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    HACIA EL TEMPLODE ANNIE BESANT

    Un aporte de:www.formarse.com.ar

    PRIMERA CONFERENCIA

    PURIFICACIN

    S fuera posible colocarnos con el pensamiento en un punto cntrico del espacio desde dondeel curso de la evolucin y estudiar la historia de nuestra cadena planetaria, no tanto en el aspfsico, astral y mental de los mundos que la componen, como si los viramos representaimaginativamente, opino que contemplando de esta suerte en aquellos evolucionantes grunuestra evolucionante humanidad, podramos formar un cuadro del conjunto. Veo alzada enespacio una ingente montaa con un sendero que por su falda serpentea hasta llegar a la cumdando en derredor siete vueltas y en cada vuelta siete estaciones donde los peregrin permanecen durante cierto tiempo y por las cuales han de ir ascendiendo de vuelta en vuelta.1 Elsendero rodea la montaa en lnea espiral, y al llegar a la cumbre conduce hacia un magnfTemplo, como de mrmol blanco, que all se alza esplendoroso y fulgurante contra el azul etEste Templo es la meta de la peregrinacin, y quienes en l estn han terminado ya su carrercuanto a la ascensin de la montada se refiere, y nicamente permanecen all para ayudar aque todava van subiendo. Si miramos ms de cerca el Templo para ver cmo est construiadvertiremos que en su centro hay un Lugar Santsimo o Sancta Sanctorum rodeado en crcconcntricos por cuatro Atrios o Recintos, todos ellos en el rea del Templo y separados uno1 La peregrinacin de la humanidad durante su presente ciclo evolutivo consiste en pasar sveces por una cadena de siete globos. En cada globo se detiene muchos millones de aos dursiete veces y por lo tanto, como los globos son siete, hay cuarenta y nueve detenciones.

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    otro por un circuito amurallado, de suerte que para pasar de uno a otro Atrio o Recinto, haatravesar el viajero el nico portal que hay en cada circuito. As es que para llegar al centroTemplo, todos han de cruzar los cuatro portales sucesivos. Pero afuera del Templo hay todaotro cercado, el Recinto Externo, en donde hay muchsimos ms que dentro del Temp

    Contemplando el Templo con sus Atrios y el montesino sendero que abajo serpentea, vemoello una alegora de la evolucin humana. El sendero es el camino que huella la raza y su metel Templo. A lo largo del camino que rodea la montaa se ve una vasta masa de seres humaquienes suben lentamente, paso a paso, pareciendo a veces como si por cada paso adelante diotro atrs, y aunque la masa en conjunto se dirige hacia arriba, sube tan despacio que apenanota su ascenso. Esta evolucin eoniana de la raza, siempre ascendente, es tan lenta, cansad penosa, que no se comprende cmo los peregrinos tienen alientos para tan prolongada subMillones de aos se necesitaran para delinear el camino alrededor de la montaa y otros ta para seguir los pasos de un peregrino que lo huella durante dicho tiempo en interminable sucede vidas, empleadas todas en subir, de suerte que nos cansaramos de contemplar estas innurables multitudes que tan lentamente suben hollando vuelta tras vuelta a medida que ascien

    por el espiral sendero. Por qu suben tan despacio? Cmo es tan larga la jornada de esmillones de hombres? Por qu se esfuerzan siempre en llegar al Templo que en la cumbrealza? Al contemplarlos parece que andan tan despacio porque no ven su meta ni saben en direccin caminan. Al observar a uno u otro en el sendero, los vemos siempre desviarse, atrahacia all o acull y sin propsito en su desvo. No van en derechura como si emprendierannegocio, sino que vagan de un lado a otro a manera de chiquillos que corren para coger aqu flor o cazar all una mariposa. As es que malgastan todo el tiempo y poco han adelantacuando al fin de la marcha de aquel da sobreviene la noche. Al mirarlos parece como sitambin lento progreso intelectual no lograra apresurarles el paso. Los de inteligencia escamente desarrollada se echan a dormir despus de cada da de vida casi en el mismo sitio en estaban el da precedente; y los de inteligencia superior tambin andan muy despacio y apeadelantan en cada da de vida. Al verlos as subir, nuestro corazn se apesadumbra y nos extrque no levanten la vista para comprender la direccin en que los conduce su sendero. En cual Recinto Externo que han alcanzado algunos peregrinos delanteros, no slo se llega asiguiendo el camino espiral de la montaa, sino que puede alcanzarse desde diversos puntoeste camino, por atajos que en vez de rodear la montaa se abren derechamente por su fald puede recorrerlos el peregrino de animoso corazn y robustos miembros. Al indagar la causque algunos encuentren un camino ms recto que sus compaeros para llegar al Recinto Extevemos que su primer paso es apartarse del dilatadsimo camino espiral y dirigirse en derechhacia el Recinto Externo, que puede alcanzarse desde cualquier punto del camino cuando el aque acaso durante milenios ha ido volteando reconoce por vez primera que su viaje tiene finalidad y percibe siquiera momentneamente un vislumbre del Templo erigido en la cimPorque este alto Templo irradia su luz por la falda de la montaa y durante un momentodistingue el peregrino que acierta a levantar sus ojos apartndolos de las flores, guijarromariposas del camino, y que despus de columbrarlo siquiera momentneamente ya no vuelser del todo el mismo que fuera hasta entonces, pues, aunque instantneamente ha reconocidometa y una finalidad. Por un momento ha vislumbrado la cumbre hacia que asciende ydescubierto el escarpado, pero mucho ms corto sendero que conduce derechamente ladarriba, allende la cual refulge el Templo. Adems del rodeo que da el camino por la falda dmontaa, da tambin vueltas en s mismo, de suerte que cada espira de la montaa tiene s

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    vueltas que se tardan mucho en recorrer. As es que en el momento de vislumbrar la meta y percatarse de que en vez de ir subiendo por las siete vueltas enteras y la multitud de menorodeos del camino ascendente, puede tomar el sendero que directamente conduce a vislumbrada meta, entonces comprende el alma que este sendero de atajo se llama Servicio y

    ha de entrar en l por una puerta en cuyo dintel resplandece con letras de oro el lema: ServicioHombre. Comprende entonces el alma que aun antes de llegar al Recinto Externo del Templode cruzar esta puerta y convencerse de que la vida tiene par finalidad el servicio y no el egosy que el nico modo de ascender ms rpidamente es ayudar a subir a los rezagados para quereciban todos del Templo ms eficaz auxilio del que fuera posible de otro modo. Segn dijealma tiene tan slo un vislumbre instantneo, un relmpago que brilla y se desvanece enmomento, porque nicamente hiri sus ojos uno de los rayos de luz que brotan de la cumbre dmontaa, y como hay tantos y tan atractivos objetos esparcidos a lo largo del sinuoso camifcilmente se vuelve a ellos la mirada del alma. Sin embargo, una vez vista la luz cabe posibilidad de verla con mayor facilidad de nuevo, y cuando el alma ha tenido siquiera una fue imaginativa representacin de la meta de sus acciones y del deber y eficacia del servicio

    queda siempre el anhelo de hollar el corto sendero que derechamente conduce cuesta arriba alcinto Externo del Templo. Despus de esta primera visin, sobrevienen de cuando en cua pasajeros resplandores, y al cabo de das de esta prolongada ascensin vuelve a tener el alma vislumbre ms brillante acaso que el anterior. Entonces vemos que las almas que siquiera pormomento reconocieron el propsito y la finalidad de la vida, empiezan a subir con mayresolucin que sus compaeras, y aunque todava siguen por el sinuoso camino, practican firmemente la virtud y profesan con sincera persistencia la religin que les ensea a subir pocuesta y cmo alcanzar finalmente el Templo. As las almas que han vislumbrado este positrmino y se sienten atradas hacia el sendero que a l conduce, se distinguen algn tanto dedems por su diligencia y vigilancia, y van a la vanguardia de la innumerable multitud que su por el camino. Dichas almas andan ms deprisa porque tienen un definido propsito en su vicomprenden la direccin que llevan, y aunque muy imperfectamente todava empiezan a maren pos de un ideal y se esfuerzan en vivir con determinada finalidad. Pero aunque apereconozcan la verdadera ndole de esta finalidad, pues ms bien tienen vaga intuicin que exconcepto de su camino, ya no vagan a la ventura de uno a otro lado, tan pronto subiendo un pcomo bajando otro tanto, sino que resueltamente ascienden por el sinuoso camino y cada adelantan algo ms hasta que distintamente se colocan a la cabeza de las multitudes espiritualidad de vida, en la prctica de la virtud y en el creciente anhelo de servir al prjimoesta suerte caminan ms rpidamente hacia la cumbre, aunque todava vayan por el sinucamino, se disciplinan sistemticamente y procuran ayudar a sus compaeros para que puesubir al mismo paso que ellos. Como quiera que van un poco ms deprisa, siempre estn tdiendo las auxiliadoras manos a los de su alrededor para estimularlos a subir ms presurososel camino. De pronto, los auxiliadores y los auxiliados a quienes aman y sirven, encuentran ecamino una hermosa Figura, aunque a primera vista de aspecto algn tanto adusto, que les hy les dice algo de un ms corto sendero. Sabemos que esta Figura que les sale al paso esConocimiento, quien susurra en su odo las condiciones de un ms rpido progreso. La Religque los ayud a practicar la virtud es, por decirlo as, hermana del Conocimiento, y tambinhermano suyo el Servicio del Hombre. Esta trina hermandad se hace entonces cargo del alhasta que sobreviene por fin una ms flgida aurora y un ms pleno reconocimiento, de suque el alma define con mayor fijeza el propsito de su ascensin, y en vez de contraerse a so

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    en el porvenir, incorpora concretamente este sueo a su propsito y reconoce que el servicioley de la vida. Con deliberada intencin brota suavemente de los labios del alma la promesayudar al progreso de la humanidad. Es su primer voto de entregarse alguna vez al servicio draza, y aunque todava no hay pleno designio en este voto, entraa la promesa de l. Dice ci

    Escritura que uno de los grandes Seres holl el corto Sendero y subi por el spero camino rapidez bastante para dejar atrs a toda su raza y colocarse solo en la vanguardia como primic promesa de la humanidad. Fue el que en ulteriores edades alcanz la dignidad de Buddha, y dse dice que perfeccion su voto kalpa tras kalpa porque la obra que haba de coronar su vida t por comienzo la promesa de servicio. Este voto del alma la liga con los grandes Seres precedey constituye por as decirlo el lazo que la atrae hacia el Sendero probatorio que a travs Recinto Externo la conduce a la misma entrada del Templo. Por fin, despus de muchas vidatrabajosos esfuerzos en que en una tras otra va creciendo el alma en pureza, sabidura y noblmanifiesta clara y distintamente su ya firme voluntad; y cuando esta voluntad se declaraexplcito y definido propsito, no como el murmullo que ansa sino como la palabra que ordentonces esta resuelta voluntad llama a la puerta de entrada al Recinto Externo del Templo

    llama con golpes que nadie puede desor, porque entraan la energa del alma determinadtriunfar y que ha aprendido lo bastante para advertir la magnitud de la tarea que va a emprenEl alma situada ante la puerta del Recinto Externo conoce lo que se esfuerza en cumplir y percata de la enormidad de las dificultades que la esperan. Porque la tarea consiste nada meque en trascender a su raza, a esa misma raza que ha de subir volteando durante infinidad delenios en fatigosa sucesin de globo a globo de la cadena planetaria. La valerosa alma que lla la puerta del Recinto Externo se propone escalar toda la montaa en slo unas cuantas vihumanas y subir paso a paso por la ms escarpada cuesta para seguir el sendero qderechamente la lleve al Lugar Santsimo. Se propone realizar en el espacio de tiempo abarcan unas pocas vidas, todo cuanto la raza ha de tardar miradas de vidas en cumplir. Tcolosal es esta tarea, que el cerebro se abisma en vrtigos ante su dificultad. Es tan magna quealma que la emprende casi pudiera decirse que ya empieza a convencerse de su divinidad y domnipotencia en ella subyacente, pues seguramente es tarea digna de un Dios hacer en ucuantas vidas, desde el punto del ciclo en que ahora est la humanidad, todo cuanto la humanen conjunto ha de hacer no slo en las razas que todava faltan de la ronda actual sino enrondas futuras. La realizacin de esta tarea significa que el divino poder se perfecciona enforma humana. La puerta se abre al llamar el alma, que entra en el Recinto Externo por dondde ir paso a paso hasta llegar al primero de los cuatro portales de las grandes Iniciaciones conducen al Templo. Pero no podr pasar ms all del primer portal ninguna alma que no habrazado para siempre lo Eterno y desprenddose de su inters por las cosas transitorias qucircundan, pues una vez entrada el alma en el primer recinto interno del Templo, que a travslos otros tres conduce al Lugar Santsimo, ya no vuelve a salir jams. Ha escogido su suerte todos los futuros milenios y est en un sitio que nadie abandona luego de entrar en l. La primgran Iniciacin pertenece al interior del Templo; pero el alma cuyo progreso trazamos no htodava ms que prepararse en el Recinto Externo para en vidas venideras recorrer las siete etaque conducen al primer portal, en espera de que se le permita cruzar el dintel del Templo. Potanto, cul debe ser su obra en el Recinto Externo? cmo ha de gobernar all su conducta ser digna de llamar a la puerta del Templo? Tal es el tema de que voy a tratar aunque tan s pueda convenir a la minora de oyentes y lectores, pues bien s que al describir el ReciExterno, acaso diga algo que pueda parecer desagradable y aun repulsivo. Bastante penos

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    hallar el camino del Recinto Externo y no poco difcil la prctica de la religin y el ejerciciolas virtudes que capacitan al alma humana para llamar a la puerta de este Recinto Externo rodea el Templo, y quienes en l entran progresaron mucho en su pasado, aunque sin duda la vque all ha de llevarse les parecer muy poco atractiva a los que an no han reconoci

    definitivamente el objeto y fin de su existencia. Porque conviene advertir que en el ReciExterno solamente estn quienes resueltamente se han dedicado al servicio; quienes tododieron sin pedir nada en cambio, sino el privilegio de servir; quienes reconocen en absoluttransitoria naturaleza de las cosas terrenas y emprendiendo concretamente la tarea que proponen realizar, vuelven la espalda a los floridos senderos que circundan la montaa, cofirme determinacin de ascender derechamente por ella, cueste lo que cueste y a pesar decotidianos esfuerzos que hayan de hacer en la rpida sucesin de los das de su vida. Mucho sde luchar en el Recinto Externo, porque tambin se ha de hacer all mucho en poco tiempo. Pmayor claridad de la explicacin he dividido en cinco partes, aspectos o etapas la tarea del aen el Recinto Externo; pero entindase bien que en realidad no hay tales divisiones ni aspectoetapas, porque se han de cumplir al mismo tiempo en simultanea actuacin de perfeccionamie

    He dado a estas divisiones arbitrarias los ttulos de: Purificacin, Gobierno del pensamienFormacin del carcter, Alquimia espiritual y En el dintel. Repito que no se ha de tomseparadamente cada una de estas divisiones, pues todo cuanto significan ha de hacerse amismo tiempo y es simultnea obra del alma que pasa sus vidas en el Recinto Externo, debiellevarla a cabo siquiera parcialmente antes de atreverse a llegar a la puerta del TempTrataremos sucesivamente de estas divisiones con objeto de mejor comprenderlas; pero infiriedel bosquejo que de ellas haga, que no necesita el alma cumplirlas con toda perfeccin, sinoslo parcialmente, para llegar al portal de la primera Iniciacin. Bstale luchar con algn xcomprender su obra y hacerla diligentemente, pues cuando con entera perfeccin la cumentrar en el Lugar Santsimo. Por lo tanto, parte de su obra ha de ser la purificacin denaturaleza inferior hasta que todas sus molculas vibren en perfecta armona con la superhasta que sea puro todo cuanto pertenece al temporal aspecto del hombre a que llamam personalidad y no es el permanente individuo sino tan slo el conjunto de cualidadecaractersticas de que el individuo se rodea en el transcurso de cada una de sus varias vidConstituyen la personalidad las externas cualidades y atributos que envuelven y de que se revel alma, llevndolas a veces consigo de una a otra vida; todo cuanto toma al reencarnar; lo elabora durante la encarnacin; y en fin, cuanto la permanente individualidad atrae a su alreddurante la vida terrena y cuya esencia absorbe para infundirla en su evolucionante y eterno Yoseor Sinnett ha empleado recientemente la frase: fidelidad al Yo superior, que simboliza m bien la situacin del alma en el momento de entrar deliberadamente en el Recinto Externo yla obra que ante ella se extiende. Es una frase muy a propsito, cuando bien entendida, para cribir la actitud del alma en semejantes circunstancias, pues significa la deliberada decisinrepudiar todo lo temporal y perteneciente a la personalidad, de suerte que todas las vidas quhayan de pasar en este bajo mundo se empleen en reunir materiales tiles para transmitirloEgo que vive y crece de lo que la personalidad le proporciona. Tambin significa que la pernalidad o yo inferior ha de advertir que esencialmente es uno con el Yo superior, por lo queactuacin en el mundo ha de ser la del temporneo agente que acopia cuanto el perpetuo necesita, y en consecuencia ha de resolverse a dedicar toda su vida terrena a este servicio, pue propsito de la vida es sencillamente el acopio de materiales transmisibles al Yo superior qurealmente la esencia de la personalidad y mediante la asimilacin de los materiales acopiado

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    capacita para ir formando la siempre creciente individualidad, superior en todo caso a personalidad de una vida. La fidelidad al Yo superior significa el reconocimiento por parteinferior de este servicio, o sea que el yo inferior ya no vivir por ms tiempo para s mismo scon el propsito de servir a lo perdurable; y as toda la vida pasada en el Recinto Externo lo e

    estricta fidelidad al Yo superior y toda obra all realizada lo ha de ser en provecho de la gEntidad ya reconocida como el verdadero Yo que ha de perdurar a travs de los siglos y ha dalcanzando cada vez ms plena vida por medio del deliberado y leal servicio que le prestmensajero por l enviado al mundo exterior. Las principales Escrituras sagradas del munhablan de esta obra diciendo que es el paso preliminar para el feliz encuentro del alma, y en de los ms importantes Upanishadas se lee que para encontrar un hombre su alma lo primeroha de hacer es apartarse de los malos caminos. Pues bien, yo me imagino al alma en el puntque est realizando esta obra, aunque la supongo ya apartada de los malos caminos antesentrar en el Recinto Externo, porque quienes all entran ya no estn por ms tiempo sujetos avulgares tentaciones de la vida terrena, pues las han trascendido y al encarnar en la vida queve dentro del Recinto Externo se habrn por lo menos apartado de los malos caminos, cesand

    andar gustosamente por ellos. Si acaso se les encuentra en uno de estos malos caminos seralgn desliz, inmediatamente refrenado, pues habrn nacido en el mundo con un estadoconciencia que repugna seguir la iniquidad cuando ante sus ojos aparece la justicia. Y aunquconciencia, no todava del todo experta, pueda ofuscarse a veces en la eleccin y escoger lo mantes de entrar en el Recinto Externo y aun despus de haber entrado, est no obstafervientemente anhelosa de escoger lo bueno. El yo inferior no se opondr entondeliberadamente a este anhelo, porque quien de intento contrara la voz de la conciencia noentrado an ni est en modo alguno dispuesto a entrar en el Recinto Externo. Las almas que eentran estn por lo menos resueltas a luchar por el bien y alegremente obedecen la voz dconciencia que les ordena escogerlo, sin que jams la desobedezcan deliberadamente. Vienemundo con mucho trecho de su ascendente camino ya recorrido y con resuelta voluntad de reacuanto les sea posible su conducta. Habrn de habrselas en el Recinto Externo no ya congroseras tentaciones mundanales sino con las sutilsimas y ardientes que asaltan al alma cuaha de abreviar el nmero de sus vidas y subir rpidamente la cuesta de la montaa. Entonceha de perder tiempo en escaramuzas con las tentaciones ni en la lenta adquisicin de la vir porque al llegar a los lmites del Recinto Externo del Templo debe seguir adelante y hacia arsin detenerse. Tropezar con dificultades y la acometern tentaciones de ndole intelectual, cola ambicin, el orgullo y el engreimiento de sus adelantos y la firmemente egosta retencin provecho propio de sus xitos. Pero no solamente sentir el alma este vigoroso empujeambicin y orgullo que egostamente levantara una valla entre s misma y las que estnsituacin inferior, sino que tambin la acosar el ansia de conocimiento egosta para emplems bien en contra que en beneficio del mundo. Esta tentacin se disfraza con el antifaz de aal conocimiento y a la verdad por s mismos; pero cuando el alma ve ms clara y agudamedescubre que este supuesto amor anheloso no es otra cosa que el deseo de separarse de prjimos, poseer lo de que ellos no pueden participar y fruir de lo que no les dar a gozar. Esentimiento de separatividad es uno de los mayores peligros de la evolucionante alma, y aunhaya entrado en el Recinto Externo la tentar el orgulloso deseo de aprender, prosperar y vencon objeto de lograr exclusivamente para s lo que los dems no logren. Ver el almaconocimiento a su inmediato alcance y desear adquirirlo; ver el podero junto a su mandesear ejercerlo. Aunque este deseo tenga por mvil principal el servicio del prjimo, cab

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    posibilidad de que tambin mueva al alma la ambicin de superioridad y se incline a levantarvalla que cerque en su egosta provecho el conocimiento y poder adquiridos. Sin embargotarda el alma en comprender que para atravesar el Recinto Externo y llegar al portal que ante pasos refulge, le es indispensable desprenderse de su ambicin y orgullo intelectual, del ego

    deseo de conocimiento, de todo cuanto la separe de las almas hermanas. As empieza a purifsu naturaleza intelectual, escudriando los mviles de su esfuerzo y de su accin, y eminndose cuidadosamente a la luz que sin cesar irradia a travs de las ventanas del Templilumina con rayos de Vida espiritual el Recinto Externo. Esta luz hace ms densas las sombra su resplandor se ensombrecen las cosas que tan brillantes parecan en el mundo inferiEntonces comprender el alma que tambin ha de purificar el concupiscente deseo que contrajo en su personalidad y entremezclado est con el deseo intelectual. Deliberadameemprender esta obra de purificacin, disponindose con firme, consciente y resuelto propsieliminar todo cuanto halague a la personalidad y de un modo u otro separe al alma tanto deque estn debajo como de las que estn arriba. Una de las lecciones aprendidas por el alma eRecinto Externo es que el nico medio de abrir las puertas del Templo es derribar las vallas

    la separan de las almas inferiores. En cuanto el alma derribe estas vallas, se desmoronarn pomismas las que la separaban de las almas superiores, porque slo se abrir la puerta del Tem para quien deseoso de cruzarla, derribe las vallas de su personal naturaleza y anhele compacon todos cuanto logre. As comienza el alma a purificar la naturaleza concupiscente, eliminadel yo inferior todo elemento personal. Cmo purificarlo? No hay que destruirlo, pues cuaacopia sirve de experiencia que se convierte en facultad y se transmuta en poder; y precisamahora necesita de todos los poderes que ha ido acopiando durante el camino recorrido, por lo no destruir cuanto acopi, sino que aprovechar los poderes adquiridos, aunque purificados yen bruto. Cmo purificarlos? Le parece al alma que fuera mucho ms fcil destruirlos, quenecesitara tanta paciencia para anular algunas de las adquiridas cualidades, y se le figura posaniquilarlas de un golpe para desembarazarse de ellas. Sin embargo, no es as como podr enen el Templo, sino que en su dintel ha de ofrecer en sacrificio cuanto acopi en el pasado, tocuanto transmut en potencias y facultades. No ha de entrar all con las manos vacas sllevando consigo cuanto acopi en su vida inferior. As en vez de atreverse a destruir, harealizar la ms penosa obra de purificacin, reteniendo la esencia de todas las cualidades, al pque elimine de ellas cuanto sea personal. Las aprendidas lecciones de virtud o de vicio experiencias acopiadas en el transcurso de su anterior peregrinacin, por lo que debe el atomar consigo la esencia de las cualidades como resultado de su precedente ascenso; pero dtomarla como pursimo oro que ofrecer ante el altar sin la ms leve partcula de escorExaminemos alguna de estas cualidades a fin de ver claramente lo que significa la purificac pues si la comprendemos en cuanto a una o dos cualidades, no habr inconveniente en extenda las dems, pues lo importante es saber cmo se ha de llevar a cabo la obra de la purificacConsideremos primero una poderosa fuerza que todo ser humano vigoriza en las etapas inferide su desarrollo, arrastra consigo segn va evolucionando y por ltimo ha de purificar. Etremenda fuerza o cualidad, cuya nfima forma es la ira o clera y que le sirve al hombre pabrirse paso en el mundo, combatir en las batallas de la vida y vencer muchas veces tooposicin, surge del alma a travs de la baja naturaleza, y en las primeras etapas de su evoluccuando vence las dificultades que le obstruyen el paso en el mundo inferior, antes de aprendgobernarla y dirigirla es una energa indisciplinada, valiosa por ser tremenda energa, pdestructora en sus mundanos efectos por estar indisciplinada. Antes de entrar en el Reci

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    Externo ha de haber transmutado algn tanto el hombre esta energa del alma, en una posivirtud dilatadamente ejercitada en la vida del mundo con los nombres de noble indignaciaborrecimiento de la iniquidad, la bajeza, la villana y la crueldad, y apasionamiento po justicia, prestando excelentes servicios al mundo profano con estas diversas modalidades

    destructora energa. Porque antes de entrar en el Recinto Externo ha estado el hombre trabaja para el mundo y practicando esta virtud, de suerte que su pasin estall contra la cruelinfligida al dbil y le indignaron las injusticias de los tiranos. En el ejercicio de esta virtaprendi a eliminar de ella muchas escorias; porque la clera que senta en sus primeras vidasegosta y provocada por los agravios o injurias inferidos a su persona. Entonces devolva go por golpe; pero ya ahora hace largo tiempo que venci la brutal iracundia de la naturaleza infeque se manifiesta en destructora energa contra los perjuicios personales y al mal correspondeel mal y al odio con el odio. Antes de entrar en el Recinto Externo ha ya transpuesto el homesta primitiva etapa, aprendiendo a transmutar la colrica energa en l existente. La ha purificnotablemente del personal elemento y es capaz de airarse no tanto por los agravios que reccomo por las injusticias que en los dems recaigan. Le indigna ms la vejacin ajena que

    propia y cuando ve que el fuerte atropella cruelmente al desvalido arremete contra aqul en fde ste. As acostumbr a la santa ira a vencer a la ira brutal; as la noble pasin sofoc la paanimal de la naturaleza inferior y en las ya lejanamente pasadas vidas aprendi a eliminargroseras cualidades de la pasin, a no airarse por las ofensas que se le infieran sino en benefde aquellos a quienes desee ayudar. Recordemos que este hombre haba reconocido desde mutiempo antes el deber del servicio, uno de cuyos medios era la debelacin de los opresores abatimiento de los tiranos. Su ira flameaba ardientemente contra todas las formas de iniquidaapoyo del dbil y su actuacin fue acaso heroica en el mundo; pero en la tranquila atmsferaAtrio del Templo, iluminada por los rayos de absoluta compasin que emanan del LuSantsimo, no hay lugar para ninguna modalidad de iracundia ni aun siquiera para la que edepurada de personales antagonismos. Porque el aspirante sabe ya que tambin los inicuos hermanos suyos, y que con su iniquidad sufren ms que los afligidos por ella. Aprendi quenoble indignacin contra las injusticias, su apasionamiento por la rectitud, el fuego encendidsu pecho para consumir una tirana que no le oprime, no es la caracterstica del alma queesfuerza por acercarse a la Divinidad, pues la Vida divina ama a todas las criaturas que envmundo sea cual sea su nivel y por muy atrasadas que estn en su evolucin. El amor deDivinidad que todo lo eman nada tiene fuera de s. La Vida divina es el ncleo de todo cuaexiste y tan presente est Dios en el corazn del malvado como en el del santo. En el ReciExterno se reconoce a la Divinidad, por tupidos velos que la oculten, porque all se abren los del Espritu y no hay velo alguno entre l y el Yo de los dems hombres. Por lo tanto, esta noindignacin se ha de purificar hasta limpiarla de toda clera y convertirla en una energa que ndeje fuera de su auxiliadora ndole; hasta que esta potente energa del alma sea pura en absolcapaz de ayudar en la misma medida al tirano y al esclavo y de abarcar dentro de sus lmiteopresor y al oprimido. Porque los Salvadores de hombres no escogen a quienes han de ser pues Su servicio no tiene lmites y por servir a todos sin distincin no odian a nadie enuniverso. Lo que un tiempo fue clera se ha convertido por la purificacin en amparo al dimpersonal oposicin al malvado y perfecta justicia con todos. Lo mismo que purifica la cha de purificar el amor, cuyas primitivas modalidades, cuando el alma empezaba a evoluciofueron tal vez obscenas y groseras sin otro atractivo que la forma, con egosmo tal que ni siquse conturbaba por lo que pudiese sucederle al objeto de su amor. Segn progresa el alma, md

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    el carcter del amor y es ms noble, menos egosta, menos personal hasta que se adhiere naturaleza superior del amado en vez de apegarse al aspecto externo, y se enaltece y purificamor sensual. Pero an ha de ser todava ms puro cuando el candidato entra en el ReciExterno del Templo, porque entonces su amor ha de haber empezado a perder su exclusivism

    manteniendo ms ardoroso su fuego, extendindolo a mayor esfera de accin y purificndolotodo cuanto sea de naturaleza inferior. Esto significa que el amor de quien ha entrado enRecinto Externo debe tener por propsito el servir al objeto amado y no a s mismo, con la m puesta en lo que puede dar y no en lo que puede recibir. De esta suerte ir el amor divinizangradualmente su ndole y efundindose en proporcin a la necesidad ms bien que a la vala drecompensa. Cuando el alma se esfuerce de este modo en la purificacin podr aplicar cie pruebas a todo el procedimiento por el cual pasa, y al valerse de su energa para hacer alservicio a la humanidad, utilizar en este servicio como lanza de Ithuriel, la ausencia personalismo, observando lo que en respuesta surge al bote de la lanza. Si al prestar un servicconcentrar su energa en la realizacin de algo que le parezca meritorio, analiza esta obra ymotivos advirtiendo que el yo est sutilmente entremezclado con la energa, que no le inter

    tanto el xito de la obra como el obrero, y que el descontento amarga la copa de su deleite alque otro lleva a cabo la obra en que l fracas, prueba ser entonces de que todava predominel alma la personalidad, pues de lo contrario hubiera procurado tan slo el feliz xito del servaunque no contribuyera a l. Si nota el torcedor del disgusto en el fracaso personal, siesterilidad de sus esfuerzos le deprimen y desalientan, y anublan por un momento su paserenidad, echa de ver entonces que en aquel torcedor y en estas nubes hay todava algo personalismo que es preciso eliminar y en consecuencia emprende la tarea de desembarazarsesta debilidad y desvanecer las nubes de los ojos del alma. Si al medir y comprobar la ndolesu amor advierte algo de frialdad y disgusto cuando la persona amada se muestra indiferente addivas a pesar de amarla y servirla intensa y noblemente; si observa que el flujo de su am propende a retroceder e interrumpir su curso porque las personas amadas no corresponden amor, tambin entonces el alma, tan severa consigo misma como compasiva con las demconoce que todava queda en ella algo de personalismo, que an obra con fines egostas yhalla su ms acabado gozo en la estricta gloria del servicio. Por lo tanto, el alma que est eRecinto Externo del Templo procede a eliminar los residuos de personalismo hasta que el am brota sin pedir recompensa ni esperar correspondencia, porque verdaderamente comprendalma que mayor necesidad de amor hay en quienes a l no corresponden, y por lo tanto estn necesitadas de recibirlo las almas que en su presente estado no sienten el amor de auxilio. De suerte trabaja deliberadamente el alma en s misma por su desarrollo, purificando siemprnaturaleza inferior con incesantes esfuerzos e infatigable solicitud, sin jams compararse quienes estn por debajo sino con Aquellos que se hallan por encima. Alza los ojos hacia Quiya vencieron y no los baja hacia los que todava suben por el camino del Recinto Externo. puede el alma tener ni un instante de descanso ni de contento hasta que al acercarse a su mnota en s menos oposicin a recibir la luz de los Santos Seres que alcanzaron la divinidad. ERecinto Externo no le asalta al hombre la tentacin por sus vicios sino por sus virtudSutilmente le acomete la tentacin transfigurada en ngel de luz, sobre todo cuando el alma progresando, y embiste siempre contra lo ms noble y elevado, contra las virtudes, que a favola falta de conocimiento se convierten en tentaciones, pues como ya el alma ha transcendid punto en que pudiera tentarla o mancillarla el vicio, nicamente con mscara de virtud puedilusin extraviarla. As aprende a ser rigurosa y solcita consigo misma, porque sus prop

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    deslices y los de sus compaeras le han enseado plenamente que como las virtudes de difcumplimiento en el mundo interior son muy fciles para quienes estn en el Recinto Externoenemigo las roba, por decirlo as, para convertirlas en tentaciones con que hacerla vacilar eSendero. Por lo tanto, ha de saber el alma que su nica salvacin est en vivir baada por la

    del Yo superior, sin atreverse a llegar a la Puerta del Templo hasta que la Luz refulradiantemente en el interior de su ser, por lo cual ha de esforzarse siempre en hacerse solutamente difana. Porque cmo osara el alma penetrar en una Luz en cuya comparacines ms que sombra todo lo en la tierra luminoso? cmo atreverse a entrar en el seno de una cuyos flgidos rayos ofuscan alojo impuro de suerte que toda virtud terrena resulta imperfectoda belleza mundana es vulgarsima fealdad? cmo tener la audacia de entrar en el Tempante los ojos del Maestro, que la veran en toda su desnudez? cmo permanecer all con rasde impureza en su corazn, cuando tan slo una mancha ofendera la pura mirada del MaesPor lo tanto, en el Recinto Externo son alegras las mundanas tristezas y el sufrimiento purifdor es el ms bienvenido amigo. As es que el gran Yogui el dechado maestro y patrono de tolos yoguis permanece siempre ante el ara donde en su presencia consumen las llamas cua

    tocan; porque en el corazn de quienes estn en el Recinto Externo hay todava ocultos rinccitos an no penetrados por la luz, y antes de entrar en el Templo es preciso que las vivienllamas del Seor completen la purificadora obra, consumiendo cuanto se esconde en recovecos del corazn del futuro discpulo. Se ha entregado a su Seor y ya nada retiene. Egrandiosa ara sita ante la puerta del Templo arde el fuego abrasador que todos deben atraveantes de que se les abra la puerta. En el fuego y ms all del fuego aparece la figura del gYogui de quien brotan las llamas cuya purificante virtud toman de la gloria de Sus pies. El gMaestro acaba de purificar al discpulo, quien entra entonces por la puerta que para siemprsepara de todo inters del mundo inferior, menos el del servicio, de todo deseo humano, menode trabajar por la redencin de la humanidad. Nada hay ya en la tierra capaz de atraerle, porha visto el rostro de su Seor ante el cual palidece toda luz.

    SEGUNDA CONFERENCIA

    GOBIERNO DEL PENSAMIENTO

    En este punto ms que en otro alguno se ahonda la diferencia de criterio entre el virtuosecunime pensador profano y el ocultista. Por lo tanto hemos de ir paso a paso desde el princ para sealar la causa de esta diversidad de criterio acerca de la ndole de la mente, de su relaccon el hombre, de la influencia que ejerce en el desenvolvimiento de la naturaleza humana, defunciones y manera de efectuarlas. La diferencia de criterio acerca de todos estos extremdepender del punto de vista en que se coloque el pensador, del concepto general que del mutenga y de la posicin que en el mundo ocupe. Con objeto de estudiar debidamente esta matdel gobierno del pensamiento, veamos cmo la considerara un intelectual de mente equilibrsobrio en sus juicios y sin asomo de negligencia, frivolidad ni mundanera en la ordinaacepcin de estas palabras. Todo hombre bueno y virtuoso que deliberadamente se representaideal de virtud que se esfuerza en realizar y un concepto del deber que procura cumplir reco

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    cer, al representarse este ideal de virtud y formarse este concepto del deber, la necesidaddominar y dirigir la naturaleza inferior. En esto no hay divergencia alguna. El hombre virtuoquien nos referimos dir seguramente que se han de refrenar y someter las pasiones y apetitoscuerpo, las bajas emociones que atropellan a las gentes irreflexivas y atolondradas, el aspecto

    la naturaleza humana que acta desde el exterior de suerte que induce al hombre a obdesconsiderada, irreflexiva e impensadamente. Dir que todo esto es la naturaleza inferio procurar someterla a la obediencia de la superior. Si examinamos cuidadosamente el est psicolgico de un hombre tal, veremos que lo que en lenguaje vulgar llamamos un homequilibrado es capaz de gobernar mentalmente la naturaleza inferior, de suerte que pensamiento domine al deseo. Ms todava. Si con mayor detencin lo examinamos y advertien este hombre recia voluntad, carcter entero y conducta recta, que aun en circunstancdifciles acierta guiar en derechura su naturaleza inferior, colegiremos que tiene lo bastavigorizada la mente para no determinarse a la accin movido por circunstancias externas nilas atracciones que le rodeen y a las cuales responda la naturaleza animal, sino que veremos se determina a la accin por un cmulo de experiencias acopiadas en su memoria como recu

    de pasados sucesos y comparacin de sus consecuencias. La mente actu sobre todas esexperiencias ordenndolas, por decirlo as, y cotejndolas unas con otras, infiriendo de ellas un intelectual y lgico esfuerzo un definido resultado que la mente retiene como regla de cducta, y cuando el hombre equilibrado se ve en circunstancias crticas y conturbadoras, que allaran a una voluntad flaca y aun acaso a cualquiera persona vulgar, ajusta su conducta a la restablecida en el tranquilo instante en que no obraba activamente la naturaleza del deseo ncercaban tentaciones, sin consentir que lo desven de su camino los halagos o impulsos del mento. Al tratar con un hombre as es fcil conjeturar cmo se conducir, pues conocemos principios sobre que fundamenta su conducta y la modalidad de pensamiento predominante emente. De su entero, definido e ntegro carcter cabe inferir casi con seguridad que a pesarcuantas tentativas le asalten, realizar en el momento de la lucha el ideal representado enmomentos de calma y reflexin. Esto es lo que en trminos generales significa un homequilibrado. Es el que alcanz una etapa de evolucin algo elevada con el propsito puesto yobra de vencer, refrenar y dirigir su naturaleza inferior, de modo que al recibir externo estm para la accin, pueda el alma conducirse noblemente repeliendo la acometida de cualesqutentaciones que la inciten a obrar abyectamente o de conformidad con los halagos de la naturainferior. Hasta aqu hemos considerado un hombre virtuoso, de carcter superior, ideas clarasano juicio, que en modo alguno se deja zarandear por las circunstancias ni por los impulcomo les sucede comnmente a los caracteres indisciplinados o mal dirigidos. Pero el homequilibrado a que nos referimos puede ascender a otra etapa donde estudiar una superior filosde la vida que le d mayores explicaciones acerca de la actuacin de la mente; por ejemp puede estudiar las sublimes enseanzas teosficas, ya tal como estn expuestas en obras antigo modernas, ya tomndolas de la India, Egipto, Grecia y de la moderna Europa. En esta filos puede adquirir un nuevo concepto del universo y modificar notablemente por ello su actmental. Supongamos que este hombre ingresa en la Sociedad Teosfica cuyas principaenseanzas acepta. Entonces echar de ver con mucha mayor claridad que antes la enorinfluencia de sus pensamientos y notar que cuando su mente acta ejerce el creador poder tan familiar es para muchos tesofos, formando con su actuacin definidas entidadconstantemente enviadas al mundo exterior, las cuales operan en bien o en mal e influyen emente y conducta de gentes con quienes el creador de esas entidades mentales no est en dir

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    relacin personal. Entonces advertir que para influir de este modo en las mentes ajenas nonecesario que exprese su pensamiento con la palabra hablada o escrita ni tampoco hay necesde que el pensamiento manifieste de un modo u otro su accin para que influya poderosament bien o en mal. Comprender asimismo que por muy obscuro e insignificante que sea en

    concepto mundano y por muy retrado que est de la vista de las gentes, sin relaciona personalmente ms que con el pequeo circulo de sus parientes y amigos, le ser posible inf benfica o malficamente con el poder de su pensamiento, superior al de la exhortacin y audel ejemplo, sin necesidad de comunicarse de palabra ni por escrito con las gentes ni aunquhalle fsicamente aislado de los hombres mundanos. As puede purificar o mancillar las mentesus coetneos; contribuir a favorecer o estorbar el progreso del mundo; realzar o deprimircierto grado el nivel de su raza; e independientemente de la eficacia que el vulgo reconoce e precepto y el ejemplo, puede influir en la mentalidad de su poca mediante las sutiles energas pensamiento, con las activas formas lanzadas al mundo de los hombres y cuya operacin precisamente ms formidable porque son invisibles, y ejercen mayor influencia porque posutiles no las perciben las gentes a quienes afectan. De esta manera, segn adelanta nues

    hombre en conocimiento, tiene un nuevo concepto de la naturaleza del pensamiento y se hcargo de la gravsima responsabilidad que contrae al pensar, es decir, al ejercitar las facultamentales. Comprende tambin que esta responsabilidad se extiende mucho ms all de cuantvista alcanza y que a veces puede ser efectivamente responsable de muchos crmenes que perpetran as como de muchas heroicidades que se realizan en la sociedad a que pertenece. tonces reconoce la verdad del bsico principio segn el cual no es nicamente responsable de accin el que la comete, pues como quiera que toda accin es el concreto resultado o digamencarnacin de uno o diversos pensamientos, todos cuantos contribuyen a generarlos particde la responsabilidad de la accin. Por todo esto, considerando la vida bajo un ms amplio ccepto, tiene ya el hombre mayor cuidado con sus pensamientos y advierte que ha de gobernarlo cual no se le ocurra mientras tuvo del pensamiento un concepto escuetamente mundano. Padems del cuidado con que ha de gobernar la emisin de sus pensamientos por responsabilidad que le incumbe, observar si prosigue en su estudio, que la ndole pensamientos que atraiga del mundo exterior depender en gran parte de la ndole de sus pro pensamientos. As, no slo es un imn que irradia lneas de fuerza mental por toda el rea dcampo magntico, sino que tambin atrae todo cuanto responde a la fuerza magntica poemitida; y en consecuencia, de la direccin en que la emita depender la buena o mala ndolsus pensamientos. De esta suerte comprende que al emitir un buen pensamiento no slo cumpsupremo deber que con sus prjimos le liga sino que a s mismo se beneficia, como siemsucede cuando el hombre est en armona con la ley de Dios. Al emitir un pensamiento noestablece en s un centro que por afinidad magntica atrae otros pensamientos de igual ndolecuales auxilian y fortalecen su mente; pero tambin reconoce con pena y vergenza que al emun pensamiento siniestro forma en su conciencia un centro igualmente siniestro que atrae pensamientos viles flotantes en la atmsfera mental, acrecentando con ello sus mainclinaciones de la propia suerte que los buenos pensamientos intensifican su tendencia al biecuando advierte la mental confraternidad que enlaza a todos los hombres, transmuta la actitusu mente, pues se hace cargo de la responsabilidad en que incurre tanto al dar como al recibechan de ver los lazos que de l se extienden en todas direcciones as como los que de todirecciones concurren a l. Por lo tanto en su vida cotidiana da ms importancia al pensamieque a la accin, porque comprende que en las invisibles regiones se engendran cuantas fue

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    es mayor su cohesin, y se deslinda cada vez del espacio circundante, hasta que la antenusima sombra va tomando forma de ms en ms definida, de suerte que si pudiramobservar esta construccin de mundos veramos cmo la nebulosa se va condensandoconfigurndose a ms y mejor en el espacio hasta constituir un sistema planetario alrededor d

    sol central. Por tosco que resulte el smil, as ocurre en la individualizacin del Espritu. Primes como una dbil apariencia de sombra en el universal vaco, en realidad plenitud de plenituy esta sombra se convierte en neblina que va concretando su forma ms clara y definidamesegn adelanta en su evolucin, hasta que por fin aparece un Alma, un individuo, donde principio solo haba la sombra de una creciente neblina. Tal es alegricamente representad proceso de formacin de una conciencia individual, y considerndolo as cabe comprender cva desenvolvindose el Alma en el dilatado transcurso de su evolucin, pues en un principioest del todo formada para sumergirse como un buzo en el Ocano de materia, sino qlentamente va cohesionndose, por decirlo as, hasta constituir una porcin individual del Espuniversal, esto es, una individualidad siempre creciente en el transcurso de su evolucin. El A2 va pasando vida tras vida durante infinidad de aos y siglos sin cuento. La evoluciona

    individualidad y su conciencia es resultado de las experiencias adquiridas en el transcurso ddesenvolvimiento. Es el Alma aquella entidad que tan alto nivel alcanza hoy da en alguno deHijos de los hombres, y tiene tras s un pasado siempre presente en su conciencia ampliamedesarrollada mientras holl el largo sendero de su peregrinacin, y en la que se comprendanexperiencias de todas las vidas pretritas. A cada nacimiento, cuando ha de acopiar nueexperiencias, el Alma se infunde parcialmente en nuevas vestiduras para adquirir nuevas exriencias que agregar a las ya adquiridas durante las pasadas edades. Esta porcin del Alma qudesciende a los planos inferiores para acrecentar el conocimiento que la magnifique, es lo llamamos Mente, o sea la porcin del Alma actuante en el cerebro y en l presa y aherrojadasuerte que la abruma la pesadumbre de la carne y obscurece su conciencia porque no puatravesar el tupido velo de materia. Toda la grandeza de la Mente se reduce a esta luchad porcin del Alma que con propsito de mayor desenvolvimiento acta en el cerebro. Segnactuando manifiesta sus potencias en la medida que le consienten las limitaciones de la materitodo cuanto el Alma es capaz de manifestar de s misma por medio del cerebro constituymente del hombre que ser ms o menos amplia segn el grado de su evolucin. Pero enRecinto Externo comprende el hombre que el Alma es l, que la mente es tan slo su pasajmanifestacin, y por lo tanto reconoce que as como el cuerpo fsico y los deseos concupiscencia se han de supeditar a la mente, peculiar del Alma aprisionada, as la mente sde supeditar a la porcin superior del Alma de la que es tan slo proyectada representactemporal, un instrumento, un medio de manifestacin necesario para que el Alma cumpla su tde recoger y asimilar experiencias. Comprendido esto cul ser la situacin de nuescandidato? Al paso que la mente se relaciona con el mundo exterior, observa y recopila nueexperiencias, las clasifica, ordena y juzga, procediendo as en todo lo dems de desenvolvimiento intelectual para transmitir los resultados al Alma que se los asimila y llconsigo al devachn donde los transmuta en Sabidura. Conviene advertir que la Sabiduramuy distinta del conocimiento. Llamamos conocimiento al conjunto de hechos experimenta

    2 De todo cuanto expone la seora Besant se infiere que toma como sinnimos las palabras Ay Ego. En el actual estado de conocimientos teosficos ha prevalecido definitivamente la palaEgo para denotar la individualidad o verdadero hombre. - N. del T.

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    de los juicios que sobre ellos forma la mente y de las conclusiones que infiere de los juicimientras que Sabidura es la esencia extrada de todo este conjunto, lo que el Alma cosechasus experiencias durante su permanencia en el devachn, El candidato ya sabe todo esto y potanto reconoce, hasta donde su penetracin alcanza, que l, su Yo, es el Alma evolucionant

    travs de las vidas pasadas, y as comprende la razn de habrsele dicho que desde un princdeba distinguir entre el perdurable Yo y la mente que tan slo es su pasajera manifestacin emundo de la materia a fin de actuar en beneficio del Alma. Entonces advierte el por qu cuael discpulo encuentra el camino del Recinto Externo, su primera exclamacin en demandaenseanza es: Oh! Maestro qu har para alcanzar sabidura? Oh! Sabio qu para logra perfeccin? De labios del Sabio brotan en respuesta estas palabras que al principio pareextraas: Busca los Senderos. Pero oh! Lan, s limpio de corazn antes de emprendermarcha. Antes de dar el primer paso aprende a discernir lo verdadero de lo falso, lo transitoriolo sempiterno3. Despus contina el Maestro explicando la diferencia entre conocimiento sabidura, y lo que son la ignorancia y el conocimiento, y la sabidura que a los dos suceestableciendo as la distincin entre la sabidura propia del Alma y la mente que como un esp

    refleja la luz aunque recoja polvo, y por lo tanto necesita que la brisa de la sabidura del Almlimpie del polvo de la ilusin.. Si el candidato es prudente, reflexionar diciendo: Qu diferehay entre lo real y lo ilusorio y por qu influye en la manifestacin de la mente? Cul esdiferencia entre el reflejante espejo y el Alma que ha de sacudir el polvo del espejo pdesvanecer la ilusin? Qu parte desempea la mente que tan poderosa parece, hasta el extrede identificarla con el hombre en el mundo inferior? Cul su funcin si, con todo, el primer pen el Sendero es distinguir lo ilusorio de lo real, y la mente est sutilmente enlazada conilusorio? Pero hay otras palabras que, segn el candidato recuerda, las pronunciaron tambinMaestros de Sabidura. Recuerda una extraa frase referente al raj de los sentidos, al monagobernante de la naturaleza inferior, que en modo alguno es amigo del discpulo. Recuerda qucomienzo de las enseanzas se le orden investigar este raj de los sentidos con el fin conocerlo porque es el engendrador del pensamiento y el que despierta la ilusin. Se le dicdiscpulo que la mente es el gran destructor de lo real, y que el discpulo ha de matar al destru4. Esto parece darnos la pista de un pensamiento que ilumine al candidato en su investigacinraj, rey de los sentidos que engendra el pensamiento, despierta la ilusin y mata lo real.realidad existe en el mundo espiritual. Segn adelanta el proceso diferencial, surge la ilusengendrada por la evolucionante mente que a favor de su facultad imaginativa traza infinidadcuadros e imgenes y por medio de su facultad racional edifica en el aire los imaginad proyectos. La mente es para el discpulo el creador de la ilusin, el matador de lo real y as primera tarea como discpulo ha de ser matar al matador, pues si no se desembaraza de eilusiva facultad de la mente nunca ser capaz de ir ms all del Recinto Externo. Entonces vua escuchar la voz del Maestro que le manda esforzarse en identificar la Mente con el Almaemprende la tarea de transmutar la mente inferior a fin de identificarla con la superior, anulasu ilusionante poder para que reconociendo su verdadera filiacin se identifique nuevamentHijo con el Padre y los dos sean uno. Despus recibe el candidato una enseanza que en mslenguaje le ordena destruir el cuerpo lunar y purificar el mental. Estudiando el significadoestas frases se familiariza con los smbolos y alegoras y entiende que el cuerpo lunar es el cue

    3 Voz del silencio, pag 454 Voz del silencio, pags 17 y 18

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    astral cuya ndole krmica o concupiscente ha de destruir al paso que purifica el cuerpo menEl Maestro le dice: Limpia tu cuerpo mental porque slo quitndole el polvo de la ilusin s posible reintegrarse y fundirse con su Alma. Entonces advierte el candidato que obra harealizar con la mente en el Recinto Externo, pues conoce que l mismo, el Alma vivien

    desenvolvi durante su secular ascensin, la fuerza que la capacita para formarse en su servun instrumento de uso individual que debe manejar conscientemente; por lo que en vez de smente su dueo ha de ser sumiso esclavo, un instrumento til en sus manos. Cuando el candiadquiere este convencimiento, se le representa en toda su realidad la ndole de su tareacomienza a educar su mente por las cosas ms sencillas, pues observar que la mente pasa fmente de un objeto a otro y es mudable, voluble, turbulenta, difcil de dominar y contener, senot Arjuna hace ya cinco mil aos. El candidato ha de domar su mente como se doma a un padiestrndolo para la silla de modo que al montarlo siga en derechura el camino por dond jinete le gue y no para que salte zanjas, fosos y setos, ni para que corra campo atraviesa en todirecciones. As el candidato, en su vida diaria, donde ha de llevar a cabo toda esta obra, ir ecando poco a poco su mente, acostumbrndola a pensar en actitud perseverante y definida

    consentir que las mltiples tentaciones circundantes extraven su pensamiento en toda direccHa de negarse a diseminar su pensamiento; ha de insistir en conducirlo por determinado y rcamino; evitar el estudio fragmentario de las cuestiones como si no tuviera bastante energa psostener continuadamente la atencin en un tema dado; rechazar la infinidad de tentaciones que le halague nuestra frvola poca; y para mayor adiestramiento de su mente leer cdeliberado propsito libros cuyo asunto requiera persistente atencin y persevere durante latiempo en una misma modalidad de pensamiento, sin saltar bruscamente de una cuestin a o pues esta volubilidad intensificara la inquietud que obstruye el sendero hasta el punto de simposible proseguir su camino sin antes del todo vencerlo. As da tras da, mes tras mes, ao ao, ir elaborando su mente y adiestrndola en la persistencia del pensamiento, de modo piense en lo que se proponga pensar. Ya no permitir que sus pensamientos vayan y venganuno a otro objeto ni que se le aferren como ideas fijas sin poder desarraigarlos. Ser el dueosu casa. No importa que le sobrevengan dificultades en su vida diaria, pues le servirn peducar su mente, y cuando las dificultades sean muy espinosas y las ansiedades muy apenantle abrumen durante das, semanas y meses hasta el punto de moverle a tedio al reflexionar soellas, dir: No quiero retener en mi mente semejantes pensamientos de ansiedad y zozob porque nada ha de aposentarse en ella sin que mi eleccin lo invite, y todo cuanto vengainvitacin lo expulsar ms all de los lmites de mi mente. Hay quienes no pueden conciliasueo conturbados por angustiosos pensamientos que no les daan tanto como el tedio qcausan en la mente. Con todo esto ha de acabar el candidato, porque no ha de permitir accalguna sin su consentimiento y habr de condenar a piedra y lodo las puertas de su mente cuaintenten introducirse los pensamientos advenedizos. Esta ser una tarea difcil, larga y peno porque los malos pensamientos se empearn en entrar y l ha de rechazarlos una y otra vetantas cuantas se presenten, pues no hay otro medio de anular los siniestros pensamientos. Pcmo lograrlo? Al principio convendr substituir el mal pensamiento por otro de nd placentera, pero ms tarde bastar el resuelto empeo de rechazarlo. Hasta que el candidatotenga bastante fortaleza para atrancar la puerta de su mente contra los malos pensamientoquedarse tranquilo, le valdr ms substituir por un pensamiento relacionado con lo permanent pensamiento que ha de desechar relacionado con lo transitorio. De esta suerte lograr el do propsito de invalidar el pensamiento en lo transitorio y habituar a la mente a posarse en

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    eterno, adquiriendo con ello el convencimiento de que lo presente es pasajero y no vale la pde conturbarse por ello. Descansando sobre el seguro apoyo de lo permanente, robustecercostumbre de posarse en lo eterno, que es el secreto de toda paz en ste y los dems mundLuego de educada as su mente y cuando la domine hasta el punto de hacerla pensar en lo qu

    quiera y desviarla de lo que l no quiera, dar el candidato otro paso todava ms difcil queanteriores, pues se retraer de la mente y ya no pensar con ella, no porque se vuelva inconscisino por el anhelo de ms amplia conciencia, ni tampoco por que se debilite o aletargue su vsino porque es ya tan vvida que el cerebro no puede contenerla. Este explaye de la vida inteeste incremento de la vital energa fluyente del Alma, acabar por darle a entender al candidque es posible llegar a una etapa en donde el pensamiento no derive ya de la mente sino quela conciencia del Alma. Mucho antes de tener continuidad de esta conciencia habr de pasacandidato por la etapa de aridez, vacuidad y oquedad, una de las ms penosas de la vida eRecinto Externo; y entonces tendr vaga idea del significado de las palabras del Maestro: Refcon tu Yo divino tu yo inferior, y refrena con lo Eterno lo divino5. El Yo divino es el Alma queha de refrenar a la mente inferior; pero ms all del Alma est lo Eterno, y en el porvenir ocu

    en el interior del Templo, lo Eterno ha de refrenar a lo divino, como lo divino refren alinferior. Poco a poco va aprendiendo el candidato que ha de ser dueo de todo cuanto en su tose relaciona con su mente, que llegar a una de las etapas del Recinto Eterno en donde le cerqsutiles tentaciones que ya no embestirn contra la naturaleza inferior sino que se atrevernataque contra la superior, con el intento de valerse de la mente para perder al discpulo despde fracasar en su empeo de expugnarlo con el ariete de la concupiscencia y de los grosehalagos de la carne. Despus sobrevienen las insidiosas tentaciones que en numerosos tropengaan al hombre interno y le rodean mientras asciende por su spero sendero. Por todoslados le asedian las tentaciones del mundo mental, y as debe haber logrado completo domsobre las imgenes mentales de su propia creacin, antes de poder mantenerse impertrrsereno e inclume entre aquella turba de atropellados pensamientos que le asaltan, novigorizados y fortalecidos por las flacas mentes de los hombres terrenos, sino por un formidaimpulso que entraa algo de la ndole de las fuerzas del plano espiritual, aunque del aspesombro que intenta matar el Alma y no del luminoso que anhela auxiliarla. En el Recinto terno se encuentra cara a cara con estas potsimas fuerzas del mal que enrgicamenteacometen; y si no logr dominarse en los lmites de su mente ante los dbiles ataques del muterreno cmo podr resistir a las huestes de la maligna entidad de Mara? Cmo recorrer cuarta etapa del Recinto Externo, en cuyo torno se apelotonan los enemigos del Alma, y poque nadie puede pasar si no goza de absoluta paz? Despus adquiere el Alma la fuerza derivde la fijeza de la mente, ya tan robusta que puede posarse en lo que elija y permanecer all incmovible a pesar de cuantos torbellinos la circunden. Es ya tan firme, que nada externo logra turbarla, y tan vigorosa que ya no necesita esforzarse en anular cosa alguna, pues ha trascendla etapa en que es indispensable el esfuerzo. Cuanto ms fortaleza tenga el Alma, menos habresforzarse en su actuacin; y cuanto ms potente, menos mella le harn las acometidas exterior. Entonces llega la mente a la gloriosa etapa en que sin necesidad de matar pensamientos caen sin vida junto al santuario, porque ya no necesita la mente matar ni qumaten, puesto que ya est limpia y es pura y obediente. As comienza la identificacin dMente con el Alma, resultando de ello que al chocar con la mente algo extrao, se anula po

    5 Voz del silencio, pag 62

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    propio impulso, es decir, que no hay necesidad de rechazarlo porque muere herido por la miviolencia del choque. Tal es la fijeza de mente comparada a una luz puesta en lugar resguardde todo soplo. En este lugar de sosiego a la sombra de los muros del Templo, goza el candidde absoluta paz y (como dice el Kathopanishad II 20) libre de deseos y de inquietudes se adu

    de su voluntad y con sosegados sentidos contempla la majestad del Alma, porque entonces yailuminan su vista entrecortados vislumbres ni vacilantes rayos de luz, sino que en aqueabsoluta paz y serenidad, sin rastro de deseo ni la ms leve pena, la majestad del Alma bresplendorosa sin eclipses y en toda su integridad la refleja la mente, que si antes era co polvoriento espejo o lago agitado por el viento, ya es pulimentado espejo de perfectos reflejlago tranquilo que a la montaa devuelve la imagen de sus rboles, y la de sus estrellaarreboles al cielo. Pero cmo as? La amonestadora voz nos habla de un momento de peligroque ha de pasar el candidato poco antes de llegar a la etapa en que ya la luz no vacile. Esmomento en que la mente, a manera de alocado elefante enfurecido en la selva, empea su llucha con el Alma. Cmo domar entonces a la mente? Es su postrera porfa, el final esfuerzo al verse amenazada de sujecin intenta la naturaleza inferior para prevalecer contra la supe

    Porque segn nos dicen todos los libros que tratan de la Iniciacin y de la Sabidura ocucuando el candidato se acerca a la puerta del Templo y antes de atravesarla, todas las potestade la Naturaleza, todas las fuerzas mundanales se levantan contra l para derribarlo. Es la ltlucha que ha de sostener antes de la definitiva victoria, y esta lucha es el vivsimo reflejo de empeada en planos inimaginables por lo superiores, donde los mximos entre los mayoencontraron su camino. De esta lucha es smbolo la ltima que cabe el Arbol sagrado dorecibi la iluminacin que lo convirti en Buddha, sostuvo Gautama contra las huestes enalrededor arremolinadas con intento de cerrarle el paso. Aunque en planos muchsimo minferiores, tambin ha de sostener esta lucha crucial el discpulo que en su presente vida se aca la puerta del Templo. Cmo vencer en la lucha?Cmo seguir las huellas de los que precedieron en el sendero probatorio? En las palabras del Maestro hallar de nuevoconveniente auxilio, pues de Sus labios brota una insinuacin capaz de guiarlo. Necesita seque le lleven al Alma Diamante6 Qu es el Alma Diamante? La que se ha unido completamenteal verdadero Yo, y sin defecto ni mancha enfoca con diamantina diafanidad la luz del Logos, pirradiarla a los hombres. El potente Nombre que acabo de citar, como pudiera citar otr Nombres de igual significado, aunque en diversos idiomas, es el del Alma superior a todasdems, el Alma Diamante, tan difana, tan pura y sin tacha ni grieta, que por su medio alumblos hombres la luz del Logos. Es el Alma que miramos en los momentos de suprema aspiracique nos atrae con slo un vislumbre de su belleza y un toque de su lumbre. Porque el Almaremonta hacia su origen como la flor se explaya hacia la luz, y las seales que la atraen sonfulgentes resplandores del Alma Diamante derramados sobre la que, aunque dbil y vacilanteElla misma, y con divina energa la impulsa a unirse con Ella. Cuando el discpulo tiene m perfecta comprensin descubre el significado de la frase: Alma Diamante, y se convence detambin en l encarnar el Alma Diamante. Mira a tu interior! Eres Buddha! Echa de entonces que mente y cuerpo son instrumentos para el servicio del Alma y tan slo tilevaliosos cuando funcionan para alcanzar lo superior. La devocin afina despus las cuerdas dmente en completa sujecin al Alma que a su vez las templa por virtud de la devocin, y entoes la mente un instrumento a propsito para que lo pulse el Maestro y arranque de l toda mel

    6 Voz del silencio, pag 32

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    terrenal y celeste. Por fin el discpulo llega ante la puerta del Templo y se percata de que seencontrado a s mismo, que el Alma es l y contempla entonces a un Ser todava ms elevado quien aspira a unirse en el interior del Templo. Mientras estuvo ante la puerta uni su perecedero con su eterno Yo, la mente con el Alma. En este punto comienza a identificarse

    adoracin con el Supremo, pues reconoce que en su vida cotidiana puede el Alma estar perpetua adoracin prescindiendo de las tareas en que se ocupen mente y Cuerpo, y que la vdel discpulo es la ininterrumpida adoracin del Supremo, la incesante contemplacin del ADiamante. Reconoce tambin que mientras el Alma est as ocupada en el Recinto del Templocuerpo y la mente trabajarn en el Recinto Exterior y en el mundo en favor de la menesterhumanidad, pues son sus tiles o herramientas de trabajo en la vida terrena los que funcionan,tretanto su verdadero ser est en adoracin. Entonces comprende el significado de la frase: -ngeles del cielo ven cara a cara al Padre - porque la visin del Alma Padre es perpetua y ninubes terrenas pueden obscurecerla ni las obras del mundo estropearla. Mientras cuerpo y mlaboran, el Alma est en incesante contemplacin, y cuando el Alma llega a este punto atravel umbral, pasa del Recinto Externo al Templo de su Seor.

    TERCERA CONFERENCIA

    FORMACION DEL CARACTER

    Conviene ante todo recordar lo expuesto en la primera conferencia acerca de las cualidadesvamos considerando y la lnea de pensamiento y accin que han de seguir quienes se hallen esituacin a que llamo: En el Recinto Externo. Recordaremos que, segn dije, la situacinaspirante ya entrado en este Recinto es muy distinta de la del hombre bueno, virtuoso y religique an no ha visto del todo su meta ni advertido la magnitud de su tarea; pero conviene repque al bosquejar las cualidades de quienes entran en el Recinto Externo, significo el deliber propsito que el candidato tiene de autoeducarse con un fin concretamente reconocido, sin qumodo alguno se haya de entender que ya posee el candidato a la perfeccin todas estas cualidamientras se halla todava en el Recinto Externo del Templo. Principia, por decirlo as, a formacarcter, comprende hasta cierto punto lo que ha de llegar a ser y se esfuerza con mayor o meeficacia en lograr sus aspiraciones; pero no quiere decir esto que antes de colocarse en el umdel Templo se haya de haber purificado por completo y dominado sus pensamientos, form perfectamente su carcter y transmutado del todo lo inferior en superior, sino que durante permanencia en el Recinto Externo echa los cimientos y bosqueja con sumo cuidado y clarilos contornos del edificio que acabar espera a la perfeccin. Sin embargo, el definitivo trazad

    las lneas, la ereccin de la fbrica sobre los cimientos, el alzado de las paredes y el remate dobra se han de efectuar ms bien dentro que fuera del Templo, despus de abiertos los ojos ymientras todava estn entornados en el Recinto Externo. Lo importante es que el plan e proyectado y reconocido, pues aunque en el transcurso del tiempo haya de ampliar su obraexpuesto es por de pronto la mnima meta a que el candidato se propone llegar. As pues, muy elevadas que parezcan las aspiraciones y por magnfico que resulte el bosquejo, se hatrazar claramente en el Recinto Externo, aunque no se complete en todos sus pormenores, p

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    por pobres que sean los xitos presentes sirven de fundamento a las gloriosas hazaas porvenir. Digo esto explcitamente, aunque sea una repeticin, porque se me insinu queextender tan dilatada perspectiva para el Recinto Externo y trazar tan amplio bosquejo, podalgunos sentir desaliento si no desesperacin, por lo que conviene darles a entender que mien

    se trazan los perfiles no pasan de ser perfiles y todava quedan muchas vidas por delante luegcruzar el umbral para construir el edificio segn el trazado plan arquitectnico. Esto supuetratemos de la formacin del carcter que ha de ser el definido y positivo propsito del candien el Recinto Externo. Ya vimos que en vidas pasadas debi ser hombre honrado y religiosodecir, que debe estar ya convencido de que no ha de tener vicio ni mal alguno, y si acaso queen l simientes viciosas ha de eliminarlas y desarraigar toda propensin al mal. En el ReciExterno no caben componendas con el mal ni contubernios con la impureza y la iniquidadaunque el candidato fracase a veces en la rectitud de conducta, no persiste gustosamente evicio, con lo que elimina la ms grosera porcin de su naturaleza inferior y termina la fase menconada de la lucha. Al Recinto Externo no se pueden llevar piedras toscas para construiedificio, pues han debido irse labrando durante nuestras vidas precedentes, con mucha labo

    cincel en el carcter, antes de que sirvan para la construccin, siquiera en el Recinto ExternoTemplo. Es preciso haber ya desbastado el carcter, pues ahora se trata de adquirir positivirtudes de noble y elevada ndole, no precisamente las que se consideran necesarias en la vterrena sino las que el candidato aspire a ejercitar para colocarse a la vanguardia de las primide la humanidad y tener las caractersticas de un Auxiliador, Salvador y Redentor del mundo primero que nos choca en la formacin del carcter de quien se halla en el Recinto Exterioque deliberadamente se ha propuesto perfeccionarlo. No es tarea que emprende a tontas y a lo para deshacer con los pies lo que se hace con la cabeza, esforzndose hoy en un sentido y maen el opuesto, ni tampoco es un continuo variar de ideales y de propsitos, sino que ya ti planeado definidamente el conjunto de su labor con ideales fijos y conocidas aspiracionDeliberadamente emprende la formacin de su carcter quien sabe que no le ha de faltar tiem para ello y que nada se aniquila en la Naturaleza. Comienza a perfeccionarlo con los materide que dispone o sea con las cualidades propias de su carcter en el momento de emprendetarea, para robustecer su fortaleza y remediar su debilidad con una definida aspiracin, comesculpiera el tmpano de mrmol que ha de convertir en estatua cuyo modelo labr mentalmente. As es que en el candidato del Recinto Externo se echar de ver ante todo fijez propsito y deliberada accin, pues sabe que lograr todo cuanto emprenda; que de vida en llevar consigo los acumulados tesoros; que si corrige un defecto, siquiera en parte, ya hahecho algo de la obra; que si adquiere una facultad ser suya para siempre porque el Alma shabr definitivamente asimilado sin desasimilacin posible. El candidato va perfeccionandocarcter con resuelto propsito, basado en el conocimiento de la ley subyacente en todos aspectos de la Naturaleza y en la cual absolutamente confa porque de cierto sabe que poinmutable responder a sus llamamientos y juzgar imparcialmente sus recursos. No hay entoen el candidato ni asomo de vacilacin ni sombra de duda. Esparce la simiente que le ha proporcionar cosecha, con la absoluta seguridad de que cada semilla fructificar segn su espy el fruto que d, ser su nica recompensa en el porvenir. As es que no se precipita niimpacienta en su labor. Si el fruto no est maduro, demorar la cosecha, y si la simiente no een sazn, esperar a que germine. Sabe que la Ley a cuya accin rindi su voluntad es a lainmutable y benfica, por lo que todo se lo traer a su debido tiempo y en la ocasin mfavorable para l y para el mundo. As, segn he dicho, el candidato emprende content

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    satisfecho su tarea con el material disponible, porque es el que la Ley le trae de su pasado y l y no con otro ha de trabajar, sea copioso o escaso, opulento o mezquino, rico o pobre, pequo grande, pues sabe que sea como sea no hay lmites para la magnitud, abundancia y opulenque en el porvenir puede alcanzar. Sabe el candidato que necesariamente ha de tener xito;

    no es cuestin de probabilidad sino de certeza, no de azar sino de positiva realidad. La Ley hrestituirle el equivalente de lo que l d, por poco que sea y con este exiguo material comenzaconstruir, aadiendo cada vez algo ms a su acopio y alzndose a mayor nivel cada vez qrealice una virtuosa accin. Con todo esto ya conocemos algo del mtodo constructivo seguir el candidato en la formacin de su carcter, empezando por la rectitud de pensamientcuyo gobierno me refer en la pasada conferencia, de suerte que escoja el bien y rechace el mLogrado el dominio del pensamiento, conocidas sus condiciones y comprendidas las leyes dgeneracin y de su influencia en el mundo y en quien lo engendra, estar ya el candiddispuesto a escoger pensamientos saludables para la formacin de su carcter. La rectitud pensamiento ha de ser uno de los primeros pasos que el candidato d en el Recinto Exte porque sus buenos pensamientos influirn en el prjimo a cuyo servicio deben entregarse a

    todo quienes anhelan entrar en el Templo; y en consecuencia, al escoger los pensamientos haya de emitir o admitir, debe considerar principalmente no el efecto que puedan producir emismo sino en los dems, pues ante todo, sobre todo y contra todo se est disponiendo parservicio de la humanidad, y as debe calcular el efecto que sus pensamientos producirn emundo, y medir su alcance para auxiliar, fortalecer y purificar a las gentes. Si comprende latuacin de la caudalosa corriente de pensamientos que fluyen de su conciencia, eminicamente los tiles al prjimo, con el deliberado propsito de servir y ayudar al munDespus considerar el candidato cmo le afectan y cmo reaccionan sobre l estos pensamie para formar su carcter, pues el pensamiento es el medio mejor adecuado a la formacincarcter y convertirlo en un imn de nobles pensamientos (en modo alguno de pensamientoniestros) que rechace todo lo malo y atraiga cuanto hay de bueno para incorporarlo aconciencia y darle nuevo alimento, energa y fortaleza. Asimismo, los saludables pensamieque de los dems le lleguen, podrn volver a salir de l con nuevo impulso de vida, de suerteno slo sea una fuente de auxiliadores pensamientos, sino un canal auxiliador por pensamientos que reciba y que reavivados devuelva. De este modo ir perfeccionando su cary desde un principio ser la rectitud de pensamiento una influencia predominante en su me por lo que en todo instante ha de escudriar con la ms viva solicitud la ndole de pensamientos y defender a todo trance el santuario de su conciencia para que no penetre enada ofensivo, pues adems de ser el baluarte del castillo es al propio tiempo su portaln y pulevadizo. A medida que el candidato vaya perfeccionando su carcter aprender, si ya no sab poner tiento en sus palabras cuya rectitud ha de empezar por la escrupulosa y exacta veracidno al estilo mundano, por estimable que sea, sino con la estricta y rigurosa fidelidad sobre tnecesaria al estudiante de ocultismo; fidelidad de observacin, de memoria, de pensamiento palabra y de obra; porque sin este amor a la verdad, sin la resuelta determinacin de ser verdsera peligroso el ocultismo y sin otra posibilidad que una cada terrible y profunda en proporca la altura alcanzada por el estudiante. La veracidad es a la par gua y escudo del ocultista.gua porque le da la necesaria intuicin para distinguir el camino verdadero del falso y escogesendero de la derecha. Su escudo porque slo abroquelado tras la veracidad puede veninclume las ilusiones y seuelos de los planos que ha de recorrer. El ejercicio de la veracidad pensamiento, palabra y obra va despertando poco a poco la espiritual intuicin que rasga

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    ilusionantes velos y contra la cual no puede prevalecer engao alguno. Por doquiera se extienlos velos de ilusin y por doquiera se encuentran estas engaosas apariencias en el mundo deilusiones, hasta que la intuicin espiritual las desvanece con su persistente y directa visin. Pel desenvolvimiento de la intuicin espiritual es indispensable que la veracidad sea inherent

    carcter, a la mente y a la conciencia, pues de lo contrario slo cabe esperar el fracasoinevitables errores y extravos. Por lo tanto, la palabra del candidato ha de ser ante todo verdidespus afable, pues la veracidad no es incompatible con la afabilidad, como suele parecernada pierde la palabra verdica por ser al propio tiempo perfectamente cariosa, cortcompasiva, sino que al contrario, cuanto ms verdadera ms amable, porque en el fondo de tolas cosas est la verdad en compaa de la compasin. As la palabra que refleja la intrriesencia del Universo no podr daar injustamente a ningn ser viviente ni falsearse con la mleve sombra de recelo. Ha de ser verdica, afable y corts. Tal es la austeridad de palabra, la ptencia y sacrificio que de su lengua ha de ofrecer todo aspirante. De la rectitud de pensamiende palabra derivar inevitablemente la rectitud de accin como fluye el agua del manantial, pla accin no es ni ms ni menos que el resultado externo de la actitud interna, y cuando

    pensamiento es puro y la palabra fiel y verdica no puede por menos de ser noble la accin. D propia suerte que son lmpidas y cristalinas las aguas fluyentes de un puro manantial, as hanser por necesidad nobles las acciones derivadas de un corazn puro y un cerebro sano. El domdel pensamiento, de la palabra y la accin es el triple lazo que algunas religiones considecomo el tipo de la perfeccin que liga al aspirante con la humanidad y con su Maestro, e indal servicio al hombre que ha perfeccionado su carcter. Es el inquebrantable lazo triple que atdiscpulo a los pies del Maestro. Realizado todo esto como introito de su obra, adoptarcandidato un definido procedimiento para la formacin del carcter, empezando por representun ideal, o sea una imagen, que a medida que se fortalece va forjando en s misma la mentelos materiales asimilados del mundo exterior. Pero aunque los materiales procedan del exterioidea de la imagen es resultado de la interna accin de la mente en dichos materiales. Una idesu ms elevado concepto es algo abstracto, y si comprendemos cmo se forman las idabstractas en la conciencia escuetamente cerebral, comprenderemos tambin con claridad lo significa un ideal. Veamos de ampliar este concepto por medio del conocido ejemplo de la iabstracta del tringulo, que fcilmente puede concebir la conciencia cerebral de un nio a quse le enseen las diversas formas del tringulo cuyas lneas siguen variadas direcciones. Al veseparadamente con su conciencia cerebral le parecern tan distintos que acaso los crea figugeomtricas diferentes, por no advertir ciertas caractersticas comunes a todos ellos en qconsiste su denominacin de tringulos. Pero a medida que adelante en el estudio descubrir ecaractersticas peculiares de todo tringulo cualquiera que sea su forma, pues ver que todosnen tres lneas llamadas lados y tres ngulos cuyo valor total es siempre el mismo, y que los laguardan entre s ciertas relaciones etc. De todos estos diversos conceptos entresacar la mentidea abstracta del tringulo independiente de la magnitud de su superficie, la configuracin d permetro y la abertura de sus ngulos. La mente forma esta abstracta idea del tringulo, actuaen las mltiples formas triangulares que percibe la conciencia cerebral. No trato ahoraaveriguar a que idea superior corresponde por reflejo la abstracta del tringulo, sino que limito a exponer cmo se forman en el cerebro las ideas abstractas sin color ni tamao ni especaracterstica de forma alguna, sino que sintetiza unitariamente las diversas formas concrecapaz de tomar. As un ideal es una idea abstracta forjada por la facultad imaginativa de la mecon todas las ideas concretas de las virtudes positivas, de la armona, la belleza, la verdad

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    compasin, de cuanto de un modo u otro satisface las aspiraciones de la mente y del coraznmente extrae la esencia de todas estas diversas ideas que percibi limitadas en manifestacicon ella labra una imagen colosalmente heroica de perfectas cualidades realzadas hasta su alta expresin. En este ideal ya no percibimos lo verdadero sino la verdad misma; no lo bello

    la belleza; no lo bueno sino la bondad; no lo fuerte sino la fortaleza; no lo compasivo sinocompasin; no los seres amorosos sino el amor en s mismo. La imagen ideal, por lo perfe potente y eurtmica supera a todo cuanto es posible ver, excepto lo que en los raros momentoinspiracin infunde el Espritu en la mente. El aspirante forja este ideal de perfeccin hbilmente como le cabe concebirlo y reconoce desde luego que sus ms acabados sueos nosino la tenusima sombra de la realidad en que ha de convertirse su ideal. Porque en el mundolo Real existe en vvida luz lo que el aspirante ve aqu en la tierra como un dbil reflejo de c pendiente del cielo sobre las nevadas cumbres de las aspiraciones humanas. Todo cuanto el ahumana puede imaginar de perfecto, de sublime, de ultrrimo, no es ms que la sombra deRealidad, un ideal necesariamente imperfecto y sin embargo el que al candidato le sirve p perfeccionar su carcter. Pero a qu forjar un ideal? Cuantos comprendan la actuacin

    pensamiento reconocern la necesidad del ideal. Un pasaje de una Escritura induista y otro deEscritura cristiana demostrarn que los iniciados concuerdan en el pensamiento fundamenaunque lo expresen en distinto idioma y se dirijan a diversas gentes. Uno de los ms mstiUpanishadas, el Chhandogya dice: El hombre es una criatura de reflexin, que se convierteaquello sobre que reflexiona. Por lo tanto reflexionad sobre Brahman7. Y muchos miles de aosdespus, otro gran instructor, uno de los fundadores del cristianismo expresaba exactamentmismo pensamiento en diversas palabras, diciendo: Por tanto, nosotros todos, mirando a cdescubierta como en un espejo la gloria del Seor, somos transformados de gloria en gloria emisma semejanza, como por el Espritu del Seor 8. Dice mirando como en un espejo porque lamente es un espejo en que se reflejan las imgenes, y el Alma que contempla en el espejo dmente la gloria del Seor se transforma de gloria en gloria en esta misma imagen. As es tanto en la Escritura induista como en la cristiana encontramos la misma enseanza deFraternidad, o sea que es necesario forjar un ideal para reflejarlo, pues el hombre se convierteaquello mismo sobre que su mente no cesa de pensar. Consideremos ahora cmo se ha consolidar el ideal. Indudablemente contemplndolo todos los das a la misma hora durantmismo tiempo y con resuelto propsito, de modo que nada distraiga ni conturbe al aspirante est disciplinando su carcter. Da tras da se entregar a la contemplacin de su ideal, pensaen l hasta fijarlo en la mente, y no podr por menos de sentir entonces la anhelante y pavoreverencia en que consiste la adoracin con su transmutador poder de identificar al adorador el adorado. Mientras el aspirante contemple su ideal le iluminarn los rayos del Ideal divintravs de las ventanas del Alma abiertas por mano de sus elevadas aspiraciones. Le iluminainteriormente y al propio tiempo irradiarn su luz al exterior, de modo que el ideal brille dentfuera de l sealndole el sendero que ha de seguir. Para practicar esta contemplacin es preque antes se acostumbre a concentrar su mente sin permitir que se desparrame como a nososuele sucedernos. Hemos de aprender a fijar la mente con estable firmeza, y al efecto ejercitaremos sin cesar en las comunes tareas de la vida, concentrando en ellas la mente mienlas hagamos y repitindolas una y otra vez hasta que la mente obedezca sin esfuerzo al recib

    7 Chhandogya III, XIV, I8 San Pablo 2 Cor, 3:18

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    impulso. No importa que la tarea sea vulgar pues la eficacia de la leccin no est en lo qhacemos sino en la manera de hacerlo, en la atencin y esfuerzo con que lo hacemos y enexperiencia que derivamos de nuestra labor. Sea cual sea la condicin de nuestra vida nos serde aleccionamiento, porque en toda labor cotidiana, aun en las ms ordinarias, podemos adies

    la mente concentrndola por entero en nuestra labor. Conviene recordar que una vez adquiridfacultad de concentracin mental es posible escoger el objeto en que fijar la mente, pues duede ella, fcil nos ser enfocarla en el punto que mejor convenga. Este dominio de la mente pulograrse an mejor ejercitndola en las menudencias de la vida diaria que en cosextraordinarias, pues lo ordinario est siempre a nuestro alcance y raras veces se nos deparaextraordinario. Cuando sobreviene algo inslito, la mente concentra en ello toda su atencitodas sus energas, de suerte que se renen todos los elementos necesarios para realizar la ta pero la vala del alma se comprueba mayormente en las menudencias de la vida que no atraeatencin ni prometen aplauso, sino que el hombre se esfuerza deliberadamente en lograr el propuesto y aprovechar todos los recursos disponibles para disciplinar su carcter, porque edisciplina es la clave de la cuestin. Someted vuestra conducta a un plan determinado y sujet

    a reglas definidas que si acaso alteris sea tan deliberadamente como las trazasteis. Ponedcuerpo en servidumbre de la mente y empezad para ello con una costumbre tan sencilla cual ede madrugar y escoger el aposento de la casa que os parezca ms a propsito para el trabajo; puna vez elegida la hora y el sitio, acostumbrad al cuerpo a la obediencia, sin permitir quedesmande a su capricho. No obstante, si al cabo de algn tiempo la experiencia os ensea habis escogido mala hora o mal lugar, cambiad de procedimiento, pues no por esfortaleciendo vuestra voluntad habis de obstinaros rgidamente en el error, sino que debvariar, aunque oportunamente y con perfecta deliberacin, toda regla cuyo resultado contrar propsito, pero nunca movidos por la emocin pasional o los deseos corporales o las excitaciode la naturaleza inferior. Adems, las reglas a que sometis vuestra conducta no han de ser nuun impedimento para quienes estn a vuestro alrededor, ni habis de escoger procedimiendisciplinarios que agravien o molesten al prjimo en vez de servir exclusivamente para vueeducacin. Luego de comprendido con toda claridad el modo de perfeccionar el carcter, vienetapa en que el aspirante ha de estudiar el carcter de por s, para no obrar a ciegas sino conocimiento de causa. La prudencia aconseja obedecer las insinuaciones expuestas por algu preclaros varones al bosquejar el carcter que nos ha de conducir a la puerta del Templo. Asejemplo podemos considerar la lnea de conducta que Krishna le traza a Arjuna representndlas cualidades propias de un carcter divino, o sean las que el aspirante debe tomar por ideal eobra de gradual perfeccionamiento y evolucin. En la decimosexta estancia del Bhagavad Gencontramos una lista de virtudes a las que deben encaminarse el pensamiento y el esfuerzoaspirante, recordando que el carcter se perfecciona primeramente por la contemplacin dvirtud y despus por la prctica o ejercicio de esta virtud en las palabras y acciones de la vdiaria. Las virtudes enumeradas en el Bhagavad Gita son: Intrepidez, inocencia, perseveranciel yoga de sabidura, caridad, abnegacin, dominio propio, estudio de las Escrituras, austeridrectitud, mansedumbre, veracidad, paciencia, renunciacin, sosiego, sinceridad, compascastidad, liberalidad, benevolencia, modestia, constancia, firmeza, misericordia, fortaleintegridad, amistad y humildad. Por numerosas que sean estas virtudes, disponemos de tiemsobrado para adquirirlas, no de una vez, sino poco a poco, hasta incorporarlas a nuestro carcy examinndolas cuidadosamente veremos que es posible clasificarlas en grupos, ejercitndal principio imperfectamente aunque con firmeza y da tras da, sin jams desalentarse por

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    lograrlas sino regocijndose al reconocer la finalidad del esfuerzo, pues cada paso que da