los 45 minutos (para los visitantes individuales) ylos 58 minutos (para los grupos). Por lo tanto, bajo es-tas condiciones no se producía un reemplazo cíclicode visitantes cada media hora, sino un efecto de acu-mulación (aproximadamente del 35-40% de la afluen-cia de cada pase). Como consecuencia, la presión realsobre el espacio de los palacios, lejos de aproximarseal valor máximo fijado, 444 personas simultáneamen-te, alcanzaba valores cercanos a las 600 personas co-mo media a lo largo del día.

En principio, las deficiencias en el funcionamientodel sistema de aforos establecido hasta 1999 han es-tado tan ligadas al alargamiento de la duración me-dia de la visita de los Palacios como al ritmo de en-tr ada de v is i tantes a los mismos. En efecto, ladistribución de la entrada de visitantes en los Pala-cios por pase horario muestra cómo el ritmo de laafluencia no era tan homogéneo como cabría espe-rar a par tir de la distribución teórica que deriva dela venta de entradas (400 personas/media hora).

Como consecuencia de todos estos factores (aumen-to del tiempo de duración de la visita y ritmo de en-trada "a saltos"), observando los datos extraídos delos conteos de visitantes realizados en días de aforocompleto se aprecia que existía una tendencia muymarcada de acumulación y concentración temporalde los visitantes. Hubo picos horarios en los que sellegaron a acumular cerca de 900 personas en el inte-rior de los Palacios Nazaríes. Durante estos días, elnúmero medio de personas que permanecieron a lavez en el interior del recinto palaciego fue de 586personas (dia 7-8-98) y 522 personas (día 7-5-99).Estas medias en horas punta llegaron a alcanzar las816 personas el primer día señalado (casi el doble delaforo establecido) y 670 personas el segundo día (un70% más de dicho aforo).

Dado que los Palacios cuentan con un total de2.187 m2 útiles para la visita, la disponibilidad media

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de superficie por visitante durante esos días fue de 4m2 por persona, 2,9 m2 en las horas punta. Situaciónde congestión, si se tiene en cuenta que la distanciamínima requerida en marcha normal, según los cri-terios de movilidad peatonal óptima, es de 2 metroscon respecto a la persona precedente, distancia ne-cesaria para preveer sus movimientos y modificar enconsecuencia las condiciones de la marcha (veloci-dad, dirección,...).

Sin embargo la situación de congestión no sólo de-pende de los metros cuadrados disponibles, sino dela configuración espacial del recorrido de la visita.Hay que tener en cuenta que el itinerario de la visitade los Palacios, con un total de 487 m, discurre porun espacio de dimensiones relativamente reducidas,multifragmentado (compuesto de múltiples estanciasde características y volúmenes muy variables) y dedifícil lectura por su estructura enrevesada. Se tratade una serie de espacios de características opuestasque se van alternando de forma sucesiva. Se da poruna par te una alternancia de espacios abier tos (pa-tios) y espacios cerrados (estancias) relacionándoseentre sí a veces por espacios de transición abier tossólo por uno de sus lados (galerías). La luminosidadrefuerza esta polaridad espacial: en los palacios hayuna clara dicotomía entre espacios iluminados queinvitan a la detención y contemplación y espacios os-curos, de paso más rápido. Por otra parte esta alter-nancia se ve reforzada por la función que los espa-cios de los palacios dentro del desarrollo de la visita:de esta forma encontramos espacios pasillo y espa-cios estancia. Los espacios pasillo (lugares más bienestrechos donde los visitantes no se detienen) sólosuponen el 23% de la superficie total útil para la visi-ta (539 m2) mientras los espacios más amplios (ob-jeto de contemplación más detenida, toma de foto-grafías, etc.) representan el 77%. Sin embargo los

primeros representan el 52% del recorrido por elinterior de los Palacios (medido en metros lineales)mientras los segundos representan el 48% restante.Es decir la mitad de la visita discurre por espacios depaso proclives a la aglomeración: pasillos más o me-nos estrechos con escaleras y recovecos.

Existen además dentro de los espacios estancia unaserie de zonas (definidas a partir del comportamien-to y movimiento de los visitantes) en las que se de-tienen y acumulan los visitantes reforzando la sensa-ción de congestión y el efecto de embotellamientoque se produce en los espacios pasillo inmediata-mente anter iores o poster iores. Estas zonas sonpuntos de acumulación (determinados por las carac-terísticas ar tísticas del lugar en concreto o por lasnecesidades del desarrollo de la visita pública, sonlugares en los que suelen explicar los guías), espaciosfocales (los puntos que tienen unas buenas perspec-tivas del resto del espacio y donde se suele concen-trar los visitantes para tomar fotografías o contem-plar distintos ángulos), espacios de perspectiva oproyección exterior (ventanas o miradores que atraenla atención del visitante y la proyectan fuera del edi-ficio) y puntos de explicación de las audioguías (luga-res donde están ubicados los letreros identificadoresdel número correspondiente a la explicación de laaudioguía que utilizan los visitantes individuales).

El hecho de que en una estancia haya más o menospersonas en relación con el tamaño de la misma esuno de los condicionantes más impor tantes de lacalidad de la visita. Condiciona además el uso quedel espacio hacen los visitantes ya que, en funcióndel número de personas que haya en cada momen-to en el interior de los palacios, se mueven a un rit-mo diferente. Este ritmo viene determinado por elhecho de que en su trayectoria se encuentren con

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Gráfico 4. Evolución temporal del número de entradas en los Palacios Nazaríes. 7-8-1998

Fuente: Recuento de visitantes. (Elaboración propia). Estudio Previo para la Revisión del Plan Especial de la Alhambra y los Alijares.

un número mayor o menor de personas y que esaspersonas sean visitantes individuales o de grupo. Engeneral la marcha de los turistas individuales estácondicionada por el hecho de que tropiecen congrupos en su marcha que les interfieren el paso, nopueden hacer fotos y entonces tienden a huir de losgrupos y buscar huecos.

Sin embargo la acumulación de personas no sólodetermina el ritmo general de la visita, sino tambiénla perspectiva visual; es decir lo que se puede y nose puede ver. Al tratar se de espacios pequeñoscuantas más personas se aglomeran mayor es el nú-mero de obstáculos visuales que dificultan la con-templación. La "marea" humana cor ta las perspecti-vas. Si una persona va muy pegada a la otra sólopuede mirar hacia arriba y no hacia el fondo porqueinmediatamente delante su vista tropieza con una fi-gura de sus mismas dimensiones. La aglomeraciónde visitantes dificulta también la lectura del monu-mento e incluso la interpretación del itinerario bási-co de la visita. Son muchos los visitantes que se de-sorientan y vuelven sobre sus pasos.

En los Palacios la sensación de congestión cuandohay un cierto número de turistas en un mismo espa-cio (no necesariamente elevado, a veces pueden ser10 o 15 personas) viene determinada por la confi-guración espacial del conjunto, por su propia estruc-tura arquitectónica. Esta estructura, como ya se haseñalado, se basa en la alternancia de espacios ce-rrados y estrechos (dependencias con función deconexión) y espacios abier tos (patios) un poco másamplios, pero donde también se tiene una impresiónde pasillo al estar la visita dirigida por los acordona-

mientos. La disposición espacial condiciona el ritmode la visita de tal manera que éste es mucho más rá-pido en las estancias y pasillos que sirven de cone-xión (que además son más oscuros) y más relajadoen los espacios abiertos donde la gente se detiene ahacer fotos. Aún así la sensación de pasillo es cons-tante, los espacios son estrechos (incluso los patiosque sólo se pueden bordear –con excepción del Pa-tio de los Arrayanes) y la visita unidireccional. Es casiimposible dar marcha atrás porque supone en losmomentos de máxima afluencia ir contracorriente,con lo cual predomina una sensación continua dearrastre (de ir en grupo, aunque no se vaya) que vamarcando el ritmo de la visita: no se puede retrasaro parar nadie porque estorba y dificulta el paso deaquellos vienen detrás.

Una afluencia alta de visitantes dificulta también lacolocación de car teles de información temática enlas distintas salas y patios (una de las peticiones másrecurrentes de los encuestados que se quejan de lafalta de guías y de información) puesto que son tam-bién focos que atraen la atención de los visitantesprovocando su aglomeración y, por tanto, dificultan-do el paso. El mismo fenómeno se produce con lospuntos señalados de explicación de las audioguías.

En líneas generales, según los resultados del análisisdel funcionamiento turístico de las distintas estanciasde los Palacios Nazaríes (niveles de concetración devisitantes, movilidad y uso turístico del espacio) rea-lizado a par tir de la explotación de los registros deentradas y de los trabajos de campo llevados a caboentre julio de 1998 y junio de 1999 (Patronato de laAlhambra y Generalife, 1999), los niveles de satura-

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Cuadro 1. PALACIOS NAZARÍES. Afluencia de visitantes y saturación del espacio. Mayo 1999

SUPERF. NIVELES MEDIOS UMBRALES DE SATURACIÓN: DURACIÓN ESPACIOS DISPONIBLE DE OCUPACIÓN MÁXIMO MÁXIMO M2/PERSONA DE LA

ACTUAL ESTABLECIDO ADMISIBLE VISITA

Mexuar 376,46 m2 100 pers. 60 pers. 85 pers. 1,5-2 m2 8-10 minutos

Palacio de ComaresMedias 737,76 m2 213 pers.

150 pers. 200 pers.3,5 m2

15-18 minutosMomentos críticos

400 pers. 2 m2

Salón de ComaresMedias 132,76 m2 60 pers.

30 pers. 40 pers.2,2 m2

6 minutosMomentos críticos

100-140 pers. 1,3 m2

Palacio de los LeonesMedias 540,64 m2 170 pers.

120 pers. 120 pers.3,1 m2

12-14 minutosMomentos críticos

280 pers. 1,9 m2

Hab. Carlos V y PatiosMedias 533.33 m2 154 pers.

90 pers. 90 pers.3,4 m2

10-14 minutosMomentos críticos

254 pers. 2 m2

Conjunto de los PalaciosMedias 2.187 m2 520-580 pers.

444 pers. 535 pers.4 m2

45-50 minutosMomentos críticos

700-800 pers. 2,9 m2

Fuente: Elaboración propia. Estudio Previo para la Revisión del Plan Especial de la Alhambra y los Alijares.

PH Boletín 36 137

ción de los Palacios Nazaríes son los más altos detodo el conjunto de la Alhambra. Este hecho, que sedebe tanto al interés que despier tan en los visitan-tes como a las características del propio espacio, es-tá obligando no sólo a asumir (por parte de los ges-

tores y de los visitantes) la necesidad de limitar nu-méricamente su visita, sino también a la búsquedade soluciones que garantizando la conservación delmonumento den respuestas satisfactoria a la deman-da de una visita de buena calidad no masificada.

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