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    n la Iglesia vivimos tiempos desiembra. Hemos comprobado

    las dificultades de los campos que noreciben la suficiente cantidad de agua.Por ello hemos de seguir rogando aldueo de la mies que enve operarios.En las tareas eclesiales padecemos lasconsecuencias de la falta de vocacio-nes ya desde hace tiempo. Sin duda,el constante inters de toda la Iglesiapor el envo y la preparacin de las

    vocaciones sacerdotales, se hace msvivo cada mes de marzo. No dejemosde rezar por esta intencin. Dios quie-re acercar el gozo de su Pascua a mu-chas personas por medio de sus mi-nistros sagrados.

    La Nueva Evangelizacin se ex-tiende en nuestro horizonte cristiano.Como la urdimbre de un telar que es-

    pera la maestra y la fedel artesano para crearun maravilloso tapiz, ashemos de irnos compro-metiendo con esta reali-dad. La Palabra de Diosque escuchamos, el donde la caridad que ejerce-mos y la esperanza quenos anima a no desfalle-

    cer impulsarn la tarea. En esta lnea,especialmente durante este mes, ten-dremos muy presente el compromisomisionero que siempre ha existidocon Hispanoamrica y la defensa de la

    vida humana desde el momento de suconcepcin hasta la muerte natural.

    No podemos dejar de mencio-nar los enormes aprietos por los que

    atraviesa nuestra sociedad, herida poruna crisis cuyas races son culturales y antropolgicas. La crisis nos hacepensar, reconociendo que no podemos

    vivir sin saber hacia dnde nos dirigi-mos. Son tiempos difciles que tene-mos que aprovechar para la renova-cin espiritual y la santificacin. Perocuando los creyentes nos topamos conla cruz, a veces de modo inesperado,sabemos que ah est Jesucristo. Esnuestro momento. Se trata de una in-

    vitacin a cargar juntos con el maderode las dificultades y luchar por amor.Necesitamos ayudarnos, encontrar so-luciones a los problemas, reforzar los

    valores que siempre nos han servidode referencia y no perder la fe. Critases tan slo uno de los rostros con los

    que la Iglesia aporta su colaboracin.Del catlico se espera una respuestagenerosa.

    Percibimos la necesidad de haceror nuestra voz en el panorama de lasactividades seculares. No por un deseode intromisin en todas las tareas, sinopor una sana conviccin que el mismo

    Jess nos ha enseado: Vosotros soisla sal de la Tierra (Mt 5, 13). La co-munidad poltica y la Iglesia son entres independientes y autnomas en su

    propio campo, aunque estn al servi-cio de la vocacin personal y social de

    los mismos hombres a travs de unasana cooperacin entre ambas (cf GS76), pudiendo la Iglesia emitir un jui-cio moral tambin sobre las cosas queataen al orden poltico, econmico,cultural y social cuando lo exigen losderechos fundamentales de las perso-nas o la salvacin de las almas. Por esono podemos desentendernos de nues-tro compromiso con el saber humano,con la cultura, con el dolor, con la fa-milia, etc., etc. Aprovechemos paraformarnos debidamente en las cosasde Dios y en las de los hombres, paraque nuestra sal sea eficaz y no se des-

    virte. La Pascua del Seor nos traerla alegra que nuestro espritu necesi-ta. Despus, el Espritu Santo vendren ayuda de nuestra debilidad (Rom 8,

    26); descender sobre nosotros y se-remos testigos del Seor hasta losconfines del mundo (Hch 1, 8). Os in-

    vito a celebrar una vigilia semanal deoracin ante el Santsimo pidiendo larenovacin espiritual de nuestras co-munidades cristianas. Feliz peregri-nacin hacia la Pascua!

    + Julin Barrio Barrio,Arzobispo de Santiago de Compostela

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    os encargados diocesanos de comunica-cin se reunieron en Madrid el pasado 20

    de febrero. La temtica giraba en torno al trata-miento informativo de las diversas situaciones decrisis que se presentan en la Iglesia. Se calcu-la que el 70% de las noticias que se trabajan ennuestros gabinetes de prensa tienen que ver conesta faceta comunicativa.

    Un hermano mayor le pega al pequeo: le lla-mamos crisis. Se queman las patatas en la sartn:otra crisis. Estalla el intermitente porque el co-che de delante colisiona con el nuestro al aparcar:podra ser el desencadenante de la tercera guerramundial Crisis no ha nacido slo como frutode una maltrecha economa. Seguro que nos haacompaado desde Adn y Eva.

    En la reunin de Madrid se palpaba una co-rriente de pensamiento fresca y natural que fluaen todos los participantes: la de la humildad. Undeseo explcito y vigoroso de coherencia, de sin-ceridad rpida, de explicarse mejor, de tratar biena los interlocutores; pidiendo perdn, si se dierael caso. Obispos, ponentes y responsables de lacomunicacin lo tenan claro: la prepotencia pro-duce y acrecienta una crisis; su remedio pasa porla honradez.

    Porque la verdad no da miedo. Remangarseno rebaja. Y, ya que cabe el error, rectificar siguesiendo de sabios. Dice el salmista: La soberbia

    del impo oprime al infeliz y lo enreda en las intri-gas que ha tramado. Los cristianos no queremoseso. No somos as. Est en juego la percepcin denuestra propia identidad.

    En un anuncio de telefona, al que canta lasexcelencias de la compaa le tapan la boca parano escucharle. Los de Barca de Santiago quere-mos ser sinceros. No en vano nos llaman losHi-

    jos del Trueno.

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    namos mayores, y otro doce quevieron la luz mer-ced a los doceprofetas meno-res.

    Y no termi-nan ah los libros

    que constituyenlo que denomi-namos Antigua

    Alianza o AntiguoTestamento, sinoque hay otros li-

    bros (los de lasCrnicas, Es-dras, Nehemas,Rut, Judit, Ester,Sabidura), quedenominamosEscritos por nohaber encontra-do otra expresinms adecuada.

    Pero, si el Seor, a lo largo de lahistoria, haba hablado a su pueblo por

    medio de una serie de hombres, en laplenitud de los tiempos quiso hacerlopor su propio Hijo. De este modo, elque viva desde siempre con el Padre,

    vino a la tierra, se hizo hombre, y nosmostr el modo de ser y de comportar-se de Dios. Ante la imagen que trans-mita de Dios, tambin mostr al hom-

    bre cmo deba ser l segn el sentirde Dios. De ah que, merced a la obrade Cristo, hayan surgido otros libros,que recogen palabras y obras de Cris-to, y tambin la imagen que transmi-

    tieron, mo- vidos porDios, losdiscpulosde Cristo yotras perso-nas que elSeor des-tin a serapstoles.Esos librosrecogen lapalabrainspirada

    por DiosCuando nosr e f e r imosa la inspi-racin, noqueremos decir que el autor de un li-

    bro tuviera luces privilegiadas cuandose puso a escribir. Ms bien queremosindicar que el animarse a escribir y elcontenido del escrito se debe a la mo-cin de Dios sobre el hombre. De esemodo, Dios y el hombre se conviertenen autores del escrito. Como conse-cuencia, el lector humano no lee unlibro ms o menos agradable, sino quelee las palabras que Dios le hizo llegar.

    As, el hombre, necesitado de co-

    nocer lo que es la vida y como alcanzarla que est ms all de la muerte, sabrcmo comportarse. Dice San Agustnque Dios no quiere ensearnos en loslibros sagrados cmo es el cielo, sino

    cmo llegara l. Paraello, no va aofrecernosl e c c i o n e sde cienciasnaturales ode cosmo-loga, sinouna histo-ria de la sal-

    vacin, quenos pongaen trancede alcanzar

    la vida sinfin.

    C o n -c luyendo ,con la reve-

    lacin que el Seor pone al serviciodel hombre, el hombre se vuelve cier-tamente dichoso, ms que muchosprofetas y reyes, que hubieran queri-do ver lo que nosotros vemos y no lo

    vieron, y or lo que omos, y no lo hanodo.

    Jos Fernndez LagoCannigo de la Catedral

    Director del ITC Instituto Teolgico Compostelano

    Dios vivo y verda-dero ser el nicoDios de Israel, yno los dolos queencontrar Israelen su camino.

    Los libros sa-grados, que el

    Seor va ofre-ciendo

    No era lapalabra escritalo ms socorridopara un pueblosin letras. Pero,siendo los escri-tos fruto de lastradiciones, ser-

    van como testi-monio de la his-toria. Surgen as,sobre la base delos escritos deMoiss, cinco li-

    bros que son expresin de la Ley divi-na: de ah que se denominen Torah oLey. Son palabra de Dios, pues lle-

    van el sello del Seor: el propio Diosle indic a Moiss qu cosas deba es-cribir. De este modo, tanto Dios comoMoiss, se constituyen, desde distin-to ngulo, en autores de esos libros.

    Ms adelante los profetas, almostrarles Dios la realidad circun-dante, se dejaron llevar por el Seor,proclamaron su palabra y la pusieronpor escrito. Fueron surgiendo de esemodo los libros profticos, cuatro deellos obra de los profetas que denomi-

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    uaresma y alegraPuede parecer fuera de lugar el ha-

    blar de alegra durante la Cuaresma. Sinembargo es necesario recuperar el espri-tu gozoso que especific al cristianismoen sus races tras el hecho de la resurrec-cin del Seor y tratar de vivirlo tambinen este tiempo litrgico en que la Iglesianos invita a la conversin, a una mayororacin y entrega, a revivir la Historia dela Salvacin. Hay seales en nuestras pa-

    rroquias, movimientos, iglesias localesen general, de que quizs no solamentees necesario sino urgente anticipar la feen el futuro feliz del ser humano y reco-

    brar una convincente vivencia pascual.

    Los cristianos actuales no tenemosmenos dificultades de las que tuvieron lasprimeras comunidades, cuyos comienzosfueron duros e igual que en aquellos pri-meros seguidores de Jess, tambin ennosotros han de prevalecer las secuelasde la fe pascual sobre el sentido trgicode la muerte. Frente a unos sentimientosde fracaso hemos de oponer la confianzafestiva que brota de la mirada del Resu-

    citado, frente a unos criterios excesiva-mente moralizantes hemos de recuperarlos criterios estticos de un mensaje queda belleza a la vida, frente al activismoque acaba por quemarnos aplicaremos lacontemplacin gozosa y, junto a la res-ponsabilidad que sobrecoge al cristianode hoy en esta sociedad en la que nostoca vivir, la Cuaresma es tiempo de anti-cipar la garanta de un futuro propicio.

    De modo que si la Pascua es la fies-ta de las fiestas y es Vida, la Cuaresma esla escuela previa donde acostumbrarnosa las destrezas precisas para adquirir esa

    verdadera riqueza, porque el ao litrgi-co, que es desarrollo de los diversos as-pectos del nico misterio pascual, esttodo l impregnado de la realidad de queCristo ha aplastado a la muerte y penetraen nuestro viejo tiempo con su poderosa

    energa hasta que todo le est sometido1.Y como la Vida es don de Dios, todo es donde Dios, el cristiano acepta con humildadesa realidad y la acoge siendo conscientede que, an en la debilidad y condicin pe-cadora, la gracia proporcionada es mayor.

    La Cuaresma es precursora de laalegra por el encuentro con el Seor, nosindica hacia dnde ir y anticipa el Alelu-

    ya, la alabanza a Dios, aunque nunca seolvida el sufrimiento pues las llagas per-

    1 Catecismo de la Iglesia Catlica,n 1169-1171

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    manecen en el cuerpo glorificado: Jessles mostr a sus discpulos las manos y elcostado2 y ni siquiera durante el tiempopascual la Iglesia pierde de vista la rea-lidad de la cruz. sta suele resultarnosfamiliar porque el dolor no est ausentede nuestras vidas pero el poder vivifican-te que emana del madero ha de fortalecernuestra fe ayudndonos a experimentarel gozo de la luz pascual.

    Durante la Cuaresma hemos deconsentirnos vivir en la alegra por la cer-teza de Cristo resucitado.

    Cuaresma y valenta

    Esa capacidad de hacer presente el carc-ter pascual en nuestra poca y cultura re-quiere un ardoroso atrevimiento, es decir,

    valenta. Aqullade Pedro y Juanpara respondercon seguridad alos interrogato-rios, aqulla queel grupo de loscreyentes supli-c para anunciarla Palabra a pe-sar de las ame-nazas que pa-decan, aquellaaudacia que hu-mildemente pideanunciar sin te-mor el misteriocontenido en el

    Evangelio3.

    Se requiere valenta para preparar-se durante cuarenta das a los aconteci-mientos que celebran que del fondo de lamuerte brota la Vida nueva en plenitudporque, con la resurreccin del Crucifi-cado, Dios ha pronunciado suS radicala la paz y al gozo, al perdn y a la solida-ridad.

    2 Juan 20,203 Cf. Hechos 4, 13.29; 28,31; Efesios

    6,19

    No parece que los cristianos en laactualidad proclamemos con esa valentala felicidad provocada por nuestra fe sinoque, al contrario, el rubor, la vacilacin,la incertidumbre y poquedad suelen apa-recer cuando hemos de testimoniar lanueva orientacin religiosa revelada en

    Jesucristo y la nueva situacin operadasen el mundo y en la historia a partir de laresurreccin del Seor.

    Siempre nos hace bien confesarlas propias deficiencias y una de las ma-

    yores es que, diciendo creer en Dios, vivi-mos sin embargo como si no creyramos,dejndonos llevar del malestar y descon-

    cierto que afecta a la gran mayora de losseres humanos. Pero, como cristianos,sabemos que lo absoluto de la propia vida

    es experimen-tar que el amordel Padre es ellugar de rea-lizacin de laplenitud. Cier-tamente, mien-tras estamos enesta vida es un

    ya pero todavano y, en bastan-tes ocasiones,saboreamos de-sierto y silencio

    vaco pero tene-mos la misinde que perma-nezca siempre

    en la memoria elregalo del Amor

    para toda vida humana. Y esto es posiblesi mantenemos la valenta suficiente paraenamorarnos de Dios pues solamente aspodremos hacer un servicio del que nues-tra humanidad doliente est tan necesita-da: el de la esperanza.

    Cuaresma y esperanzaEl lamento de la humanidad, el grito delos humillados, de los pobres, la queja detodos los heridos con toda clase de heri-das corporales y espirituales, el gemido

    de todos loscristosde todos los tiem-pos ha sido acogidopor Dios en Jess:el paraltico anda,el cojo ve, la pros-tituta se reconocecomo mujer, la mu-

    jer como persona, lafraternidad es posi-

    ble Y la muerte

    es vencida!Acaso he-

    mos olvidado que elcristiano debe estarsiempre dispuesto adar respuesta a todoel que le pida raznde su esperanza?4

    Desde luegoque la esperanzaes don del EsprituSanto porque no essimplemente un op-timismo o una acti-tud de un carcter vivaz, es la confian-za en la bondad inaudita de Dios que detodo saca un bien, es fe en que as comoDios ha resucitado a Jess de entre losmuertos as la humanidad tiene futuro.

    En la crisis vigente de diversas di-mensiones que padece el mundo actualexiste la esperanza. sta se fundamen-ta, para el cristiano, en la resurreccindel Seor y se concreta en otras virtudesque alientan el compromiso con los msdesfavorecidos y la lucha por la justicia yla paz. Nuestra esperanza no arranca almundo -individual y social- de su reali-dad dolorosa ni hace de nuestra existen-cia algo ficticio sino que nos apuntala enla certeza de que nuestra vida est abier-

    4 Cf. 1 Pedro 3,15

    ta al futuro, tieneun sentido, Diosllevar a su fin loque ha comenza-do en nosotros.

    Por ello la Cua-resma es tiempode vivir intensa-mente en la espe-ranza y de comu-

    nicarla a los quenos rodean comoprimicia de la es-peranza pascual.

    EplogoCon razn se hahecho clebre, ysugerida abun-dantemente, laatinada expresinde San Ireneo queevoca la esenciade la experienciacristiana: Porque

    gloria de Dioses el hombre dotado de Vida; y Vida delhombre es la visin de Dios!5

    S, la felicidad de Dios es que el serhumano sea feliz, la gloria de Dios est

    en que el hombre viva, todo ser humano-incluso el aparentemente ms olvidado

    y despreciado- es una delicia de Dios. Yen Dios encuentra el ser humano su feli-cidad y salvacin.

    Que esta Cuaresma 2012 sea pre-ludio de Vida.

    Olga Lpez MguezTeloga

    5 Gloria Dei, vivens homo; vita, autemhominis Dei. IRENEO DE LYON,Adversus

    Haereses IV, 20,7,180-181; Sources Chr-tiennes 100/2,648.

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    uestro planeta Tierra es un se-millero de vida. El ser vivo es

    un complejo de molculas organizadasbajo un orden riguroso, muy frgil y ex-tremadamente complejo, pero en unacoordinacin funcional tan perfectaque aporta unidad al conjunto y le per-mite persistir, en equilibrio dinmico,durante un tiempo ms o menos pro-longado. Estos conjuntos individuali-zados son efmeros en el espacio y eltiempo, pero muestran un poderosoafn de persistencia y tienen la facultadde generar hijos, semejantes a ellos, an-tes de desaparecer. Los hijos procreantambin sus hijos y as, sucesivamente,los progenitores iniciales se proyectanindefinidamente en el tiempo.

    Cada especie viviente es como eleslabn de una cadena, iniciada hacemucho tiempo, de un modo que des-conocemos, y que se prolongar hastano sabemos cundo. En la sucesin de

    la cadena viviente intervienen tres facto-res:- Los padres que engendran los hijos.- Los individuos, padres o no, que pro-tegen y facilitan la vida de los hijos.- Los individuos, padres o no, que difi-cultan o impiden la vida de los hijos.

    La Ciencia no ha logrado saber

    cmo encaja la vida en la materia. Porms que se ha estudiado y razonadosobre ello, desconocemos cmo suce-de y nadie halogrado ima-ginar cmose logra tanmisteriosa ysorprendentecombinacin.

    La vidaes el bien op r o p i e d a dfundamentalde los seres

    vivos. Lo quems valoran,lo que mscuidan, lo que con mayor inters pro-tegen. En lo que se refiere a los huma-nos, si la Sociedad o el Estado tienenla misin de proteger a sus integrantes,su tarea primera y ms importante sercuidar y facilitar sus vidas.

    La fecha elegida para el iniciode la vida humana, en nuestra legis-lacin actual, es el da siguiente a lostres meses que trascurren a partir desu concepcin. As fue la decisin deun grupo de personas autorizadas parapromulgar leyes; pero para muchos lo

    han hecho con plena ignorancia de loque es la vida, su inicio, su final y sutrascendencia. Es peculiar y absurdoque la vida humana se inicie el da quemarcan los polticos legisladores, msan si se establece fuera de una Dicta-dura. El inicio razonable es el instantede la concepcin, el momento en que seunen y agregan el vulo y el esperma-

    tozoide, aunque la Ciencia desconozcael modo de reaccin inicial o la chispaque hace brotar la nueva vida.

    Las au-t o r i d a d e s ,aunque re-presentasena todos losha b i t a n tesdel Mundo,no son infa-libles. De-

    beran serprudentes ydiscretos. Sitoda la pobla-cin mundialgritase a coro

    que lo blanco es negro, lo blanco no de-jara de ser blanco y lo negro continua-ra siendo negro, porque la verdad y loshechos son como son, con independen-cia de acuerdos o decisiones legislati-

    vas.

    Aunque la vida es un bien inmen-so, este inmenso bien se puede ceder osacrificar por otros bienes ms queri-dos, dependiendo de las personas, sus

    valores, el entorno o las circunstan-cias.

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    Un padre o una madre sacrificansu vida por la de un hijo. Los hay quemueren por la familia, la religin, la pa-tria o sus ideales: ah estn los mrti-res cristianos como botn de muestra.Hay profesionales que cumplen con su

    deber aunque les lleve a la muerte: aslo hicieron los tres policas nacionalesque murieron en la coruesa playa delOrzn en enero pasado. As lo han he-cho y lo hacen no pocos profesionalesde la salud, mdicos y enfermeras. Noes que menosprecien o no valoren su

    vida. Es que la subordinan a deberes,obligaciones o necesidades que valoranpor encima de todo.

    La cesin o sacrificio de la vidapor la Patria, Sociedad, Justicia o Idea-les diversos se puede fomentar o mi-tigar con la educacin, la propaganda,el ejemplo o la costumbre. Adems delreconocimiento y honores que se otor-guen a estas personas extraordinarias.Deberamos preguntarnos si nuestracultura fomenta o mitiga esos altos

    ideales. De todos modos la vida no sevalora siempre igual. Existe discrimi-nacin por motivos diversos: sexo, re-ligin, raza, lugar de nacimiento y porel momento de la vida (como es antesdel nacimiento, niez, edad adulta osenectud). Hay que luchar contra es-tas discriminaciones, y ms si somoscatlicos de verdad, pues como dijoel Beato Juan Pablo II en su encclicaEvangelium vitae, somos pueblo de la

    vida y para la vida.

    El Mundo, nuestro planeta, nopertenece a los que estamos en l. Lotenemos prestado temporalmente. Fuede nuestros antecesores y ser de losque nos sigan. No es un coto cerrado.La vida es el pase y salvoconducto paraentrar en l. Todo nuevo ser, al iniciar-se, tiene derecho a un tiempo y a unaparcela para habitarlo. La Sociedad ylos Gobiernos deberan garantizar queeste derecho se cumpla. No se puedeentender una autoridad para seleccio-nar y decidir sobre los que pueden o nopueden vivir. No se puede entender uncristiano que no se preocupe por la cues-tin ecolgica, como el Beato Juan PabloII seal en ese mismo documento.

    La autoridad no debera tenerderecho para deshacer una vida, ni alprincipio ni al final del recorrido vital.

    A todos los hombres juntos, aunque loproclamen a coro, tampoco les asisteeste derecho. Mucho menos a un grupoheterogneo, dispar y con discrepan-cias, que se considera representacinde todos. Los que entienden que so-

    bran habitantes en el planeta y temenuna superpoblacin indeseable, parapredicar con el ejemplo y comportarse

    consecuentemente, deberan situarseen primera lnea para desaparecer ellosy su descendencia, no les parece?

    Si la vida es el mayor bien que sepuede tener, este bien tan grande no sele debera negar a nadie y su elimina-cin slo puede ser considerada comoun mal inmenso, que no se debera rea-lizar y para el que no existe justifica-cin alguna.

    Alfredo Peris GilMdico

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    sin diocesana de Liturgia, que enla actualidad est integrada por lassiguientes personas: D. Jos M Fu-cios, delegado. D. Jos M Daz.D. Elisardo Tempern. D. Juan Fil-gueiras Fernndez, cannigo Prefec-

    to de ceremoniasde la Catedral, yD. Rafael CassSalgado, diconopermanente, queacta como secre-tario de la Comi-sin.

    En cuantoa las actividadesque viene reali-zando la Delega-cin de Liturgia,cabra destacar lacelebracin anualde un Cursillo delLiturgia en lastres vicaras de ladicesis (Santia-go, Pontevedra y

    A Corua). Estoscursillos tienen lamodesta preten-sin de difundir ydivulgar temas depastoral litrgi-

    ca y van dirigidosa todo el pueblocristiano: sacer-dotes, religiosas yseglares, siendo la

    asistencia de participantes bastantenumerosa en los diversos cursilloscelebrados.

    Por cierto, estos cursillos hancontado en sus diferentes edicionescon destacados ponentes e insig-

    iguiendo pues las citadas dis-posiciones conciliares, en

    nuestra dicesis funciona la Dele-gacin diocesana de Liturgia, con elfin de fomentar la vida litrgica en elmbito diocesano. Esta Delegacin,dentro de las li-mitaciones huma-nas, ha trabajado

    y sigue trabajan-do en promoverla ms autnticaparticipacin delpueblo cristiano

    en las celebracio-nes litrgicas.

    Desde sufundacin hacontado con tresDelegados dioce-sanos, en primerlugar, D. Jos Ma-ra Daz Fernn-dez, actual Dendel Cabildo de laIglesia Catedral.

    A D. Jos M lesustituy al frentede la DelegacinD. Elisardo Tem-pern Villaverde,actual Canciller

    del Arzobispado. Y D. Elisardo lepas el testigo a

    Jos M FuciosSendn, cannigode la Colegiata de A Corua, quienescribe estas lneas.

    Como es lgico, la Delegacinno la forma solamente el Delegadodesignado por el Sr. Arzobispo, sinoque adems se constituye la Comi-

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    nes liturgistas dembito nacional.

    As, por citar aalgunos, recorda-ramos a D. PedroFarns (Barcelo-na), D. AndrsPardo (Madrid),D. Jos Aldazbal(Barcelona), ya fa-llecido, D. MiguelFerrer (Roma), D.Ramiro Gonzlez(Ourense), D. Ge-rardo Soler (Llei-da), D. Juan MaraCanals (Madrid),D. Aurelio Garca(Valladolid), D.

    Antonio Alcalde(Madrid); en fin,nombres muy im-portantes dentrode la Pastoral Li-trgica de nuestro pas.

    Adems, la Delegacin ha or-ganizado cursillos de formacin delaicos para los diferentes ministerioslitrgicos. Y as, se han tenido cur-sillos para lectores, para ministrosex t raord i -narios de la

    comunin ypara minis-tros de ce-lebracionesdominicalesen ausenciade presbte-ro. Tambinhace unosaos partici-p en la Jor-nadas sacer-

    dotales sobre LaEucarista y el do-mingo.

    Mirando alfuturo: En el planpastoral dioce-sano correspon-de en los aos2012-2013 el de-sarrollo del temaLa Palabra deDios celebrada

    y como nos re-cuerda la Exhor-tacin ApostlicaVerbum Dominidel Papa Benedic-to XVI: Palabra

    y Eucarista sepertenecen tanntimamente queno se puede com-prender la una sin

    la otra: la Palabra de Dios se hacesacramentalmente carne en el acon-tecimiento eucarstico. La Eucaris-ta nos ayuda a entender la SagradaEscritura, as como la Sagrada Es-critura, a su vez, ilumina y explica elmisterio eucarstico. En efecto, sin

    el reconoci-miento de

    la presen-cia real delSeor en laEucarista, lacomprensinde la Escri-tura quedaincompleta.

    P o rtodo ello, la

    Delegacin de Liturgia propondrcomo posibles objetivos para estafase del Plan pastoral diocesano, lossiguientes:- Formacin de lectores.

    - Revalorizacin del ambn como ex-clusivo para la Palabra de Dios.- Homila diaria en los tiempos fuer-tes del Ao Litrgico.- Cursillo sobre la Palabra de Dioscelebrada.- Estudio del Leccionario.- Atencin a la Palabra de Dios enlos retiros sacerdotales.- Estudio de la Biblia de la Conferen-cia Episcopal Espaola.- Entronizacin de la Biblia.- Cartel con el lema del curso pastoral.

    Es sta una pequea muestrade lo que la Delegacin diocesanade Liturgia pretende aportar al PlanPastoral.

    Quiera el Seor que nuestrosesfuerzos vayan encaminados a quelos fieles cristianos participen acti-

    va y fructuosamente en las accioneslitrgicas. Sin duda que ste es elprincipal objetivo de esta Delegacinde Liturgia.

    D. Jos Mara Fucios SendnDelegado diocesano de Liturgia

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    co a los hombres es visitndolos ensus propias casas. Se que no es fcillograr que las personas inviten a suscasas al sacerdote, pero precisamentees el mismo sacerdote quien a largo ocorto plazo debe agotar recursos con

    Dios, para lograr ser invitado a los ho-gares de sus feligreses. Para ello, im-portante recordar orar y amar.

    Visita a los enfermos: se hace por-que es un mandato de nuestro Seor

    Jesucristo, a dems, porque despusde los Sacramentos de la Eucarista yConfesin, donde ms se vive la mi-sericordia de Dios es en la atencin a

    los enfermos. Luego esta visita a losenfermos, le aporta mucho a la vida yministerio del sacerdote.

    Escucha a los feligreses y vecinosparroquiales: un trabajo pastoral que

    no escucha, ni obedece a las personas,pierde la iniciativa divina. Si algo deberecuperar toda persona, pero en espe-cial el sacerdote, es la capacidad deescucha, para evitar males peores. Noolvidemos que en todo trabajo eclesial

    y pastoral la iniciativa la lleva Dios,por eso hay que escucharle primera-mente a l y desde l a los dems.

    Catequesis interparroquial: hay ungrupo de nios y adolescente aproxi-madamente de 35. La catequesis quees una educacin en la fe, debe sertambin un espacio de humanizacin.Nada mejor para ello, que valorar laasistencia de los catequizandos, pre-parar la catequesis y dar la catequesiscon amor, pedagoga y sabidura.

    Restauracin de templos: no siendolo ms importante, debemos velar condiligencia por ellos, ya que en el fondoes el lugar ms privilegiado para escu-char y celebrar a Dios mismo. S estnhaciendo reformas y restauracionesen Gndara y Cardama.

    D. Hernn Daro Carvajal GuiralAdministrador parroquial

    artiendo del Plan dePastoral de la Dicesisde Santiago Dinamizar

    la accin pastoral desde la Pala-bra de Dios, el trabajo pastoralde todas estas parroquias se en-marca en las siguientes lneas deaccin:

    - Visita a los hogares y bendicinde los mismos.- Visita a los enfermos.

    - Escucha profunda a los feligre-ses y vecinos parroquiales.- Catequesis interparroquial.- Restauracin de templos.

    Visita a los hogares y bendicinde los mismos: Si Dios Padre de-cide encarnarse por nuestro Se-or Jesucristo para la redencindel mundo y de esta forma elhombre vuelva a l, una forma derecordar este movimiento salvfi-

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    mo es que Vd. naci enCarballo? Le queda algn

    lazo familiar con esa tierra?

    C. E.:El motivo fue que mi padre tra-baj en unas minas en Carballo. De los6 hermanos que somos, tres nacimosall. Al poco de nacer yo, regresamosa Aragn. Quedan en Galicia algunosamigos de mis padres, pero ningn fa-miliar.

    Vd. forma par-te de una re- ciente genera-cin de obisposque han nacidoen un clima denueva evange-lizacin. Qu supone esorespecto desus predeceso-res en el epis-copado?

    C. E.:Entiendoque la preocu-pacin por lanueva evange-lizacin atae a todos los obispos porigual. Estamos ante uno de los grandesretos que debe afrontar la Iglesia eneste tercer milenio y que ha animadoel ministerio apostlico de los Papas

    desde el Concilio Vaticano II.

    La nueva evangelizacin es elinstrumento que nos puede ayudara hacer frente a los desafos de unmundo cambiante. Nos encontramosante una situacin novedosa que seconvierte en un desafo inquietante eilusionante a la vez. El objetivo de laevangelizacin consiste en permitir acada hombre entrar en contacto conCristo para conocerle, amarle y servir-le y, a la vez, hacer a la Iglesia ms apta

    para transmitir, de manera persuasivay comprensiva, el Evangelio de la sal- vacin. Adems, en nuestra realidadactual no se trata tan solo de sabertransmitir los contenidos de la fe, queen ocasiones nos resulta enormemen-te complicado, sino engendrar el actode fe por el que podemos describir conpropiedad al sujeto cristiano.En esta tarea debe sentirse implicadatoda la Iglesia y todos los obispos delmundo.

    En qu co-misin de laCon f e renc ia Episcopal leha tocado co-laborar? En qu estn tra-bajando?

    C. E.:Estoy enla CEAS (Comi-sin Episcopalde ApostoladoSeglar) por serel ConsiliarioNacional de la

    Accin Catli-ca desde Octubre pasado. En este con-texto me toca acompaar la Federacinde Movimientos de Accin Catlica enEspaa que est compuesta por la Ac-cin Catlica General, que es la resul-

    tante de la fusin de la Accin Catlicade Adultos de los Jvenes de AccinCatlica (JAC) y del Movimiento Ju-nior, y por los Movimientos especiali-zados de Accin Catlica.

    Los Movimientos especializa-dos atienden sus reas preferentes deevangelizacin hacindose presentes,de manera dispar, en las dicesis espa-olas. Por su parte, la Accin CatlicaGeneral est desarrollando un nuevoproceso muy interesante que incide en

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    la vida de las parroquias y potencia suaccin evangelizadora.

    Pertenezco tambin a la Subco-misin de Familia y Vida. En este mo-mento se est realizando un intensoestudio sobre la realidad sociolgica,cultural, moral y espiritual que envuel-

    ve a la familia ylas consecuen-cias que se des-prenden a lahora de anun-ciar el Evange-lio.

    Algunos rasgos de su dicesisde Teruel e inquietudes pastorales desu Obispo

    C. E.: La dicesis de Teruel y Albarra-cn es una dicesis extensa, cuenta conunos 11.000 kilmetros cuadrados. Lapoblacin no es excesiva, pues en todala dicesis hay unos 95.000 habitan-tes de los cules 35.000 viven en laciudad de Teruel. Estos datos presen-tan una dicesis eminentemente rural

    y, en general, envejecida.En este momento estamos ela-

    borando un nuevo plan diocesano depastoral. Son muchas las aportacionesa la elaboracin del mismo por partede los sacerdotes, religiosos y de losseglares de las distintas parroquias ycomunidades. El primer anuncio y laformacin de los cristianos (en tornoal Ao de la Fe), la pastoral vocacio-nal, la pastoral familiar, la pastoral

    juvenil y la accin caritativa en estostiempos de crisis econmica aparecencomo prioridades inexcusables en estemomento.

    Vd. se ha especializado en temas de

    familia. Cmo puede la Iglesia -sa-cerdotes, consagrados y laicos- ayu-dar a esta institucin tan vital parala sociedad?

    C. E.:La Iglesia sabe de la importan-cia de la familia en la trasmisin de lafe. El beato Juan Pablo II recordaba alprincipio de su pontificado en 1979 enPuebla (Mjico) que la evangelizacin

    del tercer mile-nio deba pasarpor la familiacristiana.

    Concretar esaayuda es laborde toda la Igle-sia y de todossus miembros.

    En Espaa, en el ao 2003, la Confe-rencia Episcopal Espaola public elDirectorio para la Pastoral de Familiarque es un documento que puede apor-tar elementos novedosos e imprescin-dibles a la hora de afrontar la misma.

    Aspectos como la familia, sujeto y ob-jeto de la evangelizacin de la Iglesia;la vocacin al amor como hilo conduc-tor de la pastoral familiar; la transver-salidad de la misma atendiendo a lapreparacin al matrimonio y a la vidafamiliar que no comprende solo la in-

    mediata (los cursillos prematrimonia-les) sino la remota (partiendo desde lainfancia) y la prxima (que marcara laposibilidad de acompaar a los jve-nes en su discernimiento).

    El considerar a la familia comoIglesia domstica abre grandes pers-pectivas a la hora de trabajar con ella

    e invita a esperar muchos frutos de supotencial eclesial.

    Sabemos que es un gran apasionado del mundo de la cultura. Aparte deuna formacin constante, un obispotiene tiempo para leer o ver algunabuena pelcula?

    C. E.: Cier-tamente eltiempo li-

    bre que unotiene no esexcesivo. Loslibros quepuedo leersuelen ser detemas en los

    que hay queprofundizarpara un me-

    jor ejercicio de mi ministerio. Por des-gracia, y aunque soy un entusiasta delcine, no tengo la oportunidad de vercasi ninguna pelcula.

    Ha hecho el camino de Santiago? Surelacin con el Pilar ha sido intensa(form parte del presbiterio zarago-zano) y nos gustara saber su opininsobre esta va de evangelizacin tanaprovechable.

    C. E.: S, el Camino de Santiago lo herealizado en varias ocasiones. La lti-ma sabiendo mi nombramiento para ladicesis de Teruel y Albarracn, pocasdas antes de hacerse pblico. Siemprelo hicimos con los jvenes de las pa-rroquias en las que estuve de prroco.

    El Camino de Santiago se ha

    mostrado siempre como una granoportunidad evangelizadora en el tra-bajo con los jvenes. Las largas cami-natas en grupo o en soledad, lo impre-

    visible de la climatologa, el encuentrofraterno con los peregrinos, la acogidagenerosa de las gentes de los pueblos yparroquias, la fatiga y el cansancio quese acumulan todo ello se va descu-

    briendo comouna magn-fica oportu-nidad de en-contrase conDios, de abrirel corazn almisterio desu infinitoamor.

    Soy une n t u s i a s t a

    del Camino de Santiago, por convertir-se en una magnfica ocasin de evan-gelizacin. De hecho, si Dios quiere,nos gustara peregrinar este prximo

    verano a la tumba del Apstol con losjvenes de la dicesis de Teruel y Al-barracn, evocando la gran experienciadel pasado verano en la Jornada Mun-dial de la Juventud de Madrid.

    Equio de Redaccin

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    e algn modo, que todava nos, ni ambiciono saber pues

    en eso consiste la fe, en fiarse, el Se-or me ha mostrado en varias ocasio-nes que no desea que pongamos nues-tro corazn -plenamente, se entiende,es decir, olvidndole o reemplazndolea l- en aquellas cosas o personas quenos da. Despus de la JMJ y aquellosmaravillosos Das En las Dicesis, en

    Astorga, la noche antes de la Euca-rista de Envo con D. Camilo en laPlaza Mayor maragata, al volver al se-minario con el sabor agridulce de lasdespedidas, sent como Dios me su-surraba al corazn, suavemente, conamor, como siempre hace, que no mepreocupara. Que viviese cada momen-to, cada relacin con las personas quel pone en nuestro camino desde la li-

    bertad, no desde la dependencia. Queme entregase al cien por cien en mistareas y encuentros -cortos o prolon-gados- con mi prjimo, pero que noles diese totalmente mi corazn. Con-

    fa en m, yo te ir regalando nuevas

    D

    vivencias que ni siquiera esperas, perono te apegues excesivamente a ellas,

    djalas fluir, Yo slo te basto, Yo per-manezco a tu lado. Y esta voz interiorme reconfort esa noche y lo ha hechotambin otras veces.

    De algn modo, ha sucedidoalgo parecido con D. Leonardo Le-mos, el nuevo Pastor de la Dicesishermana de Ourense. Ha sido una deesas personas que me han marcado,por las que doy gracias a Dios que cru-zase nuestros caminos. Y ahora que

    se ha ido el viejo profesor del Institu-to Teolgico Compostelano, siguien-do la voluntad de Aquel que nunca seequivoca y que desea siempre nuestro

    bien, no he podido dejar de escribir, almenos, estas lneas de agradecimiento.

    Don Leonardo -Don Leo, parasus alumnos y me consta que tambinpara los cercanos- es uno de esos sa-cerdotes que no dejan indiferente.Cada maana, puntual a su cita connosotros a primera hora, llegaba alaula y su primera mirada era siemprepara el Crucifijo de la pared, tras lacual rezbamos un Gloria que siempreterminaba con aquella frmula latina:sedes sapientiae (trono de la sabi-

    dura), ruega por nosotros, que seconverta para muchos de nosotros ensed de sapientia (sed de sabidura).

    Y es que para un fi lsofo, especialistaen sabiduras y saberes compendia-dos del ser humano, es sta una bue-na forma de invocar el poder esclare-cedor del Espritu Santo.

    De algn modo, las clases deFilosofa y Antropologa filosfica seconvertan con D. Leonardo y sus re-ferencias a Zubiri, Ortega o Platn, ensesiones verdaderamente magistrales

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    De algn modo, voy a echar demenos su silueta familiar, paraguasen ristre y sombrero en la cabeza, en-fundado en su abrigo oscuro, bajandolas escaleras del Monasterio de SanMartn Pinario camino de la Catedral,

    como si de aquel Padre Demian de lapelcula El exorcista se tratase, bre-gando contra los elementos de la h-meda meteorologa compostelana. Ycreo que no voy a ser el nico, a tenordel nerviosismo emocionado que vi enD. Xos Fernndez Lago, el Directordel ITC el da de la despedida oficialen el saln de actos, que l termincon un a decote, Leonardo.

    Seguro que tambin los peregri-nos echarn en falta su ausencia en elconfesionario de la Catedral, aunquesu lugar lo reemplace sin duda otrosacerdote.

    En fin, que puedo dar graciasa Dios, creo que todos podemos ha-cerlo, por haber podido conocer a D.Leonardo Lemos, para el que pidoque brille, sobre todo a partir de aho-ra, la luz de Cristo Resucitado, que dasentido a todas nuestras vidas y quehace posible, sin duda, la frase con laqueD. Leo se despidi de nosotros enel saln de actos del ITC: Yo seguirestando por aqu,de algn modo.

    Juan Manuel Sandn Prez,seminarista mayor de

    la Dicesis de Astorga

    que te ayudaban a esclarecer aquellosmisterios o verdades que el Hombreno ha dejado de buscar desde sus or-genes. Contextualizando a menudolos contenidos de las materias con lassituaciones cotidianas del da a da,nuestros bolgrafos iban a la zaga denuestros odos abiertos que captabanla informacin a una velocidad que alas manos les costaba seguir. Csca-ras, dejadme terminar que va a tocar eltimbre y no hemos acabado! o Mediominuto y lo dejamos (que acababansiendo el intermedio de 5 minutos)

    eran la mejor prueba de que cuandose trata del saber el tiempo no corresino vuela. Y cuando ese saber es fi-losfico, te ayuda -en palabras de D.Leonardo- a abrir la inteligencia para

    abrirnos a la fe.

    Pero haba algo ms en estemiembro del Cabildo de la Catedral,de cuyo telfono mvil salan los mis-mos repiques de campanas que de latorre de laBerenguela -con ese tonode llamada que, sobre todo a partir desu nombramiento episcopal, sonabanen el bolsillo de su cleriman- cuandole llamaban para darle algn aviso im-portante.

    Porque D. Leo era tambin deesos sacerdotes que saben escuchar(gran cualidad!). Ms de una vez meacerqu al Departamento de Filoso-fa, que l diriga, para exponerle unaduda de clase o un problema perso-nal de esos que tiene todo seminarista

    y siempre me reciba con una clidasonrisa y uncuntame. Al final de cur-so nos invitaba a bizcochos, como lllamaba a las chocolatinas que tenaen su despacho y compartamos unaevaluacin dulce de lo aprendido enclase.

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    principios da dcada dos 70,aqu na parroquia de A NosaSra. da Xunqueira de Vilagarca, na-ca este fenmeno xuvenil; a primeiraconvivencia levouse a cabo nos claus-tros do Mosteiro de Armenteira. Aofronte desta iniciativa, atopbase unmozo e dinmico sacerdote, Jaime

    Vaamonde Souto, hoxe menos mozopero de igual dinamismo (actualmen-te prroco da Baslica de Sta. Marade Pontevedra).

    As, pouco a pouco, esta mo-cia foi medrando e acollendo a gru-pos de mozos da diocese e de todaGalicia. Na nosa memoria histricaaparecen anos onde os participan-tes sobrepasaban os 500 pascueiros.Despois de tantos anos e agora que

    xa veen fillos de Pascueiros, pode-riamos con Frmula V preguntarlles aaqueles: Cuntame cmo te ha ido,si has conocido la felicidad, hblamede lo que has encontrado en tu largocaminar....

    verdade que a sociedade e osmozos cambiaron, pero a msica defondo e a meloda do compromiso se-guen atraendo a mozos e mozas que

    atopan na Pascua Xoven un camiode sentido e tantas veces razns para

    crer, esperar e amar. Savos? Aquos mozos ensaian como ser Igrexae aprenden tamn a coecer e amarmis a Xess, cun estilo de traballoon line, en rede, dialogando e con-frontando. O Secretariado, reunidomes a mes, e a Coordinadora, dan fedisto. Presntovos a dous mozos que

    bailan ao son desta msica pascuei-ra: Gloria eLuis Basilio, que vos vancontar mis cousas:

    Bueno, eu son Gloria e levo participando dende que me confirmei. A Pascua engan- cha, motiva e dache forzaspara camiar e vivir. Este anobaixo o eslogan E ti como te sentes?, queremos traballar apobreza interior: a angustia, atristeza, a soidade... Temticanada allea nin aos adultos nina ns, os mozos. Non cres?

    Eu son Baslio e levo 7 anosparticipando no grupo da Xun-

    queira. Cada grupo ven dunhaparroquia ou dun colexio e gra-tificante coecer e relacionartecon outros mozos que, coma ti,teen uns valores humanos e positivos. bonito refexionar, pero tamn bailar, cantar... esen tomar un chisco de alcohol.Gstanos vivir a vida pero senperder a cabeza e o corazn. Istoe moito mis a Pascua Xovende Arousa.

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    or una serie de circunstan-cias todava por esclarecer, un

    da una persona a la que aprecio mu-cho pero que no ejerce de catlica meacompa a misa.- Esto est afull (lleno, a reventar) de

    purilas (de seoras mayores) que seaburren y no tienen otra cosa que ha-cer que ir a misa.

    Estas dursimas declaraciones(aunque no compartidas por m en loque se refiere a lo de se aburren) me

    oblig a hacer la siguiente reflexin:Es as como nos ven a los catlicos?

    En las clases de economa delcolegio me ensearon a hacer los fa-mosos anlisis DAFO (Debilidades,

    Amenazas, Fortalezas y Oportunida-des), que es lo que hacen las empresascuando quieren estudiar su situacinen el mercado. La verdad es que nun-ca pens que lo hara para la Iglesia yaque no es una empresa propiamenteconvencional.

    P

    Pois xa sabedes que aqu vosesperamos, en Arousa, como sempre,das semanas despois da SemanaSanta. Este ano coincide o 20, 21 e22 de abril. Nesta edicin contaremospara o testemuo cun gran cantautor emellor persoa, Migueli, que coas sasletras e o seu percorrido vital, nosaxudar a cambiar de cara, a curarnuestras heridas y a cruzar a La Vida.Oxal que sexa as! Compartimos contodos vs, diocesanos, amigos e ir-mns, este canto que sabe a plegariae que tanto cantamos e mastigamosaqu, con Bea e os seus msicos.

    Manuel A. Couceiro CachaldoraPrroco de A Nosa Sra. da Xunqueira

    Coordinador da Pascua Xoven de Arousa

    Bendito el lugar yel motivo de estar ah,

    bendita la coincidencia.Bendito el reloj quenos puso puntual,

    ah bendita sea tu presencia.

    Bendito Dios por encontrarnosen el camino

    y de quitarme esta soledadde mi destino.

    Bendita la luz,bendita la luz de tu mirada.

    Bendita la luz,

    bendita la luz de tu mirada,desde el alma

    Gloria divina de esta suerte,del buen tino,

    de encontrarme justo ah,en medio del camino.

    Gloria al Cielo de encontrarte ahora,llevarte mi soledad y

    coincidir en mi destino,en el mismo destino.

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    Todas estas reflexiones se fue-

    ron en parte al traste cuando participen la JMJ. Haba mucha gente joven,normal y divertida, por lo que ech enfalta la presencia de mi amigo paraque viera que Madrid estaba afull degente joven.

    La conclusin que saqu de todoesto es que nosotros los cristianos so-mos los principales culpables de quese nos vea as: aburridos, desfasados,mayores. Bsicamente por una cosa:porque no se nos ve o porque no da-mos la cara; porque no luchamos mspara ser mejores y ayudar a los quenos rodean. Creo que sa es la mejorpublicidad y la mejor promocin quepodemos hacer de nosotros mismos.

    No se trata de montar una cam-

    paa de comunicacin para mejorarla imagen de la Iglesia, sino de sacara relucir lo que hay de bueno dentrode ella y que esta sociedad puede que

    valore menos. Creo que no es muyhabitual ver a modelos o futbolistasdedicando su tiempo libre a perso-nas necesitadas en asilos y hospitales(salvo cuando hay fotgrafos delante)mientras otras personas dedican sutiempo e incluso su vida en atendera esaspurilas de las que mi amigo se

    burl al verlas en misa. A lo mejorpensamos que el hecho de ser guapos/ricos/buenos futbolistas nos har msfelices en vez de procurar estar unpoco ms pendientes de aquellos quenos rodean.

    Javi Romero

    Periodista

    Dicho esto, me puse manos a laobra y trat de ponerme en la cabezade esa persona que me acompa amisa:

    DEBILIDADES:- La fe cristiana es para sujetos/as ma-

    yores de 65 aos.

    -Adems, es aburrida.

    -Carece de utilidad prctica en el da ada; o lo que es lo mismo: no me sirvepara pagar la hipoteca/encontrar em-pleo/divertirme.

    -Etc. (carezco de los me-dios necesarios para hacerun buen estudio exhausti-

    vo)

    AMENAZAS:-Lo que sale en los me-dios: pederastia, peleasen la curia, unos lderesancianos que carecen delmismo atractivo que unatop-model o que un futbo-lista consagrado.

    -De nuevo, Etc.

    FORTALEZAS:-Mensaje positivo: Ayudar a los dems.

    Ver a Cristo en cada uno de nuestrosconocidos y amigos. Ama al prjimocomo a ti mismo (aunque pienso queel mensaje es mucho mayor).

    -Relacionada con la anterior: Critas,Manos Unidas En estos tiempos decrisis, estas instituciones ayudan a losms necesitados que, por desgracia,en nuestro pas cada vez son ms.

    -Buena gente. Esas personas, que a lomejor no son ni tan guapas como las

    top-models ni tan guapos/ricos/bue-nos futbolistas como Cristiano Ro-naldo, hacen que la vida sea ms fcilpara los dems (Breve inciso: a pesarde lo que algunos piensan, en la Igle-sia tambin hay buenas personas).

    -Etc.

    OPORTUNIDADES:-Que cada uno de nosotros, los cris-tianos, procuremos luchar por ser me-

    jores y en dar a conocer el mensajede Cristo. Slo nosotros conocemoscules son las necesidades de nuestro

    tiempo y qu puede aportar el cristia-nismo a la sociedad.

    -La crisis econmica: cuando falta eldinero, supongo que lo nico que nosqueda son las personas que nos quie-ren. Lo que realmente nos importa -alfin y al cabo- es querer a los dems

    y sentirnos queridos, ms que tenermucho dinero y una vida cmoda (noquiero decir con esto que el dinero noayude).

    -Por ltimo: Etc.

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    arca de Santiago se ha acercado ala parroquia de San Francisco en A

    Corua para mostrar, a modo de ejemplo,cmo viven la Fe los nios que acuden a la

    catequesis. Este ao son cerca de 60 nioslos que recibirn la Comunin y en primerao de catequesis hay 75 ms.

    Lo ms crtico viene a partir de aho-ra. De todos ellos, continuarn su prepa-racin y su vida parroquial alrededor de15 . Hemos constatado que ellos tienenFe; ser que nosotros no tenemos fe enellos?

    Tendremos que aplicar una y otra vez,sin desaliento y con la alegra del Espritu,el objetivo que en esta parroquia, como enotras muchas de nuestra dicesis, se mar-can: El principal objetivo es conseguir quelos nios se sientan amados. Si el nio no

    se siente querido, todo lo dems no tienesentido.

    Natalio, franciscano que nos acogien nuestra visita a la parroquia, nos de-ca que es fcil hablar a los nios de Dios:Los nios son naturalmente buenos, pero

    el secreto est en que mam (pap) loenve a la catequesis, porque hay nios queno vienen, an queriendo, porque sus pa-

    dres no los envan.

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    az y bien!

    Tierra Santa es ms que un lu-gar geogrfico. Tierra Santa es, esen-cialmente, una experiencia profunda-mente espiritual, una referencia clara

    y precisa a los acontecimientos na-rrados en la Biblia que tienen all suhumus vital, en particular los relatosevanglicos que enmarcan en ese es-cenario los acontecimientos que mar-can el corazn de los cristianos paraconvertirse en un lugar teologal enel que Dios se ha dejado percibir a lolargo de la historia, cuyo plpito se ha

    sentido espe-cialmente la-tente en la fi-gura histricade Jesucristo,natural de Be-ln de Jud, re-sidente en Na-

    zaret de Galileay en Cafarnaum(junto al Lago),

    y vencedor dela muerte en lamtica y bblica

    Jerusaln, luga-res todos ellossignificados enlos Evangelios,lo que ha lle-

    vado a muchosa afirmar queTierra Santa esel quinto Evangelio, de modo queconocer Tierra Santa es sumergirseen el corazn del mensaje de salva-cin que se pronunci all, antes queen ningn otro lugar, para conocerlo y

    vivirlo ms intensamente

    Actualmente los cristianos quehabitan la tierra de Jess son unaminora con respecto a las comunida-des juda y musulmana (apenas el 1%).Comunidades cristianas de diversosorgenes y ritos (ortodoxos griegos, ar-menios, coptos, protestantes), sien-do los catlicos (all conocidos comolatinos) una minora dentro de lapequea minora cristiana. No deja deser casi paradjico que precisamen-

    te all haya tanpocas personasque profesan elcristianismo enalguna de susmodalidades,pero es un sig-no de los tiem-

    pos (nadie esprofeta en supropia tierra).

    Adems hayque aadir quelas comunida-des cristianastienen que so-portar situacio-nes adversaspor el simplehecho de profe-sar la fe evang-

    lica, lo cual est avocando a no pocoscristianos nativos a tomar la decisinde irse de su tierra a una forzada emi-gracin (lo cual es especialmente alar-mante en la ciudad natal del Mesas,

    en Beln, en donde hace unos aoslos cristianos eran un 70 % de la po-blacin siendo hoy apenas un 20%).

    El catolicismo est represen-tado histricamente en Tierra Santapor los franciscanos, siendo as quela Orden de Frailes Menores es, des-de el siglo XIV, la custodia de losSantos Lugares en nombre de la Igle-sia catlica. Lo cual ha sido posiblegracias a la audacia y espritu de fra-ternidad de los hijos de S. Francisco,

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    dando tambin abundantes frutos demartirio (entre esos mrtires, el beato

    Juan Jacobo Fernndez, originario denuestra tierra gallega, martirizado enDamasco -Siria-, en tierras que siguenhoy siendo campo teido de sangrederramada violentamente).

    La Colecta Pontificia del Vier-nes Santo significa rememorar la queel propio San Pablo promovi en sutiempo a favor de los cristianos quepasaban necesidad en Jerusaln (Igle-sia madre), de modo que lo recauda-do llega a aquellas tierras como man

    cado del cielo para poder seguir ade-lante con esta presencia sencilla perosignificativa, para seguir manteniendoabiertos los lugares de culto para lascomunidades locales y los inconta-

    bles peregrinos, y ayudar a los pobres(no slo cristianos, sino cualquierpersona necesitada). Destaca en estesentido la labor de los franciscanos,permitiendo la construccin de casasfamiliares en los terrenos de los con-

    ventos y otros lugares para que las

    nuevas familias cristianas no tenganque emigrar.

    En nuestra dicesis tenemostambin huellas de Tierra San-ta. En el compostelano convento deSan Francisco (antao colegio de mi-sioneros para Tierra Santa) abre suspuertas el Museo de Terra Santa, que

    viene a ser un trozo de la historia yespiritualidad de la tierra de la Bibliatransplantada en Galicia, como home-naje y recuerdo de aquellos santoslugares en los que, en cierto modo,naci el fenmeno jacobeo (aquella

    es la tierra de Jacob, el hijo de Zebe-deo) que nos vincula, apostlicamen-te, a aquella tierra que es madre en lafe, y por la que debemos orar y ayudar.

    Y es que hay un trozo de tierra santaen el alma de toda persona cristiana.

    Fr. Francisco J. Castro Miramontes, ofmDirector del Museo de Tierra Santa

    Gua en los Santos Lugares

    qu todo es como en cualquiersitio de Espaa, aunque todo

    sea tambin diferente.

    Aqu, como en Espaa, el Do-mingo de Ramos tiene su centro enla Misa con la proclamacin de la pa-sin del Seor. Puede que los fieles,en Tnger como en Espaa, se sien-tan ms atrados por la procesin conlos ramos que por la celebracin euca-rstica. Pero la realidad se nos impo-

    ne, nuestra procesin ser necesaria-mente dentro del recinto de la iglesia,en un mbito de interioridad que esantesala de la intimidad del corazn,en la que los creyentes se encuentrancon el Seor.

    En el corazn guardamos el mis-terio de la pasin del Seor: la cruzde Jess, expresin de obediencia aDios y de solidaridad con los hom-

    bres; el sufrimiento del Siervo del Se-or, anuncio proftico del sufrimiento

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    de Cristo, elSiervo que lle-

    va en su cuer-po las heridasdel mundo;el camino de

    Jess parasalvar, que noes un caminode fuerza o deriqueza, sinode debilidad ypobreza.

    S o b r e -

    coge la auste-ra solemnidaddel TriduoPascual vividoen esta Iglesiaque peregrinaentre musulmanes. La liturgia, comna todas las comunidades de rito roma-no, se recoge aqu en la humildad deun horario fijado, no por los tiemposde la Historia de la Salvacin, sinopor las exigencias del da de trabajo, ytiene, aun en horas de pasin, aire dePentecosts, pues el Espritu congre-ga en la unidad de la celebracin a unpueblo de emigrantes, de extranjeros,de peregrinos, unidos por la misma fe,la misma oracin, la misma esperan-za, la misma gracia.

    El Jueves Santo est marcadopor una invasin de amor en gestos ypalabras de Jess: Habiendo amadoa los suyos que estaban en el mundo,los am hasta el extremo. Ese amorextremo se expresa de varias formasen la celebracin: En el gesto del lava-torio de los pies, que implica despojar-se del vestido, lavar los pies, purificar,cosas todas que evocan el misterio dela encarnacin, por el que la Palabrade Dios se despoj de su rango, se

    anonad, seempobreci,para poner-se a nuestrospies y purifi-carnos. En lamemoria dela muerte yresurreccindel Seor:despojado delos vestidos yde la vida, lse ha hechonuestro ves-

    tido y nuestravida. En el sa-cramento dela Eucarista,sacramentodel Cuerpo de

    Cristo entregado por nosotros, hastahacerse para nosotros pan de vida y

    bebida de salvacin.

    Adems de la celebracin litr-gica, la comunidad se rene en ado-racin ante el Santsimo Sacramento,reservado para la comunin en el dade la Pasin del Seor.

    El Viernes Santo nos reunimosde nuevo para meditar la Pasin delSeor siguiendo los pasos del Va

    Crucis. En este da la Iglesia celebraslo la Pasin del Seor. La celebra-cin incluye una solemne liturgia dela Palabra con una amplsima oracinuniversal, la adoracin de la Cruz, y lasagrada comunin.

    El Sbado Santo est marcadopor el misterio de la ausencia-presen-cia de Cristo muerto y sepultado, y porla irrupcin de la luz de Cristo resuci-tado en la noche del mundo. La vigiliapascual es la primera y principal ce-

    lebracin delAo Litrgicocristiano. LaIglesia cele-

    bra su Pascuacon Cristo,su paso de laesclavitud ala libertad, dela muerte a la

    vida, del lutoa la fiesta, delas tinieblas ala luz.

    La es-tructura y lossmbolos dela Vigilia Pas-cual recuer-dan los aspec-tos fundamentales de la vida cristiana:El fuego nuevo, la luz del cirio pascualson smbolos de Cristo resucitado que

    vencen la tiniebla del mal; el cristianoest llamado a ser luz como Cristo, aser luz de Cristo. Las lecturas de la Vi-gilia pascual nos recuerdan aconteci-mientos de la Historia de la Salvacin

    y valores fundamentales de la nueva vida que por el bautismo se recibe,vida de hijos de Dios, resucitados conCristo y animados por el Espritu de

    Jess. A laproclamacinde la Palabra,sigue la reali-zacin sacra-mental de lasalvacin, pormedio de lossacramentosde iniciacin.En esta nochecelebraremosel bautismode un catec-meno. La Vi-

    gilia pascualculmina enla liturgia eu-carstica: Co-mulgar conCristo resuci-

    tado es comulgar con su resurreccin,con su vida, con su Espritu, con laluz de su gloria.

    La pobreza, la interioridad, laintimidad, da a la celebracin pascualde esta Iglesia un aire de autenticidad,de verdad, de bienaventuranza evan-glica.

    Fr. Santiago AgreloArzobispo de Tnger

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    nada, le dije queal salir de all mequera ir a misio-nes (cuando anme quedabanotros tres hijos,de nueve, seisaos y nueve me-ses).

    Mi matri-monio haba du-rado trece aos.Ocho de ellosfueron una conti-

    nua luna de miely los otros cincovivimos una vidanueva; fui muyfeliz con Manolo!Nunca me atre-

    v a preguntar aDios el porqude lo que me su-ceda. Le repro-chaba que no mediera una segun-da oportunidad.

    Despus deun ao de hospi-talizacin, vinolentamente larecuperacin en

    casa. Tuve quevolver a aprender a caminar, a recupe-rar mi vida familiar y a empezar con mimisin. Mi misin estaba en mis treshijos. La economa era mala; a pesarde mis limitaciones fsicas, encontrun trabajo y con mucha lucha saqua mis tres hijos adelante con la ayu-da de Dios. Mis hijos fueron buenos;nunca me dieron problemas. Hoy enda me siento cuidada por los tres yentre ellos hay una gran unidad.

    Me refugi en la Iglesia para

    tranquilizarme,reconfortarme y

    buscar la ayudaespiritual que ne-cesitaba. Le pedal prroco que mediera una respon-sabilidad de cate-quista; colaborcon Critas. Peroen lo profundode m permanecauna inquietud. Mepareca que estono era suficiente;

    necesitaba algoms. Prob en al-gn movimiento,pero no era lo que

    buscaba. As queme acomod conlo que tena y fuiperdiendo la in-quietud.

    Una nochede tormenta, enel mes de octubre,mi amiga Mara

    vino a invitarme aun retiro de la Re-novacin Carism-tica. Ni haba odohablar de ella..,

    pero no pude ne-garme. El recibimiento muy bien; laEucarista muy alegre, me gust; mellam la atencin la alabanza (pens:no es para tanto!).

    Un domingo, despus de comer,tuve la visita de Mara, Montse y Ja-

    vier. Hablamos toda la tarde y, al final,les dije: Qu tengo que hacer?

    Me animaron a ir al Grupo deOracin. Ah empec a vivir mi vida

    l da 23 de abril, hace treinta ycuatro aos, sufr un accidente

    muy grave. Era yo una mujer con una vida hecha: ama de casa, madre decuatro hijos, con un hogar formado...

    y, en ese momento, la vida se me cor-t. Se murieron mi marido y mi hija. Apesar de tener tres hijos ms, mi vidagiraba en torno a ellos dos: el crculoeran ellos, y despus estaban los de-ms.

    Mi hija haba sidomuy deseada. Vinodespus de muchaspruebas; me someta una operacin parapoder tenerla. Cuandolleg, recuerdo que fueuna locura, hasta elextremo que no estabapreparada para sepa-rarme de ella. Cuan-do empez el colegioen septiembre, no meimaginaba pasar esashoras sin ella. As quele ped a una vecina

    que me la cogiera por unas horas para

    irme acostumbrando.Cuando la nia cumpla tres

    aos, me qued sin ella. Pens queno tena ms vida. Siempre haba sidouna persona religiosa. En aquella si-tuacin, experiment la falsedad demi alegra. Me di cuenta de que, hastaese momento, era slo una puntualcumplidora del tercer mandamiento.Sin mi marido y mi hija se me habaacabado la vida. Mientras estaba hos-pitalizada me visitaba un sacerdote; yun da, como senta que ya no tena

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    espiritual, porque hasta entonces nola tena. Hasta ese momento viva miastilla de la Cruz con resignacin. Mepareca que era una buena cristiana;

    bastaba con no desesperarme. No es

    cristiano vivir con resignacin. Yopensaba que era una lstima no po-der ofrecer mi astilla a la Cruz de Je-ss. Cuntas veces me lament! Qutiempo tan desaprovechado!

    Por fin ahora, aos ms tarde,Dios me ha dado la ocasin, a travsde la enfermedad, de vivir la astilla desu Cruz con aceptacin, sabiendo quel est conmigo.

    Antes de conocer al Dios vivo(Deja que Dios sea Dios; t slo ad-

    rale) yo crea en un Dios lejano. Quequivocada estaba! Porque Dios se en-carna, nos mece, nos cobija, nos con-suela; est a nuestro lado, totalmentecercano. En el periodo de enfermedadque he vivido en estos ltimos aostuve grandes satisfacciones a pesar dela gravedad. En manos del Dios vivo,en mi enfermedad he disfrutado una

    verdadera plenitud espiritual.

    Recuerdo que, despus del acci-dente, estando en el hospital -cuandotodava viva con resignacin pero sinaceptacin- me visitaba a diario unsacerdote. Para consolarme me deca:

    Piensa en la Virgen, en su dolor, portodo lo que tuvo que pasar...

    Hasta que yo, un poquito enfadada, ledije un da:La Virgen Mara, en su do-lor, estaba muy bien acompaada.

    En estos ltimos aos, Dios meha concedido tambin a m ese regalotan especial de sentirme acompaada,arropada por los hermanos. Venan ami casa. Se hizo oracin -cantos queson oracin- y se celebr una Euca-rista donde recib el Sacramento de laUncin de Enfermos de manos de D.Benito, mi prroco.

    De qu puedo quejarme? Mivida est en manos de Dios, y ya slopuedo alabarle y darle gracias porquel todo lo hace bien.

    Pepita DizCatequista de Coiro - Cangas

    esde los principios del cristia-nismo, lleg la Buena Noticia

    a la India por el Apstol Sto. Toms.

    Para reconstruir la historia lejana te-nemos que conformarnos slo conla tradicin. En el ao 52 d.C., Sto.Toms lleg a la India atravesandotierra y mar como un autntico dis-cpulo del Mesas. La herencia quellevamos sobre nuestras espaldas esel resultado de veinte siglos de testi-monio de fe catlica. Segn la tradi-cin, Sto. Toms fund 7 comunida-des en la India.

    D

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    El rito siro-malabar y el ritosiro-malankara, junto al latino, con-forman la Iglesia Catlica de la India,fo rmada en totalpor dieci-siete mi-llones depersonas( m e n o sdel 2%de la po-

    b l a c i ni n d i a ) .El origena p o s t -lico y lafidelidada sus pro-pias tra-dicionesson muy notables en estas Iglesias.Entre los dos primeros ritos mencio-nados slo hay diferencia en la litur-gia; el siro-malabar procede de la tra-dicin caldea y el siro-malankara dela antioquena. Las tres Iglesias jun-tas administran escuelas, casas parahurfanos, refugios para leprosos y

    enfermos de sida, hospitales, etc.

    El papel de los laicos es im-portante en las parroquias. La pecu-liaridad de esta Iglesia es que tieneun estilo nico de catequesis: en lasfamilias, en las parroquias, en lasescuelas se ensea a los nios acustodiar la fe. Las familias rezanel ngelus y el Santo Rosario. Cele-

    bran la Eucarista con mucho fer vor.En tiempos fuertes, por ejemplo enCuaresma, rezan el Via Crucis, y en

    octubre el Santo Rosario. Hay unambiente favorable para despertarlas vocaciones.

    Perso-nalmente,puedo de-cir que mi

    vocacincomo re-l i g i o s a naci y sealimenten estecontextode fe quese viva enmi fami-lia, en loscolegios

    donde estudi y en mi pueblo. Todoesto me ayud para descubrir mi vo-cacin. La misericordia de Dios meha trado hasta este Monasterio deDominicas de Belvs. La divina pro-

    videncia me seal y se ocup de m.Ahora estoy aqu muy contenta, conel gusto de hacer la voluntad de Dios.

    El atractivo ltimo de una vocacines, sencillamente, el buen Dios.

    Como en todas las iglesias, enla India tambin est sucediendo undecaimiento religioso; necesita laNueva Evangelizacin. La globaliza-cin ha hecho sus buenos y malosefectos. La falta de comunicacinentre familias, la autosuficiencia, elafn de dinero, el estudio, el traba-

    jo han marcado mucho los corazo-nes de los fieles, sobre todo de los

    jvenes. Tienen tendencia a olvidara Dios y se apoyan en sus propiasfuerzas, de tal modo que la falta de feles lleva al propio desfallecimiento.

    En la historia cristiana de laIndia, los misioneros desempearonun papel fundamental. El modo de

    vivir de estos enviados atrae a los de-ms y as las personas se conviertenpor la accin de la gracia divina. Noson los misioneros, sino la fuerza deDios, la que convierte a las personas

    y por medio de una respuesta dcilal Espritu Santo se integran en elcorazn de la vida cristiana.

    Religiosa dominicade Sta. Mara de Belvs,

    nacida en India

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    Da de HispanoamricaComprometidos con Amrica en la nueva evangelizacin

    El Da de Hispanoamrica es una valiossima y oportuna cita anual, tradicional-mente incorporada en el calendario de la Iglesia catlica en Espaa, desde el ao1959, para actualizar y fortalecer los vnculos de comunin y colaboracin con laIglesia en Hispanoamrica y la solidaridad entre sus pueblos y naciones.

    Da del SeminarioPasin por el Evangelio

    La celebracin del Da del Seminario puede ser una ocasin estupenda para que lacomunidad cristiana sacerdotes, consagrados y laicos reflexione sobre la identi-dad y la misin del sacerdote en este contexto marcado por la secularizacin y laindiferencia religiosa. Es aqu donde se percibe la urgencia de una nueva evangeli-zacin que invita a un aggiornamento de las formas y prioridades en el ejerciciodel ministerio presbiteral. Las notas fundamentales que definen el sacerdocio per-manecen, no cambian; pero s lo hacen los contextos en que se desarrolla la vidade la Iglesia, y eso conlleva una valoracin diversa de las funciones del sacerdocioen cada momento y lugar.

    Jornada Mundial de oracin por las Vocaciones Nativas

    Organizada por OMP, nace bajo el patronazgo de la Obra Pontificia de San PedroApstol para ayudar con la oracin, el sacrificio y la limosna a las vocaciones nati-vas sacerdotales y religiosas de los pases de misin.

    Colecta por los Santos Lugares

    Colecta pontificia del Viernes Santo.

    Jornada por la VIDAAma la Vida, toda la Vida

    Amar y cuidar toda vida humana. Con este lema se quiere reflexionar en estaJornada para promover una cultura a favor de la familia y de la vida.

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    Por qu mo-rir nos da tantomiedo?

    a luz dela Tosca-

    na italiana inun-da esta pelcula,en la que TizianoTerzani ve llegarel final de sus das

    y decide tener unltimo encuentrocon su hijo. Bajosus arrugas y elcuerpo castiga-do por el cncer,reviven juntos la

    vida de este hom-bre extraordinario, al que los cambiospolticos y sociales que vivi comocorresponsal de prensa en el suresteasitico lo transformaron ideolgica yespiritualmente.

    No se trata de un mero suma-torio de ancdotas, sino que hay ms:una reconciliacin con su hijo y supropia vida, una explicacin, una pre-paracin de este ltimo y emocionante

    viaje que le queda por vivir. Muy lejosde los tormentos que cabran esperarde un enfermo terminal, su experien-cia de aos en el Himalaya le haceafrontar la muerte con calma y natura-lidad, sabindose perteneciente y co-partcipe de algo ms grande todolo que he sido y ahora s que no soy

    nada. Por lo tanto, acertadaes su crtica al materialis-mo actual y la necesidad dedesprenderse para alcan-zar la verdadera Felicidad.

    Sin duda, se trata de unapelcula que no dejar indi-

    ferente a nadie por la entereza de suprotagonista ante el sufrimiento y lamuerte. El fin es mi principio es unemotivo canto a la Vida.

    ichar RohrO.F.M. esel autor

    de este libro: En- cuentros maravi-llosos. l mismocomenta que es-cribi estas re-flexiones sobre laSagrada Escrituradurante la Cua-resma que pasen una ermita en

    Arizona, en 2010.Estas reflexionesle vinieron fcil

    y rpidamente, locual -comenta l-es uno de los dones que vienen de pasarlargos ratos en silencio y soledad.

    Al publicar el libro sugiri que nose presentaran como meditaciones dia-rias, aunque saba que tambin lo podanser, sino ms bien como un encuentrocon la Biblia misma, partiendo de unaexperiencia cuaresmal. No solamentecon lo que est en la Biblia, sino ms

    bien con cmo nosotros podemos in-terpretar la Escritura y crecer hoy a tra-

    vs de estas situaciones paralelas.

    ste es nuestro momento paraleerEncuentros maravillosos. Es Cua-resma y, adems, vivimos durante estecurso una invitacin a que la Palabra deDios sea el eje de nuestra vida de Fe,personal y diocesana.

    Su lectura nos va a resultar gil.Parte de una cita diaria, a la que aadeuna reflexin y una oracin. Aun paralos que no tenemos tiempo para muchalectura nos va a ser posible hacerlo conEncuentros maravillosos, porque lec-tura y oracin se hacen una misma cosaa lo largo de las pginas: Dios humilde,haznos semejantes a Ti. No nos avasa-llas, sino que esperas pacientemente aque cambiemos. Que hagamos nosotroslo mismo con nuestros hermanos y her-manas en el camino.

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