Aserejeanalisis
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Análisis Musical de “Aserejé” de Manuel Ruiz “Queco,” cantada por Las Ketchup
Esta canción no es ninguna broma, como no lo puede
ser ninguna canción que venda semejante número de
copias. Y si alguién dice que esto la hace cualquiera, le
tenemos que preguntar ¿entonces, por qué no eres
millonario? Por algún extraño motivo la música de
baile siempre ha sido despreciada por la crítica y por
buen número de aficionados. Se trata de una tradición
con más de tres siglos. Ya en el siglo XVIII la música
de baile carecía de todo prestigio, considerándose que la
música religiosa y la ópera constituían el verdadero
arte mayor. Afortunadamente, los músicos también
necesitan comer, y, por ejemplo Bach, que tuvo diez y
ocho hijos que alimentar, nos ha dejado mucha música
de baile, en forma de magníficas gavottas, gigas y
minuettos.
No llega con hacer mucha promoción para garantizar el
éxito de una canción. La promoción puede garantizar
que el consumidor conozca un producto, pero no que lo
consuma. El consumidor sólo comprará lo que: 1-
conozca y 2- le guste. Por eso vale la pena intentar
arrancar el misterio del éxito de “Aserejé.”
Visión global
“Aserejé” presenta una típica forma Top 40, donde se
distinguen las siguientes secciones:
1- I: Introducción
2- A: Estrofa
3- B: Estribillo
4- X: Conector
5- A: Estrofa
6- B: Estribillo
7- P: Puente
8- B: Estribillo, repetido tres veces
9- C: Coda
El núcleo de la canción está formado por la estrofa y el
estribillo, que se van alternando. Tal como es de
esperar en una canción muy comercial, el estribillo
ocupa una buena parte de la canción, repitiéndose tres
veces seguidas al final. Tiene la curiosidad de presentar
un puente. El puente es opcional en una canción Top
40, y, al suponer un aumento de complejidad, su
presencia se suele asociar con las canciones de mayor
“calidad.” La canción se redondea con la adición de una
introducción y una coda, ambas hechas con el mismo
material. También existe un pequeño conector entre un
estribillo y una estrofa hecho con el mismo material
que la introducción y la coda.
La estructura se puede representar por I-A-B-X-A-B-P-
B-B-B-C.
Cumple perfectamente las reglas de una canción
comercial. Para empezar tiene una duración casi idónea
de 3 minutos y 18 segundos. Una canción Top 40 debe
de durar más de dos minutos y medio y menos de 4
minutos, colocándonos en una media ideal entre 3
minutos y 3 minutos 25 segundos. Como se ve la
duración de “Aserejé” cuadra casi exactamente en la
duración que se ha probado que facilita las máximas
posibilidades de éxito.
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2La introducción de “Aserejé” dura 10 segundos. De
nuevo se sitúa en una duración adecuada. La regla del
Top 40 establece que la introducción no debe de
prolongarse más de 17 segundos, siendo una duración
buena entre 11 y 15 sg, aunque son perfectamente
aceptables duraciones más pequeñas, e incluso
canciones sin introducción tal como “Hey Jude.“
Finalmente el estribillo debe de alcanzarse al cabo de
entre 30 y 60 segundos, siendo un buen valor 45
segundos. En “Aserejé” el estribillo se alcanza en un
momento bastante adecuado al cabo de 39 segundos del
comienzo.
La canción está escrita en un modo menor,
concretamente en Eb menor. Se trata de una clave muy
rara, con una armadura que presenta ni más ni menos
que 6 bemoles. Sin duda Queco no ha compuesto la
canción originalmente en Eb menor, a menos que le
tuviese manía al teclista. Esta clave es el resultado de
la búsqueda del rango donde mejor se pudiese lucir la
voz de “Las Hijas del Tomate.” Para facilitar las cosas
voy a analizar la canción transportándola a Mi menor,
donde nos encontraremos mucho más cómodos.
Es curioso que en conjunto se compongan muchas
más canciones en modo mayor respecto al modo
menor. Posiblemente se deba a la mayor inestabilidad
tonal del modo menor respecto al mayor. El
compositor medio busca incoscientemente estabilidad
tonal en las canciones, por lo que, por defecto,
comienza a componer percutiendo acordes mayores.
Sin embargo, una buena proporción de las canciones
de éxito están escritas en modo menor. De aquí
podemos sacar una conclusión interesante: una canción
escrita en modo menor tendrá más posibilidades de
éxito que otra escrita en modo mayor.
La Introducción
La canción comienza con 8 compases sobre el acorde
i7: Em7. El empleo del acorde de tónica con una
séptima menor añadida es excepcional en música
clásica, y, sin embargo se encuentra con cierta
frecuencia en el género Top 40. En el lenguage de la
música clásica una séptima menor añadida trae
asociaciones inmediatas a la función dominante. Se
trata de una tensión disonante que traiciona la
mismísima esencia de la función tónica, asociada al
reposo y a la sensación de estar “en casa.” Este
elemento de inestabilidad tonal resulta particularmente
notorio en un modo menor, que de por sí es más
inestable que el modo mayor. Esta inestabilidad se
podría compensar con el empleo recurrente de cadencias
muy tonificantes, como una cadencia perfecta. Sin
embargo, en toda la canción no hay ni una cadencia
perfecta, y, de hecho, prácticamente no existen acordes
con función dominante.
¿Cómo se logra estabilidad tonal?
Con mucha perseverancia. Se repite el acorde de tónica
–con su desestabilizante séptima menor– durante un
montón de veces. Tenémos Em7 durante los ocho
compases de la introducción y los primeros ocho
compases de la estrofa. A esas alturas –después de 16
compases con el mismo acorde– el oyente ya se ha
convencido de que el Mi es la tónica.
Curiosamente se dá una circunstancia similar en la
canción “Another Brick in the Wall” de Pink Floyd.
Comienza con un acorde Dm7, que persiste durante 18
compases, con lo que se establece la tónica en el Re.
En este caso hay que decir que la séptima menor
añadida es mucho menos obvia y más bien habría que
considerarla como una nota de adorno, más que como
integrante estructural del acorde.
Siguiendo con las analogías vale la pena nombrar “In
the Army Now” de Status Q, cuyo estribillo comienza
con un acorde de Em7. En esta canción el acorde
menor de tónica siempre se presenta acompañado de la
séptima menor, aunque hay que decir que se hace un
uso bastante amplio de cadencias tonificantes –más que
de la perseverancia en el uso del acorde de i7– para
estabilizar tonalmente la canción.
Finalmente quiero nombrar “Suzie Q,” un éxito de
1968 de un conjunto llamado Clearence Clearwater
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3Revival, que seguramente habrá pasado al olvido de los
más jóvenes. Presenta el acorde de tónica siempre
acompañado de su séptima menor, y, al igual que la
canción que nos ocupa, hace un uso muy persistente
del acorde de tónica para estabilizar la canción.
Presenta el acompañamiento en modo mayor, mientras
que la melodía está en modo menor. Como resultado
en la tercera de la escala se forman a menudo intervalos
muy disonantes de octava disminuída, que son
prácticamente imposibles de encontrar en música
clásica, mientras que son corrientísimos en los blues y
el jazz. Preguntadle a algún músico con formación
clásica qué es un intervalo de octava disminuída.
Probablemente os dirá que se trata de un intervalo
imposible.
Cuando oigo una canción con el acorde de tónica
acompañado de una séptima menor me hace pensar en
el siguiente mensaje: “esta es mi casa… y es una casa
de locos.”
Volviendo a “Aserejé,” podemos decir que tiene una
introducción minimalista desde el punto armónico,
donde se le transmite al oyente la situación de la tónica
y se le permite ajustar la voz para empezar a cantar si
le apetece.
La Estrofa
Voy a hacer unas serie de observaciones sobre los
dilemas y reflexiones con los que se ha enfrentado
Queco al componer la canción. Los voy a plantear
desde un punto de vista muy racional, a pesar de que
Queco, como todo buen compositor, se habrá dejado
llevar por su buen instinto musical, más que por la
razón.
Admirado Dn.Manuel Ruiz “Queco,” si por una
increíble casualidad pones tus ojos sobre este panfleto,
te sorprenderás enormemente de las cosas que creo que
han pasado por tu cabeza. Voy a decir cosas que creo
que has pensado aunque tú no sepas que las has
pensado.
La estrofa comienza con una frase regular de cuatro
compases cantada sobre i7:
Mira lo que se avecina a la vuelta de la esquina viene
Diego rumbeando
Comienza con un cromatismo, dando las notas E, Eb,
D, C#. Es muy raro que una canción de éxito
introduzca cromatismos en la melodía, por su
dificultad de entonación. Se supone que una canción de
éxito debe de ser fácil de cantar. En contrapartida toda
canción de éxito debe tener alguna originalidad que la
haga fácilmente identificable. Creo que este
cromatismo ayuda a que el oyente recuerde la canción y
por tanto es un elemento importante de su éxito.
Dentro de su dificultad de entonación, es relativamente
fácil de cantar por encuadrarse dentro de una bajada
melódica desde la tónica hasta el quinto grado, de
asimilación bastante simple.
Me gusta el final de la frase con la apoyatura superior
en “rumbe-an-do.” Forma una fuerte disonancia de
segunda menor antes de alcanzar su objetivo, que es el
Si final. Personalmente ahí noto un sonido
fuertemente frigio, aunque técnicamente no lo es. En
realidad siempre que oigo cantar con acento andaluz se
me produce una asociación involuntaria con la escala
frigia.
Después de esta frase antecedente uno se esperaría que
llegase la frase consecuente, pero en su lugar se repite
la misma frase antecedente regular con la letra:
Con La Luna en las pupilas y su traje aguamarina van
restos de contrabando
A continuación, la frase consecuente no se puede hacer
esperar más y la oimos con la letra:
Y donde más no cabe un alma allí se mete a darse caña
poseído por el ritmo ratacanga.
Se trata de una frase consecuente regular de 4 compases
construidos sobre la secuencia iv–bVII–v–iv. Aquí
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4tenemos los primeros acordes distintos del acorde de
tónica. Se produce una fuerte aceleración del ritmo
armónico. Mientras que en la parte anterior de la
canción sólo se usa un acorde, en esta frase se emplean
cuatro acordes. La aceleración del ritmo armónico en la
frase consecuente, respecto a la frase antecedente, es un
mecanismo empleado desde hace más de tres siglos en
la música tonal occidental. Se usa rutinariamente para
indicarle al oyente la llegada de la frase consecuente, y
por tanto el acercamiento del fin del período musical
correspondiente.
En la secuencia armónica llama la atención la
presencia del acorde de dominante en la versión muy
debilitada de dominante menor, de forma que la
cadencia rota v–iv apenas se nota como tal.
Dado que la frase antecedente se ha presentado por
duplicado, para mantener la simetría, la frase
consecuente también se presenta por duplicado. De
modo que la siguiente frase es una repetición de la
frase consecuente.
Está repetición no es idéntica sino que viene
acompañada de unos ecos muy interesantes, que
ocupan dos compases extra. La segunda frase
consecuente comienza con 4 compases donde se canta
la siguiente letra:
Y el dijey que la conoce canta el himno de las doce
para Diego la canción más deseada
La frase se prolonga con tres ecos que ocupan dos
compases:
Y la baila
Y la goza
Y la canta
Estos ecos rompen la simetría, por lo que suponen un
elemento de complejidad que hay que justificar,
especialmente en una canción que aspira a la
comercialidad. Tenemos por primera vez en la canción
una frase irregular, con seis compases en vez de cuatro.
La ruptura del ritmo de cuatro compases por frase se
emplea en la música tonal occidental –al menos en la
música fuertemente rítmica como la de baile– como
una señal que le indica al oyente que va a venir algo
importante. En este caso estos dos compases extra le
indican al oyente la llegada de la siguiente sección: el
estribillo.
Para hacer una canción bien construida –y “Aserejé”
está bien construida– es fundamental que las secciones
se diferencien con claridad y estén bien articuladas. La
buena articulación de las secciones es particularmente
difícil por lo que el compositor le debe de prestar la
máxima atención. Normalmente hay que procurar que
la llegada de una nueva sección se desee y se espere. Es
fácil ver que estos dos compases donde tenemos los
tres ecos actúan preparándonos para el estribillo y
haciendo que lo deseemos. Le invito al lector a que
elimine estos tres ecos y pase directamente al
estribillo. El resultado es muy pobre por aparecer el
estribillo de forma muy brusca e inesperada.
La inserción de compases extra es un método estandar
empleado en la música tonal occidental para mejorar la
articulación entre las secciones. El método opuesto de
eliminar compases para hacer que el final de una
sección coincida con el comienzo de otra se usa muy a
menudo en música clásica, pero está prohibido en el
género Top 40. Tengamos en cuenta que el género Top
40 presenta una forma muy rígida, donde hay muy
poco espacio para la experimentación a diferencia de la
música clásica. Ignoro si la falta de experimentación
formal en el género Top 40 es consecuencia de las
exigencias del mercado o de la prevalencia de
compositores que son incapaces de violar las reglas por
no conocerlas conscientemente.
La estrofa de “Aserejé” presenta la curiosidad de repetir
inmediatamente tanto la frase antecedente como la frase
consecuente. Si a la frase antecedente le llamamos a y
a la frase consecuente b, tendremos una estructura tipo
aabb’, donde b’ indica que al repetir la frase
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5consecuente esta se modifica algo –en este caso
añadiendo los ecos. Normalmente en vez de una
estructura tipo aabb’ sería de esperar una estructura
abab’, donde no tendríamos dos períodos entrelazados,
sino dos períodos perfectamente separados: el primero
sería ab, y el segundo ab’. Personalmente no me
gusta la estructura aabb. Me parece mucho más
bonito presentar los dos períodos por el método
habitual abab. Creo que conmigo coinciden la mayor
parte de los mejores músicos. No recuerdo ninguna
canción de “The Beatles” donde se presenten cuatro
frases con una estructura aabb. Se trata de una
simetría demasiado fácil y obvia. Naturalmente
presenta la ventaja de facilitar la memorización del
oyente. Se oye la primera frase e inmediatamente se
repite, para que nadie se olvide de como es. Esto
garantiza una mayor comercialidad, pero personalmente
como compositor en este punto no transigiría. El
resultado es excesivamente banal.
Antes de continuar me gustaría presentaros el
comienzo del segundo movimiento de la Séptima
Sinfonía de Beethoven. Os adjunto el midi con el
nombre “2.Allegretto.mid.” Es uno de los fragmentos
más bellos de la música universal. La introducción es
un simple acorde de Am tocado a tutti. Después las
cuerdas tocan un período donde la frase consecuente se
repite de forma inmediata, formando una estructura
abb. Ambas frases son regulares, ocupando 4
compases, aunque si mirais la partitura vereis que
ocupan 8 compases. Esto se debe a que Beethoven
indicó mal el compás en la partitura –se trata de un
error ortográfico que no desdice en absoluto el mérito
de la obra. Es un hecho que los clásicos no se han
preocupado en exceso de indicar correctamente el
compás en sus obras.
Después de presentar el primer periódo con estructura
abb, el mismo periódo lo repite inmediatamente hasta
presentarlo un total de cuatro veces seguidas. En cada
nueva presentación tocan cada vez más instrumentos,
de modo que se crea un climax muy prolongado que
finaliza con la última presentación del período.
Lo interesante del asunto es que repite de inmediato la
frase consecuente y el resultado es magnífico. Sucede
esto porque se trata de una frase muy larga con lo que
se pierde la banalidad de oir algo idéntico repetido de
forma inmediata.
Ahora que nadie nos oye tengo que confesaros que no
me gusta nada como Beethoven resuelve la articulación
del climax con la sección siguiente.
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6
Estrofa
El Estribillo
Por fín llegamos al tan deseado estribillo. Lo digo
porque esta es una típica canción comercial de
estribillo. Todo lo hecho hasta ahora fué la preparación
de la llegada del estribillo. Este se tiene que hacer
desear con lo que no conviene que llegue demasiado
pronto. Pero tampoco puede llegar demasiado tarde
para no producir aburrimiento.
La gloriosa llegada del estribillo comienza con una
frase irregular de seis compases donde se canta:
Aserejé ja de jé de jebe tu de jebere seibiunouva majavi
an de bugui an de buididipí.
La irregularidad de esta frase resulta de la repetición de
sus dos últimos compases de forma completamente
idéntica.
En el fragmento ja de jé de jebe tu de jebere seibiunou
se canta exactamente la misma melodía que en los dos
últimos compases donde se canta va majavi an de
bugui an de buididipí.
La inserción de compases idénticos es uno de los
mecanismos más habituales dentro de la música tonal
occidental para introducir irregularidades en las frases,
y por tanto romper una regularidad rítmica excesiva.
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7Creo que estos dos compases extra se han introducido
con el propósito exclusivo de hacer que el estribillo
sea más largo. Recordemos que “Aserejé” es una
canción centrada en el estribillo. Como el fragmento
que se introduce es una repetición inmediata dentro de
la misma frase, se facilita la labor del oyente al
descargar las exigencias de la memoria.
Después de esta primera frase de 6 compases, el
estribillo continúa con una segunda frase también de 6
compases, que consiste en una simple copia de la
primera frase, transportada diatónicamente un tono
hacia abajo. Finalmente viene una tercera frase
tambión de seis compases donde volvemos a hacer otra
repetición transpontando de nuevo un tono hacia abajo.
Por motivos de simetría, una vez que la primera frase
se construye irregularmente con 6 compases, lo
esperado y más lógico es que las siguientes frases del
estribillo también tengan 6 compases.
Pero lo más interesante es que estas tres frases forman
lo que técnicamente se llama una secuencia, o sea, un
fragmento que se repite –en este caso tres veces–
mientras se transporta regularmente a una zona más
aguda o más grave.
Así como el empleo de secuencias es corrientísimo en
música clásica, resulta bastante difícil encontrarlas en
el género Top 40. No me explico el motivo. Una
secuencia dota de impulso a la música con lo que se
percibe una clara dirección. En cuanto el oyente
adivina la regularidad presente en un fragmento que se
repite a distintas alturas, es capaz de predecir la música
futura, y siente un cierto placer al ver confirmadas sus
expectativas. El empleo de una secuencia es un
poderoso mecanismo ordenador del discurso musical.
Desde el punto de vista comercial, el empleo de una
secuencia de frases en el estribillo evita la trivialidad de
unas frases repetidas idénticamente, mientras que
preserva la facilidad de memorización de unas frases
que se repiten iguales pero a distinta altura.
Es importante destacar que en este estribillo no
tenemos una estructura tipo período, como sería más
habitual. O sea, no nos encontramos que un par de
frases donde la primera actúa como un pregunta
musical y la segunda como una respuesta. No hay
antecedente y consecuente. Tenemos otra estructura
musical que se llama una cadena de frases. ¿Por qué en
el estribillo de Aserejé tenemos una cadena de
justamente tres frases? No creo que haya una respuesta
clara. Creo que simplemente con dos frases el
estribillo quedaría demasiado corto, mientras que con
cuatro quedaría demasiado largo.
Una interesante observación: las dos primeras frases se
mueven sobre el mismo acorde hasta llegar al último
compás de cada frase, donde se produce un cambio de
acorde. Una frase es una flecha de sonido que se dirige
a la cadencia final en el último compás. La llegada del
último compás debe de destacarse con un cambio de
armonía. Se puede lograr un buen resultado
construyendo una frase estáticamente sobre un sólo
acorde, tal como hemos visto en las dos primeras
frases de la estrofa. Sin embargo, si una frase no se
mantiene sobre un sólo acorde, es preciso introducir un
cambio de armonía, al menos, al llegar al último
compás de la frase. Si sólo cambiamos de armonía en
una sóla ocasión en una frase, ese cambio debe de
coincidir con la llegada del último compás. Este
principio se aplica muy bien en las dos primeras frases
del estribillo. Otro ejemplo de aplicación de este
principio, con un cambio de armonía espectacular, lo
encontramos en el comienzo de “Another Brick on the
Wall” de Pink Floyd. En este caso la primera frase se
construye sobre Dm7. La segunda frase continúa sobre
Dm7, pero cambian espectacularmente a G al finalizar
el período.
Antes de acabar con el estribillo quiero finalizar con la
observación de que mientras que en la estrofa sólo
canta una voz, en el estribillo se oyen dos voces
cantando en terceras. Ya sé que cantan las tres voces de
las tres “Hijas del Tomate,” pero cuando hablo de una
sóla voz melódica en la estrofa me refiero a que las tres
![Page 8: Aserejeanalisis](https://reader034.fdocuments.ec/reader034/viewer/2022042717/55cf9966550346d0339d30ca/html5/thumbnails/8.jpg)
8chicas cantan las mismas notas contenidas en la
misma voz musical.
El género Top 40 es hijo de las canciones populares
con estrofa y estribillo. En estas canciones populares
tenemos un cantante solista interpretando la estrofa,
donde la letra va cambiando y la melodía puede tener
cierta complejidad. Entre distintas estrofas se intercala
la interpretación del estribillo, donde toda la
concurrencia canta siempre la misma letra con una
melodía generalmente muy simple. La melodía del
estribillo debe de ser simple para que todo el mundo la
pueda cantar con facilidad.
Este principio de estofa más bien compleja cantada por
una sóla persona y estribillo muy sencillo cantado por
varias personas se traslada muy a menudo a las
canciones del género Top 40, aunque no hay
técnicamente ninguna necesidad de que sea así.
Es interesante que cuando las “Hijas del Tomate”
cantan el estribillo lo hacen con dos voces en terceras,
con lo que se imita el efecto de oir cantar a un grupo
numeroso de gente.
Me pregunto porque se mantienen estas tradiciones
cuando su razón de ser ha desaparecido hace tanto
tiempo. ¿Será que al cantar con dos voces en el
estribillo se quiere mandar el mensaje subliminal de
que todo el mundo tiene que cantarlo en la juerga de la
discoteca?
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9
Estribillo
El Conector
Después de este primer estribillo el oyente espera la
llegada de la primera repetición de la estrofa. Esta
llegada se retrasa debido a la inserción de un conector
de 6 compases, donde se recicla material de la
introducción sobre el acorde de i7. Se usa justamente
el acorde i7 por la necesidad de perseverar en el empleo
de este acorde inestable de tónica para estabilizar la
canción. El reciclaje de material de la introducción
ayuda a darle unidad a la canción.
Para no aburrir al oyente es inevitable estructurar las
canciones en distintas secciones para introducir
variedad. Esto trae consigo un grave problema al
compositor. ¿Cómo evitar que la canción suene como
una yuxtaposición de músicas no relacionadas? En
otras palabras: ¿Cómo lograr unidad?
La unidad se logra haciendo que las distintas secciones
tengan elementos comunes. El elemento común más
obvio es el tempo. Generalmente las canciones
conservan el mismo tempo en todas las secciones. El
otro elemento común es la instrumentación. En una
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canción el compositor voluntariamente se limita al
uso de unos pocos instrumentos musicales de los
miles de sonoridades disponibles. Pero no llega con
emplear el mismo tempo y los mismos instrumentos
para garantizar la unidad. La reiteración en el empleo
de las mismas secciones, o de material similar, a lo
largo de la canción ejerce un poderosísimo efecto
unificador. Por eso resulta tan efectivo el empleo de
material reciclado de la introducción en la coda.
Cuando el oyente escucha algo emparedado entre una
introducción y una coda construidos con materiales
similares, fácilmente se convence de que lo que está
situado en el medio es una canción única, más que una
yuxtaposición de canciones.
En “Aserejé” esta técnica para lograr unidad se amplia
con la introducción de este conector. El material de la
introducción se recicla tanto en un conector situado en
el medio de la canción como en la propia coda.
Después de este conector viene una repetición de la
estrofa, que se hace desear por la dilación introducida
con el propio conector. Es importante observar que la
estrofa no se repite de forma idéntica. Se introducen
cambios fácilmente perceptibles en el
acompañamiento. Ninguna sección se debe de repetir
de forma idéntica. Toda repetición debe de venir
acompañada de algún tipo de cambio. Al oyente
siempre hay que presentarle material fresco.
La estrofa, tal como es de esperar, viene seguida por
una nueva presentación del estribillo.
Después de este estribillo podría venir de nuevo otra
estrofa, pero en su lugar nos encontramos con un
puente.
El Puente
¿Poner puente o no poner puente? He aquí el más
difícil dilema del compositor de Top 40.
Puntos a favor:
El puente es como aire fresco después de oir
reiteradamente la estrofa y el estribillo. En una canción
muy intensa se puede poner un puente muy sencillo
para que el oyente descanse. En una canción sencilla se
puede introducir una cierta complejidad para el oyente
sofisticado.
Puntos en contra:
En una canción de menos de cuatro minutos puede que
no quede espacio físico para el puente. El puente
introduce una complejidad innecesaria que puede poner
en peligro la unidad de la canción. Componer un buen
puente puede ser muy difícil.
Personalmente como compositor tengo cierta
reticencia a introducir puentes porque me dan mucho
miedo. He visto fracasar a los mejores compositores al
llegar a un puente. Por ejemplo, un compositor de la
altura de Sting en la preciosa canción “Fields of Gold”
introduce un puente notablemente defectuoso. Mejor
no poner puente que ponerlo malo.
Antes de continuar hay que aclarar que en música se ha
llamado puente a dos cosas distintas:
Definición 1: En una canción con estrofa y estribillo
se llama puente a una sección que se presenta una sóla
vez en el medio de la canción y que tiene una letra que
no se repite.
Definición 2: En una canción con estrofa, pero sin
estribillo se llama puente a una sección que se presenta
más de una vez y que es como un estribillo donde la
letra no se repite.
Ambas definiciones son más semejantes de lo que
pueda parecer. Un puente es una sección que no es una
estrofa, y, sin embargo, presenta una letra distinta en
todas sus presentaciones.
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1 1
Así como los estribillos suelen ser sencillos y estar
pensados para que los cante todo el mundo a coro, los
puentes suelen tener mayor complejidad y suelen estar
pensados para que los cante un solista.
En “Hey Jude” he usado puente según la definición 2,
mientras que ahora uso puente según la definición 1.
“Aserejé” tiene puente, y después de saber que la
canción está siendo un éxito, no nos equivocamos al
decir que fué acertado introducirlo. “Aserejé” es una
canción muy intensa y su puente cumple la función de
dar un descanso al oyente. Estos puentes tipo descanso
deben de ser en cierto modo triviales y aburridos. Son
puentes que oídos aisladamente producen una cierta
sensación de banalidad. En realidad de eso se trata. Si
queremos que el oyente descanse, no podemos
presentarle música intensa.
El puente de “Aserejé” tiene una letra distinta que
consiste simplemente en:
Na na na na na na…
Musicalmente consiste en un periódo regular formado
por dos frases de cuatro compases, que se repite de
forma casi identíca, y todo el se canta sobre una
armonía continúa del raro acorde Em7sus4.
Se usa de nuevo el acorde de tónica persistentemente
por el problema ya comentado de la inestabilidad
introducida por la séptima menor.
Acabo de decir que el acorde Em7sus4 es un acorde raro
porque en realidad es un acorde que hasta ahora mismo
pensaba que no existía. Este acorde se forma cuando la
tercera de un acorde de Em7, o sea el Sol, se ve
sustituído por la cuarta, o sea el La. Este La casi
siempre se oye como una apoyatura superior del Sol,
por tanto se oye como un fenómeno puramente
melódico. Por tanto el correspondiente acorde no
existe, sino que es el resultado casual de una
combinación vertical de notas originadas por un cierto
movimiento de voces. Del mismo modo que una cierta
combinación de letras puede tener el aspecto de una
palabra, una cierta combinación de notas puede tener el
aspecto de un acorde. Para que una palabra exista no
sólo tiene que ser posible escribirla sino que tiene que
tener un significado. Igualmente, para que un acorde
exista, la correspondiente combinación de notas tiene
que tener un significado armónico. Cuando oimos
una combinación de notas que podemos representar con
la ortografía Em7sus4, normalmente oimos un acorde
Em7 donde la tercera es atacada melódicamente con una
apoyatura superior, aunque puede que la apoyatura no
se resuelva. Mientras que Em7 existe como acorde,
Em7sus4 no es un acorde porque no se oye como tal.
Sé que esta idea no es general dentro de los teóricos
musicales. En mi opinión sólo existe la música que
oyen nuestros oídos. Cualquier teoría musical tiene
que explicar mucho más que la ortografía de las
combinaciones de notas y centrarse en la percepción
sensorial de estas notas. Para mí lo que no soy capaz
de oir no existe musicalmente hablando.
Volviendo al tema del puente, si el acorde Em7sus4
durase un sólo compás, la cuarta –el La– se oiría como
una apoyatura que se terminaría resolviendo en el
siguiente compás. El problema es que ese acorde se
machaca persistentemente durante 16 compases, y no
hay apoyatura que resista tanto. A base de no resolver
esa apoyatura el oyente termina por convencerse de que
esa apoyatura se tiene que quedar sin resolver y el
correspondiente acorde se oye como tal con su
apoyatura asimilada a su estructura. ¿Qué función
armónica se percibe? Personalmente oigo un acorde de
tónica muy inestable, como si estuviese sufriendo por
las ganas que tiene de transformar ese La en un Sol.
Esto es muy interesante porque cuando buscamos una
sensación armónica de tensión y alejamiento
normalmente recurrimos al acorde de dominante. En
![Page 12: Aserejeanalisis](https://reader034.fdocuments.ec/reader034/viewer/2022042717/55cf9966550346d0339d30ca/html5/thumbnails/12.jpg)
1 2
este puente se recurre a la solución mucho más
original e imaginativa de emplear un acorde de tónica
con una apoyatura que continúa persistentemente sin
resolver.
Tomemos nota del truco y usémoslo en el futuro en
cuanto nos haga falta.
![Page 13: Aserejeanalisis](https://reader034.fdocuments.ec/reader034/viewer/2022042717/55cf9966550346d0339d30ca/html5/thumbnails/13.jpg)
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El Puente
El Final de la Canción
Después del puente viene una nueva presentación del
estribillo. Pero ahora el estribillo se repite tres veces.
En el género Top 40 la repetición sin interrupciones
del estribillo es una indicación clarísima al oyente de
que la canción se está acabando. Como compositores
disponemos entonces de un mecanismo muy eficaz
para anunciar la llegada del final.
![Page 14: Aserejeanalisis](https://reader034.fdocuments.ec/reader034/viewer/2022042717/55cf9966550346d0339d30ca/html5/thumbnails/14.jpg)
1 4En este punto de “Aserejé” uno se esperaría un “fade
out.” Sin embargo, después de la tercera repetición nos
encontramos con una coda donde se recicla el material
de la introducción y del conector con 7 compases
construidos sobre i7.
¿Hubiese sido mejor un final clásico tipo fade-out?
Que el lector opine.
Recht und Freiheit und Einheit
Santiago, 9 de Diciembre de 2002
Gabriel Aulaga
El Ayatola del Rock