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9 Eduardo Restrepo /Singularidades y asimetrías ... Resumen Las concepciones normativas de la disciplina tienden a obliterar la multiplicidad de genealogí- as, trayectorias y configuraciones de las antropologías existentes en el mundo. Las singularidades son opacadas y consideradas derivadas de unos paradigmas disciplinarios naturalizados que pocas veces son objeto de examen. En este artículo se elaboran una serie de planteamientos teóricos sobre la relevancia de comprender estas singularidades así como sobre las relaciones de poder que estructuran las condiciones de existencia y de visibilidad en y entre las antropologías del mundo. Palabras Clave: Antropologías del mundo - establecimientos antropológicos - canon antropológico - antropologías periféricas. Abstract The normative understandings of the discipline have the tendency to obliterate the multiplicity of genealogies, trajectories and configurations of the existing world anthropologies. The sin- gularities are blurred and assumed to be derivate from a set of disciplinary paradigms that are naturalized and rarely examined. In this article propose some theoretical considerations about the relevance of understanding these singularities as well as about the power relationships that structure the conditions of existence and visibility within and across the anthropologies of the world. Key word: World anthropologies - anthropological establishments - anthropological cannon - peri- pherical anthropologies. 1 Este artículo se ha alimentado de las discusiones con un grupo de colegas de diferentes países con los cua- les hemos conformado desde hace ya unos años la Red de Antropologías del Mundo (www.ram-wan.org). Por tanto, mis planteamientos son elaboraciones colectivas o, cuando menos, resultado de infinitud de conversa- ciones por escrito u orales con estos colegas. Algunas de estas conversaciones han sido particularmente inten- sas y sobre las que no hay ni pretendemos consenso alguno. Por supuesto, la manera en que las interpreto, los énfasis que establezco y las implicaciones que subrayo responden a mis particulares posiciones en esta con- versación. Así que cualquier responsabilidad por desvirtuar las ideas o planteamientos de mis colegas, son de mi entera responsabilidad. Agradezco especialmente a Marisol de la Cadena, Arturo Escobar, Susana Narotzky y Gustavo Lins Ribeiro por su siempre honesto, constante y edificante intercambio intelectual. Igualmente, agra- dezco los comentarios al borrador de este artículo realizados por Elisabeth Cunin, Noel B. Salazar y Natalia Otero que implicaron elaborar aspectos que no había considerado y precisar algunos de mis argumentos ini- ciales. 2 Miembro de la Red de Antropologías del Mundo. Candidato al doctorado en antropología en la Universi- dad de Carolina del Norte, Chapel Hill. Email: [email protected] Eduardo Restrepo 2 ingularidades y asimetrías en el campo antropológico mundial Fecha de recepción: Julio 2006 Fecha de aprobación: Agosto 2006 1 S

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9Eduardo Restrepo /Singularidades y asimetrías ...

ResumenLas concepciones normativas de la disciplina tienden a obliterar la multiplicidad de genealogí-as, trayectorias y configuraciones de las antropologías existentes en el mundo. Las singularidadesson opacadas y consideradas derivadas de unos paradigmas disciplinarios naturalizados que pocasveces son objeto de examen. En este artículo se elaboran una serie de planteamientos teóricossobre la relevancia de comprender estas singularidades así como sobre las relaciones de poderque estructuran las condiciones de existencia y de visibilidad en y entre las antropologías delmundo.

Palabras Clave: Antropologías del mundo - establecimientos antropológicos - canon antropológico -

antropologías periféricas.

AbstractThe normative understandings of the discipline have the tendency to obliterate the multiplicityof genealogies, trajectories and configurations of the existing world anthropologies. The sin-gularities are blurred and assumed to be derivate from a set of disciplinary paradigms that arenaturalized and rarely examined. In this article propose some theoretical considerations aboutthe relevance of understanding these singularities as well as about the power relationships thatstructure the conditions of existence and visibility within and across the anthropologies of theworld.

Key word: World anthropologies - anthropological establishments - anthropological cannon - peri-

pherical anthropologies.

1 Este artículo se ha alimentado de las discusiones con un grupo de colegas de diferentes países con los cua-les hemos conformado desde hace ya unos años la Red de Antropologías del Mundo (www.ram-wan.org). Portanto, mis planteamientos son elaboraciones colectivas o, cuando menos, resultado de infinitud de conversa-ciones por escrito u orales con estos colegas. Algunas de estas conversaciones han sido particularmente inten-sas y sobre las que no hay ni pretendemos consenso alguno. Por supuesto, la manera en que las interpreto, losénfasis que establezco y las implicaciones que subrayo responden a mis particulares posiciones en esta con-versación. Así que cualquier responsabilidad por desvirtuar las ideas o planteamientos de mis colegas, son demi entera responsabilidad. Agradezco especialmente a Marisol de la Cadena, Arturo Escobar, Susana Narotzkyy Gustavo Lins Ribeiro por su siempre honesto, constante y edificante intercambio intelectual. Igualmente, agra-dezco los comentarios al borrador de este artículo realizados por Elisabeth Cunin, Noel B. Salazar y NataliaOtero que implicaron elaborar aspectos que no había considerado y precisar algunos de mis argumentos ini-ciales.2 Miembro de la Red de Antropologías del Mundo. Candidato al doctorado en antropología en la Universi-dad de Carolina del Norte, Chapel Hill. Email: [email protected]

Eduardo Restrepo 2

ingularidades y asimetrías en el campo

antropológico mundial

Fecha de recepción: Julio 2006Fecha de aprobación: Agosto 2006

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En múltiples lugares del mundo secuenta en la actualidad con estableci-mientos antropológicos con trayecto-rias e historias que, no en pocos casos,se remontan a varias generaciones ycomprenden varios centenares (y aveces miles) de practicantes. Lascomunidades antropológicas ya no secircunscriben a un puñado de antro-pólogos en unos pocos países enEuropa y en Estados Unidos endonde por vez primera se articuló ins-titucionalmente la disciplina. Ademásdel crecimiento demográfico y com-plejización de estos primeros estable-cimientos, en gran parte de los paísesde América Latina, África, Europa yAsia han surgido comunidades deantropólogos locales que adelantanlabores de investigación y docencia, asícomo de intervención social, diseño depolíticas públicas y de participaciónpolítica, entre otras. Congresos disci-plinarios, publicaciones especializa-das y programas de formación en pre-grado y postgrado existen en nopocos de estos establecimientos antro-pológicos desde hace varias décadas.

Existe el riesgo de diluir la impor-tancia de las singularidades de los esta-blecimientos antropológicos en ciertasinterpretaciones de la globalizaciónque enfatizan la homogenización eco-nómica, política y cultural del mundo.Es errado entender la creciente inter-conectividad mundial como un signo ygarantía de una comunidad antropo-lógica planetaria homogénea, desje-rarquizada y desterritorializada. Antesque una disciplina homogénea practi-cándose de la misma manera, con idén-ticos énfasis conceptuales, agendas,entramados institucionales y estrategiasmetodológicas en todo el mundo, loque encontramos son significativas

variaciones en y entre los estableci-mientos antropológicos en los cualesoperan diferentes comunidades locales,nacionales o regionales. La diferenciaentonces ya no como exterioridad yobjeto de estudio, sino como consti-tutiva del campo antropológico mun-dial. De ahí la relevancia de compren-der la singularidad de los diferentesestablecimientos antropológicos, lasmodalidades de financiación, los espe-cíficos amarres institucionales dentrode los que operan, las articulacionescon otras formas de conocimiento aca-démico o más allá de lo académico, sustrayectorias, modalidades de forma-ción, subjetividades disciplinarias,estrategias argumentativas, y mecanis-mos de difusión, debate e instrumen-talización de los resultados del trabajoantropológico, entre otros.

El otro aspecto asociado al actualcampo antropológico mundial queamerita examinarse refiere a la asime-tría. Para recurrir a una conocida metá-fora, el incremento en el 'viaje' deantropólogos y antropologías asocia-das a la mayor interconectividad de laglobalización, no significa que estos'viajes' se realicen con la misma inten-sidad y alcance en todas las direcciones.Unas antropologías y antropólogos'viajan' más que otros y lo hacen bajodiferentes premisas y alcances. Lascondiciones materiales de la movilidad(al igual que las lingüísticas), las formasde inserción y las direccionalidades delos flujos son distintas si estamoshablando de establecimientos antro-pológicos periféricos o centrales. Deahí que no sólo deban considerarse lassingularidades de los establecimientosantropológicos, sino también asime-trías entre ellos.

La primera parte de este artículo

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introduce unos criterios de encuadrepara visualizar las singularidades de lasantropologías del mundo. Se argu-menta la relevancia de superar losenfoques que parten de concepcionesnormativas de una unicidad trascen-dente de antropología para plantearque es desde las prácticas y las rela-ciones históricamente concretas quedeben entenderse las especificidadesde los diversos establecimientos antro-pológicos. En la segunda parte se exa-minan algunos de los planteamientosde asociados a la Red de Antropologí-as del Mundo que han sido sugeridospara dar cuenta de las diferencias y asi-metrías en el campo antropológicomundial. En particular, se anota su dis-tinción de antropologías hegemónicasy subalternizadas así como los argu-mentos sobre la asimetría en la visibi-lidad de las diferentes antropologías.Finalmente, el artículo concluye indi-cando la relevancia de aplicar sobrenuestras propias prácticas algunas delas enseñanzas que han resultado de lalabor antropológica.

Antes que una etnografía o historiade establecimientos antropológicosparticulares que ilustre mi argumentoo un ejercicio comparativo que sus-tente los puntos de confluencia y dife-renciación entre estos establecimien-tos, mi artículo se limita a unaelaboración teórica de algunos plante-amientos que son pertinentes parapensar la singularidad y asimetría en yentre las antropologías practicadas endiferentes partes del mundo. No es queconsidere irrelevante la fundamenta-ción empírica de estos planteamientos,

sino que para los propósitos y alcancesde esta contribución he preferidolimitarme al examen conceptual.

Es igualmente pertinente que el lec-tor tenga presente que este artículo hasido escrito desde una experiencia yperspectiva de un antropólogo colom-biano que ha realizado sus estudios depostgrado en los Estados Unidos. Estosignifica que el conocimiento de losestablecimientos antropológicos enotras partes del mundo (como las disí-miles tradiciones en Europa, Asia yÁfrica) es de segunda mano a través dela literatura y, he de reconocer, enmuchos aspectos marcadamente limi-tado. Lo que anima a presentar estosplanteamientos es precisamente unreconocimiento de los límites propiosque son manifestación de desconoci-mientos más profundos y estructuralesde los diferentes establecimientos enlos cuales habitamos.

Cuestiones de encuadre: visualizando las singularidades

Para dar cuenta del campo trasna-cional de las antropologías se requieretomar en serio la singularidad de lasantropologías practicadas en diferenteslugares del mundo. Esto significaabandonar la premisa ampliamenteextendida de que existe algo así comouna 'antropología auténtica' (que por logeneral se identifica con unas 'tradi-ciones' concretas)3 y que sus variacio-nes en los países periféricos debían serentendidas como copias (las más de lasveces diletantes) que sólo de formaparcial (un no-todavía) y heterodoxa

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3 Las tradiciones concretas que aparecen como lo paradigmatico de la antropología dependen del lugar desdeel cual uno este examinando el campo. En gran parte de America Latina y en los EEUU las tradiciones massalientes son la francesa, inglesa o estadounidense. Algunas escuelas italianas, alemanas y hasta holandesas tie-nen su relevancia en ciertos establecimientos de America Latina (cf. Guber y Visacovsky, 1999).

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lograban aparecer como antropología.Como bien lo anota el antropólogomexicano Esteban Krotz, estas antro-pologías "[…] no son reductibles ameras 'extensiones' o 'réplicas' (acasoimperfectas) de un modelo antropoló-gico original. Más bien, nos encontra-mos ante formas de generar conoci-mientos antropológicos que tienencaracterísticas particulares" (1993: 8).

Si bien es cierto estas antropologí-as no pueden considerarse como sim-ples imitaciones, de esto no se sigueque en ellas no hayan operado desde suinstitucionalización contradictoriosprocesos de mimetismo, subalterniza-cion y confrontación con respecto a lastradiciones antropológicas dominantes.Sin desconocer las complejas tensionesque estructuran las disímiles antropo-logías, el cuestionamiento del supues-to de que son derivación aberrante deun patrón naturalizado, no marcado ydefinido de antemano busca abrir unespacio analítico para examinar las sin-gularidades en sus propios términos ycon todos los contradictorios procesosde diferenciación e inscripción en elcampo antropológico mundial. Portanto, al tomar en serio la singularidadde las diferentes articulaciones antro-pológicas se busca evidenciar los espe-cíficos entramados institucionales,sociales, políticos e intelectuales en loscuales emergen y se transforman lasdiferentes antropologías. La especifi-cidad de estos entramados no respon-

de sólo a variantes nacionales o regio-nales, sino también a las modalidadesde relación y su posicionalidad con res-pecto a otras antropologías. La singu-laridad no significa aislamiento o ensi-mismamiento.

En este sentido, se requiere cues-tionar una lectura metafísica, esencia-lista u ontológica (como se quiera adje-tivar) de la antropología (o, mejor, delas antropologías) para centrarse en lasprácticas concretas (lo que los antro-pólogos realmente hacen y enuncianen tanto antropólogos), así como en lasdiferentes capas de relaciones que per-miten (o no) estas prácticas. Dejar depensar en definir desde un a priori nor-mativo la antropología (o las antropo-logías) recurriendo a un criterio arti-culador (ya fuera en el objeto, lametodología, conjunto de paradigmaso contenidos), para abrir la posibilidadde entender la multiplicidad de prácti-cas y relaciones que de hecho consti-tuyen las antropologías existentes. Ladensidad, especificidad e historicidadde las prácticas y relaciones en lugaresconcretos deben ser tomadas seria-mente en consideración para evitar dis-putas inagotables y estériles que pre-tenden saldar en abstracto y de formanormativa lo que constituiría la comu-nalidad y las diferencias en y entre lasantropologías4.

Así, la diversidad en y entre lasantropologías no es entendida comosuplemento o derivado de una identi-

4 Al menos desde finales de los sesenta se encuentran disímiles pronunciamientos en esta dirección. En Rein-venting Anthropology, por ejemplo, Dell Hymes tajantemente afirmaba: "Forget the difficulty of defining anthro-pology or even of identifying it […] Let anthropology be what anthropologists do" ([1969] 1974: 7). Más recien-temente, el antropólogo haitiano Michel-Rolph Trouillot abre su libro sobre la antropología en los tiempos deglobalización con el contundente enunciado: "Anthropology is what anthropologists do" (2003: 1). Por su parte,Johannes Fabian puntualizaba que lo que hacen los antropólogos no es una actividad centrada en sí mismos(como puede desprenderse de ciertas manifestaciones extremas de la reflexividad antropológica en el estable-cimiento estadounidense), sino en relación con otros: "Anthropology may be what anthropologists do […], butanthropologists do what they do by doing it with, and perhaps sometimes to, others." (2006: 283).

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dad primordial y trascendente. Desdeesta perspectiva se cuestiona, entonces,un modelo difusionista que subyace amuchos análisis del sistema mundo dela antropología donde se asume queexistiría de un lado la antropología (asíen singular) que se identificaría conciertas tradiciones (principalmenteasociadas a Inglaterra, Francia y Esta-dos Unidos) y, del otro, una diversidadde antropologías híbridas o derivadas.Igualmente, implica el cuestionamien-to de que existiría algo así como unnúcleo, una esencia, un objeto, unametodología, una matriz o unos para-digmas que definirían una suerte decomunalidad trascendental que seexpresaría con mayor o menor varia-ción en los diferentes contextos en loscuales se practican las antropologías.

Estas prácticas no se articulanlibre y reflexivamente por una comu-nidad antropológica específica -ni,mucho menos, por un antropólogo enparticular-, sino en función de con-textos institucionales y discursivosque operan en diferentes escalas quecomprenden desde lo local al campoantropológico mundial. Al señalar larelevancia para entender las singulari-dades de las antropologías mediante elestudio de las prácticas que las consti-tuyen, no pretendo argumentar que nooperen procesos de normativización ysubjetivación que constriñen y definenlas condiciones de posibilidad de estasprácticas. Al contrario, lo que preten-do resaltar es que estos procesos denormativización y subjetivación debenser estudiados histórica y etnográfica-mente antes que suponerlos de ante-mano basados en una definición más omenos general de antropología. Alsuponerlos de antemano se corre eldoble riesgo de no justipreciar la sin-

gularidad de las diferentes antropolo-gías (sobre todo de aquellas que hansido marginalizadas e invisibilizadas enlos establecimientos centrales y peri-féricos) y de facto equiparar lo antro-pológico con sus expresiones domi-nantes.

Ahora bien, la diversidad en y entreantropologías no significa que cadauna de ellas sean entidades cerradassobre sí mismas resultantes del aisla-miento y entrampadas en sus incon-mensurabilidades. Su diversidad esmás resultado de sus constantes y múl-tiples relaciones (dialógales y de poder)en diferentes escalas que de su aisla-miento. No obstante, al indicar las inte-rrelaciones tampoco se puede desco-nocer los entramados específicossobre los que gravitan relaciones,recursos, afectos, intereses, pasiones...como los que puede definir el marcodel Estado o de la lengua. La imagenno es la de una antropología que viajay llega de la misma manera a diferen-tes lugares del mundo, sino que deentrada eso que se llama antropologíaen singular es esencialmente un efectode una mirada retrospectiva y discipli-nante que en ningún lado ha existidorealmente. Si uno va más allá de losmanuales de antropología que carica-turizan y simplifican las genealogíasdisciplinarias, lo que se presenta en suscomienzos son diferencias sustantivas,tensiones y dispersiones en y entre losdistintos establecimientos (c.f. Stoc-king, 2002). Incluso para cuando lasantropologías institucionalmente arti-culadas se circunscribían a unos pocosestablecimientos (como en Inglaterra,Francia y EEUU, pero también Ale-mania e Italia entre otras), detrás de lasnociones de 'antropología cultural','antropología social' y 'etnología' no

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estaba en juego exactamente el mismoproyecto disciplinario. A propósitoStocking anotaba: "Despite the appa-rently unifying embraciveness of theterm 'anthropology,' there is actually agreat deal of diversity within theEuro-American anthropological tradi-tion. The history of this diversity hasyet to be written […]." (1982: 172). Nomás recuérdese como la arqueología ola antropología física eran partes inte-grantes o no del proyecto dependien-do de la 'tradición', o cómo los con-ceptos centrales de cultura, sistemasocial o estructura interpelaban dife-rencialmente estos establecimientos.Por supuesto, al interior de estos no hahabido tampoco una homogeneidad oconsenso como a veces se pretendesuponer con nociones como las de'escuela' o 'teoría'5.

Por tanto, el campo de las antro-pologías ha sido más heterogéneodesde sus inicios de lo que tiende a pre-sentarse. No obstante, hoy presencia-mos una mayor complejidad y profun-dización de estas heterogeneidades nosólo por la consolidación de múltiplesestablecimientos antropológicos endiferentes lugares del mundo, sino porla expansión demográfica y temática delos más antiguos6. La multiplicación ydensificación de los establecimientosantropológicos no se encuentra predi-cada sobre una antropología idénticaque se aclimataría, con mayor o menoréxito, a las diferentes condicioneslocales. Las variaciones observables enel actual campo antropológico mundialno deben ser consideradas como sim-ple efectos de superficie de un núcleo

primordial que garantizaría su mismi-dad última y trascendente.

Una de las implicaciones más sus-tantivas de estos planteamientos radi-ca en que, una vez situados en el planode las prácticas y relaciones, se haceevidente que los bordes entre lo antro-pológico y no antropológico (las fron-teras disciplinarias) y, más aún, entre loacadémico y no académico (las fronte-ras que definen el conocimiento exper-to) se desdibujan o, por lo menos, sevisualizan y problematizan. No más unobjeto, un método, unos héroes cultu-rales o un conjunto de teorías garantesde una coherencia maestra desdedonde se podría identificar de una vezy para siempre lo que constituye loantropológico de lo que no lo es.Ahora bien, si estas fronteras se vendesdibujadas desde el plano de las múl-tiples prácticas de las antropologías delmundo no es para abrazar un relativis-mo o nativismo epistemológico (oaxiológico) ni para desconocer queestas fronteras se instauran constante-mente como relaciones de poder insti-tucionalizadas que constantementedefinen una exterioridad constitutiva(no homogénea y siempre problemá-tica).

Hacia una perspectiva sistémica: examinando las asimetrías

En los últimos años se ha venidoconsolidando una Red de Antropolo-gías del Mundo (RAM-WAN) dondeadquiere relevancia comprender eintervenir sobre las condiciones y los

5 Para un examen de las dispersiones, silenciamientos y multiplicidades de la antropología en Francia que seha imaginado como una entidad homogénea, véase Archetti (2006).6 Sobre esta expansión demográfica y temática en el establecimiento estadounidense, véase Geertz (2002).

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términos de la conversalidad de lacomunidad antropológica transnacio-nal7. En uno de sus artículos señala-ban dos de las preguntas que inspiranel trabajo de los integrantes de esta reden los siguientes términos: "[…]¿cómo podemos repensar -y rehacer-las antropologías de manera abierta yen un contexto global, a pesar de suorigen en la modernidad europea, ymás allá de sus conexiones con el colo-nialismo, el capitalismo y la globaliza-ción? ¿Cómo pueden caracterizarseunas 'antropologías del mundo' encontraste con un panorama actual des-bordado por 'tradiciones antropológi-cas nacionales' en las que algunas deéstas tienen más peso paradigmático -y de ahí más poder y autoridad implí-cita- que otras?" (Colectivo Wan,2003: 265-266). Lo que está en juego,entonces, es una preocupación por lapluralización del campo de las antro-pologías del mundo reconociendo losanclajes y trayectorias de las diferentestradiciones que han estructurado rela-

ciones asimétricas entre éstas. Las dife-rencias entre las antropologías impor-tan, tanto como las relaciones de poderque saturan el campo antropológicomundial. Para dar cuenta de estas dife-rencias y relaciones de poder, los inte-grantes de la red han explorado unaserie de conceptos. En la distinciónentre antropologías centrales y perifé-ricas8, se introducen las nociones dehegemonía y subalternización quepermiten comprender cómo las rela-ciones de poder no sólo operan entreestablecimientos antropológicos, sinoal interior de éstos: "La distinción entre'centro' y 'periferia' es compleja, y noestá limitada meramente una distincióngeográfica. En la Red estamos intere-sados en la dinámica por la cual es esta-blecida la hegemonía y subalterniza-ción entre las antropologías en uncontexto mundial y la creación de cen-tros en las periferias y periferias en loscentros" (Colectivo WAN, 2003: 266).

Por antropologías hegemónicas seentiende la serie "[…] de formaciones

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7 Esta red cuenta con unos sesenta integrantes en diferentes partes del mundo, aunque hay una mayor presenciade antropólogos latinoamericanos que trabajan en los EEUU o en América Latina. Si bien ha contado con lafinanciación de entidades como la Fundación Wenner Gren para la realización de una de las reuniones muy alcomienzo, donde participaron algunos de sus miembros, la red se ha adelantado con reuniones paralelas entrealgunos de sus integrantes financiados por ellos mismos y predominantemente mediante correos electrónicosy su página en Internet (www.ram-wan.org). Para un conocimiento de los miembros, la trayectoria y contribu-ciones de la red, puede consultarse la revista electrónica que se publica en su página.8 Esta distinción fue sugerida en la década de los ochenta por Gerholm y Hannerz (1982). Con la distincióncentro/periferia buscaban dar cuenta de las desigualdades estructurales de las diferentes antropologías en el 'ordenmundial de la antropología' que tiene mucho que ver con las posiciones pasadas y presentes de los respectivospaíses en el sistema mundo (Gerholm y Hannerz, 1982: 6). En América Latina los modelos propuestos por Car-doso de Oliveira en Brasil y Esteban Krotz en México también han abordado desde una perspectiva sistémi-ca las relaciones entre diferencia, lugar y poder en y entre las distintas antropologías y antropólogos del mundo.Mientras que Cardoso de Oliveira ([1993] 2004, 1999/2000) ha elaborado sus análisis a partir de la distinciónantropologías metropolitanas o centrales y antropologías periféricas, Krotz (1993, 1997) ha sugerido la nociónde 'antropologías del Sur'. Más recientemente, el antropólogo japonés Takami Kuwayama vuelve sobre la dis-tinción antropologías centrales y periféricas para argumentar la noción de sistema mundo de la antropología('world-system of anthropology'). Según Kuwayama, "[…] la antropología constituye un 'sistema mundo' en el cuallos Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia están posicionados en el 'centro' o núcleo. Su poder hegemónicoha relegado otros países, especialmente aquellos con tradiciones intelectuales no-occidentales, a la 'periferia' oal margen del sistema" (2004: 36).

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discursivas y prácticas institucionalesasociadas con la normalización de laantropología bajo las modalidadesacadémicas principalmente en EstadosUnidos, Gran Bretaña y Francia […]"(Ribeiro y Escobar, 2006: 7). De ahíque la hegemonía refiera a la configu-ración y naturalización de cánones dis-ciplinarios y las subjetividades queinterpelan a los antropólogos no sóloen los establecimientos centrales, sinotambién en los periféricos. La hege-monía entendida de esta manera esmenos la dominación como imposi-ción o coerción, y más como lo quecon el paso del tiempo se convierte eny opera desde los precipitados del sen-tido común disciplinario que tienden amantenerse fuera de examen. Lasantropologías subalternizadas seríanaquellas modalidades de hacer antro-pología que, por diversos motivos, noencajan en las articulaciones hegemó-nicas en un momento determinado.Las antropologías subalternizadas,entonces, habitarían en las márgenes eintersticios de los establecimientosantropológicos de la periferia, perotambién de los centrales. En estableci-mientos centrales como el de los Esta-dos Unidos se hallan antropologíassubalternizadas y en un estableci-miento periférico como en Colombiatambien se encuentran operandoantropologías hegemónicas. Ahorabien, con el concepto de antropologí-as subalternizadas no se busca apelar aun Otro (ahora encontrado al interiordel campo antropológico pero aunimaginado como 'anomalía', 'deriva-ción', 'desviación' o 'particularismo'culturalista) en aras de 'mejorar' o de'corregir' este campo desde una pro-puesta multiculturalista, de acciónafirmativa o de políticas de la identidad

ni, menos aun, una celebración delrelativismo epistémico donde "every-thing goes".

Las antropologías hegemónicasoperan tanto en los Estados Unidoscomo en Portugal o en Colombia, aligual que lo hacen las antropologíassubalternizadas. Las articulacionesconcretas de unas y otras en el marcode una nación, región o localidad espe-cífica no se pueden suponer de ante-mano porque esta no se deriva mecá-nicamente del lugar de esa nación,región o localidad en el concierto geo-político global. No obstante, la corre-lación de fuerzas y las disputas entre lasantropologías hegemónicas y subal-ternizadas varían tanto en un estableci-miento antropológico concreto comoen el campo transnacional de la antro-pología en un momento determinado.Esta conceptualización de antropolo-gías hegemónicas y subalternizadastiene la ventaja analítica de pensar entérminos de una geopolítica del cono-cimiento que, aunque tiene expresio-nes espaciales concretas, no sigue demanera mecánica la distinción geo-gráfica entre países ni, mucho menos,implica una apología nativista o nacio-nalista a los establecimientos antropo-lógicos de la periferia del sistemamundo. En otras palabras, estos con-ceptos parten del "[…] reconocimien-to de la necesidad de una critica quemine la simple definición geográfica dela 'periferia' y del 'centro', especial-mente cuando esta definición se revis-te de una reversión esencialista de lostérminos en aras de esgrimir un nati-vismo como supuesto privilegio epis-témico" (Colectivo WAN, 2003: 267).Desde la perspectiva del ColectivoWAN (2005), es relevante provinciali-zar las antropologías hegemónicas,

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descentrarlas y marcarlas mostrandolos mecanismos y relaciones de poderpor los cuales a su interior y con res-pecto a otras antropologías (en los cen-tros y en las periferias) constituyenbarreras en la transformación de lasactuales condiciones y los términos deconversabilidad antropológica global.

En un reciente libro colectivosobre las Antropologías del Mundo,Gustavo Lins Ribeiro y Arturo Esco-bar (2006: 13) proponen las nocionesde 'cosmopolitanismo provincial' y'provincialismo metropolitano'. Porcosmopolitanismo provincial indicanel hecho que los antropólogos de lasantropologías periféricas generalmen-te conocen y refieren a la historia, auto-res y discusiones de las antropologíasmetropolitanas. No hacerlo puedeponer en tela de juicio su competenciadisciplinaria. Al contrario, los antro-pólogos localizados en los estableci-mientos metropolitanos rara vez evi-dencian un conocimiento de lasantropologías periféricas y, menosaún, toman a sus autores y literaturascomo interlocutores del mismo nivelque sus colegas en casa (Gupta y Fer-guson, 1997: 27).

En una dirección semejante, elantropólogo japonés Takami Kuwaya-ma (2004) describe algunos de los dis-positivos de la hegemonía que operanen el sistema mundo de la antropolo-gía. En primer lugar, indica el 'consis-tente patrón de negligencia' de lasantropologías centrales con respecto alas antropologías marginales o perifé-ricas. Este patrón implica que sóloquienes, siguiendo una actitud mimé-tica, se pliegan a los estilos de argu-mentación y escritura del centro, quie-nes asumen publicar en sus revistas yeditoriales, son objeto de reconoci-

miento en las antropologías centrales:"This practice poses a great dilemmafor peripherial/native scholars becau-se conformity to the center may bederided as imitative, whereas noncon-formity will likely result in dismissals oftheir work for being incompreshensi-ble" (p. 40). En segundo lugar, refierea cómo en las antropologías centralesconfluyen la comunidad antropológi-ca local en la cual escribe, debate y seinserta el trabajo de sus antropólogos(sobre todo si se trata de la estadouni-dense) con la audiencia antropológicaglobal; mientras que los antropólogosen la periferia deben escindirse entre lacomunidad antropológica local y laaudiencia global. Tercero, Kuwayama(2004: 44) anota la asimetría entre losestablecimientos antropológicos resul-tante de la 'intimidad peculiar' de larelación colonial en la cual, comoresultado de los legados coloniales, lasclases educadas o elites locales seencuentran en posición de hablarle asus anteriores colonizadores en su 'len-guaje'. Esto ha contribuido, dice, a laprominencia de antropologías como lade la India. Finalmente, de cierta formarelacionado con este argumento,Kuwayama (2004: 44) indica que, deacuerdo con Wallerstein, las elites delos países periféricos y centrales cons-tituyen a menudo una relación sim-biótica, por lo que no es de sorprenderque las relaciones entre los antropólo-gos entre los centros y las periferiaspueden ser más estrechas que las quese dan entre los antropólogos en elcentro o en la periferia respectiva-mente. El bagaje de clase privilegiaday la actitud elitista de ciertos antropó-logos en países periféricos comoColombia y ciertos amarres institucio-nales donde logran tener una presen-

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cia predominante parecen mostrar loacertado de este punto de Kuwayama.

Lo más paradójico de estas 'políti-cas de la ignorancia' es que las antro-pologías periféricas tienden a desco-nocerse entre sí, incluso cuando seencuentran geográfica y lingüística-mente cercanas. Un antropólogo enColombia tiende a saber más de las dis-cusiones, autores y problemáticas delas antropologías estadounidense,francesa o inglesa que las de las antro-pologías en Venezuela, Ecuador, Pana-má o Argentina (Cardoso de Oliveira,1999/2000: 13). Algo similar puedeplantearse para África y Asia donde lospasados vínculos coloniales aun signanlas tendencias en los enlaces intelec-tuales. Es relevante agregar que aunqueeste antropólogo en Colombia puedetener algunas referencias de las antro-pologías mexicana y brasileña, lo con-trario es extraordinario ya que las asi-metrías se reproducen al interior de lasregiones e incluso en un mismo paísentre sus capitales y provincias. Estasdiferentes influencias y orientacionesson también marcadas por los lugaresen los cuales los antropólogos recibensu entrenamiento si salen de sus paíseso no y a dónde en particular.

Esta asimetría en la visibilidad deunas y otras antropologías es lo queEsteban Krotz (1993, 1997) ha deno-minado el silenciamiento de las antro-pologías de Sur. Este silenciamientopasa por el abierto desconocimiento dela existencia de las antropologías en lospaíses del Sur por parte de los antro-pólogos en las metrópolis o, máscomúnmente, por considerarlas "[…]como una especie de 'eco' o versióndiluida de la antropología propiamen-te dicha que es y sigue siendo única-mente la generada en los países origi-

narios de la disciplina, documentada ensus revistas y empresas editoriales, pro-ducida y transmitida en sus universi-dades" (Krotz, 1993: 7). Este silencia-miento se expresa concretamente enlos cursos en las universidades sobre elpensamiento antropológico o en losmanuales sobre la historia de la disci-plina donde generalmente se obliteranautores y contribuciones por fuera delas tradiciones estadounidense, fran-cesa y británica. Así, las antropologíasdel Sur aparecen como 'antropologíassin historia', como simples copiasdiletantes de las 'verdaderas antropo-logías' que constituyen la historia y losparadigmas de la disciplina. Esta ima-gen no se encuentra sólo en las antro-pologías centrales, sino que también enlas mismas antropologías del Sur loque indica cuan poco examinados yextendidos son ciertas premisas sobrelas que se edifican y expresan no sólodiferenciaciones sino jerarquizacio-nes. Que esta imagen circule y seaampliamente aceptada en las antropo-logías periféricas es explicable preci-samente por las operaciones hegemó-nicas que naturalizan unos cánones ygenealogías como la antropología y lahistoria disciplinaria.

Otro aspecto que es importante noperder de vista en el análisis se refierea que el silenciamiento no sólo afectaa las antropologías de los países delSur, sino a establecimientos antropo-lógicos consolidados en ciertos paísesdel Norte. Así las antropologías en lospaíses como Austria, Alemania, Italia,Canadá, España o Japón son tambiénobjeto de tales silenciamientos. Sobreesta última, por ejemplo, en un librosobre las antropologías en el este ysureste asiático, los editores señalabanque: "[…] despite the large number of

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anthropologists in Japan and theimmense volume of work theypublish, it is still surprising how littlethis work is known in West" (Yamas-hita, Bosco y Eades 2004: 6). Esto nosindica que las relaciones de visibilidady las posicionalidades de las antropo-logías apuntan a procesos y mecanis-mos más complejos que la simpleexpresión mecánica en el campo tras-nacional de las antropologías de lasrelaciones de poder y de riqueza entreel Norte y el Sur. Por supuesto que lascondiciones materiales y el orden deposibilidades en las cuales se inscribenlos establecimientos antropológicos noson las mismas en general en aquellosestablecimientos del Norte y los delSur, pero las 'antropologías sin historia'no son patrimonio exclusivo de estosúltimos. Ahora bien, como nos recuer-da el antropólogo colombiano CarlosAlberto Uribe (2005: 71), estas dife-rencias en las condiciones materiales yorden de posibilidades nos alertansobre los riesgos de considerar sinmayor examen como una totalidadhomogénea a las antropologías perifé-ricas.

En los últimos años parece estarconsolidándose un interés en algunosámbitos de los establecimientos antro-pológicos centrales y periféricos porexaminar las políticas de la ignoranciaen y entre las diversas antropologías en

el campo antropológico mundial asícomo por una revisión de los supues-tos sobre los que se constituyen y ope-ran estos establecimientos. Publica-ciones de números especiales derevistas, libros y eventos en diferentespartes del mundo dan cuenta de estecreciente interés9. Cada vez hay mayorsensibilidad entre los antropólogos einstituciones en los establecimientoscentrales para asumir relaciones decolaboración y reconocimiento de suscolegas en los establecimientos perifé-ricos cuestionando las modalidadesextractivas de 'investigación minera'que han prevalecido10. De otro lado,aunque desde hace varias décadasantropólogos en las periferias delcampo antropológico mundial han arti-culado críticas a los modelos metropo-litanos de antropología y el colonialismointelectual, más recientemente hanvenido confluyendo disímiles voces enestablecimientos periféricos que esgri-men preocupaciones sobre las nuevasy antiguas modalidades de asimetríacon los colegas y establecimientosdominantes y sus mediadores locales11.Parece entonces que ha llegado el tiem-po en que la historia del campo antro-pológico mundial será re-escrito con lapaulatina irrupción y posicionamientode lo que hasta ahora han sido 'antro-pologías sin historia'.

Eduardo Restrepo /Singularidades y asimetrías ...

9 Una muestra de las publicaciones son los libros colectivos de Boškovic (in press); Ribeiro y Escobar (2006);Segal y Yanagisako (2005); Grimson, Ribeiro y Semán (2004); Yamashita, Bosco, y Eades (2004); así como lasdiferentes series de Anthropology News Letters sobre las antropologías de diferentes partes del mundo.10 En el contexto académico francés circula esta expresión para hacer referencia al modelo de ir a tomar losdatos afuera para analizarlos y publicarlos en casa. Agradezco a Elisabeth Cunin por llamar mi atención sobreesta noción en el establecimiento académico francés y sobre el interés que se atestigua sobre las antropologíasperiféricas como lo evidencia este número especial del Journal des Anthropologues.11 Véase, por ejemplo, el primer número de Antípoda, revista de antropología de la Universidad de los Andesen Bogotá. Puede consultarse en la siguiente dirección: http://antipoda.uniandes.edu.co

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Comentarios finales

El ex presidente de la AmericanAnthropological Association, Don Bren-neis, anotaba su sorpresa por la apa-rente inconsistencia de los antropólo-gos que en general evidencianextraordinarias habilidades para exa-minar complejas situaciones en sus tra-bajos de campo pero que "[…] sonconsiderablemente menos analíticossobre las redes institucionales quehabitan diariamente aquí en casa"(2004: 581). Esta inconsistencia es lapunta del iceberg que evidencia la difi-cultad de los antropólogos para volversobre sí mismos el ensamblaje analíti-co que han desarrollado en el estudiodetallado de las más variadas e inusita-das manifestaciones humanas. Losentramados institucionales de la prác-tica propia, la filigrana de premisas nohabladas sobre las que se edifican losestablecimientos antropológicos y lassubjetividades articuladas a los mismostienden mantenerse por fuera del aná-lisis y del campo de visibilidad para elgrueso de los antropólogos, inclusoentre aquellos que debaten febrilmen-te sobre su disciplina. En general, losénfasis son puestos más en 'escuelas','paradigmas', 'rupturas epistemológi-cas', desplazamientos metodológicos,héroes culturales antes que en las con-diciones de emergencia y transforma-ción del ejercicio antropológico, de ladiferenciación y de jerarquización delos antropólogos mismos a partir de loque hacen y dejan de hacer así como delas narrativas que sobre sí suelen tejery los silencios que suponen.

Si alguna enseñanza ha dejado lasinnumerables investigaciones antro-pológicas durante el pasado siglo, esque las maneras cómo los seres huma-

nos pensamos el mundo y las formasde habitarlo no sólo se encuentranestrechamente imbricadas, sino quevarían significativamente. Lo quehemos estudiado de múltiples manerasen los diferentes escenarios sociales yculturales a lo largo del planeta, pare-ce ser más difícil de comprendercuando intentamos volver la miradahacia nosotros mismos en nuestralabor de antropólogos. Parece quealgunos aspectos sustantivos de nues-tras propias prácticas se constituyesencomo un punto ciego difícil de some-ter a examen. No es extraño observarcómo tendemos a naturalizar nuestrapropia identidad disciplinaria apelandoa narrativas que pretenden establecerespecificidades y unicidades a travésdel tiempo y el espacio que descono-cen las disímiles antropologías real-mente existentes. Así, aunque la granmayoría de los antropólogos hemosdesencializado nuestros análisis de lasidentidades o las culturas que estudia-mos, parece que cuando pensamosnuestras identidades disciplinarias degolpe se instaura nuevamente unamirada esencialista y nos aferramos aentidades trascendentales que nosgarantizarían la existencia de unaúnica antropología ya sea en un lugar(mítico de origen) o por debajo de lasapariencias o superficiales diferenciasobservadas. Para comprender el siste-ma mundo de la antropología necesi-tamos desencializar nuestra concep-ción de las antropologías, tanto comoprovincializar las expresiones domi-nantes que tienden a naturalizarsecomo paradigmas no marcados quedefiniría los términos y el espectro delas variaciones. Lo que amarra o no alas diversas antropologías son prácticasinstitucionales y subjetividades cam-

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pecto a las visibilidades y posiciones delos establecimientos antropológicos delmundo.

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Resumen

Este artículo apunta a mostrar que el concepto de identidad e incluso el de su politización noson más que una punta de iceberg para entender procesos mucho más complejos de individua-ción y comunalización que tornan diverso y a la vez ensamblan lo que se entiende y siente entorno a "ser mapuche hoy". Para ello se exploran factores que influyen en la diversificación depropuestas y respuestas al momento de fijar o aceptar políticas culturales para visibilizar al Pue-blo Mapuche, haciendo foco en reflexiones y posicionamientos de los pu wece o jóvenes y en losdiálogos explícitos e implícitos de crítica o apego que mantienen con otras perspectivas. El aná-lisis se apoya en algunos conceptos explicativos anidados (formaciones nacionales y provincia-les de alteridad, geografías estatales de exclusión/inclusión, movilidades estructuradas, abori-ginalidad) que se han desarrollado en trabajos anteriores, e introduce el de formaciones

Mapuche de sí, en tanto articulaciones no azarosas de individuación en términos de subjeti-vidad, identidad y agencia.

Palabras clave: Identidad - Aboriginalidad - Formaciones de Alteridad - Formaciones de Sí mismo -

Pueblo Mapuche.

Abstract

This article aims at showing that the concept of identity, including its politicization, is no morethan the tip of the iceberg for understanding much more complicated processes of individuationand communalization that diversify, and at the same time assemble, what is understood and feltas "being Mapuche today". To do so, it explores factors that influence the diverse proposals andresponses that arise in Mapuche cultural politics, focusing on pu wece, or young people's, reflec-tions and positionalities. For this analysis, I use some specific concepts (national and provin-cial formations of alterity, state geographies of inclusion/exclusion, structured mobilities, abo-riginality) that have been developed in previous works, and introduce the concept of Mapuche

formations of self as structured and structuring articulations of individuality in terms of sub-jectivity, identity and agency.

Key words:

Identity - Aboriginality - Formations of Alterity - Formations of Self - Mapuche People.

Nuestra lucha recién comienza"

Vivencias de Pertenencia y Formaciones Mapuche de

Sí Mismo*

Claudia Briones**

Fecha de recepción: Diciembre 2006Fecha de aprobación: Febrero 2007

* Una versión preliminar de este trabajo fue preparada para el Simposio Nº 135 de la Wenner-Gren Foundation "IndigenousExperience Today", organizado por Marisol de la Cadena (University of California, Davis) y Orin Starn (Duke University), rea-lizado en Pordenone, Italia, entre el 18 y 25 de Marzo de 2005.** Sección Etnología y Etnografía, Instituto de Ciencias Antropológicas (Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Bue-nos Aires) y CONICET. E-mail: [email protected]

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Los vehículos que traían la gentedesde Esquel y Bariloche llegaron yade noche y casi juntos a la escuela delpequeño pueblo radicado en medio dela estepa patagónica. A medida que losviajeros iban descendiendo, la efusivi-dad de los saludos anticipaba la alegríaque producía re-encontrarse con her-manos y hermanas a quienes se haconocido en otros fvta xawvn o parla-mentos, así como conocer otrosmapuche a quienes se veía por prime-ra vez. El cariño puesto de manifiestoen cada chalitun (ritual de saludo) lla-maba la atención tanto como la dispa-ridad de aspectos de quienes confluí-an al "pasar la mano"-como se enseñaa los niños que deben hacer cada vezque conocen un adulto mapuche-o aldar un beso en cada mejilla-como ocu-rre entre mujeres o quienes ya son alle-gados. Importaba muy poco que unovistiera su mejor bombacha, sombre-ro y pañuelo como signo de perte-nencia rural, y otro luciera campera dejean con leyendas anarko-punk y con-signas de resistencia mapuche, con unacapucha que dejaba sólo expuestaparte de un rostro con piercing.Importaba poco también que algunasmujeres mostraran esas polleras que laspautas mapuche de vestimenta feme-nina sugieren llevar aunque el frío aca-lambre las piernas, mientras otraslucieran pantalones y camperas quetanto usan quienes viven en "los pue-blos". Importaban otras cosas. Prime-ro, cumplir y disfrutar la etiqueta delsaludo de llegada. Luego, reunirse en elcomedor escolar respetando los turnospara que todos alcanzaran a comeralgo caliente y, al terminar de comer,seguir conversando un poco sobre lasnovedades y expectativas ante estanueva reunión que duraría dos jorna-

das completas y sobre las responsabi-lidades de cada uno en este encuentro.Por último, alistarse para madrugar yhacer al día siguiente la primera roga-tiva antes de empezar formalmente elparlamento que convocaba por cuartavez a comunidades y organizacionesmapuche tehuelche de Chubut, laprovincia anfitriona, pero también deprovincias vecinas, para intercambiarproblemas, opiniones y definir accio-nes a futuro.

Similar convocatoria había presidi-do los parlamentos previos en lacomunidad de Vuelta del Río (abril2003), en Buenos Aires Chico (octubre2003) y en la comunidad Prane (abril2004), locaciones todas ubicadas en elnoroeste de Chubut. Como en lasotras ocasiones, esta reunión tambiénse abriría en su última tarde a los cola-boradores y organizaciones wigka o nomapuche ("no indígenas", en general)que quisieran mostrar su "solidaridadcon la lucha mapuche" o proponeralgún trabajo en conjunto. De este par-lamento también saldría un pronun-ciamiento que haría públicas las prin-cipales discusiones y resoluciones, enuna coyuntura signada por el avance delas compañías mineras y la judicializa-ción de los reclamos mapuche. Lonovedoso tal vez fuera que esta vez serealizaba en la meseta chubutense, loque facilitaba el acceso de mapuchesde comunidades y pueblos de la zonadonde más de un siglo antes fuera radi-cado Valentín Sayweke, cacique cuyarendición en 1885 se toma como fin dela llamada "Conquista del Desierto".

En este tipo de encuentros, la cri-sis de la identidad mapuche -su pérdi-da o reforzamiento ante la históricaestigmatización proveniente de lasociedad wigka o no mapuche- es uno

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de los tópicos recurrentemente deba-tidos. Pero me interesa en este artícu-lo mostrar que el concepto de identi-dad -incluso el de su politización- noes más que una punta de iceberg paraentender procesos mucho más com-plejos de individuación (Grossberg,1996) y comunalización (Brow, 1990)que tornan diverso y a la vez ensam-blan lo que se entiende y siente entorno a "ser mapuche hoy".

En trabajos anteriores (Briones,2006) partí de sostener que distintasformaciones nacionales de alteridadpromueven diferencias en las produc-ciones culturales y procesos organiza-tivos indígenas, para explorar cómo ladiversificación de los reclamos del pue-blo Mapuche en Argentina tambiénqueda interferida por las formacionesprovinciales de alteridad que son pro-pias de cada uno de los estados pro-vinciales donde los Mapuche están hoyradicados y tienen alta visibilidad-mayormente, Chubut, Neuquén y RíoNegro1. Busco en éste explorar otrosfactores que también influyen en ladiversificación de propuestas y res-puestas al momento de fijar o aceptarpolíticas culturales para visibilizar alPueblo Mapuche. Retomo entonces loobservado, escuchado y conversado enel IV Parlamento y en otros encuen-tros para introducir ejemplos de diver-sificación en términos de género,edad, escolarización, participaciónpolítica, etc., e identificar actividades yargumentos que logran congregar apesar y a partir de esa diversidad. Porrazones de espacio, hago foco en refle-xiones y posicionamientos de los puwece o jóvenes y en los diálogos explí-

citos e implícitos de crítica o apegoque mantienen con otras perspectivas.Me valgo para su análisis de algunosconceptos explicativos anidados queayudan a entender qué es lo que haceque un pueblo que se proclama enresistencia desde hace cinco siglos -ydesde esta experiencia construyecomo certeza que "no nos van a doble-gar"- también reconozca que "nuestralucha recién comienza", expresionesambas vertidas en la declaración ema-nada del IV Parlamento. Me refierobásicamente al concepto de formacio-nes Mapuche de sí en tanto alternati-vas de individuación en términos desubjetividad, identidad y agencia alen-tadas desde formaciones nacionales yprovinciales de alteridad cuyas geo-grafías estatales de exclusión/inclu-sión habilitan distintas instalacionesestratégicas e inversiones afectivasrespecto de la pertenencia mapuche,pero también delinean movilidadesestructuradas más o menos acotadasque conllevan la posibilidad y deseo deconverger a pesar de las diferencias.Asimismo, al de economía política deproducción de diversidad culturalcomo anclaje de las construcciones deaboriginalidad que atraviesan las auto-percepciones mapuche y las variadasperformances de politización de la cul-tura y culturización de la política a tra-vés de las cuales disputan espacios másdignos en el país que les toca vivir. Endefinitiva, hacer foco en las formacio-nes de sí me permitirá ver ciertas iden-tidades emergentes como la de losmapuche punk o los mapuche heavymenos como identidades políticasposibilitadas por la globalización,

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1 Esta es la línea de investigación del GEAPRONA (Grupo de Estudios en Aboriginalidad, Provincias y Nación)y ha sido también profundizada por otros miembros del equipo (Cañuqueo et al., 2005; Falaschi et al., 2005;GEAPRONA, 2001; Mombello, 2005; Ramos y Delrio, 2005).

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meramente emblemáticas y orientadasa achatar alteridades históricas preña-das de otros valores (Segato, 2002), quecomo indicador y actualización con-temporánea de algunas de las trayec-torias disponibles para los mapuche apartir de los procesos de conquista ycolonización.

I. Vivencias de mapuchidad

Estando ya todos dispuestos en ungran círculo en el patio cubierto de laescuela para empezar a sesionar comoparlamento, uno de los organizadoressolicitó que se realizaran breves pre-sentaciones individuales, para quecada cual reconociese con quiénescompartiría el debate. Sin embargo, esaronda de presentaciones duró muchomás de lo previsto porque don Ruper-to,2 quien participaba por primera vezen un parlamento de este tipo, se sin-tió obligado a hacer de anfitrión. Sien-do el logko o cacique de la comunidadmás cercana al pueblo donde se hacíala reunión, asumió que le correspondíaproceder de acuerdo con la etiquetamapuche de dar la bienvenida a losasistentes de otras regiones y provin-cias. Comenzó entonces a dialogar concada uno de los cerca de ciento cin-cuenta participantes, tratando de iden-tificar cuál era su procedencia y si tení-an conocidos en común.

Don Ruperto había arribado conuna pequeña comitiva, entre quienes seencontraba no sólo su esposa y otrasancianas, sino las dos adolescentes queoficiaban de kallfv zomo o "niñas san-tas" en las rogativas colectivas mapu-

che de su comunidad. Por ser el con-junto de familias que vivía más cercadel lugar del encuentro, Don Rupertotambién asumió que debía aportar lainfraestructura necesaria -especialistasrituales, instrumentos, banderas, reci-pientes para preparar el mushay o chi-cha para asperjar mientras se realizanlos ruegos- para hacer el gijipv o cere-monia colectiva propiciatoria con quese inició cada día de encuentro. Así, losancianos que suelen acompañar a laorganización convocante para realizarlos rituales correspondientes en lasactividades que el grupo emprendecompartieron en esta ocasión con DonRuperto y su gente la responsabilidadde encabezar y organizar las rogativas.En los momentos de debate, todosestos ancianos se posicionaron como"autoridades tradicionales". Compar-tieron su palabra con todos los pre-sentes, identificando problemas de suspropias comunidades, o respondiendolas consultas de otros participantessobre cuál es el modo mapuche deresolver ciertas cuestiones. Tambiénterciaron en los desacuerdos entre lospresentes y los aconsejaron, urgiéndo-los a mantener la unidad de "los Mapu-che que somos" y a respetar los usos ycostumbres, incluyendo centralmenteen ello el uso o recuperación -según loscasos- del mapuzugun o habla de la tie-rra. A través de compartir pu gvxam orelatos verídicos sobre las penuriasante las campañas militares o la des-posesión de tierras comunitarias, his-torizaron situaciones que los demásparticipantes tendieron a presentar deuna manera más politizada.

2 Este nombre es ficticio, como lo son todos los demás usados para volcar testimonios producidos en con-textos privados o semi-públicos. Cuando los testimonios han aparecido publicados previamente por terceros,se sigue la política de cita literal, incluyendo en esto las pautas de confidencialidad o publicidad acordadas paraesas situaciones.

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Las situaciones reseñadas fueronmuchas y muchos fueron los anclajesenunciativos ("footings" a la Goffman)desde las cuales se plantearon. Desdela claridad de los integrantes más acti-vos de la organización convocante-queen todo momento recordaban que éstey otros parlamentos no son propiedadde una organización sino de todos losque participan y que no hay temas paradiscutir más centrales que otros entanto todos afectan a miembros delpueblo mapuche- hasta el planteo apa-rentemente individual de quien acudíapor primera vez para buscar apoyo enla recuperación de una pensión que elintendente del pueblo injustamente lehabía sacado. Desde quienes llegabanreconociéndose con una pertenenciadesmembrada pero manifestaban inte-rés en conocer a otros mapuche paraaprender cómo organizar una comu-nidad urbana en la localidad vecina endonde residen, hasta quienes habiendosido elegidos como representantescomunales por funcionarios de laadministración provincial -deviniendoellos mismos funcionarios de aparatoestatal no mapuche- se acercaban aconocer las problemáticas de los otrospobladores que debían representar.Desde quienes acudieron para infor-mar que sus tierras estaban siendoobjeto de cateos mineros y solicitabanapoyo para impedirlos por la fuerza sihacía falta, hasta quienes pedían inter-vención del parlamento en litigios detierras resultantes de desacuerdos conotros integrantes y parientes de lamisma comunidad. Desde quienespedían consejo sobre cómo detener lausurpación de sus tierras a manos deterratenientes y otros propietariosvecinos, hasta quienes contaban laexperiencia de cómo su comunidad

resistió órdenes de desalojo o recupe-ró tierras por iniciativa propia. Desdemujeres que participaron en todas lasinstancias pero en ningún momentohablaron en público, hasta otras quecontaron a viva voz cómo se fueroninvolucrando en la lucha mapuche,unas porque siempre habían sidorebeldes y sólo necesitaron valorar suorigen para canalizar esa rebeldía, yotras porque una injusticia sobre supersona o su familia les había hechodarse cuenta de la importancia dehacer explícita y defender su perte-nencia. Varones de mediana edad queexplicaron que para comprometersecon su pueblo debieron desobedecerconsejos de sus mayores que los alen-taban a ser pacientes y no rebelarseante las injusticias. También varonesque dijeron llegar a ese compromisouna vez que pudieron entender lasmuchas "señas" que les venían indi-cando que al nacer habían recibido esenewen o fuerza especial que marca aquienes deben dedicarse a defender sugente-señas que no supieron leer enmedio de una vida transcurrida entrecárceles, alcoholismo, abandono de lafamilia, y conversión a cultos evangé-licos, hasta experimentar esa más ver-dadera y enmancipatoria conversiónmilitante que les permite hoy plantar-se ante las injusticias, la discriminacióny la desigualdad.

Sin embargo, quienes más solicita-ron la opinión de los ancianos enmomentos de desacuerdo fueron losjóvenes llegados desde Bariloche, ciu-dad turística de la vecina provincia deRío Negro. Autodenominándose "Inde-pendientes y Autónomos", muchos deestos adolescentes -mayoría de varonesy pocas mujeres cuya voz no se hizopública- participaban por primera vez

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en un parlamento. Los dos jóvenes res-ponsables que los llevaron y supervi-saron para que respetaran cada una delas pautas del encuentro -en términosde participación en las rogativas, decolaboración con las tareas de poner yrecoger las mesas, de evitar el consumode alcohol- venían participando en losencuentros previos y son reconocidosen su lugar como parte de "la movida"mapunky (de mapuches punk) y mapu-heavy (de mapuches heavy). Recono-ciendo que ambos movimientos lesdieron idiomas para la rebelión-inclu-yendo el uso consistente de la letra "k"en lugar de "c" en nombres, poemas ycomunicados -esos jóvenes entiendenque ser un joven indígena urbano com-porta una fusión de experiencias y rea-lidades que las palabras compuestasmapu-heavy y ma-punky ayudan aexpresar.

Con dieciocho años de edad, aFakundo no le importa que muchosdigan que lo que ellos preconizan pro-venga de una moda foránea o se adju-dique a que "están en la edad de larebeldía", pues reconoce y explica que

"Obviamente somos rebeldes, somosrebeldes a un sistema, somos rebel-des a una forma de vida a la quefueron obligados a estar nuestrospadres: a ser laburantes, a salir delcampo cuando eran pibitos... Nos-otros no vamos a estar felices y con-tentos, y nos sentimos reflejados en laactitud del punk. En la ciudad quéotra te queda (…) Nosotros nosidentificamos con eso y tampocoimporta mucho lo que digan losdemás... creo que también es otraforma de vida. Yo no creo que seauna moda sino que es la cuestión delbarrio también. Nos criamos en elbarrio, el barrio sigue estando en

Territorio Mapuche, entonces desdeahí tratamos de volver a nuestraraíz desde el cemento (...) (en Bari-loche) la cuestión mapuche se latoma como una cuestión folklórica:qué lindo los mapuche, por ahí hastate chupan las medias o te quieren veratrás de un vidrio. Pero la cuestiónes que los mapuche hoy estamos enlos barrios, hoy somos los piqueteros,los delincuentes... la alcaidía estállena de mapuche. La cuestión con-creta, los mapuche reconocidos o no,representamos la vergüenza delBariloche postal y turístico (...) Yeso te da rabia, porque cuando lesconviene se acuerdan que existimosy cuando les conviene sos la peorbasura (…) el anarkopunk, eso mesirvió para pensar algunas cuestio-nes de cómo se manejaba la sociedad,de ahí conocí la cuestión anarquis-ta (...) Y en el heavy... no sé, más omenos lo mismo. La cuestión de lasideas, de las posturas, de la rebeldíafrente al sistema, eso es en lo que meayudó. Hoy como mapuche sigomanteniendo esa rebeldía y no medejo de considerar heavy punk.Antes que nada soy mapuche, peroen la ciudad tomo estas herramien-tas. La música (heavy y punk) escomo que te refleja cómo estás aden-tro. Y es la música que te pone lospelos de punta, te hace poner alegre,te da fuerza, eso es lo que por ahí teayuda cuando estás en la ciudad. Teagarras de eso. Buscas algo que tesostenga. De repente estás mal yescuchas un tema de La Polla, escu-chas un tema de Hermética y te dafuerza. Decís: "Bueno, no soy elúnico pavo que está en contra, queno le cabe este sistema, y los mapu-che no somos los únicos que estamos

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en esto sino que hay otra gente quetambién está en lo mismo. Por ahícon otra forma de pensar, con otracultura, con otra lucha, pero tenemosun mismo enemigo (en Scandizzo,2004c)."

Con algo más de veinte años,Oskar conduce un programa en unaradio comunitaria de Bariloche quedefine como "under, intercultural, yemancipatorio". Concuerda con Fakun-do en que "conocer al punk y al heavyme sirvió mucho para poder canalizaresa rebeldía (…) que todos los jóvenestenemos y que es necesario tomarherramientas para canalizar esas ener-gías para que sean positivas" (en Scan-dizzo, 2004b). Sin embargo reconoceque:

"Mucha gente mapuche nos recha-za, nos discrimina o nos deja de ladoporque somos así, porque pensamosasí, porque nos vestimos así (…)Porque reflejamos lo que pensamosen la ropa, en un parche, en unamuñequera, en una cadena y en lascosas que decimos y que cuestiona-mos constantemente. Muchos no nostoman como una expresión del Pue-blo Mapuche, pero en estos tiempossomos otra forma de expresión denuestro Pueblo (...) El mapuche nose congeló en el tiempo y si cada unose da cuenta de eso, mucha otra genteen los barrios se reconocería" (enCañuqueo, 2003)".

Mapunkies y mapuheavies retomanmetáforas del poeta Añiñir -autodefi-nido como mapurbe- para dar sentidoa su pertenencia en términos defusión. Creo empero que la palabraque mejor expresa sus formas de indi-viduación en términos de subjetividad,

identidad y agencia es la de fricción,pues no sólo cuestionan lugares deidentidad que examinan desde fuera,sino que desestabilizan los que habitanprovisoriamente desde dentro (cfr.Lowenhaupt Tsing, 2005). En lo inme-diato, entonces, sus posicionamientoshacen fricción con lo que llaman "elsistema", conjunto de valores hege-mónicos, prácticas de control social yefectos de la economía política que loscolocan en los barrios marginales y enlos márgenes de lo social, demasiadocerca de la represión policial y dema-siado lejos de los jóvenes "conchetos"con acceso a puestos de trabajo,viviendas dignas o escolarización yfuturos predecibles. Pero tambiénentran en fricción con otros jóvenescomo ellos con quienes se identifican,jóvenes que, actuando el estigma de supobreza, se entregan a distintas adic-ciones, al delito, a las pandillas, a lapaternidad prematura o a la violenciadoméstica, y no reconocen sus oríge-nes mapuches por vivir en las ciudades.Hacen asimismo fricción con la mapu-chidad de adultos igualmente exclui-dos, mayormente sus padres, de quie-nes mayoritariamente se sientendistanciados por la pasividad que apa-rentemente muestran ante las injusti-cias y por haber aceptado su invisibili-zación como Mapuches al llegar a lospueblos en busca de trabajo, empuja-dos por la escasez de tierra en lascomunidades o por los desalojos amanos de los capitales privados y delmismo estado. Por último, se constru-yen en fricción con quienes promue-ven una idea de lo Mapuche como per-tenencia centralmente ligada al campoy la ruralidad, o con activistas cultura-les que también se reivindican como"luchadores", pero se habrían dejado

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seducir por la política wigka o "la viejapolítica", centrándose en demandarservicios al estado, en aceptar finan-ciamiento multilateral para susemprendimientos, o en viajar por elmundo en tanto "representantes" debases de las que cada vez estarían másalejados en experiencias, condicionesde vida y vivencias. En suma, no essólo ante el poder que mapunkies ymapuheavies se colocan en un lugarincómodo. Su estética corporal hacefricción también con la discursividaddominante dentro del mismo pueblomapuche al que dicen pertenecer, y nosólo con la discursividad del mundo delos adultos, sino también la de otrosjóvenes que, aunque también se cons-truyen como indígenas antes quenada, viven y proyectan su pertenenciamapuche de otras maneras.

Algunos de los que han nacido ytodavía viven en comunidades rurales,obligados o deseosos de salir a con-chabarse en trabajos a destajo que losconfrontan a experiencias similares delas varias generaciones de adultos quehan venido "saliendo" a trabajar casidesde la misma conformación de las"reservaciones", no necesariamentevocalizan su pertenencia mapuchecomo central. Aunque algunos acom-pañen a los adultos en las actividadescomunitarias, los ancianos tienden averlos como síntoma de la próximadesaparición de la cultura ancestral, delabandono del uso de la lengua, de lapaulatina transformación de prácticasy del relajamiento al respeto debido alos mayores. Es interesante que losmismos ancianos que recuerdan quecuando ellos eran jóvenes y salían a tra-bajar fuera de la comunidad "andabanmedio locos"-en el sentido de noentender u olvidar los consejos de sus

abuelos- no asocien que los jóvenes dehoy transitan por un proceso similar dedistanciamiento momentáneo quepodría ser revertido a futuro, comoaconteció con ellos.

Distinta parece ser la situación delos jóvenes que viven en ámbitos rura-les y se involucran con problemascomunitarios que, en la mayor parte delos casos, se vinculan u originan en laprecariedad de la posesión o propiedadde las tierras. Para ellos, la defensa desu ser mapuche mayormente pasa porluchar contra el despojo que se iniciócon la consolidación de los latifundiosy continúa al día de hoy. Como expli-ca Marcelo, desde y para una comuni-dad que resistió en conjunto una ordende desalojo, la pertenencia se dirime enuna lucha por recuperar los territoriosenajenados:

“Nosotros somos de comunidadesindígenas mapuche y nos tenemosque hacer respetar... Que si nosotrosno nos hacemos respetar, nos pasanpor encima. Caso como el de lacomunidad de Vuelta del Río, quelos políticos no le dieron la solución,la solución la tuvo la gente, se pusoahí y esto viene ya hace 11 años...La única solución que tenemos nos-otros es que tenemos que luchar nos-otros como mapuche que somos. Y sitenemos que dar la sangre por nues-tro territorio la vamos a dar. Yotengo 20 años y soy nacido de esacomunidad y a mí, si me quierensacar, que me saquen muerto. Por-que estamos todos dispuestos en esacomunidad. Así que yo estoy muyconforme con lo que dijeron que nos-otros como Pueblo indígena tenemosque hacernos respetar y así vamos ahacer valer y a la lucha lo vamos aganar a nuestro territorio. Lo poco

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que nos queda, que los terratenien-tes le quitaron a nuestros bisabue-los. Los ancianos en el 1940, lagente tenía 700 ovejas, hoy el quetiene más tendrá 100 animales, loque nos queda. Ahora nosotros nostenemos que poner y pelear paraganar nuestro territorio (en EquipoMapurbe, 2003)”.

La importancia adjudicada porMarcelo y las comunidades a lucharpara permanecer y/o recuperar la tie-rra es sustentada por todas las agru-paciones de jóvenes pu warriache ourbanos. En todo caso, la diferenciaentre éstos pasa por dos cuestiones.Primero, si se llega a hacer tan propiaesa agenda como para que su activismose circunscriba casi exclusivamente aapoyar las luchas emprendidas por dis-tintas comunidades -como reconocenhaber hecho hasta hace poco losjóvenes nucleados en el Centro Mapu-che Bariloche- o si se busca comple-mentar ese apoyo con otras actividadesmás centradas en la problemática pro-pia de las ciudades para lograr proce-sos de auto-reconocimiento y fortale-cimiento identitario también en esemedio. Segundo, si la noción de "cul-tura mapuche" se restringe a las prác-ticas tradicionales que habría querecuperar y re-aprender, o si se laamplia como para incorporar las muyvariadas trayectorias de vida que laexperiencia de urbanización-forzada ono-fue haciendo disponibles para losmapuche.

Esta última veta es la que exploranquienes se autoidentifican comomapurbes para sintetizar su instalaciónestratégica como mapuches urbanos.Al cuestionar que sea "la cara de kulxvg(tambor ritual Mapuche)" o la rurali-

dad lo que define pertenencia y quenacer y/o vivir en los pueblos trans-forme al Mapuche en Wigka o nomapuche, los mapurbe se aproximan alos mapunkies y mapuheavies. Sin embar-go tal vez se distancien de ellos no soloen lo que hace a reconocer influenciasmás amplias que los movimientosanarco-punk y heavy, sino por suforma de proponer la "mapuchiza-ción" de lugares, tecnologías y expre-siones artísticas. Como estudiante deCiencias de la Comunicación e inte-grante del Equipo de ComunicaciónMapuche que edita el fanzine Mapur-be, Lorena reconoce que un frecuenteerror entre los jóvenes Mapuche urba-nos es intentar "volver a las raíces" sincuestionar estereotipos y sin que seanlos propios Mapuche los que discutan"seriamente qué es lo que queremoshacer". En cuanto a la predicadainconsistencia entre ser mapuche ycitadino que la idea mapurbe cuestio-na, Lorena explica:

Es algo que nos sirve para identifi-car lo que vivimos como PuebloMapuche a partir de toda una seriede cuestiones, causas históricas quenos obligaron a vivir en la ciudad(…) vos por más que estés viviendoen el barrio Villa Obrera de FiskeMenuko, sos mapuche, tenés unaidentidad y un origen inmediato eneste lugar. Tenés tus raíces acánomás. Eso trae aparejado un mon-tón de cosas, tus viejos no se vinieronacá porque son gente que bajan losbrazos de movida, porque no hizonunca nada para pelear en ningúnlugar (...) Lo que pasa con la mayo-ría de los pibes es que se renieganterriblemente con su familia, con suorigen, con sus raíces, con su histo-ria y encima le quieren hacer creer

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que vos, que estás viviendo en el pue-blo, sos cualquier cosa: "Hermanovos no podes ser mapuche, tu tiem-po ya pasó, desde el momento que teviniste para acá se cortaron todos tuslazos con tu pueblo..." Nosotros loque pretendemos hacer es usaralgún código mínimo, una forma deentendernos siendo jóvenes, estandoen la ciudad y teniendo un montónde otras características en cadabarrio, en cada mapuche (…) losque estamos planteando estas cues-tiones desde las ciudades no nosconocimos (…) en lo que podría serun ámbito natural mapuche: ni enorganizaciones, ni en kamarikun(ritual colectivo) ni en nada de eso;nos juntábamos en la esquina o enla garita, en los recitales (…) Vosya venías castigado con un montónde cosas y traías todas las cosasnegativas que te transmite esta socie-dad por el hecho de que sos mapu-che. A eso se le sumaban un mon-tón de otros factores que compartíscon un montón de gente de tu barrio(...) Una parte importante de nues-tra gente joven de la ciudad, de losbarrios periféricos, se identifica conestas cuestiones (…) La mayoría lotoma: "Vos no podes ser mapuche yandar con cresta y borcegos", "Nopodes ser mapuche y andar con lacampera llena de cosas brillantes,tachas". Es como que hay algo queno cuaja, pero volvemos al tema estede qué es lo puramente mapuche.Esto es mapuche, esto no. Yo sé quele puede costar a mucha gente nues-tra, a los mayores, inclusive que leproduce un choque. Pero tambiénentiendo que uno no se puede plan-tear ninguna reconstrucción seriacomo Pueblo si no se pone a ver

mínimamente cómo quedamos des-pués de todo el despelote que se sig-nificó la invasión del estado chilenoy el estado argentino. (…) No tedigo que sea algo masivo pero sí esalgo que de a poco se va metiendo enestos lugares, en los diferentes gruposque se forman en la ciudad comoespacios de resistencia. Y uno vamechando la identidad mapuche enesos lugares que originalmente fue-ron creados o fueron hechos con otrotipo de identidad. Estos lugares teposibilitan ir encontrándote con tuspares e ir entendiendo que ese tam-bién puede ser tu espacio y que, comodice una lamuen (hermana), vospodes mapuchizar esos espacios y nosiempre andar awinkándote (vol-viéndote wigka, blanqueándote) (enScandizzo, 2004a)."

En todo caso, las ideas de "fusión"de los mapunky y mapuheavy o de"mapuchizacion" de los mapurbe soncuestionadas por otros activistas jóve-nes, como los organizados como talesdentro de la Coordinadora de Organi-zaciones Mapuche del Neuquén.Explayándose sobre los objetivos delperiódico Tayiñ Rakizuam o nuestropensamiento que estos jóvenes publi-can, Amankay Ñancucheo-una de suseditoras de 19 años-explicita

“Aparte del objetivo que tenemos deinformar, de tocar temas políticoscomo lo es el hablar de los conflictos,nosotros queremos dar a conocernuestra cultura, nuestra filosofía.Buscamos mostrar cual es la esenciade nuestro pueblo, sus orígenes, sustradiciones, porque hay muchoshermanos en la ciudad y en elcampo, muchos chicos como nosotros,que no se reconocen, que no tienen

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información de este tipo, sobre sutuwun (lugar espiritual de origen),su kupalme (principio de filiación decada linaje). Creemos que es impor-tante concientizar, porque hoysomos pocos los mapuche activos, almenos en Neuquén. Aparte, elconocimiento de nuestros antiguos, estambién el conocimiento que necesi-tamos en el presente, frente a lasluchas que debemos enfrentar. Lalucha que dieron nuestros antepa-sados por nosotros, el que hayandado su vida defendiendo el territo-rio, es un ejemplo que intentamosdar a conocer, para que se valore eseenorme sacrificio (en Pedro Cayu-queo, 2004)”.

En este marco, que estos jóvenes seidentifiquen como los pu kona de laCOM es en sí misma significativo pues,como explica Umawtufe, director deldiario:

“Nosotros nos organizamos comokona para reivindicar este cargo,esta función que nos toca desempe-ñar como jóvenes. Antiguamente, elkona era el joven que se capacitaba,que adquiría conocimiento y quecolaboraba en distintos ámbitos consu lof (comunidad), con su pueblo.Creemos que en el siglo XXI, losjóvenes debemos retomar esta funcióny nosotros lo hacemos desde el áreade las comunicaciones, a través de laprensa, la radio, la fotografía, queson herramientas winka, occidenta-les, pero que nos sirven para denun-ciar lo que está pasando con nuestrascomunidades y también, por supues-to, para fortalecer aspectos filosóficosy culturales propios. Yo creo que nopodemos hablar de política, sin cono-cer de la filosofía mapuche, de nues-

tra cosmovisión, que para nosotrosson cosas que van de la mano. Esees nuestro objetivo (en Pedro Cayu-queo, 2004)”.

Siendo muchos de ellos hijos de losfundadores y actuales dirigentes de laCOM -organización creada en los1990s (Briones, 1999)- estos adoles-centes han sido criados en las ciudadespero dentro de un medio militante.Ciertamente esto los provee con pers-pectivas tan compartidas con suspadres como peculiares respecto de lasde otros jóvenes. Para esta vertienteorganizacional y sin importar tanto lapertenencia generacional, por ejemplo,la batalla cultural contra la desposesiónimplica sobre todo respetar los modosMapuche, evitando (con)fusiones. Aeste respecto, Pagi (20 años) sostiene:

“Nosotros tenemos una identidad,escuchamos heavy y punk todos losdías pero eso no nos hace cambiarpara que digamos mapuche punky.Creo que un mapuche no se tendríaque reconocer como punky o heavy,porque estás perdiendo tus valores,tus principios, tu identidad. Noestás reconociendo tu identidad (enScandizzo, 2004b)”.

Amancay concuerda con Pagi en que:"No podes ser dos cosas a la vez.

No podes ser una cosa ambigua.Tenés que ser una cosa, una sola ala vez y, aparte, si te reconoces comomapuche, ya tenés toda una cultura,un idioma".

Respecto de lo que la culturaMapuche tradicional provee, Pagi enfa-tiza que hasta te ofrece...

“Tu propia música (…) Instru-mentos. Tenés todo, no es necesario

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ir a buscar otra cultura para llenarlo que te faltaría, supuestamente.Porque no nos falta nada, acá lotenemos todo. Que no se reconozcanmuchas de nuestras cosas, muchos denuestros derechos, es otra cosa, peronosotros ya lo tenemos (en Scan-dizzo, 2004b)”

En este punto de la entrevista, lamadre de Pagi -conocida dirigente dela COM- interviene para agregar:

“Como dice Pagi, o sos argentino osos mapuche; o sos punk o sosmapuche. Nosotros no queremos seruna mezcla de culturas, queremosser una sola. Ahora, el mapuchepuede optar por ser punk y mapu-che a la vez, argentino y toda la his-toria, pero tiene una infinidad deidentidades que no lo caracteriza fir-memente en una. Es un poco decada cosa, nosotros no queremos serun poco de cada cosa, queremos serlo que somos. No necesitamos ser unpoquito punk para sentirnos unpoco mejor. Nosotros al reivindicary reafirmar nuestra identidad comomapuche nos sentimos llenos. Nossentimos satisfactoriamente bien y nonecesitamos otro elemento que vengaa complementar, lo tenemos todo:valores, principios, un nombre, unordenamiento de nuestra vida. Paranosotros ser mapuche es todo eso.Ahora, no rechazamos al punk.Rompería con nuestra identidad, connuestra característica como mapuche,ser punk (en Scandizzo, 2004b)”.

Sin embargo, este de por sí abiga-rrado panorama no agota todas las for-mas de posicionarse como jovenmapuche que no reniega de su perte-nencia ni en el campo ni en la ciudad.

En el parlamento, uno de los partici-pantes llegados de la localidad vecinacon la comitiva de descendientes dellogko Sayweke-quienes dijeron estarprocurando revertir los efectos de ladesposesión originaria al cacique queresultó en el desmembramiento yurbanización de los integrantes de su"tribu"-planteó como inquietud lomismo que solicitara a la delegacióndel Ministerio de Educación provincialcuando reuniera pobladores Mapuchede Chubut para que manifestaran suspreocupaciones y expectativas. Supropuesta radicaba en elaborar una leyque reglamentara la enseñanza demapuzugun en todas las escuelas pro-vinciales, para que los Mapuche recu-peren la lengua y para que quienes noson Mapuche aprendan uno de losidiomas que se habla en la provincia.Reiteró un argumento que frecuente-mente acompaña este tipo de deman-da: ¿por qué la educación pública ense-ña inglés y desprecia enseñar losidiomas de los pueblos originarios?Mientras el pedido ponía en evidenciaque en contextos de urbanización losreclamos centralmente pasan por polí-ticas de rescate de la cultura perdida onegada, el planteo de este joven pusoen evidencia una tensión en términosgeneracionales que hasta entonceshabía pasado inadvertida y que invo-lucra al menos a tres generaciones.

Brevemente, si hasta el momentolos jóvenes de Bariloche y los adultosjóvenes organizadores del encuentrohabían acordado en todas las mociones-fuese para condenar la represión a lasmanifestaciones de los primeros enBariloche y para continuar solicitandoque se saque el monumento de JulioArgentino Roca del Centro Cívico dela ciudad, o para apoyar las recupera-

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ciones de tierras y la oposición aemprendimientos mineros que laorganización convocante del Parla-mento visualizaba como eje destacablede los reclamos- cuando surge el temade demandar cambios en la educaciónpública las aguas se parten. Para losdirigentes que venían convocando losdistintos parlamentos, era un temaamplio que no se podía discutir allí porfalta de tiempo y expertez. Además, seargumentó, confiar ciertos temas a laescuela pública sin transformacionessustantivas no evitaría que se siguierapromoviendo una educación wigka quea lo sumo acabará incorporando laenseñanza de palabras sueltas más quelo sustantivo del pensamiento mapu-che. El secreto estaba entonces en dareducación mapuche en los hogaresmapuche y pensar mejor qué esperar ypedir de la escuela pública. Aunque losjóvenes acordaron con esto, pidieronrepetidamente que los ancianos fijaransu posición al respecto, porque ningu-no de los mayores se había involucra-do en esta discusión en particular aún.Entonces el coordinador de la discu-sión insistió en que no se podía forzara los abuelos a que respondiesen, puesellos tampoco podían dar una res-puesta rápida sobre temas complejoscuyos vericuetos desconocen. Hizo unllamamiento a que los adultos y jóve-nes tomaran la punta en lo que hace agenerar una experiencia educacionalpropia, armonizando experiencias ycompetencias dispares y actuandocomo herramientas en base a las pistasprovistas por los ancianos. En esepunto-donde lo que estaba en cuestiónera hasta qué punto los más viejos y suconocimiento tradicional pueden pro-veer respuestas para todo, o si haycuestiones que requieren otros recur-

sos culturales para ser pensadas-unanciano pide la palabra y tercia entrelas dos generaciones que quedaronenfrentadas, contradiciendo sin con-tradecir al organizador y dando la res-puesta solicitada por los más jóvenes:

"Voy a hablar poquito. Como diceel peñi (hermano), nosotros noentendemos los vericuetos de las leyes.Pero le digo a los hermanos que lle-ven a los chicos a las rogativas de susmayores para que aprendan y seincentiven ellos mismos. Con laescuela no basta porque los compa-ñeros blancos se ríen de ellos y ahí seatrasa todo (lo que se haya avan-zado en fortalecer la auto-estima) enla escuela."

Introducir aquí esta ocurrencia envez de alguna otra de todas las quepodrían tomarse para el análisis apun-ta mayormente a señalar que no sepueden presuponer ni cercanías ni dis-tancias automáticas según generación,género, lugar de referencia y/o resi-dencia (ruralidad/urbanización), com-promiso político o escolarización. Enesto, sorprende a primera vista que,aunque la estética mapunky y mapu-heavy sea la que parece más radical-mente distanciada de la cotidianeidadde las comunidades rurales que setoman como epítome de mapuchidad,los mismos ancianos que en ocasionesmanifiestan preocupación por el des-compromiso de los jóvenes de suentorno suelen en encuentros públicosprodigar variadas muestras de afecto amapunkies y mapuheavies, animándo-los desde sus arengas o "cariñándolos"con gestos y palabras en charlas másíntimas.

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II. Trayectorias de diversifica-ción, caminos de explicación

La acuarela presentada no agota nilas vivencias de mapuchidad observa-bles ni los posicionamientos políticosde las comunidades y sus organizacio-nes3. En tanto contexto acotado, dasin embargo pistas de una diversifica-ción de experiencias y opiniones que elsentido común identifica como frag-mentación y, por ende, como una debi-lidad para la proyección política del"Pueblo-Nación Mapuche". Argu-mentamos en otra parte que la fuerzadel movimiento Mapuche en Argenti-na reside hoy precisamente en los des-acuerdos generados luego de veinteaños de lucha sostenida. Cuantas másdiversas instalaciones estratégicas esosdesacuerdos estimulen, más se con-trarresta la fosilización y más opcionesse mantienen abiertas para el conjun-to en caso de que algunas de las estra-tegias y/o alianzas ensayadas se prue-ben erradas (Briones et al., 2004). Perono es esa la línea explicativa que meinteresa seguir aquí. En vez de ver lasdiferencias reseñadas como anecdóti-cas o como lastre respecto de la posi-bilidad de producir un hecho políticocolectivo como el que de hecho se pro-dujo, me interesa verlas como indica-dor de las formaciones de sí mismo -de las articulaciones de subjetividad,identidad y agencia- que habilita unaformación nacional y formaciones

provinciales de alteridad que, conénfasis diferenciales por lugar y porépoca, tendieron globalmente a pensarla Argentina como homogénea y pre-valentemente blanca y no mestiza,mediante la exaltación del aporte deinmigrantes y pioneros europeos y ladenostación sistemática del aporteindígena, afro e incluso criollo a la con-formación del ser nacional (Briones,2002b). Formaciones que apostaronsegún las épocas a la desaparición for-zada o a la invisibilización o blan-queamiento de los habitantes origina-rios, pero simultáneamente siguieronproduciendo categorías y criteriossocioculturales de identificación /cla-sificación y pertenencia así comoprácticas biopolíticas de discrimina-ción, enclave y estigmatización quecontribuyeron a su marcación sosteni-da como otros internos y regularonpara ellos condiciones de existenciadiferenciales.

Sin ser efecto exclusivo del hacerestatal, la inscripción de dichas for-maciones ha dependido medularmen-te de la articulación históricamentesituada y cambiante de geografías estata-les de inclusión y exclusión mediante lascuales niveles anidados de estatalidad4

han ido ponderando y ubicando entiempo y espacio "su diversidad inte-rior" (Briones, 2005). Para dar cuentade estas geografías, retomamos lapropuesta de Lawrence Grossberg(1992, 1993, 1996) de identificar tres

3 Respecto de la variedad de posicionamientos posibles entre comunidades y organizaciones Mapuche en Argen-tina, pueden verse entre otros trabajos Briones, 1999, 2002a, 2003 y 2006; Hernández, 2003; Kropff, 2005; Rado-vich, 1999; Ramos, 2004; Valverde, 2004.4 Concretamente, estado federal y estados provinciales -incluso municipales- como formaciones pluricentra-das y multidimensionales que condensan discursos y prácticas políticas de diferente tipo en un hacer sistemá-tico de regulación y normalización de lo social (Hall, 1985) en base a un vasto conjunto de tecnologías, dis-positivos e instituciones que inscriben lugares de autoridad -socialmente abstractos, impersonales, soberanosy autónomos, pero siempre territorialmente basados- desde donde hablar en nombre de la sociedad como untodo y mantener un orden basado en la ley (Parekh, 2000).

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tipos de maquinarias -organizacionesactivas de poder- que, al espacializar lasdiferencias para definir posiciones enla estructura socioeconómica y políti-ca del país, contribuyen tanto al aline-amiento como a la dislocación de dis-tintos planos de individuación. Comono podría analizar exhaustivamenteaquí la operatoria de cada una esasmaquinarias ni la eficacia residual de lasformaciones de sí mismo Mapucheque habilitan o niegan5, ilustraré algu-nos aspectos clave de su operatoriaretomando ciertas reflexiones demapunkies, mapuheavies y mapurbes.

Dando acceso a cierto tipo deexperiencias y de conocimiento delmundo y del sí mismo, las maquinariasestratificadoras producen-como señalaGrossberg-la subjetividad como valoruniversal pero desigualmente distri-buido, esto es, una experiencia delmundo desde posiciones particularesque, aunque sean "direcciones" tem-porarias, determinan el acceso al cono-cimiento y devienen lugares de apegoconstruidos como "hogares" desdecuya geografía hablamos. En el casoque analizamos, esas maquinarias hanido inscribiendo posiciones de subal-ternidad que, como explicita Fakundo,exponen mayoritariamente a losMapuche a vivir en los barrios pobresde las ciudades patagónicas, pasandohambre y careciendo de leña para cale-faccionarse en el crudo invierno.Como los mismos Mapuche recono-cen, la recurrencia de carencias y estig-matizaciones ha llevado y sigue lle-vando a muchos a silenciar ciertaspertenencias para evitar ser discrimi-nados por su "cara de kultrun", por ser

analfabetos funcionales, o simple-mente pobres. Pero lo interesante esque también ha llevado y lleva a otrosa rebelarse ante las imposiciones quepesaron sobre generaciones previas.Como vimos, esa rebeldía puede ope-rar de diversas maneras. Para los queentran en contacto temprano con unmedio militante, como los pu kona de laCOM, esa rebeldía parece tender acomportar confrontación política vía lareafirmación de los valores y prácticastradicionales mapuche. Para quienes sefueron conociendo y reconociendo"en la esquina o en la garita, en los reci-tales, cuando se armaban las grandestrifulcas porque nuestros viejos habíanquedado todos sin laburo", el caminofue, como cuenta Lorena, más arduo.En esos ámbitos, uno se va plantean-do.

"Bueno viejo, pero al final nosotrosestamos en esto, estamos con estadesesperación, con esta incertidum-bre porque... ¿es herencia? ¿quépasa?" Y de a poco, con un montónde lamuen, de gente joven, te empe-zás a plantear un montón de cosa(…) Te dabas cuenta que era todoun proceso, vos eras alguien quehabía surgido a partir de todo unmontón de cosas que le había pasa-do a tu familia. Te empezas a darcuenta de que tus viejos no son unoscagones: "Si le pasó al otro y al deaquel barrio también... ¿Qué pasaacá?". Empezás a cuestionar unmontón de cosas y decís: "No empe-zó ahora, que nos empezamos a jun-tar acá, empezó hace muchísimotiempo atrás". Entonces reivindicasesas historias de resistencia que con-

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5 En uno y otro respecto, ver por ejemplo Briones, 1999 y 2004; Delrio, 2003; Lenton, 2005.

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tinuamente nos ocultan (nuestraspropias familias además de la his-toria oficial) (En Scandizzo,2004a)”.

Otro conjunto de maquinarias queGrossberg identifica son las maquinariasdiferenciadoras, vinculadas según el autora regímenes de verdad responsables dela producción de sistemas de diferenciasocial e identidades que se acaban vivien-do como mapas de existencia espacialque condicionan las alianzas que sepueden realizar entre distintas identi-dades. En Argentina, hablamos de sis-temas de categorización que han selec-tiva y trianguladamente etnicizado oracializado distintos colectivos -"indí-genas", "afros", "inmigrantes", "crio-llos" y "cabecitas negras"- jerarqui-zándolos entre sí y (re) posicionándolosvis-à-vis el "ser nacional" como con-juntos segregados y segregables segúnvalencias biomorales inherentes (Brio-nes, 2004). Sistemas anclados en unaeconomía política de producción de diversidadcultural que ha reproducido desigual-dades internas y renovado consensosen torno a ellas invisibilizando selecti-vamente ciertas diferencias pero tema-tizado insidiosamente otras, esto es,que ha ampliado o estrechado a dis-creción sus umbrales de uniformidady alteridad para clasificar a convenien-cia a esos distintos tipos de otros inter-nos como "inapropiados inaceptables"o como "subordinados tolerables" (B.Williams, 1993). Economía políticapara la cual la aboriginalidad (Beckett,1988; Briones, 1998) de algunos habi-tantes ha constituido no sólo unimpedimento para su ciudadaniza-ción, sino una mácula para el perfil"eurocentrado" de nación que auto-proclamaba dominante. En el caso

Mapuche en particular, construccionesde aboriginalidad estigmatizantes notanto por llevar al extremo los troposde salvajismo y primitivismo que sírecaían sobre otros pueblos originariosdel país de tradición cazadora-reco-lectora, sino por buscar mayormente ladescalificación desde acusaciones deser "belicosos invasores extranjeros",eternamente chilenos y responsablesde la extinción de los tehuelche, pue-blos tomados por los discursos nacio-nales como prototipo de aboriginali-dad patagónica inherentemente"argentina". También construccionesde aboriginalidad estrechas, en tantosólo tornaban digerible una identidadmapuche acotada al campo y dedicadaa la cría de chivos y ovejas. Esos regí-menes de verdad que dirimen la legiti-midad actual de las pertenencias yderechos indígenas desde parámetrosretroactivamente nacionalizados (delucha entre indios chilenos e indiosargentinos antes de la conformaciónde los respectivos estados nacionales)y además folklorizan-en palabras deFakundo-lo mapuche, simultánea-mente han convertido a los individuosde carne y hueso en "la vergüenza delBariloche postal y turístico". Porque,como señala Lorena, a la par de natu-ralizar la idea de que "indio" rotula aquien agacha la cabeza permanente-mente, a quien es vago, fracasado oborracho, convencen a prójimos yextraños de que una inusual movilidadascendente o la misma urbanizacióndiluye las pertenencias indígenas, o deque "Vos no podes ser mapuche yandar con cresta y borregos (…) Nopodes ser mapuche y andar con lacampera llena de cosas brillantes,tachas (en Scandizzo, 2004a)."

Resultando por último de regíme-

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nes de poder o jurisdicción, las maqui-narias territorializadoras son las queemplazan sistemas de circulación entrelugares de pertenencia identificadospara y por los sujetos individuales ycolectivos. Fruto de estructuras deacceso y distribución desigual de capi-tal cultural y económico, esos sistemasde circulación quedan en sí mismoscondicionados por movilidadesestructuradas que determinan -tam-bién según Grossberg- qué tipos delugares cada cual puede ocupar, cómolos ocupa, cuánto espacio tiene paramoverse, y cómo puede moverse a tra-vés de ellos. Al habilitar una disponi-bilidad diferencial de trayectorias devida a través de las cuales se puedenadquirir tales recursos, esas movilida-des afectan la capacidad de agencia o deinstalación estratégica de los individuospara articular mapas de significado,deseo y placer desde los cuales pugnarpor redistribuir sus actos y reorganizarespacios limitados.

Cuando Lorena entonces da cuen-ta de los espacios de encuentro de losjóvenes mapuche en las ciudades y delas vías para generar instalacionesestratégicas desde allí, cuenta

“Primero vos te disfrazabas de loque venga, hasta en esos lugares, quesupuestamente son tus lugares,donde podes hablar con sinceridad.Sos el Mecha, el Gula, nombres quete disfrazan. "- ¿Pero vos qué ape-llido tenés? - Yo soy Ñancucheo. -Yo soy Cañuqueo." Empezas ahacer toda una cadena. "- Lo quepasa es que mi viejo se vino acá... -¿Por qué se vino tu viejo? - Porquelo corrieron los milicos"; o "- Habíaque hacer ahí una escuela rural de laprovincia y lo sacaron"; o "- Llegóel turco, se quedó con las tierras". Y

al final tenías un montón de coinci-dencias y (…) tu identidad, que erainicialmente ser un punky, se agran-dó mucho más (en Scandizzo,2004a)”.

Es que, en el caso mapuche, variashan sido las territorializaciones ensa-yadas estatal y privadamente segúndiversas etapas y formas de incorpo-ración económica y política de la mitadsur del país a la geografía simbólica dela nación, luego del avance militaremprendido sobre patagonia a finesdel siglo XIX. Desde la inicial com-pulsión a la relocalización transcordi-llerana o en destinos carentes demano de obra como los ingenios azu-careros del Tucumán, hasta la paulati-na radicación de grupos o individuos,luego de variables lapsos de peregrinajeen busca de un lugar de asentamientomás o menos definitivo. Esa radicacióntomó formas variadas, fuese en reser-vaciones con un régimen colectivo detenencia precaria de la tierra, en colo-nias agropastoriles que proveían lotesindividuales del terreno y promesas dedevenir propietarios a futuro, o como"fiscaleros" o "intrusos" dispersos entierras consideradas públicas (Brionesy Delrio, 2002). Antes, durante y des-pués de concretar una u otra forma dearraigo, diversos procesos y agentesestimularon la enajenación y el agota-miento de las tierras disponibles,fomentando la emigración a otras áreasrurales con disponibilidad de tierras osobre todo a centros urbanos comomano de obra barata (Olivera y Brio-nes, 1987). Lo cierto es que, más allá delo que las construcciones de aborigi-nalidad hegemónicas pregonen res-pecto de una inevitable desindianiza-ción en medios urbanos, la mayorparte de la población indígena -y los

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mapuche no son una excepción- vivehoy en pueblos y ciudades de distintaspartes del país, justo allí donde su per-tenencia resulta más sistemáticamentecuestionada, presionada o ninguneada.

Como efecto de estos cuestiona-mientos, son inusualmente intensas lassospechas que se instalan no sólo res-pecto de la autenticidad de mapunkiesy mapuheavies, sino también de inte-lectuales indígenas cuya escolarizacióno capacidad política los distancia de laimagen del "indígena verdadero", tanruralizado, pasivo e incompetente,como sumiso y fácil de satisfacer desdepolíticas asistenciales mínimas. En tér-minos de movilidades estructuradas, sila permanencia en comunidades o enáreas rurales ha conspirado histórica-mente contra las posibilidades deescolarización y de una readscripciónde clase ascendente, la migración a loscentros urbanos las ha posibilitado enforma acotada, aunque lejos aún estáde hacer que la profesionalización delos ciudadanos indígenas sea significa-tiva. Además, cuando esa profesiona-lización acontece, las presiones des-adscriptivas propias de los mediosurbanos son tan fuertes que muchosinvisibilizan su pertenencia. Aunqueese proceso ha comenzado a revertir-se -y Lorena es un ejemplo de jóvenesactivistas de familias humildes que conmucho esfuerzo están estudiando anivel universitario- es justamente sobreestos cuadros donde se depositanmayores cuestionamientos y requeri-mientos en términos de autenticidad,legitimidad y representatividad. Poresto, y también porque el grueso de laslegislaciones y políticas aún confinan lacuestión y las incipientes solucionesesbozadas al ámbito rural, las luchaspara convertir en tema de agenda

pública los problemas afrontados ensituaciones urbanas han devenido tanvisibles. En todo caso, si este escuetopanorama ayuda por un lado a enten-der por qué Lorena enuncia distintastrayectorias de urbanización comoefecto de una historia de despojosencarnada por agentes variados ("mili-cos", "turcos", "estado provincial"),pero conducente a una común ymayoritaria localización actual de losmapuche en los barrios más precariosde pueblos y ciudades, permite por elotro entender también por qué en losparlamentos se reflejan reclamos tanvariados.

III. Convergiendo a pesar y apartir de las diferencias.

Si hasta aquí he enfatizado ladiversificación de las vivencias demapuchidad, explicar la fuerza y visi-bilidad política adquirida por las luchasmapuche en los últimos veinte años enArgentina requiere prestar tambiénatención a las prácticas de articulacióny entramado del "pueblo nación mapu-che" que posibilitan convergencias apesar y a partir de las diferencias. Enotros trabajos, he enfatizado el análisisde variadas performances de politiza-ción de la cultura y culturización de lapolítica que escenifican esa unidad antela sociedad no mapuche (Briones, 1999y 2003). Me interesa aquí señalar algu-nas de las prácticas de articulación querecrean un sentido de unidad desde ypara los propios.

En encuentros como los posibili-tados por los parlamentos, se ponen enmarcha un conjunto de patrones cog-nitivos y afectivos de comunalización--esto es, de de recreación de sentidosde pertenencia compartida (Brow,

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1990)-recurrentes desde otras épocas yen otros contextos. El espacio de reco-nocimiento posibilitado por los ritua-les de saludo de bienvenida y despedi-da, compartir las comidas y elalojamiento, o el reafirmar en las roga-tivas principios de espiritualidad toma-dos como diacrítico del ser mapuchevienen estimulando sostenidas inver-siones afectivas en términos de sentir-se y mostrarse mapuche en interaccio-nes acotadas y ampliadas. Cada una deesas prácticas opera por sí y no nece-sariamente como conjunto, tal como loprueba el hecho de que, mientras algu-nos de los participantes que compar-tieron los dos días de parlamento notomaron parte de la rogativa, vecinosdel pueblo en que se realizó el encuen-tro llegaban temprano para hacer conlos demás la rogativa, pero se retirabanal comenzar el debate. Para la mayoríade los presentes parecía emperoimportante participar en todas estasactividades, volviendo a hacer lo que sesabe y hace "desde hace mucho", ohaciéndolo por primera vez paraaprender.

Ahora bien, desde las presentacio-nes iniciales fue quedando claro quediferentes experiencias mueven nosólo a introducir distintas necesidadese intereses para ver si se aceptan comotema de agenda compartida, sino fun-damentalmente a expresarse en públi-co desde distintos estilos de confron-tación y/o búsqueda de consenso queresultan de, pero a su vez retroalimen-tan, la diversificación de experiencias.A este respecto, parece adquirir unlugar destacado para recrear conver-gencias no tanto el tener los mismosproblemas, sino el potencial perfor-

mativo que hoy adquiere el hablarsobre "la lucha" como práctica que, ala par de encuadrar un presente simi-lar y proyectar un futuro común, ali-menta un sentido de devenir tambiéncompartido que resulta de identificaruna historia de injusticia semejante trasvariados relatos de despojo y sufri-miento. Además, dar testimonio de lasdistintas circunstancias que obligan acada uno a defenderse de algunaforma de avasallamiento no sólo creaun piso de conversación común, sinoque va articulando instalaciones estra-tégicas que ayudan a convertir a "gentecomún", con trayectorias de vida ymovilidades estructuradas dispares,en "luchadores". Así lo reflejaba luegodel Tercer Parlamento del ChubutRosa Rúa Nahuelquir, quien junto a suesposo Atilio Curiñanco devino famo-sa a nivel nacional por haber recupe-rado tierras cerca de su lugar de naci-miento y haber sido llevada a juiciooral y público por usurpación, segúncargos levantados por la corporaciónitaliana Benetton contra el matrimo-nio6 :

“En un primer momento ellos (losrepresentantes de Benetton)nos decían que firmemos y renun-ciemos al lugar. Dijimos que no por-que es un lugar que nos pertenece.Somos hijos de esta tierra y quere-mos estar acá para salir adelante,progresar, sustentarnos. Así quedijimos que no. La lucha no se les vaa hacer tan fácil. En el tiempo ante-rior a nuestros antepasados loscorrieron como quisieron, pero hoyyo me voy a plantar y los voy aluchar. Creo que Atilio tambiénpiensa de esa manera, él no va a

6 Para un análisis antropológico de este proceso, ver por ejemplo Briones y Ramos, 2005.

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aflojar (…) yo me siento con másfuerza (luego de este parla-mento). En ningún momento mesentí débil para seguir luchando, apesar de que hace poco tiempo queestoy luchando en esto (…) Con eltrawün que se está terminando mesiento más acompañada, porque séque algunos de mis hermanos van aestar acompañándome para ver si laJusticia de una vez por todas reco-noce nuestros derechos (…) nuncapensé andar en esto. Siempre digoque me costaba mucho asumir miidentidad. Con todo esto que nos hapasado, mi identidad la tengo quedefender (en Moyano, 2004)”.

Sin embargo, lo que el hablarsobre la lucha y "más de cinco siglos deresistencia", lejos de revertir, refuerzaes la idea de que "nuestra lucha reciéncomienza". Como personas de media-na edad, Rosa y Atilio sienten que todoestá por hacerse, porque a "nuestrosantepasados los corrieron como qui-sieron" como dice Rosa, o porque losantepasados con su pusilanimidad lopermitieron, como reconoce Atilio alrecordar que "mi finado padre decía'Dejalo, hijo, no haga problema', y asífueron pasando las cosas."

Como vimos, los muy jóvenestambién explican que fue inicialmentepara canalizar de manera positiva surebeldía contra el sistema y sus mayo-res que empezaron a dar muy diversasbatallas. A pesar de las apariencias, esasbatallas son respuesta -aunque conmediaciones- a las trayectorias deurbanización que llevaron a que unaamplia parte de los mapuches viva enbarrios pobres de distintos pueblos yciudades, así como a las movilidadesestructuradas que les hacen tan difícil

conseguir trabajo, escolarizarse, esca-par de las adicciones y la persecuciónpolicial. Mapunkies y mapuheaviesprocuran articular sus luchas explo-rando identificaciones por fusión/fric-ción con sus distintos lugares deapego posibles en términos de edad,género, clase, background étnico,región, para nombrar y hacer visibleslas injusticias y desigualdades quecada uno de esos lugares asocia. Losmapurbe mayormente intentan mapu-chizar los muy distintos contextos enque viven para contrarrestar los costosdel desarraigo, sin autoimponerserenunciar a una diversidad actual queven como resultado y parte de una his-toria de expoliación. Curiosamente,todos ellos son tan afectivos con lageneración de ancianos que Rosa yAtilio responsabilizan de su propiadesorientación identitaria y tardíaindocilidad, como críticos de las muydistintas vertientes de activismo cul-tural que desde fines de los 1980s vie-nen pugnando por transformar for-maciones de alteridad que enArgentina hicieron posible la invisibi-lización de los pueblos indígenas. Sindar quizás suficiente crédito a esosadultos que rondan hoy los cuarentaaños por su pertinaz cruzada para quehablar de pueblo, autonomía y territo-rio no produzca ya ni inmediatorechazo ni sospechas de agitación,mapunkies, mapuheavies y mapurbes tam-bién parecen sentir que la lucha reciéncomienza.

No es sencillo explicar esta con-vergente pero selectiva responsabili-zación que lleva a Mapuches madurosy jóvenes por igual a sentirse decep-cionados o a criticar lo actuado por lasprimeras generaciones ascendentes. Estambién notable que el potencial per-

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formativo del hablar sobre la lucha quecomparten unos y otros sin importar laedad no logre neutralizar esa visión crí-tica de "la generación de los propiospadres", sobre todo por cómo lacomún valoración de los "más de cincosiglos de resistencia" entrelaza las dis-tintas generaciones. Llegados a estepunto, tal vez quepa revisar crítica-mente las consecuencias no buscadasy efectos colaterales de las inversionesafectivas que son necesarias para con-vertir categorías de opresión en cate-gorías de emancipación. Diría quecuantos más altos son los estándarespara medir los "logros" de esas inver-siones afectivas, más se tiende a pensarla lucha como accionar que debieraalcanzar resultados definitivos. Luchasemancipatorias que son concebidascomo parte de una "guerra de posi-ciones" - a ser conducida en muy dife-rentes y variables frentes de lucha(Hall, 1986:17) - comienzan a ser juz-gadas y sentidas no como luchasinevitablemente abiertas (sobre todocuando se las plantea en plural), sinocomo parte de una "guerra de manio-bras", condensada en un único frentey momento para obtener una victoriaestratégica. Tiende así a subestimarse el

impacto de cualquier trabajo social conalguna capacidad para mover a lashegemonías culturales a devenir másrefinadas, creándose así una sensaciónde fracaso o insuficiencia de lo hechoy lo logrado. A su vez, cuanto másarrojo demande desafiar las movilida-des estructuradas que se nos ofrecencomo alternativa disponible, más des-lucidos quedan los esfuerzos de trans-formación realizados por aquellos dequienes aparentemente las hereda-mos, lo cual tiende a convencernos deque "nuestra lucha recién comienza".En cambio, ese pasado más distante delos abuelos y los kujfikece o ancestrosque, por menos vivido, se puede idea-lizar como preñado de más certezas yrumbos propios, parece provocar másapego, deviniendo encarnación ideali-zada de los "más de cinco años deresistencia". En este marco, tal vez lomás difícil sea visualizar que la emer-gencia de concepciones más expansi-vas de "autonomía" o "política" que seven recreando diferencias entre lasgeneraciones e incluso dentro de unamisma generación se alimentan tantode saberes como de decepciones igual-mente heredados.

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47Alma Tozzini / Hilvanando opuestos....

ResumenEl incremento de los negocios inmobiliarios que se viene dando en Patagonia en forma sosteni-da desde los '90 impacta fuertemente en Lago Puelo sobre los reclamos de tenencia de la tierrade descendientes de antiguos pobladores llegados a la región a fines del S. XIX. El siguienteartículo se propone analizar desde una perspectiva turneriana, y a partir de la reciente confor-mación de una Comunidad Mapuche en la localidad, como se relacionan las luchas por la tenen-cia de la tierra, la identidad étnico - nacional de los actores en pugna y el rol jugado por el Esta-do provincial y local vía su política territorial. Analizar dichos sucesos en clave de "drama social"nos permitirá no sólo comprender las diferentes etapas que se vienen dando en esta lucha ya cen-tenaria, sino proveer de un marco desde el cual repensar, a partir del análisis de esta pequeñalocalidad, la historia "oficial" de las identidades de los pueblos cordilleranos.

Palabras Clave: reclamos territoriales - identidades - comunidad mapuche - Cordillera de los Andes

- pasajes - drama social.

AbstractThe supported increase in real - estate business in Patagonia since the decade of 1990, has astrong impact in Lake Puelo on the claims to possession of the land of descendants of formersettlers came to the region at the end of the nineteenth century.The following article proposes to analyse from a turnerian perspective, and starting from the recent

Hilvanando opuestos.

Lecturas identitarias a partir de la conformación de una

comunidad mapuche en Lago Puelo, Provincia de

Chubut. 1

Alma Tozzini *

1 Una versión preliminar de este trabajo fue presentado como monografía final del seminario "Arcanos del Ritualy del Simbolismo: La antropología de Víctor Turner y su relevancia para la comprensión de mundos sociales"Dictado por el Dr. Arno Vogel en el Programa de Posgrado en Antropología Social de la Universidad Nacio-nal de Misiones. Quiero agradecer especialmente a Rafael Mazzini por sus correcciones y agudos comentariosa este trabajo. También a Elisa Palermo por la colaboración y apoyo de siempre.* Licenciada y Profesora en Ciencias Antropológicas U.B.A. Alumna de la Maestría en Antropología Social. Pro-grama de Postgrado en Antropología Social-UNaM. E-mail: [email protected]

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conformation of a Mapuche Community in the area, how the struggles for possession of the land,the ethnic - national identity of the involved actors and the role played by the provincial andlocal State through its territorial politics are related to one another. To analyse these events inkey of "social dramas" will allow us not only to understand the different stages that had beenoccurring in this centenarian struggle but also will provide us with a frame from which rethink,starting from the analysis of this small area, the "official" story of the identities of the peo-ple of the (Andes) mountain chain.

Keywords: territorial claims - identities - Mapuche community - Andes Mountain Caín - pasa-

jes - social drama.

Fecha de recepción: Marzo 2006Fecha de aprobación: Julio 2006

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Contextualización del Problema

Lago Puelo es una pequeña locali-dad de aproximadamente 4.000 habi-tantes, ubicada al NO de la Provinciade Chubut. Limita al oeste con la Cor-dillera de los Andes limítrofe conChile, al Norte con la localidad de ElBolsón (provincia de Río Negro), aleste con la localidad de El Hoyo y alsur con el lago homónimo. LagoPuelo, junto con las localidades de ElBolsón, Epuyén, El Hoyo, El Maitén,entre otras, conforman la "ComarcaAndina del Paralelo 42º" (en adelanteLa Comarca).

Centrar el análisis en Lago Puelo,no es una elección caprichosa puestoque allí, tuvo origen el poblamiento deLa Comarca . Diferentes grupos que sereconocen pertenecientes a diferentesoleadas migratorias llegadas a la loca-lidad, disputan "el origen" del pobla-miento, se reconocen como descen-dientes de ciertos "pioneros locales" yse proponen como una genealogía legí-tima en relación con la tenencia de latierra y utilización del espacio. Puntoque genera diversos conflictos en lazona, ya que muchas de estas familiasno cuentan, luego de más de cien añosde ocupación ininterrumpida, con lostítulos de propiedad de la tierra.

El conflicto por la titularización delas parcelas está planteado entre dichas

familias y los gobiernos municipales yprovinciales. Para que el InstitutoAutárquico de Colonización y Fomen-to Rural del Chubut (en adelante IAC)inicie los trámites de titularización pre-cisa que los municipios locales,mediante una ordenanza de su cuerpode concejales, reconozcan la ocupaciónlegítima e ininterrumpida de esas tie-rras por dichas familias. Sin embargo,en la mayoría de los casos, los munici-pios no avalan la ocupación o susordenanzas la niegan2, colocando ensituación de "usurpadores" a todoaquel ocupante de las parcelas en cues-tión. Al no contar con el aval munici-pal, el IAC no puede emitir el corres-pondiente título de propiedad a los"herederos". Frente a esta situaciónconflictiva, es a través de la historia deocupación y permanencia en el lugar,que cada grupo fundamenta y reclamala legitimidad de ocupación que con-vierta en legal la tenencia de la tierraque hasta el momento utilizanmediante un "Permiso precario deocupación", otorgado por el IAC.Dichos grupos ocupan en forma per-manente extensiones de tierra que lle-gan hasta las 600 há. de la cual depen-de en buena medida la economíadoméstica, puesto que allí llevan a cabosus actividades productivas de subsis-tencia3.

2 Como se verá más adelante, es el caso de la familia Cárdenas del Oeste del Río Azul, en Lago Puelo.3 Si bien esta categoría podría generar diversas discusiones, me refiero a actividades productivas de subsistencia,en cuanto si bien se cuenta con una cantidad importante de tierra y recursos naturales, las familias no cuen-tan con capitales para "poner en valor" dichos recursos, ni con energía eléctrica que les permita procesarlosni almacenarlos (en el caso del ganado vacuno, por ejemplo). Así mismo, por no contar con el título de pro-piedad de la tierra, tampoco pueden vender la madera que extraen del bosque, al no acceder a las correspon-dientes guías. La obtención de dinero en efectivo que permita complementar la economía doméstica, no se obtie-ne, por lo tanto de las actividades productivas y las mismas sólo son aprovechadas para cubrir las necesidadesdiarias del grupo.

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La comprensión del problemadesde una perspectiva turneriana.

"Bueno, estamos acá porque somoslos Cárdenas y siempre estuvimosacá. Los Cárdenas somos los pri-meros blancos4 acá. Mi bisabuelo, alque llamaban Motoco, llegó acá elsiglo pasado5 y desde entonces ocupóestas tierras. Plantó los primerosálamos y construyó la primeracasa, que es ésa de madera que estáahí abajo. Por él, este cerro y el RíoBlanco llevan su nombre.Cuenta la historia que en aquellostiempos los indios robaban a losblancos y mi bisabuelo era cautivodel Cacique Ñancucheo. Él (por elbisabuelo) era muy bueno con loscaballos, por eso lo tenían. El Caci-que tenía una hija con una cautivablanca, Juana Santander (nombrede la hija). Motoco y Juana se ena-moran y buscan escaparse juntos,pero no podían fallar porque en eseentonces si los indios te descubrían tetajeaban las plantas de los pies paraque nunca más pudieras irte.Logran escaparse, tienen hijos, vie-nen de este lado de la cordillera. Enun momento ella (por Juana San-

tander) se entera que su mamá estámuy enferma, a punto de morirse,pide permiso al cacique para volvera verla. Él la deja, pero no la dejavolver a irse...Entonces Motoco tiene que buscarotra mujer para que lo ayude a criara los hijos.Dicen que la viejita (por Juana San-tander) fue a parar al hogar deancianos de Gualjaina6, uno de loshijos dio con ella allá..." 7"Vivir acá es muy triste...usted ve,uno vive solo, todo el tiempo... Haceunos años 8 mataron a mi hermanoy la señora...primero a ella, laencontraron apuñalada ahí en lacasa de madera; al tiempo el finadoAlfredo ahogado en el río...nosotrosno vivíamos aquí... yo no creo que secayó de la pasarela... desaparecieronlos papeles de la tierra (por la men-sura del terreno) que eran los únicospapeles que tenían... Se quieren que-dar con todo (mencionando a ciertosfuncionarios municipales en funcio-nes en ese entonces)..."9

Estos relatos aquí recogidos, seligan con la historia de los "migranteschilenos"10 de fines del S. XIX, que lle-

4 El análisis de la adscripción étnica de estas familias será desarrollada en las páginas subsiguientes.5 Llegó en 18846 Al parecer Juana Santander terminó sus días en cercanías de la localidad de José de San Martín, en la Prov.de Chubut, lugar donde se estableció el cacique Sayhueque al rendirse al Estado nacional.7 Testimonio de Liliana Cárdenas, bisnieta de Motoco Cárdenas, en entrevista de mayo de 2003.8 El asesinato de Doña Corina Hermosilla, de treinta y tres puñaladas en el pecho, tuvo lugar en su propiacasa, en el año 1993. Por su parte, su marido Don Alfredo Cárdenas (hermano de Don Fernando y nieto tam-bién de Motoco), fue arrojado al Río Azul en el año 1995. Aunque se comprobó que su muerte se produjo antesde la "caída" al río, a la fecha ambas muertes permanecen impunes.9 Testimonio de Don Fernando Cárdenas, padre de Liliana y en consecuencia, nieto de Motoco Cárdenas, enentrevista de mayo 200310 Esta categorización requiere una necesaria aclaración, pues si bien son mencionados de esta manera porlos pobladores del lugar, hay que tener en cuenta dos cuestiones: por un lado, hasta el Laudo Arbitral de 1902los territorios cordilleranos de la Patagonia, a estas latitudes, aún no estaban claramente definidos y la presen-cia de los Estados nacionales, tanto argentino como chileno, era casi inexistente. Por otra parte, y de acuerdo

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gan a esta margen de la cordillera enbusca de un espacio que les permitadesarrollar sus actividades productivas.Tal proceso puede ser analizado desdela perspectiva turneriana de los ritos depaso, los que, en palabras de ArnoldVan Gennep son "ritos que acompa-ñan todo cambio de lugar, estado, posi-ción social y edad" (Turner, 1988:101).

Comencemos por la historia delMotoco ilustrada por el relato de subisnieta: el ancestro fundador, habita-ba en Río Bueno, actual territorio chi-leno, siendo criancero11. Socialmentehablando, los campesinos, los pobres,las clases subalternas chilenas, parte delas cuales pasarían a formar parte de suproletariado o clase obrera, son deno-minadas en aquel país como "rotos",en clara oposición a "la gente decente",la que es ubicada enfrentada y por arri-ba de los rotos (Romero, 1997:50). Elverdadero nombre de Motoco eraPedro, y si bien las cosas no eran fáci-les para los campesinos, en ese lugartenía establecida su residencia junto asu familia. Luego de un malón, PedroCárdenas es hecho prisionero porÑancucheo, quien lo rebautiza con elnombre que todos conocemos: Moto-co. Su "cautiverio" dura aproximada-mente tres años, durante los cualespresta servicios en la hacienda de lashuestes del Cacique12. Tras enamorar-se de la hija del Cacique, ambos esca-pan. Tienen hijos, viven un tiempo aloeste de la cordillera, pero las cosas sevuelven cada vez más difíciles econó-

micamente. Motoco viene de este ladode la cordillera (el este) estableciéndo-se en lo que hoy es Lago Puelo, mejo-rando las tierras que ocupa, y hacién-dose nuevamente de una haciendapropia. Así, la primera etapa de la vidade Motoco está definida por su resi-dencia en el propio lugar de naci-miento. Ése es su mundo determinado13,caracterizado por una condición sub-alterna en la estructura social, peroestable en lo personal, que precede a laetapa de margen que le sucede: el cauti-verio a manos de Ñancucheo, que leimplica la separación de su familia, desu lugar, un cambio de status (de crian-cero a cautivo), un entorno culturaldiferente, y hasta un cambio de nom-bre: Pedro es ahora Motoco. Todasituación de margen dura sólo un perí-odo, que tiene como fin preparar elpasaje de un mundo a otro, y tras tresaños de cautiverio, Pedro logra escapar.Sin embargo, algo cambió: su identi-dad. Nadie más lo reconoció por elnombre de la etapa anterior, el cauti-verio le imprimió un nuevo rasgo a suvida, y de ahí en más siempre llevó -yllevará- el nombre con que fue rebau-tizado.

Como apunta Van Gennep, la vidaindividual consiste en una sucesión deetapas; el pasaje de una etapa a otra sevincula por medio de ceremonias quetienen como finalidad que un indivi-duo pase de una situación determina-da a otra situación igualmente deter-minada. El individuo se va modificando,

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a los libros históricos de las primeras escuelas de la región (primeras instituciones estatales en la zona), se notauna total invisibilización del indígena, que pasa a formar parte del colectivo "chileno", categorización tambiénpeyorativa, máxime en el contexto de delimitación limítrofe de principios de siglo XX.11 Modismo chileno que significa pastor o criador de hacienda12 En las tierras en que hoy se levanta Junín de los Andes, en Neuquén, Argentina13 Siempre que me refiero a "mundo determinado" o "situación determinada", lo hago en los términos delos Ritos de Pasaje (Van Gennep) que organizan la experiencia en, justamente, el pasaje entre dos situacionesdeterminadas por la estabilidad, a través de una transición por una situación ambigua, de pasaje, de "margen".

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"puesto que va dejando tras de sí variasetapas y franquea varias fronteras"(Van Gennep, 1986:13). El portar elnombre indio, entonces, se convierteen un estandarte de su valentía y triun-fo. Podríamos pensar que el nuevomundo determinado se constituye aleste de la Cordillera, tras el "descubri-miento" del Valle Nuevo14 (el nuevomundo). De esta manera, vemos dosmundos determinados (pasado y pre-sente), separados por una situaciónliminal de incertidumbre, cambio dehábitos, de identidad, de trato para consu persona, hay un cambio en su jerar-quía y status social: de criancero a cau-tivo15. Nótese, además, que sin seresenciales, una de las característicasque Víctor Turner (1988:110) atribuyeal estado liminal de algunos ritos depaso es la obediencia y el silencio.Tanto en su pasaje de criancero en RíoBueno, al cautiverio bajo las huestes deÑancucheo, como de esta situación aldescubrimiento del Valle Nuevo, seoperó un pasaje de un mundo social aotro; aquí, el relato de la vida de Moto-co estaría mostrando otro pasaje: lamuerte de la etapa de criancero en elactual territorio chileno (Van Gennep,1986:23), que estaría dada por el cau-tiverio y negación de Pedro bajo Ñan-cucheo, y la resurrección al mundonuevo (Ídem) determinada por laherencia de aquella "muerte": el naci-miento de Motoco y la demostraciónde valentía del ancestro por lograrescaparse, unirse en matrimonio aJuana y fundar un nuevo mundo en elValle Nuevo, lo que podría tomarsecasi como una resurrección. De esta

forma, bien podríamos tomar estaparte del relato de su vida en tanto un"mito primario". Según Stanley A.Cook (en Boskovik, 1999:7) los mitosse dividen en primarios y secundarios.Los mitos primarios están conectadoscon los sistemas de creencias y con unaparticular visión del mundo, a su vezestán asociados con acciones rituales.Los secundarios sólo se basan en malentendidos y por tanto son explica-ciones de explicaciones. Si volvemos alpasaje recientemente mencionado, seestaría intentando dar cuenta del ori-gen mismo de la vida al este de la cor-dillera, y por tanto sería una acciónfundacional que podría ser leída comoun pasaje ritual en la vida de Motoco(nótese que hay una muerte seguida deuna resurrección, que estaría simboli-zando a la vida en el este). ParaEdmund Leach (en Boskovik,1999:12) los mitos describen ciertostipos de comportamiento humano,dicen con palabras lo que ciertos ritosdicen con la acción. De esta forma, ypensando en el pasaje del Motocodesde su condición de criancero en laactual Chile, a su condición similar enla actual Argentina, podríamos tomarciertas partes del relato de la vida delMotoco como mitos fundacionales.Podría pensarse que el pasado comocriancero en Río Bueno y su vidacomo criancero en Lago Puelo, estánmediadas no sólo por un cambio destatus sino por un paso material (VanGennep, 1986:24). Si bien en amboslugares la misma persona es criancera,es decir, que no cambia radicalmentesu situación social, empero, la situación

14 Valle Nuevo fue el nombre con que Motoco Bautizó a la actual zona de El Bolsón y la Comarca.15 Según Víctor Turner "Todos los atributos que distinguen a las categorías y grupos en el orden social estruc-turado se hallan aquí (en la etapa liminal) simbólicamente en suspenso" los entes en estado de transición no tie-nen lugar ni posición.

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liminal por la que pasó Pedro al sercautivo, le imprime a la fase en ValleNuevo un valor agregado, un nuevoaprendizaje, la superación de unaetapa, el nacimiento de un nuevo hom-bre16. Sin embargo, como en todopasaje, la situación de margen es limi-tada, tiene una duración acotada,luego de la cual la persona pasa a otroestadío, supera una etapa, franquea unafrontera. Así, en los relatos analizados,Pedro Cárdenas se convierte en el"valeroso" Motoco que escapó de losindios y, además, descubre y funda unnuevo mundo donde puede volver aestablecer su vida. Hay un cambio quele imprimieron los tres años liminales.

Tomando en cuenta esta interpre-tación de los relatos recogidos17,¿cómo podríamos explicar la situaciónactual, teñida nuevamente de indefini-ciones, ambigüedades, despojamiento,caída del status familiar? Aquellos queeran descendientes de los "fundado-res" del Valle Nuevo, son tratadoscomo usurpadores y puestos a merceddel poder local y provincial, tiñéndosela vida de una incertidumbre que notiene miras de resolverse. Los habi-

tantes de este espacio, además, son víc-timas de diversas agresiones que vandesde lo jurídico (la falta de resoluciónde la tenencia, la impresión de quetodo el mundo y en especial los abo-gados les mienten para no resolver elcaso) a lo físico, siendo el "aparente"18

asesinato del matrimonio Cárdenassólo un ejemplo, pero repitiéndose lasagresiones de diversas maneras (llega-da de la policía local al lugar a horariosdesopilantes para "simplemente" pedirdocumentos o perpetuar algún tipo deagresión "menor"). Como se ve, el pre-sente tiene muchas similitudes con laetapa de cautiverio del Motoco: nue-vamente hay agresiones, nuevamente lafamilia estaría en terreno ajeno tenien-do que someterse a las reglas de otros,nuevamente la familia pierde su statusanterior (de pioneros a usurpadores) yse le imprime una cierta peligrosidad19

que los arroja en el último estadío de laestructura social, pasando a ser margi-nales. De esta forma vemos como elrelato de la vida de Motoco es útil a lahora de explicar la situación presentede los Cárdenas. El pasado devieneilustrativo y ejemplo de lo que debería

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16 Si seguimos a Víctor Turner (1988: 102) y su descripción de la etapa liminal, las analogías de esta con la etapade cautiverio de Motoco son muchas "Su conducta (la del neófito, ser liminal, que en este caso podríamos inter-pretar como la conducta de Pedro Cárdenas) suele ser pasiva o sumisa, deben obedecer implícitamente a susinstructores (en este caso aceptar pasivamente las órdenes del Cacique) y aceptar cualquier castigo que puedainfligírseles, por arbitrio que sea, sin la menor queja. Es como si se viesen reducidos o rebajados hasta una con-dición uniforme (cautivo) para ser formados de nuevo y dotados con poderes adicionales que les permitan hacerfrente a su nueva situación en la vida" (el nacimiento de Motoco, que logra escapar y fundar un nuevo espacioal este de la cordillera).17 Como ya se apuntó, si bien la del Motoco es una historia bien conocida por los pobladores de Lago Puelo,además de los relatos orales de las personas con las que trabajé, está la publicación de Hermenaldo, un bisnie-to del Motoco que relata la historia. También aparece esta misma historia reconstruida (no se sabe a partir dequé fuentes) en el libro de Traverso y Gamboa, citado en la bibliografía. También fue escrita por un antiguomaestro de la Comarca, Tabaré Parsons, en un periódico de edición local llamado El Heraldo, sin embargo, estafuente no fue consultada por no dar con la publicación. Esta es la fuente que consulta Hermenaldo a la horade escribir "Motoco: el primer cristiano que habitó estos valles", citado en la bibliografía.18 No hay dudas respecto del asesinato de Doña Corina, que aparece en su casa muerta a puñaladas. Sin embar-go en el caso de Alfredo, la justicia determinó que "se ahogó" en el río. Para los familiares esto no está tan claro.19 Según el autor que venimos siguiendo las situaciones o seres liminales son considerados peligrosos y con-taminadores de personas, objetos, acontecimientos, reacciones. (Turner, V. 1988:115)

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ser el presente, a la vez que sirve paradenunciar aquello que no debería ser(en este caso no debería parecerse a laetapa de cautiverio, y sí debería resca-tarse y reconocerse la llegada "funda-dora" del Motoco a las tierras del este).Si Pedro se convirtió en Motoco, y decriancero pasó a ser cautivo bajo elpoder de Ñancucheo, ahora sus des-cendientes pasan de ser pioneros,fundadores, primeros, a ser usurpado-res y delincuentes para el poder local yprovincial. Es que mediante la orde-nanza 01/9620 y su ratificatoria48/9621, con la Declaración del PredioCárdenas como "zona libre de ocu-pantes", todo ocupante pasa a ser auto-máticamente un usurpador. Estas tie-rras están supuestamente libres; portanto, el Concejo Deliberante, apli-cando la ley, debe, por un lado llamara oferta pública para la venta de esastierras, y por otro desalojar a los usur-padores:

"Si no se revocan estas ordenanza,es decir si las tierras siguen legal-mente "sin ocupantes" hay que lla-mar a oferta pública, porque es loque dicta la ley, si la ordenanza nose deroga, entonces hay que aplicarla ley... y ellos quedan como usur-padores"22

Por lo expuesto, ¿podría pensarseque el presente es nuevamente unaetapa de margen? ¿Por qué se volvió aella? ¿Cuál será la etapa posterior?¿Qué aprendizaje conllevaría estaetapa liminal a la nueva etapa omundo definido? La etapa que loshabitantes del lugar anhelan concretar

es la de tenencia legal de las tierras. Siesto se concreta, la etapa de sufri-miento actual sí será vista como unasituación de margen, una situación dedetención relativa, de suspensión (VanGennep, 1986:13) que, aunque dolo-rosa, difícil y ambigua, será la antesalade una nueva agregación al mundonuevo, pero esta vez gozando de unaposición aún mejor y más segura. En lapráctica, esto implicaría el reconoci-miento de los Cárdenas como propie-tarios legítimos del espacio fundadopor el antepasado. En esta interpreta-ción, cabría la esperanza de que estaetapa presente, justamente por ser demargen, tenga una corta duración ydesemboque en un futuro superador.Es aquí donde se operaría un vínculoentre el pasado perdido, aquel de la lle-gada casi heroica que relatan sus des-cendientes, y un presente que busqueel restablecimiento de la continuidadcon aquel pasado, de manera que losdescendientes vuelvan a tener unaposición de "fundadores".

Si volvemos al análisis turnerianoque venimos desarrollando paraentender el pasaje de estas familias aeste lado de la cordillera, podríamospensar nuevamente en un mundodefinido en Chile, donde los ancestrosde estas familias tenían establecido sumundo. Según los relatos, el cambio deestado estaría dado al querer abando-nar aquel mundo y fundar uno nuevoal este de la cordillera, donde, tras elperiplo de pasaje y la ubicación espa-cial, fundarían un nuevo mundo y seconcretaría nuevamente la agregaciónque diera final a aquella etapa transi-

20 Como se verá más adelante, dicha ordenanza es promulgada en Sesión extraordinaria del Concejo Delibe-rante de Lago Puelo, el 11 de enero de 1996, meses después del aparente asesinato de Don Alfredo Cárdenas.21 Promulgada el 20 de junio de 199622 Entrevista a Presidente del Concejo Deliberante de Lago Puelo, Concejal Jacqueline Caminoa, junio 2004

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toria del desplazamiento de un mundoa otro. Es que "tales cambios de esta-do no ocurren sin que se perturbe lavida social y la vida individual, siendoprecisamente el objetivo de un buennúmero de ritos de paso, el aminorarlos efectos nocivos de esas perturba-ciones" (Van Gennep, 1986:23)

Sin embargo, y haciéndonos eco deesta continuidad conflictiva entrepasado y presente al este de la cordi-llera, podríamos pensar que aún no sehabría operado la agregación almundo nuevo. Así, si bien en el caso deestas familias, se ha dado el paso mate-rial de un lado a otro de la cordillera,podría decirse que aún no se ha con-cretado en la etapa ideal, es decir en laetapa simbólica, lo que implicaría quetermine por concretarse la agregación.Esto significaría más de cien años enuna situación de margen, o la instala-ción del margen como constitutivo delespacio y de las acciones de este ladode la cordillera. En el caso de los Cár-denas, si pensamos en el ancestro fun-dador, su etapa de margen estaría dadapor un contínuum entre su cautiverioen las huestes de Ñancucheo, su huíday su pasaje a la actual Argentina, dondesu linaje nunca logró agregarse, gozarde una posición dentro de la estructu-ra social que no los arrojase a posicio-

nes marginales, ser reconocidos por elresto de la comunidad que, paradóji-camente, muchas veces los reconocecomo "pioneros", "primeros poblado-res", etc. Si hilamos fino, debemos pre-guntarnos si teóricamente está con-templada la huída del margen, ya queTurner la plantea como una etapa quesi bien está signada por la ambigüedad,la falta de seguridad, la falta de posi-ción diferenciada, la sumisión, el silen-cio, etc., es siempre una etapa transi-toria y depende de la concreción deuna agregación futura. Si hay margenes porque habrá agregación. ¿Por quéestaría dada la agregación en este caso?Como ya mencioné, estaría dada por elreconocimiento de la sociedad local yregional de estas familias como habi-tantes legítimas, lo que se plasmaría enel apoyo a la tenencia de las tierras. Porel momento no se sabe a ciencia cier-ta si esto será un hecho a concretarse.Sin embargo, y para el caso de las fami-lias que decidieron regresar a Chile amediados de los años 1930, la agrega-ción estaría dada por esa vuelta al oesteque les permitió finalmente acceder alas tierras, cosa que no habían logradoen el este cordillerano (Blanco, Mendesy Sánchez Reiche, en: AAVV 1999).23

También en esta situación, la Argenti-na sería sólo una etapa de búsqueda, de

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23 Los autores plantean que los habitantes de las actuales localidades de Llanada Grande y Segundo Corral,en el actual territorio chileno, llegaron a dichas tierras, aproximadamente en 1930 provenientes de la Argenti-na. Es de aclarar que la población de Segundo Corral no tiene contacto terrestre con otras localidades de Chiley que dista 30 kilómetros de la frontera con Argentina con lo cual es fácil de comprender que el poblamientode dicha zona se haya operado desde familias provenientes de Argentina. Las mismas habían comenzado a lle-gar a la región comprendida entre las costas del Lago Nahuel Huapí y Esquel, a fines del s. XIX, provenientesde Chile en busca de tierras para pastoreo. Este proceso encuentra su límite en las primeras décadas del sigloXX, ya sea por el cierre de las fronteras o por la atracción que ejerce Bariloche como centro económico en cre-cimiento. Por otra parte, aquellos chilenos afincados en áreas de frontera no podían acceder a las tierras del ladoargentino y deciden trasladar sus animales del otro lado de la frontera. De esta manera hay familias que vivena uno y otro lado de la Cordillera de los Andes, en Chile y en Argentina. Los que permanecieron del lado argen-tino no pudieron acceder a las tierras hasta no tener descendencia argentina, en el mejor de los casos, puestoque el Estado argentino tenía como propósito liberar tierras para nuevos interesados más vinculados a los inte-reses "nacionales".

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aprendizaje, de pasaje, de margen.Lo que sospecho es que, en el caso

de las familias que permanecieron, elmargen se instaló volviéndose consti-tutivo del espacio y en consecuencia lasituación resulta anómala y conllevatanto sufrimiento para sus protago-nistas y conflictos con ciertos sectoresde la población local. Así, parecería queel margen constituyera una etapaautónoma (Van Gennep, 1986: 21): hayuna agregación al margen dada por eldeambular y la llegada a la Argentina,que en el caso de los Cárdenas podríacomenzar con el cautiverio bajo Ñan-cucheo. La fuerte lucha que se lleva acabo en el presente en pos de ser reco-nocidos a través de la entrega de las tie-rras, podría ser visto como un intentode separación del margen para agre-garse, finalmente al estado del mundoconstituido.

Hasta aquí, uno de los tantos aná-lisis posibles, ya esbozado en un tra-bajo anterior (Tozzini, 2004). Sinembargo, otra viñeta de la realidad nos

obliga a completar, y acaso replantearla reflexión sobre el caso.

Análisis en clave de "DramaSocial"

En Marzo de 2004 se hacen públi-cos nuevos hechos que revolucionan aLago Puelo, y que hacen sentir quetodo lo escrito a propósito de la his-toria del pueblo se desploma24: es lacreación de la Comunidad MapucheMotoco Cárdenas de la Pasarela delRío Azul25. Es un hecho que repudiagran parte de la población de LagoPuelo, que suscita fuertes peleas al aireen la radio local, y un revuelo impor-tante en el Concejo Deliberante. Enprincipio, lo que repudia parte de laopinión pública es el repentino auto-reconocimiento público de los Cárde-nas como descendientes mapuche. Sibien para algunos tal recorte étnico esuna farsa que tiene por único objeto laobtención definitiva de las tierras26 -ysobran las manifestaciones de "des-

24 Por ejemplo la tesis de Traverso 2002 que afirma que los mapuche de Lago Puelo llegan en la década de1920 a la localidad, o el libro de Hermenaldo 2001 que reza "Motoco: el primer cristiano que habitó estos valles",entre otros ejemplos.25 Futa Travún del día 21 de marzo de 2004 en que se decide tramitar Personería Jurídica ante el INAI y desig-nar a los miembros del Consejo de Ancianos, al Lonko y Huerken.26 Por una parte, el Concejo Deliberante local no reconoce esa zona como ocupada (si bien hay bloques queluchan por revocar la ordenanza 01/96, aún no se consigue la mayoría en el Concejo para que esto se concre-te), pero aún si la reconociera, a los ocupantes legítimos y pacíficos les cabe la paga "ad mensuram" por esastierras. Sin embargo, y esto es lo que una parte de la sociedad teme sea el motor de tal "identificación repen-tina", si los Cárdenas fueran reconocidos comunidad mapuche, no deberían pagar nada por tales tierras, ya queel Estado las reconoce como comunidades preexistentes a la conformación del Estado nacional y por tanto seprevé la "devolución" u otorgamiento de las tierras ocupadas ancestralmente. (Constitución Nacional. Art. 75,inc. 17), reconoce la preexistencia de estas comunidades y prevé la entrega de tierras aptas y suficientes parael desarrollo humano. La Constitución Provincial de Chubut en su artículo 34 ratifica casi punto a punto a laConst. Nac., y en la Ley 3247 acerca de la Comisión Provincial de Identificación y Adjudicación de Tierras aComunidades Aborígenes, entre sus objetivos, funciones y atribuciones y dentro de este mismo espíritu dice:Art 3) 1° "Identificar las tierras fiscales ocupadas por aborígenes o por comunidades que los agrupen..." y enel 3) 3° "Regularizar las situaciones existentes en la Provincia en las que sean parte aborígenes en forma indi-vidual, familiar y comunitaria, ..." además de disposiciones generales acerca de la gratuidad del título, la inem-bargabilidad e inejecutabilidad. La Ley Nacional. 24.071 de 1991, que ratifica el Convenio OIT 169: Este con-venio fue ratificado por el gobierno argentino el 3 de Julio de 2000. Se establecen así las garantías del derechointernacional para los pueblos indígenas que habitan el territorio argentino con el otorgamiento de jerarquíaconstitucional. El Convenio entró en plena vigencia a partir del 3 de julio de 2001.

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confianza" que desde la opinión públi-ca se vertieron en torno a la recienteautodeterminación mapuche de losCárdenas-, es interesante rescatar loque apuntan Chapman, Mac Donald yTonkin (1989: 17-18) a propósito de laidentidad y etnicidad. Los grupos,apuntan los autores, identifican a losotros grupos (en general minorías) conel significado con el que los gruposmayoritarios construyen su propiaidentidad. De esta forma, las minoríasson envueltas en un discurso que pre-siona y espera de ellas una determina-da identidad (en este caso, ser descen-dientes de "migrantes chilenos"). Lasminorías son consideradas poseedorasde una identidad particular y coheren-te, que es la "recortada" por los gruposmayoritarios. Si bien, en muchos casos,frente a estas presiones, dichos gruposson empujados a "buscar" dicha iden-tidad, este es un caso en que la bús-queda del grupo minoritario no coin-cide con lo que Lago Puelo ha queridorecortar o ver en estas familias:migrantes chilenos y no mapuche.

El análisis turneriano continúaayudándonos a completar nuestroanálisis, pues a partir del mismo pode-mos incluir estos nuevos sucesos parainterpretar la historia de los Cárdenas- y de otras familias que se encuentranen situaciones similares27- como partede un "drama social" planteado entre el

poder local y los descendientes de losantiguos pobladores; a su vez, nos per-mite integrar de manera significativa elrelato de Don Fernando, citado pági-nas atrás.

Victor Turner (1982) entiende pordrama social un elemento del campohistórico que es transculturalmente ais-lable y que exhibe una estructura pro-cesual característica, siendo la basesocial de muchos tipos de "narrativas"(plantea al "chisme" como una de lasformas que "deja ver" y trasluce losdramas sociales). A su vez define aldrama social como una unidad espon-tánea de proceso social y un hecho deexperiencia de todos en toda la socie-dad humana.

Para Turner, los dramas socialespueden ser estudiados a través de sudivisión en cuatro fases: "ruptura", "cri-sis", "reforma" y "reintegración" o "recono-cimiento del cisma", como cuarta fase. Asímismo, los dramas sociales ocurren engrupos de personas que compartenciertos valores e intereses y que tienenuna historia común real o supuesta.Los principales actores del drama sonpersonas para quienes el grupo cons-tituye una prioridad de alto valor.

De esta manera, el drama social enLago Puelo, que incumbe a la comu-nidad puelense toda, pone en con-frontación, por un lado, a los descen-dientes de las familias28 que llegan a

27 Es el caso de la Familia Cayún, (perteneciente a la "Comunidad Huanguelen Puelo" de Personería JurídicaNº 58, otorgada por el INAI) que se ve imposibilitada de obtener el título de sus tierras. Pese a ocupar por másde cien años una superficie de 660 há. y corresponderle, por pertenecer al pueblo mapuche, un título de pro-piedad comunitario, el municipio local accede a entregarles sólo 200 há. y a título de propiedad individual, pro-puesta que es rechazada por la Familia Cayún.28 Es el caso de la familia Cárdenas, Cayún, Contreras, Muñoz, Oyarzo, entre muchos otros. Las familias queencuentran mayor dificultad en obtener el título son, por un lado aquellas pertenecientes a Comunidades indí-genas (Cárdenas y Cayún) que luchan por un título comunitario. Por otra parte estarían aquellos instalados engrandes extensiones de tierras de alto valor inmobiliario y que por razones económicas no pueden regularizarlas mensuras (caso Contreras del Oeste del Río Azul). La familia Oyarzo logró el título individual de su par-cela al oeste del Río Azul, debiendo pagar con varias hectáreas de tierra al estudio jurídico asesor.

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fines del siglo XIX desde el oeste de laCordillera de los Andes y que se esta-blecen en estos valles ocupando gran-des extensiones de tierra, donde hastael día de hoy viven sus descendientes.Por el otro, a descendientes de diversasoleadas de argentinos que comienzana llegar en las primeras décadas delsiglo XX desde diversas zonas de laArgentina y que también ocuparon tie-rras que luego les fueron otorgadas enpropiedad por los diversos gobiernos.Son los integrantes de estas familias losque comienzan, en el siglo XX, a orga-nizar la vida institucional de la locali-dad, los que participan de la PrimeraComisión de Fomento que da "inicio"a la historia oficial del pueblo en 1928.Es decir que entre ambos grupos hayuna distinción de origen, así como unadistinción de derechos, pues mientraslos descendientes de los pobladores lle-gados en el S. XIX desde el oeste cor-dillerano, no cuentan con la tenencialegal de la tierra, la situación del otrogrupo es radicalmente opuesta alhaber conseguido la tenencia a poco dehaberse instalado en la localidad.Mientras unos aún luchan por "esta-blecerse" otros tuvieron un privilegio"legal" en ese sentido.

Veamos ahora cómo, desde la his-toria de la familia29 Cárdenas, y a par-tir del aporte turneriano, podemoscomprender la problemática socialque en Lago Puelo vincula la tenenciade la tierra con el origen de los pobla-dores, en clave de drama social. Eldrama comienza con el asesinato de

Doña Corina y Don Alfredo en 1993y 1995 respectivamente. Estas muertessignifican la ruptura del orden socialconsuetudinario en Lago Puelo. DoñaCorina y Don Alfredo ocupaban lastierras en la que se instalara un hijo deMotoco Cárdenas y Juana Santander,Francisco Cárdenas, padre de Alfredo,allá por 1896. Si bien nunca pudieronacceder al título de propiedad de la tie-rra, contaban con un permiso precariode ocupación otorgado por el IAC, quedaba un marco de legalidad a la ocu-pación30. El asesinato del matrimonioCárdenas desencadena una verdaderacrisis que pone sobre la mesa de discu-sión la legitimidad de ocupación deesas tierras por parte de los Cárdenas.¿Por qué? Porque a partir de la desapa-rición física del matrimonio, desapare-cen de su casa los documentos que ava-lan el permiso de ocupación (y susoriginales, casualmente, se incendian enlos archivos del Municipio Local), lomismo sucede con el pago de pastajeque el matrimonio venía haciendo yque daba legitimidad al Permiso deOcupación otorgado por el IAC. Conla muerte del matrimonio Cárdenas yel casual incendio de los archivosmunicipales, se pierde todo documen-to legal que legitimara la ocupaciónCárdenas en las parcelas del oeste delRío Azul. A su vez, como ya se dijo, enel mes de enero de 1996, a unos pocosmeses del aparente asesinato de DonAlfredo, el Concejo Deliberante delMunicipio de Lago Puelo, medianteordenanza 01/96 y en una cesión

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29 Siempre me refiero a "familia" entendiendo familia extendida, es decir lo que podríamos llamar "los Cár-denas", el apellido Cárdenas, que en este drama incluye unas cinco familias nucleares.30 Según relatan los familiares este permiso precario, al igual que la mensura del terreno desaparecen a la muer-te de Don Alfredo. La familia cuenta con los permisos de Pastaje que Don Francisco Cárdenas pagara a la Direc-ción General de Agricultura y Defensa Agrícola del Ministerio de Agricultura de la Nación desde 1914. Así comoel certificado, a nombre de Francisco Cárdenas, del Censo Nacional Agropecuario de 1937.

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extraordinaria, declara al predio Cár-denas "Zona libre de ocupantes" yfunda el Parque Natural MunicipalAlfredo Cárdenas en "honor" al falle-cido. Esta ordenanza, al colocar ensituación de usurpadores a todos losotros miembros de la familia, revisteuna provocación abierta hacia la fami-lia Cárdenas, a la vez que un mensajede advertencia a las otras familias des-cendientes de antiguos pobladoresque se hallaban en igualdad de condi-ciones que los Cárdenas en cuanto a latenencia de las tierras. Desde allícomienza una larga fase, de más deocho años en que la crisis es evidente.A la ordenanza antes mencionada, losCárdenas responden multiplicando laocupación, en cuanto más familiaresdel matrimonio asesinado se instalanen las parcelas estableciendo allí sulugar de residencia31. Como apuntaTurner (1982) "... la crisis va in crescen-do y configura un momento de tensióno de escisión en las relaciones entre loscomponentes del campo social, en elcual la paz aparente se transforma enevidentes conflictos, tornando visibleslos antagonismos latentes." Comodijimos antes, a partir de los asesinatosse ponen en escena los antagonismosy los intereses marcados y opuestos enla arena local. Las mismas tierras quelos Cárdenas ocuparon ininterrumpi-damente por más de cien años, soncodiciadas y arrancadas, vía la orde-nanza antes mencionada, a la familiapor el grupo de poder local encarnadoen el Concejo Deliberante y en el ase-sor legal del municipio local. La deci-

sión del Municipio es vista con buenosojos por los grupos hegemónicos delpueblo. A su vez, se ponen sobre eltapete "futuros proyectos" que elmunicipio ya tenía en esas tierras y enlas tierras linderas a los Cárdenas, tam-bién pertenecientes a familias que lle-garon desde el occidente cordilleranoa fines del S. XIX. Un claro ejemplo esel proyecto de construcción de un pasointernacional con Chile que implicaríaobras de infraestructura en esa margendel Río Azul, y dentro del predio delParque Nacional Lago Puelo, a la vezque las tierras linderas a tales obras(como la de los Cárdenas) se conver-tirían en un cuantioso negocio inmo-biliario a partir de la construcción decentros turísticos. En fechas másrecientes se conoce la presentaciónante el BID de un proyecto que insta-laría un hotel cinco estrellas y una pistade ski en las zonas de altura compren-dida entre los predios de las familiasCárdenas y Cayún. El conflicto seextiende y también la ruptura, pues lasociedad civil comienza a alinearse enpos o en contra de los Cárdenas, perotambién en pos o en contra de talexplotación que involucraría el des-monte de parte del PN Lago Puelo yde una de las zonas más vírgenes de lacordillera local donde aún persistenejemplares añosos de flora nativa, a lavez que en las alturas se encuentra unaimportante reserva de agua dulce. "Enlos dramas sociales, la falsa amistad esseparada de la verdadera comunión deintereses, los límites del consenso sonalcanzados y registrados, el poder real

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31 Es el caso de Fernando, hermano de Alfredo y nieto de Motoco, que al enterarse de la muerte de su her-mano decide continuar la ocupación, y de Humberto, hermano de Alfredo y Fernando que llega tiempo des-pués. También es el caso de Liliana, bisnieta de Motoco Cárdenas e hija de Fernando, que por razones labo-rales se hallaba viviendo en El Bolsón y tiempo más tarde se instala con su familia en el predio, al igual queAntolín Cárdenas, hijo de Humberto, quien se instala con su esposa.

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emerge por detrás de la fachada deautoridad" (Turner, ibídem). A su vez,para el autor los dramas sociales sonprocesos políticos que envuelven lacompetencia por fines escasos a travésde la utilización de recursos escasos. Latierra se convierte en el recurso a tra-vés del cual los grupos hegemónicosbuscan afirmar su poder, y para losCárdenas significa la recuperación de ladignidad y el reconocimiento social entanto "descendientes del linaje de ori-gen" (Tozzini, 2004)

Sin embargo, la crisis en algúnmomento tiene que buscar una formade salida, de reforma de sí misma y delcisma desencadenado. ¿Qué les espe-raba a los Cárdenas? ¿Eternizar susituación de margen social, no accedernunca a la propiedad y bajar de status,perdiendo definitivamente sus tierras?Es desde la misma familia Cárdenas, elgrupo que ha sido desequilibrado porla ruptura y crisis, que se busca un meca-nismo reformador formal. Se trata dela creación "oficial" y "pública", enmarzo de 2004, de la ComunidadMapuche Motoco Cárdenas, recono-cida legalmente por el INAI32 esemismo año. Esto cambiaría radical-mente los términos de la lucha, pues-to que al reconocerse a los Cárdenascomo "originarios" es el Estado el quedebe otorgarles la propiedad comunalde sus tierras. De esta forma pasaríande ser "usurpadores" a legales propie-

tarios de parcelas comunales. A su vezel linaje dejaría de ser "chileno" paraconvertirse en originario y pre - exis-tente a toda generación que quieraconstituirse en el origen del pueblo33

(Tozzini, 2004).Hasta aquí llega el análisis que

podemos realizar, la fase final, aún nose produce, y todo hace prever quedeberá judicializarse el caso en pos deviabilizar los trámites por la tenenciade la tierra que actualmente se hallantrabados en el nivel burocrático local.Sin embargo, a partir de los proyectose intereses a nivel local y provincialsobre esas tierras, salidos a la luz a par-tir del desencadenamiento de la crisis yque mencionara algunos párrafosantes, el grupo está logrando la lentaadhesión de gran parte de la comuni-dad que no sólo acepta su reciente autoadscripción, sino que además se oponea los proyectos económicos en esaladera de la cordillera. Es esta adhesiónla que permitió que se comenzara ahacer presión en el Concejo Delibe-rante local para que se derogue la orde-nanza 01/9634, o que el caso Cárdenasgane la pantalla del canal estatal argen-tino (ATC, Canal 735). Es de esperarque estos mecanismos reformadores llevenal reconocimiento local de las familiasdescendientes de los primeros pobla-dores, lo que implicaría la recuperaciónde su posición social y del prestigio,pero también la finalización de la lucha

32 Personería Jurídica, Resolución Nº 87 33 Me refiero a la generación que participa en la fundación de la sociedad de fomento del pueblo, que devie-ne en acto fundacional de la localidad en 1928.34 La última sesión del HCD de Lago Puelo en que se trató la derogación, tuvo lugar el 16 de diciembre de2005, faltando un voto para su derogación. Siendo 7 los miembros del HCD, eran necesarios 5 votos para hacerefectiva la derogación. Votaron a favor los 4 concejales del bloque radical, que tiene mayoría en el Concejo,aunque es del bloque opositor. Votaron en contra los dos concejales del PACH (partido al que pertenece elIntendente local) y la concejal del Partido Justicialista.35 Programa del ciclo "Historias Prestadas" emitido en octubre de 2005.

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por las tierras en el otorgamientocomunal del título de propiedad defi-nitivo. Sin embargo, también es detener en cuenta que las fases regene-radoras pueden fracasar significando elregreso de la crisis.

Acerca de la figura del antepasado

En el análisis precedente del casoCárdenas como desencadenante deldrama social, se desdibujó un poco lafigura del antepasado fundador, Moto-co Cárdenas, el cual sólo es mencio-nado para definir la posición de susdescendientes en el relato del drama.

Ahora bien ¿qué significadoadquiere la figura del antepasado? ¿Porqué en el 2003 su bisnieta lo nombrócomo "el primer blanco de este lado",algunos autores lo mostraron como "elprimer cristiano" (Hermenaldo, 2001)y ahora se convierte en el estandarte dela Comunidad Mapuche recientemen-te conformada? ¿Qué simboliza sunombre y su figura que es reconocidacomo "pionera" no sólo por sus fami-liares, sino también por aquellos sec-tores que obstaculizan su acceso a latierra? ¿Por qué, aún en los momentosen que el antepasado era consideradoun blanco, cristiano, sus descendientesconservaron su nombre de cautivaje,Motoco, y no siguieron llamándoloPedro? El análisis turneriano de los sím-bolos focales, de la mano de nuevos datosque sigue arrojándome el campo, pue-den ser útiles para comenzar a pensarposibles respuestas.

En noviembre de 2005 vuelvo alcampo luego de algunos meses de

ausencia, retomo los contactos conDon Fernando y Liliana, con la quemantengo una conversación de más dedos horas. La conversación circula entorno al tema de la conformación de lacomunidad en 2004, de la situaciónlegal actual de la familia Cárdenas conrespecto a sus tierras, de las posibili-dades de derogación de la ordenanza01/9636, entre otros temas. Hay algoque comienza a sorprenderme en surelato, es la vuelta a escena del nombre"Pedro", cada vez que su bisnieta serefiere al Motoco. ¿Cómo es posibleque ahora, en medio de la lucha por lalegitimación política del reconoci-miento de la comunidad como mapu-che, el antepasado fundador sea nom-brado con su nombre cristiano y nocon su nombre mapuche? Hay algo acáque debe ser analizado. Si pudiéramoshacer un análisis de oposiciones,vemos que mientras los descendientesse reconocían como descendiente del"primer blanco que pobló estosvalles", ese blanco era siempre llama-do Motoco. Hoy por hoy, que la comu-nidad mapuche pasa por un impor-tante proceso de comunalización(Briones, 1996) aborigen, el antepasa-do es llamado con el nombre con elque fuera bautizado: Pedro. ¿Cómo seexplican estas oposiciones?

Otro dato que me proveyó elcampo puede explicar esta situación.Pedro no es más definido como blan-co ni como chileno, pero tampococomo mapuche. Su identidad pasadano es definida por su marcación decautivaje. Es definido ahora como"criollo".

¿Qué nos dice una marcación

36 Se estaba preparando la Sesión del HCD de Lago Puelo del 16 de diciembre, mencionada anteriormente,en que se discutiría tal derogación.

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"criolla" para un antepasado con nom-bre mapuche, y que además se con-vierte en estandarte de una comunidadmapuche recientemente conformada?Evidentemente el Motoco es, en tér-minos de Turner, un símbolo focal, unsímbolo que dice más de lo quemuestra. Posee un carácter iniciatorio,puesto que inaugura el poblamiento enel lugar, desencadena un proceso pri-mario que convierte el hecho delpoblamiento del valle en 1884 en unsímbolo para la posteridad (Turner,1974). Como símbolo focal une lo queen la práctica está separado, es un sím-bolo de referencia bipolar. El Motocosiempre encarnó la unión de lo blancocon lo indio, es así que cuando era con-siderado un blanco cristiano, sus des-cendientes le conservaron su nombreindio. Ahora que su comunidad lo ins-tituye como el antepasado que danombre a la comunidad mapucheMotoco Cárdenas, lo llaman Pedro, sunombre blanco. De esta manera es unsímbolo que sugiere lo desconocido deesa unión al proyectar futuras inter-pretaciones, tal vez, de la última fasedel drama social.

Estimo que la actual designacióndel Motoco por parte de sus descen-dientes, en tanto "criollo" funcionacomo reafirmación de la focalidad delsímbolo. Un criollo es la unión de loespañol con lo local. Es la descenden-cia española (y blanca) en territorioamericano, con lo cual denota launión de lo blanco con lo indio (el tér-

mino "mestizo" designa mejor estaunión, aunque no es utilizado común-mente). Lo épico de la historia delMotoco y su periplo entre Río Bueno,las huestes de Ñancucheo y la vida enel Valle Nuevo, es que en el periplo depasaje logra unir lo que en el sentidocomún siempre estuvo separado: losblancos de los indios, "Chile" de"Argentina". Si retomamos la historiadel Motoco, según el relato de sus des-cendientes, él escapa de la huestes deÑancucheo con Juana Santander, unahija que el cacique tenía con una cau-tiva blanca (un símbolo de la separa-ción de lo blanco con lo indio, que sólopodía unirse por la fuerza, mediante elcautivaje). En el presente Motoco essinónimo de "mapuchidad" al ser sunombre el de la comunidad reciente-mente conformada. Es la unión per-manente y en el tiempo de lo indio y loblanco. Ahora bien, si Motoco es reco-nocido por sus descendientes como"criollo", abre la posibilidad que elmismo no sólo sea reconocido comoantepasado fundador de la ComunidadMapuche Motoco Cárdenas, sino de ladescendencia "argentina" de la locali-dad. "Criollo" es una definición másabarcadora, induce lo nativo, pero noniega lo blanco. Es Turner (1974)quien con el ejemplo latinoamericanode Hidalgo nos muestra como lo crio-llo tiende a mezclarse o identificarsecon lo indio, para separarse del impe-rialismo español, funcionando comoun símbolo conjunto indio - criollo37.

37 Turner lo plantea puntualmente en relación a Nuestra Señora de Guadalupe en México

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Consideraciones finales y finales abiertos

Como se apuntó párrafos arriba, elproblema por la tenencia de las tierrasen Lago Puelo, es un tema complejoque involucra múltiples actores. Tam-bién es un problema que se encuentra,en lo que respecta a las familias a lasque nos venimos refiriendo, en plenaetapa de conflicto. Desde el análisisturneriano que propuse para intentarcomprender este caso concreto, la cre-ación "oficial" de la ComunidadMapuche Motoco Cárdenas puede serleída como un mecanismo reformadorformal de la crisis desatada. Sinembargo en este proceso no podemosdejar de analizar el rol del Estado queejerce un movimiento pendular: porun lado, desde lo local y provincial ava-lando la negación de los derechos quesobre la tierra tienen dichas familias;desde lo constitucional y desde elámbito nacional, reconociéndoles laPersonería Jurídica que les permitareclamar sus legítimos derechos y judi-cializar el caso vía el INAI. De estaforma podríamos pensar en qué medi-da la creación de la comunidad se rela-ciona con las acciones estatales.

En relación con la figura del ante-pasado Motoco Cárdenas, podríamossugerir que su figura es equivalente einversa a la de Juana Santander, suesposa. Juana, hija de Ñancucheo, con-serva, al menos en los relatos de sus

descendientes, un nombre que no laidentifica directamente con la mapu-chidad. Es Motoco Cárdenas, recono-cido por su descendencia como criollo,quien no sólo conserva el nombre decautivaje sino que además da nombrea la comunidad recientemente con-formada. De esta manera podríamospensar si no es también la unión deestos personajes la que se convierte enun símbolo focal de unión de signifi-cantes que, como ya apuntamos, siem-pre estuvieron separados. Podríamospensar que tanto el periplo de pasajede Motoco de un lado a otro de la cor-dillera, su unión con la hija del cacique,como los nombres con que cada unode ellos es identificado actualmente,operan en conjunto una suerte de hil-ván que logra unir significativamentereferentes que hasta el momentos seentendían como opuestos.

A partir del análisis de este casoconcreto y de características locales,podríamos preguntarnos en qué medi-da la historia del Motoco y Juana nopuede ser útil a la hora de repensar lasidentidades de los pueblos cordillera-nos, que se ponen en acto al ritmo delas acciones que el Estado despliega demanera contradictoria en su nivellocal y nacional, máxime en lo que res-pecta al reconocimiento de los dere-chos de antiguos pobladores sobre lastierras que ocupan.

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"El problema no es cambiar la "conciencia" de la gente o lo que tienen en la cabeza, sino elrégimen político, económico e institucional de producción de verdad"

(Michael Foucault. Un diálogo sobre el poder)

ResumenConstruido e históricamente conceptualizado desde el segundo periodo de posguerra, el desarrollo-como formulación discursiva de la creación de la realidad social- parece haberse constituido enuna de las principales directrices del transcurrir civilizatorio. Desplegando un conjunto de estra-tegias de planificación y promoviendo la transformación de los territorios mediante grandes pro-yectos, el desarrollo intenta presentar un esquema exclusivo -pero también excluyente- por mediodel cual interpretar los hechos y los acontecimientos. Tal modelo discursivo ha logrado avanzartras anular, asimilar y excluir diferentes representaciones socioculturales y ofrecer, simultáne-amente, soluciones aparentemente generalizables a la totalidad del género humano. Hoy en día,ante la enunciación de una problemática ambiental de escala planetaria, la moderna gestiónambiental se consolida como una propuesta global. Ante esto, ¿es posible reconocer un cambioentre la formulación discursiva de la gestión ambiental y la del desarrollo?

Palabras Clave: Biodiversidad Cultural - Desarrollo - Gestión Ambiental - Globalización- Plani-

ficación.

AbstractConstructed and historically conceptualized since the second post-war period, the development-understood as a discursive formulation of the creation of social reality- seems to have been esta-blished as one of the main guidelines of civilization's course. Displaying an ensemble of plan-

* Omar J. Ramírez. Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI). Universidad Nacional de Rosario (Argenti-na). Investigador Maestría en Sistemas Ambientales Humanos. E-mail: [email protected]

El espejo invertido de la realidad:

Del discurso del desarrollo a la apología de la gestión

ambiental

Omar Ramírez*

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ning strategies and promoting the transformation of territories by means of large developmentprojects, the development aims to present an exclusive -but also excluding- scheme by which factsand events can be interpreted. Such discursive model has been able to advance after annulling,assimilating and excluding different socio-cultural representations and simultaneously offeringsolutions that can be apparently generalized to the whole of humankind. Nowadays, in the pre-sence of an environmental problem of global scale, the modern environmental management con-solidates itself as a global proposal. Taking all this into account, is it possible to recognize achange between the discursive formulation of environmental management and that of deve-lopment?

Key Words: Cultural Biodiversity - Development - Environmental Management - Globalization

- Planning.

Omar Ramírez /El espejo invertido ...

Fecha de recepción: Agosto 2006Fecha de aprobación: Octubre 2006

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Asumamos dos puntos de referen-cia: por un lado, la interpretación deldesarrollo como una construcción dis-cursiva formulada en unos contextoshistóricos específicos, en respuesta alinterés de ciertas entidades y dinámicasde poder. Por el otro, la representaciónde una problemática ambiental a esca-la planetaria, caracterizada por laintensificación de una crisis civilizato-ria ecológica y social de impacto yrepercusiones globales. Si bien estasdos distinciones no se configuran apartir de una relación dual, sí ofrecenun significativo marco de análisis parala formulación de algunas reflexionesiniciales, sobre el papel desempeñadopor la moderna gestión ambiental,frente a la forma como integra y asi-mila la diversidad cultural en los dis-cursos totalizantes que actuaron -yactúan- como enfoques universalesaparentemente aplicables al conjuntodel género humano.

A continuación se plantean algunosinterrogantes iniciales que intentanobrar como parámetros guías, al esbo-zar aquellos tópicos sobre los cualesorientar la propia mirada del escrito:¿Es posible reconocer un cambioentre la formulación discursiva del des-arrollo sostenible y la del desarrollo pro-movido durante el segundo periodo deposguerra hacia mediados del sigloXX? ¿Qué repercusiones programáti-cas y pragmáticas genera el hecho dereconocer una problemática ambientala escala global? Ante esto ¿cómopodría interpretarse la relación entre lamoderna gestión ambiental, al ser pre-

sentada hoy en día como una de lasprincipales estrategias de planificacióny administración social, y la existentepluralidad discursiva social y cultural dela realidad?

El desarrollo como construcción histórica

A partir de la identificación de cier-tas condiciones materiales y la dife-renciación comparativa de particularesrelaciones sociales, el desarrollo parecehaberse constituido en una de las prin-cipales directrices del transcurrir civi-lizatorio de los denominados países delTercer Mundo.

Partiendo del reconocimiento de laimportancia de las dinámicas de dis-curso y poder en la creación de unaexperiencia colectiva, el desarrollo seexpresa como un resultado histórico,como una 'obra' efecto de prácticascognitivas concretas que intenta pre-sentar un esquema singular por mediodel cual acercarse al mundo. Es decir,como una 'invención' de los hechos, deverdades y posibilidades, de ficcionesy claridades, de mitos y libertades,logrando ser un eje articulador de larepresentación de los acontecimientossociales (Escobar, 1998; Gendzier,1985; Sachs, 1990, 1996).

Construido e históricamente con-ceptualizado desde el segundo periodode posguerra1, el desarrollo insinúa launiformidad de percepción del mundoen concomitancia con ciertas repre-sentaciones subjetivas, permitiendo lademarcación de aquellos espacios,

1 Para Wallerstein (1996: 164) "el surgimiento del término desarrollo fue una consecuencia inmediata de la apa-rición política del llamado tercer mundo en la era posterior a 1945". En este mismo sentido Sachs (1996: 1-7)afirma: "el faro del desarrollo fue construido inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Siguien-do al colapso de las potencias coloniales europeas, los Estados Unidos encontraron una oportunidad para dardimensión mundial a la misión que sus padres fundadores les habían legado: "ser el fanal sobre la colina"".

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pensamientos, estrategias y relacionesque han de ser promovidos comorutas certeras a recorrer por todas lassociedades y culturas. Donde 'la reali-dad', conquistada por una singularforma de interpretación, responde auna discreta descripción de las cir-cunstancias y los hechos.

Para comprender el desarrollocomo una construcción narrativa, esnecesario entenderlo como una 'estra-tegia', como un complejo de relacionesque entrama objetos, acciones, actores,representaciones, imaginarios, pensa-mientos y elementos, agrupándolos ydisponiéndolos conforme a una par-ticular lógica de argumentación.

Dicha situación establece un claroseñalamiento de "quién puede hablar,desde qué puntos de vista, con quéautoridad y según qué calificaciones",llevando a cabo una aprehensión dis-cursiva claramente coartante y unasubyugación de las dominantes salidasplanteadas mediante la precisión de"reglas a seguir para el surgimiento,denominación, análisis y eventualtransformación de cualquier proble-ma, teoría u objeto en un plan o polí-tica" (Escobar, 1998: 88). Esto reflejacómo los procesos de apropiación detal expresión, junto a los intentos porvariar su representación, terminansiendo formulados en los mismos tér-minos conceptuales inherentes a laidea del desarrollo2.

Este característico enfoque deno-ta la condición imperante y estándardel desarrollo: canalizar los imagina-rios sociales y los rumbos civilizatorios

bajo regímenes de 'construcción de laverdad'. Al hacerlo, la forma dedimensionar el abstracto y universalnivel de análisis, se transforma en unfactor condicionante de las reglas deexpresión y de las categorías de enun-ciación de los acontecimientos, refle-jando no sólo el aspecto determinan-te de la situación, sino también lanaturaleza hegemónica del discurso.

Así, no sólo se posibilita el des-pliegue de una forma de ser y actuar,sino que también se imposibilitan ycondicionan otras. Esta dinámica,interpretada como "representativa dela lógica de un campo de poder políti-co y económico, donde los actorescolectivos intentan establecer sus pro-pias perspectivas particulares, como laforma más correcta de proceder conrelación al desarrollo" (Ribeiro, 1991:59-101) plantea una doble situación.Por un lado, reconoce un proceso decircunscripción, es decir, de reconoci-miento de aquellas prácticas concep-tuales y empíricas adaptables y fun-cionales a la propia conformación ydifusión de la lógica que pretende serresaltada. Por otro lado, crea un pro-ceso de transgresión, de exclusión de ladiferencia, de la otredad, de aquelloque no logra ser compatible con lalógica inicial, como resultado de unasubvaloración relativa del fenómeno.

Este proceso de encuentro y con-frontación con aquello que no res-ponde a la lógica conocida y aceptadacomo única y válida por y para la socie-dad, supone la existencia de un estadoejemplar 'desarrollado' -e ineluctable-

Omar Ramírez /El espejo invertido ...

2 Un símil de esto es presentado por Escobar (1998: 22) al evidenciar cómo hacia finales de los años setenta,la discusión crítica y las propias estrategias alternativas al proceso dominante, necesariamente debían tener enconsideración la noción del desarrollo: "podía criticarse un determinado enfoque, y proponer modificacioneso mejoras en concordancia con él, pero el hecho mismo del desarrollo y su necesidad, no podían ponerse enduda".

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mente de otro 'subdesarrollado'- atri-buyendo un carácter despectivo yantagónico a la multiplicidad de relatosy culturas. Cada episteme histórica (Des-cola, 2001: 101-123) que construye suspropias combinaciones específicas derepresentación, se ve reinterpretadacomo un proceso 'inconcluso' e 'insu-ficiente', obligado a ser superadocomo menester objetivo e ineludibledel devenir civilizatorio. Perfilandotanto la problemática ante la cual diri-gir la mirada (el 'subdesarrollo' de algu-nas regiones del mundo) como la sali-da certera para superarla (enclavestecnológicos y económicos3), la idio-sincrasia del Tercer Mundo es enun-ciada en términos de 'escasez' y las cul-turas, por tanto, son expresadas como'obstáculos' al proceso de 'moderniza-ción' y 'progreso' inherentes del des-arrollo.

Uno de los principales efectos detal proceso es el señalamiento de la'pobreza' -especialmente la existente enlos países tercermundistas- como elproblema social y central a resolver.Asociada a diversas característicasinherentes a las culturas de estasregiones, y teniendo en mente las diná-

micas sociales, políticas y económicasde los países poderosos de Occidente,la 'pobreza' es relacionada con condi-ciones de 'deficiencia', 'carencia', 'esca-sez' y 'necesidad'; descifrando unascategorías aparentemente 'incomple-tas', susceptibles de ser 'mejoradas', 'ali-viadas' y 'restablecidas', por medio dela inserción de diferentes procesos deplanificación e intervención, dirigidasa 'modernizar', 'completar' y 'benefi-ciar' a dichas regiones4.

Así, las culturas, como procesosmúltiples y disímiles, son anuladas dis-cursivamente y transferidas automáti-camente a una idea evolucionista de lasociedad5, donde las regiones deno-minadas 'avanzadas' o 'desarrolladas',se encuentran en una instancia 'ade-lante' y 'mejor' con relación a las lla-madas zonas periféricas (Wallerstein,1996). Pero además, paradójicamente,donde estas últimas deben ser someti-das a una necesaria intervención paraavanzar y lograr alcanzar un estadopleno de bienestar.

Tras ello, las jerarquías discursivasadquieren sentido y actúan de formafuncional a la idea de existencia de unpunto, un estado, una condición o un

Ya desde 1949, el presidente estadounidense Harry Truman hacía explícito los mecanismos necesarios paraafrontar el 'subdesarrollo': "creo que deberíamos poner a disposición de los amantes de la paz los beneficiosde nuestro acervo de conocimiento técnico para ayudarlos a lograr sus aspiraciones de una vida mejor […] pro-ducir más es la clave para la paz y la prosperidad. Y la clave para producir más es una aplicación mayor y másvigorosa del conocimiento técnico y científico moderno". Harry Truman (1964/1949). Public papers of thePresidents of the United States, Harry S. Truman. Washington: U.S. Government Printing Office (Escobar,1998: 19).4 El Sistema Bretton Woods del periodo de posguerra, contribuyó enormemente a este proceso. Los ajus-tes estructurales impulsados por el Banco Mundial y el FMI en busca de presuntas mejoras, indujeron nuevosritos de dependencia y degradación de los territorios. La mayoría de las naciones de África, América Latina yAsia se concentraron en la exportación de productos primarios (café, algodón, maderas nobles, entre otros)muchas veces con el uso intensivo de insumos químicos e inmensa deforestación, conllevando serios impac-tos ambientales y desatención de la producción interna de alimentos. Hoy en día, diferentes instituciones finan-cieras internacionales continúan incentivando la realización de proyectos de infraestructura para 'modernizar'los territorios. Un ejemplo de ello es la iniciativa IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Surameri-cana) la cual, propuesta oficialmente en el año 2000 y financiada por el BID, CAF y FONPLATA, pretendeintegrar físicamente a los doce países de Suramérica para fortalecer los mercados, por medio de la superaciónde los obstáculos biogeográficos existentes (entiéndase por este último concepto los ecosistemas y biomas natura-les de la región).

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umbral de ventura al alcance de todaslas culturas y sociedades, incentivando,correlativamente, una disposicióncompetitiva entre ellas, al enfocar losesfuerzos en la búsqueda de la mejorforma para alcanzar, en el menortiempo posible, el anhelado 'estadode desarrollo'.

De esta forma, la tradición, la his-toria y las representaciones locales soncontempladas como 'obstáculos' parael asentamiento de la modernización apartir de la coexistencia de dos cir-cunstancias: por un lado, reconocien-do ciertos sistemas que limitan, entor-pecen y dificultan el establecimiento deun comportamiento dominante, y porotro, visualizando ciertos vacíos exis-tentes que, por su misma ausencia, nofacilitan el ingreso y la transformaciónde las regiones a un supuesto 'estadode prosperidad'. En ambos casos, selogra evidenciar una 'medicalización'de la pobreza en la cual se pretendeadvertir ciertos fenómenos, prácticas ypensamientos 'diferentes', como agen-tes causales de una condición 'irregu-lar'6.

En síntesis, como conceptos abs-tractos, modificables y moldeables, lasculturas adquieren sentido según elgrado de acercamiento y acatamientode las expectativas extrapoladas porOccidente poderoso, donde ciertas

entidades -y a partir de un procesorelativo de comparación- demandanuna pronta y urgente intervención'correctiva' del Tercer Mundo, convir-tiéndolo en "un espejo invertido de larealidad de otros: un espejo que losdesprecia y los envía al final de la cola,un espejo que reduce la definición desu identidad, la de una mayoría hete-rogénea y diversa, a los términos deuna minoría pequeña y homogenei-zante" (Esteva, 1996: 52-78).

Planificación del Desarrollo

Ahora bien, el hecho de reconocerel desarrollo como una construcciónhistórica, no es sinónimo de limitar suespacio de acción al mero campo de lasideas, por el contrario, "tal discursodeviene en prácticas concretas depensamiento y de acción mediante lascuales llega a crear realmente el TercerMundo" (Escobar, 1998: 33).

Uno de los instrumentos centralesde la difusión del desarrollo es la ejer-cida por las técnicas y prácticas de pla-nificación que, al asumir una idea de con-trol del ritmo de las experienciassociales como respuesta a la 'proble-mática' situación identificada, preten-de llevar a cabo una función de encau-ce de las regiones 'pobres' hacia el'certero camino del progreso'. Dicho

Omar Ramírez /El espejo invertido ...

5 Este enfoque consiste "en construir un esquema lógico de la evolución de las sociedades a partir de con-clusiones obtenidas de la evolución de la naturaleza y especialmente de la evolución de los seres vivientes. Estasconclusiones se resumían en algunos principios: tendencia al incremento de la complejidad interna de los orga-nismos y diferenciación de órganos especializados para integrar esta complejidad, etc." (Godelier, 1976: 8-14).En este conjunto metodológico también se encuentra la teoría de Rostow que concibe el desarrollo como unasecuencia de etapas históricas que son, por lo general, las mismas que pueden observarse en la evolución delos países actualmente 'desarrollados' (Rostow, 1970).6 Para Foucault : "la conciencia moderna tiende a otorgar a la distinción entre lo normal y lo patológico el poderde delimitar lo irregular, lo desviado, lo poco razonable, lo ilícito y también lo criminal. Todo lo que se consi-dera extraño recibe, en virtud de esta conciencia, el estatuto de la exclusión cuando se trata de juzgar y de lainclusión cuando se trata de explicar. El conjunto de las dicotomías fundamentales que, en nuestra cultura, dis-tribuyen a ambos lados del límite las conformidades y las desviaciones, encuentra así una justificación y la apa-riencia de un fundamento"(1996: 13).

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proceso, entendido como sinónimo deorden y confianza, responde a una cre-encia axiomática vitalmente relevantepara la organización de todo tipo deestructuras sociales, tanto en el planointernacional como local, presumien-do que el cambio colectivo es posibledirigirlo en común relación con lastransformaciones deseadas. Esta con-cepción optimista de la planificación,adquiere una amplia aceptación nosólo en los países poderosos de Occi-dente, sino también en las propiasregiones del Tercer Mundo que, des-lumbrados por la promesa de lamodernización7, aceptan la inserciónde transformaciones políticas y eco-nómicas como medio para alcanzarla.

La discusión así planteada transcu-rre en términos de elección de medios,no de fines, ya que el desarrollo, juntoa las nociones de progreso y moderni-zación, se convierte en un fin en símismo capaz de ser extrapolable altotal de la población. Los medios, entretanto, enlazados por una estructura deplanificación, son caracterizados porlos procesos de industrialización, cre-cimiento económico, tecnologización,eficiencia, empleo productivo, elevadonivel de vida, reformas político-eco-nómicas, entre otros.

Ahora bien, teniendo en cuenta lomencionado y reconociendo que "losprocesos planificados son fuertemen-te coercitivos [al ser] ejecutados porgrandes y poderosas burocracias vin-culadas a redes nacionales e interna-

cionales de intereses políticos y eco-nómicos" (Ribeiro, 1987: 3-27) es posi-ble realizar un par de observaciones alrespecto.

En primera instancia, el acto coer-citivo connatural a la planificación,arguye un inevitablemente proceso de

"… normalización y estandariza-ción de la realidad, lo que a su vezimplica la injusticia y la extinción dela diferencia y de la diversidad, [con-llevando] la superación o erradica-ción de las "tradiciones", "obstácu-los" e "irracionalidades", es decir, lamodificación general de las estruc-turas humanas y sociales existentesy su reemplazo por nuevas estruc-turas racionales" (Escobar, 1996:216-234).

Esta característica responde a unapráctica valorativa de hechos y accio-nes, teniendo como referencia unúnico parámetro de comparación,adjudicando propiedades 'normales' y'ordenadas' -y por lo tanto socialmen-te aceptadas- donde lo divergente,necesariamente censurado por unaestructura centralizada que vela por la'salud' y 'bienestar' de la sociedad, con-tinúa siendo sojuzgado bajo la miradaclínica característica de una sociedad decontrol.

Así, en segunda instancia, la apa-rente neutralidad con la que es llevado acabo el proceso de planificación deldesarrollo, no existe, ya que la formacomo es interpretada una noción del

7 Tal promesa es posible identificarla en las siguientes palabras del presidente Kennedy: "El mundo es muydiferente ahora. Pues el hombre tiene en sus manos mortales el poder de abolir todas las formas de pobrezahumana […] A aquellos pueblos en las chozas y en las aldeas de la mitad del planeta que luchan por romper lastrabas de la miseria masiva […] les ofrecemos una promesa especial - convertir nuestras buenas palabras en bue-nas acciones en una nueva alianza para el progreso - para ayudar a los hombres libres y a los gobiernos libresa despojarse de las cadenas de la pobreza". Discurso inaugural, Enero 20, 1961 (Escobar, 1996: 216-234).

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orden, la manera como se configuranlos elementos y la materialización dedichas medidas -como los proyectos dedesarrollo, por ejemplo- conllevan ensí mismo un cúmulo de ideas y accio-nes políticas, económicas y culturales,características de las condicionessociales del momento histórico de suformulación.

De esta manera, al encontrarse laplanificación en manos de "grandes ypoderosas burocracias", se abren laspuertas para la intervención de los pro-fesionales en la resolución de los 'pro-blemas sociales'. Una de las principalesformas que adquiere la planificación yla profesionalización del desarrollo -tomando como premisa discursivauna condición 'neutral' de la ciencia yla tecnología- es el fomento de la reso-lución técnica de tales situaciones. Estetipo de disposiciones genera un sin-número de reformas estructuralesdonde los esfuerzos internacionales, ensintonía con algunos intereses nacio-nales del Tercer Mundo, establecenmúltiples iniciativas estratégicas quepermiten acelerar el proceso demodernización de las regiones. En estesentido,

"la principal forma de apoyo exte-rior para esa tarea de reforma localse llamó 'asistencia técnica'. Lapalabra técnica supuestamente des-tacaba dos características esenciales:se decía que la asistencia era cientí-ficamente evidente por sí misma; y sedecía que era desinteresada. 'Técni-ca' implicaba 'meramente técnica', loque por lo tanto significaba implí-

citamente que era 'apolítica' […]La idea de que era desinteresada alparecer dio frutos amargos porquemuchos países entraron en ciclos deendeudamiento externo elevadísimo,fuga de capitales e inversión negati-va" (Wallerstein, 1996: 165-166).

Bajo esta mirada, los proyectos,como grandes intervenciones estruc-turales, son impulsados y aceptadoscomo benéficos por sí mismos, sintener en cuenta que al intervenir losterritorios se ejerce, entre otras cosas,una significativa transformación ydegradación del ambiente y un proce-so de inducción de formas concretasde interpretación de la relación socie-dad/ naturaleza.

En tercera instancia, para que lanormalización y la profesionalizaciónpuedan ser llevadas a cabo, es necesa-rio la existencia de un cuerpo centralque administre, controle y gestione lasdiferentes dinámicas tendientes aorientar toda la acción social bajo unmismo parámetro. Este aparato, carac-terizado por su lógica nuclear, buró-crata y jerárquica, adquiere dinamismoa partir de la conformación de uncomplejo sistema articulado donde losintereses -entendidos en un sentidopersonalista y privatista- logran impri-mir su carga ideológica en las accionesdesarrolladas8. Así, el diseño de políti-cas, planes, programas y proyectosactúan como agentes causales de pro-moción de ciertas racionalidades, peroa la vez, son resultado de circunstan-cias y contextos particulares que deno-

8 Koolen (1986: 47-89) expresa esta situación de la siguiente forma: "las fuerzas dominantes, de hecho, 'pla-nifican' de acuerdo con su propia forma de concebir los medios para fortalecer su dominio en el tipo de socie-dad que desean construir, y para ello escogen asesores, técnicos, llámense estos 'planificadores' o no".

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tan su especificidad frente a otras posi-bles y/o existentes.

La visión global de la problemática: la gestiónambiental

Una de las principales característi-cas dentro del discurso ambientalista afines del siglo XX, es la aceptación dela existencia de una problemáticaambiental a escala global como uno delos principales conflictos a los que seve enfrentada la humanidad. Estaadquiere tal dimensión a partir delreconocimiento del desequilibrio eco-lógico como totalidad, tendiendo aexpresar los acontecimientos bajo unmismo patrón de representación e ins-talando el tema, por lo tanto, dentro deunas dinámicas discursivas de deseo ypoder en la creación y representaciónde la realidad social.

Respondiendo a una doble consi-deración analítica dentro del discursoen el cual se encuentra inmerso -en tér-minos de causa y efecto- la crisisambiental actúa, por un lado, como unefecto globalizado, al ser ella mismaresultado de un proceso interpretativode los hechos, al reconocerse comoparte histórica de una forma de ver larealidad, es decir, al conformarsedesde determinados raciocinios,esquemas y estructuras de diferencia-ción. Pero, por otro lado, actúa comouna causa globalizante, al describir unestado inicial de la situación, al pro-poner un nuevo enfoque desde el cualdireccionar iniciativas teóricas y prác-ticas, al exponer la problemática comouna circunstancia particular sin ningúntipo de antecedente histórico y al pro-

poner e instalar dicha visión comovariable innovadora de representaciónde los acontecimientos ambientales.De igual manera, en el plano institu-cional, el mundo es teorizado en tér-minos globales donde, a partir de losinformes del Club de Roma y la Con-ferencia de Estocolmo en la década delos setenta, es presentada una visióndel mismo como un sistema global enel que todas las partes se encuentraninterrelacionadas.

Expuesta como una relación causa-efecto, la descripción de la crisisambiental identifica el objeto de estu-dio sobre el cual dirigir la mirada (elproceso de degradación y desequilibrioecosistémico planetario) y, a partir deeste, bosqueja las características de lasmedidas y acciones tendientes a darrespuesta a dicha representación de larealidad.

Teniendo en mente este particularenfoque, la solución necesariamentedeviene estrategias igualmente globalesque puedan interactuar sobre la totali-dad del área de influencia. Así, desdelas discusiones de la necesidad deincluir la dimensión ambiental en losprocesos de desarrollo (CEPAL/ILPES / PNUMA, 1986), hasta la apa-rición del concepto oficial de desarrollosostenible a fines de la década de los añosochenta, la planificación y la gestiónambiental han ejercido un papel domi-nante como estrategias que pretendenmejorar las dinámicas sociales deforma gradual y sistemática.

Hoy en día, la gestión ambiental,inserta en los principios y lineamientosdel desarrollo sostenible, es entendidacomo una gestión de los impactosambientales que pretende, entre otras

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cosas, organizar las actividades antró-picas que afectan el ambiente, con elfin de lograr el máximo bienestar socialal prever y mitigar los problemas gene-rados por la extensión e intensificaciónde un particular modelo de desarrollo.Empero, nos enfrentamos a una para-dójica situación: de forma proporcio-nal al aumento de la promoción, difu-sión e implementación de dichaestrategia, la intensificación de la crisisse incrementa sin lograr vislumbrar unsignificativo mejoramiento de lamisma y, por el contrario, parece "quelos esfuerzos por invertir las tenden-cias adversas, sólo han servido paraatenuar las pendientes negativas dedeterminados procesos de deterioro,sin que se haya logrado modificar sussignos" (Gligo, 2001: 235-250).

Al ser expuesta la gestión ambien-tal como una medida de igual propor-ción a la problemática sobre la cualpretende interactuar, ineluctablemen-te se consolida como una propuestaúnica y global, limitando otras posibi-lidades e iniciativas con el potencial deargumentarse y desplegarse tambiéncomo alternativas de solución. De estamanera, se tiende a estandarizar unaforma de interpretar la relación socie-dad / naturaleza, logrando asimilar lasdiferencias o, en su defecto, propi-ciando su exclusión dentro del pensa-miento dominante al condicionar supropia validez de existencia.

Las nociones de gestión y planifi-cación ambiental reproducen la ideaoptimista de administrar y agenciar lasdinámicas civilizatorias como 'objetos'maleables, factibles de ser modificadosy configurados por la propia interven-ción de otros agentes sociales. Esto

presupone la existencia de una nociónde progreso donde las sociedades, tras laaplicación de los rasgos denotativos dela modernización y la adopción de cier-tas maniobras de control, pueden lle-gar a alcanzar una mejor situación conrelación a la actual.

En este mismo proceso de objeti-vización, la gestión ambiental resigni-fica la naturaleza en términos instru-mentales, transformándola en medioambiente al otorgarle un preciso signi-ficado: actuar como un conjunto derecursos disponibles a la voluntad deldesarrollo, donde ella -la naturaleza-convertida ahora en un mero depósi-to de materias primas para la produc-ción de mercancías, "ya no significauna entidad autónoma, fuente de viday de discurso" (Escobar, 1998: 369)sino por el contrario, es abstraída a unaposición pasiva, dependiente, delimi-table y administrable como recurso natu-ral, requerido para la industria y elcomercio.

Así, al ir tras la búsqueda del equi-librio global, al tener en mente la abs-tracción planetaria sobre las particula-ridades históricas y culturales, ladiversidad es asimilada por el propiodiscurso de sostenibilidad, desdibu-jando la complejidad existente e iden-tificando dos entidades en juego: el ele-mento en crisis (la nave espacial tierra)y los actores implicados y afectadospor tal situación (nosotros como habi-tantes del planeta).

Actualmente, al igual que los pla-nificadores del Tercer Mundo amediados del siglo XX, el desarrollosostenible -marco conceptual de lagestión ambiental- continúa señalan-do la 'pobreza' como una de las prin-

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cipales causas del deterioro ambiental,haciendo necesaria la creación dedinámicas de intervención y 'mejora-miento'9. Este enfoque, parece reco-nocer la situación contemporáneacomo el punto cero de tal condición, des-conociendo las diferentes variables -laaplicación del vigente modelo de des-arrollo, entre otras- que han aportadoa la extensión e intensificación de talescircunstancias de pobreza.

En este sentido, el problema esabordado de una forma discretadonde la solución, en consonancia conla naturaleza del discurso, se enfoca enla necesidad de transferencia de ciertosrecursos tecnológicos que posibiliten lasuperación de la pobreza y, por lotanto, la reducción de la degradaciónambiental. En otras palabras, el pro-blema parece ser expuesto como

resultado de la ausencia de mecanis-mos de control y administración de lasactividades existentes y proyectadas,identificando en la gestión ambientaluna salida incólume y oportuna10.

Lo anterior parece desconocer lacomplejidad de la crisis y admite que lagestión ambiental -como extensióndiscursiva del desarrollo- puede llegara ser lo suficientemente certera y eficazpara ser aplicada en cualquier momen-to y lugar. Esto, sin duda, invita a cues-tionar de manera crítica la propuestauniformante detrás de tal discurso, enun periodo histórico donde el servilis-mo mimético, inherente al propiocampo discursivo del desarrollo, ame-naza no sólo la biodiversidad ecológi-ca, sino también, las raíces culturales ehistóricas de las distintas regiones delplaneta.

10 A manera de ejemplo, el PNUD (1992: 10) define la gestión ambiental como "la estrategia mediante la cualse organizan las actividades antrópicas que afectan el ambiente con miras a lograr el máximo beneficio socialy prevenir y mitigar los problemas potenciales atacando de raíz sus causas".

9 Al respecto, el Informe Brundtland afirma: "La misma pobreza contamina el medio ambiente, creando ten-siones de manera diferente. Los pobres, los hambrientos, destruyen con frecuencia su medio ambiente inme-diato a fin de poder sobrevivir: talan bosques; su ganado pasta con exceso las praderas; explotan demasiado lastierras marginales y en número creciente se apiñan en las ciudades congestionadas. El efecto acumulador deestos cambios está tan extendido que ha convertido a la misma pobreza en una importante calamidad global".(Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, 1988: 50).

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Modalidades de intervencion social sobre

los horticultores bonaerenses.

Una mirada antropologicaMaría Carolina Feito1

ResumenConsiderando las políticas sociales y las intervenciones de desarrollo como procesos continuos,negociados y socialmente construidos que incluyen iniciativas tanto "desde abajo" como "desdearriba", proponemos un enfoque "constructivista", basado en la orientación de los actores, estu-diando las interfases entre las agencias oficiales y los usuarios potenciales o reales de sus pro-puestas. Estudiamos el caso del programa Cambio Rural Bonaerense en la producción hortí-cola de la provincia de Buenos Aires, cuyos productores demandan acciones institucionalesespecíficas, por su particular historia y estrategia socioproductiva, y donde hay un vacío de cober-tura institucional, concentrándose un sector de productores agropecuarios empobrecidos que nohan participado de programas de desarrollo rural. Analizamos cómo las intervenciones socia-les se constituyen a partir de un complejo conjunto de relaciones, intereses e ideas socialmente defi-nidas por los distintos actores implicados, reconociendo las luchas y diferencias internas entreellos. Reconstruimos los modos de intervención más específicos, mediante el conocimiento de lasracionalidades expuestas por los actores intervinientes, identificando tensiones y conflictos de poderentre los modelos de gestión formales y sus resultados y prácticas concretas, y vinculaciones entrelas demandas explicitadas por los beneficiarios de los programas, las necesidades efectivas y laspropuestas y acciones concretas de las intervenciones. Destacamos la aplicabilidad social de lasinvestigaciones y aportes de este enfoque, cuya contribución metodológica es la micro-investiga-ción de experiencias de desarrollo en terreno.

Palabras Clave: desarrollo rural - políticas sociales públicas - enfoque orientado al actor - interfases

- productores hortícolas.

AbstractConsidering the social policies and the development interventions like continuus, negotiated andsocial constructed process that includes initiatives "from below" and "from the top", we pro-poses a constructivist focus in the bases of the "actor oriented approach", studyng the "inter-fases"between oficial agencies and the potencial or real beneficiarys of their programs. We stu-died the case of "Cambio Rural Bonaerense "program in the horticultural production of theBuenos Aires province. The producers demand specifics institutional actions, because their par-ticular story and productive strategy. There is an institutional gap, because here become con-centrated a sector of impoverished agropecuarian productors that never participed of any rural

1 Doctora en Antropología. Investigadora CONICET / Facultad de Agronomía - UBA.E-mail: [email protected]

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79María Carolina Feito / Modalidades de...

development program. We analize how the social interventions are constructed on the basis ofa complex ensemble of relations, interests and ideas socialy defined by the involved actors, recog-nizing fights and internal differences between them. We reconstituted the intervention trhoughthe knowledge of the rationalitys of the implicated actors, identifiyng power conflicts betweenformal models and their concretes practices, and the links between the demands of the benefi-ciarys, their real needs and the concretes proposals and actions of the intervention.

Key Words: rural development - public social politics - actor oriented approach - "interfases" - hor-

ticultural producers.

Fecha de recepción: Octubre 2005Fecha de aprobación: Agosto 2006

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Introducción

Intentaremos identificar alternati-vas institucionales y de gestión en elÁrea Hortícola Bonaerense2, consi-derando que en el nuevo contextosocioeconómico de ajuste neoliberal,en general no ha habido una res-puesta de transformación y adecuaciónde las instituciones públicas y cuandoexistió, fue limitada y despareja, resul-tado de la tensión entre práctica con-creta y conflictos de poder y de inte-reses subyacentes. Y es precisamente,sólo a través de estudios de caso que sepueden relevar las particularidades, deestos procesos de adaptación, o no, ala nueva realidad. Y tanto para relevardichas particularidades como paraexplicarlas, se necesita que los estudiosde caso adopten una perspectiva antropo-

lógica de observación de la praxis concreta yde las fuerzas en conflicto. Para ello, es fun-damental la realización de trabajo de campoetnográfico3. Intentaremos comprenderno sólo cómo las políticas de desarro-llo impactan en las poblaciones bene-ficiarias, sino cómo éstas pueden,mediante su participación en organi-zaciones4, impactar sobre las políticas(Freindenberg, 2000). La implementa-ción de una perspectiva etnográficabasada en el uso de metodologías cua-litativas aplicadas en el marco de la teo-ría social que otorga preeminencia a lossujetos nos permite incorporar el"enfoque orientado al actor" (actor orien-ted approach) que: "...procura nuevas pistasen áreas críticas de investigación empírica, sinque ello implique la elaboración de un mode-lo teórico general de la sociedad o el cambio

2 El AHB abarca 7.000 km2, con 1.271 explotaciones hortícolas, en una superficie de 8.160 has (Censo Hor-tícola, 1998), en los partidos: Altte Brown, Berazategui, Esteban Echeverría, Florencio Varela, La Plata, SanVicente; Gral Rodríguez, La Matanza, Marcos Paz, Merlo, Moreno; Escobar, Gral Sarmiento, Pilar y Tigre. Elprincipal destino de la producción es para el consumo en fresco en el mercado interno. La estructura agrariamuestra una conformación heterogénea de productores, destacándose un grupo de tipo familiares (explota-ciones entre 5 y 10 has, representan el 50% del total) y uno de tipo empresarial (con superficies de más de 20has, representando alrededor del 10% del total) (Benencia et al, 1997). Las políticas agrotecnológicas nacio-nales, que impulsaron la incorporación de maquinaria e insumos en función de aumentar la producción, per-mitieron incrementar los rendimientos, lo cual, asociado a su vez a una caída del consumo de verduras fres-cas, produjo en el mercado una situación manifestada en concurrentes crisis de sobreproducción (Benencia yCattaneo, 1990). Dichas crisis produjeron una importante caída de la rentabilidad, haciendo que muchos pro-ductores no pudieran obtener niveles de ingreso satisfactorios que les permitieran mantenerse en el mercado,especialmente en el estrato de los horticultores familiares medios. La desaparición de las explotaciones mediasen el área bajo estudio se correspondió con un fuerte incremento de explotaciones más grandes o empresa-riales, lo cual estaría indicando la existencia de un proceso de diferenciación social en el sector.3 En agosto de 2004, desde nuestro equipo interdisciplinario de investigación de la Cátedra de Extensión ySociología Rurales de la FAUBA (dirigido por Roberto Benencia), tomamos contacto con el Director Provin-cial de Desarrollo Rural, director del programa CRB, concretando un convenio de cooperación en el marcodel cual la Dirección aportaría el acceso al campo, permitiendo la participación de la antropóloga en las reu-niones del equipo de técnicos y de los grupos de productores del programa, en tanto el equipo realizaría la trans-ferencia de conocimientos, mediante el diagnóstico de la situación de los productores y la evaluación de la imple-mentación del programa. Realizamos trabajo de campo etnográfico entre abril y noviembre de 2004, con visitasregulares a las explotaciones hortícolas, observación con participación en reuniones de productores y del equi-po técnico de los programas y entrevistas a productores beneficiarios, técnicos, asesores y funcionarios de losprogramas estudiados.4 Concebimos a las organizaciones como "construcciones político culturales que sirven como marco para quelos actores desarrollen medios instrumentales que ajusten sus mutuas interacciones, con la finalidad de alcan-zar un razonable balance de cooperación, al menos el necesario para hacer posibles objetivos colectivos com-patibles con los propósitos individuales, los cuales presentarán diferentes grados de convergencia/conflicti-vidad" (Benencia y Flood, 2002:9).

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social basado en principios universales quegobiernen cómo los órdenes sociales se consti-tuyen y transforman" (Long, 2001). Ana-lizamos cómo la práctica de interven-ción opera en una arena de conflicto ydisputa en la implementación del pro-grama. Reconociendo la necesidad deprestar atención al entrecruzamientode diferentes dominios sociales paradar una adecuada cuenta de la inter-vención, nos concentramos en eldominio administrativo y de terreno.Analizamos interfases entre produc-tores, extensionistas, y autoridadesdel programa Cambio Rural Bonae-rense, seleccionando casos represen-tativos de las distintas zonas del AHB:Zona Sur, quinteros del Parque Perey-ra Iraola; Zona Norte: colectividadboliviana de Pilar.

Aspectos institucionales delas modalidades de intervención social

La implementación de una inter-vención de desarrollo puede descri-birse como el momento en que diver-sos dominios sociales se entrecruzan yson mutuamente construidos. Focali-zar la atención en ese entrecruza-miento de dominios sociales o inter-fases de diferentes actores permite verarenas de conflicto, donde se negocianprácticas, discursos y sentidos, que a lavez modelan en cierta forma el pro-grama o intervención de desarrollo(Rodríguez Bilella, 2004a). Estos espa-cios comprenden sujetos locales, en loreferido a la acumulación de capacida-des de gestión colectiva, así como suje-tos que personifican la intervención deinstituciones externas (gubernamenta-les o no). Diversas racionalidades yrepresentaciones son puestas en juego

durante el transcurso de estos proce-sos: diferentes visiones del mundo, sis-temas de valores y de regulación delcomportamiento social. Los distintostipos de actores conservan un signifi-cativo grado de autonomía que les per-mite preservar sus representaciones eintereses particulares y sectoriales, altiempo que participan del proyectocumpliendo objetivos grupales e ins-titucionales.

Agentes y actores sociales entérminos de la problemática deldesarrollo

En interacción con los demás,cada actor social organiza el modo deresolver los problemas de su existenciacotidiana y administra sus relaciones enel marco de redes sociales que le per-miten canalizar comportamientosespecíficos, relativos a demandas deinformación, bienes, tecnologías,empleo, servicios, etc. En este contex-to relacional es donde ejerce sus capa-cidades y desarrolla sus habilidadespara influenciar a otros, regulando almismo tiempo las influencias de losotros consigo mismo. Es decir que rea-lizará una estrategia y movilizará recur-sos dentro de un marco en el quetodos los actores administran alguna cuotade poder, aunque sea mínima. En esteenfoque, la relación de los actores conlos agentes externos del desarrollo(agencias públicas, Ongs, iglesias, etc.)es un aspecto construido. En torno a estecampo interactivo, opera un conjuntode factores. Uno de ellos es el conceptode agencia desarrollado por Giddens en1984 (agency). Este se refiere a la fuer-za o poder que provoca un resultado.Para Long (1992) la noción de agenciano es sinónimo de capacidad de tomar

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decisiones, sino que además se requie-re capacidad para organizar prácticas quepermitan realizar las decisiones tomadas. Lacapacidad de agencia no está definidapor la mera intencionalidad de haceralgo, sino por el poder de provocar el resul-tado. El concepto de agencia ha sidoempleado para conciliar los conceptosde estructura y actor. Long y van derPloeg (1994) relacionan el concepto deagencia de Giddens con capacidadescomo la generación de redes de acto-res para favorecer la administración derecursos que conduzcan al desarrollode las mencionadas prácticas o elrepertorio de estilos, formas culturalesy racionalidades diferenciadas y cultu-ralmente construidas. Estas capacida-des están permanentemente en con-flicto/negociación con los modelos deintervención de las instituciones dedi-cadas al desarrollo. La posibilidad y elgrado de superación de una capacidadde agencia externamente inducida,depende de la resolución de esta con-tradicción.5 De allí la importancia deestudiar el nivel micro de aplicación delos programas como lugar de inter-sección entre las áreas de incertidum-bre naturalmente provocadas por losproblemas y necesidades de la pobla-ción y las áreas de incertidumbre arti-ficiales o inducidas, consecuenciaintencional de la intervención externa.

El enfoque orientado al actor

El enfoque constructivista basado en laorientación de los actores, tiene como

presupuesto básico que todo influjoexterno (proveniente del Estado, delmercado, de grupos dominantes, etc.)es mediatizado por los mismos actores direc-tos del desarrollo (y las organizacioneslocales que éstos integran), trabajandocon esos factores externos a favor desus propios intereses y necesidades.Los actores sociales no son receptorespasivos, sino partícipes activos en proce-sos de transformación de la informa-ción recibida y en el diseño de estrate-gias, organizando interaccionesindividuales y colectivas frente a otrosactores locales y externos. Para esto sebasan en una diversidad de criterioscognitivos y de intereses, necesidades,experiencias y perspectivas. Este enfo-que no niega la estructura, pero reco-noce mediaciones culturales, locales ymicrodecisionales que transformanlas determinaciones estructurales. Deeste modo se comprende mejor lascondiciones concretas de aplicación delas políticas sociales. En la capacidad demodificar un estado previo de cosas, reside en últi-mo término la posibilidad de ejercicio del poder porparte de los actores, inclusive en situaciones de sub-ordinación. No hablamos de un enfoquevoluntarista, que desconoce los fuertescondicionamientos que producen losmarcos más amplios de significado ylas macro estructuras sobre las accio-nes personales.6 Este enfoque cons-tructivista se centra también en el estu-dio de las interfases entre las agenciasoficiales de desarrollo rural y losusuarios potenciales o reales de suspropuestas (Benencia y Flood, 2002).

5 El llamado "empoderamiento" (empowerment) es una capacidad de agencia externamente inducida, si bien suelereducirse como concepto a la concesión de oportunidades de participar en el acceso a bienes y servicios asi-métricamente regulados (Benencia y Flood, 2002).6 Por ejemplo, los trabajos de Chambers, R. (1983: "Rural development:Putting the last things first", Long-mans, Harlow, UK) y Chambers, R. y Guildyal, B. (1992: "La investigación agrícola para agricultores con pocos recur-sos: el modelo del agricultor primero y último", en Agroecología y Desarrollo, CLADES) que critican a las instituciones

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Metodológicamente, contribuye a lamicroinvestigación de experiencias dedesarrollo, considerando generalmen-te como unidad de análisis el proyectolocal en tanto unidad de aplicación depolíticas sociales7. Las interfases definenáreas de conocimiento e interacciónque entrecruzan las perspectivas deuna gran diversidad de actores (estata-les, no gubernamentales, la poblaciónbeneficiaria, los proveedores del cré-dito, tecnologías, maquinarias, herra-mientas, insumos, etc.). Es decir, uncampo socialmente construido a partir del con-flicto y la negociación, en el que se definela distribución de recursos y la legiti-mación de los procesos de interven-ción de los distintos actores. En estesentido, se considera la definición del des-arrollo como un proceso construido, de per-manente negociación entre sus prota-gonistas (beneficiarios o agentesexternos del desarrollo) y no comomera ejecución de un plan con objeti-vos, metas y metodologías externa-mente preconcebidas. En esta pers-pectiva, la estructura no se refiere a lasdeterminaciones externas del sistema

social sobre los actores que operan enmúltiples microespacios de desarrollo,sino al proceso y a las propiedades de la inter-acción entre actores sociales con proyectosactivos propios, que son negociadospermanentemente y que en loshechos, conducen a la resignificación yreformulación de los términos en quefueron originalmente diseñados losproyectos y programas.

El programa Cambio RuralBonaerense en el área estudiada

Los productores del AHB tienenuna problemática particular y distinti-va dentro de su propia provincia(Benencia y otros,1997) demandandoacciones institucionales específicas,por su diferente realidad productiva yespecialmente por su particular historiay estrategia socioproductiva (Feito,1999)8. Los programas de desarrollorural debieron readaptarse por las nece-sidades diferenciales del sector hortí-cola: producción altamente perecede-ra; proceso de trabajo de cortos

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académicas y gubernamentales de producción de conocimiento tecnológico, destacando las habilidades y capa-cidades acumuladas por el campesinado para encontrar soluciones apropiadas a los problemas del proceso pro-ductivo, definiendo al campesinado pobre como un verdadero recurso disponible para el desarrollo rural. Sucontribución es delinear un rumbo general de acción partiendo del análisis crítico de las tecnologías conven-cionales aplicadas al campesinado.7 En el espacio de proyecto (en tanto unidad de estudio) concurren, por un lado, el proyecto propiciado por elEstado o por entidades no gubernamentales de desarrollo, y por otro, los proyectos propios de los supuestosusuarios de aquellas propuestas (sus estilos productivos, tecnologías, estrategias de vida), que en terreno con-creto compiten en las decisiones de los actores (a nivel doméstico de la unidad productiva, a escala comunita-ria o a nivel de las organizaciones de pequeños productores) (Benencia y Flood, 2002).8 Las políticas agrotecnológicas nacionales, que impulsaron la incorporación de maquinaria e insumos en fun-ción de aumentar la producción, influyeron también en el cinturón verde bonaerense, incrementando los ren-dimientos Este aumento de producción, asociado a su vez a una caída del consumo de verduras frescas regis-trada en las últimas dos décadas produjo en el mercado una situación manifestada en concurrentes crisis desobreproducción (Benencia y Cattaneo, 1990). Dichas crisis produjeron una importante caída de la rentabili-dad, haciendo que muchos productores no pudieran obtener niveles de ingreso satisfactorios que les permi-tieran mantenerse en el mercado, especialmente en el estrato de los horticultores familiares medios. La des-aparición de las explotaciones medias en el área bajo estudio se correspondió con un fuerte incremento deexplotaciones más grandes o empresariales, lo cual estaría indicando la existencia de un proceso de diferenciaciónsocial en el sector.

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períodos; presencia de medieros(Feito, 2005)9.

En mayo de 2002 se crea el pro-grama "Cambio Rural Bonaerense"(CRB) dependiente de la Dirección deDesarrollo Rural del Ministerio deAsuntos Agrarios (MAA) provincial,atendiendo a horticultores familiarescon necesidades sociales y de infraes-tructura, no sólo productivas, apro-piándose del espacio de intervenciónque comienza a ceder CR INTA en laprovincia.10 La estrategia de confor-mación de grupos es autogestionaria:los productores proponen un técnicoa la administración. A partir de lademanda de productores, CRB elabo-ró junto con la Subsecretaría de Edu-cación Agropecuaria provincial unplan de educación, con tres compo-nentes: Centros de Enseñanza Agro-pecuaria (CEAs); terminalidad deescuela primaria a distancia; cursos deformación profesional. El programabusca "potenciar la competitividad delas pequeñas y medianas empresasagropecuarias típicamente familiares ylas agroalimentarias y agroindustrialesen un marco de equidad social y res-peto del medioambiente. Sus objetivos

son: "el desarrollo de las PyMESfomentando el uso de nuevas tecnolo-gías y el mejoramiento de las estrate-gias comerciales, a fin de mejorar sucapacidad empresarial. Trabaja con lossiguientes ejes: a) asistencia en formadirecta a los productores a fin de opti-mizar su organización, sus habilidadesproductivas, de gestión y comerciali-zación con el objetivo de lograr mayo-res beneficios económicos y mejorescondiciones de vida; b) asociativismopara dotar a los pequeños y medianosproductores de las herramientas nece-sarias para alcanzar escala, disminuircostos, incorporar tecnología, y lograruna mejor organización para acceder alos mercados; c) información y capa-citación en las tendencias preponde-rantes del negocio y que permita tomardecisiones estratégicas y d) promocióny motivación, motivar a los producto-res, dirigentes y profesionales a tomarconciencia de la realidad de las peque-ñas y medianas empresas e instalar elPrograma en la comunidad"(PROIN-DER, 2004:31)11.

En la implementación del progra-ma, existen diversos dominios o inter-fases. El dominio administrativo del pro-

9 Las instituciones estatales que intervienen actualmente con programas destinados a horticultores son: a)Muni-cipios: mediante apoyo político a programas provinciales; b)Gobierno provincial: desde la Dirección Provin-cial de Desarrollo Rural dependiente del Ministerio de Asuntos Agrarios, con el programa Cambio Rural Bonae-rense; c) Gobierno nacional: desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, con los programas Manosa la Obra y Plan Jefes y Jefas de Hogar; d) INTA: con el programa Cambio Rural.10 Cabe aclarar que desde INTA, el programa del gobierno provincial es concebido como un programa polí-tico que privilegia la cultura institucional por encima de las necesidades de los productores, criticando que notiene el seguimiento ni el control de CR INTA. Los productores, por su parte, confunden ambos programas,debido a su idéntico nombre, similar forma de implementación y la participación de muchos de los técnicosprofesionales que se desempeñaron en CR INTA hasta 2000-2001, expresando en algunos casos que el "viejo"programa del INTA"se provincializó" y "no existe más", desconociendo la continuación de la operatoria de CR INTAen la zona.11 Actualmente el Programa está conformado por 50 PyMES agropecuarias, sumando un total de 600 pro-ductores en toda la provincia. Existen grupos en San Nicolás, San Pedro, Pilar, Luján, Navarro, Berisso, La Plata,Magdalena, Punta Indio, Chascomús, Gral Paz, Gral Belgrano, Las Flores, Pila, Rauch, Ayacucho, Mar Chiquita,Balcarce, Gral Pueyrredón, Junín, Lincoln, 9 de Julio, Olavaria, Daireaux, Adolfo Alsina, Cnel Suárez, Saave-dra, Cnel Rosales, San Cayetano y Patagones. (PROINDER, 2004).

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grama es provincial: conformado porel Director del Programa (a su vez,Director Provincial de DesarrolloRural), cuatro Agentes de Proyecto quesupervisan el trabajo de los técnicosasesores de los grupos, 20 de los cua-les son de productores hortícolas. Enel dominio de terreno se sitúan los pro-ductores, aquellos potenciales o realesbeneficiarios del programa. Aquí tie-nen lugar las actividades de promocióndel programa, las reuniones de los gru-pos de productores y la elaboración yejecución de los proyectos productivos.Esto implica que más allá de los peque-ños productores, los extensionistas sonotros actores centrales del dominio deterreno.

Los quinteros del Parque PereyraIraola: la ubicación geográfica estra-tégica de las tierras, la historia de luchadel lugar y la conformación del quin-tero del Parque como actor social, dife-renciándolo de otros productores hor-tícolas del AHB, son factoresdistintivos del caso. Unas 300 familiasde quinteros y/o medieros destinan elproducto del trabajo familiar a la sub-sistencia, algunos con posibilidades deacumulación (Morey, 2003). Los cam-bios en el rol del Estado se relacionancon los últimos 50 años desde laexpropiación de las tierras12. Se llamóentonces a familias para vivir y produ-cir en el lugar, en quintas de 5 a 10 has,

con contrato de concesión a título pre-cario. En 1954 el MAA provincial pro-duce un Plan de Colonización, dife-renciando dos zonas: San Juan (dondehubo más sesiones de tierras, quinterosmás desfavorecidos, abandono y mar-ginalidad, linderos a campos militaresy policiales, cavas y zonas de reservasnaturales sin acceso) y Santa Rosa (sec-tor más cercano a La Casona, sedeadministrativa del Parque, histórica-mente más favorecido). El desarrollourbano circundante (crecimiento debarrios privados, proyecto de cons-trucción de puente internacional aColonia- Uruguay) favoreció un pro-ceso de revalorización de las tierras.Los objetivos para mantener el Parqueen la órbita del Estado no contempla-ban a los quinteros residentes. Una delas razones por las que seleccionamoseste caso es que estos quinteros nece-sitan mantener una relación con elEstado para negociar su permanenciaen el lugar (relación siempre reguladay reglada por el mismo Estado), porello, el accionar político es un elemen-to primordial en su reproducción(Morey, 2003). La práctica de nego-ciación en ámbitos institucionales escotidiana13. Si en un principio fueron"convocados" a poblar y producir (enuna relación marcada de dependenciacon el Estado), desde 1998, esa rela-ción se resquebraja con el comienzo delos desalojos programados y el Estado

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12 En 1949 se expropian 10.326 has a la familia Pereyra Iraola y a la estancia Collin Campbell Davidson, des-tinando 1.000 has a esparcimiento y 1.200 a promoción de la agricultura.13 Hacia 1995 comienza la organización de los productores en instancias participativas, por imposibilidad depagar el canon. En esta "segunda generación" de quinteros, la relación con el Estado es diferente; se colecti-viza información; las negociaciones son llevadas por un grupo que discute previamente las propuestas; las alian-zas no salen de marcos conocidos (maestros, abogados, curas, asesores agrónomos); se incluyen medieros (queparticipan en la escuela y en la iglesia); se realizan acciones concretas conjuntas. Por ej: reclamo en la Legisla-tura Provincial para evitar desalojos en 2001; conformación de cooperativa de comercialización en 2000, quecomenzó a funcionar en julio de 2002, vinculada con el movimiento de desocupados; gestión ante el Ministe-rio de Educación nacional para crear jardín de infantes en 2002.

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aparece como el "opuesto". Los quin-teros son "intrusos" desligando res-ponsabilidades sobre el proceso quelos llevó a instalarse en el Parque. Res-pecto de las formas de construcción delegitimidad de uso o propiedad de lastierras, el Estado aparece como guar-dián de la propiedad, apelando a lazoscon la familia propietaria original,negando el carácter público del Parquey mostrándose como guardián del eco-sistema; en tanto que los quinteros seautocategorizan como "cuidadores dellegado de la Estancia" a la vez quecomo defensores de su lugar de "cam-pesinos", con el lema "la tierra es paraquien la trabaja"(Morey, 2003)14. Lanecesidad de encarar emprendimientosproductivos y comerciales produjo dis-cusiones desde otra experiencia de símismos. Es en este contexto que, aprincipios de 2002, los productoresproponen modalidades de trabajo yasesoramiento técnico para proyectosde CRB. Los nuevos reclamos de losquinteros incluyen: mejoras en la pro-ducción y comercialización hortícola;nuevas escuelas y caminos; acceso adocumentación; solución de proble-mas con los medieros; ocupación dequintas desocupadas. Esto requiere unamplio accionar y reposicionamientode las relaciones sociales dentro y fueradel Parque.

En cuanto a la implementación delPrograma en el Parque, funcionan 8grupos de entre 10 y 14 productores,asesorados cada uno por un técnico ycoordinados todos por un Agente de

Proyecto. El primer grupo surgiódesde la convocatoria de un agrónomode la Universidad de La Plata. Luegode un año de trabajo con la Asociaciónde Productores de Parque Pereyra(fundada en 1998), realizando undiagnóstico participativo y un proyec-to para solucionar los problemas decomercialización, falta de apoyo téc-nico y elevados costos de insumos, en2002 el técnico cambia la estrategia.Convoca a 19 productores desde elprograma provincial, separando estegrupo de la Asociación; privilegia laproducción sin agrotóxicos, aplicandofundamentos de la Agroecología, queincluyen la organización de los pro-ductores y el mercadeo. Estos peque-ños productores (entre 5-6 has) se sepa-ran de la Asociación por desacuerdoscon el fuerte liderazgo de su presiden-ta. En 2003, convocó a jóvenes biólo-gos, a cargo de otros tres grupos dehorticultores, varios de ellos bolivia-nos: "San Juan", "El Palenque" y"Agroindustrias"(formado por mujeresde productores que elaboran dulces yconservas) cuyas quintas están enHudson, en la zona más abandonadadel Parque. Una exigencia institucionalde la Administración del Parque, ade-más de la residencia, es la producciónsin agrotóxicos. Pero ésta es practica-da de distintos modos: una línea con-formada por los cuatro grupos men-cionados, trabaja reduciendo losinsumos agrotóxicos progresivamente,utilizando en principio una parte de laexplotación, sin comprometer la tota-

14 En este caso, la autoidentificación de un sector de los quinteros como "campesinos" les permitió estableceralianzas con distintas organizaciones desde donde proyectar demandas y posibles propuestas (Mesa Nacionalde Productores Familiares, CTA- Fundación Tierra y Vivienda-, etc.) (Morey, 2003). Sobre la apropiación dela categoría de campesino y el papel del científico social en este proceso, véase: DÍAZ GALÁN, L.; DIEZBRODD, C.; FEITO, M.C.; PIZARRO, C. (2004): "Campesinado en Argentina: Del estudio de la categoría al estudiode la apropiación de la categoría.El papel del científico social en este proceso." Ponencia presentada a Primeras Jornadasde Etnografía y Métodos Cualitativos, IDES, Bs As, junio 1994.

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lidad de la producción, para podercomparar con la producción tradicio-nal, analizando si conviene o no lareconversión.

"La Administración del Parque nosexige, para ser ocupantes legales,reconvertir la producción. Por eso,los mismos productores pedimosapoyo técnico a la provincia, por esonos mandaron técnicos y se armaronlos grupos" (productor de ungrupo). "Estos productores no sereconvierten por amor a la ecología,sino por una razón económica: nopueden pagar los agroquímicos yentonces les conviene hacer controlesagroecológicos de plagas" (técnicode un grupo).

Venden en canales diferenciados(reparto a domicilio, puesto en el Par-que Ecológico de La Plata) y conmarca propia. Estos productores queno tienen tradición de lucha conjunta,valoran positivamente las posibilidadesde mejorar su comercialización, surgi-das desde la participación en gruposdel Programa.

"Nosotros éramos pequeños pro-ductores de los más olvidados, losmás dejados de lado, y por eso esta-mos muy identificados con el pro-grama, muy contentos con las accio-nes que están organizando"(productor de un grupo).

A principios de 2004 comienza aconformarse una segunda línea de tra-bajo, con productores miembros de laAsociación (hoy Cooperativa ParquePereyra Iraola), de larga trayectoria delucha y organización, ubicados en la

zona más "protegida" del Parque(Morey, 2003), que inician la recon-versión productiva de la mano de agró-nomos de la Facultad de Agronomíade UBA, mediante la conformación deotros tres grupos del Programa: "LosArcos"; "Parque Pereyra" y "Centena-rio". Estos grupos buscan una transi-ción productiva gradual, aplicandoagrotóxicos de bajo impacto (conmenos residuos), respetando los tiem-pos de carencia, para progresivamen-te ir plantando sin agrotóxicos. El tra-bajo de campo realizado permitióidentificar una diferencia sustancialentre ambas líneas de trabajo, que es lamotivación principal: mientras quepara los grupos de Hudson es la con-ciencia ecológica (Chifarelli, 2003),para los grupos "de la UBA" sería lalucha por la ocupación y/o propiedadde la tierra. Los primeros conformaronen diciembre de 2004 una nueva Aso-ciación que ya tiene personería jurídi-ca, cuyo presidente es un productor delarga trayectoria en el Parque y miem-bro de un nuevo grupo oficializado en2005: Santa Rosa EFG.15 Si bien laintención desde la Administración delPrograma es unificar criterios, existenresistencias basadas en la importanciade mantener la diversidad de formas detrabajo, pero al mismo tiempo pro-moviendo los contactos entre grupospara intercambio de experiencias einformación.

"A los productores les gusta muchoque venga gente de afuera, porqueeso les permite ir armando redes decontactos con el exterior para ges-tionar reclamos. Están muy acos-tumbrados a tratar con distintos

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15 Este grupo ya venía funcionando autónomamente y surgió como desprendimiento del Santa Rosa, siendomuy bien recibido por el resto de los productores.

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tipos de gente (municipalidades,administración del Parque, escuelas,el ministerio…" (técnico degrupo).

En este sentido, organizaron unaFeria Franca que funcionaba en laAdministración del Parque los domin-gos. Se confrontaron intereses deestas dos líneas de trabajo (en aspectostales como qué grupos iban a poderparticipar, con qué denominación ibana comercializar sus productos), exis-tiendo conflictos en distintos niveles:entre la Administración del programay la del Parque (dependientes de dis-tintos ministerios) entre los Agentes deProyecto, entre técnicos, entre pro-ductores. En este contexto, el técnicocumple un papel de amortiguador "deabajo hacia arriba" (canalizando recla-mos de productores) y de "arriba haciaabajo" (desorganización y problemasde la administración).

En general, las demandas de losbeneficiarios del Programa puedendiferenciarse en: a)infraestructura yservicios: mejora de los caminos inter-nos y construcción de nuevos, ya quehay quintas a las que es muy difícil elacceso y en la mayoría tienen dificul-tades para sacar la producción cuandollueve, y el acceso a servicios públicos(amplios sectores de quintas no cuen-tan con electricidad, agua corriente nicloacas, produciendo hortalizas conagua de bomba y/o lluvia) "Esta gentecasi no sale de sus quintas, porque los cami-nos son malos y están muy aislados. No tie-nen luz eléctrica, de noche se manejan con velaso con faroles de kerosene; no tienen aguacorriente, tienen bomba, con lo cual se les hace

muy difícil regar, dependen de las lluvias".(técnico de un grupo de la zona San Juan); b)asistencia técnica: productiva parareconversión a la producción orgánica;comercial, para mejora de canales decomercialización existentes y crea-ción de nuevos.

La incipiente demanda de progra-mas educativos, sobre todo paraaprender a leer y escribir y finalizar laescuela primaria, fueron recogidaspor CRB, que comenzó a fines de 2004a implementar Cursos de Capacitacióny están en preparación los módulos deTerminalidad de la escuela primaria, asícomo capacitaciones articuladas conotras instituciones, como la Universi-dad Nacional de La Plata.

Los productores y comerciantesde la Colectividad Boliviana dePilar: esta organización funcionabajo dos figuras: Asociación Civil yCooperativa Comercial. Creada en2000, la primera tiene 305 socios. Dosfacciones de migrantes bolivianos,por un lado, los quinteros y por otro, lostrabajadores de la construcción, se disputa-ron su dirigencia, habiendo asumidoen septiembre de 2004 la nueva Comi-sión Directiva, conformada por quin-teros.16 En el seno de esta Asociación,se creó una Cooperativa Comercialpara armar un mercado frutihortícolay transparentar las operaciones. A ellapertenecen sólo los socios quinteros,ya que los de la construcción no par-ticipan de la actividad comercial. ElMercado, fundado en 2001, es un gal-pón abierto ubicado estratégicamentesobre el km. 1 de la ruta provincial 25,a 10 minutos del centro de Pilar, en un

16 En septiembre de 2006 fue reelecta la misma comisión.

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predio de 2 has, recientemente adqui-rido en propiedad17. De los 120 pues-teros, 74 son productores y el resto,comerciantes sin quinta, todos miem-bros de la Asociación. Se generaningresos para unas 800 personas, com-binando horarios de funcionamientocon otros mercados bolivianos delconurbano, para rotar mercaderías18.La división familiar del trabajo al inte-rior de los puestos (entre puesteros ychangarines) dificulta la legalización deempleados (changarines, limpieza,seguridad). El intento de CRB de for-mar una Cooperativa de Trabajo noprosperó porque los changarines yaeran socios de la Cooperativa Comer-cial y respondían al líder de la misma.El Programa consideró estos elemen-tos de la organización previa de losproductores bolivianos, desistiendode la propuesta. Las dos organizacio-nes son gobernadas por la misma

Comisión Directiva19, que convoca areunión de socios periódicamente,mediante distintos mecanismos20. Lossocios de la construcción no quierenpagar la cuota mensual que propone laactual Comisión porque es necesariapara el mantenimiento del mercado,que ellos no utilizan. Este es uno de losconflictos más importantes al interiorde la asociación21. Desde poco tiempodespués de la creación de la asociación,CRB trabaja el crecimiento organiza-tivo con la Comisión Directiva, porexpreso pedido de sus miembros22.Con la primera Comisión electa, lostécnicos del programa comenzaron atrabajar sobre la realización de unaencuesta, para diagnosticar los pro-blemas de la colectividad, convocandootras instituciones23. Los dos técnicosconcurren regularmente a reunionesindividuales con la Comisión Directi-va y recorren el mercado, conversando

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17 En mayo de 2005, después de arduas gestiones con el dueño del predio, a quien se lo alquilaban, la asociacióncompró el mismo, condición necesaria para poder gestionar un crédito para la construcción del mercado defi-nitivo. Actualmente, tiene 120 puestos precarios, construidos con postes de madera y techos de tela media som-bra, sobre piso de tierra, en una organización espacial con calles en damero cada cuatro o cinco puestos. Estaprecariedad en la higiene y seguridad laboral les provoca problemas con organismos de control, que ya fuerona inspeccionar el mercado y los apercibieron para mejorar las instalaciones, bajo amenaza de cerrarlo.18 Funciona de lunes a sábados de 13.30 a 17 hs, con mayor movimiento los días lunes, miércoles y viernes,en los que la Comisión Directiva ha llegado a registrar, a través del personal de seguridad del predio, el ingre-so de un promedio de 500 vehículos diarios, con picos de 750 vehículos.19 Cuyo primer presidente por dos mandatos consecutivos fue líder minero en Bolivia y actualmente presidela FACBOL Zona Norte (Federación de Asociaciones Civiles Bolivianas). Este líder es muy respetado, los miem-bros expresan que armó las organizaciones en función de los intereses de la mayoría y logró la unión de las dosfacciones.20 El más común es la pegatina de volantes en los postes de los puestos del mercado, indicando fecha, horay orden del día.21 En ocasión de nuestra presencia en una de las reuniones, invitados por la Comisión Directiva para presen-tar la encuesta que estamos preparando, pudimos observar los conflictos entre las dos facciones, a través deuna larga discusión entre el presidente actual (quintero) y el recientemente saliente (de la construcción) acer-ca de la posibilidad de comenzar a cobrar una cuota social mensual. Las reuniones son organizadas los vier-nes, día en que los trabajadores de la construcción no pueden concurrir. Esta podría ser una estrategia de la actualComisión para excluirlos de las reuniones en las cuales se deciden cosas importantes, privilegiando los intere-ses de los quinteros, quienes sí pueden concurrir y votar.22 Solicitaron asesoramiento de un técnico a quien ya conocían porque había trabajado con algunos quinte-ros desde otra institución y actualmente, depende del programa.23 Como el caso de la colaboración mencionada que realizamos desde nuestro equipo de investigación.

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con los puesteros. Las demandas másimportantes detectadas por ellos serelacionan con: educación, vivienda,salud, seguridad y comercialización. Seestá programando un plan de termi-nalidad de la escuela primaria y Cen-tros de Educación Agropecuaria(CEAs). Se asesora para organizacióny gestión de recursos financieros parael Mercado Comercial, con técnicossupervisados por un Agente de Pro-yecto. También se articula con elMinisterio de Desarrollo SocialNacional, a través del ProgramaManos a la Obra, con el cual la Aso-ciación firmó en agosto de 2006 unconvenio para el otorgamiento de uncrédito para financiar la construccióndel galpón del Mercado. La colectivi-dad recibe también ayuda del Munici-pio de Pilar, que trabaja a través de suSecretaría de Medioambiente, articu-lando con CRB24.

Análisis de la intervención

La política de intervención fue ins-cripta en un discurso de reconversióna la producción sin agrotóxicos, en elcual se acentuaba la necesidad de llegaral sector de los pequeños productores,no alcanzado hasta entonces por polí-ticas sectoriales del Estado. Tanto losdocumentos del programa como susdiseñadores e implementadores y losmismos productores continuamentehacían referencia a que el mismo cons-tituía el primer esquema de apoyo aeste sector en particular. Durantenuestros primeros acercamientos conlas autoridades e implementadoresdel programa evidenciamos que elmismo había sido resultado de la

demanda concreta de los productores,que pedían acciones al gobierno pro-vincial para paliar sus problemas deinfraestructura, productivos, de comer-cialización. Con el tiempo vimos lacomplejidad de los procesos implicadosen la intervención. Las entrevistas conlos técnicos de terreno permitieron verque en la implementación se jugabanotros aspectos. En cierto modo, el pro-grama intentaba dar respuestas técni-cas a demandas políticas. Pero resulta-ría erróneo entender dicha respuestadel programa como neutral o mera-mente técnica. Realmente era tan polí-tica como las demandas recibidas.Mientras que estas podían inscribirseen un marco de presiones políticas oclientelismo, apoyadas en la represen-tatividad de quienes las demandaban,las otras se apoyaban en la autoridad delas regulaciones del programa y elapoyo que cada técnico y AP recibía dela Dirección del programa.

En el caso del Parque Pereyra Irao-la, la forma de construcción de legiti-midad del derecho al uso de las tierrasse relaciona con la forma actual deintervención de CRB, que es parte deuna estrategia del gobierno provincialpara ganar confianza entre los pro-ductores. El proceso de reconversiónproductiva hacia la horticultura orgá-nica es favorecido por la intervención.La autoadscripción voluntaria del pro-ductor a un sistema sin agrotóxicosresponde a una estrategia para obtenerlos beneficios de participar en el pro-grama, ya que el control de si produceo no sin agroquímicos es garantizadopor la confianza que el Agente de Pro-yecto deposita en el técnico asesor.Desde la pespectiva de los beneficia-

24 Actualmente, supervisa las obras de construcción del galpón del mercado.

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rios, la intervención estatal favorece elproceso de reconversión, mediante laasistencia técnica que ofrece el pro-grama.

"El técnico nos certifica de algúnmodo que lo que producimos es sinagrotóxicos, porque sino, no tenemosforma de demostrarlo" (productorde un grupo).

La interfase, en tanto área deconocimiento e interacción que entre-cruza perspectivas de distintos actores,se vislumbra en el análisis de la relacióntécnico-productor. Esta es funcional ala construcción de dirigencias, en lacual el rol de gestor del técnico fun-ciona como una especie de "punteropolítico". En este sentido, podemoshablar de brokers o mediadores, dadala canalización de recursos, bienes yservicios de una estructura estatal par-ticular (el gobierno provincial) hacia elespacio de una comunidad (los horti-cultores) a través de una organizaciónparticular (el Programa), distinguién-dose por la cantidad acumulada decapital social (la cantidad de recursosdel técnico, derivada de las conexionesy la pertenencia a cierto grupo) (Auye-ro, 2001). Los productores del Parqueno necesitaban mediadores con elEstado, dada su capacidad histórica degestión directa. El apoyo de los pro-ductores a los técnicos se relacionacon su capacidad de gestionar proble-mas sociales y políticos. Por ello, bus-can técnicos con poder político dentrode la estructura provincial.

En el caso de los productores boli-vianos de la Zona Norte del AHB, vis-lumbramos un proceso de movilidad

territorial de la colectividad boliviana,que se traslada progresivamente desdeEscobar (primer centro de asociativis-mo iniciado a mediados de 1980) haciaPilar, acompañando los cambios en elmercado de tierras, el avance de lasurbanizaciones para sectores de altopoder adquisitivo y un creciente poderde la comunidad de Pilar. La decisiónde los migrantes bolivianos de con-formar una tipo u otro de organizaciónsocial (asociación civil o cooperativa)responde en gran medida al tipo denecesidades de los productores: en unaprimera etapa de la migración bolivia-na a la zona (desde mediados de los´80 hasta fines de los ́ 90 del siglo pasa-do), se armaron Asociaciones Civiles(de las que fue pionera la de Escobar)con el fin de resolver cuestionesadministrativas migratorias (faltade documentación, discriminación,etc.)25. En una segunda etapa (a par-tir del nuevo siglo), organizarse res-ponde generalmente a necesidadeseconómicas y financieras (especial-mente, unirse para comercializar losproductos).

En los casos presentados, los resul-tados del proceso de implementaciónde la intervención no debían ser anali-zados meramente a partir de lainfluencia de actores externos al pro-grama, sino por los mismos actores delprograma, esto es, productores, exten-sionistas y encargados de la imple-mentación. La historia de los gruposnos mostró que la implementación nohabía sido tan simple y sin complica-ciones como muchos de los extensio-nistas y autoridades del programa lopresentaban. Es interesante mostrar

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25 Al respecto, ver Feito, M.C.(1990): Trabajadores rurales en la horticultura bonaerense: el caso de los migrantes boli-vianos. Tesis de Licenciatura, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.

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como diferentes actores en el dominodel terreno y en el domino adminis-trativo representaron y actuaron enrelación a la implementación: mientrasque los productores la representaroncomo forma de acceso a recursos, losextensionistas vieron la posibilidad deformar parte de la estructura políticaprovincial, participando del programa.

En ambos casos analizados, laestrategia de intervención de CRBtiene un enfoque orientado al fomen-to de acciones colectivas. La elecciónde CRB de focalizar la intervención enestos dos casos (el Parque y la Coope-rativa de Pilar), remite a que allí seencuentran productores de los más"invisibles" del AHB y que vienenconstituyendo un problema de largadata para gobiernos municipales y pro-vincial. En este sentido, solucionar susproblemas "históricos" constituiríacierta conquista política para el orga-nismo.26 Existe articulación con otrasinstituciones, que desempeñan roles deapoyo hacia los productores: la IglesiaCatólica intervino como mediador enel conflicto por las tierras en el Parque,pero ya se retiró; los técnicos asesorespertenecen a distintas Universidadesde la región (La Plata, Luján, BuenosAires), con las cuales CRB tiene con-venios para pasantías y asesoramientos;con el Ministerio de Desarrollo Socialnacional se gestiona apoyo financieropara el Mercado Boliviano de Pilar.

En el proceso de reconstrucción delos modos de intervención, una clavees el análisis de estrategias y el cono-cimiento de las racionalidades expues-

tas por los actores intervinientes. Elconcepto de estrategia implica que losactores beneficiarios constituyen acti-vamente sus propias pautas de organi-zación, así como sus propias formas devincularse con las instituciones inter-vinientes. Lejos de ser pasivos recep-tores del discurso de reconversión pro-ductiva del programa, los productoresdel PPI, se apropian del mismo, enorden de alcanzar las ventajas que elprograma ofrece. De distintas maneraslos productores negocian el alcance derecursos que sino fuera por formarparte del programa no conseguirían(certificados de ocupación de la tierraen el Parque Pereyra; crédito para laconstrucción del edificio del mercado,en Pilar). Hacen uso de estrategias querequieren involucrar otros actores,tales como los extensionistas, quienesa su vez, necesitan contar con gruposde productores a quienes atender a finde mantener sus salarios y su posiciónen la estructura de la administraciónpública provincial. A partir de consi-derar los estilos de trabajo y caracte-rísticas personales de los Extensionis-tas, surgen otras dimensiones de lapráctica de intervención (RodríguezBilella, 2003). La idea teórica clavepara ello es que las intervenciones dedesarrollo no pueden ser cabalmenteentendidas haciendo sólo referencia alos dominios institucionales, sino quees preciso tener presente diversasdimensiones de los mundos de vida delos actores involucrados27. El perfil deformación social de los agrónomosque se desempeñan como técnicos y

26 A esto puede atribuirse también la relativa falta de interés en articular la intervención con el INTA (arti-culación que sí es promovida activamente por INTA, tal como nos mencionara un funcionario de esa institu-ción).27 Al respecto, véase: Arce, Alberto. 1993. Negotiating Agricultural Development: Entanglements of Bureaucrats andRuralProducers in Western Mexico. Wageningen, Holland: PUDOC.

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AP del programa, les permitió com-prender las necesidades expresadas porlos productores (que sobrepasabanaspectos de asesoramiento meramen-te técnico) y plasmarlas en la inter-vención, gestionando contactos ymedidas concretas para resolverlas.

Por otra parte, el desarrollo de cier-tas capacidades relacionadas con laagencia de los sujetos sociales (Long yVan der Ploeg, 1994) entran en con-flicto/negociación con los modelos deintervención de las instituciones dedi-cadas al desarrollo; de su resolucióndepende la posibilidad de superar laslimitaciones de una capacidad deagencia externamente inducida. En lasmodalidades de intervención, todoflujo externo proveniente del Estado,del mercado, de grupos dominantes ode agentes externos al grupo en cues-tión, es mediatizado por esos mismosactores (y las organizaciones localesque integran), quienes procuran repro-cesar dichos factores externos a favorde sus propios intereses y necesidades.Por eso, los productores estudiadosencuentran soluciones concretas a susproblemas: en el PPI, legitiman lareconversión productiva a través delaval de los técnicos del Programa; enPilar, consiguen créditos, financia-miento, asesoramiento organizacionaly capacitación educativa. En el "inter-cambio personalizado de favores", talcual entiende Auyero (2001) las nuevasformas en las que se manifiesta elclientelismo político, "…los clientesno son seguidores ciegos y/o tontosbajo el poder de la política clientelar.Por el contrario, ellos calculan lamejor manera de mejorar su situaciónvinculándose a los mediadores y patro-nes que tienen más para ofrecer"(Auyero,2001:29). Debemos repensar

la cuestión del clientelismo políticotambién en los ámbitos de la horticul-tura bonaerense, "en la renovada pre-sencia del Estado (a través de técnicosen este caso) en un ámbito en el quereiteradas veces se ha resaltado suausencia, en la revalidación y constitu-ción de nuevos "pactos" entre dadoresy beneficiarios de acuerdo a un nuevoescenario político y social de un paísque intenta salir de una crisis que hahecho peligrar todas las estructuras deintervención que han venido siendooperacionalizadas en las políticas agra-rias; y que pone en jaque un conceptode desarrollo que va quedando obso-leto si no se resignifica" (Díaz Galán yotros, 2005). Así, el clientelismo seconvierte en una institución vigente,influyente, informal y a veces, oculta,pero que no está destinada a desapa-recer. Muchos de los problemas ynecesidades de los productores hortí-colas se resuelven a través de lamediación política personalizada (en lafigura del técnico extensionista). Eneste sentido, la capacidad de los bene-ficiarios del desarrollo en torno de pro-yectos, de crear y recrear normas deacción dentro de los programas, evi-dencia su papel activo en el diseño yadministración efectivos de mecanis-mos regulatorios del comportamientode todos los actores y su interacción,particularmente dentro del marco deproyectos específicos. Así, enriqueceno cuestionan los mecanismos estataleso se adaptan a ellos, de acuerdo amecanismos regulatorios que ya cono-cen en sus prácticas grupales. En laintervención analizada, CRB utilizóuna estrategia política de tipo cliente-lístico, atendiendo las necesidadesespecíficas de cada grupo de produc-tores sobre los que interviene. Los dos

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casos estudiados son muy diferentesentre sí (los productores del ParquePereyra tienen una historia de lucha yformas de conseguir recursos que nomanejan los quinteros bolivianos dePilar, por ejemplo), pero vimos que laestrategia aplicada por el programa essimilar.

Reflexiones finales

Considerando las políticas socialesy las intervenciones de desarrollocomo procesos continuos, negociadosy socialmente construidos que incluyeniniciativas tanto "desde abajo" como"desde arriba" (Long, 1992:35), laintervención analizada se constituye apartir de un complejo conjunto de rela-ciones, intereses e ideas socialmentedefinidas por los distintos actoresimplicados, reconociendo las luchas ydiferencias internas entre los quinteros.La perspectiva teórica y metodológicadel enfoque orientado al actor permi-te entender cómo se distribuye elconocimiento en las intervenciones dedesarrollo. Los programas son "cons-truidos" y moldeados por diferentesinteracciones de múltiples actores.Utilizando el análisis de interfases, secomprende la forma en que los inte-reses, metas, percepciones y estrategiasde diversos actores vinculados al pro-grama resultan continuamente rea-daptados en función de las múltiplesinteracciones entre los actores localesy extra-locales. El "modelo de grupo"sostenido por el programa en los casosestudiados intenta considerar las rela-ciones de poder existentes entre losproductores, así como reconocer y arti-

cular las formas sociales existentes consu propia estrategia de intervención.Sin embargo, las complejas interaccio-nes entre los "proyectos" y prácticas delos actores, sus resultados esperados eimprevistos, crean tanto marcos habi-litantes como limitantes de la acciónsocial. Focalizando en la interacción delas relaciones internas y externas, esteenfoque procura brindar una perspec-tiva más dinámica sobre las interven-ciones de desarrollo y los procesos deimplementación de políticas. El análi-sis de interfases entre los extensionis-tas y los productores brinda impor-tantes pistas y oportunidades paraentender de qué manera el proceso deintervención fue construido en eldomino del terreno. Este proceso sevisualiza como una compleja arena deconflicto y negociación. Los procesosimplicados en las intervenciones dedesarrollo no deben ser entendidos oconceptualizados como imposicionesmecánicas 'externas' a las realidadeslocales, sino que necesariamente impli-can negociación sobre conceptos, sig-nificados, imágenes y proyectos, loscuales son diferentemente internaliza-dos por las diversas partes involucradas(Long 2001: 182). Los estudios de casopresentados desafían una visión de losextensionistas como mecánicos imple-mentadores de un esquema planifica-do. Los extensionistas no se presentanni como agentes que han internalizadola ideología de intervención del pro-grama o como sujetos pragmáticoslidiando con las dificultades de laimplementación.28

Los programas oficiales en Argen-tina generalmente corren por distinta

28 Al respecto, ver Grindle, Merilee S., ed. 1980. Politics and Policy Implementation in the Third World. Princeton:Princeton University Press y Lipsky, Michael. 1980. Street-Level Bureaucracy: Dilemmas of the Individual in Public Ser-vices.New York: Russell Sage Foundation. Citados en Rodríguez Bilella, 2003.

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vía que las necesidades de los benefi-ciarios, lo cual dificulta la posibilidadde diseñar e implementar políticasconstruidas por todos los actoressociales implicados. Comprender sis-temas de generación de conocimientolocal y sus propuestas para la acción,disminuye la brecha entre las directivaspolíticas macroestructurales y lamicroorganización de la vida diaria.Las necesidades percibidas de loshabitantes del agro aportan la habili-dad, en tanto "proveedores locales",

para evaluar alternativas antes deimplementar determinadas políticas.Proponemos comprender no sólo cómolas políticas impactan en los sujetos sociales,sino cómo éstos pueden impactar sobre las polí-ticas. (Freindenberg, 2000:272). Pre-tendemos que el diagnóstico realizadomediante un enfoque etnográfico per-mita que las intervenciones contribu-yan a fortalecer la organización comu-nitaria, en pos de continuar ofavorecer los reclamos a los poderespolíticos.

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97María del Rosario Contepomi/La gran red:una era...

La gran red: una era nueva entre

la ciencia y el mito María del Rosario Contepomi*

ResumenEl propósito del trabajo es relacionar concepciones en torno al concepto red adoptadas por el movi-miento espiritualista "Nueva Era" de la ciudad de Posadas, Misiones, Argentina, con aque-llas planteadas por teóricos de la "Era de la Información y Comunicación" en el campo de lasciencias sociales. Dadas la complejidad y amplitud que se atribuye a esta noción, hemos deno-minado la Gran Red a esa construcción fáctica y virtual a la que se le asignan múltiples deno-minaciones: interconexión, interrelación, articulación. Estos complejos y heterogéneos vínculosse desarrollan entre elementos, dimensiones y niveles diferentes, tales como materialidad y espi-ritualidad, hombre y naturaleza, sociedad e individuo. Conforme a ello, nos preguntamos res-pecto a las creencias religiosas, creaciones ideológicas, producciones científicas o construcciones mito-lógicas que conforman el mundo-red de la cosmovisión la Nueva Era y la cultura-red de losenfoques socio-antropológicos.

Palabras Clave: Red - Movimiento religioso - Ciencia - Creencia - Mito

AbstractThe purpose of this work is to relate conceptions around the concept of net adopted by the spi-ritualist movement "New Era" from the city of Posadas, Misiones, Argentina, with those con-sidered by theorists of the "Era of Information and Communication" in the field of Social Scien-ces. Given the complexity and range that it is attributed to this notion we have designated the GreatNet to that factual and virtual construction which is assigned multiple names: interconnection,interrelation, articulation. These complex and heterogeneous links develop among elements, dimen-sions and different levels, such as material nature and spirituality, man and nature, society andthe individual. In accordance with that we ask ourselves regarding religious beliefs, ideological cre-ations, scientific productions or mythological constructions that constitute the world-net of the viewof the world of the New Era and the culture-net of the socio-anthropological approaches.

Key words:Net - Religious movement - Science - Belief - Myth

"Eisenhower entra en una sala llena de computadoras y les hace una pregunta: ¿ExisteDios?. Y todas las máquinas se echan a andar, las ruedas giran, las luces se encienden,

y al cabo de un momento una voz dice: Ahora sí".Joseph Campbell

Fecha de recepción: Marzo 2006Fecha de aprobación: Julio 2006

* Magister en Antropología Social. Docente e investigadora de la Universidad Nacional de Misiones. Direc-tora del Proyecto de investigación "Sociedad, Cultura juvenil y Educación formal".E-mail: [email protected]

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El propósito del trabajo es relacio-nar concepciones en torno al concep-to red adoptadas por el movimientomístico-religioso "Nueva Era" de laciudad de Posadas, provincia de Misio-nes, Argentina1, con aquellas plantea-das por teóricos de la "Era de la Infor-mación y Comunicación" en el campode las ciencias sociales.

Dadas la complejidad y amplitudque se atribuye a esta noción -confor-mada por saberes y creencias, realida-des y mitos-, hemos denominado laGran Red a esa construcción -fáctica yvirtual2- a la que se le asignan múltiplesnombres: interconexión, interrelacióno articulación entre elementos, dimen-siones y niveles diferentes tales comomaterialidad y espiritualidad, hombre ynaturaleza, sociedades e individuos.

El concepto red se ha originado ydifundido desde disímiles tradicionesculturales y campos de producción deconocimiento, así como a partir deldesarrollo de acontecimientos de tras-cendencia histórica -científicos, tec-nológicos, económicos, filosóficos-,pretéritos o recientes, de los cuales sóloabordaremos aquellos que han sidoincorporados a la cosmovisión de losnew agers locales3 :

• El modelo explicativo de la vidapropuesto por teorías provenientesde las ciencias naturales, uno decuyos principios clave es lainfluencia e interconexión totalentre seres, objetos y dimensiones.• El enfoque holístico o totaliza-

dor de la vida sostenido por las tra-diciones filosóficas y místico-reli-giosas orientales adoptadas porOccidente.• La vinculación económica, polí-tica, social y cultural promovidapor el proceso de globalizaciónengendrado y animado por elcapitalismo actual.• La conexión instantánea a nivelplanetario generada por el desarro-llo de las tecnologías de la informa-ción y comunicación (TIC's).

Estos fenómenos o procesos for-man parte de las sociedades actualesbajo formas de organización -v.g.transnacionalización de bienes- ymodos de ver el mundo merced a ladivulgación de teorías que circulan anivel planetario. Conforme a la rele-vancia que adquirieron, fueron incor-porados a la "cultura espiritualista"Nueva Era y su modus operandi (Conte-pomi 2002), y algunos de ellos consti-tuyen objetos de estudio de las cienciassociales.

Como todo fenómeno social sólopuede ser comprendido en relacióncon el contexto macro social, es insos-layable identificar -al menos somera-mente- las principales características delas sociedades del presente. A partir delos años '80 del siglo XX en el mundose producen grandes transformacionesque encuentran su máxima expresiónen la desaparición del Bloque Socialis-ta Soviético y de la Guerra Fría, lahegemonía global del mercado, el

1 Este movimiento transnacional contemporáneo constituyó el objeto de investigación de mi Tesis de Maes-tría Flores de Loto e Irupé: El movimiento Nueva Era en Posadas, en el Postgrado de Antropología Social de la Uni-versidad Nacional de Misiones, Posadas.2 Utilizamos el término virtual en una doble acepción: nos referimos a la intangibilidad de ciertos campos (v.g.Internet) y a hechos no comprobados por procedimientos estipulados por la comunidad científica.3 Si bien las neurociencias contemporáneas han aportado lo suyo respecto a la temática de interés, no son inclui-das en este trabajo por cuanto no fueron mencionadas por los adherentes.

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4 Harvey (1992) señala que entre las décadas del ´70 y ´80 se pasa a un régimen capitalista de acumulaciónenteramente nuevo que denomina "acumulación flexible", apoyado en la flexibilidad de los procesos de pro-ducción y los mercados de trabajo, en las nuevas pautas de consumo que envuelven patrones de desarrollo des-igual entre sectores y regiones geográficas, en el aumento del desempleo, la baja de salarios y el retroceso delpoder sindical. Se instala también un individualismo mucho más competitivo dentro de una cultura volunta-rista que permea la vida social en su totalidad.5 Respecto a las "conexiones" entre sociedades y culturas, no puede soslayarse la obra de Eric Wolf (1993:15)Europa y la gente sin historia en la cual muestra "que el mundo de la humanidad constituye un total de procesosmúltiples interconectados y que los empeños por descomponer en sus partes a esa totalidad, que luego no pue-den rearmarla, falsean la realidad".

anuncio del Fin de las Ideologías, delos Grandes Relatos (Lyotard, 1994) yde la Historia (Fukuyama, 1992).Estos cambios estructurales multidi-mensionales -que se expresan entransformaciones económicas, socia-les, políticas y tecnológicas4- estable-cieron y consolidaron nuevos valoresy modelos en el cuerpo social.

Actualmente -en la denominada eraposmoderna-, ciertas variantes filosó-ficas y científicas exacerban las críticasa los fundamentos y legitimidad de larazón ilustrada que exhiben el reco-nocimiento de "la derrota en la queparece encontrarse la razón" (Vattimo,1996: 18). La posmodernidad es hos-til a la idea de una verdad única, obje-tiva, externa, verdad que, en palabrasde Ernest Gellner (1993: 38), "es asu-mida como elusiva, polimorfa, interna,subjetiva …". De este modo, el positi-vismo -expresión de la racionalidad- espuesto en duda: se cuestiona la segu-ridad de la existencia y validez de loshechos objetivos así como la posibili-dad de explicar tales hechos pormedio de una teoría universal. Así, enla actualidad, la formulación resuelta ysin ambigüedades de la modernidad hacedido paso a singulares formas derelativismo y sincretismo. Por ello, lasformas culturales de hoy se mani-fiestan, de acuerdo a Gilles Lipo-vetsky (1993), como excéntricas y

heteróclitas, dogmáticas y heterodo-xas, vanguardistas y retro.

También la globalización constitu-ye uno de los rasgos emblemáticos delas sociedades del presente. Como sos-tiene Anthony Giddens (1991), lainfluencia de acontecimientos distan-tes sobre sucesos próximos se ha pro-fundizado y convertido en un hechohabitual. Este proceso de "universali-zación"5 -actualmente precipitado-atañe al entrelazamiento de aconteci-mientos y relaciones sociales lejanoscon los contextos locales, y significa lainevitabilidad de las transformacionesgeneradas por la modernidad en cuan-to, al menos, algunos de sus mecanis-mos de acción. Así, numerosos aspec-tos de las realizaciones modernas,incluso las que actúan en pequeñaescala, afectan a sujetos que vivenfuera del mundo desarrollado en lasque se han originado.

Bajo el primado de la era de lainformación y la comunicación, se pro-duce la circulación de bienes culturalesgenerados en sociedades lejanas y suarraigo en otras diferentes en cuanto alas realidades socioculturales que ledieron origen. Arjun Appadurai (1994)se refiere a cinco fajas de produccionesculturales cuyos flujos se encuentranglobalizados. Estos flujos de la cultu-ra que circulan por el planeta sondesignados por el autor como "etnos-

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capes", "mediascapes", "technoscapes","finanscapes" e "ideoscapes". A éstos, RitaSegato (1997) añade uno más, el de los"paisajes religiosos o "religionscapes"como otra dimensión de los conteni-dos culturales que peregrinan y tras-pasan las fronteras nacionales.

Como resultado de la aceleraciónde este proceso, la Argentina no haescapado a la influencia de las expre-siones de la posmodernidad, aunque lacobertura social sea más restringida ysu interpretación o conciencia social searticule con una realidad diferente a lade origen, es decir, a la de las socieda-des con alto desarrollo industrial,automatización y extendido consu-mismo. De igual modo, la cultura glo-balizada se ha arraigado en Posadas apartir de la década del '80, adquiriendomayor relevancia desde los años '90hasta el presente. A través de las tec-nologías de la información y comu-nicación, impactó la sociedad localvehiculizando nuevos saberes y cos-movisiones, y originando la vincula-ción entre sectores y ámbitos dispa-res.

En tanto uno de los bienes globa-lizados, la Nueva Era también se arrai-gó en la Argentina y, como tal, en laciudad de Posadas a partir de los años

'806. Este movimiento se gestó enEuropa Occidental y en los EstadosUnidos de Norteamérica durante losaños '70 y, en las últimas dos décadas,se ha extendido por diversos conti-nentes, tanto en países económica-mente ricos como pobres7. A princi-pios de la década del `70, en Posadas seproduce un conjunto de aconteci-mientos que son reconocidos por losactuales adherentes como hitos fun-dacionales de una manera de pensar,sentir y obrar alterna a las convencio-nales. Surgen figuras sindicadas poréstos como "pioneras" de una corrien-te de ideas, valores, creencias y prácti-cas que, en la década del '80, se con-solidaría conformando la red NuevaEra local8.

A partir de la ciudad capital pro-gresivamente se irradia a otras locali-dades provinciales donde surgen gru-pos que se "conectan" entre sí pero,fundamentalmente, con los posade-ños9. En los núcleos urbanos mayoreslos adherentes se aglutinan conformea intereses, y en determinadas áreasrurales aisladas se crean tres centros deencuentro a los que asisten "paraconectarse con la energía vital y laMadre Tierra, fuentes de sanación ypurificación"10.

6 A excepción de la Tesis antes mencionada, en Misiones y región nordeste del país no se han desarrolladoinvestigaciones sobre el movimiento Nueva Era en el campo de las ciencias sociales. En la ciudad de BuenosAires se destaca el estudio realizado por María Julia Carozzi (2000). También véase Carozzi (org., 1999) que inclu-ye trabajos realizados en Argentina y Brasil.7 Véase Lewis, James y Gordon Melton (1992).8 Cabe resaltar que esta "cultura espiritualista" ha ido permeando el tejido social local y trascendido los lími-tes de la red de participantes, hecho constatable en cierta terminología utilizada cotidiana y masivamente porresidentes de Posadas. También sucede con la adopción de determinadas temáticas, relatos o personajes mito-lógicos, creencias religiosas indígenas, cosmologías orientales que han pasado a formar parte de los interesesde la población en general. La conducta del "mercado" de ir al encuentro de este segmento emergente de la socie-dad revelan, tal vez mejor que cualquier otro aspecto, un cambio de conciencia en la sociedad.9 Oriundo o que pertenece a la ciudad de Posadas.10 "Es muy fuerte el color de la tierra. Tanta tierra!, una tierra muy fuerte, muy colorada, con el verde tan inten-so, junto con tanta agua…, son emociones muy fuertes que nos impulsan a acercarnos a lo espiritual" (adhe-rente).

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Uno de ellos se convirtió acomienzos de la década de los '90 en elespacio preferencial de reunión de los"nuevaeristas" locales: la estancia "LaEsperanza"11. Las propuestas de sudueño eran "que la gente tome contac-to pleno con la naturaleza" y desarrolleactividades individuales o grupales conla finalidad última de "encontrarseconsigo mismo y llegar a otro estadode consciencia". En ella se concretó el"Primer Encuentro de Intercambio deTécnicas de Autoconocimiento Misio-nero" con el propósito de realizar untrabajo multidisciplinario vivencial enel cual cada participante pudiera"hacer contacto con las fuerzas másprofundas de su alma y de acuerdo a lapropia evolución que cada uno puedaalcanzar".

I. El Mundo-Red de la "NuevaEra"

En la ciudad de Posadas, la NuevaEra exhibe un pluralismo internorepresentado por una vasta heteroge-neidad de creencias12, mitos y conoci-mientos científicos, por el entrecruza-miento de relatos y prácticas, y por unadinámica que construye y reestructurasu configuración interna generando unensamble móvil originado a través dela incorporación, mezcla y "mestizaje"incesante de vertientes. Está com-puesta por tradiciones científicas, mís-ticas, religiosas, esotéricas, filosóficas yterapéuticas provenientes de orígenesespacio-temporales y socio-culturalesdiversos: corrientes filosóficas, reli-giosas y científicas heterodoxas occi-

dentales, religiones y técnicas terapéu-ticas orientales, sistemas de creenciasindígenas y populares. Así, el budismoe hinduismo, el culto a seres sobrena-turales o extraterrestres, los métodos ytécnicas de curación como el Reiki o elRebirthing, el chamanismo aborigenamericano, formas de adivinacióncomo la astrología, el I Ching o elTarot son sólo algunos de los caminosque -según testimonios de los adhe-rentes- conducen a la búsqueda ymaterialización de la transformaciónindividual de la conciencia y a los cam-bios espirituales de la humanidad, obje-tivos centrales de su horizonte de ideas,creencias y valores.

De dicha diversidad, abordaremosaquellos saberes que provienen de laciencia, las creencias y los aconteci-mientos socio-históricos de los queabrevan los new agers locales relaciona-dos con nuestro tema de interés -laGran Red- mencionados precedente-mente. Empero, es importante desta-car que -conforme a los nuevos senti-dos otorgados por los participantes-han sido re-semantizados, re-simboli-zados e interrelacionados de manerasingular. Este proceso de apropiaciónha derivado en las particulares cos-movisión, prácticas y forma de orga-nización del movimiento que descri-biremos a continuación.

I.1. Partiendo de las CienciasNaturales

Una de las raíces de la concepcióndel mundo de la Nueva Era procede delas ciencias naturales, más exactamen-te de la Física Nuclear y de la Biología.

11 Es un establecimiento de 1.000 has. ubicado a 30 km. al sur de Posadas, en un paraje aislado que no dis-pone de los servicios de agua corriente y luz eléctrica domiciliaria por expresa voluntad de su propietario.12 Véase la clasificación de creencias realizada por Talcott Parsons (1966).

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Se trata de la Teoría General de Siste-mas enunciada en la década del ́ 30 porsu precursor, Ludwing Von Bertalanffy(1992), cuyo concepto central es el de"totalidad integrada". Desde esta pers-pectiva, no se parte del esquema unili-neal de causa y efecto, sino de la cap-tación de las correlaciones de loselementos entre sí dentro del marco dela totalidad. Para esta teoría, un siste-ma es un conjunto de elementosentre los que existen relaciones recí-procas, todos los elementos de un sistemaestán unidos y conectados entre sí por mediode una red. Pequeñas oscilaciones enesas acciones recíprocas pueden darlugar a cualidades completamentenuevas del sistema, impredecibles yque no pueden ser deducidas de suselementos. Esta teoría considera quetodas los elementos o cosas -células,órganos, individuos, sociedades- sonsistemas, que todos los sistemas estáncompuestos de sistemas menores yque, a su vez, están integrados a siste-mas más amplios13.

Un referente relevante de la NuevaEra mundial en el campo de la Físicacuántica -Fritjof Capra (1997:15)14-sostiene que la estructura de la teoríade los sistemas provee una extensiónnatural de los conceptos de la Física aotros campos: Biología, Psicología yciencias sociales. Aplicada a la Biología,

esta perspectiva permite considerar atodos los organismos vivos como sis-temas de autoorganización y autorre-novación dinámicos, que se derivan dela interacción de los elementos y quedependen unos de otros. Como unapequeña oscilación en las correlacionestiene efectos sobre la configuración yevolución del sistema total, éste seadapta a la nueva situación y desarro-lla estrategias de supervivencia. Dadoque los sistemas incluyen en sí variosplanos de sistemas -desde la célulahasta cosmos-, se llega a una nuevaconcepción del mundo y de la vida.

Para éste, la teoría cuántica demue-le los conceptos de la Física clásicasobre los objetos sólidos y las leyesdeterministas de la naturaleza. Sostie-ne que la física atómica ha demostra-do que las partículas subatómicas notienen sentido como entidades aisladassino que sólo pueden entendersecomo interconexiones. De este modo,"la teoría cuántica ha revelado la uni-dad básica del universo. La naturaleza[…] aparece como una complicadatelaraña de relaciones existentes entrelas diversas partes del conjunto"(Capra, ídem.: 94).

De acuerdo a los new agers locales15,una de las manifestaciones que con-duce a la transformación de la huma-nidad -a través del "Plan evolutivo uni-

13 Para las teorías y métodos de la Complejidad y el Caos, véase Carlos Reynoso (2006).14 Dada la importancia que le otorgan los adherentes, centraremos el análisis en la producción teórica de Capra,quien ha realizado investigaciones en física teórica y energética en universidades de Francia, EE.UU. y GranBretaña.15 Cuando nos referimos a la Nueva Era, es necesario destacar que el término red es una transcripción lite-ral de las expresiones utilizadas por los adherentes y por los autores de los textos que éstos reconocen comoreferentes del movimiento.

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versal16"- se patentiza en la llamadarevolución científica17, por ejemplo,por la Física cuántica y su figura emble-mática: Capra. Esta concepción de lavida fue explicada por un "terapeutanatural" del siguiente modo:

"La vida no está matemáticamentedeterminada tal como estamos acos-tumbrados a concebirla; no se da demanera lineal sino en forma de red,de red tridimensional como el siste-ma circulatorio que es una red tri-dimensional, que si la sangre no cir-cula de acá a acá va a circular deacá a acá y va a llegar a lo mismo".

Los adeptos aseveran que elmundo moderno representa la era delos grandes dualismos -encabezada porlas figuras de Descartes y Newton-,hecho que ha conducido a la humani-dad a la decadencia que vive. El naci-miento de la ciencia moderna fue prece-dido y acompañado por una evolucióndel pensamiento filosófico que llevó auna formulación extrema el dualismoespíritu-materia. La división cartesiana-mente y materia- permitió a los cien-tíficos tratar a la materia como algoseparado de ellos mismos. Asimismo,desde esta perspectiva, el mundo natu-ral es percibido como una multitud deobjetos y acontecimientos aislados, ylas sociedades fragmentadas en nacio-nes, razas o religiones. La idea de quetodos los elementos y sus partes -hom-bre, naturaleza y sociedades- están real-mente separados, es considerado porlos adherentes como la razón esencial

de las crisis ecológicas, sociales y cul-turales de la actualidad.

Por ello, la cultura actual es carac-terizada por los new agers como unarelación del hombre con el medio queconvierte a éste en objeto e instru-mento. Por lo tanto, en la ciencia -y"conciencia"- moderna, el hombre seha limitado a ser un sujeto de conoci-miento que analiza, manipula y posee,mientras que la naturaleza es circuns-cripta a la categoría de objeto de expe-rimentación. El método empleadopor las ciencias naturales para analizary efectuar experimentos es exaltado ala categoría de ideal normativo, y eluniverso concebido como un sistemarígido y mecánico compuesto pormateria y elementos. También a estamanera de pensar se le atribuye laextrema objetivación del hombre quelo ha convertido en objeto de mani-pulación científica y técnica.

Otra de las teorías recuperadas porla Nueva Era es la "Teoría de las Estruc-turas Disipativas" formulada por el pre-mio Nobel de Química Ilya Prigogine.Esta teoría explica los procesos irre-versibles que tienen lugar en la natu-raleza, y el movimiento hacia unorden vital cada vez más perfecto. Pri-gogine y Stengers (1983) sostienen quela naturaleza está compuesta de siste-mas abiertos y cerrados y que los pri-meros están implicados en un continuointercambio de energía conformandoestructuras disipativas. Mientras máscomplejo es el sistema, más fluidezexiste y más inestabilidad poseerá. El

16 Para los adeptos, existe un Plan evolutivo que, en la Era de Acuario por la cual el cosmos está transitando,se expresa en la ampliación de la conciencia, la profundización de la cura interior, la relación superior entre losseres humanos y el reino natural, y en la formación de canales para que el hombre entre en sintonía con la vidainmaterial.17 Desde las ciencias de la psiquis, las corrientes psicológicas jungiana, reichiana y transpersonal son otros hitosfuertemente reconocidos como parte de la revolución científica.

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continuo movimiento de energía a tra-vés del sistema se traduce en fluctua-ciones que, de ser importantes, logranperturbarlos. Es allí cuando los ele-mentos de la antigua estructura entranen contacto con nuevas formas y nue-vas conexiones, y se reorganizan enuna nueva totalidad.

Esta teoría es retomada -entreotros líderes del movimiento local- porMarilyn Ferguson18 (1994:186), quienhace hincapié en los conceptos de flui-dez, proceso, energía e inestabilidad,claves en la concepción New Age dadoque, como expresa la autora, "la ines-tabilidad es la clave de la transforma-ción de todos los fenómenos, entreellos la conciencia".

Estos conceptos trasladados alanálisis del funcionamiento de lassociedades, permite a los new agersexplicar sus transformaciones y cam-bios cualitativos. Por ejemplo, advier-ten que las fluctuaciones de la con-ducta de un número crítico departidarios del cambio puede reorga-nizar el entorno por su propia virtua-lidad interna y provocar la transfor-mación de la sociedad. El cambio en lamanera de pensar y el movimiento de"conspiración pacífica" que se vaextendiendo, son considerados comodisparadores de la autoorganización dela sociedad humana. Estas fluctuacio-nes que se están produciendo alterarántodo el sistema y permitirán superar lascrisis actuales que amenazan su super-vivencia.

I.2. Partiendo de las tradicionesfilosóficas y religiosas orienta-les

La nuevas teorías de la Física sonasociadas por algunos líderes de laEra de Acuario19 a la llamada filosofíaholística de la naturaleza, construyén-dose así una abarcante concepción dela vida. Consecuentemente, contem-plan el universo en su conjunto comoun gran sistema holístico, como unaunidad indivisible y dinámica cuyoselementos están estrechamente vincu-lados. Desde esta perspectiva, todo estáunido entre sí, básicamente, por una red, yel todo está presente en cada una delas partes.

En ese sentido, la cosmovisiónaportada por las tradiciones espiritua-les de Oriente20 son consideradas porlos adeptos como un ejemplo de lanueva manera de ver el mundo o, másexactamente, de la sabiduría que per-mite mostrar el verdadero "Ser" delmundo. En la tradición budista (Anto-lín y Embid, 1972), el Avatamsaka -unode sus textos más importantes-, abor-da como tema central la unidad e inter-relación existente entre todas las cosasy sucesos. Todas las cosas son consi-deradas como partes inseparables delconjunto cósmico, como diferentesmanifestaciones de la misma realidadúltima.

Por su parte, el hinduismo (Bho-gavad-Gita, 2002), se basa en la idea deque la multitud de cosas y aconteci-

18 Marilyn Ferguson es la autora de La Conspiración de Acuario (1994), uno de los libros de cabecera de los adeptos.19 Actualmente la humanidad se hallaría en un etapa crítica que se describe -mediante conceptos esotérico-astrológicos- como la transición de la Era de Piscis a la de Acuario. Durante dos mil años la energía cósmicaque condicionó la vida en la Tierra ha provenido de la constelación de Piscis, influencia que se está trasladan-do a la de Acuario y que regirá hasta el año 4000.20 Conforme al objetivo de este trabajo, no abordaremos las diferencias que existen entre las distintas tradi-ciones orientales.

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mientos que rodean al ser humano noson más que expresiones de una únicarealidad. Sus enseñanzas adviertenque la multiplicidad de las aparienciasoculta la existencia de la Unidad fun-damental que se personifica en Brah-ma. Desde este punto de vista, en lanaturaleza todas las formas son el rela-tivo, fluido y siempre cambiantemaya21. El mundo de maya cambiaporque la lila22 es una obra rítmica ydinámica. La fuerza dinámica de estaobra es el karma que es el principioactivo de la creación, el universo totalen acción, donde todo está dinámica-mente relacionado con lo demás.

Conforme al taoísmo (Bloffeld,1999), el yin y el yang son los dos gran-des principios complementarios de loscuales depende la totalidad del univer-so. Todos los cambios que se dan en lanaturaleza son manifestaciones de lainterrelación entre estos dos opuestospolares, todo se reduce al ejercicio delpoder generado por la fusión dedichos contrarios complementarios23.Apoyado en la idea de complementa-riedad, pero asimilada a Oriente yOccidente, una simpatizante de Posa-das afirmaba:

"Los opuestos son complementarios:Occidente necesita orientalizarse yOriente necesita occidentalizarse yencontrar esa síntesis en la fusión.Esa fusión no tiene que ser forzadani la oposición de un modelo prefa-bricado para el consumo mundial,

sino la interrelación a nivel mundialde las individualidades y de los gru-pos menores en cuyo proceso nosenriquecemos todos, asimilando,absorviendo valores universales querealizan las culturas en ese proceso,de esa fusión, de esa síntesis".

Los adherentes consideran que elaporte más importante de la visión queproviene de Oriente es la conciencia dela unidad e interrelación existente entretodas las cosas y sucesos, los cuales noson más que manifestaciones de unaunidad básica.

A partir de referentes internacio-nales del movimiento, sostienen queexiste similitud entre las explicacionesdadas por las ciencias en la actualidady la visión del mundo propia de las tra-diciones orientales. Solidarizados conCapra (1998), aseveran que la unidadconocida desde hace centurias porOriente, es ahora revelada y demos-trada por la Física cuántica y la teoríade la relatividad.

Capra -indagando el paralelismoexistente entre la Física y el misticismooriental- afirma que no existen partí-culas, cosas, sustancias en sí, sino "unacompleja red cósmica de relacionesentre las diferentes partes", un univer-so que representa "una red de relacionesvinculadas entre sí" (ídem: 86). Obser-va significativas coincidencias entreellos, tal como lo expresa en sus librosEl Tao de la física y el Punto Crucial. Sos-

21 Brahman -el supremo, la realidad última, la esencia de todas las cosas- se transforma en el mundo y reali-za esta hazaña con su mágico poder creativo que constituiría el maya en el Rig Veda. 22 El tema básico de la mitología hindú es la creación del mundo mediante el autosacrificio de Dios, acto dondeéste se convierte en el mundo, el cual, finalmente, vuelve a ser Dios de nuevo. A esta actividad creativa de ladivinidad se la denomina lila. 23 Estos polos están dotados de cualidades fundamentales que definen su naturaleza: el yin es receptivo,intuitivo, cooperador, relacionado con el medio ambiente, y el yang es racional, analítico, competitivo y ego-céntrico.

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tiene que la mística y las sabiduríasorientales aportan a los fenómenoscientíficos una armónica unidad decosmovisión, de forma tal que otorgavalidez universal a lo que se observaen el ámbito subatómico: "La físicamoderna ha confirmado del modomás espectacular una de las ideas bási-cas del misticismo oriental: que todoslos conceptos que empleamos paradescribir la naturaleza son limitados,que no son rasgos de la realidad sinocreaciones de la mente, partes delmapa, no del territorio. Cada vez queampliamos el ámbito de la experiencia,las limitaciones de la mente racional sehacen evidentes y tenemos que modi-ficar, o incluso abandonar, algunos denuestros conceptos previos" (Capra,1997: 209).

De igual modo, para Ferguson(ídem: 441), "así como la cienciademuestra la existencia de una red derelaciones subyacente a todo cuantoexiste en el universo, también la expe-riencia mística de la totalidad trascien-de toda separación". En particular, res-pecto a la teoría formulada porPrigogine, advierte que guarda un fuer-te parecido con las concepciones de lasfilosofías orientales y la de los místicos.

Dada la satisfacción que brindan alas necesidades espirituales, los "bus-cadores"24 locales atribuyen el graninterés que el misticismo ha desperta-do en Occidente durante los últimostreinta años. Afirman que esa inquie-tud es parte de una tendencia másamplia que trata de contrarrestar elprofundo desequilibrio existente en lacultura, pensamientos, sentimientos,

valores y actitudes del presente. Paraellos, la cultura occidental a favorecidoel aislamiento a costa de la integración,el análisis sobre la síntesis, el conoci-miento racional sobre la religión, lacompetencia sobre la cooperación.

Conforme a lo expresado, una delas ideas clave de la Nueva Era consis-te en sostener la unidad universal yconcebir tanto lo visible como lo invi-sible como una totalidad. Todo es uno:Dios y el mundo, el espíritu y la mate-ria, el hombre y la naturaleza, el yo y eltú, el cuerpo y el alma. Todas los seresy cosas están enlazados unos con otrosy unidos en red. Todas las cosas y suce-sos percibidos por los sentidos estánconectados e interrelacionados y noson sino diferentes manifestaciones deuna única realidad última. El conoci-miento de esa totalidad constituye elcamino decisivo de salvación de lahumanidad, camino que la Física,Medicina, Psicología y Biología hancomenzado a recorrer exitosamente.

De este modo, rescatan la unidad yla totalidad de la realidad en contra-posición a la idea de separación delhombre de la naturaleza y de Dios. Noson los grandes dualismos sujeto-obje-to los que determinan la concepcióndel mundo y la relación con él, sino launidad de todos los seres en el con-texto único y total de la autoorganiza-ción cósmica.

I.3. Partiendo de la globalización

Desde la cosmovisión Nueva Era,el actual proceso de globalización esuna expresión de la dinámica hacia launidad total planetaria. La articulación

24 Cuando se refieren a sí mismos utilizan expresiones tales como "soy un buscador…", "es un verdadero bus-cador", "somos buscadores de…", como atributo de una identidad compartida. El término conlleva la idea demovimiento, mudanza, versatilidad o acción, cualidades consecuentes con la filosofía y cosmovisión que sus-tentan.

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económica -v. g la fusión monetaria- yfinanciera y entre países o regiones sonsolamente una primera manifestaciónde la tendencia subyacente que alcan-zará, a futuro, a los demás niveles de lavida de las sociedades y existenciahumana. En ese sentido, un adeptolocal sostenía:

"Con la globalización el asunto eshallar la integración. A nivel eco-nómico la mayoría quiere lograr unaintegración mundial, un mercadomundial, el Mercado Europeo, elMERCOSUR, y después llegar almercado mundial. Y bueno, todaslas áreas que no son económicastambién van a llegar a eso, a unaglobalización por así llamarlo y,para eso, vamos a tener que tenerpatrones en común, formas comunesy capturar y entender todas las nece-sidades que las personas tienen, osea, no solamente la necesidades tra-dicionales acostumbradas hastaahora a nivel oficial".

La globalización es asociada tam-bién al desarrollo de las tecnologías dela información y comunicación, lascuales colaborarían con la unión de losseres humanos. Un simpatizante refle-xionaba:

"La globalización es positiva si lasabemos manejar y controlar. Fija-te la importancia que tiene la comu-nicación tecnológica, Internet, loscongresos, revistas y todas las formasde comunicación que ahora tenemosal alcance gracias a la tecnología".

Atestiguan que la denominada"nueva conciencia global" o "cambiode paradigma" pueden ser reconocidosen diferentes ámbitos y planos de lavida cotidiana de los seres humanos.

Por una parte, se manifestarían en lacomprensión alcanzada por los hom-bres respecto a la necesidad de cola-boración para preservar o solucionarproblemas del medio ambiente. Y, en ladimensión espiritual, en la relevanciade los nuevos movimientos religiosos-v.g. la Nueva Era- que serían expre-siones embrionarias de las fuerzas queimpulsan a la unidad de la familiahumana con lo sobrenatural.

Desde esta cosmovisión, el proce-so de globalización es motorizado porlas "energías de Acuario" que hancomenzado a manifestarse impulsandolos cambios que ocurren a escala mun-dial. Las transformaciones reflejan lacualidad y naturaleza de la energíaacuariana, energía que está represen-tada por la Síntesis. Esta energía deSíntesis, fusionando y combinando loselementos de la vida, tiene la labor deconducir a la humanidad hacia la con-ciencia de la Unidad. Las sociedadesestán creando lazos de cooperación yunificando las fuerzas dispares en untodo sintético.

Alegan que este fenómeno semanifiesta a través de individuos que,dentro de los campos científico, polí-tico, económico y social, han abierto suconciencia y aceptado realidades nega-das hasta el presente por la culturaoccidental. Las primeras señales sonreconocidas en la apertura que revelanlas ciencias en sus respectivos camposde acción.

No obstante, algunos adviertensobre los aspectos negativos de la glo-balización, a pesar de los esfuerzos quese realizan desde diferentes ámbitos.Por un lado, la exclusión de grandessectores de la humanidad de dichoproceso y, por otro, la homogeneiza-ción que desata, es decir, el desvasta-

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miento de las particularidades socio-culturales. Una adherente, Magister enPolíticas Jurídicas, expresaba:

"Este mundo esta manejado porsectores absolutamente ajenos anosotros, donde hay dogmas,cánones, formas de vida, códigosque le corresponden a ese estratoque no tiene nada que ver con lasnaciones, ni sus formas de hablar,ni sus códigos y sus formas de rela-cionarse. A nosotros nos trae unarealidad donde encontramos secto-res que comulgan absolutamentecon esta forma de vida y, por otrolado, está el pueblo, la gente común,la base de la pirámide de la sociedadque vive su mundo donde las deci-siones pasan absolutamente porencima de sus apetencias íntimas.¿Dónde quedan las tradiciones fol-clóricas, la propia identidad, si pen-samos en el Brasil, en el samba, sipensamos en el Caribe, en los bailestan ricos de sensualidad y de pican-te como ser la comida, el color y lapiel negra?".

I.4. Modus operandi

En relación con el modus operandi-análogo a su forma de concebir elmundo-, la Nueva Era local operacomo una red sin una organizacióncentral, una red alternativa a las insti-tuciones formales, integrada por indi-viduos, grupos y corrientes. Conside-ran que gracias a ella se está, por unaparte, superando la antigua concienciadel hombre y conformando una nuevay, por otra, generando un "nuevo para-

digma" que regula todas las relacionesdel hombre consigo mismo y elmundo. Sus componentes constituyenuna red flexible -no rígidamente imbri-cada- que ha de extenderse por toda laTierra. Cada sujeto o grupo, actuandoen su lugar con métodos específicos,harán que la nueva conciencia vayapenetrando y transformando progre-sivamente todos los espacios sociales.

La consigna del movimiento es "for-mar redes" (networking) que abarquen latotalidad de las dimensiones de la vidasocial y, al mismo tiempo, se entretejanunas con otras. Una de las maneras delograrlo es apropiándose de la tecno-logía, cuya expansión reviste "caracte-res epidémicos" sin precedentes en lahistoria. Consideran que el mundo estárodeado por una urdimbre global decomunicaciones que no deja escapa-toria: todo el planeta vive hoy en basea enlaces instantáneos, todos los sereshumanos se apoyan mutuamente enbase a redes de comunicación y coo-peración. Al respecto, un adepto refle-xionaba:

"Se está produciendo una implosiónde la información y de la comunica-ción. Todo el planeta es hoy un pue-blo total. Nadie hubiera podido pre-ver la rapidez con que los individuosiban a poder beneficiarse de la tec-nología e iban a poder comunicarse.Pero es importante que la comuni-cación no sólo sea amplia sino pro-funda….".

Propugnan la creación de "redes sub-terráneas" de cambio25. Para ello, invi-

25 En estudios sobre movimientos sociales, Melucci (en Carozzi, ídem) ha introducido la temática de las "redessumergidas", y sostiene que los movimientos sociales son generalmente precedidos por el establecimiento deredes que operan como usinas de cambios sociales y culturales. Este concepto es retomado por Carozzi, quienreconoce a la formación de redes como una de las características de la Nueva Era y analiza el circuito alterna-tivo como red sumergida del movimiento.

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tan a que en cada ciudad, en cada ins-titución "los hombre nuevos" se vayanfusionando en pequeños grupos, for-mando lo que han dado en llamar"inorganizaciones nacionales". Cadaadherente debe convertirse en antenay transmisor, escuchando y comuni-cándose a la vez, actuando comoamplificador y sumándose a algún cir-cuito de la red.

La red posadeña forma parte deuna red mayor gracias a los vínculosque genera y reproduce con partici-pantes o agrupaciones nacionales einternacionales. "Navegar" o "chatear"a través de Internet, asistir a cursos enotras ciudades o países, viajar a centrosespirituales, albergar a líderes e ins-tructores extra locales, permite a susmiembros ampliar las relaciones o con-solidar los contactos previos. Utili-zando la metáfora como imagen ilus-trativa, podemos considerar a losadherentes o agrupaciones como neu-ronas cuyas dendritas y axones sinap-san en función de las expectativas ointereses, de la oferta y la demanda.

En Posadas, los miembros de la redadoptan formas diferentes para comu-nicarse y mantenerse unidos: encuen-tros personales o grupales26, inter-cambio de material impreso ovideográfico27 o el uso de tecnologíaque les permite poseer una página Weby disponer de una dirección electróni-ca personal. La comunicación a travésde Internet es un práctica habitual enlos adherentes; la posibilidad que leotorga "la red Internet" es considerada

como invalorable para "estar al tanto",mantener vínculos interpersonales ydifundir sus propias ofertas de bienesespirituales.

El ingreso a Internet nos permiteconstatar que los principales referenteslocales cuentan con páginas Web con elpropósito de obtener clientes, estable-cer relaciones con aquellos que seencuentran en la misma búsqueda, opropiciar vínculos entre pares. Uno delos ofrecimientos "virtuales" expresa:

"Hola a todos los que pasen poraquí. Quiero contarles que soymasoterapeuta: aplico masajes tera-péuticos como reflexología, digito-puntura, además soy reikista desegundo nivel, hago meditación, soyvegetariana. Me gusta todo lo refe-rente a la vida al aire libre, leo teo-sofía, Feng shui, aromaterapia,gemoterapia. Desde ya gracias porhaber leído todo esto!!! Mis datospersonales son….".

A partir de lo expuesto se des-prende que la red es una idea clave enla cosmovisión Nueva Era; apropián-dose de las fuentes señaladas, los adep-tos las recuperan y recrean constru-yendo una visión de mundo-red.Paralelamente, sus formas organizati-vas y operativas reproducen el mode-lo de vinculación en red. La apropia-ción de teorías científicas, filosóficas oreligiosas y de sucesos históricos basa-dos en la red, les permiten explicar lanaturaleza de la vida y sus maneras deexpresarse, como también organizarse

26 Como fue mencionado, cuentan con espacios urbanos y rurales donde plasmar inquietudes de aprendiza-je, intercambiar conocimientos y compartir experiencias. Estos brindan la posibilidad de realizar eventos orga-nizados o facilitan el encuentro casual y espontáneo entre pares.27 El material impreso también constituye un medio importante de publicidad. Por ello, tarjetas personalesde presentación y folletos son distribuidas con la intensión de generar una clientela en el corto plazo.

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conforme a las formas estructuralesprofundas que reconocen en los fenó-menos materiales o invisibles.

II. La Cultura-Red en las Cien-cias Sociales

Al igual que en la Nueva Era, inves-tigadores y teóricos en el campo de lasciencias sociales dan cuenta de unainédita forma de operar en los ámbitosde la economía y la tecnología en lassociedades contemporáneas, modali-dad que dio nacimiento a lo que -inclu-yendo otros ámbitos del quehacersocial- Gustavo Lins Ribeiro (1995)designa como la "cultura de la red".

La revolución tecnológica hamodificado, según Manuel Castells(1996), las estructuras económicas einstituciones políticas. Sostiene que laecuación entre productividad, compe-titividad y equidad deben redefinirse enla era de la información, es decir, en larelación y tipo de economía y sociedadque se han conformado en las últimasdos décadas y que, según este autor, seencuentran agotadas. La introducciónde la economía de la información -laeconomía red- estaría a punto de pro-ducir una liberación de la productivi-dad a gran escala y, en consecuencia,progreso material y creatividad inte-lectual y cultural.

Respecto a las condiciones decompetitividad, propone que uno delos cambios que deben ejecutarse en elmercado es la transformación de lasestructuras organizativas a través de sufuncionamiento en red, instrumentoque sería determinante de la economíay de la sociedad. Esta transformaciónen el campo de la economía exige laaparición de un nuevo tipo de empre-sas, que Castells denomina empresas red.

Afirma que las sociedades estánfrente a dos grandes "mini revolucio-nes": una es la hipertrofia cualitativa ycuantitativa de las tecnologías de lainformación y la comunicación -asaber, la masificación del uso deInternet- y la otra, sus formas de uti-lización operativa. Concluye que "sinlas tecnologías de la información y lacomunicación no hubiera habidoproceso de globalización posible"(Castells, ídem: 10).

Por otra parte, no debemos olvidarque la estandarización del consumo yla circulación de mercancías a nivelmundial también ha adoptado laforma de red: una red internacional decomercios que expenden los mismosbienes -materiales, culturales, etc.-, ensimilares locales -hipermercados, shop-pings-, en cualquier ciudad -Posadas,París, Nueva York-, se hace cada vezmás visible y transforma los espacioslocales en espacios cuasi globalizados.

Dada la relevancia que adquirieronestos procesos, un importante núme-ro de científicos sociales (Robertson,1990; Wallerstein, 1993; Giddens,1991; Harvey, 1992; Follari, 1994;Eagleton, 1997) han investigado la"transnacionalidad", la "universaliza-ción", la "globalización", la "mundiali-zación", la "desterritorialización", tér-minos que -con variantes conceptualessegún los autores- remiten a un pro-ceso estructural que se define por tras-cender los límites geopolíticos nacio-nales o regionales creando lazos o redesmundiales.

Entre los especialistas, existenentusiastas de la redificación -valga elneologismo- que muestran a la redcomo un fenómeno universal, necesa-rio e inevitable para el desarrollo eco-nómico y social en la Era de la infor-

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mación. Uno de ellos es Castells(1990), quien no sólo habla de la "eco-nomía red" o de la "empresa red" sinotambién de la "sociedad red", "funciona-miento en red", "organización en red", "tra-bajador en red" y "redes de contención social".Respecto a las consecuencias que aca-rrea el desenvolvimiento tecnológicode la información, George Landow (enRibeiro, 1995) analiza su historia -a tra-vés de sus formas operativas- y revelauna creciente y consecuente democra-tización o diseminación del poder enlas sociedades.

Advertimos así que, analógica-mente a la perspectiva adoptada por laNueva Era para explicar las múltiplesdimensiones de la vida y experienciahumana, para algunos intelectuales delas ciencias sociales la red también seríala base y el demiurgo de un mundoque, si la economía, la política y lasociedad se acomodan a ciertas pro-puestas para solucionar su "anomalías"actuales, crecerían en productividad eigualdad social.

Ribeiro (ídem: 1) analiza la "trans-nacionalidad" centrándose en ladimensión simbólico-ideológica y sos-tiene que, para avanzar en los debatesen curso, es necesario tener en cuen-ta el concepto de "comunidad trans-nacional imaginada, o mejor, decomunidad transnacional virtual".Argumenta que la virtualidad es unconcepto clave para comprender lacultura de la comunidad transnacionalya que constituiría una característicahumana por cuanto los hombres soncapaces de ser transportados simbóli-camente a otros lugares y, al mismotiempo, crear realidades a partir deestructuras que son puras abstraccio-nes. Añade que, para la emergencia deesta comunidad, la base principal es "la

red global de computadoras" (ídem: 3)y que, lo más importante, es que éstasse han convertido en poderosasmáquinas de comunicación.

Por otra parte, advierte que la cul-tura de la red no puede ser separadadel análisis del poder y del surgimien-to de nuevos fetiches, oponiéndose asía aquellos -especialmente a los ideólo-gos- que la reconocen como unaforma de liberación posmoderna ycomo un nueva herramienta de lademocracia. Este autor retoma aArthur Kroker y Michael Weinstein,quienes afirmar que lo que está enjuego en el ciberespacio es la acumu-lación capitalista, el control político yla subordinación de la red a "interesescomerciales depredatorios" de partelo que denominan "clase virtual"(ídem: 4).

También Segato (ídem) sugiereque, cuando se habla de globalización,no debe perderse de vista las relacionesde poder que la acompañan, en el sen-tido de la capacidad concentrada dedireccionamiento, inducción y regula-ción del tránsito de bienes económi-cos, políticos, y culturales de parte delos países tecnológica y económica-mente más desarrollados. Aludiendo ala tecnología en particular, Ribeiro(2000) también afirma que siempreestuvo vinculada a conflictos de podery que la relación tecnología-poder estematizada de diversas formas en his-torias, mitos y ficciones.

En su artículo Tecnotopia versus Tec-nofobia, Ribiero (ídem) señala que laciencia y la tecnología son herederas delos más poderosos mitos de la civili-zación, alimentando promesas de pro-greso ilimitado, de organización racio-nal de la vida social, política yeconómica, y de desarrollo social. En

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relación con la tecnología, otros auto-res señalan la creación y fomento demitos en torno a ella. Por ejemploKrugman, (en Castells: ídem) mencio-na dos de los mitos que se han gene-rado y ganado notoriedad a partir de ladécada de los '80: uno es el de la revo-lución informática y, el otro, el aumen-to de la productividad que ésta gene-raría.

A partir del análisis del desarrollohistórico de la tecnología, Mundford(en Ribeiro, 2000) sostiene que a par-tir del siglo XVII, la mecánica se cons-tituye en la religión del mundo moder-no y la máquina en su Mesías.Apoyado en esta afirmación, Ribeiro(2000) aclara que en la actualidad -laedad electrónica-informática- la infor-mación se volvió una religión y lascomputadoras su Mesías. Con unapostura similar, David Harvey (1992:48) expresa que la tendencia moder-nista "hace un verdadero culto a la efi-ciencia de la máquina, como mito sufi-ciente para encarnar todas lasaspiraciones humanas".

Gravitando en los conceptos de"tecnotopía"28 y "tecnofobia"29 for-mulados por Ribeiro (ídem), podemosadentrarnos en el tema de la cultura-rede interrogarnos sobre cómo es anali-zada por estudiosos y especialistas delas ciencias sociales: ¿Cuánto de lo quepodríamos denominar redtopía y redfobiaexiste en sus posturas y enfoques con-ceptuales? En el primer caso damoscuenta de perspectivas que las consi-deran unívocamente como la únicasolución para edificar un mundomejor, mientras que en el otro, aludi-

mos a aquéllos que las juzgan comouna construcción ideológica o mitoló-gica que obnubila la mirada del estu-dioso -o profeta- impidiéndole obser-var que sólo sirven para legitimar losintereses del poder hegemónico.

Entre ambos polos, existen posi-ciones intermedias y un debate socio-antropológico inconcluso. Por ello, loque pretendemos es continuar esbo-zando preguntas para avanzar en la dis-cusión sobre los márgenes "grises" dela problemática, y reflexionar sobre lasideas que se han planteado sobre losnuevos mitos -o no- que surgen entorno a nuevos hechos históricos.

Así como la globalización se pre-senta analíticamente como un objetoevasivo e inmanejable y, por lo tanto, sedebe recurrir a narraciones y metáfo-ras para analizarla (García Canclini,1999), podemos conjeturar si unmodo semejante de proceder no esta-ría operando en relación con la red. Yaún más, si esos relatos no habrían idoo estarían transformándose en mitosdentro de los espacios académicos ycientíficos, formando parte de las ten-siones y conflictos de poder que selibran en estos campos de producciónde conocimiento.

III. Una analogía socio-espiri-tualista

Lo expuesto precedentemente nosha remitido a los planos de las ciencias,filosofías, ideologías, creencias religio-sas y mitos que, en el tema que nosocupa, se entrecruzan bajo una multi-plicidad de formas. Hemos podido

28 La tecnotopía "…es, en buena medida, el gran metarrelato de salvación del mundo contemporáneo" (Ribei-ro, 2000: 46).29 La tecnofobia "…son los discursos catastróficos apoyados en el terror a las fuerzas destructoras desen-cadenadas por diversas invenciones" (Ribeiro, 2000: 46).

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constatar que la forma e imagen reti-culares están presenten en las antiguasfilosofías y tradiciones religiosas, enciertas ramas y teorías de las ciencias,y en el mundo fáctico observable.

Considerando como conceptossíntesis al mundo-red de la cosmovisiónla Nueva Era y a la cultura-red de losenfoques socio-antropológicos, pode-mos reconocer entre ellos cierta ana-logía. En los campos de los que pro-ceden, saberes científicos, posicionesideológicas, realidades y mitos secrean y recrean -en grados y con mati-ces diferentes- conformando unanueva visión del mundo. Cuandohablamos de realidades, nos referimosa hechos históricos concretos -v. g. elacelerado desarrollo de las tecnologíasde la información y comunicación-, ycuando aludimos a los mitos damoscuenta de "relatos" que explican el ori-gen y existencia de dichos aconteci-mientos.

En el orden ideológico, Castells(1996: 6) sostiene que la globalizaciónno es una ideología sino "también unaideología". Con ello se propone seña-lar la existencia de un "proceso histó-rico, real, importante, fundamentalque, sino sabemos reconocer, real-mente pasará por encima de lo queintentemos hacer". En otras palabras,el autor confirma su existencia empí-rica, si bien puede ser interpretado outilizado ideológicamente.

Este razonamiento, trasladado aotros fenómenos históricos, nos obli-ga a cuestionarnos sobre la objetividadde los conceptos científicos que losdescriben y explican "positivamente".Aplicado al concepto red, nos pregun-tamos: ¿Las redes existen tal y cómoson explicadas por las ciencias socia-les?, ¿cuánto de ideología o de utiliza-

ción ideológica del término existe en laproducción científica?, ¿cuánto decerteza filosófica o de construcciónmitológica se infiltra e impregna a ésta?

Respecto a las explicaciones sobrelos vínculos intersocietales -sociedadesred-, los augurios de libertad, igualdady fraternidad enunciados desde estaépoca posmoderna, ¿no serían unaexpresión de deseo de ciertos argo-nautas en busca de un nuevo vellocinode oro?, ¿en el mismo sentido, quésucede dentro de cada conjunto socialen relación con sus sectores y subsec-tores: no persiste el vaticinio que, eneste caso, anuncia una real inclusión detodos a la Gran Red?, ¿en particular, lastecnologías de la información y comu-nicación, constituyen una red que uney tiende a igualar a todas las sociedadese individuos, como algunos afirman?,¿estas profecías, no se asemejan a lasde la modernidad sobre desarrollo ili-mitado, idea sostenida por una con-cepción teleológica de los procesoshistóricos?

Las ideologías y los mitos no sereducen a creaciones que se generan oreproducen fuera del campo científico.En la modernidad y posmodernidad laciencia también habría creado sus pro-pios mitos: el desarrollo inevitable, elprogreso inexorable y, actualmente, laglobalización ineludible. Estos sonalgunos de los que tradicionalmentehan sido y son objeto de sacralizacióny que, legitimados por el prestigio de laciencia, se han encarnado en los esce-narios sociales. En este sentido, ¿la redno constituiría un nuevo mito de laposmodernidad que debemos conti-nuar analizando?

Explicando los planos de la reali-dad y el mito, Mircea Eliade (1992: 13)afirma que el mito es considerado por

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los individuos o "nativos" como "unahistoria verdadera puesto que se refie-re siempre a realidades", es decir, por-que siempre "hay cosas que están ahípara probarlo". Por ello, y consideran-do las diferentes conceptualizacionessobre realidad y mito que se constru-yen, no podemos evitar interrogarnossobre el objeto que estamos analizan-do: ¿Desde la ciencia, no se afirmaráque la red existe sólo porque "está ahípara probarlo", parafraseando a Elia-de?; ¿adoptando esta postura, nopodemos conjeturar que la Gran redpodría también ser un mito, dado quese la asume sin vacilaciones como unarealidad concreta y palpable?; ¿los"nativos" de las ciencias sociales noobrarán como aquellos que analizaEliade?30; ¿no serán estos intelectuales-blancos occidentales- "unos" nativosque proceden a imagen y semejanza delos "otros" nativos?; ¿los científicossociales no adoptarán, insospechada-mente, una postura emic -en este caso,la perspectiva propia de los nativos desu específico campo de relaciones y, enparticular, desde su posición en él,mientras creen proceder bajo estrictosprocedimientos científicos?

Advertimos que tanto desde laciencia como desde el pensamientomítico se recurre a la facticidad paraconfirmar la existencia de los hechos.Desde la "cultura espiritualista" NuevaEra se apela a la materialización de losdeseos como una prueba irrefutable dela certitud de las convicciones y la con-firmación práctica de que el mundo "esasí" y no de otro modo. En este caso,

la imposibilidad de refutación empíri-ca es factible gracias a que los servicios"mágicos" ofrecidos cuentan con supropia lógica autovalidante, es decir,con criterios de validación específicosy elementos que permiten justificar lainterpretación de los hechos.31

Por ello, debemos interrogarnos sien las ciencias sociales no existiría unalógica autovalidante que albergaría,insospechadamente, a creencias o ele-mentos míticos, en este caso, sobre laforma en que se concibe a la red. SegúnClifford Geertz (1995) las creencias -ideológicas, filosóficas, científicas o desentido común- emanan de la expe-riencia, de la conciencia profunda, dela especulación reflexiva y del análisislógico. Por consiguiente, debemosestar alerta y dar cuenta de la dificul-tad que plantea desbrozar el mito de lacreencia en la producción científica.

Consecuentemente, podemos con-jeturar que las creencias y mitoscobran nuevos rostros de la mano dehombres -incluyendo científicos- quelos recrean desde un aquí y un ahora.En el Poder del Mito, Joseph Campbell(1999: 50) afirma que las viejas creen-cias y tradiciones se mantienen vivasgracias a la renovación que se realiza apartir de circunstancias presentes. Porejemplo, respecto a la tecnología, sos-tiene que "las máquinas nos ayudan aconsumar la idea de un mundo hechoa nuestra imagen y semejanza, y que-remos que el mundo sea lo que cree-mos debería ser", una idea que, almismo tiempo, va transformándose enfunción de los momentos históricos.

30 Mircea Eliade (1992: 189) habla de los mitos del mundo moderno refiriéndose a "…ciertos comportamientosque perduran aún ante nuestros ojos". Aclara que no se trata de supervivencias de una mentalidad arcaica, sinode que determinados aspectos y funciones del pensamiento mítico son constitutivos del ser humano y, por ello,perduran y existen en las sociedades contemporáneas.31 Véase Frigerio, Alejandro (1998).

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En la era posmoderna -comohemos mencionado-, ciertas formula-ciones explicativas proponen la equi-paración de diferentes concepcionesteóricas y epistemológicas. En el ámbi-to científico, se denuncia cierta con-cepción de la ciencia, -objetivismo,mecanicismo- y se impulsa "un cambiode paradigma" que se apoya en la fali-bilidad y limitaciones de los esquemasde conocimiento sostenidos comoúnicos y verdaderos por la comunidadcientífica. Se cuestiona el carácterunilateral y excluyente de una visión dela realidad nacida de la epistemologíamoderna dado que, mediante la abso-lutización de ese ideal, desaparecen odescalifican espacios decisivos -comola experiencia intersubjetiva- que fue-ron relegados de la vida social y cien-tífica.

En ese sentido, uno de los fenó-menos sociales que constituye unejemplo paradigmático del "espírituposmoderno", es la Nueva Era. Paraencontrar el verdadero conocimiento,ésta posiciona en paridad de condi-ciones a determinadas posturas de lasciencias, a las tradiciones religiosas yesotéricas, a las teorías y técnicas tera-péuticas tradicionales y heterodoxas, alas artes adivinatorias y a los cultos aseres sobrenaturales o extraterrestres.

Por lo tanto, si una de las caracte-rísticas de la "condición" posmodernaes que todo se "mezcle"32 y, según Jef-frey Alexander (1992), la producciónteórica es influenciada por el momen-to histórico en el que se formula, coin-

cidimos con el autor cuando planteaque la pregunta fundamental a formu-lar es: ¿Cómo se generan las explica-ciones y teorías?. Si bien el razona-miento teórico guarda una autonomíarelativa respecto al mundo real, éstemarca límites muy estrictos a la teoriza-ción. Consecuentemente, para hablar deteoría es necesario remitirse a los con-textos y circunstancias históricos en lasque se gestaron y desarrollaron. Como"quienes crean las teorías sufren lainfluencia de su época, podemos leer susteorías como dirigidas a ella". Por lo tanto,referirse a las teorías contemporáneas"nos obliga a hablar de nuestra época",y hablar de ella es aludir a las teoríasactuales por la influencia que han ejer-cido (ídem.: 11).

De igual modo, el mito representaa la época y la sociedad en las que naceo recrea. Como François Laplantine(1977) afirma, "el mito es el lenguajemismo de lo político, si se acepta defi-nir a éste como el conjunto de las rela-ciones humanas en su actividad defabricación del mundo". Y comohemos analizado, en la era posmoder-na, en todos los campos sociales hansurgido mitos que nos cuentan cómoes el mundo y de dónde proviene.

"Nuestra época" se caracteriza porla flexibilización y permeabilidad entrelas fronteras simbólicas de los dife-rentes campos, una convivencia y uncierto compartir mutable, a saber, entreracionalidad e intersubjetividad, episte-me y sentido común, dado que el movi-miento y la multiplicidad anulan cual-

32 En la actual coyuntura histórica donde las creencias se sustantivizan singularmente, constituyendo una dimen-sión abierta y permeable a tradiciones y movimientos con orígenes espacio-temporales y socio-culturales diver-sos, el fenómeno de convivencia y renovación de éstas se plasma en diferentes ámbitos y niveles. Como seña-la Danièle Hervieu Léger (1999), el mundo actual exhibe "compétences bricoleuses" socialmente diversificadasen el marco de un proceso de descomposición y recomposición de las creencias en el que éstas no desapare-cen sino que se fisuran, multiplican, diversifican e permean todos los campos de la sociedad.

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quier lógica que intente reducir todo alo mismo. Consideramos que estas for-mas parciales, estos encuentrosincompletos definen los umbralespara nuevos encuentros, nuevas aper-turas o nuevas posibilidades hastaahora inexperimentadas.

En el cruce entre los mundosusualmente separados de la ciencia y la"ficción", la realidad y la virtualidad, lahistoria y la narrativa, la racionalidad yel inconsciente, el mito irrumpe comoun relato que nunca termina de signi-ficar, como un discurso sin fin

(Laplantine, ídem), mientras que laexplicación racional surge para inte-rrumpirlos, subvertirlos o compleji-zarlos. La ciencia y lo "poético" se con-taminan y, a veces, el realismo y lofantástico se confunden. Empero, sibien el mito y la ciencia pueden entre-lazarse, la relación es asimétrica, asaber, cada uno de ellos no habita en elotro de igual manera.

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“Mundo Acadêmico” - professores

universitários, práticas de leitura e escrita e

diversidade social.

Tania Dauster 1Dione Dantas do Amaral

Mônica GuimarãesSandra Mendes

Fecha de recepción: Julio 2006Fecha de aprobación: Agosto 2006

1 Tania Dauster é professora do Departamento de Educação da PUC - Rio; Pesquisadora do CNPq; Coor-denadora do Projeto de Pesquisa: "O Campo Simbólico da Universidade - os professores, a diversidade cul-tural e a excelência acadêmica" - PUC-Rio, CNPq, 2002 a 2005 e Pesquisadora/Coordenadora da Cátedra UNES-CO de Leitura PUC-Rio - email: [email protected]; Endereço: Pontifícia Universidade Católica do Riode Janeiro - PUC-Rio, Rrua Marquês de São Vicente, n.225, Gávea, Rio de Janeiro-RJ-Brasil, cep: 22453900,telefone (21) 35271816 ; Dione Amaral é doutoranda do programa de Pós-Graduação do Departamento deEducação da PUC-Rio e pesquisadora da Cátedra UNESCO de Leitura PUC-Rio; Mônica Guimarães é bol-sista de apoio técnico da FAPERJ; Sandra Mendes é bolsista de iniciação científica do CNPq - PIBIC.

ResumoEste artigo contribui para a reflexão sobre a transmissão da cultura letrada no contexto uni-versitário a partir de material etnográfico sobre estilos de aula, práticas pedagógicas e de for-mação do leitor. O impacto da tecnologia digital , o lugar do livro, a relação entre a pesquisae a excelência acadêmica, e um novo perfil de aluno são discutidos tendo em vista o materialcoletado através de observação participante e entrevistas com um universo de professores uni-versitários.

Palavras-chave: universidade - livro - lectura -escrita.

AbstractThis article contributes to our understanding of the transmission of written culture in the con-text of the university based on ethnographic material about classroom styles, pedagogical prac-tices and the formation of readers. The impact of digital technology, the role of the book, therelationship between research and academic excellence and a "new" profile of the student arediscussed in light of material collected by means of participant observation and interviews witha sample of university professors.

Key words: university - book - reading - writing.

Dauster, Dantas do Amaral, Guimarães, Mendes /Mundo Académico ...

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Introdução

Este texto tem com objetivo darcontinuidade às discussões e artigosque temos feito em torno das práticasde leitura e escrita no contexto de umauniversidade localizada na zona sul dacidade do Rio de Janeiro-Brasil.

O projeto de pesquisa que serve debase a esta reflexão, embora tenhamantido o mesmo campo empírico dapesquisa antecedente, configurou-se apartir de outro ponto de vista. Comisto queremos sinalizar que não é nossaintenção refletir sobre depoimentos epráticas dos estudantes universitárioscomo fizemos anteriormente, mas,sim, tomar agora para análise tanto aspráticas quanto os depoimentos deprofessores desta mesma instituição.

A questão da formação de leitoresé um dos temas que nos impele ainvestigar as práticas de leitura e escri-ta, assim como a transmissão da cul-tura letrada no contexto universitário.Será que o ensino superior forma lei-tores? Leitores técnicos, leitores lite-rários? O que é formar leitores?Como desenvolver o gosto pela leitu-ra em suas diferentes e múltiplasdimensões? Como os professores serelacionam com as "antigas" e novastecnologias da leitura e da escrita?Como se dá no cotidiano a transmissãoda cultura letrada? Como estas ques-tões se articulam com a chamada"excelência acadêmica" e com a diver-sidade sócio-cultural dos estudantes?

Na perspectiva metodológica ado-tada, buscamos no discurso do uni-verso estudado os significados, valorese representações recorrentes, mastambém outras percepções que semserem reiterativas são relevantes e sig-nificativas para os objetivos desta

pesquisa. A leitura do material coleta-do através das entrevistas nos revelou,por outro lado, dados inesperados.Dados que não estavam ainda proble-matizados por nós, e que neste sentidovieram a constituir-se como nossasdescobertas no campo. Cabe mencio-nar que as entrevistas foram feitas como intuito de cobrir as perguntas etemas acima citados, considerando aomesmo tempo uma perspectiva derelato em uma linha de história de vida.O nosso propósito foi captar o pontode vista dos professores nos seus pró-prios termos.

Na medida que por motivos de ofí-cio ou de estudo, o espaço no qual apesquisa foi realizada nos é familiar, asituação de proximidade passa a com-por a nossa problemática e o nossoângulo de observação (Geertz,C.,2000; Velho,G.2003). Outrossim, adupla inserção como pesquisador e"nativo" implica num estranhamentodo familiar (Velho,G., 1978). Comodiz o mesmo autor "familiaridade eproximidade física não são sinônimosde conhecimento" (1980, p. 15), pala-vras que cabem na situação de conta-to no nosso campo pesquisado. Istoporque, mesmo partilhando com osprofessores entrevistados um cotidia-no universitário, nem por isso pode-ríamos dizer que conhecíamos oponto de vista deles sobre uma sériede assuntos que serão aqui tratados.

A nossa atitude de estranhamentolevou-nos também a buscar comoesses professores classificavam e orga-nizavam a sua experiência profissional,assim como as suas representações epráticas.

Antes de iniciarmos as nossasreflexões, é importante transmitirmosos nossos sentimentos sobre esta via-

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gem em torno de nós mesmos. Namedida em que líamos os depoimentosduas emoções nos afetavam. Uma tra-duz-se pelo privilégio do contato comeste grupo pertencente a uma elite aca-dêmica e a outra pela confiança que emnós foi depositada pelos seus inte-grantes. Além disso, admiramos asqualidades intelectuais e de sensibili-dade de todos os professores. Por tudoisso, acreditamos, que os resultados denossas interpretações são apenas apro-ximações à riqueza e à densidade dosdepoimentos que nos foram genero-samente dados. Esclarecemos, ainda,que o texto se divide em seis itens: OContexto Universitário; O Gostopelos Livros; Entre o manuscrito e odigital: as práticas de escrita e de leitu-ra; A Aula, A Pesquisa e A ExcelênciaAcadêmica; Os Estudantes e Consi-derações Finais.

O contexto universitário - umadescrição física e social a partirdos professores

Essa instituição universitária situa-se na zona sul da cidade do Rio deJaneiro. Trata-se de uma universidadede orientação religiosa, particular,vista como de elite, que vem desen-volvendo de maneira cuidadosa um sis-tema filantrópico para poder abrigarestudantes de setores sociais não pri-vilegiados economicamente, disponi-bilizando vários tipos de bolsas paraestes estudantes, inclusive as bolsas deação social. Esta categoria de bolsaalém de liberar o aluno das mensali-dades, pode significar outros tipos deajuda. Por exemplo, apoio para passa-gem, alimentação, fotocópia, impres-são de trabalhos digitados, entreoutros itens necessários ao dia a dia do

aluno, concedidos através de minucio-sa avaliação dos recursos de cada can-didato (Candau, V. 2003).

O nosso universo pesquisado épequeno, mas significativo, permitindoabrir hipóteses sobre as atitudes de umnúmero maior de docentes neste espa-ço. São nove professores pertencentesaos seguintes departamentos: Psicolo-gia, Física, Filosofia, Serviço Social,História, Letras, Matemática, Desing eEducação. São sete mulheres e doishomens, situando-se quanto à idadeentre 39 e 70 anos na ocasião de nos-sas entrevistas. Vale explicitar que aseleção dos entrevistados foi feita con-siderando-se a rede de relações daequipe da pesquisa, faceta metodoló-gica característica das investigações naprópria sociedade do pesquisador.

Comecemos nossos comentáriosatravés da forma pela qual os profes-sores vêm o seu espaço físico e socialde trabalho, que chamamos o campus.As dimensões relativamente pequenasdo campus da universidade, se com-paradas a outros campus, aparecemaos olhos dos professores como umaqualidade que leva à integração entreestudantes e professores de diferentesdepartamentos, permitindo por istomesmo um "olhar transversal sobre oconhecimento" (Joana).

A estrutura física é vista como umconvite ao exercício de transdiscipli-naridade que surge como um valoracadêmico e que se revela no trânsitode estudantes pelas distintas áreas desaber.

Nos mesmos horizontes de Joana,Carmem acredita que a perspectivaatual de construção do saber passa pelainterdisciplinaridade. Para ela não sepode trabalhar um objeto no seu stric-tu sensu, ou seja, sem construí-lo nas

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relações entre os diferentes saberes.É curioso ver como os depoentes

estabelecem relações entre o espaçofísico pequeno, concentrado e praze-roso da universidade e os valores queremetem tanto à sociabilidade (Sim-mel, G., 1978) gratuita entre alunos eprofessores, quanto a outras práticasde convívio acadêmico expressas nasarticulações interdisciplinares que sãopertinentes à esfera da construção dosaber universitário.

No discurso tanto de Helena,quanto de Paula, emerge um outrovalor associado a este mundo acadê-mico. Trata-se da sua dimensão huma-nista.

Há contradições nesta percepçãodesse espaço? Sem dúvida. Pode-setambém verificar na abordagem críti-ca dos professores que embora perce-bendo de forma muito positiva a ins-tituição em que trabalham, vêemproblemas na sua organização. Estespassam, por exemplo, pela "renovaçãode quadros", pela "sobrecarga dos pro-fessores" incitados por "uma cobran-ça de produção" que desafia o tempoa ser dedicado ao ensino.

Para Jorge, a universidade tempouca vida cultural. Yale, onde fez seupós-doutorado, em contraste, temcinema na universidade duas ou trêsvezes por semana. Helena lamenta ocaráter quantitativo da avaliação feitapelos órgãos federais que conduz auma banalização da produção, uma vezque esta passa a ser vista em função denúmeros de artigos, deixando a ques-tão da qualidade de lado.

Quisemos trazer as definições dosprofessores sobre seu próprio espaçode trabalho que curiosamente se entre-laçam com uma determinada concep-ção de prática acadêmica. Em princí-

pio este movimento nos permite dar aconhecer melhor tanto os professoresquanto o nosso lócus de pesquisa.

Em resumo, vimos, como Candau(2003), que se trata de um espaçosocial cujos princípios, padrões de con-vivência e características ecológicas sãoimportantes para os entrevistados,por serem traços que compõem atrama de seus trabalhos. Chamamosatenção para as condições de trabalho,para o espaço físico agradável, "oxige-nado" e cheio de verde das árvores eplantas, para a concepção humanistapreservada na convivialidade, parauma cultura acadêmica forte que valo-riza o ensino e a pesquisa, para o res-peito em relação à diversidade religio-sa e étnica e para a sua dimensãofilantrópica.

O gosto pelos livros

Embora os professores entrevista-dos não usem a categoria autor, todoso são, uma vez que são profissionaiscom mestrado e doutorado, publicamlivros e artigos. Dois dentre eles seclassificam como "consumidores" delivros. Rubens, por exemplo, diz "soumais consumidor de livros que leitor".Compra livros em congressos e tentamanter uma biblioteca atualizada parapoder emprestar aos alunos.

Este é um dado recorrente entre osprofessores. Comprar livros, guardá-los tanto na universidade quanto nassuas bibliotecas pessoais, adquirí-loscom verbas de pesquisa, emprestá-losa alunos e eventualmente a colegas edoá-los às bibliotecas.

Diante da categoria "consumi-dor(a)" de livros, é importante trazer areflexão de Chartier (ibid., p. 59), quevê que o consumo cultural ou intelec-

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tual pode ser ele mesmo pensadoenquanto uma produção ou como uma"outra produção" afastando-se assimqualquer noção de passividade que lhepossa ser identificada.

Aquisição de livros é um ato quesimboliza um padrão de consumo eum estilo de vida. É interessante frisarque os livros representam um "bem"cultural, imaterial e muito estimado.Alguns entre eles nem podem entrarno sistema de empréstimos e troca depublicações que faz parte da sociabili-dade entre professores e seus colegasou alunos. Outros são escondidos eentesourados como um "bem" cujarelevância deve ser preservada deforma individualizada e restrita ao pró-prio individuo e a seu trabalho inte-lectual.

Esta é uma faceta deste universo,ou seja, o valor dado à própria produ-ção ou a produção intelectual comovalor, o prestígio da obra realizada querepresenta uma distinção (Bourdieu,1979) no campo disciplinar e entre ospares, meta a ser alcançada e, alvo deinvestimentos consideráveis.

Sem retirar a importância do livrocomo objeto e texto, vale examinar aspalavras de Rubens. Este professor,discutindo livros e leituras, admite nãoter "o livro como única forma de gerarconhecimento ou coisas, pois já fez fil-mes e fotografia, o que é uma formade escrita". Sem dúvida, tais coloca-ções ampliam as concepções das prá-ticas de escrita e leitura e mostram quedo ponto de vista etnográfico estasações têm outras definições igualmen-te pertinentes.

Para Mary Douglas (2004), "osbens são como bandeiras" ( p. 43). Emoutras palavras, os bens funcionamcomo sinais e, portanto, são comuni-

cadores. Enquanto "bens têm outrouso importante: também estabeleceme mantêm relações sociais" (ibid, p.105).

Uma vez que sabemos que não é oobjeto em si mesmo que encerra aforça simbólica, mas é o uso que delese faz nas relações cotidianas, vemosque é assim que o livro se torna sím-bolo e signo nesta "tribo".

Assim sendo, a posse e o uso delivros como bens de consumo carac-terizam a cultura material desta "tribo"configurada a partir de "equipamentosfixos" (ibid, p. 105), ou seja, os livros,impressos e outros suportes e ferra-mentas próprios da cultura letrada.

Entre o manuscrito e o digital:as práticas de escrita e de leitura

A tecnologia dos computadorespessoais vem desenvolvendo novas lin-guagens, estratégias e possibilidades,transformando os contextos em que seescreve e o que se escreve. Como osprofessores vêm lidando com estastransformações da escrita/leitura?Quais as representações e práticas arespeito desta "nova escrita?" Quais osusos do computador e da internet nocontexto universitário? Como e emquais ocasiões praticam a escrita àmão? Quais os significados destasescritas?

Uma primeira observação a serfeita é que a maioria dos entrevistadospratica a escrita à mão com regulari-dade e também faz uso da escrita digi-tal nas suas atividades diárias. Percebe-se que uma prática não exclui a outra,variando apenas a freqüência e inten-sidade de uso de um ou outro supor-te. No depoimento a seguir, o único

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professor que diz praticamente nãoescrever mais à mão é Rubens. Elerelata sua preferência pela escrita ele-trônica:

"A nossa geração aprendeu a ler empapel, essa é a verdade. Eu nãoescrevo mais em papel há muitotempo, só faço rabiscos. Escrevo emcomputador. Até porque mexomuito com números e, hoje em dia,até um bilhete, eu faço tudo na tela.Perde-se a lógica".

Quando Rubens diz "perde-se alógica", está se referindo, provavel-mente, às novas operações intelectuaisassociadas a este novo suporte - a tela.Vale lembrar que para R. Chartier(2002), está posta uma diferenciaçãoentre uma lógica mais linear, seqüenciale dedutiva, relacionada aos manuscri-tos e impressos e outra que se desdo-bra de forma simultânea e relacional,própria do mundo digital.

Há que se pensar, ainda, que nosmanuscritos e impressos é possível avariação da forma do objeto para dis-tintas classes de textos, em oposição aosuporte eletrônico, onde diferentescategorias de textos são dados à leitu-ra num formato único, a tela do com-putador. Isto, sem dúvida, implica emuma nova maneira de construir os sig-nificados dos textos.

Esta nova prática de leitura impli-ca, ainda, em novos usos do corpo,novos gestos e posturas que são tidas,por muitos, como desconfortáveis,uma vez que limitam os movimentosde quem lê e escreve. Rubens e Car-mem criticam o objeto computador noseu aspecto material e físico. Para ela,a luz da tela incomoda os olhos. Paraele, estas "máquinas" ainda são poucoconfortáveis e necessitam ser aperfei-

çoadas. "É muito ruim um computa-dor só naquela posição. Eu acho queninguém gosta muito de ler em tela".

Sem dúvida, entre o suporte empapel (livros, cadernos etc) e o aparel-ho computador (mesmo portátil),verificam-se duas relações entre ocorpo do leitor e o texto a serlido/escrito, bem diferentes. De umlado, o formato em livro, caderno etc,parece mais amigável para se trans-portar e se abre mais facilmente à lei-tura, do outro, o peso do aparelho e amediação do teclado condicionamnovos gestos e posturas para a leiturae a escrita, nem sempre agradáveis eque necessitam de aprendizado para ouso correto.

Conforme os depoimentos dosprofessores, a escrita digital faz partedas práticas cotidianas de quase todoseles. Podemos então questionar: Oque é que se escreve à mão? O que seescreve no computador? Quais os usose funções destas escritas? O que ascaracteriza e as diferencia?

Uma primeira constatação é que oe-mail, a correspondência eletrônica narede internet, é o tipo de vídeoescrituramais utilizado pelos professores. Atroca de mensagens é uma práticarecorrente e incorporada à rotina aca-dêmica. Esta forma de comunicaçãoescrita é intensa na comunidade deprofessores, e entre estes e os alunos,não somente da mesma universidadecomo as de fora do estado e do país.O teor destas mensagens é, geralmen-te, relativo ao trabalho: são trocas deinformações, avisos sobre cursos, listade exercícios, datas de eventos, convi-tes para palestras etc. A comunicaçãodigital, por sua vez, apresenta caracte-rísticas peculiares ao meio eletrônico.A mais evidente é a sua concisão e

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objetividade. Os usuários da redesabem que a regra é não se estenderdemais na mensagem. É a "netiqueta"(a etiqueta a ser observada pelos usuá-rios da rede) como diz uma estudiosado assunto, Nicolaci-da-Costa (1998).

Esta objetividade e rapidez comque as mensagens circulam entre acomunidade acadêmica é um dospontos considerados como positivosuma vez que liberam os professorespara outras atividades. Há, no entan-to, tensões neste aspecto, uma vez que,mesmo facilitando o cumprimento dastarefas, também veicula novas deman-das que chegam na tela. Segundo Bea-triz, "em cada e-mail você tem umademanda de trabalho. É uma entre-vista que te pedem por e-mail, é suges-tão de bibliografia, é um encontro paraatender". Por sua vez, a rapidez damensagem eletrônica leva às escritasabreviadas que, para Carmem, são for-mas inexplicáveis de escrever, "é umaagressão à língua".

Praticamente todos os entrevista-dos mencionam o pouco tempo quetêm para dedicar-se mais às leituras,para escrever, para preparar uma boaaula. Parece-nos, que tentar entenderleitura e escrita no momento atual éconsiderar além das transformações dosuporte que as materializa, também ainfluência da aceleração dos ritmoscontemporâneos de vida que, por suavez, estão intimamente relacionados àcriação destas novas tecnologias. Estaaceleração é vista associada a mudan-ças não só nos valores dos indivíduosbem como nos seus padrões de com-portamento.

Helena, professora de Filosofia, dizque entrega os seus trabalhos quasesempre no último dia, pois não gostade se sentir pressionada. Cíntia gosta

de escrever à mão, escreve muito, temvários livros publicados. Ultimamen-te por uma questão de saúde vemreduzindo seu ritmo. "Eu me obrigo adescansar, porque durante muitosanos eu escrevia o fim de semana intei-ro. O máximo que faço agora é leralguma coisa". Rubens sonha em terum tempo livre, para ler os livrosrecém publicados da sua área que com-prou, mas teve que deixá-los esperan-do na estante. Ele, no entanto, lêmuito na tela, uma vez que alguns tra-balhos do Design, só estão disponíveisna versão on line.

Nos usos deste tempo para ler eescrever, os professores se organizamde modo diferencial a partir de suasdisposições, seus gostos e suas habili-dades. Ao utilizarem as formas maistradicionais de escrita e leitura, assimcomo a nova escrita eletrônica, elestentam simultaneamente, otimizareste tempo e manter a qualidade doseu trabalho. Como dissemos ante-riormente, o manuscrito é utilizadocom muita freqüência neste grupo deprofessores. Pelos depoimentos per-cebe-se que é uma prática fundamen-tal na execução de trabalhos onde hánecessidade de uma maior elaboraçãointelectual. As primeiras idéias, oinício do processo criativo, parecemsurgir melhor no papel. Vários dosentrevistados disseram fazer ummanuscrito prévio com esquemas enotas para só aí, então, partir para aescrita no computador.

Para Helena o processo criativo sedá através da escrita à mão. O com-putador é bem vindo, mas, numa etapaposterior, para os ajustes finais dotexto. Ao escrever seus trabalhos àmão, ela relata alguns rituais que gostade seguir como, por exemplo: usar um

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papel especial, "da papelaria União,que é mais grosso, e uma lapiseira 0.7,mais macia". A escrita manuscrita étida como um ato de prazer e deenvolvimento pessoal, que exige dedi-cação.

Para alguns, a escrita na tela pare-ce, muitas vezes estar associada à frie-za, ao pragmatismo e à funcionalida-de, sem envolver qualquercomponente emocional para a suaexecução. Ao contrário, a escrita àmão é a que melhor expressaria adimensão emocional daquele queescreve.

As relações sociais como vãosendo reveladas mostram não só aconvivência e o uso das novas tecno-logias digitais como, também, a manu-tenção de outras tecnologias ligadas aolápis, ao papel e a caneta. Ou seja,pode-se dizer, que existem pelomenos dois estilos acadêmicos gera-dores de sociabilidade e rituais distin-tos nos diferentes níveis de ensino,pesquisa e administração.

A unidade deste universo de pro-fessores entrevistados se por um ladopode ser expressa a partir de ummesmo pertencimento ao mundoprofissional universitário e, sobretudo,à mesma instituição que apresentamarcas fortes culturais, segundo elespróprios, por outro apresenta des-continuidades simbólicas expressivas.

Como se vê, as novas e "antigas"tecnologias da escrita pressupõemdiferenças de uso que, por sua vez,relacionam-se a valores e emoções dosusuários. Desta forma, podem serdetectadas "fronteiras simbólicas"(Velho, 1978) que até certo ponto,colocam o professor Rubens e algu-mas professoras em universos dife-rentes.

A aula, a pesquisa e a excelên-cia acadêmica

Para Helena a qualidade e a exce-lência acadêmica, no que diz respeitoa uma boa aula e um bom professorpassam por uma produção que façasentido para a vida da pessoa e que sejaalgo "intimamente ligado com asquestões essenciais do indivíduo".Liga-se, também, a um profissionalcujo fazer é fruto de uma "vocação",ou seja, de um talento. Para ela não éo "título que faz a excelência acadê-mica, é a dignidade, a ética, porque oprofessor está transmitindo um con-hecimento".

Paula, quando começou a dar aula,"tinha uma preocupação quase exclu-siva com o conteúdo..." "Era impor-tante que os alunos recebessem o sabercomo valor". Hoje, ela usa a sua aulapara ensinar além da matéria, "um con-teúdo também de relações sociais".Paula chama atenção para a propaga-ção de um sistema de valores queincluindo o currículo, comporteoutros princípios que estão associadosa atitudes e comportamentos, segundoela, próprios ao "espaço universitário"e à sociabilidade "coletiva". Portanto,há distintas classes de valores e saberesa serem transferidos, ou seja, tanto osde cunho disciplinar, como aqueles quesão básicos como o "respeito" na con-vivência cotidiana e outras atitudesadequadas a um universitário. "Edu-cação é postura", diz ela.

Carmem refere-se ao gosto de pre-parar aulas e programas embora veja ocurso como algo vivo e, portanto,demandando "flexibilidade". Define-se como uma "pessoa antiga" que atépode irritar-se com "essas tecnologiasnovas" de aula. Diz-se de "outra época

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de aula", talvez dando preferência àencenação de "um diálogo na sala deaula". O discurso de Carmem faz pen-sar ainda que existe uma pluralidade deestilos de aula, uma construção histó-rica e social que vai transformando asformas de ensino universitário, de umantes: que era "cuspe e giz" para hojecom o uso de recursos tecnológicosque na sua crítica correm o "sério riscode confundir informação com conhe-cimento". Na verdade, estes diferen-tes estilos convivem no dia-a- dia dauniversidade.

Beatriz rejeitando o termo exce-lência reflete sobre qualidade acadê-mica da seguinte maneira. Pressupõe"sintonia" com os problemas da socie-dade, pressupõe "seriedade e ética'impecável' algo nem sempre presen-te". A universidade "é um lugar queforma gente". "Pode não formar lei-tor, mas forma profissional". "Com-promisso, identificação dos problemassociais são dimensões que aparecemcomo a 'razão de ser' do conhecimen-to". Então, a qualidade acadêmica tema ver com o clima de "trabalho e res-peito".

No discurso dessa professora a"competição" e "a falta de debatessobre a questão da universidade" noseu próprio espaço, podem ser ele-mentos comprometedores da qualida-de acadêmica, na ausência de umaassociação de docentes.

Para Joana, "excelência tem a vercom dar uma outra qualidade à vida,tanto à vida social, quanto à vida doconhecimento..".. Para Miriam "é oconvívio da pesquisa com o ensino".

Ou seja, pode-se dizer que as con-cepções aqui abordadas sobre ensinona sua relação com a pesquisa e sobre

o lugar da aula na vida dos professores,fazem parte de um sistema de crençasda vida universitária e que, como talsão orientadoras dos sistemas de prá-ticas e rituais acadêmicos. Então, pre-parar a aula, usar um texto como "pre-texto" e interpretá-lo, empenhar-se, tero texto na mão, encenar um diálogo,usar recursos tecnológicos contempo-râneos, montar "pastas" para fotocó-pias e articular pesquisa com ensinosão facetas ritualísticas que se repeteme dão identidade à vida acadêmica. Emoutras palavras, dão sentido e são ple-nas de significado na lógica do "mode-lo de universidade" experimentada poresses professores. Por outro lado,pode-se interpretar tais concepçõescomo aspectos geradores da chamada"excelência acadêmica", uma vez queestes rituais e práticas em que pesem asdiferenças e contradições, constituema dinâmica dos "modelos nativos"dessa mesma instituição.

Já que os rituais produzem a pró-pria qualidade da vida social (Peirano,M., 2003), tudo indica que esses rituaisda vida cotidiana dos professores, umavez postos em relações, reforçam eenfatizam concepções da vida univer-sitária. Sem dúvida, como diz Cardo-so de Oliveira (1998), "o homem nãopensa sozinho, mas o faz socialmente";o que em outras palavras significa queos dados, "construções" que constru-ímos ao selecionar estes depoimentos,por sua vez construções sociais, são asinterpretações de primeiro grau(Geertz, C., 1978) que tecem a própria"teia de significados" (ibid) desta cul-tura acadêmica. Trata-se de uma lin-guagem institucional cujas categoriassão familiares aos integrantes desta"comunidade" profissional.

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Os estudantes - cultura letradae diversidade social

Uma vez que professor e aluno sãocategorias relacionais, assim como"aluno de ontem" e "aluno de hoje"estas considerações se inscrevem emuma "teia de significados" correlatosdependentes do lugar de quem fala.Por detrás da categoria aluno, espelha-se uma visão do que é o jovem, outrotermo marcado pelos contornos darelativização.

Examinando os depoimentos dosprofessores, percebemos diferençassignificativas na maneira pela qual oalunado é visto.

Indagado se sentia mudança noperfil do aluno, Rubens coloca-secontra um "discurso clássico" que dizque "o aluno lê menos". Para ele, oaluno entra "maduro, chega com gás einformação". É um outro aluno como qual temos que aprender a conviver.Para ele, na sua área, "a comunicaçãose dá de várias formas, por imagem,debate, discussão". Em termos da cha-mada "diversidade cultural" entre osalunos, o professor constata que noseu departamento não existe "alunobolsista social". Isto não se dá "porpreconceito". A explicação deste fatoreside em questões econômicas, pois"uma pessoa que nasce em umacomunidade carente, não fica sabendoo que é design". Ao falar dos alunos desua área, ressalta que "mudaram... quetêm outro tipo de conhecimento, umaoutra maneira de pensar". Na suaexperiência de professor, há alunosque pelo acesso a Internet ou ao "Dis-covery" demonstram "saber" certosassuntos. Para esse professor, "a gentenão sabe ainda lidar com essa forma deaprendizado, que os alunos trazem do

segundo grau, alunos aí no caso, quetêm recursos".

A imagem que é apresentada destealunado é de uma formação "grande epulverizada".

"Isso é uma coisa confusa para agente lidar. Eles não têm mais umnível de conhecimento alto ou baixo,eles têm fragmentos, às vezes muitoprofundos, algumas coisas elessabem horrores, e por outro lado,não sabem nada. Então é um con-hecimento diferente, e a gente nãosabe lidar com isso ainda".

Para Carmem, "houve uma certamudança na sensibilidade" dos alunos.É possível que a sua causa resida emuma "exposição muito grande à tele-visão, aos meios eletrônicos e ao com-putador" gerando uma "certa frieza".Suas explicações situam-se entre doispólos, um de caráter mais individual -o aluno ser ou não uma pessoa inte-ressada e o outro centrado na socie-dade, nos processos coletivos, ouseja, na "socialização com tanta apa-relhagem". Carmem fala do risco deconfundir "informação" com "conhe-cimento".

Os alunos são vistos por distintosângulos e distintas maneiras, mesmosendo consideradas algumas reco-rrências. Por exemplo, Miriam nos falade um aluno mais pragmático, objeti-vo e que não se interessa em aprofun-dar o conhecimento, sendo uma mino-ria aquele que deseja mergulhar noconhecimento. Explica esta diferençapor um "empobrecimento do pensa-mento", pois "o pensar hoje em dia émuito difícil, pois as pessoas não que-rem pensar". Para Helena a "internete os meios de comunicação de massa"

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aparecem como um fator intervenien-te na quantidade de informação que osalunos possuem e na dificuldade quetêm de processá-la. Assim, esta pro-fessora apresenta-nos o seguinte para-doxo: "alunos que chegam esvaziados,com a espiritualidade meio diluída", eque ao mesmo tempo armazenammuita informação no contato diáriocom a mídia.

Ao ser questionada sobre a possi-bilidade da universidade formar leito-res, técnicos, literários, assim declaraHelena:"... não é só 'saber ler' que faz você'saber ler'. Saber ler é saber pensar".

Para a professora, são poucos osque conseguem ser despertados paratal, mesmo admitindo que este é oobjetivo da universidade.

Joana, a respeito do mesmo tema,concorda em uma mudança de perfildo alunado, que hoje não é prove-niente apenas das chamadas escolas deexcelência. Acredita que a universida-de tenha que se instrumentalizar parasuperar os limites apresentados atual-mente. Ela percebe que os conceitosnão estão formulados e as palavras sãotomadas pelos alunos dentro do sensocomum em inúmeras instâncias.Neste contexto a professora temcomo propósito "ensinar a ler".

Beatriz tal como outros professoresmenciona os efeitos da mídia sobre osestudantes na "conjuntura contempo-rânea". Nas suas palavras "uma culturacontemporânea de muita confusão".Ela percebe os alunos "confusos", umacerta "dispersão", um "convite às dis-trações". A professora, também, achaque existe, nos dias de hoje, uma certa"quebra disso que era o que é ser pro-fessor, o que é ser aluno". Com issoBeatriz chama atenção para a cons-trução histórica e social dos papéis de

professores e alunos. Ela faz questãode derrubar o mito de que são os alu-nos provenientes dos setores de baixarenda aqueles que têm dificuldade coma língua portuguesa. Como se estafosse uma problemática exclusiva deum setor social. A professora afirmaque tem excelentes "alunos de classepopular, negros, dos vestibularescomunitários", que escrevem muitobem. Por assim ter declarado, foi acu-sada de escamotear a situação. Contu-do, insiste que problemas aparecemnas classes "populares, médias e altas".

A problemática referente aos usosda leitura e escrita nos padrões danorma culta é tema importante entreos integrantes da universidade, nosseus diferentes níveis. Existe a inten-ção política de implementar estratégiascurriculares criando disciplinas quetenham como foco as práticas de lei-tura e escrita, desde o ingresso na uni-versidade, para todos que assim o quei-ram, como advogam Beatriz e Joana.

Vimos que se de um lado existe umprocesso de "deselitização" (Dauster,2003) da universidade, com a entradade setores populares em alguns de seuscursos, por outro lado não podemosdizer o mesmo sobre grande parte dosdepartamentos e carreiras, ainda sig-nificativamente elitizadas. Ou seja, esteprocesso em curso, embora expressivoé ainda pleno de contradições e cons-trangimentos.

Considerações Finais

Em que pesem as contradições quecertamente aparecem no cotidiano davida universitária, retornamos àGeertz para lidar com o significado,(ibid, p. 103) tomando as categoriasapresentadas no discurso dos profes-

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sores, como símbolos que sintetizamum padrão cultural e uma visão demundo. Assim, encontram-se reco-rrentemente nas suas falas as questõ-es da ética e da função social do con-hecimento, símbolos, sim, de um"conjunto distinto de disposições(tendências, capacidades, proposições,habilidades, hábitos, compromissos,inclinações)". Como ainda diz omesmo autor, uma disposição des-creve "uma probabilidade de atividadesa serem exercidas ou de a ocorrência serealizar em certas circunstâncias" (ibid,p. 109 e 110). Estas palavras convidama pensar: os professores estão falandode um certo lugar - a universidade -mas de distintas tradições acadêmicas.Mesmo considerando-se as suas espe-cificidades, as recorrências de valorestais como - comportamento ético efunção social do conhecimento dão otom e o caráter da vida acadêmicanesta universidade. Outrossim, fazemparte de seus sistemas de crenças e, atécerto ponto, são orientadores de suasações, em que pesem as tensões entreo que se pensa e o que se faz.

Sobre livros e leitura, trazemosoutra vez Mary Douglas. Como diz apesquisadora "o homem precisa debens para comunicar-se com os outrose para entender o que se passa a suavolta" (ibid, p.149).

Cabe sublinhar, ainda, que entretextos e pretextos, diversas práticas deleitura e escrita vão sendo transmitidasde forma mais e menos intencional nas

sociabilidades acadêmicas. Instituem-se dessa forma relações de socializaçãodas distintas gerações na cultura letra-da.

Em uma perspectiva histórica delonga duração, a relação de ensino éapresentada a partir do modelo socrá-tico do diálogo. A maieutica, parturiçãode idéias para Platão (Teeteto), estásubentendida na relação dialógica dateoria do conhecimento de sua filoso-fia. A dialógica está viva entre nós aolado do modelo tecnológico-digital deconstrução do conhecimento queirrompe na cena universitária diferen-cialmente (Chartier, R., 1990) provo-cando outras escritas e leituras eoutros lugares de autor e leitor.

Constatamos a partir do ponto devista dos professores a convivência dedistintos estilos acadêmicos, asmudanças quanto às práticas de leitu-ra e escrita, tendo em vista os usos docomputador, os múltiplos papéis exer-cidos pelos professores, suas crenças evalores no que tangem a universidadee suas visões a respeito da diversidadedos estudantes.

Finalmente, acreditamos que nodecorrer de nosso trabalho mostramosa coexistência de distintas práticas eestilos acadêmicos, assim como dife-rentes visões do papel da universidadeinteragindo (Velho, 1994). Mostramosintensas mudanças culturais em curso.Portanto nos aproximamos da própriaenergia e dos movimentos de umasociedade complexa.

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Caratula Entrevistas

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Reflexiones sobre el poder, las jerarquías

y la teoría social.

¿Cómo podría sintetizar su trayecto-ria profesional, desde sus comienzos en lafilosofía hasta transformarse en antropó-logo?

Efectivamente yo me formé comofilósofo, pero rápidamente me dicuenta de que no era suficiente paraencontrarle explicación a muchas delas cosas que estaban pasando en aquelentonces. Por supuesto al principio erade los que creía que la filosofía eraestrictamente necesaria para examinarcríticamente los objetivos de conoci-miento, sus métodos y también susresultados. Pero al graduarme ya habíacomprendido que no era la mejor víade acceso para conocer la realidad.Además estaba muy involucrado polí-

ticamente y allá por mediados de loscincuenta el marxismo era muy pode-roso tanto por la fuerza que podíatener el partido comunista como porlos intelectuales de peso que adheríana esta posición, como Althusser. Des-pués de la guerra mundial estaba muypresente la idea de construir un hombrenuevo, un estado Nuevo y la Rusia deStalin, de algún modo, era un referen-te. Primero como barrera contra elnazismo y la cifra de 21 millones demuertos en la segunda guerra mundialera impactante. Además de este tipo decompromiso político y académico,también los artistas en Francia, con elsurrealismo y otras corrientes artísticas,sobre todo figuras como Picaso o Ma-ttisse, mostraban una adhesión políti-

* Esta entrevista fue realizada durante el mes de mayo en Paris, en la oficina que Maurice Godelier disponeen el noveno piso de la Maison de Science del Homme, que alberga a gran parte de las élites de profesores e inves-tigadores en ciencias sociales en Francia. Maurice Godelier es una de las personalidades de mayor peso en laantropología francesa. Desde sus primeros trabajos a mediados de los años sesenta se ha destacado por unaamplia producción que ha girado sobre aspectos teóricos de la economía, las formas de dominación, los sis-temas de intercambio y el parentesco. Aunque su trabajo de campo entre los Baruya de Nueva Guinea le haproporcionado una inagotable fuente de datos empíricos, en la actualidad está especialmente interesado en loshallazgos arqueológicos y los avances en antropología biológica que le permiten obtener una visión más ampliade las diversas formas de dominación a lo largo de la historia en diferentes sociedades. En el 2001, el Centre Nacio-nal de la Recherche Scientifique (CNRS) lo premió con la "medalla de oro" distinción excepcional que también obtu-vieron cientistas sociales de la talla de Claude Lévi-Strauss (1967), Jacques Le Goff (1991) o Pierre Bourdieu(1993). Actualmente, sigue impartiendo cursos en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) en dondecontinua profundizando sus búsquedas analíticas tendientes a encontrar el origen de la constitución de las cla-ses sociales y las jerarquías, ya claramente opuesto a los enfoques marxistas que caracterizaron sus primerosescritos.* * Dr. en Antropología Social (UNaM). Investigador Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Cien-tíficas y Técnicas (CONICET). Docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP).

Entrevista a Maurice Godelier *

Gastón Gil**

Fecha de recepción: Octubre 2006Fecha de aprobación: Diciembre 2006

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ca muy importante con la izquierda.Inclusive varios premios Nobel deciencia formaban parte de toda esatendencia en una sociedad que defini-tivamente estaba altamente politizada.Entonces cuando era joven me intere-sé por la filosofía, y dentro de esta dis-ciplina por la cuestión de la racionali-dad de los sistemas. De ahí mi primerlibro, “Rationalité et irrationalité en écono-mie”, que resume bastante mi preocu-pación analítica original. Y ahí surgía lapregunta, teniendo en cuenta argu-mentos teóricos y los hechos empíri-cos: ¿se puede decir que el sistema deproducción comunista es superior alsistema de producción capitalista? ¿sepuede probar una racionalidad histó-rica superior en el comunismo? Oincluso cuestionarse si existen mayo-res posibilidades de desarrollo indi-vidual en este tipo de sociedad. Y allífue que decidí no ser más filósofo ycomenzar a pensar en otros aspectos oque si iba a continuar filosofando loiba a hacer sobre nuevos temas. Y enverdad cada me vez estaban intere-sando otras cuestiones por lo que des-pués de mi titulación en filosofía penséen varias posibilidades para mi futuro.Una de las ellas era la biología perotenía que estudiar muchas otras cosasy unos cuantos años para volvermebiólogo, además de que no era nadabueno para las matemáticas. Final-mente, a causa de mi orientación mar-xista, elegí la economía política. Paramí ya resultaba evidente que era nece-sario un enfoque antropológico e his-tórico de la economía, para podercomparar de qué manera las activida-des económicas de las distintas socie-dades (sean capitalistas o socialistas),estaban profundamente ligadas a otrotipo de relaciones sociales, como la

política y la religión. Las circunstanciasquisieron que me transformara en pro-fesor asistente de Fernand Braudel, ungran historiador, pese a que demasia-do no me interesaba la historia porquequería estudiar los sistemas económi-cos actuales y especialmente aquellossistemas que estuvieran subordinadosa los grandes sistemas socialista o capi-talista. Y la conclusión lógica y racio-nal del caso fue sin duda ocuparme dela antropología económica. En aquellaépoca un solo francés trabajaba en esaespecialidad, Claude Meillassoux, porlo que decidí volcarme a esta área apartir de mi formación filosófica y misconocimientos de economía, tomandoen cuenta los debates clásicos entresustantivismo, formalismo, marxis-mo, etc. Así comencé a producir misprimeros escritos para tratar de definirel objeto y el método de la antropolo-gía económica. Por aquellos tiemposyo había leído unos debates entreBraudel y Lévi-Strauss, quien luego mepidió que fuera su asistente para estu-diar la antropología económica, ya quesegún me explicó utilizando la jergamarxista, lo corriente era centrarse enla superestructura, es decir, el paren-tesco o la religión. Así que yo me ocu-paba de los aspectos infraestructuralesde las sociedades que Lévi-Strauss ana-lizaba en sus dimensiones superes-tructurales. En esos días me había inte-resado por criticar esa nociónformalista en economía que sostieneque los hombres maximizan las ven-tajas y minimizan las pérdidas. Esosiempre me pareció una idea banal, deuna insuficiencia evidente, ya quemuchas sociedades, a través del don yotros procesos, pueden plantear com-plejas estrategias. Y el sustantivismo deaquella época, al estilo George Dalton

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en los Estados Unidos, no era paranada sensible, a diferencia del marxis-mo, con el ser, con las construccionessociales y las desigualdades sociales. Esun cuerpo de teorías que tiene en cuen-ta los procesos de consumo, distribu-ción, producción, pero que no seocupa de las desigualdades en el acce-so, en la distribución, es decir, de lascontradicciones de los sistemas socia-les, algo para lo que los norteamerica-nos nunca fueron demasiado sensibles.Y el marxismo efectivamente se ocupade las contradicciones del capitalismo,del imperialismo, en efecto la nociónde contradicción está permanente-mente presente, porque lo que másinteresa analizar son las contradiccio-nes estructurales que además sondinámicas, mutan, evolucionan y ter-minan cambiando los sistemas. Luegode todo eso fue que pude planear miexperiencia de campo.

Usted ha pasado mucho tiempo enel campo estudiando a los Baruya, peroantes tuvo una experiencia africana.

Bueno, mi verdadera experiencia deterreno la concreté en Nueva Guinea,aunque mi primera aproximaciónsobre el terreno la llevé a cabo en Malípara estudiar los efectos de una eco-nomía socialista planificada en unacomunidad de aldeas y de grupos étni-cos locales. Pero ahí me encontré conque no había un verdadero plan, másallá de la existencia formal de ese plany del propio Ministerio y que tampocose podía hablar de efectos positivospara el desarrollo de un Malí que acabade ganar la independencia. Así quegran parte del tiempo lo usé para reco-rrer el país y leer mucho de antropo-logía económica que había llevado

conmigo. A mi regreso a Francia,Métraux me aconsejó ir a Colombiapara que estudiara los indios que élhabía visitado treinta años antes. Perodespués de la muerte de Métraux, enuna conversación, Lévi-Strauss mesugirió otro lugar porque ya teníamuchos antropólogos trabajando enAmérica y en África. Ahí aparece laposibilidad de Nueva Guinea, que pre-sentaba la particularidad de ser uno delos lugares menos alcanzados por elimpacto colonial y el desarrollo occi-dental. En enero de 1967 llegué aNueva Guinea con una larga lista detribus posibles para trabajar en las quehabían estado otros colegas. Entre ellasno figuraban los Baruya, que seríafinalmente la escogida. Fue el consejode una misionera, que me habló de laexistencia de esta tribu que había sidocontactada por el gobierno colonialhacía muy poco tiempo, lo que mealertó de su existencia. En 20 años deviajes a Nueva Guinea pasé alrededorde 7 años haciendo trabajo de campoentre los Baruya. Allí pude estudiarfenómenos muy interesantes acerca desu sistemas económico, además de laproducción de útiles de piedra quehabían estado practicando hasta hacíamuy poco tiempo y por supuesto losrituales de iniciación que se seguíanmanteniendo pese a las enormes trans-formaciones sociales que se estabanproduciendo. Desde mi llegada comen-zaron a darse transformaciones pro-fundas, como el pasaje de Nueva Gui-nea, que estaba bajo la órbita delgobierno australiano, a una situaciónde independencia, es decir, de desco-lonización. Se estaban desarrollandofenómenos como la finalización de lasguerras tribales, el ingreso a un mer-cado mundial, la entrada de las misio-

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nes cristianas y la escolarización. Eneste caso, cuando habla de una socie-dad colonizada es algo simple, se tratade haber perdido inmediatamente lasoberanía, sobre las personas, sobre elterritorio, por lo que el desarrollo pos-terior de esa sociedad depende delcolonizador. Estamos en presencia deuna sociedad que no conoce el estadoy que después de la independencia pasaa tenerlo y a depender en gran medidade esa nueva organización.

Usted se ha caracterizado por unavisión crítica de muchas ideas aceptadasen la disciplina e incluso por la revisiónde sus propios trabajos.

Podría decir que mi trayectoria secaracteriza por la crítica y autocrítica delos conceptos utilizados y la confron-tación con los datos de otros, porqueasí se arriba a una renovación de lasideas. Es una búsqueda que vengo lle-vando adelante desde más de 30 años,a partir de teorías como el marxismo oel estructuralismo, de las que he trata-do de mostrar algunas convergenciasposibles dentro de las sensibles dife-rencias en las formas de analizar lasestructuras sociales. Por ejemplo,durante muchos años he puesto énfa-sis en las transformaciones que se ope-raban en las comunidades locales apartir del pasaje a una economía capi-talista, y así es que poco a poco me fuialejando de las explicaciones marxistasporque me daba cuenta de que loscomponentes ideales no se podíanseguir concibiendo como reflejos delas relaciones infraestructurales. Lomismo con otras nociones habitual-mente asumidas en antropología. Porejemplo, ahora sé que no hay socieda-

des basadas en el parentesco, que esuna ilusión de los antropólogos. Yahace más de 20 años que cuestioné esaafirmación general, que parte de unafilosofía conservadora que indica quela familia es la base de toda sociedad.Es falso, la familia no genera escuelas,no fabrica aviones, no nos da hospita-les, no nos proporciona un gobiernopolítico. Es una creencia falsa paracualquier sociedad, para los "primiti-vos" y para nosotros, más allá de quemuchos antropólogos continúen tra-bajando con esta leyenda. Ahora,tampoco las relaciones económicasconstituyen el fundamento de la socie-dad. Y eso es grave para el marxismo.Esa supuesta determinación del modode producción sobre los aspectossuperestructurales es totalmente falsa.No se pueden explicar, a partir de lasrelaciones económicas, los vínculos deparentesco, tampoco el dios cristiano.No tiene sentido. Lo que deberíamosbuscar es reponer la economía al ladode la política para explicar la historia,reponer a las masas al lado de las élitescomo agentes de la historia. Eso esmagnífico. Basta mirar la época de LuisXIV y centrarse en los millones dehombres que trabajaban y que estabanexcluidos del poder. Es una visión crí-tica de la historia. Los hallazgos delmarxismo son enormes pero no sepuede explicar todo a través de esa teo-ría. Muchos dogmas marxistas handemostrado ser incapaces de explicarcompletamente la sociedad, como esanoción de que las ideas de las clasesdominantes son dominantes porqueocultan la dominación. Yo no comproesa idea. Es demasiado simple paranosotros los occidentales explicar lasucesión de determinados modos deproducción y sobre todo explicar por

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determinado modo de producción elsurgimiento de un cierto sistema deparentesco o cierta religión. Pensemosen el parentesco, cómo se han mante-nido sus principales términos desde elimperio romano. Y si pensamos en lareligión, ¿cómo explicar la continuidadde la religión judía, el surgimiento delcristianismo, la plena aceptación de laEuropa medieval a ese credo? Porejemplo, las guerras napoleónicas,encontramos católicos franceses gue-rreando contra católicos españoles. Lareligión nunca impidió que católicos semataran entre sí. Las religiones uni-versales son incapaces de ponerle lími-tes a la sociedad, porque lo queforma la sociedad son los vínculospolíticos que excepcionalmente estánseparados de lo religioso. En la histo-ria de la humanidad, lo político y loreligioso están mezclados estrecha-mente. Algo parecido pasa con la pre-gunta acerca de cuáles son los funda-mentos de la sociedad. Eso ya no meinteresa, porque no existen tales fun-damentos. Lo que me interesa son lasrelaciones que fundan los gruposhumanos, de clan, de casta, en unasociedad. No es lo mismo. No son losfundamentos de la sociedad, el lazosocial, sino qué es lo que fabrica unasociedad que dura un siglo, dos siglos,o una sociedad milenaria como lachina.

Ahora, tampoco se trata de hacercomo muchos teóricos nuevos quemezclan cualquier cosa de una mane-ra muy ligera, estructuralismo, mar-xismo, postestructuralismo. Se trata deuna deconstrucción de las grandes teo-rías, de sus conceptos, de sus métodos,como una búsqueda permanente delas ciencias sociales en general. Peroradica allí una gran diferencia con el

postmodernismo, que deconstruyepara disolver la ciencia social. Porqueel postmodernismo ha ido mucho máslejos que cualquier crítica a las rela-ciones que establece un antropólogocon sus poblaciones, o de los proble-mas del colonialismo. El postmoder-nismo es la demagogia fácil. Es comosi yo le pidiera a los griegos que searrepintieran públicamente porquePlatón y Aristóteles tenían esclavos. Oque condenara a todo el pueblo fran-cés porque sus ancestros tenían sier-vos. Se juzgan retrospectivamenteprocesos históricos como si los valo-res morales fueron universales e inma-nentes. Afortunadamente la mayoríade los norteamericanos son comonosotros y se dedican a trabajar seria-mente.

Además todas esas corrientes tie-nen un alto componente for export

Sí, como también sucede con lafrench theory, que es una invención nor-teamericana. No hay tal cosa enFrancia. Una mezcla de Foucault,Deleuze y muchos otros autores, queda unos resultados lamentables parael desarrollo de la ciencia social. Estoyconvencido de que, en estos asuntos,los Estados Unidos nos producenmucho daño. Es muy contraprodu-cente que ellos sean los líderes del pen-samiento, con esta enfermedad pos-moderna, que es más visible todavía enlos países del tercer mundo. Aquí enFrancia por ahí no se da en tanta mag-nitud porque existe una fuerte tradi-ción de mucha gente que está bienlejos de ser posmoderna. Los france-ses no somos posmodernos pero síhemos exportado gran parte de lasideas que han hecho posible estos

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movimientos, con esta especie defrench theory. Da para pensar el porquéde esta exportación y su correlativa uti-lización en distintas partes del mundo.Pero bueno, no somos responsables delo que otros hacen con nuestro pensa-miento, como tampoco Althusser esresponsable de los althuserianos, nimucho menos Marx de los marxistas.

De eso, sabemos mucho en AméricaLatina

Claro, lo que pasa es que AméricaLatina, con muchos otros pueblos,toma modelos europeos y norteame-ricanos todo el tiempo. En vez depropiciar una actitud más creativaimportan autores como Foucault,Derrida, Lévi-Strauss, Godelier, etc.Hay muchas cosas paradójicas en elmundo de la ciencia social. Incluso enIrak o Irán utilizan autores occidenta-les para justificar que Occidente nopuede comprender a Oriente y estántodos muy contentos con eso.Los antropólogos allí utilizan teoríapostmoderna norteamericana. Cual-quiera que ojee el website de Al-Qaedapuede ver que está citado Derrida, ytambién aparece Edward Said, porsupuesto. Entonces se utilizan frag-mentos de los trabajos de algunosinvestigadores de un modo muy arbi-trario cuando en realidad lo quemucho de esos autores cuestionanson esas nociones elementales de lospueblos orientales que ningún estu-dioso serio reproduce.

Hoy estamos en un momento muycrítico, muy reflexivo de las ciencias sociales, en el que se cuestionan siste-

máticamente las teorías, los métodos ylos resultados obtenidos. Todo ello enel marco de un mundo muy complejoen el que existen dos movimientosmundiales que se oponen. Por un lado,la integración de todas las sociedadesal mercado capitalista, es decir, quetodas las sociedades puedan llegar aintegrarse en un solo sistema. Y porotro lado, existe un movimiento defragmentación política muy fuerte,Eslovaquia, Eslovenia, Montenegro,Kazajstán, Azerbaiján, Uzbekistán, ymuchos otros estados que antes noexistían. Y eso es lo que hay que pen-sar, la gigantesca contradicción mun-dial entre la política, la cultura de losdistintos grupos sociales, y el merca-do. Esto nos plantea la necesidad dedesarrollar un poco más la cienciasocial desde un punto de vista críticode deconstrucción sin llegar a disol-verla. ¿Qué es esto de pensar que lossunnitas, los chiítas, son una invenciónde Occidente porque la noción detribu es una noción occidental? ¿Acasono hay tribus en Afganistán, no existeuna confederación tribal en Irak? Quequede claro que la crítica no tiene nadaque ver con una demagogia crítica, setrata de ver los límites de un paradig-ma teórico. Estamos frente a una tra-yectoria en la que todas estas visionescríticas deben conllevar a una salidapositiva. Veamos lo que sucede en LosEstados Unidos, nadie critica a lasciencias duras, todo lo hacen con lasciencias sociales. ¿Quien se atreve enEstados Unidos a cuestionar la biolo-gía molecular? Ahora, a la pregunta desi podemos comprender al otro, la res-puesta es sí, aunque reconociendo queestamos frente a un contexto cada vezmás complejo y contradictorio.

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Usted ha estado siempre muy intere-sado por los aspectos vinculados con lapolítica científica. De hecho, dirigió a prin-cipios de los ochenta un proyecto encarga-do por el gobierno francés para produciruna reestructuración de la ciencia social enFrancia.

Es un trabajo que lleve adelantedos veces. El primero fue en 1982 y elúltimo fue en 2001. En la primeraoportunidad se gestaron una serie decambios relevantes para la estructurade investigación en el país. Por ejem-plo, hace 25 años sólo había dosdepartamentos de ciencias sociales enel CNRS. La situación de las cienciassociales era ínfima si la comparába-mos con la biología, las matemáticaso la química. Entonces en aquellaoportunidad le propuse al gobiernounificar las dos secciones que se ocu-paban de estudiar al hombre y lasociedad: humanidades y cienciassociales. Y creo que fue muy positivoporque las universidades eran inca-paces de hacer eso, de hecho sigueninsistiendo en esa división. Otrocaso interesante era la historia, ya quesegún la época que se estudiaba, se lacolocaba dentro de las humanidadeso dentro de las ciencias sociales, cuan-do está claro que se usa el mismométodo para estudiar las culturas gre-colatinas que los estados modernosdel siglo XVII. Otra situación era laque envolvía a las ciencias políticasque estaban adheridas a las cienciasjurídicas, o la lingüística que estabaligada a los estudios literarios. Yo hicecortar todo eso y se logró la emanci-pación de algunas disciplinas. Enmuchos aspectos, la estructura deinvestigación en Francia estaba muyatrasada y se propiciaron muchos

cambios que fueron aceptados dada laplena confianza que me dio el ministrode la investigación científica delgobierno de Mitterand, Jean PierreChevènement.

De alguna manera también alertabade una notable desigualdad entre los pre-supuestos asignados a las disciplinas.

Sí, igualmente es una situación quese sigue manteniendo aunque enmucho menor medida. La economíade las ciencias sociales era lamentableporque además existían tambiénenormes diferencias entre laborato-rios de las mismas disciplinas y hastaen antropología había casos verdade-ramente extremos. Por otro lado, esverdad que hay disciplinas más carasque otras. De hecho, las que se ocu-pan de los muertos son mucho máscaras que las que tratan con los vivos.Es el caso de la arqueología, que nece-sitan una estructura importante parainvestigar. Sin embargo, en otro tipode situaciones surgían estas desigual-dades. Por ejemplo, la diferenciaentre el costo de un antropólogo y uneconomista era abismal. Si bien loseconomistas siguen disponiendo deun alto porcentaje del presupuesto deinvestigación en ciencias sociales,pude lograr revertir parte de esa ten-dencia y que se crearan 106 puestosnuevos de investigadores (antropó-logos, sociólogos, lingüistas) en seisaños y hasta la formación de nuevosdepartamentos, como el de estudiosorientales. Ningún director delCNRS logró tanto. Tuve la suerte deque justo se trataba de un gobiernoque estaba abierto a los cambios,pero esa etapa se terminó.

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¿Y qué es lo que se puede decir de laantropología francesa en la actualidad?

Es un tema complicado porque laevolución de la estructura de investi-gación no es algo sencillo, sobre todoen Francia. El CNRS es un gran orga-nismo que tiene muchos desequilibriosen su interior. Por eso sería importan-te construir una nueva agencia deinvestigación, como la norteamericana,con un presupuesto significativo y quepermita una relativa autonomía de lacomunidad científica. Hoy estamosante una situación nueva, en la que dis-tintos organismos de investigación seencuentran en una situación financie-ra delicada. Existe una nueva dinámi-ca que está empezando a funcionar,una dinámica de organismos de inves-tigación y de proyectos, es decir, conun doble presupuesto. En principio noes negativo, lo negativo muchas vecesson las personas que dirigen estosespacios: los expertos, los compañeros,las clientelas, los grupos de presión. Enla física todos se conocen, en la biolo-gía es similar, pero en las ciencias socia-les entran en juego otras cosas, haypeleas internas, por cuestiones ideoló-gicas, por rivalidades personales, etc.En la actualidad, las ciencias sociales enFrancia sobreviven, la gente tiene tra-bajo, aunque poca visibilidad, porquelos políticos no se interesan por lastareas del cientista social. Hay momen-tos excepcionales en que los gobiernosapelan a los expertos, como pasó cuan-do se desató la guerra de Irak, ocasiónen la que distintos organismos guber-namentales salieron a buscar la opiniónde diversos especialistas. También enesas épocas el periodismo se interesa yse producen muchas entrevistas paraque expliquen que son los sunnitas, los

chiítas. En líneas generales los políticosapenas se interesan cuando existealguna necesidad particular. El interésde la gente por la ciencia social es pun-tual, no obedece a inquietudes reales,que persistan, sobre todo porque exis-te una cuestión fundamental que no sellega a entender bien: no será la biolo-gía molecular la que nos permitaentender lo que está pasando en Irak ypensar cuál es el mejor modo de con-ducirse en esas sociedades: para esoestá la ciencia social. Existe una ilusiónde que el desarrollo tecnológico, de lafísica, de la biología, van a permitirresolver muchos problemas. De todosmodos creo que existe una falenciaimportante de las ciencias sociales paracomunicarse con los políticos, con losmedios masivos de comunicación.Con los medios es más terrible porquehablan de todo, entrevistan a todo elmundo y asumen un rol de capturar losroles de intermediario con la sociedad.Igualmente creo que la situación de lasciencias sociales en Francia no es nega-tiva, hay una gran diversidad de trabajo,de enfoques, de líneas de investigación.

¿Y que se puede decir específicamen-te de la antropología en Francia, en cuan-to al nivel actual de su producción, el tipode discusiones que dominan el campo?

Bueno, hay muchos investigadoresque están trabajando muy bien. Hansurgido nuevas generaciones de antro-pólogos que han aportado miradasnovedosas a la disciplina. Pero porsupuesto, existe una tradición impor-tante que se ha mantenido como porejemplo los especialistas en América yAmazonia, que son muchos y muycompetentes. También hay una canti-dad interesante de buenos especialistas

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de las ex repúblicas soviéticas que sonbastante conocidos, muchos de ellosbastante jóvenes. Por supuesto los oce-anistas en Melanesia y Polinesia y ungrupo que es muy interesante que tra-baja sobre la comunidad europea y latransición de los países socialistas haciael capitalismo. En líneas generales haymuchos grupos que son fuertes y diná-micos.

Sin embargo, en su último libro, “Lametamorfosis del parentesco”, ustedlamenta que tan pocos antropólogosfranceses trabajen en contextos urbanos yen el propio territorio francés.

Sí, de antropología se han produ-cido algunas cosas, especialmente apartir de la figura de Althabe pero tam-bién es cierto que no es una tradiciónfuerte en nuestro medio. También esverdad que aquí es muy importante,como lo es en Estados Unidos, lasociología urbana que se ocupamuchísimo de las problemáticas deghetto, de la marginalidad. Pero porsupuesto no es suficiente y la antro-pología tiene bastante que decir ensituaciones como los suburbios, la cri-sis de la clase media y las diversasmetamorfosis sociales. Ciertamente, laantropología francesa tiene allí un défi-cit no menor.

De eso se desprende que usted noforma parte de los antropólogos que creeque la capacidad de objetividad en el cono-cimiento antropológico es proporcional a ladistancia con el otro.

Eso es una tontería. Por ejemplo,aquí en la sociedad francesa las dis-

tancias sociales, aun formando partede la misma clase social, son enormes,perfectamente equiparables a la dis-tancia que existe entre los Baruya y yo.Simplemente es una ilusión para losfranceses decir que conocen al otro.Además, la dificultad en Francia, ytambién muchos otros países, es quelas sociedades modernas son muchomás secretas que las sociedades llama-das "primitivas". El mundo modernoes mucho mas secreto, más difícil deobservar desde el interior. Veamos loque implica pretender estudiar a losjóvenes beurs1 que queman autos en lossuburbios, o estudiar los mecanismosde decisión del consejo de dirección deun banco. Creo que la sociedadmoderna crea una opacidad sobre sufuncionamiento que es esencial. Poreso no creo que la antropología esté encrisis y que tampoco esté todavía liga-da indisolublemente a un Occidentecolonizador, ya que está demostradoque se pueden utilizar sus métodospara comprender las sociedades occi-dentales, ya sea el estado, las empresas,los suburbios, los partidos políticos.

¿Entonces cuál sería la especificidadde la antropología?

Sin duda, el campo, pero un estu-dio sistemático sobre el terreno. Estono es periodismo. El trabajo sistemá-tico sobre el terreno implica involu-crarse durante un lapso prolongado entodas sus actividades, vincularse en elpropio lugar en donde se desplieganlas relaciones sociales. Y en el terrenonos encontramos con lógicas sociales,con estrategias de los actores sociales.El campo es una experiencia indis-

1 Franceses hijos de inmigrantes de los países africanos del Magreb.

Gastón Gil /Entrevista a Maurice Godolier ...

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pensable, nos permite acceder a unasensibilidad diferente. Es posible leerel libro de un colega y se puede sabersi los datos son sólidos o no, el modoen que obtuvo la información. Perocuando hablo de campo debe tratarsede una experiencia sobre el terreno quesea sistemática para acceder a una sen-sibilidad teórica, pragmática. Ahora,hay algo que ni siquiera los postmo-dernos lo han marcado y es que la pala-bra observación participante que figu-ra en todos los manuales, es unapalabra falsa.

¿En todos los casos?

Sí, absolutamente. Ningún antro-pólogo puede participar verdadera-mente en la vida de los otros. Lo queuno hace en el campo es acumularconocimiento, la objetividad está dadapor saber cómo la gente caza, dóndecazar y qué es exactamente lo que haceel cazador. Participar sería, en mi caso,cazar todos los días para comer comolo hacen los Baruya, casarse como lopractican los Baruya. Yo nunca metransforme en un Baruya. Puedoconocer las relaciones de parentesco,pero de ningún modo me puedotransformar en un Baruya, yo puedono practicar la caza pero sé como lapractican. La idea de ser "participante"es falsa, ningún antropólogo puedeparticipar plenamente en la vida de losotros. No se participa en la vida de unacomunidad por estar presente en unaceremonia. Lo que se puede hacer esconvivir con los modos de conoci-miento de los otros, reproducir unmodo de vida concreta. Eso es lo esen-cial. Si un antropólogo se vuelveindio, deja de ser antropólogo. Conoz-co casos de antropólogos en Amazo-

nia que se han casado con nativas, quehan tenido hijos con ellas y que luegoescriben notas para organizacionesecologistas sobre los usos de medionatural, crean centros ecologistas deturismo. Es verdad, pero ya no sonantropólogos. Los antropólogos, en lamayor parte de los casos experimen-tamos el in-between. Nunca podemosestar en condiciones de producir lavida cotidiana. No es una cuestión deexistencia humana, es una existenciaabstracta de los saberes. El trabajocientífico es una tarea cognitiva y soyel primero en haber dicho esto. Puedehaber un antropólogo que sepa cazarmaravillosamente, que lo haya hechomuchas veces, pero lo que lo hace, porejemplo, a un individuo un Inuit, esque debe cazar todos los días para susubsistencia. Y esto es algo que nisiquiera los antropólogos posmoder-nos discuten, pese a todos los temasque tratan sobre la antropología, comola problemática de la escritura. Lo quemás les interesa a los posmodernos estrabajar sobre la escritura, preguntarsecomo podemos referirnos a los otros,quién tiene la autoridad para hablar delos otros. Ahí aparecen cosas como lanecesidad de la pluralidad de voces yesta idea de que todos son autores,entonces puede haber como 2000autores y la presencia del antropólogoqueda diluida.

Da la sensación, escuchándolo cuan-do explica sus actuales investigaciones, quesu gran obra aun está por escribirse.

En parte es verdad. Creo haberencontrado la fórmula, después de 20años, de cómo plantear la pregunta deporqué los jefes se retiran del procesode trabajo pero siguen participando y

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dominando el proceso de producción.Es el tema fundamental de los mono-polios que ejercen algunos grupos,seas castas, clanes, sobre determinadosaspectos materiales, pero muy espe-cialmente en una dimensión imagina-ria. Porque las sociedades llamadasprimitivas, por más que no tengan cla-ses o castas, no son sociedades iguali-tarias. Por ejemplo, puede haber unadesigualdad en el acceso a ciertosrecursos, como la tierra, o la pescapero también en la comunicación conlos dioses. De esta manera, la instau-ración de las divisiones sociales es laclave, por lo que se debe observarcómo a lo largo de la historia de lassociedades algunos grupos son sepa-rados del proceso productivo, comolos guerreros o los religiosos. Es decir,la cuestión de cuándo un grupo con-sigue una apropiación jurídico-ideal delos recursos productivos y estableceun derecho sobre las cosas y contro-la a los que trabajan. Pienso sobre esapregunta -de cómo explicar la mane-ra en que los grupos ocupan el primerlugar en el proceso de producción sin

participar en el proceso de trabajo-,que la respuesta está en el neolítico.Los testimonios arqueológicos nosinforman de los procesos de forma-ción de la diferenciación social en uncontexto de dependencia sobre losrecursos, del acceso a los bienesmateriales y determinadas creacionesimaginarias, como por ejemplo quienasegura las condiciones para la repro-ducción de la vida, lo que genera elespacio para la aparición del shamánque puede ejercer la conexión con losespíritus. Por consiguiente, la cuestiónde la instauración de las jerarquías esun asunto fundamental y creo que esasautoridades se fundan primordial-mente en lo religioso, y es en esemarco en donde se crean las clasessociales. Y las conclusiones a las queestoy llegando marcan que esa instau-ración de las diferencias de clases yotras formas de autoridad se sostienenen una legitimidad antes que en unacto de violencia fundante. Una posi-ción que, por supuesto, va a llevar aque muchos marxistas me terminen deexcomulgar.

Principales obras de MauriceGodelier

• 1966 Rationalité irrationalité en éco-nomie• 1970 Sur les sociétés prácapitalistes• 1972 Horizon, trajets marxistes etanthropologie• 1982 La production des grands

hommes. Pouvoir et domination mas-culine chez les Baruya de Nouvelle-Guinée• 1984 L'idée et le matériel: pensée,économies, sociétés• 1996 L'Enigme du don• 2004 Métamorphoses de la parenté.

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Patricia Fasano

De boca en boca. El chisme en la trama social de la pobreza.Serie Etnográfica del Centro de Antropología Social del IDES.

El estudio del chismeconstituye el tema cen-tral de este libro de Patri-cia Fasano, Magíster enAntropología Social de laUniversidad Nacional deMisiones. Se trata de ungénero conversacionalde la narrativa oral que,en nuestro medio acadé-mico ha sido escasamen-te tomado en considera-ción hasta ahora. Pero através del exhaustivoanálisis que la autora rea-liza, logra resaltar lariqueza de este género ylas posibilidades quebrinda para desentrañaraspectos fundamentalesde la vida social de unacomunidad.

El libro, prologadopor Ana María Gorosito,comprende un capítulointroductorio y tres sec-ciones. En la Introduc-ción, Patricia Fasanohace un amplio rastreobibliográfico sobre estu-dios referidos tanto aaspectos teóricos comometodológicos del chis-me, llevados a cabo porantropólogos de distin-tos centros académicos

en el orden internacio-nal. Provista de este fér-til marco referencial,presenta en la PrimeraSección el contextosocial, económico y polí-tico donde tiene lugar elchisme a analizar: unbarrio pobre de la ciudadde Paraná, denominado"La Pasarela". Estebarrio se fue confor-mando en las primerasdécadas del siglo XX,sobre la base del despla-zamiento de migrantesrurales que fueron asen-tándose en terrenos fis-cales, al mismo tiempoque fueron desempeñan-do distintas tareas comoempleados ferroviarios,changarines, panaderos,vendedores de fruta,lavanderas, planchadoraso prostitutas. Debido alcreciente deterioro eco-nómico de los ferrocarri-les, y su posterior cierreen la década del noventa,el barrio se vio seriamen-te afectado, sumiendo alvecindario en un progre-sivo empobrecimiento,que dio lugar a desempleo,hacinamiento, carencia de

alimentación adecuada,deserción escolar, entreotras penurias.

Fue entonces cuandopor iniciativa de un grupode vecinas, se formó el"Club de Abuelas", queen su comienzo se abocóa instalar un comedorinfantil para dar lamerienda a los niños delbarrio. Y a medida que sefue organizando y afian-zando consiguió financia-miento para ampliar elservicio prestado por elcomedor, al mismo tiem-po que incorporó tallerespara capacitar laboral-mente a los adolescentes einstauró otros programasque ofrecen trabajos paralos adultos del barrio. Esen el "Club de Abuelas"donde la autora focalizósu investigación, aten-diendo a su trayectoria yexplorando las implican-cias que tiene en el barrio.

En la Segunda Sec-ción describe cómo luegode un largo, lento y meti-culoso trabajo de campo -que le permitió familiari-zarse con el barrio, consus habitantes y alcanzar

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un profundo conoci-miento de la organizaciónsocial de la comunidad-logra que los vecinos lahagan partícipe de unchisme relacionado conalgunos directivos del"Club de Abuelas". Ana-liza el proceso de confor-mación de este chisme,siguiendo los circuitospor los que transita.Recoge distintas versio-nes, algunas de ellas trun-cas, otras contradictoriaslas que, por momentos, sevan imbricando unas conotras, confirmando onegando el hecho. Lasdistintas versiones alcan-zan amplia difusión en"La Pasarela", como losintetiza acabadamenteuna de sus interlocuto-ras, al decir:

"¡Acá el chismecorre como reguero depólvora! ¡Capaz que sivos querés avisar algo,en vez de hacer tantoscarteles lo más seguroes decirlo en voz baja,como chisme! Ahíseguro que se enterantodos".

Además de atender ala circulación del chisme,la autora toma en consi-deración el modo denarrarlo: la forma depresentar los personajes,de acentuar o atenuarciertos detalles, de mani-pular el silencio, el sus-

penso y las pausas, lasinflexiones de la voz, eltono que utilizan, comoasí también los gestosque acompañan el relatoy las estrategias metaco-municativas que empleanpara darle mayor realis-mo a la narración. Demanera que en su reco-pilación, Patricia Fasanono se ciñe exclusivamen-te al texto del relato sinoque también toma enconsideración las técni-cas proxémicas, kinésicasy paraligüísticas delnarrador oral, lo que lepermite resaltar la perfor-mance del chisme y darcuenta de los artificiosretóricos que plantea.De esta forma toma encuenta el contexto deproducción y significa-ción del chisme, comoasí también el procesointeraccional que el rela-to produce en su circula-ción tanto en el entornodel "Club de Abuelas"como al interior de lamisma institución.

En la Tercera Sec-ción, la riqueza del mate-rial recopilado, el ade-cuado marco teóricoseleccionado y las apti-tudes investigativas de laautora, le permiten sacara luz las diversas signifi-caciones que encierra ungénero narrativo como elchisme que, como diji-mos, hasta ahora no

mereció la debida aten-ción por parte de nues-tros estudiosos, tal vezpor considerarlo un rela-to frívolo que se reduce ahabladurías intrascen-dentes. Sin embargo, ensu libro Patricia Fasanologra poner en evidenciatodo su potencial creati-vo, en su caso particularcircunscripto a la pobre-za urbana. A través delchisme explora conflictosinterpersonales entre losintegrantes del barrio, redde relaciones que estable-cen, intereses que ponenen juego, recursos que uti-lizan para satisfacer nece-sidades básicas, delmismo modo que atiendeal proceso comunicativoque se da entre los veci-nos. Destaca asimismoque, en este caso, el chis-me resalta el prestigio dealgunos líderes, susalianzas o rivalidades, lacapacidad que detentanpara aglutinar voluntadeso para gestionar recursoseconómico para el vecin-dario, según sea el apoyopolítico con que cuentan.De esta forma se entrete-jen en estas narracionescuestiones sociales, eco-nómicas y políticas quehacen a la dinámica de lavida social de esta comu-nidad.

El libro de PatriciaFasano, De boca en boca, esel resultado de un inten-

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so trabajo de observaciónparticipante, una exhaus-tiva y cuidadosa consultade fuentes y una aguda

reflexión sobre la eficaciadel chisme para destacaraspectos de la vida coti-diana de un barrio, que

habitualmente no surgencon la fuerza y claridadcon que este género con-versacional lo muestra.

Martha Blache*

* PhD. CONICET. E-mail: [email protected]

Martha Blanche/De boca en boca...

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Yausaz, Fabián y Marta Velozo / Beatriz Fernández Salazar / Carolina Gandulfo y Luis Hernández / Paula Agnoletti.

Martín y RamonaInstituto Superior San José. Corrientes

Martín y Ramona es unbellísimo libro de lecturadestinado a los niñoscorrentinos "para que lodisfruten" (como dicenlos autores en la dedica-toria). Está compuestopor 112 páginas distri-buidas en 19 capítulos olecturas más dos aparta-dos: uno, para haceraclaraciones sobre lasexpresiones en guaraní yel otro, de bibliografía.Las páginas tienen unformato de 27 x 20 cm,en grueso papel ilustra-ción mate de 170 gr., condibujos a cuatro colores.

Resultado del trabajoque desde el año 2001viene realizando en laprovincia de Corrientesun equipo de investiga-ción del Instituto Supe-rior San José, encabezadopor Carolina Gandulfo yFabián Yausaz, este librologra ser al mismo tiempoun texto para chicos y untrabajo académico. Losojos y oídos atentos de losinvestigadores encontra-ron el guaraní escondidoen las vidas de los chicos

del departamento SanLuis del Palmar y de losbarrios Itatí y Bajo Pujolde la ciudad de Corrien-tes.

Como libro de lectu-ra Martín y Ramona cuen-ta, en dibujos y palabras,la vida real de dos chicoscorrentinos. Una vidareal que incluye suforma de hablar, la cre-ciente del Paraná, laperegrinación a Itatí, ytambién cuenta cómoser niño en estas regio-nes implica desde muychico participar en eltrabajo cotidiano de lacasa para contribuir almantenimiento de lafamilia: Ramona lava laropa, cambia los pañalesde su hermanito Felipe,cocina para que suspadres puedan trabajaren la chacra; Martín pro-testa porque no lo dejanintervenir más activa-mente en la fabricaciónde ladrillos. Los magnífi-cos dibujos de BeatrizFernández Salazar mues-tran con un realismoatento y afectuoso gestos

y posturas maravillosasde los chicos: la rodillasobre la silla, el torsoapoyado sobre la mesa,los brazos en la cintura,la cara de concentraciónde los chicos durante elacto escolar. El diseño dePaula Agnoletti acompa-ña la historia de los chi-cos con estallidos decolores, páginas de inten-so negro, violeta o verdeque enmarcan una cuida-dosa y respetuosa imagendel entorno de los chi-cos.

Pero Martín y Ramonaes también una propues-ta de recuperación ymantenimiento de laslenguas (en este caso delguaraní), de respeto almultilingüismo propiode esta latitud de laArgentina que, como uncorredor, va de este aoeste desde el guaraní,pasando por el mocoví,el pilagá, el chorote, eltoba, el wichí y todas laslenguas de inmigraciónimaginables hasta llegaral quichua de Santiagodel Estero. En el capítu-

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lo "Aporteñada" (p. 47)aparece el dolor lingüís-tico de hablar distinto, dehablar poco o de ocultarla lengua de la casa. Unade las niñas de la clase,Juana, volvió de BuenosAires hablando "aporte-ñado" y llora desconso-ladamente en un rincónporque los chicos seburlan de ella. La maes-tra interviene, habla, dejahablar y escucha. Entretodos hacen una encues-ta de lenguas, niveles yformas de uso: sí, no, unpoco, como paraguaya. Ladiversidad está dentrodel aula y la escuela sehace cargo de ella. No essolamente una cuestiónde "respeto a la multi-culturalidad" o de saberque existen "los otros"sino un hecho cierto,presente en cada aula,constitutivo de la identi-dad de los chicos que secomunican pasando deuna lengua a otra, intro-duciendo palabras de unay otra lengua en su dis-curso cotidiano, transfor-mando las palabras deuna de las lenguas paraque "entre" en la otra.Parece fundamentalconsiderar esta perspec-tiva en contraste con laley de educación aproba-da hace unos días quecontempla la diversidadcasi exclusivamente desdeuna actitud de respeto -lo

que por supuesto no estámal- pero preocupa laenorme dificultad quetiene para concebirla ensus aspectos lingüísticosdentro del aula.

Este libro adopta unapostura muy audaz en lolingüístico, ya que loschicos hablan, como enla vida real de las comu-nidades bilingües, en uncontinuum en el que elespañol y el guaraní seentrelazan. Las institu-ciones educativas sonhostiles al cambio decódigo, al que en generalse llama "mezclar", "con-fundir", "hablar mal". Laescuela se concentra enseparar las lenguas y, fre-cuentemente, proponesustituir la materna porla oficial. La propuestade este libro es, ademásdel reconocimiento delguaraní, un clima de tra-bajo en el aula que lespermita a los chicosexpresarse naturalmente yenriquecerse lingüística-mente en el aprendizajede una segunda lengua enlugar de empobrecerseen la pérdida de la lenguamaterna.

Dijimos más arribaque este libro logra ser almismo tiempo un libropara chicos y un trabajoacadémico. Resuelve ade-más el conflicto del inves-tigador en el campo: haceque lo recolectado entre

quienes abren sus casas ysaberes vuelva rápida-mente transformado, eneste caso, a través de sushijos.

Durante la presenta-ción del libro en Corrien-tes, el 31 de agosto pasa-do, se proyectaron fotosde los chicos de lasescuelas mirando (ymirándose en) los libros,concentrados en la lec-tura, levantando la vistapara hacer un comenta-rio sobre lo que veían.Hablaron en esa reu-nión dos maestras y dosdirectoras de escuela encuyas instituciones sehizo el trabajo de inves-tigación. Todos esos tes-timonios dieron cuentadel grado de compromi-so asumido por ellas enla investigación pro-puesta por este equipo,del cual ellas tambiénson parte, de la reflexiónque fue transformandosu práctica docente ydel deseo de una conti-nuidad del trabajo.

Martín y Ramona seráun apoyo ideal para losdocentes que se desem-peñan en las regionesbilingües de Corrientes,ya que propone ademáscuidar a los chicos que,como señalan los autoresen la introducción, tienendificultades escolares:"En mi escuela los chi-cos que pueden hablar

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en guaraní conmigofluidamente, son los queno han repetido muchosaños, los que repitieron

mucho, ya están muysilenciosos." (Palabrasde Marta Rodríguez enla Legislatura de

Corrientes el día en quese instituyó el guaranícomo lengua oficialalternativa).

Leonor Acuña*

* UBA-INAPL.

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caratula agenda

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