Boletín Apuntes Nº 119

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Pastoral Social / Cáritas de Honduras No. 119 Año 13 22 de Abril de 2015 Tegucigalpa, Honduras Vencer la desesperación juvenil: un gran desafío para el país “La cultura de lo provisorio no aumenta nuestra libertad, sino que nos priva de nuestro verdadero destino, de las metas más verdaderas y auténticas. Es una vida en pedazos. Es triste llegar a una cierta edad, mirar el camino que hemos recorrido y descubrir que ha sido hecho en diferentes pedazos, sin unidad, sin algo definitivo: todo provisorio. ¡No se dejen robar el deseo de construir en su vida cosas sólidas y grandes!. ¡No se den por contentos con metas pequeñas!. Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí mismos, de jugarse en plenitud su futuro” (Papa Francisco, 5 de julio, 2014) Las protestas estudiantiles y tomas de establecimientos educativos durante dos semanas, en Tegucigalpa y San Pedro Sula provocaron diversas posturas en la población. Unos consideraban que las protestas eran válidas y por lo tanto les dieron su apoyo. Otro sector de la población se puso en el lado contrario y desautorizaron las protestas. Para los primeros era el resurgir del liderazgo juvenil apagado desde el siglo pasado. Los segundos en cambio consideraban que los jóvenes eran utilizados por los maestros y los partidos políticos o asumidos por las maras, en este caso se les tildaba de delincuentes, vándalos y revoltosos. ¿Cuál fue la razón de estas protestas?. Primero el nuevo horario de clases y después se fueron agregando otras demandas. No se trata de 5 minutos, sino de 45 minutos más de clase. Los estudiantes argumentaban el nivel de inseguridad que se vive en el país y que el horario afectaría principalmente a los estudiantes de los turnos de la tarde. Este aspecto es real. La mayoría de los estudiantes utiliza el servicio público y es conocida la vulnerabilidad de la población juvenil en sus lugares de origen y en cualquier parte de la ciudad. Pero, 45 minutos más de clase en vez de ser causa de protesta debería ser una petición de los mismos alumnos para mejorar su nivel educativo. No se ponen en duda que la inseguridad es una seria amenaza, pero se podrían buscar otras alternativas. ¿Era necesario llegar al paro de labores y a los niveles de violencia que se vivió en algunos colegios?. Los que no toleran ningún tipo de protesta aunque sean fieles defensores de la democracia formal, argumentaron inmediatamente que este movimiento era alentado y sustentado por Partidos Políticos, diputados, maestros y dirigentes magisteriales unos para desestabilizar el país y los otros para mantener su privilegiada situación de beneficios personales al trabajar en varios lugares en los mismos horarios. 45 minutos perjudicaba su presencia en distintos colegios por los horarios superpuestos.

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Page 1: Boletín Apuntes Nº 119

Pastoral Social / Cáritas de Honduras No. 119 Año 13 22 de Abril de 2015 Tegucigalpa, Honduras

Vencer la desesperación juvenil: un gran desafío para el país

“La cultura de lo provisorio no aumenta nuestra libertad, sino que nos priva

de nuestro verdadero destino, de las metas más verdaderas y auténticas.

Es una vida en pedazos. Es triste llegar a una cierta edad, mirar el camino

que hemos recorrido y descubrir que ha sido hecho en diferentes pedazos,

sin unidad, sin algo definitivo: todo provisorio. ¡No se dejen robar el deseo

de construir en su vida cosas sólidas y grandes!. ¡No se den por contentos

con metas pequeñas!. Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de

salir de sí mismos, de jugarse en plenitud su futuro” (Papa Francisco, 5 de

julio, 2014)

Las protestas estudiantiles y tomas de establecimientos educativos durante dos semanas,

en Tegucigalpa y San Pedro Sula provocaron diversas posturas en la población. Unos

consideraban que las protestas eran válidas y por lo tanto les dieron su apoyo. Otro sector

de la población se puso en el lado contrario y desautorizaron las protestas. Para los

primeros era el resurgir del liderazgo juvenil apagado desde el siglo pasado. Los

segundos en cambio consideraban que los jóvenes eran utilizados por los maestros y los

partidos políticos o asumidos por las maras, en este caso se les tildaba de delincuentes,

vándalos y revoltosos.

¿Cuál fue la razón de estas protestas?. Primero el nuevo horario de clases y después se

fueron agregando otras demandas. No se trata de 5 minutos, sino de 45 minutos más de

clase. Los estudiantes argumentaban el nivel de inseguridad que se vive en el país y que

el horario afectaría principalmente a los estudiantes de los turnos de la tarde. Este

aspecto es real. La mayoría de los estudiantes utiliza el servicio público y es conocida la

vulnerabilidad de la población juvenil en sus lugares de origen y en cualquier parte de la

ciudad.

Pero, 45 minutos más de clase en vez de ser causa de protesta debería ser una petición

de los mismos alumnos para mejorar su nivel educativo. No se ponen en duda que la

inseguridad es una seria amenaza, pero se podrían buscar otras alternativas. ¿Era

necesario llegar al paro de labores y a los niveles de violencia que se vivió en algunos

colegios?.

Los que no toleran ningún tipo de protesta aunque sean fieles defensores de la

democracia formal, argumentaron inmediatamente que este movimiento era alentado y

sustentado por Partidos Políticos, diputados, maestros y dirigentes magisteriales unos

para desestabilizar el país y los otros para mantener su privilegiada situación de

beneficios personales al trabajar en varios lugares en los mismos horarios. 45 minutos

perjudicaba su presencia en distintos colegios por los horarios superpuestos.

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Ninguno de los argumentos poseía la solidez suficiente para enarbolar una bandera de

lucha estudiantil o para desautorizarla. Lo más evidente fue el uso abusivo de la fuerza

pública para deshacer el movimiento: disparos al aire, uso de gas lacrimógeno,

tanquetas tira agua, toletazos y estudiantes heridos por perdigones fue el primer

resultado. Los estudiantes, tampoco hicieron una lucha pacífica, atacaron o se

defendieron con piedras y bloqueo de calles. Lo más grave de esa jornadas de protesta

fueron los cuatro estudiantes asesinados. Los causantes de las muertes siguen todavía

en el anonimato en un mar de dudas y suposiciones, unos acusando al gobierno y este

acusando a las maras.

Las luchas estudiantiles evidenciaron que el gobierno no tiene la capacidad de escuchar

otras voces que no sea la suya y de buscar otros caminos para solucionar problemas

que los trazados por los estrategas del gobierno. Pero también muestran que el

ministerio de Educación en el afán de superar muchos años de atraso educativo quiere

solucionar de una vez por todas los problemas, cuando con una mejor supervisión,

mejores textos didácticos, aulas adecuadas y dignas, sistema electrónico al alcance de

todos los educandos y maestros mejor cualificados puede dar resultados superiores al

simple agregado de cinco minutos de clase por materia.

Para elevar el nivel educativo de los estudiantes hondureños, es necesario mejorar los

niveles de pobreza, de desigualdad y ausencia de oportunidades. Estas condiciones

repercuten en el rendimiento de los estudiantes y les desmotiva por las pocas

oportunidades de empleo. Además, son miles de estudiantes que trabajan y el tiempo

que dedican al estudio es reducido. Es difícil después de ocho horas de trabajo tener

energías para estudiar, investigar y mantener un buen rendimiento educativo.

Brindar a los jóvenes la oportunidad de realizarse como personas es responsabilidad del

Estado y de toda la sociedad. Como bien señala el Papa Francisco: “Es triste llegar a

una cierta edad, mirar el camino que hemos recorrido y descubrir que ha sido hecho en

diferentes pedazos, sin unidad, sin algo definitivo: todo provisorio. ¡No se dejen robar el

deseo de construir en su vida cosas sólidas y grandes!”. ¡Inmensa tarea, vencer la

desesperanza de los jóvenes!. No podemos quedarnos resignados a perder toda una

generación. Ni las drogas, ni las maras, ni el narcotráfico son buenos horizontes. Hay queponer adelante nuestra creatividad, para que experimenten la alegría de la dignidad queviene del trabajo intelectual y productivo.

Reflexión comunitaria¿Cuál es la situación de los jóvenes en su comunidad?¿Cómo considera el nivel educativo de la juventud?

Pastoral Social / Cáritas de Honduras

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