Alimentos Funcionales en Cáncer

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    Tema 19

    Nutricin y cncer

    Samara Palma MillaViviana Loria KohenLaura Bermejo Lpez

    Carmen Gmez CandelaHospital La Paz, Madrid

    1. Introduccin y objetivos

    2. Estudios epidemiolgicos en nutricin y cncer

    3. Evidencias disponibles de la relacin dieta y cncer

    3.1. Alimentacin y cncer: generalidades

    3.2. Txicos de consumo y txicos ambientales

    3.3. Frutas y verduras y cncer

    3.4. Fibra y cncer

    3.5. Cereales integrales y cncer

    3.6. Grasas y cncer

    3.7. Alimentos y cncer

    4. Bibliografa

    5. Glosario de trminos

  • MAPA CONCEPTUAL

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    1. INTRODUCCIN Y OBJETIVOS

    La enfermedad neoplsica representa una de las principales causas demortalidad a nivel mundial junto con las enfermedades cardiovasculares ylas infecciosas. Los datos disponibles en la actualidad sugieren la dieta es lasegunda causa prevenible de cncer despus del tabaco. El trmino cnceragrupa a numerosas enfermedades, diferentes en su etiologa, comporta-miento y respuesta al tratamiento: muchas de ellas son evitables, otras se be-nefician de un diagnstico temprano y un tratamiento eficaz y, en algunostipos concretos, es posible identificar a la poblacin en riesgo de desarrollarlopara instaurar las medidas de prevencin primaria oportunas. Todo esto de-termina la necesidad de un abordaje multidisciplinar de la enfermedad tu-moral.

    El cncer es la primera causa de muerte en Espaa, responsable de unas90.000 defunciones anuales, con una incidencia de 162.000 casos nuevos alao. Los tumores ms frecuentes en la poblacin masculina son el cncer depulmn, el de colon-recto y el de prstata; mientras que en mujeres, el msfrecuente es el de mama, seguido del colorrectal. Las evidencias cientficassugieren que al menos un tercio de la mortalidad anual por cncer est re-lacionada con aspectos nutricionales, la actividad fsica y patrones de estilode vida. As, se cree que hasta un 50% de los cnceres del tracto gastroin-testinal podran evitarse disminuyendo la ingesta, aumentando el gasto ener-gtico y la actividad fsica. De ah que conocer qu alimentos o patronesalimentarios nos ayudan a prevenir la incidencia de determinados tipos deneoplasias, tenga una gran trascendencia, en tanto que la adquisicin de losmismos por la poblacin supondra una disminucin importante de la tasade mortalidad atribuida al cncer.

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    La nutricin y el cncer mantienen una estrecha relacin durante todoel curso clnico de la enfermedad tumoral (1). En las fases iniciales, de-terminados alimentos o nutrientes podran actuar como factores de riesgoo factores protectores, modificando el riesgo de desarrollar cncer a tra-vs de muy diversos mecanismos y en las distintos estadios del proceso degnesis. Una vez desarrollada la enfermedad, la nutricin adquiere denuevo un papel fundamental, en tanto que la prevalencia de desnutricinen los pacientes con cncer adquiere cifras importantes: entre el 15 y el40% en fases iniciales, alcanzando un 80% en caso de enfermedad avan-zada. La magnitud y severidad de la desnutricin asociada a la enferme-dad tumoral es variable en funcin del tipo de neoplasia. La identificacindel estado de desnutricin junto con la instauracin de medidas de so-porte nutricional especficas contribuir a una evolucin clnica ms fa-vorable del paciente, disminuyendo las complicaciones de las cirugas(fstulas, dehiscencias de suturas), mejorando su sistema inmunolgico ycon ello reduciendo la incidencia de complicaciones infecciosas, acor-tando el tiempo de hospitalizacin, mejorando la percepcin de la cali-dad de vida, y todo ello asociado a un menor gasto sanitario.

    A partir de ahora, nos centraremos en los aspectos de esta relacincncer-nutricin que tienen que ver con la prevencin de la enfermedadtumoral. Los trminos nutracutico y alimento funcional se incorporanal glosario de trminos oncolgicos a partir de 2003, aludiendo de formaamplia a aquellos alimentos, suplementos dietticos y alimentos-medica-mentos que tienen un beneficio mdico saludable, incluyendo la preven-cin y/o tratamiento del cncer. Se postula que distintos nutrientes yelementos vehiculados en ellos actan como promotores o inhibidores enel proceso de gnesis de la enfermedad tumoral. As por ejemplo, las fru-tas y verduras contienen vitaminas (C y E, carotenos), selenio, fibra y otrosfitoqumicos que muestran propiedades antioxidantes, protegindonos dela formacin de radicales libres, estos ltimos ntimamente ligados a la en-fermedad tumoral. Las aflatoxinas y el alcohol, por el contrario, son fac-tores de la dieta sobre los que hay evidencia de que incrementan el riesgode desarrollar una enfermedad tumoral. Tambin la obesidad, entendidacomo el producto del desequilibrio entre consumo y gasto energtico, seencuentra en la lista de los factores que incrementan el riesgo de cncer(tabla 1).

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    Tabla 1. Factores implicados en la gnesis del cncer

    Los mecanismos de accin de los factores nutricionales podran expre-sarse en los siguientes:

    Comportndose como carcingenos o disminuyendo el efecto carci-nognico de determinados factores medioambientales.

    Contribuyendo o lesionando directa o indirectamente el ADN celularo favoreciendo en cierto modo su reparacin.

    Favoreciendo o inhibiendo el desarrollo de la neoplasia.

    Hoy da sabemos que, adems de determinados patrones alimentarios,hay elementos en la forma de conservacin y preparacin de los alimentos queo bien favorecen la formacin de compuestos cancergenos o se comportancomo vehculo de otros compuestos con potencial efecto cancergeno. Sinembargo, demostrar esta asociacin es difcil, de tal forma que, actualmen-te, solo se han podido demostrar algunos efectos claros y an quedan muchasreas de penumbra.

    Los objetivos de este captulo son conocer la importancia de los factoresnutricionales en el desarrollo de la enfermedad neoplsica as como las evi-dencias actuales sobre alimentos funcionales y cncer.

    2. ESTUDIOS EPIDEMIOLGICOS EN NUTRICIN Y CNCER

    La epidemiologa nutricional tiene por objeto el estudio de las relacionesexistentes entre la dieta (alimentos y nutrientes) y la incidencia de enferme-dades en la poblacin. Los conocimientos obtenidos se utilizan posterior-

    Posibles factores protectores Factores que aumentan el riesgo

    Fibra, sojaPescadocidos grasos omega 3Carotenoides, vitaminas B, C, D, ECalcio, zinc, selenioFitoqumicos (flavonoides, isoflavonas, lignanos)

    Sobrepeso y obesidadAlcohol y tabacoAflatoxinasPescados en salaznProbables: carne en conserva, salazones, alimentos y

    bebidas muy calientesPosibles: grasa animales, hidrocarburos policclicos,

    nitrosamina, aminas heterocclicos

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    mente en la elaboracin de guas de prctica clnica, recomendaciones ali-mentarias, etc...

    Qu vamos a estudiar?

    Patrones alimentarios: En estos casos no estamos centrndonos enningn nutriente en concreto, ni siquiera en un alimento, sino en el resul-tado de combinarlos de una determinada forma.

    Alimentos: estudiamos los posibles efectos de un alimento, por ejem-plo, los lcteos, sin destacar ningn componente en particular del mismo,bien porque no los tengamos adecuadamente identificados o porquepensamos que es la combinacin de varios de los componentes en suforma natural en el alimento lo que ejerce el efecto objeto de estudio.

    Nutrientes: en estos casos queremos estudiar las propiedades de unnutriente concreto, por ejemplo de la vitamina A en el cncer de cabe-za y cuello o el papel de los cidos grasos omega 3 en el de mama. Unproblema derivado del estudio de nutrientes aislados es que podemosestar obviando efectos beneficiosos que se deriven de la combinacinnatural de ese nutriente con otros en los alimentos.

    Como ejemplo de estudio en epidemiologa del cncer sealamos el es-tudio EPIC (2) (European Prospective Investigation in to Cancer Nutrition), di-seado con el objetivo de estudiar la influencia del patrn alimentario en eldesarrollo de enfermedad tumoral y su mortalidad. Se estudi el patrn ali-mentario de 500.000 sujetos y se registr la incidencia de cncer. Entre losresultados de este estudio destacan los siguientes tems.

    a) Los cnceres ms frecuentes en la poblacin estudiada fueron mama,colon, prstata y pulmn.

    b) Se encontr una asociacin negativa (efecto protector) para las frutasen el cncer de pulmn; para la fibra, frutos secos y semillas (slo enmujeres) y pescado en el cncer de colon.

    c) Se encontr una asociacin positiva (factor de riesgo) para la carneroja y procesada en el cncer de colon y para la ingesta de grasa (engeneral) en el cncer de mama.

    d) La ingesta de frutas y vegetales no present asociacin con el cncerde mama, ni con el prosttico.

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    e) Se observ una reduccin de la mortalidad global asociada a un mayorconsumo de frutas y vegetales frescos.

    f) Se observ una asociacin negativa dbil entre la ingesta total de fru-tas y vegetales y el riesgo de cncer. Sin embargo, los propios autoresdel estudio insisten en que los sujetos con mayor ingesta de frutas yverduras presentaban adems estilos de vida ms saludables: bajo con-sumo de alcohol, no fumadores, ms deportistas, por lo que cabrapensar que no todo es efecto exclusivo del consumo de frutas y ver-duras.

    3. EVIDENCIAS DISPONIBLES DE LA RELACIN DIETA Y CNCER

    En este apartado, haremos un recorrido general por la evidencia disponibleentre alimentacin y cncer; posteriormente, particularizaremos en aque-llos tipos de cncer en los que sea posible.

    I. Alimentacin y cncer: generalidades

    Hace dcadas que se iniciaron las primeras investigaciones sobre el impac-to de la nutricin en la enfermedad tumoral en cualquiera de sus localiza-ciones; sin embargo, muchos de los datos de que disponemos son inconsis-tentes y ello dificulta la formulacin de recomendaciones para la prevencindel cncer en la poblacin. Existe evidencia suficiente para afirmar que deter-minados factores de la dieta como el sobrepeso y la obesidad, el alcohol ylas aflatoxinas aumentan el riesgo de padecer cncer. Adems, se han iden-tificado algunos estilos de vida que se asocian ms frecuentemente a la enfer-medad tumoral, como el hbito tabquico, el consumo elevado de alcohol, losalimentos en salazn, carnes procesadas o la toma de alimentos muy calien-tes. Sobre los elementos protectores, son muchos los alimentos a los que sele atribuyen propiedades beneficiosas (la fibra, la soja, el pescado, los omega3, los carotenoides y otras vitaminas, determinados fitoqumicos); sin embar-go, los nicos que actualmente renen suficiente evidencia sobre su efecto sonlas frutas y verduras.

    Probablemente, el exceso de peso sea el factor de riesgo para el desarro-llo de cncer que ms evidencia ha acumulado. Esta asociacin es convin-cente en la enfermedad tumoral localizada en esfago, colon, recto, mama,

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    rin y endometrio, y lo es de forma lineal, esto es el riesgo aumenta deforma progresiva con la adiposidad. Este aspecto ser considerado de formaespecfica en otro captulo de este manual.

    3.2. Txicos de consumo y txicos ambientales (3, 4)

    De forma breve, enumeraremos algunos txicos que se han relacionadocon el desarrollo de tumores:

    El alcohol se considera un agente carcingeno en humanos as comoel acetaldehdo, su principal metabolito. Su consumo excesivo (>80 gal da) se ha relacionado con mayor incidencia de cncer en distintaslocalizaciones como boca, faringe, laringe, hgado y estmago y se creeque podra aumentar el riesgo de desarrollar cncer de colon y mama.En los ltimos aos, el patrn de consumo est cambiando, aumen-tando entre las mujeres y en favor de bebidas como la cerveza o el vinosobre las bebidas espirituosas. Las bebidas alcohlicas se obtienen dela fermentacin de alimentos ricos en carbohidratos como la cebada(cerveza) o la uva (vino); las bebidas espirituosas requieren un procesode destilado posterior. Adems del alcohol, las bebidas alcohlicas pue-den contener distintos contaminantes con potencial carcingeno co-nocido, como es el caso de las nitrosaminas, micotoxinas, asbesto,arsnico, pesticidas etc. Sin embargo, tambin contienen elementosque podramos calificar de anticarcingenos como son los polifenolesy los flavonoides. El resveratrol es un polifenol con propiedades an-tiinflamatorias, antioxidantes, con capacidad para inhibir ciertas rutasmetablicas relacionadas con la carcinognesis, proliferacin celulary apoptosis. Adems, como fitoestrgeno, presenta actividad estrog-nica y antiestrognica. Se han propuesto numerosos mecanismos porlos cuales el consumo de alcohol modificara el riesgo de cncer, elloincluye el dao directo sobre determinados rganos y tejidos, particu-larmente en los cnceres del tracto digestivo; pero tambin un daoindirecto a travs de la interferencia con la absorcin o metabolismode determinados nutrientes (retinoides), metabolizacin de otros car-cingenos, induccin de cambios en los niveles de determinadas hor-monas (aumento de estrgenos circulantes en mujeresposmenopusicas, aumento de la resistencia a la insulina), etc.

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    Las aflatoxinas son toxinas producidas por ciertos hongos que conta-minan los cereales en determinadas condiciones de almacenamiento.El consumo excesivo se ha relacionado con una mayor incidencia decarcinoma heptico.

    Las aminas heterocclicas son compuestos nitrogenados que se for-man durante el cocinado de carnes rojas y productos crnicos. La evi-dencia sobre el riesgo asociado a las carnes en el carcinomacolorrectal podra relacionarse con la presencia de estos compuestosms que con la carne o la grasa asociada.

    El tabaco se considera un factor de riesgo para el cncer de pulmn,enfermedad pulmonar obstructiva crnica (EPOC) y enfermedad car-diovascular (ECV) entre otras. Se considera una de las principalescausas de mortalidad en EE. UU., donde el 90% de los cnceres depulmn y hasta un tercio de los cnceres de otras localizaciones seatribuyen a este txico. El tabaco contiene ms de 4.700 compuestosqumicos, de los cuales muchos tienen poder carcinognico como lasespecies reactivas de oxgeno, nitrgeno, hidrocarburos policclicos,etc... Aunque es posible que el mecanismo por el cual resultan lesivossea diferente para cada compuesto, se cree que el mecanismo funda-mental est relacionado con el dao oxidativo.

    El arsnico es un elemento qumico que se ha empleado en algunas in-dustrias no alimentarias y que puede llegar al organismo a travs deaguas contaminadas. La exposicin crnica a altas concentraciones dearsnico se ha asociado a lesiones cutneas, enfermedad vascular pe-rifrica, hipertensin, la enfermedad de los pies negros y cncer dediferentes localizaciones, especialmente de vejiga. En Espaa, la con-taminacin podra catalogarse de intermedia baja. Su mecanismo le-sivo est relacionado con el estrs oxidativo.

    El cromo se encuentra en dos formas fundamentales: el cromo queingerimos con la dieta es la forma trivalente y se considera un micro-nutriente esencial para el organismo; sin embargo, el cromo hexava-lente se considera un agente carcingeno, efecto que ejerce medianteaumento del estrs oxidativo. La exposicin al cromo hexavalentetiene lugar a travs de la va respiratoria, por ello se considera un fac-tor de riesgo para el desarrollo de cncer de pulmn, pero se cree que

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    podra estar implicado tambin en el desarrollo de linfoma, leucemia,cncer gstrico, seo, de prstata, vesical, renal etc.

    Muchos de estos agentes ambientales ejercen su efecto lesivo medianteel dao oxidativo, por lo que cabe plantearse si una mayor ingesta de ali-mentos ricos en agentes antioxidantes podra suponer una disminucin de estedao o una proteccin frente al mismo. Con cierta reserva podemos decirque en el caso del tabaco, cromo y arsnico, la mayor ingesta de vitaminasantioxidantes resulta beneficiosa.

    3.3. Frutas y verduras y cncer

    La asociacin inversa entre la ingesta de frutas y verduras y el cncerse ha constatado en numerosos estudios epidemiolgicos, llevados a caboen varios pases, con patrones dietticos diferentes, sobre distintos tipos decncer y utilizando para ello varios mtodos de valoracin de la ingesta.Esta asociacin se ha estudiado para las frutas y verduras en general, ha-ciendo diferencias segn el grupo botnico al que pertenecan, por su com-posicin en fitoqumicos, o de forma individual. Los mecanismos por loscuales la mayor ingesta de frutas y vegetales podra tener un efecto pro-tector frente a la enfermedad tumoral son muy variados (tabla 2). Sin em-bargo, la hiptesis ms barajada se basa en el alto contenido en nutrientescon potencial antioxidante como la vitamina C, E, carotenoides etc, aun-que es probable que intervengan otros efectos beneficiosos conocidos yaun desconocidos.

    Actualmente, disponemos de suficiente evidencia para afirmar que laproduccin de radicales libres interviene directa o indirectamente en losprocesos celulares relacionados con la gnesis de las enfermedades msrelevantes en la actualidad: la aterognesis y carcinognesis. Los radicaleslibres de oxgeno (RLO) se comportan como especies altamente reactivascapaces de daar molculas biolgicamente importantes como el DNA,protenas, carbohidratos o lpidos. La cadena de lesiones desencadenadapor los RLO puede ser modificada por agentes antioxidantes como las vi-taminas, que los reducen a derivados inocuos. El conocimiento de un po-sible efecto protector de las vitaminas antioxidantes se extrajo a partir denumerosos estudios epidemiolgicos en los que se observaba que, en l-

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    neas generales, los pacientes con mayor ingesta de frutas y verduras pre-sentaban una menor incidencia global de cncer. Los datos parecan msconsistentes para las frutas y verduras que para las vitaminas antioxidan-tes de forma aislada, esto responde a la dificultad de estimar la ingesta realde vitaminas en estudios epidemiolgicos y porque probablemente, existacierto sinergismo entre stas y otros componentes de las mismas. No obs-tante, hay estudios experimentales con suplementos de carotenos, sele-nio o vitamina E, que concluyen que, si bien las dosis masivas de vitaminasantioxidantes podra traducirse en efectos no beneficiosos, la ingesta fre-cuente de los mismos mediante frutas y verduras no se asocia a efectos ad-versos, comportndose como un factor protector consistente frente a lagran mayora de cnceres.

    Tabla 2. Mecanismos anticarcinognicos de las frutas y verduras

    Mecanismo Fitoqumicos Fuente alimentaria

    Induccin de la actividad deenzimas relacionadas con ladetoxificacin de carcingenos

    CarotenoidesCompuestos rgano sulfurados

    Sulfurofanes y GlucosinolatosTerpenos y D- LimonenoResveratrolFlavonoides

    Vegetales amarillos y naranjasLiliceas: ajo, cebolla, puerro,cebollinoCrucferos: brcoli, coliflor,repolloCtricos, cerezas, limones,naranjas tomatesGrosella, uvas

    Regulacin del ciclo celular,metabolismo del DNA

    Sulfurofanes y GlucosinolatosCompuestos rgano sulfuradosVitamina EBeta carotenosLicopenoBeta- criptoxantina

    Manzanas, arndanos, brcoli,col de Bruselas, cebolla, naran-ja, peraAguacate, manzana, pltano,brcoli, kiwi, espinacasUva, guayaba, tomates, sandaAguacate, manzana, banana,mango, ciruelas, meln de coca.

    Estimulo del sistema inmune Compuestos rgano-sulfurados, vitaminas C y E, licopenos y betacarotenos.

    Antioxidacin Resveratrol, vitaminas E, C y carotenoides, flavonoides.

    Otros mecanismos Inhibicin de la agregacin plaquetaria flavonoides

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    3.4. Fibra y cncer

    En lneas generales, en la investigacin de la relacin entre dieta y cn-cer los carbohidratos, a diferencia de la fibra, han sido objeto de escasasatenciones. El papel de la fibra en el cncer es difcil de evaluar por variosmotivos, entre los cuales se encuentra su propia definicin, la variabilidad ensu composicin, la combinacin con otros nutrientes, etc., factores que, al finy a la postre, determinan el efecto de la misma (5).

    Sobre los carbohidratos son pocos los estudios existentes. Sin em-bargo, parece que la ingesta total de carbohidratos podra tener una aso-ciacin positiva para el desarrollo de cncer de colon. Esta hiptesis surgea raz de los resultados de estudios descriptivos en los que se apreciabauna mayor incidencia de cncer de colon en pases (Japn, sur de Europa)con elevada ingesta de carbohidratos (arroz, pasta, patatas). En relacina los carbohidratos sencillos, encontramos una relacin positiva para lasucrosa. En estudios con roedores, la sucrosa se asocia a proliferacin delas clulas epiteliales del colon, as como a la mayor formacin de ade-nomas. En humanos, la sucrosa aumenta el tiempo de trnsito de los ali-mentos entre la boca y el ano, aumentando el tiempo de contacto con lamucosa intestinal de agentes carcingenos como los cidos biliares se-cundarios.

    Denominamos ndice glucmico (IG) al efecto que un alimento tienesobre la glucemia postprandial y liberacin de insulina. As, los alimentos demayor IG son aquellos que se incorporan rpidamente produciendo una ele-vacin aguda de la glucemia plasmtica. En algunos estudios, aunque no enla totalidad de los llevados a cabo, se observa una relacin positiva entre elndice glucmico y el riesgo de cncer de colon, no siendo tan consistentespara el cncer de mama.

    Centrndonos en la fibra, probablemente la evidencia ms consistenteentre sta y el cncer se ha observado para el cncer colorrectal. Recientesmetanlisis confirman esta hiptesis, la cual gana en consistencia cuandose estima la ingesta de fibra a partir del consumo de alimentos que la con-tienen, frente al consumo aislado de la misma, y no parece existir una rela-cin dosis-respuesta. Sobre los mecanismos de accin de la fibra seproponen, de forma no excluyente, los siguientes (tabla 3):

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    Tabla 3. Mecanismos anticarcinognicos de la fibra

    a) La fibra se une a los cidos biliares secundarios generados por las bac-terias del colon, a los que se atribuye cierto efecto en la promocindel cncer en general, y del colorrectal en particular.

    b) Al modificar el pH intestinal, la fibra modifica las condiciones delmedio en el que la actividad enzimtica bacteriana tiene lugar, regu-lando y/ o modificando dicha actividad.

    c) La fibra podra alterar los niveles de estrgenos al interferir en la cir-culacin entero-heptica de los mismos, fenmeno que se ha plantea -do como un posible mecanismo de accin de la fibra en su efecto pro-tector frente al cncer de mama.

    d) Se piensa que al estimular el trnsito intestinal y favorecer la dilucinen agua, la fibra insoluble limitara el tiempo de contacto entre agen-tes carcinognicos y la mucosa intestinal.

    En lo que respecta a otras localizaciones, se ha observado, como vere-mos ms adelante, un efecto protector de la fibra (estimado a travs de laingesta de frutas y verduras) en el cncer de pncreas, gstrico, etc.

    3.5. Cereales integrales y cncer

    Los estudios sobre el posible papel protector de los cereales integrales enla enfermedad tumoral de distinta localizacin surgen a raz de hallazgosepidemiolgicos que asocian la mayor ingesta de aquellos a una menor in-cidencia de enfermedades crnicas como la diabetes, la enfermedad coro-

    Fibra

    Aumenta el bolo fecal, disminuyendo la concentracin de cidos biliares y otroscarcingenos.

    Diluye y liga carcingenos (cidos biliares y hormonas esteroideas). Disminuye el tiempo de contacto entre los carcingenos y colon. Produce cidos grasos de cadena corta que modifican el pH. Aumenta la disponibilidad de beta hidroxi butirato, implicado en la prolifera-

    cin, diferenciacin celular y apoptosis. Podra influir en la circulacin entero heptica de estrgenos.

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    naria y cncer. Ello ha determinado que organismos internacionales comoel departamento de salud de EE. UU. recomienden que la mitad de los cerea -les que se ingieran sean integrales. Esta recomendacin se basa en la pre-sencia en los cereales integrales de mltiples fitonutrientes como la fibra,vitaminas, minerales, lignanos y fitoestrgenos, que, actuando de forma si-nrgica conferiran cierto potencial protector frente al cncer 6.

    Sin embargo, el estudio de esta relacin resulta complejo: primero, noexiste un claro acuerdo en la definicin de cereal integral; segundo, estable-cer de forma precisa el consumo de estos alimentos es complicado, recu-rriendo en la mayora de las ocasiones a clasificaciones tan burdas comograndes frente a mnimos consumidores; tercero, no hay ningn marcadorcomo tal que permita separar los efectos atribuibles a la fibra de los del ce-real integral; cuarto, en lneas generales, las personas con mayor consumode productos integrales tambin presentan patrones alimentarios y estilosde vida ms saludables; variables confusoras a la hora de analizar el efectoprotector de los cereales integrales frente al cncer. En lo que respecta almecanismo de accin de los cereales integrales frente al cncer, se ha pro-puesto: a) El menor ndice glucmico de los cereales integrales frente a losya procesados. b) La produccin de cidos grasos de cadena corta a nivel decolon. El butirato, en concreto, se ha asociado a una menor proliferacin ymayor diferenciacin de las clulas del colon. c) Su contenido en cidos fe-rlicos, fenoles con potencial antioxidantes que se asocia a una mayor esta-bilidad de membrana. d) Su contenido en fitoestrgenos, como los lignanos,que, de forma global, inhiben el crecimiento de las clulas tumorales. e) Al-gunos componentes de los cereales integrales promueven la actividad enzi-mtica del citocromo P450 que acta retirando carcingenos.

    Probablemente, el trabajo publicado que ms extensamente aborda estetema es un metanlisis de Jacobs y cols. (1998), en el que se concluye que lospacientes con consumo de cereales en los percentiles superiores presenta-ron menor incidencia de cncer en determinadas localizaciones, como es elcaso del tracto digestivo; sin embargo, hacen un llamamiento a la prudenciacon cnceres de otra localizacin como es el caso de la prstata o la mama.El autor concluye su metanlisis diciendo que sera recomendable instar ala poblacin a un mayor consumo de cereales integrales, aunque sera ne-cesario que se llevasen a cabo ms estudios que nos permitieran alcanzar unmayor grado de evidencia cientfica para esta recomendacin.

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    3.6. Grasas y cncer (7-9)

    La ingesta total de grasa es, probablemente, el factor de riesgo, desde elpunto de vista nutricional, ms ampliamente estudiado por su relacin conla enfermedad tumoral, y ms concretamente, con los tumores hormono-de-pendientes, como es el caso de la mama o la prstata. En las ltimas dca-das, se han publicado numerosos estudios, de diseo diverso, con el objetivode esclarecer el posible papel protector frente al cncer, no de las grasas engeneral, sino de los cidos grasos (AG), centrndose fundamentalmente enlos AG omega 3. A los AG poliinsaturados de cadena larga (PUFAs) que se ob-tienen a partir de AG. A-Linolnico(omega-3), denominados EPA (cido ei-cosapentanoico) y DHA (cido docosahexanoico), se les atribuyen una seriede propiedades beneficiosas: antiinflamatorias, antiagregantes y ms re-cientemente, antitumorales; mientras que a los derivados de la serie 6, se leatribuyen propiedades menos beneficiosas. A pesar de que las enzimas queregulan este proceso tienen preferencia por los omega-3, al ser ms abun-dantes los AG de la serie omega-6 (porque la ingesta es mayor); la reaccinse desva hacia la produccin de PUFAs omega-6, quedando la relacinomega-6/omega-3 muy a favor de los primeros. La fuente diettica ms im-portante de omega-3 es el pescado azul (salmn, sardinas, caballas, aren-que) que a su vez lo obtiene de las algas y los aceites derivados. Es importanteconocer que el pescado azul criado en cautividad no es tan rico en omega-3;de hecho, es ms rico en omega-6.

    Los primeros indicios sobre el posible papel protector de los AG omega-3se obtienen a partir de la observacin de que aquellos pases cuya dieta se com-pone de grandes cantidades de pescado azul, como ocurre en Alaska o Groen -landia, tenan una menor incidencia de determinados cnceres,concretamente, de prstata y mama; y que esta incidencia se modificaba alalza cuando incorporaban patrones alimentarios ms occidentalizados. A par-tir de estos estudios poblacionales, se realizaron estudios de casos y controlesque, aunque no mostraron resultados tan consistentes, concluyeron que, en elproceso de desarrollo de tumores hormonodependientes como los de mama yprstata, los AG omega-3 podran tener un papel regulador, no pudiendo es-tablecer conclusiones generales aplicables a otros tipos de cnceres. En el casodel cncer de prstata se vio que aquellos pacientes con mayor consumo de AGomega-3 tenan menor riesgo de presentar metstasis, lo que sugera que msque en la incidencia, los AG omega-3 podran regular la progresin y potencial

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    metasttico de la enfermedad. En lnea con lo anteriormente expuesto, en es-tudios con animales genticamente modificados para padecer ms tumores, seha comprobado que el enriquecimiento de la dieta con AG omega-3 alarga lasupervivencia. Otro hallazgo importante es que el posible papel antitumoral delos AG omega-3 depende ms del ratio omega-3/omega-6 que de la cantidad ab-soluta de omega-3.

    Los mecanismos anticncer propuestos para los AG omega-3 podranresumirse en los siguientes:

    a) Los AG omega-3 juegan un papel fundamental en la estabilidad y per-meabilidad de la membrana celular, modificando la expresin de deter-minadas estructuras, como los receptores asociados a protena G, la tiro-sin kinasa, canales inicos etc.

    b) Si la ruta enzimtica favorecida es la de los AG omega-3, disminuye laproduccin de derivados de los eicosanoides, incluyendo prostaglan-dinas, leucotrienos y tromboxanos, relacionados en cierto modo conla proliferacin, diferenciacin y apoptosis celular, y en el caso de laenfermedad tumoral con la iniciacin y posterior progresin del pro-ceso neoplsico, estimulando la angiognesis, promoviendo el carc-ter invasivo etc.

    c) El mayor consumo de AG omega-3 se ha asociado a una regulacin ala baja de factores hormonales como el 17 estradiol o la testosterona,claramente relacionados con los tumores hormonodependientes comoes el caso de los de mama y prstata.

    d) Por ltimo, los productos resultantes de la peroxidacin muestran unpotencial inhibitorio del crecimiento celular.

    La conclusin que podemos extraer es que, en el proceso de desarrolloy progresin de la enfermedad tumoral hormonodependiente, especial-mente mama y prstata, los AG omega-3, EPA y DHA, juegan un impor-tante papel. Si el consumo de mayor cantidad de pescado azul modifica elriesgo de padecer otros cnceres o no est an por establecer. A pesar detodo lo anterior, son necesarios ms estudios adecuadamente diseadospara esclarecer la relacin entre AG omega-3 y cncer. Si bien, actualmentese recomienda aumentar la ingesta de pescados azules como fuente de AGomega-3.

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    3.7. Alimentos y cncer

    Soja y cncer

    La soja pertenece a la familia de las leguminosas. Desde el punto de vistade su composicin nutricional destaca por su contenido en fibra, protenasy grasas. En lo que respecta a las grasas, la soja es rica en cido oleico(omega-9) y cido linoleico (omega-6). Al igual que otras legumbres, la sojapresenta una gran variedad de compuestos fenlicos como son los fitoestr-genos, denominados as por su origen vegetal y su actividad estrognica.Dentro de los fitoestrgenos, los ms importantes son las isoflavonas que, enel caso de la soja y productos derivados son la genistena, la daidzena, laglicitina glucsido y el cumesterol. Es importante saber que el contenido delos mismos vara en funcin del procesamiento al que sea sometido la soja.

    La utilidad de la soja en medicina se conoce desde hace varios miles deaos. Los descubrimientos ms recientes se han hecho a raz de su uso en eltratamiento de determinadas enfermedades crnicas como la aterosclerosiso el cncer, al identificar la importancia de factores dietticos en el desarrollode las mismas. La hiptesis sobre una posible actividad anticancerosa nacea partir de los resultados de estudios experimentales con animales en los quese observ una relacin inversa entre el consumo de soja y derivados y eldesarrollo de cncer, especialmente para el cncer de mama. Este efecto seatribuy a las isoflavonas de la soja, si bien, es probable que otros compo-nentes de la misma contribuyan a ello.

    En animales, se ha estudiado la relacin entre la isoflavona de soja Genistenay el cncer de mama. Si se administraba en el perodo posnatal, la incidenciade cncer de mama en animales de experimentacin (ratas) disminua en un50%. Este hallazgo se ha confirmado en humanos, encontrndose que la inges-ta de soja regular y mantenida a lo largo de la vida, con inicio en la adolescencia,se asociaba a una menor incidencia de cncer de mama. Su posible efectosobre los tumores ya existentes tambin ha sido estudiado a nivel experimentalen animales, siendo los resultados bastante prometedores.

    Los mecanismos de accin frente al cncer de las isoflavonas son muy va-riados: ejercen accin moduladora estrognica, reguladoras del ciclo celularen diferentes puntos del mismo, inhibicin de enzimas relacionadas con laproliferacin, etc.

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    Por todo ello, se recomienda incrementar el consumo de soja y produc-tos derivados, si bien, con una llamada de atencin a la prudencia, puesmuchos de estos hallazgos necesitan, a la luz del las evidencias actuales, seradecuadamente confirmados mediante estudios diseados con dicho fin.

    T verde y cncer

    Los estudios sugieren que el consumo de t podra promover el estadode salud y bienestar, as como prevenir frente a ciertos tipos de cncer (10).El t verde proviene de la Camellia Sinensis; los diferentes tipos de t surgende los diferentes tipos de cultivo y tratamientos posteriores. El t es rico encompuestos polifenlicos, de los cuales los ms caractersticos se conocencomo catequinas; dentro de las cuales encontramos diferentes tipos (epica-tequina, epigallocatequina, etc.), con distintos niveles de bioactividad. Ademsde las catequinas, podemos encontrar otros polifenoles en menor cuantacomo son la quercetina, Kaempferol, myricetina y alcaloides como la cafe-na o teobromina. Entre los mecanismos por los cuales el t y/o sus compo-nentes podran ejercer su efecto frente al cncer, destacamos los siguientes:

    a) Potentes antioxidantes.

    b) Inhibicin de factores de transcripcin clsicamente implicados en lacarcinognesis como TNF alfa, el AP1.

    c) Reguladores de la proliferacin celular bloqueando de forma directaprotenas como las ciclinas o las quinasas, mecanismo involucrado enciertos tipos de tumor: mama, epiteliales, cabeza y cuello, prstata,etc.

    d) Induccin de apoptosis en varias lneas celulares, incluyendo leuce-mia, piel, pulmn, estmago y prstata.

    e) Inhiben la angiognesis, invasin y por tanto, la capacidad de metas-tatizar de una lnea tumoral; f) Inhiben el metabolismo del cido ara-quidnico a prostaglandinas y leucotrienos.

    El t inhibe la carcinognesis inducida por rayos UV y carcingenosqumicos en ratones, as como la tumorognesis espontnea en ratonessalvajes y modificados genticamente. Los rganos frente a los cuales elt ha demostrado ejercer efecto protector incluyen pulmn, piel, cavidadoral, esfago, estmago, hgado, pncreas, vejiga, intestino, colon y prs-

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    tata. Parece que las clulas ms susceptibles de beneficiarse de las pro-piedades del t y sus compuestos son las que entran en contacto directo,esto es las clulas del tracto digestivo. Los estudios epidemiolgicos lle-vados a cabo en humanos, sin embargo, resultan contradictorios. As, enalgunos trabajos se observa una asociacin inversa entre el consumo de ty el riesgo de cncer esofgico, gstrico y mamario, pero no en todos. Estadificultad en la interpretacin de resultados podra explicarse por la dis-tinta biodisponibilidad de los compuestos activos del t segn el tipo det, la forma de preparacin, la combinacin con otros alimentos (t conleche), etc. Se han realizado algunos estudios de intervencin en pacien-tes fumadores con leucoplasia oral, para medir el efecto antioxidante, en-contrando reduccin de las mismas; en pacientes con cncer de prstata,con disminucin del marcador tumoral PSA (antgeno prosttico espec-fico). Los resultados son prometedores, pero son necesarios ms estudiosal respecto.

    Por sus propiedades beneficiosas sobre la salud y por los posibles efec-tos protectores frente al cncer en humanos, el t y sus componentes sonactualmente objeto de estudio de numerosos grupos de investigacin, por loque en futuro ser posible hacer recomendaciones respecto a la ingesta det. Actualmente, con la evidencia disponible, nicamente podemos decir queel consumo de t verde resulta saludable.

    Ajo y cncer

    Los efectos de las liliceas sobre la salud, son bien conocidos. De ellasprobablemente la ms representativa sea el ajo, pero tambin el puerro, elcebollino, etc. Se les atribuyen propiedades antiinflamatorias, antitrombticas,antimicrobianas, antiarrtmicas, hipoglucemiantes. Recientemente, los estu-dios en el campo de la alimentacin y el cncer sugieren el efecto antitumo-ral del ajo. Se desconoce qu componente/s del ajo ejerceran este efecto,aunque parece que los ms importantes son los compuestos rgano sulfu-rados; los oligosacridos, por su importante efecto sobre la flora y/o la fun-cin del tubo digestivo; la arginina por su efecto antiinflamatorio; el selenio,los flavonoides...

    Este efecto protector es dosis y tiempo dependiente, reconocible en el ajoentero, pero tambin en derivados como el aceite de ajo, o el ajo seco. Los meca-nismos por los cuales ejercera este efecto podran resumirse en los siguien-

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    tes: a) los rgano sulfurados bloquearan la activacin de determinados car-cingenos, as como las molculas de DNA aberrante; b) interviniendo en laregulacin hormonal, mediante el bloqueo del dietilbestrol, un estrgeno sin-ttico que se ha relacionado con el cncer de mama en animales; c) promo-viendo el aclaramiento de la testosterona, disminuyendo su estmulo a lasclulas hormonosensibles como las prostticas; d) por su efecto antiinfla-matorio: regulando la produccin de xido ntrico y prostaglandinas de laserie E2, y la de citoquinas; e) mejorando la inmunocompetencia; f) median-te efectos antiproliferativos y proapoptticos.

    Los conocimientos actuales sobre el ajo proceden en su mayora de estu-dios preclnicos en animales y lneas celulares de colon y prstata.

    Bayas y frutos rojos y cncer

    Los estudios sugieren que una dieta rica en fitoqumicos, que incluiraconsumo frecuente de frutas y verduras, contribuye a disminuir el riesgo depadecer determinados tipos de cncer. Las bayas y frutos rojos ejercen pro-piedades anticncer en estudios llevados a cabo in vitro, con diferentes lneas celulares cancergenas (colon, mama, leucemias) y en animales, que, en prin-cipio, han sido atribuidas a su alto contenido en diversos fitoqumicos (11).El contenido en stos es variable de unos frutos a otros y, generalmente, con-tienen ms de un tipo, siendo los mejor conocidos los flavonoides, especial-mente las antocianinas, pero tambin cidos fenlicos; taninos, resveratrol,lignanos etc. Los mecanismos mediante los cuales las bayas ejerceran suefecto protector parecen depender de los fitoqumicos que contengan y com-prenden: regulacin de las seales celulares que llevan a la proliferacin,inhibicin del crecimiento y apoptosis; efectos antiangiognicos; anti muta-gnicos; as como la induccin de enzimas con accin antioxidante y/o deto-xificante o la inhibicin de enzimas como las metaloproteinasas implicadasen los procesos de expansin de las clulas cancergenas (invasin, capacidadmetastsica).

    A pesar de los hallazgos en los estudios de experimentacin, no se hanllevado a cabo estudios en humanos dirigidos a demostrar las propiedades anti-cncer de estos frutos. Se conocen algunos aspectos sobre la biodisponibili-dad y metabolismo de los agentes bioactivos que contienen las bayas. As,sabemos que para su absorcin necesitan la participacin de ciertos enzi-mas en el tubo digestivo, que puede verse alterada por la flora intestinal, as

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    como a nivel heptico. Su eliminacin tiene lugar, fundamentalmente, a tra-vs de la bilis y orina.

    Vegetales crucferos y cncer

    Los vegetales crucferos son la fuente alimentaria ms importante de glu-cosinolatos para los humanos (12). Son vegetales crucferos: brcoli, coli-flor, nabos, rbanos, coles de Bruselas, coliflores, etc. Los glucosinolatos soncompuestos nitrogenados hetersidos, mayoritariamente glucsidos que con-tienen azufre en su molcula. Su hidrlisis genera glucosa, nitrgeno, azufree isocianatos, que son los responsables de sus efectos biolgicos. Hay msde 120 tipos de glucosinolatos, presentes en proporciones variables en losvegetales citados.

    Numerosos estudios epidemiolgicos sugieren cierto efecto protectorfrente a diferentes tipos de cncer, a saber: ovario, mama, pulmn, vejiga,prstata, rin, linfoma. Este efecto protector es dosis-dependiente. A pesarde que, tomados en conjunto, los estudios muestran una fuerte asociacinnegativa, no todos los estudios consiguen demostrar este efecto. Entre lasposibles causas de esta discordancia se ha sealado la dificultad de estimarel consumo a partir de las encuestas dietticas, cuantificacin de los isocia-natos en lquidos biolgicos, etc.

    Se han propuesto dos mecanismos de accin frente al cncer: a) los glu-cosinolatos son inductores enzimticos, favoreciendo la detoxificacin y eli-minacin posterior de agentes carcinognicos; b) regulan el ciclo celular,inhibiendo la proliferacin y promoviendo la apoptosis; si bien el mecanis-mo ltimo no ha sido an aclarado.

    La administracin en forma de concentrados de vegetales crucferos obli-ga a realizar estudios que avalen su seguridad cuando se utiliza a altas dosis;pues se han observado ciertos efectos adversos cuando se administra a altasdosis: crecimiento de lesiones en varios rganos: tiroides, hgado, pncreas;prdida de peso y carcinoma de prstata. Estos vegetales son a su vez unaimportante fuente de vitamina K, aspecto a tener en cuenta en aquellospacientes que tomen tratamientos anticoagulantes basados en la inhibicinde aqulla. En resumen, podemos decir que la asociacin, a la vista de losestudios, es fuerte, si bien son necesarios ms estudios que aclaren aspectosrelacionados con su biodisponibilidad, seguridad y eficacia.

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    Micronutrientes y cncer

    1. ZincEl carcter esencial del zinc se descubri hace no ms de 45 aos. La defi-

    ciencia de zinc es muy prevalente en la poblacin general, afectando a msde 2 billones de personas en el mundo. De todas las consecuencias del dfi-cit de zinc, las que ms nos interesan son su papel en el sistema inmuno-lgico, su poder antiinflamatorio y antioxidante. Se asocia a retraso de cre-cimiento, hipogonadismo masculino y deterioro cognitivo. A nivel inmunolgico,el dficit de zinc se asocia, entre otras cosas, a una menor activacin defactores de transcripcin como el NF-k, muy relevante por su implicacinen la apoptosis celular y la tumorognesis. Adems, como ya hemos sea-lado en el prrafo anterior, la oxidacin y la gnesis de RLO forman partede los mecanismos propuestos en el proceso de tumorognesis, por lo quela capacidad antiinflamatoria y antioxidante del zinc podra ser de utili-dad en la prevencin de tumores. El dficit de zinc se ha asociado en pacien-tes con ciertos tipos de cncer a mayor nmero de complicaciones rela-cionadas con el tratamiento, hospitalizaciones no programadas, mayorcarga tumoral, etc.

    2. Selenio

    Su carcter como nutriente esencial tambin fue establecido hace menosde 50 aos. En animales de experimentacin, la suplementacin con altasdosis de selenio se asoci a una menor incidencia de cncer, concretamen-te el melanoma cutneo parece estar relacionado con el dficit de selenio.El mecanismo de accin antitumoral no es del todo reconocido pero podraestar mediado por selenoproteinas con actividad proapopttica (13).

    3. Calcio y Vitamina D

    La vitamina D ha sido implicada en el desarrollo y progresin de la enfer-medad tumoral en estudios epidemiolgicos, moleculares y celulares. El cal-cio, un nutriente ntimamente ligado a la Vitamina D, tambin parece influiren el riesgo de desarrollar enfermedad tumoral. Aunque ambos tienen una fun-cin clave en el mantenimiento de la salud sea, de forma progresiva se hanido conociendo otras funciones relacionadas con el comportamiento celu-lar, incluyendo proliferacin, diferenciacin y apoptosis (14).

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    El trmino vitamina D designa a un grupo de calciferoles, esteroides lipo-solubles, que pueden provenir de la dieta: colecalciferol (D3, fuente animal)y ergocalciferol (D2, fuente vegetal), productos enriquecidos o ser sintetiza-dos por el propio organismo a partir de colesterol, a nivel de la epidermis,proceso que precisa de la exposicin a radiacin UVB. Independientementede la fuente, la vitamina D necesita sufrir una serie de cambios (hidroxilaciones)en el hgado y posteriormente a nivel renal para ejercer sus funciones; as laforma de vitamina D3 activa es la 1-25-OH-Vitamina D3.

    La vitamina D activa se une a un receptor de naturaleza esteroidea de-nominado VDR (Vitamina D receptor) que ha podido aislarse en tejidos queno intervienen en el metabolismo seo, como los queratinocitos de la piel, olas clulas epiteliales de la glndula mamaria, colon, pncreas o prstata. ElVDR pertenece a una familia de factores de trascripcin ligando-depen-diente, y su activacin se ha relacionado con la regulacin del ciclo celular,diferenciacin, adhesin celular y respuesta inmune. Estos efectos antipro-liferativos de la Vitamina D se llevan a cabo a travs la alteracin de proce-sos clave en el ciclo celular en los que intervienen factores como la protenadel retinoblastoma, el P53, TGF-, caspasas, etc.

    Conocidos los efectos antitumorales del calcio y la vitamina D a partir delos estudios realizados en animales, se plantea la posibilidad de trasladarlos alos humanos, en busca de posibles acciones preventivas y/o dianas teraputi-cas frente a la enfermedad tumoral. Entre los hallazgos que apoyaran la hi-ptesis de que la vitamina D y el calcio podran ayudar en la prevencin de laenfermedad tumoral a nivel de colon, mama y prstata encontramos los si-guientes: a) Se ha observado una asociacin inversa entre la exposicin solar,el consumo de productos lcteos y la ingesta de vitamina D con el riesgo decncer de colon, mama y prstata; b) niveles bajos de vitamina se han aso-ciado con un incremento del riesgo de padecer cncer de colon; c) los poli-morfismos del receptor VDR que disminuyen su funcionalidad se asocian amayor riesgo de cncer y/o capacidad metastsica; d) la vitamina D inhibe laproliferacin de las clulas con lesiones preneoplsicas; e) los ratones modifi-cados genticamente que no disponen del VDR presentan una capacidad pro-liferativa anormal de las clulas epiteliales de colon, mama y piel.

    Algunos datos hacen pensar que en el metabolismo de la vitamina D haypasos clave, que podran ser utilizados como dianas teraputicas frente alcncer, entre ellos: a) las clulas tumorales expresan VDR; b) los agonistas

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    naturales o sintticos de este receptor interrumpen el ciclo celular, inducenapoptosis y diferenciacin in vivo e in vitro; c) la vitamina D inhibe la an-giognesis; d) los anlogos de la vitamina D tienen efectos antitumorales ysuelen ser bien tolerados.

    Por todo lo anteriormente expuesto y, teniendo en cuenta la alta prevalenciadel dficit de vitamina D y calcio, muchos de los productos que consumimosdiariamente estn enriquecidos con ambos nutrientes, una estrategia, ini-cialmente dirigida a fomentar el beneficio frente a la enfermedad tumoralque ejercen el calcio y la vitamina D; sin embargo, a pesar de todas los datosque sostienen esta hiptesis, aun son necesarios ms estudios que permitancontestar muchas de las preguntas no resueltas.

    II. Factores nutricionales relevantes en el cncer de pulmn

    Sin duda alguna, el principal factor de riesgo para el desarrollo de cn-cer de pulmn es el hbito tabquico. En lo que respecta a aspectos nutri-cionales, no est clara la asociacin entre dieta y el cncer de pulmn.nicamente, algunos estudios epidemiolgicos muestran una asociacin in-versa entre el consumo de glucosinolatos y el desarrollo de cncer de pulmnen fumadores en activo, que no se observa en aquellos pacientes que ya ce-saron en el hbito tabquico.

    La suplementacin con -carotenos, lejos de ejercer un efecto protectorfrente al cncer parece incrementarlo, como se ha visto en estudios de suple-mentacin (15).

    III. Factores nutricionales relevantes en el cncer colorrectal

    Sobrepeso y obesidad y cncer de colon

    Probablemente, sea el principal factor de riesgo para el desarrollo de cn-cer de colon. La actividad fsica por el contrario, parece asociarse a unareduccin del riesgo.

    Carnes y cncer de colon

    Parece que determinados productos surgidos de las forma de procesamientoindustrial de la carne podran aumentar el riesgo de padecer cncer de colon.Las carnes frescas no han demostrado ejercer ninguna accin que lo favorezca.

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    Vegetales crucferos

    Estudios epidemiolgicos en humanos y experimentales en animales pare-cen mostrar un efecto protector de los glucosinolatos presentes en estos vege-tales frente al desarrollo de cncer de colon.

    Fibra y cncer de colon

    El efecto protector de la fibra frente al cncer de colon ha sido demos-trado en numerosos estudios; si bien este efecto parece ser menor de lo quese estim inicialmente. En el apartado correspondiente a la fibra y el cncerse detallan los mecanismos que sostienen la hiptesis fibra-cncer de colon.

    Calcio y vitamina D en el cncer de colon (16)

    Los estudios llevados a cabo a este respecto muestran una asociacininversa entre los niveles de vitamina D y el cncer de colon. En un estudio enhumanos, los productos enriquecidos con calcio produjeron una mayor pre-cipitacin de los cidos biliares favoreciendo su excrecin y ms importan-te, la suplementacin con calcio se asoci a inhibicin de la proliferacin delas clulas del colon en pacientes con elevado riesgo de cncer de colon.Tambin se ha probado la suplementacin con calcio en humanos con inten-cin de disminuir las recurrencias en pacientes con plipos de colon.

    Selenio y cncer de colon

    Estudios epidemiolgicos han puesto de manifiesto una asociacin inver-sa entre la ingesta de selenio y el riesgo de desarrollar cncer de colon. Losestudios realizados en este campo arrojan una mayor seguridad del uso de suple-mentos de selenio en su forma orgnica en lugar de la forma inorgnica.

    Ajo y cncer de colon

    En estudios llevados a cabo in vitro, el ajo bloquea modelos celulares decncer de colon. El efecto parece ser dosis dependiente. No se dispone, actual-mente, de estudios adecuadamente diseados, que permitan extrapolar estosresultados a los humanos.

    Otros

    El alcohol, probablemente, se comporte como un factor de riesgo, ascomo una dieta pobre en folatos. La talla adulta como marcador indirectodel estado nutricional durante la infancia parece asociarse discretamente a

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    un aumento del riesgo. Si bien, la evidencia disponible en estos casos es bas-tante menor.

    IV. Factores nutricionales relevantes en el cncer de prstata

    AG omega 3 y cncer de prstata

    En el cncer de prstata, el mayor consumo de omega-3 presenta una aso-ciacin inversa con el riesgo de cncer de prstata. Parece ser que esta aso-ciacin guarda ms relacin con la capacidad de metastatizar o diseminar quecon la incidencia en s, si bien son necesarios ms estudios que establezcan lanaturaleza real de esta asociacin. No est determinado a partir de qu consumode omega-3 existe proteccin, por ello, lo que se hace es una recomendacingeneral instando a un mayor consumo de pescados grasos.

    Calcio y Vitamina D en el cncer de prstata

    Como ocurre en la mama, el riesgo de cncer de prstata est inversa-mente relacionado con la exposicin solar (como marcador del nivel devitamina D). En algunos estudios se ha encontrado relacin entre el dfi-cit de vitamina D y el desarrollo de cncer de prstata avanzado en gentejoven. La administracin experimental de vitamina D en pacientes con cn-cer de prstata ha mostrado estabilizacin de la enfermedad en algunos delos pacientes con limitada toxicidad. A este respecto, los agonistas de lavitamina D podran ofrecer similares o mejores resultados con menor toxi-cidad.

    Ajo y cncer de prstata

    El cncer de prstata depende de forma importante del estmulo hor-monal andrognico. Compuestos sulfurados presentes en el ajo favorecen elaclaramiento de los niveles de la testosterona, disminuyendo su efecto esti-mulante, por lo que podra comportarse como un factor protector. Si bien,es necesaria la realizacin de ms estudios para establecer su eficacia real,seguridad etc.

    Vegetales crucferos (glucosinolatos) y cncer de prstata

    Estudios epidemiolgicos muestran un efecto protector frente al cncerde prstata en aquellos con mayor frecuencia de consumo.

    Selenio y cncer de prstata

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    La suplementacin con selenio parece disminuir el riesgo de padecer todotipo de cnceres salvo el de piel, siendo el efecto ms marcado en el caso delcncer de prstata. Adems en el caso del cncer de prstata, la existencia deun marcador de la enfermedad, el PSA (antgeno prosttico especfico) per-mite, en cierto modo, cuantificar este efecto.

    Otros

    El t verde no ha demostrado ejercer ningn efecto sobre el riesgo dedesa rrollar un cncer de prstata.

    V. Factores nutricionales relevantes en el cncer de mama (17)

    Sobrepeso y obesidad y cncer de mama

    Ambos actan como factores de riesgo para el desarrollo de cncer demama a travs del aumento de los niveles de estradiol en la menopausia ypostmenopausia.

    AG omega-3 y cncer de mama

    El cncer de mama es, probablemente, junto con el de prstata, la enfer-medad tumoral en la que ms estudios se han llevado a cabo con intencinde esclarecer el papel de los omega-3. Tanto los estudios ecolgicos como losanalticos muestran una asociacin inversa entre el consumo de omega-3 yel cncer de mama.

    Calcio y vitamina D en el cncer de mama

    Son muchos los estudios que encuentran una asociacin inversa entrelos indicadores del estatus de la vitamina D y el cncer de mama. As, se haencontrado que la densidad mamogrfica, un importante factor de riesgopara el desarrollo de cncer de mama, es menor en las pacientes con mayo-res ingestas de productos ricos en vitamina D y calcio. Tambin se ha obser-vado que la administracin tpica de cremas de vitamina D fue eficaz en elcontrol de la enfermedad cutnea metastsica en 1 de cada 5 pacientes. Enresumen, a la luz de los resultados de los estudios, sera recomendable man-tener una adecuada ingesta de calcio y vitamina D como estrategia preven-tiva para el desarrollo de cncer de mama. En lo que respecta al tratamien-to de la enfermedad, habr que esperar, pero parece que la vitamina D o susreceptores podran ofrecer alternativas teraputicas para estas pacientes.

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    Selenio y cncer de mama

    La suplementacin con selenio podra ser efectiva en la reduccin de laincidencia de cncer de mama cuando se administra a animales en dosis notxicas entre cinco y diez veces por encima de los requerimientos. No obstante,es ste un aspecto controvertido, pues los estudios arrojan resultados con-tradictorios.

    Cereales integrales, fibra y cncer de mama

    Los cereales integrales son, entre otras cosas, una fuente importante dezinc, el cual se ha correlacionado negativamente con el cncer de mama.Estudios de casos y controles con cereales integrales muestran un posibleefecto protector, aunque algunos muestran resultados contradictorios.

    Otros

    Las isoflavonas de soja parecen ejercer un efecto protector frente al cn-cer de mama en estudios llevados a cabo in vitro y en animales de experi-mentacin.

    Las consumidoras de t verde tienen una menor incidencia de cncer demama segn se observa en estudios epidemiolgicos, tras ajustar por posiblesfactores de confusin.

    El ajo, a travs de su efecto regulador de los niveles de hormonas, podraejercer un efecto protector.

    Estudios llevados a cabo en animales sugieren una asociacin inversaentre la ingesta de glucosinolatos y el cncer de mama.

    Las bayas y frutos rojos en estudios con lneas celulares de cncer demama inhiben el crecimiento tumoral.

    VI. Factores nutricionales relevantes en el cncer de cabeza y cuello

    El alcohol y el tabaco son los factores de riesgo ms claramente identifi-cados para el desarrollo de cncer de cabeza y cuello. El dficit de zinc esmuy prevalente en los pacientes que desarrollan un cncer de cabeza y cue-llo por lo que es posible que juegue un papel protector en estos pacientes.Por otro lado, en los pases en desarrollo hasta un 60% de los casos podranjustificarse por dficits de micronutrientes (vitamina C, riboflavina, folatos)

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    secundarios a dietas pobres en frutas y verduras. Por ltimo, la alta tempe-ratura de los alimentos podra comportarse como un factor de riesgo parael desarrollo de esta neoplasia.

    VII. Factores nutricionales relevantes en el cncer gstrico

    El factor de riesgo mejor identificado para el cncer gstrico es el ante-cedente de infeccin por H. pylori, aunque se cree que su papel inductorpodra ser modificado por una dieta adecuada. Una alimentacin saludable,rica en frutas, verduras y cereales integrales podra modificar la incidenciade cncer gstrico en determinados pases, si bien, los resultados de los estu-dios realizados, no son del todo concluyentes. El mayor consumo de t verdese ha asociado en estudios epidemiolgicos a una menor incidencia de cn-cer gstrico.

    VIII. Factores nutricionales relevantes en el cncer heptico

    El principal factor de riesgo para el desarrollo de cncer hepatocelular esla infeccin por los virus de la hepatitis B y C. Como factores dietticos cabesealar el consumo de alcohol y los productos contaminados con aflatoxinas.

    IX. Factores nutricionales relevantes en el cncer pancretico

    Posiblemente el sobrepeso y la obesidad se comporten como factores deriesgo para desarrollo de cncer de pncreas. Desde el punto de vista de la ali-mentacin no hay datos consistentes, aunque se cree que un elevado consu-mo de carnes y un escaso consumo de frutas y verduras podran aumentar elriesgo.

    X. Factores nutricionales relevantes en el cncer de endometrio, cervixy ovario

    Salvando las diferencias en cuanto a los factores de riesgo no dietticospara estos tumores, desde el punto de vista nutricional presentan aspectoscomunes. As, la obesidad y el sobrepeso, as como la ingesta excesiva quepuede llevar a dicha situacin, se comportan como factores de riesgo; mien-tras que el desarrollo de un patrn alimentario saludable rico en frutas y ver-duras protegera frente a la enfermedad.

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    XI. Factores nutricionales relevantes en el cncer de vejiga

    Existen escasos datos concluyentes sobre la relacin entre aspectos nutri-cionales y el riesgo de desarrollo de cncer vesical.

    XII. Factores nutricionales relevantes en el cncer renal

    Se sealan como factores relacionados con un mayor riesgo el sobrepe-so y la obesidad y el elevado consumo de carnes y lcteos. La ingesta de ver-duras podra ejercer un efecto protector. Si bien, son necesarios ms estu-dios al respecto.

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  • NUTRICIN, SALUD Y ALIMENTOS FUNCIONALES

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    GLOSARIO DE TRMINOS

    Aflatoxinas: micotoxinas producidas por hongos y mohos que crecen en los frutossecos, cereales y piensos para animales cuando se almacenan en ambientes hme-dos y calurosos. La aflatoxina ms txica es la B1. Se trata de un potente carci-ngeno en los animales de experimentacin, se cree que puede ser la causa delcncer heptico primario del hombre en ciertas zonas de frica.

    Fitoqumicos: son compuestos que encontramos en los alimentos vegetales con acti-vidad biolgica, que no se consideran nutrientes pero que pueden ejercer efec-tos beneficiosos en el ser humano. Son por ejemplo los carotenos o los flavo-noides.