Antaki Ikram El Origen de Las Lenguas Ensayo

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EL ORIGEN DE LAS LENGUAS

Por Antaki, Ikram. Ciencia, Mxico. Planeta. 2002 (Pp: 32-44

Est escrito en el Gnesis. "Slo haba una sola lengua sobre toda la tierra. Unos hombres dijeron: construyamos una torre cuya cumbre alcance el cielo; pero el Seor dijo: as slo formarn un solo pueblo y hablarn una sola lengua; bajemos a meter la confusin en su lenguaje, de manera que no se comprendan ms".

Una de las mayores preocupaciones actuales de los lingistas es saber si, en el origen, todos los humanos han utilizado una misma lengua. Para responder a esta pregunta habr que descubrir dnde, cmo y cundo el hombre empez a hablar. Hoy los anatomistas saben simular, sobre la computadora, el funcionamiento del conducto vocal del homo sapiens, mientras que los genetistas rastrean las primeras migraciones gracias al anlisis molecular.

Los simios pueden ayudarnos a descifrar este enigma de cmo las lenguas se han diversificado sobre el planeta. Primero, la anatoma ha tenido que hacer posible el lenguaje. La posicin erguida, salto decisivo a la bipedia, se caracteriza por una amplificacin considerable de la contraccin craneofacial, la desaparicin definitiva de las protuberancias suborbitales y del prognatismo del rostro. El mantenimiento del agujero occipital en posicin inferior modifica la morfologa general del crneo, el rostro y la mandbula inferior. Las capacidades del crneo se desarrollan, el rostro se reduce, la dentadura se transforma.

Aparece un resultado inesperado, causado por la contraccin craneofacial: la palabra articulada se vuelve posible. El volumen de la faringe, que sirve como caja de resonancia y permite la modulacin de los sonidos, es determinado por la posicin de la laringe. Esta se encuentra sujeta a la bveda craneana por msculos y ligamentos. Hacia los dos aos, el movimiento del crneo jala el agujero occipital hacia adelante, dobla el techo de la regin respiratoria y hace bajar la laringe. Y el nio comienza a hablar.

Ya existe el instrumento, no el arte de su uso; existe la naturaleza, no la necesidad. A lo largo de la historia, las grandes migraciones jams han cesado. Hoy siguen, bajo formas diversas, y podemos imaginar un mestizaje de todas las poblaciones del mundo que adoptaran una lengua nica. Sera entonces la realizacin de un sueo aterrador: la vuelta hacia la humanidad primigenia que precedi a la Torre de Babel. Los paleoneurlogos saben reconocer, en las huellas dejadas por el cerebro en el interior de la caja craneana, la prueba de la existencia, en la corteza de las reas de Wernicke y de Brocca, de las cuales depende el lenguaje. Pero tambin se necesitan una lengua, una boca, una garganta de tamao y formas precisas, por lo que fueron estudiadas formas del tractus vocal de los simios y del hombre a fin de deducir los sonidos que el uno y el otro pueden emitir. La laringe demasiado alta, la cavidad bucal alargada, la forma de la lengua muy parecida a la del chimpanc, no permitan que el australopitecus, ni siquiera el homo habilis y el homo erectus, pronunciaran sonidos claros, articulados y distintos. La existencia en el cerebro de homo habilis del rea de Brocca no prueba que pudiera hablar: esta zona no tena, forzosamente, la misma funcin que la actual.

Los antroplogos quieren saber a qu poca y por cules razones el hombre dej tras de s los gruidos y los gritos de los simios para atravesar la frontera de la palabra. Existe una nueva disciplina la paleolaringologa que mide los fsiles de todo tipo: en el homo sapiens adulto el crneo tiene una base cncava y una laringe baja; mientras que, en otros homnidos, la base del crneo sigue siendo plana y la laringe alta. Los australopitecus (de cuatro a dos millones de aos) tenan un tractus vocal parecido a sus primos chimpancs: podan comunicar, pero no pronunciar vocales. Si medimos el paladar, las mandbulas, la laringe y luego analizamos por computadora las posibilidades sonoras de las vas areas superiores, encontramos que no podan emitir los sonidos a, u, i, j, k, g, s y ch. Los conductos vocales del hombre de Neanderthal no le permitan pronunciar las vocales i, u, a; adems, deba hablar por la nariz, lo que llevaba a una incomprensin del orden del treinta por ciento ms frecuente que en el humano moderno. Si hubiera hablado, hubiese tenido un ritmo muy lento: diez veces ms lento que el nuestro. Mientras intentara pronunciar "ah viene un len", ya estara en el hocico, las fauces de la fiera. Sin duda sus modos de comunicacin por medio de seas eran ms eficaces que los nuestros.

Pero la anatoma slo prueba la posibilidad de pronunciar palabras, no muestra cmo se pasa de los sonidos a las lenguas: hay que tener ganas de hablar, porque se vive en grupo. Por ejemplo: un hombre de las cavernas va a buscar el cuarzo para sus instrumentos a cinco kilmetros de su gruta. Para pulir la piedra, aprende observando y escuchando; para buscar su material debe organizarse en grupo, es decir, debe tener un modo de comunicacin superior a los gestos y a los gritos, un lenguaje, un sistema de signos vocales que expresen un pensamiento. El lenguaje fue necesario para organizar la fabricacin de instrumentos. La localizacin cerebral de las aptitudes para manipular se sitan en el hemisferio izquierdo, al igual que las aptitudes del lenguaje. Estas teoras de un lenguaje de vocacin inicialmente utilitaria se oponen a las tesis que le atribuyen una funcin esencialmente cultural e intelectual. En el filme La guerra del fuego los actores no slo gruen. La accin se ubica hace quinientos mil aos. Los dilogos fueron encargados al escritor ingls Anthony Burgess, quien habla siete idiomas. El estaba convencido de que las palabras empiezan por acompaar al gesto. La noche es oscura: el hombre inventa la palabra como lenguaje nocturno porque el gesto no puede verse. Burgess mezcla el germnico con el griego, con esos sonidos del corazn (o de las entraas) que expresan el dolor, el placer, el temor... y itodo el mundo entiende! El lenguaje se habra impuesto para establecer reglas de vida social: convenciones rituales, reparticin de las tareas y del poder, desarrollo de la agricultura...

Para intentar comprender cmo ha evolucionado este desarrollo del espritu, se puede tratar de saber cules son las dems especies en las que el individuo atribuye estados mentales al otro. Los simios inferiores (babuinos, macacos) no atribuyen estados mentales, los chimpancs s. Cinco millones de aos solamente nos separan de los chimpancs; en cambio, cincuenta millones nos separan de los simios inferiores. El espritu humano no difiere del simio por su modo de funcionamiento, sino por su grado de complejidad.

Pero, si los chimpancs tienen acceso al lenguaje en un medio artificial, por qu no lo usan en su medio natural? Porque existen en un medio artificial algunos fenmenos autoorganizadores y nos encontramos en un sistema de dos especies: hombre y chimpanc. El lenguaje est, ante todo, destinado a la comunicacin entre individuos de una misma especie, por lo tanto hay que ver cmo se instalan en el chimpanc las modalidades de intercambio entre madre e hijo en relacin con otros individuos del grupo y comparar, as, las condiciones de adquisicin del lenguaje humano con la comunicacin espontnea, gestual y vocal de los primates en su medio natural. Existen teoras algo locas: la del oua oua, que supone que los hombres primitivos imitaban primero a la naturaleza (y ladraban para designar un perro); la del pu pu, que pretende que las palabras vienen de exclamaciones provocadas por sensaciones; o la teora del 'rale!, que imita los esfuerzos de los hombres que trabajan en grupo.

La lingstica funciona como una mquina del tiempo. A travs de las races de las palabras y de las formas gramaticales parecidas se llegan a fabricar linajes, como en los rboles genealgicos. El italiano, el espaol, el francs, por un lado; el ingls, el alemn y el holands, por el otro, son lenguas evidentemente parecidas porque tienen un origen comn. En el primer caso se trata de lenguas romanas, nacidas o fuertemente influidas por el latn; en el segundo caso se trata de lenguas germnicas. Se ha planteado la hiptesis de que todas estas lenguas tienen un ancestro comn: el indoeuropeo. Ahora sabemos que la familia indoeuropea incluye la mayora de las lenguas habladas en Europa, con excepcin del vasco, el finlands, el hngaro y el estonio; as como algunas lenguas asiticas como las que se hablan en Irn, Afganistn, Paquistn y la India. As, algunos miles de lenguas actuales, dispersas por todo el mundo, podran agruparse en quince o veinte grandes familias. En el origen de cada una de estas familias lingsticas debe haber existido una lengua madre que dio nacimiento a todas las lenguas de la familia en cuestin. Es interesante tratar de buscar los posibles parentescos entre estas familias y las familias de familias, hasta llegar a un ancestro nico que sera la lengua de Eva. En los aos ochenta se encontraron relaciones entre seis familias de lenguas de las tribus indoeuropeas y ourlico-ioukaguiros. Estas seis familias, que resumen la herencia cultural de las tres cuartas partes de la humanidad, vendran de un ancestro del neoltico hablado hace doce mil aos. En esas lenguas se encontraron unos mil seiscientos trminos que datan de aquellos viejos tiempos y que corresponden a los nombres de las plantas silvestres y de la caza.

El descubrimiento de la existencia de una lengua ancestral universal se hace por medio de comparaciones multilaterales. Esta lengua de Eva se llamara protosapiens (protohumano). Habra sido hablada por la hipottica poblacin ancestral del homo sapiens que vivi en frica hace cien o doscientos mil aos. Una parte de los miembros de esta poblacin habra emigrado, creando una primera escisin entre las lenguas que se quedaron en el frica subsahariana y las de los emigrantes. Otra divergencia habra alcanzado el sureste de Asia y Oceana, colonizando Australia hace cincuenta mil aos.

Las lenguas de aquellos que se quedaron en frica se dispersaron en una multitud de subgrupos, que se expandieron ms ,tarde a travs de toda Eurasia. Una nueva separacin dio origen a un grupo llamado dencaucasiano, del cual actualmente slo subsisten el vasco, las lenguas del Cucaso, la familia sino-tibetana y algunas lenguas habladas por poblaciones de indios americanos. Este den-caucasiano coloniz Europa y Medio Oriente. Las lenguas no den-caucasianas se diferenciaron tambin y recolonizaron parte de frica; un grupo atraves el estrecho de Bering, pobl Amrica y form el grupo amerindio. Otros grupos ocuparon la casi totalidad de Europa y Asia.

Pero existe otra forma de comprender la expansin de las lenguas y otro escenario de su expansin. En algunas lenguas existe una oposicin entre los pronombres inclusivos y exclusivos de la primera persona del plural. Un pronombre es inclusivo si incluye a la persona que habla y a la que escucha (usted y yo). Es exclusivo si designa a la persona que habla y a otras, pero no a la que escucha (ellos y yo). Esta distincin no existe en francs ni en espaol; pero es una oposicin comn y cada vez ms frecuente a medida que se avanza hacia el este. As, la proporcin de lenguas que presentan en la actualidad esta distincin vara entre cero por ciento en el Medio Oriente y ochenta y nueve por ciento en Australia, pasando por un diez por ciento en el Cucaso, entre veinte y veintinueve por ciento en Asia septentrional y cincuenta y seis por ciento en el sur y el sureste de Asia. La expansin se hace globalmente en direccin al este, a partir de frica. Las poblaciones que presentan los caracteres ms "orientales" se encuentran hacia el este; las poblaciones occidentales tienen, por supuesto, un tipo lingstico ms occidental. Este escenario hace coincidir la evolucin lingstica con la evolucin gentica.

Hay algo parecido a un big bang lingstico. El nmero de familias se multiplica por 1.6 cada cinco mil aos, lo que da como resultado las cinco mil lenguas que probablemente existen en nuestros das y que devolvemos a trescientas familias posbsicas.

Este nmero se divide por 1.6 las veces que sean necesarias para llegar a un nmero inferior a dos, es decir a una sola familia originaria, la del protohumano hablado en el rea ocupada por la especie humana antes del principio de la expansin global. Contando el nmero de divisiones necesarias para llegar a este resultado, es decir el nmero de intervalos de cinco mil aos, se deduce que el eventual big bang lingstico tuvo lugar hace por lo menos cincuenta mil aos.

Cmo reconstruir la lengua madre? Se pueden hacer comparaciones entre diferentes familias de lenguas, por ejemplo: el indoeuropeo, el rdico (que comprende el finlands y el hngaro) y el semtico. La enciclopedia de las lenguas del mundo pretende que una de las primeras palabras de la humanidad, pronunciada har entre cien mil y un milln de aos, fue tik, es decir, dedo. Pero existen algunas series de palabras que cambian poco en el transcurso del tiempo como yo, t, quin, no, qu. Se postul la existencia de una familia lingstica an ms amplia, llamada "el nostrtico" (del latn noster, nuestro) que comprendera las familias afroasitica, altaica (de Asia del este), urlica e indoeuropea. El nostrtico sera una lengua hipottica que se habra hablado en algn lugar del Medio Oriente hace quince mil aos. Se cree que el nostrtico, como toda lengua, refleja el modo de vida de aquellos que lo hablaban. Por ejemplo, las palabras que tenan una relacin con la caza y la recoleccin eran numerosas; en cambio, parece ser que no hubo ninguna palabra nostrtica para designar las plantas cultivadas, lo que significara que los "nstratos" no practicaban la agricultura. El nico animal domstico por el cual se ha podido reconstruir un trmino nostrtico es el perro Kuina, que designara tanto al perro como al lobo, lo cual permite deducir que los nstratos domesticaban a los lobos. Si adems sabemos que las ms antiguas osamentas de perros que conocemos datan de hace aproximadamente catorce mil aos, el dato coincide y confirma la antigedad supuesta de esta lengua. Hay que buscar el grado cero de las lenguas en el gran libro de la naturaleza, sus ruidos y sonidos. As, ari, arroyo, bahr, dara, jar, harana, mare, para, todas las palabras con la consonante "r" significan agua superficie de agua o curso de agua en las lenguas sonrhai, castellana y rabe; las lenguas del Turquestn, de la antigua Palestina, del pas Vasco, de Amrica del Sur. Despus de atravesar los siglos, todas esas palabras flotan hoy en el ocano de lenguas y son parte del vocabulario bsico de la humanidad.

Existen algunas lenguas problemticas. Se ha identificado un grupo originario del norte del Cucaso que comprende varias lenguas euroasiticas incluyendo el etrusco, hablado en Italia hace unos dos mil quinientos aos, y el sumerio, cuyas tabletas de barro de cinco mil aos son el primer testimonio de antigedad conocido de la escritura. El vasco habra nacido de este grupo hace unos cuatro mil aos. Esta rama norcaucsica estara tambin emparentada al sino-tibetano (precursor del chino y de otras lenguas asiticas). La reconstruccin de estas protolenguas permite establecer puntos comunes existentes entre ellas, para tratar de reencontrar su ancestro comn. En este principio de reconstruccin se utilizan instrumentos como la sociolingstica (el estudio de las relaciones entre la lengua y la vida). Estas investigaciones sobre el origen del lenguaje no recogen ninguna unanimidad, ya que es prcticamente imposible tener alguna seguridad ms all de los seis u ocho mil aos: los desvos de los sonidos y los sentidos son tales que todo parentesco entre dos o ms lenguas desaparece. Los primeros testimonios slidos sobre las lenguas datan del nacimiento de la escritura (cinco mil aos a. C.), por lo que muchos se preguntan sobre la validez de la investigacin de las primeras formas de lenguaje utilizadas por el homo erectus, hace cincuenta a ciento cincuenta mil aos. El punto omega de los ocho mil aos corresponde precisamente a la edad estimada del protoindoeuropeo, la lengua ancestral de la cual descenderan todas las lenguas indoeuropeas. Buscando ms all de los ocho mil aos, en lugar del rabe, el hebreo y el arameo, descubrimos que somos parientes de los esquimales o de los tchuktchuches, criadores de renos en Siberia oriental, es decir, unos plebeyos en un rbol genealgico considerado como de alta alcurnia.

Algunos estudios relacionaron a las familias de lenguas conocidas con las poblaciones humanas definidas por su carcter gentico y descubrieron que, grosso modo, la expansin de las lenguas ha seguido la evolucin del homo sapiens. Se busca reconstruir la historia de la familia humana y de su lengua a partir de marcadores genticos de cuarenta y dos grupos en el mundo. Los pueblos y las tribus se han separado al mismo tiempo genticamente y por el idioma. Si aunamos a ello la demografa podemos encontrar que las poblaciones originarias de frica habran pasado por un cuello de botella poblacional que hizo correr a la especie el riesgo de desaparecer. Hace cien mil aos no habran subsistido en esta parte del mundo ms que unas decenas de miles de nuestros congneres, razn de ms para creer que, si existiesen otros tipos de protolenguajes en esta poca, slo subsisti uno, que se encuentra en el origen de todas las familias de las lenguas actuales.

De las siete mil lenguas Segn los lingistas, el nmero de lenguas vara de lo simple a lo doble; ninguna definicin de dialecto hace la unanimidad. habladas hoy en el mundo, entre cinco y seis mil habrn desaparecido en una o dos generaciones. Hacia el ao 2100, noventa por ciento de ellas corrern el riesgo de desaparecer. En Amrica del Norte, por ejemplo, an se hablan algunas lenguas indias como el navajo, pero decenas han desaparecido. En Amrica del Sur, el quechua va bien afortunadamente, pero muchas otras lenguas han desaparecido. Ahora, cuando tratamos de subir hacia las lenguas madres, paradjicamente encontramos que stas son siempre ms complejas; al evolucionar se simplifican. As, la mayora de las declinaciones han desaparecido de nuestras lenguas.

La extincin de las lenguas no es un fenmeno nuevo. En el camino se perdieron el anatolio y el tokhario. La desaparicin misteriosa del etrusco ocurri cuando su civilizacin estaba floreciente. Parece que el bilingismo etrusco-latn fue la causa de esta desaparicin. El galo se ha apagado tambin, no como consecuencia de la conquista militar sino porque, poco a poco, las lites primero y luego las poblaciones, lo abandonaron por el latn. Otros lingistas afirman que el cambio de una lengua por otra no es pacfico, que a los pueblos no nos gusta cambiar ni de lugar ni de lengua, y que si hubo cambios es porque hace cuatro o cinco mil aos unas hordas indoeuropeas conquistadoras vinieron de la estepa con el hacha en la mano; slo que encontramos ms granos de cereales que armas entre los restos de los hablantes del indoeuropeo y parece que es ms bien la difusin de la agricultura la que permiti la propagacin de la lengua. En Asia Menor la agricultura permita vivir a cincuenta veces ms gente que la cacera, hasta que la tierra ya no alcanz para alimentar a todos los habitantes. Entonces, un pequeo grupo hizo sus maletas y se fue a establecer ms lejos. En una generacin (25 aos) un grupo de campesinos poda avanzar 18 kilmetros en el interior de un territorio de cazadores recolectores sin violencia y sin conflicto. As, gracias a los fSiles de cereales y a las huellas de ganadera (huesos de cabras y de borregos), los arquelogos pueden seguir la ruta de los primeros campesinos a partir de Creta y a travs de toda Europa, seis mil aos antes de nuestra era. Y las lenguas viajeras se modifican: cuando los primeros campesinos llegaron al norte de Europa su lengua no tena mucho que ver con la de sus ancestros griegos, ni siquiera con la de sus lejanos parientes del Peloponeso...

Para reencontrar las huellas de las lenguas hay que comparar las grandes familias en funcin de los sonidos utilizados para designar nueve objetos-base. Las cifras 1, 2, 3, la cabeza, el ojo, la nariz, la oreja, la boca, el diente. Las comunicaciones mantienen la unidad global del campo lingstico. Si stas se rompen, bastan doscientos o trescientos aos para que emerjan nuevas lenguas y, muy pronto, las poblaciones dejarn de comprenderse.

Las comunicaciones juegan un papel crucial para un Estado centralizado, que trata de imponer un modelo nico. El ejemplo de Francia es revelador: en cien aos, a pesar de las resistencias, casi la totalidad de las dems lenguas se han extinguido (como el bretn o el provenzal). Esto no responde necesariamente a una poltica autoritaria: son las poblaciones mismas las que consideran sus propias tradiciones lingsticas como arcaicas y aspiran a adoptar el modelo triunfador, aquel que difunden los medios.

La dominacin de una lengua "internacional" siempre ha existido. Si hubiramos vivido en la antigua Roma habramos tenido que aprender el griego como lengua culta. En los siglos medievales habramos tenido que aprender el latn; en el siglo XVIII, el francs; actualmente, el ingls. A la vez, los prstamos a otra; lenguas tampoco son nuevos. Entre los siglos XIV y XVI, se produjo un gran crecimiento del vocabulario a partir de las races latinas. En aquella poca el latn pareca extrao al genio de la lengua francesa; hoy es el ingls el que nos parece extrao; pero el ingls mismo ha tomado centenares de palabras del francs. Ahora, el proceso de extincin de las lenguas sufre una fuerte aceleracin y la riqueza lingstica de la cual disponemos actualmente no sobrevivir cien aos.

Estamos acostumbrados a ver la diversidad lingstica como un castigo divino; sin embargo, los hombres tratan de comunicarse entre s. Entre ciertas tribus tradicionalmente hostiles de Papuasia, en Nueva Guinea, que no hablan el mismo idioma pero que necesitan resolver sus diferencias, se intercambian nios que, adems de la suya, aprenden la lengua de la tribu de adopcin; ms tarde stos actan como embajadores e intrpretes entre las tribus y existen leyes muy estrictas que garantizan su seguridad.

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Para comerciar y ampliar sus posibilidades de comunicacin en diferentes pocas de la historia, diferentes pueblos han adoptado lo que se llama una lingua franca; sta es una lengua vehicular. El swahili en frica oriental, el malayo en el extremo Oriente (ahora est cediendo paso al indonesio), el sogdiano en el pasado y el persa medio en la poca de la ruta de la seda a travs de Asia fueron lenguas francas. Por ser utilizadas slo en el comercio, la mayora de esas lenguas se simplificaron. Algunas se han convertido en idiomas "pid gin", es decir, lenguas auxiliares con una sintaxis y un vocabulario simplificados. Hay lenguas vehiculares que resultan de la dominacin colonial: se vuelven variedades dialectales de la lengua de la metrpoli (como en Hait). Todas esas diversidades constituyen una riqueza fundamental: en esas lenguas estn contenidos el acervo, la experiencia, la sabidura acumulada y la visin del mundo de buena parte de la humanidad. Los intentos de instaurar una lengua universal que resulte comprensible para todos era una meta de los filsofos de la ilustracin europea y de la segunda parte del siglo XIX, pero no ha dejado de ser una utopa.

Existen lenguas que no distinguen entre el verde y el azul (como el gals) aunque los pueblos que las hablan s diferencian estos colores en la vida cotidiana. Existen jergas especializadas que se crean entre los mecnicos, los pintores, los mdicos y los banqueros. Sin esas riquezas las lenguas no expresaran ms que generalidades y desapareceran aspectos esenciales del saber humano. Por otro lado, se ha observado que cuando una lengua occidental (que no tiene elementos para expresar la riqueza de los lazos de parentesco) suplanta a una lengua indgena, se acelera la descomposicin de la sociedad tradicional. Las lenguas expresan diferentes estados de nimo: en la lengua aiwo, de las islas Salomn, todas las palabras que designan objetos intiles llevan forzosamente un prefijo que as lo indica. La metfora: "el tiempo es oro", no existe en las sociedades tradicionales. En la lengua barrai, de Nueva Guinea, existen tres variantes para expresar el pronombre posesivo "m": 1) para decir que depende de m (mi hijo); 2) que yo dependo de l (mi padre), 3) que dependemos uno de otro (mi tierra). Estas riquezas en los matices no deben desaparecer. Pero, qu hacer con la unidad del Estado?, dnde ubicar el punto de equilibrio entre la diversidad conservada y la modernidad necesaria? Este es el verdadero dilema de las lenguas.