Byung-Chul Han, De la acción al tecleo

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PENSAMIENTO HERDER Dirigida por Manuel Cruz ThutOS PUBLICADOS EN ESTA COLECCI6N Fina BirulCs Una herencia sin testamento: Hannah Arendt Claude Lefort El arte de escribir y lo politico Helena Bejar Identidades inciertas: Zygmunt Bauman Javier Echeverria Ciencia del bien y el mal Antonio Valdecantos La moral como anomalia Antonio Campillo El concepto de lo politico en 1a sociedad global Simona Forti El totalitarismo: trayectoria de una idea limite Nancy Fraser Escalas de justicia Roberto Esposito Comunidad, inmunidad y biopolitica Fernando Broncano La melancolia del ciborg Carlos Pereda Sabre Ia confianza Richard Bernstein Filosofia y dernocracia:John Dewey Amelia Vald.rcel La memoria y el perd6n Judith Shk.lar Los rostros de la injusticia Victoria Camps El gobierno de las emociones Manuel Cruz (ed.) Las personas del verbo (filos6fico) Jacques Ranciere El tiempo de Ia igualdad Gianni Vattimo Vocaci6n y responsabilidad del fil6sofo Martha C. Nussbaum Las mujeres y el desarrollo humane Byung-Chul Han La sociedad del cansancio R Biru!es,A. Gomez Ramos, C. Roldan (eds.) Vivir para pensar Gianni Vattimo y Santiago Zabala Comunismo hermen€:utico Fernando Broncano Sujetos e_n Ia niebla Gianni Vattimo De la realidad Byung-Chul Han La sociedad de la transparencia Alessandro Ferrara El horizonte democcitico Byung-Chul Han En el enjambre Traducci6n de Raul Gab:is Byung-Chul Han La agonia del Eros Herder Antonio Valdecantos El saldo del espiritu f( I I ' 1: b &WI "' - .··,t*l

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Byung-Chul Han, De la acción al tecleo

Transcript of Byung-Chul Han, De la acción al tecleo

  • PENSAMIENTO HERDER Dirigida por Manuel Cruz

    ThutOS PUBLICADOS EN ESTA COLECCI6N

    Fina BirulCs Una herencia sin testamento: Hannah Arendt Claude Lefort El arte de escribir y lo politico Helena Bejar Identidades inciertas: Zygmunt Bauman Javier Echeverria Ciencia del bien y el mal Antonio Valdecantos La moral como anomalia Antonio Campillo El concepto de lo politico en 1a sociedad global Simona Forti El totalitarismo: trayectoria de una idea limite Nancy Fraser Escalas de justicia Roberto Esposito Comunidad, inmunidad y biopolitica Fernando Broncano La melancolia del ciborg Carlos Pereda Sabre Ia confianza Richard Bernstein Filosofia y dernocracia:John Dewey Amelia Vald.rcel La memoria y el perd6n Judith Shk.lar Los rostros de la injusticia Victoria Camps El gobierno de las emociones Manuel Cruz (ed.) Las personas del verbo (filos6fico) Jacques Ranciere El tiempo de Ia igualdad Gianni Vattimo Vocaci6n y responsabilidad del fil6sofo Martha C. Nussbaum Las mujeres y el desarrollo humane Byung-Chul Han La sociedad del cansancio R Biru!es,A. Gomez Ramos, C. Roldan (eds.) Vivir para pensar Gianni Vattimo y Santiago Zabala Comunismo hermen:utico Fernando Broncano Sujetos e_n Ia niebla Gianni Vattimo De la realidad Byung-Chul Han La sociedad de la transparencia Alessandro Ferrara El horizonte democcitico

    Byung-Chul Han

    En el enjambre

    Traducci6n de Raul Gab:is

    Byung-Chul Han La agonia del Eros Herder ~ Antonio Valdecantos El saldo del espiritu ~ f(

    I I ' 1: ~- b &WI "' -.,t*l

  • Titulo original: Im Schwarm Diseiio de Ia cubietta: Stefano Vuga TraduaiOn: RaUl Gabis

    0 201], MSB Mallhes & Seitz, BerUn

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    De la acci6n al tecleo

    El verbo para referirse a Ia historia es actuar. Hannah Arendt entiende Ia acci6n como Ia capacidad de poner un principio, es decir, el poder de hacer que comience algo completamente otro (diferente). Y eleva Ia natalidad a Ia condici6n de posibilidad de Ia acci6n. Cada nacimiento promete un nuevo co-mienzo. Actuar significa poner (hacer) un nuevo cornienzo, hacer que se inicie un nuevo mundo. z3 Ante los procesos automaticos a los que esci some-tido el mundo,Arendt indica que Ia acci6n equiva-le a un milagro. '' Y, segun ella, Ia capacidad que tiene Ia acci6n de producir milagros funda con-fianza>> y esperanza>>. Esta dimension soteriol6gica de Ia acci6n en ningiin Iugar esta expresada de

    23. H. Arendt, LA cot1did6n lmmana, Barcelona, Paid6s, 1993, p.2].

    24. Ibfd., p 266.

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  • manera mas concisa y bella como en las palabras con las que el texto liturgico de Navidad "anuncia Ia buena nueva: nos ha nacido un niiio'\>.25

    ~Hoy todavia es posible Ia acci6n en ese senti do enfatico? ~No esta entregada nuestra acci6n a aque-llos procesos automaticos que ya no pueden in-terrumpirse ni siquiera por un milagro del nuevo comienzo radical, yen los que nosotros ya no somas sujetos de nuestras decisiones? La maquina digital y Ia maquina del capital ~no constituyen una terri-ble alianza, que aniquila esa libertad de Ia acci6n?

    ~No vivimos hoy en un tiempo de lo no muerto, en el que se ha hecho imposible no solo el nacer, sino tambien el morir? La natalidad constituye el funda-mento del pensamiento politico, mientras que Ia mortalidad es el hecho en el que se enciende el pen-samiento metafisico. La epoca digital de lo no muerto, vista asi, no es politica ni metafisica. Es mas bien pospolitica y posmetajlsica. Eimero vivir, que hemos de prolongar a todo precio, carece de nacimiento y de muerte. El tiempo de lo digital es una epoca posnatal y pas-mortal.

    Vilem Flusser profetiza: el hombre con sus apa-ratos digitales vive ya hoy Ia vida sin cosas>> de maiiana. Es caracteristica de esta nueva vida Ia atro-fia de las manos. Los aparatos digitales hacen que las manos se atrofien. Pero ellos traen tambien una

    25. Ibid.

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    liberaci6n del peso de Ia materia. El hombre del futuro ya no necesitaci manos. No tendri que tratar y elaborar porque ya no tendra que haberselas con casas materiales, sino solo con informaciones ajenas a Ia condici6n de casas. En ellugar de las manos se introducen los dedos. El nuevo hombre teclea en Iugar de actuar. Ei solamente querrajugar y disfrutar. Lo que caracterizaci su vida seci Ia musa y no el tra-bajo. El hombre del futuro no c6sico no sera un trabajador, un homo Jaber, sino que sera eljugador, el homo ludens.'6

    El futuro hombre sin manos que teclea, el homo digitalis, no actua. La atrofia de las manos>> lo hace incapaz de acci6n.Tanto el tratamiento como Ia elaboraci6n presuponen-una-resistencia.Tam-bien Ia acci6n tiene que superar una resistencia. Pre-supone lo otro, lo nuevo frente a lo que predomina. Habita en ella una negaci6n. Su a favor es a Ia vez un en contra. Pero Ia actual sociedad positiva evita to-das las for mas resistentes. Con ella elimina las accio-nes.En ella dominan tan solo diferentes estados de lo mismo)>.

    De lo digital no sale ninguna resistencia mate-rial que hubiera de superarse por media del traba-jo. Asi, de hecho, el trabajo se acerca a! juego. Pero en contra de Ia vision de Flusser, Ia vida digital, sin cosas, no introduce el tiempo de Ia musa. Perma-

    26. V. Flusser, Medienkuftur, Frankfurt del Meno, Fischer, 1997-

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  • nece oculto a Flusser el principia del rendimiento, que cruza de nuevo el acercamiento de trabajo y jue-go. Quita al juego to do lo ludico y lo convierte de nuevo en trabajo. El jugador se dopa y se explota, hasta que se derrumba en ello. La epoca digital no es una era de Ia musa, sino del rendimiento. El hom-bre que teclea sin manos no es un homo ludens, en contra de la vision de Flusser. Eljuego mismo se somete ala coaccion del rendimiento. Ala atrofia de las manos le sigue una artrosis digital de los dedos. La utopia del juego y de Ia musa en Flusser se mues-tra como distopia (ningun Iugar concreto) del ren-dimiento y de la explotacion.

    La musa comienza alii donde cesa por completo el trabajo. El tiempo de la musa es otro tiempo. El imperativo neoliberal del rendimiento trasforma el tiempo en tiempo de trabajo. Totaliza el tiempo de trabajo. La pausa es solamente una fase del tiem-po de trabajo. Hoy no tenemos otro tiempo que el del trabajo. Y asi lo llevamos con nosotros tambien a las vacaciones, e incluso al sueiio. Por eso hoy dor-mimos inquietos. Los agotados sujetos del rendi-miento duermen de la misma manera que se duer-me la pierna. Y la relajacion no es mas que un modo de trabajo, en Ia medida en que sirve para la rege-neracion de la fuerza !aboral. La diversion no es lo otro del trabajo, sino su producto. Tampoco la Ha-mada desaceleracion puede engendrar otro tiem-po. Tambien ella es una consecuencia, un reflejo del

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    tiempo acelerado de trabajo. Se reduce a hacer mas Iento el tiempo de trabajo, en Iugar de transformar-lo en otro tiempo.

    Hoy, en efecto, estamos libres de las maquinas de Ia era industrial, que nos esclavizaban y explo-taban, pero los aparatos digitales traen una nueva coaccion, una nueva esclavitud. Nos explotan de manera mas eficiente por cuanto, en virtud de su movilidad, transforman to do Iugar en un puesto de trabajo y todo tiempo en un tiempo de trabajo. La libertad de la movilidad se trueca en la coaccion fa-tal de tener que trabajar en todas partes. En Ia epo-ca de las maquinas el trabajo estaba ya delimitado frente a! no-trabajo porIa inmovilidad de las miqui-nas.Ellugar de trabajo,al que habia que desplazarse, se podia separar con claridad de los espacios de no trabajo. En la actualidad esta delirnitacion esta supri-mida por completo en muchas profesiones. El apa-rato digital hace movil el trabajo mismo. Cada uno lleva consigo de aqui para alii el puesto de trabajo como un campamento. Ya no podemos escapar del trabajo.

    De los telefonos inteligcntes, que prometen mas libertad, sale una coaccion fatal, a saber, Ia coaccion de Ia comunicacion. Entre tanto, se tiene una rela-cion casi obsesiva, coactiva, con el aparato digital. Tam bien aqui Ia libertad se tnteca en coacci6n. Las redes sociales fortalecen masivamente esta coacci6n de Ia comunicaci6n, que en definitiva se desprende de

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    Ia 16gica del capital. Mas comurticaci6n sigrtifica mils capital. El circulo acelerado de comurticaci6n e in-formacion conduce a! circulo acelerado del capital.

    La palabra digital refiere al declo (digitas), que ante todo wenta. La culrura digital descansa en los dedos que cuentan. Historia, en cambio, es 11arrad6n. Ella no cuenta. Contar es una categoria poshist6ri-ca. Ni los tweets ni las informaciones se cuentan para dar Iugar a una narraci6tz. Tampoco Ia timeline (linea del tiempo) narra ninguna historia de Ia vida, nin-guna biografia. Es aditiva y no narrativa. El hombre digital digita en el sentido de que cuenta y calcula constantemente. Lo digital absolutiza el numero y el contar.Tambien los arrtigos de Facebook son, ante todo, contados. La arrtistad, por el contrario, es una narraci6n. La epoca digital totaliza lo aditivo, el con tar y lo numerable. lncluso las inclinaciones se cuentan en forma de me gusta. Lo narrative pierde impor-tancia considerablemente. Hoy todo se hace nume-rable, para poder transformarlo en ellenguaje del rendimiento y de Ia eficiencia. Asi, hoy deja de ser todo lo que no puede contarse numericamente.

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    Del labrador al cazador

    La mano actUa, asi caracteriza Heidegger Ia esencia de Ia mano.'7 Pero eJ no entiende Ia acci6n desde Ia vida activa. La mano que act6a propiamente es, mas bien,la mana que escribe.28 Asi,su esencia nose manifiesta como acci6n, sino como manuscrito. La mano es, en Heidegger, el medio para el . La rna-quina de escribir, en Ia que solo se emplea Ia punta de los dedos, nos aleja del ser:

    La miquina de escribir vela Ia esencia del escribir y de Ia escritura. Ella sustrae del hombre el rango esencial de Ja mana, sin que ei experimente debidamente esta sustracci6n, y reconozca que aqui acaece-propicia ya

    27. M. Heidegger, Parmfnides, Madrid,Akal, 2005, p. 104. 28. Ibfd., p. 105.

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  • una transformaci6n de Ia referenda del sera la esencia del hombre."

    La maquina de escribir conduce a una atrifra de Ia matzo, a Ia decadencia de la mano que escribe, es mas, al olvido del ser. Sin duda, Heidegger habria dicho que el a para to digital empeora a(m mas esta atrofia de lamano.

    La mano de Heidegger piensa, en Iugar de actuar: Cualquier movimiento de la mano en cada una de sus obras se conduce a si mismo a traves del elemen-to del pensar, hace gestos en medio de este elemento. Toda obra de Ia mano descansa en el pensar .3' El pensamiento es una mano de obra. De este modo, la atrofia digital de la mano haria que se atrofiara el pensamiento mismo. Es interesante ver que Hei-degger sustrae la mano en forma tan decisiva a la acci6n y la acerca al pensamiento. Su esencia no esta constituida por el Ethos, sino por el Logos. Y Hei-degger piensa el Logos desde Ia mano co-lectora * de un labrador: Sin este reunir, es decir, sin esta reco-lecci6n, en el sentido del espigueo y del cosechar Ia uva, no seriamos capaces de leer una palabra. 3' El Logos aparece en Heidegger como habito del labra-dor, que cultiva ellenguaje como tierra laborable,

    29. fb{d., p. III. JO. fa., iQt1e sigtrifica petrsar?, Madrid, Trotta, 2005, p. 79 * En alemin lesen, colectar. (N delT)

    JI. M. Heidegger, iQue sigt~ifica pensar?, op. cit., p. 171.

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    ara y cultiva, en medio de lo cual comunica con Ia tierra que se esconde, que se cierra, y se expone a su caracter incalculable y oculto. Ellabrador tiene que escuchar Ia tierra, y ha de escucharla obede-ciendola:

    Si al oir, en el senti do del escuchar y obedecer, no le pertenecen los oidos, entonces Ia relaci6n del airy los oidos es de un tipo peculiar ( ... ].Tenemos oidos par-que podemos escuchar y en esta escucha atenta tene-mos la posibilidad de oir Ia canci6n de Ia tierra, su temblor y estremecimiento, que queda intacto a pesar del ruido enorme que el hombre hace en su superficie, explotada hasta el agotamientoY

    Tambien el mundo heideggeriano de tierra y cielo, divinos y mortales es un mundo labriego. El hombre, como mortal, no es ninglin sujeto de acci6n. Le falta Ia natalidad del nuevo comien-zo. Su Dios es un Dios de los labradores, que oyen y son obedientes. Tiene su puesto en a que! rin-con para Ia imagen de nuestro seiion> en una casa de campo de la Selva Negra, que se debe a! ha-bitar labriego." En el Origm de Ia obra de arte Hei-degger describe los zapatos de van Gogh como

    32. fd.,Heraklit,en Gesamtausgabe, tomo 55,FrankfurtdelMeno 1979, p. 246 s. (Trad. cast. Herrklito, Buenos Aires,El hilo de Ariadna, 2013)

    JJ. fd., Co,iferencias y artfcufos, Barcelona, Serbal, 1994, p. 141.

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    botas de labrador, con lo cual glorifica el mundo labriego:

    En la oscura boca del gastado interior bosteza la fatiga de los pasos laboriosos. En la ruda pesantez del zapata esci representada la tenacidad de la leota marcha a tra-ves de los largos y mon6tonos surcos de la tierra labra-da,sobre la que sopla un ronco viento [ ... ].En el za-pata vibra la ticita llamada de la tierra, su reposado ofrendar el trigo que madura y su enigmitico rehusar-se en el yermo campo en baldio en invierno. 34

    En Iugar de aquel viento ronco en el campo, so-pia hoy Ia tormenta digital a traves del mundo como red. Los huracanes de lo digital hacen impo-sible el habitar de Heidegger. La del labra-dor heideggeriano esta diametralmente opuesta a lo digital. En ella toma cuerpo lo , y lo que ." En cam-bio, lo digital engendra una coaccion a Ia transparen-cia. La tierra>> se sustrae a toda transparencia. Su estar encerrada en si es en principia extraiio a Ia informa-cion. Esta es algo que por esencia esta dada en p> a Ia ocultacion>>. La negatividad de Ia ocultacion mora en Ia verdad como su , en Tiempo y Ser, Ma-drid,Tecnos, I999-

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    .. ,._;w_v;:;.:nn .. ~

  • distinta de Ia que corresponde a Ia informacion, que es breve y tiene muy corta duracion. La informacion es explicita, rnientras que el saber adopta a menu do una forma implicita.

    Tierra, Dios y verdad pertenecen a! mundo de los labradores. Hoy ya no somas labradores, sino cazadores. Los cazadores de Ia informacion, a Ia bus-queda de presa, pasean Ia mirada porIa red como si se tratara de un campo de caza digital. En contra-posicion a los labradores, elias son moviles. Ning{tn suelo los obliga a establecerse. No habitan. Con todo, el hombre en Ia epoca de las maquinas no esci libe-rado enteramente del habito de los labradores, par-que esci atado todavia a Ia maquina como su nuevo senor. Ella los obliga a fundonar pasivamente. El tra-bajador vuelve de nuevo a Ia maquina, como el siervo a! senor. La maquina constituye el centro de su mundo. El media digital produce una nueva to-pologia del trabajo. El trabajo digital ocupa el cen-tro. Dicho con mayor precision: aqui ya no hay nin-g{tn centro. Mas bien, el usuario y su aparato digital constituyen una unidad. Los nuevas cazadores no funcionan pasivamente como parte de una maqui-na, sino que elias operan de modo activo con sus moviles aparatos digitales, que en los cazadores pa-leoliticos se llama ban Ianza, arco y flecha. Los caza-dores digitales no se entregan a ning{tn peligro, pues se limitan a cazar informaciones con el raton. En esto se distinguen de los cazadores paleoliticos.

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    El poder y Ia informacion no se soportan bien. AI poder le gusta envoi verse en el secreta. Encuen-tra Ia verdad para entronizarse y para inaugurar. Po-der y rnisterio escin caracterizados porIa interioridad. En cambia, el media digital es desinteriorizante. A los cazadores de Ia informacion las instancias de poder se les presentan como barreras para las informaciones. Su estrategia es Ia exigencia de transparencia.

    Medias de masas como Ia radio fundan una re-lacion de poder. Sus receptores escin entregados pa-sivamente a una voz. La comunicacion se produce aqui de modo unilatetal. Esta comunicacion asime-trica no es ninguna comunicacion en sentido auten-tico. Se parece a una proclamacion. Par eso, tales medias de masas tienen afinidad con el poder y el domini a. El poder fuerza a Ia comunicacion asime-trica. Cuanto mas alto es el grado de asimetria, tanto mayor es el poder. En cambia, los medias digitales encuentran una genuina relaci6n comunicativa, es decir, una comunicacion simetrica. El receptor de Ia informacion es a Ia vez el ernisor. En este espacio si-metrico de Ia comunicacion es dificil instalar relacio-nes de poder.

    Flusser opina que los huracanes de los medias nos obligan a convertirnos de nuevo en nomadas. Pero los nomadas se dedican a Ia cria de ganado. Les falta Ia mentalidad de los cazadores. La linea de se-paracion entre pasado y presente no transcurre en-tre los establecidos en un Iugar y los nomadas, sino

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  • entre labradores y cazadores. lncluso los labradores se comportan hoy como cazadores. Modos de com-portamiento como paciencia)}, , cuidado>>, que caracterizan a! la-brador de Heidegger, no pertenecen a! habito del cazador. Los cazadores de !a informacion son im-pacientes y ajenos a Ia timidez. Estan a! acecho en Iugar de esperar>>. Echan !a zarpa en Iugar de dejar que las casas maduren. Se trata de apresar con cada die. El presente total es su temporalidad.Todo lo que les impide Ia mirada ha de ser apartado del ca-mino con rapidez. Esta vision total en el campo de caza digital se llama transparencia. Cazadores y re-colectores de Ia informacion son los habitantes de Ia sociedad de Ia transparencia.

    Los cazadores digitales de Ia informacion esta-ran en camino con las Go ogle Glass. Estas gafas de datos sustituyen !a Ianza, el area y Ia flecha del cazador paleolitico. Las Google Glass unen el ojo humano directamente con internet. E1 que las lle-va mira, en cierto modo, a todas partes. Estas gafas introducen Ia epoca de !a informacion total. Las Google Glass no son ninglin instrumento, ninglin uti!, ninglin a Ia mana en el senti do de Heideg-ger, pues no se coge con Ia mano. El handy seria todavia un instrumento. Las Google Glass se acer-can tanto a nuestro cuerpo que se perciben como una parte suya. Consuman Ia sociedad de !a infor-macion, por cuanto hacen coincidir completamen-

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    te el ser con !a informacion. Lo que no es ninguna informacion, no es. Gracias a las gafas de datos, Ia percepcion humana alcanza una eficiencia total. Se hace presa no solo con cada die, sino tambien con cada mirada. Ver el mundo coincide con captar el mundo. Las Google Glass totalizan Ia optica de los cazadores, que ofusca todo lo que no es una presa, es decir, lo que no permite ninguna informacion. Pero, en el fonda, Ia dicha mis profunda de !a per-cepcion, de ver, consiste en Ia carencia de eficiencia. Brota de Ia mirada larga, que se demora en las casas sin explotarlas.

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