Brecht Bertolt - Los Horacios Y Los Curiacios

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5/20/2018 BrechtBertolt-LosHoraciosYLosCuriacios-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/brecht-bertolt-los-horacios-y-los-curiacios 1/25 LOS HORACIOS Y LOS CURIACIOS Pieza didáctica De Bertolt Brecht Colaboradora: M. Steffin Personajes Coro de curiacios. Coro de horacios. Los tres comandantes del ejército curiacio: arquero lancero es!adero. Los tres comandantes del ejército horacio: arquero lancero es!adero. Mujeres de los horacios. Mujeres de los curiacios 1

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LOS HORACIOS Y LOS CURIACIOSPieza didcticaDe Bertolt Brecht

Colaboradora: M. SteffinPersonajesCoro de curiacios. Coro de horacios. Los tres comandantes del ejrcito curiacio: arquero, lancero, espadero. Los tres comandantes del ejrcito horacio: arquero, lancero, espadero. Mujeres de los horacios. Mujeres de los curiaciosEL DESPLIEGUE DE LAS FUERZASLa ciudad de los horacios y la ciudad de los curiacios. Ambas ciudades se vuelven hacia los comandantes de sus ejrcitos.CORO DE CURIACIOSPor qu, curiacios, despedazarnos entre nosotros? Otra vezha pasado un invierno, y sigue arreciando en nuestros muros la dura lucha por poseer la tierra y poseer las minas. Por esohemos resuelto tomar las armas

y en tres cuerpos de ejrcito invadir el pas de los horacios para someterlos por completo yapropiarnos de todo lo que tienen sobre el suelo y bajo el suelo.

Gritan a los horacios:Rendos!Entregad vuestras cabaas, campos y herramientas, porque si no seris invadidos con tal poder militar que ninguno de vosotros escapar.CORO DE HORACIOSLlegan los bandidos! Con un poder militarmonstruoso invaden nuestra tierra. Pretendenque nos dejarn con vida si les damoslo que nosotros necesitamos para vivir.Por qutemer la muerte y noel hambre?No nos rendiremos!CORO DE CURIACIOSEncomendamos a los comandanteslas tropas y las armas.CORO DE HORACIOSEncomendamos a los comandantes las tropas y las armas.

Sujetan a las espaldas de los comandantes unos bastidores con banderitas que indican la importancia de las unidades y en la pizarra de las fuerzas que combaten escriben el nmero de stas.

CORO DE CURIACIOSA ti, comandante,te entregamos siete cohortes de arqueros.

CORO DE HORACIOSA ti, comandante,te entregamos siete fratras de lanceros.

CORO DE CURIACIOSA ti, comandante,te entregamos doce cohortes de espaderos.

CORO DE HORACIOSA ti, comandante,te entregamos siete fratras de arqueros.

CORO DE CURIACIOSA ti, comandante,

te entregamos siete cohortes de lanceros.

CORO DE HORACIOSA ti, comandante, te entregamos siete fratras de espaderos.

TODOS LOS COMANDANTESTraed las armas!

Traen arcos, lanzas, espadas y escudos.

CORO DE CURIACIOSEscogedentre esas armas abundanteslas mejores.

CORO DE HORACIOSsas son

vuestras armas.

Depositan un montn de arcos delante del primer curiacio.

EL CURIACIOEl arco debe ser bueno. Sin un buen arco no podr combatir.

Tensa un arco hasta que se rompe.

CORO DE CURIACIOSTira ese arco!

El primer curiacio tira el arco y tensa otro. ste aguanta.

EL CURIACIOMe gusta este arco.

Colocan un arco ante el primer horacio. l lo tensa con cuidado.

EL HORACIOPuedo tensarlo ms, pero se romper.

CORO DE HORACIOSEntonces contntate. No tenemos otro. EL HORACIOEs que ste no es de mucho alcance.CORO DE HORACIOSEntonces acrcate al enemigo.

EL HORACIOCorrer peligro.

CORO DE HORACIOSS.

MUJERES DE LOS HORACIOSCuando el arquero no est de acuerdo con su arco no puede combatir. EL HORACIO, rpidamente: Estoy de acuerdo.

Dan dos lanzas al segundo Horacio.CORO DE HORACIOSAqu est tu lanza y aqula de un curiacio. Como ves,las dos son igualmente largas y pesadas.Por consiguiente, estarsa la altura de tu adversario, lancero

CORO DE CURIACIOSTraed la nueva lanza!

Tambin el segundo curiacio recibe una lanza. Es mucho ms larga. Levantan ante el tercer curiacio cinco grandes escudos. l va de escudo en escudo, intentando atravesarlos con su espada. Tres resultan efectivamente atravesados; de los dos ltimos elige uno.

EL CURIACIOEsta espada se ha embotado.

Le traen una nueva espada.

CORO DE CURIACIOSAh tienes una nueva.

El tercer curiacio arranca una crin de caballo de su cimera y la corta en dos.

EL CURIACIOCon este escudo y esta espada estar bien armado.

Colocan dos escudos ante el tercer horado, uno pequeo y uno grande.EL HORACIOQuiero probarlo para saber.

Atraviesa el escudo grande. Se vuelve hacia el pequeo.

CORO DE HORACIOSDetente! Ya los has probado. El escudo inclume es del mismo metal. Pero el primer escudo no estaba bien sostenido.Un guerrero sostiene el escudo, mientras el tercer horado lo golpea de lado, de forma que el golpe resbala.EL HORACIOHe comprendido. Como no aguanta un golpe directo, tendr que procurar que los golpes resbalen.CORO DE HORACIOSEntonces, repararemos el escudo grande?EL HORACIONo, coger el pequeo. Es agradablemente ligero. Lo coge.

Me gusta este escudo. Con lme siento gil. Y conozco esta espada. Yo mismola forj. Es tan buenacomo pude hacerla.MUJERES DE LOS HORACIOS Y MUJERES DE LOS CURIACIOSAhora id. No todos regresaris.EL COMANDANTE CURIACIONo lloris! Preparadlas coronas de laurel del vencedor! Volveremoscargados de botn!MUJERES DE LOS CURIACIOSContaremos los das hasta que volvis.Vuestro puesto a la mesa y vuestro puesto en el lechopermanecern vacos.LOS COMANDANTES HORACIOSCmo cultivaris los campos, cmoharis que funcionen los talleres sin nosotros?MUJERES DE LOS HORACIOSNo os preocupis! Los campossern cultivados. Pero procurad que la cosecha sea para nosotros.CORO DE HORACIOS'Para frustrar la agresinnuestro sometimiento y el saqueode nuestras cabaas, campos y herramientas, los horacios hemos resuelto avanzar en tres cuerpos de ejrcito. Lucharemos hasta la completa derrota del enemigo.

1LA BATALLA DE LOS ARQUEROSEL HORACIOAyer por la nocheel enemigo ocup la posicinque yo le haba elegido.La eleg de forma que tuvieraque avanzar por detrs de una montaapara atacarme. De esa formala distancia entre los dos ser pequeacomo necesito a causa de mi arco.Ahora espero a que salga el sol. Debeserme de ayuda.EL CURIACIOEl adversario me esperaentre montaas que no conozco.No s a qu distancia se encuentrapero no tengo el viento en contray mi arco es bueno.Aguardar el sol.LOS DOS COROSLos arqueros han ocupado sus posiciones.

Cuando se haga de da comenzar la batalla.LOS HORACIOS Y LOS CURIACIOSSe hace de da.

Los combatientes tensan sus arcos- Un actor pasa por detrs del escenario llevando en una prtiga un proyector que representa el sol. Para su recorrido de derecha a izquierda necesita tanto tiempo como dura la batalla. Como el sol se levanta sobre la montaa del Horacio, ste queda en la sombra y su adversario a la luz.

EL CURIACIOOh! El sol me ciega!No puedo apuntar, ymi adversario est en la oscuridad Lo protegela sombra del monte.

Primer intercambio de flechas. La flecha del curiacio cegado pasa demasiado alta. El Horacio lo hiere en la rodilla.EL CURIACIO, ARRANCNDOSE LA FLECHA.Estoy herido, y mi adversario no lo est.

Me olvidde que el sol no slo ilumina sino que ciega tambin.

Para apuntar, yo necesitaba luz, pero

tambin era importante de dnde vena.

Estoy en mala posicin.Como tengo la rodilla destroza, mi adversario me tieneen esta mala posicin.CORO DE CURIACIOSQu has perdido?

El curiacio muestra la importancia de sus prdidas arrancando dos banderitas del soporte de su espalda y tirndolas

CORO DE CURIACIOS, a su campen, mientras borra dos cohortes de la pizarra de distribucin de fuerzas:Has perdidos dos cohortesde tus siete. Perotu arma es buena.Cost cara y es buena.Como todo,tambin el tiempo trabaja para nosotros.No arriesgamos nada.En definitiva decidirel arma mejor.EL HORACIOMi arco no alcanza suficientemente lejos. Pero a mi adversario lo ceg el sol y mi flechale ha destrozado al menos la rodilla.Mi posicin es buena.CORO DE HORACIOS, a su campen;Por qu no sigues luchando? Una buena posicin no sigue siendo siempre buena. Nuestra situacinempeorar si no la mejoramos. Inexorablemente avanza el sol por el cielo. Inconteniblemente se hace medioda la maana.EL HORACIOQuera derribar con tres flechasal que tiene el sol en el rostro. Perocon mi primera flecha no lo he matado, aunque s heridoy ahora se ha metido detrs de su roca yno lucha ya. Pero el sol avanzala sombra de mi monte se acorta, yyo me alejo de mi enemigo, de forma quemi flecha no podr alcanzarlo ya.CORO DE HORACIOSEs malo que tu arco sea malo.Es malo. Pero no tenemos otro mejor.Tralo! Lucha con los puos!Tienes que luchar con todos tus medios.Sobre todo, muvete!EL HORACIONo opino lo mismo. Al fin y al cabohe herido ya con mi arcoa mi enemigo.Soy arquero y no pugilista.Mientras me llegaba vuestro mensajese ha hecho medioda. Ahorayo tambin me encuentro a la luz.Por eso me adelantar hasta un sitiodesde el que pueda alcanzaral que est cegado. Ahora vendrel segundo intercambio de flechas.

El sol est ahora entre las dos montaas, de forma que ambos combatientes se encuentran a la luz.

EL CURIACIOEl sol asoma tras la montaa. El enemigo

ha avanzado y est al descubierto. Tal vez

pueda alcanzarlo ahora yo tambin.EL HORACIOSal, bandido! Y dispara tu flecha! Ay! No veo nada! El sol me ciega tambin.Segundo intercambio de flechas. Las dos flechas pasan muy altas.

EL HORACIO Y EL CURIACIO, VUELTOS HACIA SUS RESPECTIVOS COROS:El segundo intercambio de flechas ha terminado.Ninguno de los dosha dado en el blanco. CORO DE CURIACIOS, vuelto hacia su campen:Pero tu situacinha mejorado.EL HORACIOInexorablementeavanza el sol por el cielo. Incesantementese convierte en noche la tarde. Pero qu puedo hacer?Si me qued cegadoporque el sol estaba al mediodatambin mi enemigo debe de estar ciego an.De forma que puedo avanzarcomo me habis aconsejado. Para luchar conmis puos.

Da unos pasos hacia la izquierda, pero se detiene, oteando con las manos sobre los ojos. Al coro:

Quera avanzar. Pero ahorael sol est ya detrs del segundo monte.El enemigoest a la sombra. Yoestoy a plena luz.Al seguir vuestro consejo por la tarde, olvid una cosa:me lo disteis al medioda.

El sol se ha ocultado tras el segundo monte, de forma que el curiacio puede asestar ahora al horacio un golpe mortal con su tercera flecha.

EL CURIACIOVictoria! Mi ltima flechalo ha herido. Mi situacin, que era malase ha vuelto buena en el curso del da.Y como mi situacin era buenala superioridad de mi arco ha decidido.CORO DE CURIACIOSVictoria! Un cuerpo de ejrcito del adversario ha sido aniquilado. Cinco cohortes de arqueros quedan libres para la batalla final. Tras un breve descansose desplazan hacia el Este, para unirse a nuestros dems cuerpos de ejrcito.CORO DE HORACIOSDesde su ltimo mensaje, en el que decaque quera atacar, no hemos vuelto a saber nadade nuestro cuerpo de ejrcito. Tenemos que suponerque ha sido aniquilado.Se aferraba a un lugar,se aferraba a un armay se aferrabaa un consejo. Pero inexorablementeavanzaba el sol por el cielo. Incesantementela maana se hizo medioda y el medioda tarde.

A la mujer del arquero horado:Mujer, de tu maridono hay ya noticias. Pero en la ciudad del enemigo se oyen gritos de victoria. Hemos de suponer que el arquero ha cado.

Ponen a la mujer un vestido de luto:

Borrad siete fratras del cuadro de las fuerzas!

Donde estaban no hay nada ya.

El plan que contaba con ellas tendr que ser ejecutado por otros.

Borran las siete fratras de arqueros de la pizarra.

El enemigo avanza hacia nuestros valles.Como squito de los ejrcitosllegan los corregidores.Los que derramaron su sangre tienen que pagar ahora.Los campos fecundosno dan ms que pedregalesporque el trigo se lo lleva el enemigo.El campesinose limpia el sudor de los ojospero el pan se lo comequien tiene la espada.

2LA BATALLA DE LOS LANCEROSCORO DE HORACIOSEl enemigo avanza por nuestras montaas. Marcha por los desfiladeros a lo largo de un ro impetuoso. Tienes que detenerlo, lancero!EL HORACIOLo he visto acercarse. Su lanza es gigantesca. En campo abierto

no podr detenerlo. Si estis de acuerdo tratar de vencerlo, sin exponerme al peligro. Pero para eso me espera una larga marcha

y slo tengo poco tiempo.CORO DE HORACIOSEstamos de acuerdo en queeconomices nuestras fuerzas. Ya hemos perdidoun cuerpo de ejrcito. Perodetn al enemigo!

LOS SIETE USOS DE LA LANZAEn marcha penosa por la montaa, el horacio se dirige al enemigo, en un lugar en donde las rocas llegan hasta el camino. Al trepar se apoya en su lanza.EL HORACIOEstoy escalando la montaa. La lanzame sirve de apoyo. Es mi tercera pierna.La que no duele,la que no se cansa.Hay muchas cosas en una cosa.

Se detiene ante una grieta.

Pero cmo seguir? Ah hay una grieta.Cuando era muchacho, me colgaba de la rama de una encina

y llegaba sobre un arroyo a un jardn donde haba manzanas. Mi lanza, que fue una vez rama de encina, volver a ser rama. As podr pasar sobre la grieta. Hay muchas cosas en una cosa.

Coloca la lanza sobre la grieta y pasa al otro lado colgado de las manos.CORO DE HORACIOSEl enemigo irrumpe en nuestros valles. Detn al enemigo!EL HORACIOPero cmo seguir? He atravesadola grieta, pero aqu hay un ventisquero.Cmo saber qu profundidad tiene?Mi lanza ser mi sonda.Hay muchas cosas en una cosa.

Sondea la profundidad de la nieve.

Pero cmo seguir? El ventisquerome resulta demasiado profundo. Y la otra rocaes ms alta de lo que yo puedo saltar. Otra vezmiro mi lanza.Me digo que debe ser mi prtiga.Hay muchas cosas en una cosa.

Da un salto de longitud.

CORO DE HORACIOSEl enemigo avanza! Dispersanuestros rebaos.Date prisa! Detn al enemigo!EL HORACIOPero cmo seguir? Ah hay una cresta.Es ms estrecha que mi pie. Todos los esfuerzoshabrn sido intiles si esa grieta me detiene ahora.Tengo que recorrerla. Mantendr el equilibrio.Con la lanza mantengo el equilibrio. Su peso, que muchas veces

me result excesivo al subir, me ayudarahora, y yo me digo:hay muchas cosas en una cosa.Sube la cresta, utilizando la lanza como balancn.

CORO DE HORACIOSEl enemigo se acerca a nuestras minas. Detn al enemigo!EL HORACIOHe llegado. Me asomopor la cumbre. Debajo de mest el camino que el enemigo recorrer.Lo aplastar bajo las rocas.Podr desprenderlas con mi lanza.Hay muchas cosas en una cosa.

Desprende una roca.

Mi lanza es mi puntalAguantar la roca hasta que mi enemigo est abajo.Con una leve presin del dedoaplastar a mi enemigo.Mi lanza me ha bastado.Hay muchas cosas en una cosa.

Prepara un pequeo alud.

Mi enemigo no est an ahy estoy cansado por la marcha.

Se sienta a esperar.

Me recuesto, sabiendo que no debo dormirme. No estoy demasiado agotado para hacer algo, pero s demasiado agotado para no hacer nada. Y me estoy durmiendo.

Se duerme. Aparece el curiacio. Avanza lentamente; y, mientras el horacio duerme, atraviesa el punto peligroso.

EL HORACIOMe despierto y, asomndomeotra vez por la cima y mirando abajo, veo que mi enemigo ha pasado ya por el lugar donde quera matarlo. Mi marcha, que me trajo a la meta me agot tambin. Por eso no he podido ejecutar mi plan.CORO DE HORACIOSNuestro lancero hizo una larga marcha ysuper todos los obstculospero el agotamientolo ha privado de la recompensa de sus esfuerzos.Peor que una batalla perdidaes una lanzada al aire.Levntate ahora, lanceroy olvida lo que has hecho. Lnzatede nuevo hacia el enemigocon menos esperanzas.EL HORACIONo puedo ms.He hecho lo que deba.CORO DE HORACIOSEntonces aprende que eso no basta.Si te hubieras tendido en la hierba y contado las nubesnuestra situacin no sera peor.Has hecho mucho, perono has detenido al enemigo.EL HORACIOEntonces, todo lo que he hecho ha sido un error?.CORO DE HORACIOSNo. Pero no has terminado.Detn al enemigo!Inventa algo nuevo, tque tantas cosas has inventado.T que tantos esfuerzos has hechoesfurzate ms.Detn al enemigo!Todo lo que has realizadote dar fama si detienes al enemigo.Pero nada te valdr si nolo detienes.Siete esfuerzos no valdrn nadapero si realizas el ltimoy detienes al enemigotus ocho esfuerzos sern elogiados.EL HORACIOEstoy de acuerdo.De modo que me levanto otra vez.Volver a rehacerel camino que recorr.Dar la batallaque me pareca desesperada.

Durante el coro que sigue, el horacio realiza su descenso. Vuelve a equilibrar la roca, hacindola rodar, saca la lanza de debajo, atraviesa la estrecha cresta, sondea el ventisquero, lo salta, atraviesa la grieta colgado de la lanza, trepa. La ventisca cae sobre l, y la rapidez de su marcha hace que pierda cosas. Planta una de sus banderitas en el ventisquero, otra la pierde en la cresta y otra la tira a la grieta.

CORO DE HORACIOSDisponte a la retirada!

Has perdido tiempo. Pierde ms ahora!Ests debilitado. Haz, ahora el doble!Las nevadas y tormentasno respetan el desnimo.Muchas dificultades supera quientiene la victoria a la vista, pero es duroafrontar nuevamente en la retiradalos viejos peligros. Despus de la derrotaduplicar el valor, duplicar el ingenio, nicamentepara ocupar la antigua posicin que antesocupabas sin esfuerzo.Todo el ingenioconduce hacia atrs. Toda accinanula slo un error, y sin embargo la retiradade quien lucha incansablees parte de su nuevoavance.EL HORACIOLo he logrado. He llegado de nuevoa mi punto de partida. Para la batallaslo veo una posibilidadya que mi lanza es demasiado corta.El xito de mi plan es incierto,arriesgada su realizacin.Pero de ningn otro modopodr detener al enemigo.Es verdad que para ese planmi lanza es an demasiado larga. Pero, si no puedealargarla, puedo muy bienacortarla.

La rompe en dos, arroja uno de los pedazos y se va.CORO DE HORACIOSPero nosotros borramos

tres fratras del cuadro de las fuerzasque han quedado en la nieve y en las grietas.Y ponemos nuestras esperanzasen ese ejrcito disminuido.

LA CABALGADA SOBRE EL ROEL CURIACIO.Avanzo por el valle de un ro. A un lado tengo una pared rocosa, al otro el ro. La montaa es inaccesible y el ro no es navegable, porque ms abajo hay un salto mortal. Y por delante no pueden atacarme, porque mi lanza es tan larga que el enemigo no puede alcanzarme con la suya.

Bajando por el ro viene el horado. Rema con su trozo de lanza.

A mi derecha veo a mi enemigo bajar por el ro en una balsa. No veo que lleve ningn arma. Se acerca muy deprisa. No puedo manejar mi lanza entre estas paredes rocosas: es demasiado larga. l, sin embargo, saca de pronto su prtiga del agua y la apunta hacia m.EL HORACIOY yo bajo por el rohacia la gran cascaday mi lanza es mi prtiga.Hay muchas cosas en una cosa.Y ahora, cuando llego a mi enemigo, esotra vez una lanza, yse la clavo. EL CURIACIO. Y, con toda la fuerza del ro, sobre el que cabalga como sobre un caballo brioso, me clava al pasar el trozo de lanza en el cuerpo. Caico al suelo. Mi adversario est perdido. La cascada se lo tragar. Yo estoy gravemente herido y permanezco inmvil en el desfiladero. Me haba olvidado de que el ro no es imposible de navegar, sino navegable arriesgando la vida, es decir que mi posicin no era inatacable sino atacable slo arriesgando la vida. Por eso, mi enemigo ha cado, pero yo estoy herido gravemente.CORO DE CURIACIOSQu has perdido?

El curiacio muestra lo que ha perdido cogiendo cinco de sus banderitas del bastidor y tirndolas.

CORO DE HORACIOSEl lancero ha cado.Borramos cuatro fratras del cuadro de las fuerzas.All donde estaban ya no hay nada.El plan que contaba con ellastendr que ser ejecutado por otros.

Borran cuatro fratras del cuadro. Ponen a la mujer del lancero horacio un vestido de viuda.LA MUJER DEL LANCEROCmo luch?CORO DE HORACIOSDetuvo al enemigo.Realiz dos marchas ysuper todas las dificultades.Al final cabalg sobre el ro y suma sus pequeas fuerzasla enorme fuerza del ro.Pero el ro, que lo arrastr hasta el enemigolo arrastr tambin a l. Largo tiempose lo vio remar an. Hasta la cascadase esforz por ganar la orilla. Pero la cascadalo devor por fin. A su enemigono lo mat, pero a sus compaeros les dejun enemigo debilitado.CORO DE CURIACIOS, mientras borran del cuadro de las fuerzas cinco cohortes de lanceros:Cinco cohortes de siete han cado, peronuestra victoria es segura. Invenciblesavanzan nuestros ejrcitos. La desesperacinse apodera del enemigo. Correentre nuestras flechas y se precipita al agua. El botnes cuantioso. Cesad en vuestra disputa, curiacios,por la posesin de las tierras y de las nuevas minas.Ya maanaser la batalla final, en la quehabr tres ejrcitos nuestroscontra uno del enemigo.LAS MUJERES DE LOS HORACIOSNuestros hombres caen como reses en el matadero.Cuando el matarife se les acerca, caen.Aqul planificaba bien y cay. Y stemostr coraje y cay. Y nosotras, nosotras nos alegramosde los planes y del coraje y lloramos.Estbamos contentas de que lucharan.Si lloramos es porque cayerony no porque lucharan. Ay, no todoel que vuelve es vencedor, peronadie ha vencido si no vuelve.CORO DE HORACIOSLlegan los bandidos!Todava no ha acabado la batalla, y yase llevande las minas el mineral.A los gritos de sus guerreros, heridosde muerte, se mezclanlas rdenes de los capataces.

3LA BATALLA DE LOS ESPADEROSEL HORACIO. Desde hace dos das tengo en jaque a mi adversario. Como su coraza es demasiado slida, aguardar a que lleguen el arquero y el lancero.El curiacio le arroja a los pies el trozo de lanza del segundo horado y el arco del primero.EL CURIACIO. Tus hermanos han sido aniquilados! Rndete!EL HORACIO. Conozco esa lanza y conozco ese arco. Por consiguiente, mis compaeros deben de haber sido aniquilados, como dice el curiacio. De modo que, a pesar de su coraza, tendr que atacarlo rpidamente, porque si no, se reunir con su arquero y su lancero.EL CURIACIO. Cre que con esa noticia desistira de atacar, pero ahora veo que lo he incitado al ataque. EL HORACIO. Lo atacar por el flanco.

Se echa hacia un lado y divisa detrs del curiacio, que hasta entonces los ocultaba, otros dos ejrcitos curiacios que avanzan: el lancero, coronado de laurel, y el arquero, coronado de laurel y cargado de botn, los dos armados ahora de espadas.

EL HORACIO. Es demasiado tarde, ya vienen. EL ESPADERO CURIACIO, GRITANDO AL LANCERO:Desenvaina la espada y apresrate! Es la batalla! EL LANCERO CURIACIOAvanzando junto al roen un desfiladero hice caer a mi enemigoen el ro. Siete fratrasperecieron. A pesar de mis prdidas

y del desorden de mis pertrechos me apresuro a llegar a la batalla final.

Grita hacia el fondo:

Comienza la batalla! Apresrate, arquero!

EL ARQUERO CURIACIOYa llego.Entre dos montaas en terreno desconocido derrib a mi enemigo con mi tercera flecha.Antes de que la noche caiga, su ltimo ejrcito ser vencido. EL ESPADERO CURIACIOTendr siete cohortes ms que mi adversario. EL HORACIONo puedo atacar. Su superioridad es demasiado grande.

Le pregunta a los horacios:Qu puedo hacer?CORO DE HORACIOSA pesar del valor de nuestros ejrcitossu conocimiento del terreno yla utilizacin de todos los medios de combatehemos perdido dos batallas. Dos ejrcitoshan sido aniquilados. De cada tres mujeresde nuestra ciudaddos visten de luto.Tus fratras, espadero,son nuestro ltimo recurso.Has esperado refuerzos,no esperes ms, pues no vendrn.

En tus manosestn nuestros campos, rebaos y talleres.Entre nosotros y los bandidosslo ests t.EL HORACIOSe acercan.Su superioridadme aplastar.Contra m se alza, con tres espadasun triple brazo.Cmo podr resistir?CORO DE HORACIOSNo cedas ni un palmo!Tus armasno pueden mejorarse. Ahorautilzalas. Los enemigosno pueden disminuirse. Enfrntalos.Lnzate sobre ellos. Aniqulalos...Ay, qu haces?El horado emprende la fuga.CORO DE CURIACIOSj Victoria! ;El enemigo emprende la fuga! Perseguidlo, curiacios!EL ESPADERO CURIAClOA l! Ante nuestra superioridad el enemigo ha emprendido la fuga. A l! Si no, se escapar!CORO DE HORACIOSDetente! No nos oye.Nuestro ltimo hombrerenuncia a la lucha. Nuestro mejor luchadorse ha vendido al enemigo.

El espadero horacio, mientras corre, trata de tranquilizarlos con un gesto del brazo.

CORO DE HORACIOSNo lo niegues! Por qu corres?CORO DE CURIACIOSRendios! Entregad las llaves de vuestra ciudad! No dejis que se escape, curiacios! EL LANCERO CURIACIO, AL ESPADERO: No dejes que se escape! T puedes correr an!

Los tres cuerpos de ejrcito de los curiacios emprenden la persecucin. Sin embargo, no pueden avanzar con la misma velocidad. El lancero, gravemente herido, se queda atrs. El arquero, herido ligeramente, lo sobrepasa, pero se queda atrs tambin.CORO DE CURIACIOS Mirad cmo corre! No se salvar, pero su derrota lo cubrir de vergenza. Para convertirse en un altivo canto fnebre en labios de los suyos le ha faltado el valor.EL HORACIOEs una suerte que mi escudo sea ligero. As puedo correr mejor.CORO DE HORACIOSSe burla de nosotros!EL ESPADERO CURIACIOYo corrotan deprisa como puedo. Mi escudoes pesado.EL HORACIOY yo corrotan rpido como puedes correr t. Corre ms aprisa! Si no terminar por escapar de ti!CORO DE HORACIOSBorrad sus fratras!Donde estaban ya no hay nada.El plan que contaba con ellas...

Mientras estn borrando las fratras del espadero horado en el cuadro de fuerzas, l se vuelve describiendo un pequeo crculo y ataca al espadero curiacio. Durante la persecucin, los perseguidores se han distanciado.

Alto! Da la vuelta! Gira! Ataca!CORO DE CURIACIOSAtaca!Y nuestro espaderoest extenuado. Su escudoera pesado. Y nuestro arquerono ha podido seguirlo!CORO DE HORACIOSNuestro arquerole destroz la rodilla y lo cargcon sus botas y su yelmo y su morral.CORO DE CURIACIOSTambin nuestro lancero se qued atrs!CORO DE HORACIOSNuestro lancero le destroz el flanco.

El horado, tras una breve lucha, derriba al jadeante espadero curiacio. Luego sigue corriendo hacia el arquero.

CORO DE CURIACIOSEl espadero ha cado. Borrad doce cohortes del cuadro de las fuerzas. All donde estaban...

El horado ha alcanzado al arquero, le ha hecho saltar de la mano la espada y lo ha derribado. Luego sigue corriendo.

CORO DE CURIACIOSTambin el arquero ha cado. Y el enemigo sigue atacando. La persecucin separ a los perseguidores. La huida era un ataque! Slo queda el lancero gravemente herido.

El horacio ha alcanzado al lancero y lo derriba sin esfuerzo.

Borrad diecinueve cohortes! Donde estaban ya no hay nada. El plan que contaba con ellas no podr ser ya ejecutado por nadie.

Ponen vestidos de luto a las tres mujeres de los caudillos curiacios. Borran las diecinueve cohortes.

CORO DE HORACIOSVictoria! Tu astucia, espadero, dividi al enemigo, y tu fuerza lo aniquil.EL HORACIOVi acercarse al arquero cargado de botn y acercarse al lancero sin botn. Y al espadero lo vi sin laurel. Entonces supe que se arrojaran sobre m.

Y vi al espadero mirar a su alrededormirando al uno con laurel y al otro cargado de botn.Entonces lo supe: lo que ahora se acercaba como un ejrcitohaba sido antes tres y por lo tanto poda volver a ser tres. Y vi a uno fuerte y a otro renqueante, y a un tercero que se arrastraba. Y pens: tres pueden luchar an, pero slo uno puede correr todava.CORO DE HORACIOSLos bandidos han sido rechazados.Insuficientemente aprovech nuestro arquero la gran mquina de su entorno en movimiento. Pero nuestro lancero con balsa y ro y un trozo de lanza se transform en un potente proyectil. Y la astucia de nuestro espadero Y dividi al enemigo. Y su fuerza lo aniquil.

Nuestro arquero debilit a su enemigo. Nuestro lancero hiri gravemente a su enemigo.Y nuestro espadero consum la victoria.

Instrucciones para los actores1.Los comandantes representan al mismo tiempo a un ejrcito. Siguiendo la costumbre del teatro chino, se puede sugerir las divisiones de los ejrcitos mediante banderitas que los comandantes lleven en la nuca sobre un bastidor de madera que les asome por encima de los hombros. Los movimientos de los actores deben ser lentos y estar marcados por la sensacin de llevar el soporte a la espalda y por cierta ampulosidad. Los actores indican la aniquilacin de sus divisiones arrancando y arrojando con un amplio gesto cierto nmero de banderitas de su soporte.2.El paisaje estar fijado al suelo del escenario. Los actores, lo mismo que los espectadores, ven el ro o el valle dibujados. Sobre un suelo inclinado se pueden instalar unos decorados, todo el campo de batalla, bosques a la altura de la rodilla, colinas, etc. Sin embargo, los decorados no deben ser gratuitos (por ejemplo, no coloreados) y deben asemejarse a los antiguos mapas. En el captulo Los siete usos de la lanza, se pueden indicar los obstculos (grieta en la roca, ventisquero, etc.) en pequeas tablillas fijadas al escenario.3. Tambin las posiciones de los movimientos deben estar determinadas; los actores se mueven, en cierto modo, sobre unas huellas. Esto resulta necesario porque hay que medir el tiempo. En la primera batalla, el reloj es el del sol. En la segunda batalla, durante Los siete usos de la lanza, el reloj es el curiacio. Los acontecimientos se representan como si se desarrollaran a cmara lenta.4. En la batalla de los arqueros no son necesarias las flechas.5. Para sugerir la ventisca se esparcirn sobre el lancero unos puados de recortes de papel.6. Por lo que se refiere a la forma de decir los versos, la emisin de voz debe comenzar con cada verso. Sin embargo, el recitado no debe resultar entrecortado.7. Se puede prescindir de la msica y utilizar slo tambores. Al cabo de un rato resultarn montonos, pero slo por breve tiempo.8. Los ttulos debern proyectarse o dibujarse sobre pancartas.22