Amor consciente, el verdadero amor yogui
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AIYA Ebook Instituto Yoga y Ayurveda Pedro Arce Cifuentes Febrero 2019 Amor consciente, el verdadero amor yogui
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AIYA Ebook Instituto Yoga y Ayurveda
Pedro Arce Cifuentes
Febrero 2019
Amor consciente, el verdadero amor yogui
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Febrero 2019
Dedicado a mi amor consciente,
gracias por ayudarme a crecer
Pedro Arce
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Primera parte
¿Qué es el amor consciente y cuáles son los 4 ingredientes para alcanzarlo?
Amor consciente, el verdadero amor yogui
Segunda Parte
Karma Yoga contra los 3 venenos de una
relación consciente
Tercera parte
Las 5 maneras conscientes para reconectar con
nuestra pareja: el yoga de las relaciones
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Primera parte
SEAMOS VALIENTES, AMEMOS DE FORMA
CONSCIENTE
¿Qué es el amor consciente?
Amor consciente, el verdadero amor yogui
Nos encontramos en un momento en el que los patrones de relación
están en crisis. Hace tiempo que vienen cambiando. Comenzamos el
siglo XXI con bastante desorientación, sin embargo vamos a
terminar la segunda decena y todavía no han aparecido propuestas
funcionales y sobre todo satisfactorias. Reconozcámoslo, la mayoría de
las relaciones presentan serias dificultades. Encontrar una pareja
estable y que se sienta realizada en el tiempo no es nada fácil.
La verdad es que debemos asumir que por regla general nos
lanzamos al amor usando los clichés de las películas. Hemos
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estado esperando que apareciera el “amor de nuestra vida” para
permitirnos ser felices. Personalmente así lo he hecho
durante gran parte de mi vida. Intentando rescatar princesas. Y alguna
rescaté, pero al cabo de un tiempo parecía que ese néctar excitante se
agotaba y volvía a sentirme de nuevo pesado y gris.
Creo que es un sentimiento general: estamos insatisfechos y
decepcionados del amor romántico. Pero lo peor es que
no encontramos la forma de superar esto. Y no solo a nivel sentimental.
También en nuestras relaciones habituales pasa lo mismo, con
nuestros amigos, en el trabajo…
Siento que estamos en una profunda crisis general de valores. Pero
creo que esto es positivo. La crisis trae en su interior la semilla de la
oportunidad.
Personalmente, creo que necesitamos amarnos de forma consciente.
Necesitamos ser valientes. Necesitamos un cambio.
¿Qué es el amor consciente?
Me gusta definirlo como una relación emocional profunda en la que
ambas partes se sienten comprometidas con un propósito, y
ese propósito es el crecimiento. Un crecimiento tanto de ellos
mismos como individuos, como de un crecimiento como pareja. Veo
claro dos entidades para que se produzca este amor consciente. Los
individuos particulares y la pareja que forma su unión. Y habrá
que considerar y nutrir a las tres partes.
En la concepción de las relaciones de siempre, nos involucramos en
una pareja para satisfacer nuestras necesidades de compañía,
afecto, etc… Somos como vampiritos que chupamos del jugo de la
pasión que aparece al intimar con otra persona. Pero esto tiene una
fecha de caducidad. Si no se recarga, acaba agotándose. Entonces la
persona amada deja de ser valiosa, pues nos sentimos vacíos y sin
excitación. El néctar se acabó.
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Sin embargo, cuando dos personas se encuentran y deciden unirse en
una relación consciente, esta unión se establece en unos valores que
van más allá de la gratificación. El abrazo mutuo se convierte en
un camino de evolución y ya no es una suma de dos individuos, sino
que algo más grande que ellos
mismos se establece. Se
produce una
expansión mutua.
Si estás buscando pareja te
animo que busques una
relación consciente. Estos
puntos te ayudarán a ello. Si
ya estás involucrado en una
relación verifica si realmente
es la que deseas.
¡Adiós amor romántico! ¡Bienvenido amor consciente!
Los 4 ingredientes para alcanzar el amor consciente
1.- Una pareja consciente no está aferrada a los resultados,
sino que es responsable y sabe que su crecimiento es lo
más importante.
¡Con esto no quiero decir que no les importe lo que les pase! Ni que no
se pueda fantasear con ciertas expectativas en la relación. Lo que
significa es que la prioridad de la relación es el
crecimiento. En todos los planos: físico, mental, emocional y
espiritual. Y cuando este crecimiento se detiene es cuando empezamos
a sentirnos mal. Sentimos que algo está fallando. ¡Nos estamos
traicionando!
El amor romántico tiende a sofocar este crecimiento, porque crecer a
veces duele, y a este tipo de amor solo le interesa la excitación, el
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placer o el dolor como fin en sí mismo. Sencillamente por esto. Para
que todo salga como nosotros queremos nos esforzamos en manipular
a nuestros compañeros a través de sutiles chantajes para que actúen de
forma determinada. En otras ocasiones somos nosotros los que nos
reprimimos para que no vean quienes somos en realidad por temor a
ser rechazados. Esto hace que nos sintamos pequeños y que nuestra
fuerza personal poco a poco se vaya debilitando. Entonces empezamos
a sentirnos en una jaula de oro.
La pareja consciente busca y valora el crecimiento y sabe que este es el
secreto para mantenerla viva. Aunque a veces el crecimiento duela y de
miedo. Pero la diferencia es que afrontarlo y superarlo juntos nos
ennoblece y fortalece como personas y pareja. Nos purifica. Nos llena
de vitalidad.
2.- Cada persona en la relación consciente
debe responsabilizarse de su propia
basura.
Todos traemos una mochila. Las parejas
conscientes entienden que vienen con heridas y
que estas despertarán en la relación. Saben que
aparecerán sentimientos de abandono,
rechazo, inseguridad, celos…ese montón de
basura que emerge cuando empezamos a intimar
lazos con otra persona.
La mayoría de nosotros todavía creemos que amar es
sentirnos bien únicamente, y que cuando empezamos a sentirnos
incómodos o dolidos es que algo no funciona en la relación. Lo que nos
cuesta ver es que la mayor parte de esos malestares provienen de
nosotros. Estos problemas están causados por nuestras creencias y
patrones erróneos. Nuestra pareja y la convivencia únicamente hacen
que salgan a flote con mayor fuerza y claridad.
Los miembros de una pareja consciente están abiertos a limpiar sus
problemas, los pasados y los actuales, a través
del autoanálisis. Sin echar las culpas al otro. Sin evadir sus
propias responsabilidades. Para crecer hacia una realidad más sana.
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3.-En una relación consciente todos los sentimientos son
bienvenidos.
Debe haber espacio para sentir. Los sentimientos son un crisol variado
y debería haber lugar para todos los colores. Si, ya sé que a veces no es
agradable, pero amar conscientemente pasa por eso. Incluso por dar
espacio para que nuestra pareja nos exprese sus fantasías. Aunque
escuchar sus anhelos nos haga entrar en terreno resbaladizo y nos
ponga nerviosos. Pero quizás sea una de las cosas más sanadoras para
nosotros. No estamos acostumbrados a estos ejercicios de
honestidad y mostrarnos tal y cual somos. Ni
que tu pareja haga lo mismo. Puede que no te guste lo que oyes. Igual
te sienta como una patada.
¿Te has parado a observar qué es lo que te hace daño realmente?
Sé sincero y abre tu mente. Dijimos que en el amor consciente
comprendamos a los individuos aislados pero también la pareja como
un ente. Deja que se nutra esta entidad.
Estamos acostumbrados a reprimirnos por el temor de ser rechazados
y no sentirnos amados. Pero esto nos ahoga y encorseta.
Necesitamos una rigurosa honestidad para rebelar
aquellas partes de nosotros que son más difíciles de mostrar y dejar
que “nuestro amado” haga lo mismo. Cuando hacemos esto la pareja
vibra y se llena de vitalidad.
4.- La relación consciente en un espacio para la práctica el
amor.
Porque el amor consciente entiende el amor como un
entrenamiento. Es una práctica de aceptación constante. De
presencia diaria en el momento presente. Un ejercicio constante de
perdón y exploración de nuevos territorios en los que nos
podemos sentir frágiles y vulnerables.
El amor no es un destino. No es un sitio al que se llega y uno se tumba
a descansar. Queremos estar de subidón pasional todo el tiempo y no
bajar nunca de ese estado. En cuanto lo hacemos, entendemos que algo
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falla. Convertimos las relaciones en drogas a las que nos enganchamos
como adictos.
El amor consciente no tiene nada que ver con esto. Es un viaje con
sus subidas y bajadas. No atiende a fórmulas estereotipadas.
Debemos preguntarnos constantemente y descubrir en la
adversidad una nueva oportunidad para crecer, tanto
individualmente como juntos.
Los amantes conscientes son salvajes y atrevidos. No se
acomodan. Es necesaria una atención fiera para esto. Un gran valor.
Y permitir que el amor se manifieste con toda su cruda belleza.
El propósito fundamental sobre lo que se debe basar una pareja es el
crecimiento mutuo.
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Segunda parte
KARMA YOGA El antídoto contra los
3 venenos en una relación
Hablemos ahora de los tres venenos que pueden arruinar nuestra
relación consciente y, por cada uno de ellos, desde el punto de vista del
Yoga, cómo utilizar la práctica de Yama y Niyamas como antídotos
para neutralizarlos.
Analicemos pues las mentiras más dolorosas y escurridizas del amor
romántico.
Veneno 1 - Buscar
la felicidad a
través de tu relación.
Si, ya sé que la mayor
parte de las películas de
tipo comedia romántica
estilo ”Pretty Woman”
nos cuentan este cuento.
Y nos encanta. Todos
crecemos pensando que
cuando aparezca esa
persona todos nuestros
problemas
desaparecerán.
Pero la realidad es
bastante diferente.
Nuestro estado
interior previo a
estar en pareja será
el que emergerá
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cuando el tiempo pase y se acabe el combustible inicial de la
pasión.
Esto quizás no suceda en los primeros momentos ya que al
enamorarnos, al producirse ese choque de trenes, nuestra bioquímica
neuronal explota y nos sentimos en un estado alterado, una dulce
locura transitoria. Todos sabemos sus efectos: de repente el universo
fluye en armonía, y: ¡la persona elegida es sencillamente perfecta! Pero
esto, así a pelo, tiene su tiempo limitado de duración. Este sentir
interno anterior al encuentro del que hablamos, (que suponemos según
nos muestran las películas es de sentirnos vacíos e incompletos)
emergerá después del subidón hormonal de la primera etapa rosa de
enamoramiento.
Cuando nuestras hormonas se apacigüen volvemos a nuestra realidad
personal. Sea cual sea.
Karma yoga Antídoto 1:
Si estás en pareja empieza a trabajarte interiormente para buscar esa
fuente de felicidad. Conviértelo en una prioridad. Es sin duda lo más
positivo que vas a poder aportar a tu relación una vez que la
encuentres. A través de la indagación de los niyamas, especialmente
Svadisthana o estudio y conocimiento de uno mismo y de Tapas se
convierten en herramientas de inestimable valor para el yogui.
Si estás buscando pareja, hazlo también. En vez de perder tanto tiempo
en páginas de contactos buscando a la desesperada, comienza por
buscarte a ti mismo. Te aseguro que tu verdadero compañero
está haciendo el mismo trabajo por su cuenta, ¡No le hagas esperar
demasiado perdiendo el tiempo con relaciones equivocadas!
Para este karma es de gran ayuda contemplar en profundidad el Yama
Brahmacharya. Modulación no solo en el asunto sexual, sino
entendido como moderación en mi propia energía entendida de forma
global.
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Veneno 2.- Esperar que
tu pareja cambie sus
comportamientos por
ti. Debe hacerlo por sí
mismo.
En adicciones es muy típico
escuchar decir al adicto,
independientemente su
sustancias sean drogas,
actividades o personas:
“Voy a dejar de consumir
para contentar a mi pareja,
así podré recuperarla”.
Esto en principio puede
resultar conmovedor, pero
en la práctica la mayoría de
las veces la realidad es que
no funciona. Forma parte
de un sutil mecanismo
de autoengaño. En
el mejor de los casos, en los que esta persona consiga mantenerse
limpia el tiempo suficiente para que su pareja vuelva a confiar, en
cuanto se acabe la amenaza que le impulsó a dejarlo, volverá a su
antiguo consumo. Pasa lo mismo con la alimentación, el orden, el
alcohol, drogas, conductas sexuales, etc…
La persona que desea liberarse debe proponer estos cambios
importantes desde un compromiso sincero y
profundo consigo mismo.
Karma Yoga Antídoto 2:
No intentes cambiar a tu pareja. Deja que sea él/ella la que haga el cambio desde su sentir más profundo y genuino. Esto va a requerir mucha aceptación por nuestra parte. El amor consciente es un ejercicio lúcido y constante de aceptación.
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Para la realización de este karma, al yogui le es indispensable la
profundización con valor en el Yama Satya o veracidad.
Veneno 3.- Cuando me siento herido necesariamente es
porque mi pareja hace algo mal.
La convivencia es una arte. Cuando nos adentramos en la intimidad
que se crea entre dos personas es inevitable que aparezcan ocasiones
en las que nos sintamos enojados, iracundos, decepcionados…Otro de
los venenos que puede echar al traste nuestra relación es creer que en
estos momentos nuestro compañero es siempre el malo de la
película. Huye del victimismo* y pasa a la acción. En vez de esto
deberíamos aprovechar cada oportunidad que se nos presenta para
intentar ver la parte de responsabilidad que tenemos en cada conflicto.
Puede que la ira que manifiesta ahora mi pareja pueda provenir de algo
que hice previamente. Si este es el caso, con la mayor humildad
que sea capaz, será energéticamente liberador realizar con la mayor
bondad posible una reparación con mi pareja y buscar posteriormente
la fortaleza necesaria para que esto se repita lo menos posible. Si por el
contrato no tengo nada que ver con su enfado y no me pide ayuda,
simplemente debo concentrarme en mis asuntos. No significa darle
la espalda, sino que puedo estar disponible para cuando mi pareja me
necesite y me lo pida. Pero solo en ese momento, no si no me lo pide.
Es el tiempo perfecto para dejar de hacerme el rescatador y aprender a
respetar las decisiones internas y ritmos de mi pareja. Quizás preferiría
otro comportamiento por su parte, pero debo aceptar y respetar.
*El victimismo es una forma perversa de robo energético y
manipulación, con lo que la introspección y aplicación del Yama
Asteya nos equilibrará en este aspecto.
Karma yoga Antídoto 3:
En vez de proyectar los sentimientos difíciles de manejar sobre tu
pareja, es más constructivo y enriquecedor asumir la responsabilidad
que tengamos en cada asunto. Lo que es tuyo, es tuyo. Del resto
despréndete, no te pertenece. Investiga acerca del Yama
Aparigraha en los asuntos que no me pertenecen es lo más saludable.
Plantéate este tipo de preguntas siempre que surja un sentimiento
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incómodo en tu relación y posiciónate desde la libertad. No desde el
victimismo.
Adelante y sin miedo. Recuerda, no estás solo y
todos estamos aprendiendo.
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Tercera parte
Las 5 maneras conscientes
para conectar con nuestra pareja
el Yoga de las relaciones
Estos últimos seis años he tenido la relación más auténtica, serena y a la vez divertida de mi vida. Pero sería un iluso sino reconociera que el paso del tiempo erosiona las piedras de las pirámides y cubre de polvo los sabios mensajes de los jeroglíficos Conocer a tu pareja en la fase de mediados de los treinta hace que ninguno de los dos llegue a la relación sin vida previa, exparejas, hijos, etc…El día a día, las responsabilidades, los ritmos variables y los cambios hacen mella en el brillo del encuentro. A veces, con los amigos más íntimos, casados o divorciados, hablamos sobre el desafío que entraña el mantener viva durante años esa conexión íntima con la misma pareja, especialmente cuando hay niños o adolescentes de por medio. En numerosas ocasiones uno debe elegir la generosidad y el esfuerzo, en vez de la satisfacción personal egoísta, y aun así, a pesar de esto, saber que uno puede crecer también individualmente. Las diferentes intensidades en las distancias de la pareja son naturales e incluso beneficiosas. Reconozco que he tenido que aprender que no siempre tenemos que estar arriba. Esto es forzar los ritmos naturales, ya que en la naturaleza
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todo fluctúa en ciclos y estos se apoyan unos en otros y se retroalimentan. A veces en alguno de estos momentos de baja energía me vienen a la cabeza los siguientes estos versos: “No temas los espacios en tu relación, y que los vientos de los cielos bailen entre ustedes. Ámense, pero no hagan un vínculo de amor: dejen que sea un mar en movimiento entre las orillas de sus almas”. ~ Kahlil Gibran
Lograr un equilibrio entre dar espacio y mantener la intimidad
posiblemente sea uno de los aspectos más difíciles de la relación madura de pareja para mí. Como en las siete y media, o me paso o no llego. Esto me genera ansiedad ante la posibilidad de ser malentendido por la otra persona o puede llegar a agobiarme si no soy capaz de marcar límites saludables y que necesito. En cualquiera de estos casos, no hacer nada y dejar que se manifiesten los viejos patrones o samkaras, es una solución no solo ineficaz sino nefasta. Necesito una nueva perspectiva. A través de mi práctica de yoga, especialmente la enfocada en la atención a mi interior, dharana y dhyana, descubro que el tacto, la expresión corporal y el enfoque de nuestras energías son claves para poder canalizar los sentimientos hacia una acción positiva y fértil. Y las relaciones que perduran se nutren a través de acciones, no palabras. Yoga es algo más que una sucesión de asanas durante hora y media
sobre una esterilla. Yoga es una forma de abrirse y vivir la realidad. Yoga es unión, y qué mejor que la visión y la sabiduría
del arte de la “Unión” para reconectarme con mi pareja. Ojalá pueda servir a otros practicantes de yoga y parejas como me sirve a mí.
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1. El fuego de la mirada. Drishti es el término sánscrito para "mirar enfocado". Dirigir los ojos a puntos particulares de concentración refina y potencia la práctica del yoga y la meditación. Para el Ayurveda el elemento
fuego se concreta en el sentido de la vista, y es a través del fuego de
la mirada el órgano que más utilizamos para relacionarnos con nuestro entorno. Tratak es otro término sánscrito que describe la práctica de fijar la mirada durante largos períodos de tiempo en un punto focal como puede ser llama de vela. Es sorprenderte el observar la convivencia cotidiana de una pareja. Ya que la propia nos es tan difícil. Y como, pueden dos personas estar hablando con la mirada centrada en otro asunto. Una pantalla, un qué hacer, o cualquier otra cosa. Esto, aunque parece que estamos comunicándonos, acaba poco a poco desconectándonos. “Necesito tu mirada”. A veces, necesito el ejercicio consciente de mirar atentamente, para profundizar nuestra conexión íntima. Sentarnos cara a cara mientras simplemente nos miramos, de forma cariñosa y atenta, hasta que brote la vulnerabilidad de sentirse desnudo y también observado. Recuerdo la primera vez que vi a mi pareja. Me quedé mudo media hora. Ella me preguntaba si me encontraba bien. Me robó el habla. Tal fue el poder del encuentro con su mirada. Ahora, esto ya no me sucede, sin embargo cada vez que conecto con sus ojos más de un par de
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segundos en silencio, algo me toca dentro, en mis tripas, vuelvo a sentir ese pulso mutuo. Esto puedo hacerlo en cualquier momento, solos o con más gente. En un casual y breve encuentro. Comiendo. Y por encima de todo, comunicándonos, sea con palabras o a través del sexo. El resultado es que cuanto más la miro, más me conecto.
2. El arte del tacto. Todas las parejas se tocan frecuentemente. O casi todas. Sin embargo, ¿Cuántas veces tocamos a nuestras parejas con la atención consciente al mensaje que queremos transmitir con nuestro toque? En las relaciones de pareja, abundan los besitos de despedida antes de salir por la mañana al trabajo o el fomentar el contacto a través de cogerse las manos cuando se pasea por un parque. Esto es algo natural. Sin embargo, ¿cuántos de ellos se realizan de forma automática y mecánica. Sin sentirlos realmente? Existen otros tipos de contactos físicos o apoyos que podemos realizar en momentos duros.
Colocamos nuestra mano en su brazo u hombro, cuando tiene que soportar algún revés inesperado. A veces pueden ir acompañados de un “lo siento”, “Tranquila, estoy contigo” o un poderoso silencio.
Me encanta abrazar a mi pareja de lado cuando caminamos y
colocar mi mano en su corazón. Lo hago con toda la consciencia que puedo mientras tengo la sensación de estar conectando con ella en un plano muy íntimo. Y ella me manifiesta que es recíproco. Es otro lenguaje, íntimo y propio a través de la proximidad de nuestro cuerpo, nuestra energía. Cuánto me alimenta esta comunicación paralela. Es muy enriquecedor explorar y establecer a través de la intención del tacto una intimidad única y secreta entre la pareja. Y practicarla con mayor frecuencia.
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3. Crear espacios de escucha atenta. Por inercia, en mi caso, muchas de las conversaciones con mi pareja son del trabajo que desarrollamos juntos y de preocupaciones domésticas. Horarios, citas y programaciones. Y esto es imprescindible para la planificación de nuestras vidas. Sin embargo en el tiempo que tenemos para nuestra intimidad es importante no dejar que se filtren este tipo de temas de logística cuando ya se han resuelto, y dejar espacio para compartir en un plano más emocional. Reconozco que quizás este sea el asunto en el que más esfuerzo tengo que hacer, ya que mi cabeza enseguida se distrae en lo pragmático y cotidiano. Y tengo que prohibirme hablar de trabajo en momentos íntimos. Recuerdo que la primera vez que lo hicimos, con intención rígida que pasaron varios minutos en silencio, mirándonos hasta que empezamos a hilar una nueva conversación ausente de preocupaciones. Es un asunto de práctica. En la que sigo progresando. Me di cuenta también lo importante que es poner toda mi atención a mi pareja cuando intenta comunicarse conmigo. Mantener el
espacio para que se exprese. Hacer pausas y mantener mi enfoque en su mensaje.
• Antes de hacer una pregunta, dejar un pequeño espacio. • Mantener la mirada con cariño mientras habla • No interrumpir (súper importante) • Estar atento a matices asociados, como los cambios en el tono de voz, lenguaje no verbal, etc…
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• Dejar espacio para reflexionar después que termine de hablar antes de que yo responda. 4. El dulce peso de la memoria. Revivir bellos recuerdos juntos puede cambiar totalmente nuestra experiencia presente llenándola de preciosas sensaciones y
vivencias compartidas. Cuando estoy con mi pareja con energía más baja, en alguno de esos días grises que siempre llegan, hago el ejercicio de recordar con ella y valorar la forma tan mágica cuando nos conocimos y los primeros tiempos de nuestra relación. Nuestros primeros viajes juntos con la furgoneta. O nos ponemos a ver fotos. La energía cambia totalmente. Conecto con todo lo que hizo que cayera profundamente enamorado y mi decisión consciente de querer estar con ella.
5. El flujo de la respiración. El aliento es la fuente de la vida, y podemos a través de su flujo llenar
de energía nuestras relaciones.
Al igual que en el yoga o la meditación, debemos ser conscientes de nuestra respiración en nuestras relaciones íntimas para intensificar tanto nuestra conexión como nuestro placer. Existen muchas formas de incorporar la respiración consciente en los momentos más íntimos con nuestra pareja. Prestar atención a la
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respiración del otro y combinarla con la nuestra en una forma de meditación poderosa para fundirse en el otro. Practique el sentarse espalda con espalda mientras meditáis de forma conjunta. Con especial atención al ritmo de las respiraciones intentando acoplar los tiempos de las inhalaciones y exhalaciones durante unos minutos. Lo ideal es que exhalemos cuando nuestro compañero inhala y viceversa.
Otra forma es a través del arte de besar, combinando la
respiración de manera que acoplemos las exhalaciones de la pareja mientras nosotros inhalemos mientras nuestros labios siguen besándose. Esto hace que la fusión energética entre ambos sea mucho más profunda. Cada pareja es única y maravillosa, por lo que será necesaria una exploración de estas cinco prácticas, sin prisa y con delicadeza, para encontrar vuestra manera única. Deberemos adaptar nuestras particularidades y diferentes maneras de expresión. Mente abierta y corazón generoso y dispuesto son las claves para este trabajo de yoga del amor.
Y rendirse al objetivo, que es fusión con y en el otro.
La búsqueda de una pareja consciente por cultivar su amor, a través del tiempo y las dificultades, puede que sea una de las aventuras más extraordinarias para cualquier ser humano. Feliz vida. Feliz práctica.
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