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ANTIOXIDANTES

NATURALES

Cómo reducir el riesgo de cáncer, Alzheimer y

enfermedades cardiovasculares

Jack Challem & Melissa Block

ANTIOXIDANTES:Maquetación 1 08/02/2008 13:18 Página 5

Colección: Guías Prácticas de Salud, Nutrifarmacia y Medicina Naturalwww.guiasbrevesdesalud.com

Título: Antioxidantes naturalesSubtítulo: Cómo reducir el riesgo de cáncer, Alzheimer y enfermedadescardiovascularesAutor: © Jack Challem & Melissa BlockTraducción: Claudia Rueda Ceppi

Copyright de la presente edición: © 2008 Ediciones Nowtilus, S.L.Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madridwww.nowtilus.com

Editor: Santos RodríguezCoordinador editorial: José Luis Torres Vitolas

Diseño y realización de cubiertas: Carlos PeydróDiseño del interior de la colección: JLTVMaquetación: Claudia Rueda Ceppi

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está protegido por la Ley, que establece pena de prisión y/o multas, además de lascorres pondientes indemnizaciones por daños y perjuicios, para quienesreprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquiertipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la preceptiva autorización.

ISBN-13: 978-84-9763-447-2

Libro elctr·nico: primera edici·n


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .009

1. RADICALES LIBRES Y ANTIOXIDANTES . . . . . . . . .015

2. ¿CUÁL ES SU PUNTUACIÓN EN OXIDACIÓN? . . . . .031

3. VITAMINAS ANTIOXIDANTES . . . . . . . . . . . . . . . .045

4. ANTIOXIDANTES DEL ORGANISMO . . . . . . . . . . . .075

5. ANTIOXIDANTES FITOQUÍMICOS . . . . . . . . . . . . .117

6. PLANTAS ANTIOXIDANTES . . . . . . . . . . . . . . . . .145

CONCLUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .165

ÍNDICE ANALÍTICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .169

NUTRIFARMACIAS ONLINE . . . . . . . . . . . . . . . . . . .173


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INTRODUCCIÓN

¿Si usted pudiera tomar una píldora diariaque garantizase alargar su vi da y ademásreduciese significativamen te las posibili-

dades de padecer dolencias cardiacas, cáncer,derrames, Alzheimer, complicaciones derivadas dela diabetes, enfermedades oculares que pue dencausar ce guera, artritis reu matoide, desor den TMJ,en fer medades de la piel y problemas mus cularesoca sio nados por el ejercicio, lo haría?

Usted debe estar pensando: ¡es imposible queexis ta una píldora que pueda lograr todo esto! In -dudablemente, si de verdad existiese, ya habríasido recetada por todos los médicos del mundo. Escierto. Tiene razón. Ninguna píldora milagrosa tie -ne todos estos efectos. Pero continúe apostandocon nosotros: ¿tomaría algún medicamento pareci -do, si existiese?

Ahora, sin duda usted se estará preguntando:¿Cuál es el punto al que se quiere llegar? ¿Si existe


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esa medecina, quizá tendrá efectos secundariosterroríficos? No. ¿Será excesivamente cara? No:como mucho, unos pocos euros diarios, como po code tan solo algunos céntimos. ¿Se trata de unasustancia que únicamente ha sido investigada su per -ficialmente y de la cual nadie conoce sus ries gos ybe neficios? No. Esta sustancia ha sido rigurosa-mente estudiada desde mediados del siglo veinte.En tonces, ¿tendré que vender a mi primo gé nito paraconseguirla? Bueno, ya estamos ca yen do en elabsurdo. Y, para no divagar más, sería bueno ya te -ner su respuesta: ¿tomaría la sustancia sí o no?

Bueno, ¡Sí, por supuesto!¡Genial! ¿Cuál es la milagrosa píldora a la que

nos referimos? Esta sustancia, para ser más preci-sos, estas sustancias, constituyen el objeto de estelibro y de extensas investigaciones en laboratoriosy centros médicos de todo el mundo. Estamos ha -blan do de los antioxidantes.

El primero en indagar sobre ellos fue un in ves -tigador químico llamado Denham Harman, quienen noviembre de 1954 tuvo un momento de ins -piración y pensó que había descubierto qué era loque conducía al proceso de envejecimiento en losseres humanos.

Para contarlo mejor, retrocedamos un poco.En diciembre de 1945, su esposa le mostró un artí-culo acerca del trabajo de ciertos investigadoresrusos que pretendían extender la duración de lavida humana y ello le intrigó muchísimo. Fi nal -


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mente, sentado en su taburete de laboratorio, nue -ve años después, la respuesta le llegó a él: la causadel envejecimiento es la oxidación.

Su trabajo anterior para la compañía petroleraShell estaba relacionado con la química de los ra -di cales libres, pero en ese momento nadie tenía lamenor idea de que existiese una conexión entre losradicales libres y el envejecimiento. Ningún cien-tífico había detectado la actividad de dichos radi-cales en las células humanas.

Una vez que el Dr. Harman obtuvo su resul-tado brillante, se propuso tratar de encontrar radi-cales libres en los seres vivientes. Este objetivo noresultó ser una prueba fácil. Sin embargo, a co -mien zos de la década de 1960 (con la ayuda demuchos otros científicos que se dieron cuenta delo que estaba haciendo Harman) las investigacio-nes establecieron que los radicales libres eran unproducto del metabolismo celular y que la inges-tión de sustancias antioxidante supletorias defini-tivamente incrementaba la expectativa de vida enlos animales de laboratorio.

Mientras escribimos todo esto, el Dr. Harmanaún continúa trabajando duramente en este campo.Con más de ochenta años sigue levantándose a las4:30 a.m. para ir a su oficina de la Universidad deNe braska, Omaha, donde es profesor emérito. Sesien ta en su mesa de trabajo durante ocho o nuevehoras a diario trabajando en nuevas estrategias deinvestigación con el propósito de lograr que la in -


gestión de suplementos antioxidantes se conviertaen algo cotidiano en la vida moderna.

Las investigaciones solitarias del Dr. Harmansembraron las semillas de la actual explosión deinvestigaciones sobre antioxidantes. Hoy existenmás de 111.000 estudios científicos publicados enrevistas de esta naturaleza que aluden a los antio-xidantes y su actividad en células humanas yanimales. Ninguna teoría acerca de las dolenciasrelacionadas a la edad o al envejecimiento crónicopueden durar demasiado sin considerar el rol quejuegan los radicales libres en su aparición y poste-rior progresión.

A través de estas páginas, usted aprenderá quées exactamente un radical libre y por qué es da ñi -no. Podrá ver cuál es la conexión entre los radica-les libres y la diabetes, las dolencias cardiacas, elcáncer y el Alzheimer; y descubrirá que los antio-xidantes constituyen nuestra mejor defensa frentea estas enfermedades.

En el capítulo 1, detallaremos cuidadosamentela ciencia de los radicales libres y los antioxidanteslo suficiente para que usted pueda entender comple-tamente los capítulos siguientes. Le aconsejamostener un lápiz a mano para cuando llegue al ca pí tulo2 porque estableceremos juntos en qué medidausted necesita hacer uso de antioxidantes suplemen-tarios a través de un pequeño test no científico.

Los capítulos 3, 4, 5 y 6 cuentan los hallazgosde las investigaciones que han logrado demostrar

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los beneficios de las vitaminas y minerales anti oxi -dantes. POr último, en la parte final de esta guíatrataremos de ayudarle a ver cómo puede apli cartoda la ciencia a su vida y mejorar su salud.

Muchos de estos nutrientes le resultarán fami-liares; incluso, puede estar usando ya algunos deellos. Otros le serán totalmente nuevos. En es taspáginas no hacemos referencia a nada que no hayasido concienzudamente investigado.

Una vez que usted haya terminado de leer estelibro, estamos seguros de que estará convencido deque los antioxidantes son parte indispensable de unestilo de vida sano y que pueden ser usados pa raprevenir y ayudar al organismo a curarse de mu -chos de los problemas de salud más comunes quenos amenazan a partir de la mediana edad.


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LOS RADICALES LIBRES Y

LOS ANTIOXIDANTES

Los átomos son la materia de la cual estánhechas las moléculas; son las partículasmás pequeñas que componen la materia.

Seguramente recuerde algún dibujo o figura en laque aparece el núcleo, representado por una esferacentral, compuesto en partes iguales por protonescargados positivamente y neutrones, que no tienencarga eléctrica. Alrededor de este núcleo, los elec-trones viajan en una órbita. Un físico o un químicomoderno dirían que este modelo es extremada-mente simple, sin embargo, funciona perfecta-mente para nuestros propósitos.

Habitualmente, los electrones se encuentran enparejas. Cuando un electrón pierde a su pareja, elelectrón que queda intenta indiscriminadamenterecoger electrones de otros átomos. Los electronespueden ser “robados” de las moléculas de las grasasy las proteínas e incluso del ADN (el material gené-tico que dicta la actividad de cada célula), a los que


oxi da. Esta circunstancia provoca una reacción encadena (pues la molécula a la que le han “robado”el electrón busca a su vez otra molécula) que puedecausar daños biológicos importantes.

La pérdida de uno de los electrones que formanuna pareja se conoce como oxidación. El proceso dedevolver un electrón a su pareja original se conocecomo “reducción” en acción. En cada célula de losorganismos animales y humanos se lleva a cabo unconstante ciclo de oxidación y reducción.

El cuerpo emplea antioxidantes para reducir alos radicales libres y el daño que estos pueden cau -sar. Los antioxidantes donan electrones a estos ra -di cales poniendo fin a la reacción en cadena,estabilizando así al átomo, que ha estado intentadoencontrar una pareja para su electrón desparejado.

El organismo, en sus funciones habituales,como la respiración o la digestión, genera radica-les libres. Pero además estamos expuestos a agen-tes externos que también los producen, como lacontaminación o algunos productos químicos quecon tienen el agua o los alimentos. El cuerpo hu ma -no produce antioxidantes, otros los obtiene delexterior, a través de los alimentos y otros produc-tos. Se dice que hay estrés oxidativo cuando laexposición a los radicales libres es mayor de la quelos antioxidantes pueden neutralizar.

Las investigaciones en este campo han deter-minado, sin lugar a dudas, que la sobreabundanciade radicales libres en relación a la cantidad de

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antioxidantes desempeña un papel fundamental enel desarrollo de enfermedades relacionadas con laedad y en el proceso de envejecimiento. En otraspalabras, cuando existen más radicales libres delos que el organismo puede manejar, envejecemoscon mayor rapidez y enfermamos en este proceso.

Afortunadamente, usted puede tomar muchasmedidas para mejorar la capacidad de su cuerpopara “saciar” a dichos radicales. Con una alimen-tación adecuada y un programa inteligente, mode-rado y equilibrado de suplementos nutricionalesantioxidantes, podrá aumentar la concentración desustancias antioxidantes en su fluido sanguíneo yen el interior de las células del organismo.

El cuerpo contiene varios sistemas relaciona-dos con los órganos vitales y cada uno de ellosrealiza su propia tarea para mantenernos vivos yfuncionar correctamente. Las células que confor-man dichos órganos poseen, a su vez, orgánulos.Dentro de cada una de los 60 trillones de célulasque forman nuestro organismo, existen orgánulosmicroscópicos llamados “mitocondrias”. Las mito-condrias son los “departamentos generadores deenergía” de las células; ellas son las responsablesde transformar el combustible (carbohidratos ygrasas) en energía. Ellas proveen la energía nece-saria para hacer que las células de cada sistema(digestivo, respiratorio, etc.) puedan realizar susfunciones.

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Dentro de cada mitocondria, docenas de reac-ciones químicas logran convertir los carbohidratosy las grasas en energía química: adenosín trifosfato,o ATP, una molécula que almacena energía. Dichasreacciones químicas, conocidas en su con juntocomo “ciclo Krebs” y “fosforilación oxidati va”,requieren la participación de muchas vita minas,minerales y antioxidantes.

Durante el proceso de crear ATP (el mismoque es parcialmente dividido para liberar energíaquímica tantas veces como sea necesario), lasmitocondrias se transforman en una “plataforma”para la producción de radicales libres. Estos son unproducto natural del metabolismo y resultan nece-sarios para sostener el proceso metabólico. Sinembargo, los radicales libres también provocandaños a las proteínas, a las grasas y al ADN (ácidodesoxirribonucleico), el código biológico que pro -gra ma nuestras células.

Intentando convertirse en parte de una molé-cula intacta, este fragmento de una molécula (quees, en esencia, un radical libre) modifica y posible-mente daña, de una manera permanente, a la molé-cula de la que intenta formar parte. A medida queenvejecemos, la capacidad del cuerpo para preve-nir y reparar este daño disminuye, y esta es la causade los cambios y enfermedades que se pro du cencon la edad.

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EL DAÑO DE LOS RADICALES LIBRESA LAS PROTEÍNAS

Todos los seres vivos están formados a partirde proteínas. Una proteína es una molécula largaformada por una o más cadenas de aminoácidos enun orden específico. El orden de dichos aminoáci-dos en cada proteína es determinado por informa-ción genética codificada en el ADN de cada célula.

Las proteínas tienen varias funciones en elorganismo: son necesarias para la formación y re -pa ración de los tejidos, sintetizan hormonas y en zi -mas y, en algunos casos, cuando la ingesta decarbohidratos es insuficiente, desempeñan una fun -ción energética. El ataque de los radicales li brespuede conllevar cambios estructurales en es tas pro -teínas, las que, a su vez, disminuyen su ha bilidadpara llevar a cabo las tareas que les co rres pondenen nuestro cuerpo.

Por ejemplo, el daño por oxidación causado alas proteínas se relaciona con el Alzheimer.Asimismo, las reacciones de los radicales libressobre las proteínas y las grasas en la piel son consi-deradas una de las principales causas del pro cesode envejecimiento externo.

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EL DAÑO DE LOS RADICALES LIBRESA LAS GRASAS

Las membranas de todas las células y las en -vol turas que rodean a las células nerviosas estáncompuestas de grasas. El cerebro está formado enun 60% por grasa. Las grasas, especialmente laspolisaturadas (la clase de grasas más común en elcuerpo), resultan altamente vulnerables al ataquede la oxidación. Por ello, si las grasas de estasmem branas han sufrido oxidación, las sustanciasde desecho ya no atraviesan con facilidad lasmem branas celulares. Al final, el daño acumuladopro veniente de la oxidación de las membranasacelera el envejecimiento del organismo.

Millones de americanos sufren de altos nive-les de colesterol. Esto habitualmente significa quetienen altos niveles de lipoproteínas de baja densi-dad, LDL o “colesterol malo”, y bajos niveles delipoproteínas de alta densidad, HDL o “colesterolmalo”. Durante mucho tiempo se ha creído quealtos niveles de LDL respecto del HDL eran unacausa importante de las dolencias cardiovascula-res, pero nuevas evidencias han demostrado que lamodificación del LDL por efectos de la oxidación(esto es, el ataque de los radicales libres quedispara las alteraciones en el LDL) es la piezaclave que produce este tipo de “colesterol malo”verdaderamente aterogénico (es decir, dañino paralas paredes de las arterias).

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Ahora bien, el LDL no es del todo dañino,puesto que también transporta nutrientes de grasasolubles, como la vitamina E y los betacarotenos, através de la sangre. Cuando no consumimos sufi-cientes nutrientes antioxidantes, el LDL puede oxi -darse debido a una concentración de radicalesli bres. La modificación oxidativa que resulta dedicha acumulación genera una reacción del sistemainmunológico contra dicho LDL. Nor malmente,esta sustancia no produce ninguna reacción porparte de dicho sistema. No obstante, dicha modifi-cación oxidativa envía información a los glóbulosblancos para que engullan al LDL como si se tra -tara de una bacteria. Entonces, las moléculas deadhesión se liberan desde la superficie de dichosgló bulos y se pegan a las paredes arteriales. Asi -mismo, otras sustancias inflamatorias, como la pro -teína C reactiva (PCR) y las interleuquinas-6 (IL-6),entran en el juego, por lo que finalmente se forma-rán placas que pueden obstruir el fluido de sangrea través de la arteria. Cabe resaltar que todos estosefectos adversos se inician debido a una falta denutrientes antioxidantes.

EL DAÑO DE LOS RADICALES LIBRES AL ADN

El ADN contiene las instrucciones biológicasdirigidas a las células para indicarles cómo debencrecer, cambiar y llevar a cabo sus funciones. Casi

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cada una de nuestros 60 trillones de células con -tiene un juego completo de estas instrucciones ydeterminados aspectos de las mismas son activa-dos en el interior de los distintos tipos de células.

Cuando los radicales libres atacan al ADNdichas instrucciones pueden mutar, de tal formaque pueden transformar estas células en cancero-sas. Estas células se vuelven indiferenciadas, conlo cual pierden las características que les permitendesempeñar funciones especiales. Por ejemplo,una célula cancerosa del hígado no podrá limpiarla sangre de toxinas o una célula cancerosa delpul món no podrá mover el oxígeno dentro y fueradel torrente sanguíneo.

Asimismo, las células que se han transformadoen cancerosas se multiplican mucho más rápidoque las células saludables. Se convierten en “in -mortales”: mientras dispongan de combustible y deun lugar para crecer, no morirán. Por el contrario,las células sanas están programadas para morir yser reemplazadas por células nuevas periódica-mente. Esta muerte programada de las células sedenomina “apoptosis”. Las células cancerígenasusan la energía y se apropian del espacio que nece-sita el órgano afectado para realizar su trabajo. Unavez que dichas células se han multiplicado lo sufi-ciente como para convertirse en un tumor, general-mente se expanden a otras partes del cuer po através de los vasos linfáticos.

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Se ha descubierto que los antioxidantes pre -vienen las modificaciones oxidativas del ADN queinician el cáncer. Asimismo, estas sustancias ayu -dan a hacer más lenta la progresión de esta enferme-dad, ayudando al organismo a construir de fen sasque detengan o reviertan dicho crecimiento.

SI LOS ANTIOXIDANTES SON TAN BUENOS,¿POR QUÉ LOS MÉDICOS NO LOS RECETAN?

Si la evidencia científica a favor de los antio-xidantes es tan sólida como nosotros sugerimos,¿por qué no ha sido totalmente adoptada y acep-tada por la comunidad médica? La respuesta a esteinterrogante está más relacionada con ciertas polí-ticas y con los presupuestos que con la ciencia. Lassustancias naturales reciben muy poca atención dela comunidad médica porque no resultan produc-tos rentables para las compañías farmacéuticas.

La mayor parte de los medicamentos soncreados a partir de moléculas que no se encuen-tran en la naturaleza. Algunas veces se elaboranpartiendo de sustancias naturales que han sidomanipuladas para convertirlas en “antinaturales”y otras son construidas partiendo de cero. Estasmoléculas “antinaturales” tienden a causar efec-tos más drásticos en el cuerpo que las moléculasnaturales. Es por ello que los medicamentos resul-tan mucho más peligrosos que las moléculas natu-

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rales, causando muchos efectos secundarios ad -versos.

No obstante, es precisamente su carácter nonatural el que hace posible que puedan ser paten-tadas. Las compañías farmacéuticas obtienen másbeneficios cuando patentan sus productos porqueello significa que no tienen que competir con otrosque estén elaborando el mismo producto. Todossabemos que la industria farmacéutica se ha enri-quecido enormemente gracias a las regulacionespara patentar medicamentos. A cambio, esta indus-tria usa sus beneficios para financiar investigacio-nes sobre sus productos más nuevos, y para“educar” a los médicos y los consumidores acercadel valor de tales productos. Asimismo, las empre-sas farmacéuticas influyen fuertemente en losprogramas educativos gubernamentales referidos ala salud, en los que se esfuerzan por dar la impre-sión de que la única manera de luchar contra lasenfermedades es mediante el uso de fármacos.Dichas compañías, así como los responsables gu -ber namentales del cuidado de la salud, y como lamayoría de los médicos, no toman en cuenta niconsideran el valor de los suplementos antioxidan-tes naturales para promover la salud.

Los antioxidantes naturales, como los que sedescriben en este libro, no son patentables (con laexcepción de unos pocos, por ejemplo, el Picno ge -nol, que es un extracto patentado de la corteza delpino marítimo, y determinadas formas de la coen-

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zima Q10 están patentadas porque están he chas enuna base oleaginosa diseñada para mejorar laabsorción). Es por ello que usted no habrá oído másacerca de ellos, pese a que sus efectos beneficiosossobre la salud están probados mediante estudioscientíficos tan rigurosos (y algunas veces muchomás) como aquellos empleados para establecer laseguridad y la eficacia de los medicamentos.

Otra de las razones que explican por qué losmédicos no los recomiendan ampliamente radicaen el hecho de que la medicina occidental es másun sistema de tratamiento de la enfermedad que deprevención y mantenimiento de la salud. En efec -to, dicho sistema se centra más en curar a las per -sonas enfermas que en fortalecer al organismopara que pueda defenderse y curarse por sí mismo.

LOS ANTIOXIDANTES NO SON “MILAGROSOS”

Los suplementos antioxidantes constituyen unexcelente soporte para conservar una buena salud,pero no curan la enfermedad. Ayudan al cuerpo amantener sus propias defensas contra cualquierdolencia, y cuando la enfermedad ataca puedenayu dar a la curación. Sin embargo, no se trata de“tome usted estos antioxidantes y la enfermedaddesaparecerá”.

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Generalmente solemos esperar tratamientosmágicos, curas instantáneas que nos permitan noso lo mejorar inmediatamente, sino seguir connues tro agitado estilo de vida, incluso cuando esta-mos enfermos.

Los suplementos antioxidantes trabajan mejorcuando son empleados de manera preventiva alnivel de cada célula, cada proteína, cada moléculade grasa y cada espiral de ADN. Esto no quieredecir que dichos antioxidantes sean inútiles paraafrontar la enfermedad. Por el contrario, altasdosis de los mismos pueden hacer mucho porusted cuando cae enfermo. Sin embargo, es esen-cial lograr un equilibrio adecuado de nutrientesantioxidantes y emplearlos bajo las formas ypresentaciones que, conforme a las investigacio-nes científicas, trabajan mejor.

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www.hipernatural.com Madrid, España

www.biomanantial.comMadrid, España

www.herbolariomorando.com Madrid, España

www.mifarmacia.esMurcia, España.

www.tubotica.netHuelva. España.

www.elbazarnatural.comOrense, España.


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