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    n el Nuevo Testamento aparecela Iglesia como una realidad

    compleja en la que estn unidos elelemento divino y el humano. EstaIglesia, constituida y ordenada en este

    mundo como una sociedad, subsisteen la Iglesia catlica gobernada por elsucesor de Pedro y por los obispos encomunin con l (LG 8). Por esta raznel Concilio encontr en la expresinSacramento universal de salvacinel resumen de lo que poda decir sobrela Iglesia, un misterio en continuidadcon el misterio de Cristo que instituyen su Iglesia diversos ministerios queestn ordenados al bien de todo elCuerpo. En efecto, los ministros queposeen la sagrada potestad estn al

    servicio de sushermanos paraque todos los queson miembros delPueblo de Dios ytienen, por tanto,la verdadera

    dignidad decristianos, aspirando al mismo fin, enlibertad y orden, lleguen a la s alvacin(LG 18).

    El Snodo de los Obispos de1985 interpret que la mejor imagen,para comprender lo que el Concilioquiso decir sobre la Iglesia, es la decomunin . Toda la vida de la Iglesia hade estar impregnada por la comuninsabiendo que todos los cristianos hansido incorporados a Cristo por mediodel Bautismo y participan de su triple

    oficio, proftico, real ysacerdotal (1 Pe 2, 5.9). Una Iglesia todaella ministerial, dondealgunos ministerios,en virtud delsacramento del orden,son constituidos enautoridad al serviciode todos.

    En el servicioa la unidad de la fede todo el pueblocristiano tiene surazn de ser unservicio especialcomo es lo del sucesorde Pedro, el Papa, quelo ejerce en cuantoObispo de Roma, yel ministerio de losobispos en comunincon l. El Nuevo Testamento es eltestimon io de la existencia de toda unaserie de responsabilidades variadas

    que, poco a poco, van configurndosehast a llegar a la triple divisin conocidaen Obispos, presbteros y diconos,tal como aparece ya en la Tradicinde Hiplito o en Clemente Romano.Lo sustancial de lo que es la Iglesiano est constituido solamente por suapariencia externa, sino por la fe quela constituye en tal, es decir, en surelacin al Dios-comunin, Padre, H ijoy Espritu Santo.

    En la Iglesia Particular o Dicesisel testigo con autoridad apostlica es

    el Obispo y, junto alobispo, colaboranlos presbteros y losdiconos, que poseenuna ident idad y misinque les son propioscomo colaboradoresa nivel sacramentaly diaconal. Esteaspecto aparecebellamente sealadocomo una dimensinp e r m a n e n t e m e n t eactual, en laexhortacin de JuanPablo II PastoresGregis cuandodice: As, a travsde los Obispos yde los presbterosque los ayudan, elSeor Jesucristo,aunque est sentado

    a la derecha de Dios Padre, continaestando presente entre los creyentes.En todo tiempo y lugar l predica la

    palabra de Dios a todas las gentes,administra los sacramentos de la fe alos creyentes y dirige al mismo tiempoel pueblo del Nuevo Testamento en superegrinacin hacia la bienaventuranzaeterna. El Buen Pastor no abandonaa su rebao, sino que lo custodia y loprotege siempre mediante aquellos que,en virtud de su p articipacin ontolgicaen su vida y misin desarrollando demanera eminente y visible el papel demaestro, pastor y sacerdote, actanen su nombre en el ejercicio de las

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    los primeros, ni en el mandar sobre losdems, ni en afirmarse a si mismos yhacer de los dems esclavos, clienteso aduladores; est en ser los primerospara los otros, en poner lo bueno albeneficio de todos. Esto crea la nuevagrandeza evanglica que es la verdaderagrandeza. En este horizonte hemos devalorar el quehacer de la Iglesia, cuyamisin es la de anun ciar e instaurarentre todos los pueblos el Reino deDios inaugurado por Jesucristo. LaIglesia es el germen e inicio sobre latierra de este Reino de salvacin2.

    Los obispos, como testigosautnt icos de la fe apostlica, revestidosde la autoridad de Cristo, presidenen nombre de Dios el rebao del queson pastores, como maestros queensean, sacerdotes del culto sagradoy ministros que ejercen el gobierno3.Adems de ejercer colegialmentela solicitud por todas las Iglesiasparticulares y por toda la Iglesia, juntocon los dems obispos unidos al Papa,el obispo, a quien se ha confiadouna Iglesia particular, la gobierna conla autoridad de su sagrada potestadpropia, ordinaria e inmediata, ejercidaen nombre de Cristo, Buen Pastor, encomunin con toda la Iglesia y bajo lagua del sucesor de Pedro 4.

    En est e sentido el Papa BenedictoXVI afirmaba que Comunin y

    jer ar qu a n o son con tr ar ias u n a a la otr a,sino que se condicionan. Son juntasuna sola cosa (comunin jerrquica)5,comentan do que en la opinin pblicaprevalece, en esta realidad jerarqua,el elemento de subordinacin y elelemento jurdico: por eso a much os la

    2 Catecismo de la Iglesia Catlica.

    Compendio, Madrid 2005, n 150.

    3 Lumen gentium, 20.

    4 Catecism, n 187.

    5 BENEDICTO XVI, Audiencia del 26

    de mayo de 2010.

    idea de jerarqua les parece un contrastecon la flexibilidad y la vitalidad delsentido pastoral, y tambin contrariaa la humildad del Evangelio Peroste es un sentido mal entendido dela jerarqua, histricamente tambin

    causado por abusos de autoridad y dehacer carrera. Lo pastoral y la ideade comunin no se contraponen a larealidad jerrquica.

    Si de verdad se quiere entenderbien el significado y misin de laJ erarqua en la Iglesia, hay queconsiderar que su autoridad tiene suorigen en lo sagrado, en el Sacramento,y no viene del hombre mism o. Sometepor tanto la persona a la vocacin, almisterio de Cristo, hace del individuoun servidor de Cristo y slo en cuantosiervo de Cristo ste puede gobernar,guiar por Cristo y con Cristo.Consiguientemente, el Papa destacabaque jerarqua implica por tanto untriple lazo: primero de todo el que leune con Crist o y con el orden dado por

    el Seor a su Iglesia; despus el lazocon los dems Pastores en la nicacomunin de la Iglesia; y, finalmente,el lazo con los fieles confiados alindividuo, en el orden de la Iglesia.

    En la accin de gobierno laJ erarqua ha de ejercer la autoridadsegn el mandato de J ess, impidiendola dispersin y evitando el riesgo de laconfusin. Es una exigencia de amor yde servicio a la salvacin de los fielesque le han sido confiados, recordando

    que el que quiera ser grande entrevosotros, que sea vuestro servidor, y elque quiera ser primero entre vosotros,que sea vuestro esclavo (Mt 20, 26 -27).

    El hombre de nuestros das

    contempla la autoridad bajo sospechay tal vez no le faltan motivos ya quecuando es ejercida sin referencia a Diosque como confiesa la fe cristiana, esla nica autoridad absoluta, se vuelvecontra el hombre. La autoridad en laIglesia es ser vicio y ha de ejercerse noa ttulo propio, sino en el nombre deJ esucrist o que gua, protege y corrigea su grey porque la ama profunda mentea travs de los obispos en comun in conel sucesor de Pedro, y los sacerdotes,sus colaboradores. No es la pretensinde dominio sino la actitud de humildeservicio la que debe estar presente atravs de la caridad pastoral, sabiendoque no nos predicamos a nosotrosmismos ni buscamos nuestra gloria.

    La Iglesia no puede vivir el

    fenmeno de la autoridad de una manerasimplemente humana. Jess invita areplantear constantemente el ejerciciode la autoridad en trminos d e servicioexigente a travs de ese proceso desantificacin que es conversin de loscriterios, de la escala d e valores, de lasactitudes , para dejar que Cristo viva encada fiel.

    + Julin Barrio Barrio,

    Arz obis po de Sa nt iago de Com pos tela

    funciones que comporta el ministeriopastoral y son constituidos comovicarios y embajadores su yos1.

    Lo dicho nos lleva a lasaleccionadoras palabras de J ess : Yoestoy en medio de vosotros como elque sirve (Lc 22, 27 ), recordndonosque el Hijo del hombre no ha venidopara ser servido sino para servir y darsu vida en rescate por muchos (Mc10, 45). Estas son las claves paraentender el ejercicio de la autoridad yde la actitud de servicio en la Iglesia.La verdadera autoridad no est en ser

    1 JUAN PABLO II, Pastores gregis, n

    6.

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    Edi ta

    Arzobispado de Santiagode Compostela

    Director

    Manuel Blanco

    Redaccin y Coordinacin

    Manuel Blanco e In ma Tamayo

    Colaboran en es te nmero

    J ulin Barrio Barrio, ManuelBlanco, Jos Fdez. Lago, Ana Maralvarez, Accin Catlica, J . AndrsGarca Farto, Walberto Caballero,J avier Garca Snchez, GonzloRodrguez, Jos A. Ortigueira,Mara Pr ez, Manue l Varela, CamiloRodrguez, R. Benedictinas,Ricardo Sanjurjo, David lvarez,Bienve Garca, Pedro Delgado.

    Fotografa

    Miguel Castao

    Distr ibucin

    Secretara de Medios

    de Comunicacin delArzobispado de Santiagode Compostela

    [email protected]

    Diseo y maqu etacin

    Inma Tamayo

    Barca de Sant iago

    N 6 mayo-junio 2012Santiago de Compostela

    Autoridad y servicio en la Iglesiapor D. J ulin Barrio 1-4

    Edi toria l: La Sangre al terapor Manuel Blanco 6

    La Biblia, y los hombres de Diospor J os Fernndez Lago 7-10

    El Pentecosts de tu vidapor Ana M lvarez 11-14

    Al filo de Pentecost spor Accin Catlica 13-16

    D. Bosco, eternamente joven 17-32

    Instituto de Ciencias Religiosas

    por J os Andrs Garca Farto 33-37Evangelizar en tiempo de crisispor Walberto Ca ballero 38

    Vive sencillament epor J avier Garca Snchez 39-40

    Declogo para una economa sol idariapor Gonzlo Manuel Rodrguez 41-42

    Entrevista a : Luis Cunt n 43-45

    Xtantospor J os A. Ortigueira 46

    Parroquias:San Pedro de Santa Comba 47-50

    Vive la Iglesia el mandam iento la caridad ?por Mara Prez 51-52

    Xornada das Comunicacins Sociaispor Manu el Varela 53-54

    Testimonio: Camilo Rodrguez 55-56

    Qu es la Vida Contemplativa?por Religiosas Benedictinas 57-60

    bolo de San Pedropor Ricardo Sanjurjo 61-62

    O Ano da Fepor David lvarez 63

    Pascua do Enfermo - Querido Capelnpor Sra. Carmen 64

    Luces de VIDA 65-66

    Un libro : Asia Bibipor Bienve Garca 67

    Cine: Alexiapor Pedro Delgado 68

    Noticias 69-70

    n veterano sacerdote comentaba su dif-cil trabajo en la Universidad durante va-

    rios aos: era como levarlle pan a quen non tenfame. En Jn 6, 26, Jess les dice a sus fansde Tiberades: Me buscis porque habis comidode los panes y os habis saciado. Lo cual suenaa vens tras de m porque os he dado de comer ypunto. Aun as, el Seor no se rinde y convierte

    el momento en una gran oportunidad para hablar-les del Pan de Vida.

    Qu ha pasado? Por qu hay una genera-cin sin hambre de Dios? Por qu nosotros mis-mos hemos buscado otro alimento, fast food, in-sano y poco nutritivo? Un sabio padre de familiaaporta una pista: deixa xogar a ao rapaz; anquetrague algo de terra, non lle fai mal ningn. Talvez se ha protegido en exceso a varias generacionesjven es , im pid in do les la c reaci n de an tic ue rp oscon los que hacer frente a las dificultades.

    La intencin habr sido buena, indudable,y eso sacia el hambre del momento, pero no ali-menta. Lo material puede anular a lo espiritualsi se desboca: Bien comido y bien bebido/ qums quieres, cuerpo mo?/ Que te ponga a traba-

    jar? / Tod os los cap rich os , no te los pu edo da r.Dios sigue hablando a cada corazn joven. Prime-ro, conviene una limpieza de odos, para quitar lacera y poder escu char. Aqu no vale elza ppi ng ; s eprecisa salir a bus car.

    Cuando lleg la noticia de la visita de lasreliquias de San J uan Bosco a nuestra dicesis,comprend que era primavera. Que la Iglesia serenueva constantemente, como los Salesianos, ensus variados dones y carismas. Que los jvenestendran una y mil nuevas oportunidades porqueDios les busca con pasin. Que se puede ser mo-derno y cristiano a la vez, como dice el Papa. Y seme alter la sangre, viendo mucho ms cerca elverano de la Nueva Evangelizacin.

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    Ya al comienzo del libro del Gnes is semuestra la cercana del Seor a Adny a Eva, que se rompe cuan do el hom-bre se busca a s mismo y se escondede Dios. Con Can, hace su aparicinla muerte violenta, pero la sangre de

    Abel no ha dejado de clamar al Seor.Set, por su bondad , fue una bendicinpara sus padres. No aparece como elnico justo de su generacin. El Se-or castiga a aquellas gentes del en-torno de No, y bendice a No y a lossuyos.

    Los pa-triarcas (Abra-ham, Isaac yJ acob) se dejanguiar por Dios yle son fieles. ElSeor los bendi-ce, y a Jacob lecambia el nom-bre en Israel,por haber vistoa Dios. De ahsurgen las Docetribus de Israel,fruto de los docehijos de Jacob.

    Otros per-sonajes, a lo lar-go de la historia,aparecern en laBiblia para ejem-plo de cuantos bamos a ir viviendo,para que aprendamos de ellos y losimitemos.

    Otros homb res e jemplares de la Bi-blia

    Si algunos personajes revestanimportancia por su buen comporta-miento, otros se dejan sentir sobretodo por sus palabras. La Biblia re-

    coge la historia de la s alvacin de loshombres, por obra de Dios.

    Adems de Moiss, que ponelas bases de la Ley (en los libros quelos catlicos denominamos Pentateu-co), son de gran relevancia los profe-

    tas. Los judosconsideran escri-tos profticos noslo a los librosque nosotrosc o n s i d e r a m o scomo tales, sinoa los de Josu,J ueces, y los queles siguen. Enellos se ve que,cuando el pueblocumple los man-damientos deDios, las cosasle suelen ir bien;por el contrario,cuando se alejande Dios, son vc-timas de los pue-blos vecinos y deellos mismos.

    Los profetas que los judos lla-ma n pos teri ores , y que cas i coincidencon los que nosotros consideramos

    lgunos hombres emblemt i -cos de la Biblia

    Al fijarse en el primer ttulo, sepodra pensar que unos hombres s onobjeto de las preocupaciones de Diosms que otros . Ya por anticipado, di-remos ahora que el corazn de Dios,que quiere que todos los hombres se

    salven, est puesto, ms que nada,en las ovejas perdidas, en los margi-nados, en aquellas personas que msnecesidad tienen de la divina provi-dencia. Ello no es bice para que elSeor premie a los justos y corrija alos malvados, de modo que stos vuel-van al buen camino.

    Lo que ofrece la Biblia son un osejemplos para que la persona huma-na, incluso la ms ruda, pueda com-prender lo que debe asumir y lo queprocede evitar.

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    La Antigua y laNueva Alianza, alservicio del hom-b r e

    Aunque el Se-or haba hechotratos sucesiva-mente con No,Abraham, Isaac yJ acob, lo que mar-ca especialmenteal pueblo de Israeles la Alianza delSina, realizadapor mediacin deMoiss. El Seor(representado enel altar) y el pue-blo, son rociadoscon la sangre demachos cabrosy de novillos, demodo que Dios yellos se hacen par-tcipes de la mis-ma sangre. Comoconsecuencia, elSeor se consti-tuye en Dios deaquel pueblo cre-yente, y el pueblose compromete aseguir los divinosmandatos.

    Con el paso del tiempo, aque-lla gente quebrant una y otra vez laAlianza, por el prurito de s er como lospueblos circundantes. De ah que, entiempos de Jeremas, el Seor anun-cie por medio del profeta otra Alian-za, en la que pondra sus preceptosen los corazones de los hombres. Deese modo, n o les s era difcil conocera Dios, sino que todos sin excepcinpodran acceder a l.

    En virtud deese pacto, que no-sotros denomina-mos Nueva Alian-za, llegamos a serhijos de Dios, porel sacrificio de lasangre de Cris-to, derramada pornosotros. Cris-to se ha ofrecidoal Padre de unavez para siempre,co n s i g u i n d o n o sas una redencineterna. En la lti-ma Cena s e llev acabo, de modo sa-cramental, lo queel Viernes San to serealiz en la cruz:el Hijo de Dios seofreci al Padrecomo sacrificioexpiatorio por lospecados de los hombres. Por otra par-te, mediante la celebracin sacramen-tal en la ltima Cena, Cristo s e ofrececomo sacrificio de comunin , a seme-jan za de los qu e se ha can a dia rio enel templo de Jerusaln. De ese modo,el Hijo de Dios se convierte para no-sotros en elpan vivo, que proporcionala vida eterna a quien lo come. As,

    quien recibe a Cristo en comunin, vi-vir por l y no morir para siempre.

    La Nueva Alianza es la Alianzadel cumplimiento: lo que anunciaban

    la L ey y los Profe-ta s , se cumple enCristo. Por eso elSeor, poco antesde morir, pronun-ci las palabrastodo est cumpli-do.

    Algunos desus discpulos yotros apstolespondrn por es-crito, por encargodel Seor, los li-bros de la NuevaAlianza, con losque se completa ladivina Revelacin.Se cumpli de esaforma lo que dicela Carta a los He-breos: el Seor,que haba habladoa nuestros Padres

    por medio de los profetas, nos ha ha-blado en la plenitud de los tiempospor su propio Hijo. A travs de suspalabras y sus obras conocemos cmoes Dios y tambin lo que Dios ha que-rido revelarnos, para nuestro bien.

    J os Fernndez LagoCannigo de la Catedral

    Direc tor del IT C

    In st itu to Teolg ico Com pos tela no

    profe ta s , hablanen nombre de Diosy aplican la Ley asituaciones nue-vas. Ofrecen por lotanto su ensean-za: una ensean-za que ya exista,pero que adquierenueva vida al apli-carla a la situacinde aquel entonces.De ese modo sur-gen los escritos deIsaas, J eremas,Ezequiel Algu-nos de ellos afron-tan situaciones debienestar y pro-greso material delpueblo; pero nor-malmente ste entales situaciones,se aleja de Dios,y el Seor intentaatraerlo. En otrosescritos, el profetaproclama orculosde salvacin, paraconsolar al pueblodesgarrado y avi-var su esperanza.

    De este

    modo, van sur-giendo respuestas de Dios para lasdistintas situaciones. Llega un mo-mento en que estos hombres procla-man las prof eca s m es in icas . Isaasva anunciando la venida de un Mes as(trmino hebreo) o Cristo (vocablogriego), qu e har efectiva la p resenciabenfica de Dios en medio del pueblo(Em m an uel ), de suerte que esa profe-ca se actualice cuando nazca J ess(= Yahv salva).

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    a posibilidad de atraer a los

    jven es a nu es tr as igles ias , anuestras celebraciones, catequesises siempre motivo de alegra, porqueen ellos se ve la iglesia joven, dinmi-ca, que da esperanza de que Cristo s i-gue llamando y congregando a nuevoscristianos.

    Y, qu es la Confirma cin param? Lo que es para la Iglesia: un sa-cramento. Y decir sacramento equiva-le a decir que Dios mismo nos sale alencuentro en un momento determina-do de nuestra vida.

    De ah que la Confirmacin, consus previas catequesis, es motivo dealegra para todos y testimonio vivo deuna iglesia que perdura en el tiempoporque es obra del Espritu Santo. Es

    por ello un reto que pide de todos losagentes de pastoral estar alerta, for-marse, reformarse, profundizar en lostestimonios personales y comunita-rios, en definitiva, crecer en la fe, laesperanza y la caridad a la par de quie-nes se preparan al sacramento.

    Es el sacramento de la Confir-macin -junto con el Bautismo y laEucarista- uno de los llamados Sa-cramentos de Iniciacin Cristiana. Yes que, por medio del Bautismo, elbautizado ha sido limpiado de atadu-

    ras a las cosas de este mundo y ele-vado a una nueva vida en Cristo. Pormedio de la Confirmacin, los confir-mados reconocen que el Espritu deCristo resucita-do se les hacepresente en suscorazones, ca-p a c i t n d o l o spara respondera Dios y orarcomo el mismoJ ess nos ense-, u tilizando elvocablo ntimo,carioso Ab ba,Padre (Ga 4,6; Rom 8, 15 ) Y, muer tos a lo viejo,

    renacidos en Cristo, ungidos comonuevos Cristo, vivos en el Espritu,reconocemos quines somos en tornoa la mesa sagrada. En el Bautismo, laConfirmacin y la Eucarista, somoselevados a la vida de la Trinidad.

    La Confirmacin es celebrar queDios nos habla y que reconocemos supresencia en todo lo creado, es unaintimidad que nos hace capaces deser test igos de Cristo. En palabras delConcilio Vaticano I I: Por el sacram en-to de la Confirmacin (los fieles bauti-

    za dos ), se vin cula n m s es trecha m en-

    te a la Iglesia, se enriquecen con una

    fort alez a especia l del Es prit u Sa nt o

    y de es ta form a se oblig an con m ay or

    compromiso a

    difundir y a

    defender la fe

    con su pala-

    bra y con sus

    obras como

    v e r d a d e r o s

    testigos de

    Cristo (Lu-men Gentium11).

    Por eso deci-mos que la Confirmacin es el sacra-

    mento por el que se nos d a la plenituddel Espritu Santo, que nos fortaleceen la fe para que podamos afrontarcon garantas de xito nuestras res-ponsabilidades cristianas. Por tanto,el creyente que recibe este sacramen-to debe comprometerse, debe dar lacara por la causa de Jess . Esto es,debe anunciar y denunciar toda situa-cin de injusticia reinante en el am-biente. Pues, por el contrario, quienno ve y no oye el grito de sus herma-nos los hombres, que no siente y nose hace solidario, que no habla por

    Confirmaciones en la Parroquia de San Pedro de Santa Comba

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    vivir sumergido en un cmodo indivi-dualismo, no slo deja de ser testigo,sino ms an, se hace cmplice deldesorden establecido: Vosotros soisla sal de la tierra, (), vosotros sois

    la luz del mundo () Si la sal se vuel-

    ve sosa (Cfr. Mt 5, 13-14).

    Como tal, este mis-terio busca despertar laconciencia de que la vidade un cristiano es unavida llena del Espritu,una vida sensible a lapresencia de la vida divi-na en el ncleo de cadaser. La Confirmacin re-cuerda la donacin delEspritu por Dios a J essdespus de su bautismo,bajando en forma de pa-loma y posndose sobrel (Mt 3, 16); la donacindel Espritu a los apsto-les por el mismo Jessel da de Pascua (Jn 20,22) y la donacin del Es-pritu por los apstoles alos nuevos conversos pormedio de la imposicinde manos (Hch 8, 17).De ah que, la Confirma-cin sea para cada bauti-zado y para la comunidadde seguidores de J ess,un nuevo Pentecosts.

    El Espritu baj sobre laVirgen Mara y los aps-toles como un viento re-cio, como un fuego pu-rificador. Y el que habahecho pasar a Jess de

    la muerte a la vida, transform a lacomunidad de cobarde, desanimada,callada y encerrada en dinmica, atre-vida, valiente en su testimonio antetodo el pueblo.

    Y ah se encuentra nuestro sa-cramento. El cual, por medio del

    Obispo, que le imponelas manos al candidatosobre la cabeza y le ungeen la frente con el crismaperfumado, le confiere,en nombre de Cristo, alEspritu Santo, para quelo llene de fuerza y deluz y haga de cada uno,en unin con la comuni-dad, un testigo valientede Cristo en medio delmundo.

    Esta uncin quetiene su valor propio enla Escritura, para repre-sentar la entrega del Es-pritu Santo, reemplazuna tradicin ms anti-gua, que se menciona enel libro de los H echos delos Apstoles, y que con-sista en la simple impo-sicin de manos. Estauncin la realiza normal-mente el ministro trazan-do una cruz en la frente

    del candidato con el leoperfumado, signo que serefiere al sello o mar-ca, en clara alusin aEf 1, 13 donde San Pa-blo escribe: En (Cristo)vosotros tambin fuisteis m arcados

    con el sello del Espritu Santo prome-

    tido.

    El gesto del ministro que t oca lafrente de la persona cristiana es con-siderado parte esencial del sacramen-to, junto con el us o del crisma y de la

    frmula prescrita: N ., recibe por es taseal el Don del Espritu Santo .

    Ana Mara lvarezCatequista de Padrn

    ConfirmacionesenlaParroquiadeSanPedrodeSantaComba

    Confirmacio

    nesenlaParroquiadeSanPedrodeSantaComba

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    stos das, recordando la historiade la Accin Catlica, con moti-

    vo de un encuentro de los movimien-tos de Accin Catlica de Galicia,lea la frase que el Cardenal Pironio,citando a Isaas, deca en 1995, refi-rindose a la Nueva Accin CatlicaAlgo nuevo est naciendo, no lo no-

    tis? Dios mo, pensaba yo hoy, quparto tan largo! Llegar a nacer estacriatura? Se quedar en el camino?Habamos ido descubriendo el pasopor el desierto, el grano de trigo queera necesario enterrar, ahora parecaque a pesar de la persistente sequ a sevea ya verdear

    Han pasado 17 aos, hemosrealizado inmensos esfuerzos por dara conocer la nueva Accin Catlica,hemos recorrido la dicesis intentan-

    S que hay laicos colaborandoen las parroquias, catequistas, volun-tarios en Critas, en Manos Unidas,en Pastoral de la Salud pero yo ha-blo de un laicado militante para nues -tras parroquias , para que entre todos -nios, jvenes y adultos- impulsemosel carcter evangelizador de las comu-nidades parroquiales.

    Pero esto no lo podemos hacersolos los militantes de la A.C. Gene-

    ral; tiene que haber una apuesta fir-me y decidida de toda la comunidadeclesial, no podemos ir por libre, nopodemos ser ACG sin el obispo, sinlos prrocos, sin los laicos; sa es unade nuestras notas fundamentales: laeclesialidad.

    Ofrecemos una formacin vivi-da en grupo, desde la vida y para lavida, que d respuesta cristiana a losmltiples interrogantes que nos plan-tea el da a da, que nos ayude a vivir

    aquello que decimos creer, para ir lo-grando una coherencia entre la fe y lavida y poder tambin ofrecer a otrosesa experiencia gozosa de encuentrocon el Seor en nuestras vidas. No heconocido a nadie que haya vivido estaexperiencia y que no la valore muypositivamente, algunos incluso dicenque sin ella es posible que hoy fuesenun alejado ms de la Iglesia.

    Con esa confianza que la Accin

    Catlica siempre ha tenido en el Esp-ritu, no en vano es Pentecosts nues-tro da, el da en que la Iglesia salea la calle, invoqumosle, esperandolos nimos y las fuerzas necesariaspara s eguir trabajando, como seguido-res de J ess, en la construccin de unmundo ms justo, ms fraterno y mshumano, ms acorde con el Plan deDios.

    Una militante de AC General

    do que en las parroquias se iniciasela A.C. General. Han nacido algunosgrupos, otros se han mantenido espe-rando a pasar el testigo a los futurosmilitantes, pero no es esto lo que es-perbamos.

    Ser que no hemos sabido

    vender el producto? No lo habre-mos hecho bien? Algunos dicen que elnombre no gusta, otros que ha pasadonuestro momento, otros que somosdemasiado exigentes

    S que son tiempos difcilestambin para la Iglesia, pero cmo esposible que no sea n ecesaria y urgentela formacin de un laicado diocesano,parroquial, maduro, corresponsable,evangelizador en es ta sociedad tan ne-cesitada de una esperanza cristiana?

    Visitas pastorales del Arzobispo a las parroquias de la Archidicesis

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    L os pu es tos de tra bajo parecen un a especie en ext incin : n o se encuen-

    tran. L a buena formacin sigue s iendo vlida para el cultivo de las cua-

    lidades personales y del criterio propio.

    D. Bosco: Cierto da, el profesor explicaba la vida de Agesilao escrita por CornelioNepot e. Yo no tena libro y, para ocu ltar mi olvido al maes tro, abr en s u lugar el Do-nato. () quienes ocupaban los pupitres prximos al mo le dijeron: Bosco, conel Donato delante, ha ledo y explicado como si tuviese entre las manos el libro deCornelio. Le perdono el olvido por su feliz memoria. Es afortunado; pero pr ocureservirse bien de ella. Al terminar ese ao escolar con buenas calificaciones, pasal tercer curso. (Tomado de su libro Memorias del Oratorio)

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    No te quiero en casa sin h acer nada. L a vagancia de los jvenes es u n

    mito ya reseso, como el pan de varios das. Aprender a cultivar de un

    modo s ano el tiempo de ocio es u n gran reto.

    D. Bosco: Entretena a todos con algunos juegos que yo mismo haba aprendidode otros. En ferias y mercados, a menudo, aparecan charlatanes y saltimbanquisa quienes iba a ver. Observaba atentamente sus ms pequeas proezas; volva des-pus a casa y me ejercitaba hasta aprender y lograr hacer lo mismo que ellos. ()Cuando ya estaba bien cansado, terminaban los juegos; se efectuaba un a corta ple-garia y cada cual volva a sus asun tos. (Tomado de su libro Memorias del Oratorio)

    Si hay alguien capaz de entregarse por entero, son los jvenes. Por eso

    los seala el dedo del To Sam cuando pide voluntarios. Seguir a Cristo

    es la m isin especial que sacia siempre.

    D. Bosco: Palp entonces por m mismo que estos muchachos reemprendan unavida honrada, olvidando el pasado, y se transformaban en bu enos cristianos y hon-rados ciudadanos, si una vez fuera del lugar de castigo- encontraban una manobenvola que se ocupara de ellos, los asistiera en los das festivos, les buscara unlugar de trabajo con un buen patrn, yndolos a visitar alguna vez durante la sema-na. H e ah el origen de nu estro oratorio. (Tomado de su libro Memorias del Oratorio)

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    A un ch ico o a un a ch ica no se le pu eden con ta r milongas . S i buscan

    lo autntico, ven venir la falsedad. Su espritu an aprende a contener el

    lado ms salvaje; pero exige sinceridad

    D. Bosco: - Su sermn -me respondi Don Giuseppe Pelato- result muy bonito yordenado; expuesto en buen lenguaje, con pensamientos de la Escritura; de seguiras tendr xito en la predicacin.- Habr comprendido el pu eblo?- Poco. Lo habremos en tendido mi hermano sacerdote, yo y poqusimos ms.- Entonces, qu me aconseja hacer?- Ms que razonamientos, atngase a los ejemplos, a comparaciones, a fbulassencillas y prcticas. Recuerde siempre que el pueblo entiende poco y nun ca se leexplican lo bastan te las verdades d e fe. (Tomado de su libro Mem orias del Oratorio)

    Dio s ha sem brado ta len to a m an os llen as . L a ju ven tu d es la poca m ejor

    para des cubrir los don es que el m un do neces ita. No es pos ible det ener el

    genio que vibra en un corazn puro.

    Don Bos co, hoy , tendra twit ter

    ha escrito ms de cuatrocientos libros(biografas, novelas educativas, libros deoraciones y de prcticas de piedad, librosde texto, obras de teatro), fundado im-prentas, puesto en marcha peridicos yrevistas e incluso lleg a crear u n autn -tico crculo de lectores mediante un a co-leccin de Lecturas catlicas de sus-cripcin para contrarrestar la fuerza dela feroz prensa anticlerical de la convulsaItalia del XIX.

    Don Bosco entendi la comunica-cin como una pieza clave de su misin desalvar a la juventud, por ello hay quiendenomina su sistema educativo, el llama-do sistema preventivo, como sistemaexpresivo. Y es que Don Bosco cre enel Oratorio de Turn y lo deja como le-gado a sus seguidores, la forma de crearun ecosistema comunicativo donde se

    busca que el joven tenga la posibilidadde expresarse, a travs de diferentes len-guajes, en un contexto rico en mens ajes-propuestas que buscan su desarrollo in-tegral.

    Los medios evolucionan, la tecno-loga avanza, pero las intu iciones comu-nicativas de fondo permanecen. Por ellopodramos decir que Don Bosco, hoy,tendra twitter. Desde luego, la peregrina-cin de sus reliquias por Espa a lo tiene:@conoceadonbosco

    Mateo Gonzlez Alonso

    on Bosco ha pas ado a la historiacomo fundador de una impor-tante familia religiosa o como promotorde un nuevo modelo educativo y evange-lizador. Pero, como ocur re con cada per-sona, detrs de es tas grandes habilidadeso virtudes se esconden facetas interesan-tes que se descubren al profundizar ensu figura. Entre estas facetas surge ense-guida la de comunicador nato e, incluso,empresario de la comu nicacin.

    Desde su ser sacerdote transmisordel Evangelio a los jvenes que estn vi-viendo la dureza de una incipiente y des-humanizadora revolucin industrial, DonBosco cautiva a quienes se encuentra atravs del encuentro. El encuentro inter-personal es la base de toda comunicacin,por eso el encuen tro con el joven est enla base de su propuesta educativa. Don

    Bosco crea un ambiente en el que es posi-ble el encuentro y la comunicacin. ParaUmberto Eco, el Oratorio de Don Boscoes una mquina perfecta en la que cadacanal de comun icacin, desde el juego ala msica, del teatro a las publicacionesest al ser vicio de un mismo mensaje.

    Pero Don Bosco va ms all de s erun comu nicador en medio de los jvenesy de crear un espacio de comunicacin,da el paso d e la comunicacin a la co-municacin social. Don Bosco conside-rar una parte muy importante de su mi-sin este campo de actuacin. Para ello

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    El indiv idu alis m o es slo un refu gio. El joven es tribal por na tu raleza .

    La pan dil la es su s egu nd a p iel. In clu so, cu an do p arece qu e n o se in tegra,

    enva un m ensaje: necesito vuest ra atencin.

    Por qu salesiano e non outra

    cousa?

    As orixes da mia vocacin estn vence-lladas mia terra e m ia historia per-

    soal. Castrelo, parroquia de Cambados,recunchio mxico do paraso veumenacer, e al medrei, tamn na fe. Entre aparroquia e o colexio salesiano fun des-cubrindo, re-descubrindo, e saboreandoque Xess era, con moito o mellor. Daman dos salesianos esa fascinacin porXess foi facndose, case sen querer,compromiso e implicacin na animacindoutros rapaces e rapazas... Logo, a pre-gunta veu soa: por que eu non? e fixenunha proba... gustei e quedei. Xa vaipara trece anos... s e mil veces voltase na-cer, mil veces voltara ser.

    Cmo se sinte por dentro un salesia-

    no ante os problemas dos mozos?

    Non o contei na pregunta anterior, pero

    durante a mia estancia como salesianoen Lugo vivn unh a das experiencias quemis fondamente marcaron o meu dis-cernimento: asistir ao cambio existencialdun rapaz (un rapaz que viva enfada-do co mundo e en conflicto permanen-te con profesores, adultos, varios com-paeiros... e cun grandsimo corazn, eque deu en ser, logo da sa conversin,un dos motores positivos do colexio, dacasa, da s a vida...). Esto fora moi signi-ficativo para min.

    Poder axudar, facilitar, promover xente mocia... a benquerencia do cora-zn salesiano; aquilo que dica Don Bos-co de quero qu e sexades felices agora esempre.

    Habitualmente, qu che di Don

    Bos co ?

    Tantas cousas... lendo as historiasdas orixes, moitos rapaces do Oratorio,moitos salesianos falaban das palabrasde Don Bosco... pero sobre todo, moitosfalan da forza da sa mirada. Creo que opoder contemplar a Don Bosco, e lembrara sa fonda experiencia de fe que o fixovivir para o ben da mocidade, unh a pa-labra que anima, que provoca, que cues-tiona, que convoca, que da azos... paraseguir vivindo de xeito que sexa sinal etestemuo do amor de Deus

    Lara Rives Busto , 27 aosEr a ben ca tiv a ca nd o aq ui lo de

    Do n B os co sim plem en te se liga ba

    a un lugar, parada onde xogar e

    merendar, de camio a casa.

    Voltas da vida, co paso dos anos,

    aparecn de novo por estos xar-

    dns. Desta vez aprendendo queDo n B os co, ad em is du n no m e,

    for a aq ue l h om e it ali an o, sa cer do -

    te e educador, pero que sobre todo

    foi ex em plo , es per an za , re vo lu ci n,

    esforzo, adicacin, perseverancia.

    Valores que aprendn no centro

    que leva o seu nom e, non escoitan-

    do falar deles, senn vivndoos con

    per so as s qu e s lle s p od o a gra de -

    cer as experiencias compartidas.

    Noel Santos Saavedra, 19 aosPara m, primero Don Bosco es el

    pa dr e de los sa les ian os . Es to es ,

    es el que va delante en el camino

    hacia Dios que pasa por los nios;

    fu e el qu e m ir a los m s d bile s

    y pequ e os , fu e el cread or de un a

    fam ilia do nd e pu die ra n crecer y

    ser felices, independientemente de

    cuales fueran y sean sus circuns-

    tancias. Ms all de eso, creo que

    Do n Bo sco e s un ejem plo . U n ejem -

    plo de fe l levad a a do nd e J es s no s

    pid e. M s al l de l di nero , de las

    dificultades,... la fe que lo impuls

    a realizar su obra: el bien de los

    jv en es . Do n Bo sco fu e un ho m bre

    cercano a nosotros, que simple-

    m en te?, tuvo fe.

    ngel Refojos Andrade, 25aos.Nu nc a m e lo ha ba pla nt ea do : ha -

    ca rer a la gente, tena una es-

    pir it ua lid ad de locos , con st ru a

    baslicas, saba oponerse, revolu-

    cionario y santo, considerado as

    cuando todava estaba vivo. Y tam-

    bin: escritor y actor, cre t alleres

    y ca rpi nt era s S an J ua n Bo sco

    ha sido para m un gran ejemplo.

    Saba que era el santo de la ale-

    gra, de los jvenes, pero ahora al

    pen sa rlo , he descub iert o un a m in a

    sin fin.

    M Concepcin Muoz Guzmn,

    Hija de Ma ra AuxiliadoraDo n Bos co, pa ra un a FM A .. . esla persona que encarna, no un

    ideal, sino una realidad: la de

    la propia vocacin, la del sueo

    de Dios para ti , para nosotras,

    pa ra ta nt os jv en es . J un to a

    Ma dr e Ma zz arello , es prop ue s-

    ta, espiritualidad, evangelio que

    se hace historia y experiencia,

    per o ta m bi n pres en te y fu tu ro .

    Do n Bos co es el r os tr o d e m i s er

    y de m i m is in en la Ig les ia , en -

    tre los jvenes.

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    En qu consiste tu cooperacin?

    Participo en los encuentros mensualesde mi grupo de cooperadores. Nos hemoscomprometido a poner en comn nues-tras vivencias diarias; a formarnos (estu -diamos textos de salesianidad, escritosde D. Bosco, documentos de la Iglesia,etc.); a la oracin y a los encuentros encomunidad. Una de mis responsabilida-des especficas se refiere al rea de co-municacin (soy la encargada de elaborarlas reseas de nuestros encuentros, para

    enviarlos a la Secretara Provincial).

    De fin e es ta r a gu s to viv ien do el e s-

    pr it u S al es ia no

    Somos gente muy variopinta. Sin em-bargo, afrontamos la existencia de unamanera similar. Eso es asombroso param. Respiramos la alegra que ense D.Bosco. Su idea de vivir para los jveneste ayuda a vivir, al mismo tiempo, jovende espritu siempre. Y sirve para los ca-sados, para padres y madres de familia,para solteros, etc.

    Borja Rubio Somoza, animadordel Centro Xuvenil Don BoscoPara muchos Don B osco es simple-

    mente un seor que es Santo que

    naci en Italia y fund los Salesia-

    nos. Para mi es algo ms que eso,

    es un modo de entender la vida...

    Do n Bo sco es un a for m a de en te n-der la educacin no formal con un

    mtodo pedaggico que consigue

    que todos los que formamos par-

    te de l entendamos que es posible

    trabajar sin diferencias entre los

    individuos. Don Bosco es un lugar

    donde relacionarse y tambin un

    hogar donde crecer, rer, hablar...

    Do n B os co es un a fa m ilia do nd e

    te escuchan sin juzgar, te apoyan

    y te acon se jan .. .D on Bo sco es un

    pu nt o d e en cu en tr o in te rgene ra cio -

    nal donde todos pueden aprender

    y com pa rt ir.. .D on Bo sco es acog i-

    miento, es bondad, es amor, felici-

    dad, optimism o, superacin, equi-

    po , bi en es ta r.. .D on Bo sco co ns igu e

    que todos tengamos un poco de su

    espri tu dentro de nosotros y nos

    ayuda a seguir cuando todo se ve

    difcil, pues como el nos ense de-

    bemos intentar estar siempre feli-

    ces! Don Bosco para m , no es una

    pers on a, so n m uc ha s, so n m iles de

    pers on as qu e de alg n m od o ha n

    pa sa do po r a lgu no de los ora to rio s

    salesianos, Don Bosco somos to-

    dos lo que conseguimos que cada

    da cuente y sea el mejor...

    ngel Gudia Canicoba, exalumno y catequistaDo n Bo sco pa ra m es un so a do r

    atrevido con los pies en la tierra,

    alguien tan adelantado a su t iem-

    po y al m un do qu e le rod ea ba . S u

    mtodo educativo y su visin de la

    Ig les ia (y el pa pe l de l lai co) es ac -

    tual en el Siglo XXI.

    Es en l en q ui en pie ns o cu an do las

    dif icultades m e desaniman, pues l

    nunca lo hizo por muchos obstcu-

    los que le pusieran. Me parece un

    santo tan polifactico que hizo detodo: sastre, zapatero, impresor,

    malabarista, con tal de acercarse

    a los jvenes y educarles.

    Ho y , a lgu no s le l lam ar a n em pre n-

    dedor; sobre todo, era capaz de

    motivar a otros para hacer gran-

    des cosas y todo esto con Dios y

    el amor a los otros como bande-

    ra, algo que aprendi de una gran

    maestra, Mam Margarita.

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    La poca im pacien te, i ns olen te, rebeld e L a chispa para encen der revo-

    luciones se bebe en la juventud. De ah la importancia de encontrar un

    modelo de vida s ano, un hroe de referencia.

    D. Bosco: Un buen nmero de los ms altos y descarados se juntaron en actituddefensiva y amenazante, mientras lanzaban dos sonoras bofetadas a la cara de Co-mollo. En ese instan te me olvid de m mismo, echando mano no de la razn, sinode la fuerza bruta; agarr por los hombros a un condiscpulo y, al no encontrarni sillas ni un bastn, lo utilic como garrote para golpear a los adversarios. ()Amigo mo -me coment Comollo- me espanta tu fuerza; Dios n o te la ha dado paradestrozar a tus compaeros. (Tomado de su libro Memorias del Oratorio)

    Exis te un a pillera buena y otra m ala . In teresa aqu ella que prom ueve

    el sentido del humor fraterno para ser fiel a lo que Dios quiere.

    D. Bosco: Ciertas personas respetables se propusieron cuidar de mi salud. EsteDon Bosco, d eca una de ellas, tiene ideas fijas que le llevarn inevitablemente a lalocura. Llevmosle al manicomio. () Me percat enton ces del juego y, sin d armepor enterado, los acompa hasta el carruaje. Insist para que entraran ellos pri-mero a tomar asiento en la carr oza y, en lugar de s ubir yo tambin, cerr deprisa lapuerta y dije al cochero: Partid a toda velocidad al manicomio, en donde aguardana estos dos eclesisticos. (Tomado de su libro Memorias del Oratorio)

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    El va lor viene m s de sen ti rse acom paa do que de pos eer grand es cua-

    lidades.

    D. Bosco: A un cierto punto, percibo que dos hombres caminan a poca distanciadelante de m. () Sin pronunciar palabra me arrojaron una capa sobre la cara.Hice cuanto pude para no dejarme envolver, pero todo fue intil () En aquel mo-mento apareci el (perro) Gris, y rugiendo como un oso se abalanz con las patascontra la cara de uno y con la boca abierta contra el otro, de modo que tenan queenvolver al perro antes que a m. () Reemprendieron ellos su camino y el Gris-siempre a mi lado- me acompa hasta que llegu a la Obra Cottolengo. (Tomadode su libro Memorias del Oratorio)

    A veces des inhibidos ; o tra s , res erva dos . Dem an dan que los m ay ores se

    esfuercen en comprenderles y aceptarles tal cual s on. Una m aldicin ro-

    mntica les persigue.

    D. Bosco: Al propagarse la noticia de que mi en fermedad era grave, se produjo unvivsimo y general sentimiento de pesar. () Supe des pus hasta dnde alcanzabael afecto de mis jvenes. Espontneamente rezaban, ayunaban, oan misas, comul-gaban. Se alternaban para pasar la noche y el da ante la imagen de Mara Conso-ladora. () Dios los escu ch! (). Me dorm, y des pert ya fuera de peligro. Porla maana, al visitarme los doctores Botta y Caffasso, me recomendaron ir a dargracias a nues tra Seora de la Consolata por la gracia recibida. (Tomado de su libroMemorias del Oratorio)

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    Una decisin de compromiso requiere el apoyo de quien la hay a tom ado

    antes. Algo as como: pase lo que pase, aqu es tar

    D. Bosco: Oh, si entonces hubiera dispuesto de un gua para ocuparse de mivocacin! Habra supuesto para m un gran tesoro; pero no dispona de tal joya!Contaba con un hbil confesor que trataba de convertirme en un buen cristiano,pero nunca quiso implicarse en asuntos de vocacin. (Tomado de su libro Memoriasdel Oratorio)

    El pes o de la cris is se hace m s ligero cu an do el ncleo fa m ilia r es fuerte,

    unido y acogedor.

    D. Bosco: Madre, le dije un da, tendr que ir a vivir a Valdocco; en razn de laspersonas que habitan en aquella casa, a nadie que no sea us ted puedo llevar conmi-go. Comprendi la contundencia de m is palabras y aadi ens eguida: Si te pareceser del agrado del Seor, estoy dispuesta a par tir inmediatamente. Mi madre hacaun gran sacrificio. (Tomado de su libro Mem orias del Oratorio)

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    Qu objetivos se ha fijado para los

    pr x im os a os ?

    A . F. : Queremos lograr una mayor pro-yeccin del Instituto tanto ad intra, esdecir, al interior de la propia Iglesiadiocesana como ad extra, es decir, a lasociedad en general.

    En primer lugar el centro tieneque contribuir a la actividad pastoral dela Dicesis. Nuestra poca tiene nece-sidad de laicos formados bblica y teo-lgicamente para qu e no exista la equi-vocada percepcin de que ser creyente

    significa abdicar de la propia inteli-gencia y de losdictmenes dela propia con-ciencia. La feen Jesucristono puede opo-nerse a la ra-zn sino msbien la supera

    potencindola y alargando sus horizon-tes. Por eso el cristiano no teme la con-frontacin ms an la busca, sin prejui-cios, con todos, en la conviccin, comoensea S. Toms de que toda verdadde donde quiera que venga viene, delEspritu Santo.

    Pero, en segundo lugar, somosconscientes de que el estu dio del hecho

    religioso y del cristianismo s igue sien-do muy importante y actual en nues-tra sociedad y en nuestra cultura. Hoyasistimos a una vuelta de lo religioso enmedio de la s ecularizacin. Cada vez seve ms necesario el estudio de las reli-giones y del cristianismo en un mundoglobalizado donde las creencias y prc-ticas religiosas son fundam entales paracomprender e interpretar las culturas ypara articular el sentido de la vida. Elestudio de la teologa permite, adems,dar razn de la fe cristiana para poder

    n primer lugar, Andrs, en-

    horabuena por este reciente

    nombramiento. El Instituto de Cien-

    cias Religiosas es uno de los centros

    acadmicos de nu estra dicesis. Qu

    supone para ti esta nueva responsa-

    bilidad?

    A . F.: El Sr. Arzobispo, me pidi queaceptase est a designacin, una vez ele-gido en la asamblea del Consejo delInstituto. Es una gran responsabilidadque tomo con hum ildad y una profundaactitud de servicio. Nunca tanto comoen nuestra poca la formacin teolgi-

    ca de los cristianos se tiene que con-vertir en unaprioridad. Laconfrontacincon la culturade hoy exigela presenciade cristianosc o n s c i e n t e sy preparadosque sepan dar razn de la propia per-tenencia a Cristo y a su comunidad.Ellos son llamados a explicar de formaconvincente que el cristianismo comoacontecimiento, vivido en la forma co-munitaria querida por J ess, se corres-ponde con el deseo de verdad, de belle-za y de justicia que residen en lo msprofundo del corazn del hombre.

    La existencia de un Instituto deCiencias Religiosas es pues una aven-tura fascinante ofrecida a creyentesy no creyentes, hombre y mujeres enbsqueda o simplemente movidos porla curiositas . En este Centro se habladel hombre, del cosmos, de Cristo, dela Iglesia, de las confesiones cristianas,de nuestros hermanos mayores, los ju-dos, del Islam, de budismo, de toda larealidad porque nada nos es ajeno.

    D. J os Andr s Fernn dez Far toha s ido nombrado Director delIns t i tuto Super ior Compostelanode Ciencias Religiosas (ISCCR)por el Gran Cancil ler de la Uni-versidad Pontificia de Salaman-ca, D. Car los Lpez Her nndez,obispo de Salamanca, con el nihilobstatdel Moderador , Don Ju l inBarr io Barr io . Es Doctor en Teo-loga y Ciencias Patrst icas p or laUnivers idad Lateran ense de Roma

    (2006) , Diplomado en Bibl ioteco-noma y Documenta cin por la Es-cuela Vaticana d e Biblioteconom ade la Ciudad del Vaticano (2006)y Diplomado en Paleografa Grie-ga por la Escuela Vaticana d ePaleografa, Diplomtica y Archi-vst ica d e la Ciudad del Vaticano(2006). Asimismo es l icenciado enFilosofa por la Universidad Pon-tificia de Salamanca (2011).

    E

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    dialogar con las ciencias contempor-neas. Eso implica realizar ms activi-dades abiertas al p blico en general. La

    intencin es que el centro contribuyano slo a la vida religiosa, sino t ambina la vida cultural de la sociedad. Sernecesario colaborar con otras entida-des, como ya hemos empezado a ha-cer con el Ins tituto Bblico-Oriental deLen y promocionar nuestros cursosde lenguas y culturas semticas, unaoferta nica en Galicia.

    Por otra parte, estamos en proce-so de refundacin del Instituto al tenerque adaptar nuestros planes de estudioal sistema de Bolonia de la Comuni-dad Econmica Europea. En concretoen nuestro Ins tituto se podr obtenerel Grado, lo que se llama ahora mismoBachiller, que se corres ponde al Gradoen Ciencias Religiosas, y adems dosespecializaciones que constituirn dos

    Master que son: un Mas ter en Cienciasde la Religin y un Mas ter en Es tudiosJ acobeos. Es u na gran oportunidad yun servicio a la Iglesia y un serviciomuy poderoso e importante a toda lasociedad civil.

    Cmo surgieron los Institutos de

    Ciencias Religiosas?

    A . F.: Cada vez ms gente se interesapor adquirir una formacin teolgicaseria y profunda que enriquezca la pro-pia vida cristiana y ayude a vivir con

    coherencia la fe. Esta formacin es labase para desarrollar un apostolado in-tenso y un a amplia labor de evangeliza-

    cin en la cultura actual.La Santa Sede cre hace ms ya

    de veinte aos los Institutos Superio-res de Ciencias Religiosas para satis-facer esta demanda creciente. Se trataen estos institutos de ofrecer una en-seanza sistemtica y estructurada dela fe y de la doctrina cristiana, con unestudio un iversitario de los principaleselementos de la Teologa, sus presu-puestos filosficos y los conocimientoscomplementarios necesarios de otrasciencias humanas. Una enseanzacientfica como corresponde tam bin alsentido profesional de la vida civil.

    Cul es la identidad del Instituto Su-

    per io r Com po st ela no de Cie nc ias R e-

    ligiosas?

    A . F.: El Ins tituto d e Ciencias Religio-sas (I SCCR), de la Archidicesis Com-postelana, vinculado a la Facultad deTeologa de la Universidad Pontificiade Salamanca, es una institucin aca-dmica para la docencia, formacin einvestigacin en el mbito de la Teolo-ga y de la Pastoral.

    Este Instituto tiene personalidadju rd ica pr op ia y p b lica , a te no r de l c .116 del CIC, y tiene su domicilio so-cial en el Edificio de San Martn Pina-

    rio. Mantiene un a relacin efectiva conel Instituto Teolgico Compostelano(ITC). El Instituto se rige por las co-rrespondientes normas cannicas, losEstat utos d e la Facultad de Teologa dela Universidad Pontificia de Salamanca,las normas es-tablecidas porla Conferen-cia EpiscopalEspaola y loque disponenlos Estatutosa p r o b a d o spor la CEE yla Santa Sede.

    En laa c t u a l i d a dcuenta condos sedes enSantiago yCorua donde s e imparte el Bachillera-to (Grado) y Licenciatura (Mster) enCiencias Religiosas.

    Cul es el cometido exacto de un Ins -

    tituto de Ciencias R eligiosas?

    A . F. : Los objetivos de un Institu to sonlos siguientes: a) Promover la forma-cin teolgica de seglares y miembrosde institutos religiosos y seculares, ysu capacitacin para las tareas evan-gelizadoras en nuestro mundo actual;b) Proporcionar la con veniente cualifi-cacin teolgica y acadmica para serprofesores de religin en los distintosniveles de enseanza no universitaria;c) Posibilitar una formacin teolgicay acadmica a los interesados por elfenmeno religioso y su problemticaactual.

    En qu se diferencia la formacin

    que se imparte en el Institu to Teolgi-

    co Compostelano y en el Instituto de

    Ciencias Religiosas?

    A . F.: El estu dio de la Teologa y el es-tudio de lasCiencias Reli-giosas se arti-culan en dositinerarios di-ferentes, quese distinguensobre todopor la natura-leza de la en-seanza y porlos currculosf o r m a t i v o sque ambosproponen.

    El itinerario de estudio ofrecidopor el Inst ituto Teolgico Compostela-no tiene el objetivo de asegurar al es-tudiante un conocimiento completo yorgnico de toda la Teologa; esto sepide, en manera particular, a los quese preparan al sacerdocio. Adems, di-

    cho itinerario se propone profundizarde modo exhaustivo en las distintasreas d e especializacin de la Teologa,adquirir el necesario uso del mtodocientfico especfico de es ta disciplina,y tambin elaborar una contribucincientfica original.

    El Institu to Superior de CienciasReligiosas, en cambio, pretende ofre-cer el conocimiento de los principaleselementos de la Teologa y de sus ne-cesarios presupuestos filosficos, ade-ms de aquellos complementarios que

    San Mart n Pinar io , sede de l ISCCR en Sant i ago Hogar Sta . Margar it a , sede de l ISCCR en Corua

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    provienen delas cienciash u m a n a s .Ms especfi-camente, esteitinerario deestudio, tieneel objetivo de:promover laformacin re-ligiosa de loslaicos y delas personasconsagradas ,para una ms

    consciente y activa participacin de losmismos en las t areas de evangelizacinen el mundo actual, favoreciendo tam-bin la asuncin de empeos profesio-nales en la vida eclesial y en la anima-cin cristiana de la sociedad; preparara los candidatos para los diversos mi-nisterios laicales y ser vicios eclesiales;cualificar a los docentes de religin enlas escuelas de diferente orden y grado,exceptuando las Instituciones de niveluniversitario.

    Cules son los posibles destinatarios

    del Instituto de Ciencias R eligiosas?

    A . F.: Gente muy variada, con intere-ses tambin muy variados. Hay alum-nos que son madres, padres de familiaque les interesa formarse bien desde el

    punto de vista cristiano, un a formacinslida, teolgica, tambin para su pro-pia familia, para poder educar en pro-fundidad a sus hijos. Hay otro mbitoque son los catequistas, tambin losprofesores de religin. Los estu dios delInstitu to Superior de Ciencias Religio-sas son los necesarios para sacarse unatitulacin para dar clases d e religin enla ense anza escolar. Y en general gentemuy variada, que le interesa formarsebien, para vivir en profundidad su fe ypara ello necesitan una formacin ms

    slida, mscientfica noslo con unascuantas ideassino haber po-dido reflexio-nar y estudiarprofundamen-te su fe.

    El ISCR admi-te en sus pla-nes de estudioa dos tipos dealumnos: or-

    dinarios, extraordinarios u oyentes: 1)Son alumnos ordinarios los que asis-ten a las clases durante todo el cur-so acadmico en las modalidades deasignaturas presenciales y tutoriales,y pretenden conseguir la Diplomaturao Licenciatura en Ciencias Religiosas,la Declaracin Eclesistica de Capa-citacin Acadmica para educacinsecundaria obligatoria y bachillerato,y extraordinariamente la DeclaracinEclesistica de Capacitacin Acadmi-ca para los niveles de infantil y prima-ria, acreditando, al hacer la matrcula,la titulacin acadmica de LicenciaturaUniversitaria o Diplomatura en Magis-terio. 2) Son alumnos extraordinarioslos que, no poseyendo titulacin civilsuficiente, aspiran a la obtencin de unDiploma expedido por el ISCR, acredi-

    tativo de haber obtenido una formacinteolgica que le capacita para desempe-ar diversas tareas eclesiales, y aque-llos que, no pretendiendo titulacinalguna, desean conseguir un cierto co-nocimiento teolgico.

    D. J os Andrs Fernndez FartoDirect or d el I SC CR

    In st itu to Su perio r Com pos tela no

    de Ciencias Religiosas

    ada segundo sbado del mes,los inmigrantes latinoameri-

    canos se renen en la iglesia Virgen deGuadalupe, en la jurisdiccin de la parro-quia San Cayetano. All, el padre VctorSnchez lee un pasaje de la biblia y loanaliza con todos. Luego, participan dela eucarista y culmina el encuentro conuna merienda.

    El hecho podra considerarse nor-mal, pero este particular encuentro tienealgo ms que una simple reunin. Todosse tratan como si fuese que se hayan co-nocido de antes, s in importar la naciona-lidad; son como hermanos, donde cadacual busca entender y ayudar a dar res-puestas a los problemas particulares o acompartir, con extrema alegra, los logros

    personales o colectivos.

    A estos encuentros concurren lafamilia completa: padres e hijos. Tambinvan jvenes que prefieren aprovechar su shoras libres orando, para encontrarse conDios y consigo mismo. Este xito de laforma tan hu mana de evangelizar a genteafectada por la crisis va creciendo, gra-cias a un equipo de mujeres que ayudandesinteresadamente.

    Una clara evidencia de cmo vivenla fe los latinoamericanos es la cantidadde imgenes que donan a la iglesia Gua-dalupe, y son por lo general imgenes de

    la Virgen, veneradas segn la tradicin decada pas de Amrica.

    El padre Vctor dijo que llevan unossiete aos con esta experiencia, en formaininterrumpida. Para el fortalecimientode la fe, y en unin a la cruzada evange-lizadora desde Santiago de Compostela,este grupo de inmigrantes participa acti-vamente de las peregrinaciones anuales aFtima (Portugal) o a la Virgen del Pilarde Zaragoza o al santuario de Lourdes(Francia) o como en la reciente JornadaMundial de la Juventud, Madrid, el aopasado. Es increble el esfuerzo que rea-liza la parroquia, en especial el padre Vc-tor, para lograr abaratar los costos para

    los inmigrantes, quienes van a estas pe-regrinaciones para orar por sus familiasque estn del otro lado del ocano, porel bienestar de cada pas y por el bien decada uno.

    Esta iniciativa de la dicesis com-postelana mantiene la fe viva de los la-tinoamericanos, y no les hace perder lacostumbre de as istir a misa, a comulgar,a fortalecer su fe, en un ambiente de mu -cho amor.

    Walberto Caballero Achucarro,Periodista ambiental de Paraguay

    D. Vctor con el grup o de latinoamericanos

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    Es una jornada que tenemosque vivir con intensidad -fundamen-talmente en las parroquias-, y en laque tiene que quedar claro que unasociedad con valores es una sociedadcon futuro, para de este modo favo-recer la dignidad de todos los sereshumanos. Es un tiempo de compartiry poner de relieve que los gestos sin-ceros que provocan sonrisa, afecto,entrega, ser vicio, proximidad o gratui-dad, son gestos humanos , voluntarios,libres, y que hacen que otro estilo devivir, otro mundo mejor, ser posiblepara todos.

    En el lema de este ao Cri -t as propone caminar juntos hacia unnuevo modelo social ms humano,evanglico y justo. Se trata de unainvitacin a constru ir una sociedadnueva basada en la human idad comouna gran familia que se interpela y secuestiona sobre la realidad de la po-breza e injusticia que predomina en elmundo.

    Vivimos un tiempo de Caridadpara vivir una economa de la gratui-dad al servicio de una sociedad msju st a qu e se pa dis tr ibu ir los biene s yser vicios para todos. Es una forma deconfiar en los hermanos a travs delcompartir la vida, los bienes y hacer

    todo lo posible para que con nues-tras acciones puedan mejorar sus vi-das y formas de vivir.

    No olvidemos que con nuestramanera de vivir, de comportarnos, deactuar tica y comprometidamente,podemos influir para bien de nuestroentorno. Entre todos podemos haceruna sociedad mejor.

    Ser una jornada en la que seapele a nuestra conciencia de ciuda-danos, de personas, para invitarnos

    a constru ir un modelo de sociedadbasado en valores que favorecen ladignidad de todos los seres huma-nos. A los conceptos de comunin,participacin, diversidad, gratuidady fraternidad, se suma tambin el decompromiso. Se trata de una opcinde vida que nos haga estar presentesen la realidad que nos toca vivir conla conciencia abierta al mundo y a los

    dems, invitando a la correspons abili-dad como un talante que nos impulsay nos lleva a crear nuevas alianzas atravs del voluntariado, la participa-cin, el servicio y la cooperacin.

    Los mejores regalos, como nosrecuerda la campaa de Critas, sehacen con el corazn.

    J avier Garca SnchezPeriodista

    Resp ons able de Com un icac in

    Critas Diocesana

    olveremos a demostrar nues-tro sentido de acercamiento

    hacia los ms necesitados, y propon-dremos el acento en la importanciade los valores indispensables paraconstruir una sociedad ms justa,ms equitativa y solidaria.

    El Da de Caridad -10 de junio-,es una invitacin a la solidaridad y ala generosidad de la comunin eclesialy a la justicia de expresin concretaen todas las parroquias y comunida-des de nu estra Dicesis. Y lo hacemos

    con un lema de sensibilizacin quenos debe mover a todos a la reflexin:Vive sencillamente para que otros,sencillamente, puedan vivir Es unda para insistir en que las cosas im-portantes se hacen con el corazn.

    Hay gestos tan generosos queslo pueden salir del corazn: la en-trega, el afecto o el compromiso conlos dems. Gestos que los voluntariosde Critas h acen cada da. No olvide-mos que Eucarista y Caridad estnntima e indisolublemente unidas.

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    a Doctrina Social de la Iglesiaofrece una aportacin espec-

    fica que se funda en la creacin delhombre a imagen de Dios, algo quecomporta la inviolable dignidad de lapersona humana, as como el valortrascendente de las normas moralesnaturales.

    Por tanto, en esta Pascua 2012siguen siendo necesarios signos pro-fticos para aliviar -al menos en parte-los efectos devastadores de la crisisactual. Queriendo ser hoy positivos yoptimistas, desde esta Barca propo-nemos los siguientes:

    Elabora a nivel personal, familiar,parroquial una lista de posibles ca-prichos que podemos entregar a losque nada tienen.

    Organiza la economa familiarpensando en uno ms y aporta estaparte a Critas, M anos Unidas

    S ms austero y cuidadoso enlos gastos, sobre todo en lo pblico ylo comunitario; atiende a los que mssufren por la crisis: Mejor todos conla mitad que la mitad con nada.

    Aprovecha tus espacios propiospara proclamar la verdad, para anun-ciar al Cristo resucitado portador depaz.

    Sigamos en la actu alidad el ejem-plo narrado en los Hech os de los Aps-toles: Lo tenan todo en comn.

    Ninguna parroquia sin Critas!:participa activamente en ella.

    Conoce la Doct rin a So cial de laIgl es ia , intentando formarte adecua-damente y vive el compromiso socio-poltico de tu fe.

    Fomentar la transparencia en elmbito econmico a cualquier nivel.Que los contratos sean legales y for-males. Incentivar el consumo respon-sable, el comercio justo y la ban ca ti-ca .

    Hagamos un uso racional y cuida-doso de los servicios pblicos de sa-

    nidad, de educacin, s eguridad social,sin engaos, abu sos ni privilegios.

    Comprender bien el pensamien-to de Jes s de Nazaret: El que quieraser el primero que s ea el ltimo. Lasfamilias ms necesitadas tienen queser hoy una autntica prioridad queno puede esperar a maana porque lacaridad de Cristo nos apremia.

    Gonzlo Manuel Rodrguez CsarProfesor del ITC

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    Como se combate a cobiza econmi-

    ca ?

    L . C. :A resposta cristiana crise tentres n iveles:

    a) O nivel da CARIDADE: a crisecombtese provocando. A atencininmediata en clave amorosa s vcti-mas, ocupa o primeiro lugar. irre-nun ciable. Axudas de irmns, vecinos,

    estructuras parroquiais, etc. Unhacunca de caldo loita contra a fame; isointerpela.

    b) Osegundo ni-vel o daS O L I D A -RIEDADE:a modo deaxuda or-g a n i z a d ai n s t i t u c i o -n a l m e n t e ;desde a pro-pia Igrexiaou desdeplataformasnas que es-tamos os cristins.

    c) Nivel POLTICO: as respos-

    tas polticas para regular a sociedadeteen unha autonoma, sen desconec-tarse dos valores profundos e da co-rrecta concepcin do ser humano.

    A Igrexia ten unha tradicinsocial (O Maxisterio). Existe un sin-dicalismo cristiano, por exemplo. Enorixe, ademis da asistencia s nece-sitados por parte das rdenes relixio-sas, houbo outras iniciativas de Igre-xia como os Montes de Piedade ou asCaixas de Aforros.

    Desde o Vaticano I planteou seun dilogo, que deixou cicatrices:modernismo, non; modernidade, s.Nace o sindicalismo mutualista cris-tiano, as primeiras organizacins deempregadas do fogar, as emisoras e aprensa catlica, a Asociacin Catlicade Propagandistas, etc.

    De st aq ue as fo nt es da Do ut rin a S o-

    cial da Igrexia (DS I) que lle parecenimprescindibles para iluminar os

    tempos que

    vivimos

    L . C. : Em -pezo polaR e r u m

    N o v a r u m .Cons i de r -mola comounha per-c e p c i naguda dosprocesos deg l o b a l i z a -cin (PabloVI). Xa es-

    taba presente a preocupacin polo me-dio ambiente, a denuncia da desigual

    distribucin da riqueza no planeta e aexplotacin do terceiro mundo. Estatarefa continuouna a Populorum Pro-gresio .

    A L ab or em ex erc en s , do Papaobreiro, Ju an Pablo II. Fala do traballoe os sindicatos.

    Un monumento intelectual:Charitas in veri tate . El amor e a ver-dade son indisociables. A xusticia e a

    alemos da crise. Quen a pro-

    vocou?

    L . C. : A mecnica de provocacin dacrise arranca da depreciacin de com-promisos de pagamento; vender a in-dividuos que non poden pagar. A criseeconmica nace da cobiza: quen gaa,quere gaar mis. Esp eculan cun valorque pretenden intanxible: o dieiro. Ariqueza vencellada traballo, s b ens, esforz, contaponse a ese intanxi-ble.

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    verdade nonse separan.Abre vas paraa reflexint e o l x i c a .Destaca a saequlibrada vi-sin da huma-nidade globa-lizada (todosestamos no

    mesmo bar-

    co). Apare-ce o binomioh u m a n i d a -

    de-medio ambiente ou humanidade-recursos. Pode verse unha valoracinda creacin servicio do ser humano.Tamn asoma unha idea do pensamen-to de Teilhard de Chard in: a continua-cin dinm ica da creacin por parte dohome.

    Asocia o benestar, a felicidadee o futuro da humanidade, a un usoxusto dos medios de produccin. orixinal e Valente; aporta argumentose criterios morais oportunos.

    Existe esperanza no horizonte eco-

    nmico e social da humanidade?

    L . C. : Non imos ben. Semella queasistimos a un cambio de ciclo ou in-

    flexin. Temos a sensacin de cadadun imperio. Pero, como cristins,pdesenos que sigamos construindo oReino; coas lmparas acesas, agardan-do polo noivo. Respecto das solucintcnicas: collen todo tipo de pr opostassociopolticas. A Doutrina Social daIgrexia traza a lia vermella, os lmitesda nosa actuacin. Poo un exemplo:algn sector da sociedade, celebra aperda de protagonismo dos sindicatos;esto resu lta discutible pois, sen ir mislonxe, L aborem Exercens concdelleso papel de representantes colectivos

    dos traballa-dores. Outrotema opinablee de debate:a reforma la-boral postaen marchanos ltimostempos. Oque quero di-cir que, sercatlico nonsignifica iden-tificarse cund e t e r m i n a d o

    partido poltico. Implica ser un tantorevolucionario ou contra-corrente,pero non ten que ver con a dereitaou a esquerda.

    Exe m pl ifi qu e u n m od elo de convive n -

    cia social sostible

    L . C. :O traballo non s ten unha fun-cin de sustento; debe ser humaniza-dor. Para proporcionar unha estabi-lidade psicolxica, un espacio ondeeducar os fillos e unha realizacinpersoal. Despois habera que r evisar oconcepto de Estado paternalista. Deus Pai, claro, pero es es amplos servizosde sanidade e educacin, non deberandar lugar parasitismo. Por outro lado imprescindible que os mis febles da

    sociedade estean protexidos, ampara-dos. preciso revisar unha inercia dedespilfarro e de vida por riba das pro-pias posibilidades; toca falar de aus-teridade. Nin os sindicatos deixan deter sentido, sin os empresarios son odemo. Estamos ante un tema de co-rresponsabilidade. A oportunidadehistrica na que estamos mergullados,debe rescatar o mellor dos nosos va-lores; nun ca, facer retroceder avancescristianos apreciables.

    Manuel BlancoDirec tor de Com un icac in

    , parece un ejercicio gramatical,pero no, es la razn por la que to-

    dos los aos somos invitados a colaborarcon los fines a los que la Iglesia Catlicadedica sus esfuerzos de evangelizacin,servicio a la caridad, a la educacin, a lasociedad y a la cultura entre otros.

    Estos esfuerzos forman parte desu naturaleza, pues busca el mayor bienpara los hombres y para los pueblos tra-tando de mejorar la realidad material, ascomo, abriendo la puerta a la esperanzaque nace de la fe en Jesucristo.

    Hoy, que tanto se habla de crisis,de los problemas de la sociedad actual,cabra pensar que estos seran mucho,muchsimo ms profundos, si no fuerapor la labor que la Iglesia y sus institu-ciones llevan a cabo. Qu sucedera si,de repente, se dejaran de prestar esosservicios?, la asistencia a los mayores enresidencias, la atencin escolar en tantoscentros, los necesitados que diariamente

    atiende Critas o las organizaciones de-pendientes de la Iglesia Catlica, la aten-cin a los enfermos, etc. Aunque slofuera desde el pun to de vista econmicoes ingente la cantidad de dinero que elEstado se ahorra al no tener que cubrirestos servicios.

    Por todo ello es importante pensarque nuestra colaboracin se hace necesa-ria, y ms, si el esfuerzo que se nos pidesupone qu e no vas a pagar ms, ni vas arecibir menos al poner la X en la casillade la Iglesia Catlica, (lo que no excluye

    que puedas ponerla tambin en Otros Fi-nes Sociales) en la declaracin de la ren-ta. Esta colaboracin es, sin duda, deberde conciencia para los que profesamos lafe catlica, signo de nu estro compromisoeclesial e incluso manifestacin de quecreer en Jess es fundamental en nues-tra vida; para otros es h acerse partcipesde esta tarea, as como, la manera de re-conocer que esta gran labor, en muchoscasos, humanitaria, pone corazn en lasociedad que nos toca vivir.

    Colaborar en bien de la Iglesia es,en definitiva, extender los brazos a tantaspersonas n ecesitadas de ayuda y brindar-

    les, a travs de ella, una solidaridad quesera difcil de llevar a cabo sin esa cola-boracin, es poner un grano en el gra-nero de la evangelizacin, es contribuir asostener el patrimonio cultural signo dela fe y religiosidad de los que nos prece-dieron y lograr que el ciento por uno sigasiendo realidad en la misin de servicioque a todos alcanza.

    J os Antonio OrtigueiraConsejo de As untos E conmicos

    del Arzobispado de Santiago

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    an Pedro, es una parroquiacon una intensa actividad en

    la que todos los domingos participanuna media de 140 n i@s la catequesisparroquial y la misa dominical -actoprincipal de toda la semana- reneuna media de 7 00 feligreses.

    D. Eduardo, prroco de San Pedronos relata la actividad pastoral de laparroquia:

    - Todos los jueves hay exposicin delSantsimo pidiendo por las vocacionessacerdotales y religiosas.

    - Escuela de monaguillos para laformacin y fomento de las vocacionessacerdotales entre los servidores delaltar.

    - Desde hace unos meses, tenemosun coro de nios y jvenes paracantar en la Misa de los domingos.Este coro es en estos momentos degran importancia para la parroquiaporque est compuesto por 30 ni@sy sirve como un empujn para unmayor compromiso en la fe de estosnios y una mayor involucracin delos PADRES. Este coro ensaya losdomingos a la tarde.

    - Destaca tambin el grupo juvenil,que particip el verano pasado en laJ ornada Mundial de la juventud yorganiza a lo largo del curs o diversasactividades para los jvenes.

    Bendicin del retablo por el Sr. Arzobispo

    Detallesdelretablo

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    Confirmaciones esteao

    enlaparroquia

    Imag en

    de

    MIn

    macu

    lad

    a

    D.Julinsaludaalcorodelaparroquia

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    a percepcin sobre la Iglesiadepende del sujeto que proce-

    de a valorarla. Aun s iendo as, creo quetena razn Chesterton cuando escribaque las cosas por las que el mundo mo-derno ha hallado culpable a la IglesiaCatlica han sido despus adoptadaspor ese mismo mundo pero de formadegradada. El autor ingls recurre aciertos ejemplos con el fin de ilustrarsu afirmacin. Algunos de esos ejem-

    plos podran recogerse actualizadosdel siguiente modo: los racionalistasrechazaron las profecas y las cura-ciones sobrenaturales y el mundo seest inundado de adivinos, curanderosy brujos; los moralistas protestantesabolieron el confesionario y los psi-coanalistas anglosajones terminaronpor adaptarlo; y las crticas al ayunoy a la mortificacin han dado paso auna s ociedad que asume sacrificios sincuento por razones de mera estticacorporal y de apar iencia social.

    Al margen de estas y otras apre-ciaciones, hay algn parmetro obje-tivo para valorar a la Iglesia? Ese par-metro existe y est determinado por elmandamiento nu evo: amar como Cris-to am. La ley de la caridad se cons ti-tuye as en la pauta que debe regir laactuacin de la Iglesia. En la medidaen que cumpla o incumpla dicho man-dato la Iglesia se acercar o se alejarde su fin esen cial. Pero, vive la Igle-sia el mandamiento de la caridad?

    L as i t u a c i neco n m i caha puestoa pruebael cum-p l i m i e n t odel man-d a m i e n t onuevo y laIglesia ests a l i e n d oms que ai-rosa del en-vite. La cri-sis actualha hechoemerger laslabores deCritas: laa s i s t e n c i a

    a situaciones de pobreza mediante laprestacin de ayudas para contribuir alas necesidad bsicas; los programasde insercin socio-laboral; los come-dores sociales; la intervencin conpersonas mayores, dependientes, dro-godependientes y enfermos a travs delas distintas dicesis; la participacindesinteresada de un voluntariado, jo-ven o mayor, pero siempre abn egado yajeno a cualquier tipo de inters patri-monial; la contribucin, en ocasioneshasta lmites insospechados, de per-

    sonas generosas a la hora de ayudareconmicamente a las labores socia-les de la Iglesia a travs de las aporta-ciones recogidas cada primer domin-go de mes. Mi experiencia a travsdel programa Parroquias d e Galiciame ha permitido conocer de primeramano numerosos casos concretos queevidencian la existencia de un a Iglesiaabierta a la caridad.

    Siempre existirn deficienciaspersonales y tambin comportamien-

    tos censu-rables. Peroel cumpli-miento delm a n d a -miento nue-vo est con-t ribuyendoa modificarn o t a b l e -mente lapercepcinsocial sobrela Iglesia.La bonanzaeco n m i catrajo consi-go la auto-sufic ienciay la confian-za en las

    instituciones pblicas. La crisis eco-nmica nos est trayendo el redescu-brimiento de la Iglesia y de la familia.Cuando h a fallado el Est ado del bien-estar hemos podido comprobar que laIglesia y la familia siguen es tando ah .Y es que, como casi siempre, Diosescribe derecho con renglones torci-dos.

    Mara PrezPeriodista

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    Silencios n egativosDe an gus tia : Cando a angustia deixa

    sen palabras. un silencio desde omedo.

    De culpa bilidade: Clase polo que dirn.De debi lida de: Cando hai impotencia.De ind iferen za : Por apata.Do m edo: Evitando denunciar inxusti-

    zas, represalias.Da env exa : Non se fala ben de ningun.

    Non hai apoio.De o rgullo: Como forma de separacin.De m al h um or: Para reprochar algo, por

    exemplo.Do rancor: Cando o mal humor vai en-

    quistndose. perigoso at para a s ade.Do o dio: Cando non s e fala con algun,

    ngase persoa. Estes silencios son ru-dos tremendos que non nos permiten oencontro con Deus na oracin.

    Silencio cmplice: Cando hai obriga dedenunciar o mal por xustiza ou caridade,pero permanecemos calados.

    Silencio separador: O que nos illa dosdemais. Un silencio indefinido podecomplicar ou terminar unha relacin in-terpersoal.

    Silencios p osit ivos De c ont act o co n D eus : Para que a reali-

    dade divina se manifeste con gran poderexpresivo cmpre o silencio.

    De hu m ilda de: A persoa ennobrce-se cando permanece en silencio ante o

    grande. bo ofrecer a cada un o xesto donoso silencio para que a escoita se deadesde a intimidade. Co silenciamento dointerese persoal, dse unha mellor acolli-da do outro.

    De ad m iraci n: Algo dunha persoa atraea nosa mirada e ocasiona un silencio be-neficioso. Cando algun est fascinadopor outra persoa, pode haber un silen-ciamento psicolxico cando se saboreanintensamente momentos de comun: xanon vive en si, o outro quen vive nel.

    De a som bro: Inciase cun baleiramento

    do que sabemos. Como un neno pequenoante o novo. Hai que asombrarse conti-nuamente ante a vida, que marabillosa,sen preguntar mis.

    Da aleg ra: Cando un alcanza o cumeda alegra, sobra a palabra.

    Do a m or: Cando existe o amor, a comu-n abonda con estar. A presenza todo ocolma.

    De p acif icac in , que buscamos no nosointerior.

    De p rotes ta pac fica : As sentadas silen-ciosas reclamando xustiza, a pesar dasburlas ou os danos corporais. O silenciopode desafiar a todo un poder.

    De p roteccin : Para evitar ser invadidospor presenzas indesexables.

    Silencio prudente: Calar de modo opor-tuno

    Silencio intelixente: Prodcese candoescoitamos e non contr adicimos por con-tradicir; estamos a demostrar que nosgusta a conversa que mantemos.

    Curativo As mesmo: cando se profe-riron palabras duras, o silencio e deixarque pase o tempo, pode axudar a curarferidas, mentres que tratar de arranxar asituacin con palabras pode resultar pe-rigoso e nocivo.

    De vin cul aci n: Cando se instituciona-lizan, po rexemplo, momentos solemnesde silencio para conmemorar un aconte-cemento vivido no pasado e cranse lazosentre distintas xeracins.

    A utilizacin do silencio pdenosfortalecer ou debilitar. Convn saber deonde vn o silencio, para discernir entre opositivo e o negativo. Sen dbida, o silen-cio merece ser escoitado e interpretado.Usndoo reflexivamente, seremos capa-ces de comprender t odo o que o silencionos transmite sen apenas dicir nada.

    Manu el Varela,colaborador da Delegacin de M edios de

    Comunicacin no Obispado de Lugo

    omo no lema deste ano da Xornada Mundial das Comunicacins So-ciais se menciona o silencio, nas s eguintes lias van unhas cons idera-cins sobre o tema.

    O silencio un recurso comunicativo con moitos matices. Ao longo dahistoria o silencio asociouse co pavor, reverencia, respecto e misterio. Un m o-mento de silencio durante un ha intervencin pode ser por ignorancia, por gaartempo buscando unha escusa, adornar unha mentira; pero tamn crea expec-tacin ao narrar algo. Non o mesmo ter silencio interior a ter silencio comoresposta. Imos facer unha relacin dalgns valores positivos e negativos dosilencio.

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    mos esa tendencia de superacin yautoestima, y es algo maravilloso es-tar en continua bsqueda, pues -param- si sta cesa se apaga el fuego delcorazn, y poco a poco se muere detristeza y desesperanza.

    En la primera etapa de mi vidaestaba en mi mundo La Iglesia y elcura eran la mis-ma cosa, y Diossu patrn. Lonico que meofrecan era obe-diencia, sacrifi-cio, castigo, unDios jus ticiero...

    Seguramente que muchos de vosotroshabris escuchado: Dios es nuestroPadre que est en el Cielo; premia alos buenos y castiga a los malos. s teera mi mundo. Qu poda esperar?

    Mi bsqueda en este sentidoera nula, pero lo que menos espera-ba yo era que Dios me buscara a m.Eso no me lo haban dicho nunca. Mivida cambi ya casado, frecuentando-gracias a mi esposa- ms la Iglesia,conociendo la Renovacin Carismti-

    ca, donde la gente alababa y daba gra-cias a Dios, orando unos por los otrosy compartiendo muchas cosas. Alldescubr, en una efusin del EsprituSanto, que Jes s me quera tal y comoera, y que por m haba llegado al ex-tremo de dar su vida en obedienciaal Padre. sta fue la primera vez quevea a Jess como el Dios del Amor,

    el Dios que bus-ca al hombre, alnecesitado, quees l el prime-ro en buscarme,que siempre estconmigo.

    Despus de esto sera muylargo de contar. Solamente decir queaquella felicidad que nunca me falt,ahora no hay pluma ni papel para po-der expresar lo que siente mi corazn.Es como estar gozando aqu en la tie-rra de esa vida nueva de verle y estarcon J ess cara a cara. Mi camino -yespero que el vuestro- no se canse deseguirle y trabajar para que su Reinose haga realidad en este mundo.

    e llamo Camilo. Vivo enPontevedra, casado y con

    dos retoos que el Seor me regalpor medio de mi esposa. Lo primeroque manifiesto (no poda ser de otromodo) es dar gracias a Dios por stami familia y tambin por las person asque a lo largo del camino me fue dando(no nom bro, pues m e sera difcil y se-guramente me quedara alguna atrs,cosa que no deseo pues slo Dios losabe y basta).

    Mi testimonio es un antes y undespus. Lo podra titular Quinbusca a quin?. Qu hombre o mu-jer no bu sc a a algu ien o algo ? Ten e-

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    e me ha preguntado, Dinos,

    qu es la vida contemplati-va? Responder a esta pregunta es a lavez algo tan sencillo como profundo.Se podra contestar que la vida con-templativa es, ni ms ni menos, queseguir a Cristo, descubrir su Miraday sus Pasos, ir tras l cons iderandotodo lo dems secun dario. Pero esto-se me puede objetar- es la vocacinde todo bautizado Efectivamente,es eso, reafirmado por unos votos.Todos llevamos un contemplativodentro, lo que pasa es que los que

    hemos s ido llamados a es te estilo devida especfico tenemos por misinrecordar y despertar esta concienciaen todo cristiano: el gozo de estar asolas con e l nico, de ser l, el DiosUno y Trino, la primaca en nuestravida.

    Normalmente, cuando se pien-sa en la vida contemplativa la gentelo asociaa clausu-ra (es de-cir, rejas)Bueno, yomisma amis dieci-siete aos(un aoantes deentrar enel Monas-terio Be-ned ic t inode SanPelayo deS a n t i a g ode Compos tela) recoga esta forma de

    pensar al definir nuestra vida comorejas, silencio, oraciones y alegra.Quiz, sea interesante sealar queel sentido de la clausura no son lasrejas (entramos en el Monasterio li-bremen te y vivimos en l con gozo; loque nos vincula a l, a la Comunidad,es el amor a Cristo, no una normati-va), sino el preservar ese espacio desilencio, de recogimiento, para estarms atentas a la voz de Aquel quenos habla y nos ha llamado a la so-

    ledad (ms estricta en Ermitaos yCartujos, ms comunitaria en Bene-dictinas, Carmelitas y Clarisas, porponer slo unos ejemplos del amplioabanico que conformamos los Con-templativos en la Iglesia).

    La fecundidad de la vida con-

    templativa no radica en las obrasexternas de apostolado (aunque ena l g u n a s r d e n e s-como laB e n e d i c -tina- sep u e d ac o m p a g i -nar siem-pre yc u a n d ose d enel recintodel Mo-nas ter io) ,sino enesa mis-teriosa fe-

    cundidad que se fundamenta en la

    Comunin de los Santos, por la quetodo el Cuerpo mstico de Cristo re-cibe esa sangre necesaria para lavida que bombea el corazn ocultode la Iglesia. La oracin es nuestroministerio, nu estro ser vicio concretoen el seno del Pueblo de Dios. El dade nuestra profesin solemne o vo-tos perpetuos se nos entrega el librode la Liturgia de las Horas (la ora-cin oficial de la Iglesia), la herm osay exigente cita que nos convoca sie-

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    Llegados aeste punto, quizalgn lector se pre-gunte: bueno, y,nada ms? slorezan? No, estclaro que no. Tam-bin trabajamos.De hecho, el otropuntal de nuestravida Benedictinaes el trabajo: Oraet Labora es elgran lema que nosdefine. Ya nos ad-

    vierte San Benitoen la Santa Regla:son verdaderosmonjes cuando vi-ven del trabajo desus propias ma-nos, como nues-tros Padres y losapstoles (RB 48,8). El trabajo bienhecho, sea manualo intelectual, rea-liza a la persona.Creo que nuestravida contemplativatiene mucho quedecir sobre cmotrabajar a nuestrasociedad actual. Se

    trata de dar con-tenido y sentido alo que se hace, detrabajar con amor

    y paz. Soy consciente que no todo elmun do -por desgracia- tiene la suertede poder trabajar y ni tan siquiera deemplearse en lo que desea, pero, tam-bin es verdad que hay muchas ma-neras d e trabajar, y el hombre de h oytiene que volver a recuperar el equi-librio y el gusto por el trabajo bienhecho, sin prisas. En un Monas terio,en principio, uno no escoge qu quie-

    re hacer (aunque se tienen en cuen-ta las aptitudes de cada uno), sinoque aceptamos el trabajo que se nosofrece con espritu de servicio, puesa eso hemos venido: a servir como

    el Maestro. Adems solemos rotaren las diversas tareas con lo cual loimportante no es qu se hace, sinocmo s ehace.

    P o rtanto, enun Monas-terio se tra-ta de equi-librar porun lado, lostiempos deoracin ytrabajo (losperodos dedecadenciaen el mona-cato siempre se han debido a que se

    ha roto este binomio), y por otro, deaprender a trabajar orando, siendoconscientes de que con nuestro tra-bajo contribuimos a la obra creadorade Dios, y a orar aunque cueste tra-bajo.

    Podra aadir ms aspectos dela vida contemplativa pero qu iz algu-no se pregunte: bien, todo esto estmuy bien, pero, t por qu eres con-templativa, benedictina? Lo princi-

    pal es porque Dios as me lo ha pre-parado, es l quien me ha llamado.Desde mi infancia conozco a la quees ahora mi Comunidad de San Pe-layo a pesar de h aber nacido y vividoen Madrid. Me atra jo su alegra y suscantos, me atrajeron los salmos queconoc de nia cuando rezaba con

    una ta encasa. Fuic r e c i e n -do y me dicuenta quemi plenitudde amor yde vida es-taba aqu.Exige re-nuncia? S,claro, todolo que valelo merece,pero pue-do decir,a quince

    aos de mi entrada, que esta vidano me ha defraudado, y, al mismotiempo, con sencillez, humildad yconfianza, que s en quien he pues -to mi fe y estoy segura que poderosoes Dios para manten er mi esperanzahasta el ltimo da.

    Religiosa Benedictina,Mo na st erio Bened icti no de Sa n Pelay o

    Santiago de Compostela

    te veces al da alCoro para cantarlas alabanzas delSeor y ser comu-nin orante con,por, y en lugarde, muchos hom-bres y mujeres denuestro mundo.

    Los Bene-dictinos conside-ramos la Liturgia-la Obra de Dioscomo la llama N.

    P. S. Benito- loprincipal de nues -tro quehacer mo-nstico: Nadase anteponga ala Obra de Dios(RB 43, 3). Esla consecuenciay manifestacinvisible del Noanteponer nadaabsolutamente alamor de Cristo(RB 4, 21; 72,11). El que amadesea estar conel Amado. Peroeste encuentrocon Cristo no se

    agota en la Litur-gia ni en la vidasacramental cuyafuente y culmenes la Eucarista, sino que se alimen-ta tambin con nuestra oracin per-sonal y nuestra lectio (lectura orantede la Palabra de Dios), as como enel trato diario con las Hermanas ycon cuantos entran en contacto connosotras pues , cuanto hagis a unode estos mis humildes hermanos lohacis Conmigo.

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    o s vosotros, pero yo me acuer-

    do bastante bien de donde esta-ba hace ms o manos siete aoscuando el por aquel entonces cardenalJ oseph Ratzinger fue elegido Papa. Es-taba en la cafetera de la Escuela de In-genieros Indust riales de Vigo, con unacompaera de la parroquia, preparandounas cosas para el grupo de jvenesmientras no llegaba el bus que deballevarnos a casa.

    La impresin primera era de ex-traeza. Hasta entonces, los medios decomunicacin haban pintado a figura

    del Cardenal Ratzinger de una formadigamos sombra. Era el Prefecto de laCongregacin de la Doctrina de la Fe.El encargado de mantener el dogma.Era el lder del Santo Oficio. Cmo po-da un hombre as suceder a Juan PabloII el Grande, como ya comenzaban allamarlo algunos?

    Pero, al mismo tiempo, tenamosla impresin de que eso n o iba a ser as,que debamos manten er la esperanza. Alfin y al cabo, no es lo mismo ser Papaque prefecto de la Congregacin. Nosbamos a llevar ms de una sorpresa

    y as fue.

    A lo largode estos sieteaos, el Papa hademostrado seruna figura cer-cana y cariosa,muy lejana alperro guardinque muchos noshaban dibuja-do. Es ms, Be-nedicto XVI hademostrado serun Papa com-prometido conuna profundarenovacin de laIglesia a muchos

    niveles, un com-promiso que leha dado ms dealgn disgustoy que le ha llevado a en frentarse direc-tamente a muchas de las miserias que,por desgracia, siguen existiendo dentrode nuest ra Iglesia.

    A lo largo de estos siete aos,Benedicto XVI, uno de los grandes te-logos de n uestro tiempo, se ha converti-do en un maestro para sus fieles. Hace

    unas sem anas, un compaero me deca:A J uan Pa blo II la gente vena a verlo;a Benedicto XVI la gente viene a es-cucharlo. Porque, adems, no enseadesde la altura del experto, sino desdela sencillez y la cercana.

    Una sen cillez y una cercana quetodos tuvimos la oportunidad de pre-senciar muy directamente hace ao ymedio, cuando nos visit en Santiago.O el pasado verano, en Madrid, durantela Jornada Mun dial de la Juventud. Oen las numerosas ocasiones en que lohemos