Beatriz arévalo el mausoleo al dr. adolfo alsina

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1 EL MAUSOLEO AL DR. ADOLFO ALSINA CEMENTERIO DE LA RECOLETA Por: Prof. María Beatriz Arévalo La muerte del Dr. Alsina Aunque exiliado desde niño con su familia en Montevideo, Adolfo Alsina era porteño. Nació en esta ciudad el 14 de enero de 1829. A su regreso al país evidenció su vocación por el derecho. Ingresó en el ejército, donde pasó de comandante de Guardias Nacionales en Cepeda a mandar en la brigada en Pavón. Pero la política fue el escenario donde culminó su vida. Participó activamente en la defensa de Buenos Aires frente a los intentos de federalización. Fue gobernado de la provincia y vicepresidente de la Nación con Sarmiento, para desempeñar durante la presidencia de Avellaneda, la cartera de Guerra y Marina. Desde allí desplegó una gran actividad que le captó la admiración de sus contemporáneos. Uno de sus grandes desvelos fue el problema de las fronteras con el indio y para ello se ideó, entre otras cosas, la confección de una gran zanja que les impidiera llevarse vacunos y yegüerizos. La “zanja de Alsina” no fue eficaz, pero demostró su interés en dar solución a un asunto que afectaba a todas las poblaciones de la frontera. Encontrándose en Carhué abocado a esta problemática, contrajo una grave enfermedad a consecuencia de la cual murió a la edad de 48 años en Buenos Aires, el 29 de diciembre de 1877. Su amigo Paul Groussac le dedicó en esa oportunidad una emocionada semblanza, afirmando que su prematura muerte “modificó la historia argentina y fue sentida y llorada como una calamidad. Alsina no era un pensador político ni un estadista de vasto horizonte; acaso tampoco un orador completo: fue ante todo y por sobre todo, un alma cálida y generosa, siempre vibrante de virtud patriótica. Fue el tipo acabado y superior del porteño con todas las excelencias y deficiencias”. Finalizó su nota necrológica acotando: “desde el día de su muerte podría decirse que surgió espontánea del suelo su estatua de bronce, erigiéndose para siempre en el corazón de la ciudad” La Comisión Nacional de Homenaje. Al año de su muerte se colocó una placa con el escudo nacional ante su sepulcro. El tiempo fue pasando y el proyecto no se concretó. Cada año el día del fallecimiento una comisión formada por amigos y admiradores, destacadas personalidades, altos funcionarios y militares de elevada jerarquía hacían oficiar una Misa en la Iglesia del Pilar donde se encontraban sus restos. Frente a ellos en algunas ocasiones se pronunciaron brillantes discursos o sentidas palabras. Estos amigos en esas oportunidades recordaban hechos pasados que mantenían vivo su recuerdo. En 1909 la Misa no fue celebrada y la costumbre del encuentro anual parecía extinguirse. En 1910 por iniciativa de los Sres. Gabriel Tapia, Pedro Baso y Alberto Geiter el encuentro se produjo en el diario "La Razón". Con una activa propaganda desde sus columnas lograron reunir un numeroso grupo de admiradores del Dr. Alsina. De esa convocatoria surgió una comisión de Homenaje con la intención de realizarle un mausoleo en el Cementerio de la Recoleta. El día del aniversario se colocó una ofrenda floral al pie de su estatua en la Plaza Libertad y se organizó una procesión encabezada por un carruaje con una gran corona de flores, escoltada por guardas de seguridad que se dirigió a la iglesia del Pilar donde se ofició la Misa. Ante su tumba, el Sr. Emilio B. Morales pronunció una oración fúnebre y el Sr. César Carrizo hizo lo propio en nombre del Comité Nacional de la Juventud. En los corrillos que se formaron después de la Misa del 29 de diciembre de 1910 se pensó en dar cumplimiento a la ley 1878, autorizante de la construcción de un mausoleo de características monumentales. Se solicitó, en consecuencia, el apoyo de la Nación y al gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Se formó una comisión de homenaje que su primer acto público lo celebró el 25 de enero de 1911.

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EL MAUSOLEO AL DR. ADOLFO ALSINA CEMENTERIO DE LA RECOLETA

Por: Prof. María Beatriz Arévalo La muerte del Dr. Alsina

Aunque exiliado desde niño con su familia en Montevideo, Adolfo Alsina era porteño. Nació en esta ciudad el 14 de enero de 1829. A su regreso al país evidenció su vocación por el derecho. Ingresó en el ejército, donde pasó de comandante de Guardias Nacionales en Cepeda a mandar en la brigada en Pavón. Pero la política fue el escenario donde culminó su vida. Participó activamente en la defensa de Buenos Aires frente a los intentos de federalización.

Fue gobernado de la provincia y vicepresidente de la Nación con Sarmiento, para desempeñar

durante la presidencia de Avellaneda, la cartera de Guerra y Marina. Desde allí desplegó una gran actividad que le captó la admiración de sus contemporáneos.

Uno de sus grandes desvelos fue el problema de las fronteras con el indio y para ello se ideó,

entre otras cosas, la confección de una gran zanja que les impidiera llevarse vacunos y yegüerizos. La “zanja de Alsina” no fue eficaz, pero demostró su interés en dar solución a un asunto que

afectaba a todas las poblaciones de la frontera. Encontrándose en Carhué abocado a esta problemática, contrajo una grave enfermedad a consecuencia de la cual murió a la edad de 48 años en Buenos Aires, el 29 de diciembre de 1877.

Su amigo Paul Groussac le dedicó en esa oportunidad una emocionada semblanza, afirmando

que su prematura muerte “modificó la historia argentina y fue sentida y llorada como una calamidad. Alsina no era un pensador político ni un estadista de vasto horizonte; acaso tampoco un orador completo: fue ante todo y por sobre todo, un alma cálida y generosa, siempre vibrante de virtud patriótica. Fue el tipo acabado y superior del porteño con todas las excelencias y deficiencias”.

Finalizó su nota necrológica acotando: “desde el día de su muerte podría decirse que surgió

espontánea del suelo su estatua de bronce, erigiéndose para siempre en el corazón de la ciudad” La Comisión Nacional de Homenaje.

Al año de su muerte se colocó una placa con el escudo nacional ante su sepulcro. El tiempo fue pasando y el proyecto no se concretó. Cada año el día del fallecimiento una comisión formada por amigos y admiradores, destacadas personalidades, altos funcionarios y militares de elevada jerarquía hacían oficiar una Misa en la Iglesia del Pilar donde se encontraban sus restos. Frente a ellos en algunas ocasiones se pronunciaron brillantes discursos o sentidas palabras. Estos amigos en esas oportunidades recordaban hechos pasados que mantenían vivo su recuerdo.

En 1909 la Misa no fue celebrada y la costumbre del encuentro anual parecía extinguirse. En

1910 por iniciativa de los Sres. Gabriel Tapia, Pedro Baso y Alberto Geiter el encuentro se produjo en el diario "La Razón". Con una activa propaganda desde sus columnas lograron reunir un numeroso grupo de admiradores del Dr. Alsina.

De esa convocatoria surgió una comisión de Homenaje con la intención de realizarle un mausoleo

en el Cementerio de la Recoleta. El día del aniversario se colocó una ofrenda floral al pie de su estatua en la Plaza Libertad y se organizó una procesión encabezada por un carruaje con una gran corona de flores, escoltada por guardas de seguridad que se dirigió a la iglesia del Pilar donde se ofició la Misa.

Ante su tumba, el Sr. Emilio B. Morales pronunció una oración fúnebre y el Sr. César Carrizo hizo

lo propio en nombre del Comité Nacional de la Juventud. En los corrillos que se formaron después de la Misa del 29 de diciembre de 1910 se pensó en dar cumplimiento a la ley 1878, autorizante de la construcción de un mausoleo de características monumentales. Se solicitó, en consecuencia, el apoyo de la Nación y al gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Se formó una comisión de homenaje que su primer acto público lo celebró el 25 de enero de 1911.

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Llamado a concurso

Esta comisión creó una Junta Ejecutiva encargada de instrumentar un concurso para la construcción del mausoleo. En las bases se estipulaba que las maquetas debían presentarse en una escala de un 20% en yeso y que la obra debía realizarse en Buenos Aires. El precio máximo sería de $ m/n 85.000. Se entendía que el artista que ganase el concurso sería el responsable de su emplazamiento y que la ejecución de la obra estaría garantizada con un contrato por escritura pública, donde constarían las obligaciones y derechos de ambas partes. Se publicaron avisos desde el 18 de febrero al 17 de marzo de ese año (1911) en los diarios La Prensa, La Nación, Deustche La Plata Zeitung, Le Courrier de la Plata y La Patria deglia Italiani. El plazo para presentar las propuestas se vencía el 18 de julio, pero posteriormente fue prorrogada al 18 de agosto. Se puso a disposición de los concursantes los datos biográficos del homenajeado para orientarlos en la confección de los proyectos. El día indicado se presentaron las propuestas.

Al no conseguirse en forma gratuita un local céntrico donde se pudieran exponer los bocetos, se

solicitó y se obtuvo de la Sociedad Rural Argentina la planta alta del salón de ventas, en uno de los locales de Palermo.

El primer premio lo ganó el lema "Río Negro", perteneciente a Mlle. Margaritte Bonnet, artista

francesa. La autora acompañaba una fotografía de la maqueta y describía el monumento de la forma siguiente: "se levantará sobre un rectángulo de 20 m. de superficie, su basamento arquitectónico será de granito lustrado, la estatua del Dr. Alsina será de bronce y asimismo las demás figuras alegóricas y relieves que comprenden la gloria custodiando el sepulcro donde serán depositadas las cenizas de Alsina, las dos figuras laterales símbolo de la ciencia y el trabajo".

Posteriormente en forma verbal manifestó su indiferencia ante la ejecución de la estatua en

mármol o bronce, pero consideró más artístico el bronce. Aparentemente su interés en esta aleación radicaba en que sus asociados eran los fundidores Joris, Anglade y Garzia. Polémica entre escultores

Cuando se estaba redactando el contrato con la Srta. Bonnet se recibieron comunicaciones del

Sr. Alejo Joris1 alegando que él era el verdadero autor de la maqueta premiada y que la Srta. Bonnet había faltado a los compromisos que con él tenía y por lo tanto la Comisión de Homenaje no debía continuar las relaciones comerciales con dicha escultora. La Comisión entendió que no podía ni debía entrar a escuchar cargos ni quejas de ningún género, mientras esos cargos no viniesen autorizados por intervención judicial. Así se cerró la controversia. Joris insistió en el tema y se presentó ante el Ministerio del Interior con una nota en la que manifestaba que era el autor y propietario de esa maqueta y que la depositaba en el Museo de Bellas Artes para su custodia. 2

Esto obligaba a la escultora a ejecutar una nueva maqueta. El contrato firmado en junio de 1913

exigía a la Srta. Bonnet ejecutar la parte escultórica del monumento y encargarse de su emplazamiento en el terreno, terminarlo en todos sus detalles y accesorios, hasta dejarlo en el estado de ser inaugurado, corriendo también por su cuenta la piedra fundamental del mausoleo y la urna de cenizas del Dr. Alsina.3

A los ocho meses de firmado el contrato se le aprobaron los planos del mausoleo y también se le aceptó la muestra de granito rosado oscuro de las canteras de Olavarría.

1Alejo Joris era un escultor de origen suizo que en Bs.As tenía uno de los tres o cuatro establecimientos donde se fundían esculturas de próceres. Tuvo a su cargo la fundición de importantes monumentos erigidos en la ciudad de Buenos Aires por artistas reconocidos como Gabino, Ferrari, Juan Carlos Oliva Navarro, etc. (Reportaje en "Fraile Mocho"). Año I. Bs.As. 6.9.1912.) Gentileza Lic. Cunietti Ferrando. 2En el juicio" Bonnet Margarita c/Joris Alejo, s/ reivindicación", en el Juzgado de Primera Instancia a cargo del juez Arturo Seeber, la escultora debió pagar a su demandado la suma de $ 2.800 m/n por considerarse que correspondía por la co-autoría del proyecto, equivalente a la mitad de los honorarios correspondientes a la Srta. Bonnet. 3Acta del contrato cebrado entre la Comisión de Homenaje al Dr. Alsina y la Srta. Bonnet. Art. 4. ante el escribano Teófilo Lescurat. No. de Registro 86. 1913.

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A principios de octubre de 1913 la Comisión hizo la visita al taller y encontró un modelito de barro de cerca de 40 cm. de largo con el que quería reemplazar el modelo premiado que se hallaba en depósito judicial. La Comisión consideró que tal modelo era un adefesio y un desastre completo y se le exigió que lo hiciera de nuevo para tener la certidumbre de su capacidad. Ante orden tan imperiosa, la Srta. Bonnet prometió hacer uno nuevo en diez días.

Al concurrir nuevamente la Comisión al domicilio de la escultora se encontró con el señor

arquitecto Stramandinoli, aparentemente el autor de la nueva maqueta. Esta tenía cambios notables con respecto al original. Se le hicieron indicaciones verbales dirigidas a su modificación.

La escultora empleó casi todo el año 1914 para la elaboración de la maqueta de la estatua de

Alsina, los modelos de los relieves y las estatuas alegóricas. El revestimiento de granito realizado por el Sr. Ángel Nanni comenzó el 22 de enero de 1915 y

terminó en marzo del mismo año. La rapidez de la ejecución se debió a que las piezas fueron llevadas al lugar, completamente labradas desde el taller y terminadas in situ.

Los modelos en barro y yeso de los relieves fueron realizados por el escultor Viana Ugarte y las

figuras de bulto por Nicolás Ferrari 4 y no por la escultora Bonnet como se esperaba. Deficiencias y fallas del trabajo artístico

Cuando se pasaron las figuras alegóricas al bronce la comisión solicitó y obtuvo del Ministerio de Guerra el envío de técnicos del Arsenal para que examinaran y dictaminaran sobre la fundición y la calidad del material. El escultor Torcuato Tasso testimonió verbalmente que las figuras realizadas eran iguales a los modelos en yeso.

Estos elementos de bronce fueron patinados con la llamada "pátina herculana", de color verde

oscuro, como el obtenido por el bronce por el paso del tiempo. 5 En un principio se encontraron fallas en el patinado por su mala calidad y poca prolijidad en el asentamiento de las estatuas y el empotramiento de los relieves, aspectos que posteriormente fueron subsanados.6

La estatua que debía representar al Dr. Alsina tuvo en el proceso de su ejecución varios

inconvenientes. Cuando la escultora dio por terminado el boceto chico de yeso se comisionó al escultor Juan de Pari para que dictaminara sobre el mismo. Este concurrió el 7 de abril de 1914 al taller su autora y enumeró los defectos: falta de técnica y modelado de la ropa, mal la mirada y la dirección de la cara, falta de aplomo en la estatua. Como consecuencia, insistió que la artista debía realizar el modelo de tamaño natural, pues los defectos al reproducirse aumentan cuatro veces y se ofreció en forma desinteresada para corregir los detalles.

4GESUALDO, Vte. BIGLIONE, Aldo, SANTOS, Rodolfo. "Diccionario de Artistas Plásticos de la Argentina". Bs.As. 1988. FERRARI, Nicolás A. Escultor italiano nacido en Chieti el 19.2.1867. Discípulo de Allegretti y de Rossi en la Real Academia de Bellas Artes de Roma en 1892-98. Radicado en Bs. As. en 1899 realizó la estatua de Ramón Falcón y otras obras. En Montevideo ejecutó el monumento a Garibaldi. 5Informe dado al ministro de guerra por el teniente coronel Alfredo Córdoba el 25.9.1915. Ese color se obtiene artificialmente con una solución de ácido nítrico y un componente de sal con amoníaco y ácido acético el cual se acentúa más con el paso del tiempo. 6De Garzia procedió a lavar los bronces y los volvió a patinar contando con la aprobación del escultor-asesor De Pari en octubre de 1915, por lo cual se concretó el pago de $ 3000 m/n. que completaba el pago ya hecho de $ 5.000 m/n. ya realizado.

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Juicios adversos a la obra de Margarita Bonnet

El 19 de diciembre del mismo año la autora avisó a la Comisión que el modelo de barro estaba listo para ser aprobado. Esta se lo aprobó en general, al prometer la escultora corregir algunos aspectos.

El 7 de enero de 1915 Margarita Bonnet ya tenía a disposición de la Comisión el boceto grande de

yeso. Cuando el 11 del mismo mes concurrió la Comisión a su estudio recibieron una impresión "desastrosa" por no parecerse absolutamente en nada al Dr. Alsina. La escultora se defendió diciendo que la cabeza de la estatua era una verdadera obra de arte en la que ella había puesto su alma de artista y que no debía rechazarse.

La Comisión resolvió enviar a los escultores Camilo Romairone, Garibaldi Affani y Juan de Pari a

examinar la estatua. Varios miembros de la Comisión acompañaron a los artistas para salvaguardarlos de los posibles insultos de la autora. La obra estaba en el taller del escultor Del Prata. Los jueces nombrados opinaron que: "además de faltarle todo gusto artístico que tal figura requiere, es inaceptable hasta para modificarla, siendo en conjunto una reunión marcadísima de defectos..."7

Es de imaginar la reacción de la artista. Prometió modificar el modelo y cuando fue nuevamente

examinado, en este caso, por el escultor T. Tasso éste declaró "... a mi juicio la estatua adolece de falta de acción y proporción general en las partes constitutivas del conjunto".8 La designación de un nuevo escultor

Después de largas discusiones la Comisión resolvió que se solicitase al Presidente del Museo Nacional de Bellas Artes, Dr. Cupertino del Campo, que indicase un artista que fuera capaz de ejecutar el modelo de la estatua en barro y yeso y corregir los detalles necesarios en la de mármol. Verbalmente el Dr. Cupertino del Campo recomendó al escultor argentino Arturo Dresco.

Dresco solicitó $ 5.000 m/n como honorarios y prometió ver la maqueta primitiva. El 29 de junio

de 1915 la escultora Bonnet en una larga nota, donde hizo apología de sus méritos, aceptó que Dresco realizase la obra, pero pretendiendo que concluida su estatua en yeso, se sometiese a un arbitraje el modelo realizado por ella, tres veces rechazado, y el efectuado por el escultor Dresco.

Éste a su vez no logró que la Comisión le pagase por adelantado. Al romperse las relaciones

entre Dresco y la Comisión, ésta solicitó a J. de Pari que indicase una persona competente. Este recomendó al escultor argentino Ernesto Durigon que había sido su discípulo y contaba entre sus antecedentes haber sido becado por el Gobierno Nacional en Europa y premiado en salones de Roma y París. Consideró la Comisión que estaba ante la persona acertada, y se celebró el contrato de ejecución de la estatua del Dr. Alsina.9 El 8 de enero de 1916 la Comisión aprobó el modelo en barro de 2,10m. de altura.

El pase al mármol estuvo a cargo del escultor Fernando del Panta que por propia iniciativa había

comenzado a pasar el modelo de la Bonnet. Ese bloque hubo que desestimarlo y el 9 de mayo de 1916 comenzó la traslación a un nuevo bloque de mármol del modelo en yeso que había ejecutado el escultor Durigon. Una vez concluida la obra fue inspeccionada por los escultores de Pari y Tasso que lo aprobaron.10

7Nota firmada por J.de Pari, G. Affani, C. Romairone al Pte. de la Comisión Central de Homenaje al Dr. A. Alsina, Dr. José Juan Araujo. Bs.As. 3.1.1915. 8Nota firmada por T. Tasso el 31.3.1915 dirigida al Pte. de la Honorable Comisión Pro-monumento en Homenaje al Dr. A. Alsina. 9Contrato firmado en Bs.As. 1.8.1915 entre el Dr. José Araujo, Pte. de la Comisión y el escultor Ernesto Durigón. 10Nota firmada por T. Tasso dirigida al Pte. del la Comisión del 16.12.1916 "... me es satisfactorio manifestar que este trabajo está hecho con la mayor y en mejor interpretación que el modelo en yeso". Nota FDA. por J. de Pari, dirigida al Pte. de la Comisión del 16.12.1916 "...que la citada reproducción en mármol del modelo en yeso está bien y de acuerdo a modelo..."

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Al final de este largo proceso plagado de desinteligencias e inconvenientes, la obra aumentó su costo estimado a la suma de $ 88.080.27 m/n. Algo más de $ 3.000 m/n, sobre lo convenido inicialmente. La inauguración del Mausoleo

La inauguración se llevó a cabo el viernes 29 de diciembre de 1917, al cumplirse los 30 años del fallecimiento del Dr. Alsina. El día anterior se abrió el sepulcro y se sacó la urna con sus restos. En la iglesia se levantó la tapa de madera del cofre exterior y se verificó que la caja cineraria de bronce se encontrara adentro. En el nuevo cofre de madera se guardaron unos tubos de bronce y diversos documentos, recortes de diarios, revistas con crónicas alusivas y una historia de Alsina escrita por el Dr. Enrique Sánchez. Realizada esta operación el cofre fue colocado en un catafalco que se había levantado en el presbiterio y se lo cubrió con una bandera argentina. Se ofició una Misa de cuerpo presente y se velaron los restos en el altar mayor, trasladándoselos al mausoleo al día siguiente en medio de grandes ceremonias,11 en las que intervinieron la Comisión, el Ministro de Guerra Dr. Elpidio González, en representación del Presidente de la República, demás personas destacadas y público en general. La urna fue colocada sobre un pedestal y el Dr. Araujo, presidente de la Comisión, descorrió el velo que cubría la estatua en mármol. La urna y el mausoleo fueron bendecidos por el Arzobispo de Buenos Aires la ceremonia terminó a las 11, 10 de la mañana luego de repartirse plaquetas de plata, de bronce y del tipo de "populares"12además de retratos de Alsina.13

A las cinco y media de la tarde, el secretario de la Comisión, Sr. Tapia hizo cerrar la cripta del

mausoleo y se retiró la Guardia de Granaderos.

Reaccioón de la escultora Bonnet

Unos días después, de estas sentidas ceremonias de inauguración, llegó la noticia a la Comisión que la escultora había grabado su nombre en un lugar destacado. Se hizo la denuncia correspondiente ante las autoridades del Cementerio por haberse permitido a "una contratista sin el consentimiento de la Comisión", tal acción. La respuesta se hizo llegar al poco tiempo. La Srta. Bonnet se había presentado como la propietaria artística del mausoleo y por eso "... ella había hecho grabar su nombre...."14

La Comisión había entregado la obra terminada a las autoridades nacionales, por lo tanto envió

dos notas. Una dirigida al Ministerio del Interior y la otra al Intendente de la Ciudad de Buenos Aires haciendo notar el abuso cometido por la Srta. Bonnet por considerar que solo había actuado como contratista, ya que ninguna de las partes componentes del mausoleo habían sido obra suya, ni sus modelos, ni su ejecución. Los resultados están a la vista. La firma se encuentra allí. Podemos imaginar que no se tomó ninguna medida por motivos de carácter práctico. Para borrar de la memoria colectiva a la escultora Bonnet debía cambiarse toda la placa de granito y antes como ahora no debió ser fácil conseguir el mismo color y además lograr que la escultora lo pagase de su peculio.

Los resultados están a la vista, la firma se encuentra allí pero deformada, con ello se pretendió

suprimirla de la historia del patrimonio artístico nacional.

11A la ceremonia de inauguración del mausoleo se invitó al pueblo de la Capital por intermedio de avisos publicados en La Razón, El Diario, La Prensa y La Nación y por notas a las autoridades pertinentes. 12Se mandó acuñar quinientas plaquetas de bronce con la reproducción del mausoleo en su anverso y en su reverso la leyenda del frente del monumento. También se hicieron dos mil plaquetas de tipo "popular" de metal blanco iguales en forma y contenido a las otras pero de tamaño reducido y tres plaquetas grandes de plata y tres chicas de oro. Estas últimas para el Presidente de la Nación, el Gobernador de la Pcia. de Bs.As. y la hija del Dr. Alsina. La casa Juan Gotuzzo y Cia fue la encargada del trabajo. 13Se hicieron fototipiar en la casa Jacobo Peuser, 1000 retratos del Dr. Alsina en cartulina brillante para que los concurrentes a la ceremonia de inauguración del monumento pudieran llevarse un recuerdo con la imagen del prócer. 14Cap. XXIV. Firma del Mausoleo. Memoria Mausoleo Dr. A.Alsina

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Descripción de la obra.

La idea generadora del mausoleo es que el Dr. Alsina ha muerto en lo mejor de su vida política y sin la satisfacción de ver terminada su obra "postrera" La Campaña del Desierto. Desciende hacia la muerte y llega a la tumba donde lo espera la gloria para velar su sueño eterno, se da vuelta y con amplio ademán señala los relieves donde está comprendida la historia de sus hechos políticos y patrióticos, en sus puntos culminantes. Para trasmitir este concepto se utilizó mármol blanco en la representación de su figura. Luego de todos los inconvenientes señalados podemos apreciar que si bien su cabeza lo individualiza, ésta no está en consonancia con el resto del cuerpo. Su ademán, por demás teatral, no expresa con claridad el propósito original del proyecto.

Sobre una plataforma se asienta un podio

semicircular teniendo de fondo una pared de granito rústico. En la parte media una columna de granito pulido está rematada por una pira funeraria de bronce. De la base de dicha columna arranca una gradería que termina en el borde de la plataforma. En su parte media, lugar donde se supone que internamente se encuentra el sarcófago con los restos de Alsina, se ubica a una mujer sedente que representa a la gloria, con una palma en su mano como símbolo de inmortalidad, con la intención de velar su eterno descanso.

A ambos lados del plinto se encuentran dos

alegorías en bronce que representan la ciencia y el trabajo. La ciencia tiene en la mano un libro donde debe retener las afirmaciones dadas por el conocimiento.

Está apoyada sobre una esfera. Según Césare Ripa, personaje del S XVII dedicado al estudio de

las alegorías, con este elemento se quiere manifestar que no existe en la ciencia contrariedad de opiniones, al igual que en el orbe no hay contrariedad de movimientos. 15

Introducir esta alegoría en la tumba de un personaje político-militar seguramente se quiso

significar que, con respecto a su persona, no existen opiniones divergentes. Todas concordaban en exaltar los aciertos del Dr. Alsina en su vida pública.

A la derecha acentuando el equilibrio axial, que rige a toda la composición, está un hombre

sentado con un yunque y espigas de trigo en clara alusión al trabajo agrícola e industrial. En este caso puede acercarse en su significación a que la campaña militar iniciada por el Dr. Alsina agregó tierras cultivables a la "civilización". Las tres esculturas están dentro del marco de la corrección esperada para este tipo de ornamentaciones y responden al estereotipo de la época. Relieves

A espaldas de las alegorías de la ciencia y el trabajo se encuentran dos amplios relieves que responden a un título común "La Conquista del Desierto". Del lado izquierdo se describe en tono patético la huída de los aborígenes ante el avance del ejército. Indios de a caballo se desprenden del fondo dando fuerza a la composición. Sus rostros reflejan el sufrimiento que entraña abandonar violentamente el campo de batalla. Es de destacar el ángulo inferior izquierdo, donde conmueve ver a las indias con sus hijos escaparse buscando protección en un bosque. El logro de esta escena, quizás la más interesante del conjunto, por dar mayor libertad al artista en su expresión, es la menos evidente por ser su visión obstaculizada por la estatua de la ciencia.

Del lado opuesto Alsina imparte órdenes a caballo, lleva el uniforme de coronel de Guardia

Nacional y a su lado se ven los jefes de los comandos en el avance de frontera. Al lado de Alsina está

15RIPA, Césare. "Iconología", Akal, Arate y Estéticas. Madrid. 1996.

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el coronel Nicolás Levalle16, el coronel Conrado Villegas17 y en el fondo el comandante Maldonado. A la izquierda están los comandantes Marcelino Freyre18, Teodoro García19 y Lorenzo Winter20. La preocupación por lograr el mayor parecido de los protagonistas lleva a casi no ambientar la escena.

Los relieves de la base son los menos logrados y carecen de valor estético. Se nota que las

exigencias de los comitentes en la búsqueda afanosa de la semejanza con los protagonistas, congeló por completo la veta creadora de sus autores.

Estos frisos están concebidos en forma redondeada para acompañar la forma del plinto. El de la

izquierda presenta dos escenas plenamente diferenciadas separadas por una columna de orden compuesto, cuyo fuste está rodeado por una rama de laurel. En la parte inferior del relieve se lee: "Tribuno popular-Conciliación de los partidos1876-Gobernador de la Provincia de Buenos Aires 1866/30 de mayo de 1868-Creación de la oficina de Cambios-Supresión del Contingente O". Esta última leyenda se ve trunca por falta de espacio. Originalmente se proyectó grabar "Supresión del Contingente obligatorio a la frontera". Comienza con el Dr. Alsina entregando al Gral. Mitre el decreto de reincorporación al ejército. Se ve al gobernador de Buenos Aires, Don Carlos Casares algo distanciado del grupo que forman Alsina y Mitre, Nicolás Avellaneda y José Ma. Moreno. En la vista siguiente Alsina celebra un acuerdo con sus ministros Avellaneda y Varela.

El relieve de la derecha representa una asamblea legislativa presidida por el Dr. Alsina como

Vicepresidente de la República. Al pie se lee: "Vicepresidente de la República 1868/12 de octubre 1874". Él preside la Asamblea y se ubican a ambos lados los secretarios Muñoz y Saravia. En las bancas se ven las figuras de los Dres. Manuel Quintana, Leandro N. Alem, Carlos Pellegrini, Justo Daract, José Torrent, José María Moreno, coronel Lisandro Olmos, monseñor Echagüe, Dr. Guillermo Rawson y Marco Avellaneda.

La estructura de esta escena se dilata lateralmente formando tres grupos notablemente

distanciados entre sí, como si existiese el afán de cubrir la superficie asignada sin tener en cuenta las relaciones de proporción entre la ambientación y los personajes.

La base del mausoleo estaba ornamentada por una baranda con cuatro pilares intermedios de

bronce y una barra helicoidal del mismo metal que recorría todo el contorno. Se incrustaban a ambos lados del monumento. 16ABAD DE SANTILLÁN, Diego de "Gran Enciclopedia Argentina". Editorial Ediar S.A. Bs.As. 1963. Nicolás Levalle nació en Génova el 6.12.1840 y falleció en Bs.As. el 28.1.1902. Llegó al país con dos años e ingresó en 1857 en la Academia Militar. Actuó en Cepeda, en el sitio de Bs.As., en la guerra con el Paraguay, contra López Jordán en Entre Ríos, en la revolución de septiembre de 1874, luego de la cual se entregó prisionero con el Gral. Mitre. Inmediatamente después fue nombrado jefe de frontera sur de Bs.As. dándole la oportunidad de tener aguerridas intervenciones contra los indígenas, en especial contra Namuncurá. 17ABAD DE SANTILLÁN, op. cit. Conrado E. Villegas. Nació en el Uruguay en 1840. Murió en París el 26.8.1884. Participó desde 1875 en la lucha contra el indígena a las órdenes personales de Alsina. Luego siendo éste ministro de guerra de Avellaneda sometió a muchos caciques y capitanejos. Mas tarde acompañó a Roca en la expedición al Río Negro en 1879 y fundó el pueblo de Cróele-Colee. 18ABAD DE SANTILLÁN, os. Cid. Marcelino Freire. Nació en Rosario de Santa Fe el 13.11.1846. Murió en campaña contra los indios el 25.6.1879. Formó parte de la plana mayor de Albina primero y de Roca después en la Conquista del Desierto. 19"Barrios, calles y plazas de la ciudad de Basas. origen y razón de sus nombres", Inst. Hist. de la Ciudad de Bs.As. 1983. Teodoro García (1840-1909) general, combatió en Cepeda, Pavón y en la guerra contra el Paraguay. Participó en la lucha contra el aborigen y en la campaña al Río Negro en 1879. 20ABAD DE SANTILLÁN, os. Cid. Lorenzo Winter. Nació el 11.10.1842 en Basas. Y murió en la misma ciudad el 5.7.1915. Fue soldado de las fuerzas porteñas contra la Confederación. En su puesto de frontera en la laguna La Tigra destruyó a 1.500 indios. En 1877 representó al gobierno en las negociaciones con el cacique Namuncurá. Por aquella época era uno de los jefes militares que conocían mejor la lucha contra los indios.

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En la Memoria se menciona la leyenda grabada en la piedra “Doctor Alsina Ministro de la Guerra, iniciador de la Conquista del Desierto, bajo la presidencia del Doctor Avellaneda”. En el granito no existen evidencias de haber sido inscripta.

En el zócalo de la base hay una placa de estilo romano, de bronce verde, que según la

descripción de la Memoria tiene letras y guarniciones de bronce amarillo pulido y que en la actualidad luce todo del mismo color. Se lee la dedicatoria 1829 a Adolfo Alsina 1877. Los Poderes Públicos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires a iniciativa de sus amigos y admiradores”.

Al frente hay otra placa donde Psiquis se mira en un espejo representando la verdad histórica. La

placa contiene el histórico telegrama firmado por Julio Argentino Roca dirigido a Enrique Sánchez: “Choele Choel, junio 21 de 1879. Precisamente por haberse distinguido por su lealtad y fidelidad a la memoria del Dr. Alsina, me ha sido muy grata la felicitación. Puede Ud. estar contento, el testamento del Dr. Alsina se ha cumplido y si hay gloria en lo que se acaba de realizar a él, le corresponde la mayor parte que supo iniciar los trabajos en medio de grandes contrariedades y que sucumbió en la tarea dedicándole los últimos destellos de vida al dar cima a la grande obra. No hemos hecho sino seguir el camino trazado por su clara inteligencia inspirándonos en las energías de su carácter y de su voluntad”

En la parte posterior del monumento se abre la cripta. Actualmente la puerta se encuentra

sellada. Según la descripción de la Memoria allí se colocó una urna con los restos de Alsina. Sobre unos pies de bronce se asienta supuestamente, la caja de viraró del Chaco, lustrado al natural. Constituye la urna una grada de cobre y cuatro garras de león forman su base, dos guirnaldas de laurel y de roble adornan el cofre y una marquetería de palo de rosa completa el adorno. Dos manijones de cobre colorado y un escudo de bronce dorado dan terminación a la urna. Una placa tiene inscripto el nombre del Dr. Alsina con su fecha de nacimiento.

En este Cementerio, el más rico del país en expresiones artísticas tanto en lo arquitectónico como

en lo escultórico, este mausoleo se destaca por la variedad de sus expresiones escultóricas. Al ser concebido por una escultora la expresión arquitectónica fue dejada totalmente de lado. Ese seguramente fue el gran atractivo del proyecto Río Negro, seducción percibida por la Comisión. Trata de expresar en imágenes la vida, en un monumento que encierra la muerte. La combinación de colores, el granito rojizo, bronces patinados en verde, el retrato en mármol blanco, trasmite actividad, movimiento.

El visitante común de este museo al aire libre, que puede desconocer la relevancia histórica de

este personaje de nuestra historia, obtiene de estas imágenes referentes óptimos para orientar su interés hacia el conocimiento de la vida de este hombre que se distinguió entre sus conciudadanos por el empeño que puso en llevar adelante sus ideas. Por haber vertido estas ideas en hechos, sus partidarios ensalzaron su imagen, depositando en ella sus propios ideales y reflejando el pensamiento de una generación que buscó en la unificación territorial y política la necesidad de trascender como protagonistas en la formación de un gran país.