Antonio Sanjurjo Badía

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A pedido de un amigo.

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    Made in Spain

    ALEJANDRO POLANCO MASA

    En 1898 los espaoles teman que la guerra de Cuba se trasladara a nuestras costas. Que vienen los yanquis!, era el grito de alerta, y unos pocos hombres se pusieron manos a la obra para noquear al invasor. Uno de ellos, el corus Antonio Sanjurjo Bada, cre un arma submarina para defender la ra de Vigo. Fue una proeza cuya exhibicin no pas del mero espectculo, la obra de un mecnico prodigioso al que sus coetneos llamaban el habilidades.

    La insostenible situacin cubana, con el mpetu por la independencia y el odio hacia lo colonial, sirvi de excusa perfecta para los nortea-mericanos, que en medio de una guerra sin cuartel en la prensa pasaron a la accin blica real. El

    ejrcito independentista cubano iba a ganar el pulso ms tarde o ms temprano, aquello se vea venir y, claro, en un escenario como aquel, los Estados Unidos poco tendran que rascar. Y, as, se decidieron a intervenir militarmente con todas las consecuencias, el control de la isla estaba en juego y, ya de paso, haba por ah otros juguetes rotos como Puerto Rico y las Filipinas que podan caer en el mismo juego. Luego lleg el gran lo: el acorazado Maine salta en pedazos en La Habana. Ya haba excusa para una guerra, que termin con la firma de los acuerdos de Pars en diciembre de aquel 1898, dando lugar a una independencia tutelada de Cuba y la cesin a los Estados Unidos de Puerto Rico, Filipinas y Guam. Lo que restaba de posesiones espaolas

    en el Pacfico fue vendido a Alemania. A fin de cuentas, la guerra haba destruido la mayor parte de la flota de la Armada, as que difcilmente iba a poder mante-ner el control de tan lejanos territorios.

    UN MIEDO REALY, he ah que, antes del fin de la guerra, con los barcos espaoles hundidos en el Caribe y el Pacfico, una gran incertidumbre co-menz a apoderarse de quienes vivan en las costas espaolas, sobre todo en las del Can-tbrico. Cruzaran el charco los norteame-ricanos para atacar Cdiz, Vigo, Santander o Bilbao? Llegaran a atreverse incluso con un ataque en el Mediterrneo a Barcelona? Puede sonar a chiste, pero el miedo era muy real. Fueron das caticos en los que aparecieron propuestas de todo tipo para reforzar las bateras de defensa costeras y otro tipo de iniciativas, como la que llev a cabo el intrpido ingeniero Manuel Daza y su propuesta nunca realizada de torpe-do-misil Toxpiro, pensado para acabar con la flota estadounidense en caso de ataque a

    las costas espaolas. La cosa no se tomaba a broma; por improbable que fuera, exista cierto peligro. He aqu, por ejemplo, lo publi-cado por El Imparcial, el 11 de julio de 1898:

    Toda la prensa de Vigo elogia el patriti-co proceder de que en estos crticos momen-tos estn dando muestras los maestros de obras de aquella poblacin. Comprendiendo la necesidad de que se terminen en el ms breve plazo posible las obras de defensa, han ofrecido su concurso a las autoridades militares, cediendo el cincuenta por ciento de los operarios que tienen a sus rdenes y comprometindose ellos mismos a dirigir personalmente los trabajos, bajo la inspec-cin de los ingenieros del ramo de guerra. () Las obras de defensa de la baha avanzan rpidamente. Los cuatro fuertes estn casi por completo habilitados y a diario llegan materiales de guerra. () La Publicidad, ocupndose de los preparativos que se estn llevando a cabo para la defensa de Barce-lona en el caso de que las escuadras yankis llegaran a los puertos de la Pennsula, dice que se se ha ordenado el transporte urgente

    Retrato de Antonio Sanjurjo.

    Antonio Sanjurjo Bada

    Lo llamaban el habilidades

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    Que vienen los yankis!, se deca por todas partes y en Vigo hubo alguien, un tipo genial, que se lo tom muy en serio

    a aquella plaza de cierto nmero de obuses que disparan tres clases de proyectiles. ()

    El mismo peridico, junto a muchos otros por aquellos das, se haca eco de presurosos preparativos para la defensa de Bilbao, de la llegada de combustible y municiones a Santander as como del miedo a un ataque incluso en San Sebastin. Sin embargo, donde ms profundamente se viva aquella incertidumbre era sin duda en la ra de Vigo, a cuya defensa se pensaba destinar una brigada compuesta por cuatro torpederos y de la batera flotante Puigcer-d, como estacin para los torpederos fijos a instalar en las bocas de la ra. Cabe decir que el Puigcerd, nico vapor blindado tipo Monitor con que haya contado la Armada Espaola y botado en 1875, fue dotado

    Fachada de La Industriosa, uno de los negocios ms slidos de Sanjurjo.

    El empresario inspeccionando en el taller los trabajos de sus operarios, que gozaban de descansos y seguros de salud y jubilacin.

    precisamente para la defensa de Vigo contra un posible ataque de los Estados Unidos con tres caones Gonzlez Hontoria.

    EL SUBMARINO SANJURJOYa tenemos un escenario de terror di-bujado. Que vienen los yankis!, se deca por todas partes y, precisamente en Vigo, hubo alguien que se lo tom muy en serio, un tipo genial que no quiso quedarse sin hacer nada ante la amenaza en ciernes.

    Se trataba de Antonio Sanjurjo, un empresario, mecnico e inventor, tan bueno manejando e ideando mquinas que era apodado como El Habilidades. En una Es-paa que haba contado desde haca tiempo con geniales ideas para dotarse de un arma submarina, algo que hubiera cambiado el

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    El inventor gallego no slo dise y constru-y el pequeo submarino, sino que tambin lo financi con ms de 16.000 pesetas de la poca, un capital nada desdeable, que complement adems con un donativo per-sonal al esfuerzo por la defensa de las costas. La idea bsica consista en dotar a Vigo, y a todos los puertos de Espaa, de flotillas de estos pequeos ingenios, capaces de unir minas a los cascos de los barcos enemigos para hundirlos. El fin de la guerra acab con aquel sueo y no hubo ms experimentos.

    UN MECNICO PRODIGIOSOEs curioso que hoy Sanjurjo sea recordado sobre todo por su aventura submarina cuan-do, en su tiempo, aquello fue tomado poco menos que como una ancdota en medio de una vida apasionante llena de xitos.

    El escenario: Cuba en el horizonteEN MEDIO DE UNA POLTICA expansionista y de acuerdos en los que las grandes potencias se repartan grandes porciones del globo a golpe de regla y comps, los Estados Unidos iban buscando un hueco en el mapa del siglo que se aproximaba. Si los europeos se estaban repartiendo gran parte de frica y Asia en una fiebre colonial renovada, a los norteamericanos les convino, ms que nada por proximidad, fijarse en el Caribe y, en menor medida, en el Pacfico. Ya desde finales del reinado de Isabel II el poder espaol en las colonias de ultramar se haba convertido en un grave problema, entre debilidades diversas y conflictos sostenidos en el tiempo. As llegamos a 1898 y a la guerra. Los Estados Unidos ya haban tratado de comprar Cuba en diversas ocasiones pero, claro, la isla caribea no era vista desde Espaa como una colonia, sino como parte integral de su territorio, es ms, una de las partes ms ricas y queridas.

    No viene al caso detallar por qu se lleg a la guerra, baste decir que entre el mpetu colonial estadounidense, la debilidad de lo que quedaba del Imperio espaol y los conflictos internos de tipo revolucionario en Cuba, los ingredientes para el conflicto llevaban preparndose durante mucho tiempo. No se trataba de algo pasajero, la inminente guerra iba a configurar a los Estados Unidos como potencia emergente, mientras que Espaa caera en un sopor que dur dcadas.

    curso de la guerra con los Estados Unidos, todo haba quedado en proyectos olvidados. Ni la magnfica nave de Peral, ni otras ge-nialidades como los torpederos de Caban-yes, ni diversos intentos anteriores como los de Cosme Garca o Monturiol haban terminado bien. Sin embargo, ante el riesgo inminente, el genial mecnico Sanjurjo decidi crear un arma submarina especial con la que poder defender la ra de Vigo.

    El 12 de agosto de 1898 Antonio Sanjurjo Bada llev a cabo una excepcional proeza. Ese da, en las aguas de Vigo, se prob su boya-lanzatorpedos, ideada y construida por l mismo. Se trataba de un mini-sub-marino que, a lo largo de dos experimentos de inmersin llevados a cabo en aquella

    fecha, demostraron que poda utilizarse perfectamente para la defensa de la ra. Todo un xito que, sin embargo, se que-d en mero espectculo, pues la guerra haba prcticamente terminado y nadie se interes en construir en serie su ingenio.

    En qu consista el submarino de Sanjurjo? Su aspecto llama la atencin por parecer una gran T de metal. Con una eslora de poco ms que cinco metros, se des-plazaba sumergido por aguas superficiales, poda llegar a alcanzar los veinte metros de profundidad, operado por tres tripulantes. Con una autonoma de unas cinco horas, dotado de propulsin manual a hlice, recordaba en esto muy lejanamente a los aejos submarinos Tortuga del siglo XVIII.

    El fin de la guerra contra EE.UU. acab con aquel sueo y ya no hubo ms experimentos

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    al bueno de Antonio se le ocurre que sus tra-bajadores deben estar a gusto en el trabajo. En eso se adelant dcadas al sentir social en la lucha por el empleo digno, adelantn-dose incluso en muchas de sus premisas al tan conocido espritu por el buen empleo que tiempo despus predic el mismsimo Henry Ford. Sanjurjo cuidaba de sus traba-jadores con descansos, seguro de salud y de jubilacin, algo apenas visto por entonces.

    Su primer taller en Vigo estaba dedi-cado a fabricar calderas y diversos tipos de

    Antonio Sanjurjo Bada naci en Sada, La Corua, en 1837, y falleci en Vigo en 1919. Siendo uno de los hijos de un relojero y mecnico, padre de familia numerosa, pron-to tuvo que buscar el sustento el lejanas tie-rras. Viaja a Cuba y, gracias a su prodigiosa habilidad mecnica, logra hacerse con una pequea fortuna. No era gran cosa, pero s lo suficiente como para regresar a su querida Galicia. En Vigo funda un taller mecnico prodigioso. En l se transforman toda clase de mquinas, se crean, se mejoran y, adems,

    Las abejas industriosasEL SEOR SANJURJO BADA, que siente desde muy joven una aficin extraordinaria por la apicultura, ha tenido siempre en los alados insectos productores de miel, un ejemplo de actividad que imitar y, as, fundar en Vigo su gran establecimiento de fundicin y construccin, bautizado con el nombre de La Industriosa. De ese modo rindi culto a su aficin por la abeja y hall un nombre perfectamente adecuado a lo que iba a ser campo de sus incansables energas y de sus iniciativasRevista Mondariz, Madrid, 20 de julio de 1916.

    mquinas de vapor. Hacia 1880 el negocio haba crecido lo suficiente como para crear una nueva empresa, esta vez de un tamao considerable. Antonio le dio el nombre de La Industriosa y, precisamente, no poda haber una denominacin ms ajustada a la realidad. A la pasin por las mquinas de su creador, se una su aficin a la apicultura, tanto es as que lleg a inventar un nuevo tipo de colmena perfeccionada. Y, as, como si de industriosas abejas, voluntariosas y pacientes, se tratara, la empresa fue crecien-do con fortaleza. No era un simple taller, sino un lugar en el que el ingenio floreca. Sanjurjo realizaba todo tipo de experimen-tos para averiguar cmo nadaban los peces, de cara a mejorar su idea del submarino. All se fabricaban sorprendentes mquinas de vapor, cocinas, utensilios domsticos, pren-sas industriales, conducciones, motores, es-tufas y, en general, cualquier tipo de artilu-gio mecanizado. Y, as, lleg a convertirse en una fundicin modlica y en una de las ma-yores empresas de la Galicia de su tiempo.

    A principios del siglo XX dio vida a una pionera lnea de transporte de pasajeros por autobs, con mquinas que ya no eran de vapor, sino de bencina. La empresa, a la que llam La Regional, contaba incluso con su propio tendido telefnico a lo largo de la lnea entre Santiago y La Corua, para informar de incidencias y averas. Tambin cre su propio astillero e invirti en muchos otros proyectos industriales que le convirtieron en uno de los empre-sarios ms queridos de su tierra.

    Se adelant varias dcadas al sentir social en la lucha por el empleo digno

    El submarino de Sanjurjo tena forma de T y era tan pequeo como eficaz. A la derecha, una prueba antes de su puesta a punto.