Boletín de Octubre 2012

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CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL «Día de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacacio- nes y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Es una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente». Maestro de verdad, creyente con fe teologal auténtica, me comentó que había pensado proponer a sus alumnos rezar hoy el tedeum. Pero «ómnibus perpensis» lo que hizo fue empezar a entonar «Gracias a la vida». Éxito total. Me comentaba que se sintió como un Santo Tomás de Aquino, cristianizando a Aristóteles. Para él «vida» y «amado» iban con mayúscula, claro (5 octubre) Temporas de Acción de Gracias Hay que saber decir Gracias. Nuestros días están atestados de regalos que Dios nos envía. Si supiéramos verlos y llevar cuen- ta de todos, llegaríamos a la noche deslumbrados y radiantes ante tantos dones recibidos. Como niños en día de Reyes. Y miraríamos agradecidos a Dios. Y fiados en que Él nos lo da todos, seríamos felices al saber que todos los días nos dará regalos nuevos y distintos. Todo es don de Dios. Aun las cosas más chiquitas. Y don suyo es esta colección de rega- los que es la vida. Vida que será rosa o sombría según utilicemos esos dones. Todo buen don y toda dádiva perfec- ta viene de arriba, desciende del Pa- dre de las luces, en el cual no se da mudanza ni sombra de cambio. (Sant 1,17) Gracias por todos los regalos que hoy me has ofrecido, gracias por todo lo que he visto, oído y recibido. Gracias por el agua que me ha despa- bilado, el jabón bienoliente, el dentí- frico que refresca la boca. Gracias por los vestidos que me pro- tegen del frío, por su color y por su hechura. Gracias por el periódico fiel a la cita, por el chiste (primera sonrisa de la mañana), por los asuntos políticos que se van arreglando, por la justicia cum- plida, por el partido de fútbol ganado. Gracias por el camión de basura y los hombres que lo llevan, por sus gritos mañaneros y los ruidos de la calle que se despierta. Gracias por mi trabajo, mis herra- mientas, mis esfuerzos. Gracias por el metal en mis manos, por sus largas quejas bajo los mordis- cos del acero, por la mirada satisfecha del patrón y la carretilla de piezas aca- badas. Gracias por Santiago que me prestó su lima, por Manolo que me ofreció un pitillo, y por Carlos que me abrió la puerta. Gracias por la calle acogedora que me fue acompañando, por los escaparates de los almacenes, por los coches, por los transeúntes, por toda la vida que corría rápida entre las casas pobladas de ventanas. Gracias por la comida que me ha dado fuerzas, por el vaso de cerveza que me apagó la sed. Gracias por la moto que, fácil, me ha llevado a mis cosas, por la gasolina que la hace correr, por el viento que me acarició el rostro y por los árboles que me fueron saludando al pasar. Gracias por las muchachas con las que me encontré, por el rojo de los labios de Marité, que tan bien le sien- ta; por la permanente de Rosa, que la hace más bonita; por el gesto mimoso de Anamari y su sonrisa que le desar- ma a uno. Gracias por el peque que vi jugar en la acera de enfrente, gracias por sus patines y por la divertida cara de susto que puso al caerse. Gracias por los buenos días que la gente me ha dado, por los apretones de mano que di, por las sonrisas que me han brindado. Gracias por mamá que me recibe en casa, por su cariño discreto, por su si- lenciosa presencia. Gracias por el techo que me cobija, por la luz que me alumbra, por la ra- dio que canta. Gracias por el parte del mediodía, por las crónicas deportivas, por las historias con humor. Gracias por el ramillete de flores, pequeña obra maestra encima de mi mesa. Gracias por la noche apacible, gracias por las estrellas, gracias por el silencio. Gracias por el tiempo que me diste, gracias por la vida, gracias por la Gracia. Gracias por estar conmigo, Señor. Gracias por recibir en tus manos este paquete de mis dones para ofrecerlo al Padre. Gracias, Señor. Gracias. Michel Quoist

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Boletín de Corresponsabilidad

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CORRESPONSABILIDAD PARROQUIAL

«Día de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios, terminadas las vacacio-nes y la recolección de las cosechas, al reemprender la actividad habitual. Es una ocasión que presenta la Iglesia para rogar a Dios por las necesidades de los hombres, principalmente por los frutos de la tierra y por los trabajos de los hombres, dando gracias a Dios públicamente».

Maestro de verdad, creyente con fe teologal auténtica, me comentó que había pensado proponer a sus alumnos rezar hoy el tedeum. Pero «ómnibus perpensis» lo que hizo fue empezar a entonar «Gracias a la vida». Éxito total. Me comentaba que se sintió como un Santo Tomás de Aquino, cristianizando a Aristóteles. Para él «vida» y «amado» iban con mayúscula, claro (5 octubre)

Temporas de Acción de Gracias

Hay que saber decir Gracias. Nuestros días están atestados de regalos que Dios nos envía.

Si supiéramos verlos y llevar cuen-ta de todos, llegaríamos a la noche deslumbrados y radiantes ante tantos dones recibidos. Como niños en día de Reyes. Y miraríamos agradecidos a Dios. Y fiados en que Él nos lo da todos, seríamos felices al saber que todos los días nos dará regalos nuevos y distintos. Todo es don de Dios. Aun las cosas más chiquitas.

Y don suyo es esta colección de rega-los que es la vida. Vida que será rosa o sombría según utilicemos esos dones.

Todo buen don y toda dádiva perfec-ta viene de arriba, desciende del Pa-dre de las luces, en el cual no se da mudanza ni sombra de cambio. (Sant 1,17)

Gracias por todos los regalos que hoy me has ofrecido, gracias por todo lo que he visto, oído y recibido.

Gracias por el agua que me ha despa-bilado, el jabón bienoliente, el dentí-frico que refresca la boca.

Gracias por los vestidos que me pro-tegen del frío, por su color y por su hechura.

Gracias por el periódico fiel a la cita, por el chiste (primera sonrisa de la mañana), por los asuntos políticos que

se van arreglando, por la justicia cum-plida, por el partido de fútbol ganado.

Gracias por el camión de basura y los hombres que lo llevan, por sus gritos mañaneros y los ruidos de la calle que se despierta.

Gracias por mi trabajo, mis herra-mientas, mis esfuerzos.

Gracias por el metal en mis manos, por sus largas quejas bajo los mordis-cos del acero, por la mirada satisfecha del patrón y la carretilla de piezas aca-badas. Gracias por Santiago que me prestó su lima, por Manolo que me ofreció un pitillo, y por Carlos que me abrió la puerta.

Gracias por la calle acogedora que me fue acompañando, por los escaparates de los almacenes, por los coches, por los transeúntes, por toda la vida que corría rápida entre las casas pobladas de ventanas.

Gracias por la comida que me ha dado fuerzas, por el vaso de cerveza que me apagó la sed.

Gracias por la moto que, fácil, me ha llevado a mis cosas, por la gasolina que la hace correr, por el viento que me acarició el rostro y por los árboles que me fueron saludando al pasar.

Gracias por las muchachas con las que me encontré, por el rojo de los labios de Marité, que tan bien le sien-

ta; por la permanente de Rosa, que la hace más bonita; por el gesto mimoso de Anamari y su sonrisa que le desar-ma a uno.

Gracias por el peque que vi jugar en la acera de enfrente, gracias por sus patines y por la divertida cara de susto que puso al caerse.

Gracias por los buenos días que la gente me ha dado, por los apretones de mano que di, por las sonrisas que me han brindado.

Gracias por mamá que me recibe en casa, por su cariño discreto, por su si-lenciosa presencia.

Gracias por el techo que me cobija, por la luz que me alumbra, por la ra-dio que canta. Gracias por el parte del mediodía, por las crónicas deportivas, por las historias con humor. Gracias por el ramillete de flores, pequeña obra maestra encima de mi mesa.

Gracias por la noche apacible, gracias por las estrellas, gracias por el silencio.

Gracias por el tiempo que me diste, gracias por la vida, gracias por la Gracia.

Gracias por estar conmigo, Señor.

Gracias por recibir en tus manos este paquete de mis dones para ofrecerlo al Padre.

Gracias, Señor. Gracias.

Michel Quoist

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Santo del meS de Septiembre 2012

Santa tereSa de JeSúS

(Gotarrendura, Ávila, 1515 - Alba de Tormes, 1582) Religiosa y escritora mística española, conocida tam-bién como Santa Teresa de Ávila. Teresa de Jesús es el nombre de religión adoptado por Teresa de Cepeda y Ahumada, hija de Alonso Sánchez de Cepeda, pro-bable descendiente de judíos conversos, y de Beatriz de Ahumada, perteneciente a una noble familia abu-lense. Su vida y su evolución espiritual se pueden se-guir a través de sus obras de carácter autobiográfico, entre las que figuran algunas de sus obras mayores: La vida (escrito entre 1562 y 1565), las Relaciones es-pirituales, el Libro de las fundaciones (iniciado en 1573 y publicado en 1610) y sus cerca de quinientas Cartas.

La Vida abarca desde su infancia hasta la funda-ción del primer convento reformado de San José de Ávila, en 1562. Gracias a ella se sabe de su infantil afición por los libros de caballerías y de vidas de santos. En 1531, su padre la internó como pupila en el convento de monjas agustinas de Santa María de Gracia, pero al año si-guiente tuvo que volver a su casa aquejada de una grave enfermedad. Determinada a tomar el hábito carmelita contra la voluntad de su padre, en 1535 huyó de su casa para dirigirse al convento de la En-carnación. Vistió el hábito al año siguiente, y en 1537 hizo su profesión.

Por entonces empezó para ella una época de angus-tia y enfermedad, que se prolongaría hasta 1542. Durante estos años confiesa que aprendió a confiar ilimitadamente en Dios y que empezó a practicar el método de oración llamado «recogimiento», expuesto por Francisco de Osuna en su Tercer abecedario espi-ritual. Repuesta de sus dolencias, empezó a instruir a un grupo de religiosas de la Encarnación en la vida de oración y a planear la reforma de la orden carmelitana para devolverle el antiguo rigor, mitigado en 1432 por Eugenio IV.

Empezó entonces a ser favorecida con visiones «ima-ginarias» e «intelectuales», visiones que habrían de

sucederse a lo largo de su vida y que determinaron sus crisis para averiguar si aquello era «espíritu de Dios» o del «demonio». Su ideal de reforma de la orden se concretó en 1562 con la fundación del con-vento de San José. Se inicia entonces una nueva etapa en su vida, en la que la dedicación a la contemplación y la oración es compartida con una actividad extraor-dinaria para conseguir el triunfo de la reforma carme-litana.

Desde 1567 hasta su muerte, fundó en Medina del Campo, Malagón, Valla-dolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tor-mes, Segovia, Beas, Sevi-lla, Caravaca, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria y Burgos. En 1568 se eri-gió en Duruelo el primer convento reformado mas-culino, gracias a la cola-boración de san Juan de la Cruz y del padre Antonio de Heredia. Redactó las Constituciones (1563), que fueron aprobadas en 1565 por Pío IV, y que se basan en los siguientes puntos: vida de oración

en la celda, ayuno y abstinencia de carne, renuncia de rentas y propiedades, comunales o particulares, y práctica del silencio.

Para ayudar a sus religiosas a la realización de su ideal de vida religiosa compuso Camino de perfec-ción (escrito entre 1562 y 1564 y publicado en 1583) y Las moradas o Castillo interior (1578). La reacción de los miembros de la antigua observancia carmelita llegó a su punto culminante en 1575, año en que de-nunciaron a los descalzos a la Inquisición. Un breve de Roma, en 1580, ordenó la separación de las dos órdenes.En 1604 se inició el proceso de canonización de Te-resa. En 1614 fue declarada beata, y en 1622 fue ca-nonizada por Gregorio XV. En 1970 fue proclamada doctora de la Iglesia, siendo la primera mujer que recibía esta distinción. Además de las obras citadas, dejó escritas las siguientes: Meditaciones sobre los cantares, Exclamaciones, Visita de descalzas, Avisos, Ordenanzas de una cofradía, Apuntaciones, Desafío espiritual, Vejamen y unas treinta poesías.

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Expresiones de Corresponsabilidad OCTUBRE 2012

«La corresponsabilidad debería convertirse en la manera en que todos los fieles, laicos, personas consagradas y sacerdotes se sienten miembros de la propia comunidad y para ello toman parte activamente poniendo su propia contribución en su construcción, poniendo a la disposición de la Iglesia sus bienes, en base a la propia disponibilidad»

Angelo Card. Bagnasco, arzobispo de Génova

AgendA del mes de Octubre 20121 – MO.Santa Teresa del Niño Jesús, Doctora de la IglesiaColegio de Arciprestes4 – MO. San Francisco de AsísEncuentro responsables de pastoral de colegios concertados y privados.5 – Temporas de Acción de Gracias.Celebración de los 20 años de fundación del Seminario San Pedro de Portoviejo (Manabí)6 – Apertura curso Delegación de Enseñanza. Foro de Agentes de Pastoral Juvenil. Encuentro acompañantes de Formación Cristiana de Adultos. Peregrinación diocesana a Roma. Semana Avilista del Seminario Menor.10 – Consejo Episcopal.11 – ML. Santa Soledad Torres Acosta. Inicio Año de la Fe..

12 – Fiesta. Ntra. Sra. del Pilar13 – Promoción del Culto Eucarístico.15 – Fiesta. Santa Teresa de Jesús.17 – MO. San Ignacio de Antioquía.18 – Fiesta. San Lucas, evangelista.19 – Inauguración curso de Cáritas.20 – Consejo Diocesano de Pastoral.21 – Domingo XXIX. Domund.22 – Convivencia Clero Mediana Edad.24 – Reunión Obispos del Sur.25 – Dedicación de la SIC de Jaén.26-28 – Peregrinación diocesana de jóvenes. 27 – Encuentro arciprestal de monaguillos. Encuentro de Coros.28 – Domingo XXX del TO.31 – Consejo Episcopal. Encuentro Seminarios Menores de Andalucía.

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UN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDADUN MOMENTO DE CORRESPONSABILIDAD

Grupo de TrabajoCorresponsabilidad

Únete a nosotrosA partir de Septiembre en el Seminario Diocesano de Jaén

http://jaencorresponsabilidad.blogspot.com/

Vigésimo Séptimo Domingo en el Tiempo Ordina-rio

Las relaciones con nuestro cónyuge, familia, amigos, colegas, y con todos aquellos en nuestra comunidad de fe, son dones de Dios. Jesús nos recuerda hoy que es un corazón endurecido el que daña o rompe una relación. Nosotros oramos para que seamos buenos corresponsables de nuestras relaciones. Oramos para que seamos pacientes con otros, buscando entender mientras deseamos ser entendidos. Oramos para que a través de la humildad y el servicio amoroso, nuestras relaciones sean como Dios quiere que sean.

Vigésimo Octavo Domingo en el Tiempo Ordinario

Jesús hace una declaración referente a la riqueza en el Evangelio de hoy. Todos nosotros somos ricos comparados con la mayoría en el mundo. Ocasionalmente, nuestra sociedad nos genera el desarrollo de una confianza fuera de lugar, en nuestro dinero y posesiones, en lugar de la confianza en la generosidad de Dios. Cuando buscamos seguridad en cosas de riesgo, como nuestras posesiones, nosotros somos vulnerables a la ansiedad y al miedo. Como buenos corresponsables, sabemos que nuestras posesiones no deben poseernos, no sea que interfieran

en el camino de nuestro seguimiento del Señor.

Vigésimo Noveno Domingo en el Tiempo Ordina-rio

Hoy es el Domund, Domingo Mundial de las Misiones, un recordatorio de nuestra llamada a evangelizar. ¿Qué es la evangelización? Es ser buenos

corresponsables del Evangelio. El Evangelio significa «buena nueva», y el no compartir esta buena nueva sería una corresponsabilidad muy pobre. Nosotros no tenemos que ser expertos en las Escrituras para compartir la buena nueva. Podemos ser una luz para otros, simplemente con el ejemplo de nuestras vidas, por el amor y servicio de unos con los otros.

Trigésimo Domingo en el Tiempo Ordinario

Después de sanar al hombre ciego Jesús le dijo que continuara su camino. Pero el hombre decidió seguir a Jesús. Ser un discípulo de Jesús es una elección. La corresponsabilidad como forma de

vida, implica también una elección, de hecho muchas elecciones. Nosotros elegimos ser agradecidos, elegimos vivir con generosidad, y elegimos confiar en que Dios siempre proveerá de nuestras necesidades. Estas tres elecciones son el centro de la corresponsabilidad como forma de vida.