BOLETIN Nº. 320 Julio, Agosto y Septiembre 2013

Julio, Agosto, Septiembre 2013 - ANFE 1

Julio, Agosto y Septiembre 2013BOLETIN Nº. 320

El afán de cada día multiplica nuestra vida de quehaceres, urgencias, agobios, prisas e impaciencias, y por eso necesi-tamos el reposo y sosiego. Necesitamos la paz y el diálogo. Necesitamos oxige-nar el cuerpo y el alma. Necesitamos descansar. Necesitamos las vacaciones. ¡Bendice, Señor, nuestras vacaciones!

Os deseo a todos que el tiempo de las vacaciones sea fecundo para la vida de familia, para el encuentro con nosotros mismos y con los demás. El ejercicio físico nos ayuda a rejuvenecernos. Os deseo que vuestro tiempo de vacaciones sea un tiempo santo para descubrir la presencia de Dios entre nosotros, para compartir nuestro testimonio y nuestra fe con los de-más. Que siempre saquéis tiempo para participar en la Eucaristía y, sobre todo, en nuestras vigilias. Que cuando empiece el curso, vengamos con fuerzas renovadas y con ganas de trabajar para el Señor, en el lugar donde Él piense ponernos. Seamos generosas con el Señor en nuestro tiempo, ya sea de vacaciones o durante el curso.

Un abrazo de corazón para todas.

Loli Gómez-Presidenta Diocesana.

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2 Julio, Agosto, Septiembre 2013 - ANFE

La sal, dijo, tiene sentido cuando se da para condimentar las cosas. Guardada en un frasco, con la hume-dad, pierde fuerza y no sirve, señaló. Hay que darse.Los cristianos propagan la sal de la fe, de la esperanza y de la cari-dad: ésta fue la exhortación del papa Francisco en una misa celebrada el pasado mes de mayo en la Casa Santa Marta.El santo padre señaló que la origi-nalidad cristiana “no es una unifor-midad” y advirtió contra el riesgo de convertirse en insípidos, como “cris-tianos de museo”.¿Qué es la sal en la vida de un cris-tiano, cuál es la sal que nos dio Je-sús? En su homilía, Francisco cen-tró su reflexión en el sabor que los cristianos están llamados a dar a su propia vida y en la de los demás.

La sal que nos da el Señor, dijo, es la sal de la fe, de la esperanza y de la caridad. Pero, advirtió, hay que tener cuidado de que esta sal, que hemos recibido de la certeza de que Jesús murió y resucitó para salvarnos, “no pierda su sabor, que no pierda su fuerza.” La sal tiene sentido cuando se da para condimentar las cosas. Tam-bién creo que la sal guardada en un frasco, con la humedad, pierde fuerza y no sirve. La sal que he-mos recibido es para darla, es para condimentar, está para ofrecerla. Lo contrario la vuelve insípida y no sirve. Debemos pedirle al Señor no ser cristianos con sal pero sin sabor, con sal guardada en un frasco. Pero la sal también tiene otra característi-ca especial: cuando la sal se utiliza bien, no se siente el sabor de la sal... ¡No se siente! Se siente el sabor de cada comida: la sal ayuda a que el

El Papa advierte: Cuidado con ser «cristianos de museo» y con la uniformidad “sin sabor”


sabor de aquella comida sea mejor, se conserve más, sea más buena, más sabrosa. ¡Esta es la originalidad cristiana!”.Agregó que “cuando predicamos la fe, con esta sal”, los que “reciben el anuncio, lo reciben a su manera, como para las comidas.” Y así, “cada uno, con sus propias peculiaridades, recibe la sal y esta se vuelve mejor”:“¡La originalidad cristiana no es una uniformidad! Toma a cada uno como es, con su propia personalidad, con sus propias características, con su cultura y lo mantiene así, porque es una riqueza. Pero le da algo más: ¡le da el sabor! Esta originalidad cristia-na es hermosa. Pero cuando quere-mos crear una uniformidad --en que todos son salados de la misma ma-nera--, las cosas serán como cuando una mujer arroja sal en exceso y se siente solo el sabor de la sal y no el sabor de esa sabrosa comida sala-da. La originalidad cristiana es esto: cada uno es como es, con los dones que el Señor le ha dado”.Esto, continuó el papa, “es la sal que tenemos la que debemos dar”. Una sal que “no es para conservarla, sino para darla”. Y esto, dijo, “es un poco de trascendencia”: “de salir con el mensaje, ir con esta riqueza que te-

nemos de la sal y darlo a los demás”. Por otro lado, señaló, hay dos “sali-das” para que la sal no se malogre. En primer lugar, poner la sal “al ser-vicio de las comidas, al servicio a los demás, al servicio de las personas”.En segundo lugar, la “trascendencia hacia el autor de la sal, el Creador”. La sal, reiteró, “no se conserva dán-dola solamente en la predicación”, sino que “tiene también la necesi-dad de otra trascendencia, de la oración, de la adoración”:“Y así la sal se conserva, no pier-de su sabor. Con la adoración del Señor yo trasciendo de mí mismo hacia el Señor, y con la proclama-ción evangélica salgo de mí mismo para dar el mensaje. Pero si no ha-cemos esto --estas dos cosas, estas dos trascendencias para dar la sal--, la sal permanecerá en el frasco, y nosotros nos convertiremos en cris-tianos de museo. Podemos hacer ver la sal: esta es mi sal. Pero ¡qué bella que es! Esta es la sal que recibí en el Bautismo, esto es lo que he recibido en la Confirmación, esto fue lo que me dieron en la catequesis... Pero fíjate: ¡cristianos de museo! Una sal sin sabor, es una sal que no consigue nada”

Zenit

En nuestra oración de hoy podemos preguntarnos: ¿Dedico a mi formación espiritual el tiempo necesario. Aprovecho los medios de formación que me ofrece la Asociación o me dejo absorber con frecuencia por las demás cosas que llenan el día? ¿Me dejo llevar por la apatía que es lo que me hace ser sal desvirtuada? Necesitamos luz y claridad para nosotros y para quienes están a nuestro lado. Es muy grande nuestra responsabilidad. El cristiano está puesto por Dios como antorcha que ilumina a otros en su caminar hacia Dios.

4 Julio, Agosto, Septiembre 2013- ANFE

Según me han llegado comentarios, de que algunas adoradoras son de la opinión de que la cuota que se apor-ta en la asociación no es necesaria y, por lo tanto, no la pagan. Pagan el bo-letín y… la cuota, según dicen, ¿para qué sirve?Para todas éstas que opinan así, va la explicación.El artículo 50 del Reglamento dice: “Los Turnos atenderán al sosteni-miento económico de la Sección con las aportaciones de las adoradoras. Si bien la cuota personal no debe ser impuesta, sí debe fomentarse el espíritu de corresponsabilidad en la Asociación estableciendo el Consejo de Sección unas normas orientativas de acuerdo con el presupuesto anual elaborado.”En una familia cada uno da su apor-tación para su sostenimiento, porque una familia donde nadie aportara nada ¿cómo se sostendría? Igual pasa en una asociación, si no se aportara una cuota, por pequeña que sea, ¿Cómo se sostendría?La fuente de ingresos son los tur-nos. La cuota no es fija, cada una da según sus posibilidades, la que pue-de más aporta más y la que menos, aporta menos. De las cuotas de los

turnos, además de los gastos propios de ellos, se paga al año al Consejo de Sección una cuota por adoradora. El Consejo de Sección lo hace, a su vez, al Consejo Diocesano y éste al Consejo Nacional ¡poco más de un euro al año! por adoradora. ¿Qué menos se puede pedir? Tened en cuenta que tanto el Consejo de Sec-ción, como el Diocesano, como el Nacional no disponen de adorado-ras, es de los turnos de donde salen los recursos. Somos una familia que nos sostenemos con la aportación de cada miembro de ella. Para llevar a cabo las actividades necesitamos en-contrar y contar con recursos. Cuando se celebran retiros, asam-bleas, se originan unos gastos que hay que cubrir (lugar de la celebra-ción, estipendios, flores, etc.). Ade-más hay gastos de administración (papeles, sellos, sobres, cartuchos de tinta, etc. etc.). Cuando se celebran reuniones del Pleno, tanto a nivel nacional como diocesano, la presidenta está obli-gada a asistir, porque pertenece al Consejo y debe estar informada y aportar su opinión en todo lo que se trate en la reunión. Los gastos que origine el viaje al lugar de reunión debe salir del fondo nacional, dioce-sano o de sección; siempre pensando en esas adoradoras que su economía no le permita afrontar esos gastos y no pueda asistir. La asociación debe facilitar la asistencia de todo miembro que esté obligado a ir a las reuniones obligadas. Igual pasa con los miem-bros de la Comisión Permanente na-cional y diocesano.En la Sección de Córdoba, cuando se contrata un autocar para retiros, vigilias especiales en otros pueblos,

Jesús estaba una vez sentado frente a los cofres de las ofrendas, mirando cómo la gente echaba di-nero en ellos. Muchos ricos echaban mucho dinero. En esto llegó una viuda pobre, y echó en uno de los cofres dos moneditas de cobre, de muy poco valor. Entonces Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo:—Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres;

pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.

Marcos 12:41-44


etc., nunca se cobra a las que van la proporción de lo que ha costado éste, con el fin de no encarecerle a la ado-radora el viaje y facilitar que asistan a los actos, el resto lo pone el Consejo de Sección. No sé en otras cómo lo llevarán, pero me imagino que más o menos por el estilo. Como anécdota, hace algunos años dijimos que el autocar había costado X y que cada una deberíamos aportar X, y que para ello se pasaría la bolsa para que cada una echara el importe. Todas hicieron el gesto de meter la mano en la bolsa para echar, pero el resultado fue de pena… Igual pasa en los turnos que suelen hacer lo de pasar la bolsa. Por eso hay que poner una cuota y llevar el control la secre-taria-tesorera del turno, y nadie debe saber qué aporta cada una: un euro, dos, tres, etc. al mes. La generosidad siempre es recompensada por el Se-ñor que es el que sabe, de verdad, lo que cada una puede aportar.Para adorar al Señor, como dicen, no hace falta pagar nada, y es que se les olvidan que pertenecen a una asociación que es la que organiza to-dos los actos de adoración al Señor. Igual que el que quiera pertenecer a una Cofradía deberá pagar una cuota

para el sostenimiento de la misma, o a una peña futbolística, etc.¡Qué pena que nos gastamos en una revista, en una café, en un refresco, etc., un euro, dos o mucho más, y seamos tan cicateros para las cosas del Señor. ¿Os habéis fijado algunas limosnas que echan en la canastilla en las misas? Las que algunas veces la hemos tenido que pasar, da pena lo que ves que echan, ¡centimillos! Gracias a Dios hay otras almas más generosas que compensan. Se pa-gan entradas caras para ver el teatro, cine, etc., y en qué poca estima tie-nen la Misa y los actos al Señor, que es, en definitiva, lo único que les va a servir a la hora de su muerte: las obras de caridad con Dios y con el prójimo.¡Ah, otra cosa! Estas adoradoras que actúan así, deberían asistir a las asambleas, porque en ellas se da cuenta de los gastos que hay en la asociación y no dirían: ¿Para qué sir-ven las cuotas? Como no suelen asis-tir no están informadas de nada con respecto a la asociación. Para cono-cerla a fondo hay que asistir a todo lo que se organiza.

La presidenta Diocesana


Me preguntaste dulcemente y me mi-raste con ojos mansos.

Yo, inundada de amor... temblando dije: “Sí, mi Señor, Tú sabes que te amo.”

“Entonces, sígueme… Te necesito para andar por el mundo predicando mi Palabra por tus labios, déjame ayudar a los hombres con tus manos… Si me dices que sí, no habrá retorno, los que se vuelven no sirven en mi arado.”

Yo respondí: “Señor, estoy dispuesta a dar la vida si fuera necesario.” Y dejan-do atrás miles de cosas salí a recorrer el mundo de tu mano. Debí aprender a dar la otra mejilla, a bendecir a quien me hiciera daño; a ser cordero en me-dio de lobos; debí aprender a amar sin ser amada; y ser siempre pobre, pa-ciente y mansa. También debí aprender

a ser valiente cuando un día descubrí que ser cristiana no es andar con la cruz col-gada al pecho o transportar la Biblia bajo el brazo…

Ser cristiana, aprendí, es más que eso, es arriesgarlo todo a cada paso, es jugar-se la vida, dar la cara, y en buena o mala, estar siem-pre de tu lado. Me imaginé un camino hecho de rosas, pero encontré un camino lleno de cardos. En busca de triunfos resonantes pro-bé el vino amargo del fra-caso... Cómo me costó en-tender! cuando decías: “No esperes bien si a mí me han hecho daño.” Mil ve-ces me caí… pero mil veces seguí tu ejemplo, camino

del calvario.

El mundo me atacó como fiera y yo esperé encontrar un mundo manso. Por caminar tus pasos fui agredida; queriendo hacer el bien fui rechazada, queriendo dar amor fui herida y que-riendo la paz... me hicieron daño.

Cuántas veces, no sabes cuantas! pen-sé volver atrás sobre mis pasos. Pero a pesar de todo lo vivido aún sigo ca-minando a tu lado. A veces cuando arrecia la tormenta, y ya sin fuerzas... me suelto de tu mano. Entonces, Tú te vuelves... y me miras... “¿Me Amas?” Me preguntas muy despacio. Y yo igual que ayer... siempre respondo “Si, mi Señor, Tu sabes que Te Amo.”

Fuente: Siembra amor


…; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe operarios a su mies (Mt 9, 37-38). Decía San Josemaría: “No concluyas cómodamente: yo para esto no sirvo, para esto ya hay otros; esas tareas me resultan extrañas. No, para esto, no hay otros; si tú pudieras decir eso, to-dos podrían decir lo mismo. El ruego de Cristo se dirige a todos y a cada uno de los cristianos. Nadie está dispensado: ni por razones de edad, ni de salud, ni de ocupación. No existen excusas de ningún género. O producimos frutos, o nuestra fe será estéril.”Es lo que nos pasa en Anfe, que casi todas “escurrimos el bulto” a la que está al lado: que lo haga otra, yo para eso no sirvo. Si todas decimos lo mismo, ¿quién hará las cosas?Jesús nos envía como a aquellos dis-cípulos a quienes hace ir a la aldea ve-cina en busca de un borrico que se en-contraba atado y en el que todavía no había montado nadie. Les manda que lo desaten y se lo lleven, pues había de ser la cabalgadura en la que entraría triunfante en Jerusalén. Y les encargó que si alguno les preguntaba qué ha-cían con él, le dijeran que el Señor lo

necesitaba. Actúan para el Señor y en su nombre. No lo hacen por cuenta propia, ni para obtener ellos ningún be-neficio personal. En Anfe actuamos y trabajamos para el Señor. Es el Señor el que nos nece-sita y nos dice que trabajemos para Él.Afortunadamente, durante 50 años ha funcionado Anfe perfectamente gra-cias a esas adoradoras comprometidas que, desgraciadamente, han ido y van desapareciendo por sus muchos años. Anfe está en manos de las que somos un poco más jóvenes; y si no nos to-mamos en serio de que estamos traba-jando en una asociación donde nuestra actividad es adorar al Señor, en unos años… ¿cómo pensáis que estaremos?Decía, también San Josemaría: “Que sean de apóstol nuestras manos, y nuestras acciones, y nuestra vida... En-tonces Dios nos dará también gracia de apóstol, para romper los hierros de los encadenados”.Dios nos prueba, porque el que se deci-de a seguirlo siempre es probado, para que demuestre su fidelidad y su amor a Él. El cielo no nos lo van a regalar, hay que trabajarlo. Igual que el que entra a trabajar en una empresa, no cobrará si no hace su trabajo. Cristo trabajó y sufrió mucho. Podría haber dicho: ¡Anda que lo que me es-pera en la tierra: traiciones, trabajos, penas, sufrimiento, y al final… ¡la cruz! Me quedo donde estoy, que se está más cómodo y mejor. Pero gracias a Dios que no pensó así. ¡Qué hubiera sido de nosotros!En Anfe tiene que ir acompañada la oración y el trabajo en la asociación. Cada una debe asumir su cargo si no, esto no funcionará.

L. Gómez


En la noche del 15 al 16 de junio de 2013, celebramos la Vigilia de Es-pigas en Almodovar del Río. En la iglesia de Nuestra Sra. del Carmen nos fuimos concentrando todos los adoradores y adoradoras de ANE y ANFE. Asistieron 35 secciones, con un total de casi 400 adoradores/as. En la iglesia estaban venerando las reliquias de San Juan de Ávila, que nos acompañó en la procesión de banderas. De allí partimos hasta la parroquia de la Inmaculada Concep-ción.A las 22 horas, empezó la cele-bración de Vísperas seguida de la Santa Misa. Fue presidida por el Sr. Obispo Don Demetrio Fernández

González, y concelebrada por el Consiliario de ANE-ANFE, don To-más Pajuelo Romero, el Director de la Sección, Don Adolfo Ariza y varios consiliarios más de otras secciones, que se habían querido sumar a los actos.La Iglesia estaba abarrotada de fie-les, tanto que hubo que poner una pantalla gigante en la calle con mu-chas sillas para que pudieran seguir la vigilia. Durante la noche, las sillas de la calle sirvieron para que los que no les tocaba el turno, estuvieran fresquitos en la calle, porque hizo un calor terrible ese día.Terminada la Santa Misa, fue ex-puesto el Santísimo Sacramento


que fue adorado por turnos hasta las seis de la mañana que salió en procesión por las calles del pueblo, engalanados sus balcones y puer-tas, y por varios altares donde en cada uno se adoró al Santísimo Sa-cramento.Llegados al lugar donde estaba el altar final, con una vista preciosa de los campos y el castillo, se dio la bendición a los campos y sus traba-jadores, el pueblo y a los fieles. Terminada la bendición final, Don Tomás dirigió unas palabras a to-dos los asistentes. El Santísimo fue llevado para su reserva en la parro-quia.

La Sección de Almodovar ofreció un desayuno en los salones del Ayun-tamiento, que gentilmente la ofreció para el evento. En esa noche, de dos a tres de la mañana, después de haber hecho nuestro turno, los miembros del Consejo Diocesano celebramos re-unión del Pleno en una clase del Co-legio de Ntra. Sra. de Gracia y San Fco. Solano, que estaba junto a la parroquia.Damos las gracias y felicitamos a la Sección de Almodovar por el es-fuerzo que han hecho para preparar la Vigilia y de todo lo concerniente a ella. Dios os pague el trabajo y el cariño que habéis puesto en todo.


Un joven se dirigía así a los obispos reunidos en el pasado Sínodo: “Ustedes, los sacerdo-tes, han hablado sobre el papel de los laicos. Yo, que soy laico, quiero hablar del papel de los sacerdotes.Nosotros los jóvenes tenemos necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Es de ustedes, sacerdotes, de quie-nes nosotros aprendemos a ser cristianos, y ahora que las familias están más desunidas, su papel es todavía más importante para no-sotros. Ustedes nos testimonian la fidelidad a una vocación, nos enseñan la solidez en la vida, y la posibilidad de elegir un modo alter-nativo de vivir, siendo éste más bello que el que nos propone la sociedad actual.Mi experiencia me enseña que allí donde hay un sacerdote apasionado de su vocación, la

comunidad, en poco tiempo, florece. La fe no ha perdido atractivo, pero es ne-cesario que existan personas que la muestren como una elección seria, sensata y creíble. Lo que me preocupa es que estos modelos se han convertido en una minoría. El Sacerdote ha perdido confianza en la importancia de su propio ministerio, ha perdido carisma y cultura. Veo sacerdotes que identifican “dedicarse a los jóve-nes” con “disfrazarse de joven”; o, peor aún, vivir el estilo de vida de los jóvenes. Y lo mismo en la liturgia, ya que en el intento de hacerse originales se convierten en insignificantes. Les pido el coraje de ser ustedes mismos. No teman, porque allí donde sean auténticamente sacerdotes, allí donde propongan sin miedo la verdad de la FE, allí donde no tengan miedo de enseñarnos a orar, nosotros los jóvenes los segui-remos. Hacemos nuestras las palabras de Pedro, “Señor, ¿a quién iremos? Solo Tú tienes palabras de vida eterna”. Nosotros tenemos hambre de lo eterno y de lo verdadero”.

Un joven de 23 años: Tornasso Spíneffl

Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un banquero, más que un médico, más que un maestro, por-que él puede reemplazar a todos y ninguno puede reemplazarlo a él.

Cuando se piensa que un sacerdote cuando celebra en el altar tiene una dig-nidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.

Cuando se piensa todo esto, uno comprende la inmensa necesidad de fomen-tar las vocaciones sacerdotales.


1. Participar más plenamente es un objetivo actual.-Desde que se inauguró el Año de la Fe, el 11 de octubre, tenemos por delante una serie de objetivos e iniciativas, entre ellas, según señalaba la Congregación para la Doctrina de la Fe, “el Año de la fe «será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía»31. En la Eucaristía, misterio de la fe y fuente de la nueva evangeli-zación, la fe de la Iglesia es proclama-da, celebrada y fortalecida. Todos los fieles están invitados a participar de ella en forma consciente, activa y fructuosa, para ser auténticos testigos del Señor”1Tenemos por delante que intensificar en la medida de nuestras posibilidades, la participación verdadera en la liturgia, el cultivo de la liturgia, de su solemnidad y sacralidad al celebrarla, renovando la

participación plena, consciente, activa, interior, fructuosa, ya que la fe se nutre y se expresa en la liturgia. En esto cada cual, según su ministerio y vocación, como sacerdote, religioso o seglar, ha-brá de ver qué puede hacer (o en al-gunos casos, dejar de hacer porque se hace mal) y mejorar.La catequesis en sus diferentes grados y edades, especialmente la catequesis de adultos o la formación permanente, deberá tener entre sus objetivos educar en vistas a la participación litúrgica; al menos así lo señala del Directorio Ge-neral de Catequesis:“La Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles cristianos a aquella participación plena, consciente y activa que exige la naturaleza de la liturgia misma y la dignidad de su sa-cerdocio bautismal. Para ello, la cate-quesis, además de propiciar el cono-cimiento del significado de la liturgia y de los sacramentos, ha de educar a los discípulos de Jesucristo para la ora-ción, la acción de gracias, la penitencia, la plegaria confiada, el sentido comuni-tario, la captación recta del significado de los símbolos…; ya que todo ello es necesario para que existe una verdade-ra vida litúrgica” (DGC 85).La Eucaristía celebrada merece una amplia explicación e introducción en catequesis de adultos, cursos, confe-rencias, charlas, boletines de formación (como intentamos ir haciendo aquí), con un método mistagógico, explican-do paso a paso cada momento de la ce-lebración eucarística: cómo se realiza según las rúbricas, qué significado tiene y las implicaciones espiritua-les. Se procura así que, conociendo la

liturgia de la Eucaristía, se favorezca una participación plena, consciente, activa, interior, fructuosa (adjetivos que la definen según la Sacrosanctum Con-cilium).Ya Juan Pablo II recordó la importan-cia de la formación tanto de sacerdotes como de los fieles para incrementar la verdadera participación en la liturgia:“El cometido más urgente es el de la formación bíblica y litúrgica del pueblo de Dios: pastores y fieles. La Consti-tución ya lo había subrayado: «No se puede esperar que esto ocurra (la par-ticipación plena, consciente y activa de todos los fieles), si antes los mismos pastores de almas no se impregnan to-talmente del espíritu y de la fuerza de

la Liturgia y llegan a ser maestros de la misma». Esta es una obra a largo plazo, la cual debe empezar en los Se-minarios y Casas de formación y con-tinuar durante toda la vida sacerdotal. Esta misma formación, adaptada a su estado, es también indispensable para los laicos” (Carta Vicesimus quintus an-nus, n. 15).

Javier Sánchez Martínez, Pbro.Parroquia de la Trinidad (Córdoba)

1) Nota con indicaciones pastorales para el Año de la fe, 7-enero-2012.

12 Julio, Agosto, Septiembre 2013- ANFE

Sin la gracia santificante para nada serviríamos. Somos lo que «el pin-cel en manos del artista». Las obras grandes que Dios quiere realizar con nuestra vida han de atribuirse al Artista, no al pincel. La gloria del cuadro pertenece al pintor; el pincel, si tuviera vida propia, tendría la dicha inmensa de haber colaborado con un maestro tan grande, pero no tendría sentido que se apropiara el mérito.Si somos humildes –«andar en verdad» es ser conscientes de que somos siervos inútiles– nos sentiremos impulsados a pedir la gracia necesaria para cada obra que realicemos. Otra consecuencia práctica que podemos sacar de la enseñanza que nos da Jesús es la de recha-zar siempre cualquier alabanza que nos hagan –al menos en nuestro corazón– y dirigirla al Señor, pues cualquier cosa buena que haya sali-do de nuestras manos hemos de atribuirla en primer lugar a Dios.

Libro: Hablar con Dios


Es nuestro momento No hace mucho tiempo oí a un sacer-dote en la Iglesia de San Hipólito decir verdades como puños. Y entre otras cosas hablaba del compromiso. Del compromiso de verdad. También decía que a los movimientos había que ir a trabajar codo con codo, no a codearse. (bueno esto no va por vosotras)

Hay muchos que cuando asisten a al-guna celebración en la iglesia se emo-cionan y luego al salir comentan ¡que bonito ha estado todo¡ es más hasta los sacerdotes se emocionan con su pro-pia predicación y ¿qué, como ha salido, te ha gustado?

Y ya en la calle al encontrarnos con co-nocidos y más anchas que largas y con todo el orgullo del mundo comenta-mos: ¡lo que te has perdido¡ ¡qué bonito ha estado todo¡ ¡qué bien ha hablado Don Fulano.

Que sí... que todo está muy bonito, pero... no nos podemos quedar en eso.

Tenemos que ser adoradoras ¡chulis¡

y comprometidas, emocionadas, enamoradas, apasionadas, deseo-sas, fieles, yo que sé: “locas de amor”.Y cuando el sacerdote nos diga al despedirnos del templo id, pues a ir ¡como las balas¡ a llevar el amor de Cristo a la calle, a la casa, al trabajo, a la pelu, al su-per, al médico…Es decir, a vivir comprometidas con el Señor. Difundir como po-damos y donde estemos la buena noticia.

Sin temor y contentas. (Como la vieja del visillo de la tele que no hay quien la pare)

Es nuestro momento (como decían en un programa de televisión una con-cursante), es nuestro desafío, invertir nuestro tiempo y esforzarnos codo con codo para mostrar al mundo entero que somos de Jesús que trabajamos en su empresa, que no tenemos vacaciones y......que

¡CRISTO VIVE¡que estamos comprometidas con El y nunca nos va a dejar solas y que no va-mos a tener miedo y que nadie nos va a parar

Jesucristo ha resucitado que resue-ne no solo cuando estamos juntitas con El, que traspase todo, que llegue a to-dos se nos ha aparecido el Señor y tenemos que anunciarlo. Es nuestra causa ¿Quién se apunta, quién se quiere implicar?JESÚS AHORA ESTÁ TOMANDO NOTAME LO PIDO.

Un abrazo. Juanita.


“Vivid hoy Conmigo, hijos predilectos, en el Paraíso donde he sido llevada en cuerpo y alma, para participar de mane-ra perfecta en la gloria de mi Hijo Jesús.

Mirad al CieloVuestra Madre Celestial fue llevada al Cielo, en el mismo momento en que ce-rró los ojos a su vida terrena.

Entonces rodeada de una multitud de coros angélicos que me exaltaban y me veneraban como Reina, fui elevada a la gloria del Paraíso.

La Santísima Trinidad se inclinó com-placida y glorificada y reflejó en Mí los rayos de su eterno y divino esplendor.

Mi Hijo Jesús, que ya había ascendido al Cielo para sentarse a la derecha del Padre, me acogió con amor filial y con

gozo y quiso colocarme a su lado, para hacerme participar de su po-der real de someter a Sí todas las cosas.

Así me convertí en Reina, porque la Santísima Trinidad me confirmó en mi glorioso designio de ser hija predilecta del Padre, Madre del Hijo y esposa del Espíritu Santo.

Mirad al Cielo. En el Paraíso Yo ejerzo plenamente mi poder mater-no.

Como Madre estoy junto a Jesús para interceder por vosotros. Y hago descender de mi Corazón Inmaculado las gracias que os son necesarias para caminar Conmigo por la dolorosa vía de estos últimos tiempos.

Así también vosotros podéis llegar aquí arriba al Paraíso, donde, con Jesús, vuestra Madre Celestial os espera.

Estoy junto a Jesús para ofrecer a la Santísima Trinidad mi obra materna de reparación.

Por esto recojo en el cáliz de mi Cora-zón Inmaculado todos vuestros sufri-mientos, los grandes dolores de toda la humanidad en el tiempo de su gran tri-bulación y lo presento a Jesús, en señal de reparación por todos los pecados que a diario se cometen en el mundo.

Y es de este modo cómo todavía he logrado aplazar en el tiempo el castigo decretado por la divina Justicia, para una humanidad que se ha hecho peor que en el tiempo del diluvio.

Mirad al CieloDel cielo veréis volver a mi Hijo Jesús sobre las nubes, en el esplendor de su


gloria divina.

Entonces finalmente se realizará el triunfo de mi Corazón Inmaculado en el mundo.

Para preparar este prodigio divino, Yo quiero establecer mi triunfo materno en los corazones y en las almas de todos mis hijos.

Por esto he hecho surgir en la Iglesia mi Movimiento Sacerdotal Mariano y he llevado a mi pequeño hijo a todas las partes del mundo y en él y por medio de él, Yo me he manifestado a todos.

Por esto le pido todavía que vaya a lu-gares remotos y lejanos, para ayudaros a entrar, con vuestra consagración, en el seguro de mi Corazón Inmaculado.

Entonces también vosotros, con el alma y con el corazón, vivís en el Pa-

raíso donde Yo habito, aunque con el cuerpo estéis todavía en la tierra.

De este modo también vosotros participáis de mi gloria materna.

Entonces también vosotros os unís a mi obra de intercesión y de reparación y preparáis, en la oración, en el silencio y en el sufrimiento, el momento aguar-dado y tan esperado del triunfo de mi Corazón Inmaculado, en el mayor y más glorioso triunfo de mi Hijo Jesús”.

Fuente: Libros del Padre Gobbi

*****El 21 de diciembre de 1995, después de haber concelebra-do con el Santo Padre Juan Pablo II en su capilla privada, Don Esteban Gobbi asegura al Papa la oración y la unidad

filial de todo el Movimiento Sacerdotal Mariano.El padre Stefano Gobbi falleció el 29 de junio de 2011, a las 15 horas, tras haber sufrido un ataque cardiaco. Al MSM es-tán adheridos algunos Cardenales, más de 350 Arzobispos y Obispos y 150.000 sacerdotes del clero secular y de todas las órdenes e institutos religiosos.


Es muy triste que los sacerdotes, en nuestro tiempo, sean tan indiferentes en lo que toca al poder de bendecir. Se diría a menudo que ya no saben lo que es la bendición sacerdotal; muchos a penas creen en ella y se avergüenzan de la bendición como de una ceremo-nia anticuada y supersticiosa.Muchos, finalmente, no reflexionan nada en esa virtud y en esa gracia que se les ha dado por Jesucristo y tratan la cosa muy ligeramente. Como el Se-ñor ha instituido el sacerdocio y le ha transmitido el poder de bendecir, me es necesario languidecer y consumir-me en el deseo de recibir la bendición. Todo en la Iglesia no hace más que un solo cuerpo: el rechazo de una parte hace que la otra quede afectada.

Beata Ana Catalina Emmerick

Pidamos al Se-ñor un gran de-seo de purificar-nos en esta vida para que poda-mos librarnos del Purgatorio y es-tar cuanto antes en la compañía de Jesús y de María.

De los escritos de San Alfonso

María de Ligorio: «¡Ojalá, Jesús mío, fuera verdad que yo nunca os hubiera ofendido! Pero ya que el mal está he-cho, os ruego que os olvidéis de los disgustos que os he causado y, por la muerte amarga que por mí habéis pa-decido, llevadme a vuestro reino des-pués de la muerte; y mientras la vida me dure haced que vuestro amor reine siempre en mi alma». Ayúdame, Señor,

a aborrecer todo pecado venial delibe-rado; dame un gran amor a la Confe-sión frecuente.

El Santo Cura de Ars comentaba que el alma, al salir de esta vida, verá por fin a Aquel que poseía cada día en la Sagra-da Eucaristía, a quien hablaba, con el que se desahogaba cuando ya no po-día con sus penas. Ante la vista de Je-sús glorioso, el alma poco enamorada, de fe escasa, tendrá que exclamar: ¡Oh Jesús, que pena haberte conocido tan tarde...!, habiéndote tenido tan cerca.

Cuando estemos delante del Sagrario o miremos la Hostia Santa sobre el Altar hemos de ver a Cristo allí presente, el mismo de Belén y de Cafarnaún, el que resucitó al tercer día de entre los muer-tos y ahora está glorioso a la diestra de Dios Padre.

Fuente: Hablar con Dios


La letra roja nos dice lo que hemos de hacer en cada momento. Si to-mamos el Manual

y vamos siguiendo las indicaciones, ve-remos que su manejo es sencillo. Sólo se precisa un poco de atención.

Si la celebración ha sido preparada pre-viamente por un pequeño grupo, como es de desear, debe este equipo expli-carlo a todas motivando el por qué de cantos, moniciones, etc. para que todas puedan participar plenamente. Es tam-bién el momento de distribuir los servi-cios -salmista, lectora, etc.- de forma que todo pueda llevarse con el mayor orden.

A modo de resumen final, a la hora de preparar la oración litúrgica comunita-ria, hemos de tener en cuenta:

- Esquema que corresponde a esa no-che.

- Tiempo litúrgico en que estamos.

- Celebración de la Eucaristía (canto, peticiones, ofrendas, etc.).

- Antífonas, Salmos, Himnos (cantados, recitados a dos coros, recitados por un salmista, etc.).

- Ornamentación (flores, velas, etc.).

- Buscar las personas adecuadas para llevar a cabo los diferentes servicios (lectora, salmista, monitoras, encar-gada de ornamentación, de los can-tos, etc.).

Para poder dirigir y encauzar la pre-

paración de una Vigilia de Adoración Nocturna, es absolutamente necesario, además de un conocimiento y vivencia profunda de la espiritualidad específica, tener unos conocimientos básicos de li-turgia. Son conocimientos que se dan por sabidos y que, si no es así, pueden adquirirse asistiendo a algún cursillo general de liturgia.

Ahora nos centraremos únicamente en las «peculiaridades” de la oración, litúr-gica y no litúrgica, de una Vigilia ordina-ria de la Adoración Nocturna.

POR QUÉ usamos el esquema litúr-gico del domingo aunque nuestro Turno no se celebre en sábado (vís-pera de domingo).

Toda vigilia de oración es un trasunto de la Vigilia Pascual considerada, en dicho de San Agustín, la madre de to-das las santas vigilias”, pues en ella la Iglesia espera velando la resurrección de Cristo.

Y hay un día -el domingo- en que la Iglesia, según una tradición apostólica que tiene su origen en el mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el Misterio Pascual.

Al reunirnos una vez al mes para vivir la Noche de la espera esperanzada contemplando, adorando y “comulgan-do” con Cristo en el Misterio Pascual, continuamente presente en su acto sal-vador, tomamos como UN SIGNO, la oración litúrgica del domingo en que la Iglesia nos invita a hacer memoria de la Noche gloriosa de la Resurrección del Señor.

REUNIÓN PREVIA (Continuación)


ENCUENTRO CON EL SEÑOR Y LOS HERMANOS EN LA VIDA COTIDIANA Pan para dar la Vida al mundo

Fuera de la acción litúrgica, en la vida cotidiana, Cristo sigue presente (Mt 28,20). Y sabremos encontrarlo, también allí, si el encuentro litúrgico ha dejado “pistas” y avivado el deseo de buscarlo y encontrarlo.

ECOS de Jornadas

• Tiempo litúrgico. TIEMPO ORDINARIO

• Liturgia de las Horas: ¿Qué semana nos toca?

Estos meses de verano se rompe la “rutina” del quehacer diario y cambia un poco la fisonomía de los Turnos. Pero la vida sigue, y sigue el encargo de “escribir” la historia en clave de responsabilidad y esperanza. Y sigue nuestro compromiso de orar… y comprometernos. Recordamos especialmente:

~ Del 23 al 28 de julio se celebra en Río de Janeiro (Brasil) la Jornada Mundial de la Juventud bajo el lema “Id y haced discípulos a todos los pueblos”.

~ Del 4 al 9 de agosto se celebran en Castellón nuestras XXXVII Jornadas Na-cionales de Formación y Convivencia. El tema central: La mujer en la historia de la salvación.

~ Y continúa la crisis económica a nivel mundial golpeando, como siempre, a los más débiles…

Del 13 al 19

Del 1 al 5 Domingo I13ª semana Tiempo Ordinario Manual pág. 47 (*29)

Del 6 al 12 Domingo II Manual pág. 87 (*69)

Manual pág. 131 (*111)

14ª semana Tiempo Ordinario

15ª semana Tiempo Ordinario Domingo III

ORIENTACIONES PARA LA

REALIZACIÓN DE LAVIGILIA

Y así sucesivamente hasta fin de septiembre


Para la oración litúrgica

“Cuantos se dejan llevar por el Espíritu de Dios, esos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíri-tu de esclavitud, para recaer en el temor, sino que ha-béis recibido un Espíritu de hijos de adopción en el que proclamamos: “¡Abba, Padre!”. Ese mismo Espíritu da

testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y, si hijos, también here-deros; herederos de Dios y coherederos con Cristo; de modo que, si sufrimos con él, seremos también glorificados con él.

Pues considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la glo-ria que un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardan-do la manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de parto. Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo. Pues hemos sido salvados en esperanza.”

Hemos estado con Él, lo hemos encontrado en la asamblea reunida, en la Palabra proclamada, en el Misterio de nuestra fe y, finalmente, nos hemos unido a Él en estrecha comunión, dispuestos para “ser enviados”.

Jesús llevó a cabo su misión viviendo en el mundo, entre la gente, comprometido con su tiempo. No nos quiere ensimismados, sino proyectados: Cuenta con noso-tros para hacerse presente en nuestro mundo con una presencia salvadora. La vida es, pues, la prueba de nuestra fe, la prueba de nuestra comunión.

Sabemos (Lc 10, 36-37) que “prójimo” no es precisamente el que está cerca, sino aquel de quien nos hacemos próximos, aquel a quien nos acercamos con amor, sin prejuicios; a quien descubrimos porque caminamos por la vida con los ojos abiertos, viendo las realidades de nuestro mundo bajo el prisma de un amor que nos sobrepasa, yendo al fondo de los hechos sin enmascarar, pero sin juzgar.

Encuentro con el Señor y también con los hermanos, personas y situaciones, que descubrimos caminando en la verdad y en la justicia y ofreciendo sencillamente, humildemente, las capacidades que hemos recibido –nuestros cinco panes- para que el Señor, a través de nosotros, los transforme en Vida para todos.

1ª Lectura. De la Carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8, 14-24.


2ª Lectura. Catequesis del Papa Beato Juan Pablo II, 27 de mayo de 1992

Por ser testigo de la vida de Cristo y en Cristo, la Iglesia es también testigo de la esperanza: de la esperanza evangé-lica, que en Cristo encuentra su fuente. El Concilio Vaticano II dice de Cristo en la constitución pastoral Gaudium et spes: “El Señor es el fin de la historia humana…, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud to-tal de sus aspiraciones” (n. 45).

La esperanza testimoniada por la Igle-sia reviste dimensiones muy vastas, pero se trata ante todo de la esperanza de la vida eterna. Esa esperanza res-ponde al deseo de inmortalidad que el hombre lleva en su corazón en virtud de la naturaleza espiritual del alma. La Iglesia predica que la vida eterna es el “paso” a una vida nueva: a la vida en Dios, donde “no habrá ya muerte ni llanto” (Ap 21, 4). Gracias a Cristo que como dice san Pablo es “el primogé-nito de entre los muertos” (Col 1, 18), gracias a su resurrección, el hombre puede vivir en la perspectiva de la vida eterna anunciada y traída por él.

Se trata de la esperanza de la felicidad en Dios. A esta felicidad estamos todos

llamados, como nos revela el manda-to de Jesús: “Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”. Se trata de la esperanza de estar con Cristo “en la casa del Padre” después de la muerte. La esperanza cristiana nos asegura, además, que “el exilio fuera del cuerpo” no durará y que nuestra felicidad en compañía del Se-ñor alcanzará su plenitud con la resu-rrección de los cuerpos al fin del mun-do. Jesús nos ofrece la certeza: la pone en relación con la Eucaristía. “El que como mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día” (Jn 6, 54).

[…] También frente a las dificultades de la vida presente y a las dolorosas expe-riencias de prevaricaciones y fracasos del hombre en la historia, la esperan-za es la fuente del optimismo cristia-no. Ciertamente la Iglesia no puede cerrar los ojos ante el abundante mal que existe en el mundo. (…) La Iglesia quiere transmitir a sus miembros y, en cuanto le sea posible, a todos los hombres ese optimismo cristiano, he-cho de confianza, valentía y perseve-rancia clarividente.

(Pausa para meditar la lectura)Responsorio:Todos.- A la felicidad en Dios estamos llamados todos.Salmista.- Se trata de la esperanza de estar con Cristo en la Casa del Padre.Todos.- La esperanza es la fuente del optimismo cristiano.

(Pausa para meditar la lectura)Responsorio:Todos.- Los que se dejan guiar por el espíritu de Dios, son los verdaderos hijos de

Dios.Salmista.- Ese mismo espíritu es el que demuestra que somos herederos de Dios

y coherederos con Cristo.Todos.- Nosotros poseemos las primicias del Espíritu, aguardando la adopción filial

la redención de nuestro cuerpo.


La vida cristiana, el seguimiento de Cristo en el “aquí y ahora” de nuestras vidas, no consiste en un mero cumpli-miento de normas, ni siquiera en una carrera llena de obstáculos a intentar solventar antes de alcanzar la meta. Nuestra existencia está inundada de esperanza, “que ve lo que no es toda-vía y que será; ama lo que todavía no es y será” (Ch. Péguy). La esperanza acompaña toda la vida del ser humano, desvelándole cada día la posibilidad de una meta prometedora y dándole motivos para continuar activamente su camino. Creer en la vida eterna es lle-nar de sentido la esperanza, o mejor: como tenemos esperanza, creemos en la vida eterna.

A pesar de sus deficiencias humanas, la Iglesia es como la humilde maqueta del Reino de Dios y de la eterna felicidad que se promete a la humanidad. Es un signo que anuncia y anticipa realmente la verdad última de la humanidad y de cada uno de sus miembros. Por eso se puede calificar a la Iglesia como sacra-mento de la esperanza humana.

Define el Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica la vida eterna como “la que comienza inmediatamente des-pués de la muerte. Esta vida no tendrá fin; será precedida para cada uno por un juicio particular por parte de Cristo, juez de vivos y muertos, y será ratifica-da en el juicio final” (n. 207). Pero no podemos olvidar la perspectiva con la


que han de comprenderse estos dos juicios: “a la tarde te examinarán en el amor” (San Juan de la Cruz). Y esa vida eterna se caracteriza por vivir junto a Dios. El cristiano no aguarda tras su muerte lo-sin-nombre, sino que espera al mismo Señor Resucitado, el Nombre-sobre-todo-nombre.

De este modo, querer vivir para siem-pre en Cristo alienta nuestra esperan-za, nos compromete en la responsa-bilidad de construir ya en este mundo el Reino que anhelamos. Si la vida del hombre es una continua pregunta so-bre su sentido, la respuesta es siempre la misma a través de la historia: Jesús, muerto y resucitado.

San Isidoro de Sevilla comparaba la esperanza con el pie. Esperar equivalía para él a caminar. La esperanza supo-nía una tensión entre lo ya conocido y lo que todavía no se ha recorrido. In-cluía una mirada a la meta y un paso en el camino. Por eso, igual que el cami-nar, también el esperar humano puede sufrir don tentaciones: la de la deses-peración del que anticipa la no plenitud, perdiendo la paciencia y la constancia del que anticipa la plenitud, abando-nando también el riesgo y la paciencia de la itinerancia.

Pero los grandes peligros hoy de la vida eterna son el excesivo amor a las riquezas, el ansia del consumo, el vivir como si Dios no existiera. No merece la pena “perder el tiempo” pensando en el futuro, debemos disfrutar el presen-te. Creemos que vivir la libertad es la única garantía que tenemos de ser fe-

lices, el límite para poder hacer lo que quiera sin que nadie me moleste y sin que yo moleste a nadie. Pero el verda-dero sentido de la libertad es la felici-dad: una felicidad que va más allá de lo que nosotros nos pudiéramos imaginar, un destino último en el que nos espera una vida sin fin, en la plenitud de la fe-licidad.

Esta sociedad ha dejado de creer en Dios y en sus promesas. Creemos ya tan sólo en las obras de nuestras ma-nos, desconfiamos de lo que escapa a nuestro control: no sólo Dios, sino que cuántas veces no nos fiamos de los de-más, parecidos al apóstol Tomás que si no veía, no creía. Pero la verdadera libertad del hombre mira hacia el futu-ro –sin olvidar el presente-. El que vive en la esperanza cree que en Cristo ha amanecido un mundo nuevo en el cual es posible vislumbrar una nueva hu-manidad al estilo de Jesús. Creer en la vida eterna es un grito de libertad: no triunfarán las cadenas de la mentira, de la injusticia, de la soberbia, de la avari-cia, del egoísmo. La última palabra es la de Dios, y esa palabra es la Vida.

“Pues la vida es estar con Cristo; donde está Cristo, allí está la vida, allí está el Reino” (San Ambrosio de Milán).La vida tiene sentido si tiene un final, un para qué. Más aún, lo que da sentido a la vida es que tiene ya un final preparado por Dios. No es un futuro cualquiera, sino el futuro del Dios del amor y, en consecuencia, el futuro gratuitamente y liberadoramente otorgado a todo hom-bre y mujer.


Para el estudio personalCompendio del Catecismo de la Iglesia Católica: núms. 207 al 216

Cuestionario para la oración personal

1.- “Sólo Dios basta”. Esta afirmación de Sta. Teresa de Jesús suena con fre-cuencia en nuestras vidas, pero ¿realmente estoy conforme con la voluntad de Dios en mi vida? ¿Me rebelo ante las contrariedades y contradicciones?

2.-La “vida eterna” comienza aquí, es una vocación cuya respuesta es un si eter-no al amor con el que Dios me ama desde el principio de la Creación. ¿Lo vivo así? ¿Son mis Vigilias un anticipo de lo que algún día será el cielo? ¿Vivo todavía como si la vida eterna fuera una recompensa que Dios me debe por haberme portado bien?

3.-. María goza ya en la presencia de Dios. Ella es anticipo de lo que un día será la Iglesia. ¿Vivo como ella fiel a Dios, a su Palabra? ¿Es Madre y Maestra en mi vida de relación con Dios y con los demás?

Muerto en la Cruz a causa de nuestros pecados, Cristo ha resucitado, y cuan-tos creen en Él participan del poder de su resurrección. Sostenidos por la esperanza, luchamos cada día por al-canzar la meta de la salvación. En me-dio de una sociedad que tantas veces desespera o simplemente nada espera, los cristianos somos personas de es-peranza, como el criado que aguarda despierto el regreso de su señor, para abrirle la puerta apenas llame (Mt. 24, 45). Cuando venga el Hijo del Hombre y haga entrega de su reino a Dios Pa-dre, se pondrá de manifiesto el sentido

profundo que esconden las cosas. Por eso y hasta entonces, apoyados en la Palabra de Dios, en la celebración de los sacramentos, esperamos la venida del Señor.

Celebrar y adorar la Eucaristía es un testimonio de fidelidad a Dios, de afir-mación en que sus palabras “no pa-sarán” (Mt 24, 35) y que esas mismas palabras alientan nuestras vidas, las fortalecen en la esperanza y las empu-jan hacia una vida, eterna, en la que se colmarán todos nuestros anhelos. Por eso, necesitamos la Eucaristía.


El 21 de mayo estuvimos visitando a las adoradoras del Turno de Santa Mª Madre de la Iglesia. Previamente acor-dado el día y la hora, con el fin de que pudiese asistir su Capellán Don Agustín Moreno.

El motivo principal era revisar las res-ponsabilidades propias de los Turnos, con los correspondientes cargos que a todas y cada una de nosotras nos hace el Señor dentro del carisma propio de nuestra Asociación. Esta revisión se hizo a través de unas preciosas diapo-sitivas que nuestra Presidenta Diocesa-na, Loli, había preparado con la maes-tría que para eso Dios le ha dado.

Fuimos atendidas con mucho cariño tanto por las adoradoras como por Don Agustín que a pesar de sus muchos cargos atiende con entrega y fidelidad el Turno; aunque saqué la impresión de que había poca disponibilidad para aceptar la “carga” de los cargos. Espe-ro que el Señor las ilumine cuando lle-gue la hora de decidir.

Asimismo el día 5 del presente mes de Junio fuimos a visitar el Turno de Santa Marina, honrándonos también

con su presencia el Capellán Don Car-los Linares.

Como en el anterior Turno y a través de las diapositivas de la Presidenta diocesana se dio un buen repaso a las responsabilidades contraídas ante la llamada del Señor a la Adoración Noc-turna; haciendo hincapié del compromi-so adquirido no sólo de la asistencia a la Vigilia mensual, sino también a las Vigi-lias extraordinarias, retiros, asambleas, y demás actos que como miembros de la Asociación tenemos. También expu-se la disponibilidad que hemos de tener para aceptar los cargos que se nos en-comienden, teniendo presente que en Octubre se celebrará asamblea de Sec-ción para elegir nueva Presidenta. Nos acogieron un buen número con mucho cariño, así como Don Carlos, que con tanta entrega lleva la Adoración Noctur-na en todas las Parroquias que el Se-ñor le ha ido confiando. Que todo sea para que se afiance el Amor Eucarístico y a la gran familia de ANFE.

Charo GonzálezPresidenta de la Sección

CÓRDOBAVisita a dos Turnos de la Sección de Córdoba


BECA NÚM 20PARA EL SEMINARIO

Suma anterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.570’00 €Sección de Villanueva del Duque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100’00 €

TOTAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1.670’00 €

Para cualquier ingreso que tengáis que hacer la cuenta del BBVA es:

0182-2100-62-0201674878Para los pueblos donde no exista oficina de BBVA pueden hacerlo en la

cuenta de Cajasur: 0237 - 6028 – 00 – 9165883839.

† In memorian

El pasado mes de junio, falleció Ana Luque Capilla. Fue adoradora del turno de los Sagrados Corazones (Trinidad). Por sus muchos años estaba en la Residencia del Buen Pastor, donde ha fallecido a la edad de 93 años. Pedimos una oración en nuestras vigilias por su alma.

Correos electrónicos de ANFE para comunicaros Presidenta: [email protected] Secretaria: [email protected] Tesorera: [email protected]

DOS TORRESEl pasado 6 de junio, celebramos Asamblea de Sección para la renovación de Presidenta, quedando el Consejo como sigue:

Director Espiritual : Don Manuel Cantador MuñozPresidenta : Vicenta Iglesias FernándezVicepresidenta : Isabel Fernández RodríguezSecretaria : Paquita Mari López RodríguezVicesecretaria : Pilar Ferrero SerranoTesorera : Ascensión Rubio Fernández Vicetesorera : Antonia Moreno ArévaloJefe de Turno : María Teresa López BlancoSubjefe de turno : Maravillas Hidalgo SánchezAbanderada : Emiliana Alcalde RodríguezViceabanderada : Dolores Peinado Alcalde

JULIODía 3.- Miércoles.- Fiesta de Santo Tomás, após-tol.

Día 16.- Martes.- Nuestra Sra. del Carmen.-

Día 25.-Jueves.- Solemnidad de Santiago el Ma-yor, Apóstol.- Patrón de España.-

Día 26.- Viernes.- San Joaquín y Santa Ana.- Día de los abuelos.-

AGOSTO Domingo día 4 - Liturgia de las Horas Tomo IV - 2ª semana del Salterio

Día 5.- Lunes.- Dedicación de la Basíli-ca de Santa María la Mayor.-

Día 6.- Martes.- Fiesta de la Transfiguración del Señor.

Día 15.- Jueves.- Asunción de la Virgen María.-

Día 24.- Sábado.- Fiesta de San Barto-lomé, apóstol.-

Día 29.- Jueves.- Martirio de San Juan Bautista.-

SEPTIEMBRE Día 8.- Domingo.- Natividad de Nuestra Señora la Virgen María.

Día 12.- Jueves.- Dulce Nombre de María

Día 14.- sábado.- Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz.-

Día 21.- Sábado.- Fiesta de San Mateo, Apóstol y Evangelista.

Día 29.- Domingo.- Día de los Arcángeles Mi-guel, Gabriel y Rafael (En Córdoba-capital,

San Rafael se celebra el 24 de octubre)



Segundo viernes

Segundo viernes

Último viernes

Tercer viernes

Tercer viernes

Tercer viernes

Tercer viernes

Cuarto Jueves

Último sábado

Tercer sábado

Último sábado

Cuarto viernes

Tercer lunes

Tercer lunes

Segundo viernes

Primer lunes

Tercer jueves

Tercer miércoles

Segundo sábado

Segundo jueves

Último martes

Tercer martes

Tercer jueves

Último jueves

Tercer sábado

Último jueves

Tercer miércoles

Segundo sábado

10,00

10,00

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10,00

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10,00

10’00

10’00

10,00

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9,00

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10,30

9,30

9,00

9,00

CORDOBA

• Sagrados Corazones (Trinidad) . . . . . . . . . . . .

• Santa Teresa (Trinidad) . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Santa María Madre de la Iglesia . . . . . . . . . . . .

• Santa Isabel de Hungría . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Santa Isabel de Hungría (matrimonios) . . . . . . .

• Sta. Marina de Aguas Santas . . . . . . . . . . . . . .

• Sta. Marina de Aguas Santas (matrimonios) . . .

MONTILLA

• María Auxiliadora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Ntra. Sra. de la Asunción . . . . . . . . . . . . . . . . . .

• Ntra. Sra. de la Aurora y S. Francisco Solano

LUCENA • Santa Clara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

POZOBLANCO • Ntra. Sra. de Luna . . . . . . . . . . . . .

BAENA • La Inmaculada Concepción . . . . . . . . . . . . .

FERNAN NÚÑEZ •Santa Marina de Aguas Santas

PUENTE GENIL • La Inmaculada Concepción . . . . . .

AÑORA • Ntra. Sra. de la Peña . . . . . . . . . . . . . . . . . .

DOS TORRES • Ntra. Sra. de Loreto . . . . . . . . . . . . .

EL VISO • Santa Ana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

HINOJOSA DEL DUQUE • Ntra. Sra. del Carmen

RUTE • Ntra. Sra. de las Mercedes . . . . . . . . . . . . . . .

ZUHEROS • Santa Teresa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

PEDRO ABAD • Santa Rafaela María . . . . . . . . . . . . .

CABRA • Ntra. Sra. de la Sierra . . . . . . . . . . . . . . . . .

BENAMEJI • La Inmaculada Concepción . . . . . . . . . .

PRIEGO DE CORDOBA • San Francisco de Asís . . .

CARDEÑA • Ntra. Sra. del Carmen . . . . . . . . . . . . . .

VILLANUEVA DEL DUQUE

• Inmaculada Concepción de María . . . . . . .

LUQUE • Ntra. Sra. del Rosario . . . . . . . . . . . . . . . . .


CÓRDOBAMadres Dominicas (M Sta. M.ª de Gracia) Franciscanas Clarisas (M. Santa Cruz) . . Franciscanas Clarisas (M. Santa Isabel) . . . Franciscanas Capuchinas . . . . . . . . . . . . Madres Cistercienses (M. de la Encarnación) Madres Cistercienses (M. de Cister) . . . . . Adoratrices Escls. del Stmo. y de la Caridad Carmelitas Calzadas, A.O. . . . . . . . . . . . Madres Jerónimas . . . . . . . . . . . . . . . . . . Esclavas del Stmo. Sacramento y de laInmaculada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . MONTILLAFranciscanas Clarisas . . . . . . . . . . . . . . . Franciscanas Concepcionistas . . . . . . . . . LUCENAMadres Agustinas Recoletas . . . . . . . . . . Madres Carmelitas Descalzas . . . . . . . . BAENAMadres Dominicas . . . . . . . . . . . . . . . . . CABRAMadres Agustinas Recoletas . . . . . . . . . . HINOJOSA DEL DUQUEFranciscanas Concepcionistas . . . . . . . . .

Ntra. S.ª del RosarioLa Inmaculada Santa ClaraS. Francisco y Sta. ClaraEncarnación del SeñorLa InmaculadaSta. María MicaelaSagrado CorazónPurificación Stma. Virgen

María Reina

Santa ClaraInmaculada

Virgen de la ConsolaciónVirgen del Carmen

María Madre de Dios

San Agustín

Purísima Concepción

Del 7 al 8Primer domingoDel 10 al 11Del 10 al 11Del 14 al 15Último sábadoSin día fijoPrimer juevesDel 2 al 3

Del 27 al 28

Del 11 al 12Del 8 al 9

Primer viernesSegundo domingo

Del 8 al 9

Tercer jueves

Primer jueves

Tercer jueves

Último jueves

Último miércoles

Tercer viernes

Último viernes

Último lunes

Segundo martes

Segundo viernes

Último martes

10,00

10,00

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9’00

9’00

LA RAMBLA • Ntra. Sra. de la Esperanza . . . . . . . .

ALMEDINILLA • Virgen de los Dolores . . . . . . . . . . . ESPEJO • Virgen del Perpetuo Socorro. . . . . . . . .VILLA DEL RIO • Virgen de la Estrella Coronada

MORILES • Virgen del Rosario. . . . . . . . . . . . . . . . .

ADAMUZ • Ntra. Sra. del Sol . . . . . . . . . . . . . . . . . .

LA CARLOTA • La Inmaculada . . . . . . . . . . . . . . . .

JAUJA • San José . . . . . . . . . . . . . . . . .

PALMA DELRÍO • Ntra. Sra. de Belen Coronada . . .

PALENCIANA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Último Viernes 9’30

BOLETIN Nº. 320 Julio, Agosto y Septiembre 2013

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