Andamios para restaurar tejido cardiaco daÐado · PodrÀn contener y liberar un fÀrmaco donde se...

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Viernes 31 de marzo de 2017 EL UNIVERSAL E12 CULTURA PROYECTO UNAM Texto: Fernando Guzmán Aguilar [email protected] Conferencia sobre deporte y arte Dentro del ciclo “Justa deportiva: historia y cultura”, el Instituto de Inves- tigaciones Filológicas y la Dirección General del Deporte Universitario in- vitan a la conferencia “El deporte en el arte; el arte en el deporte”, que im- partirá Dafne Cruz Porchini el 6 de abril, a las 17:00 horas, en el Auditorio Dr. Samuel Ramírez Moreno, de la Dirección General de Atención a la Salud, en Ciudad Universitaria. ESPECIAL Alianza para mejorar el acceso a antivenenos Expertos del Instituto de Biotecno- logía, c a m pu s Morelos, de la UNAM se unieron a otros del Instituto de Inmunología, Farmacología y Res- puesta a Emergencias, de la Univer- sidad de Arizona, Estados Unidos, y de la Sociedad Africana de Vene- nología para constituir una alianza tripartita internacional que permi- ta mejorar el acceso a antivenenos de calidad y de esta manera salvar vidas en regiones con una alta in- cidencia de mordeduras de ser- piente. Tan sólo en África subsaha- riana, este grave problema ocasiona cada año la muerte de unas 20 mil p ers onas. Reconocimiento de la UNESCO a la UNAM La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Cien- cia y la Cultura (UNESCO) hizo un reconocimiento a la UNAM por su labor de conservación y preserva- ción del patrimonio bibliográfico resguardado en la Biblioteca Nacio- nal de México. Particularmente, un ejemplar de la primera edición de Canto general , de Pablo Neruda, fue distinguido por el Registro Memo- ria del Mundo de América Latina 2017, listado de patrimonios cultu- rales que han sido aprobados por el Comité Consultivo Internacional y ratificados por el director general de la UNESCO. Andamios para restaurar tejido cardiaco dañado Podrán contener y liberar un fármaco donde se necesite reanimar el crecimiento celular y servirán de soporte para que éste se lleve a cabo “A diferencia del politereftalato de etilenglicol (PET), que también se produce a partir del petróleo y tarda cientos de años en degradarse, los andamios de poliácido láctico y de policaprolactona con colágeno y epicatequina tienen una gran ventaja: por el metabolismo se degradan dentro del cuerpo” ALFREDO MACIEL Investigador del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM Manejo forestal en áreas naturales ROBERTO GUTIÉRREZ ALCALÁ De acuerdo con José López García, investigador del Departamento de Geografía Física del Ins- tituto de Geografía (IG) de la UNAM, no es con- veniente que las áreas naturales protegidas se vean privadas de un manejo forestal. “Lo requieren, así como una limpieza cons- tante, pues de lo contrario pueden acumular materiales combustibles, y éstos propiciar un problema serio, como ocurrió en el Bosque de la Primavera, Jalisco, que fue arrasado por un incendio en 2016. Además, los resultados ha- blan por sí solos: las áreas naturales que se ha- llan bajo manejo forestal tienen una mejor re- cuperación que las protegidas.” Desde hace 15 años, López García se ha de- dicado a evaluar los cambios de cobertura fo- restal en bosques templados en el centro de Mé- xico. Al principio lo hizo a partir de fotografías aéreas digitales; actualmente lo hace a partir de ortofotos e imágenes de los satélites SPOT (siglas de Satellite Pour l’Observation de la Terre). A la par de esto, él y sus colaboradores han llevado a cabo estudios dendrocronológicos pa- ra determinar la edad de los diferentes arbola- dos de los muestreos que hacen. “Y lo que hemos encontrado es que estos ar- bolados se están haciendo viejos, por lo que ne- cesitan una recuperación, y más aun en las áreas naturales protegidas”, dijo en el IG. En uno de los casos que han estudiado, López García y sus colaboradores distinguieron en imágenes de una cuenca ubicada dentro de un área natural protegida que se tomaron entre 1971 y 1994, recuperaciones de 2 hectáreas de bos- que, pero pérdidas de casi 17 hectáreas. En el siguiente periodo analizado, de 1994 a 2003, los cambios fueron mayores: 143 hectá- reas de bosque cerrado se transformaron en bosque semicerrado. Y si se habla de un área natural protegida, esta cantidad de hectáreas ja- más debió haber sufrido dicha alteración, en opinión del investigador. Asimismo, 95 hectá- reas de bosque semicerrado se transformaron en bosque semiabierto, mientras las recupera- ciones fueron de tan sólo 3 hectáreas. “Gran parte de estos cambios puede ser atri- buible a plagas y enfermedades. Pero si a un bos- que no se le da un buen manejo y tiene pro- blemas de sequía, se vuelve más susceptible a las plagas, precisamente.” Por último, en el tercer periodo, de 2003 a 2010, los procesos de degradación disminuye- ron, lo cual se podría atribuir a ciertas acciones que se tomaron en esa área natural protegida. “Lo que sucede con las áreas naturales que es- tán bajo manejo forestal es que sus dueños quie- ren que produzcan para tener más ingresos. Por eso las conservan y, de esta manera, esas áreas naturales aportan más carbono que las prote- gidas. Esto es una pena. No debiera pasar.” La metodología utilizada por López García y sus colaboradores les permite determinar los di- ferentes procesos de degradación o recupera- ción de los bosques. “Si la aplicáramos a la biomasa y viéramos cuál es el volumen de madera que se pierde y cuál el que se recupera, sabríamos cuánto car- bono se fija y cuánto se volatiliza.” Su siguiente objetivo —más complejo y tar- dado— es analizar los suelos. Cabe apuntar que desde hace muchos años, éstos no se estudian a nivel institucional, como lo hacía el INEGI. A la fecha, únicamente una tercera parte de los suelos del país ha sido analizada; de las otras dos terceras partes no se sabe gran cosa. “Entonces, cuando relacionemos los suelos con la cobertura forestal, podremos conocer qué cambios están ocurriendo y cómo se está acu- mulando el carbono en ellos”, concluyó López García. b ESPECIAL Un bosque templado en el centro de México. De acuerdo con la Organi- zación Mundial de la Sa- lud, las enfermedades car- diovasculares siguen sien- do la principal causa de muerte en todo el mundo, seguidas de cerca por el cáncer y la diabetes. Con la intención de tratar de revertir un poco esta realidad, un grupo interinstitucional, inte- grado por investigadores de la UNAM, la Uni- versidad Autónoma de Querétaro y el Centro Médico Nacional Siglo XXI, del IMSS, desarrolla andamios celulares para la restauración de te- jido cardiaco dañado por un infarto, el cual se presenta más frecuentemente por tener niveles altos de colesterol. “Luego de su reanimación en el servicio de urgencias de un hospital, quien es víctima de un infarto al miocardio (el músculo del corazón) re- quiere que se le restaure el tejido cardiaco da- ñ a d o”, señala Alfredo Maciel, académico del Instituto de Investigaciones en Materiales (IIM) de la UNAM. En el caso del colesterol, cuando tapa las ar- terias, éstas dejan de irrigar algunas zonas de tejido cardiaco, por lo que las células de dicho tejido mueren debido a la falta del oxígeno y de los nutrientes que reciben con la sangre. “Restaurar ese tejido no es fácil. Primero hay que eliminar las células que murieron y después rellenar el hueco que dejan con células nuevas”, apunta Maciel, cofundador, con Ricardo Vera, de un grupo del IIM dedicado a la creación de polímeros para aplicaciones biomédicas. En ocasiones, ese hueco se llena con tejido fi- brótico, conformado por fibras de colágeno. Sin embargo, como el colágeno no es un músculo, no puede hacer la función del miocardio. De policaprolactona En el IIM ya se han hecho andamios de poliá- cido láctico que se han implantado en una zona dañada por un infarto al miocardio, para pro- mover la restauración del tejido del corazón. Ricardo Vera, Mónica Castillo —de la Univer- sidad Autónoma de Sonora— y Alida Ospina, co- mo parte de su maestría, los probaron in vivo. A una rata wistar se le indujo un infarto. Pos- teriormente, en un área dañada del corazón se colocó uno de estos andamios con células de corazón especiales para la regeneración de te- jido y en otra no se implantó nada. Al roedor se le dio un tratamiento con oxígeno hiperbárico y, después de un tiempo, en el área donde se colocó el andamio de poliácido láctico, la lesión por el infarto se redujo considerable- mente; y en la que no se implantó nada, no su- cedió así. Actualmente, Alfredo Maciel, Alida Ospina (hoy estudiante de doctorado) y Ángel Juan Sánchez —de la Universidad Autónoma de Querétaro, como parte de su tesis de maestría— desarrollan andamios de policaprolactona con colágeno y epicatequina, un fármaco que ayu- da a la regeneración celular del tejido cardiaco infartado. “Estos andamios tendrán dos funciones: con- tener y liberar la epicatequina en la zona exacta donde se necesita reanimar el crecimiento ce- lular; y servir de soporte para que éste se lleve a cabo”, asegura Maciel. Los investigadores ya han medido con éxito la liberación del fármaco en las primeras 48 ho- ras; sin embargo, ya están desarrollando nuevos andamios que permitirán liberarlo de manera controlada a lo largo de 15 días, tiempo necesario para lograr la restauración del tejido cardiaco d a ñ a d o. Asimismo, en colaboración con el doctor An- drés Castell, de la Facultad de Medicina de la UNAM, ya evalúan in vitro la viabilidad celular de estos andamios. “Las células nuevas se obtienen de cordón umbilical de humano. Se cultivan, se alimentan y crecen en incubadoras; luego se trasplantan a los andamios, para su crecimiento en células es- p ecializadas”, dice Maciel. Dentro de seis meses, los andamios de poli- caprolactona con colágeno y epicatequina se probarán in vivo. En animales de laboratorio se inducirá un infarto artificial y se colocará uno de ellos en el corazón para medir su eficiencia en la restauración del tejido cardiaco dañado. Una vez corroborada su eficiencia en roedo- res, se probarán en humanos. Serán implanta- dos por el doctor Guillermo Prado en pacientes infartados del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS. Biodegradables Hechos mediante la técnica del electrohilado, que permite crear fibras a escalas micro y na- nométrica para una gran variedad de aplicacio- nes biomédicas, los andamios de poliácido lác- tico y de policaprolactona con colágeno y epi- catequina son biodegradables. Unos se producen a partir del ácido láctico, que a su vez se puede sintetizar a partir del pe- tróleo o de cepas de bacterias y hongos (incluso, al hacer ejercicio, el humano lo genera); los otros, a partir de la caprolactona, que a su vez se sintetiza a partir del petróleo por la oxidación de la ciclohexanona. “A diferencia del politereftalato de etilenglicol (PET), que también se sintetiza a partir del pe- tróleo y tarda cientos de años en degradarse, los andamios de poliácido láctico y de policapro- lactona con colágeno y epicatequina tienen una gran ventaja: por el metabolismo se degradan dentro del cuerpo”, finaliza Maciel. b ESPECIAL Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo. ESPECIAL

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Viernes 31 de marzo de 2017 EL UNIVERSALE12 CU LT U R A

PROYECTO UNAM Texto: Fernando Guzmán Aguilar alazul10 @hotmail.com

Conferencia sobre deporte y arteDentro del ciclo “Justa deportiva: historia y cultura”, el Instituto de Inves-tigaciones Filológicas y la Dirección General del Deporte Universitario in-vitan a la conferencia “El deporte en el arte; el arte en el deporte”, que im-partirá Dafne Cruz Porchini el 6 de abril, a las 17:00 horas, en el AuditorioDr. Samuel Ramírez Moreno, de la Dirección General de Atención a la Salud,en Ciudad Universitaria.

E S P E

C I A L Alianza para

mejorar el accesoa antivenenosExpertos del Instituto de Biotecno-logía, c a m pu s Morelos, de la UNAMse unieron a otros del Instituto deInmunología, Farmacología y Res-puesta a Emergencias, de la Univer-sidad de Arizona, Estados Unidos,y de la Sociedad Africana de Vene-nología para constituir una alianzatripartita internacional que permi-ta mejorar el acceso a antivenenosde calidad y de esta manera salvarvidas en regiones con una alta in-cidencia de mordeduras de ser-piente. Tan sólo en África subsaha-riana, este grave problema ocasionacada año la muerte de unas 20 milp ers onas.

Re co n o c i m i e ntode la UNESCOa la UNAMLa Organización de las NacionesUnidas para la Educación, la Cien-cia y la Cultura (UNESCO) hizo unreconocimiento a la UNAM por sulabor de conservación y preserva-ción del patrimonio bibliográficoresguardado en la Biblioteca Nacio-nal de México. Particularmente, unejemplar de la primera edición deCanto general, de Pablo Neruda, fuedistinguido por el Registro Memo-ria del Mundo de América Latina2017, listado de patrimonios cultu-rales que han sido aprobados por elComité Consultivo Internacional yratificados por el director generalde la UNESCO.

Andamios para restaurartejido cardiaco dañadoPodrán contener yliberar un fármacodonde se necesitereanimar el crecimientocelular y servirán desoporte para que éstese lleve a cabo

“A diferencia del politereftalatode etilenglicol (PET), quetambién se produce a partir delpetróleo y tarda cientos de añosen degradarse, los andamios depoliácido láctico y depolicaprolactona con colágeno yepicatequina tienen una granventaja: por el metabolismo sedegradan dentro del cuerpo”ALFREDO MACIELInvestigador del Instituto de Investigaciones enMateriales de la UNAM

Manejo forestalen áreas naturalesROBERTO GUTIÉRREZ ALCALÁ

De acuerdo con José López García, investigadordel Departamento de Geografía Física del Ins-tituto de Geografía (IG) de la UNAM, no es con-veniente que las áreas naturales protegidas sevean privadas de un manejo forestal.

“Lo requieren, así como una limpieza cons-tante, pues de lo contrario pueden acumularmateriales combustibles, y éstos propiciar unproblema serio, como ocurrió en el Bosque dela Primavera, Jalisco, que fue arrasado por unincendio en 2016. Además, los resultados ha-blan por sí solos: las áreas naturales que se ha-llan bajo manejo forestal tienen una mejor re-cuperación que las protegidas.”

Desde hace 15 años, López García se ha de-dicado a evaluar los cambios de cobertura fo-restal en bosques templados en el centro de Mé-xico. Al principio lo hizo a partir de fotografíasaéreas digitales; actualmente lo hace a partir deortofotos e imágenes de los satélites SPOT (siglasde Satellite Pour l’Observation de la Terre).

A la par de esto, él y sus colaboradores hanllevado a cabo estudios dendrocronológicos pa-ra determinar la edad de los diferentes arbola-dos de los muestreos que hacen.

“Y lo que hemos encontrado es que estos ar-bolados se están haciendo viejos, por lo que ne-cesitan una recuperación, y más aun en las áreasnaturales protegidas”, dijo en el IG.

En uno de los casos que han estudiado, LópezGarcía y sus colaboradores distinguieron enimágenes de una cuenca ubicada dentro de unárea natural protegida que se tomaron entre 1971y 1994, recuperaciones de 2 hectáreas de bos-que, pero pérdidas de casi 17 hectáreas.

En el siguiente periodo analizado, de 1994 a2003, los cambios fueron mayores: 143 hectá-reas de bosque cerrado se transformaron enbosque semicerrado. Y si se habla de un áreanatural protegida, esta cantidad de hectáreas ja-más debió haber sufrido dicha alteración, enopinión del investigador. Asimismo, 95 hectá-reas de bosque semicerrado se transformaronen bosque semiabierto, mientras las recupera-ciones fueron de tan sólo 3 hectáreas.

“Gran parte de estos cambios puede ser atri-buible a plagas y enfermedades. Pero si a un bos-que no se le da un buen manejo y tiene pro-blemas de sequía, se vuelve más susceptible alas plagas, precisamente.”

Por último, en el tercer periodo, de 2003 a2010, los procesos de degradación disminuye-ron, lo cual se podría atribuir a ciertas accionesque se tomaron en esa área natural protegida.

“Lo que sucede con las áreas naturales que es-tán bajo manejo forestal es que sus dueños quie-ren que produzcan para tener más ingresos. Poreso las conservan y, de esta manera, esas áreasnaturales aportan más carbono que las prote-gidas. Esto es una pena. No debiera pasar.”

La metodología utilizada por López García ysus colaboradores les permite determinar los di-ferentes procesos de degradación o recupera-ción de los bosques.

“Si la aplicáramos a la biomasa y viéramoscuál es el volumen de madera que se pierde ycuál el que se recupera, sabríamos cuánto car-bono se fija y cuánto se volatiliza.”

Su siguiente objetivo —más complejo y tar-dado — es analizar los suelos. Cabe apuntar quedesde hace muchos años, éstos no se estudiana nivel institucional, como lo hacía el INEGI. Ala fecha, únicamente una tercera parte de lossuelos del país ha sido analizada; de las otras dosterceras partes no se sabe gran cosa.

“Entonces, cuando relacionemos los sueloscon la cobertura forestal, podremos conocer quécambios están ocurriendo y cómo se está acu-mulando el carbono en ellos”, concluyó LópezGarcía. b

E S P E

C I A L

Un bosque templado en el centro de México.

De acuerdo con la Organi-zación Mundial de la Sa-lud, las enfermedades car-diovasculares siguen sien-do la principal causa de

muerte en todo el mundo, seguidas de cerca porel cáncer y la diabetes.

Con la intención de tratar de revertir un pocoesta realidad, un grupo interinstitucional, inte-grado por investigadores de la UNAM, la Uni-versidad Autónoma de Querétaro y el CentroMédico Nacional Siglo XXI, del IMSS, desarrollaandamios celulares para la restauración de te-jido cardiaco dañado por un infarto, el cual sepresenta más frecuentemente por tener nivelesaltos de colesterol.

“Luego de su reanimación en el servicio deurgencias de un hospital, quien es víctima de uninfarto al miocardio (el músculo del corazón) re-quiere que se le restaure el tejido cardiaco da-ñ a d o”, señala Alfredo Maciel, académico delInstituto de Investigaciones en Materiales (IIM)de la UNAM.

En el caso del colesterol, cuando tapa las ar-terias, éstas dejan de irrigar algunas zonas de

tejido cardiaco, por lo que las células de dichotejido mueren debido a la falta del oxígeno y delos nutrientes que reciben con la sangre.

“Restaurar ese tejido no es fácil. Primero hayque eliminar las células que murieron y despuésrellenar el hueco que dejan con células nuevas”,apunta Maciel, cofundador, con Ricardo Vera,de un grupo del IIM dedicado a la creación depolímeros para aplicaciones biomédicas.

En ocasiones, ese hueco se llena con tejido fi-brótico, conformado por fibras de colágeno. Sinembargo, como el colágeno no es un músculo,no puede hacer la función del miocardio.

De policaprolactonaEn el IIM ya se han hecho andamios de poliá-cido láctico que se han implantado en una zonadañada por un infarto al miocardio, para pro-mover la restauración del tejido del corazón.

Ricardo Vera, Mónica Castillo —de la Univer-sidad Autónoma de Sonora—y Alida Ospina, co-mo parte de su maestría, los probaron in vivo.

A una rata wistar se le indujo un infarto. Pos-teriormente, en un área dañada del corazón secolocó uno de estos andamios con células decorazón especiales para la regeneración de te-jido y en otra no se implantó nada.

Al roedor se le dio un tratamiento con oxígenohiperbárico y, después de un tiempo, en el áreadonde se colocó el andamio de poliácido láctico,la lesión por el infarto se redujo considerable-mente; y en la que no se implantó nada, no su-cedió así.

Actualmente, Alfredo Maciel, Alida Ospina(hoy estudiante de doctorado) y Ángel JuanSánchez —de la Universidad Autónoma de

Querétaro, como parte de su tesis de maestría—desarrollan andamios de policaprolactona concolágeno y epicatequina, un fármaco que ayu-da a la regeneración celular del tejido cardiacoinfar tado.

“Estos andamios tendrán dos funciones: con-tener y liberar la epicatequina en la zona exactadonde se necesita reanimar el crecimiento ce-lular; y servir de soporte para que éste se llevea cabo”, asegura Maciel.

Los investigadores ya han medido con éxitola liberación del fármaco en las primeras 48 ho-ras; sin embargo, ya están desarrollando nuevosandamios que permitirán liberarlo de maneracontrolada a lo largo de 15 días, tiempo necesariopara lograr la restauración del tejido cardiacod a ñ a d o.

Asimismo, en colaboración con el doctor An-drés Castell, de la Facultad de Medicina de laUNAM, ya evalúan in vitro la viabilidad celularde estos andamios.

“Las células nuevas se obtienen de cordónumbilical de humano. Se cultivan, se alimentany crecen en incubadoras; luego se trasplantan alos andamios, para su crecimiento en células es-p ecializadas”, dice Maciel.

Dentro de seis meses, los andamios de poli-caprolactona con colágeno y epicatequina seprobarán in vivo. En animales de laboratorio seinducirá un infarto artificial y se colocará uno deellos en el corazón para medir su eficiencia enla restauración del tejido cardiaco dañado.

Una vez corroborada su eficiencia en roedo-res, se probarán en humanos. Serán implanta-dos por el doctor Guillermo Prado en pacientesinfartados del Centro Médico Nacional SigloXXI del IMSS.

B i o d e g ra d a b l esHechos mediante la técnica del electrohilado,que permite crear fibras a escalas micro y na-nométrica para una gran variedad de aplicacio-nes biomédicas, los andamios de poliácido lác-tico y de policaprolactona con colágeno y epi-catequina son biodegradables.

Unos se producen a partir del ácido láctico,que a su vez se puede sintetizar a partir del pe-tróleo o de cepas de bacterias y hongos (incluso,al hacer ejercicio, el humano lo genera); losotros, a partir de la caprolactona, que a su vezse sintetiza a partir del petróleo por la oxidaciónde la ciclohexanona.

“A diferencia del politereftalato de etilenglicol(PET), que también se sintetiza a partir del pe-tróleo y tarda cientos de años en degradarse, losandamios de poliácido láctico y de policapro-lactona con colágeno y epicatequina tienen unagran ventaja: por el metabolismo se degradandentro del cuerpo”, finaliza Maciel. b

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Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo.

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