Año de la fe, tiempo de gracia
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noviembre 2013 60 1 Año de la fe, tiempo de gracia con entusiasmo, la convicción de que hemos sido convocados para salir por caminos nuevos al en- cuentro de la humanidad; momento para reasumir el compromiso misionero ad gentes en nuestras comunidades, parroquias, diócesis… en vista de ser fieles al perenne mandato de Jesucristo: ser testigos, discípulos misioneros del Reino de Dios hasta los confines del mundo. Un medio para testimoniar esa fe es el compromiso solidario con quienes padecen situaciones de sufrimiento a causa de los recientes desastres naturales. Ciertamente la emergencia ya pasó, pero aún hay secuelas de esos momentos difíciles: la ayuda generosa en la vida diaria sigue siendo necesaria. En este número la diócesis de Tuxtepec, Oaxaca, nos contagia de su ánimo en el trabajo evangelizador, su empeño en dar una formación sólida a sus agentes de pastoral para que todos, pastores y fieles laicos, vivan plenamente su ser de discípulos misioneros. P. Jorge DECELIS B., mccj DIRECTOR E l 24 de este mes, en la solemnidad de Jesu- cristo Rey del Universo, tendremos la clausu- ra del Año de la fe que iniciamos hace ya 13 meses en la celebración del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Ha sido un tiempo de gracia, como lo fue el Concilio, de reencuentro con el Señor, fuente y término de nuestra fe; de asumir ser los depositarios de ese don para ca- minar, con gozo, con las personas y culturas a la aceptación de la fe en Jesucristo resucitado. En la vivencia de esta fe, recibida-transmitida, la Iglesia celebrará, en la última semana de este mes, el gran acontecimiento del Congreso Ameri- cano Misionero (CAM 4 - Comla 9) en Maracaibo, Venezuela. Una ocasión importante para renovar, elsalvadormisionero.org (El Año de la fe) ha sido un tiempo de gracia, como lo fue el Concilio, de reencuentro con el Señor, fuente y término de nuestra fe; de asumir ser los depositarios de ese don para caminar, con gozo, con las personas y culturas a la aceptación de la fe en Jesucristo resucitado » »
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noviembre 2013 60 1
Año de la fe,tiempo de gracia
con entusiasmo, la convicción de que hemos sido convocados para salir por caminos nuevos al en-cuentro de la humanidad; momento para reasumir el compromiso misionero ad gentes en nuestras comunidades, parroquias, diócesis… en vista de ser fieles al perenne mandato de Jesucristo: ser testigos, discípulos misioneros del Reino de Dios hasta los confines del mundo.
Un medio para testimoniar esa fe es el compromiso solidario con quienes padecen situaciones de sufrimiento a causa de los recientes desastres naturales. Ciertamente la emergencia ya pasó, pero aún hay secuelas de esos momentos difíciles: la ayuda generosa en la vida diaria sigue siendo necesaria.
En este número la diócesis de Tuxtepec, Oaxaca, nos contagia de su ánimo en el trabajo evangelizador, su empeño en dar una formación sólida a sus agentes de pastoral para que todos, pastores y fieles laicos, vivan plenamente su ser de discípulos misioneros.
P. Jorge DECELIS B., mccjDIRECTOR
El 24 de este mes, en la solemnidad de Jesu-cristo Rey del Universo, tendremos la clausu-ra del Año de la fe que iniciamos hace ya 13
meses en la celebración del 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II. Ha sido un tiempo de gracia, como lo fue el Concilio, de reencuentro con el Señor, fuente y término de nuestra fe; de asumir ser los depositarios de ese don para ca-minar, con gozo, con las personas y culturas a la aceptación de la fe en Jesucristo resucitado.
En la vivencia de esta fe, recibida-transmitida, la Iglesia celebrará, en la última semana de este mes, el gran acontecimiento del Congreso Ameri-cano Misionero (CAM 4 - Comla 9) en Maracaibo, Venezuela. Una ocasión importante para renovar,
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(El Año de la fe) ha sido un tiempo de gracia, como lo fue el Concilio,
de reencuentro con el Señor, fuente y término de nuestra fe; de asumir ser los depositarios
de ese don para caminar, con gozo, con las personas y culturas
a la aceptación de la fe en Jesucristo resucitado»
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1. La carta
2. Menú
4. Nuestros lectores opinan
46. Expresión y culturaGran Muralla Verde
45. Fiestas misioneras
16. En un mundo de brechasMuerte, acontecimiento humano
que trasciende
11. Comunidades solidariasLaicos, «extraordinarios» ministros
6. Misio-noticias14. La colvmna de Monseñor
La «pasión» de Juan Pablo II
8. El Evangelio en casa...Construyendo una diócesis
40. Punto de vista jovenDía de Muertos, fe en la Vida
48. Literatura misionera
18. Cartas de misión* Celebrando la Pascua* Una «rockola» humana* Donde los ciegos también ven
Presente en Chad,el padre Percynos cuenta cómose divierte sanamenteeste pueblo
La clausura del Año de la fe nos anima a sentir la alegría de creeren Jesucristo
El Código de las Personas y de la Familia, impulsado por el gobierno chadiano,no es aplicado por algunas autoridades tradicionales
La labor de los laicos dentro de la Iglesia es muy importante para atraer a otros laicos
Desde hace mucho,Estados Unidos de América permiteel mercado negro de armas en la frontera con México creandoun problema de salud pública
24. RealidadESCombonianos
en la Iglesia chadiana
Menú
34. Oración y compromisoFamilia comboniana en Chad
38. Rostro de mujerMujeres chadianas
32. Biblia y misiónCristo Rey
42. ¿Tienes vocación?El verdadero rostro de Dios
36. Testigos del amorJesús en las calles
Una mirada a ChadAño 60 - No. 700 - noviembre 2013Portada: Miguel Navarrete
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Esquila Misional año 60 No. 701 diciembre 2013, es una publicación mensual editada por los
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de imprimir el XX de noviembre de 2013, con un tiraje de XX,000 ejemplares.
Esquila Misional
5. Más allá de la noticiaNo al mercado de las armas
60 5noviembre 2013 5604 Esquila Misional
www.esquilamisional.orgNoticias Testimonios misionerosVideosAudiolibros y fotografíasBoletín de la Tercera EdadPresencia en redes socialesSuscripcionesObras misioneras
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Les envío un saludo. Me interesa recibir el libro Historia Contemporánea de África, de José Luis Cortés López, pues estoy impartiendo una clase precisamente sobre ese tema... La revista Esquila
Misional me es de enorme ayuda para la preparación de mis clases. Siempre espero con enorme interés cada número, al igual que el de Aguiluchos, ya que en casa siempre hemos leído ambas revistas desde que éramos chicos. Muchas gracias.
Mónica Latapí (correo electrónico)
Estimada Mónica, el libro que solicita cuesta $303 más gastos de envío. Realice su pedido de éste o cualquier otro material llamando al teléfono (01 55) 55 92 38 33, en horario de oficina, de lunes a viernes.
Soy religiosa Carmelita Descalza y siempre me ha motivado su revista Esquila Misional. Dios les pague todo su esfuerzo.
Hna. Genoveva de la Santa Faz (Monasterio de Culiacán, Sin.)
Felicidades por el nuevo diseño de Esquila Misional en internet. Sin lugar a dudas, continúa mejorando en su presentación y contenido siempre atenta a los retos y regalos que la misión nos ofrece
en cada rincón del mundo en donde nos encontramos. ¡Que nuestra vocación misionera continúe al servicio ad gentes! ¡Que san Daniel Comboni y nuestra Señora de Guadalupe continúen intercediendo por nosotros en nuestras misiones!
P. David Tena Escobar, mccj (Balsas, Maranhão, Brasil)
¡Esquila Misional es fabulosa! Contiene muchos artículos que impactan. Por ejemplo, vida y obra de san Daniel Comboni y sus aportaciones a las
Nuestros lectores opinancomunidades africanas. Aguiluchos también enseña cosas de bien. ¡Felicidades!
Esperanza Castañeda González (Ciudad de México)
Para mí, toda la revista Esquila Misional está hermosa y perfecta. Me gusta mucho porque me entero de su trabajo en las misiones. Me da mucha tristeza cuando dañan o matan a misioneros. Por eso pido a
Dios por todos ustedes, para que los cuide y proteja. Por mi parte, colaboro con ustedes por mi amor a Jesucristo y a las misiones.
Elvia Nieto Álvarez de Juárez (Ciudad de México)
Las revistas que me mandan son de mucha ayuda, porque me doy cuenta de todo lo que trabajan los misioneros y de lo que sufren en tierras lejanas. Me siento muy motivada para ofrecer mis oraciones,
misas y comuniones por los misioneros combonianos. Le pido a Dios que derrame su Espíritu Santo sobre ustedes para que sigan trabajando y a Mamita María para que los cubra con su sagrado manto.
Francisca Blando Dávila (Ciudad de México)
Soy párroco de San Sebastián del Monte, en la diócesis de Huajuapán de León, Oaxaca. Gracias por la revista Esquila Misional que me mandaron. Con la ayuda de Dios, voy a suscribirme, junto con varios
fieles más, para tener mes con mes su revista; por el momento somos cinco personas.
P. Alejandro Guzmán Tovar (SMS)
Padre, gracias por su respuesta y la bella iniciativa de fomentar las suscripciones a nuestra revista entre sus parroquianos. El Señor lo siga bendiciendo en su ministerio.
vistas y otro tipo de servicios tienen que ver con la rea-lidad social, política y económica de México y del resto del mundo, son respaldados por una seria investigación.
Los artículos a los que me refiero son: «Gunguys. Recuento de una obsesión histórica», de Dan Baum, que trata sobre el mercado de las armas, y «Ya era hora», de Mauricio Ortiz, que ofrece un acercamiento a la violencia por armas de fuego en Estados Unidos de América desde la perspectiva de la salud pública.
Ambos escritos son un valioso medio de información y pueden convertirse en un instrumento para combatir un mercado de muerte que, desde hace muchos años, ha cruzado las fronteras de México y ha hecho posible que la narcoviolencia y la criminalidad organizada sigan produciendo tanta muerte dentro y fuera del país.
Combatir ese pecaminoso comercio es sentar las bases para una paz real y duradera fundada en el Evangelio de la vida.
Más allá de la noticiaLa información bajo la lupa de un misionero
No al mercado de las armas
• Camino evangélico a favor de la vida
Estamos tan acostumbrados a las películas y series norteamericanas «de acción» que cuando la televisión, los periódicos o las agencias de
noticias nos presentan actos de violencia como asaltos armados a escuelas, supermercados, plazas e iglesias con numerosas víctimas mortales en Estados Unidos de América, no logramos distinguir si se trata de ficción o de hechos reales.
En muchos otros, la realidad supera la ficción. Las escenas con patrullas, helicópteros, policías y militares con armas, de corto y mediano alcance, no son escenas de una película o serie televisiva; son hechos de la vida real en las que pequeños, maestros, clientes, paseantes, policías y delincuentes, no recitan la parte de un libreto, son sujetos de una situación que, poco a poco, se ha ido convirtiendo en una auténtica tragedia humana; un problema de salud pública.
Escribo esta nota porque el número de septiembre de la revista Letras Libres, de México, publicó un par de artículos sobre este tema. Esta revista no es amarillista ni superficial. Casi todos sus artículos, reportajes, entre-
P. Jorge GARCÍA, mccj
El mercado de las armas se ha convertido en un problema de salud pública
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Rutas de abastecimiento y tráfico de armas
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El pasado 24 de septiembre se presentó en Bogotá, Colombia, el nuevo sitio web «Migrantes hoy» (www.migranteshoy.org) diseñado e impulsado por el Departamento de Justicia y Solidaridad (DEJUS) del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en el que participa una red conformada por instituciones eclesiales que trabajan con migrantes. Durante la inauguración –realizada en-línea desde dicha ciudad y en donde participaron periodistas católicos del continente– se anunció que esta plataforma es un servicio para las conferencias episcopales americanas, un sitio de encuentro para representantes
de distintas redes que trabajan en la pastoral del migrante y una red de apoyo, información y diálogo para migrantes y refugiados que necesitan protección legal y acogida humana. Durante la presentación, el padre Pedro Hughes, secretario ejecutivo de DEJUS, hizo un llamado a la Iglesia a preocuparse por los migrantes y resaltó la visita del papa Francisco a la isla de Lampedusa en mayo pasado, donde pidió perdón por lo que hicieron los países con más poder económico, ante los hermanos que hoy viven en las «periferias geográficas y existenciales», con quienes hay que ser solidarios. REDACCIÓN
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EXPRESIÓN Y CULTURA
Petróleo y violencia en la Selva
La empresa anglo-francesa Perenco Guatemala Limited obtuvo la extensión de 15 años a su controvertido contrato de extracción petrolera en el corazón del Parque Nacional Laguna del Tigre (Guatemala), el más grande humedal de Centroamérica y área natural protegida. Los pobladores locales se ven privados de sus derechos básicos como la educación y la salud, y el acceso a tener la propiedad de la tierra en que viven. Desde 2009, cuatro comunidades han sido desalojadas y once nuevos desalojos más podrían ser realizados. En lugar de garantizar los derechos humanos de los habitantes, el gobierno de Guatemala ha creado un batallón militar, financiado en parte por la explotación de petróleo, para intimidar y desplazar a la fuerza a quienes consideran «inoportunos». Las comunidades de
los municipios de San Andrés, La Libertad y Las Cruces, del departamento de Petén, necesitan apoyo para que termine la violencia y sus derechos sean respetados, por lo cual hacen un llamado a la solidaridad internacional. salvalaselva.org
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Banco Mundial «facilita» rapiña en África
Fiesta en honor de san Daniel Comboni
IV visita del Dalai Lama a México
Joan Baxter, inves-tigadora del Instituto Oakland, afirma que «más que cualquier otra institución u or-ganismo, el Grupo del Banco Mundial ha estado promoviendo la inversión extranjera directa en África, per-mitiendo la rapiña de la tierra». Sus exhaustivos reportajes sobre Malí y Sierra Leona, revelan cómo dicho grupo «ha formado un entorno económico, fiscal y legal... de manera que favorecen la adquisición de grandes extensiones de tierras fértiles por parte de unos pocos intere-ses privados en lugar de aportar soluciones a la pobreza y al hambre... Se está desarrollando y difundiendo un verdadero paquete de incen-tivos no sólo para atraer la inversión extranjera sobre las tierras de cultivo, sino también para garantizar el máximo beneficio para los in-versionistas. Estos incluyen exenciones fiscales muy generosas por 10 o incluso 30 años, cero por ciento de impuestos sobre importaciones, y fácil acceso a grandes extensiones de tierra, a veces más de 100 mil hectáreas. Dichos inversionistas sólo tienen que pagar un puñado de dólares por hectárea al año y, en Malí, a veces ni siquiera pagan renta alguna». Todo esto en detrimento de la seguridad alimentaria y de la protección del medio ambiente. brettonwoodsproject.org
El 12 de octubre de este año, el Dalai Lama ofreció una confe-rencia a los medios de comuni-cación en la Universidad Pontifi-cia de México, en la Ciudad de México, en el marco de su cuar-ta visita a esta nación. En este coloquio, el Premio Nobel de la
Paz 1989 dijo que era fundamental desarrollar la armonía interreligiosa para alcanzar la paz y convocó a todas las religiones a la unidad para guiar al mundo hacia la paz. Señaló «que si nosotros los creyentes, los que tenemos una religión, nos estamos peleando unos con otros, ¿qué ejemplo estamos dando? Los no creyentes dirán: “Fíjate cómo se están peleando”. ¿De qué manera vamos a servirlos o convencerlos de estas cualidades espirituales, cuando entre nosotros nos peleamos?». El líder religioso tibetano fue recibido por monseñor Eugenio Andrés Lira Rugar-cía, obispo auxiliar de Puebla y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano y el obispo Crispín Ojeda, en representación del cardenal Norberto Rivera. REDACCIÓN
El 6 de octubre de este año, la Familia comboniana (Sa-cerdotes, Hermanos, Religiosas y Laicos) acompañada por amigos y bienhechores, celebró diez años de la ca-nonización de san Daniel Comboni, obispo de África Cen-tral. La Hermana Carolina Angulo, superiora provincial; el padre Erasmo Bautista, superior provincial; y Manuela Valladares, representante de los Laicos, agradecieron la presencia de los asistentes como introducción a las acti-vidades de ese día.El padre Fernando Cortés, la Hermana Norma Allen y la Laica María de la Luz Almaraz fueron los encargados de animar este festejo que se llevó a cabo en uno de los auditorios de la Plaza Mariana. Cada instituto comboniano hizo una presentación multimedia en donde explicaban objetivos, preparación y actividad misionera, además de «lanzar» una invitación a sumarse a cada rama comboniana. Luego se rezó el Rosario Misionero en el que participaron todos los asistentes.Los novicios combonianos interpretaron la vida de san Daniel Comboni en una obra teatral. Algunos bienhe-chores compartieron la forma de cómo apoyan la causa comboniana: orar por ella, tener un familiar comboniano, y enviar a otros con la ayuda de su aportación económica a una beca. El simposio de la Obra misionera estuvo a cargo de la Hermana comboniana Cecilia Sierra, la Laica Alma Rosa Navarro y el padre Vittorio Moretto, donde se profundizó en la santidad y en la actividad misionera de Comboni. Para finalizar, se celebró una eucaristía en la Basílica de Guadalupe, presidida por el obispo de Ciudad Nezahualcóyotl, monseñor Héctor Luis Morales, concele-brada por sacerdotes combonianos y con la participación de numerosos fieles. REDACCIÓN
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Premio Nansen de Refugiados
Por su excepcional valor y determinación se le otorgó el Premio Nansen de Refugiados ACNUR 2013, concedido por la ONU, a la Hermana Angélica Namaika, de la congregación de las Hermanas Agustinas, quien trabaja en Dungu, al norte de la República Democráti-ca del Congo, con mujeres y niñas que habían sido obligadas a abandonar sus hogares para ser víctimas de abusos físicos y sexuales por parte del Ejército de Resistencia del Señor (ERL). En el Centro de Reintegración y Desarrollo (CRD) esta religiosa católica está cambiando la vida a miles de estas féminas proporcionándoles educación básica, forma-ción profesional y apoyo psicosocial. «Nunca me voy a rendir. Voy a dedicar siempre mis fuerzas a devolverles la esperanza y la posibilidad de vivir de nuevo. Si puedo ayudar a
recomenzar su vida aunque sea a una sola mujer esto ya es un éxito para mí», expresó la Hermana Angélica. Después de la ceremo-nia de premiación, el pasado 2 de octubre, la religiosa fue recibida por el papa Francisco en una audiencia privada. Este premio es también una oportunidad para poner de relieve la persistencia del conflicto en República Democrática del Congo. romereports.com
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CELAM refuerza pastoral con migrantes
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Fui nombrado obispo el 11 de febrero de 2005 y consagrado el 11 de mayo del mismo año. El primer nombramiento como obispo que
concedió Juan Pablo II en 1979, fue el del primer obispo de esta diócesis, José de Jesús Castillo; yo fui el último obispo mexicano nombrado por él.
Esta diócesis se desprendió de la de Antequera, Oaxaca, y fue creada por el beato Juan Pablo II para atender a los indígenas.
La comunidad es agrícola, ganadera e industrial. La zona se caracteriza por sus ríos y montañas, por sus abundantes cosechas de verduras y frutas. La diócesis está dividida en cinco decanatos, y cada uno se caracteriza porque hay algún producto o fruto propio del lugar: En el decanato norte se encuentran los ingenios de caña; en el decanato mazateco, abunda la mojarra en los ríos; en el del centro hay mucho plátano –llamado «Oro Verde»–; en las montañas chinantecas se produce café; y en el de Asunción, piña.
Siguen las estructurasAl primer obispo le tocó poner los cimientos.
Después de 26 años, a mí me corresponde orga-nizar las estructuras: la reunión del consejo dioce-sano de pastoral, el consejo presbiteral, el colegio de consultores, etcétera. Además, existen bas-tante retos, como en todas partes, aquí hay faltan fuentes de empleo, y la salud y la educación son precarias; pero también existen muchas posibili-dades y grandes esperanzas para salir adelante.
Pastoralmente nos urge renovarnos para que se favorezca la transmisión del Evangelio.
El Evangelio en casa...
«La diócesis tiene 28 parroquias en 550 comunidades, en las cuales hay 50 sacerdotes, 42 son diocesanos,
y ocho Misioneros de la Natividad de María; cuenta con 52 seminaristas, de los cuales, 20 estudian
bachillerato, los restantes son de Filosofía y Teología. Actualmente hay un promedio de dos ordenaciones por año,
anteriormente había una, y esperamos que pronto sean tres, lo que significa un aumento en las vocaciones»,
comentó a Esquila Misional monseñor José Antonio Fernández Hurtado, obispo de la diócesis de Tuxtepec.
En esta zona, la mujer sigue siendo el pilar de la familia y participa mucho en las actividades de la Iglesia, aunque la sociedad todavía la relega. A nosotros nos toca relanzarla en la vida social y eclesial. En esta zona tienen mucha importancia los catequistas; aquí ellos no son los que atienden un grupo determinado en la primera comunión o algún otro sacramento, sino los evangelizadores. Uno de los principales trabajos del sacerdote es el acompañamiento y formación con los catequis-tas indígenas.
En cuanto al tema de los indígenas, hemos querido que iluminen tanto las tareas fundamentales (la profética, la litúrgica y social) como las pastorales diversificadas de familias, jóvenes y laicos. La mayoría de la diócesis es indígena (más de 60 por ciento de la población), necesitamos que la Comisión diocesana de indígenas vaya dando elementos de iluminación para que haya una inserción. Es interesante entender las cuestiones indígenas con sus diversas expresiones de religiosidad popular al encuentro con Cristo; fomentar la lengua materna en las comunidades, revalorizar y asumir los valores culturales de los pueblos, y sobre todo estar cerca y acompañar para que el Evangelio se vaya inculturando.
Camino por andarCreo que todavía falta mucho por caminar. El
plan de pastoral nos va a permitir trabajar más
Construyendo una diócesis
Gracias a Dios tenemos el primer Plan Diocesano de Pastoral 2013-2018, el cual nos llevó cinco años de preparación. Trabajamos en asambleas diocesanas, de decanatos y en las parroquiales; pero lo interesante fue que en esta labor se involucraron a los laicos.
Contamos con siete líneas pastorales: formación y promoción de agentes de pastoral; promoción de la misión continental, iniciación cristiana y catequesis permanente; atención a la familia como sujeto y agente de evangelización; suscitar la Lectio divina en las reuniones pastorales; estimular los sacramentos; valorar la eucaristía como centro y cumbre de la vida cristiana; y promover la espiritualidad en la comunión. El fin es formar una Iglesia de comunión misionera mediante un encuentro permanente con Cristo que responda a los desafíos de esta diócesis con procesos de evangelización integral y testimonio de vida. Este Plan está fundamentado en la Biblia, los documentos del Vaticano II y el documento de Aparecida.
El pueblo de DiosSabemos que la mayoría de la población
mexicana es joven, creemos que ella, además de ser el futuro de una sociedad mejor, también es el presente. Les digo a los sacerdotes que si los jóvenes se nos van de las manos, se nos va el presente; debemos atenderlos, ser una Iglesia muy cercana y atractiva.
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Mural que simboliza cada uno de los cinco decanatos por algún producto o fruto propio del lugar
Monseñor Fernández, charlando con Esquila Misional
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Procesión del obispo con uno de los pueblos indígenas de la diócesis de Tuxtepec
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Desde hace algunos años, el párroco de San José Chiltepec, en Tuxtepec, Oaxaca, Saúl Vento López Ramos (en el círculo), inició
la formación de laicos para ser ministros extraordinarios de la comunión, pero en su visión de este ministerio quiso ir un «poquito más allá».
Laicos, «extraordinarios»
ministros
A l ver las necesidades de la diócesis y le-yendo el libro Formación de discípulos, el padre Saúl intuyó en su trabajo pastoral
seguir la estrategia de Jesús, es decir, formar dis-cípulos para atraer a otros. En 2009 inició el grupo integrado por siete personas, de las cuales siguen todos, más los que han ido aumentando. Hoy en día son 16 ministros, cuatro varones y 12 mujeres.
Estos ministros extraordinarios de la comunión están preparados en el aspecto humano, espiritual, intelectual y misionero. Las bases son las Sagradas Escrituras, el estudio de documentos eclesiales, libros, sobre todo en la vivencia de la eucaristía, orar y recurrir al sacramento de la reconciliación. Asimismo, estos laicos tienen estudio y reflexión cada ocho días, además de talleres, cursos,
experiencias de animación pastoral en otras comunidades, celebración de la Palabra, visitas a enfermos y experiencias en campo misión en otras diócesis, y no únicamente para distribuir la comunión en celebraciones litúrgicas, sino un poquito más allá. La parroquia de San José tiene 18 capillas, y en la mayoría de comunidades hay ministros. A pesar de los grandes retos, esta experiencia está influenciando muy lentamente, pues se va tomando conciencia de dar el lugar que le corresponde al laico en la Iglesia.
Los ministrosMaría de los Ángeles Sabino Navarro es ministra
extraordinaria de la comunión desde hace cuatro años y considera un misterio de amor y misericordia
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Visita pastoral a un poblado en las montañas chinantecas
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voy a escuchar. Los animo para que tengan ese encuentro con Cristo y descubran su amor. Estos recorridos, generalmente de tres a cinco días, me han fortalecido; me gusta el enfoque de pastor y de amigo, de alguien que desea estar cercano aunque estén en lugares apartados. Pero también siento dolor ante sus problemas, carencias e injusticias, experimento gran impotencia.
Otra satisfacción es la construcción de la nueva catedral, La Barca. Es una obra que formará parte de la cultura porque es una barca, para la gente de esta zona es muy importante, como también es un símbolo dentro de la cultura cristiana. Lleva vitrales con colores muy vivos que hablan de los huipiles de la cultura chinanteca mazateca. Al ir construyendo dicha catedral, se va construyendo también la comunidad, pues además de la ciudad, también se han comprometido las 28 parroquias, sobre todo la gente sencilla, que es la que ha colaborado. Esta obra se está realizando sin presupuesto del gobierno, pero contamos con una frase que dice: «Por la fe lo estamos logrando».
Como diseño tiene la forma de una barca. La nueva catedral albergará a mil 400 personas.
Finalmente, escucho de parte de las comunidades sobre la labor de los combonianos, sobre todo en la región chinanteca, es una grata experiencia. En noviembre de 2010 dejaron la última parroquia en San Pedro Sochiapan. La semilla del Evangelio que sembraron ha dado mucho fruto. Yo luché para que no se fueran, pero me dijeron que ahora había lugares más necesitados de su presencia. Fueron un gran don de Dios durante 38 años.
organizadamente e ir creando equipos dio-cesanos y de enlace. Siento que la pastoral social va abriendo a los distintos departa-mentos; por ejemplo, la pastoral profética ha creado la dimensión de catequesis, luego la de educación y después la de misión. Ade-más, vamos dando pasos firmes en lo social, se van abriendo esos espacios de pastoral social, como en derechos humanos y otros compromisos con el prójimo.
El documento de Aparecida nos ha iluminado respecto a la misión en la misma diócesis, después iremos trabajando en la misión ad gentes. Anteriormente sólo se salía durante el verano o Semana Santa, con la misión permanente se ha ido tomando conciencia de que se necesita todos los días. Actualmente, viene personal de las Obras Misionales Pontificias a impartir talleres, la gente está estudiando misionología. Además, hay familias misioneras trabajando en esta zona y ya tienen algunas vocaciones para la misión ad gentes.
Recorridos misionerosLas visitas pastorales son lo que he disfrutado
más en estos años por su enfoque misionero. De las 550 comunidades, he visitado más de 400 en lugares lejanos, a los que he llegado caminando, a caballo o en lancha. El encuentro con el sacerdote y con la gente me anima; más que ir a hablar,
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«He visitado más de 400 lugares lejanos, a los que he llegado caminando, a caballo o en lancha»
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durante Semana Santa a San Pedro Sochiapan y a Chapultenango, una bonita experiencia de evangelización y donde las poblaciones viven muy pobremente. Agradezco a mis hermanos ministros que me han apoyado porque aún soy joven en este camino hacia Dios».
Este ministerio laical nos hace tomar conciencia sobre la importancia del laico en la Iglesia, quien con sus propios dones ayuda mucho a la pastoral actual. Prepararnos para dar servicio a otros es lo que nos anima a seguir; la experiencia de evangelizar cambia nuestra propia vida y la de las personas, nos hace madurar en la fe y nos enseña a saber valorar lo que tenemos. También es una bendición de Dios para toda la familia, pues se fortalece la unidad, ciertamente con nuestros problemas, pero el ejercicio de nuestro ministerio nos reconcilia y nos acerca más para solucionarlos. Dios es quien nos da la fortaleza, de Él es la obra.
¡Felicidades a todos los ministros!
estoy haciendo por Jesús, qué puedo hacer para llevar la Palabra a los lugares donde misiono?».
Berta Francisco siempre comparte su fe y hace un llamado a la unidad entre las familias y entre los hermanos. «Me siento contenta porque realizo mi trabajo con amor y humildad. Algo que me gustó fue la celebración en la parroquia el día del migrante; ellos participaron en la eucaristía, y vinieron todas las comunidades; fue algo muy bonito».
Teresita Portugal Bautista lleva 13 años sirviendo de tiempo completo a la parroquia. Como ministra lleva cinco años. Ella dice: «el año pasado terminé mi diplomado en Pastoral juvenil, ahora estoy colaborando y asesorando al grupo Kerigma Juvenil. Hemos participado en el Congreso Nacional Misionero, el Congreso Nacional Juvenil
Misionero y otros eventos. Venero a Santa Teresita del Niño Jesús, a quien debo mi vocación laical y me ha conducido a participar en este servicio por seguir sus huellas; agradezco a Dios esa misericordia que ha tenido conmigo para seguir evangelizando a mis hermanos y fortaleciendo las comunidades».
Alicia Antonio García empezó su formación en 2009, y en 2011 se le instituyó como ministra extraordinaria de la comunión. «Me siento contenta porque Dios me ha llamado a dar tiempo a mis hermanos... Doy gracias a Esquila Misional por dar a conocer nuestro servicio a la Iglesia y por extender la Palabra de Dios. Jesús es el Camino, la Verdad y la Vida y Él es quien nos guía».
Margarita Trinidad Justo estuvo sirviendo de 1989 al 2000 en la parroquia; daba catecismo, pláticas prebautismales y organizaba matrimonios colectivos en la comunidad. Ella comentó: «Mi compromiso es con Dios, con la misión de anunciar la Buena Nueva a las comunidades y denunciar con claridad y valentía las situaciones de pecado, así como llamar a la conversión sirviendo siempre con amor y alegría para extender el Reino de Dios».
Concepción Alvíter Hernández ha participado en seis retiros y dos talleres, y considera que su primera «herramienta» es la Sagrada Escritura. Entró en 2010, y un año después fue instituida
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en el ministerio, y añade: «He atendido enfermos, organizado retiros y participado en el servicio dentro de la casa parroquial, he estado dos veces en la liturgia y una vez en el servicio del aseo. En Semana Santa el párroco me envío a misión».
Elena Martínez Paulo ha recibido los talleres de oración y discipulado, y antes de integrarse impartía catecismo. Ella comenta: «Mi misión es en las comunidades de La Joya, Anguila y Peña Rubia, y en Semana Santa fui de misión a Chapultenango, Chiapas».
María Isabel Prieto Bautista visita a los enfermos llevándoles la comunión. «Realizo la celebración de la hora santa, imparto catequesis, participo en retiros, encuentros y convivencias; llevo poco tiempo trabajando en este ministerio, pero lo poquito que hago es con amor y espero seguir preparándome para servir a mis hermanos».
Celestino Sánchez Francisco agradece a Dios los dones que le ha dado, a su familia y al padre Saúl por el apoyo para recibir su preparación. «Como ministro tengo tres años de servicio; doy gracias a Dios, porque he ido a misión
de Dios haber sido llamada a formar parte de este grupo. Como parte de su formación, el libro que más le gusta es Amigos en el Espíritu Santo, porque, dice: «descubro la amistad del Espíritu para todo y en todo porque es el amigo del alma y nuestra alma debe estar siempre fortalecida».
Aquilino López Hernández lleva tres años en el ministerio y nos dice que el centro de todo es Cristo. Él comenzó a dar pláticas prebautismales para después integrarse a este grupo. Nos comenta que la Biblia no debe faltar en todos los lugares donde se va a anunciar a Cristo, porque en ella se habla de el plan maravilloso de Dios para nosotros».
Josefa Dionisio Menéndez lleva tres años en este centro de Formación Teológico Pastoral para laicos en la parroquia. Ella nos dice: «María Santísima me ha dado esa fortaleza y don de servir y compartir mi fe con mi prójimo. Estoy sirviendo a Dios en mis hermanos; al evangelizar comparto lo que yo he recibido: el mensaje de la Palabra de Dios».
Isabel Velázquez Martínez dice que como ministra, los retiros, libros, cursos y talleres le han ayudado a continuar en este camino de fe, y agrega: «lo que más me gusta es acompañar a los enfermos en asilos y hospitales y las visitas domiciliarias, además de que he ido de misión, pero la pregunta que siempre me hago es ¿qué
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Los laicos van tomando conciencia del lugar que les corresponde en la Iglesia
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«Me siento contenta porque realizo mi trabajo con amor y humildad»
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«Dios me ha llamado a dar mi tiempo a mis hermanos»
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2. La historia misionera en Su-dán como en Uganda, en Mozam-bique como en México, en Co-lombia como en China, no pocas veces ha sido de mártires, de her-manos nuestros que se fueron a esas tierras, entre los más pobres y abandonados, para quedarse con ellos, para compartir todo, fe y amor, vida y muerte. Como decía el beato Juan Pablo II, su «ejemplo nos estimula y nos sostiene, y sin-tiéndonos rodeados de tal nube de testigos (Heb 12,1), sacamos va-lentía del ejemplo de quienes con su vida y con su palabra han hecho resonar el Evangelio hasta los últi-mos confines del mundo».
Ante lo asombroso e «incansable» que fue el beato Juan Pablo II, surge la pregunta: ¿De dónde sacaba tanta energía este anciano obispo enfermo? Él mismo nos da la respuesta en documentos que tienen un sabor autobiográfico. «El cristiano que ha contemplado el rostro de Cristo –repite– no puede por lo menos sentirse arrebatado por su fulgor y comprometerse a dar testimonio de su fe. La contemplación de Jesús suscita la contemplación del rostro de los hombres… La contemplación de Cristo, el primero y más grande evangelizador, nos transforma en evangelizadores».
3. Para Juan Pablo II y para nosotros, la razón profunda y estable de nuestra «pasión» por la
misión es y debe ser la pasión por Jesucristo. Así lo expresó en la homilía de conclusión del gran jubileo, el 6 de enero de 2001:
«Es necesario volver a partir de Cristo, con el impulso de Pentecostés, con entusiasmo renovado. Recomenzar desde Él ante todo con el compromiso diario por la santidad.
»Recomenzar desde Él para testimoniar el amor. Por ello nos decimos uno a otro:
»Recomienza desde Cristo, tú que has encon-trado misericordia.
»Recomienza desde Cristo, tú que has aceptado el perdón y has perdonado.
»Recomienza desde Cristo, tú que conoces el sufrimiento y el dolor.
»Recomienza desde Cristo, tú que sientes la tentación de la tibieza: el año de gracia es un tiempo limitado.
»Recomienza desde Cristo, Iglesia del nue-vo milenio.
»Canta y camina, Iglesia de América. Y que María, Estrella de la Evangelización, nos acompañe en este camino, como acompañó a los discípulos en el día de Pentecostés, y que ella nos obtenga la perseverancia en la tarea misionera que atañe a toda comunidad eclesial y a cada cristiano en ella».
1. Entre ellas, su decisión de estar en contacto con todo tipo de gente. Y la fue buscando y encontrando por el mundo, de Canadá a Chile, de Polonia a Sudáfrica, de Italia a Ucrania, de Costa Rica a la India… Aumentaron sus viajes, sus «peregrinaciones» como él las llamaba, y así creció su «pasión» por la misión ad gentes.
En su mensaje para el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), del 21 de octubre de 2001, escribió: «Llevo muy grabado en mi corazón el rostro de la humanidad que he podido contemplar a lo largo de mis peregrinaciones: es el rostro de Cristo reflejado en el de los pobres y los que sufren, el rostro de Cristo que resplandece en los que andan como “ovejas sin pastor” (Mc 6,34)».
En Juan Pablo II, la misión, la actividad evangelizadora, era auténtica «pasión». Con su actividad, aún antes que con sus enseñanzas, nos hace comprender que las misiones son para la Iglesia una necesidad absoluta, no relativa, para realizar el proyecto de Dios. Y no sólo quiere que los hombres se salven, sino hacer de la humanidad, su pueblo, su familia, el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu Santo, en el cual se vayan integrando personas de todas las razas, naciones y culturas, árabes, hindúes y chinos, palestinos e israelíes… Y a pesar que esto parezca una utopía, un sueño imposible, bien sabemos que Dios lo va haciendo posible, desde que Cristo, elevado en la cruz, está atrayendo a todos hacia Él (cf Jn 12,32).
Dios sigue «necesitando de nosotros para llevar a cabo su proyecto. ¡Cómo no recordar, en estas
circunstancias, a todos los misioneros, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que han hecho de la misión ad gentes y ad vitam (de por vida) la razón de su ser! Con su vida proclaman sin cesar las misericordias del Señor. A veces estos han llegado hasta el derramamiento de la sangre», continúa el mensaje del DOMUND.
La colVmna de Monseñor
Por: Mons. Victorino GIRARDI, mccj
Obispo de Tilarán-Liberia
La «pasión» de Juan Pablo II
Pronto diremos «san Juan Pablo II», otro regalo de Dios a su Iglesia y al mundo. Yo estaba en Kenia cuando Karol Wojtyla fue elegido Papa.
Él era un «joven» cardenal polaco de 58 años, y pronto empezaron las sorpresas de este Vicario de Cristo «venido de lejos».
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Beato Juan Pablo II, el «Papa Peregrino»
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Juan Pablo II en el Estadio Azteca, en México
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En un mundo de brechas
Por: P. ErasmoBAUTISTA, mccj
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respecto al anhelo inextinguible de plenitud. Todo esto, no obstante, ante la tumba que abre sus cuatro lados para recibirnos de una vez por todas, en cuanto renacidos por «el agua y el Espíritu Santo», sincronizamos con Jesús, y en el marco de esa comunión escuchamos y miramos con interés lo que nos llega de Él, y confortados con su inefable gracia decimos: «¡Creo en la Vida Eterna!».
Efectivamente, según Bernhard Welte (filósofo y teólogo católico alemán), la muerte arranca a la existencia humana de su inmanencia. Y, ¿hacia dónde la arranca? En relación a esto la muerte
Así vemos que este hermano tiene una vida cargada de sufrimientos; aquella hermana esconde en su corazón un mar de
sinsabores; aquel joven y aquella jovencita están envueltos por una nube de desengaños; a cual más se le encarama la pobreza, una enfermedad, la soledad, el aburrimiento; en fin, la lista es, de veras, interminable; y con absoluta e inquebrantable certeza llega, finalmente, para cualquiera el ocaso de sí mismo, la consumación de todos sus afanes.
En pocas palabras, la propia existencia nos presenta una radical y desconcertante diferencia
nada dice; se mantiene en silencio. Que la muerte se lleva la vida es de suyo eviden-te para todos; hacia dónde la lleva, de eso calla. Tenemos, entonces, que la muerte se caracteriza por su silencio. Dicho silen-cio no se limita a una pura ausencia. Más bien, es actuante, afecta, devela, toca, ilumina, ofusca. Así, pues, el silencio de la muerte, su presencia callada, hace que los que estamos vivos, los deudos, ami-gos y parientes del difunto dejemos de hablar de cosas irrelevantes.
Es más, ante ella toda palabra cede su lugar al silencio. Y esto, dice Welte, nada tiene que ver con una pura nada. En efec-to, ese particular silencio se caracteriza por estar afectado, por sentirse conmo-vido. Por el hecho de que está afectado el silencio se llena, por así decir, con el contenido de la muerte.
Lo que la muerte hace manifiesto es, visto así, un acontecimiento que trasciende, supera, rebasa y excede todo decir. Y esto puede ser determinado
y caracterizado como una posible majestuosidad sacra, y el silencio suscitado por ella nos instala en una cercanía de lo sagrado que consuela, conforta y comprende.
En el evento de la muerte se devela, entonces, la cercanía de una infinitud sagrada, esto es, de una posible trascendencia sacra: «La cercanía de la infinitud sagrada se revela y nos hace señas desde la muerte como misterio». Este momento no tiene, en caso alguno, la misma evidencia que el hecho de que la muerte ponga fin a la vida. Hay aquí posibles vías, eventuales caminos o señas. Nada más, pero tampoco nada menos.
Nuestro pensamiento escucha entonces el lla-mado «a cargar sobre sí, pensando, la miseria del tiempo de la lejanía de Dios, y, a la vez, a interpretar el camino del tiempo y del mundo como un camino hacia Él». Por ello nos dice el papa Francisco: «El cristiano sabe que siempre habrá sufrimiento, pero que le puede dar sentido... Viendo la unión de Cristo con el Padre, incluso en el momento de mayor su-frimiento en la cruz..., el cristiano aprende a partici-par en la misma mirada de Cristo. Incluso la muerte queda iluminada y puede ser vivida como la última llamada de la fe, el último “sal de tu tierra”, el último “ven”, pronunciado por el Padre, en cuyas manos nos ponemos con la confianza de que nos sostendrá también en el paso definitivo» (Lumen fidei 56).
Muerte, acontecimiento humano que trasciende
En nuestra vida no podemos desentendernos de una idea de vida plena, de plenitud de sentido como horizonte de nuestras acciones. Sin embargo, la experiencia que cualquiera de nosotros tiene
de la propia existencia, quien más quien menos, da cuenta de otra cosa.
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«Así, pues, el silencio de la muerte, su presencia callada, hace que los que estamos vivos, los deudos, amigos y parientes
del difunto dejemos de hablar de cosas irrelevantes»
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«Con Cristo incluso la muerte queda iluminada y puede ser vivida como la última llamada de la fe... en cuyas manos nos ponemos
con la confianza de que nos sostendrá también en el paso definitivo»
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El Instituto comboniano se caracteriza por su internacionalidad misionera.Aquí tres misioneros, un europeo, un africano y un mexicano
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los cristianos también se retiran a un lugar solitario o centro para vivir su retiro.
Después de la celebración de la eucaristía los cristianos regresan a sus ocupaciones ordinarias, contentos de haber vivido un momento de comunión, oración y perdón con Dios y entre ellos, esto los ayudará a celebrar activamente la Pascua de resurrección y seguir siendo testigos de Cristo. Los misioneros regresamos contentos a la comunidad después de haber visto las maravillas de Dios realizadas en cada participante; pero también estamos agotados físicamente, por los dos o tres días bajo el sol africano –que puede llegar hasta los 40 grados centígrados– y debemos reponernos físicamente.
Dios ha estado presente en mi permanencia en Chad y gracias a Él puedo seguir y vivir otra experiencia de Pascua en otro grupo de cristianos. Les solicito una oración para mi labor misionera en este territorio africano.
P. Gabriel MARTÍNEZ, mccjChad
Celebrando la Pascua de sectores, capillas o comuni-dades que tiene, y su duración varía. Cada pueblo se organiza para preparar la comida durante este tiempo. El día de la llegada es muy emotivo ver a los grupos de cristianos, ya que algunos caminan más de 20 kilómetros para reunirse, y para algunas co-munidades es la única oportuni-dad de ver al sacerdote durante el año. Para los fieles es muy im-portante escuchar la Palabra y la celebración de la reconciliación.
Durante el retiro, los misione-ros impartimos catequesis, res-pondemos sus dudas y ayuda-mos a resolver situaciones de su vida, así que nuestra presencia es muy importante. Otro momen-to significativo para ellos es que el sacerdote pase una velada con ellos, pues sin luz, «los verdaderos rostros aparecen y las verda-deras preguntas se expresan». Pasar las noches en la brousse, el campo, me ayudó a conocer más sus tradiciones.
Ésta fue una experiencia que ha marcado mi vida en Chad. Incluso, cuando estuve en la ciudad,
comunidad un tiempo fuera de sus ocupaciones ordinarias para dedicarlo a la oración, meditación y catequesis en la selva o en el campo, lejos de toda distracción: el retiro de Cuaresma. Esta costumbre sigue viva en todas las diócesis del país y es de gran importancia para los cristianos.
Un elemento importante en la celebración de dicho retiro es que cada año la diócesis prepara una catequesis especial según el proyecto pasto-ral y las necesidades de la gente. Su organización depende de cada parroquia conforme al número
Casi desde que llegué a la comunidad de Bendoné, diócesis de Doba, fui nombrado párroco de la parroquia «más rica del mun-
do», San Francisco de Asís de Komé, lugar al que serví durante ocho años. Este territorio es muy rico en petróleo, pero desafortunadamente la gente es la más pobre del país, pues las ganancias enrique-cen «otros bolsillos». En esta misión los combo-nianos tenemos un centro diocesano de formación para catequistas, a donde llegan con sus familias; quienes ya han recibido cierta preparación en sus parroquias, vienen a profundizar sus conocimien-tos y después regresan a sus comunidades para continuar con su labor catequética.
En 2009 mis superiores me solicitaron ocuparme de la formación de jóvenes chadianos en el postulantado, primera etapa en el proceso de formación para ser comboniano. En esta casa he trabajado los últimos cuatro años, junto con mis compañeros de comunidad, los sacerdotes Miguel Navarrete, mexicano; Nelson Mitchell, chileno; y Claude Ondongar y Célestin Ngoré, chadianos.
Retiro con Jesús Como misionero en Chad, me ha impresionado
cómo viven la Cuaresma. Como sabemos, durante este tiempo litúrgico la Iglesia nos pide prepararnos para celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo y renovar nuestro compromiso para continuar siendo sus testigos donde vivimos. Los primeros misioneros en Chad propusieron a la
EXPRESIÓN Y CULTURA
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El sacerdote comboniano Gabriel Martínez Torres es originario de Contepec, Michoacán. Él lleva 12 años trabajando en Chad,
nación localizada en el corazón del continente africano, desde donde nos cuenta la siguiente experiencia.
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oEl padre Gabriel, autor de esta carta
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Una «rockola» humana
para ser tocados con las palmas de las manos; otro tenía un balafón, especie de xilófono hecho rudimentariamente; uno más, el kinde, especie de guitarra africana. ¡Toda una orquesta! Los jóvenes del coro vestían una túnica del mismo color que se habían hecho especialmente para la ocasión.
Yo veía que los muchachos se movían de un lado a otro y coordinaban algo. Hasta que, en un momento dado, el animador presentó al coro y a los invitados de honor, entre ellos al sacerdote, e invitó a la gente a pedir sus canciones favoritas al coro juvenil.
Baile, alegría y algarabía La gente se acercaba al animador para solici-
tar sus melodías y le entregaban una moneda de
Siempre que pensamos en África imaginamos un continente que sufre mucho, y en el que hay mucha pobreza y necesidad material.
Y es cierto, pero a pesar de las dificultades e infortunios, los africanos saben cómo alegrarse y disfrutar de la vida.
Una vez me invitaron a un aniversario de bodas. Era una pareja cristiana y estaba contenta que el sacerdote los acompañara a la fiesta después de la misa. Cuando llegué saludé a todos los invitados. Me sentaron en un sillón de madera que era el lugar de honor, a un lado estaba el catequista y otros distinguidos invitados, y al otro estaban unos jóvenes que pertenecían al coro de la capilla de Bekurú. Algunos integrantes traían consigo sus tambores, unos eran pequeños y otros grandes,
Percy Carbonero Mogollón es un sacerdote comboniano originario de Lima, Perú; él ha desarrollado su labor misionera cinco años en Kenia y luego en Chad durante nueve años, desde donde nos cuenta la manera
tan especial que tiene este pueblo para divertirse sanamente.
Este contexto, me dio la impresión de estar situado en un salón de fiestas moderno del mundo occidental al que no le faltaba nada. Hasta la
oscuridad de la noche, algunas fogatas alrededor y el centellear de las estrellas contribuían a poner un ambiente más comunitario. Creo que los chadianos pueden tener muchos problemas y dificultades, pero no les faltan las ganas de vivir, así que encuentran el momento para expresar la alegría, fe y esperanza que guardan en su corazón. Hasta tienen una «rockola» que 50 francos cfa funciona y escogen la canción más bonita para dedicarla al amigo o amiga.
Texto y fotos:P. Percy CARBONERO, mccj
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50 francos cfa (centroafricano) (aproximadamente $1.40 pesos mexicanos), entonces el anima-dor anunciaba la canción, decía quién la había solicitado y pedía al coro que la interpretara. A me-dida que corría el tiempo más personas se acercaban no sólo a solicitar una canción, también para que fuera dedicada a una persona en especial. La gente fue animándose poco a poco a bailar con ritmos nada envidia-bles al reguetón. La gente que estaba alrededor no se queda-ba indiferente y también seguía el ritmo y la alegría que carac-terizaba a los que bailaban. De vez en cuando alguien entraba al baile moviendo sobre todo los hombros, y cuando terminaba tocaba a otra persona para que también saliera a bailar. De vez en cuando las mujeres emitían con la boca soni-dos típicos, era el ulular y el gritar de alegría, des-enfado y algarabía.
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Integrantes del coro atendiendo a la explicación del Evangelio
El padre Percy conviviendo con feligreses durante una fiesta
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Donde los ciegos también ven
y le pregunté: «¿Cómo que me ves feliz?». Me respondió: «Veo con los ojos del corazón y con los oídos escucho el tono de voz, así descubro la felicidad, la bondad o la maldad de las personas», me quedé boquiabierta. Percibí su amor por Jesús, me hablaba como un enamorado de Él, para mí fue un testimonio muy hermoso.
Alimento con dignidadJuana era una señora muy delgada y siempre
decía que «su bastón era su mejor compañero porque la llevaba a donde quería». Era muy pobre, pero no le gustaba mendigar, así que venía a casa a barrer el patio para ganarse su alimento de cada día con dignidad. La primera vez la tomé de la mano para indicarle cuál era el lugar de la escoba y en dónde se tiraba la basura. Ella, junto con su
Me alegré mucho cuando me destinaron a Chad porque me sentía en sintonía con la opción de Jesucristo y de Combo-
ni, estar entre los más pobres y abandonados. En aquél entonces aquella nación era la tercera más pobre en el mundo. Aquí Dios me mostró la inmensidad de su amor por el ser humano, para ello puso en mi camino a Agustín, Juana y Elena, tres invidentes.
«Con los ojos del corazón»En el sector Kututu conocí a Agustín. Al
saludarlo me preguntó si era joven o mayor, yo no sabía que era ciego, además me admiró que había caminado 15 kilómetros para participar en la eucaristía. Agustín me dijo que seguro era joven porque tenía una voz dulce y me veía feliz. Sonreí
La religiosa comboniana María Teresa Soto Botello es originaria de El Fuerte, Río Grande, en el estado de Zacatecas.
Por medio de estas vivencias nos cuenta de qué manera se reflejó Dios en su labor misionera durante los 17 años que estuvo en Chad.
El testimonio de estas personas fue una enseñanza, me evangelizaron manifestándome que la Palabra de Dios se había cumplido en ellos al decir que muchos «tienen ojos y no ven, tienen oídos y no escuchan, tienen boca y no hablan» (Sal 135,16); en cambio, ellos no teniendo ojos para ver sabían descubrir riquezas o miserias, fuerzas o debilidades, hermosura o fealdad, bondad o malicia, verdad o mentira, esperanza o desaliento. Ellos ayudaban a levantar el ánimo y apoyar en la
lucha diaria a los que sufrían más. Durante mis 30 años de vida consagrada
he tratado de entregar la Buena Nueva mirando, oyendo y hablando. Tratando de descubrir los caminos de Dios, escuchando la voz del espíritu y revelando el querer de Dios a mis hermanos para que descubran su grandeza por ser hijos amados de Dios y se dejen transformar por Él. Esto es lo que llevo en el corazón y me apasiona comunicarlo. Vale la pena dejar todo para llevar este mensaje a mis hermanos.
Texto y fotos:Hna. Teresa SOTO, mc
Chad
bastón, se encargaba de hacer relucir nuestro patio. Lo más sorprendente es que nunca faltaba a la eucaristía, ¡a las 5 de la mañana! Muchas veces le dije que no caminara sola porque podía caerse y lastimarse, ella me contestaba: «Para mí no existe día y noche, la diferencia la encuentro cuando escucho cantar los gallos o la campana de la iglesia, entonces sé que ha amanecido y es hora de ir a rezar; por la noche, cuando ya no se escuchan voces ni oigo jugar a los niños, sé que debo dormir».
«Joven y pagana»A Elena le amputaron una pierna a
causa de la gangrena. Según la gente, fue un castigo de Dios; en cambio, para ella era signo de cuánto la amaba Dios porque compartía sus dolores. Todos la estimaban. A mí me sorprendía su generosidad, siempre tenía algo que ofrecerme cuando la visitaba; me encantaba que contara sus historias de cuando era «joven y pagana»; poco a poco fui descubriendo una mujer de fe capaz de recorrer 10 kilómetros para ir a la eucaristía el domingo. En ella vi el amor a Jesús que la hacía romper fronteras, quitar miedos y caminar con confianza.
Organizando el trabajo con los catequistas
La promoción de la mujer es una actividad de las combonianas en Chad
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EXPRESIÓN Y CULTURA
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Los misioneros combonianos han tomado el relevo de otros evangelizadores y, a su vez, dejan su contribución a otros para continuar la misión en Chad. Esto constituye un elemento de la espiritualidad misionera que se traduce en método evangelizador: los misioneros se integran en la Iglesia local y asumen sus opciones, se saben miembros de esa misma Iglesia en cuanto a su vocación misionera y, a través de su carisma, aportan a su crecimiento y madurez.
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Combonianos en la Iglesia chadiana P. Miguel NAVARRETE, mccj
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espiritanos, instituto de origen francés. Él fue encargado de la prefectura apostólica de Oubangui-Chari y quería fundar una misión en la zona de los pueblos sara, al sur de Chad; sin embargo, el personal del que disponía era muy reducido y no recibió refuerzos de su congregación. Entonces renunció a la prefectura y, con permiso de su sucesor, se fue a fundar la misión.
En 1927 partió desde Batangafo (República Centroafricana) en una bicicleta y llegó a Sarh, lu-gar ubicado al sur de Chad, para iniciar la misión. El administrador francés no le permitió establecerse y le dijo: «Francia no necesita misioneros en esta colonia... Padre, es inútil venir aquí, toda la gente es musulmana». Desanimado, el padre Jean-René regresó a Batangafo, en donde murió el 16 de junio de 1928 ofreciendo a Dios sus sufrimientos y su de-seo de que este pueblo abrazara la fe en Jesucristo.
Su sucesor, monseñor Marcel Grandin, logró establecer una misión, ya no del lado del río Chari, sino del río Logone, al oeste. Después de haber visitado varios lugares y viendo una actitud menos agresiva de parte de la administración colonial, se escogió Kou, situado a 30 kilómetros de Moundou. El 29 de marzo de 1929, el padre Gabriel Herriau, misionero espiritano, se establece en su nueva misión y así se da el inicio oficial de la evangelización en este país.
El padre Gabriel comienza con dos catequistas, una pareja y dos niños cristianos. Su labor misione-ra estuvo marcada por la colaboración de laicos, lo cual perdura hasta hoy. Para diciembre del mismo año llegaron dos misioneros espiritanos más (un sacerdote y un Hermano), así se conso-lidó el equipo que fundó la misión de Santa Teresa del Niño Jesús, la primera en Chad. El 29 de marzo de 1931, fueron bautizados los 10 primeros chadianos y ese mismo año ya había 3 mil catecúmenos. El 4 de agosto, un grupo de ocho jovencitos viajaron a pie a Bangui, capital de República Centroafricana, para entrar en el seminario menor, entre ellos se encontraba François Ngaïbi, quien sería el primer sacerdote chadiano ordenado el 10 de febrero de 1957.
Sin embargo, la comunidad se vio en riesgo por la aparición de «la enfermedad
Chad, cuyo nombre significa en una de las lenguas locales: «gran extensión de agua», se encuentra en el centro del continente
africano; es uno de los países más enclavados del mundo, es decir, la distancia entre su área y la costa marítima es muy grande.
Antes de la llegada de los franceses (1910-1913), las poblaciones del norte participaron en la trata de esclavos de los habitantes del sur. La política que la colonia aplicó no fue la misma para las dos regiones: para los pueblos del norte mantuvieron continuidad con su estilo de vida ancestral y su religión musulmana; para los del sur se estableció, más bien, una ruptura con su organización social y cultural, región donde pudo adentrar más el cristianismo. Al momento de la independencia (11 de agosto de 1960), el país no había logrado unidad nacional y en las etapas siguientes de su historia se incrementó el abismo entre los pueblos del norte y los del sur. Se está desarrollando, pero sigue siendo uno de los países más pobres del mundo. La Iglesia, desde sus inicios, se ha comprometido con el desarrollo y la paz de este lugar.
Inicios de la evangelizaciónLa Iglesia católica en este país es la más
joven de África. Esta región, alejada de la costa y poco accesible por tierra, ha tardado en recibir el Evangelio. La llegada y el progreso de los misioneros han sido lentos y muchas veces llenos de obstáculos. Sin embargo, en esta tierra y sus pueblos estaban los sueños y deseos de más de un misionero. Chad formaba parte del inmenso vicariato apostólico de África Central creado en 1846. Los viajes difíciles y las enfermedades provocaron la muerte de misioneros impidiendo que el vicariato se consolidara, incluso Roma estaba a punto de suprimirlo y con ello cerrar la misión en África Central.
San Daniel Comboni escribe entonces una relación a Propaganda Fide sobre lo que era necesario realizar para lograr que la misión se consolidara en el corazón de África y que el
del sueño» transmitida por la mosca «Tsé-tsé». Los misioneros se desplazaron a una región más segura para continuar. Se establecieron en Doba, y el 19 de mayo de 1934 las campanas sonaron para orar el primer Angelus. A partir de esta zona se empezó a anunciar el Evangelio en el sur de Chad. En 1938 los misioneros franciscanos capuchinos relevaron a los espiritanos.
Entre 1946 y 1951, Propaganda Fide repartió a diferentes congregaciones el territorio del país para ser evangelizado: capuchinos, jesuitas y oblatos de María Inmaculada. A estos últimos se les confió la evangelización del norte de Camerún y la parte de Chad cercana a la frontera. Los franciscanos capuchinos continuaron en el suroeste del Logone y en la región de Tandjilé. Y los jesuitas, que llegaron como capellanes militares de los franceses entre 1930 y 1935, pero después hicieron su apostolado entre la población civil, se quedaron en el norte del país y la región sureste del Moyen-Chari. Cada grupo de misioneros marcó con su estilo y tradición espiritual el anuncio del Evangelio, pero también hubo líneas comunes que distinguieron a la Familia de Dios en estas tierras.
Influencia del Vaticano IISin duda, la misión en esta nación quedó
marcada por las orientaciones del Concilio Vaticano II; la Iglesia en Chad nació con éste. De ahí sus características muy particulares. Una de ellas es el lugar que ocupan los laicos en el anuncio de la Palabra de Dios. En 1954, se realizaron en la
Evangelio llegara a cada rincón de ese vasto territorio, incluido Chad. Sus proposiciones convencieron a la Santa Sede, y el 26 de mayo de 1872, Daniel Comboni fue nombrado provicario apostólico de África Central y, cinco años más tarde, consagrado obispo. Sin embargo, él no pudo realizar su sueño a causa su muerte temprana y después, por las vicisitudes de su vicariato.
Nacimiento de la Iglesia localEn 1909 fue creada la prefectura apostólica de
Oubangui-Chari, en la cual se mencionaba el río Chari que atraviesa el sur de Chad. Con ello se daba a entender la intención de los misioneros de llegar hasta allá. En 1913 fue creado el vicariato apostólico de Jartum, territorio confiado a los com-bonianos, que incluía todo el norte del país. Pero la colonización francesa no permitió que misioneros italianos entraran en esta zona. Este rechazo no fue simplemente por cuestión de nacionalidad; su hostilidad se manifestaba hacia la misión de la Igle-sia católica. Entre 1920 y 1940 había en la adminis-tración colonial cierta actitud anticlerical y temor a dejar la sociedad civil bajo influencia de religiosos que eran juzgados como personas incómodas para sus intereses colonialistas.
El primer misionero católico que pisó tierra chadiana fue monseñor Jean-René Calloc’h, de la Congregación del Espíritu Santo o misioneros
Chad, una Iglesia del Vaticano II
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«En 1954, se realizaron en la actual diócesis de Sarh las primeras sesiones de formación de catequistas y,
poco a poco, se multiplicaron los centros de formación»
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Monseñores Jean-René Calloc’h y Marcel Grandin, ambos de la Congregación del Espíritu Santo
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Los católicos de Chad experimentan el gozo y compromiso de anunciar el Evangelio
actual diócesis de Sarh las primeras sesiones de formación de catequistas y, poco a poco, se multiplicaron los centros de formación que tuvieron como particularidad la presencia de la pareja y sus respectivas familias. Se trató de formar familias cristianas que se convirtieron en fermento en sus aldeas y ciudades. Inmediatamente los misioneros se dedicaron a conocer la cultura y aprender su lengua para anunciar el Evangelio. En 1956 apareció un folleto con los evangelios de la liturgia del domingo y de las fiestas en la lengua local sara. Poco a poco, cada diócesis se esforzó por traducir la Biblia en su propia lengua.
Comunión y familiaLa Iglesia creció llegando a ser voz y presencia
importante en una sociedad marcada fuertemente por el islam. Ha mantenido su compromiso evangélico con la liberación de la persona, manifestado en el trabajo por el desarrollo de los pueblos, sobre todo en donde no había estructuras educativas y sanitarias, ha dado apoyo a los agricultores, las mujeres, los jóvenes y los niños. La Iglesia en Chad es testigo de Jesucristo que sale al encuentro del pobre y lo promueve para que sea el artífice de su desarrollo.
La Iglesia es comunión y familia desde sus inicios, esto tiene un aspecto muy concreto en el anuncio del Evangelio: En primer lugar, se evangeliza desde la comunión. Se hicieron
grandes esfuerzos por implicar a sacerdotes, laicos y religiosos. Las primeras misioneras fueron las Hermanas de Nuestra Señora de los Apóstoles, que llegaron a Sarh el 15 de marzo de 1947. Con el tiempo arribaron otras congregaciones; hoy, más de 50 institutos religiosos están presentes en este territorio. En 1965 se fundó la primera congregación religiosa femenina chadiana: las Hermanas Franciscanas de Donia. Las misioneras combonianas llegaron el 13 de abril de 1973 y un año después ya tenían dos comunidades: Djoli y Dnamadji, dos parroquias de la diócesis de Sarh.
Otro elemento de este camino eclesial fue la implementación de una pastoral de conjunto, tanto en cada diócesis como en el ámbito nacional. Muchas iniciativas se realizan así, como la elaboración de la catequesis nacional, en donde todas las diócesis siguen el mismo itinerario para celebrar los sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, eucaristía y confirmación). Un signo más de esta comunión es la creación del «equipo pastoral» de cada parroquia, en donde se comparte
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entre sacerdotes, religiosos y laicos el gozo y compromiso de anunciar el Evangelio; de esta forma, los cristianos y catecúmenos comprenden que la Iglesia es de todos y todos son Iglesia. Los católicos experimentan en sus comunidades la nueva familia de Dios en donde asumen la responsabilidad de hacerla crecer y madurar, tanto en el ámbito ministerial (al promover la variedad de ministerios laicales y las vocaciones sacerdotales y religiosas), como de testimonio cristiano en la sociedad, de sostenimiento económico y de apertura a la misión universal de la Iglesia al enviar, desde su pobreza, misioneros a otros lugares.
El 12 de abril de 1986, fue ordenado el primer obispo chadiano, monseñor Mathias Ngarteri, como obispo auxiliar de la diócesis de Sarh, entronizado como titular de la misma el 3 de mayo de 1987 y actualmente arzobispo de Yamena. Hoy la Iglesia cuenta con ocho obispos, de los cuales, tres son
chadianos del clero diocesano: Ngarteri; Joachin Kouraleyo, obispo de Moundou; y Edmond Jitangar, de Sarh; dos italianos: Michele Russo (comboniano), de Doba, y Rosario Ramolo (franciscano) de Goré; un español, Miguel Ángel Sebastián (comboniano) de Laï; un canadiense, Jean Claude Bouchard (oblato de María Inmaculada), de Pala; y un francés, Henri Coudray (jesuita) del vicariato apostólico de Mongo. La diversidad del origen de sus pastores tiene dos significados: primero, la variedad de expresiones de la fe cristiana de las diferentes comunidades que, a su vez, es testimonio de un
trabajo de inculturación operado por el Espíritu Santo; y segundo, el esfuerzo de los obreros del Evangelio, expresión de la universalidad de la Iglesia llamada a vivir el mandato de Jesucristo.
Combonianos, familia de Dios Se encuentra una bella frase en el capítulo X de
las Reglas del Instituto comboniano redactadas en 1871 por san Daniel Comboni que traza muy bien lo que ha sido y es la presencia de los combonianos en Chad: «El misionero de África Central debe considerarse como un individuo anónimo dentro de una serie de obreros, a los que corresponde no tanto esperar los resultados de su obra personal como los rendimientos de un conjunto y una sucesión de esfuerzos misteriosamente manejados y utilizados por la Providencia» (Escritos 2700).
Los combonianos llegaron a Chad procedentes de República Centroafricana el 29 de junio de 1977. Los primeros fueron los padres Miguel Ángel Sebastián y Claudio Gasbarro; más tarde, llegó el padre José Delgado. Fue el obispo de Sarh, monseñor Henri Véniat (jesuita), que conociendo a los combonianos en Bangui, hizo todo para que vinieran a su diócesis. El padre Luis Gusmeroli (aún en Chad con 85 años de edad) comenzó el diálogo y el padre Luciano Benetazzo, quien remplazó al padre Luis como provincial de República Centroafricana, concretizó la presencia de los combonianos en el país.
La primera misión fue Moissala. El 15 de agosto de 1977, el obispo de Sarh presentaba a la comuni-dad cristiana de la parroquia de la Santa Trinidad a los tres primeros combonianos. Poco o poco, otras misiones les fueron entregadas. Con el tiempo se sintió la necesidad de mayor autonomía para res-ponder a las realidades locales. Por ello, después de un proceso de discernimiento de la dirección ge-neral, se erige una nueva circunscripción religiosa. El 7 de marzo de 1989, se forma una delegación, designando como primer superior al padre Stefano Melzani y en su primera asamblea había 16 miem-bros, 14 sacerdotes y dos Hermanos. Era un grupo joven pues la edad media era de 42 años.
El 15 de abril de 2001, fue creada la provincia comboniana en esta nación y el primer superior provincial fue el padre Jesús Ruiz. En ese
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Un grupo de diáconos chadianos durante su ordenación sacerdotal
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Jóvenes chadianos durante un rito de iniciación
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momento, los combonianos ya eran 30 miembros de 11 nacionalidades (México, Kenya, República Democrática del Congo, Portugal, España, Togo, Benín, Ghana, Perú e Italia). La provincia fue puesta bajo la protección de la gran santa sudanesa Josefina Bakhita y de san Daniel Comboni.
Los primeros combonianos en esta nación tuvieron la gracia de conocer y convivir con los
Nombre oficial: República de Chad.Capital: Yamena.Superficie: 1,284,000 km2.Población (2012): 12,106,800 hab.Composición étnica: árabes, peúl, haussa, tubúsara, hakka, massa, mundany, kotoko.Lenguas: Francés y árabe (oficiales), sara, ngambay, gabrí y otras 117 lenguas locales.Religión: Musulmanes, 57.3%; católicos, 7.9%; cristianos no católicos, 17.6%; religiones tradicionales y otras, 17.2%.Esperanza de vida (años): hombres, 47.6; mujeres, 49.8.Densidad de población: 8.54 hab. por km2
Tasa de alfabetismo: 33.6%.Índice de desarrollo humano: 0.328.Iglesia católica: Está organizada en 8 jurisdicciones eclesiásticas: 1 arquidiócesis, 6 diócesis y 1 vicariato apostólico.
Presencia de la Familia combonianaCombonianos: 25 combonianos en 9 comunidades: 2 obispos, 19 sacerdotes (2 chadianos), 3 Hermanos, 1 estudiante de Teología (chadiano). Además, 5 novicios y 7 postulantes (chadianos).Combonianos chadianos que laboran fuera: 1 sacerdote en Egipto.Combonianas: 16 religiosas (3 chadianas) en 4 comunidades.
Fuente: Almanaque Mundial 2013, Mundo Negro y Annuario Comboniano
Datos del país
misioneros que habían llegado desde los inicios de la evangelización, sobre todo jesuitas y franciscanos capuchinos. Pronto comprendieron que ponerse a la escucha de estos grandes pioneros de la misión les ayudaría en su trabajo. Los combonianos se integraron primero en la diócesis de Sarh y después en la de Moundou; más tarde, en las diócesis de Doba, Laï y Yamena. Para el periodo 2008-2010 fue provincial el sacerdote mexicano Miguel Navarrete. El padre Pietro Ciuciulla es actualmente el superior provincial en esta nación, misma que cuenta con cuatro comunidades en la diócesis de Sarh, dos en Doba, una en Laï, una en la arquidiócesis de Yamena, y otra en el vicariato apostólico de Mongo, en Abeche, al noreste de Chad.
En estos 36 años de caminar codo a codo con la gente y comunidades cristianas, los combonianos presentes en este país han sido fieles a su vocación de anunciar gozosamente a Jesucristo y su mensaje, en comunión siempre con las opciones y orientaciones de las diócesis que los reciben y dando su aporte desde su espiritualidad. Esto se traduce en varias dimensiones de su compromiso misionero. Una de las primeras labores es acompañar a los catecúmenos en su camino para encontrarse personalmente con Jesucristo y llegar a ser sus discípulos, y así continuar en la construcción de la comunidad cristiana. Procuramos dar confianza a la gente para que asuma su propia responsabilidad y experimente que la misión se vive bajo el signo de la colaboración.
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Asimismo, los combo-nianos se han comprome-tido siempre en acciones concretas que susciten el desarrollo integral de la persona y promuevan la paz y la justicia. En mo-mentos de la historia, como la guerra civil (1979) o en los conflictos entre agricul-tores y nómadas, se han quedado junto con la po-blación y realizado accio-nes que aporten una solu-ción. Apoyan las diferentes iglesias locales para que poco a poco alcancen su madurez. Están comprometidos en la formación de los laicos (catequistas, animadores de comunida-des eclesiales de base, etcétera) y en la formación de los sacerdotes chadianos. Aquí hay dos obis-pos combonianos (en Laï y Doba) y otros misione-ros que apoyan directamente el trabajo diocesano como vicarios, ecónomos o responsables en me-dios de comunicación.
Parte importante de la Iglesia es la presencia de la vida religiosa, por lo que participan activamente en esta dimensión respaldando y sosteniendo el camino de la vida religiosa en la Conferencia Chadiana de religiosos. En 2012 se abrió en Sarh un noviciado comboniano interprovincial, que es el primer noviciado masculino en el país.
Otra dimensión presente en el horizonte misionero es la pro-moción del diálogo interreligioso; primero, en relación a las reli-giones tradicionales, en donde se implementa una pastoral que dialoga con la cultura y religión tradicionales; y después, en rela-ción al islam con iniciativas para promover el diálogo entre cristia-nos y musulmanes, y formando agentes de pastoral que promue-van de manera explícita el cono-
cimiento mutuo para llegar a una aceptación y respeto que susciten la cohabita-ción y el esfuerzo conjunto por la paz.
Finalmente, los com-bonianos no dejan de pro-mover –por vocación– el espíritu y compromiso por la misión ad gentes. Algu-nos años después de su llegada, propusieron a los jóvenes chadianos la voca-ción misionera. El Instituto cuenta hoy con tres com-
bonianos chadianos: el padre Celestin Ngoré, quien trabaja actualmente en medios de comunicación en la diócesis de Sarh; el padre Claude Yadjimad-ji, que se encuentra en Egipto, y Alfred Mbaïdjide, escolástico en servicio misionero. Otros jóvenes se están formando en el postulantado y noviciado.
Al mismo tiempo, el compromiso por la anima-ción misionera de las comunidades cristianas tam-bién es parte integral de nuestra misión. La revista Afriquespoir (de las provincias combonianas de len-gua francesa) y otras publicaciones son medios pri-
vilegiados para suscitar en los cristianos a vivir lo que ya son desde su bautismo: misione-ros más allá de sus fronteras. Grupitos de laicos en nuestras parroquias asumen con mayor intensidad este compromiso y se convierten en animadores de sus hermanos.
Con gran esperanza vemos la presencia comboniana en esta región de África y con-fiando en la palabra del Misio-nero del Padre «echamos las redes» mar adentro a ejemplo de dos misioneros combonia-nos que ya fueron llamados a la Casa del Padre en tierra chadiana: el padre Celestino Celi (1988) y el padre Frances-co Tomasoni (1991).
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La revista Afriquespoir es un medio para suscitar la vocación misionera más allá de las fronteras
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Las misioneras combonianas llegaron el 13 de abril de 1973
Grupo de seminaristas combonianos chadianos acompañado por sus maestros
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Por: P. FernandoGatkuoth, mccj
Los evangelios presentan a Cristo como Rey. Durante su juicio, Jesús responde a Pilato: «Soy rey, como
tú dices» (Jn 18,37). Hablando del juicio final y su regreso triunfal señala: «Cuando venga el Hijo del hombre en su gloria con todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones se reunirán delante de Él, y Él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los ca-britos, y pondrá las ovejas a un lado y los cabritos al otro. Entonces el rey dirá...» (Mt 25,31-46).
10 Sin embargo, Jesús aclara que no es un rey como los de este mundo porque «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por todos» (Mt 20,28). Y en tres ocasiones anuncia a sus discípulos su pasión, muerte y gloriosa resurrección (Mc 8,31-33; 9,30-32; 10,32-34), y les aseguró que al final de los tiempos vendrá lleno de gloria a reinar (cf Mt 16,27-28; 25,31-46).
El Reino de Dios15 La parte central del mensaje de Jesús
es sobre el Reino de Dios y lo comunicó
principalmente con parábolas. El Reino de Dios es como un banquete de bodas, un festín con manjares suculentos (cf Mt 22,2-14), al que todos están invitados; hay alegría y convivencia fraterna. Esta es la visión escatológica (futura) del Reino de Dios que en otras palabras, habla de Vida eterna en compañía de nuestro Padre Dios.
Cristo ReyLa clausura del Año de la fe en la solemnidad de Cristo Rey
es ideal para recordarnos que uno de los objetivos fue redescubrir la alegría de creer en Jesucristo. ¿Cuál es
el lugar que Él ocupa en nuestra vida? Si Cristo es Rey de nuestro corazón y si buscamos con entusiasmo participar
de su Reino, Él es para nosotros fuente de alegría y vida plena.
BIBLIA Y MISIÓNBiblia y misión 11
20 Al mismo tiempo, Jesús nos invita a trabajar, ya desde ahora, para construir el Reino de Dios aquí en la Tierra (cf Mt 6,33), en esta vida como preparación para la manifestación definitiva del Reino al final de los tiempos. Y es tan valioso que es como un tesoro o una perla preciosa que quien los encuentra hace hasta lo imposible por adquirirlos (cf Mt 13,44-46).
25 Los valores que Él nos propone para empezar a construir y vivir el Reino están resumidos en su enseñanza, popularmente conocida como Él sermón de la montaña y que ocupa los capítulos del 5 al 7 del
evangelio de Mateo, en los cuales se condensa el estilo y la forma de vida que Jesús nos enseñó. Hay otras parábolas, aparte de las ya mencionadas: El sembrador (Mt 13,3-9), El trigo y la cizaña (Mt 13,24-30), El grano de mostaza y la levadura (Mt 13,31-33), La red (Mt 13,47-50), Los trabajadores de la viña (Mt 20,1-16); Las jóvenes previsoras y las descuidadas (Mt 25,1-13); Los talentos (Mt 25,14-30) y El grano que crece por sí solo (Mc 4,26-29).
Conclusión30 A Jesús le interesa reinar en
nuestro corazón por eso quiere un corazón unido. Nadie puede servir a dos amos porque servirá bien a uno y quedará mal con el otro (cf Mt 6,24). Quiere un amor incondicional y con todo nuestro ser (cf Mt 10,37-39). Pero Él no quiere que lo ame-mos por vanidad ni orgullo, sino para que, como dijo, «tengamos vida en abundancia» (Jn 10,10), «tengamos vida eterna» (Jn 3,16).
35 Al final de este Año de la fe de-jemos que Él reine en nosotros y oriente nuestras vidas; y como los cristeros procla-memos nuestra fe a viva voz: «Viva Cris-to Rey». «Viva la Virgen de Guadalupe». Recordemos que el papa Francisco en su mensaje con motivo del Domingo Mundial de las Misiones dijo que: «siempre debe-mos tener el valor y la alegría de proponer, con respeto, el encuentro con Cristo, de ha-cernos heraldos de su Evangelio, Jesús ha venido entre nosotros para mostrarnos el camino de la salvación, y nos ha confiado la misión de darlo a conocer a todos, hasta los confines de la Tierra».
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Cristo Rey del universo «no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por otros» (Mt 20,28)
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33noviembre 2013 32 Esquila Misional
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Ω Por todos los misioneros que están lejos de su patria anunciando tu Evangelio, para que los sostengas con tu gracia y poder.Ω Para que la proclamación del Evangelio siga adelante y suscite nuevos discípulos y misioneros tuyos, Señor.Ω Bendice la incansable labor de la Familia comboniana presente en Chad para que, fieles al carisma de san Daniel Comboni, siga llevando el Evangelio y la promoción humana a ese pueblo.Ω Por un aumento de vocaciones sacerdotales y religiosas en la Iglesia chadiana.
Padre nuestro: Fieles al Misionero del Padre decimos juntos: Padre nuestro…
Oración final: Dios nuestro, tú que quieres que to-dos los hombres se salven y lleguen al conocimien-to de la verdad, bendice la labor misionera realiza-da en Chad para que tu Hijo Jesucristo, libertador integral del ser humano, sea conocido y amado. Por el mismo Cristo, nuestro Señor. Amén.
Canto final: «Cristo nos da la libertad» (Recemos cantando, 456).
«Bendice la labor misionera realizada en Chad»
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favorecer un encuentro profundo con la persona de Jesucristo, que salva al hombre integralmente; se esmera en llevar el Evangelio a los chadianos, así como educación, salud, promoción de la mujer y proyectos de superación personal y comunitaria.
Meditemos juntos: ¿Valoro lo que la Iglesia me ofrece para mi crecimiento cristiano? ¿De qué manera me hago solidario con las misiones en el mundo?
Canto: «Ya no hay raza» (Recemos cantando, 593).
Oración de los fieles: Todos respondemos des-pués de cada petición: Bendice a tu pueblo, Señor.
General: Que los sacerdotes que experimentan dificultades
sean confortados en sus sufrimientos,
sostenidos en sus dudas y confirmados en su fidelidad.
Misionera: Que las Iglesias de América Latina, como fruto
de la misión continental, envíen misioneros a otras Iglesias.
Intenciones del mes:
La consolidación de la Iglesia local es uno de los objetivos de la Familia comboniana
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Por: Hna. Silvia FLORES, mc
606034 Esquila Misional 35noviembre 2013
Con la creación del equipo pastoralde cada parroquia, sacerdotes, religiosos y laicos comparten el gozo y compromiso de anunciar el Evangelio; de esta forma,
los cristianos y catecúmenos comprenden que la Iglesia es de todos
y todos son Iglesia
(P. Miguel Navarrete, mccj)»
«La frase del mes:
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Familia comboniana
en ChadEn el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén. En esta oración nos unimos a la Familia comboniana presente
en República de Chad, nación localizada en África Central. En este país hay más de 12 millones de habitantes que pertenecen a unas 200 etnias. El 57.3 por ciento de esta población es musulmana; 7.9 por ciento, católica; 17.6 por ciento, de diversas denominaciones cristianas; y 17.2 por ciento sigue sus religiones tradicionales. Los combonianos llegaron a este territorio en la década de 1960 y las combonianas en los 70. Allá se encuentran también los Laicos Misioneros Combonianos.
Canto: «Nos envías por el mundo» (Recemos cantando, 520).
Lectura: Is 49,1-6.
Reflexión: Los objetivos principales de la Familia comboniana en Chad son la evangelización y la promoción humana, así como la consolidación de la Iglesia católica local. En las comunidades cristianas se da importancia a la Palabra de Dios y a la eucaristía; desafortunadamente los católicos del país no siempre participan en la misa dominical por falta de sacerdotes –refiere monseñor Miguel Ángel Sebastián Martínez, obispo de la diócesis de Laï–, pero de cualquier manera mantienen una reunión semanal para leer la Palabra, rezar y buscar «lo que deben hacer para cambiar todo aquello que, en sus vidas, no está en conformidad con el Evangelio». En medio de esta carencia de personal eclesial, la Familia comboniana recorre las comunidades cristianas para catequizarlas y
noviembre 2013
mensuales que es el precio de una comida para una persona de la calle. También me dan arroz y otros comestibles.
Los «nuevos pobres» son personas con teléfono celular y algo de dinero, pero sin posibilidad de relacionarse con la sociedad moderna porque son discriminados y marginados. Más de la mitad vive en la calle, 25 por ciento son ancianos con diversas enfermedades, los jóvenes se sienten fracasados. La sociedad surcoreana es compleja, competitiva, inteligente y rápida, y estos «pobres» intentaron ser parte de ella, pero fracasaron y se desanimaron; es decir, trabajaban pero fueron despedidos, terminaron en la calle y no lograron establecerse de nuevo. Otros son migrantes sin estudios y gente rechazada desde su infancia.
Buscamos atender sus necesidades básicas como comida, aseo personal y ropa limpia; les ofrecemos atención médica en nuestra clínica, en donde tenemos doctores con diferentes especiali-dades, los orientamos en problemas legales o de alcoholismo y les damos ayuda psicológica. Tam-bién impartimos clases, les encontramos un lugar para dormir y tratamos de que encuentren trabajo. Sin embargo, lo más importante es lograr que no pierdan la esperanza, porque no podemos resolver todos sus problemas, pero los apoyamos en sus necesidades. No queremos que sigan siendo per-sonas de la calle, sino autosuficientes. Por eso les ayudamos a arreglar sus documentos personales y a buscar trabajo. Incluso tenemos una fábrica de bolsas para mandado en la que los empleamos.
«Lo más importante es lograr que no pierdan la esperanza»
Ahora el ayundamiento me acusa de que «por mi culpa la gente viene a la ciudad», pero la realidad es que siempre habrá gente en la calle mientras haya problemas en la sociedad.
Además tenemos cuatro casas para niños de la calle. La idea surgió durante el invierno cuando venían a comer y luego regresaban otra vez a la calle, con fríos de 15 a 20 grados bajo cero. No era justo, los niños debían ser cuidados, así que pedí al párroco un espacio y organizamos actividades para ellos.
«Hago lo que debo hacer»Soy un sacerdote que hace este trabajo, mientras
Jesucristo hace el suyo, no pretendo hacer el trabajo de Dios. Cuando tengo que emplear gente, busco personas calificadas sin importar su credo. Hago lo que debo hacer; el resto se lo dejo a Jesús.
Con los pobres aprendí a permanecer con lo necesario para vivir. Gracias a ellos, he llegado a ser una persona nueva. Estar con las personas y niños de la calle es amar a Jesucristo. La espiritualidad que inspira este proyecto es cuando como santo Tomás reconocemos a Jesús al tocar sus llagas, nosotros también vemos las heridas de Cristo resucitado. Por lo tanto, no trabajamos por la gente pobre, curamos las heridas del resucitado, Jesús glorificado. Encuentro a Jesús cada día, en el trabajo, en las calles, en cualquier momento, y estoy disponible a amar. Este es el fundamento de mi religión y de mi vida sacerdotal.
Extracto y fotos: World Mission
Testigos del amor
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Vine a Corea del Sur con la idea de ayudar a los pobres, pero no sabía cómo. En 1991 llegué a Sean nam, una ciudad perdida. Un
día, el párroco me presentó a una religiosa que tra-bajaba con los pobres de la zona y con ella empe-cé a visitar familias. Poco a poco conocí la lengua local. En 1993, el ayuntamiento municipal pidió a la parroquia administrar un comedor para personas de la tercera edad; atendíamos a más de 60 ancia-nitos que venían regularmente, así que les organi-zamos actividades, entre otras, de alfabetización.
Una día, una mujer me dijo: «no tengo dinero para enviar a mi hijo a estudiar inglés, ¿podría enseñarle?». Y acepté. Poco después eran ocho alumnos. También observé que necesitaban apren-der otras materias, así que busqué voluntarios y un lugar en la parroquia para crear un centro juvenil, donde comenzamos a enseñar coreano, Historia, guitarra, tenis y hasta formamos un equipo de fut-bol. Se juntaron 72 jóvenes.
En 1995, un restaurantero se ofreció a patrocinar la comida dos veces por semana para la gente de la calle. Y ante la cantidad de personas que asistían, buscamos un lugar más grande, primero nos fuimos a un salón parroquial, pero en 1998 nos mudamos a un nuevo edificio, en donde estamos hasta ahora. Desde entonces, comida, actividades y voluntarios han aumentado. Se han unido psicólogos, abogados, maestros, médicos, enfermeras, peluqueros..., y mi trabajo es darles la bienvenida y ver que los que lleguen ayuden a otros. Actualmente son 600 voluntarios y 30 equipos que se hacen cargo de la cocina un día al mes.
Siempre un milagroPero no todo ha sido fácil. En 2004 nos pidieron
dejar la parroquia. El desalojo estaba programado
para el 28 de febrero de 2008. Durante cuatro años busqué otro lugar, pero no lo encontré. Y sucedió otro milagro. El mismo obispo que en 2004 me había solicitado que nos fuéramos, en 2008 me pidió continuar y establecer un nuevo edificio.
Tampoco ha sido fácil la relación con algunos sacerdotes. Pero en los últimos años, me han ayu-dado mucho. Recientemente, el vicario episcopal dijo en su homilía: «agradecemos al padre Vincen-zo porque trabajando con la gente pobre nos ayu-dó a descubrir su presencia en nuestra sociedad. Enseñe a la Iglesia de Corea a tener cuidado de los pobres». Pero mi gran apoyo ha sido Jesucris-to. ¡He trabajado durante 20 años sin ayuda del ayuntamiento y nunca nos ha faltado nada! A veces sentimos miedo de no poder continuar por falta de materiales, pero siempre sucede un milagro. Alre-dedor de 95 por ciento de nuestras ayudas son lo-cales, así que muchos voluntarios, además de dar su tiempo y trabajo, también dan su dinero para mantener el proyecto. Además visito parroquias para pedir dinero a los fieles, dos o tres dólares
Jesús en las callesPor más de 20 años, el sacerdote italiano Vincenzo Bordo, Oblato de María Inmaculada,
ha dado de comer a los «descartados» de la sociedad surcoreana. Con ayuda de 600 voluntarios, ha servido más de un millón de comidas. Asimismo, es director de cuatro
casas para niños de la calle. El padre Vincenzo encuentra a Jesucristo en todas sus actividades, así nos cuenta su historia.
«Muchos voluntarios, además de dar su tiempo y trabajo, también dan su dinero»
El padre Vincenzo, autor del artículo
noviembre 2013
Chad es el quinto país más pobre del mundo
Las combonianas trabajan incansablemente para hacer de Chad un país más justo
El problema es que aplicar o no el Código depende de los jefes tradiciones y del uso y costumbres locales. Así lo dijo el propio presidente como respuesta a las protestas de jefes tradicionales, principalmente musulmanes: «El presente Código es ley del estado y deberá ser aplicado. Sin embargo, si los ciudadanos por su forma de vivir, o por su comportamiento, han expresado indiscutiblemente su voluntad de ver su situación regida por las reglas de la costumbre, tradicionales o religiosas, éstas pueden ser aplicadas siempre que no sean contrarias al orden público. Esto será así en el caso de: noviazgo, dote, matrimonio, reconocimiento de los hijos, adopción, sucesión...».
El «paso adelante» dado por el gobierno chadia-no con la elaboración del Código, dio «dos pasos
atrás» con la autorización presidencial para no res-petarlo. Y mientras se siga dando este paralelismo, la violencia y discriminación hacia las mujeres con-tinuará afectando a millones. Por su parte, Asngar Mbaïassem Lydie, directora de la promoción de la mujer del Ministerio de Acción Social, considera que el Código de las Personas y de la Familia será aplicado cuando la población esté más sensibiliza-da sobre los derechos humanos, cosa que no se consigue en menos de tres o cuatro años.
Mientras tanto, es importante seguir trabajando en la promoción de la mujer para que sean ellas transformadoras de su historia. Con esa visión han estado trabajando muchas personas de buena voluntad, como miembros de la Iglesia católica local, misioneros y organizaciones no gubernamentales. Por su parte, combonianos y combonianas también trabajan incansablemente para hacer de Chad un país más justo y equitativo.
Fotos: Miguel NAVARRETE
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Según la Organización de las Naciones Unidas, Chad es el quinto país más pobre en el mundo, 80 por ciento de los más de
12 millones de chadianos está por debajo del umbral de pobreza. Ocho de cada diez vive de la agricultura de subsistencia y de la ganadería para su sustento. Tanto los cultivos como el pastoreo de los rebaños está determinado por el clima local. El 78.1 por ciento de la población vive en zonas rurales y el restante en urbanas.
El 45 por ciento de las mujeres son sometidas a la mutilación genital; ellas ocupan un segundo plano cuando se trata de recibir educación,
formación, títulos de propiedad y herencia, pues a los hombres es a quienes se les da preferencia en esos aspectos. Y como la poligamia es común entre los varones, 39 por ciento de las mujeres se ven obligadas a vivir en ese tipo de unión.
Con el fin de mejorar las condiciones de vida de las féminas, se formuló el Código de las Personas y de la Familia, que fue impulsado por el propio presidente Idriss Déby Itno, reelecto por cuarta ocasión. Este Código regula los derechos de la familia, el matrimonio, la tutela de los hijos, las sucesiones y derechos de las viudas y huérfanos, entre otros aspectos importantísimos.
Mujeres chadianas
EXPRESIÓN Y CULTURA
Por: Claudia VILLALOBOS
Esquila Misional
Pese a que 51 por ciento de la población en Chad son mujeres y que existen leyes que las protegen, la mayoría de las féminas sufren diferentes tipos de violencia (sobre todo intrafamiliar)
y otras formas de discriminación.
Es importante seguir trabajando en la promoción de la mujer
noviembre 2013
y santificación a la vida y a la muerte, y qué mejor manera que teniendo los mismos sentimientos de Jesucristo, a quien estamos unidos. Por eso traigo a colación un mensaje del beato Juan Pa-blo II, quien, por cierto, será proclamado santo el próximo año: «La solemnidad de Todos los San-tos como la conmemoración de los Difuntos, son dos celebraciones que recogen en sí, de un modo especial, la fe en la vida eterna. Y aunque estos dos días nos ponen ante los ojos lo ineludible de
la muerte, dan, al mismo tiempo, un testimonio de la vida. El hombre, que según la ley de la natura-leza está “condenado a la muerte”, que vive con la perspectiva de la destrucción de su cuerpo, vive, al mismo tiempo, con la mirada puesta en la vida futura y como llamado a la gloria. La solemnidad de Todos los Santos pone ante los ojos de nuestra fe a todos aquellos que han alcanzado la pleni-tud de su llamada a la unión con Dios. El día que conmemora a los Difuntos hace converger nues-
tros pensamientos hacia aquellos que, dejado este mundo, esperan alcanzar en la expiación la plenitud de amor que pide la unión con Dios. Se trata de dos grandes días para la Iglesia que, de algún modo, “prolonga su vida” en sus santos y también en todos aque-llos que por medio del servicio a la verdad y el amor se están preparando a esta vida. Por esto la Iglesia, en los primeros días de noviembre, se une de modo particular a su Redentor que, por medio de su muerte y resurrección, nos ha introducido en la realidad mis-ma de esta vida».
¡Jóvenes, este Día de Muertos cele-bremos al Dios de la Vida!
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los dulces, las frutas, las fotografías de los difun-titos y la comida que les agradaba, sus objetos favoritos y las cruces o rosarios, elementos indis-pensables en las ofrendas con que recordamos a quienes se nos adelantaron en el camino. Depen-diendo de la región, el altar permanece hasta el 3 o 4 de noviembre.
Una mirada de feHasta aquí, un vistazo rápido al Día de Muer-
tos. Ahora reflexionemos sobre nuestras celebra-ciones de Todos los Santos y Fieles Difuntos, por-que como jóvenes debemos dar un sentido de fe
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Esta vez deseo hablar, a gran-des rasgos, sobre la ofrenda del Día de Muertos. Su origen
prehispánico nos recuerda los anti-guos altares dedicados a sus dife-rentes manifestaciones divinas; por ejemplo, en noviembre tocaba el tur-no a Mictlantecuchtli, señor de los muertos. Los primeros evangeliza-dores en estas tierras decidieron res-catar algunos aspectos de la visión prehispánica y darle plenitud con ele-mentos cristianos, dando lugar a un sincretismo religioso muy particular con las fiestas de Todos los Santos, el día primero; y Fieles Difuntos, el 2 de noviembre.
Es tan importante esta manifestación en Méxi-co y en el mundo, que la Unesco la ha declarado «Patrimonio cultural inmaterial de la humanidad». Y hoy día, en nuestro país es una tradición arrai-gada que se observa en las calles, iglesias, plazas públicas, museos, centros culturales, panteones, escuelas, hospitales, oficinas y casas.
Desde días antes se ponen los altares y nos invade el olor a flor de cempasúchil y a incienso; observamos los vistosos colores del papel china, con grabados de José Guadalupe Posada, las calaveras de azúcar o chocolate, las veladoras,
6040
EXPRESIÓN Y CULTURA
Para algunos, la muerte es motivo de temor, otros la ven como una musa para grabados, ilustraciones o la literatura, hay quienes encuentran en ella
motivos de buen humor o celebración, pero para nosotros, jóvenes cristianos, la muerte es un paso, que tarde o temprano todos daremos con la certeza
de que tenemos al Dios de la vida, porque Jesucristo venció a la muerte.
Por: Fernando DE LUCIO
Esquila Misional
Día de Muertos, fe en la Vida
flickr.com
«Las ofrendas tienen plenitud con elementos cristianos»
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om«Es una tradición arraigada que se observa en las calles...»
flickr.comOfrenda en la Plaza
de la Constitución de la Ciudad de México
noviembre 2013
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«La llamada es un proceso que implica salir de sí, despojarse de los ídolos para embarcarse con fe
en la búsqueda del verdadero rostro de Dios»
estériles, como árbol lejos del agua». Por tanto, todo aquello que te disgrega, divide, confunde y aparta de Dios es o podría considerarse tu ídolo. A fin de sintonizarnos con la dinámica a que nos invita la encíclica LF, te propongo crear un ambiente de reflexión, tanto a nivel personal como de grupo, que te ayude a identificar y dar nombre a tus ídolos.
Esto es importante, ya que todo proceso vocacional implica «fiarse de Dios», despojándose de las imágenes falsas de Él, «para volver al Dios vivo, mediante un encuentro personal». Al dejarse transformar una y otra vez por la llamada donde «se encuentra un camino seguro que libera de la dispersión a que someten los ídolos», dice la encíclica. Dios realiza en sus elegidos su obra maestra despojándolos de «todo lo que les sobra». El despojo es una de las técnicas favoritas de Dios para «esculpir» a sus santos.
Creer en JesúsEn este sentido, el llamado de Dios unifica e in-
tegra mediante un encuentro personal que lleva a «creer a Jesús» y «como Jesús». Para Francisco, «creer significa confiarse a un amor misericordioso, que siempre acoge y perdona, que sostiene, orienta la existencia y se manifiesta poderoso en su capa-
cidad de enderezar lo torcido de nuestra historia». Es el encuentro personal con Jesucristo que lleva a desenmascarar los fetiches o falsas imágenes de Dios que, consciente o inconscientemente, hemos ido forjando desde la infancia.
Un primer aspecto del proceso vocacional se-ría crear cierto nivel de armonía espiritual a fin de «limpiar y reconstruir la experiencia de Dios, a nivel psicológico, histórico y espiritual». El pro-ceso vocacional, que dura toda la vida, implica un trabajo personal profundo para identificar los miedos y compulsiones fabricados por los feti-ches o falsas imágenes de Dios. Para esto, se tendría que comenzar con una «depuración de fetiches, un aprendizaje del manejo sano de la culpa y una aclaración de lo que es el pecado». Sólo así puede garantizarse una genuina y trans-formadora experiencia personal del encuentro con el verdadero Dios, que llevaría a soñar el sueño de Dios comprometiéndose con el proyec-to y la misión de Jesús.
Una línea de discernimiento sería verificar si eso que llamamos «dios», refleja en realidad la imagen del Dios de Jesús o es creación nuestra, hechura de nuestras manos. Algunas imágenes distorsionadas que podemos habernos creado son: el dios perfeccionista, el dios sádico, el dios negociante y exitoso. Otros fetiches son el dios personalista e intimista, el dios manipulable y abarcable, el dios juez implacable y el dios hedo-nista. Producto de nuestros miedos y compulsio-nes son también el dios de la falsa conciliación y de la falsa paz, entre otros. Todas estas son imá-genes de un dios con minúscula.
También podría ayudarte, reflexionar sobre ¿cuál es el fetiche que pertenece más a tu propia realidad? ¿Cuáles te han sido impuestos? ¿Cuáles comunicas? Si estás dispuesto a iniciar un proceso vocacional deberás buscar el acompañamiento de alguien que te ayude a discernir si estás verdaderamente buscando el rostro de Dios, con mayúscula, el Dios con quien Jesús y todos sus amigos han mantenido una relación filial.
El Dios de Jesús es el de la alegre misericordia, es el del amor incondicional y de la gratuidad. Otras
¿Tienes vocación?
La encíclica lF declara que «lo contrario de la fe se manifiesta como idolatría». El ídolo se define como «un pretexto para ponerse
a sí mismo en el centro de la realidad, adorando la obra de las propias manos». Con un ídolo «no hay riesgo de una llamada que haga salir de las propias seguridades».
Con Dios es diferente. La respuesta a la invitación de compartir la vida requiere fe, abrirse
a nuevos horizontes y perspectivas e implica desprendimiento y transformación. Dios llama a ponerse en camino y esperar el cumplimiento de sus promesas, lo cual desencadena un proceso de integración de los deseos, encuentro y conversión.
LF añade que «la idolatría es siempre politeísta, ir sin meta alguna de un señor a otro», encierra al individuo en sí mismo, lo aleja de Dios y los otros y «por eso mismo su vida se vuelve vana, sus obras
El verdadero rostro de Dios
¿Qué entiendes por idolatría? Quizá pienses que esta pregunta no es para ti y te venga a la mente un hechicero o una imagen de tribus lejanas adorando figuras
de lo que consideran dioses. Sin embargo, la encíclica Lumen fidei (LF), del papa Francisco, es un llamado a la santidad vivida en la fe,
que implica embarcarse en la búsqueda del verdadero rostro de Dios, despojándose de ídolos y fetiches.
Por: Hna. Cecilia SIERRA, mc
60 4360Esquila Misional 42 43noviembre 2013
«Todo aquello que te disgrega, divide, confunde y aparta de Dios
es o podría considerarse tu ídolo»
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Más de 2 mil personas se reunieron en el seminario de los misioneros combonianos, en la Ciudad de México, el pasado 13 de
octubre para la misa dominical y la kermés misionera anual, organizadas para celebrar el aniversario de la muerte de san Daniel Comboni.
Desde las 10 de la mañana comenzaron a llegar los entusiastas asistentes para desayunar ricos antojitos mexicanos que se vendían en la kermés. Al medio día inició la eucaristía, concelebrada por más de media docena de misioneros combonia-nos. En la homilía, el sacerdote Miguel Navarrete habló sobre san Daniel Comboni, su muerte y el espíritu misionero heredado a las congregaciones religiosas que fundó, también destacó que en los niños está el futuro de la misión, por eso es impor-tante educarlos.
Amigos y bienhechores combonianos disfruta-ron de un ambiente festivo y cordial, del día solea-do, de las amenas conversaciones con misioneros, del grupo musical latinoamericano, de bailables regionales y, por supuesto, del ideal misionero de san Daniel Comboni.
REDACCIóN
El 13 de octubre se realizó el encuentro con damas y bienhechores combonianos en el seminario que alberga las etapas de postu-
lantado y Año propedéutico en San Francisco del Rincón, Guanajuato; a donde también llegó gente de Dolores Hidalgo, Pénjamo, Nochistlán, Peribán, y Aguascalientes. Sumaban más de 200 personas.
Por la mañana se les dio la bienvenida, y luego, el padre Fernando González presentó los servicios que realiza el seminario de «San Pancho». Al enfatizar que «el sueño de todo misionero es salir a anunciar a Cristo», el padre Fernando compartió su testimonio en Sudán del Sur, pueblo marcado por una guerra que duró 22 años, hasta que logró su independencia de Sudán en 2008. Esta lucha provocó una «sed de Dios» en la población, misma que pidió misioneros que proclamaran el Evangelio; así llegaron los com-bonianos a esta zona.
El encuentro concluyó al mediodía con la euca-ristía, en donde aconteció el envío misionero del pa-dre Francisco Galicia a República Centroafricana y se agradeció a los colaboradores de la obra combo-niana, porque con sus oraciones, sacrificios y apor-tación económica hacen posible la obra de anunciar a Cristo hasta los últimos rincones de la Tierra.
P. Fernando CORTÉS B. mccj
Kermés misionera
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San Franciscodel Rincón, Gto.
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características del Dios de Jesús es que apuesta por el Reino, que se experimenta, que libera, que se encarna y «se deja encontrar por aquellos que lo buscan con sincero corazón». El verdadero Dios, como dice el papa Francisco, «es el Dios fiel, aquel que mantiene sus promesas y permite comprender su designio a lo largo del tiempo».
En tu proceso vocacional es importante discernir si te relacionas con un ídolo o has entrado en la dimensión del Dios de Jesús, dejándote transformar desde lo más hondo. Responder a la llamada
es, por tanto, un proceso que implica salir de sí, despojarse de los ídolos para embarcarse con fe en la búsqueda del verdadero rostro de Dios. En este sentido, la vocación es una invitación a mirar a Jesús, que es la persona más «fiable y experta en las cosas de Dios». «Creer a Jesús» y «como Jesús», constituye el núcleo de la experiencia cristiana, que nos abre radicalmente «a un Amor que nos precede y nos transforma desde dentro, que obra en nosotros y con nosotros».
Ciudad de MéxicoP. Rubén Padilla
Tel. (01 55) 56 76 05 67y (01 55) 56 41 65 11
[email protected]@yomisionero.com.mx
Encuentro con damas y bienhechores combonianos
60 45noviembre 2013
Fiestas misioneras
6046 Esquila Misional noviembre 2013
EXPRESIÓN Y CULTURAÁfrica y Europa unen esfuerzos para combatir la desertificación,
mejorar la seguridad alimentaria y contribuir a la adaptación al cambio climático. Esquila Misional presenta a sus lectores en qué consiste
este gran proyecto de desarrollo ecológico y sustentable.
Para frenar el avance del desierto en la zona del Sahara y del Sahel, que se extiende de-vorando toda la vegetación que encuentra
a su paso, en 2007, la Unión Europea, la Comi-sión Económica de Naciones Unidas para África, la Organización de Naciones Unidas para la Ali-mentación y la Agricultura y la Unión Africana –que aportó 1.4 millones de euros– pusieron en marcha la construcción de la «Gran Muralla Verde», una espesa barrera de árboles y arbustos que se ex-tenderá a lo largo de 7 mil kilómetros, desde Dakar hasta Yibuti. Dicho proyecto internacional está
destinado a contrarrestar dos grandes problemas de la región, uno ecológico, la desertificación y de-gradación de la tierra; y otro económico, causado por el éxodo rural y la pobreza.
Coordinado por Senegal, participa la Comu-nidad de Estados del Sahel y del Sahara (CEN-SAD), Mauritania, Malí, Burkina Faso, Níger, Ni-geria, Chad, Sudán, Eritrea, Etiopía y Yibuti, que se comprometió a luchar en favor de este pro-yecto, lo que proporcionará al planeta «un nuevo pulmón verde», expresó el presidente senegalés Maitre Abdoulaye Wade. Además, se prevé que dicha muralla, con sus 15 kilómetros de ancho, permita el desarrollo de la pesca y la ganadería a lo largo de todo su perímetro en un plazo mínimo de tres años.
Según cifras oficiales, África pierde 4 millones de hectáreas de selva cada año, el doble del prome-dio del resto del mundo. La desertificación afecta a más de mil millones de personas en todo el planeta y particularmente en África, dónde dos tercios de la cubierta terrestre están formados por zonas áridas o desiertos. La desertificación también afecta a las zonas áridas, resultado de los efectos combinados de la degradación de los suelos, la deforestación y el agotamiento de las tierras.
A los cristianos nos toca apoyar e impulsar estos proyectos que nos permiten vivir de manera más armónica cuidando este planeta que Dios nos dio para vivir.
Por: Lulú
Gran Muralla Verde
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El objetivo es frenar el avance del desierto
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Beca completa: $12,000.00 Beca parcial: $ 6,000.00
Si no puede ir, ayude a enviar¡Funde una beca!
El mundo necesita de su ayuda. Ofrezca sus oraciones, sacrificiosy apoyo material para llevar el Evangelio a aquellos que no lo conocen
Misioneros CombonianosPonciano Arriaga, 10 - Col. Tabacalera - Apdo. 32-0333 - 06030 México, DF. - Tel. (01 55) 55 92 38 33 - Fax (0155) 55 35 69 60
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Ayude a un joven a realizar su vocación misionera. El mejor regalo para la misión es un misionero más y es una manera de agradecer a Dios por la fe recibida.
La Beca es una suma de dinero con la que contribuye a la formación de un joven aspirante a la vida misionera, sacerdote o hermano. Al fundar una Beca participará en la tarea misionera de la Iglesia y será recordado diariamente en una eucaristía
celebrada por los misioneros combonianos.
Si lo prefiere, realice una transferencia bancaria (clabes interbancarias)
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El sacerdote comboniano Rubén Bojórquez, originario de El Paso, Sinaloa, lleva seis años en Malawi
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6048 Esquila Misional
El Rosario MisioneroP. Jorge García Castillo
El culto mariano tiene como objetivo reconocer el papel que María ha jugado, y lo sigue haciendo, en la economía de la salvación; porque ella, libre y totalmente, ha aceptado ser la madre del Salvador. Por otra parte, el Rosario medita los misterios de la encarnación, ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo y en la activa participación de María en estos acontecimientos.
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Sufrimiento y redenciónMons. Eugenio Lira RugarcíaMonseñor Lira nos ayuda a encon-trarnos con la única persona (Jesús) que, habiendo probado hasta el fondo el dolor, se nos ofrece como sentido y esperanza que, si bien no logra liberarnos de las garras del
dolor, sí nos muestra la manera de llevar nuestro sufrimiento para alcanzar la plenitud y la eternidad.
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Biblia de AméricaTraducción íntegra de los textos originales con introducciones, notas, mapas, cronología y voca-bulario bíblico. Es la séptima edi-ción, aprobada por la Conferencia del Espiscopado Mexicano.
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La herencia de san Daniel ComboniP. Erasmo Bautista LucasEn este libro encontrará una antología de artículos escritos a lo largo de varios años, en los que el autor ofrece un perfil nuevo de san Daniel Comboni, el «gran apóstol de África» (1831-1881).
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Mons. Novelo PederziniLa edición mexicana del libro salió hace ya varias décadas y ha tenido gran éxito. Se han agotado innume-rables ediciones. Pero desde que el escrito vio la luz por primera vez hasta nuestros días muchas cosas han cambiado… entre ellas, la percepción del dolor y del sufrimiento y la manera de encararlos.
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Para una mayor formación misionera, le sugerimos...
