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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: Cada vez es mayor la frecuencia con que las instituciones educativas aparecen en los medios de comunicación por episodios de violencia entre estudiantes, que alcanzan gran atracción pública y causan alarma social. El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes. A pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor manera de intervenir. Se distinguen conductas de exclusión social (ignorar y no dejar participar); agresión verbal (insultar, poner apodos o “marcantes” ofensivos, hablar mal del otro); agresión física directa (pegar); agresión física indirecta (robar, romper, esconder); amenazas; acoso sexual (verbal o físico). A estas manifestaciones se ha unido últimamente el denominado “ciber-bullying”, conductas en las que cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y difundiéndola mediante el celular o internet, o se utilizan estos medios para acosar a la víctima fuera del recinto escolar. Hay una gran diversidad de aspectos que deben ser considerados para analizar el acoso escolar, como las posibles variaciones según el género y el curso, así como tener en cuenta dónde sucede, quién lo lleva a cabo, no sólo en cuanto al género de los agresores, sino también al número y configuración del grupo, y también a quién se lo cuentan las víctimas, si piden ayuda o no y a quién lo hacen y cómo se comportan los testigos que asisten a estos conflictos. Asimismo, el acoso escolar se aborda en el marco de la educación para la convivencia, del desarrollo de la competencia personal y social y del clima de relaciones interpersonales, dado que el maltrato entre pares se entiende como un problema de convivencia, una forma de malas relaciones entre iguales y, un fracaso en el

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PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA:

Cada vez es mayor la frecuencia con que las instituciones educativas aparecen en los medios de comunicación por episodios de violencia entre estudiantes, que alcanzan gran atracción pública y causan alarma social.

El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes. A pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor manera de intervenir.

Se distinguen conductas de exclusión social (ignorar y no dejar participar); agresión verbal (insultar, poner apodos o “marcantes” ofensivos, hablar mal del otro); agresión física directa (pegar); agresión física indirecta (robar, romper, esconder); amenazas; acoso sexual (verbal o físico). A estas manifestaciones se ha unido últimamente el denominado “ciber-bullying”, conductas en las que cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y difundiéndola mediante el celular o internet, o se utilizan estos medios para acosar a la víctima fuera del recinto escolar.

Hay una gran diversidad de aspectos que deben ser considerados para analizar el acoso escolar, como las posibles variaciones según el género y el curso, así como tener en cuenta dónde sucede, quién lo lleva a cabo, no sólo en cuanto al género de los agresores, sino también al número y configuración del grupo, y también a quién se lo cuentan las víctimas, si piden ayuda o no y a quién lo hacen y cómo se comportan los testigos que asisten a estos conflictos.

Asimismo, el acoso escolar se aborda en el marco de la educación para la convivencia, del desarrollo de la competencia personal y social y del clima de relaciones interpersonales, dado que el maltrato entre pares se entiende como un problema de convivencia, una forma de malas relaciones entre iguales y, un fracaso en el aprendizaje de la competencia social. Los aspectos sobre los que se explora son la valoración de problemas en el funcionamiento del centro y evolución de la conflictividad en el mismo.

Sobre esta problemática del acoso escolar, no se cuenta aún con suficientes datos a nivel nacional sobre la incidencia del “bullying” tanto en instituciones públicas como privadas, que se constituyan en un punto de partida para explorar los métodos más eficaces para intervenir en este problema y prevenirlo.

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FORMULACION DEL PROBLEMA:

A partir de estos datos surge el siguiente planteamiento:

¿Cuál es la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución y los profesores San Antonio Marianistas del distrito de Bellavista?

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OBJETIVOS:

1. OBJETIVO GENERAL:- Determinar la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención

abordadas por la institución y los profesores en el centro educativo San Antonio Marianistas del distrito de Bellavista.

2. OBJETIVOS ESPECIFICOS:- Describir las diferentes modalidades de acoso escolar (físico, verbal,

social) desde los distintos roles de víctima, agresor o testigo.- Indagar la presencia de Bullying en esta entidad educativa.- Caracterizar a los protagonistas del maltrato.- Conocer los escenarios donde se producen situaciones de acoso en el

contexto del centro educativo.- Determinar las reacciones de los implicados en situaciones de violencia

entre compañeros- Reconocer las causas del maltrato entre compañeros.- Identificar las consecuencias que experimentan los agredidos.- Conocer la visión del profesorado sobre los problemas en el

funcionamiento del centro educativo- Discriminar las estrategias de prevención primaria, secundaria

implementadas en el centro y en el aula.- Reconocer las medidas sugeridas por el profesorado y los alumnos para

solucionar los problemas de acoso escolar- Establecer la posible relación que existe entre acoso escolar y bajo

rendimiento escolar.- Establecer la relación entre clima en el aula e intervención del profesor,

a partir de la observación no participante en la clase.

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PLANTEO DE HIPOTESIS:

Ante los episodios de violencia escolar, algunos graves, de los que se han hecho eco los medios de comunicación y que han propiciado un clima de temor y preocupación sobre lo que está ocurriendo entre los estudiantes, resulta de especial interés conocer cuáles son los tipos de conductas violentas más habituales en los centros educativos, y a partir de ahí, adoptar las medidas que permitan prevenir el acoso, amparar a sus víctimas y frustrar el inicio y la consolidación de las conductas violentas en el aula.

La presente investigación surge viendo la necesidad de estudiar el acoso escolar en el colegio San Antonio Marianistas del distrito de Bellavista, con el propósito de conocer la cantidad de casos ocurridos en las distintas modalidades de maltrato entre pares, tal como lo informan los propios estudiantes desde su triple perspectiva de testigos, víctimas o agresores, así como las estrategias de prevención adoptadas por la Institución y los profesores ante este tipo de conductas antisociales.

Debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional sobre el fenómeno “bullying”, el presente trabajo es conveniente para afianzar un mayor conocimiento sobre la ocurrencia de cada tipo de acoso, sus características principales y las necesidades de intervención más prioritarias.

Por otra parte, la investigación contribuiría a ampliar los datos sobre el acoso escolar, para contrastarlos con otros estudios similares, y analizar las posibles variantes según el género, el grado o curso, el nivel socioeconómico, la gestión del centro (pública o privada) y la localidad o departamento de pertenencia.

Proporcionará información que será útil a toda la comunidad educativa para mejorar el conocimiento sobre el alcance del problema en la institución y las formas de prevenirlo. Por un lado las familias, que deben implicarse en la educación de sus hijos, contribuyendo activamente a su desarrollo social y moral, participando y colaborando junto a los centros educativos. Por otra parte, la escuela, como institución socializadora y formativa, debe ser un contexto de convivencia pacífica y democrática, generando un clima escolar de cooperación, confianza, respeto, equidad y de consistencia de las normas de convivencia, haciendo conscientes a alumnos y profesores de la importancia y los efectos negativos del acoso escolar, facilitando que los conflictos se resuelvan de forma dialogada.

El trabajo tiene una utilidad metodológica, ya que podrían realizarse futuras investigaciones que utilizaran metodologías compatibles, de manera que se posibilitaran análisis conjuntos, comparaciones entre periodos temporales concretos y evaluaciones de las intervenciones que se estuvieran llevando a cabo para la prevención y erradicación del acoso escolar.

La investigación es viable, pues se dispone de los recursos necesarios para llevarla a cabo.