Andares en Los Asentamientos Antiguos

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ANDARES EN LOS ASENTAMIENTOS ANTIGUOS: APROPIACIÓN SOCIAL DE LOS ESPACIOS ARQUEOLÓGICOS. Eliseo Linares V. DER-UNACH 2012 Introducción El uso del espacio en los sitios arqueológicos por parte de los visitantes y la comprensión que estos puedan tener del “texto” que conforman los asentamientos antiguos son los temas que se revisan en el presente ensayo bajo la luz de los conceptos y propuestas formulados por Michel Certeau (1996) en el apartado Andares de la ciudad de su libro Invención de lo cotidiano 1: El arte de hacer . Se retoman los conceptos de recorridos, apropiación, enunciamiento y poder panóptico. Asentamientos antiguos y habitantes-usuarios En el capítulo VII dicado a las prácticas del espacio, Michel de Certeau describe al mirón, una persona que por estar en una posición elevada de la ciudad (para el caso que le ocupa una persona en la cima del World Trade Center en Nueva York) sufre proceso muy similar por el que pasa quien sube a una pirámide principal en los grande asentamientos de la antigua Mesoamérica. Piénsese por ejemplo, una persona en lo alto de la pirámide del Sol en Teotihuacán, sea ésta un sacerdote del período Clásico o un turista de nuestros tiempos. El asentamiento antiguo al igual que Nueva York se transforma en “un texto que se 1

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ANDARES EN LOS ASENTAMIENTOS ANTIGUOS: APROPIACIÓN SOCIAL DE LOS ESPACIOS ARQUEOLÓGICOS.

Eliseo Linares V.DER-UNACH

2012

Introducción

El uso del espacio en los sitios arqueológicos por parte de los visitantes y la

comprensión que estos puedan tener del “texto” que conforman los asentamientos

antiguos son los temas que se revisan en el presente ensayo bajo la luz de los conceptos

y propuestas formulados por Michel Certeau (1996) en el apartado Andares de la ciudad

de su libro Invención de lo cotidiano 1: El arte de hacer. Se retoman los conceptos de

recorridos, apropiación, enunciamiento y poder panóptico.

Asentamientos antiguos y habitantes-usuarios

En el capítulo VII dicado a las prácticas del espacio, Michel de Certeau describe al

mirón, una persona que por estar en una posición elevada de la ciudad (para el caso que

le ocupa una persona en la cima del World Trade Center en Nueva York) sufre proceso

muy similar por el que pasa quien sube a una pirámide principal en los grande

asentamientos de la antigua Mesoamérica. Piénsese por ejemplo, una persona en lo alto

de la pirámide del Sol en Teotihuacán, sea ésta un sacerdote del período Clásico o un

turista de nuestros tiempos. El asentamiento antiguo al igual que Nueva York se

transforma en “un texto que se tiene delante de sí, bajo los ojos, el mundo que hechizaba

y del cual quedaba ´poseído´. Permite leerlo, ser un Ojo solar, una mirada de dios”

(Certeau 1996: 104).

Igual sucede con el arqueólogo que al obtener los mapas, los planos del asentamiento

antiguo, obtiene panoramas y sobrevuelos de los sitios arqueológicos convirtiéndolos en

omnividentes, produciendo los artefactos ópticos, construyendo “la ficción que crea

lectores” (Ibid.). Sin embargo, el mapa y el mirón significan sólo un simulacro visual

que obvia o ignora las prácticas cotidianas de los usuarios (los “caminantes” en la

propuesta de Certeau) de los asentamientos cuando estaban habitados y ahora cuando

son museos de arquitectura para el disfrute del turista.

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Para Certeau, la ciudad -digamos los asentamientos planificados- está pensada en su

pluralidad, articulada para las personas o grupos de personas distintos que la habitarán

o harán uso de ella, logrando una diferenciación y redistribución de partes y funciones

(ibid, 107). En el caso de los asentamientos antiguos abiertos a la visita, por lo general,

se habilitan las áreas de recorrido para visitantes de acuerdo a los monumentos

expuestos, y las diversas zonas de servicios (estacionamiento, museo, taquilla, casetas

de vigilancia, etc.). Seguramente en la antigüedad, cuando los asentamientos estaban

“vivos”, en uso y habitados, sus partes estaban organizadas.

Pero tal orden, afirma Certeau, está dado bajo el “poder panóptico” del especialista de la

administración y del conocimiento. Tanto en las zonas arqueológicas como en las

ciudades actuales tienen un orden que materializan burócratas y académicos. No

obstante, bajo ese orden subyacen otros, quizá muchos, conformados por las prácticas

y los “pasos” de los caminantes-usuarios o los caminantes-habitantes. Al caminar por

los espacios de una urbe o de cualquier asentamiento moderno o antiguo, los usuarios-

habitantes lo “enuncian” (ibid. 110), lo llenan de significado y por tanto se lo apropian.

Empero, tal apropiación puede ser parcial -y quizá inconsciente- limitada a las

trayectorias de los caminantes, privándose de la mirada totalizadora, panóptica, del

asentamiento en su conjunto y de las apropiaciones y trayectorias de los otros

caminantes.

En la actualidad las trayectorias de los caminantes-enunciadores pueden ser trazadas

sobre los mapas de las ciudades modernas y los actores pueden ser entrevistados para

obtener de viva voz los significados que guarda una serie de pasos, obteniendo con ello

instantáneas (imágenes fijas en tiempo y espacio) de los recorridos y enunciados. Sin

embargo, tales procedimientos de observación directa del actor (habitantes de un

asentamiento) están fuertemente limitados para la arqueología u otras disciplinas

interesadas al estudio de las sociedades antiguas, debido a que los habitantes han

desaparecido y junto con ellos muchos de los constituyentes materiales de sus

asentamientos. Las instantáneas que se logran de los asentamientos antiguos suelen ser

parciales y obtenidas mediante reconstrucciones inferenciales del uso de los objetos y

los espacios.

Las visiones, aún en calidad de instantáneas, que se obtienen de los asentamientos

antiguos logradas por la inferencia del uso de sus componentes casi siempre obvia las

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rutas o movimientos de los usuarios antiguos dentro de las ciudades o poblados. Ello en

parte se debe al deterioro de las evidencias, pero fundamentalmente a la lentitud de la

investigación arqueológica para obtener información que permita obtener imágenes

totales (instantáneas) de asentamientos y de sus usuarios. Los mayores avances para

“descifrar” el texto de un asentamiento se tiene en los sitios con mayor y más intensa

investigación como lo es la ya mencionado Teotihuacán, la primera metrópoli de

Mesaomérica, en la cual se han identificado barrios residenciales, zonas de ceremonial,

mercados, talleres artesanales, grandes templos y palacios, entre otros elementos que

conforman la ciudad, que debió albergar a casi cien mil habitantes en su época de

apogeo (Matos, 1990). No obstante también existen intentos novelados de ilustrar

instantáneas de las posibles trayectorias de un caminante-usuario en ciudades de la

antigüedad mesaomericana, como son las propuestas de Von Hagen para Tulúm y

Tenochtitlan (Von Hagen 1964, 1966).

Entendemos bien que el interés de Michel Certeau apunta a las trayectorias

multidiversas y multienunciativas de los habitantes-usuarios de una ciudad moderna,

pues ellas son las evidencias (“tácticas”, diría Certeau) del escape de los caminantes del

poder panóptico. Tal escape sucede también en los sitios arqueológicos abiertos a la

visita y las enunciaciones pueden ser registradas de los visitantes mismos, que son,

como bien apunta Certeau, formas de apropiación del espacio y de lectura del texto que

conforma el asentamiento, en este caso el sitio arqueológico.

De lo anterior se pueden desprender algunas preguntas ¿Pueden la instantáneas de

trayectorias antiguas incentivar la mejor “lectura” (por tanto la apropiación enunciativa)

del texto formado por un asentamiento? ¿las propuestas de trayectorias de usuarios

antiguos de un asentamiento son, al igual que las trayectorias de visita diseñadas por

burócratas y especialistas actuales, una manifestación más del poder panóptico?

En los estudios realizados sobre los visitantes actuales de Teotihuacan (Brambila 1986:

22) hay datos que apuntan a que la ciudad arqueológica es mejor entendida por estos

visitantes cuando los recorridos que se les ofrecen hacen referencia a la ciudad cuando

estaba viva, es decir cuando a la visión de ahora se le hace coincidir con ejemplos de la

vida cotidiana en Teotihuacan, esto es, con posibles trayectorias de habitantes-usuarios

antiguos,

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Por lo anterior, los intentos de vestir con “carne” los huesos que forman edificios

ruinosos y objetos antiguos de un sitio arqueológico -mediante la asociación a imagen

de un sistema vivo- pueden ser una de las forman que incentive la apropiación de los

sitios arqueológicos por parte de los visitantes, la cual necesariamente complementará a

la que ellos mismos enuncien mediante sus propios recorridos en esos lugares.

Conclusiones

La comprensión del texto que conforman los asentamientos tanto antiguos como

actuales requiere que los habitantes-usuarios se apropien de esos asentamientos

mediante recorridos enunciativos. La apropiación es una forma de escapar al poder

panóptco y evidencia de libertad individual. En el caso de los sitios arqueológicos

abiertos a la visita puede incentivar su apropiación por el visitante la asociación de la

imagen actual del asentamiento con propuestas de trayectorias de usuarios o habitantes

antiguos. A pesar de que tales propuestas de trayectorias por parte de especialistas

pueden ser una manifestación del poder, estás también pueden significar puntos de

partida para una enunciación más amplia por el visitante-usuario y complementaria a

sus propios recorridos en la comprensión y apropiación enunciativa de los espacios de

un sitio arqueológico.

Bibliografía

Brambila, Rosa (19869. Sala Teotihuacán. Museo Nacional de Antropología. García

Valadéz Editores, México, D.F.

Certeau, Michel (1996). Invención de lo cotidiano 1: El arte de hacer. Instituto

Tecnológico de estudios superior de Occidente, México.

Matos, Eduardo (1990). Teotihuacan: La metrópoli de los dioses. La Aventura

Humana. Lunwer, Barcelona-Madrid.

Von Hagen, Victor (1964). Los aztecas: El reino del sol. Culturas Básicas del Mundo,

ediciones Joaquín Mortís, México D.F.

(1966). Los mayas: La tierra del faisán y el venado. Culturas Básicas del

Mundo, ediciones Joaquín Mortís, México D.F.

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