Bernstein - La reestructuracion del sistema social y político

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Capítulo 1

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  • La restructuracin dela teora social y poltica

    Richard J. Bernstein

    FONDO DE CULTURA ECONMICA

    Ttulo original:

    The Restructuring of Social and PoliticalTheory, 1976

    Mxico, 1982

    Este material se utiliza con finesexclusivamente didcticos

  • 2I. LA TEORA EMPRICA

    Uno de los supuestos de la vida intelectual de nuestro pas es que debe haber entre nosotros algunoshombres a quienes consideremos filsofos polticos. Filsofos profesionales, sensibles al cambio filosfico,debern ocuparse de las relaciones polticas y sociales en el nivel de generalidad ms amplio posible... Durantetrescientos aos de nuestra historia ha habido tales hombres que escriben en ingls, desde principios del sigloXVII hasta el siglo XX, desde Hobbes hasta Bosanquet. Parecera que, ahora no los tenemos ya. La tradicin seha roto y nuestro supuesto ya no es vlido, a menos que pensemos que la tradicin est a punto de revivir. Porahora, de todos modos, la filosofa poltica est muerta.

    Peter Laslett, 19561

    Todo el conocimiento cientfico maduro es terico. Evidentemente, esto no significa que los hechosno importen... Los hechos deben ordenarse en alguna forma para que podamos advertir sus conexiones. Cuantomayor sea el nivel de generalidad del ordenamiento de tales hechos, mayor ser el alcance de la explicacin yel entendimiento...

    Es claro que si la politologa pudiera llegar a tal teora general, nos dara un entendimiento profundo yextenso de la vida poltica. En consecuencia, no hay necesidad de indicar que tal teora sera conveniente acausas de utilidad. Lo nico que no es evidente es que la formulacin de tal teora es un paso posible ynecesario en el camino que conduce al conocimiento confiable y perceptivo acerca de la poltica.

    En los horizontes de la investigacin poltica que ahora se realiza en los Estados Unidos, no puedeverse tal teora.

    David Easton, 19532

    Entre los numerosos motivos que impulsaron la llamada revolucin conductista en la politologa,dos preocupaciones grandes y potentes han desempeado un papel importante. Ambas han persuadido a lospolitlogos a alejarse de la enseanza tradicional de la politologa, y ambas han persuadido a los practicantesde la nueva politologa de que su nueva ciencia habra de ser una ms de las ciencias naturales ... La primerapreocupacin fue el temor de lo que llam David Easton, en The Political System, el hiperfactismo. Lospolitlogos se haban vuelto muy a menudo meros compiladores de hechos referentes a los sistemas polticos,sobre todo hechos referentes a las minucias de las constituciones. Nadie negaba la importancia de los hechos;en efecto, se admita ampliamente que una politologa desarrollada demandara mucha ms informacin fcticade la que ahora poseemos. Pero se reconoca que las ciencias fsicas desarrolladas y prestigiosas distabanmucho de ser compilaciones de hechos; y se advirti que, en s mismo, el apego a los hechos resultabaenteramente inadecuado para generar algo que pudiera aspirar al nombre de ciencia poltica. La cura delhiperfactismo habra de ser la creacin de un cuerpo terico organizado, porque slo la teora nos permiteclasificar y evaluar la importancia de los datos fcticos adquiridos por el experimento y la observacin. Pero talteora atenuara tambin la segunda preocupacin: el temor de que se tomara a los politlogos por idelogospolticos. Porque tal teora habra de ser enteramente diferente de la teora poltica tradicional: habra de seremprica y, descriptiva no moral y prescriptiva. La meta era la creacin de un cuerpo de teora cientficadebidamente validada, no la produccin de ideologa.

    Alan Ryan, 19723

    La influencia positivista

    Estas pginas reflejan la opinin prevaleciente durante, los aos cincuenta acerca del estado de lafilosofa poltica y, la politologa. Tambin proveen una perspectiva para la exploracin de, la naturaleza y laimportancia de la teora emprica en las ciencias sociales. Aunque se refieren a la filosofa poltica y, lapolitologa, podramos citar- pasajes similares que reflejan las mismas actitudes intelectuales en todo elcampo de las Ciencias sociales. Ha sido diferente el ritmo del desarrollo. pero todas las ciencias sociales hanexperimentado durante el siglo XX una declinacin de la reflexin especulativa y filosfica, y un aumentodel optimismo acerca de los resultados que podran esperarse en cuanto se lograra un firme fundamentocientfico y emprico.

    La declaracin de. Laslett en el sentido de, que Por ahora. de todos modos, la filosofa poltica estmuerta, resultaba provocativa pero pareca ser la pura verdad. No podramos citar un solo filsofocontemporneo cuyo pensamiento poltico y social mostrara la amplitud de Hobbes, Locke, Bentham, o los

    1 Philosophy, Politics and Society (primera serie). Comp. Peter Laslett. p. vii2 David Easton, The Political System, p.4.3 Alan Ryan, `Normal`Science or Political Ideology?, Philosophy, Politics and Society (cuarta serie), p. 86.

  • 3Mills. Ningn contemporneo desplegaba el poder, el alcance y la profundidad de Montesquieu, Rousseau,Hegel o Marx. Laslett tena razn: la gran tradicin se haba roto, aunque sugiriera dbilmente que podrarevivir.

    Pero esto no ocurra por razones superficiales ni por falta de genio creativo. El rompimiento de latradicin pareca ser la consecuencia inevitable de actitudes intelectuales profundamente arraigadas yprevalecientes en la vida cultural anglosajona, Pocos pensadores anglosajones han sido positivistas en elsentido estricto de Comte o del Crculo de Viena, pero el temperamento positivista ha ejercido una influenciaprofunda sobre ellos. Bsicamente, el temperamento positivista slo reconoce dos modelos del conocimientolegtimo: las ciencias empricas o naturales y las disciplinas formales tales como la lgica y las matemticas.Todo lo que no pueda reducirse a esto, o que no pueda satisfacer los criterios severos establecidos por estasdisciplinas, debe verse con suspicacia. Existe la tarea del anlisis, el trabajo de aclarar las caractersticasdistintivas de estos modelos, pero el anlisis mismo es una disciplina de segundo orden, un parsito que vivedel primer orden, el de las ciencias empricas y formales.

    Pocos cientficos sociales estn dispuestos a sugerir que el estudio de la filosofa poltica y social notiene ningn valor. Tal estudio histrico podra ampliar nuestra perspectiva, sugerir hiptesis empricas parasu verificacin, y ocasionalmente revelar observaciones agudas que puedan rescatarse. Pero el problema deestos grandes sistemas filosficos es su tendencia a confundir el hecho con el valor, los juicios descriptivoscon los prescriptivos. Cualquiera que pueda ser el valor de tal estudio, estos sistemas tradicionales no seprestan a una formulacin sistemtica, rigurosa, que permita su verificacin emprica.

    Los cientficos sociales ortodoxos llegaron a contemplar la historia de sus propias disciplinas con laslentes del positivismo. Algunos optaron por la teora de la separacin en cuyos trminos poda compararselo que estaba ocurriendo en el siglo XX con lo que haba ocurrido en los siglos XVI y XVII, cuando sesepararon las ciencias naturales y fsicas de la antigua tradicin de la filosofa natural. Las consecuenciaspotenciales de esta nueva era cientfica de las ciencias humanas no seran menos importantes que lasocurridas ya en las ciencias fsicas. Otros se inclinaron por la teora de la continuidad, que consideraba elnuevo enfoque cientfico como la realizacin de la promesa latente de la tradicin iniciada por Platn yAristteles. Ambas versiones consideran que la historia de la vida intelectual pasa por la edad oscura de laespeculacin teolgica, metafsica y filosfica, y emerge en el triunfo de las ciencias positivas.

    El entendimiento que tenan los cientficos sociales de sus propias disciplinas se reforzaba por lo queestaba ocurriendo en la filosofa. Una vez afianzado el tro de los primeros positivistas lgicos lo analtico,lo sinttico, o lo carente de sentido, no haba un lugar legtimo para la filosofa social y poltica. Habanecesidad de desmantelar ese grandioso edificio: separarlo en sus componentes empricos (sintticos) ydefinitorios (analticos) adecuados. Las actitudes acerca. de los aspectos normativos de tales disciplinasvariaban desde la postura ms extrema y agresiva, de que todo ese discurso carece de sentido o es a lo sumoemotivo, hasta la concepcin menos extrema de que el anlisis filosfico puede aclarar por lo menos los usosde los trminos y discursos normativos. La tica deba ser desplazada por la metatica. El filsofo debeelucidar el discurso tico, no hacer pronunciamientos normativos. Lo mismo ocurrira, presumiblemente, conel discurso normativo apropiado para la vida social y poltica. Digo presumiblemente porque, si bien escierto que se dedic gran energa intelectual al estudio de la metatica, casi no haba ningn inters serio enlas cuestiones sociales y polticas entre los filsofos influidos por el positivismo lgico y el empirismolgico. Compartan estos filsofos la creencia prevaleciente a la sazn en el sentido de que, una vezaclarados los problemas realmente difciles de la epistemologa y la tica, podran aplicarse estos resultados aotros problemas.

    La situacin no cambi al principio ni siquiera con la revolucin del lenguaje ordinario ocurridadentro de la filosofa analtica. En la primera oleada del movimiento del lenguaje ordinario hubo ataquesseveros contra el cientificismo excesivo del positivismo ortodoxo y una sensibilidad creciente ante lacomplejidad, diversidad e inconvertibilidad de diferentes formas del lenguaje, as como un entendimientonuevo del anlisis filosfico. Ahora podramos afirmar que el discurso moral o el discurso normativo, entrminos ms generales no era defectuoso porque dejara de satisfacer los cnones del discurso cientfico. Eldiscurso moral exhibe su propia estructura, su propia gramtica y sus propias reglas. El filsofo debeelucidar y explorar este discurso y aclarar los matices sutiles de los trminos morales. Pero los filsofos dellenguaje ordinario compartan con sus oponentes ms inclinados haca el positivismo la conviccin de que latarea filosfica adecuada es la elucidacin del discurso moral, no la formulacin de aseveraciones normativasdisfrazadas ni la justificacin especiosa. Tambin aqu se consideraba la filosofa como una disciplina desegundo orden, aunque extremadamente importante.

    En suma, se haba roto la tradicin de la filosofa poltica y social porque los desarrollos msrefinados y rigurosos de la filosofa anglosajona haban demostrado supuestamente que no hay, ni podra

  • 4haber. Ninguna disciplina racional de esa clase que genere un conocimiento genuino. Por supuesto, loscientficos sociales ortodoxos no lamentaron la desaparicin o separacin de esta tradicin. Por el contrario,la falta de desarrollo cientfico de sus propios campos se atribuy con frecuencia al influjo inhibitorio de estatradicin y a las confusiones conceptuales que alimentaba acerca de la distincin categrica existente entre lateora emprica y la teora normativa.

    En su Crtica de la razn pura, Kant haba descrito con perspicacia la forma en que las matemticasy las ciencias naturales haban experimentado revoluciones conceptuales que las transformaron en cienciasgenuinas. Una vez ocurrida esta revolucin, las ciencias naturales exhibieron las caractersticas de lasdisciplinas que maduran progresivamente e involucran el crecimiento del conocimiento humano. Loscientficos sociales ortodoxos creen que ha venido ocurriendo, durante el siglo XX, una revolucin anlogaen el estudio cientfico de los individuos en todas sus complejas relaciones humanas. Clark Hull expres en1943 este sentimiento colectivo de lo que estaba ocurriendo, y este optimismo acerca del desarrollo futuro delas ciencias sociales o conductistas:

    ... hay razones para esperar que en los prximos cien aos se observe un desarrollo sin precedentes eneste campo. Una razn para el optimismo a este respecto se encuentra en la tendencia creciente, por lo menosentre los norteamericanos, a considerar las ciencias sociales o conductistas como ciencias naturales genuinasy no como Geisteswissenschaft. Estrechamente unida a esta tendencia se encuentra la prctica creciente deexcluir las consideraciones lgicas, folklricas y antropomrficas de la lista de factores explicativos quepresumiblemente son ante todo conductistas. Enteramente congruente con estas tendencias es el crecientereconocimiento de la conveniencia, en las ciencias de la conducta, de una formulacin explcita y exacta, converificacin emprica en cada punto. Si estas tres tendencias siguen aumentando. como parece probable, haybuenas razones para esperar que las ciencias de la conducta experimenten pronto un desarrollo comparable almanifestado por las ciencias fsicas en la poca de Coprnico, Kepler. Galileo y Newton.4

    A medida que los cientficos sociales confiaban cada vez ms en la posicin cientfica de su propiadisciplina, sentan la necesidad de aclarar sus aspectos lgicos y epistemolgicos, sobre todo en los sentidosen que pudiera compararse significativamente con las ciencias naturales bien establecidas. Ryan se refiere altemor del hiperfactismo, pero otras influencias instaban tambin a una elucidacin de la posicin cientficade la teora emprica. Los cientficos sociales practicantes se preocuparon por la confusin interna existenteen sus propios campos. Y a medida que los filsofos de la ciencia entendan mejor las caractersticasprimordiales de las ciencias naturales y el papel preciso que desempea en ellas la teora, ejercan unainfluencia poderosa sobre los cientficos sociales de metodologa refinada.

    La posicin ortodoxa: Robert Merton

    Una de las mejores presentaciones contemporneas breves de la posicin cientfica de las disciplinassociales aparece en el libro de Robert Merton Social Theory and Social Structure5 [hay, ed. esp. del FCE,1980]. En virtud de que Merton es un terico social que ha contribuido considerablemente a la investigacinsociolgica y revela un conocimiento detallado del alcance de las ciencias sociales una conciencia histricade su desarrollo, su presentacin de la teora constituye un excelente punto de partida para una investigacinde la teora emprica. Merton ha sido siempre un intelectual moderado, y, durante los aos cincuenta suconcepcin de las teoras de alcance intermedio sirvi como un credo que podan adoptar tranquilamentemuchos cientficos sociales diversos.

    Merton afronta el desafo de la explicacin del desarrollo inmaduro de las ciencias sociales porcomparacin con las ciencias naturales. Sostiene que la comparacin del estado actual de las cienciassociales, en particular el de la sociologa, con el de la fsica contempornea, no es slo un error, sino que 4 Clark L. Hull. Principles of Behaviour, p. 400.5 Social Theory and Social Structure ha aparecido en tres ediciones y numerosas impresiones. Se public por primeravez en 1949, se revis en 1957, y apareci de nuevo revisada y ampliada en 1968. Muchos de los pasajes citados en mitexto han sido tomados de la Introduccin a la primera edicin, donde Merton propuso la necesidad de teoras dealcance intermedio. Esta Introduccin aparece tambin en la edicin de 1957. Sin embargo, en la edicin aumentada de1968, Merton amplo y revis su introduccin original en dos captulos completos. En estos captulos nuevos Mertondefiende su concepcin de las teoras de alcance intermedio contra muchas de las crticas que se haban formuladodurante los veinte aos transcurridos, y tambin presenta una descripcin ms completa de la posicin cientfica de lasociologa que toma en cuenta el trabajo aparecido recientemente sobre la historia de la filosofa de la ciencia. A menosque se diga otra cosa, todas las referencias a las pginas de Merton corresponden a la primera edicin de Social Theoryand Social Structure.

  • 5tiende a ser un masoquismo errado. El entendimiento de la historia de la ciencia puede infundir a la vezhumildad y una sensacin de liberacin, sobre todo para los optimistas que piensan que la teora social puedelograr grandes resultados de una plumada. Este optimismo ingenuo ignora la forma en que varios siglos deinvestigacin allanaron el terreno para los grandes avances de la ciencia fsica. Es un error suponer quetodos los productos culturales existentes en un momento dado de la historia deben tener el mismo grado demadurez intelectual (p. 6), Es posible que la sociologa no est lista an para su Einstein porque no haencontrado an su Kepler. Aun el incomparable Newton reconoci en su momento la contribucinindispensable de la investigacin acumulada, afirmando: Si he visto ms all, es porque me he parado sobrelos hombros de gigantes` (p, 7).6

    La moraleja que debe extraerse es que si hemos de comparar la sociologa con las ciencias fsicas,resultar ms ilustradora la comparacin del estado actual de la sociologa con el estado de las cienciasfsicas en su nacimiento. Entre la fsica del siglo XX y la sociologa del siglo XX se interponen miles demillones de horas-hombre de investigacin sostenida, disciplinada y acumulada (pp. 6-7).

    Aunque subraya Merton la disparidad del desarrollo de las, ciencias sociales y las ciencias fsicas, noduda de la posibilidad de llevar a las ciencias sociales al mismo tipo de madurez cientfica. Como Hull, estseguro de que puede haber un Kepler, un Newton o un Einstein de las ciencias sociales. Su defensa de lasteoras de alcance intermedio trata de ser una estrategia sensata para el presente a fin de aproximarse a esameta. Merton es plenamente consciente de que gran parte de la investigacin de la ciencia social ha fluctuadoentre los extremos violentos del empirismo abstracto y la gran teora: los extremos que C. Wright Millscaricaturizara en forma brillante y, criticara en forma devastadora.7

    Pero para poder clasificar adecuadamente las teoras de alcance intermedio debemos entender conmayor claridad la orientacin terica de las ciencias sociales. La descripcin de actividades que hace Merton,que con frecuencia se confunde con la teora propiamente dicha, no slo resulta muy til como medio deprevencin, sino tambin para la localizacin de las funciones especficas de la teora.

    No debe entenderse la teora como un conjunto de orientaciones generales hacia los datos,sugerentes de los tipos de variables que de algn modo deben tomarse en cuenta, y no de pronunciamientosverificables de relaciones existentes entre variables especificadas, aunque esto constituye una gran partede lo que ahora se llama la teora sociolgica (p. 9). Segn Merton, esto es poco satisfactorio porque resultademasiado amorfo. La teora no consiste en puntos de vista o enfoques. La teora que produce teoremaclaros debe consistir por lo menos en claros pronunciamientos verificables de las relaciones existentes entrevariables especificadas.

    No debe confundirse la teora con la metodologa. Por supuesto, los cientficos sociales deben poseerun refinamiento metodolgico. Deben saber utilizar las tcnicas estadsticas y otras tcnicas cuantitativas, ydisear experimentos; deben entender la naturaleza de las inferencias y los requerimientos de un sistematerico. Pero tal conocimiento no contiene ni implica el contenido particular de la teora sociolgica (p.84). Una de las curiosidades de las ciencias sociales al revs de lo que ocurre en las ciencias naturales es elhecho de que la metodologa se ha convertido en un subcampo que cuenta con sus propios especialistasprofesionales. La preocupacin excesiva por la metodologa se ha convertido a menudo en una desviacin dela tarea de la construccin de sistemas tericos sustantivos. Merton comparte la opinin de muchoscientficos practicantes en el sentido de que las discusiones metodolgicas tienen con frecuencia mejoresfrutos cuando surgen en relacin con problemas de investigacin sustantiva especficos.8

    Tampoco debe confundirse la teora con el anlisis de los conceptos sociolgicos tales como laposicin, el papel, la Gemeinschaft, la interaccin social, la distancia social, la anomie, etctera. Lateorizacin sociolgica no puede realizarse sin el anlisis de conceptos centrales que pueden intervenir en unsistema terico. Pero un anlisis miscelneo de tales conceptos, que ha preocupado a tantos tericos sociales,no genera un sistema terico ni equivale a tal sistema, integrado por proposiciones lgicamente integradasque tienen consecuencias empricas.

    Nos aproximamos a una de las principales confusiones acerca de la teora cuando tomamoserradamente las interpretaciones sociolgicas post factum (p, 90) por la teora propiamente dicha. Con 6 En la edicin de 1968 de Social Theory and Social Structure, Merton extiende su lista de cientficos naturales paraquienes no hay todava equivalentes en las ciencias sociales. Es posible que la sociologa no est lista an para suEinstein porque todava no encuentra su Kepler, ya no digamos su Newton, Laplace, Gibbs, Maxwell o Planck (p. 47).7 C. Wright Mills, The Sociological Imagination (hay ed. esp. Del FCE, 1974) especialmente los captulos 2 y 3.8 Karl Popper subraya este punto en The Poverty of Historicism: Los debates ms fructferos sobre el mtodo estninspirados siempre por ciertos problemas prcticos que encara el investigador; y casi todos los debates sobre el mtodoque no tienen tal inspiracin se caracterizan por esa atmsfera de sutileza intil que ha desprestigiado a la metodologaentre los investigadores prcticos (p. 57).

  • 6frecuencia se ofrecen tales interpretaciones para explicar las observaciones. Un terico social confrontadiversos datos, y ve que este material tiene sentido o encaja con una interpretacin dada. Pero la falacialgica que se encuentra detrs de las interpretaciones post factum es la existencia de diversas hiptesisrudimentarias que en alguna medida se ven confirmadas o verificadas por los hechos pero que tratan deexplicar estados de cosas opuestos y contradictorios. Las interpretaciones y explicaciones post factum soncon frecuencia tan flexibles, vagas o abiertas, que pueden explicar casi cualesquier datos. Merton estalerta a una observacin subrayada por Peirce y reiterada en nuestra propia poca por Karl Popper: las teorascientficas deben ser refutables e invalidables, y no simplemente verificadas o confirmadas.

    Algunos cientficos sociales han pensado que la funcin propia de la teora es la formulacin degeneralizaciones empricas bien fundadas. Las generalizaciones empricas constituyen una condicinnecesaria para el establecimiento de sistemas tericos, pero no son suficientes. Aqu podernos ver con granclaridad lo que entiende Ryan por la ansiedad del hiperfactismo, o lo que C. Wright Mills llamempirismo abstrado. Un mito primitivo, que ha afectado profundamente la investigacin de las cienciassociales, es la creencia de que la verdadera funcin de la ciencia es la recoleccin de datos y la formulacinde generalizaciones empricas basadas en ellos. En el siglo XX se han vuelto considerablemente msrefinadas nuestras tcnicas para la recoleccin de datos. Ahora tenemos bancos e institutos de datos cuyatarea principal es la refinacin de las tcnicas de recoleccin de datos. Tambin se cree con frecuencia que, sirecolectamos suficientes datos y descubrirnos correlaciones entre ellos, podremos llegar a esasgeneralizaciones empricas superiores que constituyen la ciencia genuina. Aun quienes son vagamenteconscientes de que la ciencia es algo ms que la recoleccin de datos y la formulacin de generalizacionesempricas basadas en tales datos, estn convencidos de que ste es el procedimiento adecuado para allanar elterreno a las teoras ms avanzadas. ste es un mito primitivo, porque es completamente falaz, a pesar deque se comparte ampliamente y se afirma con frecuencia que Bacon y Mill lo aceptaron y propalaron. Seradifcil nombrar un solo filsofo que alguna vez haya mantenido una concepcin tan simplista de la naturalezade la ciencia, y por supuesto no se puede afirmar tal cosa de Bacon o Mill. Adems, a pesar del desacuerdoamplio y a veces profundo que existe entre los filsofos contemporneos acerca de la naturaleza y el papel dela teora en las ciencias hay, un consenso racional acerca de que la teora no consiste simplemente engeneralizaciones empricas basadas en la recoleccin o la observacin de los hechos.

    Esta observacin ser extremadamente importante cuando consideremos algunos de los desafos a laconcepcin de las ciencias sociales como ciencias naturales genuinas. Muchos cientficos sociales partidariosdel empirismo ingenuo estn convencidos de que estos desafos son especiosos o carecen de fundamento.Estos cientficos se muestran incrdulos cuando sus oponentes afirman que es imposible o errada lacoleccin de datos, la bsqueda de correlaciones y la formulacin de generalizaciones empricas verificablessugeridas por los datos. Estn convencidos de que esto no slo puede hacerse sino que se est haciendo en lamejor investigacin emprica. En virtud de que consideran tal actividad como la quintaesencia de laexploracin cientfica, no pueden entender lo que sus oponentes encuentran tan objetable. Y preguntan:cmo podemos cuestionar siquiera la posibilidad o la importancia de una ciencia social que emplea tcnicasde investigacin metodolgicamente correctas ? Pero ms adelante veremos que la cuestin primordial no esla posibilidad de recolectar e interpretar datos, sino la significacin de esta empresa y las inferencias quepodamos obtener de ella.

    Merton asegura que la literatura sociolgica abunda en generalizaciones empricas: proposicionesaisladas que resumen uniformidades observadas en las relaciones existentes entre dos o ms variables (p.92). Pero una miscelnea de tales proposiciones slo provee la materia prima de la disciplina sociolgica.La tarea terica, y la orientacin de la investigacin emprica hacia la teora, se inicia cuando se establecetentativamente la influencia de tales uniformidades sobre un conjunto de proposiciones interrelacionadas (p-92).

    Habiendo distinguido diversas actividades que se confunden con la teora, Merton se dispone aexplicar lo que es la teora sistemtica, no slo para la sociologa sino para las ciencias sociales en general.Primero subraya que las generalizaciones apropiadas para la teora sistemtica difieren significativamente delas generalizaciones empricas miscelneas, basadas en la observacin de variables especficas. El segundotipo de generalizacin sociolgica, la llamada ley cientfica, difiere de lo anterior por cuanto es unaaseveracin de la invariacin derivable de una teora (p. 92). Como la mayora de los cientficos sociales,Merton est dispuesto a conceder que no han abundado hasta ahora los buenos ejemplos de tales leyes,aunque cree que no faltan por entero las aproximaciones de este segundo tipo de generalizacinsociolgica (1). 92). Es probable que la escasez de tales leyes en el campo sociolgico refleje la bifurcacinprevaleciente entre la teora y, la investigacin emprica. A pesar de los numerosos volmenes que se ocupande la historia de- la teora sociolgica, y a pesar de la abundancia de investigaciones empricas, los

  • 7socilogos (incluyendo al autor de este libro) pueden discutir los criterios lgicos de las leyes sociolgicassin citar un solo ejemplo que satisfaga plenamente tales criterios (p. 92). Esta admisin parece casi unaretirada de los defensores de la calidad cientfica de las disciplinas sociales, especialmente de quienes estnconvencidos de que el papel de la teora y la explicacin cientfica es esencialmente el mismo en las cienciasnaturales y en las ciencias sociales. Sin embargo, Merton ofrece un ejemplo de lo que quiere decir. Convieneconsiderar si ejemplo en detalle, porque muchas de las observaciones que Merton quiere subrayar acerca dela teora sistemtica, la explicacin cientfica y el papel de las leyes cientficas, pueden entenderseclaramente por referencia a tal ejemplo, o sea una reformulacin de la explicacin que da Durkheim a ladiferencia de las tasas de suicidio existentes entre catlicos y protestantes.9

    Se ha establecido desde hace largo tiempo, como tina uniformidad estadstica, que en diversaspoblaciones tienen los catlicos una tasa de suicidio menor que los protestantes (p. 92). En la medida en quese formule cuidadosamente tal afirmacin, mientras permanecen constantes otros factores, slo tendremostina generalizacin emprica, que no pretende enunciar una invariacin. El problema consiste en ofrecer tinaexplicacin terica de esta regularidad. Reiterando los supuestos tericos de Durkheim de manera formal,Merton ofrece la descripcin siguiente del anlisis de Durkheim:

    1. La cohesin social provee apoyo psicolgico para el agrupamiento de los miembros sujetos aagudas tensiones y ansiedades.

    2. Las tasas de suicidio dependen de las ansiedades y, tensiones no mitigadas a las que seencuentran sujetas las personas.

    3. Los catlicos tienen una cohesin social mayor que los protestantes.4. Por lo tanto, son de esperarse tasas de suicidio menores entre los catlicos que entre los

    protestantes (p. 93).

    En el contexto de su discusin, Merton no se preocupa por justificar que sta sea tina reconstruccinadecuada de, Durkheim. Tampoco defiende la verdad de las premisas pertinentes, ni analiza conceptos tancruciales y elusivos corno el apoyo psicolgico o las ansiedades y tensiones no mitigadas. Slo quierecomentar algunas de las caractersticas formales de este paradigma del anlisis terico.

    Primero, observa Merton, el alcance del hallazgo emprico original se ve considerablemente.ampliado por tal anlisis, porque la generalizacin se concepta en abstracciones de un orden ms alto:Catolicismo-cohesin social-ansiedades mitigadas-tasa de suicidio (p. 93). La ventaja de este paso a lamayor abstraccin es que ya no vemos la uniformidad como algo aislado, sino como una relacin entregrupos poseedores de ciertos atributos conceptuados (la cohesin social) y el comportamiento (p. 93).

    Segundo, este tipo de anlisis explica y establece a la vez 1a pertinencia terica de la uniformidad alderivarla de un conjunto de proposiciones interrelacionadas (p. 93). En consecuencia provee unaacumulacin de la teora y los hallazgos de la investigacin. Las uniformidades de las diferencias existentesen la tasa de suicidio aaden confirmacin al conjunto de proposiciones del que han sido derivadas junto conotras uniformidades. sta es una de las funciones principales de la teora sistemtica (p. 93).

    Tercero, la formulacin anterior nos permite extraer diversas consecuencias verificar la adecuacindel anlisis terico y explicar otras regularidades aparentemente no relacionadas. Por ejemplo, la premisainicial acerca de la cohesin social nos permite Investigar otros fenmenos, distintos del suicidio, comofactores que influyen en el derrumbe de la cohesin social: fenmenos tales como el comportamientoobsesivo o la preocupacin morbosa.

    Cuarto, la teora introduce un campo para el pronstico. Por ejemplo, si las medidas independientesrevelan una disminucin de la cohesin social entre los catlicos, el terico podra pronosticar (si se

    9 Una dificultad que aparece. con frecuencia en la literatura de las ciencias sociales es la disparidad existente entre losenunciados generales acerca de la naturaleza de las teoras, la explicacin cientfica, las leyes, etctera, y los ejemploscitados para ilustrar estos puntos. Merton no es menos culpable de esto que muchos de sus colegas menos refinados. Envirtud de que en este contexto me interesa elucidar la postura de Merton sobre la naturaleza y la funcin de la teora enlas ciencias sociales, pasar por alto muchas de las interrogantes que podran plantearse acerca de la adecuacin de lareformulacin de Durkheim a manos de Merton. Las investigaciones recientes ponen en tela de juicio la correccinhistrica y emprica de la reconstruccin lgica de Merton. Vase a Steven Lukes, Emile Durkheim: His Life and Work,captulo 9.. Dominick La Capra, Emile Durkheim: Sociologist and Philosopher, captulo 4; Jack Douglas, TheSociological Analysis of Social Meanings of Suicide, Archives europennes de sociologie, 7 (1966); y Hannan C.Selvin, Durkheims Suicide and Problems of Empirical Research. American Journal of Sociology, 62 (1958).

  • 8mantienen constantes otras variables) una tendencia hacia el incremento de las tasas de suicidio de estegrupo.

    Quinto, las funciones anteriores de la teora sugieren otra caracterstica de las teoras que, segnMerton.. no se aplica totalmente a la formulacin de Durkheim (p. 94). Para que una teora sea productiva,debe ser suficientemente precisa y determinada. La precisin es un elemento integral de criterio de laverificabilidad (p. 94). Merton nos previene sensatamente de que, en esta etapa de la sociologa, el grado deprecisin determinacin de una teora es una cuestin de buen juicio. La presin hacia la precisin excesivaen las ciencias sociales puede generar una actividad improductiva. Por otra parte, sin embargo, un tericodebe esforzarse por alcanzar por lo menos cierto grado de precisin, para que las teoras puedan verificarse yrefutarse en forma emprica.

    La reformulacin que hace Merton del anlisis terico de Durkheim, y las varias observaciones quesubraya, slo pretenden ser Ilustraciones. En esta etapa de mi investigacin, sera poco generoso si acusara aMerton de no afrontar los numerosos problemas que surgen cuando se trata de obtener un entendimientodeterminado y preciso de la teora propiamente dicha. Pero creo que Merton se ocupa de los temas msfundamentales que han preocupado a los cientficos sociales y los filsofos de las ciencias sociales cuandoelucidan la naturaleza de la teora sistemtica y la explicacin cientfica. El modelo de explicacin cientficaterica bosquejado por Merton es lo que se ha llamado el modelo hipottico-deductivo. Es deductivoporque la explicacin en este caso, la explicacin de la regularidad emprica de las tasas de suicidio sehace mediante una derivacin no trivial. Dadas las tres primeras premisas, la conclusin obtenida eslgicamente derivable. Y si se cuestionara cualquiera de las tres premisas, presumiblemente podramosofrecer algunas razones para su aceptacin tentativa. Es hipottico porque no se afirma que sea infaliblealguna de las premisas de este esquema. Nuevas investigaciones conceptuales o empricas podrancuestionar, modificar, o aun destruir tales premisas.

    Merton reconoce tambin que en la teora sistemtica hay una necesidad explcita o implcita deemplear leves o digamos con mayor cautela aseveraciones semejantes a leyes. Tales leyes debendistinguirse cuidadosamente de las meras generalizaciones empricas. Es por virtud de estas presuntas leyes lo que han llamado los filsofos enunciados nomolgicos que podemos formular los enunciadosempricos contrarios que resultan tan esenciales para la explicacin y el pronstico cientficos. Esto se ilustracuando Merton nos dice que los supuestos tericos de Durkheim nos permitiran pronosticar que, sidisminuyera la cohesin social entre los catlicos, sera de esperarse en este grupo (ceteris paribus.) unatendencia hacia el incremento de las tasas de suicidios.

    Por ltimo, Merton advierte la estrecha conexin existente entre la explicacin cientfica, laprecisin, la verificabilidad y el pronstico. Una teora cientfica bien formulada es aquella que explicamostrando la forma en que los fenmenos y las regularidades empricas pueden derivarse de supuestostericos y de condiciones iniciales adecuadas. Pero tal teora debe enunciarse con precisin suficiente paraser verificable. De otro modo, no podramos distinguirla de una explicacin post factum, porque estasexplicaciones seudocientficas pueden satisfacer tambin el criterio de la derivabilidad.

    El bosquejo anterior de la teora sociolgica propiamente dicha -un bosquejo que trata de captar lascaractersticas esenciales de la teora sistemtica en cualquiera de las ciencias sociales ayuda a situar larecomendacin estratgica especfica que hace Merton acerca de la necesidad de teoras de alcanceintermedio. Por una parte, Merton se opone a los empiristas que creen que podemos prescindir de la teora.En todos sus escritos sostiene Merton que tal actitud es estrecha, improductiva, v en ltima instanciaanticientfica. En el mejor de los casos, tal empirismo ingenuo conduce a la recoleccin de datos sin ningunadireccin y a la acumulacin catica de generalizaciones empricas miscelneas. Esto no es lo que persiguela ciencia, y ciertamente no es la clave del xito de las ciencias naturales. La investigacin emprica sinteora es ciega, as como la teora sin investigacin emprica est vaca. Tambin debemos ser modestos yrealistas en nuestras aspiraciones. Slo mediante la lenta construccin y verificacin de teoras de alcanceintermedio teoras intermedias entre las hiptesis de trabajos menores que surgen abundantemente durantelas rutinas cotidiana de la investigacin y las especulaciones inclusivas que abarcan un esquema conceptualmaestro de donde se espera obtener un nmero muy grande de uniformidades empricamente observadas enel comportamiento social (p. 5) podremos incrementar la tradicin acumulada de la investigacincientfica. A medida que se verifican nuestras teoras ms modestas y se examinan sus consecuencias amedida que aprendemos del progreso de las ciencias fsicas descubriremos esquemas tericos mscomprensivos en los, que puedan integrarse las teoras de alcance intermedio.

    Aunque Merton es uno de los pocos cientficos sociales contemporneos interesados en la historia yla sociologa de las ciencias sociales, distingue la historia de la teora frente a la sistemtica de la teora.Con frecuencia como se observa en los programas universitarios de las ciencias sociales, lo que se llama

  • 9teora es poco ms que una resea de la historia de los grandes sistemas del pasado. Hay una confusinatractiva pero fatal de la teora sociolgica utilizable con la historia de la teora sociolgica (P. 4).

    Aunque la historia y la sistemtica de la teora sociolgica deben incluirse en el adiestramiento de lossocilogos, no hay razn para fundirlas y confundirlas. La teora sociolgica sistemtica ... representa laacumulacin muy selectiva de las pequeas partes de la teora anterior que han sobrevivido hasta ahora a laspruebas de la investigacin emprica. Pero la historia de la teora incluye tambin la masa mucho mayor deconcepciones que cayeron en pedazos cuando se enfrentaron a las pruebas empricas. Incluye tambin lassalidas en falso, las doctrinas arcaicas y los errores infructuosos del pasado. La familiaridad con todo estopuede ser un auxiliar til para el adiestramiento del socilogo, pero no sustituye el adiestramiento en el usoefectivo de la teora en la investigacin. Podemos estudiar con provecho gran parte de lo que escribieron lospadres de la sociologa como ejercicios de realizacin de la investigacin intelectual, pero eso es otra cosa muydistinta (pp. 4-5).

    Lo que est diciendo aqu Merton parece tan atendible y sensato que podemos pasar por alto susimplicaciones radicales. Desde luego, refleja una ortodoxia prevaleciente entre los cientficos sociales. Laplausibilidad de la afirmacin de Merton acerca de la confusin atractiva pero fatal entre la historia de lateora y la sistemtica de la teora supone la aceptacin de la analoga existente entre las ciencias naturales ylas ciencias sociales. En su concepcin hay muchas razones para leer los textos originales de Newton y paraestudiar su poca. Tendramos un inters histrico en descubrir lo que dijo e hizo Newton. por oposicin alas versiones que de sus hazaas aparecen en los libros de texto; o podramos examinar la obra de Newtoncomo un modelo para el entendimiento del proceso de la investigacin cientfica. Pero el estudio del Newtonhistrico no es esencial ni importante para el fsico que quiere investigar en su disciplina y obtener unentendimiento terico del mundo fsico.

    Adems, el pasaje anterior indica los criterios con los que juzga el terico sistemticocontemporneo estos intentos nobles del pasado. Su inters principal es, y debe ser, las pequeas partesde la teora anterior que han sobrevivido hasta ahora a las pruebas de la investigacin emprica (p, 4). A losumo, la familiaridad con la historia de nuestra disciplina es un auxiliar til para la educacin del socilogo,pero no es un sustituto en el adiestramiento del uso efectivo de la teora en la investigacin. Esta actitudbsica de Merton, tan ampliamente compartida, considera tambin que los tericos anteriores percibieronvagamente lo que ahora vemos con claridad mucho mayor. La teora actual en la medida en que se formulerigurosamente y se verifique en el terreno emprico es la medida del xito o el fracaso de la teora delpasado.

    La concepcin de Merton tiene consecuencias importantes para la educacin y el adiestramiento delos cientficos sociales. En este momento quiero llamar la atencin del lector sobre uno de sus efectoscolaterales. Dada la estructura plural de la universidad norteamericana moderna, donde han solido tolerarselos enfoques diferentes, casi todos los departamentos respetables de ciencia social tienen lugar para unterico, por lo menos. Pero ello suele referirse a una persona que tiene un curioso inters de anticuario ohistoriador, cuya funcin primordial es la enseanza de los clsicos del campo. El estudio de estos autoresclsicos puede ser edificante, y til para ampliar el adiestramiento de los cientficos sociales, pero no seconsidera comparable con la actividad seria del adelanto de la teora sistemtica. En esta forma, unatolerancia manifiesta del estudio de la teora los, grandes esquemas tericos del pasado se combina conun sesgo latente en su contra.

    Las reflexiones de Merton sobre la naturaleza de la teora sistemtica, y su esfuerzo por distinguirlasde otras clases de actividades comnmente llamadas tericas, tratan de allanar el camino para su propia obrade avance de la teora emprica sustantiva. Afirma, Merton que el anlisis funcional es a la vez el msprometedor y quiz el menos codificado de los enfoques contemporneos de los problemas de lainterpretacin sociolgica (p. 21). Merton considera que su propio trabajo terico se dirige hacia lareformulacin y codificacin del anlisis funcional, para que satisfaga o se aproxime a los criteriosestablecidos para la teora propiamente dicha. Pero antes de realizar un breve examen de la versin delfuncionalismo de Merton, deseo mostrar cun generalizada y profundamente arraigada se encontraba la ideade la teora emprica sistemtica entre los cientficos sociales ortodoxos.

    El pronunciamiento de Merton sirvi virtualmente como una declaracin de principios adoptada pormuchos socilogos durante los aos cuarenta y cincuenta, pero uno de los objetivos de su crtica era la granteorizacin de Talcott Parsons que dominaba a la sazn la sociologa norteamericana. El esfuerzo de Mertonpor distinguir la teora propiamente dicha de las orientaciones sociolgicas generales, el anlisis de losconceptos sociolgicos y las interpretaciones post factum, puede interpretarse como una crtica implcita alpensamiento de Parsons. La propuesta de las teoras de alcance intermedio por parte de Merton constitua un

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    desafo directo al esfuerzo de Parsons por construir una teora sistemtica comprensiva. Era de esperarse queParsons aceptara este desafo y contestara las crticas explcitas e implcitas de Merton. En su discursopresidencial ante la Sociedad Sociolgica Norteamericana, pronunciado luego de la formulacin de laposicin de Merton. Parsons se ocup de esta cuestin. A su vez, Merton contest a Parsons en la edicinampliada de 1968 de Social Theory and Social Structure.

    El aspecto ms importante de este enfrentamiento no son los puntos de diferencia sino los puntos deacuerdo. Queda claro que no hay desacuerdo esencial en lo referente a los puntos sustantivos de lo que es lateora sistemtica en la sociologa y las ciencias sociales. El desacuerdo en la medida en que lo haya serefiere a la cuestin estratgica del procedimiento, que deban seguir los socilogos interesados en el avancede la teora. Parson, no menos que Merton, espera que una teora general adecuada llegue a explicar losfenmenos y las regularidades mostrando cmo pueden derivarse de los supuestos tericos; que tal teoraser suficientemente precisa y determinada para prestarse a pruebas y refutaciones empricas: que revelarleyes sociolgicas que ameriten adecuadas condiciones de negacin en los hechos, as como hiptesisauxiliares aplicables; y que, por lo menos en principio, nos permitir formular pronsticos acerca de lossistemas sociales y el cambio social.

    Para mostrar el gran acuerdo existente entre Merton y Parsons, convendr citar la extensa nota depie de pgina que escribi Merton sobre este debate:

    Considero importantes las observaciones formuladas por Talcott Parsons en su discurso presidencialante la Sociedad Sociolgica Norteamericana, luego de mi formulacin de esta posicin. Por ejemplo: Al finalde este camino de creciente frecuencia y especificidad de los islotes de conocimiento terico se encuentra elestado ideal, en trminos cientficos, donde la mayora de las hiptesis operativas efectivas de la investigacinemprica derivan directamente de un sistema general de teora. En un frente amplio ... slo la fsica haalcanzado este estado entre todas las ciencias. No podemos esperar que nos aproximemos en alguna medida aeste ideal. Pero no se sigue de aqu que sean intiles los pasos que se den en esa direccin, por lejos que nosencontremos de la meta. Por el contrario, todo paso real en esa direccin es un adelanto. Slo en este puntofinal se funden los islotes en una masa de tierra continental.

    As pues, la teora general puede proveer por lo menos un amplio marco de orientacin ... Tambinpuede servir para codificar, interrelacionar y proveer una gran cantidad del conocimiento emprico existente.Tambin sirve para llamar nuestra atencin sobre las brechas existentes en nuestro conocimiento, y paraproveer cnones para la crtica de las teoras y las generalizaciones empricas. Por ltimo, aun cuando nopuedan derivarse sistemticamente, resulta indispensable para la aclaracin sistemtica y la formulacinfecunda de hiptesis (sin subrayado en el original).

    Parsons, The Prospects of Sociological Theory, American Sociological Review,, febrero de 1950,15, pp. 3-16. en 7. Resulta significativo el hecho de que una teora general. como la de Parsons, reconozca 1)que en efecto la teora sociolgica general provee raras veces hiptesis especficas que puedan derivarse deella: 2) que, por comparacin con un campo como el de la fsica, tales derivaciones son un objetivo remotopara la mayora de las hiptesis; 3) que la teora general slo provee una orientacin general. y 4) que sirvecomo una base para la codificacin de las generalizaciones empricas y las teoras especficas. En cuanto sereconoce esto, los socilogos comprometidos al desarrollo de la teora general no difieren significativamente,en principio, de quienes ven ahora la mejor promesa de la sociologa en el desarrollo de teoras de alcanceintermedio y su consolidacin peridica.10

    Muchos cientficos sociales aceptaran que el libro de Merton, Social Theory and Social Structure, esuna de las obras clsicas de la sociologa contempornea. Una de las razones principales de su xito y suinfluencia es La presentacin clara. moderada, que hace Merton del estado de la sociologa como una cienciajoven pero creciente, as como su optimismo acerca de su desarrollo futuro como una actividad cientfica quelentamente construye y consolida sus cimientos tericos.

    La formulacin de Neil Smelser

    Neil Smelser public en 1968 una coleccin de ensayos, Essays in Sociological Explanation, con elsubttulo de Presentacin terica de la sociologa como una ciencia social y su aplicacin a los procesos delcambio social. As como cl estudio original de Merton represent en su mejor expresin el entendimientoque tenan los cientficos sociales ortodoxos de su propia disciplina durante los aos cincuenta, los ensayosde Smelser desempearon una funcin similar durante los sesenta. En los veinte aos transcurridos entre losensayos originales de Merton y los de Smelser, haba aumentado enormemente el nmero y la diversidad de

    10 Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure (edicin ampliada de 1968), p. 52.

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    los estudios, no slo en la sociologa sino en todas las ciencias sociales. Se haba hecho un avance importanteen los miles de millones de horas-hombre de investigacin sostenida, disciplinada y acumulada queexistan en opinin de Merton entre la fsica del siglo XX y la sociologa del siglo XX. Pero sera ingenuopensar que durante este perodo se haba observado slo el progreso sostenido de la sociologa como unadisciplina cientfica. Fue durante este mismo periodo que una gran diversidad de enfoques nuevos que vandesde la obra de Erving Goffman hasta Harold Garfinkel y la nueva escuela de etnometodlogos empezarona influir sobre la sociologa. Estos enfoques nuevos no encajan fcilmente en el marco de las teoras dealcance intermedio proyectado por Merton. Fue tambin en este periodo cuando amigos y enemigos estabancuestionando los logros y los fundamentos de las ciencias sociales.

    Smelser, profesor de sociologa en la Universidad de California en Berkeley, se encontraba en elcentro mismo de esta tormenta intelectual. Estrechamente asociado a Talcott Parsons (con quien publicconjuntamente Economy and Society), Smelser haba publicado ya dos obras sociolgicas sustanciales einfluyentes, Social Change in the Industrial Revolution (1959) y Theory of Collective Behavior (1963). Losttulos indican dos de las preocupaciones fundamentales de Smelser: el cambio social y la teora.

    Smelser se ha mostrado sensible siempre a dos acusaciones formuladas con frecuencia contra unmarco parsoniano: que la teora era tan grandiosa y abstracta que no explicaba o guiaba la investigacinemprica concreta, y que la estructura terica de Parsons no poda explicar o iluminar los procesos muyimportantes del cambio social. Las propias contribuciones de Smelser a la sociologa, y su conocimientoamplio e ntimo del conjunto de las ciencias sociales incluidas la economa, la psicologa y aun la historia,lo convierten en un vocero ideal para la reformulacin de una interpretacin naturalista de las cienciassociales: una interpretacin que considera a las ciencias sociales como ciencias naturales inmaduras quecontienen las semillas de un desarrollo refinado y maduro.

    Smelser es consciente de las crticas que s hacen a la sociologa como disciplina cientfica, y de losdesarrollos recientes de la filosofa de la ciencia. Expresa su optimismo acerca del desarrollo futuro de lasciencias sociales con mayor cautela que Hull o Merton. Pero lo ms notable es su acuerdo fundamental conMerton en cuanto a la naturaleza, la funcin y las perspectivas de la teora emprica en las ciencias sociales.Est dispuesto a conceder que la sociologa, en 1967, es demasiado comprensiva, difusa, suave en el centroy nebulosa en los extremos (P. 49).11 El escenario contemporneo es un asombroso remiendo de camposque dista mucho del ptimo cientfico (p. 53). Sin embargo, cree que puede aclararse la estructura de lasvarias ciencias sociales como disciplinas cientficas y que puede avanzarse hacia el logro de una madurezmayor. Smelser examina los tipos de variables dependientes e independientes que caracterizan las diversasciencias sociales, y los mtodos de investigacin que deben emplearse para especificar estas variables ydescubrir correlaciones y relaciones entre ellas. Pero insiste, como Merton, en que el listado de variablesdependientes e independientes no narra toda la historia. Es necesario ... especificar las formas en que unadisciplina impone un ordenamiento lgico a sus variables (p. 5). Distingue Smelser explcitamente tres tiposde ordenamiento lgico: hiptesis, o enunciados de las condiciones en que puede esperarse que varen enciertas formas las variables dependientes (p. 5); modelos donde se combinan y organizan varias hiptesis enun sistema: y teoras, donde los modelos se incorporan en definiciones, supuestos y postulados. Talesdefiniciones, supuestos y postulados constituyen el marco terico de una disciplina, cientfica. Dentro de estemarco hacen sentido las hiptesis especficas. Para decirlo en trminos ms fuertes, las hiptesis y losmodelos deben derivarse, con el mayor rigor posible, del marco terico (p. 6).

    La descripcin de Smelser es suficientemente general para revelar la estructura bsica de cualquierdisciplina cientfica, incluidas las ciencias fsicas y las sociales. Comparte Smelser con Merton la conviccinde que, en las ciencias sociales, no basta recolectar datos, proponer hiptesis recrea de la correlacin devariables, o limitarnos a generalizaciones empricas ad hoc. Tambin debe haber un ordenamiento lgico,que culmine en el descubrimiento y la construccin de marcos tericos que expliquen los datos y densentido a nuestras hiptesis. Aunque Smelser no discute explcitamente el papel de las leyes en laexplicacin sociolgica concede que

    Yo sera el ltimo en disputar la importancia fundamental de las leyes en la explicacin sociolgica, yel ltimo en negar que estas leyes deben tener una derivacin terica, y una fundamentacin emprica. Por otraparte, al estudiar un campo como el del cambio social, he descubierto una verdadera escasez de leyes y undficit de proposiciones derivadas de la teora, para no decir nada de las regularidades empricas firmemente

    11 Neil J. Smelser, Essays in Sociological Explanation. A menos que se diga otra cosa, todas las referencias a laspginas de Smelser corresponden a este volumen.

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    establecidas. Hay una discrepancia considerable entre saber lo que debe hacerse y poseer los recursosnecesarios para hacerlo.12

    Smelser afronta tambin y derrota una objecin comn contra la idea misma de una ciencia socialmodelada en las ciencias naturales. Se ha sostenido que la ciencia social descansa en una epistemologaingenua. Los cientficos sociales suponen que hay un campo de hechos objetivos. Los hechos anotados enenunciados de observacin se toman como el cimiento y la piedra de toque de todas las teoras superiores.Los crticos sostienen luego que un entendimiento ms refinado de la epistemologa ha demostradoconcluyentemente la inadecuacin de una concepcin tan ingenua. Hemos aprendido que lo que llamamoshechos de observaciones estn cargados de teora y forjados por nuestros esquemas conceptuales. No hayhechos sin interpretacin o silvestres que simplemente estn all. sin verse afectados por nuestrosesquemas tericos y conceptuales.

    Creo que la apreciacin reciente de las formas en que los hechos y las observaciones estn cargadosde teora tienen consecuencias importantes para el entendimiento de las disciplinas sociales, pero no creoque ello demuestre en forma alguna, o sugiera siquiera, la imposibilidad de la calidad cientfica de lasdisciplinas sociales. Irnicamente, la mayor parte de las controversias relativas al significado preciso y laimportancia de la aseveracin de que toda observacin est cargada de teora se han concentrado en lasciencias fsicas. La clasificacin de los problemas involucrados no tiene consecuencias importantes paranuestro entendimiento de la ciencia, pero nadie ha sostenido que la falta de una distincin clara entre loshecho, y las teoras o entre las observaciones de las teoras, existentes en las ciencias fsicas, baste para poneren tela de duda la idea misma de la ciencia fsica.

    Smelser se ocup de este problema.

    En una forma u otra, esta distincin [entre la teora y los hechos] es casi universalmente aceptada porlos cientficos sociales y de la conducta. Segn esta distincin, el mundo puede dividirse en hechos empricos(datos conductistas) dados en el mundo real y teora (conceptos, construcciones, modelos) que se encuentraen el mundo de las ideas: y la tarea fundamental de la investigacin cientfica es la generacin sistemtica deexplicaciones mediante el establecimiento de alguna relacin los hechos (p. 58).

    Pero como seala Smelser, si bien es cierto que hay- alguna validez en esta distincin, tambin esdemasiado simplista. Citando la descripcin que hace Lawrence J. Henderson de un hecho como unaaseveracin empricamente verificable acerca de los fenmenos en trminos de un esquema conceptual(p.58), Smelser subraya la importancia de la frase en un esquema conceptual. No hay, ningn hechosociolgico aparte de un esquema conceptual al que se refiera. Cuando nos referimos a los hechos o losdatos de la conducta, nos referimos en efecto a un universo de enunciados cuyas reglas de organizacin estncomnmente arraigadas en las estructuras no examinadas del lenguaje comn y el sentido comn. No puedehaber un hecho sin un marco conceptual (p. 58). Pero si bien es cierto que debemos abandonar la imageningenua de un mundo de hechos que componen el mundo real, esto no quiere decir que debamos descartarla importancia de la distincin intentada entre los hechos y la teora. Ms bien debe reformularse estadistincin como una relacin entre dos marcos conceptuales

    Consiste en la comparacin de las convenciones lingsticas y conceptuales mediante las cualesorganizamos fenmenos que llamamos el mundo emprico con las convenciones lingsticas y conceptualesque utilizamos para organizar fenmenos que llamamos ideas. Si se alcanza cierta relacin entre los dosmarcos, juzgamos que una afirmacin es vlida o verificada, si se alcanza otra relacin, juzgamos laafirmacin rechazada o en necesidad de modificacin (pp. 58-59).

    Surgen muchos problemas complejos cuando nos referimos a la relacin existente entre diversosmarcos conceptuales: cuestiones que se encuentran en el centro de las controversias de la filosofa de laciencia, pero de las que, no se ocupa Smelser. En esta etapa de mi investigacin, slo quiero sealar que,aunque muchos cientficos sociales tienen una concepcin ingenua de lo que constituyan los hechos y losdatos (como ocurre con muchos cientficos fsicos), una interpretacin naturalista de las ciencias sociales nose refuta demostrando que no existe una distincin tajante entre el hecho y la teora.

    12 Neil J. Smelser, Some Replies and Some Reflections, Sociological Inquiry, 39 (primavera de 1969), p. 217.

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    El funcionalismo y su crtica: George Homans

    Como Merton, Smelser presenta sus observaciones acerca de la calidad cientfica de la sociologa, lanaturaleza de la explicacin sociolgica, y especialmente la importancia de la teora en las ciencias sociales,como prolegmenos de sus propios intentos de construccin de teoras sustantivas, de teoras que puedanexplicar cientficamente el cambio social. Cuando examinemos tales teoras, no descubriremos slo algunasdefensas tericas sino tambin una disparidad enorme entre los requerimientos que establece Smelser para lateora y lo que en efecto propone. Pero podra objetarse que, al concentrarse en Merton, Smelser y Parsons,mi discusin de la naturaleza de la teora en la ciencia social ortodoxa se ha sesgado. Despus de todo, estostres socilogos distinguidos se han asociado al movimiento llamado funcionalismo o funcionalismoestructural, una orientacin que en opinin de Merton es la ms prometedora y quiz la menos codificadade las orientaciones contemporneas hacia los problemas de la. interpretacin sociolgica. Pero elfuncionalismo ha sido, severamente criticado, aunque haya sido una influencia dominante en la antropologasocial y la sociologa. La literatura que critica el funcionalismo por razones sustantivas, metodolgicas,epistemolgicas e ideolgicas ha alcanzado proporciones voluminosas. En consecuencia, podra pensarse quelos supuestos fundamentales compartidos por los funcionalistas acerca de la calidad cientfica de lasdisciplinas sociales, y el nfasis que ponen en la teora emprica, estn conectados a su distorsionadaorientacin funcionalista.

    Esto no es cierto en absoluto. Aunque hay, abundante desacuerdo sobre toda clase de cuestionesentre los funcionalistas y algunos de sus crticos ortodoxos, no hay desacuerdo importante acerca de lanaturaleza de una teora adecuada en las ciencias sociales. Los desacuerdos se refieren a la posibilidad dedescubrir teoras empricas mediante una orientacin funcionalista.

    Uno de los crticos ms agudos del funcionalismo ha sido George Homans. Su ensayo tituladoBringing Men Back in (La Reintegracin de los Hombres), que fue su discurso presidencial de 1964 antela Asociacin Sociolgica Norteamericana, provoc una verdadera conmocin en el tranquilo mundo de lossocilogos profesionales. Homans, quien ha sido ocasionalmente un enfant terrible, por lo menos encomparacin con los funcionalistas, ataca polmicamente a toda la escuela, desde Durkheim hasta Smelser.Afirma que el funcional sino no fall en sus intereses empricos sino, curiosamente, en lo que constitua sumayor orgullo, en su teora genera (p. 8ll).13 La razn de este fracaso era que con todos sus comentariosacerca de la teora los funcionalistas no pudieron aclarar nunca y s bien lo que digo lo que es una teora(p. 811 ). Ha llegado el momento de dejar hablar a nuestros estudiantes acerca de la teora sociolgica,mientras no les enseemos lo que es una teora (p. 811). Desconcertando a sus oponentes, Homans les dauna leccin elemental en la filosofa de la ciencia, instruyndolos acerca de lo que es una teora. Presentaluego Homans lo que se ha convertido virtualmente en el entendimiento cannico de la teora empricainvocada por los empiristas lgicos y los proponentes del modelo hipottico-deductivo de la explicacincientfica.

    Lo ms irnico del ataque polmico de Homans es que, cuando se pone a decirnos lo que es unateora, parece glosar la descripcin que hizo Merton, en 1949, de la teora sistemtica, al igual que lapresentacin que elabor Smelser, en 1968, del tipo de ordenamiento lgico que es terico:

    Para constituir una teora, las proposiciones deben asumir la forma de un sistema deductivo. Una deellas, llamada de ordinario la proposicin de orden menor, es la proposicin que debe explicarse: por ejemplo,la proposicin de que, entre ms se industrialice una sociedad, ms tender su organizacin familiar hacia lafamilia nuclear. Las otras proposiciones son proposiciones generales o presentaciones de condicionesparticulares dadas. Las proposiciones generales se llaman as porque intervienen en otros, quiz muchos otros,sistemas deductivos adems del sistema en cuestin. En realidad, lo que a mentido llamamos una teora es unagrupamiento de sistemas deductivos que comparten las mismas proposiciones generales pero tienen diferentesproposiciones que deben explicarse. El requerimiento crucial es que cada sistema. debe ser deductivo. Es decir,la proposicin de orden menor se sigue como una conclusin lgica de las proposiciones generales bajo lascondiciones especificadas dadas ... Cuando la proposicin de orden inferior se sigue lgicamente, se dice quese ha explicado. La explicacin de un fenmeno es la teora del fenmeno. Una teora no es nada no es unateora si no es una explicacin (pp. 811-812).

    13 George C. Homans, Bringing Men Back In. American Sociological Review, 29 (diciembre de 1964). A menos quese diga otra cosa, todas las referencias a las pginas de Homans corresponden a este articulo.

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    Aunque la prosa es ms dura que la de Merton o la de Smelser, el contenido acerca de lo que es lateora es esencialmente el mismo.14 Pensamos tambin en la distincin establecida por Merton entre lateora propiamente dicha y otras actividades llamadas con frecuencia tericas cuando Homans continaexplicando:

    Podramos definir propiedades y, categoras sin tener todava una teora. Podemos enunciar que hayrelaciones entre las propiedades, sin tener todava una teora. Podemos decir que el cambio de una propiedadproducir cierto cambio en otra propiedad, sin tener todava una teora, Slo tendremos una teora cuandotengamos propiedades, y, proposiciones que establezcan relaciones entre ellas, y las proposiciones formen unsistema deductivo. La mayora de nuestros argumentos acerca de la teora se derrumbara si nos preguntramosprimero si tenemos una teora acerca de la cual discutir (p. 812).

    No quiero subestimar los claros desacuerdos de Homans con los funciona listas. Pero estosdesacuerdos no se refieren a lo que es una teora, lo que debiera ser idealmente. La esencia del ataque deHomans es que come un esfuerzo terico, el funcionalismo nunca se aproxim a la satisfaccin de estascondiciones (p. 812).

    Adems, Homans piensa que aunque los funcionalistas hubiesen tratado seriamente de satisfacerlas normas de la teora, habran fracasado (p. 812). El escepticismo de Homans se basa en esta conviccinde que los funcionalistas han errado en cuanto a los tipos de proposiciones generales o enunciadossemejantes a leves que emplean en sus explicaciones supuestamente cientficas. De acuerdo con Homans, lasexplicaciones adecuadas de los fenmenos sociales slo pueden darse mediante proposiciones de la teorapsicolgica del aprendizaje y, no por proposiciones claramente sociolgicas (p, 812). En suma, Homanscree que el funcionalismo se ha basado en un error en el caso de la sociologa, porque los funcionalistassuponen que hay, leyes sociolgicas o proposiciones generales que explican los fenmenos sociales. Pero nohay tal cosa: slo hay leyes psicolgicas.

    La falta de una teora explicativa en las ciencias sociales

    Hasta aqu he tratado de mostrar sobre todo que, a pesar de numerosos desacuerdos marcados entrelos cientficos sociales ortodoxos, hay una unanimidad bsica acerca de la naturaleza de la teora emprica enlas ciencias sociales: acerca de la importancia de tal teora para la obtencin o la aproximacin deexplicaciones cientficas, y acerca de la importancia del desarrollo de teoras explicativas verificables, paraque las ciencias sociales maduren como lo han hecho las ciencias naturales. Hull, Merton, Parsons, Smelser yHomans, convienen no slo en que sta es una posibilidad real, sino tambin en que sta es la direccin enque deben progresar las disciplinas sociales. Me he concentrado primordialmente en el trabajo de lossocilogos, pero la misma historia bsica podra narrarse en todas las ciencias sociales. Una vez quehayamos alcanzado las teoras empricas afirma el argumento, ya no habr ninguna duda acerca de lacalidad cientfica de las disciplinas sociales, y se ver claramente que la forma y el xito de las explicacionesdifieren slo en grado de las ciencias naturales. Ms adelante demostrar que esta concepcin de la teoraemprica tiene poderosas consecuencias tericas y prcticas para el papel del terico social en la sociedad;para la relacin existente entre la teora y la accin, el hecho y el valor; y para la teora emprica y la teoranormativa.

    Pero es en este punto donde surgen al primer plano muchos de los problemas realmente difciles. Loque emerge de nuestra discusin hasta ahora es a lo sumo un bosquejo de lo que es la teora en las cienciassociales. Los cientficos sociales mencionados han explorado la situacin metodolgica y epistemolgica dela teora slo en la medida en que ello ha sido necesario para aclarar lo que estn haciendo en su trabajosustantivo, y para lograr cierta perspectiva sobre las ciencias sociales contemporneas. Los cientficossociales practicantes han abandonado con frecuencia sus discusiones en el lugar mismo donde empiezan losfilsofos de la ciencia social. Merton y Smelser, por ejemplo, subrayan la importancia de la distincinexistente entre las generalizaciones empricas ad hoc y los tipos de generalizaciones requeridas por lasexplicaciones tericas. Podremos hacer entonces un anlisis preciso de esta diferencia? Podremosespecificar las condiciones necesarias y suficientes para destacar las proposiciones generales o losenunciados nomolgicos esenciales para los marcos tericos?

    Adems, todos los pensadores mencionados han subrayado que una caracterstica esencial de laexplicacin cientfica involucra la deduccin y la derivabilidad. Podremos distinguir entonces, claramente,entre las derivaciones triviales y las explicativas? Tambin deseamos saber si toda explicacin cientfica 14 Vase tambin a George C. Homans, The Nature of Social Science.

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    debe ser una explicacin por derivacin. Hay otras formas de explicacin cientfica legtima? Por ejemplo,cmo deberemos analizar las explicaciones que involucran principios probabilstico y estadsticos? Una vezque aceptarnos que no hay ninguna diferencia marcada entre el hecho o la observacin y la teora, cmopodremos distinguir los esquemas conceptuales que nos permiten presentar hechos y, observaciones de losesquemas conceptuales que enuncian teoras destinadas a explicar fenmenos? Cul es la relacin precisaexistente entre la explicacin cientfica y el pronstico?

    La filosofa contempornea de las ciencias sociales as como la filosofa de las ciencias naturalesha girado alrededor de estas cuestiones.15 No hay duda de que gran parte de este trabajo como puedeadvertirse claramente en el caso de Homans ha ejercido una influencia profunda .sobre las nociones quetienen los cientfico- sociales ortodoxos de lo que buscan, y, de los cnones aplicables a la teora y, laexplicacin cientfica en sus campos. Pero hay tambin algunos problemas acerca de estas discusiones y lacantidad de energa y de refinamiento intelectual involucrados. Aunque tales discusiones tienenconsecuencias muy importantes para nuestro entendimiento de la ciencia. y. en trminos ms generales parala epistemologa a menudo tienen escasa importancia para los problemas prcticos y sustantivos que afrontanen su investigacin los cientficos sociales.

    Cualesquiera que sean las analogas que deseemos trazar y subrayar entre las ciencias sociales y lasdisciplinas fsicas, hay una diferencia importante que virtualmente nadie disputa. La filosofa de las cienciasnaturales se ha convertido recientemente en un campo apasionante Y controversial donde pocos problemasse han resuelto en definitiva. Pero no hay ningn desacuerdo entre los cientficos practicantes o los filsofosen el sentido de que un entendimiento adecuado de las ciencias fsicas debe considerar y hacer justicia a laobra de gigantes tales como Coprnico, Kepler, Newton, Einstein, Bohr, Dirac y muchos otros. Podemosdiscutir acerca de las caractersticas y los anlisis de sus contribuciones tericas, pero su obra sirve comoejemplo de investigacin cientfica y avance terico. En cambio, no hay en la sociologa ni en la politologaningn cuerpo comparable en el que podamos encontrar ejemplos de poderosas teoras empricasexplicativas. Parece ser que, en las ciencias sociales, el hincapi en lo que es la teora es inversamenteproporcional a la capacidad para elaborar teora propiamente dicha.

    Esto no lo niegan ni los defensores ms acrrimos de la calidad cientfica de las disciplinas sociales,quienes apelan de ordinario a la juventud de la disciplina, sosteniendo que el terreno est preparado ahorapara el Coprnico o el Newton de las ciencias sociales, y que hay ahora por lo menos aproximaciones a lasnormas rigurosas de la teora explicativa genuina. Sin embargo, cuando observamos con detenimiento estassupuestas aproximaciones, vemos que distan mucho de las mismas normas de teora invocadas por lospropios cientficos sociales. Al revs de lo que ocurre con los crticos que pretenden demostrar laimposibilidad de una ciencia de los seres humanos, no creo que esto pueda probarse de una sola tiradamediante argumentos conceptuales a priori. En el captulo II considerar los argumentos de filsofosanalticos tales corno Peter Winch y, A. R. Louch, quienes pretenden demostrar que la idea misma de unaciencia social modelada en las ciencias naturales involucra confusiones conceptuales y falacias lgicasinsuperables.

    Muchos filsofos especialmente Karl Popper han subrayado que no es un fracaso de lainvestigacin cientfica el hecho de que se refuten constantemente las hiptesis y las teoras, superadas porteoras refutables mejores. Segn Popper, sta es precisamente la caracterstica de la investigacin cientficaque la separa de otras formas de la actividad intelectual. Pero este patrn el patrn de la conjetura y larefutacin no se encuentra en las disciplinas sociales. Hay orientaciones generales que tienen su orto y suocaso, sustituidas por otras consideradas ms fructferas y prometedoras. Pero aunque este patrn guarda,una semejanza superficial con las ciencias fsicas, no hay ningn consenso racional entre los cientficossociales acerca de que estas teoras propuestas sean teoras empricas genuinas, refutadas por nuevasinvestigaciones y experimentos empricos. La sucesin de orientaciones generales en las ciencias socialesguarda una semejanza mayor con la sucesin de lo que Thomas Kuhn llama escuelas.

    Escapa a los lmites de este trabajo la demostracin concluyente de la escasez de teoras empricasbien formuladas en las ciencias sociales. Sin embargo, hay un cuerpo de literatura extenso y creciente querevela las inadecuaciones empricas, metodolgicas, lgicas e ideolgicas de las teoras empricas, incluidaslas teoras funcionalistas, las teoras del equilibrio, las teoras de sistemas y las teoras delintercambio social. Aunque hay disputas vehementes acerca de la fecundidad real de estas teoras, y acercadel sentido en que se aproximen al ideal de la teora emprica, ningn cientfico social responsable ha

    15 Se encuentran dos esfuerzos importantes y comprensivos por aclarar y contestar estas cuestiones y otras relacionadasen Ernest Nagel, The Structure of Science, y Carl G. Hempel, Aspects of Scientific Explanation.

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    afirmado que hayamos alcanzado algo comparable a las realizaciones de la ciencia fsica de los siglos XVI yXVII.

    Para ilustrar los tipos de dificultades encontrados, y por qu creo que aun al hablar deaproximaciones oscurecemos y falsificarnos los problemas, voy a considerar brevemente las teoraspropuestas por Merton y por Smelser. Por supuesto. no podemos inferir que los fracasos de sus esfuerzostericos demuestren la imposibilidad de elaborar alguna vez una teora adecuada en las ciencias sociales.Pero en su trabajo podemos ver los tipos de bloques cados que encontramos uno y otra vez en los numerososintentos de avance de la teora emprica que se han realizado.

    Para ver lo que est errado en el funcionalismo no necesitamos recurrir a sus numerosos crticoshostiles, sino a quienes lo han defendido y han adoptado una interpretacin naturalista de las cienciassociales. El propio Merton es un crtico agudo de algunas de las formas del funcionalismo prevalecientes. Ensu Social Theory and Social Structure empez por despejar la escoria que cubra la exposicin superficial delfuncionalismo y el anlisis funcional. Su captulo sobre las Funciones manifiestas y latentes trataba decodificar y adelantar a la vez nuestro entendimiento del anlisis funcional. En el proceso Merton exponebrillantemente los errores de los esfuerzos anteriores que trataron de articular una teora funcional. En estesentido, su anlisis es una crtica de las formulaciones del funcionalismo que hacen poco ms que bosquejaruna orientacin general y quedan lejos de la teora propiamente dicha.

    Pero lo hace Merton mejor que algunos de sus predecesores en lo tocante a la codificacin delanlisis funcional para que podamos ver cmo satisface los criterios de la teora propiamente dicha? Algunoshan respondido afirmativamente a esta interrogante y han tratado de alcanzar el anlisis de lo que se requierepara un anlisis funcional adecuado. Por ejemplo en un ensayo importante inspirado por el trabajo de Mertonel eminente filsofo de la ciencia Ernest Nagel present Una formalizacin del funcionalismo El objetivoprimordial de Nagel es mostrar los varios elementos de la codificacin de Merton como caractersticasntimamente relacionadas en un patrn de anlisis coherente, para volver as ms evidentes losrequerimientos indispensables que debe tratar de satisfacer una explicacin funcional adecuada en el campode la sociologa.16 Pero aunque tal es la intencin de Nagel, su anlisis es en realidad una crtica devastadorade Merton. En su anlisis cuidadosamente razonado, Nagel muestra los numerosos problemas y distincionesque Merton ha pasado por alto. En efecto, Nagel muestra la disparidad existente entre la codificacin deMerton y los requerimientos indispensables que debe tratar de satisfacer una explicacin funcionaladecuada en el campo de la sociologa antes de que podamos considerarla una teora emprica bienformulada. La codificacin de Merton es una aproximacin en el sentido de que, las primeras teoras griegasde la estructura atmica del universo son aproximaciones de la teora atmica contempornea en el campo dela fsica.

    Resulta difcil disentir de las conclusiones de dos filsofos de las ciencias sociales, de perspectivasmuy diferentes, que han examinado los argumentos en pro y en contra del anlisis funcional y la teorafuncional: Richard S Rudner y Alan Ryan.

    Rudner. quien defiende fuertemente una interpretacin naturalista de las ciencias sociales. dice losiguiente a propsito del funcionalismo:

    Ni una sola de la mirada de afirmaciones de la literatura antropolgica [y Rudner incluira tambin laliteratura sociolgica] puede aceptarse sin serias reservas, y no porque sea en principio imposible laexplicacin funcional (en efecto, las secciones precedentes de este captulo han tratado en parte de indicarcmo podran darse tales, explicaciones en principio), sino porque ello es muy difcil, mucho ms difcil de loque parecen advertir los proponentes. Con gran frecuencia, estas afirmaciones contienen a lo sumodescripciones ms o menos correctas, antes que explicaciones, de fenmenos especficos, expresadas oacompaadas de una retrica que los incautos podran tomar por explicaciones... Los resultados obtenidoshasta ahora slo equivalen (por lo que se refiere a la explicacin) a la articulacin de algunas conjeturasprecientficas o esperanzas piadosas de que pueda darse en ltima instancia una explicacin funcional delproblema en cuestin .17

    Alan Ryan no slo acepta las inadecuaciones lgicas y metodolgicas sealadas por Rudner.. sinoque aade algunas otras crticas de su propia cosecha. Merton, como otros cientficos sociales ortodoxos,presenta una teora emprica para fortalecer la calidad cientfica de la sociologa y tambin para eludir laacusacin de que la teora es, en las ciencias sociales, una forma disfrazada de la ideologa. (Merton trata

    16 Ernest Nagel, A Formalization of Functionalism, Logic Wthout Metaphysics, p. 248.17 Richard S. Rudner, Philosophy of Social Science, pp. 108-109.

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    explcitamente de demostrar que el funcionalismo es neutral en materia de sesgos ideolgicos.) Pero Ryanseala que

    En la obra de Merton, el trmino funcin no sirve a ningn propsito, salvo el de agradar a quienescreen en la autonoma de la sociologa, y decorar la palabra consecuencias, lo que indica que Merton estabaimpresionado con la bondad no buscada de las consecuencias de gran parte de la vida social de los EstadosUnidos. Y es esta equiparacin de la funcin con las buenas consecuencia lo que domina la literaturasociolgica de los ltimos aos como se ilustra con una ojeada a una publicacin como The Americansociological Review: los artculos sobre temas tales como Algunas funciones sociales de la ignoranciaresultan ser artculos sobre Algunos efectos buenos, no buscados, que la ignorancia produce para casi todos.El lector que lo dude deber comprobarlo por s mismo.18

    El caso de Neil Smelser es ms instructivo an en cuanto a la localizacin de las dificultades queencuentran los socilogos cuando se ponen en efecto a elaborar teoras explicativas sustantivas. Como heindicado, Smelser es profundamente consciente de que el tipo de teora estructural-funcional que haadoptado de Parsons y ha tratado de refinar ha sido acusado de vacuidad, de que no explica los fenmenosempricos ni ilumina los problemas fundamentales del cambio social. En su Essays in SociologicalExplanation hay varios ensayos que revisan algunas partes de su trabajo anterior, y en 1969 public unrevelador anlisis retrospectivo de su carrera intelectual: Some Personal Thoughts on the Pursuit ofSociological Problems.

    En su primer libro importante, Social Change in the Industrial Revolution, Smelser utiliz el modelode la diferenciacin estructural como el instrumento de ordenamiento lgico necesario para presentar suestudio histrico del cambio estructural ocurrido en la industria algodonera britnica, y en la estructurafamiliar de las clases trabajadoras de esa industria, entre 1770 y 1840. Como nos informa Smelser, se viograndemente influido por Parsons cuando escribi esta obra, sobre todo por las potenciales aplicacionesempricas19 del modelo de la diferenciacin estructural. El modelo trata de especificar un patrn generalaplicable a diversos tipos de cambio social. De acuerdo con el Informe del propio Smelser, deseaba evaluarla potencialidad de la teora de accin para el anlisis de la dinmica social en un contexto histricoconcreto. Su estudio histrico de la industria algodonera britnica trata de demostrar que su desarrolloexhibe las etapas de la diferenciacin estructural.

    Ms adelante, sin embargo. Smelser se sinti crecientemente. insatisfecho con los fundamentostericos de su obra. Advirti que haba formulado varios supuestos simplificadores que deban serrevisados. Acept que, contra sus expectativas originales, mi explicacin del cambio estructural durante laRevolucin industrial britnica no se derivaba, en trminos estrictos de las categoras del marco de la teorade la accin [de Parsons]20. Por ltimo Smelser estaba consciente de cierta cantidad de manipulacinterica:

    Por una parte. haba presentado el modelo corno una secuencia temporal de pasos; por la otra,. habareconocido las posibilidades de brincar pasos, regresiones a pasos anteriores, secuencias truncadas.etctera, que podran usarse como escapes tericos si alguna secuencia histrica particular no corresponda a laindicada por el modelo de la diferenciacin. Sent una vaga inquietud ante la posibilidad de que larepresentacin del modelo de diferenciacin como una secuencia de pasos o etapas temporales fuesetericamente poco satisfactoria, pero no saba cmo representarla en ninguna forma mejor.21

    En suma, Smelser perciba vagamente que el modelo de la diferenciacin estructural careca de lo quesupuestamente era su virtud primordial: el poder explicativo. A lo sumo tal modelo constituye unageneralizacin emprica disfrazada que representa formalmente un patrn general de cambio social. Pero sino podemos indicar algunas de las conexiones causales o nomolgicas existentes entre las diversas etapas deesta secuencia temporal si no podemos explicar por qu algunas secuencias histricas divergen del modeloy otras no lo hacen, podremos tener una descripcin generalizada pero no una explicacin de la secuenciahistrica. Esto no quiere decir que el uso de tal modelo carezca de valor. Puede tener aunque muchos lo hanrefutado gran valor para revelar las semejanzas ocultas entre fenmenos aparen teniente diversos, pero ellono basta para hacer avanzar la teora explicativa emprica o para aproximarse a ella. 18 Alan Ryan, The Philosophy of Social Sciences, pp. 190-194.19 Neil J. Smelser, Some Personal Thoughts on the Pursuit of Scociological Problems. Sociological Inquiry, 39(primavera de 1969). P. 160.20 Ibid., p. 162.21 Ibid, p. 163.

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    En su segunda obra importante, Theory of Collective Behavior, Smelser pens que podra rectificaralgunas de las dificultades tericas que estaba advirtiendo cada vez ms. En esta obra utiliza un modelo devalor agregado. La idea bsica de este modelo es muy simple: en lugar de suponer que las variablesespecificadas guardan una relacin de simple secuencia temporal (como lo haba hecho Smelser con elmodelo de la diferenciacin estructural), suponemos ahora que hay una lgica de la acumulacincombinatoria de variables.22 Un conjunto de variables, cada una de ellas indeterminada en s misma, setraduce sin embargo, en un resultado determinado cuando ocurre en una combinacin especfica:

    El modelo del valor agregado fue un esfuerzo por aumentar la determinacin explicatoria mediante lacombinacin de varias variables cada una de ellas indeterminada en s misma en varios patrones diferentes,cada uno de los cuales se asociara a un tipo diferente de comportamiento colectivo. Y finalmente, el modelodel valor agregado se conceptu como una secuencia puramente analtica, antes que temporal; se trataba deevitar as algunos de los problemas surgidos en conexin con la nocin de las etapas temporales del modelo dela diferenciacin estructural.23

    Pero es ste realmente un progreso? Logra aumentar este modelo la determinacin explicativa? Desdeun punto de vista conceptual, no nos encontramos en realidad ms cerca de la explicacin terica. Porque elmismo problema que afect a Smelser en su estudio de la industria algodonera britnica surge aqu en unaforma ms refinada pero no menos devastadora. De nuevo, el poder explicativo del modelo del valoragregado depende de la especificacin de las relaciones nomolgicas o causales entre las numerosasvariables identificadas. Si no especificamos estas relaciones, resulta difcil entender en qu sentido explicacientficamente los fenmenos pertinentes el modelo del valor agregado. Smelser, como tantos otroscientficos sociales ortodoxos, ha subrayado que una teora adecuada debe permitir la derivacin degeneralizaciones empricas a partir de nuestros supuestos tericos. Reconoce que debemos poder derivarenunciados contrarios acerca de lo que ocurrira si se modificaran ciertas variables especificables en formaindependiente. Pero su modelo del valor agregado no satisface este requerimiento. El propio Smelser planteael interrogante realmente difcil cuando escribe: Si una variable del modelo no se ve activada por la variableinmediatamente precedente en la serie del valor agregado, cules son las condiciones que la activan? Esteinterrogante no se resolvi satisfactoriamente en Theory of Collective Behavior, y no he podido contestarla ami gusto despus.24

    El xito o el fracaso de las ciencias sociales no depende de las aproximaciones de Merton o deSmelser. Algunos sostienen, como Homans, que sus esfuerzos no estaban condenados al fracaso porquehubiese algo intrnsecamente errado en la bsqueda de explicaciones tericas en las ciencias sociales, sinoporque los partidarios del funcionalismo han estado buscando en el lugar errado.25

    Debiramos meditar por lo menos cuando cientficos sociales tan prominentes como Merton ySmelser, conocedores de una gran diversidad de enfoques de las ciencias sociales, no pueden elaborar nadaque se asemeje genuinamente, o se aproxime siquiera a una teora cientfica explicativa. La situacin seagrava, cuando advertimos que ninguna de las alternativas propuestas hasta la fecha, en la sociologa o lapolitologa, se ha acercado algo a la presentacin de tal teora.

    Es precisamente esta paradoja, o por lo menos esta disparidad tremenda entre el concepto de la teoraemprica adoptado por los cientficos sociales ortodoxos y la incapacidad para alcanzarlo, lo que ha llevado aun nmero creciente de pensadores a cuestionar los fundamentos mismos de la ciencia social concebidacomo una ciencia. natural. Lo que resulta ms perturbador an desde la perspectiva de lo que pretendenhacer los tericos ortodoxos es la advertencia de la gran cantidad de lo que se ha presentado como teora enlas ciencias sociales que resulta ser ideologa disfrazada. Por ambiciosas o modestas que hayan sido laspretensiones de los cientficos sociales ortodoxos de desarrollar la teora emprica, tales cientficos haninsistido en que sus hiptesis y enunciados son neutrales, en sentido valorativo, enunciados objetivos slosujetos a los criterios de la verificacin. la confirmacin y la refutacin pblicas. Sin embargo, comoveremos en el captulo II, estas teoras propuestas secretan valores y reflejan controvertibles posicionesideolgicas acerca de lo que es correcto, bueno y justo.

    22 Ibid., p. 164.23 Ibid.24 Ibid. p. 166. Vanse otras crticas al trabajo de Smelser en mis comentarios, con la respuesta de Smelser, en laReview Symposium de Essays in Sociological Explanation. Sociological Inquiry, 39 (primavera de 1969).25 Homans no triunfa all donde han fracasado Smelser, Parsons y Merton. Vase una crtica de Homans en Peter P.Eken, Social Exchange Theory.

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    Hay diversas justificaciones o racionalizaciones de lo que Rudner ha llamado esta consideracinmelanclica, la brecha existente entre nuestro entendimiento metodolgico de lo que es la teora y laexplicacin cientfica y la escasez de cuerpos de teora bien confirmada, bien articulada, en todas lasciencias del comportamiento humano.26 La mayora de estas justificaciones giran alrededor de la afirmacinde que las ciencias sociales son disciplinas jvenes o inmaduras, a pesar de que algunas han reconocido queson en realidad ms viejas que las ciencias naturales. Pero cuando escuchamos estas racionalizacionesexpresadas una y otra vez como ha ocurrido durante el ltimo siglo, con tan escasas realizacione