Año 5 BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2002 Núm. 34de escasos recursos. Era la época del primer gobierno...

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La historia es memoria, presente y futuro Año 5 BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2002 Núm. 34 En el barrio porteño de Lugano hay un espacio conocido como Villa 20. Hace 60 años esta zona estaba casi despoblada, igual que sus alrededores; sólo algún ranchito aislado se levantaba en medio del campo. Era un lugar que se inundaba fácilmente, como toda la zona sur de la ciudad, cercana al Riachuelo. Solamente la vía del tren interrumpía el paisaje. Una vecina del lugar, Clementina de Gigante, dice que sus padres llegaron allí en 1918 y que cuando ella era chica había poca gente en el lugar: De este lado de las vías estaba Servando, que trabajaba en Mataderos, y enfrente estaba Pedro Merlini que tenía la quinta. Donde está la Escuela de Policía estaba la casa vieja; ahí vivía una familia muy pobre que vendía gallinas y palomas. Más allá no había nada (...). Su testimonio y el de otros vecinos nos ayudan a entender que, entre las actuales Larrazábal, Cruz, Dellepiane y Escalada, todo era campo. Recién a partir “Acá la única es jugarse... es apostar día tras día, minuto a minuto...” de la década de 1920 fueron diferenciándose dos partes, limitadas por el ferrocarril llamado Compañía General, cuya estación, Lugano, se encontraba a pocas cuadras. Una zona más alta que fue loteada en 1928 comenzó a constituir el sector barrial que ahora se conoce como Las Lomas. Otra parte, más baja, llena de bañados, del lado sur de las vías, sería ocupada varias décadas después con características de villa. Hoy en día, todo este ámbito está densamente poblado y forma parte del espacio urbano porteño. ¿Cómo se fue formando este barrio, conocido ahora como Villa 20? ¿Cómo fue posible que un espacio casi rural se transformara en un barrio? Éstas son preguntas que muchos se hacen pero que sólo algunos las formulan en voz alta. Es que, a veces nos parece que preguntarnos por las cosas que sucedieron en el pasado es una pérdida de tiempo, ¡con todos los problemas que tenemos hoy en día! A pesar de ello, algunos vecinos y el Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires creemos que re-pensar nuestro pasado es una herramienta que nos ayuda a entender el presente y a diseñar el futuro. Sí, aún en épocas tan difíciles como las que nos toca vivir hoy, es bueno ejercitar la memoria para recordar las cosas tristes que nos sucedieron y las muchísimas cosas positivas que fuimos capaces de hacer, a pesar de la adversidad.

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La historia es memoria, presente y futuro

Año 5 BUENOS AIRES, OCTUBRE DE 2002 Núm. 34

En el barrio porteño deLugano hay un espacioconocido como Villa 20.Hace 60 años esta zonaestaba casi despoblada,igual que sus alrededores;sólo algún ranchito aisladose levantaba en medio delcampo. Era un lugar que seinundaba fácilmente, comotoda la zona sur de la ciudad,cercana al Riachuelo.Solamente la vía del treninterrumpía el paisaje.Una vecina del lugar,Clementina de Gigante,dice que sus padresllegaron allí en 1918 y quecuando ella era chica habíapoca gente en el lugar: Deeste lado de las víasestaba Servando, quetrabajaba en Mataderos,y enfrente estaba PedroMerlini que tenía laquinta. Donde está laEscuela de Policía estabala casa vieja; ahí vivíauna familia muy pobreque vendía gallinas ypalomas. Más allá nohabía nada (...). Sutestimonio y el de otrosvecinos nos ayudan aentender que, entre lasactuales Larrazábal, Cruz,Dellepiane y Escalada, todoera campo. Recién a partir

“Acá la única es jugarse... es apostar día tras día, minuto a minuto...”

de la década de 1920fueron diferenciándose dospartes, limitadas por elferrocarril llamadoCompañía General, cuyaestación, Lugano, se

encontraba a pocascuadras. Una zona más altaque fue loteada en 1928comenzó a constituir elsector barrial que ahora seconoce como Las Lomas.

Otra parte, más baja, llenade bañados, del lado sur delas vías, sería ocupadavarias décadas después concaracterísticas de villa.Hoy en día, todo este

ámbito está densamentepoblado y forma parte delespacio urbano porteño.¿Cómo se fue formando estebarrio, conocido ahora comoVilla 20? ¿Cómo fue posibleque un espacio casi rural setransformara en un barrio?Éstas son preguntas quemuchos se hacen pero quesólo algunos las formulan envoz alta. Es que, a veces nosparece que preguntarnos porlas cosas que sucedieron enel pasado es una pérdida detiempo, ¡con todos losproblemas que tenemos hoyen día!A pesar de ello, algunosvecinos y el InstitutoHistórico de la Ciudad deBuenos Aires creemos quere-pensar nuestro pasado esuna herramienta que nosayuda a entender el presentey a diseñar el futuro. Sí, aúnen épocas tan difíciles comolas que nos toca vivir hoy, esbueno ejercitar la memoriapara recordar las cosastristes que nos sucedieron ylas muchísimas cosaspositivas que fuimoscapaces de hacer, a pesarde la adversidad.

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EL COMIENZO

Según los relatos que hemos idoarmando, este barrio comenzó aorganizarse a partir de 1948cuando la Fundación Eva Perónmandó construir sobre la calleLarraya un núcleo de casitasque fueron asignadas a familiasde escasos recursos. Era laépoca del primer gobierno dePerón (1946-1952). Desde elmomento en que él llegó a lapresidencia, su esposa, Evita,comenzó a brindar ayuda a losnecesitados. Poco a poco seorganizó un sistema que segúnsus palabras “reemplazaría” a labeneficencia. Así fueadquiriendo forma la cruzada deayuda social que en julio de1948 se transformaríalegalmente en la “FundaciónAyuda Social María Eva Duartede Perón”.Don Francisco de la Torre, odon Paco, uno de losadjudicatarios de esas primerascasas, contaba: Las casitasprefabricadas eran bajas. Enel barrio no había ningunacomodidad para nada: niagua, ni luz, ni nada que se lepareciera. El agua nos ladaba un señor italiano de lacuadra de Strangford y habíaque ir a su casa a buscarla;la luz era alumbrarnos conuna vela o con un farolito dequerosén. Eran en total 12casitas; 6 adelante y 6 atrásen toda la cuadra. Estabanorganizadas con undormitorio, comedor y cocinajuntos. Eran de madera y conel techo de chapa, de unasola agua. Al poco tiempo yacolocaron una canilla para elagua de las 12 casitas, queentonces ya eran 20 porquehabían puesto 8 más enfrente.Dejaban mucho que desear.Los baños eran una especiede casilla que había entrecuatro casas. Sólo era unagujero. Eso continuó asíhasta que pasado un tiempo,la misma Fundaciónconstruyó más para allácomo ochenta y tantas casitasde cartón. (...) El Ministro deObras Públicas (...) vino un

día por el asunto de lascasitas de cartón y había unaseñora que vivía detrás denosotros, creo que se llamabaMárquez... Ese día se pudoacercar al ministro y le contóel problema nuestro. (...) Esteseñor mandó construir unosbaños de material conduchas, hizo veredas deadoquines y brea, pasos dematerial para entrar en lascasas y dio luz eléctrica.En la casa 5 vivía la familiaOlivares compuesta por laabuela, la mamá y las tías dePetty y Claudia Decicco. DonPaco y su familia vinieron avivir a la casa número 2.Recuerdan a la familia Galarza,a los González y a Casimira,pues llegaron todos el mismodía.Una de ellos, doña Tota, cuentadel siguiente modo: Yo me llamoCelina del Carmen Galarzaviuda de Flores. Nací el 12 dejunio de 1923, en Goya,Corrientes. Pero vine a los 10años para acá. Alquiló mimamá en muchos lados por lazona de Almagro y después sefue a Merlo y después en elaño 1948 mamá se mudó enLarraya y ésta, que antes eraStrangford y ahora esOrdóñez. (...) La llevaron ahípor medio de algo parecido aBienestar Social (...) Erancasas que daba el Gobierno ya mi mamá le gustaba... Meparece que escribió y pidióque le den una casa. (...) Erauna casita toda de madera...Y agrega, para marcar ladiferencia de calidad con lasque fueron construidas después:¡Mire! Acá, esto es cartónprensado, y señala parte de lacasa en que vive actualmente,sobre Miralla, una de las“ochenta y tantas de cartón” delas que hablaba don Paco.Juan Carlos Abal es más jovenque doña Tota y don Paco,podría ser hijo de cualquiera delos dos. Él dice así: Yo nací enla villa, me crié en la villa yvolví a entrar adentro de lavilla... Yo hablo de hace 48

años atrás o más. Me crié enlas casitas, frente a la iglesia,que Perón les dio a mi mamáy a mi papá. (...) Una vez quemi papá falleció me vine avivir a la villa con mi mamá...Mi mamá empezó a tomarmucho (...) En la villa mequedé.Todos los testimonios de esaépoca recuerdan que, ante susnecesidades, siempre había unfuncionario o una instituciónestatal que intervenía parasatisfacerlas. Es que esa épocaestá inscripta en la memoria,como la del auge de un modelode organización llamado “estadode bienestar”, en el cual elgobierno es garante de losderechos ciudadanos.Si bien ese modelo no se quebróabruptamente con la caída delperonismo en 1955, a partir delos años posteriores ya no seencuentran testimonios quemencionen la preocupaciónconcreta de organismosestatales frente al problema dela vivienda en estos sectoressociales.A medida que pasaban los años,más familias fueron llegando albarrio. Algunas de ellas,poseedoras de recursoseconómicos, aunque fueranescasos, compraban oalquilaban las casitas existentes.Tal es el caso de RamonaVillalba, que dice: Soyparaguaya... y estoy en elbarrio desde el 58. Yo tenía18 años cuando me mudé aesta casa y había, en estamedia manzana, treintaviviendas, que ahora debenser sesenta porque todas soncasas compartidas; y alláenfrente donde está la villaque no es tan villa, había

también estas casitas en otrascinco manzanas. (...) Más alláno había nada, sólo unoscriaderos de chanchos en laparte de abajo, no estaba laEscuela de Policía. (...) Lacancha de fútbol siempreestuvo, desde que yo estoy, sellama la Cancha de loshuérfanos; estaba muy biencuidada.Juan Carlos y Ramona ponen aldescubierto una realidad que esdifícil de apreciar desde afuerade la villa. A primera vista, elespacio villero parece unconjunto homogéneo, todo igual,y no es así. A medida que se loconoce mejor comienzan averse las diferencias internas.Hay una parte de arriba y otrade abajo; una con másadelantos urbanos y otra sinningún servicio. Una, la de lascasitas que construyó laFundación respetando el trazado

de las calles y las ideas deplanificación urbana, aunque enforma precaria, y otra, la deldesorden espacial con suspasillos intrincados. Por esoRamona habla de “la villa queno es tan villa” y Juan Carlosusa un juego de palabras: “(...)me crié en la villa... en lascasitas frente a la iglesia y luegoentré en la villa”, donde sequedó.Pina, cuyo nombre es SoledadDíaz de Vivar, es una de lasmujeres de este barrio ypertenece al grupo de las quetienen una historia de lucha yorganización. Ella cuenta sullegada de la siguiente forma:Por el 60 vinimos para acá...debemos haber venido en elmes de enero. Mamá,trabajando en Lugano, seenteró que había una casa enventa. Ella quería tener sulugar propio, porque vivíamosen casa de mi abuela... Mamávino a verla, arregló paracomprarla y la pagabamensualmente, porque eldoctor con quien ellatrabajaba le facilitó el dinero.No me olvido la primera vezque vinimos: ¡vivir en unavilla, era jorobado! Noentendíamos nada. Perocuando vimos la casita... Era

EL AGUA Y LA ELECTRICIDAD

Pina recuerda que en la década del 60 había canillas públicas,con piletones: la de acá estaba en la esquina de Miralla yBattle donde es la cancha (...). José Meneses, Enrique Medinay don Paco coinciden en que las casitas tenían todas susmedidores de luz. Algunos recuerdan que, aún en la zona “másabajo” había pilares con los medidores dando la idea de que elabono era compartido por varias familias. Después –dice donPaco– sacaron los medidores cuando vino el gobierno deCámpora (...). Blanca, una de las hijas de Carmen Gramajo, yVictoriana García sostienen lo mismo. Antes de la erradicaciónellos vivían (...) en Pola y Strangford, teníamos todo instalado.Estaba la cámara de la cloaca en el patio. Pagábamos la luz yme acuerdo que cada dos por tres saltaban los tapones porqueen cada poste había cuatro medidores de cada una de lascuatro casas. Teníamos boletas de luz y de barrido y limpieza,aunque la calle era casi empedrada (...), y cuando dice estoaclara que, en realidad, lo que había era una especie demejorado.

La zona de Fonrouge y Barros Pazos en 1949.

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La villa. Año 2001.

Un pasillo típico de la villa.

Roca y Escalada hacia el Norte.

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LAS RAZONES PARA VENIR AQUÍ

Según cuentan los vecinos,entre las décadas de 1950 y1970, hubo dos razones quelos empujaron a llegar aBuenos Aires. La másmencionada es la búsquedade empleo; la otra,encontrar un lugar de paz.Don Paco lo dice con todaclaridad: Yo vivía en Madridy comenzó la guerra...estuve del lado que meagarraron... fui herido ygracias a eso no participéde la batalla más terrible,la del Ebro, en la queFranco ganó la guerra. Él,como cientos de españoles,no dudó en venir cuando losgobiernos de Argentina yEspaña firmaron en 1948 unconvenio de inmigración.Luego cuenta: Al llegaraquí trabajé de todo, decosas que nunca habíatrabajado. Después entréen Transportes de BuenosAires, pues en ese entoncesse conseguía trabajoenseguida. Uno salía deaquí y enfrente teníatrabajo, si quería. Lo queno había era diferenciasde sueldo entre nosotros ylos nativos, ¡estábamosequiparados con losargentinos! Este hechosorprendía a don Paco,porque en Europa no era así.Muchas familias bolivianasllegadas a mediados de los50 venían escapando de laviolencia política desatadacontra el gobierno de PazEstenssoro. Doña MaríaArias Paz dice así: Mimarido trabajaba en laFederación de Mineros deBolivia; él dirigía unsector (...) le pegaron en elControl Político, así que lapasó mal... Lo trajeron

exiliado acá, y yo erarecién casada (...).Johnny Serrano cuenta: Mipadre viene de allá pormotivos políticos... Ungolpe militar había (...) Lafamilia de mi viejo tuvo unbuen pasar en Oruro y miviejo estudió y trabajó enel Estado. La anécdota queme quedó toda mi vida esque él trabajó en laMunicipalidad, controlabatodo lo que entraba a laciudad de Oruro. Y ésa erauna época que funcionabala minería, andaba bienesa ciudad (...) Tuvo unaexperiencia de corrupcióny él no se prendió yentonces... ¡Pensar que sehubiese salvado para todala vida! Era cuando enBolivia no había azúcar,pan... Él optó por no estaren el afano... y le costócaro... pero por cuestionespolíticas pudo zafarporque hubiese mandadoen cana a todo el mundo.Claro está que la mayoría delos que llegaban no eranperseguidos políticos sino

gente que deseaba encontrarun empleo. El padre HéctorBotán lo dice en formarotunda: No venían porqueles gustara Buenos Aires,sino por trabajo. Eranépocas de expansión de laproducción industrial, por lotanto era relativamente fácilconseguir un empleo ocambiarlo por otro mejor.Primero, había sido elperonismo con su programade apoyo a la industrialiviana. Luego, durante lapresidencia de Frondizi(1958-1962), la puesta enmarcha del proyectodesarrollista. Por último,entre 1963 y 1974, la llamadadécada de expansióneconómica. Con altibajos ycrisis notables, durante casiun cuarto de siglo,aumentaron la producción,las exportaciones, lasinversiones extranjeras, lasgrandes construccionespúblicas y por ende seexpandió el empleo. En estesentido es típico el relato dedon Carmen Gramajo: (...)trabajé en la Fábrica Inta,

de madera pero tenía unacosa linda: jardincito,quintita y estaba en la calleprincipal.Otras familias, con menoresposibilidades, se asentaron enlos espacios que parecíaninhabitables y levantaron susviviendas precarias de cartón yde chapa. Varias de lasmanzanas irregulares que hoyconforman la villa eran espaciosverdes, con bañados, y en otroslugares los terrenos seinundaban cada vez que llovía.José Meneses dice convehemencia: (...) la gente paravivir... tomó un basural, vivióentre la basura y mejoró atodos esos terrenos que eranbañados. Este lugar estácomo está porque la gente lohizo y si no está mejor esporque no pudieron.

A pesar de esa ocupación sinplaneamiento, la fisonomíageneral del lugar no habíavariado tanto: entre casa ycasa quedaba terreno libredonde crecían el pasto y losarbustos. En esa épocahabía muy pocas casas, sepodía ver el tambo... quetenía muchas vacas, y todala zona que ahora estáocupada por viviendas erael alfalfar. Existía unalaguna y frente a lo queahora es Jumbo estaba elvaciadero de las chatas. Alcostado estaba el chiquero de

los chanchos paraaprovechar el vaciadero, diceJosé Meneses.En la parte más baja de lazona conocida por los mismosvecinos como “abajo”, laschatas municipalesdescargaban la poda de losárboles. De modo que esazona del barrio proveía de leñapara cocinar y calentarse.Durante varios años semantuvo un paisaje semi-ruralque recordaba el pago chicorecientemente abandonado.Según Pina, el panorama queella observó al llegar era así:Apenas había una capillitade madera donde ahora estála guardería. Después habíaun chalecito atendido poruna vecina muy mayor, doñaMaría Porres, hoy fallecida,que fue la iniciadora de las

Restos de la poda sobre Escalada.

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El CAFLos Centros de Acción Familiar (CAF) se crearonalrededor del año 72 ó 73 y tienen como objetivo ayudara las madres que trabajan, pues saben que sus hijos van a recibirel alimento necesario, su cuidado y hasta su estudio controlado.Dice Pina: Se toman chicos a partir de 2 años y medio hasta los13 años, pero se continúa trabajando con los que entran en laadolescencia; siguen recibiendo la comida porque vienen abuscar la vianda (...) Hay dos turnos: mañana y tarde. Los quevan a la escuela a la tarde ingresan a las 8 de la mañanahasta la hora de ir al colegio, o sea, desayunan y almuerzan, ylos que salen del colegio vienen directamente al CAF aalmorzar y después que meriendan se van a sus casas a eso delas 4 y media de la tarde. Yo soy pionera de los CAF. Cuandoempezamos era el CAF Nº 8, yo era cuidadora de niños comoen la actualidad. Cocinaba una compañera... Marta Terán (...)en el tiempo de Cacciatore, al CAF de acá lo tiraron abajo; enese momento yo estaba con licencia médica pero no puedoolvidarme el ruido cuando vinieron las topadoras. ¡Llorétanto ese día!... porque no sabe lo que costó levantar eso. ElCAF lo llevaron cerca de la General Paz, en el BarrioPiedrabuena... Después vino un sacerdote que era famoso, elpadre Pajarito, que ya no es más sacerdote. Era un muchachojoven pero muy luchador, ya había pasado la dictaduramilitar. Era el 4 de octubre del 86 (...) yo le converso al padrePajarito y le pido que hagamos algo para reconstruir el CAFporque la necesidad siempre es grande dentro del barrio (...)El padre Pajarito hizo como un contrato con la Municipalidadpara poder utilizar las instalaciones de lo que antes era lacapilla. Una compañera, Marité de Barón, y yo tuvimos quesubir hasta los andamios para poder arreglar el lugar y¡ponerlo en funcionamiento! Ahora atendemos alrededor de250 chicos hasta 13 años y se les dan las viandas y también agente mayor necesitada que no tienen trabajo, o porque tienentuberculosis (...).

guarderías... En ese tiempoera presidente del barriodon Pedro Ávila. Sejuntaron varios y entre ellosestaba mi padre yalambraron e hicieron comouna pista de baile y ésa era

la diversión los fines desemana: los “bailes de lacanchita”. Se recaudabadinero para ayudar a laguardería o para arreglar laCancha de los huérfanos.Era lo único que teníamos.

Construcciones precarias demadera y cartón.

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5 ó 6 años. Trabajaba denoche y como queríacambiar de turno y ellos nome quisieron cambiar, undía sábado a la mañana, alsalir del trabajo, compré eldiario y fui a buscar otro...Conseguí en unametalúrgica. Mepreguntaron qué sabíahacer. Me tomaron y esemismo día me mandaron arevisación médica y altercer día empecé atrabajar ahí. Era CasaFebo; estaba en el 2245 deAmancio Alcorta, frente a

la cancha de Huracán.La existencia de una red deconocidos era la condicióncasi excluyente para decidirla ocupación y permanencia.Marcelo Chancalay cuenta:(...) mis padres jóvenes setrasladaron a la ciudad deBuenos Aires, y llegaron ala Villa 20 directamente,tenían acá familiares de mimamá. Aún más, esa redfacilitaba el ingreso almercado laboralrecomendando a lostrabajadores en las empresasque tenían puestos vacantes.

Relevamiento topográfico para hacer el Parque 17 de octubre (Alte. Brown),1949.

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Desde mediados de la décadadel 60 hasta 1976 se produjoen la villa un movimiento muyimportante de participaciónpopular, a través del cual seconsiguieron mejorassustanciales para el barrio.Juan Omonte asegura queésta es una de las villas másorganizadas, que comenzó atrabajar por las mejoras y lastierras en los años 60.Los diferentes gobiernos nolograron solucionar elproblema habitacional de laciudad, implementandomedidas contradictorias. Entre1963 y 1966, siendo presidenteel Dr. Illia, hubo un intento demejorar los espacios que hacíamuy pocos años se habíanbautizado como “villas deemergencia”. El plan degobierno respondía a criteriosque hoy llamaríamosdiscriminadores pues, con elobjetivo de “dar solucióntemporal y precaria anecesidades muy sentidas”,proponía “cambiar la actitudmental del habitante de la villa,que se caracteriza por unquedantismo estático, ytransformar esa actitud en unproceso dinámico de orden,organización y desarrollo”

Hasta la década del 60, según donPaco, cuando los vecinos seenfermaban recurrían al Dr.Belloti. Dice: Había una salitade salud en la calle Somellera yél era el director. Pero vivía ytenía su consultorio enStrangford y Oliden. Él atendióa mi esposa, la última noche,cuando falleció en 1958. Ypone de manifiesto una realidaddiferente, la de los trabajadores enrelación de dependencia quepodían contar con un sistema desalud de mejor calidad. Habíaestado internada en el HospitalItaliano porque yo trabajabaen Transportes de BuenosAires, y la Obra Social laenviaba allá. La operaron peroya no se podía salvar, volvió alItaliano pero falleció en casa.Ramona Villalba confirma losdatos: Si hablamos de la salud,la idea me viene junto con elrecuerdo de mi hijo mayor. A él

lo tuve en el 64; en la época del60, cuando él era chico, laúnica salita que había estabaen Tellier y Barros Pazos (se lohace recordar su hijo), pero yome tenía que ir caminandohasta Lugano y ahí me tomabael 117 para poder ir hasta allá.Y si no, al hospital Salaberry oal Piñeyro (sic), pero yo iba másal Salaberry. Para tomar el 117había que caminar lo mismoque ahora, 5 cuadras, con ladiferencia que ahora estámejor, porque la avenidaArgentina (...) eran todoszanjones. Esa avenida lapavimentaron hará 20 años,cuando empezaron a abrircalles.Héctor Botán, el sacerdote,cuenta que cuando llegó a la villase preguntaba: ¿Cómo mepresento? En primer lugar dijecómo busco el terreno, meenteré que donde está el Centro

de Salud, en ese momentohabía una casilla, una casillaabandonada que un vecino lacuidaba porque Emaús le habíaencargado que no se metieranadie. Voy a Emaús, consigo elpermiso para ir ahí a vivir yempecé a vivir ahí. Yocelebraba misa los domingos enla parroquia del Niño Jesús ydespués estaba ahí. Y yorealmente decía: “¿Quéhago?”. Los chicos son losprimeros que se te acercan acuriosear como sea, yo nonegaba que era cura, y loschicos me preguntaran si ibana volver los doctores. Entoncesme enteré que ahí, Emaús habíatenido unos médicos, que eraun grupo de muchachosjóvenes voluntarios, y la gentecomo no había ningún centromédico, preguntaba (...) Medije: “Voy a empezar aconstruir un centro de salud,

MEJORAS PARA EL BARRIO

UN CASAMIENTOPARA NO OLVIDAR

on Luis López cuenta: En la década del 70 hubo unacosa que nunca me voy a olvidar: hubo un casamiento.

Buscaban 80 parejas que no estuvieran casadas por la iglesia.Yo fui uno de ésos porque yo estaba casado por civil nada más.Tuve esa oportunidad, ya que yo soy católico y no habíatenido para hacer dos fiestas o como se hace y entoncesaproveché. En esa época estaba Isabelita que iba a salir demadrina y López Rega era el padrino. La fiesta la hicieron enla iglesia que se llama Santo Cristo, que está en avenida Cruzantes de llegar a General Paz. Nos casaron y nos hicieron lafiesta. No vino Isabelita, vino la secretaria de ella comorepresentante y de parte de López Rega vino el jefe de laPolicía Federal. ¡Sabe lo que era! ¡84 parejas! Estaba Canal 7,Canal 13, la revista Gente... No me acuerdo muy bien quién noscasó, me parece que el cura de aquella iglesia... No fue el curaque trabajaba acá en la villa (...). Enrique Miranda agrega: Deregalo de casamiento nos mandaron sábanas, el anillo y lafiesta, en la que había 600 invitados. Esa fiesta se hizo en elsalón y el patio de la parroquia.

(Documentos de la ComisiónMunicipal de la Vivienda,CMV). Estas propuestasestaban enmarcadas en lasideas de la época: considerarel desarrollo de los sectoresmás pobres de la sociedadcomo un camino hacia la copiade la forma de vida de la clasemedia. La preocupación por eltema llegó a tal punto, que elGobierno publicó en 1965 unestudio hecho por AlbertWilson, un especialista llegadodesde Estados Unidos, quepertenecía a la Fundación parala construcción cooperativa deviviendas (FCH). Wilsontrabajó con 1600 familiasresidentes en villas de ParqueAlmirante Brown, de lascuales 1549 dijeron que noquerían alquilar sino tener“tierras y casa de supropiedad” (La voz de lasvillas, A. Wilson, CMV).Más tarde, durante ladictadura del general Onganía(1966-1970) se delineó el Plande CongelamientoHabitacional que era, enrealidad, la forma de frenarposibles nuevas ocupaciones ydesarticular las ya existentes.En dicho plan se reconocíanlas mejoras realizadas en la

Villa 20, durante el gobiernoanterior. Por ejemplo secontabilizaban “20 surtidoresde agua potable para elconsumo de alrededor de 7500habitantes, pilares paramedidores de SEGBA(Servicios Eléctricos del GranBuenos Aires) y 3000 metrosde senderos construidos conmedio millón de adoquines endesuso, más 5 mil camiones deescombros (...)”, todas obrasrealizadas “(...) con la manode obra de los vecinos y a

través de las JuntasVecinales” (Plan deCongelamiento Habitacional,CMV).A pesar de los avances yretrocesos desde el Gobierno,durante todos esos años hubouna constante: la fundación ocreación de instituciones talescomo el Centro de Salud, laescuela primaria de la calleFonrouge, el Centro de AcciónFamiliar (CAF) y la búsquedade mejoras para el barrio,como la construcción del

LA HISTORIA DEL CENTRO DE SALUD

puente sobre las vías delferrocarril, permitiendo unasalida de la villa, sin riesgos deaccidentes.En realidad, este avance delbarrio se correspondía con laorganización de sus vecinosque no eran “quedados”, comodecían las ideas en boga.También, tenía que ver con lapolítica de un Estado que, apesar de sus contradicciones,no podía dejar de responder alas demandas de la población.

LA VILLA 20EN EL PLANODE LA CIUDADDE BUENOS AIRES

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LOS INCENDIOS

En el barrio, la memoria de los peligros gira alrededor de lasinundaciones y los incendios. Entre todos los relatos sobreestos temas, los más conmovedores son los de Enrique Medina,don Paco y don Juan. Elegimos reproducir la narración de donJuan porque pone de manifiesto algo que él mismo dice, casi conlas mismas palabras de Pina: “Acá, la única es jugarse”. Surecuerdo es así: Era 1979. Yo tenía un terrenito bastantegrande y no es como ahora que parece que estamosencarcelados en un celular y todo con rejas. Solamente habíaun alambre tejido y eso hacía la separación. No había tantadelincuencia como ahora. Entre una casa y otra había terrenolibre. Ese año se nos quemó la casa; quedamos con la ropa enel cuerpo y nada más. Era un 12 de diciembre y pienso que fueun cortocircuito. Yo estaba trabajando en Transportes Lugano,vine a almorzar porque en diciembre hay poco movimientodespués del mediodía. Volví a la agencia y como a las 2 de latarde me llaman por teléfono que venga urgente y cuando doyla vuelta por Cruz y avenida Argentina veo que salían lasllamas. ¡Dejé la camioneta cruzada y corrí allá! Medesesperaba por la familia, porque las cosas y la casa serehacen. ¡Se trabaja y se vuelven a hacer! Estaban todos bien yuno de mis hijos recién casado que se había comprado laheladera, la cocina... A empezar de cero y en esos años no eratan fácil (...).

que me conozca la gente comoalbañil”. Fue así que,buscando gente que meayudara, empezamos aconstruir un buen centro, yodecía que a los pobres hay quedarles bien las cosas, no malhechas. Yo algo de planosentendía (...) Se hicieron dossalas y un pasillo grande paraque esperara la gente; en dosaños la gente me empezó aconocer como cura, empecé aexplicar que me parecíaimportante continuar aquello,la gente se entusiasmó yempezó a ayudarme... En dosaños se terminó el Centro, en elgobierno de Onganía. Meacuerdo que vino un irlandés,de la Municipalidad, de algunarepartición, algo así como deSanidad. Era un buen tipo y medijo: “Si lo cedés a laMunicipalidad, yo te prometorentar 12 personas. Rentomédicos, enfermeras y unCentro Materno Infantil”. Yo lepedí que me dejara consultar ala gente, porque la gente lohabía trabajado y la idea míahabía sido hacerlo convoluntarios, en forma másindependiente pero... Hicimosasamblea en el barrio, sediscutió mucho y por fin sedecidió que estaba bien,porque era un progreso para elbarrio. De hecho, todavía siguesiendo el Centro de Salud. Yovivía atrás, en una casilla.Después que se inauguró elCentro, mi dormitorio era ellugar donde el médico y laenfermera se cambiaban ydejaban la ropa.Pina sostiene con fuerza: Acámuchos se adjudican haberlevantado el Centro de Salud,pero fue el padre Héctor Botánel que lo hizo, con su propiodinero. Él había recibido unaherencia y él construyó ladrillosobre ladrillo. Que alguno lehaya ayudado...Cristina Gutiérrez recuerda:Estaba el Dr. Prátola, delhospital Piñero, había Gineco yClínica Médica... Era muchomás chiquito. Durante la últimadictadura el Centro de Saludfue cerrado y se usó comooficina de la ComisiónMunicipal de la Vivienda yestaba pintado de negro. Tecitaban, te hacían una tarjetaque era un cartón verde y tedaban la fecha que ponían conun marcador. Si no podías, te

volvían a dar otra fecha.Mucha gente que teníaparientes en otro lado, losllevaban en un camión.Posiblemente hasta hayahabido abusos con las chicasjóvenes. Yo terminé llorando ypataleando de la bronca. Y enesto coincide con Pina: ¡Fueterrible! ¡Una falta de respeto!Acá, hasta violaciones sevivieron. Habían sacado unaley que no dejaban entrar nisalir ningún coche, ni siquierala ambulancia. Era una formapara que nos fuéramos. Ahíenfrente estaba el CAF Nº 8, lotiraron abajo; al Centro deSalud lo cerraron y lo usabanpara ellos. Yo nunca supe loque es la guerra, pero fue unacosa parecida, en el sentidoque no nos trataban como sereshumanos.Todos los centros de salud fuerondesmantelados. En Lugano I y IIquedaba uno, en Soldado de laFrontera. Allí fueron a trabajar losmédicos Adriana Macchi y DanielVentura, junto con algunosresidentes de distintos hospitales,la mayoría pediátricos. Danielcuenta: Seguimos trabajandoallí hasta que nos dimos cuentaque el grueso de los pacientesque iban eran de Villa 20.Hicimos una caminata que fuecomo el primer indicio deromper esa costumbre deesperar a los pacientes... Esodebe haber sido en el 85-86.Empezamos a recorrer elbarrio, a preguntar si habíacentro de salud y así noscontactamos con un grupo devecinos bastante ligados a lascajas PAN (Plan AlimentarioNacional), que estabantratando de reflotar el viejocentro de salud. En el grupo devecinos estaban Rafael Videla yFlorencia Vera, Costi con suhermana Cristina Gutiérrez,que después fueron enfermerasde acá. Terminaron de armarun consultorio y nos avisaronque podíamos venir algún día a

LA ERRADICACIÓN

El Plan de Erradicación de1978 fue llevado a cabo encondiciones de alto grado deviolencia. Los recuerdoshablan de amenazas,violaciones y constantespresiones para abandonar lasviviendas. Ya está dicho a lolargo de esta historia: lasinstituciones fundadas en laetapa anterior se vieronseriamente afectadas. Porejemplo, el Centro de AcciónFamiliar fue trasladado a otrobarrio, la Guardería y elCentro de Salud fueroncerrados. La ComisiónMunicipal de la Vivienda(CMV) y el Destacamento dela Policía Montada, afectado ala erradicación, ocuparon eledificio del Centro de Saludque utilizaban como oficinapara dirigir sus acciones. Allídejaron planos del barrio conlas marcas de las distintasviviendas que iban a destruir yla fecha de su destrucción.Esos planos fueronencontrados por los médicosque a mediados de la décadadel 80 llegaron a reorganizar elCentro de Salud.Ya se ha dicho que la CMVentregaba a cada familia unatarjeta verde con la fecha enla que debían abandonar ellugar. La mayoría de losvecinos, corridos por el miedo,se fueron. Ellos cuentan:Venían los de la Montada yquerían llevarse por delantea todo el mundo o sacarlosde prepo (...) El día que nosecharon fue el 13 de enerode 1980. Eran lindas

casitas. (...) Nadie nos dionada. A nosotros no nosdieron cinco guitas. Habíaque irse o irse.Juan Carlos Abal dice: Veníancon los caballos de laMontada, muchas vecestomados. A mí nunca memolestaron, será porque eraporteño, pero a losextranjeros sí se lo hacían.Todavía tengo la tarjetaverde de la Municipalidad,llena con los plazos que medaban. Mi esposa era másbrava que yo. Era nieta deitalianos y de alemanes.Tenía un carácter más fuerteque el mío, quizás yo meponía llorar, pero ellapeleaba. ¡Hasta un día losde la Montada la quisieronatropellar y ella le dijo queles iba a hacer la denuncia!Un día me dijeron que meiban a tirar la casa abajocon los chicos adentro, y lesdije que lo hagan y después,al mes gracias a Dioscambió la política y quedóla villa parada (...).Claro –dice Costi–, elatropello lo sufríamosnosotras porque los hombresse iban a trabajar y quienesteníamos que presentarnoscon la tarjeta éramos lasmujeres.Sólo unos pocos recuerdanhaber recibido una ayuda acambio de abandonar el lugar.Entre ellos está Miguel Bazán:Cuando nos sacaron de acá,no me acuerdo bien en quéaño... pero por la edad demi hija debe ser hace 25

atender y empezamos a venir,una vez por semana a lamañana, dos pediatras.Después vinimos dos veces a lasemana y después todas lasmañanas, atendiendo en unsolo consultorito.Costi hace algunas precisiones:Antes que llegaran losprofesionales del Centro,Rafael y Florencia habíanconseguido que viniese unmédico como voluntario, losdías jueves.Daniel continúa: A Cristina yCosti, nosotros les dimos unempujoncito, pero ellasconsiguieron las relaciones...Ellas empezaron a vacunar, ycomo no teníamos heladera,traíamos las vacunas en unavalijita... A todo esto, al equipose había incorporado unaantropóloga, María Freire, dospediatras y el grupo deresidentes que iban rotando.El hospital Piñero nos tiró unamano importante en esemomento, y para responderempezamos a atender mañanay tarde. Esto debe haber sidopor el 86-87, era todavía laadministración radical. Ypasamos una transición de loque fue una “postita” atransformarnos en un centro desalud. En esa época se fueperdiendo el volumen delproyecto PAN y al mismo tiempoaparecieron algunos locos queles gustaba el lugar, como unamédica clínica y unaginecóloga que pidieron elpase para venir a trabajar acá.Mientras, la gente del barrio lefue dando una mano de pinturaa cada habitación; así fuimosteniendo dos o tresconsultorios. La misma gentedel barrio hacía la sabanitapara poner sobre las camillas,las lavaban una vez porsemana, daban una barrida ala mañana. Como no teníamosvigilancia, poníamos uncandado y ellos le pegaban unvistazo a la noche.Ahora somos estables: cuatropediatras, dos ginecólogos, dosenfermeros, tres psicólogos, unkinesiólogo, dos trabajadoressociales, una fonoaudióloga,dos psicopedagogas, dosmédicos clínicos, dosobstétricas y tresadministrativos.Sin embargo, el barrio sueña conun servicio más prolongado.Proyectos hay...

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LOS COMEDORES

En los talleres de historia con alumnos de la Escuela Media 4, losjóvenes recordaban lo siguiente: Doña Lorenza tiene unaguardería; la otra es la de Alejandrina. Algunos fuimos a comerallí. Están también el Comedor de doña Eva, Los patitos, Losguagüitas y estaba Piluso que ya no está. Los comedores deLorenza y Alejandrina son los más viejos. Doña Lorenza empezóa atender chicos en la casa, después se compró un terrenoabajo e hizo ahí el comedor y la guardería. Otros hacenmención al comedor del templo Evangelista, en la parte de abajo.Allí es donde trabaja José Meneses, cuya vocación de serviciose despertó cuando era muy joven, por eso fue a estudiar alInstituto Bíblico Buenos Aires en el barrio de Belgrano. Él sepresenta así: Soy argentino. Mi función en el barrio es la dePastor Evangélico y además trabajo en la comunidad con elComedor Infantil y en la parte social. Otra gente del barriosiempre lo menciona cuando se habla de hacer actividades sanascon los adolescentes: salidas, paseos, campamentos.

años atrás. Bueno... nosdieron plata y con esocompré en Laferrère y mehice la casa. El BancoHipotecario no le dabaefectivo. Uno buscaba unhorno de ladrillos paracomprar los materiales yellos ponían todo, hasta loscamiones para el transporte,y así hicimos la casa allí...Después había que pagarcomo una cuota mensualpara devolver lo que elBanco había adelantado.Una vez desalojada la gente,las topadoras cumplían sulabor destructiva yacumulaban escombros encualquier lado, dando unanueva configuración alterreno. Esto empeoró lascondiciones de la zona másbaja, pues la elevaciónartificial de la cota en algunoslugares obstaculizó el drenaje

natural. Además, el gobiernomilitar concedió un granfragmento de esta zona deerradicación a la PolicíaFederal, cuya Escuela deCadetes Ramón Falcón seencuentra frente a la villa,complicando así la situación dela propiedad de las tierras.Como si eso fuese poco, lasautoridades decidieron re-localizar compulsivamentefamilias de otras villas, enespecial de la 31 de Retiro.Pina recuerda: Mi yerno fuetrasladado de la Villa 31.Ahí son terrenos de muchovalor que aparte se vendesde el puerto. Los traían acualquier hora en camionesde residuos... Los tirabancomo perros. Alejandrinavino de Retiro. Yo meacuerdo de esa noche. Erancomo las 10 o las 11. Lostiraron junto con otros

vecinos. ¡¡Llovía!! Era unanoche terrible de tormenta.¿Vio cuando el camión deresiduos abre lascompuertas y tira losresiduos?, así hacían ellos:¡hacían bajar a la gente yles tiraban todo! Yo losrefugié acá y el marido deAlejandrina levantando elranchito se cayó y sequebró. Hubo de todo,violaciones, ojalá se hicierajusticia. Porque por más quesea no dejaban de tratarcon seres humanos... Unacosa es contarlo después detantos años... A veces elquedarse de la gente estájustificado, porque cuestamucho levantar unavivienda para que vengan yse la tiren. Fue espantoso.Usted estaba adentro de sucasa y de repente leaparecían, como decíamosnosotros, ¡cuatro o cinconegros! Usted no se da unaidea lo que era la Montada.Una minoría resistióorganizando cooperativas devivienda, ayudados en estasacciones por los sacerdotesque quedaban en los barrios.Pina cuenta: Yo siempretrabajé con la gente de laiglesia y un día el cura mepreguntó qué podíamoshacer porque la cosa veníafea. Yo le dije: “Juntemos ala gente...” (...) Mi primergran reunión fue en lacancha. Pusieron una mesay me subieron a mí y hablécon 350 personas. ¡Fue ungran desafío porque nisiquiera nos podíamosreunir! Así empezamos anuclearnos en cooperativas.La primera queorganizamos, cuando estabaen formación, se llamóLuján de los Obreros,después nos dijeron que nopodía llamarse igual que lacapilla, entonces le pusimosla fecha de la primerareunión: “18 de febrero”.Eso debe haber sido en elaño 79-80. (...) Era el armapara resistir porque habíauna matrícula de por medioy estábamos trabajando anivel nacional (...) después

empezaron los contactos conla Comisión de la Vivienda.Ellos nos dieron materiales,contratamos una empresaimpuesta por la Comisión.Eran ellos los que venían ytiraban abajo las casas...Así fue que compramos 27hectáreas con otros barrios,(Cildáñez, Villa INTA). Losterrenos están entreLaferrère, González Catán yRafael Castillo. (...) laempresa que se contrató nosestafó; le hicimos juicio ylevantaron algunas casas,pero no sirvió de nadaporque esas viviendas ahoraestán ocupadas por otragente.

NO SÓLODESTRUÍAN CASAS

Como si el miedo todavíapudiera con nosotros, pocosrecuerdos aparecen sobre estetema. Y cuando se menciona,algunos sostienen que el

gobierno militar tuvo queintervenir para (...) cambiarla mentalidad de la gente,porque era una sociedadacostumbrada a hacerparos o huelgas... Teníaque ser gente que semetiera en el tema. Sellevaban a los abogados.Otros dicen: Acádesapareció gente, pero nola cantidad que dicen,desaparecía gente de otronivel, gente que decíaalgo, pero gente de la villano, porque nunca le danbolilla a lo que dicen losvilleros, no desaparecíanporque no decían nada...ellos sabían a quién sellevaban.El dolor y la prudencia sevuelven silencio... Sinembargo, algunas voces seatreven y rescatan del olvidonombres e historias. RubénSerrano recuerda: Cuandorellenaron acá, donde estála Escuela Técnica Delpini,

El PUENTE DE HIERRO

El padre Botán recuerda: Debe haberse inaugurado en el 69 o70 (...) se hizo estando yo. Ésa fue una larga lucha que yo tuvecon la Comisión Municipal de la Vivienda [CMV] (...) La CMVtuvo siempre muy poca sensibilidad social, había un grupo dearquitectos que en el fondo piensan de una manera económicay cuando a los villeros se les da algo hecho por ellos, a lalarga sale más caro que si lo hubieran comprado en otro lugar.Yo tenía mucho lío, pero en un momento llegó la arquitectaGruss y dialogué varias veces con ella y hasta estuve en sucasa. Ella venía de Europa, tenía ideas bastante avanzadas (...)Y le pedí el puente y ella me dijo: “Te lo consigo”. Y ahí salió(...) La gente luchó muchísimo por ese puente, yo lo único quehacía era poner la cara... porque la gente moría a rolete. Elproblema era que ahí está la curva de las vías y además eraempinado (el terraplén), casi dos metros y medio, de maneraque cuando te lanzabas de arriba, si había llovido, no parabashasta llegar abajo y si venía el tren (...).Este puente es una necesidad. Pero también es un símbolo: el delas relaciones existentes entre la villa y el barrio de Lugano.Antes de su construcción para salir de la villa había que caminarvarias cuadras o arriesgar la vida. La “frontera” que delineabanlas vías del ferrocarril ponía en evidencia la división de la quehabla Pina cuando dice que muchos se confunden y creen queporque uno vive en un barrio precario, somos sapitos de otrospozos. Quizás seamos sapos de otros pozos porque padecemoscosas que otra gente no padece: inundarnos cuando llueve,padecer muchos fríos, no tener qué comer. Entre el barrio y lavilla la comunicación no es fácil, sin embargo muchos compartenla idea de Marcelo Chancalay: La villa se va transformando enun barrio como cualquier otro barrio de la ciudad. Desde lourbanístico se vuelven a tender lazos de integración entre dospartes del espacio de Lugano. En tal sentido, Aldo Duartecomenta la posible ejecución del proyecto de construir dospuentes más, que ayudarán a romper el aislamiento.

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Datos de la Comisión Municipal de la ViviendaPoblación Villa 20

marzo de 1976 junio de 1979 1999Habitantes 21.200 9.900 13.806

LA PARROQUIA MARÍA MADREDE LA ESPERANZA

Primero hubo una capillita de madera. Luego se construyó unacapilla un poco mejor en épocas del padre Botán, que vivió allí yfue nombrado Capellán de la villa a fines de los 60. Cuando él fuenombrado Párroco del Niño Jesús, en 1975, en la villa quedóviviendo el padre Ricciardelli. Luego estuvo el padre Valle y amediados de la década del 80 llegó “Pajarito”, a quien Pinarecuerda con tanto cariño. El padre Raúl Nan fue el primerpárroco, porque María Madre de la Esperanza se hizoparroquia en el año 92 ó 93, dicen los vecinos. El pasado deesta parroquia se vincula con la religiosidad popular, con lasluchas sociales y políticas de los últimos cuarenta años y con laorganización de ésta y de otras villas. Todo un número delCronista Mayor no alcanzaría para plasmar la riqueza de losrelatos sobre su historia.

EL CENTRO COMUNITARIOLUJÁN DE LOS OBREROS

Miguel Sarapura nació en 1973 y a fines de los 80 se unió a ungrupo de jóvenes que, alrededor del padre Raúl Nan, soñabancon un centro comunitario. Dice: A mí nadie me enseñó a sersolidario o a realizar trabajo social. Salió de este grupo.Queríamos que los jóvenes compartieran con nosotros aunquesea una guiso y no estuvieran en la esquina, con droga o (...)Era una alternativa a lo que ven todos los días. Claudio Fredarecuerda: Lo primero que hice como arquitecto, en el barrio, fueel arreglo del cuartito que serviría para casa del cura (...) Élvenía con la idea de consolidar un Centro Comunitario paralos obreros (...) quería que hubiera talleres de capacitaciónlaboral y talleres de artes y de oficios, ésa era la idea que éltenía (...) La arquitectura podía aportar algo, la intervenciónen lo popular es posible (...) Ahí nació el proyecto de Luján delos Obreros (...) armando el proyecto con Raúl y un grupo decapilleros, vecinos que iban a la capilla y que trabajaban, enla asistencia de las misas, en el acompañamiento (...).Alicia Luna participa del grupo. Hace poco que vino a vivir a lavilla, ella misma dice: Me enamoré del que ahora es mi marido ycaí acá (...). Alicia, junto con Teresa (ya fallecida) y las primerasmonjitas de la congregación de la Santa Unión que llegaron a lavilla a fines de los 80, fue la que comenzó el trabajo de laparroquia con los chicos discapacitados del lugar. Se pone muyorgullosa cuando cuenta que la posibilidad de hacer proyectoscon los jóvenes discapacitados se debe en parte a aquel accionarde hace varios años. Claudio, Alicia, Miguel y Miguelito, Lorenay Oscar saben que el Centro es un núcleo muy chiquito comogrupo de gestión. Pero también hay otras personas que danapoyo escolar, Cecilia, Martha, María y Sonia Espinosa queles cocina a los abuelos en el Rincón. Todos son parte de Lujánde los Obreros.

EL REPOBLAMIENTO

A partir de 1983 en formatenue y desde 1986 en formade aluvión, el espacio volvió apoblarse. Muchos de los quehabían tenido que irsevolvieron, pero ya no pudieronubicarse donde antes habíanvivido; esos terrenos yaestaban ocupados.Carmen Gramajo dice: Mihijo se enteró que estabanentregando los terrenos. Yotenía conocido a un señor...que estaba en la UniónVecinal. Fui a hablar con ély me dijo que el terreno míoya estaba ocupado... Medijo que lo único que podíadarme era un pedacito de

tierra que había acá. (...)Ese señor ya se murió y élno se había ido en la épocade los militares.La mayoría de los que llegaroneran gente nueva, en especialciudadanos de paíseslimítrofes, Bolivia, Paraguay,Uruguay y Chile, y losantiguos vecinos viven estairrupción con ciertadesconfianza. El inmigrantede ahora no es como el deantes. (...) antes venían conla cabeza baja y ahoraexigen y si uno les dice no,lo primero que dicen es quelos están discriminando. Enesta preocupación se pone demanifiesto la problemática dela convivencia en un espacioque está resultando demasiadopequeño para la densidadpoblacional adquirida en pocosaños.

¡la cantidad de muertos quehabrán tapado con losescombros! En esa épocatodo era campo, no estabaJumbo, todavía. Vinieronlos chicos y decían quehabía un muerto, y fui aver. En un zanjón había uncuerpo calcinado... con losdedos cortados, y todoatado con alambre. No melo olvido más, yo tendría 10ó 12 años y me quedé tanimpresionado que no mepodía dormir. Después otravez fuimos a jugar alDelpini y un amigo mío fuea cazar ahí y encontrómedio brazo, y jugabancon los tendones. Un padrehizo la denuncia en la 48,vino la policía y se lo llevóa declarar. “Vos no vistenada, no sabés nada y novayas más ahí”, le decían.Una de las monjas francesasdesaparecidas fue AliceDomon, conocida en la Villa20 como Caty. Vivía atrás delCentro de Salud, acompañadapor otra religiosa, Montserrat.Otra religiosa que vivió unosmeses con ella dice así: SoyMaría Basa, soy religiosadel Sagrado Corazón (...)Yo había pedido estar con

Algunas de las viviendas contruidas en los últimos años.

los pobres, desde siempre,y pude lograr lo quequería... primero en Villa20 con la hermana CatyDomon que me ayudó aencontrar mi lugar. Pina larecuerda del siguiente modo:Caterine es una cosamedio parecida a lo quefue Carlos Mugica... erauna gran luchadora queayudaba a los pobres, conmucho respeto, y nosenseñaba a defendernuestros derechos. Noenseñaba de afuera sinodesde adentro. Fue de lasprimeras monjas quevinieron a habitar lasvillas... Muchos mepreguntan por Caty,inclusive me han hecho unreportaje desde latelevisión de Españaporque están haciendo unvideo. Yo siempre larecuerdo: su carita, escomo que la veo yrecuerdo mucho sus manosporque eran así degrandes, delgadas conlargos dedos. ¡Mellamaban esas manos! Porejemplo en Semana Santa,que se hacen los rezos, lasnovenas y había que ir a

muchos lugares, ella medecía: “Acompañame, perovamos a hacer algunatrampita. Vamos a rezar elRosario pero como hay queir a muchas casassalteamos alguna parte”.Ella llevaba un anillo queera su compromiso conDios y las comunidadespobres; ése era sucasamiento. Ese anillo eraun rosario y ella rezabacon el anillo y lo ibadando vuelta, lo hacíagirar con el pulgar de lamisma mano. ¡Lo tengograbado! Yo veía cuandohacía las trampas ysalteaba una parte delanillo; era perdonableporque teníamos quecumplir con muchasfamilias... Ella debe haberestado aquí hasta el 73...No sé si habrá otro serigual. Dos personas así nohay. Ojalá Dios y la Virgennos dieran otra personacomo Caty en todos losbarrios que padecemosmuchas cosas. Tambiénpido justicia. Ella noshacía ver y caminar. Era lamuleta nuestra, pero erauna muleta que decía:“Hasta acá”, y nos dejabasolos; hacía crecer. Y asícomo Caty mucha genteinocente desapareció.Muchas cosas han hechoque no pueden quedar asíen la historia argentina.Ustedes, los historiadores,son los que tienen quehacer punta para que estascosas se sepan por todoslados.Algunos otros recuerdan conmucho cariño a Juan CarlosMartínez a quien llamaban,desde muy jovencito, NegroMartínez. Su madre y suabuela vivían con él en lavilla y él estaba siempre enla parroquia del Niño Jesús,entre los curas. Quienes loconocieron bien recuerdan susimpatía y su bondad y loven como entre sueñostocando su guitarra,cantando a viva voz. Elpadre Botán recuerdahaberle dicho que no podíaestar siempre pegado a lasotana de los sacerdotes yque hiciera su vida. Y lahizo. El Negro tenía uncompromiso de vida con lossuyos. Fue otro más de losdesaparecidos.

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Desde el regreso a la formademocrática de gobierno, laorganización barrial permitió hacerlos reclamos con más fuerza ycomenzaron a gestarse planes demejoras. Así fue como la villaempezó a transitar un caminohacia la constitución de un barrio.Sonia Espinosa y Rosemeri Pardoformaron parte de la JuntaVecinal, que se hizo cargo a finesde los 80 y comienzos de los 90.Cuando cuentan, se apasionan yno es para menos. Lapreocupación nuestra era,además de mejorar el barrio,obtener las tierras. Ése fue elgran objetivo que logramosporque nosotras fuimos las queempezamos a pelear junto aotros barrios para el decreto1001, en el 90. Eso loconseguimos peleando, yendoa reuniones, haciéndonosagarrar a tiros, peroconseguimos el decreto, quenos dio la seguridad que algúndía podríamos tener nuestrotítulo de propiedad, y empezara hacer las calles, porque antessólo había pasillos.Rosemeri agrega: (...) en el 89,las únicas tres listas que nospresentamos para formar laJunta Vecinal eran la nuestra,Lista Blanca, la Lista Verde quees de Meneses y la ListaAmarilla que en ese tiempo erade Víctor Moreyra. Bueno,ganamos, la Lista Blanca ganó,por mayoría y el presidente eraJuan Omonte... Yo era nueva,en ese tiempo yo peleaba ydiscutía, pero yo decía que nosabía mucho de la historia... yhabía que ir a pelearla.Entonces yo decía: “Ese señorde camperita marrón que tienetodos los papeles, que vaya él”.El señor de campera marrón esJuan Omonte a quien todosseñalan como uno de los quemás sabe sobre la historia dellugar.Rosemeri y Sonia dicen: Abrimoslas calles porque nos costópelearlas, íbamos a laLegislatura... que antes eraConcejo Deliberante, íbamos apelear diciendo: “Queremosvivienda, queremos tierra,queremos calles”.Para el 92, 93, empezamos,siempre con Omonte, la lucha

para lograr lo que es la Salita yla ordenanza que apoyó todoslos comedores... Ahora el tema,cuando nosotros lanzamos eltema éste pidiendo que se hagala escuela, surge el pedido deabrir Pola, cuando se estabanconstruyendo los primerosmódulos. En ese tiempo, eso eslo que siempre ocurre con ladiscriminación, vos sosboliviano, paraguayo,argentino, a ver qué pesa más.Lastimosamente eso acá hubo,en la Junta Vecinal decíanquién los mueve a losbolivianos, quién los saca deese lugar a los bolivianos,porque era un pasillito, que sepasaba apenas y todo lo queestaba en la calle Pola erancasas, y la mayoría eranbolivianos, y habían unoscuantos paraguayos y algunosargentinos. Entonces, yopropuse aplicar mi experienciade la manzana 1, que habíamosloteado con los arquitectos... Yollevé lo de mi manzana a Pola,con la mujer de Víctor, nosotrascomo grandes arquitectasíbamos a medir 6 de frente, por12 de fondo. Yo decía: “De losbolivianos me encargo yo,porque soy boliviana. De losparaguayos y los argentinos,una amiga mía Carmen, quevive en la manzana 18 en laparte del bajo, y con losargentinos estuvo la esposa deVíctor Sahonero, Mirta, la hijade Pina”.Entre 1994 y 1995 se entregaron,aunque sin terminar, las primerasviviendas que construyeron losvecinos, bajo la dirección de laComisión Municipal de laVivienda. Algunas calles fueronasfaltadas, en otras se instalaroncloacas y la red de agua corriente,obras realizadas por losorganismos o empresascorrespondientes y con elesfuerzo de los vecinos. Pero enalgunas zonas donde estosservicios no llegaban, lospobladores en formamancomunada buscaron losmedios para proveérselos lomismo, evidenciando una decisióny una organización fuertes.Alberto Oviedo cuenta:Alrededor de 1994, en la partede abajo había escasez de

QUEREMOS VIVIENDA,TIERRA, CALLES

agua y la gente de mi manzana,la manzana 19, se hizo unaespecie de cooperativa. Juntóplata para comprar caños,porque acá en el ParqueIndoamericano había unapérdida de agua muy grande ylos vecinos compraron caños yuna válvula para sacar el aguade ahí y con esfuerzo loconseguimos. Al principio eramuy difícil porque había muchapresión y reventaban lasválvulas, después se regulóbien y mi manzana tuvo agua.¡Cada uno en su casa tenía lacanilla! El caño daba vuelta lamanzana, y cada vecino haciasu conexión. ¡Me cambió lavida el agua!Como en décadas anteriores,muchos jóvenes de otra condicióneconómica y social llegaron albarrio. Tosca, Rodolfo de lasToscas, vive aquí desde 1996.Presenta a uno de esos grupos delsiguiente modo: Cuando vinedefinitivamente acá, vineporque estaba mi hijo. (...)Después conocí a JoséMeneses y el Grupo deEducación Popular;empezamos a construir laescuelita y ya me quedé acá (...)se compró este lugar y en el 97empezamos a construir el salón.Lo primero, el relleno, la platea,y después lo demás. Hubo queponer bastante escombro paraque diera la altura puesfaltaban 20 ó 30 cm. Unahormigonera nos daba losrestos de hormigón quesobraban de las obras y lostiraban acá. (...) Como loschicos no tenían lugar,hablaron con Quique Miranday arreglaron para ocupar esteterreno. Como vieron que yo notenía paradero fijo, los mismoschicos me ofrecieron estar acá.El año pasado por inquietud delas madres del barrio se pensóen hacer un comedor. Se hizodos veces por semana y porAcción Social. La escuelita esapoyo para chicos de primariay secundaria. De tres y media acinco y media los sábados. Enla actualidad hay tres maestrasy el resto son chicos que estánestudiando en la Universidad.En la actualidad el presidente de laJunta Vecinal es MarceloChancalay y vicepresidente es elseñor Paniagua. Marcelo dice:Nosotros seguimos con losproyectos de la gestión anteriory la llevamos a cabo. Seconstruyeron 144departamentos en el cualsirvieron para la traza de las

calles, que están sobre Cruz, yhoy en día está esa calle sinnombre. Estamos presentandola nota para que tenga elnombre que corresponde,Serrufino Martínez, pues segúnla historia que pudo reconstruirJuan Omonte, fue él quiendonó estas tierras. Sería muyinteresante el poder poner elnombre de ese señor, quemuchos no conocemos, a lacalle. Esas 144 viviendas nossirvieron para urbanizar unasnueve manzanas, entran lasmanzanas 2, 7, 3, parte de losmódulos de autoconstrucciónde las manzanas 8, 27, 9, 6. Enesas manzanas abrimos unasfalto y mejoramientodefinitivo para las manzanas26 y 23, (...) ahora podemoscontar con un servicio comocualquier ciudadano de laciudad de Buenos Aires. Seabrió la calle Fonrouge, BarrosPazos, Unanué, hoy en día AnaMaría Janer.Han pasado 50 años desdeaquellas primeras casas de lafundación hasta las viviendas quehoy se levantan en el barrio.Algunas son nuevas, construidascon distintos planes de gobierno,otras fueron levantadas con elesfuerzo particular. También estánlas que a través de su precariedadhablan de la pobreza y del caminoque todavía falta recorrer paraconcretar los derechos de losvecinos.Esta historia llena de esfuerzos,con su dolor, está quizás resumidaen las palabras dichas por lashermanas de la Congregación dela Santa Unión que llegaron a lavilla y eligieron quedarse: Es comoque te seducen los lugares. Estode acá no lo cambiamos (...) apesar de la falta de trabajo yde dinero y de todos losproblemas que pasan...nosotras queremos permaneceracá siempre recordando lo queCarlos Mugica decía, que nonos acostumbremos a ver lamiseria (...).La mayoría de los vecinos hanelegido quedarse aquí, y por esoconstruyeron un lugar para vivir:echaron raíces aquí, levantaroncimientos, estos terrenos y estebarrio son de su pertenencia.Un espacio que se conquista es elespacio que define la pertenencia.Un grupo de gente que lucha tieneconciencia de esa conquista.Espacio y pueblo, pertenencia ylucha desde el pasado y elpresente será lo que defina elfuturo. Entre todos. Sólo así seráposible.

Estos recuerdos y opinionespertenecen a:Ramona Villalba, José Meneses,Enrique Medina, Juan CarlosAbal, Johnny Serrano, JuanFlores, Daniel Ventura, SoledadDíaz de Vivar, CarmenGramajo, Victoriana García,Rodolfo José de las Toscas,Rubén Serrano, María AriasPaz, Manuel Jerez, Celina delCarmen Galarza viuda deFlores, Francisco de la Torre,Alberto Oviedo, CristinaGutiérrez, Constanza Gutiérrez,Marcelo Chancalay, HéctorBotán, Luis Herrera, AldoDuarte, Rosmeri Pardo, SoniaEspinosa, Miguel Bazán,Miguel Sarapura, Alicia Luna,Claudio Freda, Luis López,María Basa.A los abuelos que se reúnen enEl Rincón de los Abuelos:Francisco, Lía, María, Delicia,Carmen, Julio, Fidelia,Cristina, Alberto, Dora, Ofelia,Carmelo, Anselma, Azucena,Tomás, Isabel, Mario, Ramonay Vitaliano.A los ex alumnos de la EMEM 4:Sonia, Alberto, Tamara, Lilián,Diego, Nora.A todos ellos nuestroagradecimiento, que seextiende también al personaldel Centro de Salud Nº 18, a losmiembros del grupoConfluencia, a las Hermanas dela Santa Unión de los SagradosCorazones y a los alumnosfotógrafos de la EMEM 4.

La Escuelita.

Demolición de las viviendas para abrir calles.

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