Alucinogenos Argentinos

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Argentina es un flash En un esfuerzo por sus lectores, Radar rastreó la variedad de plantas alucinógenas que proliferan en campos, bosques y paredones ferroviarios desde Humahuaca hasta Malvinas. El resultado: el mapa psicodélico de la Argentina.  por Marce la Osa Las plantas alucinógenas son consideradas maestras espirituales, puentes hacia otras dimensiones, curanderas y mensajeras de los dioses. Con una estructura química capaz de alterar la percepción de la realidad, conducen a quien las ingiere al éxtasis trascendental o a oscuros abismos transpersonales. Su uso se remonta a los inicios de las sociedades, y no puede decirse que hoy sea una costumbre extinta: grupos de las procedencias más exóticas (aboríge nes, psicólogos trascendentales, místicos, curanderos, artistas, científicos y comunidades psicodélicas en diferentes escalas de viaje expansivo) siguen transitando la ruta de las infinitas maravillas vegetales. Para los peregrinos de este culto, América es la meca. No sólo contiene al jardín botánico más vasto del planeta sino que también ha sido cuna de tribus con un ímpetu investigador que no se conoció en otras longitudes. Una amplia variedad de hojas, lianas, cortezas, flores, semillas, hongos y pulpas vegetales fueron experimentados en maneras exquisitas y milimétricas combinaciones. Cada bio-región ofrendó a sus primitivos habitantes una puerta verde siempre abierta al más allá de la tercera dimensión. Lejos de declararlas ilegales, muchos pueblos indígenas se convirtieron en devotos de las savias, y se entregaron a sus misterios desarrollando, en torno a ellas, geométricas cosmologías y santuarios edificados sobre la visión colectiva. Pero a todo edén le llega su serpiente. El desembarco de los europeos en el Nuevo Mundo significó, para las plantas chamánicas, el pase a la clandestinidad. Es que los conquistadores vieron en ellas una amenaza para la evangelización. “Los viajes alucinógenos validan la cultura aborigen, la ratifican, y aumentan la pertenencia al grupo”, explica el etnobotánico y doctor en Ciencias Biológicas Gustavo Scarpa, quien reveló para Radar los secretos mejor guardados del universo psicoactivo argentino. “Lo que los indígenas ven en sus vuelos es el paisaje de su mitología, sus dioses, monstruos, árboles cósmicos, lo sobrenatural, el inframundo. Lo mismo que cuentan al regresar del viaje es lo que aparece en su mitología.” Los españoles estaban en contra del uso de plantas sagradas por dos razones. Por un lado, objetaban que en estos sistemas de creencias no figuraba Cristo, el principal protagonista de la cosmología occidental. Por el otro, las plantas simbolizaban un modo de vida hostil a los planes invasores. Hay que decirlo: los aborígenes fueron los hippies más extremistas de la historia. Podrán objetarse actitudes antipacifistas propias de las eras salvajes, pero lo cierto es que practicaban la vida comunitaria, andaban desnudos, usaban pelo largo, trabajaban lo indispensable, hacían música y se drogaban cada vez que la ocasión lo ameritaba.  Así es que los dominad ores concen traron esf uerzos en r eprimir alu cinógeno s, credos y fiesta s, implantando en su lugar un catálogo de sumisiones y castigos provenientes de su Cielo. Pero las plantas no dejaron de crecer, a pesar del hombre blanco y su manía de censurar a la naturaleza. Un viaje sin salir de casa Desde los jardines porteños hacia el norte, las “trompetas de los ángeles” llaman a la incordura. El floripondio, un arbusto tan cultivado que ya se perdió el rastro de su origen silvestre, embriagó con sus campanas blancas y rosadas a chamanes mongoles, africanos y americanos. Las especies que echaron raíces en la Argentina son la Brugmansia arborea y la Brugmansia purpurea. Sus efectos son similares a los de la datura, por ser también una solanácea. Produce alucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Pero las trompetas también saben tocar melodías temibles. El mal viaje de floripondio puede incluir travesías por mundos fantasmales, fases violentas, convulsiones y muerte física. Otra posibilidad: los gajos del jazmín del Paraguay, plantados por las vecinas en jardines de todas las zonas cálidas y templadas del país. Su fragancia abre los pulmones a una nueva dimensión. No es para menos: sus notas dulces y vibrantes son la expresión olfativa de una

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Argentina es un flash

En un esfuerzo por sus lectores, Radar rastreó la variedad de plantas alucinógenas

que proliferan en campos, bosques y paredones ferroviarios desde

Humahuaca hasta Malvinas. El resultado: el mapa psicodélico de laArgentina.

 por Marcela Osa

Las plantas alucinógenas son consideradas maestras espirituales, puentes hacia otrasdimensiones, curanderas y mensajeras de los dioses. Con una estructura química capaz dealterar la percepción de la realidad, conducen a quien las ingiere al éxtasis trascendental o aoscuros abismos transpersonales. Su uso se remonta a los inicios de las sociedades, y no puededecirse que hoy sea una costumbre extinta: grupos de las procedencias más exóticas(aborígenes, psicólogos trascendentales, místicos, curanderos, artistas, científicos y

comunidades psicodélicas en diferentes escalas de viaje expansivo) siguen transitando la ruta delas infinitas maravillas vegetales. Para los peregrinos de este culto, América es la meca. No sólocontiene al jardín botánico más vasto del planeta sino que también ha sido cuna de tribus con unímpetu investigador que no se conoció en otras longitudes. Una amplia variedad de hojas, lianas,cortezas, flores, semillas, hongos y pulpas vegetales fueron experimentados en manerasexquisitas y milimétricas combinaciones. Cada bio-región ofrendó a sus primitivos habitantes unapuerta verde siempre abierta al más allá de la tercera dimensión. Lejos de declararlas ilegales,muchos pueblos indígenas se convirtieron en devotos de las savias, y se entregaron a susmisterios desarrollando, en torno a ellas, geométricas cosmologías y santuarios edificados sobrela visión colectiva.Pero a todo edén le llega su serpiente. El desembarco de los europeos en el Nuevo Mundosignificó, para las plantas chamánicas, el pase a la clandestinidad. Es que los conquistadoresvieron en ellas una amenaza para la evangelización. “Los viajes alucinógenos validan la cultura

aborigen, la ratifican, y aumentan la pertenencia al grupo”, explica el etnobotánico y doctor enCiencias Biológicas Gustavo Scarpa, quien reveló para Radar los secretos mejor guardados deluniverso psicoactivo argentino. “Lo que los indígenas ven en sus vuelos es el paisaje de sumitología, sus dioses, monstruos, árboles cósmicos, lo sobrenatural, el inframundo. Lo mismoque cuentan al regresar del viaje es lo que aparece en su mitología.”Los españoles estaban en contra del uso de plantas sagradas por dos razones. Por un lado,objetaban que en estos sistemas de creencias no figuraba Cristo, el principal protagonista de lacosmología occidental. Por el otro, las plantas simbolizaban un modo de vida hostil a los planesinvasores. Hay que decirlo: los aborígenes fueron los hippies más extremistas de la historia.Podrán objetarse actitudes antipacifistas propias de las eras salvajes, pero lo cierto es quepracticaban la vida comunitaria, andaban desnudos, usaban pelo largo, trabajaban loindispensable, hacían música y se drogaban cada vez que la ocasión lo ameritaba. Así es que los dominadores concentraron esfuerzos en reprimir alucinógenos, credos y fiestas,

implantando en su lugar un catálogo de sumisiones y castigos provenientes de su Cielo. Pero lasplantas no dejaron de crecer, a pesar del hombre blanco y su manía de censurar a la naturaleza.

Un viaje sin salir de casaDesde los jardines porteños hacia el norte, las “trompetas de los ángeles” llaman a la incordura.El floripondio, un arbusto tan cultivado que ya se perdió el rastro de su origen silvestre, embriagócon sus campanas blancas y rosadas a chamanes mongoles, africanos y americanos. Lasespecies que echaron raíces en la Argentina son la Brugmansia arborea y la Brugmansiapurpurea. Sus efectos son similares a los de la datura, por ser también una solanácea. Producealucinaciones visuales, auditivas y táctiles. Pero las trompetas también saben tocar melodíastemibles. El mal viaje de floripondio puede incluir travesías por mundos fantasmales, fasesviolentas, convulsiones y muerte física.Otra posibilidad: los gajos del jazmín del Paraguay, plantados por las vecinas en jardines de

todas las zonas cálidas y templadas del país. Su fragancia abre los pulmones a una nuevadimensión. No es para menos: sus notas dulces y vibrantes son la expresión olfativa de una

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savia que sabe producir estados alterados. En el ambiente se la conoce en sus dos versiones:Brunfelsia uniflora y Brunfelsia australis. Un detalle: no se la utiliza sola sino como aditivo deotras plantas, como la ayahuasca amazónica.

FloripondioVariedades argentinas: Brugmansia arborea, Brugmansia purpurea.

Modo de consumo: las semillas se muelen y se mezclan con bebidasfermentadas o como una infusión hecha de hojas.Principio psicoactivo: escopolamina.Contraindicaciones y advertencias: a menudo causa intoxicaciones tanviolentas que es necesario sujetar al individuo que lo consume antes deque entre en el profundo sopor de las visiones. Ante cualquier sospechadebe aplicarse un lavado gástrico y tratarse al paciente con carbón activadoo con un inhibidor de la colinesterasa como la fisostigmina, por lo que debeconsiderarse como urgencia médica.

Jazmín del ParaguayVariedades argentinas: Brunfelsia uniflora y Brunfelsia australis.Modo de consumo: se utiliza combinada con ayahuasca, para aumentar lasalucinaciones.Principio psicoactivo: escopoletina.Contraindicaciones y advertencias: puede provocar falta de coordinación,temblores, depresión y, en caso de sobredosis, coma.

Para volar por los AndesLas voces de la región cuentan que los espíritus de los guerreros muertoshabitan en ellos, y que siguen custodiando por la eternidad el paisaje quese extiende desde Jujuy hasta Mendoza. En otros tiempos, la huachuma oachuma (dos de los nombres originales del San Pedro) fue utilizada enrituales curanderos y de adivinación. Aunque hoy su identificación secomplica porque muchos conocen aquella versión nativa (el Trichocereusterscheckii) como cardón, a secas, nombre popular atribuido a variasespecies de cactus.Diego J. utiliza el San Pedro como un medio personal de conocimiento yacompaña a personas que experimentan la planta en sesiones grupales.“El San Pedro argentino pega muy fuerte. La experiencia no es alucinatoriasino que expande la conciencia, ves lo mismo, pero de una manera másreal y brillante. Te da mucha capacidad de acción, fuerza, te haceexperimentar el sentido comunitario verdadero. Es jugar a los indios, perode verdad.”El uso actual del cactus recibió una fuerte influencia cristiana, empezandopor el nombre. De alguna manera, el sincretismo de creencias se tradujo enlas visiones, que incorporan a figuras católicas, como la Virgen María oJesús. El enigma late en los pliegues de la mente humana: al parecer, lainformación psicoactiva se presenta de acuerdo al sistema cultural de quienconsume la planta. “La huachuma es María, es la Pachamama, es losabuelos de los Andes”, continúa Diego. “Trae el recuerdo de los primeroshombres frente a un fogón; uno oye su propia voz cantando. A algunos, elrostro de este ser tan bello les da pavor. Otros atraviesan la experiencia dela muerte, y tienen mucho miedo. Nadie se muere físicamente, pero puedenpasarla mal. Lo que se produce, y eso es lo que asusta, es undesmembramiento de la estructura mental. Tu mente se desespera.”

San Pedrovariedad argentina: Trichocereus terscheckii.principio psicoactivo: mescalina.modo de consumo: molido o como bebida.contraindicaciones y advertencias: tras la ingestión aumenta el ritmo

cardíaco y respiratorio, las pupilas se dilatan y, ocasionalmente, seexperimentan náuseas y vómito debido al sabor amargo del cacto. Puedepresentarse también un dolor de cabeza pasajero.

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Las mensajeras de los dioses Algunas plantas son conocidas por un nivel de toxicidad que las convierteen peligrosas. A pesar de esto, muchas fueron y son utilizadas por gruposaborígenes. En el estudio Farmacobotánica y Farmacognosia en Argentina,coordinado por Aníbal Amat, que abarca investigaciones de destacadosespecialistas, realizadas entre 1980 y 1998, se consigna el uso de varias

de estas filosas mensajeras de los dioses. “En algunas etnias del Chaco,para que el iniciado adquiera sus poderes, se suele beber ciertos brebajes,que probablemente provoquen intoxicaciones o alucinaciones. Pudimosdetectar el uso de plantas muy tóxicas entre los lenguas. Tales son lamandioca brava, la sacha-sandia o el palam-palam. También los ayoreosingieren el jugo del tabaco macerado, y los chulupíes emplean diversassolanáceas, particularmente algunas especies de Datura y Brugmansia.Una vez experimentados los efectos psicoactivos provocados por suingestión, nunca más estos iniciados recurren a su uso.” ¿Por qué?“Porque en estas sesiones acceden a un conocimiento profundo que loshabilita como especialistas.”

El sombrerito de DiosLos psilocybe, hongos mágicos tan apreciados por los chamanes

mexicanos, guían el camino alucinógeno hacia el sur del país, dondecrecen amparados por la humedad de las costas argentinas y la penumbrade los bosques andinos patagónicos. Estos pequeños botones vegetalesnecesitan ser identificados con precisión antes de ingerirse, ya que algunasvariedades son peligrosamente venenosas. Para hacerlo, se estudian sustres partes: la “carita” (el sombrero), el “piecito” (tallo) y su “dentro” (elinterior). No hay registro de su utilización en tribus originarias de la zona,pero pocas plantas sagradas recibieron tanta veneración como los hongosen todas partes del mundo. Muchos psiconautas argentinos son fervientesdevotos de los psilocybe, y los consumen en sesiones neochamánicas queduran toda una noche. “En las ceremonias se cantan invocacionescurativas, igual que en los ritos tradicionales”, cuenta Julia, asistentehabitual de estas reuniones que se organizan tanto en la Capital como en el

campo, y en ciertos puntos geográficos de energía mística comprobada.“Los hongos te hablan, como decía la chamana mexicana María Sabina. Alprincipio te recorre una electricidad por todo el cuerpo, y te llegan mensajesuno tras otro, que tienen que ver con vos, con la vida, con el Todo, porquese experimenta la unidad de todo.” Algunos entendidos combinan psilocybe con sustancias químicas, comoLSD o éxtasis, para expandir su conciencia hacia reinos aún más audaces.“Los hongos son perfectos si buscás una experiencia contundente”,confirma Julia. “Siempre te conectan con la Tierra, entonces no hay riesgosde quedarte colgado en la estratosfera. Es importante la intención quetenés en el momento de tomar la planta. Yo la veo como un viaje deautoconocimiento, no como algo lúdico. Además, nunca hay garantías deque te traten amigablemente. A veces la pasás muy mal. Pero es todo por 

tu bien: ellas saben qué tipo de sacudón necesita cada uno.”

Hongo mágicovariedad argentina: Psilocybe semilanceata y otras especies.modo de consumo: se comen, o se fuman una vez secos y molidos.principio psicoactivo: psilocibina.contraindicaciones y advertencias: no se registran.

Un sonido alucinanteEn los pantanos de Santiago del Estero, Córdoba, Formosa y Salta, creceun arbusto de flores amarillas que, en la medicina folklórica local, fueutilizado como remedio para la “desinteria”. Se trata del quiebra arado,nombre que ganó a fuerza de enganchar sus duras raíces en cualquier 

maquinaria agrícola que le pase por encima.En el altiplano mexicano es conocida como sinicuichi. En Brasil se la llamaabre o sol y herba da vida. Y su peculiaridad, que la distingue de la mayoría

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de las plantas psicoactivas, es que produce alucinaciones auditivas: lossonidos se deforman, se focalizan y cobran relevancia protagónica. Elquímico Richard Evans Schultes, en su Libro dorado de los alucinógenos,menciona que “los sonidos parecen venir distorsionados desde muy lejos.Esta planta es un alucinógeno cuyas características son auditivas y novisuales”. En otro informe, firmado con Albert Hoffman, agrega: “Los nativos

creen que el sinicuichi tiene propiedades sagradas sobrenaturales;sostienen que ayuda a recordar y rescatar eventos que tuvieron lugar muchos años atrás, como si hubieran pasado ayer. Otros aseguran poder recordar situaciones pre-natales”. ¿Cómo se ingiere? Se consumen sushojas, de sabor ligeramente cítrico. La planta acondiciona lascircunstancias corporales para que la escucha sea una experiencia de lomás acolchonada, provocando un efecto muscular relajante, y unapercepción adormecida del espacio y el tiempo. Los testimonios la calificantambién como onirogénica, es decir, que favorece sueños lúcidos y muyvívidos.

Quiebra aradovariedad argentina: Heimia salicifolia.

principio psicoactivo: alcaloides de quinolicidina (cryogenina, lifonina ynesidina) con propiedades psicoactivas.modo de consumo: hojas fermentadas o fumadas.contraindicaciones y advertencias: no hay resaca ni efectos secundarios. Eluso descontrolado y abusivo de la planta puede eventualmente provocar algún tipo de trastorno en la memoria.

El videogame de los chamanesEn el norte y el noroeste, el aroma de las semillas tostadas del cebil aúnsobrevuela por las selvas de Yungas y los ingenios azucareros. Este árbolsagrado iluminó a chamanes wichís, lules, abipones, entre otras tribus de lazona, algunas de las cuales todavía conservan la tradición de su consumo.“El cebil se utiliza en rituales de iniciación y otros ritos chamánicos; el quequiere aprender, primero tiene que aspirar esta sustancia”, cuenta Scarpa,

quien está trabajando actualmente en el Chaco, registrando el uso ysignificación de las plantas en la región. “El objetivo último de estaaspiración es provocar un estado alterno de conciencia, con el fin de volar,viajar y acceder al mundo de lo sobrenatural, que es el mundo de sumitología. El cebil conecta a los chamanes con sus espíritus auxiliares, quelo van a ayudar en su tarea terapéutica, adivinatoria, de brujería,clarividente o de prevención. Así él accede a otros planos de sus mundoscon el fin de prever males o curar a la gente.”¿Por qué es necesario acceder a otros mundos para curar a la gente?Porque, para quienes ven el mundo a través de los ojos del cebil, una delas causas de las enfermedades es que el alma es raptada por deidadesmaléficas u otros chamanes, que la internan en las profundidades delinframundo o en otros planos de su cosmología. Cuando el chamán ingiereel cebil, es capaz de acceder a esas realidades y rescatar al alma paratraerla de nuevo a la Tierra. Como en un videogame, a los cinco o diezminutos de inhalar la sustancia, el timer comienza la cuenta regresiva deveinte minutos tridimensionales, en los cuales el curandero quedaráinmerso en el reino del no tiempo. Una vez allí, deberá metamorfosearse enun animal o insecto, hacer contacto con sus aliados y atravesar con éxitolos obstáculos que le deparan los mundos geométricos, simétricos ycristalográficos del cebil. Su propio espíritu navegará entre serpientes ygusanos hasta encontrar el nudo donde quedó enredada el alma fugitiva.Luego, el rescate y el viaje de vuelta.El cebil también otorga el poder de la visión, y permite ver el cuerpo delpaciente transparentado, dejando al descubierto a las entidades causantesde la enfermedad, seres con forma de alimañas y gusanos, que el chamánsucciona y escupe. Es interesante que este ritual de curación, consingularidades, se repite en toda Sudamérica. Los chamanes argentinos

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gozan de buena salud, a pesar de que muchos trabajan en los ingeniosazucareros del noroeste. El cebil es uno de los principales bastiones deresistencia. Los residentes en zonas alejadas aprovechan las migracioneslaborales para conseguir provisiones de las semillas sagradas.

Cebil 

variedad argentina: Anadenanthera colubrina.principio psicoactivo: bufotenina, principalmente. En algunas muestras desemillas se han encontrado: 5-MEO-MMT, DMT, DMT-N-óxidos.modo de consumo: las semillas molidas se usan como rapé, o se fumancon tabaco. En otros puntos de Sudamérica se incorpora en enema.contraindicaciones y advertencias: no se registran casos de intoxicaciónmaligna.

Pampita potente Apenas poner un pie en los campos pampeanos se percibe la emanaciónpsicoativa de una especie poderosa de Datura, un género de plantas queacompañó ceremonias ancestrales desde China hasta el Nuevo Mundo. Surelevancia quedó plasmada en mitos y leyendas que la posicionaron comoembajadora de extraños universos, que tanto pueden ser iluminatorios y

reveladores, como oscuros y mortíferos.Detrás de la más oriental de las murallas, aún se recuerda que sus floresllovieron sobre Buda mientras predicaba. En la India se la conoce comoPenacho de Shiva, el dios de la Creación y la Destrucción, quien lasostiene en una de sus cuatro manos. En la Edad Media, las brujaseuropeas la usaban para volar y como ingrediente principal de ciertoshechizos. Entre los huicholes de México se la asocia a Kieri, un brujopeligroso que puede causar la locura y la muerte. Castaneda hizo famosauna de sus especies al presentarla como toloache, una de las plantasaliadas de su enigmático Don Juan. En la Argentina, la especie se llamaDatura ferox, alias chamico. Scarpa la define como “una malezacosmopolita, presente en nuestras pampas, en las vías, en los márgenesde pueblos y ciudades, en cualquier lado. Sus decocciones son tóxicas,

como la mayoría de las preparadas con solanaceas. Hay gente que no sedespierta más. También se usa en medicina folk, como en Formosa, dondese recetan cigarrillos de chamico para la sinusitis. Tiene efecto drástico, asíque sólo se necesita un toque. “Apenas te destranque, tenés que dejar defumarlo.”La bibliografía y los reportes de consumidores confirman que la plantacomunica con seres que se encuentran en otra dimensión, y pareciera quela persona hablara sola mientras, en realidad, mantiene conversacionescon el aire circundante, o con un árbol. Un comentario frecuente es que envarias ocasiones se tiene la certeza de haber regresado del viajepsicodélico, hasta que un detalle o situación exótica revela que laexperiencia aún está ocurriendo. Si a esto se suma que los efectos delconsumo pueden durar hasta tres días, es válido etiquetarla como no aptapara paranoicos.

Daturavariedad argentina: Datura ferox.principio psicoactivo: escopolamina. En menor proporción, contienetambién atropina.modo de consumo: hojas en decocción o fumadas.contraindicaciones y advertencias: como resulta difícil calcular lasconcentraciones de escopolamina que contiene una planta de datura, debeconsiderarse muy peligroso, ya que la dosis terapéutica es muy cercana ala dosis letal.

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¡Las pernettyas son argentinas!Ningún mapa de la Argentina puede considerarse completo si no incluye alas añoradas Islas Malvinas. Y mucho menos éste. La hierba loca, aliasPernettya furens, es un baluarte chamánico que día a día asoma suspétalos al albiceleste panorama austral. La pernettya crece en muchasáreas de Sudamérica, pero en la Argentina sólo se encuentra en el

archipiélago. Algunas tribus la agregan al San Pedro para exacerbar lasvisiones. Y se dice que esta dama de flores engamadas en blancos y rosas,cuyos efectos son similares a los de la datura, es capaz de causar “confusión mental, locura y hasta demencia crónica”.

Hierba locavariedad argentina: Pernettya furens.modo de consumo: se comen las bayas.principio psicoactivo: todavía no se aisló.contraindicaciones y advertencias: puede causar trastorno mental ydemencia.

  Las estrellas del sur  Al sur de los micológicos bosques patagónicos, la escena psicoactiva

comienza a apagar las luces de brillantes colores. El antropólogo ErnestoPiana, Investigador Principal en el Centro Austral de InvestigacionesCientíficas (Cadic), es tajante al definir el paisaje botánico que trasluce laventana de su gabinete, en la blanquísima Ushuaia. “Respecto dealucinógenos o estimulantes, olvídelo. No hay oferta natural en Tierra delFuego. Los únicos que tienen alcaloide son los berberis (calafate y michay),pero en tan ínfimas cantidades que debería comer un par de cientos dekilos de frutos en una sola sentada. Antes muere en el inodoro. Ninguno delos hongos de acá es alucinógeno. La mayoría se pueden consumir, yfueron consumidos. Hay alguno tóxico, pero ninguno netamente venenoso.El más importante fue el pan de indio.”