Amanecer de las alondras

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Carmiña Navia Velasco Amanecer de las alondras

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AMANECER DE LAS ALONDRAS© Carmiña Navia Velasco, [email protected]

ISBN: 978-958-8416-45-8

Primera Edición:Bogotá, agosto de 2014

Pintura de Carátula: Pertenece a la artista nacida en Brasil, 1941-1997, nacionalizada en Norte América, Susan Seddon Boulet. Publicada en el Calendario del 2005, Unicornios, por Pomegranate Communications, Inc. Su hijo, Eric Boulet, nos autorizó la publicación de su pintura en esta Carátula.

Diseño de Carátula y Diagramación:Leonardo Guerrero Záratewww.monocromaticos.comdirecció[email protected]

Apidama Ediciones [email protected] 127C No. 5-28 Of. 525Teléfono: (071) 626 50 46Bogotá - Colombia

Impresión:Editorial Có[email protected]. 15 No. 54-32 Int. 1Tel. 249 49 92Bogotá - Colombia

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No existe sabiduría para el hombre sin armonía,y sin armonía no hay contemplación.

Sin contemplación no puede haber paz,y sin paz ¿puede acaso haber dicha?

De: El Bhagavad Gita

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El doble amanecer de las alondras

Recuerdo los poemas de Carmiña Navia y sus primeros libros, como La niebla camina en la ciudad, desde 1987, cuando me dediqué a buscar a las poetas colombianas, para la Antología de Teresa Rozo Moorhouse, Diosas en bronce… También he tenido el privilegio de leer su Testimonio: Escribir, un imperativo. Al leer de primera mano esta importante Carta de viaje, supe lo esencial que la palabra poética ha sido en la vida de Carmiña Navia Velasco.

No lo que algunos suelen pensar de las poetas, que su obra es un simple pasatiempo, un añadido, algo vano. Para Carmiña Navia es un imperativo, una necesidad vital, tal como Renier María Rilke le aconseja en su carta a aquel joven poeta: Está usted mirando hacia fuera, y precisamente esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir. Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir. Ante todo, esto: pregúntese en la hora más callada de su noche: “¿Debo yo escribir?” Vaya cavando y ahondando, en busca de una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al encuentro de tan seria pregunta con un “Si debo” firme y sencillo, entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida.

Carmiña Navia Velasco no ha hecho otra cosa que adentrarse en ella, rehuir a toda gloria vana, buscarse en lo más hondo, porque desde sus primeros años de adolescencia y en ese tiempo que la condujo a la juventud, se inició en esta búsqueda incansable de su ser como poeta. Ella no tenía un antecedente, ni esta búsqueda como poeta era una práctica corriente entre las personas que la rodeaban. Nos cuenta que sus amigas no escribían, pero una vez que ella comenzó a escribir poemas, ya no pudo parar. Era ante todo, una actividad secreta, clandestina.

Fue siempre una gran lectora de todos los libros de su biblioteca familiar, y su madre una gran lectora de poemas. Nos dice Carmiña textualmente, en su Testimonio, algo muy bello: La poesía era algo que hacía que todo fuera mucho más bello y más

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intenso. La poesía le daba un tinte a las cosas, que me permitía sentir y soñar más. La poesía llenaba de colores lo que cotidianamente era gris.

También nos cuenta nuestra poeta: La poesía era una actividad marginal y solitaria, como un vicio secreto. Cuando quise orientar mi vida adulta, una exigencia muy importante en mi horizonte siempre fue: Necesito libertad para escribir, desde esos años sentí y hoy siento, que no puedo vivir sin escribir. Entonces nos encontramos ante una poeta de tiempo completo, ante una mujer cuya vida la define la poesía. La poesía es su proyecto de vida. Aunque si nos detenemos en su hoja de vida, la más extensa y completa que haya conocido, ella es Licenciada en Letras, con Maestría en Lingüística de la Universidad del Valle. Especialista en Género, en Socio-crítica, obtuvo una Maestría en Teología. Siempre, nos dice Carmiña, cada paso que ha dado en la vida ha sido acomodando todas sus actividades a la poesía. Todo lo que le ha permitido ser y crecer poéticamente.

En su Testimonio encuentro esta importante confesión: Y entonces, la pregunta y la certeza: Escribir poesía es algo que me exige la vida, es algo que da sentido a mi propia existencia… No importa que se lea o no se lea… escribir poesía es para mí (y ha sido) una forma concreta de existencia. Y no conozco otra, con altibajos y silencios, no imagino mi vida sin este ejercicio.

Si de un llamado interior se trata, vuelvo a leer una y otra vez, el poema Génesis, el cual no aparece en este libro, pero que hace parte de la Antología que le publicó a Carmiña el Centro de Estudios de Género de la Universidad del Valle, y allí nos dice:

En el vacío inmenso del universo estaba mi vacío.El agua estaba rota.Mi vida deambulaba por las calles, entre la sombra inerte de anocheceres fríos…….Y descubrió mi vida tu destino.Y se encontró mi mano con la tuya.Y el desgarrado ser que preguntaba se topó una respuesta.Pero los ojos temerosos no creyeron…

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La fuerza del amor se destruía…Y ante el esfuerzo mudo de ambos cuerpossurgía de nuevo, el destructor regreso de un pasado.Había ausencia de Dios.Todo era roca. …….Nuestras manos se unieron.Mi ser descubrió el tuyo, tu vida fue pasándose a mis venas en un recorrer nítido cuya corriente nada la detuvo.La fuerza del encuentro se hizo forma y fue respuesta.Tu mundo dio a mi mundo el calor y la lumbre suficientes para que los temores se perdieran.……Y tus palabras dieron una respuesta a cada hora mía.Acallaron la súplica.Reunieron en ti, mi soledad.Y tu ser hizo al mío una promesa. Y fue cumplida. Y mi ser se entregó.Y fue el amor. La acogida sincera. Y una entrega sin límites.

Bien podíamos pensar al leer entre líneas, este poema, sobre los muchos encuentros de la poeta con el amor, uno de ellos podría ser con ese Creador del Universo, que responde todas las súplicas, y cumple todas las promesas. Pero si este mágico y excepcional encuentro pudiera resumir su hallazgo de la poesía, como esa paz, esa luz que acalla toda tempestad y las palabras que dieron la respuesta a cada una de sus horas de angustia. Y en la forma más diáfana y con el lenguaje más sencillo y depurado, Carmiña nos introduce a su Génesis poética. Su despertar poético, esa clarividencia que solo en los momentos de mayor vacío, cuando se atraviesa la nada, puede despertar ese ser interior y arrojarse a las esferas superiores, para contarnos un gran hallazgo, ese su mayor secreto. De esa actividad para ella imprescindible, aunque para otros pueda considerarse como marginal, de ese vicio secreto, nace esta gran poeta.

El libro de poemas: Amanecer de las alondras, es un grito que sale del fondo de su autora, Carmiña Navia. Aborda en seis capítulos distintos temas con un tratamiento

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muy diferentes para cada poema. Inicia con Al final del Otoño, poemas que nos remiten a su infancia, a los más queridos recuerdos, a la nostalgia.

Carmiña Navia Velasco es poeta y caleña de pura cepa, y en el capítulo: Caleñísimos, podemos leer Calles de Cali, y comprender la dimensión de su ciudad, por ese elemento urbano, como son las calles, elemento que la marca, parecería una de sus claves poéticas. Allí nos dice: Mis calzados recorren unas calles de ausencia, / pobladas de fantasmas diferentes, / y atardeceres/ de la luz / y el color / en escape veloz. Son las calles de esa ciudad que ama y le recuerda a los ausentes, entonces sus fantasmas la reconocen y saludan en el atardecer de luz y color, que se escapa rápidamente.

En el tercer capítulo Despertar, Carmiña nos habla de la Colombia que se desangra, en este conflicto interno, la violencia que hemos vivido por años y años, hasta perder la cuenta. Para entender la hondura del amor de ella por su país, nos basta leer este poema: Una forma de amor:

Este paísque me crece en las manoscomo un árbolme duelepor las venasy por mi red de arterias.

Es el mismo de siempremas sus descorazonesimantansu destino.

Octavio Paz nos define al Poeta: Hilo conductor y transformador de la corriente poética, crea una obra. Y es exactamente lo que sentimos con los poemas de Carmiña Navia, a medida que nos sumergimos en su libro: Amanecer de las alondras. Cada poema en sí, es una unidad autosuficiente y completa, pero todo el libro es un hilo que nos conduce a un sueño total, a una dimensión diferente de la vida, del amor, del dolor de nuestro país y de la lucha y el desgarramiento de sus mujeres. Allí

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donde el fusil, la dureza del hambre, la soledad, el desamparo y el desplazamiento, deja en nuestra poeta su impronta redimida en poesía.

Nos vamos al capítulo titulado: Amanecer de las alondras, y al poema que lleva este mismo nombre:

Acompasaron -en el amanecer de las alondras-la desesperación.

Comparecieronpara sanar la heridade su carne entreabiertay acariciarsu corazón enfermo.

…….A la sombra de una gran ceiba hermanarepoblaron todas sus ilusiones,su utopía,su fuego,su follaje.

Carmiña Navia nos señala que este Amanecer de las alondras, al cual alude en el título de este libro, es el renacer de la mujer colombiana, quien comparece para sanar la herida de su carne entreabierta, y su corazón enfermo. Y será a la sombra de una gran ceiba, donde ella reencontrará sus ilusiones, su utopía, su fuego, su follaje. Porque tanto ella como la ceiba, se desangran, pero a la sombra de la ceiba hermana, curará sus heridas.

El poema, La Mujer en mi cuerpo, es todo un tratado y una epopeya sobre la mujer y su historia. Este magistral poema, en que la poeta es capaz de encarnar en su cuerpo el dolor, la lucha, y el desgarramiento femenino, a la largo de la historia de

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la humanidad. Parte de la mujer común y nos pasea por: Fedra con su tragedia, Medea y sus preguntas, / Andrómaca y sus ansias, / Casandra en sus presagios, / hicieron carne en mí… Mujeres que poblaron mi cuerpo / y habitaron mi sangre, / cada siglo de nuevo…/ La que en la cordillera de los Andes / alumbró la mañana…/ Soy la mujer que en el centro del Valle, / a orillas del río Cauca, / sazona / en las noches de luna / su cantar / y su paila… / He sido todas las lunas / he oteado horizontes. / Mi nombre se perdió / tras de las huellas / de tantas innombradas.

Carmiña nos encarna a todas, siente en sus arterias y sus ovarios, la desolación de nuestro género, se hizo cargo de cada mujer dolida y silenciada. Cuánta capacidad ha de tener esta poeta para rasgarse las entrañas y despojarse de sí misma, hasta dejarse habitar por todas, las desvalidas, las heroínas, las maltratadas, desde Colombia hasta los confines del mundo. Ella continúa diciendo: Soy la mujer amor, / la que en el alba, / en el amanecer de las alondras, / desde la energía cósmica / que sostiene la fuerza / de este planeta tierra, / de este cosmos sagrado, alumbra los latires.

Podrá afirmar Carmina Navia, como Marguerite Duras: Esta frase se convirtió para mí en una especie de identidad de principio, un derecho a decir, totalmente ignorado por las mujeres. Y Carmiña ha encontrado en La Mujer en mi cuerpo, un forma de expresión tan suya, tan propia, que nadie podrá arrebatársela. Será su huella digital, su derecho a gritar nuestro sufrimiento, como también nuestro renacer como ave fénix.

La mujer es la fuerza cósmica del amor que sostiene el Planeta Tierra, y todo lo resume. Ella es la luz que impulsa el alba y en el Amanecer de las alondras, amanecer de una nueva mujer, quizá la que habla, la poeta, la que canta y da a luz la palabra, Y finaliza diciendo: La Diosa habitó a las mujeres/ en las entrañas mismas / del abrazo, /del círculo. Y es a esa Diosa, la que nos habita adentro, a nuestra Otra Yo que trasciende la esfera superior, la que vendrá en este nuevo milenio. Este es el doble Amanecer de las alondras, el doble tejido de luz de Carmiña Navia Velasco.

Guiomar Cuesta EscobarPoeta

Miembro de la Academia Colombiana de la Lengua

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Al final del otoño

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DespuésCuando me haya bebido mi último café,cuando haya acariciado mi último recuerdo,cuando el mundo de sueños que habitó mi añoranzahaya llegado al fin.

Cuando mis años mozos definitivamente se hayan ido,seré de nuevo bruma en mitad de la noche,y sendero perdido al horizontey tierra amiga.

¿Energía que nace a otras cosechas?Energía en el cosmos infinito.

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Al final del otoñoLlegará ese momentode mirar a los pasos infantiles,de sentir los caminos recorridosy las sendas soñadas.

Llegará ese momentoen que la vidame jalone hacia atrás,en que la navidadno esté en el horizontesino tras la espalda.

Se perderán mis ojos sin rumbo definido,y el recodo se esconderá en sus propios laberintos.

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Paisajes de la infancia1.

Y regresael fantasma y los años primeros,y esa niña de mirada perdidacon la muñeca al brazo,esa lluvia insistenteque se mete en el almay se cuela en las formas del mirar.

2. Volveránla terraza y el balcónde los juegos,y los ojos de ensueñoen el reposo siempre deseado.

El abrazo y la manollamando al otro lado.

3. Llegará la mañanay los ojos que verdesy azuladosacarician la piel.

Llegarán los pensaresla ensoñación nocturna.

Llegará la nostalgia.

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Las SombrasDesde la bruma asomanolores de una tarde soleaday de voces lejanas que transitan,juego de los abuelosemisoras distantesmirlos en lejanía,rosal que se deshaceal hiloque destruye los recuerdos.

Cuerpos de adolescentesacallando el deseo,ojos en la premurade temblores tempranos,de preguntas insomnes, de nochescon la angustiaquerida, deseada,soledad atesoradapresiente otras mañanas.

Geografíastejidasa la luz de la luna, en la montaña,al rumor de guitarrasen las manos que rozan temblorosasrecodosque zurcen el futuroy la gardenia,en un hilo que vaen un tiempo que vuelve.

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En la Universidad1.

Bailas los corredores de tu vidagirando en órbitasde mil revoluciones por minuto,girando por los astrosde una memoriaignota,de una memoria arisca.

2.Miras rostrosde una nueva camadaexaminastus cercas y tus lejos,el tiempo se detieney la rosa del vientose posa en tu gargantapreguntando.

3.Nuevas tecnologíasagigantan la imagen,los libros se adormecenen su estante,los colegas sonríendesde lejosdesde otras latitudestus páginas te guiñan.

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4.Nuevos amaneceresy saberesdeparan la pasión que se desbordaen búsqueda silentede rutas descubiertas.

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Palabras en la UDiscursosTextosProspectivasPalabras que me aturden y ensordecenPalabras que vuelanpor los espacios sideralesy las chupaun agujero negropara llevarlas lejos de la vida,de la gente que pasa por mi lado. Técnicos del saberque no alcanzarona mirarse a sí mismos.

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Adiós, veinte años luegoMe fundiré en la tierraen un sueño profundo,la vida marchará por ramas y raícesentramadas.

Seré una mujer árbol.Sobre mí y estos años de caminar inciertocrecerá un gran silencioy una mano que toca los alientos perdidos.

No habrállantos ni gozos,mi corazón atentoal susurro del aguadormirá por los siglos.

Y en un mañana abiertola lunacaerá con su luzen un arbustoque recoja mis venas,en una niñaque buscará sus cuentos al son de la mañana.

Seré tal vezenergía de la vida en un paraje.

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Caleñísimos

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Tejiendo Sororidades1.

Pasadizos diversosvoz amigaun círculo que abraza, rostro cálido en medio de bochornos caleñísimos,una sonrisa en cierne

Tu mirada recoge un hacia atrás,un giro al interior, a lo recóndito,que abrazacada hora de tus días, a lo largo de un siglo.

Espacios numinosos,estrellas seductoras.

2.Círculosque se abreny se cierranencontrandosu centro.

Círculosque se expandenal océanocomo gota de agua.

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MeléndezUn avatar transita por tus venas añejasde barrio de añoranzas.

El comerciode más allá del mundo,desalojólos bailes,las caderas,las rumbas,las charlas del soldado dominguerocon la empleada en tarde semanal.

El son se fuejunto con las aguas del río y la fritanga,y en tus calles ahorahabitan sólo prisa,y bocinas de motos que atropellan la tarde.

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Calles de CaliMis calzados recorren unas calles de ausencia,pobladas de fantasmas diferentes,y atardeceresde la luz y el coloren escape veloz.

Plantas que quieren serlavadaspor un regazo amante.

Regazo que se escapaal cruzar la esquina.

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Valle del Cauca Año 2014

El verde se llenó de soledades,de desapariciones,incógnitas,preguntas,la nostalgia habitó las copas de los árboles.

La sangre fue tiñendolos pastales y los cambió de verdea terracota.

Los ojos preguntaronpor el mirar de ayer-un recodo perdido-y buscaron las garzas…un respiro de angustiay un sentir de vacío se me instaló en medio de mi cuerpo.

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Amanecer en la BuitreraGritan las chicharras con fuerza, con fiereza,la música lejana te trae otros momentos,la vida en espiral saudade que regresa, los olores del verde te penetran y el aire que circulate silba entre los poros.

Colores evocadosque acunan la ternuray sueñan un mañana.

Nuevo amanecer en la BuitreraUn tapiz circularde recuerdo y promesacaptura mi miraday me inyecta las venas.

Un cuadrado de verdeque transpira y transporta.Mañana que se agrieta.

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Estufas1.

Fogón de leñafuego de Hesta,recoge los sabores y el hambre,recoge las lumbres del hogar, las recetas de ancestras,las hierbas del cocido que llega con la tarde,reconoce los miedos de la nochey el sabor de la pólvora que amenaza y acecha.

Recoge los dolores del almay el anuncio de un nuevo amanecer sin maíz y sin manta.

2.Reconoce los ruidosde la nueva ciudad del no-lugar.Estampa en sus fulgores las prisas,la comida sin grasas,el furor de las dietas,el guiño de Hesta nunca llega.

Reconoce el saborque propone un hogar donde la lumbrese escapa por la puerta del servicio.

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Un día lluviosoCae la lluvialeve e insistente,las callesse llenan de paraguasy las lomas de botas,cielo oscuro.

Movemos nuestro ojohacia otro lado,arco iris promesa.

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Invierno tropicalCon la furia del truenose violentan los cauces de los ríos.

Con el agua de vidase rebosan pasillos de la muerte.

Aguas de chocolatey de presión ahogan el verdor de los paisajesy el diario del soñar.

Vidas que se acoquinanporque los jarrillonesse quiebran en la noche.

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Despertar

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La Paz - ColombiaConversan en la Habanaantier han conversado-señores de la guerra-en otras partes.

Estocolmo-Caguán,Corinto-Cauca,Caracas,montañas de Colombia.

Diálogos embriagados de palabras,no llegana la parcela de los niños,al rancho del labriego,ni a la faz arrugada de la anciana que convoca la noche con su miedo.

La paz,verde que serpentea en horizonte.Cuerpo reconstruido.Noche abierta.

La paz, pasillo de arrebolesen silencio, sin atronadora amenazaen cada hora.

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La paz,cuesta a subiren la mañana,y en el medio del día,manos que se tantean.

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Una forma de amorEste paísque me crece en las manoscomo un árbol,me duelepor las venasy por mi red de arterias.

Es el mismo de siempremas sus descorazonesimantansu destino.

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Despertar 1Cuando el sol apareceen el orientelos prados se verdean,la calidez anunciaalquimia de la viday refugioante el interrogantede un potro desbocadoentre los riscos.

Despertar 2Germinación silente,oscuridad.

La aurora nace cada díaroseando sus dedos.

Con un suspiroalientala semilla dormida,la timidezdel sol sobre la tierra.

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Ventana1.

Hueco de angustias y temores,miedode un verse al otro ladoque no llega.Apoyode los codos desvelados.

2.Penumbraque no se hacesombras de luz,invitaciónal astropoderosoy lejano.

3.Cercaníade paisajesdiferentes.

Delgadez-expansión.Presentimientoque llegaen la pregunta.

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Esa hora mala ¿Quién puede –a fuerza de cavilaciones- alargar el espacio de sus días?

(Atribuido a Jesús de Nazaret)

No es posiblecambiar algunas horas,destinos asignados por una mano-enigma:lo escrito – escrito está.

No importa la fuerza del deseoo el terror de la angustia,lo que en la sombra acechasaltará.

El gritoserá ahogado en la garganta.

La lágrimasangrantecaerá al pavimento.

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ImprevistaLa noticiate llega de soslayo,arrasatus dormiresy tus sueños.

Troza el horizonteun cielo diferentecerrado en las mañanas.

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De los nombres de Dios

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¿Y la Divinidad?1.

El Misterio palpitó entre mis sienesy se agolpó en mi arteria.

La preguntaatravesó de nuevo mi gargantaparalizó mis ansias.La inmensidad llegó.

2.Debajo de las piedrasun hálito de vida,un rumor de conciencia,una certeza.

Un temblor,un océano que atraviesa los tiemposy los mares.

3.Esa vida en el barrioque se empeña,esa estufaque reparte los panes, las arepas…

Las niñas a la escuela,los uniformes nuevos.Un deseo.

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4.Se mete entre las grietasse cuela por las huellas de los árboles y el verde de la hojasse respira en el airede un círculo,de una religación.

La acogeso la ignoras.

Se mete en tus tembloreso pasa por tu lado sin sentirla.

5.El gran silencio

La ondulación del cosmoste posee.La mirada del Unote promete la vida.

6. Llamada

En lo hondo de mi seren espiralque chupa,que hala hacia el abismo,respiro tu silencio.

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Y mis interroganteste gritanen la nochesin estrellas.

7.Sus ojos anegaronla llanura y el valleempozaron de llanto,atropellos,dolores.El mundo se hizo uno.

8.La luz tenuevacila.La nota distorsiona.

El círculote respira al oídoy eriza tus mañanas.

9.Como en un vidrio rotoque empañó algún humorDios y yo entrelazamoslas preguntas.

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Y una punzadapor el dolor del mundome lastima los iris.

10. Sophía

Comobrasa encendida,como carbón ardiente,al paso de los añosabraza el corazón.

11.En la nochecerrada,en un desvelodebajo de mi almohada,su abrazome abandona.

12.Se asomaentre las brumas,se escondeentre el follaje.Me llama y se deshace.

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13.Energía que llegasmoviendo la materia,reordenando la vida,el movimiento.

Energía que anunciasel vientre de la luz,el lucero vivienteque modela las órbitas.

Energía que traesexigencias,preguntas,la cumbre del amor.

Energía pensante,hoguera que remonta mis entrañas.

14.Los Cristos y las Cristasnos anuncianuna mañana nueva,una lunaque traenuevas danzas.

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De los nombres de DiosDeméter, Sophíate llamaronlos pueblos que miraban el espaciosin desoír el curso de los ríos,palpitando en su sangrela semilla.

Astarté -Diosa de la nostalgia-.Elhoim te llamótodo pastor que vislumbra tu rostro en la montaña.

Adonaí, Señor de los Ejércitos,Marduk,los dioses de la guerra…los señores sembraron la estepa de agonías,tu nombre de temores.

Afrodita, Artemisa,la Diosa de las aguas.

Viracocha escondido,Quetzalcóatl guerrero.Búsqueda penetrantede cada sol poniente:los fulgores del solel reposo lunar.

¿Y el nombre de tu nombre?La entraña misma de tu amor,¿en qué recodo se ocultó del mundo?¿en qué verde de la tierra y el mar?

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La ShekináEscondieron la Diosadebajo de las rocasen cuadrillas de miedo.

Desoyeronel corazón de la mañanataponaronla arteria de la vida

Tu realidadintangiblegerminóen todas las semillas,las edades.

Tu presenciaun regalo.

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Navidad La estrella de la nochenos alumbró por dentroy un bebépequeñito en sus pañalesiluminólas sombras de la nochelas rutas del senderoque se pierdede lejos serpenteando,buscando la ciudad. Una madrey su niñoternura acariciante,al corazón preguntaal corazón demandaal corazón inquieta.

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La propia habitación1. En el Siglo XVIII:En la sala comúnuna manta que ocultalos papeles, la pluma.

En la cama vecinael cojín disimulala lectura y la vela.

En la cocinala alacenaprotege las palabras, los sueños.

2. 1830:Mientras teje el collar de los pequeños,mientras atiza el fuegoy la leña se aquieta,y le da los remedios a la fiebremientras calienta el pan…su cerebro transita en otras rutas, las sílabas que aprietan sus efluvios nocturnos.

3. Siglo XX:Su querido escritoriola vitrina y los libros,su mano que acaricia los lomosy que prende las páginas.Biblioteca heredada

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de la abuela valientepalabra-despertar,cartas a la revista,diarios de hojas de hierba.

4. Siglo XX, los campos de Colombia:Al lado del costal de los frijolesreposa una novelaque en ciclos de la nochevisita sus cansanciosy relajasus manos enfuertadasy sus piesagotados de recorrer la tierra.

Las papas ensuciaron sus páginas de amor y de aventura.

5. Siglo XXI -Apartamento:Un hueco en la mesilla de la nochele robasus palabrasy su tiempo.

Mientras viaja en el busse enredansus historias,su emoción en el atardecer.

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Caminos y andares del amorDesde lo más profundo de la entrañaen Gea, en su recóndito esconditeaparecede nuevo cada luna,en cada amanecer de las alondras,en las primeras calles amarillas,renace desde el fondo de los tiempos,en los cuerpos que buscan,en la imagen que envuelve la nueva duermevela.

En la luz de una llama que titila,en el pabilo incierto que se agota o se enciende.

En los cuerposresurgen los deseos y las lágrimasy la emoción empujalas rupturas,las búsquedas,la entrega que se enreda entre la piely en todas las colinas del mundo y del amado,del mundo y de la amada.

Caminos del amor – ojos de aguaCaminos del amor – ojos soñantes.

Y un poco más alláen la sombra que acecha y amenaza:el desamor se teme,se presiente,el desamor anuncia sus pisadas de Atila.

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Del desamor que angustiaComo marchita el pájaro cantor,como mustia el aroma y se calla el ensueñocastraste una mañana mis entrañas.

En lo más hondo de mi carne virgen,en el pozo aún sin fondo,en esa lágrima que asoma atropellada,en el dolor -esa palabra extraña- esa palabra dura, inapelable…

Tu Luzcaldeauna remota órbita.

Algunas geografíasdesdibujan su goce y su dolor en el vientre,a otrasla ternura nos camina en el cuerpo y las yemas de los dedos.

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Amanecer de las alondrasEn un rincónde esta maltrechatierrase juntaron en círculo.

Miradas enlazadasanudando el surgirde la energíala fuerza del amor y la ternura.

Vinierondesde todas las orillasescucharon el aguaque arrullantecalmó sus desventuras.

Se miraron en círculotejiendo el horizonte de la sororidad,vibracionesde cuerpos entregados,de desnudeces muchas.

Partieron sus historias,sus doloresy angustias,sus sueñosy sus juicios.

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Convocaronel caminar de hombres y mujeres,semillasde la vida y de la luz.

Juzgaron los horroresy las lunasnegadas.

Sopesaronlas rutasque la falta de amordejó estancadas.

Su corazónrecogió entre sus manosel polvo del camino.

Respiraron en gruporecogiendo los ritmosy montañasde los cuerpos amados,de los cuerpos golpeadospor abismos de odio.

De los cuerposperdidos a su suerte:suerte de soledad, de indiferencia,de tortura,de desamor sin límite.

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De desaparición,de pérdidas más íntimas,de pérdidas visibles.

Acompasaron-en el amanecer de las alondras-la desesperación.

Comparecieronpara sanar la heridade su carne entreabiertay acariciarsu corazón enfermo.

Comparecieronpara limpiar el polvo del caminode sus plantascansadas.

A la sombra de una gran ceiba hermanarepoblaron todas sus ilusiones,su utopía,su fuego,su follaje.

Sus hombros protegidospor una mano hermana – conocidarecogieron mares en horizonte, y a la sombra de una gran ceiba enhiestahallaron su lugar.

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Comparecieronante todos los astros y planetas,estrellasy luceros,la vía láctea.

Comparecieronantetodas las diosasy los dioses.

Comparecieronante los tribunalesde la historia mujerante las órbitasde un mundo por hacer.

Ante las vírgenesante las sanadoras de la historia,ante las gestadorasque bendicen la noche cada día.

Comparecieronante la pachamamay la redde la historiapara configurar el útero del mundo.

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Adit / Edit / Mujer de LotTe escondieron el nombre,hay que buscarloen medio de la cábalaa la luz de una lumbre,en lo oscuro del borde.

Te acusaron de infamiasy tu único crimen:no abandonar la vida,no huir de la memoriarecibiste la condena de los siglos,dictamen patriarcal.

Sin nombre y sin futuro,una estatua de sal quebró tu vientre.

No fue posible abandonar la historiaignorar el pasadoolvidar los caminos.

Tus ojos recogieronmás allá de las brasas del azufreel corazón de la ciudad perdida, de la ruta entrañable.

No aceptaste la ley del extranjeroy tu castigose repitió en la carne quebrantada,una vez y otra vez,impunemente.

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MedeaSurgiste de la noche, del misterio del corazón remoto de una tierra de extraños.

Hécate fue tu sangre y tu morada.Hécate fue burlada.

La fuerza de un amor arrolladoratropelló los mares y los tronos…atropelló las furias, los ciclones…atropelló tu carne y tu simiente.Sofocó tus sentires.

Medeatu angustiacarcomió tu mirada,gorgogió tu destino,se atragantó tu risa, ahogó el camino de ternura hirsuta.

Y tu condenapobló los siglosde mujer abierta.

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La Mujer en mi cuerpoHe sido todas las lunasoteando los paisajesatracado las riveras,mi corazón,mi cuerpo,mi ensoñación,mis ojos,reposaron recodos,caminaron destinos y cruzaron fronteras,acogieron la tierra,bucearon la historia.

Yo fui todos los rostros,indagué las miradas,serené los impulsos,transité por los cuerpos de amor y desamor, recorrí con mis pasosla encarnación perpetua,y la luciérnagame llamó cada vezsiempre más lejos.Y me soñó en el mañananuevos rumbos.

Fedra con su tragedia, Medea y sus preguntas,Andrómaca y sus ansias,Casandra en sus presagios,hicieron carne en mí.

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María, la de Magdala,me señaló la estelahacia un amor inédito.

Mujeres que poblaron mi cuerpoy habitaron mi sangre,cada siglo de nuevo.

Yo fui todos los rostros.Yo fui aquellaque en Madagascary a orillas del Mangokytristeó su mirartras un hombro acunantetras una mano amiga.

Y fui también aquella que en la noche de Ruandahuyó selva cerradapara salvar su entraña.

La que en las oquedades del silenciollevó en su carneel saqueo africano.

Fui la que amamantó las soledades,la que ciñó cinturas,la misma cuya luz esperanzó la noche.

He sido la mujer silenciadaque protege su seren las estepas,

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que se oculta entre las caravanas del desierto,que consume sus frutos en angustia.

La mujer de los ojos temerososque se escondeal látigo patriarca.

Y fui con Hipatiala mujer perseguidapor hordas de misóginos,por hordas de fanáticos,la bruja en la edad media,la que los carceleros de Diosatraparon tras rejas,para matar su manantial de vida,para esterilizar su pensamiento,aquella que temieron los varonesy mataron a piedra, a cuchillo,y quemaron en piras de la infamia.

Fui la mujer robadaen la noche sangrante,esclavizadaen la travesía innoble de un período de historiaque escribieronlos ciegos, los maleantes…los sin nombre y memorialos abortos del mundo y de la vida,los sin la salvación.

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La que desde el zaguán de la coloniaprotegió entre sus sayasla sangre portadorade presenciasy silbos milenariosde la tierra Abiayala.

La que en la cordillera de los Andesalumbró la mañana.

Y soy aquella que en la selva Guaviarese protege en la sombrade algún fusil cruzado,la mismaque en la noche del tiempodefiende con sus manos en cruzel acecho inminentede alguna violación.

La que pare a su hijamientras velael cruce de las balas los aviones las cercas.

Soy la mujer que en el centro del Valle,a orillas del río Cauca,sazonaen las noches de lunasu cantary su paila,

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para reconstruirlas geografías,la armonía vendidaen crímenes de fraudes de expolios de saqueos.

Soy la mujer de Juárezasesinada a diariopor la rabia impotenteque su cuerpo le inspiraa tanto macho.

He sido todas las lunashe oteado horizontes.Mi nombre se perdiótras de las huellasde tantas innombradas.

He sidola que miró a la calle y fue a la esquinabuscandouna noche fugazpara portar la carga cotidiana.

La que vendió su cuerpoen geografías lejanas y violentas,la que recorrió el mundoy fue hasta la trastienda de la historiaatalayando un surco en las mañanaspara lavar su cuerpo de la insania.

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Soy la misma mujer que en otra tardeacogió en su regazola piel morena y dura de algún hombre soñadoy acarició sus manos ajetreadas por el paso del sol,y besó sus sonrisasy despertó sus noches.

Y soy también aquellaque abrazó entre sus brazosel cuerpo de una mujer amadaque llegó con la tarde,que trajo en sus caricias nuevos mundos,que selló el horizonte.

Soy la mujer amor,la que en el alba,en el amanecer de las alondras,desde la energía cósmicaque sostiene la fuerza de este planeta tierra, de este cosmos sagrado, alumbra los latires.

He sido y soyla madreque vela en la alboradapor el cuerpo sin fiebre,por la semilla germen,la mamá que en el corrode la infancia promesaproyecta con sus sueñosuna tierra de cuerpos abrazados

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y atardeceres claros,de niños que en la rondacantan a un día sin sombras.

Y soy también la mujer que apagó con sus manosla brasa del amor,la que enredó en su infamiael horizonte,la que perdió su cuerpoen la semilla malade algún anochecer.

He sido todas las lunashe oteado horizontes.

Mi nombre se perdiótras de las huellasde tantas innombradas.

Mi carne se hizo carneen las mujeresque entregaron su cuerpoa la fuerza irrumpiente de la Divinidadque habitó sus vivenciasentrelazando el fuego,en una brasa inmensaque azotó sus sentidos y desplegó las velasde cada corazón.

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Caminé en mediode esas mujeres sabiasque portaron la luzy conservaronel fuego del hogar.

Las mujeresque Diosas encarnadastejieron su acogida en sus manos ternura en sus manos caricia, los ojos penetrantesque horadaronla tierra del mañana.Ellas fueron mi brújula.

He sido en cada lunala mujer que caminaen círculo de amor, de amistad, de hermandad.

La mujer que en la tardealrededor del fuegoteje junto a la lumbreel destino sororode clavesremozadas,para engendrar el mundoen un orgasmo nuevode corazón danzante.

La amiga de los siglosy de las utopías,

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la amiga del sendero y del puerto.

He sido en duermevela la mujer del dolor,he sido en duermevelala mujer del amor,la mujer del placer.

He sido todas las lunashe oteado horizontes.

Mi nombre se perdiótras de las huellasde tantas innombradas.

La Diosa me habitóen los sinsabores, en la fertilidad,en el pan repartido,del ágape de hermanasen la entraña,en la brisa…

La Diosa me habitó en los laberintosde historias por hacerse,de cuentos por contarse,de palabras no dichas,de gestos que nacientesregalaron la vida.

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La Diosa me habitó en la pasióny también en las rutas del dolor.

La Diosa habitó a las mujeresen el aguay la tierra,en el cielo y la noche,en la luz arco irispromesa de otros vientos.

La Diosa habitó a las mujeresen las entrañas mismasdel abrazodel círculo.

He sido lunas abiertas,lunas nuevas,lunas de algún camino inexplicable.

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Fuente de la palabra

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En esta nocheEn esta noche largade luces y luciérnagasy sabores silvanosquiero escribirun verso.

Quiero escribirdolores y alegrías,evocaciones,música y palabras.

Quiero escribir amor y desamor.

Convocar a mi páginatanta sombrarevuelta,tanto fantasmasuelto,rondando por la esquina.

En esta noche largade evocación silvana,quiero escribir un verso,huyendo hacia los añosen que la angustia llamay las manos serenan,una página en blanco

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de memorias amadas,de recuerdosfugaces,un verso que de nuevoresueneentre mis vísceras,y agitemis entrañas.

Cuando la noche mueratras del amaneceralucinado,mi versohabrá encontradola ruta de ayeresno cerrados.

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SilenciosSilencio en madrugadaremate de una noche de vacíosen mi cuerpo anhelante.

Silencio que atesorafuente de la palabra,silencio que equivocó el trayectoe incendió su horizonte.

Silencio en la inconscienciade una pasión que asomaluz potente-fugaz.

Silencio en la vigilia de la pérdida.

Silencio en lontananzaen órbita mandala de los astros.

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Los cautiveriosTu palabrase atrapaen órdenes extrañas,en dictadosde antiguas carceleras.

Tu carnees seducida,tu carne es cautivadaen ese amorya viejo.

La loca de la casaes conducidapor extravíos oscuros,por no solventescálculos.

Cautiva en las mañanas,amanecióen la noche.

Una mirada en el ayeratascóla esperanza,la rosa de los vientos.

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AvataresEl mañana nubladobañó el hoy,la noche amenazante se desgajó despacioantes de presentirla,el sol se oscureció a lo lejosy las manos quedaron ahuecadas.

El silencio legó sus pocas notasen una voz en quiebre,y el rayo en el ponientefue el último relámpago de un precioso arco iris.

La puerta dejó fuera la luz.

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Escritura 1.

Poetizar es siempre una llamadala letra que recoge alguna lanza,la palabra que anuncia una llegada,la tramada esperanza,la colcha que en retazosadormeceun lejano poniente.

2.Escribirregresar al silencioregresar y mirarte.

Escribirexpulsar los sofocos del dolor.

Escribir en la nochesintiendo las estrellas.

3.Escribiren el útero,en el centro, de las constelaciones,en medio del desierto.

Producir el asombro.

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4.El blancode la páginase rasga.

La primerapalabragrita desde su ser.

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PérdidasCada mañanase tapia una ventanao se riega una flor.

Al borde del caminode nuevohay un paisaje,inmensamente solo,inmensamente árido.

Tu misma soledadal otro lado.

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Poesía palabraSiempre regreso a ticomo las nubes que se acercan al mar,como el navío que atraca en la ribera.

Siempre regreso a tiporque eres suave,porque me das la vida cotidiana,me regalas la noche.

Siempre regreso a ticuando el hastíome llama desde el fondo de un abismo.

Siempre regreso a tisi la tristezase me instaura en el medio del camino.

Al pasar de los años,vuelven mis añoranzas y fantasmas,siempre regreso a ti como las sombras que acechan el calor del mediodía.

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Índice

El doble amanecer de las alondrasGuiomar Cuesta Escobar

Al final del OtoñoDespuésAl final del otoño Paisajes de la infanciaLas Sombras En la UniversidadPalabras en la UAdiós, veinte años luego

CaleñísimosTejiendo SororidadesMeléndez Calles de Cali Valle del Cauca Año 2014Amanecer en la BuitreraNuevo amanecer en la BuitreraEstufasUn día lluviosoInvierno tropical

DespertarLa Paz - Colombia Una forma de amor Despertar 1Despertar 2Ventana Esa hora malaImprevista

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15161718192122

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De los nombres de Dios¿Y la Divinidad? De los nombres de DiosLa ShekináNavidad

Amanecer de las alondrasLa propia habitación Caminos y andares del amorDel desamor que angustiaAmanecer de las alondrasAdit / Edit / Mujer de LotMedeaLa Mujer en mi cuerpo

Fuente de la palabraEn esta noche SilenciosLos cautiverios Avatares Escritura PérdidasPoesía palabra

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