Bilbao 2015eko martxoa BILBOKO ERAIKINAK La casa de los ... · Elías Mas Serra SU elemento más...

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Elías Mas Serra SU elemento más significativa- mente llamativo son las pinturas existentes en su fachada diseñadas por José Arrue y ejecutadas por el también pintor, discípulo de aquél, Jesús Arraiz. Pinturas en las que se representan diferentes motivos de carácter popular vasco que son las que, en definitiva, le han valido esa denominación popular de casa de los “Aldeanos”. De acuerdo con el expediente del Archivo Municipal de Bilbao; sig- natura: EE-53-81, depositado en el Archivo Foral, esta bonita obra de Indautxu fue proyectada por Adol- fo Gil y Lezama en 1928. Aspecto éste que queda perfectamente do- cumentado en el citado expediente tanto en lo que se refiere al proyec- to como a la ejecución de la obra. A raíz del artículo, publicado en estas mismas páginas, dedicado al edificio situado en la plaza de Ve- nezuela y entre las calles de Bue- nos Aires e Ibáñez de Bilbao, obra del mismo autor, hemos dado cuenta de algunos aspectos de la personalidad del arquitecto. Adol- fo Gil nació en 1873 y se licenció en 1897 y pertenece a unas genera- ciones de titulados entre los que se hallan personalidades tales como Gregorio Ibarreche (1893), Federi- co Ugalde (1898), Ricardo Bastida y Pedro Guimón (1902) o Manuel María Smith (1904) entre otros. Gil ejerció como arquitecto mu- nicipal y su trayectoria profesional se prolongó hasta 1948 aproxima- damente. Amigo de Ricardo Basti- da, colaboró con él, en algunos proyectos, en la posguerra. Se dice de Adolfo Gil que fue uno de los últimos bilbainos con bombín. Anécdotas aparte, en la ejecu- ción de esta casa tuvo en Luis Ler- chundi un mecenas que indudable- mente fue, de alguna manera, deci- sivo en la concreción de la obra. Una obra que enseñorea uno de los rincones más peculiares de la Am- pliación del Ensanche. Lo popular y el neo-vasco La casa de los “Aldeanos” o casa Lerchundi es un ejercicio de arqui- tectura complejo y en algunas cuestiones de difícil explicación. Fijémonos, por ejemplo, en el edi- ficio de la calle Aretxabaleta, 6 y en el de la calle Manuel Allende, 5 a los que en principio nos sentimos tentados en considerarles distintas edificaciones. No es así. En el ex- pediente municipal que hemos ci- tado al inicio de este artículo queda muy claro que se trata de un único edificio proyectado por Adolfo Gil. Entonces ¿cuál es la explicación en la diferencia de imagen que pro- porcionan las dos fachadas? Anali- zando el esquema formal podemos darnos cuenta de que la composi- ción se mantiene similar y respon- de a idénticos criterios que apuntan a un método proyectual caracterís- tico y típico de Adolfo Gil. Señalemos, por otra parte, el he- cho de que quien encargó la edifi- cación: Luis Lechundi, ejerció co- mo decorador y delineante y sus criterios, en este sentido, fueron, sin lugar a dudas, un aspecto orien- tador del trabajo del arquitecto, au- tor del proyecto y la obra. En un período en el que, supera- das algunas de las influencias mo- dernistas y secesionistas, emergió con fuerza una idea de arquitectura regional que, en nuestro caso, se concretó en diferentes expresiones agrupadas en el denominado neo- vasco. Todo ello sin perjuicio de la incidencia, sobre todo en la decora- ción interior, de otros criterios de extracción europea, tipo el denomi- nado art-déco, que sin lugar a du- das el propietario, y a su vez deco- rador, pudo proponer en algunos as- pectos de este edificio en cuestión. Si prescindiéramos de los aspec- tos decorativos, la edificación ad- quiriría, probablemente, un carácter más ecléctico al hilo de lo que ocu- rría, también, en otras edificaciones bilbainas dentro del espacio del En- sanche. La alegría y el color de las pintu- ras se hizo llamativa para los habi- tantes de la Villa y en especial para los de este barrio de Indautxu que veían la casa a diario. Conviene señalar que las referi- das pinturas que daban carácter y singularidad a la casa eran, al mar- gen de su temática claramente vas- ca, una referencia tradicional y po- pular a las fachadas de edificios pú- blicos, casas y caseríos que en algu- nas ocasiones se presentaban con pinturas en diferentes zonas. Es momento de recordar aquí, por ejemplo, los ayuntamientos de Durango y Bera de Bidasoa o, en el dominio particular, el caserío Ze- laieta (conocido como caserío de las pinturas) existente en la proxi- midad del cruce de las carreteras que desde Gauteguiz de Arteaga se dirigen a Lequeitio y a las playas más próximas de Ibarrangelua o la casa de la plaza de la Cruz nº 1 de Mundaka. Digamos, en fin, que cuando se construye la casa de los “Aldea- nos”, se han venido produciendo en Bilbao diferentes episodios de edi- ficación como: las casas de Sota (1919), el palacio de Ibaigane (1920), el edificio de Ángel Líbano en Gran Vía 42-44 (1927), la casa Anduiza (1928) y otras distintas obras, que podríamos situar en el contexto de lo que venimos deno- minando neo-vasco. Un edificio con dos fachadas Aunque en alguna publicación actual se refiere esta obra como la suma de dos construcciones dife- renciadas lo cierto es que se trata de una única obra tal como queda refe- rido y se contiene en los planos que se presentaron para la obtención de la consiguiente licencia de obras. Señalaremos que la fachada prin- cipal y la que podríamos identificar como trasera (calle Manuel Allen- de) corresponden ambas a un cierto aspecto neo-vasco, siendo de des- tacar el carácter más sencillo y po- pular, en lo que a la arquitectura hace referencia, de esta última. La edificación, pues, se concre- ta en una alargada construcción que va desde la plaza de Indautxu (calle Aretxabaleta) hasta la calle Manuel Allende. La aplicación de la normativa de construcción del Ensanche y su Ampliación deter- mina la ocupación del solar y con- secuentemente, con ello, la dispo- sición de las viviendas y la distri- bución de las mismas. Puntualiza- remos que se organiza en base a cuatro viviendas por planta de las cuales dos dan al frente de la calle Aretxabaleta y las otras dos al frente de la calle Manuel Allende. Toda la superficie utilizable se dedica a la organización de las ci- tadas viviendas que se disponen en torno a dos patios interiores. Los accesos a las viviendas se rea- lizan mediante dos huecos de es- calera que configuran, asimismo, los dos distintos portales que dan a cada una de las fachadas. Las vi- viendas adoptan una distribución en planta similar a otras del En- sanche sin aportar especiales no- vedades. Sólo significaremos que al portal de la calle Aretxabaleta dan las viviendas de mayor cali- dad con huecos más espaciosos y a la calle Manuel Allende da el portal de acceso a las viviendas más modestas. Para concluir dire- mos que los programas desarrolla- dos contemplan la creación de un comedor, un gabinete, cocina y cuatro habitaciones o tres habita- ciones en el caso, este último, de las viviendas más modestas. La casa de los “Aldeanos” es, en todo caso, una pequeña joya entre la arquitectura de la Villa. En un entorno fundamentalmente racionalista en el que destacan la obra de Tomás Bilbao o la de Anastasio Arguinzóniz, resalta la íntima y agradable percepción de este excelente trabajo de Adolfo Gil y Lezama. Descubrámoslo. Bilbao 8 2015eko martxoa BILBOKO ERAIKINAK/EDIFICIOS DE BILBAO Su elemento más significativamente llamativo son las pinturas existentes en su fachada diseñadas por José Arrue y ejecutadas por el también pintor, discípulo de aquél, Jesús Arraiz La casa de los “Aldeanos” No la mencionan muchos tratados de arquitectura y sin embargo, su presencia constituye un elemento singular en el conjunto de la plaza de Indautxu. Se la conoce popularmente como la casa de los “Aldeanos” y se halla situada en el número 6 del frente de la referida plaza que se conoce como calle Aretxabaleta Fue proyectada por Adolfo Gil y Lezama en 1928 Es una pequeña joya de la arquitectura de la Villa

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Elías Mas Serra

SU elemento más significativa-mente llamativo son las pinturasexistentes en su fachada diseñadaspor José Arrue y ejecutadas por eltambién pintor, discípulo de aquél,Jesús Arraiz. Pinturas en las que serepresentan diferentes motivos decarácter popular vasco que son lasque, en definitiva, le han valido esadenominación popular de casa delos “Aldeanos”.

De acuerdo con el expediente delArchivo Municipal de Bilbao; sig-natura: EE-53-81, depositado en elArchivo Foral, esta bonita obra deIndautxu fue proyectada por Adol-fo Gil y Lezama en 1928. Aspectoéste que queda perfectamente do-cumentado en el citado expedientetanto en lo que se refiere al proyec-to como a la ejecución de la obra.

A raíz del artículo, publicado enestas mismas páginas, dedicado aledificio situado en la plaza de Ve-nezuela y entre las calles de Bue-nos Aires e Ibáñez de Bilbao, obradel mismo autor, hemos dadocuenta de algunos aspectos de lapersonalidad del arquitecto. Adol-fo Gil nació en 1873 y se licencióen 1897 y pertenece a unas genera-ciones de titulados entre los que sehallan personalidades tales comoGregorio Ibarreche (1893), Federi-co Ugalde (1898), Ricardo Bastiday Pedro Guimón (1902) o ManuelMaría Smith (1904) entre otros.

Gil ejerció como arquitecto mu-nicipal y su trayectoria profesionalse prolongó hasta 1948 aproxima-damente. Amigo de Ricardo Basti-da, colaboró con él, en algunosproyectos, en la posguerra.

Se dice de Adolfo Gil que fueuno de los últimos bilbainos conbombín.

Anécdotas aparte, en la ejecu-ción de esta casa tuvo en Luis Ler-chundi un mecenas que indudable-mente fue, de alguna manera, deci-sivo en la concreción de la obra.Una obra que enseñorea uno de losrincones más peculiares de la Am-pliación del Ensanche.

Lo popular y el neo-vascoLa casa de los “Aldeanos” o casa

Lerchundi es un ejercicio de arqui-tectura complejo y en algunascuestiones de difícil explicación.Fijémonos, por ejemplo, en el edi-ficio de la calle Aretxabaleta, 6 yen el de la calle Manuel Allende, 5a los que en principio nos sentimostentados en considerarles distintasedificaciones. No es así. En el ex-pediente municipal que hemos ci-tado al inicio de este artículo quedamuy claro que se trata de un únicoedificio proyectado por AdolfoGil.

Entonces ¿cuál es la explicaciónen la diferencia de imagen que pro-porcionan las dos fachadas? Anali-zando el esquema formal podemosdarnos cuenta de que la composi-ción se mantiene similar y respon-de a idénticos criterios que apuntana un método proyectual caracterís-tico y típico de Adolfo Gil.

Señalemos, por otra parte, el he-cho de que quien encargó la edifi-cación: Luis Lechundi, ejerció co-mo decorador y delineante y suscriterios, en este sentido, fueron,sin lugar a dudas, un aspecto orien-tador del trabajo del arquitecto, au-tor del proyecto y la obra.

En un período en el que, supera-das algunas de las influencias mo-dernistas y secesionistas, emergiócon fuerza una idea de arquitecturaregional que, en nuestro caso, seconcretó en diferentes expresionesagrupadas en el denominado neo-vasco. Todo ello sin perjuicio de laincidencia, sobre todo en la decora-ción interior, de otros criterios deextracción europea, tipo el denomi-nado art-déco, que sin lugar a du-das el propietario, y a su vez deco-rador, pudo proponer en algunos as-pectos de este edificio en cuestión.

Si prescindiéramos de los aspec-tos decorativos, la edificación ad-quiriría, probablemente, un caráctermás ecléctico al hilo de lo que ocu-rría, también, en otras edificacionesbilbainas dentro del espacio del En-sanche.

La alegría y el color de las pintu-ras se hizo llamativa para los habi-tantes de la Villa y en especial paralos de este barrio de Indautxu queveían la casa a diario.

Conviene señalar que las referi-das pinturas que daban carácter ysingularidad a la casa eran, al mar-gen de su temática claramente vas-ca, una referencia tradicional y po-pular a las fachadas de edificios pú-blicos, casas y caseríos que en algu-nas ocasiones se presentaban conpinturas en diferentes zonas.

Es momento de recordar aquí,por ejemplo, los ayuntamientos deDurango y Bera de Bidasoa o, en eldominio particular, el caserío Ze-laieta (conocido como caserío delas pinturas) existente en la proxi-midad del cruce de las carreterasque desde Gauteguiz de Arteaga sedirigen a Lequeitio y a las playasmás próximas de Ibarrangelua o lacasa de la plaza de la Cruz nº 1 deMundaka.

Digamos, en fin, que cuando seconstruye la casa de los “Aldea-nos”, se han venido produciendo enBilbao diferentes episodios de edi-ficación como: las casas de Sota(1919), el palacio de Ibaigane(1920), el edificio de Ángel Líbanoen Gran Vía 42-44 (1927), la casaAnduiza (1928) y otras distintasobras, que podríamos situar en elcontexto de lo que venimos deno-minando neo-vasco.

Un edificio con dos fachadasAunque en alguna publicación

actual se refiere esta obra como lasuma de dos construcciones dife-renciadas lo cierto es que se trata deuna única obra tal como queda refe-rido y se contiene en los planos quese presentaron para la obtención dela consiguiente licencia de obras.

Señalaremos que la fachada prin-cipal y la que podríamos identificarcomo trasera (calle Manuel Allen-de) corresponden ambas a un cierto

aspecto neo-vasco, siendo de des-tacar el carácter más sencillo y po-pular, en lo que a la arquitecturahace referencia, de esta última.

La edificación, pues, se concre-ta en una alargada construcciónque va desde la plaza de Indautxu(calle Aretxabaleta) hasta la calleManuel Allende. La aplicación dela normativa de construcción delEnsanche y su Ampliación deter-mina la ocupación del solar y con-secuentemente, con ello, la dispo-sición de las viviendas y la distri-bución de las mismas. Puntualiza-remos que se organiza en base acuatro viviendas por planta de lascuales dos dan al frente de la calleAretxabaleta y las otras dos alfrente de la calle Manuel Allende.

Toda la superficie utilizable sededica a la organización de las ci-tadas viviendas que se disponenen torno a dos patios interiores.Los accesos a las viviendas se rea-lizan mediante dos huecos de es-calera que configuran, asimismo,los dos distintos portales que dana cada una de las fachadas. Las vi-viendas adoptan una distribuciónen planta similar a otras del En-sanche sin aportar especiales no-vedades. Sólo significaremos queal portal de la calle Aretxabaletadan las viviendas de mayor cali-dad con huecos más espaciosos ya la calle Manuel Allende da elportal de acceso a las viviendasmás modestas. Para concluir dire-mos que los programas desarrolla-dos contemplan la creación de uncomedor, un gabinete, cocina ycuatro habitaciones o tres habita-ciones en el caso, este último, delas viviendas más modestas.

La casa de los “Aldeanos” es,en todo caso, una pequeña joyaentre la arquitectura de la Villa.En un entorno fundamentalmenteracionalista en el que destacan laobra de Tomás Bilbao o la deAnastasio Arguinzóniz, resalta laíntima y agradable percepción deeste excelente trabajo de AdolfoGil y Lezama. Descubrámoslo.

B i lbao8 2015eko martxoa BILBOKO ERAIKINAK/EDIFICIOS DE BILBAO

Su elemento mássignificativamentellamativo sonlas pinturasexistentes ensu fachadadiseñadas porJosé Arrue yejecutadas porel también pintor,discípulo de aquél,Jesús Arraiz

La casa de los “Aldeanos”No la mencionan muchos tratados de arquitectura y sin embargo, su presencia constituye un elemento

singular en el conjunto de la plaza de Indautxu. Se la conoce popularmente como la casa de los “Aldeanos”y se halla situada en el número 6 del frente de la referida plaza que se conoce como calle Aretxabaleta

Fue proyectada por Adolfo Gil y Lezama en 1928

Es unapequeñajoya de laarquitecturade la Villa