Areíto 12 de diciembre, 2015

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Areíto Zona de la Cultura y de las ideas www.hoy.com.do Editor: Bavegado Diseño: Aimée Piccirillo SÁBADO 12.12.2015 Roland Barthes y el placer de leer Página 3 En el Museo de Arte Moderno ¡Antuan: Vibrando en 7.8! Pinturas, esculturas, dibujos, instalaciones y videos, integran la formidable exposición “VIBRACIÓN 7.8”, del reconocido artista cubano-americano Antuan Rodríguez, abierta en el Museo de Arte Moderno. Pá g i n a 8 Una mirada hacia Pedro Henríquez Ureña La vida de este gran maestro del pensamiento americano fue trashumante y fértil, errante y productiva. Y no hay biografía que pueda abarcarla. Su verdadera biografía está en sus libros, en las aulas. Pá g i n as 4y5 Sobre el concepto de soberanía (6) No olviden, no olvidemos, que desde noviembre estoy intentando entender, desde la perspectiva histórica, asumiendo el concepto de historicidad de Pierre Vilar, cómo surgió y ha evolucionado a través del tiempo el concepto de soberanía. Pá g i n a 6 JULIO AMADO CASTAÑOS GUZMÁN El valor de un liderazgo para el servicio Página 2

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A re í t o Zona de laCultura y de

las ideas

w w w. h oy.co m .d oEditor: BavegadoDiseño: Aimée PiccirilloS Á BA D O 12 .12 .2 015

Roland Barthesy el placer de leer Página 3

En el Museo de ArteModerno ¡Antuan:Vibrando en 7.8!Pinturas, esculturas, dibujos,instalaciones y videos,integran la formidableexposición “VIBRACIÓN 7.8”,del reconocido artistacubano-americano AntuanRodríguez, abierta en elMuseo de Arte Moderno.Pá g i n a 8

Una mirada haciaPedro Henríquez UreñaLa vida de este granmaestro delpensamiento americanofue trashumante y fértil,errante y productiva. Yno hay biografía quepueda abarcarla. Suverdadera biografíaestá en sus libros, enlas aulas. Pá g i n as 4 y 5

Sobre el conceptode soberanía (6)No olviden, no olvidemos,que desde noviembre estoyintentando entender, desdela perspectiva histórica,asumiendo el concepto dehistoricidad de Pierre Vilar,cómo surgió y haevolucionado a través deltiempo el concepto desoberanía. Pá g i n a 6

JULIO AMADO CASTAÑOS GUZMÁN

El valor de un liderazgo para el servicio Página 2

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2 Sábado 12 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

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Andrés L. Mateo (Escritor de literatura y ensayos)En la República Dominicana la palabra está prostituida.Aún más que la sociedad del espectáculo, la nuestra es lasociedad de la mentira.

El valor de un liderazgo para el servicioJulio Amado Castaños Guzmán

E s oportuno advertirles que en estemomento son miles los ciudada-nos que deambulan con un títulouniversitario en búsqueda de inser-

ción laboral. La baja credibilidad y la faltade calidad hacen que en vez de ser un ins-trumento para abrir puertas, les condene ala frustración.

La competitividad laboral está, cada vezmás concentrándose en pocas universida-des, las cuales son reconocidas por sus ni-veles de calidad educativa, guardando susdiferencias entre unas y otras.

El sector empleador es cada vez másexigente en la selección de su personalprofesional. Tanto así, que se ha ido es-tableciendo toda una nueva cultura en laspolíticas empresariales de contratación derecursos humanos donde la procedenciauniversitaria define si su solicitud tiene ono vocación de empleabilidad.

Este fenómeno tiene como contraparteal sector público laboral, donde el méritopolítico y clientelar se impone como cre-dencial, relegando a un segundo plano losméritos profesionales, el talento y la ca-lidad.

La Universidad Iberoamericana, desdesu fundación, adoptó el compromiso deformar profesionales diferentes, compro-metidos, emprendedores y con un perfilorientado al desarrollo del liderazgo en lacomunidad.

UNIBE desde sus inicios, ha estadocomprometida con su rol académico y enla promoción de nuevos liderazgos, lo cualha estado sustentado por acciones y pre-misas irrefutables: La importancia del li-derazgo desde la esfera social como fuerzadel cambio, y en lo individual, como ca-talizador del éxito profesional.

La falta de liderazgo en las personas en-torpece la intensidad y efectividad del éxi-to personal, limitando como consecuen-cia los potenciales talentos, capaces de al-canzar mejores resultados en los desem-p e ñ o s.

Se conoce, aunque podría tener otrasinterpretaciones, que el liderazgo es la ca-pacidad que puede tener una persona pa-ra influenciar y motivar a los demás. Unliderazgo que no ejerce influencia en losdemás, no es liderazgo.

Es evidente cómo el liderazgo se ha con-vertido, a nivel global, en un factor indis-pensable y necesario para los nuevos mo-delos y paradigmas de gestión en los ám-bitos gerenciales, y para el mejoramientocontinuo y el alcance del éxito en cualquieractividad, ya sea personal o institucional.

Líderes son aquellos hombres y mujeresque alientan e inspiran con su carácter alos demás hacia la conducción de las me-tas. Sin manipulaciones ni imposiciones.

Razón por la cual, las organizaciones dehoy cada día estiman más el capital hu-mano, por sus habilidades de liderazgo co-mo elemento que agrega valor, en la bús-queda de mejores resultados.

Aquellos que logran desarrollar capaci-dades de liderazgo y hacen el uso debidode él, se convierten en individuos de éxitosy entes promotores de acciones dirigidas aobtener mejores resultados en el ámbitoen que se desenvuelven.

Debemos reconocer que, a nivel indi-vidual, el conocimiento y la inteligencia nonecesariamente se traducen en liderazgo.

Por lo tanto, no siempre se traduce enuna garantía que los desempeños acadé-micos sobresalientes, conduzcan inexora-blemente al liderazgo.

Grandes científicos y personajes impor-tantes de la historia de la humanidad, apesar de sus extraordinarios aportes, enmuchos casos, no son reconocidos comograndes líderes. Sin embargo hay otras fi-guras, que a través de sus liderazgos, tras-cendieron su época, y hoy son íconos parala humanidad.

Algunos de ellos, a través de su carácter,su fuerza y ambiciones personales, cons-truyeron imperios, los cuales posterior-mente se destruyeron, ya que por su im-posición en base a la fuerza, estaban con-

denados a desaparecer.Sin embargo, nos encontramos en esa

galería con grandes figuras como la de Je-sús de Nazaret. Hoy más de 2,000 años des-pués, más de 2,000 millones de ciudada-nos en el mundo se identifican con el Cris-tianismo. Su influencia en la humanidad,representada en un liderazgo de amor yvocación hacia los demás, marcó el antes ydespués en nuestro calendario occidental,y en la propia historia universal.

En una ocasión, el general Napoleón Bo-naparte expresó: Alejandro Magno, JulioCésar, Carlomagno y yo hemos fundadoimperios basados en la imposición de lafuerza; pero Jesucristo, sin fuerzas ni ejér-citos, fundó su imperio sobre el amor al pró-jimo y en este momento millones de per-sonas estarían dispuesta a morir por él.

El líder ejerce con su carácter y otrascualidades, influencia sobre su entorno.Tiene capacidad para convencer y sumar asus propósitos sobre quienes ejercen sufunción de líder.

De la misma forma debemos entenderque no es lo mismo poder que autoridad.Aunque los papeles tradicionales de lide-razgo están dotados de poder, podríamosestablecer que este último es la capacidadde obligar o coaccionar a alguien para quehaga lo que usted desea debido a su po-sición de fuerza.

Aunque el poder casi siempre lo con-cede la posición y la investidura, la auto-ridad, sin embargo, se puede ejercer desdecualquier posición, y se incuba desde elliderazgo individual.

Jesús decía que aquel que aspire y quie-ra ser líder, antes debe ser el servidor. Siusted decide liderar, debe primero poderser vir.

Existen controversias sobre el origen delliderazgo. Unos dicen que se nace con lacondición; otros plantean que todos po-demos desarrollar habilidades de lideraz-go, aunque para aquellos con condicionesinnatas, se les puede facilitar ejercer su pa-pel de líder. El liderazgo es una habilidadque está latente en cada uno de nosotros, ya la espera de ser desarrollada.

Pero el liderazgo resulta de la conjuga-ción de varios aspectos dentro de los quese destacan: el carácter, los talentos, el res-peto hacia los demás, la experiencia, elcontrol emocional, las destrezas, la disci-plina, la visión, entre otros.

Se trata de un perfil, el cual no se ob-tiene si no es a través del trabajo y del sa-crificio. Se trata de un proceso que se cons-truye con el tiempo. Nadie se puede trans-formar en un líder después de leer o asistira un seminario de liderazgo, y menos aúnporque nuestra universidad lo haya adop-tado como lema institucional.

No solo necesitamos de profesionalescapaces, también hacen falta hombres y

mujeres que puedan desarrollar y poten-ciar sus condiciones de liderazgo y se pon-gan al servicio de nuestro país, mejorandonuestros indicadores de desarrollo.

Vivimos una especie de vacío existen-cial en materia de liderazgos locales. Másque defensores y promotores de mejoresprácticas, lo que predominan son falsos li-derazgos que no dan paso, ni agregan nin-gún valor, para la construcción de una me-jor sociedad.

Definitivamente, estimadas amigas yamigos, no necesitamos políticos, lo quenecesitamos son líderes con vocación po-lítica al servicio del país.

Ya estamos realmente saciados de lide-razgos que en su mayoría lo que persiguenson intereses particulares y grupales.

El liderazgo puede tener solo dos inten-siones, y ambas están contrapuestas: laprimera y a la que apostamos, es la quefomenta un liderazgo constructivista quetiene como propósito e inspiración la vo-cación al servicio de los demás. Y la se-gunda, dañina y viciosa, que es aquella queha ido floreciendo como la yerba mala ennuestra sociedad, representada por jauríasdisfrazadas de ovejas, las cuales se alimen-tan del inmediatismo y ejercen en un am-biente proclive a la corrupción, impuni-dad, tráfico de influencias, prebendas, en-tre otros.

No quedaríamos de ninguna maneraconformes, si nuestra aspiración se detie-ne solamente en la formación de buenosprofesionales. Esto no es suficiente.

Las universidades deben promover ysentar las bases para que puedan ser ver-daderas incubadoras de nuevos líderescon capacidad y decisión de cambiar mu-chas cosas en nuestra sociedad.

El presidente Theodore Roosevelt ex-presó en una ocasión: “Educar a una per-sona solamente en los aspecto intelectua-les y dejar de lado los aspectos éticos y mo-rales, es crear una amenaza para la socie-d a d”.

La Alemania Nazi nació de las entrañasde una nación educada y refinada. La mis-ma nación en que nacieron Beethoven,Bach, Albert Einstein y Goethe.

Desde nuestra universidad estamos ha-ciendo esfuerzos seleccionando jóvenescon condiciones excepcionales y vocacióncomunitaria en el programa Líderes delMa ñ a n a .

Ojalá y logren motivarse, desarrollar suspropios liderazgos, y así lograr influir deforma positiva en su entorno, en su co-munidad… Estarían ustedes haciendo ho-nor a lo que ha sido ya por décadas nuestrolema: UNIBE, ¡Forjando líderes!

(Discurso de graduación del rector deUNIBE, doctor Julio Amado CastañosGuzmán, en noviembre 2015)

Doctor Julio Amado Castaños Guzmán, rector de UNIBE.

A RCH IVO

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A RE Í TO 3Sábado 12 de d i ci e m b rede 2 015 H OY

Roland Barthesy el placer de leer

S er lector no consiste primordialmen-te en leer unos textos concretos, lla-mados “literar ios”, sino en leer de unapeculiar manera. Es, en definitiva, la

configuración de una determinada actitudplacentera y gozosa de leer. Desde este pun-to de vista, no se puede ser un buen lector sinleer gozosamente un texto. Leer de este mo-do viene a ser, así, una convocatoria a unamanera subjetiva de leer. No se trata de unatécnica del arte de la lectura, sino de la es-tética de una vida definida por la acción deleer. Ya la cuestión afecta a toda lectura, atodo lector. Y, entonces, resulta insuficientehablar simplemente de placer de leer. En talsentido, la vida y obra de Roland Barthes sonun vivo ejemplo de lo que acabo de decir.

Pero ¿cómo hablar barthesianamente dela lectura a partir de lo escrito? El discurso essiempre de alguien o para alguien. El arte deldiscurso está, por ello, destinado, pero tam-bién lo está el arte de escribir y el de la lecturaque sigue a este. Pues, en efecto, escribir essiempre hacerlo para alguien, aunque enmuchas ocasiones se trate de un destinata-rio indeterminado. Ahora bien, dada la di-sociación entre escritura y lectura, nos pre-guntamos: ¿cómo puede ser superada la dis-tancia entre el sentido de un discurso fijadopor el que escribe y el lector que lo atiende?Pero ¿y cómo pensar sin recrear lo que hay?Tal vez, precisamente quepa y deba hacerseporque somos lectores; quizás, porque so-mos lectura permanentemente reescrita.

Trazos del placer disuelto en escritura. Deltexto del placer, al acto de leer. Soporte yhendidura: tramado de significación para lacapacidad perceptiva de la legibilidad. Y des-de la profundidad del símbolo, la texturaemerge y se muestra como cuerpo. Cuandotextura y trazo se hacen uno, en la posibi-lidad de la escritura, confluyen en la sim-bólica del cuerpo, que se muestra para lacomprensión de lo legible. Así, mundo, na-turaleza, ciudad, ser, son cuerpos en el mi-lagro de la legibilidad del texto. La represen-tación de la escritura como cuerpo, y delcuerpo como escritura, se desplaza del sím-bolo al referente y del referente al símbolo,como vasos comunicantes de intensa signi-ficación. “El placer del texto, según RolandBarthes, es ese momento en que mi cuerpocomienza a seguir sus propias ideas—puesmi cuerpo no tiene las mismas ideas que yo.Texto de placer: el que contenta, colma, daeuforia; proviene de la cultura, no rompecon ella y está ligado a una práctica con-fortable de la lectura. Texto de goce: el quepone en estado de pérdida, desacomoda (talvez incluso hasta una forma de aburrimien-to), hace vacilar los fundamentos históricos,culturales, psicológicos del lector, la consis-

tencia de sus gustos, de sus valores y de susrecuerdos, pone en crisis su relación con ell e n g u a j e”.

El acto de leer se convierte así en el mo-mento crucial del análisis de leer por puroplacer. Sobre dicho acto descansa la capa-cidad del relato de la crítica de transfigurar laexperiencia de leer en un acto de placer. Y, enesa medida, el poder de la ficción se muestraligado al de la redescripción, y toda lecturaofrece la urdimbre de un espacio-mundo enel que cabe urdir otras lecturas: espacio devida soportable, espacio de supervivencia.Nuestra propia vida se muestra como elcampo de una actividad gozosa, mediante lacual intentamos reencontrar/recrear laidentidad narrativa que nos constituye, co-mo lectores hedónicos y festivos.

En esa medida, para Barthes, leer es negarel carácter definitivo de lo dado, negar susperfiles de ejemplar aislado, a fin de expe-rimentar plenamente el incentivo del juego,con reglas conocidas y sorpresas todavíadesconocidas. Juego, como dijimos, ya antesempezado. Pero el sentido del texto única-mente se produce si el lector lo hace no solosegún sus propias condiciones, sino ante to-do según condiciones ajenas. Precisamentelo no idéntico es la condición del efecto, quese realiza en el lector, en cuanto constitucióndel sentido del texto. En la interacción entretexto y lector se reabren las posibilidades. Setrata de continuar la dinámica del placer yno de regodearse en una vacía visión quenada produce, una pura ojeada que pareceleer pero ni atiende ni contempla, ni goza nilee. El lector no tiene ya el papel de devo-

rador ante un objeto que ha de consumirse,sino el de quien en la espera—más que en lae x p e c t a t i va —está abierto, según Barthes, ala que la obra obre, a la eventual agregaciónde sus efectos. Gracias a y por esa actitud,que es una actividad, (sumamente erótica,por cierto), ha de hablarse, por tanto, del lec-tor como experiencia. La recepción (aísthe-sis) es, así, poética y catárquica. Leer es en-tonces reaccionar, reponer en acción. Asu-mir el texto como un acto erótico.

Barthes, invariablemente ha dicho SusanSontang, actúa en un registro afable. No hayafirmaciones rudas ni proféticas, ni súplicasal lector, ni esfuerzos para “n o” ser compren-dido. Se trata de la seducción como juego,nunca como violación. “Toda la obra de Bar-thes es una exploración de lo histriónico y lolúdico; de muchas e ingeniosas maneras,una excusa para el paladeo, para una rela-ción festiva (más que dogmática o crédula)con las ideas. Para Barthes, como para Niet-zsche, el fin no es alcanzar algo en particular.El fin es hacernos audaces, ágiles, sutiles, in-teligentes, escépticos. Y dar placer”.

Solo entonces la obra nos dice y nos lee.Considerada por su obrar, se trata de cap-tarla y concebirla como efectivo autor, o me-jor como el autor mismo. Lo que habitual-mente denominamos “a u t o r” se esfuma ydifumina como supuesto propietario deltexto y viene a ser su primer lector, el efectoactivo del funcionamiento de los enuncia-d o s.

La tensión “enfer miza” por apropiarnosdel texto no es sino una expresión de la ten-sión por apropiarnos “a” nosotros mismos,“d e” nosotros mismos, y eso es un procesopoblado y tejido de textos. Sin embargo, hade reconocerse que la “intr iga” es la obra co-mún del texto y del lector. Y, en esa medida,es el acto de lectura el que, en efecto “re a l i z a”la obra. Y, sencillamente, porque la lecturamisma es ya una forma de vivir en el uni-verso de la obra. Y sobre todo, porque la vidase presenta como una actividad y una pasiónen búsqueda de relato.

Por eso, el sentido del texto no descansa,sin más en él, dormido, esperando ser libe-rado por la presupuesta genialidad de unlector. Y esta carencia es la matriz productivapara que siempre de nuevo, en los contextosmás diversos, sea capaz de proporcionar unnuevo sentido, al “insensato juego” de leer.Ahora bien, si Umberto Eco ha subrayadoque precisamente “de lo que no se puedeteorizar hay que narrarlo”, la lectura, al rees-cribir, realimenta y reactiva no solo lo dichosino también aquello que da qué decir. Gra-cias a ella se preserva lo no dicho, en virtudde lo que se dice y en lo que se dice. Esta es sun a r ra c i ó n .

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FUENTE EXTERNA

Roland Barthes

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4 Sábado 12 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

Una mirada haciaPedro Henríquez UreñaC uando Pedro Henríquez Ureña na-

ció, el 29 de junio del año 1884, laciudad que lo acogió, Santo Domin-go, era un entramado sinuoso de ca-

lles polvorientas en las cuales discurría la vi-da lenta y apaciblemente. Es cierto que lasfrecuentes refriegas que escenificaban los“ro j o s” y los “a z u l e s” (1) por el control po-lítico y económico del país alteraban la vidade la nación, pero muy a pesar de toda lapolvareda escenificada por los caciques po-líticos de entonces, sorprendía que la vidacultural fuera tan numerosa y activa. Euge-nio María de Hostos cuando llegó al país, enmayo del 1887, se asombró de las numerosasasociaciones culturales que existían, y vio enesa fértil pasión por la cultura y el saber uncaldo de cultivo apropiado para abonar lasavia de su enseñanza. Se suele abordar, par-ticularmente en las historias del pensamien-to americano, el surgimiento de la figura dePedro Henríquez Ureña como el productode una autogeneración asombrosa, deján-dolo flotar en el enigma que encierra la ideade que “el destino dominicano lo prefigurapero no lo explica” (2). Como si todo el saberde Pedro Henríquez Ureña brotara del azar,de la casualidad.

Es por eso que este libro, “Treinta inte-lectuales dominicanos escriben a PedroHenríquez Ureña (1897-1933)”, cuya edicióny notas pertenecen a Bernardo Vega; sirvepara inferir un arduo proceso formativo, unadescripción de la atmósfera intelectual y cul-tural en la que se fraguó uno de los más fruc-tíferos intelectuales del mundo americano. Yes, además, extraordinariamente oportunopara aclarar algunas cosas relativas a la for-mación humanística de Pedro HenríquezUreña, asombro de muchos por esa capa-cidad de despliegue tan abarcadora de lahistoria del pensamiento universal. Lo pri-mero es la circunstancia de un núcleo queentraña una verdadera oligarquía espiritualde la nación dominicana. Casi toda la for-mación educativa, tanto de Pedro como deMax, y después de Camila; se desarrolla en elseno de la familia, incluso la formación es-colar. En “Hermano y maestro”, Max Hen-ríquez Ureña detalla con claridad cómo nisiquiera asistieron a la escuela tradicional,sino que recibían la educación directamentede sus padres (3). Ese núcleo familiar era unainexorable incitación al saber. No es por lotanto una casualidad histórica el que sur-giera en el ambiente intelectual dominicanode finales del siglo XIX, en medio de una fa-milia tan ilustre, un intelectual de las dimen-siones de Pedro Henríquez Ureña. Todas lascorrespondencias de la primera etapa quecompila este libro, corroboran fehaciente-mente la paulatina concreción de un saberenciclopédico. Y justifican lo que el propioPedro Henríquez Ureña había dicho sobre símismo, que desde su nacimiento había vi-vido “en el culto exclusivo de lo intelectual”(4). Esas tesis sobre el surgimiento inex-plicable de una figura de la dimensión dePedro Henríquez Ureña quedan desvir-tuadas con este legajo de corresponden-cias que recuperan un ambiente de altavida intelectual, minuciosamente datadopor Bernardo Vega.

Hay otros dos factores que estas corres-

pondencias reflejan con claridad, el primeroes el hecho de que el despertar del intelectode Pedro Henríquez Ureña ocurre en un mo-mento de grandes transformaciones socia-les; y el segundo es el influjo intelectual de lasoleadas de inmigrantes que devinieron enun soporte primario del saber, propiciandolas transformaciones del pensamiento quecaracterizan la época, aportando propuestasde regeneración social así como dándoles unaire cosmopolita al ambiente intelectual do-minicano. Y quisiera citar el caso de las co-rrespondencias con Leonor Feltz. PedroHenríquez Ureña le dedicó su ensayo “Díasa l c i ó n e o s” , de su libro “Horas de estudios”de 1910; y siempre destacaba sus virtudesintelectuales. Leonor Feltz era una de lasalumnas preferidas de su madre SaloméUreña de Henríquez, en aquella primeraaguerrida aventura del normalismo hosto-siano en nuestro país, también fungía deanimadora cultural; y su admiración por estamaestra constituía una de las pocas devo-ciones sentimentales que él expresaba, alimpulsar un juicio que tenga que ver con lacultura. Sin embargo, por su obra, uno notenía certeza del peso intelectual de que eraportadora. Yo siempre me preguntaba el porqué él la encomiaba intelectualmente contanta frecuencia, llegué a pensar que era unaAN

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Pedro Henríquez Ureña en El Callao, Perú, a suregreso de Harvard hacia Argentina.

Pedro Henríquez Ureña,fotografía 1943.

La segunda familia deFrancisco Henríquez yCarvajal. Primera fila:Amalia LauranzónAmiama, FranciscoHenríquez y Carvajal,Guarina Lora, esposa deMax Henríquez Ureñacon su hijo Hernando ensus piernas y MaxHenríquez Ureña. De piearriba: Rodolfo, Eduardoy Enrique (Cotubanamá)Henríquez lauranzon.

FOTOS TOMADAS DEL LIBRO TREINTA INTELECTUALES DOMINICANOS ESCRIBEN A PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA DE BERNARDO VEGA

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No ta s

(1) Los azules, expresión de la ideología liberal,surgidos de la guerra de Restauración. Su líder eraGregorio Luperón, y tenían el Partido NacionalLiberal, o Azul. Los rojos eran los conservadores,encabezados por su viejo líder Buenaventura Báez.Son largas las guerras entre los Azules y los Rojos.(2) La mayoría de los que han escrito sobre lahistoria del pensamiento americano, cuando hablande Pedro Henríquez Ureña, comienzan por noexplicarse cómo en las condiciones de existencia dela sociedad dominicana de finales del siglo XIXpudiera surgir un intelectual de formación tanenciclopédica y profunda. Esta referencia es ya untópico común a la hora de explicar su importanciaen la cultura americana.(3) En numerosas ocasiones, en su libro “H e rm a n oy maestro”, publicado por el Fondo de CulturaEconómica de México, en el año 1998; MaxHenríquez Ureña hace referencia a este apostoladofamiliar de educar a sus hijos fuera del sistemaeducativo, atendiendo a los objetivos particulares desus padres. Para los Henríquez Ureña toda la vidafamiliar era una escuela, aprovechada al máximopor la precocidad de Pedro y Max, y luego deCa m i l a .(4) En “Memorias, Diario, Notas de viaje”; Fondo deCultura Económica, año 2000, México; el propioPedro Henríquez Ureña suele recurrir a este juicio.Este Epistolario con intelectuales dominicanos quele admiran también lo confirma: su vida estuvodesde su infancia enteramente dedicada al estudio,al trabajo intelectual, al engrandecimiento personaly la entrega a los demás.

debilidad afectiva de un hombre caracte-rizado por su franqueza a la hora de emitirun juicio de valor (La llegó a llamar “Pre -dilecta hija intelectual de mi madre”). Peroal leer la correspondencia que aparece eneste libro se comprueba la sólida formaciónde Leonor Feltz, sus lecturas, la capacidadanalítica, la profundidad de sus juicios. Sudefensa del positivismo hostosiano, sus re-ferencias a un escritor maldito como VargasVila cuya sola mención era una provoca-ción. Y es enteramente justificable la in-fluencia que él ha admitido tuvo esa maes-tra en su formación. Lo mismo se puededecir del intercambio epistolar con Merce-des Mota, tan íntimo, profundo, y lleno depícaras complicidades intelectuales, e in-cluso de premoniciones respecto de lo quePedro llegaría a ser. En ambos casos, unodescubre mujeres con plena capacidad pa-ra el ejercicio del criterio, criaturas pensan-tes, activas, dueñas y señoras de sus ideasintelectuales y políticas. Algo sorprendentea finales del siglo XIX y principios del XX, enuna sociedad en la cual el papel de la mujeren el orden social era más recatado y mo-

desto. Y descubre también los rasgos de unaformación actualizada, y los nexos con bi-bliografías y escuelas de pensamientos muyactuales en la época. Están, además, los ca-sos de las correspondencias de RamonaUreña y Camila Henríquez Ureña. Camila esuna personalidad destacada, su vida inte-lectual y magisterial constituyen un verda-dero paradigma de entrega a la investiga-ción. No es de extrañar, por lo tanto, que susmisivas a Pedro sean una oportunidad dereflexionar asuntos trascendentes de la vidacultural. Lo que sí es sorprendente son lasnumerosas oportunidades en que hace jui-cios políticos respecto de lo que está ocu-rriendo en ese momento en la RepúblicaDominicana. Lo de Ramona Ureña es otracosa. Siendo dueña de una fuerte persona-lidad, e incluso poseyendo una destacableformación intelectual; siempre pasa inad-vertida cuando de la familia Henríquez Ure-ña se habla. Después de la muerte de Sa-lomé Ureña de Henríquez, fue la madre sus-tituta de Pedro, y le acompañó inclusocuando este se casó en México con IsabelLombardo Toledano. Era su ángel protector.

Las cartas dan cuenta de su formación in-telectual, y el delicado tino para analizar to-do cuanto ocurre a su alrededor y que ellajuzga le debe ser comunicado a Pedro.

Todas las correspondencias intercam-biadas en la primera y la segunda etapa quereúne este libro ilustran profusamente elpaulatino crecimiento de un Pedro Henrí-quez Ureña a quien se acude como una re-ferencia fundamental de la cultura ameri-cana. Y es satisfactorio descubrir que el re-conocimiento de sus méritos intelectualespartió de sus compatriotas. Incluso desdelos primeros años de su vida familiar. No esverdad, por lo tanto, según esta correspon-dencia, que él tuviera un reconocimiento asus calidades intelectuales primero fuera desu país y luego dentro, porque lo que se pue-de leer es que había una conciencia en lossectores intelectuales del país de su dimen-sión como pensador. Este es, además, unepistolario activo. Presenta la historia enmovimiento, comenta sobre los aconteci-mientos históricos que se están viviendo enel país en la época que Pedro HenríquezUreña vive. En particular, en el caso de Pe-dro Henríquez Ureña, no era frecuente quehiciera comentarios en su correspondenciasobre acontecimientos políticos que estu-vieran ocurriendo en los países donde vivía.Por ejemplo, en el “Epistolario de los Hen-ríquez Ureña” son muy pocas las mencio-nes que hace de la Revolución mexicana de1910, a pesar de que fue uno de sus pre-cursores intelectuales, como tampoco lohace en sus “Memorias, Diario, y notas dev i a j e”. En cambio, este epistolario está llenode referencias a la historia en movimiento.Se pueden observar los cambios de gobier-nos, las insurrecciones, las guerras civiles,los golpes de Estado; e incluso las incerti-dumbres de los protagonistas y las tomas deposiciones a favor o en contra de los cau-dillos de turno. Esta cartografía es aprecia-ble en las cartas de Max desde Cuba, quienexpresa sus aprensiones por la inestabilidadpolítica del país y las constantes contiendasarmadas; O las reseñas de Federico GarcíaGodoy que incluyen análisis hasta de lo quese veía venir sobre México en vísperas de laRevolución del 1910. Y muchas otras que, enmedio del debate intelectual o la crítica li-teraria, cuelan comentarios y juicios de va-lores sobre los acontecimientos políticos ysociales del país. En este sentido, también,estos “Treinta intelectuales dominicanosque escriben a Pedro Henríquez Ureña” esuna excelente fuente de documentaciónhistórica, incluso para la historia del pen-samiento dominicano.

Yo creo que este es un libro que completala visión de Pedro Henríquez Ureña que to-dos tenemos, y robustece la biografía quealgún día tendrá que escribirse. La vida deeste gran maestro del pensamiento ameri-cano fue trashumante y fértil, errante y pro-ductiva. Y no hay biografía que pueda abar-carla. Su verdadera biografía está en sus li-bros, en las aulas. Se desplegó en las milesde conferencias que dictó, tomó forma hu-mana en sus alumnos, en la abundante co-rrespondencia con sus amigos, y saltó a serleyenda, magisterio y paradigma del pen-samiento americano. Una existencia ente-

ramente dedicada al estudio. Estas cartasque les son dirigidas a él en su mayoría, loreflejan en sus afanes intelectuales con todanitidez. Junto con sus “Memorias, Diario, No-tas de viaje”, publicado por el Fondo de Cul-tura Económica en el año 2000; el libro deMax Henríquez Ureña “Hermano y Maestro”;las notas de su hija Sonia Henríquez, el “Epis -tolario íntimo con Alfonso Reyes, y el “Epis -tolario de los Henríquez Ureña”; constituyendocumentos esenciales para el conocimien-to de su robusta formación intelectual, y delos retos y vicisitudes que tuvo que enfrentarpara producir todo lo que su prodigiosamente plasmó. Son como el itinerario de suvida íntima.

Producto del arduo trabajo de editor deBernardo Vega, contamos ahora con “Trein -ta intelectuales dominicanos escriben a Pe-dro Henríquez Ureña”, un aporte de gransignificación para la cultura dominicana.Pero, en rigor, hay que decir que BernardoVega no se ha limitado exclusivamente altrabajo de Editor, sino que su veta de in-vestigador ha permitido sacar a flote varia-dos aspectos de la vida de Pedro HenríquezUreña. Entre ellos, los incidentes, las con-frontaciones, la atmósfera asfixiante que vi-vió durante su estadía en el país como Su-perintendente de Educación al inicio del ré-gimen de Rafael Leónidas Trujillo Molina(diciembre de 1931- junio de 1933). Estaetapa ha sido discutida arduamente, y esfuente de numerosas disquisiciones. En lasnotas y en las fichas bibliográficas de Ber-nardo quedan aclaradas, pues, muchas co-sas; pero sobre todo, se rastrea la actitud quePedro Henríquez Ureña adoptó con respec-to al régimen después de su renuncia de1933. Ingrediente novedoso y esclarecedor,porque había, y hay, objeciones muy vehe-mentes por su participación en el primerperiodo de gobierno de Trujillo. Más inte-resante es, sin embargo, las precisiones do-cumentadas que opone a la leyenda que seha tejido sobre el incidente protagonizadopor la educadora Ercilia Pepín y don SergioA. Hernández. La versión popular, desple-gada en un elevado nivel literario por el doc-tor Joaquín Balaguer en su obra “Memor iasde un cortesano de la Era de Trujillo”, con-taba que a raíz de la muerte de los hermanosPerozo por el ejército de Trujillo, Ercilia Pe-pín, que era directora de la escuela México,ordenó izar a media asta la bandera nacio-nal en señal de duelo. En cambio, el directordon Sergio Hernández, atemorizado, no lohizo así en su escuela, y ella entonces sequitó la falda y se la mandó en una bandeja,pidiéndole que le mandara sus pantalones.Balaguer hizo de este contrapunteó un dra-ma trágico, pero Bernardo demuestra en estelibro lo que en verdad ocurrió. Y de paso, lainvestigación dibuja con acierto las duras cir-cunstancias a las que se enfrentó, en mediode los hechos documentados, Pedro Henrí-quez Ureña. Un verdadero aporte.

El sublime magisterio de Pedro Henrí-quez Ureña no lo ha degradado el tiempo.Vida plural, ha resistido todas las pruebas, yse refugia esplendente como un referentemoral del intelectual verdadero. Agradezcoal amigo Bernardo Vega que me haya pe-dido escribir estas breves palabras de pre-sentación, que son hijas del aprecio y la ad-miración por el modelo de vida intelectualque él encarna.

Santa Fe, Argentina. Pedro, Isabel y sus dos hijas.

Pedro Henríquez Ureña descansando en México, 1923-1924.

Pedro Henríquez Ureña y José Vasconselos (con sombrero) 1921.

Francisco Henríquez y Carvajal.

Alfonso Reyes.

Federico Henríquez y Carvajal, rector de launiversidad y presidente de la AcademiaDominicana de la Historia en 1932.Ramona Ureña (Mon), en Cuba.

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6 Sábado 12 de d i ci e m b rede 2 015H OY A RE Í TO

La política es el arte de establecer, cultivar yconservar entre los hombres las condicionesnecesarias, esenciales y homogéneas de la vi-da social…

Así pues, la consociación propuesta de lapolítica es aquella con la cual por pacto ex-preso o tácito, los simbióticos se obligan entresí a comunicación mutua de aquello que esnecesario y útil para uso y consorcio de la vidasocial… J. Altusio.

Seguimos en este viaje por el ma-ravilloso mundo del pensamien-to. Es posible que los lectores quecada sábado buscan leer aMu-Kien, la mujer que siente, noestén muy contestas con esta ru-

ta que he tomado. Como me dijo una señorahace unos días: "Lo primero que hago los sá-bados por las mañanas es buscar tu artículo.Me encanta como escribes tus reflexiones so-bre la vida cotidiana. Pero cuando comienzasa escribir de temas teóricos. Los veo y me digo:"muy interesante. Lo leeré luego." Me encan-tó su sinceridad. No es la primera vez que es-cucho ese tipo de opiniones.Pero yo soy las dos cosas. Y laescritura me ayuda a satisfa-cer necesidades tanto de mialma como de mi razón. Hoy,y todos estos últimos sábadosha sido la búsqueda del co-nocimiento mi motivaciónpara escribir estos Encuen-tros, que hace tiempo deja-ron de ser míos para conver-tirse en nuestros.

No olviden, no olvidemos,que desde noviembre estoyintentando entender, desdela perspectiva histórica, asumiendo el con-cepto de historicidad de Pierre Vilar, cómosurgió y ha evolucionado a través del tiempoel concepto de soberanía. Seguimos hablan-do del pensador, político y filósofo alemánJuan Altusio. Recordemos que su obra esen-cial y fundamental, tal y como señalamos enel artículo anterior se llamaba: "La política:metódicamente concebida e ilustrada conejemplos sagrados y profanos".

¿Cuáles son las ideas principales defen-didas por Altusio? Como era de esperarse,aún cuando el pensador ale-mán se inscribe en el marcode los pensadores modernos,no defendió nunca el Estadolaico, todo lo contrario, era undefensor apasionado y agresi-vo sobre la necesidad de laconfesionalidad del Estado.Altusio partía en su obra delconcepto de política, una ac-tividad que definía como elverdadero arte para estable-cer, cultivar y conservar lasbuenas relaciones entre losseres humanos que compo-nen esa sociedad. Interesantees que esta definición se pa-rece mucho a la que utiliza-mos los hombres y mujeres del siglo XXI. ¡In-creíble e impresionante!

Pensé que Altusio nos hablaría del Con-trato Social, como lo hicieron siglos despuésHobbes, Locke o Rousseau. El alemán ha-blaba de la "consociación", que en lo fun-damental podríamos decir que podría inter-pretarse como una especie de contrato, peropara Atusio, la "consociación" es el acuerdotácito y simbólico de la comunicación mu-tua entre todas las personas que componenesa comunidad.

Altusio considera que la ciencia política esesencialmente simbiótica, que implica elmodo único y posible de subsistir que tienenlos seres humanos para autopreservarse. Eneste caso, la subsistencia consiste necesaria-mente en la asociación natural de las per-sonas o simbiontes a fin de crear una co-munidad vital.

Defendía el hecho de que el ser humanopara poder sobrevivir necesita vivir con elotro, por lo tanto, no concibe la soledad co-mo una alternativa, pues estaba convencidoque nadie puede bastarse a sí mismo. En laspropias palabras del autor:

Así pues, en el tiempo en que vive pri-vadamente para sí -se refiere al individuo

aislado- y no se mezcla en la sociedad hu-mana, de ningún modo puede vivir bien ocon comodidad, al verse en tanta carencia delo necesario y de lo útil. Al mostrársele re-medio y auxilio en la vida simbiótica, a estase dirige para abrazarla, si desea vivir concomodidad y bien, es más, si quiere simple-mente vivir, y se ve como impelido, y en ellaes invitado al ejercicio activo de la virtud,que no puede existir más que en esta sim-biosis…[1]

Altusio concebía a la sociedad no como lasuma mecánica de personas, sino una en-tidad jurídica, moral y política. Con esta pos-tura se define y opone al nominalismo, y co-mo se verá siglos después, al concepto delibertad individual como principio quesiempre ha defendido el liberalismo que sig-nificó la culminación de todos estos movi-mientos políticos auspiciados por las nuevasfuerzas sociales lideradas por la burguesía.

Y volviendo a Altusio, concebía a la so-ciedad como una verdadera comunidadsimbiótica que debe garantizar la calidad devida en grupo. El pensador alemán derivaba

de la palabra "comunidad"el concepto de "comunión"o "ius communicationis",que tenía varias acepciones:

. Communicatio rerum(comunicación de bienes),que consistía en la reparti-ción equitativa de los bienesdel Estado, y que implicabaque los simbióticos respon-sables debían entregar alpueblo las cosas útiles y ne-cesarias para la vida social, afin de que fuera de comúnprovecho de cada uno.

Communicatio opererum (comunica-ción de obras), que se refiere a los oficiosque debían ser distribuidos entre losmiembros de la comunidad, de acuerdo asus talentos, a fin de crear los bienes y ser-vicios necesarios.

. Communicatio juris (Comunicación delderecho), que se ocupa de que se dicten le-yes sanas y justas para permitir la vida encomún. Afirmaba que la ley debía especi-ficar claramente que en toda comunidadsimbiótica hay gente que gobierna, otra que

acata y otra que sirve.El Estado era concebido

por Altusio como la conso-ciación simbiótica universal,conformado por varias pro-vincias que se unían en unpacto tácito para conformaruna sociedad, era el "CorpusSymbioticum" o la "comuni-dad de Simbiontes". Para Al-tusio, lo importante, es decir,el sujeto del Estado, era la co-munidad y no sus gobernan-tes. Esto significa que la sin-gularidad y eficiencia quepodría tener el Estado, en elmarco de la concepción "al-tusiana" era que se regía por

un pacto constitutivo que tenía como fi-nalidad fundamental el bienestar materialy espiritual de sus integrantes. Esto signi-fica, que en la concepción del gran Altusioel único soberano era el pueblo. En sus pa-l a b ra s :

“El pueblo es soberano y puede hacerde su soberanía un administrador, cura-dor o tutor que le represente en sus ne-gocios".[2]

Interesantísimo, ¿verdad? Nótese, a dife-rencia de los autores anteriores, que Altusioplanteaba la soberanía en el pueblo, no en laley. La legislación era solo un instrumentonecesario para la convivencia social. Segui-mos en la próxima. ¿Les pareció interesante?A mí sí. Yo he aprendido muchísimo.

Sobre el conceptode soberanía

(6)

‘‘ Altusio defendíael hecho de

que el ser humano,para poder sobrevivir,necesita vivir con elotro, por lo tanto, noconcibe la soledadcomo una alternativa,pues estaba convencidoque nadie puedebastarse a sí mismo.

‘‘ Altusioconsidera que

la ciencia políticaes esencialmentesimbiótica, que implicael modo único y posiblede subsistir que tienenlos seres humanos paraautopre s ervars e.

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Fernando Echavarría:fusón genealógico

(3 de 3)

Milcíades H. Núñez Núñez

L os ancestros de Fernando conti-núan en la rama Echavarría con lospadres de su tatarabuelo ManuelFelipe Echavarría Núñez, quienes

fueron Julián Echavarría y Margarita Nú-ñez. Julián ejercía como relojero en SantoDomingo en la década de 1780. El matri-monio Echavarría Núñez era amigo deManuel María Valencia, intelectual y po-lítico que presidió la asamblea constitu-yente de San Cristóbal en 1844, lo que seevidencia por la condición de padrino debautismo de Valencia de una sus hijas. Lospadres de Bernardina del Castillo fueronMartín del Castillo y María la O Pérez, am-bos parroquianos de Santo Domingo.

Por la línea de los Gómez Grateró te-nemos que Nicolás de Jesús Joaquín Gó-mez Grateró era hijo de Joaquín GómezMárquez, nacido en Santiago de los Ca-balleros el 4 de abril de 1773, y Juana Car-lota Grateró García (1780-1859), y JoaquínGómez Márquez fue hijo de FranciscoGómez y Dominga Márquez Rosario. Jua-na Carlota Grateró fue hija de AntonioGrateró Sánchez-Lazareno (1751) (hijodel francés Francisco Grateró) y de Maríade los Dolores García.

Por la línea Acosta tenemos que su ta-tarabuelo Juan Bautista Acosta Pérez fuehijo del primer marino dominicano, JuanAlejandro Acosta Bustamante, febrerista,quien al mando de la goleta Leonor trajode regreso a la ciudad de Santo Domingoa Juan Pablo Duarte desde Curazao en1844. También era amante de la música,tocaba el bandoneón según narra Gilber-to Odalis Fiallo, agregando que en las no-ches y días de fiesta le gustaba reunir “a lafamilia con quien organizaba un peque-ño conjunto musical”. Juan Alejandro erahijo a su vez de Francisco Borja Acosta(m.1819), marino lusitano a quien le lla-maban “El Portugués”, y de la patriotaMaría Baltazara de los Reyes Bustamante,quien colaboró activamente con la inde-pendencia dominicana.

Toda una familia de músicos confluyeen la genealogía de Fernando Echavarría.El fundador en 1936 de la Santo DomingoJazz Band y compositor de “Ve n” y “Pa ra í s oSo ñ a d o”, Manuel Sánchez Acosta, era hijode su tía abuela Adelaida Acosta Portes.Juan Alejandro (Dindín) Acosta Portes(m.1931), otro tío abuelo, fue profesor y di-rector de orquesta en La Vega, en tanto queel también tío abuelo Aníbal (Bango) Acos-ta McLaughlin tocaba el bombardino en labanda de música del Batallón Ozama. Eltambién tío abuelo Juan Bautista (Samuel)Acosta Brander destacó en el piano y tocóen la orquesta de Enriquillo Sánchez. Suprimo hermano Juan Tony Guzmán Acos-ta (n.1959), tiene un PhD. en educaciónmusical y dirige una orquesta de jazz enIowa, E.E.U.U., donde ejerce también co-mo profesor y arreglista.

Sin lugar a dudas, Fernando Echavarríaconstituyó en sí mismo un fusón, perogenealógico. La genética de sus ancestroslo dotó de una capacidad única para creart ra s c e n d e n t e m e n t e.

Instituto Dominicano de Genealogía

Juan Alejandro Acosta, sello postal 1981.

No ta s

[1] J. Altusio, "Política: metódicamente…. citado porJuan Altusio, Biblioteca Virtual del Instituto deInvestigaciones Jurídicas de la UNAM,www.jurídicas.unam.mx, p. 86.

[2] Ibídem.

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En el Museo de Arte Moderno¡Antuan: Vibrando en 7.8!

P inturas, esculturas, dibujos, instala-ciones y videos, integran la formida-ble exposición “VIBRACIÓN 7.8”, delreconocido artista cubano-america-

no Antuan Rodríguez, abierta desde la nochedel miércoles 25 de noviembre pasado en elMuseo de Arte Moderno. Se trata de unamuestra compuesta por más de 50 obras cu-ya “l e c t u ra” tenemos que intentar espabi-lando la consciencia, la mirada y la sensi-bilidad: con los “ojos del alma”, la percepcióny las ideas bien abiertos para poder “cali -b ra r” los niveles de riqueza estética y libertadexpresiva, así como el grado de depuraciónconceptual y profundidad reflexiva que ca-racterizan la obra reciente de Antuan.

La muestra está compuesta por un con-junto de obras que ponen de manifiesto elcarácter eminentemente lúdico y profético dela obra de Antuan. La extraordinaria recur-sividad material es otro elemento distintivode su obra. Ahora bien, tanto el desciframien-to de las claves del proceso de materializacióncomo el pleno disfrute y análisis de este con-junto se nos revelan imposibles sin las expe-riencias espirituales del amor, la libertad, lafuga, el desarraigo, el dolor y el viaje intros-pectivo hacia las sombras e iluminaciones delabsurdo, la maravilla, el pensamiento y la al-teración de la percepción.

“VIBRACION 7.8” es un título alusivo alpeligroso proceso de aceleración y altera-ción de la misma frecuencia vibratoria quemantienen el equilibrio electromagnéticodel planeta Tierra y las ondas cerebrales delos seres humanos (7.8 hertzios o ciclos vi-bratorios por segundo). Abordando estaproblemática desde su particular e incisivodiscurso estético, Antuan procede a partir delos resultados de una serie de investigacio-nes transdisciplinarias que demuestran lasdistintas maneras en que las vibracionesmagnéticas de la Tierra influyen en todo loque vive y viaja con nuestro planeta.

En este sentido, la investigadora AuroraJusto Carranza nos advierte: “La Resonanciade la Tierra (Resonancia Schumann) ha sidode 7.8 Hz por miles de años. Desde 1980 se haestado elevando hasta 12 Hz. Esto significaque 16 horas equivalen ahora a un día de 24horas. ¡El tiempo se está acelerando! El cuerpofísico ya comenzó a cambiar. Se está creandoun nuevo cuerpo de luz. Nuestro ADN estásiendo modificado desde el Universo…

“Nos estamos moviendo desde 2 fibras, deregreso a un ADN de 12 fibras. Grandes ha-bilidades intuitivas y curativas están emer-giendo. Cada año esto se incrementara diezveces. Los niños nacen con una actividadmayor, con unos conocimientos intuitivosmayores, con una predisposición a la tec-nología mayor. Los médicos califican a estosniños de hiperactivos, ¡qué genialidad denuestra medicina que no es capaz de ver elcambio! La hiperactividad infantil ha au-mentado un 1200 % en los últimos 20a ñ o s”…(Gransistema. Com/2014)).

A través del resistente cuerpo de obrasque integran “VIBRACION 7.8”, la produc-

ción simbólica de Antuan se aprecia en uninstante evolutivo caracterizado por un gra-do mayor de expresividad estética y provo-cación de la consciencia del espectador. Eneste sentido, su obra estalla como imageninefable, única, ambigua y terriblemente pa-radójica. Como dialógico, especular, exci-tante y conmovedor rizoma imagético de laposmoder nidad…

Desde luego, los depurados niveles de ar-tisticidad y la chispa despertadora, solo sondos componentes, ciertamente reveladores,en la producción simbólica de este inteligentey polifacético artista basado en Miami. Losmodelos vigentes de desarrollo socioeconó-mico; los procesos de mutación social, espi-ritual y cultural; las nuevas tecnologías y sucreciente incidencia en la salud física y mentalde los individuos; la educación; los deportes;la interacción de los seres humanos entre ellosmismos y la naturaleza, así como la capacidad“t e ra p é u t i c a” o curativa de las nuevas prác-ticas creadoras, son problemáticas que lla-man poderosamente la atención de Antuan yante las cuales él sigue respondiendo conideas y propuestas creativas de extraordinariopotencial significativo.

La exposición “VIBRACIÓN 7.8” de An-tuan, estará abierta al público hasta el 31 deenero de 2016 en la Sala del Sótano del Mu-seo de Arte Moderno, Plaza de la CulturaJuan Pablo Duarte, en horarios de 9:00 a.m. a5:00 p.m., de martes a domingo.

En síntesisAntuan Rodríguez

Antuan Rodrígueznace en Villa Clara,Cuba, el 9 de enero de1972. Es egresado dela Universidad FélixVarela, Villa Clara,Cuba, donde obtuvouna Licenciatura enArte (1996) y de laEscuela Nacional deArte San Alejandro, LaHabana, Cuba (1998).Sus obras y proyectosrecientes se hanpresentado en el Museum of Latin AmericanArt-MoLAA-, Long Beach, California. USA (2009); TheStenersen Museum, Oslo, Noruega; Museum ofContemporary Art Toronto, Canadá; COBRA ArtMuseum, Amsterdam, Holanda (2011); The FreedomTower Museum of Art & Design y The Patricia &Phillip Frost Art Museum, Florida InternationalUniversity, Miami, FL, USA (2010). En el 2013, comoparte del programa de eventos previo a suexposición en el MAM, Antuan dictó en la RepúblicaDominicana la conferencia “Fusión Arte &Empre s a”, la cual tuvo como objetivo promover lasprácticas y proyectos artísticos dentro de uncontexto sintetizado con las formas de producciónempre s arial.AM

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Con “Vibración 7.8”, producida entre Miami y Santo Domingo, gracias a los soportes delMinisterio de Cultura y el Museo de Arte Moderno, Antuan se reafirma polifacét ico,hipercreativo y siempre comprometido, vitalizando cada una de sus reacciones simbólicaspolivalentes como obras abiertas, enigmáticas y provocadoras del pensamie nto.

Antuan en el MAM.

La voz. Instalacionescultorica sonoracompuesta por unaalfombra roja y unmicrofono de bronce,elaborado a partir deun proyectil disparado.

Juego inteligente.Bronce, 2015.

FUENTE EXTERNA

Concomerse. Escultura en bronce.

Las dos caras de la moneda. Escultura en fibrasintética, 2014. Reneisance. Fotografia digital, 2015.