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    Borges y la teoraAuthor(s): Carlos J. AlonsoSource: MLN, Vol. 120, No. 2, Hispanic Issue (Mar., 2005), pp. 437-456Published by: The Johns Hopkins University PressStable URL: http://www.jstor.org/stable/3251708 .Accessed: 15/06/2013 14:53

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    Borges y la teoria

    Carlos J. Alonso

    Borges escribi6 muchos cuentos a lo largo de su carrera literaria,pero en realidad escribi6 principalmente variaciones de dos narrati-vas fundamentales. La primera describe con todas sus ramificacionesel logro de un momento de inteligibilidad absoluta y de conocimien-to

    perfecto. La segunda es la narrativa que se articula en torno altrueque de categorias, seres, conceptos o discursos radicalmente

    opuestos.'Todo el que lea a Borges, vislumbrara-espero-algo de cierto en

    la propuesta sin duda reductiva que acabo de hacer: quien frecuentea Borges profesionalmente o por afici6n, finalmente comenzara adiscernir tramas, metaforas, expresiones o lineas enteras que le haranbuscar su pareja correspondiente en otros textos-y que a vecesocurriran en mas de una ocasi6n. Lo que es verdaderamente extraor-

    dinario de Borges es precisamente que este logra expresar deinnumerables maneras un repertorio limitado de ideas, tramas oexperiencias en la totalidad de su obra. La consulta de obras como AConcordance to the Works ofJorge Luis Borges de Isbister y Standish, y The

    Literary Universe ofJorge Luis Borges de Balderston nos permite comen-zar a crear un entramado de repeticiones en la obra de Borges que vadesde lo estilistico hasta lo epistemol6gico, pasando por lo argumental.El universo textual de Borges es miltiple, aunque no infinito, seguinlo habria podido decir 1l mismo, y la abundancia de repeticiones de

    Una version anterior de este ensayo se presento como la conferencia inaugural dela John WV.Kronik Lecture Series en Cornell University. Luego se discutio en elseminario organizado por el Program in Latin American Studies de laJohns HopkinsUniversits. Agradezco enormemente los comentarios y sugerencias que recibi enambas circunstancias.

    MLN 120 (2005): 437-456 ? 2005 by The Johns Hopkins University Press

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    todo tipo es la marca consecuente de esa cualidad. De hecho, la

    repetici6n es un aspecto fundamental del deleite con que se leen losescritos de Borges; se diria que la repetici6n nos provee tranquili-dad-como si la familiaridad que surge del encuentro con lo repeti-do nos resguardara del universo vertiginoso y potencialmente ca6ticoque describe la totalidad de esa obra. Harold Bloom, quien ha

    reparado explicitamente en este aspecto del universo borgiano en sucontrovertido libro sobre el canon occidental, es menos generoso ensu apreciaci6n de esta cualidad: "Borges can wound you, but alwaysthe same way, so that one arrives at Borges' prime flaw: his best worklacks variety, even though it draws upon the entire Western Canonand more" (471).2 No basta con subrayar el hecho biografico de quela vista de Borges empeorara progresivamente para dar cuenta de esta

    aparente dependencia en 1l de lo ya dicho, lo ya escrito, y lo yapensado. La repetici6n y la redundancia son una parte del universotextual de Borges que trasciende lo meramente estilfstico o circuns-tancial, y cualquier interpretaci6n cabal de su obra debera ofrecer unmisterio a esa soluci6n, para parafrasear el ingenioso titulo del librode

    JohnIrwin sobre

    Borges.Repito: Borges escribi6 muchos cuentos, pero en realidad escribi6dos narrativas esenciales bajo apariencias diversas. La primera deestas narraciones, en la que se describe el alcanzar un momento ouna situaci6n de inteligibilidad perfecta y absoluta, es quiza la masconocida, a causa de su estatus de tour deforce en una obra que de porsi es un largo acto de maestrfa. Cuentos como "La escritura del dios,""El Aleph," "Funes el memorioso," "El Zahir," "El milagro secreto,""La biblioteca de Babel" y "El jardin de senderos que se bifurcan"

    estin construidos alrededor de la representaci6n de lo que se podriadescribir como momentos de epifania epistemol6gica-del logro delconocimiento absoluto. En "La escritura del dios" se encuentra quizala expresi6n mas compacta de tal momento. El sacerdote aztecaTzinacan languidece en una b6veda subterranea luego de haber

    2 Bloom anade: "Neither Borges nor his reader can get lost in the stories, where

    everything is calculated. A dread of what Freud called the family romance and of what

    might be termed the family romance of literature confines Borges to repetition, and tooveridealization of the writer-reader relationship. That may be precisely what madehim the ideal father for modern Hispanic-American literature-his infinite suggestive-ness and his detachment from cultural tangles. Yet he may be condemned to a lessereminence, still canonical but no longer central, in modern literature" (471). Como severa mas adelante, discrepo de las razones que aduce Bloom para explicar estacaracteristica de la obra de Borges.

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    sufrido las torturas a manos del cruel conquistador Pedro de Alvarado;a su lado hay otra celda similar en la que se encuentra unjaguar. Cadacierto tiempo, cuando le bajan con una roldana la comida, Tzinacan

    puede ver el animal que ocupa la celda aledana. En su bisquedamental del poderoso conocimiento de los dioses que le permitiriatrascender el estado en que se encuentra, Tzinacan acaba creyendoque ha dado con la respuesta, que se halla escrita en el diseno queconforman las manchas del pelaje del jaguar. La experiencia de

    adquirir el conocimiento que busca, que le otorgaria el poder dematar a Alvarado y revivir la gloria del pasado azteca, se describe en elcuento de la siguiente manera:

    Entonces ocurri6 lo que no puedo olvidar ni comunicar. Ocurri6 la uni6ncon la divinidad, con el universo (no s6 si estas palabras difieren). Yo vi unaRueda altisima, que no estaba delante de mis ojos, ni detras, ni a los lados,sino en todas partes, a un tiempo. Esa Rueda estaba hecha de agua, perotambien de fuego, y era (aunque se veia el borde) infinita. Entretejida, laformaban todas las cosas que seran, que son y que fueron, y yo era una delas hebras de esa trama total, y Pedro Alvarado, que me dio tormento, eraotra. Ahi estaban las causas

    ylos efectos

    yme bastaba ver esa Rueda

    paraentenderlo todo, sin fin. iOh dicha de entender, mayor que la de imaginaro la de sentir Vi el universo y vi los intimos designios del universo. Vi los

    origenes que narra el Libro del Comuin. Vi las montanas que surgieron del

    agua, vi los primeros hombres de palo, vi las tinajas que se volvieron contralos hombres, vi los perros que les destrozaron las caras. Vi el dios sin caraque hay detras de los dioses. Vi infinitos procesos que formaban una solafelicidad y, entendi6ndolo todo, alcance tambien a entender la escrituradel tigre. Es una f6rmula de catorce palabras casuales (que parecencasuales) y me bastaria decirla para abolir esta cfrcel de piedra, para que

    el dia entrara en mi noche, para serjoven, para ser inmortal, para que eltigre destrozara a Alvarado, para sumir el santo cuchillo en pechosespanoles, para reconstruir la piramide, para reconstruir el imperio.Cuarenta silabas, catorce palabras, y yo, Tzinacfn, regirfa las tierras querigi6 Moctezuma. Pero yo se que nunca dire esas palabras, porque ya nome acuerdo de Tzinacfn. Que muera conmigo el misterio que esta escritoen los tigres. Quien ha entrevisto el universo, quien ha entrevisto losardientes designios del universo, no puede pensar en un hombre, en sustriviales dichas o desventuras, aunque ese hombre sea 1e. Ese hombre hasido el y ahora no le importa. Qu6 le importa la suerte de aquel otro, que leimporta la naci6n de aquel otro, si el, ahora es nadie. Por eso nopronuncio la f6rmula, por eso dejo que me olviden los dias, acostado en laoscuridad. (Borges 1: 598-99)3

    3Todas las referencias subsiguientes a la obra de Borges remiten a esta edici6n.

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    La total perdida de la diferencia, la quietud, la resignaci6n y la

    desaparici6n de la subjetividad personal que acompanan a estemomento epifanico, estan subrayadas en el texto por la actitudindiferente del protagonista ante su circunstancia opresiva, conclu-si6n que ha sido utilizada por algunos criticos como punto de partidapara interpretaciones que recalcan el pathos del abandono de locomunitario, o que revelan mediante ese abandono el conservaduris-mo de Borges en materia politica.4 El conocimiento que adquiereTzinacan puede hacerlo todopoderoso; pero 6ste rehisa utilizar eseconocimiento para vencer la opresi6n que sufren el y su pueblo-nisiquiera para vengarse. Estas dos interpretaciones pasan completa-mente por alto la propuesta medular del cuento: que si lograramosalcanzar el conocimiento total, seria imposible articularlo por dosrazones relacionadas entre si: el conocimiento requiere la diferenciaentre las categorias por medio de las cuales se expresa, tanto como ladistancia entre el sujeto cognoscitivo y su objeto, ambas de las cuales

    desaparecen en el tipo de revelaci6n descrita en el cuento. Borgesafirma aqui que el termino de toda bfsqueda de conocimiento

    absoluto-y dqu6es el conocimiento sin el

    proyecto yel deseo del

    conocimiento absoluto?-es en cierto modo una experiencia de losublime que disipa todas las categorias mediante las cuales eseconocimiento se articularfa, poniendo asi en tela dejuicio la utilidaddel proyecto. Dicho de otro modo, aun si fuera posible alcanzar la

    inteligibilidad total, su precio seria no poder decir nada sobre eseestado. La conjunci6n de la experiencia de alcanzar el conocimientoabsoluto y la p6rdida de la diferencia que hace que 6ste sea

    inexpresable podria describirse como una combinaci6n de lo subli-

    me (la experiencia que sobrepasa nuestras categorias del pensamien-to) y lo inefable (la experiencia que incapacita la expresi6n), y es unacaracteristica consecuente del primer tipo de narrativa recurrente enla obra de Borges.

    Hay muchos momentos como esos en Borges-pasajes que inten-tan expresar un sentido de totalidad y organicidad que se describemediante la acumulaci6n ca6tica de un catalogo heterogeneo deelementos tales como los que se aglomeran en "La escritura del dios."En "El Aleph," el instante de plenitud epistemol6gica se describe de

    la siguiente manera:

    4Tanto Balderston (Out of Context) como Franco se refieren a un abandono de laconsideraci6n de valores colectivos-Balderston en este cuento en particular (78-80),y Franco como caracteristica general de la obra borgiana (53-58).

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    En la parte inferior del escal6n, hacia la derecha, vi una pequena esfera

    tornasolada. Al principio la crei giratoria; luego comprendi que esemovimiento era una ilusi6n producida por los vertiginosos espectaculosque encerraba. El diametro del Aleph serfa de dos o tres centimetros, peroel espacio c6smico estaba ahi, sin disminuci6n de tamano. Cada cosa (laluna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veiadesde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde,vi las muchedumbres de America, vi una plateada telarana en el centro deuna negra piramide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables

    ojos inlnediatos escrutandose en mi como en un espejo, vi todos los espejosdel

    planeta y ningunome

    reflej6,vi en un

    traspatiode la calle Soler las

    mismas baldosas que hace treinta afios vi en el zaguan de una casa de FrayBentos, vi racimos, nieve, tabaco, vetas de metal, vapor de agua, vi convexosdesiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness auna mujer que no olvidare, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi uncancer en el pecho, vi un circulo de tierra seca en una vereda, donde anteshubo un frbol, vi una quinta en Adrogue ... vi... (625-26)

    "Vi," "vi," "vi." La repetici6n formulaica y mon6tona de la fraseintenta expresar con su tartamudeo textual la totalidad epistemologica

    alcanzada. A veces la experiencia narrativa de la adquisici6n delconocimiento absoluto en Borges no se expresa como un momento

    epifanico, sino mds bien como una situaci6n o estado que se definecomo un continuum y a la vez como una ausencia de temporalidad.Tal es el caso de "Funes el memorioso," parabola que nos presentaqu6 sucederia si nuestro conocimiento del mundo derivase, comoafirma el empirismo, unica y exclusivamente de la informaci6n querecibimos a traves de los sentidos. El resultado seria un hombre comoIreneo Funes: un hombre sumergido en un mundo abrumador e

    intolerable, pero que es incapaz de pensar:En efecto, Funes no s6lo recordaba cada hoja de cada arbol de cadamonte, sino cada una de las veces que la habia percibido o imaginado....Este, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, plat6nicas. Nos6lo le costaba comprender que el simbolo generico perro abarcara tantosindividuos dispares de diversos tamanos y diversa forma; le molestaba queel perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre queel perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo,sus propias manos, lo sorprendian cada vez. Refiere Swift que el emperador

    de Lilliput discernia sobre el movimiento del minutero; Funes discerniacontinuamente los tranquilos avances de la corrupci6n, de las caries, de lafatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitarioy licido espectador de un mundo multiforme, instantaneo y casi intol-erablernente preciso. (489-90)

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    En "Funes el memorioso," el momento de epifania que se describe

    en las obras ya examinadas como instantaneo y totalizador se transfor-ma en una serie de actos de percepci6n consecutivos que constituyen,no obstante, un estado mas que un continuum. En "El milagrosecreto" vemos una vez mas esta desconcertante conjunci6n desimultaneidad y progresi6n de manera particularmente aguda, en uncuento que se desenvuelve en torno al tema de la temporalidad.Jaromir Hladik, escritor checo de segunda categoria que vive en

    Praga durante la invasi6n alemana, es condenado a muerte por los

    nazis, pour encourager les autres. Hladik le pide a Dios que le de el

    tiempo para completar un poema suyo inconcluso, creyendo que estelo reivindicara como creador. En el momento de su ejecuci6n, Hladikentiende que se le ha otorgado el tiempo para terminar su trabajo,siempre que recuerde que el intervalo entre cualesquiera dos puntosen el tiempo es infinitamente divisible en segmentos cada vez mas

    pequenos:

    Una pesada gota de lluvia roz6 una de las sienes de Hladik y rod6lentamente por su mejilla; el sargento vocifer6 la orden final. El universo

    fisico se detuvo. Las armas convergian sobre Hladik, pero los hombres queiban a matarlo estaban inm6viles. El brazo del sargento eternizaba unademan inconcluso. En una baldosa del patio una abeja proyectaba unasombra fija. El viento habia cesado, como en un cuadro. Hladik ensay6 un

    grito, una silaba, la torsi6n de una mano. Comprendi6 que estaba

    paralizado. No le llegaba ni el mas tenue rumor del impedido mundo.Pens6 estoy en el infierno, estoy muerto. Pens6 estoy oco. Pens6 el tiempo e hadetenido. Luego reflexion6 que en tal caso, tambien se hubiera detenido su

    pensamiento. Quiso ponerlo a prueba: repiti6 (sin mover los labios) lamisteriosa cuarta egloga de Virgilio. Imagino que los ya remotos soldados

    compartian su angustia; anhel6 comunicarse con ellos. Le asombr6 nosentir ninguna fatiga, ni siquiera el vertigo de su larga inmovilidad.

    Durmi6, al cabo de un plazo indeterminado. Al despertar, el mundo

    seguia inm6vil y sordo. En su mejilla perduraba la gota de agua; en el

    patio, la sombra de la abeja; el humo del cigarrillo que habia tirado niacababa nunca de dispersarse. Otro "dia" pas6, antes que Hladik entendiera.Un ano entero habia solicitado de Dios para terminar su labor: un ano le

    otorgaba su omnipotencia. Dios operaba para el un milagro secreto: lomataria el plomo aleman, en la hora determinada, pero en su mente un

    afiotranscurria entre la orden

    yla

    ejecuci6nde la orden. De la

    perplejidadpas6 al estupor, del estupor a la resignaci6n, de la resignaci6n a la sibita

    gratitud. (512)

    Todos esos ejemplos certifican que en Borges hay una narrativa

    paradigmatica que describe el logro del conocimiento absoluto como

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    un momento de revelaci6n instantanea al que la descripci6n le da

    temporalidad, o bien como un estado de plenitud epistemol6gicamarcado por la stasis, consecuencia esta de la suspensi6n de la

    temporalidad. De cualquier forma, queda claro que lo que confronta-mos es un tropo de la totalidad, donde el libro imaginario en elcentro del cuento "Eljardin de senderos que se bifurcan" es quiza elejemplo mas logrado:

    En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversasalternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable

    Ts'ui Pen, opta-simultaneamente-por todas. Crea, si, diversos porvenires,diversos tiempos, que tambien proliferan y se bifurcan. De ahi lascontradicciones de la novela. Fang, digamos, tiene un secreto; undesconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo. Naturalmente, hayvarios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puedematar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcetera. En laobra de Ts'ui Pen, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de

    partida de otras bifurcaciones. Alguna vez, los senderos de ese laberinto

    convergen: por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasadosposibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo. (478)

    El segundo tipo de narraci6n que se me antoja paradigmatica en

    Borges es la que se articula en torno a la sustituci6n de una categoriapor su opuesto: "La loteria en Babilonia," "Pierre Menard, autor del

    Quijote," "Tema del traidor y del heroe," "La forma de la espada" y"Las ruinas circulares" serian ejemplos senalados de esta. En ellas, lanarrativa claramente establece la presencia medular de una estructu-ra bipolar, para luego mostrar que el lugar que ocupa una de las

    categorfas podria ser ocupado por la categoria opuesta. Esta narrativa

    logra su maximo efecto cuando se hace evidente que, a pesar de quela sustituci6n es radical desde una perspectiva l6gica (quiza lasustituci6n mas radical posible, pues se trata de la categoria opuesta),casi nada cambia al final. Tomeinos como ejemplo el primero de loscuentos, "La loteria en Babilonia," en que el concepto acostumbradode la loteria como sorteo que genera una serie limitada de premiosevoluciona hasta convertirse en una instituci6n que determina todoel universo, incluso aquellos elementos que acostumbramos conside-rar accidentales o meros resultados del azar:

    Imaginemos un primer sorteo, que dicta la muerte de un hombre. Para sucumplimiento se procede a otro sorteo, que propone (digamos) nueveejecutores posibles. De esos ejecutores, cuatro pueden iniciar un tercersorteo que dira el nombre del verdugo, dos pueden reemplazar la ordenadversa por una orden feliz (el encuentro de un tesoro, digamos), otro

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    exacerbara la muerte (es decir la hara infame o la enriquecera de

    torturas), otros pueden negarse a cumplirla. . . . Tal es el esquemasimb6lico. En la realidad el numero de sorteos s infinito. Ninguna decisi6n esfinal, todas se ramifican en otras. Los ignorantes suponen que infinitossorteos requieren un tiempo infinito; en realidad, basta que el tiempo seainfinitamente subdivisible, como lo ensena la famosa parabola del Certamencon la Tortuga. ... Tambien hay sorteos impersonales, de prop6sitoindefinido: uno decreta que se arroje a las aguas del Eufrates un zafiro de

    Taprobana; otro, que desde el techo de una torre se suelte un pajaro; otro,que cada siglo se retire (o se anada) un grano de arena de los innumerablesque

    hayen la

    playa.Las consecuencias son, a veces, terribles. Bajo el

    influjo bienhechor de la Compafia, nuestras costumbres estan saturadasde azar. El comprador de una docena de anforas de vino damasceno no semaravillara si una de ellas encierra un talisman o una vibora; el escribano

    que redacta un contrato no deja casi nunca de introducir algin datoerr6neo. (459-60)

    "La loterfa en Babilonia" propone un mundo fantistico en que, lenta

    y casi imperceptiblemente, la causalidad es reemplazada como pri-mer principio motor del universo por el azar, un juego conceptual

    particularmente afortunado, pues el primero de los terminos,causalidad, es casi identico a su opuesto en espanol, casualidad. A

    pesar de lo mucho que se haya insistido, este cuento no trata de

    argfiir a favor ya sea del Azar o de la Casualidad como principiosdeterminantes del universo, sino mostrar que es posible sustituir la

    causalidad por su opuesto absoluto-la casualidad-y aun vislumbrarel universo como ordenado por un primer principio, independiente-mente del hecho de que proponer la casualidad como primerprincipio motor pone en jaque precisamente el concepto de un

    primer principio motor, es decir, la postulaci6n de un agenteabsoluto de causalidad y prop6sito teleol6gicos. El mundo que

    presenta "La loteria en Babilonia" es un sin sentido l6gico; pero lo

    que importa es que ese mundo se puede concebir y describir, a pesarde ese dislate fundamental.

    En "Pierre Menard, autor del Quijote," se advierte igualmente lasustituci6n de un termino por su opuesto, aunque en este caso los

    polos no son l6gicos-como ocurre con la causalidad y la casualidaden "La loteria en Babilonia"-sino mas bien conceptuales. Me refiero

    a que la oposici6n entre los terminos involucrados no se define en eleje de la esencia, sino en el de la funci6n: s6lo "Cervantes" puede ser

    autor del Quijote, y proponer cualquier otra figura autorial que no sea"Cervantes" como autor de ese texto crea una oposici6n funcional.En este cuento, el narrador vacia el espacio que ocupa la figura de

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    "Cervantes" en el acto de interpretaci6n que todo lector del Quijotenecesariamente realiza en su lectura de la novela, y se coloca en sulugar la figura confeccionada y contradictoria de un autor vanguar-dista frances llamado Pierre Menard. Por eso el cuento culminainexorablemente en lo que es, efectivamente, una escena de lectura e

    interpretaci6n:

    Por ejemplo, examinemos el [capitulo] XXXVIII de la primera parte, 'quetrata del curioso discurso que hizo Don Quijote de las armas y las letras'. Essabido que don Quijote (como Quevedo en el pasaje analogo, y posterior,

    de La hora de todos) falla el pleito contra las letras y a favor de las armas.Cervantes era un viejo militar: su fallo se explica. iPero que el don Quijotede Pierre Menard-hombre contemporaneo de La trahison des clercs y deBertrand Rusell-reincida en esas nebulosas sofisterias Madame Bachelierha visto en ellas una admirable y tipica subordinaci6n del autor a la

    psicologia del h6roe; otros (nada perspicazmente) una transcripcion elQuijote; a baronesa de Bacourt, la influencia de Nietzsche .... Es unarevelaci6n cotejar el don Quijote de Menard con el de Cervantes. Este, porejemplo, escribi6 (Don Quijote, primera parte, noveno capitulo): . . . laverdad, cuya madre s la historia, emula del tiempo, deposito de las acciones, estigode lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir. Redactadaen el siglo diecisiete, redactada por el "ingenio lego" Cervantes, esaenumeraci6n es un mero elogio ret6rico de la historia. Menard, encambio, escribe: . . . la verdad, cuya madre es la historia, emula del tiempo,dep6sito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente,advertencia de lo por venir. La historia, madre de la verdad; la idea esasombrosa. Menard, contemporaneo de William James, no define lahistoria como una indagaci6n de la realidad sino como su origen. Laverdad hist6rica, para 1l,no es lo que sucedi6; es lo que juzgamos quesucedi6. Las clausulas

    finales-ejemplo yaviso de lo

    presente,advertencia de lo

    por venir-son descaradamente pragmaticas. Tambien es vivido el contrastede los estilos. El estilo arcaizante de Menard-extranjero al fin-adolecede alguna afectaci6n. No asi el del precursor, que maneja con desaffo elespanol corriente de su 6poca. (449)

    "Pierre Menard" demuestra lo que ocurre cuando ponemos enmarcha la maquina de la lectura con Menard colocado ahora en el

    lugar que antes ocupara Cervantes. El resultado es que nada siguesiendo igual, pero que nada sucede realmente tampoco; porque el

    narrador/lector se las arregla para producir una lectura impecabledel fragmento de la primera parte de Don Quijote no menos convin-cente y "verdadera" que cualquier interpretaci6n previa que presu-mi6 a Cervantes como autor de la novela. Para leer el Quijote debemoscrear una figura de autor para poder descodificar el texto; puede que

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    CARLOS J. ALONSO

    estemos acostumbrados a hacer uso de la figura heredada que

    conocemos con el nombre de "Cervantes" para efectuar esadescodificaci6n, pero una vez que se desliga la figura que nos permitela descodificaci6n de la operaci6n descodificadora en sf (es decir, dela lectura), se hace evidente que cualquier otra figura de "autor"

    podria infiltrarse por esa brecha-incluso la de un autor frances

    vanguardista y ficticio llamado Pierre Menard-."Tema del traidor y del h6roe" le da otra vuelta de tuerca a esta

    repetida performance narrativa de sustituci6n de los contrarios. En este

    cuento, los dos sustantivos opuestos que se emparejan en el titulo serefieren a un mismo individuo, violentando asi los propios limites del

    lenguaje. Pero ademas, la situaci6n asombrosa que describe el cuento

    puede darse s6lo porque los discursos supuestamente inconmen-surables de la historia y la literatura convergen en la naturaleza

    tropol6gica y narrativa que es comlin a ambos:

    El escenario es la Irlanda del siglo diecinueve, la trama se enfoca en lasactividades de un grupo clandestino que lucha por la independenciairlandesa: El 2 de agosto de 1824 se reunieron los conspiradores. El pais

    estaba maduro para la rebeli6n; algo, sin embargo, fallaba siempre: alguintraidor habia en el c6nclave. Fergus Kilpatrick habia encomendado a

    James Nolan el descubrimiento de este traidor. Nolan ejecut6 su tarea:anunci6 en pleno c6nclave que el traidor era el mismo Kilpatrick.Demostr6 con pruebas irrefutables la verdad de la acusaci6n; los conjuradoscondenaron a muerte a su presidente. Este firmo su propia sentencia, peroimplor6 que su castigo no perjudicara a la patria. Entonces Nolan concibi6un extrano proyecto. Irlanda idolatraba a Kilpatrick; a mas tenue sospechade su vileza hubiera comprometido a la rebeli6n; Nolan propuso un planque hizo de la ejecuci6n del traidor el instrumento para la emancipaci6nde la patria. Sugiri6 que el condenado muriera a manos de un asesinodesconocido, en circunstancias deliberadamente dramaticas, que se

    grabaran en la imaginaci6n popular y que apresuraran la rebeli6n.

    Kilpatrickjur6 colaborar en ese proyecto, que le daba ocasi6n de redimirse

    y que su muerte rubricaria. Nolan, urgido por el tiempo, no supointegramente inventar las circunstancias de la multiple ejecuci6n; tuvo queplagiar a otro dramaturgo, al enemigo ingles William Shakespeare. Repiti6escenas de Macbeth, de Julio Cesar. La publica y secreta representaci6ncomprendi6 varios dias. El condenado entr6 en Dublin, discuti6, obr6,rez6,

    reprob6, pronunci6 palabras pat6ticas ycada uno de esos actos que

    reflejaria la gloria, habia sido prefijado por Nolan. Centenares de actorescolaboraron con el protagonista; el rol de algunos fue complejo; el de

    otros, momentaneo. Las cosas que dijeron e hicieron perduran en loslibros hist6ricos, en la memoria apasionada de Irlanda. Kilpatrick,arrebatado por ese minucioso destino que lo redimia y que lo perdia, mas

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    de una vez enriqueci6 con actos y palabras improvisadas el texto de sujuez.Asi fue desplegandose en el tiempo el populoso drama, hasta que el 6 deagosto de 1824, en un palco de funerarias cortinas que prefiguraba el deLincoln, un balazo anhelado entr6 en el pecho del traidor y del h6roe, queapenas pudo articular, entre dos efusiones de brusca sangre, algunaspalabras previstas. (498)

    El protagonista Nolan toma elementos de la literatura para construir

    algo que sabe quedari registrado como un suceso hist6rico, y elhecho de que esta operaci6n sea factible-que puedan utilizarse

    topoi y figuras de la literatura dramatica para escribir la historia-recalca un punto de convergencia que pone en tela de juicio ladistinci6n entre estos dos discursos. Pero lo que es importantesubrayar en este caso y en otros ejemplos de este segundo tipo denarrativa borgiana es que cada vez que se sustituye uno de losterminos dicot6micos con su contrario logico, nada sucede: laexistencia del cuento es prueba fehaciente de que la sustituci6n no

    paraliza la operatividad del mecanismo textual, pues, de hecho, la

    operaci6n sustitutiva que vuelve inoperante la diferencia mas radicales la

    que generala narrativa en

    primerainstancia. Dicho de otro

    modo: no deberiamos ser capaces de leer el Quijote con nadie mas

    que Cervantes como su autor; no deberfa ser posible instituir el azarcomo primer principio de causalidad absoluta; la literatura nodeberia ser capaz de servir de matriz para producir la historia, etc.

    La recurrencia de los dos tipos de narraciones que he descrito en

    Borges nos permite identificar un grupo de presupuestos epistemo-l6gicos centrales en su obra que nos ayudan a entender la recepci6ny filiaci6n critica de sus escritos. A partir de la publicaci6n del ensayo

    de John Barth, "A Literature of Exhaustion" en 1967, el axioma queconsidera a Borges como el creador arquetfpico del posmodernismose ha convertido en un lugar comlin de la critica, que ve en su obra la

    expresi6n condensada, las operaciones caracterfsticas que surgen delos principios esenciales de esa modalidad literaria.5 Ya para 1983Douwe W. Fokkema afirmaba rotundamente que la versi6n literariade la posmodernidad tenia su fuente en Borges: "It can be arguedthat Postmodernism is the first literary code that originated inAmerica and influenced European literature, with the possibility that

    5Ver tambien a apreciacion de Borges que presenta a secuela de este ensayo deBarth, "The Literature of Replenishment." Hay que sefialar que tres anos antes, Paul deMan ya habia senalado aspectos de la obra de Borges que luego darfan pie a su filiaci6ncon la estetica posmoderna. Los ensayos de Alazraki,Jensen, Kason, Lefere, Pina, Toroy Volek reafirman la filiaci6n posmoderna de Borges.

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    CARLOS J. ALONSO

    the writer who contributed more than anyone else to the invention

    and acceptance of the new code is Jorge Luis Borges" (38).6 Y en lamedida que el posmodernismo tiende a ser homologado con el

    postestructuralismo-acertadamente o no-la critica ha subrayadotambien las confluencias entre la obra de Borges y esa perspectivafilos6fica. El recorrido mas superficial de la bibliografia critica sobre

    Borges nos permitiria recoger multiples aseveraciones como la si-guiente: "It would be difficult to find a literary autor whose texts areas directly engaged in what appears to be a de Manian project as arethose of Borges" (Rapaport 141); o como esta: "Educated in Borges'sthought from the age of fifteen, I must admit that many of Derrida'snovelties struck me as being rather tautological. I could not understand

    why he took so long in arriving at the same luminous perspectiveswhich Borges had opened up years earlier. Derrida's 'deconstruction'

    impressed me for its technical precision and the infinite seduction ofits textual sleights-of-hand, but it was all too familiar to me: I had

    experienced in Borges avant la lettre" (Rodriguez Monegal, "Derrida"128).7 El sinnumero de te6ricos que han invocado a Borges comonumen o

    garantede su

    propia producci6navala esa

    interpretaci6n.Recordemos la posici6n honorifica que le da Foucault a Borges en el

    prefacio de Les Mots et les choses, en el que el fil6sofo frances cita la

    descripci6n de una enciclopedia china que aparece en el ensayo de

    Borges titulado "El lenguaje analitico de John Wilkins." En estadudosa enciclopedia esta escrito que los animales "se dividen en (a)pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados,(d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h)incluidos en esta clasificaci6n, (i) que se agitan como locos, (j)

    innumerables, (k) dibujados con un pincel finisimo de pelo decamello, (1) etcetera, (m) que acaban de romper eljarr6n, (n) que de

    lejos parecen moscas." Sin embargo, propondria que al examinar lasdos narrativas maestras que he identificado, se advierte en ellas unacuriosa reticencia en el centro de la escritura de Borges que podriadesafiar e incluso poner en entredicho la identificaci6n critica de suobra con los postulados y planteamientos del postestructuralismo.

    Para empezar, la segunda de las narrativas arquetipicas borgianas-aquella en que una categoria epistemol6gica o discursiva es reemplaza-

    da por su opuesto-es perfectamente analoga a la operacion critica

    6 Fokkema utiliza el sustantivo "America" en su sentido hemisferico, claro esti.7Gonzalez Echevarria estudia con mayor rigor la relaci6n de Borges con Derrida.

    Ver tambi6n los ensayos de Ambrose y Lemaitre.

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    fundamental del pensamiento estructuralista. En efecto, esta escenificala operaci6n interpretativa que describe Derrida en su ensayo "LeStructure, le signe, et lejeu dans le discours des sciences humaines," yque, segun 1l, es tipica deljuego limitado que permite el concepto deestructura en el que, al menos en teoria, un concepto y su contrario

    pueden intercambiar lugares precisamente porque hay un centro fijoque no pertenece a la estructura, pero que le permite a 6sta mantenersu coherencia e inteligibilidad mas alli de las transformaciones omutaciones a las que se le someta: "El concepto de una estructuracentrada es, de hecho, el concepto de unjuego fundamentado en unterreno esencial, un juego constituido sobre la base de una inmovili-dad fundamental, de una certidumbre apaciguadora que esta ellamisma fuera del alcance de ese juego" (410; la traducci6n es mia). El

    juego estructural posibilita permutaciones vertiginosas que sin embar-

    go no modifican en lo esencial la permanencia de la propia estructura.Asi, por ejemplo, la inverosimil enciclopedia china deJohn Wilkins esanmloga al sistema de numeraci6n inventado por Ireneo Funes, en elque un nilmero llamado "manta de carne" debia seguir a otro numerollamado "el

    NegroTimoteo." Ambas series son

    propuestascomo

    ins6litas, pero no imposibles, pues la coherencia de ambas como eriejamas es puesta en duda y constituye el fundamento argumentativo dela narrativa en que aparece.8 De ahi que Sylvia Molloy afirme que enBorges "poco importa la direcci6n de la serie ya que en 6sta desaparecela noci6n de jerarquia, desaparece la valorizaci6n del proceso a partirde un principio y hacia una meta, simplemente porque no hayprincipio y no hay meta sino una perpetua e irritante posibilidad decombinaciones" (89).

    Del mismo modo, el primer tipo de narrativa-el que muestra elmomento epifinico en que se alcanza una revelaci6n de perfecta ytotal inteligibilidad-alude a la presuposici6n esencial del pensa-miento estructuralista: la existencia de una economia cerrada de lasignificaci6n que se extiende en todas direcciones para conformar ununiverso semi6tico cerrado, y que es necesaria en su totalidad-y comototalidad-para otorgarle sentido a cada instancia particular y discre-ta de significaci6n. El concepto de una economia cerrada designificaci6n es una idea casi mistica, que de por si podria explicarese deismo laico que tambien caracteriza la obra de Borges: el hecho

    8 Como lo resume muy bien Sarlo, "la clasificacion escandalosa de Wilkins es vana,comica y, pese a todo, necesaria" (132). Sylvia Molloy discute ampliamente la funcionde las series en Borges (165-87).

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    de que una figuraci6n o presunci6n de una Divinidad vaga peroabarcadora se invoque continuamente a lo largo de sus escritos.

    Que el estructuralismo presumi6 la idea de un espacio designificaci6n a la vez extenso y limitado como requisito para supractica interpretativa queda claro en el estudio sobre el uso de laintertextualidad como categoria critica que le debemos aJonathanCuller. En su ensayo "Presupposition and Intertextuality," Cullerafirma que para los criticos estructuralistas, el concepto de inter-textualidad presuponfa la existencia de "un espacio discursivoindefinido y extenso" ("a vast and undefined discursive space") en el

    que un texto dado adquiriria su sentido s6lo en funci6n de todos losotros textos que le precedieron. Esta suposici6n es la rearticulaci6n

    cronol6gica de ese otro orden simultaneo que hacia posible que un

    signo o un enunciado adquiriera su sentido en relaci6n con todos losotros signos y enunciados que conformaban el sistema lingiistico en

    que se inscribia tal signo o enunciado: "What makes a series of noises

    perceptible as a sequence of meaningful elements is the entire

    phonological, grammatical and semantic system of a language, and

    intertextuality, throughthis

    analogy, designates everythingthat enables

    one to recognize pattern and meaning in texts" (104). Adviertase, sin

    embargo, que mientras que el concepto de intertextualidad incorpo-ra una dimensi6n temporal-pues a fin de cuentas es la relaci6n deun texto con la totalidad de textos que le preceden-el concepto estatambien marcado por una simultaneidad que arropa a la dimensi6n

    temporal, circunstancia que nos recuerda la peculiar conjunci6n destasis y temporalidad que hemos advertido en los textos de Borges yamencionados.

    El desaffo estaria en entender c6mo se le ha atribuido consecuen-temente a Borges el ser el practicante literario paradigmatico del

    pensamiento postestructuralista. Digo el c6mo, pues un analisis del porque nos llevaria a considerar la raz6n por la cual tanto los crfticos

    europeos y norteamericanos como la critica que se desempena en losestudios latinoamericanos encontraron un punto de convergencia ental designaci6n, empresa que sobrepasaria los limites de este trabajo.9Sugeriria que la respuesta podria encontrarse en un sutil equivoco enla interpretaci6n de la ironia borgiana.

    La idea recibida de Borges lo propone generador de una fisura

    9 El equivoco obedece-intuyo-a la aparici6n de la categoria de "world literature"a principios de los anos sesenta, y a la coetaniedad radical que le impondria el mercadoa las literaturas "ex6ticas" del mundo no occidental o periferico.

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    ironica que revela la naturaleza construida de nuestras creaciones

    epistemol6gicas, todo ello al servicio de la economia abierta de lasignificaci6n, descentrada e ilimitada que presume el pensamientopostestructuralista. Por el contrario, yo sostendria que los cuentos de

    Borges recalcan la construcci6n de nuestros sistemas epistemol6gicostomando como trasfondo el universo de significaci6n aparentementeinagotable pero en realidad cerrado en que se fundamenta el

    pensamiento estructuralista. Es cierto que algunos de los textos de

    Borges apuntan al acto de exclusi6n o limitaci6n que requiere laarticulaci6n de un sistema

    epistemol6gico-pensemosen "Funes el

    memorioso," "Eljardin de senderos que se bifurcan" y "Tlon, Uqbar,Orbis Tertius"-el hecho de que la categorizaci6n requerida por elconocimiento exige que olvidemos para poder pensar ("Funes"); o

    que la trama es una cadena causal construida a partir de una serie deelecciones en apariencia infinitas y de su reducci6n a una secuencia

    particular ("El jardin"); que el mundo es un tejido de metaforas al

    que atribuimos el poder de crear relaciones concretas entre distintossucesos ("Tlon"). Pero en los escritos de Borges, estas operaciones

    ir6nicas se realizan y cobran su sentido cabalcon el trasfondo de una

    presumida totalidad que se supone infinita por las cualidades misticas

    que se le atribuyen como garante de la inteligibilidad semi6tica. Otromodo de articular esta conclusi6n es que Borges-y el estructuralismoen general-opera con una l6gica de la permutaci6n dentro de unsistema cerrado de significaci6n, mientras que el postestructuralismoarticula su crftica invocando una vastedad semi6tica abierta, y me-diante la l6gica de la suplementariedad, la suma y la indecidibilidad.

    Borges se propone revelar los fundamentos contingentes de nuestros

    paradigmas epistemol6gicos confrontandolos con sus replicas radica-les y demostrando la similaridad que media entre ambas, y no pormedio de la exploraci6n de una diferencia interna que tendria quehaber estado presente desde siempre y que debia ser suprimida paraproducir el simulacro del sentido en primera instancia. De ahi la

    persistencia de la repetici6n en Borges, pues en ella-o mas precisa-mente en la repetici6n structural de una diferencia-se fundamenta la

    estrategia critica esencial de su discurso.Podriamos aventurarnos mas allh y proponer que las dos narrativas

    borgianas estan relacionadas entre si por una especie de "temporali-dad," en la medida en que la segunda narrativa-la que pergena laintercambiabilidad de los opuestos-presupone la economia generalde la primera-la que describe un momento o estado de completainteligibilidad-. Es decir, el ejercicio casi travieso de sustituir una

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    categoria por su opuesto que es tan comun en Borges, solamente

    puede ocurrir si se presume la existencia de un sistema de inteligibi-lidad semi6tica extenso pero cerrado. Afirmar que una categoria deuna diada dicot6mica es equivalente a la otra-afirmaci6n que se

    expresa en Borges econ6micamente mediante la operaci6n de colo-car una categoria en el lugar previamente ocupado por su opuesto-s6lo puede efectuarse "despu6s" de que el momento de total com-

    prensi6n y p6rdida de la diferencia que entrana la primera narrativa

    haya ocurrido. En su mutua imbricaci6n y redundancia, las dosnarrativas revelan el horizonte estrat6gico del que surge la dimensi6ncritica de la obra de Borges. Que 6stas recurran una y otra vez bajodistintas apariencias en sus escritos-instancias camufladas de la

    repetici6n de lo mismo-explica que en Borges nos encontremoscontinuamente con un universo de arquetipos poblado por el Hom-bre, el Libro, la Biblioteca, el Demiurgo.

    A estas alturas, podria parecer que mi intenci6n es determinar conla mayor precisi6n posible el lugar que ocupa Borges en la historialiteraria y filos6fica de los ultimos cincuenta anos, esto es, un

    proyectoderivado de un

    pruritode filiacion

    yclasificaci6n critica. El

    prop6sito que me anima no es demostrar que Borges es un ac6lito o

    siquiera un entendido del estructuralismo-propuesta harto dificilde compaginar con el conocimiento minuciosamente desglosado quetenemos de sus lecturas-y que s6lo repetiria la fetichizaci6n de

    Borges mediante su vinculaci6n a otra mentalite metropolitana.?1 Me

    propongo arrojar duda sobre el lugar comun critico que quisiera veren el la expresi6n literaria de los supuestos postestructuralistas sobreel lenguaje. Este cuestionamiento posibilitaria a su vez dos operacio-

    nes interpretativas que podrian conformar otro Borges-y dado ellugar central que este ocupa en ella-tambien otra historia literaria

    o En la obra de Borges no hay menci6n de pensadores que hoy asociemosexplicitamente con el estructuralismo. Aunque reconoce este hecho, Foster habla deuna continuidad entre la filosofia y la literatura de todo momento hist6rico que leautorizan a vincular a Borges con las ideas saussurianas sobre el lenguaje. Con mayorsolvencia Bluher estudia los contactos evidentes de Borges con los que denomina"planteamientos semi6ticos" de Valery ("La critica" 453), y Arturo Echavarria demuestrala influencia directa de las ideas lingiifsticas de Fritz Mauthner en Borges, que segun elpueden caracterizarse como un tipo de estructuralismo (100-16). Franco (66-69) yDapfa tambi6n discuten a profundidad los vinculos de Borges con las ideas deMauthner sobre el lenguaje. Dos obras de gran utilidad sobre el estructuralismo comomovimiento intelectual son las de Dosse y Pettit.

    La intersecci6n de la obra de Borges con la filosofia ha sido examinada en multiplesmonografias. Ver Arana, Bossart, Champeau, Galende, Gutierrez, Kaminsky, Quaglia ySerna Arango.

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    para Hispanoamerica. En primer lugar, la critica ha sido muy prolijaen su discusi6n sobre las directrices ideologicas de la obra de Borges,habiendose senalado, por ejemplo, los exabruptos borgianos sobre la

    guerra de Vietnam; su simpatia hacia los militares que lideraronsendos golpes de estado en Chile y la Argentina durante los anossetenta; el quietismo metafisico que se desprende de su universoliterario, su conservadurismo en lo que respecta al papel del intelec-tual en la sociedad.11 Yo propondria que la dinamica que venimosauscultando en este ensayo-en tanto despliega a un Borges cuyosresortes estrategicos se afianzan en un horizonte de significaci6ncircunscrito y limitado-es quiza un indicio mas certero de laslimitaciones y de los limites ideol6gicos de esa producci6n.

    En segundo lugar, y posiblemente de mayor alcance, esta la

    posibilidad que se inaugura de identificar a otros escritores cuya obrase vuelve visible, por decirlo asi, cuando construimos una genealogiade la posmodernidad en America Latina en la que el lugar que ocupaBorges en ella ha sido alterado y desfamiliarizado; o mejor aun,cuando resistimos de entrada la tentaci6n de construir tal genealogia

    alterna, porirresistible

    yseductora

    que parezcaesta

    empresa. Porquees s6lo asi que figuras como las de Macedonio Fernandez, VirgilioPinera y Reinaldo Arenas adquieren colectivamente el peso centrifu-go que poseen individualmente: no porque constituyan en conjuntouna tradici6n otra, sino precisamente porque sus proyectos textualesse resisten a entablar y a sostener las filiaciones en que se fundamen-tan las genealogias literarias que nos obstinamos en construir.

    Si la obra de Borges no se compagina plenamente con elpostestructuralismo, es evidente por otro lado que su practica

    "estructuralista" tampoco tiene una vinculaci6n determinante con sucontexto coetaneo metropolitano. El escandalo y la sorpresa quetodavia hoy acompanan la lectura de Borges tienen su origen en esedesfase raigal que ha llevado a Beatriz Sarlo y a Sylvia Molloyrespectivamente a referise a 1l como un escritor de orillas y de

    " El recuento que hace Bell-Villada es simultaneamente irrisorio y demoledor, eincluye: "signing petitions favoring the Bay of Pigs invaders, pleading for the executionof Regis Debray in Bolivia, dedicating the first copy of his translation of Leaves of Grassto no less than Richard Nixon, quietly supporting the

    Ongania dictatorshipin the

    1960s, stating repeatedly that Blacks and Indians are inferior to whites, and openlypraising Generals Videla and Pinochet as 'gentlemen'" (267). Ver tambien los estudiosde Orgambide, Rodriguez Monegal ("Borges and Politics") y Rodriguez Luis, asi comolos volumenes editados por Flo, Racz y Lafforgue. Sarlo y Gonzalez han rastreadoultimamente la presencia de lo politico en Borges desde perspectivas afines a losestudios culturales en sus respectivos libros sobre el escritor argentino.

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    CARLOS J. ALONSO

    vaivenes. El juego de permutaciones que es la escritura borgiana lo

    vincula al estructuralismo por la naturaleza de su praxis; pero estamodalidad intelectual no es su resorte conceptual fundamental.

    Borges incide en una praxis filiada a la del estructuralismo porque susituaci6n de escritor perif6rico le llev6 a articular esa logica subversi-va de las permutaciones que atesora la diferencia en la repetici6n. En

    Borges hay una critica y una disminuci6n del original porque su obramuestra una y otra vez que el modelo no es sino una permutaci6nmas. La ironia borgiana surge precisamente de ese juego de las

    permutaciones. Pero Borges no articul6 plenamente-o quiza no

    pudo no vedarse-esa otra noci6n de la diferencia que sin duda

    intuy6: el conocimiento del original como radicalmente diferente desi mismo.

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