campanilla 1

7/29/2019 campanilla 1

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Campanilla by Gemo8



Nueve horas de avión, separada de su fiel compañero, con un catering de pena y sin haber

podido cerrar los ojos en todo el vuelvo, debido a dos canijos de medio metro y sus ganas de

jugar.

Así se encuentra Macarena Fernandez, recién llegada al Aeropuerto de Barajas. Cola para recoger

un solo petate militar, regalo de su hermano y que llevara acompañándola, mas de diez años, justo los diez años que han transcurrido desde que su hermano menor, abortara su idea de ser

militar.

En jeans desgastados, no de fabrica, sino por lo currados que están, camiseta que promocionaba

algo, cuando aun se podía leer en ella, pañuelo al cuello y otro, mas pequeño, usado de cinturón.

Todo ello complementado por unas botas militares, que si, también fueron heredadas y también

están harto curradas.

Impaciente, no por el petate que ya ha recogido, sino por la entrega mas esperada, aborda a una

de las azafatas de tierra de la compañía Aérea con la que ha volado.

- Perdona Maja- dice tomándola del brazo y sonríe al máximo, al ver como la mujer mira la mano

con la que la toma- Jejeje, ¿falta mucho?

- Impaciente es usted, primero debe pasar el tramite de aduanas y después se la entregaremos-

informa paciente, la pasajera le resulta simpática, pese a sus mil y una pregunta.

- Bien- la suelta y restriega las manos en sus jeans, esa entrega es muy importante y de solo

imaginar, que le haya podido pasar algo, sus nervios rugen, casi tanto como su estomago de

hambre- Acuérdate, que me prometiste que estaba bien.

- Jajaja y lo está. Ahora, pase por aduanas o cabreará a los Agentes.

- Jejeje, no tengo nada que declarar, ¿por que pasar por aduanas? Llevo un par de mudas, algunoslibros y recuerdos de la aldea. ¿Quieren ver eso?

- ¿Para todo es tan preguntona?- rebate preguntando la azafata, esa mujer parece sufrir

incontinencia verbal severa, pero hey, su sonrisa parece sincera y siempre mira de frente. Poco

que esconder, debe tener.

- Deje las preguntas y a la Azafata y venga conmigo, es usted la última.

El Agente de la Guardia Civil que interviene en el interrogatorio de Macarena, se la lleva con una

sola señal, mientras ella se despide de la Azafata con un simpático guiño, mientras le es imposible

no callarse y a pocos metros, prosigue con la Azafata, quien sonríe negando con la cabeza.

- Aquí las preguntas las hace él, jejeje como en las pelis- se guasea Macarena, pero el Guardia esta

lo sumamente quemado, como para no prestar atención a las protestas o quejas de una nueva

pasajera.

En los pocos metros que recorren hasta un gran mostrador, ninguno habla mas y tras colococarse

tras él, el Agente, Macarena se queda mirándolo, sin entender que quiere que haga.

- Mae mía, ponga aquí encima todo lo que lleve en el petate y en orden, para que pueda verlo-

protesta el Guardia, colocándose unos guantes de látex y provoca que Macarena alce ambas cejas.

¿El Guardia pretende ver su ropa interior?

- No tengo nada que declarar- rebate Macarena alzando ambos brazos. Y no miente, en su petate,

ese que con la mirada le obliga a vaciar el Guardia, solo hay un par de mudas de ropa, curradas

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como la misma que lleva puesta, diez libros, otro par de botas y recuerdos del sitio

deliciosamente maravilloso, donde ha pasado los últimos cinco años de su vida.

- Buenas tardes- saluda distraída una nueva Agente, carpeta en mano. Mientras su compañero ya

examina los objetos del petate- ¿Procedencia?

- Mali, Peru ¿Ha estado por allí?- pregunta con verdadero interés y la siguiente pregunta de la

Agente, frena sus deseos de hablar de Mali y le hace fruncir el ceño molestándose. No recordabatan poco sociales a los europeos.

- ¿Algo que declarar?

- Ya he dicho que no- molesta se cruza de brazos y se alerta, cuando el Agente manipula uno de

los obsequios de la gente de Mali- Es queso, lo envuelven en hojas de plágano para que aguante el

viaje. Lo hicieron todos mis niños- hace una pausa sonriendo, recordar a sus niños le hacen

olvidarse de todo y monologuear incansable- es de cabra y esta buenísimo. Tenían ilusión de que

mi familia lo probase y- otra pausa que realiza al ver como el Agente la ignora y rompe el

envoltorio- Oiga, le digo que es queso, si quiere puede probarlo, mejor con un chatin de vino

pero- y vuelta a quedarse callada, cuando ve a los dos Agentes mirarse y negar con la cabeza-¿Que ocurre?

- En territorio europeo, no se acepta la entra de derivados lácteos o cárnicos- explica la Agente sin

darle ninguna importancia al queso y el otro Agente se dispone a depositarlo en un contenedor.

- Hey, vamos. Es solo queso y es...es....es....por dios, es para consumo propio, no voy a envenenar

a nadie ni a propagar ninguna plaga- ruega y los nervios comienzan a comérsela. Ese queso fue

un hermoso regalo y por supuesto, cree ciegamente en su defensa- Me lo hicieron mis niños- se

emociona viendo como el queso es tirado sin compasión y busca que uno de los dos Agentes la

miren, sin ningún éxito- ¿Tiraría así el jamón que le regala en Navidad su madre?

- Si no cumple con las leyes y controles europeos, si.

- Oh vamos, era su regalo, trabajaron todos en su fabricación- derrotada no oculta sus lagrimas,

no tiene nada de lo que avergonzarse y ese queso era muy especial.

- Lo siento, ¿Lleva mas?

- No, no se pueden hacer quesos todos los días. Allí no.

Pocos minutos mas tarde, continua acongojada y a paso lento, resignándose, camina hacia la

salida. Su regreso a España, desde luego no esta saliendo como esperaba. Nada más llegar, las

lagrimas la visitan, aunque si lo piensa, así mismo se marcho de esta tierra, llorando.

- Maja

Guasona y sonriente, la anterior Azafata llama a Macarena, imitando su “maja”

- Hey- contesta cabizbaja y tira el petate, sin contener las lagrimas que de nuevo la asaltan al ver

un rostro familiar.

- ¿Que paso?

- Snif....ellos

- ¿Te denunciaron?- pregunta la Azafata, tratando de entenderla y vuelve a sonreír, cuando

Macarena se abraza a ella en total confianza- ¿Que?

- Me quitaron el queso- pucherea en brazos de la mujer y cuando una idea hace clik en su cabeza,

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la deja ilusionándose- ¿Tu puedes recuperarlo?

- Imposible, pero tengo algo para ti.

- ¿Locky?- pregunta limpiándose de una pasada las lagrimas, ese nombre le ilumina el día mas

nublado.

- Jajaja, muy loker si. ¿Vienes a por ella?- pregunta la azafata, haciéndole un gesto para que la

acompañe.

- Claro- recoge su petate, lo cuelga de su hombro y natural en ella, se agarra de la mano de la

Azafata, esa mujer le ha caído genial y ha sido la mas simpática desde que dejara a sus

compañeros de vuelo, los canijos medio metro.

- Jajaja, no hace falta llevarte de la mano- se suelta de ella, no molesta ni nada parecido, pero ella

esta trabajando y debe mantener unos protocolos.

- Lo siento, soy muy pegajosa

- Nada, apenas lo note y- hace una pausa adelantándose y dispuesta a abrir la puerta de pasajes

especiales de la compañía- aquí esta Locky, sana y salva.

- Snif- vuelve a llorar Macarena, y se aprieta las manos ansiosa, por ver abrirse la puerta y salir de

ella, una Rottweiler de cuarenta kilos de peso- Cuanto te eche de menos, Locky.

La puerta finalmente es abierta por la Azafata, la misma que contempla el abrazo que perra y

humana se dan. La primera moviendo el rabo a la velocidad de la luz, mostrando así lo feliz que

el reencuentro con su ama y compañera le hace sentir, y la segunda de rodillas, como no

moqueando, mientras no deja de abrazar a la gran perra.

- Locky, estamos en Madrid.

Peter Pan, por Autor: James Matthew Barrie

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Una vez recogió a Locky, Macarena comprobó que su regreso a Madrid, estaría cargado de

curiosidades. Al igual que en el aeropuerto de Lima, en este, la gente se dedicaba a realizar

cualquier cosa, sin retirar su vista de sus móviles, enormes a su juicio. En cinco años, parecía que

los móviles habían crecido y de que manera. Lo que desconocía Macarena, era que tanto

consultaban en ellos. Sabia de redes sociales, de aplicaciones de mensajería instantánea, de

videoconferencias, pero. ¿Todo eso los mantenía atados y pegados a ellos?

Mirase a donde mirase, en su paseo desde la terminal de llegadas hasta la salida del Aeropuerto,

se repetía la misma imagen. Cabezas gachas y dedos moviéndose ágiles sobre pantallas

extraplanas.- Jejeje, Locky. Parece que estemos en el futuro. Con lo que a ti y a mi nos gusta hablar,

¿tendremos que hacerlo por ahí?- se pregunta en alto, con su petate al hombro y la gran Locky,

caminando a su verita sin cuerda, por no ser necesaria.

Claro que, no es necesaria para ellas, otra cosa es la legislación vigente y de ella, le va a informar

un vigilante de seguridad, que tras alucinar al ver como la rottweiler camina sin cuerda, se presta

a llamar la atención a su dueña.

- Disculpe. El perro no puede ir así- informa deteniendo la marcha de ambas y con solo una

mirada, la perra obedece la orden de su dueña de sentarse.

- Buenas tardes, majo- sonríe educada y deja caer el petate. Con tantas interrupciones, el hambrele puede y sin echarle muchas cuentas al vigilante, saca del petate una pequeña nevera de la que

saca una zanahoria- ¿Quiere? Son de huerto- ofrece mientras cierra los ojos ante el primer bocado

que da a la zanahoria y en el segundo vuelve a sonreír, mirando a su perra. La misma que espera

sentadita su bocado de zanahoria.

- No gracias, así el perro no puede ir.

- ¿Cómo no puede ir?- alza la mano que blande la zanahoria, no entendiendo lo que quiere el

vigilante.

- Es raza peligrosa, debe ir atada y que la cuerda no mida mas de un metro- dice de carrerilla y da

un paso atrás, cuando la perra se yergue mirándolo.

- No me la pongas nerviosa, majo- solicita volviendo ordenar a su perra que tome asiento y una

zanahoria, no le parece bastante, ya que han parado, mejor tomarse otra.

- Contrólela

- Solo lo esta examinando, deje de segregar oxitocina, eso la ennervia y estresa. Agh, no me

acordaba del estrés y por aquí, mucho estrés veo yo y además no esta tratado. El estrés acaba

pasando factura, altera el sistema cardiovascular, si le unes sedentarismo y malos hábitos

alimenticios, te estas construyendo una bomba de relojería. Es el harakiri del siglo veintiuno.

¿Tiene móvil?- pregunta tras su gran discurso anti estrés y a la segunda zanahoria le sigue una

tercera.

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- Si, ¿Por qué?- pregunta el vigilante, totalmente desorientado, la tipa del perro, es muy extraña,

aunque algo en ella, quizás su constante sonrisa, le hace resultar simpática.

- Yo no- se encoge de hombros y sacude las manos en sus jeans, una vez el hambre ha sido

saciada.

- Ah….¿y?

- No se, solo trataba de darte entender que yo soy una tía de las antiguas, ¿sabes?

- Jajaja- el pobre vigilante termina por reír, desde luego la tipa es peculiar- no me digas.

- Si, de hecho necesito me digas donde hay un buzón de correos. Llegamos a Madrid y necesito

mandar una carta. Yo aun mando cartas ¿sabes?

- Muy bien, ¿pero y el perro que?

- Es perra y se llama Locky, ¿quieres que te salude? Sabe hacerlo

- ¿Sabes?

- Jejeje, eres simpático a pesar de tener móvil.Simpático el vigilante y simpático el taxista, pocos a ojos de Macarena resultan antipáticos,

aunque puede que la culpable sea ella y su manera de tratar con la gente.

Así le ocurre con el taxista, quien se lo pasa pipa viendo como la mujer parece sorprenderse de

todo, del trafico intenso de la capital, del olor a contaminación, de la suciedad, del ruido y de mil

detalles mas. Muy expresiva, Macarena eleva las cejas ante cada descubrimiento, ya sea para bien

o para mal y además, de todo hace participe a su Locky.

- ¿Sabes que me apetece muchísimo?- pregunta al taxista, sentada junto a él. Difícil viajar en el

asiento trasero con la gran Locky.

- Un bocata calamares….jajaja Allá, los habrás echado de menos.

- Jejeje- ríe y revisa la gran barriga a punto de destruir botones, que porta el taxista- Ay bribón

- Jem, jem jem ¿Qué?

- Que no puedes comer muchos bocatas de calmares, ¿es que no lo sabes?- pregunta en total

confianza, y de lo abultada que esta la barriga, le dan ganas de tocarla para ver que puede ocurrir.

¿Explotara?

- No como tantos, de verdad. Es la cervecilla, que me refresca demasiado.

- ¿Quieres que echemos una?-lo invita Macarena, sin muchas ganas de llegar a un pisito vacio y

con muchas de conocer gente.

- Estarás cansada.

- Naa, para conocer un amigo nunca estoy cansada y Locky tampoco. ¿Puedo elegir el sitio?

- Lo que quieras…pero…soy mayor que tu, ¿Qué tienes? ¿Treinta?

- Y cuatro, cumplidos en abril. ¿Tu?

- Pss, pase los cincuenta.

- Estas echo un chaval, majo.

- Jajaja

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- Pero, no te enamores de mi ¿eh? Soy lesbiana, ¿sabes?- extremadamente sincera, la confianza

que le ofrece la sonrisa del taxista, le hace dar información, que puede resulte innecesaria. Pero

ella no debate, ella siente y si el tipo le da confianza, ella la toma.

- Jajaja, ¿de siempre?- pregunta el taxista con sorna de la buena. Es poco habitual, cruzarse con

gente que va de frente, que no se esconde y bueno, la chica tiene conversación, es simpática y

agradable. Tampoco él, tiene mucho mas que hacer cuando acabe su turno.- Pues….pues desde ella.

- Uh, ahí hay temita.

- No, no lo hay. ¿Sabes que dijo?

- ¿Qué?

- Complejo Peter Pan. A eso quedo todo resumido, a un complejo, el que según ella yo padezco.

- Bueh, en este asco de mundo, ¿quien es el guapo que quiere dejar de ser niño?

---

Sincera y dada la confianza que el taxista le daba, dejo salir sus pensamientos de forma libre.

Complejo Peter Pan, quizás ese mismo complejo era el que le hacia entablar conversaciones de

manera tan natural con desconocidos e irse a tomar unas cervezas con alguien a quien conoce de

quince minutos.

El destino para tomarse esas cervezas, lo tenía muy claro Macarena, el Retiro. Uno de los parajesque mas había extrañado en Perú, la gente caminando, en bici o como ella solía hacer, en patines.

¿Se había acordado Andrea de ellos? Seguro que si, nada de bus, metro, ni bicis, era una fanática

de los patines y llevaba cinco años sin usarlos, debía reconocer que mono de ellos tenía.

¿Complejo Peter Pan? Puede.

- ¿Cuánto tiempo que no vienes por aquí?

El taxista adivina, seguro que por la forma en que Macarena mira por la ventanilla, que es mucho

el tiempo en que la mujer no ha pisado el Retiro. Le resulta simpática y siente cierta compasión

por ella. Parece totalmente fuera de lugar, después de cinco años fuera de su tierra nadie haaparecido a darle la bienvenida y por como habla, parece que solo cuenta con la compañía de

Locky.

- Desde la última noche en Madrid, hará como cinco años- explica mirando al taxista y él solo

hecho de mencionar esa noche, le hace volver a mirar por la ventanilla melancólica. Melancolía

que el taxista advierte y decidido a gratificar la simpatía de la mujer, da un pequeño rodeo, para

que Macarena disfrute del reencuentro con ese Parque- Hay cosas que uno cree superadas,

¿sabes? Cuando deje Perú, lo hice ilusionada a pesar de que allí dejaba a mis niños, aunque el

proyecto prosiga. Pero aun así, tenia ilusión por volver a Madrid, encontrarme con mi gente y

lugares. Ahora que estoy aquí- hace una pausa suspirando profundamente y vuelve a mirar al

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taxista quien lo hace sonriéndole tranquilo- No se, es extraño, recordé cosas que están mas que

superadas- termina encogiéndose de hombros y se gira en busca de Locky, demasiado tiempo sin

acariciarla.

- Peter Pan- dice el taxista, iniciando las maniobras para aparcar cerca de una de las puertas de

entrada al parque. Para él, es evidente que esas cosas recordadas, guardan relación con ese

complejo- ¿Alguien clave?- pregunta tras echar el freno mano y espera a que los tres salgan del

taxi, para obtener respuesta.

- En plan dramaturgo- anuncia, bajando a Locky y atenta a ella, hace una pausa hasta que los tres,

se dirijan al bar enfrente del estanque del Retiro- te diría que la mujer de mi vida, sin contar a mi

madre.

- No indica superación.

- Jajaja, soy Peter Pan ¿recuerdas?, ¿Cómo supera un niño que algo sea imposible?

- ¿Un amor imposible?

- Una relación imposible, más bien.

- Bue, otro día me cuentas entonces. Llegaste a Madrid, tendrás sueños con mas posibles.

- Jejeje, bien. ¿Te hable del proyecto?

- No, y no se a que esperas. Si al final resultara que eres una cría jajaja

- Jejeje, tampoco te pases ¿eh?

El taxista ganó toda su confianza y al final cayeron dos cervecitas, que para Macarena suponían

haber cenado. La conversación giro sobre su trabajo realizado en Perú y en consecuencia sobre la

vida que había llevado allí durante loa últimos años. Sin profundizar, enlazando un tema con

otro.

Algo en la forma de estar sentado o de escucharla o quizás la falta de prisa en retomar su trabajo

o volver a casa, le indicó a Macarena, que el amable taxista, no atravesaba su mejor momento.

Pero una cosa es, que ella cuenta su vida de una forma desinhibida y otra, que espere que el resto

se comporte igual respecto la suya.

Tras ese par de cervezas, el cansancio de Macarena era más que evidente y ambos decidieron que

era la hora de marchar. Fue entonces, que al levantarse de la mesa del chiringuito, vio el Palacio

de Velazquez y de repente recorfó que justo detrás de él, está el Palacio de Cristal y detrás de éste,

la ladera. El lugar más especial para ella, sin duda.

- Hay cosas que no cambian, Tino. ¿Podemos ir un momento allí?

Entusiasmada con la visión de la ladera, no frena sus ganas de caminar rápido bajando la cuesta

que va detrás del palacio de Velazquez y que conduce a esa pequeña ladera.

- Picadero, pillina.

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- Jajaja, vamos Tino. Bajemos ahí.

Y entusiasmada como está, casi no puede esperar y en cuanto Tino la sigue, ella corre hacia ese

punto transmitiendo su entusiasmo a Locky.

- Jejeje, fue aquí Locky. Cuantas ganas tenía de enseñártelo- feliz baja por la ladera y se deja caer

en el césped, mirando el estrellado cielo- Jajaja Locky- y ríe cuando la gran perra la lame sincompasión- Tino, siéntate aquí un momento.

- Veremos si luego me puedes levantar.

- Podremos entre las dos- lo anima Macarena, jugando aun con su perra. Y Tino, como puede se

sienta junto a ellas, sonriendo al verlas jugar. No en vano, dicen el perro es el mejor amigo del

hombre.

- Cuéntame que tiene de especial- pide Tino, tras dejarlas jugar y cuando Macarena suspira

encogiendo los hombros, se deja caer en la ladera. Es increíble lo a gusto que esta con la chica y la

confianza que le transmite. Años que no mantenía una conversación de tanto tiempo con unamujer.

- ¿Se puede contar o resumir lo especial que es un primer beso? ¿Sabes? Yo creo que no- con

Locky ya sentada entre ellos, Macarena cierra los ojos y rememora el beso dado en esa misma

ladera, mucho tiempo atrás- Te juro que mis labios temblaban de pura ansiedad.

- Te creo, a mi me paso con la mía.

- ¿También erais amigos?

- Meses me tuvo tras ella, ¿tu?

- Uh, quien sabe. Era solo mi amiga y jajaja, ni eso, la pasábamos discutiendo. Y aun así, nos

hicimos inseparables. Hasta esta ladera, aquí todo cambio. Jejeje, y no eramos unas niñas, no. Pero

se dio igual de ingenuo, con las dos temblando, como si estuviésemos dando un salto al vacío y

en verdad lo dimos. Ninguna había estado antes con una mujer y ella, ella ha sido educada muy,

muy

- ¿Conservadora?

- Aja y....y

- Y no se parece a Peter Pan jajaja ¿me equivoco?

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No, la contestación al taxista, hubiese sido un no rotundo. Ella, la que fue su Wendy, no se parecía

a Peter Pan, mas bien era todo lo contrario. Pero rato mas tarde, y en la buhardilla que sería su

hogar por el tiempo de contrato laboral firmado en la distancia, Macarena sonríe recordando laguasa del taxista con Peter Pan.

Andrea lo había preparado todo como pidió, apenas tres o cuatro mudas para salir del paso, una

buhardilla pequeña y coqueta en el centro de Madrid, para no necesitar mas que los patines

dispuestos debajo de su nueva cama o como mucho el metro.

¿Podría viajar Locky con ella?, se preguntaba Macarena rascando la cabeza de ésta, mientras mira

curiosa por la ventana, las luces y el movimiento de la gran urbe, que es Madrid.

- Que diferente Locky, ¿escuchas el ruido?- preguntó a su perra y ésta se deja caer, apoyándose en

sus patas delanteras. Locky también miraba el bullicio en la calle y tampoco parecía gustarle el

cambio- Yo creo que nos apañaremos bien, dijo Andrea que aquí al lado hay unas pistas y los

chavales van a patinar, si nos gustan, podríamos hacernos de un skype. ¿Como la ves?- preguntó

mirando a su perra y la medio protesta de esta, le hizo reír- Jejeje, ¿ya te estas quejando? Locky, lo

principal es la actitud. Le escribo y nos vamos a dormir- informó a Locky y ésta se tapó los ojos

con sus patas delanteras- Jejeje, solo quiero decirle, que.....¿que le digo Locky? ¿Le digo que estoy

aquí?

Le preguntó a Locky, pero finalmente se sentó en la cama, piernas encogidas en postura india, con

una carpeta de piel curtida decidida a escribir, aunque no sabiendo bien, que terminara por decir,

en esas letras.

Locky decide esperar a su dueña, mirando por el pequeño balcón de la habitación, pero elcansancio comienza hacer mella en el animal, y la boca se le abre constantemente.

Bolígrafo en mano, Macarena suspira y cierra los ojos un segundo, centrándose en la persona a la

que escribe y por tanto habla. Con la imagen de ella, flotando en sus retinas, sonríe mirando un

segundo a Locky, y a continuación el bolígrafo comienza a trazar letras:

Hola, puede que haya tardado en contestarte, pero la situación en la Aldea cambio y me vi

forzada a tomar decisiones. Jejeje, se que estarás sonriendo al leer esto, pero si, me vi forzada a

ello y las tuve que tomar.

La situación económica de la organización, es totalmente precaria. La crisis ha propiciado que la

gente realice muchísimas menos donaciones y las pocas que se hacen, ahora son a nivel nacional.

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Es como si el hambre para ellos, tuviese prioridades. Primero los míos, y si algo queda, me

acordare de los tuyos.

Lo cierto es, que no se están acordando y todos los proyectos allí y en muchos otros sitios, están

sufriendo drásticos recortes. Varios de los cooperantes, hemos aceptado retornar a nuestros países

y buscar apoyo económico desde ellos.

Estoy en España y tengo trabajo (ahora sonríes aun mas, y yo diría, que estas a punto de lacarcajada), pero es cierto. Tengo trabajo y muy bien remunerado. Alguien aburrido (es bromi), ha

leído parte de mi trabajo acerca de la nutrición infantil y voilà (¿te sigue gustando el francés?),

tengo trabajo, tendré ingresos y podre continuar con mi labor allí.

No se el tiempo que este por aquí, he firmado por un año, si supero el consabido tiempo de

prueba.

Estas son mis novedades y desde ya, quedo ansiosa por conocer las tuyas.

Pd. 1. En verdad he tardado tanto en contestarte, porque tu carta provoco un maremoto en mi.

Pd. 2. Supongo, que deberé seguir tu linea y no hablar de temas mas personales.Pd. 3. Pero no puedo dejar de escribirte que jamas te olvide, y que solo el miedo a un rechazo, me

hizo no escribirte desde el minuto uno de mi partida y que deseo, que este intercambio que has

comenzado, continúe.

Tu Peter

Detuvo el bolígrafo y abrió los ojos sorprendida. Cinco años sin trato con ella y las palabras

brotaban solas, como si el tiempo no hubiese pasado e incluso debía frenarse y retener las ganas

de saber más de ella y de su vida en estos años.

Pero debía atenerse a la carta recibida hace como un mes, escueta y breve, apenas unas líneas.

Benditas líneas, que le habían permitido saber que ella estaba bien y parecía feliz.

- Termine Locky, es hora de dormir.

Aviso a su perra, cerró la carpeta con cuidado y tras dejarla en la mesita, se dejó caer en la cama.

Cinco minutos más tarde, Locky suspira y esconde su morro, el ruido y luces de Madrid, no la

dejan dormir y a su dueña, tampoco.

- Que cama más dura- se queja Macarena, tras cambiar constantemente de postura. Y finalmente,

decide acompañar a Locky en el suelo- Buenas noches Locky- desea acomodándose junto a ella.

Y mirando la centelleante noche, Macarena cierra los ojos, intentando dormir. Pero las horas

pasan y la primera noche en Madrid, se convierte para perra y dueña, en la primera noche de

desvelo.

A las siete de la mañana, la claridad que se cuela por el balcón, despierta a ambas y a pesar del

desvelo, las dos estiran sus cuerpos, dispuestas a enfrentar su primer día en Madrid, con

verdadera ilusión.

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