APROXIMACIÓN A LA MEDIACIÓN FAMILIAR PARA EL CUIDADO DE...

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1 APROXIMACIÓN A LA MEDIACIÓN FAMILIAR PARA EL CUIDADO DE MAYORES EN ARAGÓN Amparo Gracia Bernal Universidad de Zaragoza [email protected] ABSTRACT/RESUMEN: La Mediación, como forma de resolución de conflictos, goza de larga tradición en los países desarrollados de nuestro entorno, su expansión en nuestro país en los últimos años, es evidente, sin embargo, todavía es muy desconocida y falta que se integre, como idea y como método, totalmente en la sociedad. Para nosotros se trata de una novedosa herramienta de intervención en situaciones de conflicto en el ámbito de las personas mayores autónomas y dependientes. Este colectivo, ha sido objeto de diversos estudios de ámbito nacional y sobre todo en relación a las personas institucionalizadas. Son variadas las investigaciones que se acercan a la problemática de la mediación en contextos de cuidado de mayores y dependencia, que vienen a poner de manifiesto los diferentes factores que hay que tener en cuenta y el modo de resolverlos satisfactoriamente. Todos ellos ponen en evidencia la imperiosa necesidad de revalidar la mediación como forma de resolver los conflictos que, en el cuidado de los mayores, se generan en el seno de la familia, cuando los hijos tienen que organizar, repartir, gestionar, financiar… el cuidado de sus mayores, y estos, por razón de su edad o salud, ya no son independientes para encargarse de ello. Palabras clave: Mediación, familia, mayores, dependientes, servicios sociales.

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APROXIMACIÓN A LA MEDIACIÓN FAMILIAR PARA EL CUIDADO DE

MAYORES EN ARAGÓN

Amparo Gracia Bernal

Universidad de Zaragoza

[email protected]

ABSTRACT/RESUMEN: La Mediación, como forma de resolución de conflictos,

goza de larga tradición en los países desarrollados de nuestro entorno, su expansión en

nuestro país en los últimos años, es evidente, sin embargo, todavía es muy desconocida

y falta que se integre, como idea y como método, totalmente en la sociedad. Para

nosotros se trata de una novedosa herramienta de intervención en situaciones de

conflicto en el ámbito de las personas mayores autónomas y dependientes. Este

colectivo, ha sido objeto de diversos estudios de ámbito nacional y sobre todo en

relación a las personas institucionalizadas. Son variadas las investigaciones que se

acercan a la problemática de la mediación en contextos de cuidado de mayores y

dependencia, que vienen a poner de manifiesto los diferentes factores que hay que tener

en cuenta y el modo de resolverlos satisfactoriamente. Todos ellos ponen en evidencia

la imperiosa necesidad de revalidar la mediación como forma de resolver los conflictos

que, en el cuidado de los mayores, se generan en el seno de la familia, cuando los hijos

tienen que organizar, repartir, gestionar, financiar… el cuidado de sus mayores, y estos,

por razón de su edad o salud, ya no son independientes para encargarse de ello.

Palabras clave: Mediación, familia, mayores, dependientes, servicios sociales.

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1.- INTRODUCCIÓN:

La existencia en un mundo como el nuestro de cambio constante, donde las vivencias

aprendidas, que ya no permiten abordar con éxito las problemáticas nuevas que se nos

plantean, hacen necesario abordar nuevas formas de resolución de conflictos que hasta

ahora no habían sido precisas. Las viejas soluciones ya no sirven para los nuevos

problemas. En el ámbito de la convivencia pacífica, las soluciones adversariales no

satisfacen el deseo íntimo de vivir en paz que el individuo moderno tiene.

La cultura occidental ha generado el convencimiento de que todo aquello que escapa al

control individual ha de ser resuelto por lo público. Delegando cada vez en mayor

medida la resolución de los conflictos que emergen, en el aparato estatal. La regulación

normativa de los aspectos de la vida buscando una sociedad en paz y armonía, ha

llevado al individuo moderno a desear delegar en exceso sus responsabilidades y a

tender a dejar en manos de otros, las riendas de su propia vida. La experiencia en

términos de resultados, no ha resultado satisfactoria. La frustración que sufre el

individuo actual cuando obtiene una “solución” en una contienda judicial, en muchas

ocasiones lo aleja de la idea de justicia y de la idea de solución, haciéndole reflexionar

si quizá hubiera optado por otro procedimiento habría obtenido una solución más

adecuada, satisfactoria y ajustada a sus necesidades.

Sin perjuicio de que el sistema adversarial ha de seguir existiendo para dar solución a

aquellas contiendas que no se pueden “resolver” de otro modo, es evidente que el

volumen actual de demandas que llega al aparato judicial es excesivo y que una buena

parte de las mismas podrían tener solución por cauces alternativos de resolución de

conflictos.

En una época de crisis económica como la que estamos padeciendo desde 2008,

cualquier iniciativa que, en términos meramente económicos, aspire a frenar el gasto

público ha de ser bien recibida e impulsada. No somos conscientes del coste económico

de un litigio desde que comienza hasta que acaba. No sólo en términos de honorarios de

profesionales intervinientes, sino en los de instalaciones, personal adscrito a la

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administración de justicia, justicia gratuita…etc. Tampoco valoramos los costes

emocionales que se padecen mientras está en marcha un proceso: el sufrimiento, la

incertidumbre, las presiones…Frecuentemente el coste emocional es superior y de

peores consecuencias que el coste económico.

En este contexto, la mediación como forma alternativa de resolución de conflictos, se

ofrece como un proceso en el que las partes voluntariamente acceden a intentar resolver

su conflicto extra muros de los juzgados, habiendo adquirido gran madurez sobre la

responsabilidad en la resolución de las divergencias, que en ocasiones procede de la

falta de convicción en que el sistema adversarial sea capaz de proporcionarle una

solución mejor, más adecuada, más pacífica y más duradera.

Cuando se trata la mediación familiar, se concentra principalmente en la realizada

durante o tras la crisis-ruptura de la pareja porque no solo afecta a un volumen de

población importante sino que derivan repercusiones sociales de muy diversa índole.

Existe una misión de la mediación familiar que no se ha desarrollado de igual modo y

que reclama su atención, que es la Mediación familiar para el cuidado de mayores y

dependientes y que en el presente estudio se centra en la Comunidad Autónoma de

Aragón.

La población mayor en Aragón supera el 20% del total de la población (21,04%), y se

encuentra por encima de la media española. La situación en la que se encuentra

consecuencia del deterioro por la edad y/o las enfermedades, hace que haya que

proporcionar otras respuestas a esta población en el tramo final del camino, y que se la

merece, por haber llegado, luchando hasta aquí, día a día.

El modelo de vida contemporánea, no parece encajar con las necesidades que tienen los

mayores y dependientes. Para las familias, la llegada de la dependencia o del cuidado de

los mayores, en ocasiones genera divisiones y tensiones que derivan en rupturas no

deseadas, y que se deben a una mala gestión del conflicto.

La ley 9/2011 de mediación familiar en Aragón, ha supuesto una excelente vía de

impulso para la mediación familiar. Pero podría estar quedándose corta en el ámbito de

las personas mayores y dependientes (los más vulnerables). El escaso seguimiento de la

vía institucional de mediación, pone de manifiesto la necesidad de que se expansione

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por otros medios. Popularizándose como otra vía amigable de resolución de conflictos

cuando las partes no han sido capaces de resolverlo por sí mismas.

Otro motor de impulso para la mediación con las personas mayores y/o dependientes, es

la insuficiente coordinación entre los recursos sanitarios y los servicios sociales.

Ambos servicios, son de gran calidad en nuestro Estado del Bienestar, apero que actúan

de forma no bien coordinada, pudiendo llegar a generar contradicciones y desde luego

sobrecoste.

Desde la mediación y coordinadamente con la familia del mayor y/dependiente se puede

llegar a diseñar programas de actuación, realmente eficientes en cuanto a coste y

totalmente satisfactorios para las partes, entre las que se encuentra el mayor y/o

dependiente que en definitiva es quien va a disfrutar de estas ventajas.

El proceso de mediación, permitirá que recuperemos la responsabilidad de nuestras

decisiones, el compromiso con nuestros actos, la satisfacción de haber resuelto

acertadamente esta etapa de la vida y, en su caso, la asunción de la frustración en caso

de que no se consiga el objetivo buscado. Todo ello nos hará más personas, más

maduros y más sabios.

“Hemos llegado al verdadero corazón del conflicto cuando sencillamente

tenemos que aceptar la realidad.

Por lo tanto, la aceptación es también compasión; compasión hacia nosotros

mismos. Si realmente queremos dejar de sufrir, hemos de despertarnos y oler el

aroma del café. El no volverá. El caso no se resolverá ni por un millón de

dólares. No te elegirán presidente. Van a rechazar tus planes para reorganizar

el departamento.

Y ¿qué?, la vida sigue. Cepíllate los dientes, ve al trabajo y valora la sabiduría

que crece en tu alma. No te hiciste con ella por lo que adquiriste, sino por

aquello a lo que renunciaste” (MULDOON, 1998; 258)

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2.- MEDIACIÓN FAMILIAR PARA EL CUIDADO DE MAYORES Y

DEPENDIENTES.

2.1.- CONTENIDOS:

La Mediación es una novedosa herramienta de intervención en situaciones de conflicto

en el ámbito de las personas mayores autónomas y dependientes. Ha sido objeto de

diversos estudios de ámbito nacional y sobre todo en relación a las personas

institucionalizadas. Son variadas las investigaciones que se acercan a la problemática de

la mediación en contextos de cuidado de mayores y dependencia, que vienen a poner de

manifiesto los diferentes factores que hay que tener en cuenta. Todos ellos ponen en

evidencia la imperiosa necesidad de validar la mediación como forma de resolver los

conflictos que, en el cuidado de los mayores, se generan en el seno de la familia,

cuando los hijos tienen que organizar, repartir, gestionar, financiar… el cuidado de sus

mayores, y estos, por razón de su edad o salud, ya no son independientes para

encargarse de ello.

“Los conflictos son una industria en crecimiento. En nuestro mundo, que se vuelve cada

día más interdependiente, más y más gente tiene enfrentamientos cada vez más a

menudo. En un contexto internacional en cambio acelerado, una solución que parecía

adecuada el mes pasado puede resultar obsoleta la semana que viene” (FISHER,

KOPLEMAN, KUPFER SCHNEIDER, 1996: 15)

“La mediación puede ser efectiva incluso en aquellos casos donde hay una persona en

situación de dependencia que convierte en un “·infierno doméstico” la convivencia, ya

que abundan los conflictos, que pueden llegar a romper la unidad de algunos núcleos

familiares tras un fuerte choque de intereses o tras el sostenimiento durante largo tiempo

de tensiones que “explotan” reclamado una solución.” (MUNUERA, ALEMÁN, 2015;

223).

Se ha de considerar que en muchas ocasiones el malestar es latente y siguiendo a Goñi

(2009) cuando el conflicto existe muchas veces no emerge a la superficie, se mantiene

latente y en lugar de tratar de solucionarlo, muchos familiares procuran minimizarlo u

ocultarlo con el fin de salvaguardar la cohesión social.

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Las nuevas narrativas, el espacio de diálogo y la capacidad de autodeterminación que

proporciona la mediación a las familias y al mayor, configuran la herramienta necesaria

para coordinar de forma transversal los recursos familiares, sanitarios y sociales.

La apertura de un proceso de mediación, permitirá que un tercero, el mediador, ayude a

las partes a encontrar la solución a sus conflictos. Solución que será conjunta y

mutuamente diseñada y aceptada de forma que permita la continuidad de las relaciones

entre las personas involucradas a través de la firma de acuerdos, reflejados en un

documento escrito, que las partes se obligan a cumplir.

La mediación solo se llevará a cabo, si las partes acceden voluntariamente a ella,

aportan sus puntos de vista y alternativas, negocian la solución y llegan a acuerdos.

La obligatoriedad en el cumplimiento de los acuerdos vinculará tanto al mayor como a

los miembros de su familia. La satisfacción por haber conseguido el compromiso y por

ser los artífices del mismo, generará su cumplimiento tras haber sabido resolver el

problema y los conflictos que se derivaban de este.

Es probable que la aplicación de estos procesos de mediación, generen una mayor unión

y buen clima familiar. Porque se podría afirmar que en la actualidad, probablemente las

desavenencias en el seno de la familia como consecuencia del cuidado de los mayores,

generan más conflictos y rupturas familiares no deseadas, que los repartos hereditarios,

contrariamente a lo que se cree.

Los tipos de conflictos familiares que pueden tratarse en mediación son los

relacionados:

- Con el cuidado de personas mayores y/o dependientes.

- Con la prevención de la dependencia.

- Con la atención a mayores en fases iniciales de proceso de dependencia.

- Con la revisión de situaciones de mayores, o dependientes, en situaciones

insatisfactorias.

- Con la valoración de la situación de mayores o dependientes, en recursos

residenciales.

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- Con la periodificación de las diferentes etapas y diseño de intervenciones

adecuadas para cada una de ellas.

2.2. SITUACIÓN SOCIAL EN ESPAÑA Y EN ARAGÓN.-

España sigue su proceso de envejecimiento que ya se ha venido sucediendo en los

últimos años. El 1 de enero de 2015, había 8.573.985 personas mayores, que suponen el

18,39% sobre el total de la población (46.624.382). (PORTAL MAYORES, 2015).

En Aragón, los mayores de 65 años, son 277.297 y comparativamente se encuentra por

encima del índice nacional, al ser el 21,04% de la población total (1.317.847)

(http://www.iaest .es/).

En términos relativos, nuestra Comunidad Autónoma es la cuarta más envejecida de

todo el territorio nacional, al encontrarse, en este aspecto, sólo por debajo de Castilla

León (23%), Galicia (22,8%), y Asturias (22,6%), (ABELLAN ,2013:2).

TABLA I - PLAZAS Y POBLACIÓN EN RESIDENCIAS DE MAYORES. (2015).

(A) Plazas

en

residencias

de

personas

mayores

2015

(B)

Población

en

residencias

de

personas

mayores

(C)

Población

de más de

65 años

(D)

Población

total

(E)

Población

de más de

65años %

Ratio de

plazas

por 100

A/C

ESPAÑA 359.035 270.296 8.573.985 46.624.382 18,39 4,19

ARAGON 17.699 13.312 277.297 1.317.847 21,04 6,38

(A), (C), (D), (E), Estadísticas sobre residencias. Informe nº 13 CSIC, 2015

(B), Fuente : INE. Censos de población y viviendas 2011. Elaboración propia.

La proporción del número de plazas residenciales que existen disponibles en la

Comunidad Autónoma de Aragón es superior a la media española, en correspondencia

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con la superior proporción que de población mayor existe, en comparación con el resto

de España.

La crisis quizá ha influido en que el recurso residencial no sea plenamente utilizado. Se

deduce que de la totalidad de la población mayor de 65 años residente en la comunidad

autónoma, sólo el 4,8% hace uso del recurso residencial, por lo que el 95,2% no hace

uso de dicho recurso.

Acercándonos al modo de vida que mantiene la población mayor que no hace uso de

recurso residencial, nos interesa averiguar de qué forma atiende sus necesidades y que

modelo suele adoptar.

GRAFICO 1 - FORMAS DE CONVIVENCIA DE LA POBLACIÓN DE 65 Y MAS AÑOS POR SEXO

(2008).

Fuente: INE: Encuesta sobre Discapacidad, Autonomía personal y Situaciones de Dependencia (EDAD),

2008. Elaboración propia a partir de los microdatos

.

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Se mantiene estable la figura del cuidador concentrándose principalmente el cónyuge y

caso de no existir, en las hijas, que son las que se encargan del cuidado del 22% de los

hombres y del 35% de las mujeres mayores.

Paralelamente se produce un progresivo avance de la existencia de hogares atendidos

con empleados de hogar que en el caso de las mujeres asciende al 10% y en el de los

hombres al 7%.(Véase “otro tipo de hogar”)

La tendencia de la evolución de la población a lo largo de los años, ha sido de

incremento del número de mayores y del número de años de pervivencia. Poniendo de

manifiesto una realidad social que, sin perjuicio de que sea atendida por el sistema

sanitario y de los servicios sociales, genera para las familias, una etapa de la vida, de

convivencia con la situación de atender a los mayores, que en ocasiones genera

conflictos que podrían resolverse satisfactoriamente para el mayor y para las familias a

través de un proceso de mediación especializada.

Esta tendencia, está previsto que se vaya incrementándose progresivamente con el paso

del tiempo, según las previsiones que realiza el Instituto Nacional de Estadística hasta

2049.

TABLA II. - EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MAYOR, 1900 – 2049

Total España 65 años y más 65-79 años 80 años y más

Años*

Absoluto

Absoluto

%respecto al total

Absoluto

%respecto al total

Absoluto

%respecto al total

1900 18.618.086 967.774 5,2% 852.389 4,6% 115.385 0,6%

1910 19.995.686 1.105.569 5,5% 972.954 4,9% 132.615 0,7%

1920 21.389.842 1.216.693 5,7% 1.073.679 5,0% 143.014 0,7%

1930 23.677.794 1.440.744 6,1% 1.263.632 5,3% 177.112 0,7%

1940 26.015.907 1.699.860 6,5% 1.475.702 5,7% 224.158 0.9%

1950 27.976.755 2.022.523 7,2% 1.750.045 6,3% 272.478 1,0%

1960 30.528.539 2.505.165 8,2% 2.136.190 7,0% 368.975 1,2%

1970 34.040.989 3.290.800 9,7% 2.767.061 8,1% 523.739 1,5%

1981 37.683.362 4.236.740 11,2% 3.511.599 9,3% 725.141 1,9%

1991 38.872.268 5.370.252 13,8% 4.222.384 10,9% 1.147.868 3,0%

2001 40.847.371 6.958.516 17,0% 5.378.194 13,2% 1.580.322 3,9%

2012 47.212.990 8.221.047 17,4% 5.729.347 12.1% 2.491.00 5,3%

2021 47.111.888 9.221.878 19,6% 6.456.179 13,7% 2.765.699 5,9%

2031 47.600.362 11.450.819 24,1% 8.027.182 16,9% 3.423.637 7,2%

2041 47.959.400 14.020.292 29,2% 9.517.427 19,8% 4.502.865 9,4%

2049 47.966.653 15.325.273 31,9% 9.680.933 20,2% 5.644.340 11,8%

De 1900 a 2012 los datos son reales, de 2012 a 2049 se trata de proyecciones.

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Fuente: INE: INEBASE:

1900-2001 Cifras de población. Resúmenes provinciales de población según sexo y edad desde 1900 hasta 2001.

2012: Avance DEL Padrón municipal a 1 de enero de 2012. Datos provisionales. Consulta en mayo de 2012.

2021-2049: Proyecciones de la población a largo plazo. Consulta en mayo de 2012.

El envejecimiento y los cambios asociados a él no son necesariamente negativos; la

construcción del pensamiento positivo y el envejecimiento activo o productivo,

implican una concepción de la vejez como una etapa menos pasiva, más dinámica,

creativa y saludable. Se trata de proporcionarles afecto y cuidado, valorar sus vidas

como personas adultas sujetas a derechos, dotarlos de capacidad de iniciativa y de

decisión y facilitarse el control y la autodeterminación de sus vidas (GIRO,2006).

No debemos de olvidar que la edad trae inevitablemente peculiaridades, de forma que

las actitudes y comportamientos de las personas mayores son más difíciles de modificar

que las de los que no lo son. Esta circunstancia ha de ser considerada con sustantividad

propia, porque en caso contrario podría provocar el fracaso del proceso de mediación.

Esta rigidez de comportamiento para Armadans no es negativa “Las personas mayores,

a pesar de la rigidez de su comportamiento, debida al tiempo que hace que vienen

desarrollando y haciéndolo manifiesto, están acostumbradas a manejarse con los

cambios y son personas que, en cierta manera, desde un punto de vista evolutivo, han

sobrevivido gracias a su capacidad de adaptación y al uso de la cooperación en muchos

momentos de su vida, aún sin saberlo. Esta lectura positiva de las posibilidades de las

personas mayores, nos permite tener una visión optimista respecto al papel de la

mediación en este colectivo” (ARMADANS, 2006:128)

El volumen de mayores y/o dependientes que reside en sus viviendas habituales

compone un hecho invisible y mayoritario, pues la institucionalización de los mayores

siendo más visible, oscila entre el 5 y 10% en los diferentes países desarrollados y en

España es del 3,1% (según datos de CSIC 2015), coinciden aproximadamente con que

el porcentaje de mayores institucionalizados asciende al 3,3% (ABELLÁN, 2013).

La gran mayoría de los mayores y dependientes residen habitualmente o solos en sus

viviendas, o acompañados por servicio domestico más o menos fijo, en sus viviendas o

en las viviendas de sus hijas/os. No es casual esta circunstancia, si se aprecia que la

vivienda propia es el lugar en el que nos encontramos mejor. ”Es nuestra casa y, para

convertirla en verdaderamente nuestra, la hemos ido haciendo poco a poco a lo largo de

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la vida; hemos ido aportando objetos, enseres, recuerdos…”(RODRÍGUEZ, 2013; 47).

Existe la evidencia científica sobre la influencia del ambiente físico en el bienestar de

las personas. La autonomía en la toma de decisiones y el mantenimiento de hábitos y

costumbres van incluidos. En la encuesta del Imserso preparatoria del Libro Blanco

sobre Envejecimiento Activo de 2010, un 4% de los mayores responden que prefieren

una residencia y la mayoría, el 87% prefiere estar en su casa aunque sea en soledad.

2.3.- SERVICIOS SOCIALES ACTUALES EN ARAGÓN.

Los servicios y prestaciones económicas para la Atención de la Dependencia de los

mayores de la Comunidad Autónoma de Aragón, a través del Instituto Aragonés de

Servicios Sociales (http://portal.Aragob.es/iass./Iass.htm) son muy completos y

componen el sistema asistencial actual en nuestra Comunidad Autónoma. El catálogo de

servicios es:

1.- Servicios de promoción a la autonomía personal:

-Hogares

- Balnearios.

- Universidad de la experiencia.

- Aulas del IASS.

2.- Servicios de prevención de las situaciones de dependencia:

-Hogares y centros de día.

3.- Servicios para la atención a la dependencia:

- Teleasistencia.

- Ayuda a domicilio.

- Centros de día.

-Centros residenciales.

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-Estancias temporales en centros residenciales.

4.- Prestaciones económicas para la atención a la dependencia:

- Prestación económica vinculada al servicio.

- Prestación económica para cuidados en el entorno familiar.

- Prestación económica de asistencia personal.

5.- Otros programas:

- Comisión de tutela y defensa judicial de adultos.

El presente catálogo es de gran envergadura y denota enormes esfuerzos para

proporcionar la mayor atención y bienestar posible al importante grupo de población,

que ya hemos cuantificado en el 21% de la total, en nuestra comunidad autónoma.

La enorme cantidad y calidad de servicios asistenciales solo puede ser comparable con

los de igual envergadura en cuanto a calidad y cantidad de los servicios sanitarios. Sin

perjuicio de ello, y respetando totalmente la bondadosa intención de ambos, se echa en

falta mayor coordinación entre ambos, como ocurre en países de nuestro entorno como

Francia y Alemania. Mayor integración en el caso concreto, que haga más eficiente el

sistema y menos costoso. Esta integración de recursos, que evite duplicidades, que

rentabilice al máximo el uso de cada recurso, que diagnostique concretamente cada

necesidad, podría venir de la mano de la decisión individual del caso por caso, tomada

autónomamente por el mayor/dependiente y la familia de este y definidor de las

necesidades concretas, a medida, obtenidas tras y gracias a la realización de un proceso

de mediación.

Cercanos a este concepto, son los “Planes personalizados de Atención y proyecto de

Vida (RODRÍGUEZ, 2013: 57) que contando con la información de las áreas de interés

(salud, relaciones, aficiones e intereses, los lugares y ambientes, las actividades

cotidianas) genera un “mapa básico” de planificación personalizada, que contiene la

valoración integral y los elementos de la historia de vida. “A partir del estudio de toda

esta información, el equipo técnico, una vez analizadas las necesidades de apoyo que

requiere la persona y los recursos formales e informales de que pueda disponerse,

diseñará una primera propuesta de PAyV. En ella se integrarán los cuidados de salud,

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los apoyos que se sugieren para la mayor independencia en el desarrollo de las AVD, un

plan de vida cotidiana que sea significativo para la persona, respetuoso con sus intereses

y preferencias y en el que se incluirán actividades dentro del hogar o del centro y

también en el entorno comunitario” (RODRÍGUEZ, 2013: 58).

Este esquema, sin duda de mayor calidad que su antecesor, se preocupa por atender

íntegramente las necesidades del mayor y del dependiente. Pero sigue siendo un

tratamiento externo, diseñado individualmente con información previa, un traje

adaptado a las dimensiones del destinatario. Impuesto desde fuera. Generado por otros.

Con la misma intención, la de proporcionar la mejor de las soluciones posibles y

atendiendo todas las circunstancias e implicaciones que el caso concreto requiera, la

Mediación, proporciona herramientas y beneficios incomparables en este extremo. A la

vista del traje a medida que se le ofrece al mayor o dependiente, será el propio

interesado el que valore si le gusta o no y defina los ajustes deseados. Su familia

intervendrá en dichos ajustes, comprometiéndose ambas partes en un diseño final y

responsabilizandose para que dicho diseño se mantenga en las mejores condiciones el

mayor tiempo posible. Incluso, cuando se produzca algún desajuste, fisura, por el uso o

la evolución que se pueda plantear su reparación, y cuál será la forma en la que se

deberá de acometer el proceso.

2.4.- NORMATIVA VIGENTE.- LEY DE MEDIACIÓN FAMILIAR EN

ARAGÓN. LEY 9/2011 DE 24 DE MARZO.

En el preámbulo ya se determina “La mediación familiar desarrolla las posibilidades

de actuación de las personas favoreciendo el diálogo, el acercamiento y la

comprensión, para llegar a soluciones pactadas por las partes que al final suponen un

mayor beneficio para todos los miembros de la familia, sobre todo para los menores y

las personas más vulnerables.”

“En el proceso de mediación destaca el interés superior de los menores de edad y la

protección a las personas con discapacidad o aquellas en situación de dependencia”

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Fijados los principios de la ley, se decanta por proporcionar mayor protección no sólo a

los menores, sino a los mayores y dependientes. Su aplicación práctica se ha

desarrollado en mayor grado en el ámbito de las rupturas de pareja y sus implicaciones

para los menores, siendo de escasa aplicación en el de los mayores y/o dependientes. En

la Memoria Anual del ejercicio 2014 del Programa de Orientación y Mediación Familiar

elaborada por la Dirección General de Familia del Gobierno de Aragón, se mantiene la

tendencia de referirse el 3% de las solicitudes a la familia extensa relacionada con el

cuidado de los mayores, siendo el 97% restante referente a rupturas de pareja y

relaciones padres e hijos, coincide con la trayectoria de años anteriores “se destaca que

entre los usuarios de mediación, hay que diferenciar aquellos que solicitan el

procedimiento para resolver su situación tras la ruptura de pareja, es decir, mediación en

procesos de separación y/o divorcio, que representan el 97% del ámbito de la mediación

en Aragón de aquellos que se sirven de la mediación como instrumento para resolver

otras cuestiones derivadas de las relaciones familiares pero ajenas al proceso de

divorcio, que representan el 3% restante”. (LAHOZ, 2011)

Artículo 2 de la Ley 9/2011.- “Concepto.- Por Mediación Familiar se entenderá , a

efectos de la presente Ley, el servicio social consistente en un procedimiento

extrajudicial y voluntario para la prevención y resolución de conflictos familiares en el

ámbito del Derecho privado, en el que la persona mediadora, de una manera neutral,

imparcial y confidencial, informa, orienta y asiste a las partes en conflicto para

facilitar la comunicación y el diálogo entre las mismas, con el fin de promover la toma

de decisiones consensuadas.”

La actividad mediadora que el legislador diseña y prioriza, sin lugar a dudas, en el

objetivo de alcanzar un acuerdo frente a objetivos sin duda más transcendentales para el

ser humano como la búsqueda de la autovaloración, la seguridad, autodeterminación y

la autonomía. (GUTIÉRREZ, 2011) dejando a un lado el enfoque transformador, y sin

perjuicio de ello, se hace una mención expresa a la prevención no solo en el art. 2 sino

en el artículo 17.c. de la misma Ley “Facilitar los mecanismos adecuados que

establezcan una función preventiva ante el conflicto en gestación, recortando en lo

posible los daños emocionales producidos entre los miembros de la unidad familiar…”

15

En el artítulo 5.2.e) de la Ley 9/2011, se prevé que la intervención del mediador familiar

puede referirse a discrepancias y conflictos intergeneracionales, a desavenencias

referentes a las relaciones entre personas mayores y sus descendientes.

Se inscribe definitivamente, en la corriente internacional actual y apuesta por la

extensión de la aplicación de la mediación familiar a cualquier conflicto surgido en el

ámbito de las relaciones familiares y no sólo en el ámbito de las rupturas de pareja.

2.5.- POSICIÓN A FAVOR DE LA MEDIACIÓN DESDE LOS AGENTES

JURÍDICOS.

Ya en 2010, la Sentencia del Tribunal Supremo 324/2010 de 20 de mayo, revalida la

mediación; “En todo caso, puede la mediación, como modalidad alternativa de solución

de conflictos, llegar a soluciones menos traumáticas que el dilatado tiempo que se

invierte en el proceso y el acuerdo a que se llega siempre será menos duro que la

resolución judicial que se apoya exclusivamente en la razonada aplicación de la norma

jurídica”

Si se analizan las conclusiones a las que se llega desde los tribunales, el artículo ¿Cómo

se ha visto por la Jurisprudencia de 2015 la mediación familiar? Publicada por la revista

jurídica a enero de 2016 : (SP/DOCT/19964), se destaca la aplicación desigual en todo

el territorio, con el dominio absoluto de la Audiencia Provincial de Barcelona que

muestra un apoyo incondicional a una forma eficaz de resolución de conflictos, donde el

diálogo y la negociación tengan más relevancia y, de este modo, se impida que el propio

problema sea devuelto una y otra vez a la vía judicial, hablándose incluso de la

ignorancia de la mediación como uso antisocial del derecho, Sentencia del Juzgado de

1.ª Instancia de Barcelona, n.º 52, se manifestaba hablando de un cierto "abuso del

derecho a la tutela judicial, con una clara consecuencia antisocial por lo que supone de

aprovechamiento de recursos públicos (...) se da cuando no se utiliza como último

recurso sino como primero, siendo, como es, que otros métodos de resolución de

conflictos podrían utilizarse".

A la de Barcelona se une el mero testimonio de las Audiencias Provinciales de Lleida,

Zaragoza, Madrid y Pontevedra y la valoración de que, sería interesante que, desde los

16

órganos jurisdiccionales de otras comunidades autónomas, se diera la oportunidad de

mostrar la posición que ocupa la mediación familiar en el ámbito intrajudicial, dado que

puede jugar un valioso papel a la hora de encontrar la mejor respuesta a ciertas disputas

fuera del ámbito de los Tribunales, lo que a la postre vendría a reducir la litigiosidad,

los tiempos y los costes asociados a la tradicional solución jurisdiccional.

El propio estudio, resalta que la mediación familiar abarca ámbitos tan amplios como

las relaciones intergeneracionales, y otros con gran repercusión judicial, como la gestión

de herencias, y se critica que en su aplicación primordialmente y de forma llamativa se

relegue, únicamente para superar discrepancias entre los progenitores y decidir el

tiempo que les corresponde pasar con los hijos.

Es evidente, de nuevo, la certeza para muchos de los agentes jurídicos, sobre la

insatisfacción que genera en muchísimas ocasiones la solución derivada de un

procedimiento judicial, donde se ha resuelto con la aplicación de la normativa vigente,

la contienda, pero no sólo no se ha solucionado el problema, sino que, en la mayoría de

las ocasiones, las partes no sólo quedan insatisfechas, sino que no vuelven a tener

ninguna relación.

Es patente, así mismo, la dejación del valor humano de la responsabilidad en manos de

terceros dirimentes que aportarán una solución legal, ponderada o razonada en virtud de

los argumentos jurídicos que se le hayan presentado. El individuo ha de tomar las

riendas de su vida y no delegar asuntos importantes en manos de terceros (jueces) que

probablemente no dispongan de toda la información, imaginación, flexibilidad

necesaria que sería precisa y que si poseen los interesados, acompañados por un

mediador que dirija el proceso, para llegar a la mejor fórmula de resolución de su

conflicto concreto.

Constatada la violencia en el comportamiento humano, el Estado ha desarrollado

métodos específicos de contenerla, reducirla o gestionarla (VINYAMATA, 2001)

reteniendo y administrando el monopolio de la fuerza y excluyendo a sus miembros del

17

uso privado de la violencia. El derecho como sistema de normas, disuade de conductas

declaradas prohibidas y apoya a sus miembros para resolver conflictos.

En la práctica el sistema podría estar desabordado y sería necesario un cambio

importante de dirección, devolviendo los problemas a sus titulares y

responsabilizándonos de su resultado. En palabras de Muldoon “Corren tiempos

peligrosos. Ya no podemos permitir dejar el tema de la resolución de conflictos en

manos del Pentágono, del departamento de policía o de las fuerzas de pacificación. No

tenemos ni el derecho, ni los recursos suficientes para utilizar la fuerza, cada vez que se

produzca un caso de violencia local o en una guerra tribal. Nuestros sistemas judiciales

han llegado al límite de su capacidad para procesar nuestras querellas, y otras

instituciones se desplomarán si los cambios continúan creciendo a un ritmo

exponencial. Todos y cada uno de nosotros debemos asumir la responsabilidad de

resolver los conflictos presentes en nuestras propias vidas. Sencillamente, ya no

podemos esperar que otra persona se ocupe de ellos” MULDOON, 1998: 21)

Se trata de extender la mediación a cualquier conflicto en el que estén implicados los

miembros de una unidad familiar hasta un grado de parentesco, que no sea susceptible

de resolverse de forma autónoma por los interesados y que esté afectando o pueda

afectar a la estabilidad y continuidad de las relaciones familiares y de la paz social.

3.- ELEMENTOS QUE CONVERGEN EN EL CONFLICTO RESPECTO DEL

CUIDADO DE LOS MAYORES.

La Familia española se configura como la unidad de protección básica de las personas

dependientes, la tradición cultural ha colocado estos cuidados a lo largo del tiempo en

manos de las mujeres. La emancipación de la mujer, su incorporación al mercado

laboral, la disminución de la estabilidad familiar, la desaparición de la familia extensa y

las redes informales tradicionales, el aumento de la movilidad social y laboral y la

disminución del tamaño de las viviendas (CRESPO, LÓPEZ, 2006), han generado un

nuevo estado de cosas que hace que sea necesario replantear la conciliación de la vida

familiar y laboral, provocando repercusiones de lo más variado. Se da la paradoja de

que es simultáneo, el fenómeno de reducción de personas en situación de cuidar, con el

incremento de personas con necesidades de apoyo.

18

Cuando en la familia, se produce una situación de dependencia, en muchas ocasiones no

ocurre de forma progresiva y sosegada, sino de forma inesperada sin tener suficiente

tiempo para adaptarse a la nueva situación. Los comportamientos más frecuentes van

ligados a las siguientes fases:

- Fase de negación de la evidencia.- Al principio es muy difícil asumir la realidad

y se tiende a pensar que se trata de un problema pasajero. Se tiende a eludirlo en

las conversaciones, a querer pensar que será temporal y a no considerar que el

dependiente va a tener que contar con la ayuda de otras personas de forma

permanente para su vida diaria.

- Fase de información.- El desconocimiento de la nueva situación, genera la

necesidad de averiguar todo lo que esté en nuestra mano sobre el trastorno del

dependiente, como puede evolucionar, que alternativas de cuidados se nos

plantean, que condicionantes tendrán sus cuidados, como conciliar las

necesidades familiares con las del dependiente, qué repercusiones personales,

familiares, económicas, laborales… se van a producir.

- Fase de programación.- Con la información necesaria, y la voluntad de la familia

se podrá asumir la responsabilidad, se podrá visualizar en qué consiste la tarea

que queda por delante, para poder obtener la sensación de control sobre la

situación y estar en mejores condiciones de integrar los cambios que se

avecinan.

- Fase de adaptación.- Si se consigue un buen grado de control de la situación

(cosa que no ocurre siempre), se pasa a la etapa de adaptación, en la que los

cuidadores y su familia, son capaces de tratar con éxito las demandas de los

dependientes.

Las tensiones que en ocasiones se derivan del cuidado de un familiar dependiente,

pueden canalizarse a través de conflictos abiertos (por ejemplo en forma discusiones o

choque entre miembros de la familia), que puede generar distanciamiento temporal o

conflictos encubiertos (cuando sin confrontación directa, surgen sentimientos negativos

que se van acumulando, resentimientos que enfrían la relación).

Que aspectos debe de considerarse en mediación en estos conflictos:

1.- En cuanto al mayor y/o dependiente:

19

Se deben de tomar decisiones sobre el cuidado óptimo del dependiente en función de

sus circunstancias, dependiendo de:

- Elementos propios:

Enfermedad (duración de la misma, evolución, síntomas de alarma…)

Valores (religiosos o no)

Familiares (personas potencialmente cuidadoras, edad y sexo)

Factores económicos (ingresos, patrimonio…)

Factores sociales (hábitos de vida periódicos, población dependiente,

características de la misma, necesidades…)

Factores estructurales (Leyes, política social, recursos sociales, recursos

sanitarios…)

- Elementos externos:

Garantías técnicas y humanas de un adecuado cuidado.

- Objetivos: “Calidad de vida” como valor prioritario en el ocaso de la vida

(MUNURERA, 2006:7)

2.- En cuanto a las relaciones familiares:

Los cuidados de un dependiente requieren un tiempo y un esfuerzo, que ha de salir del

que se disponía para la familia y para uno mismo. Los cambios más frecuentes:

- Cambios en la distribución del hogar. El dependiente requiere un espacio

adecuado a su situación.

- Cambios en los tiempos de atención al resto de los miembros de la familia

(horarios, medios de transporte, vacaciones…etc.).

- Problemas relacionados con la falta de implicación del resto de los miembros de

la unidad familiar o de la familia.

20

- Dificultades para conseguir consensos, por no contar con posturas uniformes por

los miembros de la familia responsable de los cuidados. Conflictos sobre “tomar

decisiones” sobre el tratamiento a seguir (donde vivir, donde estar ingresado,

decidir dónde y cómo morir, redacción y registro del testamento vital, donación

de órganos, consentimiento informado…etc.)

3.- En cuanto a las relaciones sociales: Es frecuente que la figura del cuidador

consiga el tiempo de cuidado necesario, restándoselo al que anteriormente disponía

para la práctica de relaciones con familiares y amigos, así como del tiempo de ocio.

Progresivamente se tiende al aislamiento y al autoconvencimiento de que no puede

dedicarse más tiempo para sí, porque eso le genera sentimientos de culpa.

4.- En cuanto a la situación laboral.-

En ocasiones el dilema consiste tan sólo en querer estar en los dos sitios a la vez,

atendiendo al dependiente y en la actividad laboral, con lo que lo único que se

consigue es no hacer bien ninguna de las dos cosas.

Es importante ser realista y valorar las alternativas: dejar de trabajar, reducir

jornada, excedencia, flexibilidad horaria, contratación de servicio doméstico…

En ocasiones el cuidador se organiza en función del enfermo, dejando su trabajo o

trasladándose a su hogar, con las consecuencias que todo ello genera.

5.- En cuanto a la situación económica.- Es frecuente que se llegue a una situación

económica delicada, porque se reducen ingresos (al disminuir el rendimiento

laboral) y se incrementan gastos derivados de los cuidados del dependiente.

Es importante valorar las alternativas: sobre si el dependiente puede contribuir o no,

sobre si los demás familiares estarían dispuestos a colaborar o no, sobre si es viable

la asunción de tantos compromisos o no.

6.- En cuanto a la salud.- El cuidado de un dependiente acaba repercutiendo en la

salud del cuidador. Por lo general, los cuidadores tienen peor salud, visitan más al

médico y tardan más tiempo en recuperarse de las enfermedades.

7.- En cuanto a la evolución del concepto de cuidador.- Según María Crespo y Javier

Martínez (2006: 21), algunos Autores (Rivera, 2001: Rodríguez 1994) diferencian el

21

cuidador tradicional del cuidador moderno-urbano. El primero va adaptando su rol

de forma progresiva a medida que los mayores envejecen y es ejercido generalmente

por mujeres como extensión de sus labores domésticas. El segundo asume el rol

cuando enferma, creándose una relación con el mayor dependiente que no existía

antes y que puede llegar a generar numerosos conflictos y tensiones.

8.- En cuanto a los conflictos intergeneracionales.- Frecuentemente los mayores

conviven con sus hijos y con los hijos de estos. Son habituales las diferencias que

surgen en cuanto a la forma de actuar y de ejercer la autoridad de los padres

cuidadores respecto de los hijos de estos. Diferencias que generan alianzas y

desequilibran el correcto fluir del centro de decisión.

9.- Efectos positivos.- El cuidado de los mayores y de los familiares dependientes,

genera en su mayoría un sentimiento de satisfacción en los cuidadores, porque los

revalida como personas capaces de afrontar mejor los retos que les presenta la vida.

Se sienten mejores personas y les ayuda a incrementar la autoestima. Se genera una

oportunidad de reflexión sobre las cosas verdaderamente importantes de la vida. Los

cuidadores se sienten más capaces de disfrutar del placer de las pequeñas cosas del

acontecer diario. Aflora un sentimiento de reciprocidad, de deber cumplido, de

sentir alegría por poder devolver al familiar las atenciones que estos han tenido

previamente con ellos. Se configuran como aprendizajes vitales, de valorar lo que

realmente es importante para la persona y relativizar las cosas intranscendentes.

La mediación en este tipo de situaciones está especialmente indicada pues configura una

entrada en un proceso dirigido por una persona neutral que ayudará a desarrollar un

marco de consenso, a través de una gestión constructiva de los conflictos emergentes

(DE VICENTE, BALZA: 2010,444) con la adopción de acuerdos capaces de dar

respuesta a las necesidades que padece la persona dependiente y de todos los miembros

de la unidad familiar.

4.- RECOMENDACIONES A FAVOR DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR PARA

MAYORES Y DEPENDIENTES EN ARAGÓN.

22

La Implementación con éxito de la mediación como técnica de resolución de conflictos,

podría ser especialmente indicada en el caso de los mayores y dependientes por su

especial naturaleza y se debe realizar a través de un proceso que cumpla varios

principios:

1.- Parece que el éxito de la mediación es mayor cuando existe una conexión personal o

interacción continua entre los contendientes. Al ser un proceso voluntario y no

coercitivo, las partes que llegan a la mediación deben de tener interés en discutir sus

preocupaciones. Las experiencias demuestran que la mediación es extremadamente

satisfactoria para los que participan, reduciendo la tensión existente.

“En cada situación, la clave de la disputa no es la verdad objetiva sino lo que sucede en

las mentes de las partes involucradas” (FISHER, KOPLEMAN, KUPFER

SCHNEIDER, 1996: 40)

2.- La efectividad de la mediación, es mayor cuando las partes tienen buena disposición

a manifestar sus necesidades y deseos individuales. Puede ser una buena oportunidad

para reducir la tensión y el estrés al permitir a las partes expresar sus deseos personales.

Es importante dar tiempo a la expresión de las necesidades y a los sentimientos de cada

persona y grupo (ARMADANS, 2006: 122)

3.- Analizar los problemas, recursos personales, expectativas, que sienten las personas

involucradas en el conflicto. Analizar los actores del conflicto. Relaciones de poder y

dependencia. Analizar las causas (las razones) de los problemas que se dan en el

conflicto. Analizar los factores que condicionan, agudizan o suavizan el conflicto.

4.- El proceso de mediación, insiste en que los acuerdos que las partes alcancen,

generaran una ganancia mutua. Que al contrario de un sistema adversarial, el

procedimiento conciliador e integrador, permitirá resaltar los lazos entre los

participantes y animar a la discusión abierta de todas las cuestiones pendientes hasta que

se hayan presentado todos los puntos de vista. Para ello es importante aportar

herramientas de comunicación para empoderar a los participantes en la búsqueda de

soluciones. Los participantes que estén interesados en mantener y reforzar su relación,

observarán como el proceso también sirve para evitar conflictos, presiones y disputas

futuras.

23

5.- Cuanto más igualitaria sea la relación entre los contendientes, más efectiva será la

mediación. Se deberá analizar las potencialidades y recursos desde el diálogo

apreciativo definiendo los puntos fuertes para la mejora de la convivencia.

6.- El grado de cumplimiento en los compromisos adquiridos es de mayor calidad. Los

participantes que han entendido la problemática y que han sido capaces de llegar a

acuerdos, respetarán y se sentirán más comprometidos en el cumplimiento de los

mismos que si se los impusieran desde fuera (vía sentencia judicial). Se incrementa el

grado de responsabilidad en la toma de decisiones y cumplimiento de las mismas. Se

mejora el grado de madurez en la asunción de responsabilidad de aquellas decisiones

que afectan a la propia vida.

7.- El procedimiento de mediación, lo es de trabajo en común, de búsqueda de

propuestas de resolución desde la cooperación, el diálogo y la escucha activa. Las

personas actúan por sí mismas, aumenta la autovaloración y favorece la

autodeterminación.

4.1.- SECUENCIACIÓN DEL MODELO DE INTERVENCIÓN:

El modelo se estructura en fases, para cada una de ellas podemos definir sesiones y

fichas de trabajo que puedan pautar una secuencia de trabajo. La intervención no podrá

ser superior a sesenta días. El ritmo temporal que se aconseja para la realización de la

actividad, siempre que se materialice en forma de sesiones periódicas, es que dure cada

una de ellas una hora y no excedan de seis, pudiendo ampliarse si se estima necesario.

Las sesiones deberán tener una guía sistematizada de actividad en la que se indicarán

objetivos y propuestas de los contenidos que deben trabajarse. Deberá de registrarse los

contenidos de las sesiones.

- Atención e información a usuarios.

Fase previa o de valoración de actitudes.- Valorar las actitudes que los

participantes tienen ante el conflicto, antes de comenzar. Cumplimentar

24

un cuestionario y registrar los resultados. Permitirá comparar los

cambios de actitud comparándolo con los cuestionarios posteriores que

presentemos.

Fase de averiguación de circunstancias del entorno (estructural, sociocultural).-

Averiguar el contexto en el que se inserta el conflicto.

Condicionantes estructurales y accesibilidad, movilidad…, entre

personas de la familia, de la organización…

Condicionantes socioculturales.- Valoración cultural del entorno

(rural, urbano…)

- Sesiones de trabajo con los usuarios.-

Valoradas las actitudes y condicionantes podemos empezar a trabajar aplicando

el modelo apreciativo (centrado en el problema) a través de:

-Entrevistas de recogida de datos sobre la situación del conflicto, de la

vivencia del conflicto parte por parte. Si es posible, la reunión grupal generará

más información. Registrar los elementos determinantes de cada problema

(desde cuando ocurre, porqué, que soluciones se han intentado, que resultados se

han obtenido, intereses propios, ajenos, como llegar a una solución, que

expectativas hay…)

- Elaboración de un mapa del conflicto.- Con la información obtenida, se

elabora el mapa de las necesidades y de las soluciones, comparando las de

ambas partes para observar puntos de encuentro entre ambos.

-Presentación de mapa del conflicto.- Conjuntamente trasladaremos las

necesidades de todas las partes, para observar las diferentes visiones y animar a

que los participantes sean capaces de comprender las necesidades de los otros.

- Elaboración de las normas de la negociación.- Se trabajarán dinámicas

específicas de desarrollo cooperativo.

25

- Análisis de las causas.- Definir las causas y la visión que sobre las

mismas tiene cada uno de los grupos.

- De resolución.- Buscar formas de afrontamiento útiles y positivas de

cada grupo para solucionar las problemáticas planteadas.

- De acuerdo.- Trabajar dinámicas de acuerdo para construir un acuerdo

entre las partes. Elaborar un compromiso firmado entre las partes.

- Reuniones internas.

Puesta en común y debate de los resultados obtenidos, seguimiento del

procedimiento y contrastación de la información recibida. Cruce de

informaciones que permita abarcar el mayor volumen de materia posible.

- Reuniones de seguimiento con usuarios.

Control periódico del grado de ejecución del acuerdo alcanzado, fallos,

lagunas, errores detectados e intervención en resolución de los mismos.

Cronograma:

- Tareas Duración

Atención e información a usuarios. Desde el contacto inicial hasta la

primera sesión.

Sesiones de trabajo con los usuarios Semanales, en número variable, según

el caso.

Reuniones internas. Una entre medias de cada una de las

anteriores

26

4.2.- PUBLICO DESTINATARIO.-

Los destinatarios del servicio son los miembros de la familia en cuyo seno haya un

mayor y/o dependiente y desde luego el mayor y/o dependiente.

Considerando que la población aragonesa asciende a 1.317.847 habitantes y que el

21,04% es población de 65 años o más, la población aproximada a la que se dirige es de

277.297 habitantes y sus familias.

Se debe de considerar así mismo aquella población dependiente menor de 65 años y sus

familias.

La mediación se adapta a las circunstancias concretas de las personas que la requieran y

su situación conflictiva. Lo que es preciso es que todos los que tengan el problema

quieran intervenir y estén capacitados para llegar a acuerdos.

La mediación en situaciones de dependencia está dirigida a restablecer la comunicación,

conseguir soluciones aceptadas por las partes en conflicto según su situación e intereses,

cubrir las necesidades de las partes implicadas y alcanzar acuerdos viables y duraderos.

Reuniones de seguimiento con

usuarios.

Una o dos espaciadas en el tiempo

27

La mediación va dirigida a las personas mayores con sus singularidades así como a los

que forman parte de su entorno más específico.

- Los mayores de 65 años y/o dependientes.

- Las familias con miembros mayores y/o dependientes.

- Las asociaciones que reúnen a personas que tienen problemas familiares

relacionados con la edad y con la dependencia.

- Los recursos residenciales, hogares y, centros de día.

- Los municipios, área de servicios sociales.

- El Gobierno de Aragón, Departamento de Servicios Sociales y Familia,

Dirección General de Familia.

4.3.- MEDIDAS TRANSVERSALES COMPLEMENTARIAS.

Lo que se requiere en la mediación para mayores y/o dependientes es que las partes en

conflicto quieran llegar a acuerdos. Cuanto antes se ponga en marcha el proceso una vez

detectado las diferencias que puedan desencadenar en conflicto, mejores resultados se

obtendrán. Cuanto más tarde se intervenga, mayor será la conflictividad y se hará más

difícil la mediación.

Con la ayuda de un mediador los propios interesados buscan, y toman decisiones en los

problemas que les afectan, en lugar de someterse a la decisión de un tercero. La

consecuencia de ello es que las partes en su inmensa mayoría cumplen los acuerdos.

Creemos que cuando uno se encuentra con cualquier conflicto, es más útil pensar en un

buen procedimiento para hacer frente a un cúmulo de problemas que pensar en

“resolver” un problema particular de una vez y para siempre…Se trata de ver nuestra

tarea como el manejo de conflictos, en vez de su resolución, es un cambio de

paradigma” (FISHER, KOPLEMAN, KUOFER SCHNEIDER, 1996; 21).

28

Orientado hacia el objetivo de extender todo lo posible la cultura de la mediación, se

han diseñado otras áreas de intervención que sería adecuado llevar a cabo para un mejor

conocimiento del procedimiento. Por esa razón y como acciones transversales se

implementarán:

- Actuaciones formativas, para incorporar a la ciudadanía en la cultura de la mediación,

a través de cursos, jornadas, mesas de debate, que permitan con la asistencia de un

ponente o moderador, no sólo la explicación extensa del procedimiento, sino los debates

que permitan clarificar las dudas que surjan.

- Actuaciones Informativas.- Permitiendo que el mayor número posible de personas que

puedan resultar beneficiarios de la mediación, tengan conocimiento de su naturaleza y

ventajas y puedan ya por si mismos tomar decisiones dirigidas a incorporarse en un

proceso de esta naturaleza.

- Actuaciones de divulgación.- Consiguiendo que los ciudadanos obtengan

conocimiento de la existencia de la herramienta y el proceso como método alternativo a

la resolución de conflictos.

- Actuaciones de sensibilización.- Para que no sólo se genere el conocimiento de su

existencia sino que la ciudadanía integre la naturaleza del recurso pacificador de

conflictos, de igual manera que tiene conocimiento de la existencia del sistema judicial.

Mencionar el ahorro económico que supone el uso armónico de los recursos sanitarios y

sociales a través del acuerdo de mediación, cuya inexistencia en muchas ocasiones

genera decisiones equivocadas que suelen tener que ver con el uso de recursos

residenciales. De la misma manera se generaría un uso más adecuado de los recursos y

un ahorro importante de los recursos sociales y sanitarios, si los usuarios tomando

decisiones más ajustadas a sus necesidades, no hicieran uso de aquellos, tan solo por

desconocimiento o ignorancia.

Añadir el ahorro de recursos que genera que la familia sea capaz de resolver sus

diferencias haciendo uso del proceso y evitando la confrontación directa con los efectos

de la judicialización de los problemas.

29

Valorar por último, la satisfacción para el mayor y/o dependiente de ver en mayor y

mejor medida satisfechas sus exigencias y necesidades, pasando para ello a través de

una conformidad comprometida de sus familiares.

5.- OPINIONES Y ACTITUDES SOBRE LA MEDIACIÓN FAMILIAR.

El Estudio sobre Opiniones y Actitudes sobre la familia, que realiza el Centro de

Investigaciones Sociológicas en junio de 2014 (CIS, 3032), aborda el conocimiento que

la población española tiene sobre mediación familiar y qué opinión le merece. Del

análisis de las preguntas que se presentan, se pueden observar los siguientes resultados:

1.- El 50,9% de los encuestados, manifiestan haber oído hablar alguna vez de la

mediación familiar en caso de conflicto familiar.

2.- El 80,3% de los encuestados, manifiesta conocer la mediación familiar de oídas.

3.- El 65,8% de los encuestados, manifiesta que en su opinión acudir a la mediación

familiar es una buena forma de solucionar conflictos familiares.

Probablemente sorprendan estos resultados, dada la opinión generalizada en los

operadores jurídicos de que la mediación es un recurso muy valioso pero falta la

integración de la misma en el tejido social, el desconocimiento es la principal causa de

su falta de utilización. La realidad es que la población española mayoritariamente ha

oído hablar de la mediación familiar y que la considera positivamente como una buena

forma de solucionar conflictos familiares. La razón por la que no se recurre en mayor

medida a la misma, no es el desconocimiento.

CONCLUSIONES:

Durante la realización del presente trabajo, se ha tenido la oportunidad de llegar a las

siguientes conclusiones:

30

1.- Los cambios en nuestra sociedad actual son constantes y en todos los ámbitos. La

aparición de nuevas necesidades, requiere la creación de nuevas formas de satisfacerlas.

En el ámbito de la convivencia pacífica, las soluciones adversariales, no satisfacen el

deseo íntimo de vivir en paz que el individuo moderno tiene.

2.- La mediación aparece en este contexto como una alternativa para la solución de los

conflictos en el que la implicación de las partes en el proceso y en el resultado final es

total y por ello su compromiso en el cumplimiento, es completo.

3.- La prolongación de la esperanza de vida en nuestra sociedad actual, los cambios

habidos en la composición y dinámica de la familia española, la necesidad de

proporcionar soluciones adecuadas a las nuevos desafíos que emergen, revelan que la

mediación podría ser la herramienta por excelencia para la resolución de las tensiones y

problemas que se plantean.

4.- La Mediación familiar para el cuidado de mayores en Aragón, con una población

mayor que supera el 21% del total de la población, y por encima de la media española,

es la forma de atender esta etapa de la vida de forma satisfactoria.

5.- En modelo de vida contemporánea, no parece encajar con las necesidades que tienen

los mayores y dependientes. Para las familias, la llegada de la dependencia o del

cuidado de los mayores, en ocasiones genera divisiones y malestares, que derivan en

rupturas no deseadas y que se deben a una mala gestión del conflicto.

6.- La normativa vigente, plasmada en la ley 9/2011 de mediación familiar en Aragón,

ha supuesto una excelente vía de impulso para la mediación familiar, pero podría estar

quedándose corta en el ámbito de las personas mayores y dependientes (los más

vulnerables), poniendo de manifiesto la necesidad de que se expansione por otros

medios, popularizándose como una vía amigable de resolución de conflictos cuando las

partes no han sido capaces de resolverlo por sí mismas.

7.- Conviene acometer desde la mediación, no solo la ordenación por el interesado y la

familia, de esta etapa de la vida, sino la coordinación por estos, de los recursos

sanitarios y los servicios sociales.

8.- Desde la mediación y coordinadamente con la familia del mayor y/o dependiente se

permite llegar a diseñar programas de actuación realmente eficientes en cuanto a coste y

31

totalmente satisfactorios para las partes, entre las que se encuentra el mayor y/o

dependiente que en definitiva es el que va a disfrutar de estas ventajas.

9.- La población española mayoritariamente conoce y valora la mediación familiar,

favorecer su accesibilidad podría ser la vía de implementarla de forma efectiva.

10.- El proceso de mediación, permitirá a las partes que recuperen la responsabilidad de

sus decisiones, el compromiso con sus actos, la satisfacción de haber resuelto

acertadamente esta etapa de la vida. Todo ello generará la satisfacción de ser más

personas, más maduros y más sabios.

32

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