• Nace en Vic (Barcelona) el 9 de abril de 1848. Es la segunda de diez hermanos.

• El 8 de diciembre de 1854 Pío IX declara el Dogma de la Inmaculada Concepción de María. Carmen ya había cumplido 7 años y su madre le había explicado que la Virgen era “la Gran Señora concebida sin pecado original, llena de gracia y de virtudes” que estaba llena de Dios; aprende el Catecismo de la Iglesia. Su madre le decía “Amor es imitar…”. Todo esto Carmen lo vive con intensidad.

•Debido a los problemas laborales, su padre José traslada el taller a Manresa, ciudad que está en plena expansión mercantil.

•A los ocho años Carmen comienza el colegio de la Compañía de María. Las monjas les hablaban de la Virgen Niña, y de cómo ellas se habían consagrado a la Inmaculada, y de cómo surgió la idea de hacer lo mismo con las niñas, consagrándose estas también a Ella. Por eso cada 21 de Noviembre recordando la Presentación de María en el Templo, las niñas llevaban en procesión a la Virgen Niña hasta el altar y luego celebraban la eucaristía.

•En 1858 hace su Primera Comunión. En ese mismo año llega el ferrocarril a Manresa, llegando hasta Monistrol, a lo pies de Montserrat. Los Sallés suben al tren, y es allí junto a la “Moreneta” donde Carmen vive su propia Visitación, pues buscando a la Madre, va a encontrar al Hijo. Este encuentro suscita en ella el deseo de ser religiosa.

•En 1863 deja el colegio para encargarse de la casa: cuida de sus hermanos y asume las funciones de hermana mayor. Tras la salida del colegio, sigue acudiendo a él a la asociación de las Hijas de María. Allí habla con una religiosa para entrar en el monasterio de las Capuchinas, pero no contaba con el permiso de sus padres; primero, porque era muy joven y segundo, porque el plan que tenía Francisca para sus hijas era casarlas.

•Carmeta espera la situación favorable que no termina de llegar, ya que el hijo de un comerciante de Manresa se ha fijado en Carmen y pretende hacerla su esposa. Por consejo de su director espiritual, la familia la deja irse de ejercicios espirituales durante 10 días a su antiguo colegio. En ellos se fortalece su decisión: Dios la quiere para Él, sólo para Él. Sin embargo la situación eclesial en 1868 es muy difícil a causa de la República.

•El 7 de mayo de 1869 Carmen ingresa en las Adoratrices del Santísimo Sacramento que se dedican a la adoración de la Eucaristía y trabajan con jóvenes que tienen problemas.

Allí la maestra de novicias la guía en dos caminos fundamentales: la adoración continua del Santísimo Sacramento y las obras con las jóvenes perdidas.

Las reflexiones de Carmen sobre la situación a la que han llegado esas pobres jóvenes le plantean varios interrogantes:

Ya desde postulante, se dedica a atender a las jóvenes que van llegando. A ella le cuesta mucho entender cómo han podido llegar hasta esa situación.

“Nuestro humilde Instituto ha recibido el beneplácito y las alabanzas del representante de Jesucristo en la tierra, nuestras Constituciones han sido recomendadas y alabadas como útiles y provechosas, por consiguiente, ha venido a ser nuestra Congregación como tierra de bendición, como jardín donde el Señor quiere vivir alegrándonos con sus gracias y favores”

Carta de M.Carmen 15 de octubre de 1908

La Congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, nace de la experiencia espiritual que Carmen Sallés tuvo del amor providente y misericordioso de Dios Padre y de Cristo Redentor, contemplado en el Misterio de María Inmaculada.

Esta experiencia la impulsó a corresponder al amor recibido y descubierto como historia de salvación, con una entrega esponsal, haciendo de la fidelidad a la voluntad de Dios principio unificador de su existencia.

Guiada por el Espíritu y dócil a sus inspiraciones, dio una respuesta creativa a las necesidades de su tiempo fundando una Congregación de vida apostólica, que tiene por fin procurar, a imitación de la Virgen Inmaculada, la santificación de las religiosas, la colaboración en la salvación de los hombres y en especial la educación cristiana de la niñez y juventud

Constitución Fundamental , CC 2007

1. El Movimiento Laico Concepcionista (MLC) es una Asociación internacional, integrada por católicos laicos que, deseando vivir la espiritualidad y carisma concepcionista, asumen compromisos más estrechos con la Congregación de las Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza, conforme se expresa en este Estatuto y Proyecto de vida que lo integra.

2. El MLC vive y opera bajo la moderación de los Superiores mayores de la Congregación Concepcionista.